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284 ALTERNATIVAS A LA PRISION tenor del cada vez mayor reconocimiento del daiio que produce el encarcelamiento, las condenas larges van adquiriendo una justifica- cién especial en la necesidad de proteccidn de la sociedad, frente a detemninados individuos y sus conductas.” EI panorama dificilmente podria ser més retribucionista. La pena, hoy por hoy no sirve para nada, mas que para reforzar los valores de una sociedad que se muestra incapaz de hacer frente al crimen —pro- curando los medios para reducir fa conflictividad—, con lo que se esté ahogendo por completo la tinica tendencia humanitaria, la resociali- zadota.” Se estin quebrando sus funciones de limite, y por tanto de garantia de los derechos fundamentales tanto de libertad como socia- les.*' Y es que el problema —en completo acuerdo con Silva—* no es tanto de expansién del Derecho penal en general, como de expansién especifica del Derecho penal de la pena privativa de libertad. Se asiste con preocupacién —escribe Bergamini—® al panorama contradictorio que presenta un creciente nacimiento de la poblacién carcelaria que se quiere controlar, y, al mismo tiempo, el entendi- miento de esta pena como reclusién, detencién o prisién. La pena pri- vativa de libertad, por encontrar su legitimacién precisamente en la resocializacion, esta por tanto en crisis. Una crisis que —de acuerdo con Hassemer— se focaliza, sobre todo, en su ineapacidad para superar el caricter preventivo-general que esté en su origen. Una cri- sis que, sin lugar a dudas, comienza con Io inapropiado del propio Cesezo Mir-Diex Ripolés. "Un nuevo sistoms de peas. Ideas y propueses. (Comité Nacional Sueco para la Prevencin el Delite, Informe aim. 3, Esiocolmo, Suecia, julio 1978), ADPCP, nim. 32, 1979, p. 196 “© Gareis Rivas, N, El poder puniivo en el Evtado democrétco,op_cit, p39, 4 Ferajob, L. Dorsch y parantiae. La ley del mes debi, op. et, . 17. * silva Sinchez, 1M. Lo expansion del Derecho penal aspect de la pote criminal en las swendedespostndustiles, op. eit, IVT © Bergamini Mioito, A. "Penas curyplids em prision y en la comunidad, and a do, so 3, vii 8, gposto-1980, Sen José, Costa Rica, p. 10D. * Hassemer-Munor Conde, fnreducci a a crmusologl yal Derecho penal, op. eit pp. Oy Iai (CRISIS DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD. 285 B nedio en que debe desarrallarse; esto es, la cércel. Porque educacién para Ia libertad y restriccidn de ésta son, evidentemente, incompatibles, 2, La pena privativa de libertad y el discurso resocializador, Crisis y perspectivas de futuro A) La privacién de libertad como pena. Origen y evolucién histérica Que la prisién existe desde hace muchos afios es algo muy cierto, pero también lo es el que en sus comienzos cumplia funciones completa- ‘mente distintas a las que cumple actualmente, puesto que sus origenes fueron provisionales.” La cércel nace, como pena en sentido propio fen el seno de las corporaciones monésticas de la alta Edad Media, secibiendo después el favor de la Iglesia catdlica con las decretales de Inocencio III y de Bonifacio VIII, a causa de su especifica adecuacién 2 las tunciones pen:tenciales y correccionales.”* Hasta finales del XVI su funcién era la decustodiar alos detenidos hasta el juicio, por lo que Ja pena privativa de liberiad no se trataba de una verdadera pena, no tenia el cardcter punitivo que la caracteriza hoy en dia.” Su carécter cra tinjcamente procesal, y el Derecho penal, en su lugar, preferia recurrir @ la pena dz muerte y a las penas corporales. Hubo que espe- ara la aparicién de una utifidad econémica para que la pena de prisién iniciara su nuevo camino histérico.”” © Rodriguez Manzantr, L. La crisis penfoncarie Tos substiuivos dela prisién, op. eit, ® Feral, L. Derecho yacin, ap. cit, p39 4 gsi lo proven las prtas en fa Ley IV, To XXX, Paria VI" ota eseanmentar ls yeros, mas pra gvrdat los pesos tan solamente en ell asta que sean jzgados". Hid Garcia Valdés, C. "El nacimienta de Ia pena privativa de libertad", CPC, ‘im. 1, 1977, p23, “ Ni Puig. 8. Derscao pena Parte general, op it, p. 701, Mantovsni, sin embergo, considera que su crgen es mas smplista del que nosowas exponemos en las piginas sguien tes de exe trabajo, Pra ele afemado autor italian, la realidad es mas simple y linea! que las teorizaciones portevores —haciendo clara slusion a las distntas posturas defendidas por Callies, Foucault, Meloss-Pavarins, etcéiera—, y estima que fa pena deentiva surge del cérel noes dad 280 ALTERNATIVAS A LA PRISION La cdrcel como pena nace junto con la sociedad capitalista, y ésta ha condicionado la existencia de aquélla a Jo largo de la historia.” La prisién, por consiguiente —y esto es lo que queremos poner de mani- fiesto—, posee una estrecha relacién intema con los fenémenos econdmico-sociales y politicos —generalmente mater alizado en las necesidades de dominacién—, que al mismo tiempo explican sus debilidades y contradicciones intrinsecas. Pensar, por tanto, que la cércel surge bajo el impulso de un acto humanitario, y con el anhefo de fomentar la reforma del delincuente —tal y como eseribe Cruz Castro—, “es caer ciertamente en la ingenuidad y hacer un andlisis cesivamente simplista”.” El encierro, como pretendemos demostrar, no es mis que un pro- ducto histérico. No tiene un origen de sancién penal sino econdmi- co-social,” y, precisamente por ello, es susceptible —-de acuerdo con Arroyo Gutiérrez—" tanto de ser explicado como superado, en tanto forma de control social, planteando para un futuro, esperamos no demasiado lejano, su sustitucin definitiva por alternativas apropiadas en cualquier caso, no peores que la prisién misma—. Del proceso que ha sufrido hasta llegar a su configuracién y percercién actuales, y prescindiendo de lejanos precedentes anteriores a la Edad Media, caben diferenciarse, en todo caso, tres grandes etapas. Etapas que desarrollamos a continuacién. ‘arpa slept a ciel compe, ore on aul oc en gue se tendiaa eimai, eno vent, da pr ery de aspera corpores, Cr qu acres congue scam etecnputvey uate eget ede rrorrerpxton penne dt, ce egal olde, yon sedentn de or Crearoado marco nue dbanvent del nti engine cl ue ulead str scompu aod, Fad. nora I polome dlr inal op stp 487 Bari, "Criminology plica perl aetna", UDP, nm 1, 1978 4" eo ‘Cruz Castro, F. "E] objetive resocializador en los origenes de la prisién. Primeros sis- temas pen, RIC, to IV nin, ter 989 p13 Fogel M. Un logs sel pode, ad lana, 38S, pO ys ‘roy Guts, 1M. Al ststomn peal antl dome de su ornate, op. pal ‘LA CRISIS DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD. FL. Del siglo XVI.a la segunda mitad del XVIU. La careel como instrumento regulador del mercado de trabajo Como ya hemos anticipado, el paso de la cércel de custodia a la cdr cel de cumplimiento viene, en gran medida, de a mano de los cam- bios sociales y econémicos, y la utilizacién de la fuerza de trabajo de _ los encarcelados —con modalidades, incluso, més atroces aflictiva- ‘mente que la propia pena de muerte En los siglos XV y XVI, con la ilegada del mercantilismo y la supe- racién del modelo feudalista, una gran parte de la poblacién campesi- na se queda en la miseria a causa de las guerras —entre otras muchas tazones—, y atraida por la actividad econémica, sobre todo el co- mercio, desarroflada en las ciudades, emigra hacia ellas en busca del trabajo que paulatinamente iban creando los nuevos medios de pro- = duccién, Miles de estos campesinos llegan converticas en mendigos, vagabundos y bandidos, si bien la gran mayoria forman una gran masa de desocupados que la naciente manuftctura no podia absorber a la ‘Velocidad que imponian las circunstancias.” Los azotes, el destierro y la gjecucién fueron los prineipales “temedios” politico-sociales adop- tados para acabar con este problema, pero, evidentemente, en algiin sitio debian estar y eran demasiados para ser ahorcados, “y mas a sabiendas de que su miseria era mayor que su mala volunta cribe Garcia Valdés. aes Las cosas comienzan, no obstante, a cambiar en la segunda mitad del XVLy la primera del XVIII. La mano de obra se hace necesaria y el eseaso crecimiento demografico en esa época —incluso su deten- cin y fuerte disminucién a causa de las guerras religiosas y los pro- = Pios disturbios internos— no ayuda demasiado.” Ante tal situacién, se ® Melosi-Pavarini, Circe y fabrica, Las origenes del sstoma penitencierio (silos AVI = ATH, Nuevo Crminologia, México, Silo Veintuno, 1980, pp. 30's, 2% Garcia Valdés, C. "El nacimiento dels pena grivatva de Hibrad, op et, p. 37, % Mir Pug, 8. Derecho penal. Parte general, op. cit, p. 101 288 ALTERNATIVAS A LA PRISION exige la intervencién del Estado, a efectos de que garantice las altisi- ‘mas ganancias que habia reportado Ia conocida como “revohucién de precios” del siglo XV. y se vuelve la mirada hacia la cércel, que en tales circunstancias aparece como {a “fabrica” ideal de mano de obra barata, y al mismo tiempo la mejor escuela para que los marginados aprendieran a trabajar con arreglo a las nuevas técnicas. Este es el prin cipal motivo por el que en algunos pafses europeos como Inglaterra y Holanda surgen las lamadas “casas de trabajo”, cuyo objeto es recluir y hacer trabajar para el Estado a toda clase de marginados —Iéase vagos, prostitutas, delincuentes, viudas, ancianos, eicétera—, ya sea por mandato judicial o por uno administrative. La pena de prisién se sitda, por tanto, en una posicién intermedia entre la simple multa y el leve castigo corporal, y la deportacién y la pena de muerte. Sin embar- go, lo que a nosotros mis nos importa es que ya en esta época perte- nece al “tipo criminolégico” Son estos unos tiempos fuertemente influencindos por cl Protestan- lismo y el Calvinismo, y su concepeién del mundo basada en la ética del trabajo.” El trabajo se considera conveniente para los ociosos y los perezosos, y por ello se escogia el método més dificil y fatigoso de llevarlo a cabo, No obstante, si bien el fin predicado con ellas era el de doblegar la resistencia de tales personas a ta fuerza de trabajo, la verdad es que —como advierten Melossi y Pavarini— responden mas bien a una “exigencia relacionada con el desarrollo general de la sociedad capitalista que a la genialidad individual de algiin reforma- dor”. No es por ello extraiio que se haya Ilegado, incluso, a afirmar que, en sus origenes, la creel ciertamente contribuyé a regular el mercado laboral.”” Que la cércel se convirtié en una especie de meca- nismo regulador de la oferta de mano de obra disponible seguin fueran las necesidades del sistema productivo. Filosofia en todo caso con- 8 Melossi-Pavarni, Creel yfbrica, op. cit, p34. ® Rigo Lara, M. "La prisién: jetigma o hsb 8 Meloss:Povarni, Circe y frien op. et, p35 * Berdugo Gomez de la Tore, |e al Leceiones de Deve penal, op. eit, p. 292 iin?”, CPC, nim. 25, 1985, p. 79. CRISIS DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD. 29 jente con el sistema liberal, en cuanto que el tiempo es valor de mbio, y en base a ello la privacidn de libertad —también mensura, le— repara y compensa el dafio causado por el delincuente.®* Las cosas cambian, sin embargo, con la superacién del mercantilis- fe mo, cl establecimiento del liberalismo econémico y Ia entrada en = sscena del maquinismo industrial en la segunda mitad del XVIII. Son factores, todos ellos, que convierten al trabajo carcelario ent no ren- able para los empresarios, y a la pena de prisién en lo que ahora es. ig sancidn més importante de todos los sistemas punitivos, y cuya fpalidad primondial es la privacién de libertad en si misma, 2; Segunda mitad del siglo XVIII y XIX. La prisién como pena regida por ta ideologia iluminista disciplinante = Bl aumento excepeional que de mano de obra ofertada advino con la Jevolucién industrial, hace que se critique fuertemente el trabajo car- clario —por considerarlo datiino para las posibilidades de trabajo de = los trabajadores Hbres desocupados—, lo que conduce a su prictica desaparicién, Ocurido esto, alas prisiones no les queda sino ocupar = 10 papel puramente intimidativo. La pena de prisidn se convierle en Ena pena indtil econdmicamente, y es aceptada por lo general como Eun mal inevitable” Aparece como pena en si misma, con miicleo y ‘esencia en la propia privacién de libertad, y progresivamente va susti- tuyendo a la pena de muerte y las penas corporales, porque, en com- _ Paracion, aparece como un método sancionatorio més “humano” y E eficaz En el Siglo de les Luces se produce la sustitucidn de la idea de casa _ Ae trabajo por la de centro de detencion, que a través de la privacién de Rico Lara, M. "La ans: cestigma o rehabiltacn?” 2 “ stigma 0 rehabiltacisn?” oct, p 82 Bustos Ramiver, 3 Conta seial y sistema penal, op. cit p 461

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