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DIDACTICA PROF: ANDREA MÉNDEZ.

Selección del libro de Ives Chevallard (no lo pongo con comillas porque no lo transcribo textual).
Todo proyecto social de enseñanza y de aprendizaje se constituye dialéctiamente con la identificación y la
designación de saberes como contenidos a enseñar.

Un contenido de saber que ha sido designado como saber a enseñar, sufre un conjunto de transformaciones
adaptativas que van a hacerlo apto para ocupar un lugar entre los objetos de enseñanza. El “trabajo” que
transforma un objeto de saber a enseñar en un objeto de enseñanza se llama TRANSPOSICIÓN
DIDÁCTICA.

Preparar la clase es trabajar EN la Transposición Didáctica (T.D.), jamás es hacer la T.D.


La T.D. remite al paso del “saber sabio” al “saber enseñado”, y por lo tanto a la DISTANCIA eventual,
obligatoria que los separa. El didacta debe ejercer la VIGILANCIA EPISTEMOLÓGICA. Es un elemento de
“ruptura” en la medida de que para la didáctica el saber se vuelve problemático.

Para que la enseñanza de un determinado elemento del saber sea posible, ese elemento deberá haber sufrido
ciertas deformaciones que le harán apto para ser enseñado.

-Esta es una acotación mía: aquí es de suma importancia la estimación que del saber a enseñar hace el
docente, el valor formativo del mismo, su status epistemológico que lo convierte en un saber a ser enseñado.
Por ello es fundamental la formación académica y pedagógico-didáctica, la que permite una toma de
decisiones pertinentes y coherentes, para ello imprescindible ejercer la “vigilancia epistemológica.-

El “saber enseñado” es DISTINTO al designado como “saber a enseñar”. Nos dice Chevallard que en el
didacta existe una FICCIÓN de identidad o de conformidad: el” saber enseñado” debe aparecer conforme al
“saber a enseñar”. (entiendo que es una interesante idea para investigar)

Cuando el enseñante interviene para escribir esta variante local del “texto de saber” que él llama SU CURSO
(es decir para realizar el “texto de saber” en el desfiladero de su propia palabra) ya hace tiempo que la T.D.
ha comenzado. Ello no es más que un “metatexto” que no está escrito definitivamente en ninguna parte, es
una MATRIZ de variantes que le darán forma concreta.

Ahora voy a pasar a P.Meirieu, retomo la idea de que “para el didacta el saber se vuelve problemático”, antes
que nada las invito a leer el ANEXO I: GUIA METODOLÓGICA PARA LA ELABORACIÓN DE UNA
SITUACIÓN PROBLEMA (está en mi carpeta de didáctica I, allí trabaja de manera clara la idea que les he
planteado de llevar un enigma con el saber). La recomendación la doy por lo observado en las prácticas
donde en algunos casos hay una fuerte tendencia a anticipar, definir, clasificar; lo que coarta el
problematizar, obtura la posibilidad del pensar. (Aprender sí, pero cómo?)

Recuerden que APRENDER ES HACER ALGO QUE NO SE SABE HACER, HACIÉNDOLO.

Idea que repercute en esta frase de Deleuze: “no aprendemos nada con quien nos dice “haz como yo”.
Nuestros únicos maestros son aquellos que dicen “hazlo conmigo” y que en vez de proponernos gestos para
reproducir, saben emitir signos, desplegarlos en lo heterogéneo.”

Dice Meirieu, “si el pensar significa operar, el problema didáctico consiste en concebir una situación que de
pie a la actividad mental del alumno.”

El proceso didáctico requiere: elaboración de objetivos, elucidación de la actividad mental, puesta en marcha
de situaciones-problema.

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