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CURSO DE DERECHO MINERO

CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

CURSO DE DERECHO MINERO

SANTIAGO
UNIVERSIDAD CENTRAL DE CHILE
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
2004
© Universidad Central de Chile.
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales,
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Lord Cochrane 417, Santiago Chile.
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Registro de propiedad intelectual N° 135.985

Primera reimpresión de la primera edición, 2004

Impreso en los sistemas de impresión digital de la


Sociedad Editora Metropolitana Limitada.

ISBN: Nº 956-7134-52-9

Comisión de Publicaciones:
Nelly Cornejo Meneses
José Luis Sotomayor
Felipe Vicencio Eyzaguirre

Diseño y composición de Patricio Castillo Romero.


Fotografía Portada, gentileza de Holanda Comunicaciones.
SUMARIO
PRESENTACIÓN, por Víctor Sergio Mena Vergara 19
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO DE MINERIA 21
CAPÍTULO I. EL SECTOR MINERO 23
1. Clasificación del sector minero. 23
1.1. Según la naturaleza de las sustancias que se explotan. 23
1.2. Según el volumen de producción y leyes tributarias que la
24
afectan.
1.3. Según el comportamiento ante el factor ambiental. 25
1.4. Según el titular de la propiedad minera. 26
1.4.1 Sector público de la minería en Chile. 26
1.4.2 Sector privado de la minería en Chile. 30
1.4.3 Otros minerales no metálicos que se producen en Chile 33
2. Sistema tributario minero. 34
2.1. Mineros artesanales. 34
2.2. Pequeños mineros de mediana importancia. 35
2.3. Mineros de mayor importancia. 36
2.4. Gran minería y sociedades mixtas. 36
3. Etapas en que se desarrolla la actividad minera. 37
4. Algunas definiciones relevantes en materia minera. 39
5. Concepto de derecho de minería. 43
6. Naturaleza del Derecho de Minería. 43
7. Relaciones del Derecho de Minería con otras ramas del derecho. 45
8. Breve síntesis histórica del Derecho de minería. 46
9. Síntesis histórica de la legislación minera en Chile. 48
10. Sistemas o doctrinas que explican el origen del dominio minero. 52

CAPÍTULO II. FUENTES LEGALES DEL DERECHO DE MINERÍA 59


1. Fuentes legales del Derecho de Minería. 59
2. Fundamentos constitucionales de la legislación minera. 60
3. Síntesis de las principales disposiciones de la Ley Nº 18.097,
67
Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras.
4. Algunas consideraciones sobre la naturaleza del dominio del 73
Estado sobre las minas en Chile.
5. Limitaciones que gravan al propietario superficial. 77
CAPÍTULO III. EL CÓDIGO DE MINERÍA 79
Generalidades. 79
1. El dominio del Estado y derechos mineros. 80
2. Clasificación legal de las minas. 81
2.1 Minas que contienen sustancias minerales que no se rigen
81
por el Código de Minería.
2.2 Minas que contienen sustancias minerales concesibles por 83
resolución judicial.
2.3 Minas que contienen sustancias minerales inconcebibles. 85
2.4 Estado y sustancias concesibles 86
2.5 Desmontes, escorias y relaves. 87
3. Definición y características de la concesión minera. 90
4. Inmuebles accesorios a la concesión minera. 92
5. Derechos del Estado sobre las sustancias inconcesibles que se 93
obtengan conjuntamente con sustancias concesibles.
6. Derecho de primera opción de compra del Estado sobre sustan-
97
cias declaradas de valor estratégico.
6.1. Minerales de valor estratégico con presencia significativa 98
que se obtienen esporádicamente.
6.2. Minerales de valor estratégico que se obtienen habitualmente. 100
6.3. Sanciones que recaen sobre el productor minero. 101
6.4. Procedimiento para aplicar las sanciones. 101
CAPÍTULO IV. LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR 103
1. Introducción. 103
1.1. Derechos del cateador. 104
1.2. Constitución de servidumbres en beneficio del cateador. 105
1.3. Limitaciones al ejercicio de la facultad de catar y cavar. 106
1.4. Procedimientos aplicables. 107
1.5. Permisos necesarios para ejercer la facultad de catar y cavar 107
en terrenos de interés privado.
1.6. Derechos y obligaciones que nacen del permiso que concede
111
el juez para catar y cavar.
1.7. Permisos para realizar labores mineras en terrenos de interés 112
público o colectivo.
1.8. Permisos necesarios para ejecutar labores mineras según el
113
Código Sanitario.
1.9. Autoridades que pueden conceder el permiso escrito que
114
exige el Código de Minería.
1.10. Procedimiento administrativo para obtener los permisos. 117
1.11. Sanciones por infracción de las obligaciones de obtener per-
117
misos.
2. La acción pública minera. 118
3. Derechos y obligaciones del Servicio Nacional de Geología y
119
Minería en relación con la facultad de catar y cavar.
4. Capacidad para adquirir derechos mineros. 120
4.1. Derechos de los relativamente incapaces en materia minera. 121
4.2. Derechos mineros adquiridos por el menor adulto. 122
4.3. Derechos mineros adquiridos por la mujer casada en régimen
123
de sociedad conyugal.
4.4. Derechos mineros adquiridos por los disipadores sujetos a 123
interdicción.
4.5. Incapacidades especiales que afectan a ciertas personas en
123
razón de los cargos que desempeñan.
4.6. Las personas sujetas a incapacidades especiales mineras: 125
1°. Los funcionarios del Poder Judicial y aquellos sujetos al 125
control del Poder Judicial.
2°. Los funcionarios del Estado, de sus organismos o em-
126
presas.
3°. El cónyuge no divorciado perpetuamente y los hijos de
familia de las personas mencionadas en los números 126
anteriores.
4.7. Sanciones. 127

CAPÍTULO V. LA CONCESIÓN MINERA 129


1. Concepto de concesión minera. 129
1.1. Clases de concesiones mineras. 131
1.2. Características comunes a las concesiones de exploración y a
132
las pertenencias constituidas.
1.3. Objeto de las concesiones mineras. 134
1.4. Forma de las concesiones mineras. 135
1.5. Orientación de las concesiones mineras. 138
1.6. Dimensión y cabida de las concesiones. 138
1.7. La Proyección Universal Transversal de Mercator. 140
1.8. Superposición de concesiones mineras. 143
1.9. División de las concesiones: 145
a) División física de concesión o grupo de concesiones. 146
b) División intelectual o de cuota de concesión. 148
2. Las demasías: 149
a) Anotación de la demasía en el Conservador de Minas. 150
b) La demasía no aumenta el valor de la patente. 151
c) División física de pertenencia y demasía. 151
CAPÍTULO VI.
153
PROCEDIMIENTO DE CONSTITUCIÓN DE CONCESIÓN MINERA
1. Disposiciones especiales aplicables a estos procedimientos. 153
1.1. Acumulación de autos. 153
1.2. Cambio de procedimiento. 154
1.3. Plazos. 155
1.4. Notificaciones. 155
1.5. Boletín Oficial de Minería. 156
1.6. Tribunal competente. 156
1.7. Error en la determinación del juez competente. 157
1.8. Nombre de los escritos. 158
1.9. Derecho preferente del descubridor minero. 159
1.10. Acciones de mejor derecho. 160
2. Forma en que la ley facilita la presentación del escrito de pedi- 161
mento o manifestación.
a) Patrocinio de abogado. 161
b) Agencia oficiosa minera. 162
c) Precisión del terreno pedido o manifestado. 162
3. Forma de la cara superficial de la concesión. 163
4. Procedimiento de constitución de concesión de exploración. 164
4.1. Primera Etapa: Presentación de escrito de pedimento. 164
1°. Individualización del peticionario. 164
2°. Ubicación en el terreno de la concesión de exploración
165
que se pretende constituir.
3°. Nombre de las concesiones de exploración que se piden. 166
4°. La superficie que se pide expresada en hectáreas. 166
5°. Petición formal. 166
4.2. Preferencias que otorga la fecha de presentación del pedimento. 167
4.3. Tramitación del pedimento ante el tribunal. 168
4.4. Trámites posteriores a la resolución del juez: 169
a) Inscripción del pedimento. 169
b) Publicación. 170
c) Pago de la tasa de pedimento. 170
4.5. Derechos que emanan del pedimento inscrito. 171
4.6. Segunda etapa: Solicitud de sentencia constitutiva de conce-
172
sión.
4.7. Requisitos del escrito de solicitud de sentencia. 173
4.8. Tramitación de la solicitud de sentencia en el tribunal. 176
4.9. Tercera etapa: Informe del Servicio Nacional de Geología y
177
Minería.
4.10. Cuarta etapa: Sentencia constitutiva de concesión de explo- 178
ración.
5. Procedimiento para constituir concesión de explotación o
179
pertenencia.
5.1. Primera etapa: Presentación del escrito de manifestación y 181
sus requisitos.
5.1.1. Tramitación del escrito de manifestación. 184
5.1.2. Derechos que emanan de la manifestación inscrita. 187
5.2. Segunda etapa: Presentación de la solicitud de mensura. 188
5.2.1. Tramitación de la Solicitud de mensura en el tribunal 192
5.2.2. Publicación de la solicitud de mensura. 194
5.3. Acciones de oposición a la solicitud de mensura. 194
5.3.1. Causales de oposición obligatoria a la mensura. 196
5.4. La demanda de oposición a la mensura. 197
5.5. La oposición facultativa a la mensura. 203
5.6. Caducidad por incumplimiento de la obligación de dar curso
204
progresivo a los autos.
a) Caducidad por paralización del juicio en la etapa conten-
204
ciosa de oposición a la mensura.
b) Caducidad por paralización del procedimiento no contencioso. 207
c) Recursos contra la sentencia que acoge o rechaza la cadu- 208
cidad pedida.
5.7. La operación de mensura. 209
5.8. Obligaciones y prohibiciones que afectan al ingeniero o pe- 211
rito mensurador.
5.9. Acta de mensura. 213
5.10. Plano de mensura. 214
5.11. Plazo para entregar el acta y plano de mensura al tribunal. 215
5.12. Informe del Servicio Nacional de Geología y Minería. 216
5.13. Tramitación del informe del Servicio en el Tribunal. 218
5.14. Juicio de oposición a la constitución de pertenencia. 221

CAPÍTULO VII. LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE CONCESIÓN 225


1. Contenido de la sentencia constitutiva de concesión. 227
2. Recursos que proceden contra la sentencia. 229
3. Efectos de la sentencia constitutiva de concesión. 230
4. Trámites posteriores a la dictación de sentencia. 233
5. Transferencia y Transmisión de concesión y de los derechos
237
reales vinculados.
6. Acciones que proceden respecto a la concesión minera constituida. 238
7. La prescripción en materia minera. 239
8. La nulidad de la concesión minera. 241
a) Causales de nulidad que proceden respecto de las concesio- 242
nes de exploración.
b) Causales de nulidad que proceden respecto a las concesiones
243
de explotación o pertenencias.
9. Procedimiento para pedir la nulidad de una concesión. 247
10. Requisitos a cumplir para ejercer la acción de nulidad de conce-
247
sión.
11. Saneamiento de la nulidad. 248
12. Derecho del concesionario vencido en juicio para corregir su 249
mensura.
13. El conservador de minas. 250

CAPÍTULO VIII. DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS


259
CONCESIONARIOS MINEROS.

1. Derechos y obligaciones comunes a todo concesionario. 260


2. Derechos y obligaciones especiales del titular de concesión de 264
exploración.
3. Derechos y obligaciones especiales de los titulares de pertenen-
269
cias.
CAPÍTULO IX: LAS SERVIDUMBRES MINERAS. 275
1. Introducción. 275
2. Características de las servidumbres mineras. 277
3. Objeto de las de las servidumbres mineras. 278
4. Titulares de las de las servidumbres mineras. 278
5. Predios sirvientes en materia minera. 280
6. Constitución de servidumbre legal minera. 280
7. Termino de la servidumbre minera. 281
8. Servidumbres que gravan los predios superficiales. 282
9. Servidumbres que se deben las concesiones entre si. 283
10. La internaciones. 288
a) Concepto. 288
b) Efectos de las internaciones de buena o mala fe. 288
c) Intervención de mala fe. 289
d) Derecho a visita. 290
e) Medidas prejudiciales o precautorias. 290

CAPÍTULO X: DEL AMPARO, EXTINCIÓN Y CADUCIDAD DE LAS


291
CONCESIONES MINERAS.
1. Introducción. 291
2. Naturaleza jurídica de la patente minera. 292
3. Sistemas de amparo. 293
4. Cuando comienza la obligación de amparar la concesión? 295
5. Patente proporcional. 295
6. Monto de la patente minera. 296
7. Quien esta obligado al pago de patente? 297
8. Lugar y echa de pago. 297
9. No procede devolución de lo pagado por patente 298
10. Procedimiento judicial por desamparo. 299
10.1. Normas legales aplicables al desamparo. 300
10.2. Efectos del desamparo. 301
10.3. Obligaciones de los funcionarios judiciales. 302
10.4. Características del procedimiento de desamparo. 302
11. Otras causales de extinción de las concesiones mineras. 313
12. Efectos tributarios del pago de patente. 318
CAPÍTULO XI. DE LOS CONTRATOS Y CUASICONTRATOS. 325
1. Generalidades. 325
2. Normas aplicables a los contratos relativos a concesiones mine- 327
ras o sustancias minerales.
3. Singularización de la concesión minera en los contratos. 329
4. Clasificación de los contratos mineros. 331
5. Contratos preparatorios. 333
5.1. Objeto de los contratos preparatorios. 333
5.2. Contrato de promesa bilateral de compraventa minera. 334
5.3. Contrato de promesa unilateral de compraventa minera. 339
5.4. Contrato de opción de compra minera. 342
6. Contratos de compraventa y permuta de concesión minera, de
346
cuota o parte de ella.
7. Compraventa de minerales extraídos. 349
8. La reivindicación de minerales. 350
9. Compraventa y permuta de minerales in situ. 352
10. Arrendamiento de pertenencia. 356
11. Usufructo de pertenencia. 358
12. El contrato de pirquén. 361

CAPÍTULO XII. LAS SOCIEDADES MINERAS. 363


Introducción. 363
La sociedad legal minera. 367
1. Síntesis de los antecedentes históricos de la Sociedad Legal Minera. 367
2. Naturaleza jurídica de la Sociedad Legal Minera. 368
3. Hechos que dan origen a la Sociedad Legal Minera. 369
4. Nombramientos provisorios. 372
5. Nombre, domicilio y patrimonio de la Sociedad Legal Minera. 372
6. Requisitos para que una Sociedad Legal Minera posea varias
375
pertenencias.
7. Inscripción constitutiva de la Sociedad Legal Minera. 376
8. Haber social y proporción de acciones entre los socios. 378
9. Tradición y adjudicación de las acciones. 378
10. Derechos de los socios. 379
11. Obligaciones de los socios. 380
12. Responsabilidad de los socios. 381
13. Juntas de accionistas. 382
14. Lugar de celebración de la junta. 382
15. Citación a junta de accionistas. 383
16. Juntas plenas. 384
17. Constitución de la junta de accionistas. 385
18. Presidencia de la junta. 386
19. Quórum para tomar acuerdos en junta. 386
20. Administración de la Sociedad Legal Minera. 391
21. Distribución de las utilidades o beneficios. 394
22. Contribución a los gastos necesarios. 395
23. La inconcurrencia. 397
24. Terminación y liquidación de la Sociedad Legal Minera. 401
La sociedad contractual minera. 403
1. Legislación aplicable a la Sociedad Contractual Minera. 403
2. Objeto de la Sociedad Contractual Minera. 404
3. Contenido de la escritura social. 406
4. Transferencia de la concesión a la Sociedad. 407
5. Inscripción constitutiva de la Sociedad Contractual Minera. 408
6. Responsabilidad de los socios. 409
7. Terminación de la Sociedad Contractual Minera. 410
8. Liquidación de la Sociedad Contractual Minera. 410
CAPITULO XIII. EL AVÍO Y OTROS CONTRATOS. 413
EL CONTRATO DE AVÍO.
1. Origen del contrato de avío. 413
2. Características del contrato de avío. 414
3. Clasificaciones del contrato de avío. 415
4. Obligaciones del aviador. 420
5. Derechos del aviador. 421
6. Obligaciones del minero. 428
7. Derechos del Minero. 430
8. Modos de extinguir el contrato de avío. 433
Contratos de garantía. 438
1°. HIPOTECA DE CONCESIÓN. 438
1. Bienes susceptibles de hipoteca. 438
2. Bienes afectados por hipoteca. 439
3. Derechos del acreedor hipotecario. 440
4. Normas especiales aplicables a la hipoteca sobre concesión 440
minera.
2°. CONTRATO DE PRENDA MINERA. 442
3°. DERECHOS DE LOS ACREEDORES DEL MINERO 443
a) Privilegio de inembargabilidad de las concesiones mineras 443
constituidas.
b) Excepciones al privilegio de inembargabilidad de las conce- 445
siones mineras constituidas.
c) Forma en que el acreedor del minero puede obtener el pago 445
del crédito.
4°. LA QUIEBRA DEL MINERO. 451
Derechos del acreedor del minero en quiebra. 451

CAPÍTULO XIV. DE LA COMPETENCIA EN GENERAL Y EL 453


PROCEDIMIENTO

1. Competencia Judicial en asuntos mineros. 453


2. Competencia judicial en materias penales mineras. 454
3. El Conservador de Minas. 455
4. Procedimientos judiciales. 456
5. Los plazos en materia minera. 460
6. El Boletín Oficial de Minería. 461
7. Archivo de documentos y planos. 463
8. Entendimiento de algunas expresiones del Código de Minería. 464
9. Catastro Nacional de Concesiones Mineras. 465

BIBLIOGRAFÍA AUTORES 466


BIBLIOGRAFÍA LEYES 467
PRESENTACIÓN

El desarrollo de la actual docencia universitaria permiten entender


la necesidad de disponer de textos que faciliten al estudiante la
preparación de las lecciones impartidas en aula.
Desde hace algún tiempo la Universidad Central de Chile
está realizando una política de publicaciones, especialmente de
textos elaborados por sus propios docentes, que sirven de apoyo a
la enseñanza y que permiten evitar la clase estática y cansadora.
El Curso de Derecho Minero que nos entrega la profesora
Ansaldi apunta a satisfacer este objetivo, facilitar el aprendizaje y
permitir la entrega de lecciones en forma más amena. Tiene tam-
bién como objetivo formar en los alumnos un criterio que les
permita enfrentar la época de cambios y transformaciones que
vivimos, cambios que en parte están presentes y en parte se anun-
cian con fuerza en lo jurídico y en lo docente. La profesora An-
saldi me ha dicho que el propósito al escribir este libro fue el de
satisfacer la necesidad señalada. Su intención ha sido básicamente
presentar una obra sobre la materia que sirva a los estudiantes de
Derecho.
Atendidos los fines didácticos propuestos, el método seguido
en la exposición de las disposiciones legales se acerca la de un
desarrollo organizado pedagógicamente, que respeta, en lo posible,
el orden en que aparecen tratadas las instituciones de que se ocupa
el código del ramo. A partir de la introducción, la clasificación del
sector, la introducción sobre el problema ambiental ligado a la
minería, hasta las normas contractuales aplicables, el texto se
presenta interesante y ameno.
Respecto al problema ambiental, la autora precisa que el Có-
digo de Minería no contiene normas al respecto, pero que parece
necesario que el estudiante disponga de un mínimo de herramien-
20 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tas sobre el particular. Agrega que la ausencia de estas normas en


dicho cuerpo legal es crear una legislación e instituciones aplica-
bles a los distintos sectores económicos.
Cabe destacar la explicación minuciosa de los procedimien-
tos no contenciosos de constitución de la propiedad minera, las
definiciones de los términos propios del sector minero, el desarro-
llo de las disposiciones constitucionales que contienen las bases de
la legislación sectorial, las explicaciones atinentes por ejemplo al
dominio del Estado sobre las minas, a la situación del propietario
del predio superficial, a la enumeración de los principios en que se
funda la ley minera.
También resulta interesante lo expuesto respecto a la acción
pública minera, institución fundamentalmente destinada a preser-
var el interés público y la seguridad jurídicas, y que puede ser
ejercida por “cualquier persona”, sin que sea necesario que tenga
interés en el juicio, sin que se haga parte en el mismo, sin patroci-
nio de abogado, etc.
En resumen, el “Curso de Derecho Minero” de la profesora
Carmen Ansaldi Domínguez, es un texto muy completo, que va
más allá de la simple exposición de la ley, que facilita el estudio a
quien no está familiarizado con esta legislación especial y enrique-
ce a quienes quieran consultarlo.
Para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Uni-
versidad Central de Chile resulta muy grato poder editar esta obra
de la catedrática de sus aulas, que viene a enriquecer muy valio-
samente su ya nutrida colección de publicaciones.

VICTOR SERGIO MENA VERGARA


Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Universidad Central
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL
DERECHO DE MINERÍA

La minería ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de la


civilización y el progreso humano. Para probarlo es suficiente
pensar que la vida no habría sido posible en el planeta si no exis-
tieren el agua y la sal, o recordar que el hombre primitivo da sus
primeros pasos en la historia cuando conoce los metales y aprende
a trabajarlos.
Por otra parte, la historia nos enseña que los conquistadores
españoles se aventuraron por las tierras americanas para buscar
metales preciosos, fundamentalmente oro y plata. En aquellos
tiempos no se conocían todas las sustancias minerales que actual-
mente se explotan y utilizan, no se sabía de la existencia del ura-
nio, del litio o del torio y de otros minerales. Nada nos impide
pensar que es posible que en el futuro se descubran minerales hasta
hoy desconocidos. La contribución de las sustancias minerales al
desarrollo científico y tecnológico de la humanidad es enorme; por
ejemplo, la aventura espacial habría sido imposible sin contar con
los productos mineros.
Las características geográficas y la constitución geológica
hacen del nuestro un país minero cuya la riqueza se encuentra
tanto en el subsuelo del territorio como en el fondo marino, donde
existen yacimientos de cobalto, níquel, y cobre. Esta característica
ha hecho que la minería tenga un rol protagónico en la vida eco-
nómica y laboral, especialmente en las regiones primeras a tercera,
aún cuando las actividades mineras se extienden a lo largo de todo
el territorio.
En cuanto a cifras de producción, en Chile se concentra más
o menos el 40% de la reserva cuprífera mundialmente conocida;
22 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

entre el 40 a 45% de las exportaciones nacionales corresponden a


productos mineros y de ese total, más del 80% corresponde a
exportaciones de cobre y sus subproductos. Además, cerca del
45% de la inversión extranjera que llega a Chile se realiza en el
sector minero vía el Decreto Ley 600, capital que es aportado por
unas 50 empresas extranjeras del sector.
La minería proporciona retornos en divisas al erario nacional
y permite mantener los niveles de empleo ocupando cerca de
90.000 trabajadores. El principal destinatario de nuestro cobre es
Asia, que adquiere casi el 50 % de la producción. Europa y U.S.A.
son también importantes compradores de cobre chileno.
El prestigio internacional de Chile en el sector minero queda
de manifiesto en la encuesta sobre minería efectuada en el año
2002 por el Instituto Fraser, importante organismo de estudios
económicos de Canadá, en la cual Chile obtuvo el primer lugar en
el índice de atractivos para la inversión por sus potenciales mine-
ros y por la seguridad política que ofrece. En los lugares posterio-
res quedaron Québec (Canadá), Australia, Estados Unidos (Neva-
da), Perú y Brasil.
CAPÍTULO I
EL SECTOR MINERO

1. Clasificación del sector minero

El sector minero comprende todas las actividades finalizadas a


explorar, explotar, beneficiar y comercializar sustancias minerales.
En consecuencia incluye un amplio espectro de actividades, las
que, para una mejor comprensión, puede ser clasificadas en dis-
tintos modos, entre las que cabe señalar las siguientes:

1.1. Según la naturaleza de las sustancias que se explotan se


distingue entre:

a) Minería metálica, sector que explota sustancias minerales metá-


licas tales como: cobre, oro, plata, hierro, mercurio, etc. En el
sector minero metálico, Chile se ha consolidado como primer
productor mundial de cobre de mina.

b) Minería no metálica. Explota sustancias minerales no metálicas


como: salitre, yodo, cuarzo, puzolana, mármol, baritina, sal, talco,
etc. Aunque la extracción de minerales no metálicos tiene un
volumen menor que la del cobre, en los últimos años este sector ha
presentado un fuerte dinamismo, contribuyendo a la diversifica-
ción de productos mineros chilenos y generando ocupación, dado
que se trata de explotaciones que utilizan más mano de obra que el
sector metálico. El yodo es el principal producto de exportación de
este sector.
24 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) Minería de las sustancias energéticas o de los combustibles,


sector minero emergente que comprende la minería del carbón, del
petróleo, del gas metano, la energía geotérmica, etc. Sustancias a
las que no se aplica el C. de Minería. Los hidrocarburos líquidos
(petróleo) y gaseosos (gas natural) son sustancias que la legisla-
ción chilena ha declarado “inconcebibles”, esto es, de dominio del
Estado en forma exclusiva.
Respecto a la energía geotérmica, la Ley Nº 19.657, de 7 enero
2000, sobre concesiones de energía geotérmica, regula la forma de
adquirir los derechos para producir esta energía, los efectos de la
concesión, y los conflictos que pueden producirse con otros conce-
sionarios. La Ley Nº 19.657 define la energía geotérmica como
aquella que se obtiene del calor natural de la tierra, que puede ser
extraída del vapor, agua, gases, excluidos los hidrocarburos, o a
través de fluidos inyectados artificialmente para este fin.
La ley ha definido la concesión de energía geotérmica con
las mismas características que tienen las concesiones mineras, o
sea, la define como un derecho real inmueble, distinto e indepen-
diente del dominio del predio superficial, aunque tengan un mismo
dueño, oponible al Estado y a cualquier persona, transferible y
transmisible, susceptible de todo acto o contrato, pero las conce-
siones se otorgan trámite el Ministerio de Minería.

1.2. Según el volumen de producción y leyes tributarias que las


afectan, el sector minero puede ser clasificado como:
− Gran minería del cobre, sector al que pertenecen todas aque-
llas empresas que producen más de 75.000 toneladas métricas
anuales de cobre;
− Mediana minería, sector compuesto por las empresas que
explotan cualquier tipo de mineral, cuyos capitales exceden de
los 70 sueldos vitales anuales escala A del departamento de
CURSO DE DERECHO MINERO 25

Santiago, pero cuya producción no excede de las 75.000 tone-


ladas métricas anuales;
− La pequeña minería, donde la actividad es desarrollada por
personas naturales o sociedades mineras cuyo capital no exce-
de de los 70 sueldos vitales anuales y que no están afectas a lo
dispuesto de en D.F.L. Nº 251 de 1931, sobre Compañías de
Seguros, Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio y
− Finalmente, la minería artesanal.

1.3. Según el comportamiento ante el factor ambiental las faenas


mineras se pueden clasificar en:
a) Minas o empresas mineras que operaban con anterioridad a
la Ley Nº 19.300 sobre Bases Generales del medio Ambiente;
b) Empresas mineras que se sometieron voluntariamente al
sistema de evaluación de impacto ambiental, con anterioridad
a la dictación del Reglamento, las que en su mayoría pertene-
cen al sector privado; y
c) Empresas que han debido someterse obligatoriamente al
cumplimiento de la normativa ambiental vigente, o sea, con
posterioridad a 1997.

El artículo 10, letra i) de la Ley de Medio Ambiente estableció que


todos los proyectos de desarrollo minero, incluidos los de carbón,
petróleo y gas, comprendiendo las prospecciones, explotaciones,
plantas procesadoras y disposición de residuos y estériles, así
como la extracción de turba o greda en cualquiera de sus fases, son
susceptibles de causar impacto ambiental. Por este motivo, todos
los proyectos mineros deben someterse al sistema de evaluación de
impacto ambiental, sin discriminar respecto del tamaño del pro-
yecto y tecnología aplicada.
26 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Las exigencias que impone la Ley Nº 19.300 se vinculan a


las características geográficas y a la ubicación de los principales
yacimientos del país, que a menudo se encuentran en zonas con
valor antropológico y con bofedales y pastizales utilizados por las
comunidades locales. Ni el Código de Minería ni su Reglamento
contienen normas relativas a la defensa del ambiente con motivo
de labores mineras, lo que resulta consecuente con la decisión de
crear legislación ambiental aplicable en forma general a los varios
sectores económicos y una institucionalidad especializada.

1.4. Según quien sea el titular de la propiedad minera, se distingue


entre un SECTOR PÚBLICO de la minería, o sector estatal, y un
SECTOR PRIVADO MINERO.

1.4.1. Sector público de la minería en Chile


La autoridad estatal para el sector es el Ministerio de Minería, del
cual dependen los siguientes organismos técnicos mineros y las
empresas mineras del Estado:

Organismos técnicos asesores de la Actividad Minera Estatal:

a) Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO). Fue creada en 1976


por el Decreto Ley Nº 1.349, simultáneamente con CODELCO. El
artículo 1º dispone que COCHILCO es un organismo funcionalmente
descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios,
domiciliada en la ciudad de Santiago, que se relacionará con el
Presidente de la República por intermedio del Ministerio de Mine-
ría.
Su objeto es servir de asesor técnico especializado al Go-
bierno en materias relacionadas con el cobre y sus subproductos,
CURSO DE DERECHO MINERO 27

con todas las sustancias minerales metálicas y no metálicas, con


excepción del carbón y los hidrocarburos, desempeñar las funcio-
nes fiscalizadoras y las demás que le señala el decreto Nº 1.349.

b) El Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN).


Fue creado 1980 por el D. L. 3525 como resultado de la fusión del
antiguo Servicio de Minas del Estado con el Instituto de Investiga-
ciones Geológicas.

Entre sus funciones están:


1. Asesorar al Ministerio de Minería en materias relacionadas
con geología y minería; elaborar la carta geológica de Chile y
las cartas temáticas básicas (tectónicas, metalogénicas, etc.),
mantener y difundir información sobre los recursos minerales
de Chile y sobre los factores geológicos relativos a las aguas,
vapores y gases subterráneos en el territorio nacional.
2. Estudiar la geología submarina.
3. Levantar y mantener al día el Catastro Minero Nacional, el
Rol de Minas del país e informar a los tribunales ordinarios de
justicia en lo civil sobre aspectos técnicos que se presenten en
el procedimiento de constitución de concesiones.
4. Confeccionar la estadística minera, el inventario de las reser-
vas minerales nacionales.
5. Velar por el cumplimiento del Reglamento de Seguridad
Minera y aplicar las sanciones respectivas a los infractores.
6. Fiscalizar el abastecimiento, distribución, almacenamiento y
uso de explosivos destinados a la actividad minera y controlar
la idoneidad del personal que trabaja con explosivos.
7. Mantener actualizado un Archivo Nacional Geológico y Mine-
ro.
28 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

8. Otorgar certificados de origen y calidad de productos mineros


destinados a la exportación.

c) El Centro de Investigaciones Minero Metalúrgicas (CIMM).


Creado en 1970, tiene por finalidad dar asesoría técnica a
CODELCO, apoyar el desarrollo de la pequeña minería conjunta-
mente con ENAMI y prestar servicios a las empresas privadas.

d) Comisión Chilena de Energía Nuclear, creada por la Ley Nº


16.319, de 1965, tiene personalidad jurídica y patrimonio propios.
El artículo 3º precisa que su objeto es atender los problemas rela-
cionados con la producción, adquisición, trasferencia, transporte y
uso específico de la energía atómica y de los materiales fértiles,
fisionables y radiactivos.

Empresas estatales de Producción Minera

a) Corporación del Cobre (CODELCO). Se rige por su estatuto


orgánico, el D. L. 1350 de 1976. Su antecesora es la Corporación
Nacional del Cobre, fundada en 1971, paralelamente a la naciona-
lización de las minas que explotaban capitales norteamericanos.

Es una empresa estatal minera, industrial y comercial, con


personalidad jurídica y patrimonio propio. Tiene por objeto ejercer
los derechos que adquirió el Estado en las empresas de la Gran
Minería del Cobre y en la Compañía Minera Andina, con motivo
de la nacionalización del cobre de 1971, año en que se dictó la Ley
Nº 17.450, que expropió y nacionalizó los siguientes yacimientos:
– Chuquicamata, y Exótica, en la provincia de El Loa.
CURSO DE DERECHO MINERO 29

– El Salvador, en la provincia de Chañaral, de propiedad de


Chile Exploration Company, filial de Anaconda Mining
Company;
– Río Blanco, en la provincia de Los Andes, de propiedad de la
Compañía Cerro Corporation y
– El mineral El Teniente, en la provincia de Cachapoal, de
propiedad de Braden Copper Company filial de Kennecott
Copper Company.
CODELCO cuenta con un patrimonio de más de un millón de
hectáreas de concesiones y es un gigante económico a nivel mun-
dial. Fuera del cobre exporta cantidades importantes de oro y otros
minerales.
CODELCO se organiza en divisiones de producción entre las
que cabe mencionar: Codelco-Norte formada recientemente de la
fusión de las minas Chuquicamata y Radomiro Tomic. Los yaci-
mientos Toqui y la Mansa Mina, en la provincia de El Loa; El
Salvador en la IIIª Región, a 120 Km. de Chañaral; Andina, en Los
Andes, a 50 km. de Santiago y a 3.900 m. de altura; El Teniente,
en la VIª Región, cerca de Rancagua, mina que se explota desde
1903; la División Talleres de Rancagua, que se ocupa de la ma-
quinaria para la minería; y la División Tocopilla, que produce
energía eléctrica para Chuquicamata.
Los yacimientos Radomiro Tomic y Mansa Mina fueron in-
corporadas al patrimonio de CODELCO con posterioridad a la na-
cionalización del cobre de 1971, esto es, no son minerales expro-
piados sino yacimientos de reposición. En 1992, la Ley 19.137
facultó a CODELCO para asociarse con particulares, chilenos o
extranjeros, para explotar los yacimientos que se encuentran en su
patrimonio con fines de reposición y que no están en explotación.
30 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) Empresa Nacional de Minería (ENAMI). Formada en 1960 gra-


cias a la fusión de dos entes: la Caja de Crédito Minero y la Em-
presa Nacional de Fundiciones. Es la segunda empresa estatal
exportadora de minerales en Chile. Sus funciones se dividen entre
aquellas propiamente de producción, centradas en la compra y
beneficio de los minerales que produce la mediana y pequeña
minería y la minería artesanal, y las funciones de fomento al desa-
rrollo minero.
Cuenta con una importante infraestructura técnica, con nu-
merosas agencias de compra de minerales, con cuatro plantas de
concentrados de cobre, dos fundiciones (Ventanas y Paipote) y una
refinería con planta para metales preciosos.

c) Empresa Nacional de Petróleos (ENAP): Hoy parcialmente


privatizada, inició sus labores en 1945 por iniciativa de CORFO. Su
objeto es explotar y refinar petróleo. Tiene instalaciones en Maga-
llanes y Tierra del Fuego (yacimientos de Springhill y Manantia-
les).
En 1926 se legisló estableciendo reserva absoluta en favor
del Estado sobre todos los yacimientos de hidrocarburos líquidos y
gaseosos que se encuentren en terrenos de cualquier dominio. La
Ley Nº 9.618, de 1950, confirmó la reserva, disposición que se
mantiene en la legislación vigente. En efecto, el artículo 19 Nº 24,
inciso 7º de la Constitución Política y el artículo 7º del Código de
Minería establecen reserva en favor del Estado declarando que no
son susceptibles de concesión minera los hidrocarburos líquidos y
gaseosos, entre otras sustancias que enumera.

1.4.2. Sector Privado de la Minería en Chile


El sector privado de la minería esta formado por la actividad mine-
ra e industrial encaminada a la exploración explotación y beneficio
CURSO DE DERECHO MINERO 31

de sustancias minerales de valor económico. Explota minas pro-


ductoras de sustancias metálicas y no metálicas. Los industriales
mineros del sector privado se agrupan y son representados por la
Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), institución fundada en la
segunda mitad del siglo XIX.
En este sector las distinciones se hacen considerando el ca-
pital invertido, las reservas de mineral que contiene la mina en
explotación y el nivel de tecnología utilizado, elementos que per-
miten distinguir entre la gran minería privada del cobre, la media-
na y la pequeña minería privada del cobre.
Las empresas privadas que pertenecen al sector gran minería
del cobre pueden ser foráneas, nacionales o mixtas. En general, se
trabajan en colaboración con capitales extranjeros, principalmente
americanos, canadienses, finlandeses japoneses, o australianos.
Entre los capitales nacionales cabe mencionar el Grupo Lucsic,
con la empresa Michilla S.A. que se ha asociado con capitales
australianos, o el Grupo Cruzat. Algunos yacimientos son: La
Escondida, en la II Región, Relincho, cerca de Vallenar, en la III
Región, Santa Catalina, también en la III Región.
En el sector privado de la mediana minería del cobre existen
numerosas empresas entre las que citaremos alguna como la Com-
pañía Minera El Indio, la Compañía Minera La Disputada de Las
Condes, la Compañía Minera Mantos Blancos, la Compañía Mine-
ra Cerro Negro, y entre otras las compañías: Minera La Cascada,
Minera Ojos del Salado, Minera Pudahuel, Minera Las Cenizas de
Cabildo, Minera Caleta del Cobre, Minera Cerro Colorado, Mi-
nera Michilla S.A., etc.
La pequeña minería privada del cobre esta formada por
cientos de pequeñas empresas que tienen sus centros de activida-
des en Tocopilla, Tal Tal, Chañaral, Copiapó, Andacollo, Com-
barbalá, Illapel, Cabildo etc. Este sector recibe asistencia técnica y
32 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

económica de ENAMI, quien además adquiere los minerales que


producen.
La Minería Artesanal es el sector constituido por las empre-
sas definidas en el D.L. 824/74, Ley de la Renta, que establece que
el sector esta compuesto por quienes trabajan personalmente una
mina y/o planta de beneficio de minerales propia o ajena, con o sin
ayuda de su familia y con un máximo de cinco asalariados. Inte-
gran también el sector minero artesanal las sociedades legales
mineras que tienen hasta seis socios y las cooperativas mineras
cuyos cooperados tengan el carácter de mineros artesanales en el
concepto ya descrito.

La Minería del Hierro esta en manos de capitales privados y


ocupa el 2º lugar entre los productos metálicos que se explotan en
el país. Los yacimientos se encuentran principalmente en la II y III
Regiones donde se explotan las minas Santa Clara, Carmen, Ban-
durrias, Cerro Imán, Cerro Negro, Boquerón Chañar, El Algarro-
bo, Romeral, etc. En la 8ª Región, en la cordillera de Nahuelbuta
también hay hierro, en el yacimiento Relun.

La Minería del Oro es un sector en crecimiento, cuyos prin-


cipales yacimientos se encuentran en el norte del país y en las
regiones australes. Cabe nombrar las minas El Indio, El Bronce,
Choquelimpie, El Hueso, etc. Además, hay lavaderos de oro en la
II, III, y IV regiones.
Entre otros productos de la Minería Metálica que se explotan
en Chile tenemos: plomo y zinc en la XI Región; molibdeno y
renio, como subproductos del cobre; plata asociada al cobre y al
oro; litio, manganeso y mercurio en el Salar de Atacama, etc.
La minería privada explota también sustancias no metálicas:
En el país existen numerosos yacimientos de minerales no metáli-
CURSO DE DERECHO MINERO 33

cos, no todos en explotación, entre los cuales cabe mencionar el


salitre y yodo.
El Salitre o caliche, fue la gran industria minera chilena del
siglo XIX, hasta después de la primera guerra mundial (1920),
cuando con el descubrimiento del salitre sintético atravesó un
período de crisis ruinosa. A mediados de los años 80 se derogaron
las reservas legales en favor del Estado sobre los nitratos, sales
análogas y el yodo. La Sociedad Química y Minera de Chile
(SOQUIMICH), que explotaba las oficinas de María Elena y Pedro de
Valdivia fue traspasada al sector privado logrando hacer renacer la
industria y exportar sus productos.
Las salitreras son depósitos naturales que se encuentran en la
I y II regiones, son sustancias concesibles y están sujetas al proce-
dimiento común de constitución de concesiones.

1.4.3. Otros minerales no metálicos que se producen en Chile


- Carbón,
- Carbonato de calcio útil en la preparación de cemento,
las minas se encuentran en Antofagasta, Caldera, Polpai-
co y Guarello en la región austral,
- Baritina, componente necesaria para explotar el petróleo;
- Yeso, para preparar cementos, pinturas y en la industria
vitivinícola;
- Cloruro de sodio o sal gema,
- Cuarzo, feldespato, caolín, puzolana, fundamentales para
fabricar vidrios y cerámicas,
- Arcillas, azufre, talco, óxido de fierro, mármol, kiesel-
ghur, ulexita, cimita, etc.,
34 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

2. Sistema Tributario Minero

En materia tributaria es el Decreto Ley Nº 824, conocido como


Ley de Impuesto a la Renta el que se refiere a la actividad minera.
El D.L. Nº 824 se aplica a todos los contribuyentes residentes y a
los no residentes que perciban rentas de fuente chilena.
A las entidades mineras le son aplicables solamente los im-
puestos de primera categoría y adicional. Para efectos tributarios
los contribuyentes mineros se clasifican de la siguiente manera:

2.1. Mineros Artesanales, se encuentran afectos a un impuesto


único sustitutivo de cualquier otro impuesto a la renta.
El artículo 22, Nº 1, de la ley define el sector expresando que
se entiende por pequeños mineros artesanales las personas que
trabajan personalmente una mina y/o una planta de beneficio de
minerales, propias o ajenas, con o sin la ayuda de su familia y/o
con un máximo de cinco dependientes asalariados, incluyéndose a
las sociedades legales mineras que no tengan más de seis socios y
las cooperativas mineras siempre que los socios y cooperados
tengan el carácter de mineros artesanales.
El Reglamento de la Ley Nº 19.719, que modifica el artículo
142 del Código de Minería publicado el 27 de junio 2001, estable-
ce una patente minera especial para pequeños mineros y mineros
artesanales, disponiendo que la denominación minero artesanal
comprenderá:

a. La Persona Natural que explota personalmente y hasta con un


máximo de seis dependientes, los que denominanse también pir-
quineros, una o más pertenencias mineras. Cabe señalar que el
CURSO DE DERECHO MINERO 35

Código de Minería vigente, no contempla la categoría “pirquinero”


ni el “contrato de pirquén”.

b. La Sociedad Legal Minera, que se constituye por el sólo minis-


terio de la ley, en los términos contemplados en los artículos 173 y
siguientes del Código de Minería, que explota una o más perte-
nencias mineras, cuenta con un número de dependientes no supe-
rior a seis y en la que cada socio trabaja personalmente en la ex-
plotación de las referidas pertenencias.

c. La Cooperativa Minera, que explota una o más pertenencias


mineras, que cuenta con un número de dependientes no superior a
seis y en que cada cooperado trabaja personalmente en la explota-
ción de las referidas pertenencias.
En resumen, el citado Reglamento aumentó de 5 a 6 el nú-
mero de dependientes que puede contratar un minero artesanal;
mantuvo las tres categorías que integran el sector de la minería
artesanal y que son: personas naturales, Sociedades Legales Mine-
ras y Cooperativas Mineras; y mantuvo también la obligación de
trabajar personalmente en la explotación de la mina para poder
gozar del beneficio tributario, consistente un impuesto único sus-
titutivo.

2.2. Los Pequeños Mineros de Mediana Importancia pueden elegir


entre contribuir de acuerdo a una renta establecida por la ley como
presunción de derecho, de acuerdo a una escala de tasas determi-
nada en base al precio promedio de la libra de cobre en el año, o
pueden optar por declarar renta efectiva mediante contabilidad.
Pertenecen a este sector los empresarios mineros que a cual-
quier título posean o exploten yacimientos cuyas ventas anuales no
excedan de 36.000 toneladas de mineral metálico no ferroso o
36 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cuyas ventas anuales, cualquiera que sea el mineral no exceda de


6.000 Unidades Tributarias Anuales.
El Reglamento para la aplicación de la Ley Nº 19.719, ya
citado, comprende entre los pequeños mineros a los siguientes:

a) La persona natural que explota personalmente y hasta con un


máximo de doce dependientes una o más pertenencias mine-
ras.
b) La sociedad legal minera que se constituye por el sólo mi-
nisterio de la ley.

El legislador distingue las categorías mineras considerando princi-


palmente el número de dependientes con que cuenta la empresa.

2.3. Mineros de Mayor Importancia, están obligados a tributar


según renta efectiva determinada por contabilidad completa, pa-
gando los impuestos generales que establece la ley. El sector está
integrado por las sociedades anónimas mineras, sociedades en
comandita por acciones, plantas de beneficio que tratan minerales
de terceros en proporción superior al 50% y mineros que por apli-
cación de las normas sobre volúmenes de ventas deban llevar
contabilidad completa.

2.4. Gran Minería y Sociedades Mixtas, empresas que pagan los


tributos generales que establece la ley y en algunos casos tienen un
estatuto jurídico especial, como es el caso de CODELCO.
CURSO DE DERECHO MINERO 37

3. Etapas en que se desarrolla la actividad minera

Los minerales se encuentran en toda la corteza terrestre, en dife-


rentes grados de concentración. Si el mineral aparece con niveles
importantes de concentración se puede evaluar la factibilidad de
extraerlos y convertirlos en materiales útiles. Para determinar si
una mina será rentable y si conviene ponerla en explotación, el
minero debe cumplir con las siguientes etapas:

3.1. Etapa de exploración. Consiste en el trabajo de búsqueda y


descubrimiento. Es fundamental para ubicar nuevos yacimientos
atendido el carácter no renovable de la riqueza minera una vez
extraída. En el Código de Minería esta etapa esta reglamentada
como facultad de catar y cavar y también como derecho exclusivo
del titular de concesión de exploración.

3.2. Etapa de reconocimiento: es un período de estudio de la mina,


descubierta en la etapa anterior, útil para determinar si el yaci-
miento es apto para ser explotado, sea desde un punto de vista
geológico, metalúrgico o económico. En este período se hacen
trabajos en el terreno, como por ejemplo, tomar muestras de mine-
ral, hacer sondajes en profundidad, y hacer trabajos en laboratorio
para determinar las características geológicas, forma del yaci-
miento, pureza o ley del mineral, tratamiento metalúrgico reco-
mendable, etc.
Las etapas de exploración y reconocimiento tienen gran im-
portancia porque permiten prever los riesgos inherentes al factor
aleatorio presente en esta industria. La aleatoriedad del sector es
uno de los elementos que explican la necesidad de una legislación
especial para la minería. El Código de Minería fomenta la explora-
38 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ción y el reconocimiento concediendo al primer manifestante un


derecho preferente para mensurar y constituir propiedad minera.

3.3. Etapa de explotación: consiste en realizar los trabajos necesa-


rios para obtener los productos, es decir, consiste en la extracción
de los minerales del lugar en que, por obra de la naturaleza, se
encuentran. Se realiza por medio de labores mineras subterráneas
tales como socavones, o galerías, que son túneles subterráneos
horizontales (paralelos al horizonte o a la superficie); piques o
pozos, que son perforaciones verticales; y chiflones, que son soca-
vones construidos en plano inclinado.
También puede realizarse a “tajo abierto” esto es, eliminando las
sustancias estériles y practicándose la faena extractiva a la luz del
sol. Ésta técnica de explotación se aplica por las grandes empresas
mineras, pues requiere una mayor inversión inicial.

3.4. Etapa de beneficio: es la etapa de procesamiento y refinación


del mineral una vez extraído del depósito natural en que se encon-
traba. Se verifica en establecimientos industriales llamados plan-
tas, fundiciones y refinerías.

3.5. Etapa de comercialización: es la etapa final, en que se obtiene


la utilidad o lucro que se persigue con la actividad minera.
CURSO DE DERECHO MINERO 39

4. Algunas definiciones relevantes en materia minera

El objeto del derecho de minería son los depósitos naturales de


sustancias minerales susceptibles de explotación económica. Dicho
de otro modo el objeto del derecho de minería esta constituido por
la mina, o yacimiento, o simplemente por el mineral y las relacio-
nes jurídicas y económicas que se generan con motivas de las
diferentes etapas en que se desarrolla la actividad minera. En el
Código de Minería y en la legislación complementaria las palabras
mina, yacimiento o mineral aparecen utilizadas indistintamente
como sinónimos para nombrar el bien que es objeto de las normas
jurídicas aunque en realidad no son sinónimos.

4.1 La mina es el lugar del que se extraen minerales. Puede ser de


explotación subterránea o a “tajo abierto”.
Cuando hay explotación subterránea se utilizan piques, galerías
con diferentes niveles, chiflones o sea galerías con pendiente,
socavones, pozos de extracción, de ventilación, de desagüe etc.,
que generalmente siguen los filones o vetas del mineral y que
tienen techos de roca estéril incluyéndose en el concepto las obras
que se encuentran en la superficie del terreno, como canchas de
acumulación del mineral, depósitos de desmontes, instalaciones
industriales de concentración y beneficio de minerales así como
talleres eléctricos, de reparación de maquinarias, depósitos de
explosivos, campamentos, etc.
En las minas explotadas a “tajo abierto”, como ocurre por
ejemplo en Chuquicamata, no se utilizan las labores mineras des-
critas precedentemente, pues por medio de maquinarias especiales
se extrae todo el terreno en que se encuentra el mineral y la selec-
ción o descarte de rocas inertes se hace en la etapa de beneficio.
40 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Lo que distingue las minas de los depósitos hechos por el


hombre, como el tesoro, los entierros, los repertos arqueológicos o
los depósitos de escorias, desmontes o relaves es el hecho que la
mina es una acumulación de sustancias minerales metálicas o no
metálicas que se han formado naturalmente, sin intervención
humana.
Nuestra legislación dispone que a las minas, o sea, a los de-
pósitos naturales de sustancias minerales, se les aplica la ley mine-
ra cuando tienen relevancia económica, lo que quiere decir que en
Chile, las minas son consideradas objeto de derecho en función de
la actividad económica que se puede desarrollar para explotarla.
En consecuencia, no toda acumulación natural de sustancias mine-
rales es objeto del derecho minero: el objeto del derecho minero
esta formado por los depósitos naturales de sustancias minerales
susceptibles de explotación económica.
En forma excepcional y por especiales razones económicas,
ciertos depósitos de sustancias minerales que son fruto de la acti-
vidad humana, como los Desmontes, Escorias, y Relaves, pueden
ser objeto de explotación minera, como se verá más adelante.

4.2 Por Mineral se entiende cualquier sustancia inorgánica de


origen natural que se encuentra en las diversas capas de la corteza
terrestre o en la superficie de la tierra, cuya composición química,
estructura y propiedades varían de una a otra y que puede extraerse
para ser utilizada económicamente. Desde el punto de vista de su
origen, el mineral es el resultado de un proceso natural de trans-
formación de los restos animales y vegetales en sustancias mine-
rales inorgánicas.
CURSO DE DERECHO MINERO 41

4.3 Yacimiento es el sitio donde se encuentra naturalmente el


mineral o una sustancia fósil con características tales de permitir la
explotación económica.
Se entiende por sustancia fósil aquella de origen orgánico
que existió en edades geológicas pretéritas y que, más o menos
petrificadas, se encuentran en depósitos naturales en la corteza
terrestre. En resumen, el yacimiento está generalmente en el sub-
suelo, oculto, y debe explotarse para extraer el mineral. Las faenas
de explotación más el conjunto de obras que se encuentran en la
superficie (canchas de depósito de minerales, construcciones, etc.)
forman la “mina”.

4.4 Industria Extractiva Minera: El concepto aparece definido en


el artículo 4° del Reglamento de Seguridad Minera, como el con-
junto de “todas las actividades correspondientes a prospección de
yacimientos, extracción, transformación, concentración, fundición
de minerales y productos intermedios, transporte, almacenamiento
de desechos y embarque de minerales, rocas y fertilizantes”, como
también excavaciones de cualquier especie y obras relacionadas”.
De la sola lectura se comprueba que se trata de un concepto más
amplio y de mayor extensión que el de “mina”.

4.5 Faenas Mineras: El artículo 5° del Reglamento citado las


define como el conjunto de instalaciones y lugares de trabajo de la
industria extractiva minera, tales como minas, plantas de beneficio,
fundiciones, maestranzas, casas de fuerza, talleres, actividades de
embarque en tierra y en general la totalidad de las labores de apo-
yo necesarias para asegurar el funcionamiento de la industria
extractiva minera.
42 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4.6 Explotación Minera: En el inciso final del artículo 115 el


Código de Minería dispone que: “se entiende que se establece
explotación minera cuando se arrancan sustancias minerales con
ánimo de lucrar con ellas”.
Luego, cualquier actividad extractiva de minerales en que
no concurra el ánimo de lucro, por ejemplo extraer pepitas de oro
de las arenas de un río como actividad de entretención, sin ánimo
de lucro, no es actividad minera.

4.7 Presunción de Explotación. El artículo 166 del Código de


Minería preceptúa que se presume de derecho que se ha iniciado la
explotación de pertenencia cuando su propietario o terceros ven-
dan minerales o productos provenientes de ella.

4.8 Sustancias Extraídas. El inciso final del artículo 116 del Códi-
go de Minería establece que “se entienden extraídas las sustancias
desde su separación del depósito natural del que formaban parte; o
desde su aprehensión, tratándose de los desmontes, escorias y
relaves a que se refiere el artículo 6º”.

4.9 Placeres Metalíferos. El artículo 60 del Reglamento del Códi-


go de Minería los define como los depósitos naturales de ripio,
grava, arena, limo, arcilla o materiales similares, no consolidados,
que contienen concentraciones de partículas o trozos de metal
nativo o combinado que provienen de la destrucción mecánica,
desintegración o erosión de rocas sólidas o vetas, y que han sido
transportadas hasta el lugar de su acumulación.

4.10 Salar: es el depósito superficial constituido por una costra


salina de espesor variable, con soluciones salinas ocluidas, que
descansa generalmente sobre material detrítico, como arcilla, limo,
CURSO DE DERECHO MINERO 43

arena, u otros similares en una cuenca cerrada o con escaso drena-


je, que constituye su basamento.

4.11 Terreno Franco, es el terreno superficial sobre el cual no


existen impedimentos para constituir concesión minera.

5. Concepto de Derecho de Minería

El objeto que persigue el derecho minero es dar un ordenamiento


jurídico al sector, lo que conlleva dar una respuesta específica a la
necesidad social de contar con un sistema de normas que, en ar-
monía con los valores culturales y con el ordenamiento jurídico
imperante, prevean toda posible conducta o comportamiento hu-
mano en el sector.
La definición que entrega Don Samuel Lira Ovalle en su
Curso de Derecho de Minería, expresa que es el conjunto de nor-
mas jurídicas que establecen la forma de constitución, conserva-
ción y extinción de las concesiones de exploración y de explota-
ción de mineras y regulan las relaciones de los particulares entre sí
en todo lo relativo a la industria minera1.

6. Naturaleza del Derecho de Minería

Se trata de determinar si el Derecho de Minería forma parte del


derecho público o del derecho privado, calificación que es impor-
tante pues en el ámbito del derecho público puede hacerse todo
aquello que la ley expresamente permite, existiendo una prohibi-

1
LIRA OVALLE, MANUEL. Curso de Derecho de Minería, p. 21, Editorial Jurídi-
ca, 1994.
44 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ción de actuar si no hay norma o disposición expresa que lo autori-


ce.
En cambio, en el campo del derecho privado puede hacerse
todo aquello que la ley no prohibe, existiendo una autorización o
permiso para actuar en el caso de no existir norma legal expresa.
Para definir si una norma forma parte del derecho público o
del derecho privado es necesario considerar el sujeto que intervie-
ne. Entre los sujetos del derecho minero encontramos los siguien-
tes:
- El Estado, en su calidad de titular del dominio minero
por mandato constitucional;
- Los solicitantes de concesión, en calidad de peticionarios
o manifestantes;
- Los titulares de concesiones, quienes pueden ser perso-
nas naturales o jurídicas;
- Los dueños de los predios superficiales abarcados por las
concesiones, o sea, personas que no son mineros;
- Los terceros que intervienen en actos, contratos o litigios
en relación con minas o con la industria minera.

De lo expuesto se concluye que bien protegido por el derecho de


minería se vincula tanto al sector público como al sector privado.
Luego, como se observa en la enumeración de los sujetos que
intervienen, en el derecho de minería hay elementos relevantes que
permitirían argumentar para colocar el Derecho de Minería en uno
u otro sector del derecho. No obstante, teniendo en cuenta los
sujetos que intervienen, el hecho que la especialidad minera tiene
su origen en el Derecho Civil al cual el Código de Minería se
remite frecuentemente, que las normas mineras tienen una estrecha
relación con otras disciplinas del derecho y de la economía, parece
CURSO DE DERECHO MINERO 45

justo concluir que el derecho de minería chileno es de naturaleza


mixta.

7. Relaciones del Derecho de Minería con otras ramas del Derecho

Atendida la naturaleza de los asuntos legislados por el derecho de


minería, este se vincula forzosamente con diversas ramas de la
legislación, entre las cuales cabe señalar:

- El Derecho Constitucional, en cuanto en el artículo 19,


Nº 24 incisos 6º y siguientes se sientan las bases del or-
denamiento jurídico de la actividad minera chilena;
- El Derecho Civil, al que la ley minera se remite en diver-
sas materias como por ejemplo, en las servidumbres, los
contratos, etc.;
- El Derecho Procesal, pues la constitución de la propie-
dad minera se hace ante los Tribunales Ordinarios en lo
Civil, en un procedimiento no contencioso y porque el
Código de Minería contiene numerosas normas procesa-
les especiales atinentes por ejemplo al procedimiento en
caso de desamparo, de constitución de servidumbres, de
división física de la propiedad minera, etc.;
- El Derecho Penal, pues la ley minera tipifica algunas fi-
guras delictivas propias de la actividad, como por ejem-
plo en los artículos 23, 73, 118 o 224 del Código del ra-
mo.
- El Derecho Tributario, en cuanto sobre el productor mi-
nero recae la obligación de pagar tasas e impuestos;
- El Derecho Administrativo, especialmente en lo que se
relaciona con la explotación de sustancias no concesibles
46 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

o con los permisos necesarios para realizar labores mine-


ras en determinados lugares;
- El Derecho Ambiental o Ecológico, en cuanto la activi-
dad minera interviene la estructura natural del sistema
geológico y en cuanto los procedimientos de explotación
y beneficio de minerales pueden contaminar el medio
ambiente.

8. Breve síntesis histórica del Derecho de Minería

El hombre ha trabajado en la minería desde la época prehistórica y


lo hizo en forma tal que esta actividad sirve de referencia para
algunos periodos como por ejemplo, la edad del cobre, del bronce,
y del hierro. No obstante, los pueblos antiguos no dejaron normas
o documentos que reglamentaran la actividad minera. En efecto,
sólo en la Edad Media aparecen normas escritas aplicables a la
minería.
En las culturas antiguas tales como Egipto, Arabia, Etiopía,
Caldea, Asiria, se explotaban minas de hierro, plata, cobre, oro y
gemas preciosas, por cuenta del soberano. En ellas trabajaban los
esclavos y los prisioneros de guerra.
En la antigua Grecia se practicó por primera vez, en la histo-
ria conocida, lo que hoy llamamos sistema regalista de la propie-
dad minera, esto es, las minas eran consideradas de propiedad del
monarca o soberano, quien las vendía o arrendaba, cobrando tri-
butos por ellas.
Un concepto diverso aplicaron en sus primeros tiempos los
romanos, quienes consideraron las minas como cosa accesoria al
suelo superficial. En consecuencia, el dueño del terreno era tam-
bién y naturalmente, dueño de las minas que se encontraban en el
subsuelo, con lo que se puede concluir que aplicaban la hoy cono-
CURSO DE DERECHO MINERO 47

cida como teoría de la accesión en forma integral, concepción que


fue cambiando en el tiempo por el desarrollo del imperio. El dere-
cho romano no contiene normas mineras expresas pero los empe-
radores crearon una institución, los commas metallorum que eran
funcionarios encargados de inspeccionar las minas y cobrar los
tributos.
En España las minas se explotaron desde la antigüedad, pri-
mero por los fenicios, luego por los cartagineses y después por los
romanos, todos los que desarrollaron la actividad sujetos al con-
cepto que las minas eran de propiedad del monarca. Por ejemplo,
el Ordenamiento de Alcalá establecía que son propios del señorío
real todas las minas de plata, oro, plomo y de cualquier otro metal.
En esta materia, el rey Felipe II de España es considerado el
padre del Derecho de Minería pues dictó las Ordenanzas de Valla-
dolid o Ley de Minas de 1559 y más adelante, la Ordenanzas del
Nuevo Cuaderno u Ordenanzas de San Lorenzo, que cumplían con
los requisitos de un verdadero Código de Minería y que influyeron
mucho en la legislación de Hispanoamérica, donde las Ordenanzas
se aplicaron desde 1602 por mandato de Felipe III.
En 1783, o sea, en pleno período colonial, el rey Carlos III
promulgó las llamadas Ordenanzas de Nueva España, considera-
das como la legislación más importante sobre la materia, creada
para Hispanoamérica. En ellas se regulaba minuciosamente la
actividad extractiva, estableciendo principios cuya validez se ha
mantenido en el tiempo, tales como el reconocimiento del derecho
preferente del descubridor, la obligación de amparar el dominio, y
la libre denunciabilidad de las minas. La legislación minera chile-
na se ha inspirado en gran parte en estas ordenanzas.
48 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

9. Síntesis histórica de la Legislación Minera en Chile

La historia de Chile está estrechamente ligada a la minería lo que


se prueba recordando que los conquistadores españoles vinieron en
busca de metales preciosos.
Durante la Colonia, la producción de oro fue el pilar de la
economía chilena. Posteriormente, a partir de 1760, se entran a
explotar también minas de plata tales como Chañarcillo y Caraco-
les. Tiempo después de lograda la independencia, en 1840, empie-
za a ser importante la minería del cobre. A fines del siglo XIX la
explotación del salitre constituyó la principal actividad minera,
período que se agota con la gran crisis mundial de 1930.
En los principios del siglo XX se inicia una segunda época
del cobre con la explotación masiva de Chuquicamata y El Te-
niente por capitales norteamericanos. En los años cincuenta entró
en producción Potrerillos y en los años sesenta, las minas El Sal-
vador y La Andina. Todas estas minas eran trabajadas por empre-
sas norteamericanas hasta que en 1967 el Gobierno del Presidente
Eduardo Frei Montalva implementó el programa llamado de Chi-
lenización del cobre, para obtener una mayor participación del
Estado por medio del cobro de impuestos y la demanda de servi-
cios. En 1971, siendo Presidente Don Salvador Allende, el Estado
chileno nacionalizó las minas y para administrarlas constituyó la
Corporación Nacional del Cobre (CODELCO).
En lo referente al desarrollo legislativo propiamente tal cabe
mencionar que lograda la independencia, se mantuvieron vigentes
la Ordenanzas de Nueva España y los tribunales especiales mine-
ros que ellas contemplaban, llamados Diputaciones Mineras, hoy
inexistentes.
En 1857 entró en vigencia el Código Civil, que incluyó nor-
mas mineras inspiradas en las Ordenanzas de Nueva España.
CURSO DE DERECHO MINERO 49

Por ejemplo, el artículo 591 del Código Civil dispone: “El


Estado es dueño de todas las minas de oro, plata, cobre, azogue,
estaño, piedras preciosas y demás sustancias fósiles, no obstante el
dominio de las corporaciones y de los particulares sobre la superfi-
cie de la tierra en cuyas entrañas estuvieren situadas”. En estos
términos, la legislación civil nacional consagró el dominio del
Estado sobre la riqueza minera, principio que se mantiene vigente
en la legislación actual.
El mismo artículo 591 del Código Civil concedió a los parti-
culares “la facultad de catar y cavar en tierras de cualquier domi-
nio para buscar las minas”, la de labrar y beneficiar dichas minas y
la de disponer de ellas como dueños con los requisitos y bajo las
reglas que prescribe el Código de Minería.
El citado artículo 591 tipificó dos tipos de dominio: aquel
que corresponde a la propiedad del terreno superficial y el de la
propiedad de las riquezas del subsuelo. En resumen, el Código
Civil consagró el principio del dominio del Estado sobre la riqueza
minera y el principio de la libertad para explorar o buscar minas,
diferenciando el dominio del predio superficial de aquel corres-
pondiente a la riqueza minera.

El Primer Código Minero Nacional se promulgó en 1874,


esto es, más de cincuenta años después de la declaración de la
independencia, años en que Chile había pasado a ser un país esen-
cialmente agrícola. En consecuencia, este cuerpo legal favorecía el
desarrollo de la agricultura y otorgaba protección especial al dueño
del terreno superficial, restringiendo la libre denunciabilidad de las
minas, poniendo trabas reglamentarias, suprimiendo las diputacio-
nes mineras y remitiendo los litigios a la justicia ordinaria. Ade-
más, estableció un sistema de amparo por el trabajo, con lo que era
suficiente la denuncia de que un yacimiento no era trabajado –lo
50 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

que se podía probar con testigos– para privar de la mina al conce-


sionario por incumplimiento de la obligación de trabajarla.

El Segundo Código de Minería Chileno se dictó en 1888


bajo el patrocinio de la recién formada Sociedad Nacional de
Minería (SONAMI). Éste Código estableció el principio de la liber-
tad de minas, ampliaba la enumeración de las minas de libre de-
nunciabilidad, y sustituyó el amparo por el trabajo por un sistema
de amparo por pago de patente.

Sucesivamente, se dictaron los Códigos de 1930, que tuvo


vigencia durante dos años y de 1932, ambos obra de la dedicación
del profesor Alejandro Lira e inspirados en la doctrina de la liber-
tad de minas: mantuvieron la libre denunciabilidad de las sustan-
cias minerales, crearon la concesión exclusiva para explorar, con-
servaron y perfeccionaron el sistema de amparo por pago de pa-
tente, modernizaron el régimen de sociedades mineras, etc.
En el mismo año 1932 se dictó el Reglamento del Código de
Minería, el Reglamento sobre Policía y Seguridad Minera y las
normas para efectuar mensuras de pertenencias. El Código de 1932
estuvo vigente hasta 1983 pero fue modificado en numerosas
oportunidades.
El Código de Minería actualmente vigente se dictó por la
Ley Nº 18.248, fue publicado en el Diario Oficial el 14 de Octubre
de 1983 y entró en vigencia 60 días después, o sea, el 14 de di-
ciembre de 1983.

Reforma Constitucional y Nacionalización del Cobre.


La Ley Nº 17.450, de 1971, junto con nacionalizar las minas de
cobre explotadas por las grandes empresas americanas constituyó
la reforma más importante introducida en el Código de Minería de
CURSO DE DERECHO MINERO 51

1932 porque cambió el régimen jurídico minero al establecer, con


rango constitucional, el dominio del Estado sobre las minas dejan-
do a los mineros en la condición de concesionarios. Antes de la
Ley Nº 17.450 en Chile se aplicaba el sistema de libertad de mi-
nas, que atribuye al Estado un dominio eminente y otorga la pro-
piedad de los yacimientos a los particulares. El artículo 1º del
Código de Minería de 1932 reproducía el texto del artículo 591 del
Código Civil.
La Ley Nº 17.450 modificó también la Constitución Política
de 1925 entonces vigente, incorporando tres incisos que organizan
un sistema de propiedad estatal y de concesiones que se mantiene
en el actual Código Las modificaciones más importantes fueron las
siguientes:
a) Se atribuye al Estado un dominio minero calificado co-
mo absoluto, porque existe por sí mismo, en forma in-
condicionada, exclusivo, porque es un dominio único,
que excluye cualquier otro, inalienable, porque no se
puede enajenar, no esta en el mercado, e imprescriptible,
porque no se pierde por el transcurso del tiempo, no
prescribe.
b) Se estableció un régimen de concesiones de exploración
y otro de concesiones de explotación, ambos sólo sobre
sustancias concesibles, transformando la propiedad mi-
nera en concesión, lo que comporta un cambio profundo.
c) Dispuso que la ley aseguraría la protección de los dere-
chos de los concesionarios, los que están amparados por
la garantía constitucional del derecho de propiedad.

La Constitución de 1980, en su artículo 19 Nº 24, incisos 6º al 10º


sienta las bases en que descansa la legislación minera chilena,
conservando en primer lugar, el concepto de que el Estado tiene el
52 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible sobre


todas las minas.

10. Sistemas o doctrinas que explican el origen del dominio minero

Las características de la actividad minera, la necesidad de determi-


nar a quien corresponde el dominio de los yacimientos y el dere-
cho a aprovecharse de los mismos, se encuentra en el origen de las
doctrinas o teorías que se han elaborado para definir las caracterís-
ticas del régimen jurídico que regula la actividad minera.
Las diferentes doctrinas o teorías que se pasa a describir
buscan responder a las siguientes preguntas:
1. ¿A quien corresponde el dominio originario de la riqueza
minera?
2. ¿A quien corresponde su aprovechamiento?

Resueltas estas dos interrogantes queda caracterizado el régimen


jurídico que regula la actividad minera de un país.
Para responder a las interrogantes planteadas cabe recordar
que cuando se trata de explotación minera se enfrentan intereses, a
menudo contrapuestos: aquellos del Estado y/o de la sociedad en
su conjunto y los intereses del dueño del predio superficial; aque-
llos del descubridor minero y los de terceros que tienen interés en
explotar un yacimiento descubierto por otro. Luego, la actividad
minera afecta a sujetos distintos y variados.
Las teorías elaboradas en occidente para organizar el régi-
men jurídico de las minas y la actividad minera en general, fueron
racionalizadas y sistematizadas por primera vez en el siglo XVIII,
en Francia cuando la Asamblea Constituyente debatió la legisla-
ción minera francesa. En el siglo XIX los esfuerzos de varios juris-
CURSO DE DERECHO MINERO 53

tas y estudiosos del derecho culminaron en la elaboración de cinco


doctrinas principales sobre el tema, las que se pasa a exponer a
continuación.

10.1 Doctrina o teoría de la accesión. Se funda en la idea de uni-


dad material entre el suelo y el subsuelo. Considera a la mina
como elemento accesorio al predio superficial y atribuye al dueño
del suelo el dominio patrimonial de las minas y el derecho a ex-
plotarlas, sin distinguir entre minas superficiales o en profundidad.
Tiene origen en Roma. Se difundió en Europa en el siglo
XVIII siendo vinculada a la teoría del derecho natural. Esta doctrina
evita el conflicto jurídico entre agricultura y minería pero carece
de fundamentos sólidos si se considera que a menudo la mina tiene
más valor que el terreno.
Actualmente, dado el volumen e importancia de la riqueza
minera esta teoría esta prácticamente en desuso. No obstante,
subsiste en algunos sistemas anglosajones y también en algunos
Estados de USA. El interés general ha aconsejado separar el domi-
nio sobre el predio superficial de aquel sobre la riqueza del sub-
suelo, separación que permite constituir títulos de dominio dife-
rentes.
En Chile, sólo el Código de Minería de 1874 acogió la doc-
trina de la accesión. En la actualidad, la Constitución de 1980
declara que el dominio del suelo es distinto e independiente del
dominio de la riqueza del subsuelo.
No obstante, la legislación minera vigente aplica excepcio-
nalmente la teoría de la accesión en los siguientes artículos del
Código de Minería:

a) Artículo 13: al dominio de las arcillas superficiales, arenas,


rocas y demás materiales aplicables directamente a la
54 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

construcción y también respecto de la propiedad de las sali-


nas artificiales, al declarar que las mencionadas sustancias
“no se consideran sustancias minerales y por lo tanto no se
rigen por el presente Código”. Como consecuencia de esta
declaración, las sustancias antes mencionadas acceden al
dominio del dueño del suelo, y se rigen por la ley civil.
Al declarar que las arcillas superficiales, las salinas artifi-
ciales y los materiales aplicables directamente a la construc-
ción no se consideran sustancias minerales, el legislador ha
dejado estas sustancias fuera del ámbito de la legislación mi-
nera y, en consecuencia, bajo el régimen de los artículos 643
y siguientes del Código Civil, formando parte de la propie-
dad del dueño del predio superficial en que se encuentran.

b) Artículo 6º, que trata de los desmontes, escorias y relaves.


En el inciso final dispone que cuando estas sustancias “se
encuentren dentro de los límites de una pertenencia, accede-
rán a ésta”.

c) Artículo 31, que legisla sobre las demasías, en cuanto dispo-


ne que “el terreno encerrado por tres o más pertenencias
constituidas, en que no sea posible constituir otra de la forma
y cabida mínima indicadas en el artículo 28, será una dema-
sía y accederá, por ministerio de la ley, en el momento en
que se constituya la pertenencia que da origen a la demacia,
a aquella que haya sido o se tenga por manifestada primero”.

En resumen, el régimen jurídico vigente aplica excepcionalmente


la doctrina de la accesión.
CURSO DE DERECHO MINERO 55

10.2 Doctrina o teoría del regalismo. Tiene su origen en el dere-


cho del soberano, del rey, hoy del Estado. El término “regalismo”
se refiere a la prerrogativa o privilegio real. El nombre deriva de la
regalía a que tenía derecho el soberano y de la prerrogativa que
tiene la autoridad en el Estado moderno. Esta teoría se desarrolló y
aplicó en la antigua Grecia y en la Roma Imperial alcanzando su
máxima aplicación durante las monarquías absolutas europeas.
En su forma más pura, esta teoría radica en el Estado el do-
minio patrimonial de todas las minas, las que se consideran como
bienes separados y diferentes del suelo superficial. Como titular
del dominio, el Estado puede usar, gozar y disponer de ellas libre-
mente, puede venderlas, permutarlas, arrendarlas, explotarlas
directamente, etc.
Se ha intentado fundar esta doctrina en el hecho que el valor
de la mina aumenta en razón del medio y de los recursos accesi-
bles, de los trabajos de infraestructura o de caminos realizados por
el Estado que hacen posible o facilitan la explotación. En ambos
casos, el derecho a que pueden optar las personas privadas depen-
de del acuerdo a que lleguen con el Estado, de lo que resulta que el
privado tiene un título precario respecto de la mina, careciendo de
la seguridad necesaria para invertir en una actividad con caracte-
rísticas aleatorias cual es la minería.
La teoría regalista se ha aplicado, con varios matices, en di-
ferentes épocas, por ejemplo:
a) Explotando todas las minas por el Estado, lo que se dio en
los regímenes mineros de corte socialista;
b) Mediante la venta de yacimientos en pública subasta; esto
es, el Estado vende las minas las condiciones, a fin de que
los privados las exploten;
c) Arrendando las minas por el Estado, a personas privadas,
sistema muy criticado porque el minero esta obligado a in-
56 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tentar obtener el mayor provecho posible dentro del plazo


del contrato, lo que a menudo se logra a costa de la des-
trucción o floreo de la mina;
d) Otorgando por el Estado concesiones administrativas o
contratos de operación de un yacimiento a particulares.

En Chile, la teoría regalista se aplica a los hidrocarburos líquidos y


gaseosos y al litio. Desde 1926, el dominio de los hidrocarburos
líquidos y gaseosos esta en manos del Estado, en forma monopóli-
ca.
En igual situación legal se encuentra el litio y todas las sus-
tancias minerales concesibles que se encuentran ubicadas en luga-
res declarados de interés para la seguridad nacional con efectos
mineros o aquellos existentes en las aguas marítimas sometidas a
la jurisdicción nacional (artículo 7º del Código de Minería).
La Constitución Política contiene una declaración de domi-
nio de corte regalista al disponer, en el artículo 19, Nº 24, inciso
6º, que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable
e imprescriptible de todas las minas existentes en el territorio
nacional, no obstante la propiedad de las personas naturales o
jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas.
En todo caso, cabe señalar que se trata de una aplicación
moderada del sistema regalista porque en los hechos, las personas
pueden llegar a explotar las sustancias respecto de las cuales el
Estado tiene dominio patrimonial, sea por medio de concesiones
administrativas o por celebrar con el Estado contratos de opera-
ción. Al respecto, en 1975, el DL 1.089 creó los contratos de ope-
ración, por medio de los cuales se puede permitir a los privados
participar en las explotaciones de sustancias no concesibles, esto
es, sustancias de dominio exclusivo del Estado. En 1887 el Minis-
CURSO DE DERECHO MINERO 57

terio de Minería dicta le DFL N°2, texto refundido sobre la explo-


ración, explotación y beneficio de yacimientos de hidrocarburos.

10.3 Doctrina o teoría de la ocupación: Comporta una concepción


totalmente opuesta a las doctrinas anteriormente expuestas pues
considera a las minas como cosas de nadie, como bienes naturales
sin dueño, atribuyendo el dominio originario al primer ocupante,
quien generalmente es el descubridor y tiene derecho a explotarla.
Fue concebida en oposición a la doctrina de la accesión y afirma
que el trabajo del ocupante da origen a la propiedad minera cons-
tituyendo la fuente de la riqueza.
Tiene origen en los enciclopedistas franceses del siglo XVIII;
en especial en el trabajo de Robert Turgot, que la expuso en su
memoria sobre minas y canteras. Los partidarios de la doctrina de
la ocupación rechazan las teorías de la accesión y del regalismo
que se inspiraron en la monarquía absoluta y reivindica el trabajo
para adquirir la propiedad y la riqueza minera.
Quienes se oponen a la aplicación de esta doctrina argu-
mentan que su aplicación conduce a la anarquía ya que un mismo
yacimiento puede ser objeto de derechos de varios ocupantes, sin
que queden determinados los límites de los derechos de cada uno,
agregando que a veces las minas se descubren por azar y no por
trabajo.
La doctrina de la ocupación no tiene acogida en nuestra le-
gislación minera. Estuvo presente en las Ordenanzas de Nueva
España y en los Códigos de 1874 y 1888.

10.4 Doctrina o teoría de res nullius: Fue elaborada en el siglo XIX


por los franceses Challoz y Duvalier. Considera al Estado como tutor
de la riqueza minera, pues las minas, incluso las ya descubiertas, no
pertenecerían a nadie, ni siquiera al Estado. El rol tutelar que se
58 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

atribuye al Estado no puede confundirse con dominio, pues su facul-


tad se limita a otorgar concesiones al interesado que ofrezca las con-
diciones más ventajosas, trámite de selección que se realiza por
medio de los órganos de la administración pública que correspondan.
El inconveniente más relevante de esta doctrina es que desa-
lienta la exploración y búsqueda de minerales porque no asegura al
descubridor el fruto de su trabajo y porque confiere un papel pre-
ponderante a la Administración Pública en la asignación y conser-
vación de los yacimientos lo que, a menudo, produce poca estabi-
lidad en los títulos, inseguridad para hacer inversiones, descon-
fianza, etc.
El Código Minero de 1930 acogió esta doctrina respecto del
carbón y también se aplicó desde 1975, (DL 1090) respecto de los
placeres metalíferos, con resultados poco interesantes porque las
concesiones administrativas otorgadas no contribuyeron a elevar ni
a racionalizar la producción. La Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras derogó estos regímenes especiales e
incluyó el carbón y los placeres metalíferos entre las sustancias
minerales a las que se aplican las normas mineras.

10.5 Doctrina de la libertad de minas. De origen germánico, conside-


ra a las minas como diferentes e independientes del suelo superficial
en cuyas entrañas se encuentran. Agrega que el Estado tiene un do-
minio originario o alto dominio de las minas, que lo habilita sólo para
conceder propiedad efectiva a quien la solicita, prefiriendo al descu-
bridor y reglamentando la conservación de la propiedad.
Es una doctrina ecléctica, trata de tomar lo mejor de las otras y
salvar los inconvenientes. Tiene aplicación en Chile pues es la doctri-
na que orienta las disposiciones sobre sustancias concesibles y regí-
menes de concesiones de exploración y de explotación contenidas en
el Código de Minería.
CAPÍTULO II
FUENTES LEGALES DEL DERECHO DE MINERÍA

1. Las fuentes legales del Derecho de Minería son las siguientes:

La Constitución Política de la República: Las normas fundamen-


tales y las bases generales en que se funda la legislación minera
chilena se encuentran en el artículo 19, Nº 24, incisos 6º y si-
guientes y en los artículos 2º y 3º transitorios de la Constitución
Política del Estado. Cabe recordar que el artículo 3º transitorio
dispone que la gran minería del cobre y las empresas consideradas
como tales, nacionalizadas en virtud de lo prescrito en la disposi-
ción 17º transitoria de la Constitución Política de 1925, continua-
ran rigiéndose por las normas constitucionales vigentes a la fecha
de promulgación de esta Constitución.
La Ley 18.097, Orgánica Constitucional sobre Concesiones
Mineras, dictada por mandato expreso de la Constitución, que
explícita y regula diversos aspectos de la legislación minera.
El Código de Minería, que entro en vigencia conjuntamente
con la Ley Orgánica Constitucional, el 13 de diciembre de 1983.
El Reglamento del Código de Minería, contenido en el De-
creto Nº 1 del Ministerio del ramo, fue publicado en el Diario
Oficial el 27 de febrero de 1987 y entró de inmediato en vigor.
El DFL Nº 2 del Ministerio de Minería –publicado el 30 de
marzo de 1987– que fija el texto refundido, coordinado y sistema-
tizado del DL 1.089 de 1975, que establece normas sobre contratos
especiales de operación para la exploración, explotación y benefi-
cio de yacimiento de hidrocarburos.
60 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Otros cuerpos legales como el D.S. 72, de 1986, Reglamento


de Seguridad Minera, el DS 86, de 1970, sobre Construcción y
Operación de Tranques de Relave, los reglamentos del Servicio
Nacional de Geología y Minería, de la Empresa Nacional de
Petróleos, de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, de la
Comisión Chilena del Cobre, de la Comisión Chilena de Energía
Nuclear, etc.
De la enumeración precedente resulta que el Derecho Mine-
ro esta formado por el conjunto de normas jurídicas aplicables a la
exploración, explotación y beneficio de las sustancias minerales,
normas que regulan la actividad de los concesionarios y en general
de los operadores del sector. El Derecho de Minería se comple-
menta además con la jurisprudencia de los Tribunales de Justicia,
la opinión de los tratadistas y demás fuentes propias de una disci-
plina jurídica.
Cabe reiterar que el Derecho Minero no se reduce al estudio
del Código de Minería ya que muchas normas aplicables al sector
se encuentran dispersas, como ha quedado demostrado en la enu-
meración de las fuentes legales de esta rama del derecho.
A continuación, entraremos a estudiar los tres primeros tex-
tos legales nombrados, esto es, la Constitución Política del Estado,
la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras y el
Código de Minería el que será concordado con las disposiciones
del Reglamento del Código de Minería.

2. Fundamentos constitucionales de la Legislación Minera

En el artículo 19, Nº 24, la carta fundamental asegura a todas las


personas el derecho de propiedad en sus diversas especies y sobre
toda clase de bienes corporales e incorporales. Los incisos 6º al 10º
CURSO DE DERECHO MINERO 61

del artículo 19, Nº 24, de la Constitución Política contienen las


bases de la legislación minera nacional.
Para entrar en materia cabe recordar que el artículo 582 del
Código Civil define el dominio o propiedad como el derecho real
en una cosa corporal para gozar y disponer de ella arbitrariamente;
no siendo contra ley o contra derecho ajeno. Las cosas corporales
son las que tienen un ser real, pueden ser percibidas por los senti-
dos, y se dividen en muebles e inmuebles, fincas o bienes raíces.
Esta clasificación tiene importancia desde el punto de vista del
Derecho Minero porque los bienes muebles e inmuebles tienen un
tratamiento jurídico diverso, por ejemplo en cuanto a los plazos de
prescripción, a solemnidades en caso de celebrar ciertos actos o
contratos, etc.
Al respecto, las concesiones mineras y los minerales que se
encuentran en la mina sin ser todavía extraídos, son bienes inmue-
bles, en tanto que los minerales extraídos son bienes muebles.
El inciso 6º del artículo 24 Nº 19 de la Constitución señala
las características del dominio que tiene el Estado sobre las todas
las minas, dominio que es permanente en presente, pasado y futuro
y que tiene los siguientes atributos:

- Es absoluto, porque es un dominio independiente, no


está sujeto a limitaciones o gravámenes dentro del marco
jurídico que corresponde a su naturaleza, y porque reúne
todos los requisitos del dominio: usar, gozar y disponer
sin limitaciones ni restricciones;
- Es exclusivo, porque es un dominio único, que no admite
otro titular,
- Es inalienable, porque el Estado no puede enajenar las
minas; ellas forman parte de la soberanía del Estado por
lo que no puede desprenderse del dominio;
62 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Es imprescriptible, porque el Estado no lo pierde por el


transcurso del tiempo, por vía de la prescripción adquisi-
tiva, ni aún por el goce inmemorial que pudiere alegar un
tercero.
El mismo inciso 6º explica que el dominio del Estado recae sobre
todas las minas, sean éstas metálicas o no metálicas.

- La expresión “todas las minas” se refiere a todos los de-


pósitos naturales de sustancias del reino mineral, salvo
las que están expresamente excluidas, como se verá más
adelante;
- en la expresión “todas las minas” se comprenden las
“covaderas”, o sea, los lugares en que se acumula el gua-
no o fecas de ciertas aves marinas, el que no obstante ser
una sustancia orgánica, se rige por la ley minera. Las co-
vaderas se asimilan al concepto de mina desde la anti-
güedad, por el valor económico de dicho guano que se
utiliza como abono en la agricultura;
- se comprenden también las arenas metalíferas, las que
son arenas que contienen concentraciones de partículas o
trocitos de metal que provienen de la desintegración o
erosión natural o mecánica de rocas o vetas y que se han
acumulado en el lugar en que se encuentran, entre las
cuales son conocidos los “lavaderos de oro”, las arenas
argentíferas, ferríferas, etc.
- La expresión mina incluye los salares, que son depósitos
naturales que se encuentran en la superficie del terreno,
generalmente en una cuenca cerrada o con escaso drena-
je, entre los que cabe nombrar las salitreras del norte del
país;
CURSO DE DERECHO MINERO 63

- los depósitos de carbón, referencia con que la Constitu-


ción Política se refiere al carbón mineral o carbón de
piedra;
- los hidrocarburos, depósitos que se forman por la combi-
nación natural del carbono con el hidrógeno y se pueden
presentar en estado sólido, tomando el nombre de “es-
quistos bituminosos”, en estado líquido, llamado petró-
leo, o gaseoso, que son los depósitos de gas metano o gas
butano;
- y las demás “sustancias fósiles”, expresión con la que se
refiere a las sustancias orgánicas petrificadas que se en-
cuentran en el subsuelo. Incluye todos los minerales me-
tálicos o no metálicos, descubiertos o por descubrir en el
futuro. Nuestra legislación minera, entiende por fósil
cualquier clase de mineral o roca.

El inciso 6º declara que la propiedad minera es distinta e indepen-


diente de la que se tiene sobre los terrenos superficiales en que ella
se encuentra. Esto quiere decir que el terreno superficial y la mina
o yacimiento que se encuentra en sus entrañas constituyen bienes
diferentes. En virtud de esta disposición, los propietarios de los
terrenos superficiales en que se constituyen concesiones, en ciertos
aspectos deben someterse a la ley minera aunque no sean titulares
de propiedad minera.
No sólo en esta forma el inciso 6º en estudio limita el domi-
nio del dueño del predio superficial, pues agrega que dicho domi-
nio “estará sujeto a las obligaciones y limitaciones que la ley
señale para facilitar la exploración, explotación y beneficio de
dichas minas”, lo que en la práctica se expresa por ejemplo, en la
imposición de servidumbres mineras sobre los predios.
64 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Declara que la legislación minera no se aplica a las arcillas


superficiales, las que constituyen una excepción al dominio del
Estado sobre las minas. Luego, por mandato constitucional, las
arcillas acceden a la propiedad del dueño del predio superficial en
que se encuentran y, para los efectos legales, no se consideran
sustancias minerales. Esta disposición fue ampliada en el inciso
final del artículo 3º de la Ley Orgánica Constitucional sobre Con-
cesiones Mineras y en el artículo 13º del Código de Minería que
declaran que están sometidas al mismo régimen de las arcillas
superficiales las salinas artificiales, las arenas, rocas y demás
materiales aplicables directamente a la construcción, sustancias
todas que, para efectos legales, no se consideran minerales consti-
tuyendo una excepción a la regla general del dominio del Estado
sobre las minas, ya que su dominio corresponde al dueño del suelo
en que se encuentran.
El inciso 7º del artículo 19, Nº 24 de la Constitución delega,
en una Ley Orgánica Constitucional (LOC Nº 18.097) la determi-
nación de las sustancias minerales que pueden ser objeto de conce-
siones mineras de exploración o de explotación, “exceptuados los
hidrocarburos líquidos y gaseosos”.
Delega también en la LOC el establecimiento del régimen de
amparo de las concesiones, fijando las siguientes finalidades de
dicho régimen de amparo:
a) Tenderá directa o indirectamente a obtener el cumplimiento de
la obligación del concesionario de desarrollar actividad necesa-
ria para satisfacer el interés público que justifica el otorga-
miento de la concesión. En esta forma se estableció con rango
constitucional que, al entregar concesiones mineras a privados,
el Estado lo hace porque existe interés público en que las mi-
nas chilenas sean explotadas.
CURSO DE DERECHO MINERO 65

b) Contemplará las causales de caducidad para el caso de incum-


plimiento, o de simple extinción del dominio sobre la conce-
sión, disponiendo que dichas causales y sus efectos deben estar
establecidos al momento de otorgarse la concesión, norma que
tiene por objeto impedir la aplicación, en materia minera, de la
retroactividad de una ley, y dar seguridad al inversionista mi-
nero respecto al régimen legal a que se encuentra sometido.

El inciso 7º agrega:
- que los hidrocarburos líquidos y gaseosos no son conce-
sibles, por lo que no se permite a personas privadas
constituir concesiones sobre ellos. No estando incluidos
en la inconcesibilidad quedan en calidad de concesibles
los hidrocarburos sólidos, llamados esquistos bitumino-
sos;
- que las concesiones mineras se constituirán siempre por
resolución judicial y que tendrán la duración, conferirán
los derechos e impondrán las obligaciones que la ley ex-
prese, la que tendrá el carácter de Ley Orgánica Consti-
tucional, diferencia del régimen anterior en que era la
autoridad administrativa quien concedía la propiedad
minera.

En el inciso 8º del artículo 19, Nº 24 de la Constitución dispone


que será de competencia exclusiva de los Tribunales Ordinarios de
Justicia la declaración de la extinción de las concesiones y el
conocimiento de las controversias que se produzcan respecto de la
caducidad o extinción del dominio sobre la concesión, agregando
que, en caso de caducidad, el afectado podrá requerir a la justicia
la declaración de subsistencia de su derecho.
66 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

En el inciso 9º del artículo 19 Nº 24 de la Constitución se


consagra expresamente que el titular de concesión minera está
protegido por la garantía constitucional del derecho de propiedad.
Finalmente, en el inciso 10º del artículo 19 Nº 24 de la
Constitución, se refiere al régimen legal de las sustancias inconce-
sibles y al efecto dispone:

1°. Que la exploración, la explotación o el beneficio de los yaci-


mientos que contengan sustancias no susceptibles de concesión
podrán ejecutarse:
a) Directamente por el Estado,
b) Por las empresas del Estado,
c) Por medio de concesiones administrativas o
d) Por medio de contratos especiales de operación, con los
requisitos y bajo las condiciones que el Presidente de la
República fije para cada caso, por Decreto Supremo.

Las concesiones administrativas y los contratos especiales de


operación comportan la posibilidad de que personas privadas
participen en las labores mineras de sustancias inconcesibles.
En su parte final, el inciso en estudio señala, que el Presi-
dente de la República tiene facultad constitucional para “poner
término en cualquier tiempo, sin expresión de causa, y con la
indemnización que corresponda, a las concesiones administrativas
o a los contratos de operación relativos a explotaciones ubicadas
en zonas declaradas de importancia para la seguridad nacional”.

2°. Que la norma precedentemente señalada se aplicará también “a


los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas marí-
timas sometidas a la jurisdicción nacional y a los situados, en todo
CURSO DE DERECHO MINERO 67

o en parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de


importancia para la seguridad nacional”.
En esta forma, el inciso 10º de la Constitución declara in-
concesibles en razón de su ubicación geográfica, fundado en moti-
vos de seguridad nacional, a los yacimientos mineros de cualquier
especie existente en las aguas marítimas sometidas a la jurisdic-
ción nacional o en zonas declaradas de importancia para la seguri-
dad nacional. Evidentemente, cuando la norma constitucional se
refiere a “yacimientos de cualquier especie” incluye las sustancias
minerales concesibles e inconcebibles, lo que permite conxluir que
las sustancias minerales metálicas o so metálicas no siempre son
concesibles; la concesibilidad depende del lugar en que se encuen-
tran las mineras.

3. Síntesis de las principales disposiciones de la Ley 18.097,


Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras.

En cumplimiento de la delegación prescrita en el inciso 7º del


artículo 19 Nº 24 de la Constitución, la LOC sobre Concesiones
Mineras ha legislado sobre las materias pertinentes.
En cuanto a las concesiones mineras, declara que en Chile
hay dos tipos de concesiones: de exploración y de explotación,
llamada también “pertenencia”.
La palabra “concesión” es genérica y se usa para referirse
tanto a la concesión de exploración como a la de explotación o a
ambas.
En el artículo 2º, la LOC entrega la definición de la naturaleza
jurídica de las concesiones mineras, que son: “derechos reales e
inmuebles; distintos e independientes del dominio del predio
superficial, aunque tengan un mismo dueño; oponibles al Estado y
a cualquier persona; transferibles y transmisibles; susceptibles de
68 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

hipoteca y otros derechos reales y, en general, de todo acto o


contrato; y que se rigen por las mismas leyes civiles que los demás
inmuebles, salvo en lo que contraríen disposiciones de esta ley o
del Código de Minería”.
Del artículo trascrito resulta que hay similitud o analogía
entre los derechos reales que se tienen sobre los inmuebles en
general, y los derechos reales del titular de concesión minera,
debidamente constituida e inscrita en el Conservador de Minas.
Los derechos reales del dueño del suelo y del concesionario cons-
tituyen realidades jurídicas diversas e independientes una de otra,
por lo que se reitera que el dominio del suelo superficial es distinto
e independiente del dominio que la concesión otorga sobre las
sustancias minerales que se encuentran en las entrañas del suelo.
Es indiferente que los titulares de ambos dominios sean personas
distintas o sean la misma persona. En este último caso el dueño
tendrá un título sobre el suelo y otro título sobre la concesión
minera.
Una vez constituida la concesión es oponible al Estado y a
cualquier persona, lo que comporta que el titular tiene derecho a
impetrar las acciones civiles y penales que corresponda para de-
fenderla. Como la concesión minera se rigen por las mismas leyes
civiles que los demás inmuebles respecto de ella se pueden cele-
brar los mismos actos jurídicos, contemplados en el Código Civil
respecto de los inmuebles.
La Ley Orgánica Constitucional agrega que las concesiones
mineras se rigen por las mismas leyes civiles que los demás in-
muebles, salvo en lo que contraríen disposiciones de la Ley Orgá-
nica Constitucional sobre Concesiones Mineras o del Código de
Minería, estableciendo entonces, expresamente, que en materia
minera debe aplicarse el principio de la especialidad de la ley.
Luego, la ley civil (artículo 4º y 13º del Código Civil) es la norma
CURSO DE DERECHO MINERO 69

general y la ley minera es la norma especial que se aplica con


preferencia o prevalece sobre las disposiciones generales.
En el artículo 3º, la LOC precisa que el objeto de las conce-
siones mineras está constituido por las sustancias minerales con-
cesibles que existen en la extensión territorial que comprende la
concesión. Se deduce que el concesionario no se hace “dueño del
subsuelo” y tampoco de los estratos mineralizados que se encuen-
tran en el subsuelo. Sólo tiene derecho exclusivo a explorar y/o
explotar las sustancias minerales concesibles que se encuentran
dentro de los límites de la concesión.
El mismo artículo 3º establece que la forma de la concesión
minera es la de “un sólido cuya profundidad es indefinida dentro
de los planos verticales que la limitan”.

Sustancias minerales concesibles: Dispone que son concesi-


bles “todas las sustancias mineras metálicas y no metálicas y, en
general, toda sustancia fósil, en cualquier forma en que natural-
mente se presenten, incluyéndose las existentes en el subsuelo de
las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional que
tengan acceso por túneles desde tierra”, e incluidos los “desmon-
tes, escorias y relaves abandonados por su dueño” que existan en
la extensión territorial de la concesión.
Por fósil se entiende toda sustancia de origen orgánico más o
menos petrificada, que por causas naturales se encuentra en las
capas terrestres, comprendiéndose los minerales o rocas en cual-
quier estado en que se encuentren.

Sustancias Minerales Inconcesibles: De acuerdo a este mis-


mo artículo 3º, las sustancias no concesibles son las siguientes:
1. Los hidrocarburos líquidos y gaseosos, ya declarados no con-
cesibles por la Constitución Política, a los que agrega el litio.
70 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Estas son sustancias respecto de las cuales no se aplica el pro-


cedimiento judicial de constitución de concesión minera. La
exploración o explotación no se concede judicialmente a per-
sonas naturales o jurídicas privadas, por prohibirlo la Constitu-
ción Política en razón de la naturaleza misma de las sustancias,
independientemente del lugar en que se encuentren;
2. Los yacimientos de cualquier especie existente, en las aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional;
3. Los yacimientos de cualquier especie situados, en todo o en
parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de
importancia para la seguridad nacional con efectos mineros
4. Son también inconcesibles de acuerdo a lo dispuesto por la
Constitución Política, por el artículo en estudio y por el Códi-
go de Minería; las arcillas superficiales, las salinas artificia-
les, las arenas, rocas y demás materiales aplicables directa-
mente a la construcción, todas las que se rigen por el derecho
común o por las normas especiales que a su respecto se dicta-
ren, como por ejemplo la normativa municipal.

Cabe observar que, en el artículo 31 de las LOC y también en los


artículos 5º y 7º del Código de Minería, el legislador distinguió
entre:
a) yacimientos que se encuentran en el subsuelo de las aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional a que se
tenga acceso por túneles desde tierra, los cuales son decla-
rados concesibles, y respecto de ellos se puede constituir
concesión; y
b) aquellos existentes en las aguas marítimas sometidas a la
jurisdicción nacional, los que no son concesibles...
CURSO DE DERECHO MINERO 71

En el artículo 4º, la LOC dicta normas sobre la división física y


sobre la división intelectual o de cuota de las concesiones mineras,
tema que se desarrollará en detalle al estudiar el Código. También
prohíbe la superposición de concesiones mineras al declarar que
“sobre las sustancias concesibles existentes en una misma exten-
sión territorial no puede constituirse más de una concesión mine-
ra”.
Constitución de las concesiones mineras. El artículo 5º reite-
ra que las concesiones se constituirán por resolución de los tribu-
nales ordinarios de justicia, en procedimiento seguido ante ellos y
sin intervención decisoria alguna de otra autoridad o persona.
Asegura a toda persona el derecho de adquirir concesiones mineras
a cualquier título, esto es, por vía originaria (sentencia judicial) o
por título translaticio de dominio. Las únicas excepciones dicen
relación con la capacidad para adquirir derechos mineros, la que
respecto de ciertas personas sufre limitaciones por motivos éticos.

Presunción legal que beneficia al descubridor: Establece


una presunción legal sobre el derecho preferente que tiene el “des-
cubridor minero”, entendiéndose por tal la “persona que primero
inicie el trámite de constitución de una concesión minera respecto
de una extensión territorial no amparada por una concesión vigen-
te”. El terreno sobre el que se pretende constituir concesión debe
ser franco, sobre él no debe haber concesionario con derechos
vigentes.

Explotación de sustancias concesibles por el estado: Dispo-


ne que si el Estado estimare necesario ejercer las facultades de
explorar con exclusividad y explotar sustancias concesibles, debe-
rá actuar por medio de empresas de las que sea dueño o en las
cuales tenga participación, que constituyan o adquieran la respec-
72 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tiva concesión minera y que se encuentren autorizadas para tal


efecto de acuerdo con la norma constitucional vigente.
De acuerdo a esta disposición, si el Estado desea explorar o
explotar, por ejemplo, nuevas minas de cobre o de cualquier otra
sustancia, debe hacerlo por medio de sus empresas, (CODELCO,
ENAP, ENAMI, etc.), o de empresas en que tenga participación, las
que deberán actuar como personas jurídicas privadas sometiéndose
a la misma tramitación ante los tribunales de justicia que debe
realizar cualquier persona, o cumplir con las normas comunes
aplicables al tipo de contrato a realizar.

Derecho de propiedad del concesionario: El artículo 6º reite-


ra la disposición constitucional en orden a que “el titular de con-
cesión minera judicialmente constituida tiene sobre ella derecho
de propiedad, protegido por la garantía del Nº 24 del artículo 19
de la Constitución Política”. Paralelamente declara que la priva-
ción de las facultades que son objeto de una concesión minera
constituye privación de los atributos o facultades esenciales del
dominio de ella.

Derechos de los concesionarios mineros: En los artículos 7 y


siguientes, la ley precisa los derechos comunes de que gozan los
concesionarios de exploración y de explotación, señalando los
siguientes:
- tienen la facultad exclusiva de catar y cavar en tierras de
cualquier dominio, con fines mineros, dentro de los lí-
mites de la extensión territorial de su concesión;
- tienen derecho a constituir las servidumbres convenien-
tes a la exploración y explotación mineras, estableciendo
que los predios superficiales están sujetos al gravamen
CURSO DE DERECHO MINERO 73

de ser ocupados en toda la extensión necesaria para tra-


bajos mineros.
- las concesiones están sujetas a los mismos gravámenes
establecidos respecto de los predios superficiales, en fa-
vor de otras concesiones;
- tienen derecho a defender la concesión por todos los me-
dios que franquea la ley, tanto respecto del Estado como
de particulares, a entablar acciones (reivindicatoria, po-
sesorias y otras) y obtener indemnizaciones.
- En los artículos 10º, 11º y 12º se precisan los derechos
exclusivos y las obligaciones de los concesionarios de
exploración y de explotación, materias que se estudiaran
en detalle al tratar las disposiciones que sobre estas mate-
rias contiene el Código de Minería.

4. Algunas consideraciones sobre la naturaleza del dominio del


estado sobre las minas en Chile

Conociendo las bases fundamentales en que se sustenta la ley


minera chilena cabe precisar que ella se inspira en el modelo de
economía de mercado, en el principio de subsidiariedad, que sos-
tiene que el Estado, como organismo jurídico de la sociedad toda,
no debe ejercer facultades que excedan lo que el individuo o los
grupos sociales puedan hacer por sí mismos. Este principio, unido
al de la libre iniciativa de los particulares otorga un amplio campo
a la actividad privada y limita la actividad del Estado reservándole,
entre otras, la facultad de reglamentar y garantizar la actividad
privada. A partir de estos principios la ley minera tiende a limitar
la gestión empresarial del Estado dejando amplio campo y propor-
cionando fuertes garantías a la acción de los particulares.
74 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La inspiración doctrinaria del derecho minero concuerda con


la declaración categórica contenida en la Constitución Política,
sobre los atributos del dominio del Estado sobre las minas, porque
si bien se declara que el Estado tiene un dominio perfecto, de
carácter patrimonial, en la práctica otorga concesiones protegidas
por la garantía constitucional del derecho de propiedad, esto es,
concede las minas a personas naturales o jurídicas privadas a fin
las trabajen y cumplan en esta forma con la disposición constitu-
cional que establece la obligación de todo concesionario minero de
desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público
que justifica su otorgamiento.
El pilar que permite entender el sistema de concesiones y sus
características se encuentra en el hecho de que se ha reconocido
con rango constitucional, que en nuestro país existe un interés
público, interés de toda la comunidad, en la explotación de la
riqueza minera, y que el cumplimiento del precepto requiere de la
intervención de los particulares.
Si bien en nuestro sistema legal el concesionario no es dueño
del subsuelo ni de la cosa material que es el yacimiento que se
encuentra en el subsuelo, es dueño en cambio de un derecho real
inmueble, que es la concesión minera, y al respecto está protegido
por la garantía constitucional del derecho de propiedad consagrado
en el artículo 19 Nº 24 de la Constitución Política, mientras cum-
pla con las obligaciones que le impone la ley. Luego, el derecho
del concesionario privado está siempre sujeto a plazo o condición
o a ambos. Pero, si cumple con las obligaciones legales, por ejem-
plo si paga anualmente la patente, no podrá ser privado del dere-
cho a explotar la mina o del derecho a buscar minas, sino en virtud
de ley que autorice la expropiación, por causa de utilidad pública o
de interés nacional.
CURSO DE DERECHO MINERO 75

El dominio del concesionario sobre la concesión de explora-


ción es temporal y dura un máximo de cuatro años; el dominio
sobre la concesión de explotación es indefinido, pero sobre las dos
formas de concesión pesa la obligación de pago de patente anual,
cuyo incumplimiento puede acarrear la pérdida de la concesión por
desamparo. El pago de patente es la prueba de que se desarrolla la
actividad que justifica el otorgamiento de la concesión.
No menos importante es el hecho de que la concesión tiene
por objeto todas las sustancias minerales concesibles que existan
dentro de sus límites, pero el minero sólo las hace suyas en la
medida que las extraiga, que las arranque o separe del depósito
natural en que se encuentran
Como resultado del interés público que justifica el otorga-
miento de las concesiones mineras a privados la concepción jurídi-
ca de dominio del Estado que entrega la Constitución pasa a cons-
tituir, respecto de las sustancias concesibles, un dominio público
especial, de carácter subsidiario, que justifica que se constituyan
derechos reales e inmuebles llamados concesiones, en favor de
personas naturales o jurídicas privadas. Luego, el legislador esta-
bleció que respecto a las sustancias concesibles el dominio del
Estado tiene un carácter especial y subsidiario, orientado a velar
por el cumplimiento del interés público y a aplicar, en caso de
incumplimiento, las sanciones que la ley señala.
Como se verá mas adelante, entre las sanciones aplicables al
concesionario, está la declaración de caducidad de los derechos, y
la que declara “franco” el terreno, casos en los cuales el concesio-
nario pierde su calidad de tal y el “terreno franco” vuelve a formar
parte del patrimonio del estado y vuelve también a quedar disponi-
ble si hay interés en constituir concesión minera sobre él por algu-
na persona privada natural o jurídica.
76 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

En conclusión, el dominio del Estado sobre las minas es di-


ferente de la propiedad que tienen las personas naturales o jurídi-
cas sobre los terrenos superficiales en cuyas entrañas se encuentran
las minas y asume distintas características según se trate de sustan-
cias concesibles o inconcesibles.

– Si se trata de sustancias inconcesibles, por su naturaleza o por


la ubicación geográfica en que se encuentran, nos enfrentamos
a un dominio del Estado con características patrimoniales (artí-
culo 3º, inciso 4º LOC);
– Si se trata de sustancia concesibles, estamos ante un dominio
público especial y subsidiario del Estado, que tiene un carácter
patrimonial relativo, lo que aparece evidente al leer los artícu-
los 3º, inciso 4º y 5º inciso 4º de la LOC en que se dispone que,
si el Estado estima necesario explorar o explotar sustancias
minerales concesibles, deberá actuar por medio de empresas de
las que sea dueño, o en las cuales tenga participación, que
constituyan o adquieran la respectiva concesión minera. En los
hechos, empresas que cumplan con todos los trámites que debe
realizar un particular para constituir o adquirir concesiones.
– Los derechos que adquiere el titular de concesión minera
emanan directamente de la ley y se hacen efectivos por medio
de los tribunales ordinarios de justicia. Pero, si bien el sistema
minero dispone que el Estado reconoce los derechos de los
particulares sobre las concesiones y que éstas están protegidas
por la garantía constitucional del derecho de propiedad, no es
menos cierto que el Estado recupera (temporalmente, mientras
no se constituyen nuevos derechos privados) la riqueza minera
en caso de desamparo o caducidad.
– El Estado no puede negar a persona alguna el derecho a
constituir concesión minera, siempre que esta cumpla en tiem-
CURSO DE DERECHO MINERO 77

po y forma, ante los tribunales ordinarios de justicia, con los


trámites fijados en la ley. La administración pública no inter-
viene en el procedimiento de constitución de concesión minera.
– Hay sustancias minerales que se rigen íntegramente por la ley
civil y respecto de ellas el Estado no tiene dominio (artículo
19, Nº 24, inciso 6º de la Constitución; artículo 3º inciso final
de la LOC y artículo 13º del Código de Minería).

5. Limitaciones que gravan al propietario del predio superficial

Para efectos mineros es necesario distinguir entre el dominio sobre


el suelo y el dominio sobre la riqueza del subsuelo, dominios que
son diferentes pues el primero lo ejerce quien tiene un título de
dominio sobre la superficie o casco, mientras que el Estado o el
minero lo ejercen sobre la riqueza del subsuelo, cuando hay mine-
rales susceptibles de explotación económica.
Esta dualidad de dominio sobre un terreno puede ser ejercida
por una misma persona o por dos propietarios diferentes. A menu-
do se trata de distintos dueños, caso en que la dualidad de dominio
puede producir colisión de intereses. Para zanjar las dificultades y
lograr una coexistencia de los dos dominios, la Constitución (inci-
so 6º citado) dispuso que los predios superficiales están sujetos a
obligaciones y limitaciones que tienen por objeto facilitar la explo-
ración, la explotación y el beneficio de los minerales.
El dominio otorga al dueño del terreno el derecho de usar,
gozar y disponer. En consecuencia, el dueño del suelo tiene un
derecho prioritario sobre su terreno, pero que está sujeto a “obliga-
ciones” y sufre “limitaciones” por mandato constitucional, lo que
no significa que el minero concesionario pueda sustituir al dueño
del predio o disponer del terreno, ya que si así fuera estaríamos
78 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ante una privación de dominio y ante una violación de la respecti-


va garantía constitucional.
El concesionario minero y el dueño de un establecimiento de
beneficio gozan del derecho concedido con rango constitucional,
de imponer servidumbres sobre el predio superficial, y el dueño
del predio tiene el derecho, concedido en la Ley Orgánica Consti-
tucional del ramo, a que se le indemnicen los perjuicios que cause
la actividad minera sobre el predio, lo que constituye una limitante
para el concesionario minero y una garantía para el propietario del
suelo.
En esta forma, el predio superficial cumple con la función
social de interés público impuesta por la Constitución Política, que
consiste en las limitaciones y obligaciones a que esta sometida la
propiedad, en atención a que el individuo y la sociedad forman un
todo armónico que hace indispensables a ambas partes. El Código
de Minería contiene normas sobre la exploración y la explotación
de minerales, pero no reglamenta el beneficio de los mismos.
CAPÍTULO III
EL CÓDIGO DE MINERÍA

Generalidades

El Código de Minería está formado por quince títulos más las


disposiciones transitorias y un título final. Este último consta de un
sólo artículo en que se dispone que el Código empezará a regir
sesenta días después de su publicación, esto es, el 14 de diciembre
de 1983, ya que fue publicado en el Diario Oficial el 14 de octubre
del mismo año.
Entre los principios que inspiran este cuerpo legal cabe se-
ñalar:
a) El de la subsidiariedad del Estado,
b) la función social de la propiedad minera expresada en el “inte-
rés público” que consagra la Constitución Política,
c) la libre iniciativa de los particulares, la igualdad de las perso-
nas para adquirir derechos mineros,
d) la libre denunciabilidad o libertad para constituir propiedad
minera respecto de las sustancias minerales concesibles,
e) la no intervención de la autoridad administrativa en el proce-
dimiento de constitución de propiedad minera,
f) el derecho preferente del primer manifestante,
g) el rechazo a la “supersposición de concesiones”, el principio de
pronta constitución de la propiedad minera que inspira las
normas del procedimiento no contencioso y
h) la declaración de que es una actividad cuyo objetivo es el
lucro.
Cabe destacar también que el Código reitera que las concesiones
mineras se constituyen por resolución judicial, lo que comporta un
80 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cambio muy importante con respecto al anterior Código, el de


1932, en que las concesiones se constituían por resolución admi-
nistrativa; aumenta el número de las sustancias minerales denun-
ciables o concesible, señala un procedimiento preciso para indivi-
dualizar los terrenos pedidos o manifestados, mediante el empleo
del sistema de Coordenadas Universales Transversales de Mer-
cator, en la medición de la cara superficial de la concesión. El
procedimiento no contencioso de constitución de concesiones
contempla medidas de publicidad, consistentes en publicaciones en
el Boletín Oficial de Minería y está inspirado en el principio de la
pronta constitución de la propiedad minera.
En el desarrollo de la materia, sólo para efectos metodológi-
cos, se intentará seguir el orden en que el Código presenta las
materias en estudio.

1. El dominio del estado y los derechos mineros

El título primero del Código de Minería se ocupa del dominio del


Estado y de los derechos mineros.
El inciso 1° del artículo 1°, prescribe que: “El Estado tiene el
dominio absoluto, exclusivo, absoluto, inalienable e imprescripti-
ble de todas las minas, comprendiéndose en éstas a las covaderas,
las arenas metalíferas, los salares, los depósitos de carbón e
hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de las
arcillas superficiales, no obstante la propiedad de las personas
naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvie-
ren situados”.
Estas características del dominio del Estado ya fueron anali-
zadas al tratar las disposiciones que contiene la Constitución Polí-
tica por lo que no se repetirán.
CURSO DE DERECHO MINERO 81

No obstante, hay que destacar que en el 2º inciso del artículo


1º del Código del ramo se reconoce a toda persona los siguientes
derechos:
a) La facultad de catar y cavar para buscar sustancias minerales
con arreglo a las normas que el mismo Código entrega;
b) El derecho de constituir concesión minera de exploración o de
explotación sobre las sustancias declaradas concesibles por la
Ley Orgánica Constitucional, derecho que tiene una excepción
en las incapacidades relativas señaladas en el artículo 22 del
Código de Minería, como se verá más adelante.

2. Clasificación legal de las minas

El Código de Minería establece que, para efectos legales, las


minas se clasifican de la siguiente manera:

2.1 Minas que contienen sustancias minerales que no se rigen por


el Código de Minería

El artículo 13° del Código de Minería legisla sobre los yacimien-


tos que contienen ciertas sustancias minerales que para los efectos
legales no se consideran minerales, y a las que no se les aplica la
ley minera. Se trata de los minerales que el titular del dominio
sobre el suelo superficial adquiere por accesión. De acuerdo a la
ley civil forman parte de la propiedad del dueño del predio en que
se encuentran y se rigen por las normas comunes. Las sustancias
minerales incluidas en éste grupo son las siguientes:

Arcillas superficiales. En su origen, las arcillas son una


combinación de sílice y alúmina; luego en su realidad física son
82 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

sustancias minerales, pero no se rigen por el Código de Minería.


Se les aplican los artículos 568 y 571 del Código Civil. El aprove-
chamiento corresponde al dueño del predio o a terceros que tengan
título para ello.
Según el artículo 117 del Código de Minería, si el titular de
una concesión explota en forma separada, las arcillas superficiales
que se encuentran dentro de los límites de la concesión, quien
tenga derecho a ellas podrá exigir su entrega, pagando los costos
de extracción, mientras se encuentren en el predio de donde perte-
necen, sin perjuicio de la responsabilidad penal a que haya lugar.
Esto es, la explotación de las arcillas superficiales por un conce-
sionario minero, realizada en determinadas condiciones, podría
tipificar un delito.
Como el Código se refiere sólo a las arcillas superficiales, la
situación sería distinta en caso de descubrirse un yacimiento subte-
rráneo de arcillas, el que no estaría incluido en la excepción y
debería someterse a la legislación minera común.

Arenas, rocas y demás materiales aplicables directamente a


la construcción: Son sustancias conocidas genéricamente como
“áridos”. Están sometidas a las mismas disposiciones aplicables a
las arcillas superficiales, incluso en cuanto a lo dispuesto en el
artículo 117, ya citado.
Se entiende por arenas, las partículas desagregadas de las
rocas, acumuladas en las orillas del mar, de los ríos o en terrenos
de acarreo; por rocas, en general a las piedras; por aplicabilidad
directa, aquella que no requiere de un tratamiento especial, previo
al uso, que altere las condiciones físicas o químicas del material, y
por construcción, la confección de edificios y obras civiles de
ingeniería,
CURSO DE DERECHO MINERO 83

Las salinas artificiales, son aquellas que se forman en las ri-


beras del mar, lagunas, lagos o ríos. Son calificadas de artificiales
porque no constituyen depósitos naturales de sal sino que se for-
man en lugares en que el agua se evapora y las sales que contienen
precipitan químicamente. El derecho a explotar las salinas artifi-
ciales corresponde a los propietarios riberanos, dentro de las res-
pectivas líneas de demarcación, prolongadas hasta el agua. Se les
aplican las normas del artículo 651 del Código Civil y 117 del
Código de Minería.
En cambio, los salares, incluidos en la enumeración de sus-
tancias minerales que hace el artículo 1º del Código de Minería, se
rigen por la ley minera, pues son depósitos de sustancias minerales
no metálicas formados por la naturaleza, sin intervención del
hombre.

2.2 Minas que contienen sustancias minerales concesibles por


resolución judicial, a personas naturales o jurídicas.
Estas sustancias están señaladas en el artículo 5º del Código de
Minería. A su respecto las personas pueden constituir o adquirir
derechos. Es en éste ámbito donde opera plenamente la libre de-
nunciabilidad o libertad para constituir propiedad minera, un prin-
cipio básico de la legislación del ramo.
Según la legislación minera son titulares de dominio minero,
las personas naturales o jurídicas que han obtenido, de los tribu-
nales ordinarios de justicia en lo civil, concesiones para explorar o
explotar sustancias minerales concesibles.
Como la concesión minera es un derecho real inmueble,
transferible, transmisible y susceptible, en general, de todo acto o
contrato, también son titulares de dominio minero quienes han
adquirido por acto entre vivos o por sucesión por causa de muerte.
84 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El artículo 5º del Código de Minería dispone que son sustan-


cias minerales concesibles:
- Las sustancias minerales metálicas y no metálicas, esto
es, las sustancias inorgánicas;
- En general toda sustancia fósil, en cualquier forma que
naturalmente se presente, ya que el legislador ha enten-
dido por fósiles a los minerales o rocas de cualquier cla-
se;
- Los minerales existentes en el subsuelo de las aguas ma-
rítimas sometidas a la jurisdicción nacional a que se ten-
ga acceso por túneles desde tierra;
- Las covaderas, son depósitos de guano de las aves mari-
nas, esto es, sustancias de origen orgánico a la que se le
aplica la legislación minera por razones históricas y por-
que la Constitución Política las incluyó como parte del
dominio minero del Estado y las asimiló a las sustancias
fósiles concesibles;
- Las arenas metalíferas y los salares naturales;
- En determinadas condiciones, los desmontes, escorias y
relaves.

La concesión minera es un derecho real inmueble que se rige por


las mismas leyes civiles que los demás inmuebles. Cuando se trata
de pertenencia constituida, estamos ante un derecho de propiedad
propiamente tal que cuenta con la seguridad y la protección de la
garantía constitucional del derecho de propiedad.
Las concesiones mineras se constituyen por resolución judicial
sin intervención alguna de la autoridad administrativa, esto significa
que el Estado no puede impedir la constitución de la propiedad mine-
ra en perjuicio de alguien, cuando el interesado ha cumplido con
todos los requisitos legales. Constituyen además derechos patrimo-
CURSO DE DERECHO MINERO 85

niales que sólo se extinguen por resolución judicial, desamparo o


renuncia del interesado. El sistema establecido tiene por objeto dar
seguridad al concesionario minero, ya que la minería es una industria
aleatoria que requiere de fuertes inversiones.

2.3 Minas que contienen sustancias minerales inconcesibles


Son aquellas sobre las cuales el Estado tiene derechos exclusivos,
pues tiene un dominio público de carácter patrimonial cuyo apro-
vechamiento esta señalado en las normas constitucionales (inciso
10° del artículo 19, Nº 24, y los artículos 7º y 8º del Código de
Minería).
Estas sustancias pueden ser inconcesibles por su propia natu-
raleza, lo que ocurre con los hidrocarburos líquidos y gaseosos y el
litio, o por el lugar geográfico en que se encuentra, lo que ocurre
en los siguientes casos:
a) En los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional. Se trata de los
yacimientos existentes en las “aguas”, no confundir con aque-
llos que se encuentran en el subsuelo de las aguas marítimas
sometidas a la jurisdicción nacional;
b) En los yacimientos de cualquier especie, aunque contengan
sustancias concesibles, situados en todo o parte en zonas que,
conforme a la ley se determinen como de importancia para la
seguridad nacional, “con efectos mineros”. No todos los yaci-
mientos que se encuentran en territorios declarados de impor-
tancia para la seguridad nacional son inconcesibles porque el
Código exige que el decreto supremo que declara un territorio
importante para la seguridad nacional, debe indicar expresa-
mente que se hace “con efectos mineros”.
86 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Esta norma tiene una excepción que favorece a las concesiones


validamente constituidas con anterioridad a la correspondiente
declaración de no concesibilidad o de importancia para la seguri-
dad nacional.
Según los artículos ya citados, las sustancias inconcesibles
pueden ser exploradas, explotadas y/o beneficiadas:
i) Directamente por el Estado,
ii) Por las empresas del Estado,
iii) Mediante concesiones administrativas,
iv) Mediante contratos especiales de operación

Tanto las concesiones administrativas como los contratos especia-


les de operación admiten la participación de personas naturales o
jurídicas privadas en la explotación de sustancias inconcesibles,
“con los requisitos y bajo las condiciones que el Presidente de la
República fije, para cada caso, por Decreto Supremo”. Pero, el
Presidente de la República podrá poner término, en cualquier
tiempo, sin expresión de causa y con la indemnización que corres-
ponda, a las concesiones administrativas o a los contratos de ope-
ración relativos a explotaciones ubicadas en zonas declaradas de
importancia para la seguridad nacional”. Esta norma, que tiene
rango constitucional, protege el interés público, la seguridad na-
cional, y desde este punto de vista se entiende que el Presidente de
la República pueda poner término “sin expresión de causa”, pues
puede tener origen en de secretos de Estado.

2.4 Estado y sustancias concesibles


El artículo 4º del Código de Minería reglamenta la forma en que el
Estado puede explorar con exclusividad o explotar sustancias
CURSO DE DERECHO MINERO 87

calificadas como concesibles. En estos casos debe actuar en la


siguiente forma:
Por medio de las empresas de que sea dueño o en las que tenga
participación, las que deben constituir o adquirir la respectiva
concesión minera.
De lo dicho resulta que dichas empresas deberán comportar-
se como particulares: en el primer caso, deben constituir concesión
minera cumpliendo con todos los pasos del procedimiento judicial
establecido para las personas privadas; en el segundo caso, deben
adquirir, por ejemplo por compraventa, la concesión minera ya
constituida. En ambos casos, la empresa estatal debe contar con la
autorización correspondiente de acuerdo a las normas constitucio-
nales vigentes. Entre las empresas mineras del Estado cabe recor-
dar CODELCO, ENAMI y ENAP.

2.5 Desmontes, escorias y relaves

El régimen legal de estas sustancias esta contemplado en el artí-


culo 6º del Código de Minería. Se trata de acumulaciones de sus-
tancias minerales que se forman como resultado de la acción del
hombre, esto es, no son depósitos naturales de sustancias minera-
les concesibles pero pueden ser explotadas si, una vez abandona-
das por su dueño, se constituye una concesión minera sobre el
terreno franco y abierto en que se encuentran. En esta forma, el
nuevo concesionario podrá explotar las minas que se encuentren en
el subsuelo y también los desmontes, escorias y relaves que se
encuentren sobre el terreno, los que adquiere por accesión.
Los Desmontes son cosas accesorias a la pertenencia de que
provienen, en tanto que las escorias y relaves son cosas accesorias
al establecimiento de beneficio de que proceden, lo que equivale a
decir que normalmente tanto los desmontes como las escorias y
88 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

relaves tienen dueño: el dueño de la mina o del establecimiento de


beneficio.
Los desmontes son descartes o desechos que, extraídos del
subsuelo junto con las sustancias de buena ley mineral, se dejan de
lado, “se tiran al monte”, por no contener minerales o por conte-
nerlos en cantidad tan baja que no se justifica su venta o beneficio.
En épocas pasadas, cuando la tecnología minera no había alcanza-
do los resultados actuales, se descartaron cantidades importantes
de minerales, muchos de los cuales hoy pueden ser beneficiados
con bueno resultados.
Los relaves son cosas accesorias a una refinería, esto es, son
residuos del procedimiento de beneficio de minerales realizado
mediante procedimientos húmedos o líquidos, lo que se hace en
establecimientos llamados refinerías.
Las escorias son cosas accesorias a las fundiciones, son los
residuos del procedimiento de beneficio en seco, o ígneo, realizado
en hornos, en las fundiciones.
Los establecimientos de beneficio son instalaciones de tipo
industrial en que se aplican tecnologías metalúrgicas especiales
para beneficiar (refinar, purificar, concentrar) los minerales extraí-
dos. Pueden ser complementarios a una concesión minera o pue-
den ser independientes de cualquier pertenencia.
Puede ocurrir que la pertenencia caduque, se extinga o sim-
plemente quede abandonada, caso en que los desmontes también
queden abandonados sobre el terreno; o que el establecimiento de
beneficio deje de funcionar quedando las escorias y relaves aban-
donadas sobre el terreno.
Producido el abandono, cualquier persona puede constituir
pertenencia sobre los terrenos francos y abiertos en que estas
sustancias se encuentran y en esta forma se hará dueño de las
mismas. El titular de la nueva pertenencia adquirirá, por accesión,
CURSO DE DERECHO MINERO 89

los desmontes, escorias o relaves que estén sobre el terreno. Para


estos efectos será necesario que el interesado cumpla con todos los
trámites judiciales establecidos por el Código para constituir per-
tenencia, porque el inciso 2º del artículo 6º así lo dispone cuando
dice que: “podrá constituirse concesión sobre las sustancias mine-
rales concesibles que los desmontes, relaves, o escorias que con-
tengan, conjuntamente con las demás sustancias minerales denun-
ciables que pudieren existir dentro de los límites de la concesión
solicitada”.
Puede constituirse concesión sobre los terrenos en que se en-
cuentran los desmontes, escorias o relaves, siempre que dichos
terrenos sean francos y abiertos, esto es, no se encuentre constitui-
da sobre ellos una concesión minera vigente. El nuevo concesiona-
rio, puede explotar la concesión y explotar también las sustancias
minerales concesibles que se encuentren en los desmontes, esco-
rias y relaves que hayan quedado abandonados dentro de los lími-
tes de la concesión, pues el inciso final del artículo 6º dispone que
los adquiere por accesión.
La norma citada constituye una excepción a las reglas gene-
rales establecidas en el Código de Minería porque se permite que
el concesionario explote no sólo la riqueza que se encuentra en un
depósito natural, en el subsuelo sino también las sustancias mine-
rales que se encuentran en el lugar como resultado de una activi-
dad abandonada.
En resumen, para que sea posible explotar estos productos
son requisitos esenciales, que se encuentren abandonados por su
dueño, que se haya extinguido la pertenencia de que proceden o
que se haya abandonado el establecimiento de beneficio y que se
encuentren en terrenos abiertos (que no tienen cercas o cierros) y
francos (no ocupados por otra concesión minera). Cumplidos estos
90 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

requisitos el interesado debería constituir concesión de explotación


cumpliendo los pasos procesales necesarios.

3. Definición y características de la concesión minera

El artículo 2º del Código de Minería define la concesión minera,


en los siguientes términos:

“La concesión minera es un derecho real e inmueble; distinto e


independiente del dominio del predio superficial, aunque tengan
un mismo dueño; oponible al Estado y a cualquier persona;
transferible y transmisible; susceptible de hipoteca y otros dere-
chos reales y, en general, de todo acto o contrato; y que se rige
por las mismas leyes civiles que los demás inmuebles, salvo en lo
que contraríen disposiciones de la ley orgánica constitucional o
del presente Código”.
Se dispone que la concesión minera es un derecho real, que,
se tiene sobre una cosa sin respecto a determinada persona, y es
inmueble, ya que se ejerce sobre una cosa inmueble.
Es un derecho distinto e independiente del dominio del pre-
dio superficial aunque ambas propiedades tengan un mismo due-
ño, lo que significa que el derecho del concesionario minero no
depende ni esta relacionado en modo alguno con el derecho de
dominio que tenga el dueño del suelo, aunque éste sea titular de
ambas propiedades.
“Es oponible al Estado y a cualquier persona”, lo que com-
porta que la propiedad minera se puede defender por todos los
medios, o dicho de otro modo, impetrando cualquiera de las accio-
nes que contempla la ley civil para defender la propiedad inmue-
ble. El derecho de defensa que asiste al concesionario minero es
tan amplio y completo que se puede entablar contra el Estado y
CURSO DE DERECHO MINERO 91

también contra cualquier persona que pretenda perturbar al conce-


sionario en el ejercicio de sus derechos.
Que sea “transferible y transmisible” quiere decir que se
trata de un bien que está en el mercado, respecto del cual se puede
celebrar toda clase de contratos y que también se transmite por
causa de muerte, conceptos que son ratificados por la siguiente
afirmación: “susceptible de hipoteca y otros derechos reales y, en
general, de todo acto o contrato”.
Finalmente, la definición reitera que la concesión minera se
rige por las mismas leyes civiles que los demás inmuebles, “salvo
en lo que contraríen disposiciones de la Ley Orgánica Constitu-
cional o del presente Código”, disposición que se refiere en espe-
cial a las normas que entrega el Código de Minería en el Título XI
que se ocupa de los contratos y cuasicontratos.
El inciso 2º del artículo 2º del Código de Minería agrega que
“la concesión minera puede ser de exploración o de explotación;
esta última se denomina también pertenencia”.
Como su nombre lo indica, la concesión de exploración con-
cede derechos exclusivos para investigar o buscar sustancias mine-
rales concesibles en un determinado terreno. En cambio la conce-
sión de explotación o pertenencia permite al titular arrancar las
sustancias minerales concesibles que encuentre, apropiarse de ellas
con ánimo de lucro, pudiendo también realizar actividades de
exploración.
Finalmente este mismo inciso 2º contiene una explicación
que ayuda a entender mejor el significado de los términos usados
pues dice que “cada vez que este Código se refiere a la o las con-
cesiones, se entiende que comprende a ambas especies de conce-
siones mineras”.
92 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4. Inmuebles accesorios a las concesiones mineras

El artículo 3º del Código los define en la siguiente forma: “se


reputan inmuebles accesorios de la concesión las construcciones,
instalaciones y demás objetos destinados permanentemente por su
dueño a la investigación, arranque y extracción de sustancias
minerales”.
Según el Código de Minería, para que un bien sea conside-
rado inmueble accesorio debe tratarse de:
- construcciones, esto es, edificaciones de cualquier natu-
raleza o material;
- instalaciones, o sea, elementos que se utilizan en las la-
bores mineras como conductos de agua, aparatos para
iluminar, maquinarias, etc., y
- “demás objetos” o sea, todas las cosas de uso habitual
como carretillas, herramientas, mangueras, etc. necesa-
rios en el trabajo minero.
Además, para que las cosas antes descritas sean consideradas
inmuebles accesorios a la concesión deben reunir tres requisitos
que son:

a) ser destinados a los trabajos mineros por el dueño de la con-


cesión, de modo que, por ejemplo, los elementos de trabajo
que puede llevar un arrendatario minero no serán considerados
inmuebles accesorios;
b) que la destinación que hace el dueño tenga carácter perma-
nente, luego si se pone a disposición del trabajo minero cual-
quier construcción, instalación u objeto en forma temporal,
tampoco será considerado inmueble accesorio; y
CURSO DE DERECHO MINERO 93

c) las construcciones, instalaciones y demás objetos deben tener


una finalidad especial: ser destinadas a la investigación,
arranque, y extracción de sustancias minerales. Si los ele-
mentos ya enumerados no tienen el destino señalado, tampoco
serán considerados inmuebles accesorios. Por ejemplo, si se
construye una piscina para uso del personal, ella no tendrá la
calidad de inmueble accesorio minero.
En términos prácticos, los inmuebles accesorios constituyen el
capital de trabajo del concesionario minero o al menos, una parte
relevante de dicho capital.
Esta definición cobrará interés cuando se estudien los efectos
del desamparo minero y también en la hipoteca y prenda mineras.
Los inmuebles accesorios tienen alguna semejanza con los
inmuebles por destinación a que se refiere el Código Civil, pero en
la legislación minera el concepto es diferente porque se trata de
inmuebles accesorios a la concesión minera, dedicados exclusiva-
mente al trabajo minero, aunque entre ellos hay algunos que serían
identificables como inmuebles por adherencia, como las construc-
ciones, o por destinación, como los “demás objetos”.

5. Derechos del Estado sobre las sustancias no concesibles que un


concesionario obtenga conjuntamente con sustancias concesibles

El artículo 16 de la Ley Nº 18.097, Orgánica Constitucional sobre


Concesiones Mineras del sector dispone que “la circunstancia de
que un yacimiento contenga sustancias no concesibles, no obsta a
la constitución de concesión minera respecto de las sustancias
concesibles existentes en el mismo yacimiento”. En el inciso 2°
agrega: “La concesión minera no da derecho a su titular para
apropiarse de las sustancias no concesibles con presencia signifi-
cativa dentro del producto minero apropiable. El Estado puede
94 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tomar posesión de ellas, con arreglo a lo que disponga el Código


de Minería”.
Los artículos 9º y 12º del Código de Minería contienen las
normas aplicables a la hipótesis de que una pertenencia que produ-
ce sustancias concesibles metálicas o no metálicas, contenga tam-
bién sustancias inconcesibles por su naturaleza (litio o hidrocarbu-
ros líquidos o gaseosos), declarando que el hecho no impide que se
constituya concesión minera respecto de las sustancias concesibles
existentes. El artículo 9º del Código de Minería dispone que “po-
drá constituirse concesión minera sobre las sustancias concesibles
de un yacimiento, aunque éste contenga también sustancias no
concesibles”
La constitución de concesión en favor de un particular no
altera el derecho del Estado sobre las sustancias no concesibles,
por lo que nace para el concesionario minero que se encuentra en
esta situación la obligación de comunicar al Estado la preexisten-
cia de las sustancias no concesibles encontradas con motivo de la
exploración, explotación o beneficio de los minerales.
Para realizar la comunicación el Código no ha fijado plazo al
minero por lo que se deduce que deberá hacerse en cuanto éste se
percate de la presencia significativa de sustancias inconcesibles en
su pertenencia. La comunicación tiene por objeto facilitar al Esta-
do el conocimiento de la existencia de sustancias no concesibles en
determinado yacimiento, a fin de que pueda tomar posesión de las
sustancias no concesibles que tengan presencia significativa y que
aparezcan asociadas a las sustancias concesibles en explotación.
En resumen, la concesión minera que produce sustancias
concesibles e inconcesibles no da derecho al titular para apropiarse
de las sustancias inconcesibles sino que crea, para el minero, la
obligación de comunicar el hecho al Estado, y el cual tendrá dere-
CURSO DE DERECHO MINERO 95

cho a exigir que se separen las sustancias no concesibles que ten-


gan presencia significativa en el producto
Para estos efectos el Estado es representado por distintos or-
ganismos; así, tratándose de producción de litio, el minero debe
comunicar el hallazgo a la Comisión Chilena de Energía Nuclear.
En cambio, si produce hidrocarburos líquidos o gaseosos la comu-
nicación se dirigirá al Ministerio de Minería.
El inciso 2º del artículo 9º del Código de Minería dispone
que “el Estado podrá exigir a los productores que separen, de los
productos mineros, las partes de las sustancias no concesibles que
tengan presencia significativa en el producto, es decir que sean
susceptibles de ser reducidas o separadas desde un punto de vista
técnico y económico para entregárselas o para enajenarlas por
cuenta de él”. Se entiende por “producto minero” toda sustancia
mineral ya extraída aunque no haya sido beneficiada.
Al concepto de “presencia significativa” se refieren los artí-
culos 15º de la LOC, 9º y 12º del Código de Minería. En el artículo
12° del Código de Minería se explica que “se entiende que una
sustancia tiene presencia significativa en un producto minero, esto
es, que es susceptible de ser reducida o separada desde un punto
de vista técnico y económico, cuando el mayor costo total que
implique su recuperación mediante procedimientos técnicos de
probada aplicación, su comercialización y su entrega, sea inferior
a su valor comercial”.
El concepto es netamente económico, considera que si el
costo total de separación de las sustancias concesibles e inconcesi-
bles, aún usando procedimientos técnicos avanzados y de probada
aplicación, es superior al valor comercial de las sustancias que se
obtendrán, ellas no tienen presencia significativa, el Estado no
tiene interés en ellas y el minero podrá enajenarlas por su cuenta.
96 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Recibida la comunicación por la autoridad, mientras el Es-


tado no exige al productor minero la separación de las sustancias,
se presumirá de derecho que las sustancias no concesibles conte-
nidas en los productos mineros respectivos no tienen presencia
significativa. Así dispone el artículo 9º del Código de Minería que,
además, no fija el plazo en que el minero deba esperar respuesta.
Si el Estado exige la entrega de las sustancias no concesi-
bles, debe reembolsar anticipadamente, antes de la entrega, los
gastos en que haya incurrido el productor para efectuar la separa-
ción o reducción de los productos y para entregar las sustancias no
concesibles.
Si es necesario modificar las instalaciones del minero o
construir obras complementarias para realizar la separación o
reducción de los productos, las modificaciones o construcciones
serán pagadas por el Estado conjuntamente con la indemnización
de los perjuicios que se ocasionen con motivo de la realización de
las modificaciones y obras complementarias. Pero las obras paga-
das por el Estado serán de propiedad estatal.
Si el productor minero no cumple con la obligación de co-
municar el hallazgo al Estado será sancionado con una multa a
beneficio fiscal, que aplicará el juez de letras en lo civil, en proce-
dimiento sumarísimo, la que se sujetará a las normas del artículo
11º del Código de Minería.
Finalmente, si el incumplimiento del minero consiste en la
enajenación de las sustancias no concesibles que haya exigido el
Estado, el monto de la multa será la cuarta parte del valor de las
sustancias enajenadas, sin perjuicio de la obligación de entregar al
mismo Estado el precio percibido por la enajenación, sin deduc-
ción alguna.
El Reglamento del Código de Minería no contiene normas
respecto a estos casos.
CURSO DE DERECHO MINERO 97

6. Derechos de primera opción de compra del estado sobre las


sustancias declaradas de valor estratégico

La legislación minera declara que son minerales de valor estratégi-


co el torio y el uranio. Respecto de ellos el Estado tiene el derecho
de primera opción de compra, lo que le permite decidir, con ante-
lación a cualquier otro interesado, sobre la adquisición de éstos
minerales.
El inciso 1º del artículo 15 de la LOC dispone que “todo con-
cesionario minero, en cuanto tal, tiene la obligación de sujetarse a
las normas relativas al derecho del Estado de primera opción de
compra, al precio y modalidad habituales del mercado, de los
productos minerales que esta ley declare de valor estratégico por
contener determinadas sustancias en presencia significativa”. En
el inciso 3º declara que “son de valor estratégico los productos
minerales en que el torio o el uranio tengan presencia significati-
va”.
El concepto de presencia significativa es el legislado en el
artículo 12º del Código de Minería.
Los artículos 10º y 11º del Código de Minería reglamentan
la forma en que el productor minero debe cumplir con la obliga-
ción de respetar el derecho de primera opción de compra que
corresponde al Estado respecto de los minerales declarados de
valor estratégico. No estando incluidos entre las sustancias incon-
cesibles, los minerales de valor estratégico son concesibles, de
modo que, aunque aparezcan asociados a otros productos, el mine-
ro puede explotarlos. La limitación señalada en los artículos pre-
cedentes dice relación sólo con la comercialización y disponibili-
dad de ellos.
El torio y el uranio pueden presentarse esporádica o habi-
tualmente en una mina, lo que es importante porque determina el
98 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

procedimiento a seguir. Constituye regla esencial que para ejercer


el derecho de primera opción de compra, el Estado y el minero
deben ajustarse al precio y modalidades habituales del mercado.

6.1 Minerales de valor estratégico con presencia significativa que


se obtienen esporádicamente. El productor debe comunicar a la
Comisión Chilena de Energía Nuclear, que es el organismo estatal
que representa al Estado para estos efectos el hecho de extraer
esporádicamente torio o uranio conjuntamente con los minerales
concesibles que explota. La comunicación tiene por objeto facilitar
al Estado el ejercicio del derecho de primera opción de compra.
Oportunidad y contenido de la comunicación: El Código no
ha señalado plazo para hacer la comunicación a que esta obligado
el productor minero, por lo que debe hacerse en un plazo pruden-
cial.
La comunicación no consiste en un simple aviso: es una
oferta de venta con plazo de entrega que formula el minero al
Estado. Debe cumplir con los siguientes requisitos, señalar la
cantidad del producto; la calidad, esto es sus leyes, impurezas y
otras informaciones; y demás características del producto; el pre-
cio de mercado y la forma oportunidad y lugar en que entregará el
producto.
Hecha la comunicación, el minero está obligado a no dispo-
ner, o conservar en su poder, el producto en los tres meses si-
guientes a la fecha de recepción de la comunicación por la Comi-
sión Chilena de Energía Nuclear. Durante ese tiempo, la Comisión
podrá estudiar la oferta y decidir libremente si la acepta o la recha-
za, en todo o en parte.
Si la Comisión acepta la oferta, el minero debe entregar el
producto ofrecido, y la Comisión fijará un plazo no mayor de dos
CURSO DE DERECHO MINERO 99

meses para pagar el precio, plazo que se cuenta desde la fecha de


entrega del producto.
Si la Comisión deja pasar los tres meses de plazo de espera
sin aceptar la oferta esta caduca Aunque no esta explicitado en el
Código, la oferta puede ser expresamente rechazada y en ambos
casos el productor minero podrá disponer libremente de los pro-
ductos.
Pero la oferta no caducará si, vigente el plazo de espera de
tres meses, la Comisión “pide al juez, que con citación del pro-
ductor, designe un experto para que éste, como tercero, establezca
el precio y las modalidades de la compraventa”. Naturalmente, la
Comisión presentará la petición al juez cuando no hay acuerdo
sobre el precio y modalidades de la compraventa.
El Código señala que la Comisión pedirá al juez la designa-
ción de un “experto”, luego no se trata de un perito sino de una
persona que, teniendo especiales conocimientos sobre el mercado
de minerales, informará a la Comisión, actuando como tercero, sin
que sea necesario que cumpla con los requisitos que se exigen a un
perito. El experto comunicará su informe a la Comisión Chilena de
Energía Nuclear, la cual dispondrá de un mes “para aceptar, en
todo o en parte, la oferta en los términos establecidos por el ex-
perto”. Si no lo hace al vencimiento del plazo de un mes, caducará
la oferta”.
Se observa que al respecto se ha establecido un procedi-
miento especial y breve, cuya finalidad consiste en determinar el
precio real del producto de valor estratégico en oferta. La interven-
ción del juez se limita a nombrar el experto con citación del pro-
ductor minero, citación que permite a este informarse del trámite
ya que no se contempla intervención alguna de su parte.
100 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

6.2 Minerales de valor estratégico que se obtienen habitualmente:


Los incisos 4º y siguientes del artículo 10º del Código de Minería
disponen que “si estos productos se obtienen en forma habitual, su
productor, a más tardar en septiembre de cada año, comunicará a
la Comisión sus programas mensuales de producción estimados
para el año calendario siguiente, a fin de que esta pueda ejercer,
por cuenta del Estado, el derecho de primera opción de compra”.
Luego, el productor minero que obtiene habitualmente torio
o uranio debe cumplir con las siguientes obligaciones:
a) Comunicar a la Comisión los “programas de producción men-
sual estimados” para cada mes del año calendario siguiente, a
más tardar en septiembre de cada año;
b) Comunicar de inmediato a la Comisión todas las variaciones
que experimenten los programas mensuales de producción;
c) No debe disponer del producto de cada mes que ha ofrecido,
hasta el último día del mes de su obtención.

La comunicación del programa de producción mensual para el año


calendario siguiente también constituye una oferta de venta con
plazo de espera y deberá contener todas las menciones indicadas
en el inciso segundo, o sea, cantidad, calidad y demás característi-
cas de los productos, su precio de mercado y la forma, oportunidad
y lugar de su entrega. La comunicación obliga al minero a no
disponer del producto de cada mes hasta el último día del mes de
su obtención.
La Comisión tiene libertad para aceptar o rechazar, en todo o
en parte, la oferta. Si la acepta, pagará el precio de cada entrega
dentro de los dos meses siguientes a ella.
La oferta caducará si no es aceptada dentro del plazo de dos
meses señalado en el inciso sexto. El artículo 10º agrega que en lo
demás, se aplicarán las normas del inciso cuarto, o sea, la Comi-
CURSO DE DERECHO MINERO 101

sión puede solicitar al juez el nombramiento de un experto para


que establezca el precio y las modalidades de la compraventa,
teniendo la Comisión el plazo de un mes, contado desde que el
experto le comunique su informe, para aceptar la oferta en todo o
en parte, en los términos establecidos por el experto.
Transcurrido el plazo de un mes, la oferta caduca y el pro-
ductor minero puede disponer de los productos.

6.3. Sanciones que recaen sobre el productor minero que no cumple


Si el productor minero que obtiene sustancias de valor estratégico
no da cumplimiento a las obligaciones que le impone el artículo 10
del Código, quedará sujeto al pago de una multa a beneficio fiscal
hasta por el valor de mercado de los productos de que se trate. En
este caso el incumplimiento que se sanciona consiste en no haber
comunicado la presencia de sustancias de valor estratégico (artí-
culo 11 Código de Minería).
Si el incumplimiento consiste en que el torio o el uranio ob-
tenidos han sido enajenados a terceros dentro del plazo de tres
meses en que la Comisión tiene el derecho de primera opción de
compra, se aplicará el monto máximo de la multa, esto es, el valor
de mercado de los productos.

6.4. Procedimiento para aplicar las sanciones: La Comisión apli-


cará la multa administrativamente, dictando una resolución que
tendrá mérito ejecutivo y que, deberá ser notificada al minero
(artículos 11).
El productor minero sancionado puede reclamar de la multa
ante la Corte de Apelaciones, en el plazo de diez días, contados
desde la fecha de la notificación, acompañando boleta de consig-
nación a la orden de la Corte, por el 10 % de la multa. Ingresado el
reclamo en Secretaría, la Corte dará traslado por seis días a la
102 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Comisión y con su respuesta o en rebeldía oirá el dictamen del


Fiscal tras lo cual, traerá los autos en relación. En lo demás se
procederá de acuerdo a las reglas sobre apelación de los incidentes
(ver artículo 199 Código de Procedimiento Civil).
Si la reclamación es rechazada por la Corte, la suma consig-
nada quedará a beneficio fiscal. Aunque el Código de Minería no
lo explicita, acogido el reclamo la suma consignada será devuelta
al reclamante vencedor. El Código de Minería no se pronuncia
sobre el caso en que el reclamo sea acogido sólo en parte.
CAPÍTULO IV
LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

1. Introducción

La preocupación por el fomento de la actividad minera ha existido


desde la antigüedad porque se trata de una industria extractiva en
que la riqueza explotada no se regenera, característica que deter-
mina que la investigación y búsqueda de nuevos yacimientos tenga
primordial importancia. Como los minerales se encuentran ocultos
bajo el terreno superficial, es necesario buscarlos, realizar trabajos
de investigación, analizar muestras, etc., para determinar si son
aprovechables y si pueden ser explotados y beneficiados desde un
punto de vista económico y comercial.
La legislación minera facilita la exploración o búsqueda de
minerales, la que puede realizarse de dos maneras: haciendo uso de
la facultad de catar y cavar reconocida a toda persona, o constitu-
yendo previamente una concesión minera para explorar con exclu-
sividad en un territorio determinado.
Cuando se investiga buscando minerales sin ser titular de
una concesión, se ejerce la facultad de catar y cavar que es común
a toda persona, a todo habitante del país sin distinción alguna y se
puede ejercer en tierras de cualquier dominio, salvo las compren-
didas en los límites de una concesión minera ajena (artículo 14).
El sujeto de la facultad de catar y cavar es toda persona,
natural o jurídica, chilena o extranjera.
Se puede definir la facultad de catar y cavar como el derecho
que tiene toda persona para examinar y abrir la tierra con el objeto
104 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

de buscar sustancias minerales concesibles (artículos, 1° y 19 del


Código Minería).
Por catar se entiende el hecho de ver y examinar la tierra y
por cavar, abrir la tierra. Como institución, tiene cierta semejanza
con la facultad que reconocen los artículos 609 y siguientes del
Código Civil respecto de la caza, en que se dispone que se puede
cazar en tierras propias o ajenas con permiso del dueño.
La facultad de catar y cavar ha sido reconocida con rango
constitucional, pues el artículo 19, Nº 24, inciso 6º dispone que los
predios superficiales están sujetos a las obligaciones y limitaciones
que la ley señale para facilitar la exploración, explotación y bene-
ficio de las minas, pero es una mera facultad, pues no constituye
derecho patrimonial ni exclusivo, es común a todas las personas y
quien la ejerce tiene la obligación de indemnizar los perjuicios que
cause con motivo del ejercicio. Para obtener la indemnización a
quien se sienta perjudicado con el ejercicio de la facultad de catar
y cavar por un minero, el mismo inciso 2º del artículo 14 del Có-
digo de Minería concede acción que se tramitará de acuerdo a las
normas del juicio sumario.
Como el ejercicio de la facultad de catar y cavar no constitu-
ye derecho patrimonial, no otorga preferencia ni exclusividad para
solicitar y obtener concesión minera, ni siquiera cuando se ejerce
en suelo propio; no autoriza para efectuar trabajos de explotación
ni para apropiarse de las sustancias minerales que se encuentren.

1.1. Derechos del cateador. Según el artículo 19 del Código del


ramo el cateador tiene facultad para:

1°. Investigar, esto es, para examinar la tierra y abrirla para buscar
sustancias minerales concesibles, respetando los términos del
CURSO DE DERECHO MINERO 105

permiso en los casos en que debe requerirlos, como se verá más


adelante;
2°. Imponer las servidumbres transitorias necesarias sobre los
predios superficiales, esto es, puede imponer limitaciones transito-
rias al dominio sobre la superficie de los predios superficiales , los
que normalmente no son de propiedad del minero. Las servidum-
bres pueden estar finalizadas a la instalación de campamento,
canchas de depósito de minerales, asiento de maquinarias, etc.;
también puede tratarse de servidumbres de tránsito, para llegar al
lugar, de postación y tendido eléctrico, etc.
3°. La duración de las servidumbres impuesta por el cateador no
excederá de seis meses contados desde que inicia el ejercicio de la
facultad. No es necesario imponer servidumbres cuando la facultad
de catar y cavar se ejercita en terrenos fiscales o municipales
abiertos e incultos.

1.2. Constitución de servidumbres en beneficio del cateador.

Si hay acuerdo entre el dueño del suelo y el cateador se estará a lo


que las partes dispongan.
Si no hay acuerdo, el cateador minero puede demandar, ante
el juez letrado en lo civil competente, para que se le conceda el
derecho a imponer servidumbre. El procedimiento es especial
llamado, sumarísimo, (artículo 235 del Código de Minería). En
ella se discute la modalidad de ejercicio de la servidumbre, la
indemnización de perjuicios a pagar por el cateador y si las hay,
otras circunstancias que, de todos modos, deben ajustarse a lo
dispuesto en los artículos 122 al 125 del Código de Minería
Para solicitar la constitución de servidumbres en terrenos de
interés público o fiscal, debe acompañarse a la demanda los permi-
sos que exige el artículo 17 del Código de Minería.
106 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

1.3. Limitaciones al ejercicio de la facultad de catar y cavar: El


Código establece algunas limitaciones al ejercicio de la facultad,
las que tienen por finalidad; a) precaver los daños que puedan
perjudicar al dueño del terreno superficial o b) proveer a fines de
interés público.
En consecuencia, antes de realizar calicatas, excavaciones o
en general labores mineras el cateador deberá proceder según las
normas que se indican:

a) Está prohibido ejercer la facultad de catar y cavar en te-


rrenos comprendidos dentro de los límites de una conce-
sión minera de exploración o de explotación ajena, salvo
que el titular lo autorice. El dueño de una concesión tie-
ne derecho exclusivo para catar y cavar dentro de los lí-
mites de su concesión artículo 20 del Código de Mine-
ría).
b) El cateador debe indemnizar los perjuicios que cause al
dueño del predio superficial con el ejercicio de la facul-
tad de catar y cavar.
Lógicamente, si no hay perjuicios no hay obligación de
indemnizar porque la obligación del cateador consiste en
indemnizar, el daño objetivo causado como consecuencia
directa del ejercicio de una actividad lícita (inciso 2° del
artículo 14 del Código de Minería).
c) El Código contiene otro tipo de limitaciones consistentes
en la obligación del cateador de obtener permisos de
ciertas autoridades para ejecutar labores mineras en los
lugares que se indican, limitaciones que se establecen
para proteger el interés público (artículo 17 del Código
de Minería).
CURSO DE DERECHO MINERO 107

1.4. Procedimientos aplicables: Se refieren a este aspecto el inciso


2° del artículo 14 y 3º del artículo 15 del Código de Minería, en
los que se conceden dos acciones que puede ejercer cualquiera de
las partes afectadas por el ejercicio de la facultad de catar y cavar.
1°. Si no hay acuerdo sobre el monto de la indemnización a
pagar por los perjuicios causados por el cateador, cualquiera
de las partes, cateador o dueño del suelo, pueden recurrir
ante el juez competente en juicio de indemnización de per-
juicios, en procedimiento sumario (artículos 233 del Código
de Minería y 680 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil);

2.º Si requerido el permiso para ejercer la facultad de catar y


cavar, no se llega a acuerdo entre la persona o funcionario a
quien corresponda otorgar el permiso, o éste pone obstáculos
al ejercicio, cualquiera de las partes podrá recurrir al juez
competente, en procedimiento sumarísimo (artículo 235), pa-
ra que resuelva si concede o no el permiso para ejercer la fa-
cultad de cavar y cavar en determinado lugar.

En conclusión, si se debe litigar para fijar el monto de la indemni-


zación a pagar al dueño del suelo, se aplica el procedimiento su-
mario; si se litiga para obtener el permiso para ejercer la facultad
de catar y cavar, se aplica el procedimiento sumarísimo propio del
C. de Minería.

1.5 Permisos necesarios para ejercer la facultad de catar y cavar


en terrenos de interés privado. (artículo 15)

Se puede “catar y cavar, libremente, en terrenos abiertos e incul-


tos, quienquiera que sea su dueño”.
108 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

En consecuencia, para catar y cavar en los demás terrenos es


necesario el permiso del dueño del predio, de su poseedor o de su
tenedor. Si el terreno pertenece a la Nación o a la Municipalidad el
permiso se pide al Gobernador o al Alcalde que corresponda.
Como el ejercicio de la facultad debe ser compatible con el
ejercicio del derecho de propiedad, los incisos 2º y 4º del artículo
15 distinguen entre terrenos de cateo libre, terrenos de cateo prohi-
bido y terrenos de cateo reglamentado.
Los requisitos que debe cumplir el cateador dependen de la
naturaleza del terreno en que se ejercerá la facultad. Esta clasifica-
ción se ha establecido para proteger el interés de los particulares
sin importar si tienen la calidad de dueños, poseedores o tenedores
del terreno superficial. De acuerdo a la clasificación señalada hay
que distinguir:

1°. Terrenos de cateo libre: Definidos en el inciso 1º del artículo


15 del Código de Minería, que prescribe que se podrá catar y cavar
libremente, en terrenos abiertos e incultos, quienquiera sea su
dueño.
Se entiende por terrenos abiertos aquellos que carecen de
cercas o cierres, e incultos, los que no presentan cultivos o labores
agrícolas. El terreno debe reunir ambos requisitos conjuntamente.
Estos terrenos se encuentran con frecuencia en las zonas desérticas
o montañosas del país. Para catar y cavar en ellos no se requiere
permiso alguno.
Como los terrenos abiertos e incultos podrían ser estatales o
municipales, si se ponen obstáculos o se niega el ejercicio de la
facultad, el interesado puede recurrir ante el juez competente en lo
civil del lugar en que se quiere investigar, demandando que cesen
los obstáculos o negativas, en procedimiento sumarísimo, de
CURSO DE DERECHO MINERO 109

acuerdo a los artículos 15 inciso 3º, 234 y 235 del Código de Mi-
nería.

2°. Terrenos de cateo prohibido: Señalados en el artículo 15,


inciso final son:
1. las casas y sus dependencias,
2. los terrenos plantados de vides o árboles frutales, y
3. aquellos sobre los cuales existe concesión minera ajena
constituida.
En ellos no se puede catar ni cavar en forma alguna a menos que el
dueño otorgue autorización escrita. Si el dueño es un particular
debe pedirse la autorización a él; en cambio, si el dueño es la
Nación o la Municipalidad la autorización escrita debe ser dada
por el Gobernador o el Alcalde.
La prohibición se justifica porque puede tratarse de una mo-
rada o residencia y porque las plantaciones de vides y árboles
frutales, constituyen una inversión que puede ser relevante.
En estos casos el juez no está facultado para otorgar autori-
zación sustitutiva de la voluntad del dueño, no tiene competencia
para hacerlo. El poseedor o tenedor tampoco pueden otorgar per-
miso porque el Código dispone que “sólo el dueño podrá otorgar el
permiso”. La norma tiene por objeto proteger el interés privado, el
permiso queda entregado al arbitrio del dueño del terreno y su
voluntad no puede ser suplida por otra persona o autoridad. Según
dispone el artículo 7º de la LOC, el dueño del inmueble puede
imponer condiciones al interesado para permitir el ejercicio de la
facultad.
Cabe observar que el artículo 7º de la LOC incluye en este
grupo a “los terrenos que contengan arbolados o viñedos”, decla-
ración que en el artículo 15 del Código fue redactada como “terre-
nos plantados de vides o árboles frutales”. La expresión “arbola-
110 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

dos” tiene, indiscutiblemente, un sentido mas amplio que la expre-


sión “árboles frutales”.
En el evento que sea necesario ejercer la facultad de catar y
cavar o realizar labores mineras en general, en una zona cubierta
de bosques, lo que ocurre en las regiones octava, novena, décima y
undécima, el minero debe obtener permiso del dueño en los térmi-
nos señalados precedentemente. Si para ejercer las labores mineras
necesita cortar vegetación, se requiere cumplir con lo dispuesto en
el artículo 21 del DL 701, conocido como Ley de Fomento Forestal
que dispone que cualquier acción de corta o explotación de bosque
nativo deberá hacerse previo plan de manejo aprobado por la
Corporación Nacional Forestal (CONAF), obligación que se
extiende a los terrenos declarados “de aptitud preferentemente
forestal”.

3°. Terrenos de cateo reglamentado: En esta situación se encuen-


tran los terrenos no comprendidos en las categorías anteriores y
son:
a) Los terrenos cerrados y cultivados,
b) los terrenos cerrados e incultos, y
c) los terrenos abiertos y cultivados.

Evidentemente quedan incluidos todos los terrenos con cierres o


cercos y todos los terrenos cultivados estén o no cercados.
Según el inciso 2º del artículo 15, en ellos se puede catar y
cavar si se cuenta con el permiso escrito del dueño, del poseedor o
del tenedor del suelo, o supletoriamente, con la autorización del
juez civil que tiene competencia en el territorio, quien resolverá la
petición en procedimiento sumarísimo. Al igual que en los casos
anteriores, si el dueño es la Nación se solicitará el permiso al
Gobernador correspondiente, y si son terrenos municipales, al
CURSO DE DERECHO MINERO 111

Alcalde. Si el dueño o las autoridades mencionadas niegan el


permiso se puede recurrir ante el juez competente en procedi-
miento sumarísimo, como ya señalado.

1.6. Derechos y obligaciones que nacen del permiso que concede


el juez: Si el dueño, poseedor o tenedor del terreno o el respectivo
funcionario niegan la autorización para catar y cavar o ponen
obstáculos al ejercicio de la facultad sin causa legal o sin funda-
mentos de hecho, según el inciso 3º, artículo 15 del Código de
Minería, el juez puede suplir la voluntad del dueño, poseedor o
tenedor o del funcionario en su caso.
El artículo 16 del Código de Minería prescribe que si el
permiso es concedido por el juez, éste fijará el número de personas
que podrá emplearse en la búsqueda. Conjuntamente, el permiso
debe señalar las siguientes obligaciones del cateador:

1°. Que las labores se efectúen cuando no haya frutos pendientes


en el terreno;
2°. Que el tiempo de realización de ellas no exceda de seis
meses contados desde la fecha en que se otorgue el permiso;
3°. Que el solicitante indemnice todo daño que cause con las
labores o con ocasión de ellas;
4°. Si el afectado lo exigiere, que el solicitante rinda previa-
mente caución calificada por el juez, para asegurar el cum-
plimiento de la obligación.

Se contempla también el hecho de que por cualquier razón, por


ejemplo meteorológica, el solicitante no pudiere ejercitar la facul-
tad de catar y cavar en el plazo otorgado por el juez, caso en que el
juez puede diferir la autorización para otra época.
112 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Los permisos a que se refieren los artículos precedentes no


son necesarios para solicitar concesión minera de exploración o de
explotación, sólo son necesarios para realizar las faenas mineras
inherentes al ejercicio de la facultad de catar y cavar en los lugares
señalados.

1.7 Permisos para realizar labores mineras en terrenos de interés


público o colectivo. Cuando se busca ejercer la facultad de catar y
cavar en terrenos de interés público es necesario atenerse a lo
dispuesto en los artículos 18 y 127 del Código de Minería, 7° del
Reglamento y 74 del Código Sanitario que expresan la preocupa-
ción del legislador por proteger los bienes públicos, con especial
atención a los que prestan servicios al conjunto de la comunidad,
al interés de la defensa nacional, de la seguridad nacional y públi-
ca, y a la preservación de los sectores que se señalan.
Con éste objeto limita la actividad minera disponiendo que
“sin perjuicio de los permisos de que trata el artículo 15”, se deben
obtener permisos de ciertas autoridades para “ejecutar labores
mineras” en determinados lugares que, por su cercanía a una ciu-
dad o poblado, a caminos, puestos fronterizos, ferrocarriles, etc., o
por tener la calidad de parques nacionales o reservas naturales,
deben ser objeto de especial atención.
Como en este caso la ley no define que se entiende por “la-
bores mineras” el concepto se aplica cualquiera que sea la finali-
dad que se persigue, catar o cavar, explorar o explotar, y cualquie-
ra que sea el título con que se pretende realizar “labores mineras”,
porque en general, se entiende por “labores mineras” los trabajos
que se hacen en una mina para descubrir y extraer minerales.
La autoridad debe otorgar permisos escritos. Cabe tener pre-
sente que, en los casos enumerados en el artículo 17, se trata de
autorizaciones acumulativas, esto es, que si se tratare de terrenos
CURSO DE DERECHO MINERO 113

de cateo reglamentado o prohibido, el minero deberá contar, con-


juntamente, con el permiso otorgado por la autoridad y por el
dueño, poseedor o tenedor del suelo o substitutivamente por el
juez si procediere.

1.8 Permisos necesarios para ejecutar labores mineras segun el


código sanitario: El artículo 74 del Código Sanitario dispone que
sin previa autorización del Servicio Nacional de Salud no se pue-
den ejecutar labores mineras en:
a) sitios donde se han alumbrado aguas subterráneas;
b) en terrenos particulares;
c) en los lugares en que la explotación pueda afectar el caudal o
la calidad natural de las aguas.

El Servicio Nacional de Salud fijará las condiciones de seguridad y


el área de protección de la fuente o caudal correspondiente de las
aguas y tiene facultad para ordenar la paralización de las obras o
faenas cuando afecten o puedan afectar el caudal y calidad de las
aguas.
Cabe señalar que el Código Sanitario declara que los permi-
sos son necesarios para “ejecutar labores mineras” en los lugares
que se indican, pero no lo son para constituir concesión minera en
dichos lugares, lo que significa que se puede llegar a ser titular de
una concesión cuya cara superficial comprenda terrenos de interés
público, porque los Códigos citados se refieren sólo y expresa-
mente a los permisos que se requieren para ejecutar labores mine-
ras. Entonces, si se realiza cualquier actividad sin autorización o
permiso, aún siendo titular de concesión, se comete infracción y se
cae en las sanciones que contempla el artículo 18 del Código de
Minería.
114 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Al respecto, el artículo 7º del Reglamento del Código de Mi-


nería dispone que mientras se tramita una concesión minera, el
solicitante podrá pedir, desde luego, el o los permisos del artículo
17 del Código para ejecutar las labores mineras que conforme a las
normas generales podrá realizar si su concesión llegara a consti-
tuirse. Luego, el o los permisos que se otorguen en virtud de esta
disposición quedarán sujetos a la condición suspensiva de que la
concesión se constituya.

1.9. Autoridades que pueden conceder el permiso escrito que exige


el Código de Minería: Según el artículo 17 citado, dichas autori-
dades son las siguientes:

1º. El Gobernador conocerá de las peticiones de permisos en los


siguientes casos:
a. Cuando se le solicite autorización para ejecutar labores
mineras dentro de una ciudad o población, en cemente-
rios, en playas de puertos habilitados y en sitios destina-
dos a la captación de las aguas necesarias para un pueblo.
En estos casos, antes de otorgar un permiso, el Goberna-
dor debe oír al SEREMI de Vivienda y Urbanismo;
b. A menos de 50 metros, medidos horizontalmente, de edi-
ficios, caminos públicos, ferrocarriles, líneas eléctricas
de alta tensión, andariveles, conductos, defensas fluvia-
les, cursos de agua y lagos de uso público;
c. A menos de 200 metros medidos horizontalmente, de
obras de embalse, estaciones de radiocomunicaciones,
antenas e instalaciones de telecomunicaciones.

Si los bienes señalados en las letras b y c son de propiedad del


minero, o su dueño autoriza al interesado para realizarlas, no se
CURSO DE DERECHO MINERO 115

necesita el permiso del Gobernador. Luego, para omitir el permiso


se requiere que los edificios, caminos públicos ferrocarriles, etc.,
pertenezcan al interesado en ejecutar labores mineras, o su dueño,
si es un tercero, autorice al interesado para realizarlas.

2º El Intendente autorizará la ejecución de labores mineras en los


siguientes lugares: parques nacionales, reservas nacionales, o
monumentos naturales, siempre que previamente se haya hecho
declaración expresa, por Decreto Supremo que señale los deslindes
y sea firmado por el Ministro de Minería, de que el terreno tiene
alguna de las tres calidades señaladas “para efectos mineros”.
Los parques nacionales, reservas nacionales y/o monumentos
naturales corresponden a la denominación global de áreas silves-
tres protegidas. También pueden ser considerados “Santuarios de
la Naturaleza”, que son áreas protegidas por la Ley Nº 17.288, de
1970, sobre Monumentos Nacionales.
El artículo 21 del DL Nº 1.939, sobre Adquisición, Adminis-
tración y Disposición de Bienes del Estado, entregó al Ministerio
de Bienes Nacionales la facultad de declarar Reservas Forestales o
Parques Nacionales a los terrenos fiscales necesarios para estos
fines, previa consulta o a requerimiento de los servicios o entida-
des que tengan a su cargo el cuidado y protección de bosques y del
medio ambiente, la preservación de especies animales y vegetales,
y en general, la defensa del equilibrio ecológico. Cabe también
recordar que en el artículo 35 de la Ley sobre Bases Generales del
Medio Ambiente dispone que el Estado fomentará e incentivará la
creación de áreas silvestres protegidas de propiedad privada, con
las mismas finalidades que las áreas silvestres estatales, esto es,
asegurar la diversidad biológica, tutelar la preservación de la natu-
raleza y conservar el patrimonio ambiental.
116 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

3º De la Dirección de Fronteras y Límites: para ejecutar labores


mineras en zonas declaradas fronterizas “para efectos mineros”.

4º Del Ministerio de Defensa Nacional, para ejecutar labores


mineras:
a) a menos de quinientos metros de lugares destinados a
depósitos de materiales explosivos o inflamables (artí-
culo 17 Nº 4);
b) en zonas y recintos militares dependientes de ese Mi-
nisterio, tales como puertos y aeródromos; o en los te-
rrenos adyacentes hasta la distancia de tres mil metros,
medidos horizontalmente, siempre que estos terrenos
hayan sido declarados, de conformidad a la ley, nece-
sarios para la defensa nacional (artículo 17 Nº 5);

5º Del Presidente de la República, para ejecutar labores mineras


en covaderas o en lugares que hayan sido declarados de interés
histórico o científico, cuando la declaración haya sido hecha ex-
presamente “para efectos mineros”, por Decreto Supremo que
además señale los deslindes correspondientes y sea firmado, tam-
bién, por el Ministro de Minería.
Como se ha dicho, las covaderas son concesibles pero tanto
para la exploración como para la explotación será necesario soli-
citar el permiso respectivo al Presidente de la República, debien-
do, el Ministerio de Agricultura informar previamente al Ministe-
rio de Minería, las exigencias que deben contemplarse en los
decretos de concesiones de covaderas (DL 3.557, de 1980).
Al otorgar los permisos, la autoridad puede señalar las medi-
das que conviene adoptar en interés de la defensa nacional, de la
seguridad pública o de la preservación de ciertos sitios.
CURSO DE DERECHO MINERO 117

A las autoridades llamadas a otorgar los permisos les son


aplicables las prohibiciones y sanciones que señala el Estatuto
Administrativo (Ley Nº 18.834) relativas a actuaciones en que
tengan interés alguno de sus parientes.
Finalmente, cabe recordar que, fuera de los permisos señala-
dos, la Ley Nº 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente
y Ámbito de Aplicación del Sistema de Evaluación de Impacto
Ambiental incluye expresamente a la industria minera entre los
proyectos que deben someterse al sistema, tanto en la etapa de
exploración como de explotación (artículos 9 y 10 de la ley cita-
da).

1.10 Procedimiento administrativo para obtener los permisos esta


señalado en el artículo 3º y siguientes del Reglamento del Código
de Minería. Se inicia presentando la solicitud de permiso al Go-
bernador respectivo, cualquiera que sea la autoridad a que va
dirigida. Si se trata de materias de su competencia resolverá el
mismo Gobernador. En los casos de los números 2 y siguientes del
artículo 17, el Gobernador remitirá la petición a la autoridad com-
petente para resolver, en un plazo máximo de 90 días, cumpliendo
previamente con los trámites que se señalan en el Reglamento
citado.

1.11 Sanciones por infracción de las obligaciones de obtener


permisos
Los permisos antes descritos son acumulativos y no se excluyen
entre sí. Los permisos se deben otorgar por escrito por la autoridad
que en cada caso se indica,
Si se ejecutan labores mineras sin contar con los permisos
contemplados en el artículo 17 recién citado, o se ha omitido la
autorización que exige el Código Sanitario, o aquellos a que se
118 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

refiere el artículo 15, establecidos en beneficio del interés privado,


el artículo 18 del Código de Minería concede acción pública para
denunciar la contravención al juez letrado en lo civil competente
por territorio. El juez abrirá un procedimiento sumarísimo en el
cual aplicará la sanción, que es una multa, teniendo además facul-
tad para “decretar la suspensión provisional de las labores”.
La multa se fijará en una suma entre una a cincuenta Unida-
des Tributarias Mensuales más la indemnización debida por los
daños que se causen. En caso de reincidencia, la multa será al
menos del doble de la primera, con un máximo de cien UTM. No
habiendo señalado el Código a quien beneficia la multa y siguien-
do las normas generales se deduce que será a beneficio fiscal.

2. La acción pública minera

Al comentar el artículo 18 del Código de Minería encontramos por


primera vez la acción pública que, como se verá más adelante,
aparece en distintas oportunidades y puede ser impetrada por
cualquier persona, por lo que aparece útil señalar algunas de sus
características:
En teoría, el sujeto de la acción pública sería la sociedad to-
da. En la práctica es un tercero ajeno al procedimiento que el
Código define como “cualquier persona”.
La acción pública que concede el Código de Minería con-
siste en la denuncia ante el juez civil competente del hecho de
haberse cometido una infracción a la ley. Puede ser presentada por
cualquier persona ante el juez letrado en lo civil que esté o deba
conocer de un asunto minero. La intervención del actor público
consiste en informar al Tribunal que se ha cometido o se está
cometiendo una infracción sancionada expresamente, a las dispo-
CURSO DE DERECHO MINERO 119

siciones del Código, lo que equivale a una intervención tendiente a


preservar el interés público, la probidad o la seguridad jurídica.
El actor público minero informará al juez por escrito seña-
lando la infracción cometida, pero no se hace parte en el juicio; no
está obligado a rendir prueba y no obtendrá beneficio directo por
su intervención, salvo una excepción (en el caso del artículo 23).
Finalmente, si el juez dicta sentencia constitutiva y durante
el desarrollo del proceso se ha ejercido la acción pública se produ-
ce el efecto de obligar a elevar la sentencia constitutiva de conce-
sión en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva (artículo 86,
inciso 2º del Código de Minería).

3. Derechos y obligaciones del Servicio Nacional de Geología y


Minería (Sernageomin), en relación con la facultad de catar y cavar.

El Servicio está facultado para efectuar trabajos de geología de


acuerdo a las normas que lo rigen y debiendo obtener previamente
los permisos que sean necesarios, según la clase de terrenos en que
realizará los trabajos (artículos 21).
En caso de no haber acuerdo entre el Servicio y el dueño, po-
seedor o tenedor de los terrenos de superficie, cualquiera de las
partes puede recurrir al juez, a fin de que, en procedimiento suma-
rísimo, regule el ejercicio de la facultad, pudiendo imponer el
otorgamiento de caución para garantizar el pago de los perjuicios.
Será el Estado quien deberá responder por todo perjuicio que el
Servicio cause con ocasión del ejercicio de la facultad.
El artículo citado dispone también que si el Servicio desea
efectuar trabajos de geología dentro de los límites de una conce-
sión minera, sólo el dueño de la misma podrá autorizarlo. Esto es,
nos encontramos con una excepción a las facultades del Servicio
establecida en favor del concesionario. El Servicio sólo puede
120 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

realizar trabajos de geología en terrenos en los que hay concesión


constituida siempre que el dueño autorice. Si se niega el permiso,
el Servicio no puede recurrir al juez para que conceda autorización
sustitutiva, con lo que sólo resta concluir que los terrenos que
abarca una concesión están asimilados, para estos efectos, a los
terrenos de cateo prohibido.
Finalmente, la disposición citada crea la obligación, para to-
da persona que realice trabajos de exploración geológica básica, de
proporcionar al Servicio la información de carácter general que
obtenga, siempre que el Servicio así lo solicite. No se señala san-
ción para el caso de incumplimiento de esta última disposición.

4. Capacidad para adquirir derechos mineros.

La regla general en materia de capacidad se encuentra en el artí-


culo 1446 del Código Civil en cuanto dispone que toda persona es
legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces.
La capacidad es la aptitud legal que tiene una persona para
adquirir y ejercitar derechos, de lo que resulta que la capacidad
puede ser de goce, que es la aptitud para adquirir, gozar o ser
titular de derecho, o de ejercicio, que es el poder que tiene una
persona para obligarse por sí misma, sin el ministerio o la autori-
zación de otra.
La incapacidad de ejercicio puede ser absoluta, cuando no
permite realizar ningún acto jurídico, o puede ser incapacidad
relativa, caso en que la persona puede ejercitar su derecho en
ciertas circunstancias y bajo determinadas condiciones.
El artículo 1447 del Código Civil distingue entre incapacida-
des absolutas y relativas. Las normas sobre incapacidades absolu-
tas, que afectan a los dementes, impúberes y sordomudos que no
pueden darse a entender por escrito tienen plena aplicación en
CURSO DE DERECHO MINERO 121

materia minera como también las incapacidades relativas, que


alcanzan a los menores adultos y a los disipadores bajo interdic-
ción. El inciso final del artículo 1447 agrega que: “Además de
estas incapacidades hay otras particulares que consisten en la
prohibición que la ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar
ciertos actos”.
Los artículos 5º inciso 2°, de la LOC sobre Concesiones Mi-
neras, y 22 inciso 1º del Código de Minería reconocen la capaci-
dad para adquirir derechos mineros a toda persona, natural o jurí-
dica, chilena o extranjera. La norma general es que toda persona
puede adquirir derechos mineros a cualquier título y en cualquier
modo, sea éste originario o derivativo. Esta norma se aplica a todo
tipo de concesiones, sean de exploración o de explotación, se
encuentren constituidas o en trámite, se trate de cuota o parte de
concesiones o de acciones de sociedades que se rijan por el Código
de Minería.

4.1 Derechos de los relativamente incapaces en materia minera:


Si bien la ley minera aplica las normas civiles sobre capacidad de
ejercicio y sobre incapacidades absolutas y relativas, el Código del
ramo contiene algunas modificaciones. En efecto, el artículo 24
dispone que las personas relativamente incapaces, esto es, los
menores adultos, las mujeres casadas en régimen de sociedad
conyugal y los disipadores sujetos a interdicción puedan presentar
pedimentos o manifestaciones por sí, válidamente, sin necesidad
del consentimiento o autorización de sus respectivos representan-
tes legales. Aplicando lo dispuesto en el artículo 36 del Código de
Minería se concluye que estas personas tampoco necesitan pre-
sentarse patrocinados por abogado.
La disposición del artículo 24 citado se justifica porque de
aplicarse las normas civiles para obtener el consentimiento o auto-
122 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

rización del representante legal se podría perjudicar al relativa-


mente incapaz, ya que para presentar pedimento o manifestación
de un hallazgo minero es necesario proceder con rapidez, para
evitar que un tercero se adelante y adquiera el derecho preferente
para constituir la concesión que corresponde al descubridor. Ade-
más, la presentación de pedimento o manifestación no comporta
riesgo para el relativamente incapaz, sino que al contrario, una
posibilidad de incrementar su patrimonio adquiriendo una conce-
sión minera.
Si el juez ordena subsanar eventuales errores cometidos al
presentar el pedimento o la manifestación, las correcciones pueden
ser hechas por el relativamente incapaz interesado, por lo exiguo
del plazo que se concede al efecto, que es de ocho días. Así per-
mite deducirlo el texto del artículo 49, inciso 1º del Código de
Minería, en cuanto dispone que “el solicitante” puede subsanar
eventuales defectos del pedimento o de la manifestación. En con-
secuencia, si el solicitante tiene una de las calidades de incapaci-
dad relativa que señala el artículo 24, puede subsanar los errores
personalmente.
Los actos posteriores a la presentación de pedimento o mani-
festación se sujetan a las reglas generales: el relativamente incapaz
debe comparecer debidamente representado.

4.2. Derechos mineros adquiridos por el menor adulto. El artículo


25 del Código del ramo dispone que los derechos mineros adquiri-
dos por el menor adulto sin autorización de su representante legal
quedan incorporados a su peculio industrial. Al respecto recorda-
mos que el artículo 251 del Código Civil dispone que el hijo se
mirará como mayor de edad para la administración y goce de su
peculio profesional o industrial, sin perjuicio de que, para el caso
CURSO DE DERECHO MINERO 123

de enajenar, deberá contar con la autorización del juez dado con


conocimiento de causa.

4.3. Derechos mineros adquiridos por la mujer casada en régimen


de sociedad conyugal: El mismo artículo 25 citado dispone que los
derechos adquiridos por la mujer casada en régimen de sociedad
conyugal ingresarán al haber social, a menos que sea aplicable el
artículo 150 del Código Civil, lo que significa que si no opera
dicho artículo, los derechos que emanan del pedimento o manifes-
tación presentada por la mujer casada en régimen de sociedad
conyugal entran al haber social en igualdad de condiciones que los
derechos del marido respecto a las minas que éste pida o mani-
fieste.
No obstante cabe recordar que con la reforma al Código
Civil de 1989 introducida por la Ley Nº 18.802, la mujer casada en
régimen de sociedad conyugal es plenamente capaz.

4.4. Derechos mineros adquiridos por los disipadores sujetos a


interdicción. Dado que el artículo 25 del Código de Minería no
hace referencia a estos casos, se deben aplicar las normas comunes
sobre las personas sometidas a incapacidad relativa. Cabe recordar
que el disipador es una persona que tiene un patrimonio y que
naturalmente, los derechos que adquiera se incorporarán a dicho
patrimonio.

4.5. Incapacidades especiales que afectan a ciertas personas en


razón de los cargos que desempeñan. El inciso 1º del artículo 22
del Código de Minería, establece la regla general sobre capacidad
en materia minera cuando dispone que: “Toda persona puede
hacer manifestaciones o pedimentos y adquirir concesiones en
124 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

trámite o constituidas, o cuota de ellas, o acciones en sociedades


regidas por este Código”.
En cambio en el inciso 2º establece algunas incapacidades
especiales mineras, que constituyen una excepción a la norma
general contenida en el inciso primero. Este artículo tiene carácter
de ley de quórum calificado.
Las incapacidades a que se refiere el artículo 22 consisten en
la prohibición impuesta por la ley a ciertas personas para adquirir
derechos mineros y se fundan en el interés nacional, en la voluntad
del legislador para impedir que las personas afectadas ejerzan
derechos mineros, porque intervienen o pueden intervenir en el
proceso de constitución de concesiones mineras o porque manejan
o tienen acceso a información geológica o minera vinculada a
nuevos descubrimientos, con lo que podrían entorpecer el proce-
dimiento o utilizar la información en su propio beneficio.
El artículo 22 citado tiene como antecedentes lo dispuesto
por el artículo 19, Nº 24, inciso 7º de la Constitución que declara
que hay interés público en el otorgamiento de concesiones mine-
ras, y en razones de moralidad pública semejantes a lo que estable-
cen los artículos 1796 del Código Civil que declara nula la venta
entre cónyuges no divorciados perpetuamente, y entre el padre o
madre y el hijo sujeto a patria potestad, o el artículo 1798 también
del Código Civil que prohibe al empleado público comprar los
bienes públicos o particulares que se vendan por su ministerio; y a
los jueces, abogados, procuradores o escribanos, los bienes en
cuyo litigio han intervenido aunque la venta se haga en pública
subasta.
CURSO DE DERECHO MINERO 125

4.6. Las personas sujetas a incapacidades especiales mineras son


las siguientes:

1°. Los funcionarios del Poder Judicial y aquellos sujetos al con-


trol del Poder Judicial: En el numeral primero del artículo 22 se
incluyen “los Ministros de las Cortes de Apelaciones, los Jueces y
Secretarios de los Juzgados de Letras en lo Civil, los Conservado-
res de Minas, y los empleados de tales Juzgados y Conservadores,
respecto de terrenos o concesiones situados, total o parcialmente,
dentro de los respectivos territorios jurisdiccionales o de sus ofi-
cios, o de acciones de las referidas sociedades, dueñas de dichas
concesiones”.
Las personas que pertenezcan a las categorías enumeradas no
podrán hacer manifestaciones o pedimentos; o adquirir concesio-
nes en trámite o constituidas o cuota de ellas; o acciones en socie-
dades regidas por el Código dueñas de dichas concesiones, res-
pecto de terrenos o concesiones situados, total o parcialmente,
dentro de los respectivos territorios jurisdiccionales o de sus ofi-
cios.
Luego, las personas que tienen participación directa o indi-
recta en la constitución del dominio minero no puede presentar
pedimento o manifestación, adquirir concesiones mineras en trá-
mite o constituidas, o cuotas en ellas o acciones de sociedades
regidas por el Código cuando los bienes mineros enumerados se
encuentran total o parcialmente comprendidos en los territorios
jurisdiccionales o en aquellos en que sus oficios tengan competen-
cia.
Como el Código de Minería no distingue que clase de em-
pleados están afectos a la incapacidad relativa, cualquier persona
que preste servicios en juzgados civiles o conservadores y que
126 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tenga la calidad de empleado de acuerdo al Estatuto Administrati-


vo y a la legislación pertinente, está sujeta a la prohibición.
Esta limitación al ejercicio de derechos mineros se encuentra
establecida en los mismos términos, en el artículo 322 del Código
Orgánico de Tribunales.

2°. Los funcionarios del Estado, de sus organismos o empresas:


incluidos en el numeral 2º del artículo 22 citado, son las personas
que, en razón de sus cargos, tengan intervención en la constitución
de concesiones mineras o acceso a información de carácter geoló-
gico o minero, o relativa a descubrimientos mineros, hasta un año
después de haber dejado el cargo.
La incapacidad especial afecta sólo a aquellos empleados
públicos que en razón de sus cargos tengan información geológica
o minera, entre los que se puede citar, por ejemplo, a los funciona-
rios del Servicio Nacional de Geología y Minería. Es una incapa-
cidad especial temporal que afecta a los funcionarios del Estado
hasta un año después de haber cesado en sus funciones.

3°. El cónyuge no divorciado perpetuamente y los hijos de familia


de las personas mencionadas en los números anteriores son in-
cluidos y afectados por la incapacidad especial que recae sobre el
funcionario público.

4º Excepción: El mismo numeral 3º establece una excepción: Las


personas mencionadas en el inciso anterior podrán adquirir por
sucesión por causa de muerte o en virtud de un título anterior al
hecho que da origen a la prohibición esto es, si hubieren adquirido
los derechos mineros antes de entrar a desempeñar los cargos
afectos a las prohibiciones señaladas.
CURSO DE DERECHO MINERO 127

Como se trata de incapacidades especiales, se aplican en


forma restrictiva, sólo a las actuaciones enumeradas en el inciso
primero. Luego las personas afectadas pueden adquirir otros dere-
chos mineros no incluidos en la enumeración del inciso primero
como por ejemplo, arrendar o hipotecar una concesión minera o
participar en sociedades que no estén regidas por el Código de
Minería.

4.7. Sanciones: El artículo 23 señala las sanciones por la contra-


vención de las prohibiciones a que están afectas las personas se-
ñaladas en el artículo 22, contravención que puede ser denunciada
por cualquier persona ante el juez competente. Las sanciones son
las siguientes:

a) Si el pedimento, la manifestación, la concesión o las acciones


están en poder del infractor, este las perderá y serán transferidas a
la persona que primero denuncie el hecho ante el Juez respectivo.
Como se ha dicho, hay una acción pública que puede ser
ejercida por cualquier persona, para denunciar al infractor y ade-
más, en éste único caso, el Código de Minería dispone que el
primer denunciante será beneficiado con la transferencia de los
derechos que estaban en poder del denunciado.

b) El inciso 2º del artículo 23 dispone que, en todo caso, el funcio-


nario infractor sufrirá, además, la pena de inhabilitación especial
temporal en su grado medio para el cargo que desempeñe.
CAPÍTULO V:
LA CONCESIÓN MINERA

1. Concepto de concesión minera

Antes de entrar a explicar el concepto de concesión minera cabe


recordar que según el artículo 20 del Código Civil las palabras de
la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso
general de las mismas.
El Diccionario de la Real Academia Española señala que
por concesión se entiende la acción y el efecto de conceder, esto
es, de dar, otorgar, hacer merced. Agrega que la concesión es el
otorgamiento gubernativo a favor de particulares o empresas, bien
sea para apropiaciones, disfrutes o aprovechamientos privados en
el dominio público según acontece en las minas, aguas o montes,
bien para construir o explotar obras públicas, o bien para ordenar,
sustentar o aprovechar servicios de la administración general local.
La doctrina entiende por concesión el acto o contrato admi-
nistrativo que crea, en favor de un particular, un derecho que es
propio de la administración y del que el particular carecía total-
mente.
De acuerdo a lo expuesto y a lo dispuesto en el artículo 19
Nº 24, inciso 7º de la Constitución Política, diremos que Conce-
sión Minera es el derecho real e inmueble que confiere el Estado,
por medio de los tribunales ordinarios de justicia en lo civil, a una
persona natural o jurídica para que explore o explote las sustancias
minerales concesibles que existan dentro del perímetro de un
terreno determinado, derecho que está sujeto a la condición de que
el beneficiado cumpla con la obligación de satisfacer el interés
público que justifica el otorgamiento de la concesión minera.
130 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La concesión minera se otorga sólo para explorar o explotar


sustancias minerales metálicas o no metálicas concesibles. Las
sustancias inconcesibles se explotan en la forma y por los entes
indicados en el artículo 8º del Código de Minería. Como en Chile
el Estado tiene el dominio de todas las minas, sólo obteniendo una
concesión minera, se pueden explorar en forma exclusiva o explo-
tar con ánimo de lucro las sustancias minerales concesibles.
Para otorgar las concesiones la ley ha establecido un proce-
dimiento no contencioso, que se ventila ante el juez competente en
lo civil, y que termina con una sentencia que constituye un acto
originario de dominio o acto de concesión, porque en ella la auto-
ridad judicial declara constituida la concesión minera.
Una vez inscrita la sentencia en el Conservador de Minas
competente, nace el derecho de dominio, con sus atributos de uso,
goce y disposición, para el concesionario y nacen también los
derechos de explorar en forma exclusiva, si se ha constituido
concesión de exploración, o de explotar la riqueza minera que se
encuentra en toda la extensión territorial de la concesión, si se ha
constituido concesión de explotación o pertenencia.
Entonces, el acto de concesión se materializa en la sentencia
judicial en virtud de la cual el juez letrado en lo civil con compe-
tencia territorial, declara constituido el derecho de investigar o
explorar, o el derecho de extraer y apropiarse de las sustancias
minerales que la ley declara concesibles, en favor de quien lo ha
solicitado y ha cumplido con los requisitos exigidos.
La concesión minera comporta un procedimiento y un acto
diferente al de las concesiones administrativas que otorga el Presi-
dente de la República respecto a yacimientos de sustancias incon-
cesibles. La concesión minera no es un acto discrecional de la
autoridad ni es un acto intuito persona: es un acto judicial que
otorga la concesión a quien cumple con los requisitos legales, acto
CURSO DE DERECHO MINERO 131

en que no tiene intervención decisoria autoridad administrativa


alguna u otra persona, y que tiene su origen en un mandato expreso
de la Constitución Política de la República.
Además, los derechos que adquiere el concesionario no son
revocables; sólo caducan o se extinguen por causales objetivas
preestablecidas por la ley.

1.1 Clases de concesiones mineras

La ley distingue dos especies de concesiones: la concesión de


exploración, que sólo permite investigar el terreno en forma exclu-
siva, buscando sustancias minerales concesibles, y la concesión de
explotación, llamada también pertenencia, que permite investigar,
extraer y apropiarse de los minerales concesibles que se extraigan.
Cuando la Constitución Política, la Ley Orgánica Constitu-
cional sobre Concesiones Mineras o el Código de Minería utilizan
simplemente la palabra concesión se refieren o incluyen ambos
tipos de concesiones.
La concesión minera de exploración es un derecho real, in-
mueble, cuya duración se ha limitado en el Código de Minería a
dos años prorrogables por otros dos años. Confiere al titular las
facultades exclusivas de investigar la existencia de sustancias
minerales concesibles y de solicitar una o más concesiones de
explotación, en toda la extensión territorial que abarca.
La duración de dos años se cuenta desde que se dicta la sen-
tencia que declara constituido el derecho y es prorrogable por otros
dos años siempre que se abandone, a lo menos, la mitad de la
superficie concedida y se cumpla con los requisitos exigidos en el
artículo 112 del Código de Minería. El derecho a explorar que
detenta el titular de estas concesiones es exclusivo, esto es, sólo
puede ejercerlo el concesionario y está prohibido a los demás.
132 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Concesión minera de explotación o pertenencia. Es un dere-


cho real, inmueble, de duración indefinida y sujeto la condición de
ser amparado anualmente. Otorga a su titular las facultades exclu-
sivas de investigar la existencia de sustancias, minerales concesi-
bles y de extraer dichas sustancias, haciéndose dueño de ellas una
vez extraídas, facultades que el titular puede ejercer en todo el
ámbito territorial de la concesión.

1.2 Características comunes a las concesiones de exploración y a


las pertenencias constituidas.

1°. Se constituyen por resolución de los tribunales ordinarios de


justicia en lo civil, en un procedimiento no contencioso y sin
intervención alguna de otra autoridad o persona. Son también de
competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia en lo
civil el conocimiento de toda controversia sobre la caducidad o
extinción del dominio y todo otro litigio que pueda suscitarse
sobre cualquier materia atinente a la concesión minera.

2°. Por su naturaleza son derechos reales, o sea, se tienen sobre la


cosa material que constituye la concesión minera sin respecto a
determinada persona.

3°. Son derechos inmuebles porque su objeto material, formado


por las sustancias minerales concesibles que se encuentran en su
extensión territorial antes de ser extraídas, es inmueble por natu-
raleza según dispone la ley minera y también los artículos 568 y
580 del Código Civil. No obstante, una vez extraídos los minerales
pasan a ser muebles por naturaleza (artículo 567 del Código Civil).
CURSO DE DERECHO MINERO 133

4°. La concesión minera es un derecho distinto e independiente del


dominio y de cualquier otro derecho que exista sobre el predio
superficial, aún cuando dicho predio superficial y la concesión
tengan un mismo dueño, caso en que el dueño tendrá dos títulos: el
que corresponde a su dominio sobre el suelo y el correspondiente
al dominio sobre la concesión.

5°. El sujeto activo es el concesionario o titular del derecho. Su


dominio está protegido por la garantía constitucional del derecho
de propiedad.

6°. El objeto de la concesión minera está formado por los depósi-


tos naturales de sustancias minerales concesibles que se encuen-
tran dentro de su extensión territorial.

7°. Los derechos del concesionario son oponibles al Estado y a


cualquier persona, o sea, el concesionario puede defender sus
derechos enfrentándose u oponiéndose al Estado y a cualquier
persona, haciendo uso de las acciones o excepciones que en cada
caso procedan.

8°. Los derechos del concesionario minero son derechos sujetos a


condición porque están sujetos a la obligación de pago de patente
anual, o amparo, y pueden perderse si no se da cumplimiento anual
a la obligación (artículo 142 Código de Minería).

9°. Los derechos del concesionario minero pueden dividirse física


e intelectualmente (artículo 29 del Código de Minería). La división
física da lugar a dos o más concesiones independientes entre sí, la
división intelectual o de cuota da origen a una sociedad cuasi
134 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

contractual creada especialmente por la ley minera, llamada socie-


dad legal minera.

10°. Los derechos del concesionario minero son, en general, men-


cionables e inembargables. Son susceptibles de extinción por las
causales de caducidad que la ley señala, causales que, según dis-
pone el artículo 19, Nº 24, inciso 7º, de la Constitución Política,
deben estar preestablecidas por ley al momento de constituirse la
concesión. Se deduce que, en materia de caducidades, la ley mine-
ra no tiene efecto retroactivo. Una vez constituida, la concesión se
rige por la ley vigente al momento de su constitución.

11°. Los derechos del concesionario son transferibles por acto


entre vivos y transmisibles por causa de muerte, pueden ser adqui-
ridos por cualquier persona y a cualquier título, salvo las excep-
ciones señaladas en los artículos 22 y siguientes del Código de
Minería. Son también susceptibles de hipoteca y otros contratos
que no pugnen con las características propias de la actividad mine-
ra. En este aspecto, se rigen por las mismas leyes civiles que los
demás inmuebles en cuanto éstas no contraríen la legislación
minera.

1.3 Objeto de las concesiones mineras

La concesión minera, como derecho real inmueble, supone un


objeto material sobre el cual recae. Los derechos que confiere la
concesión minera constituida se radican materialmente en una
determinada extensión territorial, lugar en cuyo subsuelo se en-
cuentra el objeto de la concesión.
El artículo 26 del Código de Minería declara que “la conce-
sión minera tiene por objeto todas las sustancias concesibles que
CURSO DE DERECHO MINERO 135

existen dentro de sus límites”, o sea, dentro de su extensión territo-


rial. Entonces, el objeto de la concesión minera no es el subsuelo
que conforma materialmente la pertenencia sino sólo las sustancias
minerales concesibles que existen dentro de la extensión territorial
de la concesión.
Además cabe precisar que el titular de una concesión minera
no es dueño de “la veta o yacimiento”, no es dueño de las sustan-
cias minerales concesibles que se encuentran en la extensión terri-
torial de la concesión mientras éstas se encuentran en el depósito
natural: la concesión da el derecho a explotarlas y el titular sólo se
hace dueño de las sustancias minerales concesibles cuando las
extrae o arranca del depósito natural en que se encuentran (artículo
116, inciso 2° Código de Minería).
Desde el punto de vista histórico la determinación del objeto
de la concesión minera ha sido materia de diversas disposiciones.
Por ejemplo, en las Ordenanzas de Nueva España se disponía que
el minero era dueño de “la veta denunciada” (o dicho en nuestro
lenguaje, manifestada) y de todas las sustancias minerales que
encontrara en su pertenencia. El Código de Minería chileno de
1932 hacía una diferencia entre sustancias metálicas y no metálicas
y entre sustancias reservadas al Estado y al dueño del suelo, per-
mitiéndose así la superposición legal de pertenencias. En el artí-
culo 2º transitorio de la Ley Orgánica Constitucional sobre Conce-
siones Mineras se respetan los derechos mineros superpuestos
adquiridos durante la vigencia del Código de 1932 pero el artículo
27 del Código Minero vigente prohibe la constitución de conce-
siones superpuestas.

1.4 Forma de las concesiones mineras (artículo 3°, inciso 1° de la


LOC y artículo 28 del Código de Minería). “La extensión territorial
de la concesión minera configura un sólido cuya cara superior es,
136 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

en el plano horizontal, un paralelogramo de ángulos rectos, y


cuya profundidad es indefinida dentro de los planos verticales que
lo limitan”, de lo que se desprende que la concesión minera tiene
la forma de un objeto material con tres dimensiones: largo, ancho
y profundidad.
Cuando nos referimos a la forma de la concesión hay que
pensar en un cuerpo sólido, macizo. En cambio, cuando nos refe-
rimos a la cara superior del sólido, a lo que se encuentra en el
terreno superficial, hay que pensar en un paralelogramo de ángulos
rectos. Proyectando imaginariamente en profundidad los cuatro
lados del paralelogramo de ángulos rectos se concibe el sólido.
Un paralelogramo es una figura geométrica cuyos lados
opuestos son paralelos entre sí.
Un paralelogramo de ángulos rectos sólo puede ser un cua-
drado o un rectángulo. La línea exterior o contorno de la figura se
llama perímetro. Se concluye que la cara superior de la concesión
tendrá la forma de un cuadrado o de un rectángulo que, según el
artículo 46, se traza imaginariamente en el plano horizontal, que es
el terreno.
El legislador prefiere que la forma de la cara superficial de la
concesión sea un cuadrado. Si el interesado nada dice en el escrito
de pedimento o manifestación, se presumirá que la concesión que
pretende constituir tiene la forma de un cuadrado. Esto se deduce
de lo expuesto en el artículo 46, que en el primer inciso se refiere a
“un cuadrado trazado imaginariamente....” y que en el inciso 2º
concede al minero una opción en los siguientes términos: “Sin
embargo, el peticionario o manifestante podrá optar porque el
terreno pedido o el manifestado sea el comprendido en un rectán-
gulo trazado imaginariamente...”.
Respecto de la forma de las concesiones el Código entrega
normas que no admiten variaciones. Tanto es así que el artículo 30
CURSO DE DERECHO MINERO 137

dispone que “la concesión minera no otorgará derecho alguno


sobre los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional que hayan debido
abarcarse para respetar los lados y cabida mínimos y la forma de la
respectiva concesión”. Esto es, si se pretende constituir concesión
en lugar cercano a la costa marítima, el legislador admite que se
abarque parte de las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción
nacional con el sólo objeto de respetar la forma, lados y cabida
mínima, pero el concesionario no tendrá derecho alguno a explorar
o explotar los yacimientos existentes en dichas aguas marítimas
porque la parte se abarca con el sólo objeto formal de respetar los
lados, forma y cabida mínimas de la concesión, y porque los yaci-
mientos de cualquier especie existentes en las aguas marítimas
sometidas a la jurisdicción nacional son inconcebibles por disposi-
ción expresa del artículo 7° del Código de Minería.
Desde un punto de vista histórico vale señalar que también la
forma de las concesiones ha sido preocupación constante del le-
gislador minero. Así es como existen diversos sistemas para esta-
blecer la forma de las concesiones, como por ejemplo los siguien-
tes:

1) El conocido como oblicuo o sajón, en el cual las caras


laterales de la concesión son planos oblicuos que en-
cierran la veta o manto mineralizado y que siguen sus
declives en relación al horizonte, sistema que no ha te-
nido acogida en Chile;
2) El sistema recto o mexicano, en que las caras laterales
de la concesión no siguen el declive de la veta o manto
sino que se adentran perpendicularmente en el suelo,
con lo que, en definitiva, la concesión toma la forma
de un paralelepípedo recto, o sea, un cuerpo sólido li-
138 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

mitado por seis paralelogramos de ángulos rectos sien-


do los paralelogramos opuestos iguales y paralelos en-
tre sí.

Este es el sistema acogido por la ley chilena con algunas


modificaciones que corresponden a las modalidades propias del
sistema oficial de coordenadas universales transversales de Mer-
cator.

1.5 Orientación de las concesiones mineras


Desde que entró en vigencia el Código de Minería, el largo y
ancho de los lados del paralelogramo de ángulos rectos que encie-
rra la cara superior de cada concesión debe tener orientación
universal transversal de Mercator Norte / Sur. Para los efectos de
orientación de la concesión sólo interesa la cara superior, que es
aquella que encuentra trazada imaginariamente sobre el terreno,
porque las caras laterales del sólido se prolongan indefinidamente
en profundidad.

1.6 Dimensión y cabida de las concesiones.


La cabida es el espacio que ocupa una cosa. En materia minera es
la extensión superficial que tiene una concesión sobre el terreno, y
se mide en hectáreas (Há.) Una hectárea es igual a diez mil metros
cuadrados.
De acuerdo a los incisos 2º y 3º del artículo 28 y artículo 46
del Código de Minería es necesario distinguir entre la cabida de
una concesión de exploración y la de una concesión de explotación
o pertenencia.
A. Cabida de la concesión de explotación o pertenencia. Es el
manifestante a quien corresponde determinar la cabida o superficie
CURSO DE DERECHO MINERO 139

de la cara superior de la pertenencia que manifiesta, respetando los


siguientes parámetros:

1°. Si la pertenencia tiene forma de cuadrado, los lados de la cara


superior, medidos horizontalmente sobre la superficie del terreno
deben tener cien metros como mínimo o múltiplos de cien metros,
entendiéndose, según el artículo 8º del Reglamento, que los múlti-
plos de cien metros son doscientos, trescientos y así sucesivamente
de cien en cien metros, hasta un mil metros inclusive.

2°. Si la pertenencia tiene forma rectangular, el lado más largo no


podrá exceder, en ningún caso, de mil metros, y la proporción
entre su largo y ancho no podrá ser superior de diez a uno. (artí-
culo 8º del Reglamento).

La cara superior de la pertenencia no podrá comprender menos de


una Há. (que corresponde a lados de cien metros por cien metros,
total diez mil metros o una Há.), ni más de diez Hás. Luego, la
extensión mínima de una pertenencia es de una Há. En cambio, la
extensión máxima de una pertenencia es de diez Há. pero el mine-
ro puede manifestar, en un mismo escrito, un grupo de pertenen-
cias siempre que la extensión de todas no supere las mil Há, lo que
permite, por ejemplo, manifestar un grupo de cien pertenencias de
diez Há cada una. En resumen, la concesión minera de explotación
puede estar constituida por una o varias pertenencias. Si son va-
rias, el grupo de concesiones no puede exceder en total de mil Hás
(artículo 44 Nº 4 del Código de Minería).

b. Cabida de la concesión de exploración. También en este caso es


el titular del pedimento quien determina la medida o cabida de la
140 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cara superior de la concesión, respetando los siguientes paráme-


tros:
1°. Si la cara superficial de la concesión de exploración que se
solicita tiene forma de cuadrado, los cuatro lados serán iguales y
deben medir mil metros como mínimo o un múltiplo de mil, o sea,
dos mil metros, tres mil metros, cinco mil metros, etc., de mil en
mil metros, hasta quince mil metros, que es la medida máxima
aceptada por la ley.
2°. Si la cara superficial de la concesión tiene forma rectangular,
el lado más largo no podrá exceder en ningún caso de quince mil
metros y la proporción entre el largo y el ancho no podrá ser
superior de quince a uno (artículo 8º del Reglamento).

De acuerdo a la disposición citada, la concesión de explora-


ción no puede tener una cabida o superficie menor de cien hectá-
reas ni mayor de cinco mil hectáreas.
Cabe observar que la superficie de la concesión de explora-
ción es considerablemente superior a la cara superficial de la per-
tenencia, lo que se justifica por las diferentes finalidades que
tienen: la concesión de exploración, en lo sustantivo sólo da dere-
cho a explorar, a buscar minerales concesibles y le está prohibido
explotar con ánimo de lucro. En cambio, la pertenencia concede al
titular todos los derechos, incluido el de apropiarse de los minera-
les que extraiga, venderlos y lucrar con ellos.

1.7 La proyección universal transversal de mercator.

Las normas que entrega el Código sobre orientación, dimensión y


cabida de la cara superior de las concesiones están referidas a la
Proyección Universal Transversal de Mercator (UTM), que es un
sistema usado para la confección de mapas. En pocas palabras, se
CURSO DE DERECHO MINERO 141

trata de un reticulado o malla compuesta de cuadrículas que con-


forman ángulos rectos y tienen orientación, Norte-Sur. El Instituto
Geográfico Militar confecciona sus mapas con este sistema, a
escala 1:50.000, mapas que son utilizados por los mineros.
El sistema fue creado por Gerhard Kremer, más conocido
como Mercator. Nacido en 1512, en Rupelmonde, antigua locali-
dad de Flandes, Holanda, estudió cosmografía en Lovaina. En
1569 publicó una carta náutica explicando el sistema, el que pau-
latinamente se convirtió en el más usado por los marinos.
Actualmente el sistema UTM., apoyado en la precisión de
instrumentos técnicos, consiste en un método geométrico-
matemático que permite realizar los cálculos necesarios para re-
presentar una parte de la superficie terrestre en un plano.
Las referencias más importantes del sistema son la línea del
Ecuador y el meridiano de Greenwich.
La línea del Ecuador es una circunferencia o círculo máxi-
mo, trazado imaginariamente en el plano horizontal sobre el globo
terrestre. En los mapas se representa por una línea recta que sirve
de referencia a los paralelos o círculos menores al Ecuador. Los
paralelos se ubican hacia el norte y hacia el sur del Ecuador, a una
distancia predeterminada e igual.
El meridiano de Greenwich o meridiano cero, va de polo a
polo, como todos los meridianos y sirve de referencia a los demás
hacia el oriente o el poniente. Los meridianos se representan, en
los mapas, con líneas rectas, perpendiculares a la línea del Ecua-
dor, constituyendo así los meridianos y paralelos una red de cua-
drículas (llamadas también cuadrángulos) de ángulos rectos, que
permiten ubicar fácilmente cualquier punto geográfico. La proyec-
ción Universal Transversal de Mercator divide imaginariamente el
globo terrestre en 60 partes iguales denominadas “zonas o husos”,
los que tienen su origen en el meridiano de Greenwich. Cada huso
142 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

tiene un eje central y una amplitud de tres grados a cada lado (este
u oeste).
A partir del meridiano de Greenwich y del Ecuador el siste-
ma genera un reticulado o malla de coordenadas que forman cua-
drículas. La intersección de cada meridiano con cada paralelo es
siempre en ángulo recto. Las superficies delimitadas por dos meri-
dianos y dos paralelos consecutivos, disminuyen en la medida que
se alejan del Ecuador, pero las que se encuentran sobre un mismo
paralelo son iguales entre sí.
Por coordenadas se entiende un conjunto de números enun-
ciados en un cierto orden, los que determinan la posición de un
punto en un plano o en el espacio. En el sistema de rectas fijas las
distancias se expresan en sistema decimal, o sea, en kilómetros,
metros y centímetros.
Fuera el sistema Universal Transversal de Mercator existen
otros sistemas para ubicar un punto en el espacio terrestre. El
Código de Minería acepta que sólo en la presentación del pedi-
mento o de la manifestación se usen las “coordenadas geográfi-
cas”, que se utilizan para determinar la ubicación de un lugar
mediante el empleo de la latitud y la longitud. La latitud y longitud
se miden en grados, minutos y segundos. Los minutos equivalen a
1/60 de grado y los segundos equivalen a 1/60 de minuto.
Las Coordenadas Universales Transversales de Mercator son
utilizadas por la cartografía (representación de la tierra en mapas)
y la geodesia (que estudia la forma, dimensiones, movimientos del
globo terrestre), ciencias con las cuales esta vinculado el derecho
minero para los siguientes fines:

a) Determinar la dimensión, forma y orientación del terreno


pedido o manifestado (artículos 28, 43, 44 y 46 del Código de
Minería y artículo 8º del Reglamento del Código).
CURSO DE DERECHO MINERO 143

b) Ubicar el punto medio del pedimento o el punto de interés de


la manifestación (artículos 43, Nº 2, y 45, Nº 2 del Código de
Minería).
c) Determinar la ubicación definitiva de cada uno de los vértices
del perímetro de la concesión (artículos55, inciso 2º, 59, inciso
2º, 72, inciso 1º, 87, inciso 2º, del Código de Minería).

1.8 Superposición de concesiones mineras.


Se entiende que hay superposición de concesiones cuando sobre
un mismo terreno coexisten dos o más concesiones mineras vi-
gentes. La legislación rechaza la superposición en los artículos 4º
inciso 2º de la Ley Orgánica Constitucional del ramo y 27 del
Código. Este último artículo impone además al juez la obligación
de velar por la observancia de esta prohibición.

El Código presenta diversas disposiciones destinadas a evitar


la superposición. Por ejemplo:

1°. Declara que el objeto de la concesión está formado por todas


las sustancias minerales concesibles que existan dentro de sus
límites, hecho que, por sí sólo, hace inútil la presencia de dos
concesiones mineras sobre un mismo terreno (artículo, 26);
2°. Los artículos 61 y siguientes y 84, sobre las acciones de oposi-
ción que puede entablar el titular del derecho preferente para
constituir concesión, acciones finalizadas a evitar que se constituya
más de una concesión sobre un mismo terreno;
3°. Se prohibe al ingeniero o perito abarcar con la mensura perte-
nencias vigentes (o sea, superponerse) y sanciona penalmente a
quien cometa infracción (artículo 73);
144 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4°. Durante la vigencia de la concesión de exploración sólo su


titular podrá manifestar pertenencia dentro de los límites de aque-
lla (artículo 114), etc.
En resumen, la prohibición de constituir pertenencias super-
puestas es uno de los principios que rigen el Código de Minería.
Tiene tal fuerza que si, en ciertos casos, el afectado con eventual
superposición no ejerce las acciones que establece el Código du-
rante el procedimiento de constitución de la pertenencia super-
puesta no pierde su derecho, ya que posteriormente podrá deducir
acción de nulidad contra el titular de pertenencia superpuesta,
aunque ella esté constituida. La acción de nulidad tiene un plazo
de prescripción de cuatro años que se cuentan desde que se publica
el extracto de la sentencia constitutiva de la concesión superpuesta
en el Boletín Oficial de Minería.
En el Código de Minería de 1932 las concesiones mineras se
otorgaban por la autoridad administrativa y se aceptaba la superpo-
sición cuando se trataba de pertenencias concedidas para explotar
sustancias minerales diferentes. Por ejemplo, se aceptaba la super-
posición de una concesión para explotar sustancias metálicas con
otra destinada a explotar áridos destinados a la construcción. Bajo
el imperio del Código de Minería de 1932 la superposición de
concesiones era legal por lo que en la Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras se dispuso que subsisten las concesio-
nes mineras vigentes a la fecha de entrada en vigor del Código, y
se dictaron normas al respecto.
En esta forma, la Ley Orgánica Constitucional sobre Conce-
siones Mineras reconoció expresamente los derechos adquiridos,
los que se rigen actualmente por el artículo 3º transitorio del Códi-
go vigente, que contiene normas de carácter más bien permanente
pues dispone que cuando “coexistan en un mismo terreno dos o
más pertenencias de explotación o concesiones administrativas de
CURSO DE DERECHO MINERO 145

explotación, superpuestas total o parcialmente, sus titulares debe-


rán entregarse recíprocamente las sustancias que a cada cual co-
rrespondan y que extraigan con ocasión de sus respectivas labores
mineras”. El artículo citado dispone las obligaciones recíprocas de
las partes y la forma de resolver las controversias que se produz-
can.
El carácter permanente que se atribuye al citado artículo 3º
transitorio del Código de Minería emana del hecho que sus normas
pueden aplicarse a otros casos de conflictos, en los que si bien no
hay superposición de concesiones hay problemas de intereses,
como los que pueden surgir entre el dueño del suelo en cuanto
explote arcillas o áridos destinados a la construcción, y el conce-
sionario minero.

1.9 División de las concesiones


De la división de las concesiones mineras se ocupan los artículos
4º de la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras,
29 del Código de Minería y 11 del Reglamento. En estas disposi-
ciones se distingue entre la división física o material de la conce-
sión y la división intelectual o de cuota de la misma. La división
física recae sobre el terreno, la parte material de la concesión; en
cambio la división intelectual recae sobre el derecho real inmueble
sin afectar la materialidad de la concesión.
De la división física de una concesión o de un grupo de per-
tenencias resultan dos o más concesiones o pertenencias indepen-
dientes y de distinto dueño, sea en el terreno, que en cuanto a sus
inscripciones en el Conservador de Minas. En estos casos es nece-
sario respetar las normas sobre forma, cabida y orientación de cada
una de las concesiones que resulten de la división. En cambio,
cuando se realiza una división intelectual o de cuota, lo que equi-
vale a vender un porcentaje de la concesión, esta mantiene su
146 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

integridad y características técnicas: el fenómeno que se produce


es que la concesión que antes pertenecía a una sola persona, pasa a
pertenecer a dos o más personas, con lo que, como se verá más
adelante, se formará, por el sólo ministerio de la ley, una sociedad
legal minera.

a) División física de concesión o grupo de concesiones: La exten-


sión territorial de una concesión o de un grupo de concesiones es
susceptible de división física la que puede tener origen en la trans-
ferencia o transmisión de una o más partes de la concesión, siem-
pre que se cuente con la debida autorización judicial, la que se
otorgará previo informe favorable del Servicio Nacional de Geolo-
gía y Minería.
La división física de concesión o grupo de concesiones no
favorece el desarrollo de la industria minera porque al dividirse
una concesión se reduce su extensión territorial, lo que hace difícil
hipotizar que se hagan las inversiones adecuadas a una explotación
racional.
Entre los requisitos que se rigen para realizar la división físi-
ca, están los siguientes:
1°. Son susceptibles de división física tanto la concesión de explo-
ración y como la de explotación siempre que se encuentren legal-
mente constituidas e inscritas en el Conservador de Minas compe-
tente.
La concesión que se encuentra en trámite judicial de consti-
tución no es susceptible de división física. Sólo la concesión de
exploración o de explotación constituida e inscrita puede dividirse
físicamente.
CURSO DE DERECHO MINERO 147

2°. Cada una de las partes en que se divide la concesión debe


respetar la forma, orientación, dimensiones de los lados y superfi-
cie mínima establecida en el artículo 28 del Código de Minería.
3°. Si se divide una pertenencia se debe proceder a la colocación
de los hitos necesarios para señalar el nuevo perímetro de cada una
de las concesiones resultantes en el plazo de tres meses y bajo las
sanciones que señala el artículo 119 del Código de Minería.
Como la concesión minera es un inmueble, la división física
se realiza por medio de una escritura pública que contenga un
título traslaticio o declarativo de dominio, o por testamento.
En la escritura se deben indicar las Coordenadas Universales
Transversales de Mercator de los vértices del perímetro de cada
una de las nuevas concesiones que se forman o resultan de la
división; señalando además la inscripción de la resolución consti-
tutiva de la concesión originaria y en su caso, la inscripción de la
concesión de que proceda y la inscripción de dominio en el Regis-
tro correspondiente del Conservador de Minas a nombre de la
persona que efectúa la división.
Con la escritura o testamento más un plano de la división
elaborado por un ingeniero civil de minas o un perito mensurador
se pedirá al juez civil competente, en procedimiento no contencio-
so, que autorice o apruebe la división, la que será concedida previo
informe favorable del Servicio (SERNAGEOMIN). El Servicio infor-
mará sobre los aspectos técnicos relacionados principalmente con
la forma, orientación y cabida de las concesiones que resulten de la
división física practicada.
La escritura pública o el testamento y la resolución del juez
que aprueba la división deben inscribirse: en el Registro de Descu-
brimientos si se ha dividido una concesión de exploración, o en el
Registro de Propiedad si se ha dividido una pertenencia, del Con-
servador de Minas competente. El Conservador de Minas dejará
148 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

además constancia de la división al margen de la inscripción de la


sentencia constitutiva de la concesión originaria y archivará el
plano de división aprobado por el juez.
Si no se practica la inscripción en el Conservador de Minas
no se perfeccionará la división física de la concesión.

b) División intelectual o de cuota de la concesión:


La concesión, constituida o en trámite, es susceptible de división
intelectual o de cuota (artículo 29, inciso final). En consecuencia,
puede ser dividida en mitades, tercios, quintos, etc.
Cabe observar que la concesión en trámite puede ser objeto
de división intelectual o de cuota, en cambio la división física sólo
procede respecto a concesiones constituidas e inscritas.
En estos casos, la división recae sobre el derecho real in-
mueble que es la concesión y no sobre la extensión territorial de la
misma, como ocurre en el caso de la división física. El legislador
no ha puesto obstáculo alguno a esta forma de división pues com-
porta una acumulación de esfuerzos y/o capitales que favorecerán
el desarrollo de la industria. En consecuencia, para realizarla no se
requiere trámite judicial alguno, siendo suficiente la escritura
pública que contenga la enajenación de una cuota o porcentaje de
la concesión, la que deberá inscribirse en el Registro que corres-
ponda del Conservador de Minas competente.
En el derecho minero la división intelectual de la concesión
no da origen a una comunidad o a otra forma de copropiedad sino
que, por el sólo ministerio de la ley, al practicarse la inscripción en
el Conservador de Minas nace, una sociedad legal minera.
CURSO DE DERECHO MINERO 149

2. Las Demasías.

Se puede definir la “demasía” como un terreno franco, sin pro-


pietario minero, que esta “encerrado por tres o más pertenencias
constituidas, en que no es posible constituir otra de la forma y
cabida mínima indicadas en el artículo 28”. El Código de Minería
dispone que la demasía accede, por el ministerio de la ley, a la
concesión contigua que se manifestó primero.
Las concesiones de exploración no dan lugar a demasías en
caso alguno.
En los artículos 31 al 33 del Código de Minería y 12, 36 y 37
letra j) del Reglamento se legisla sobre las llamadas “demasías”,
que como se ha dicho, son el resultado de la constitución de perte-
nencias de distinto dueño en un terreno determinado, lo que puede
dar lugar a que entre ellas queden espacios o terrenos sin mensurar
y que no podrán ser mensurados por sus reducidas dimensiones. Se
trata entonces de terrenos de menos de una hectárea. El legislador
ha reglamentado el uso de estos terrenos con el objeto de que no
queden excluidos de la actividad minera ya que pueden ser útiles
como sitios de acopio de minerales, de instalación de campamento,
etc.
El modo de adquirir es la accesión, la que se produce, por
ministerio de la ley, en el momento en que se constituye la perte-
nencia que da origen a la demasía, que es aquella que encierra el
terreno y que lógicamente, es la última pertenencia que se consti-
tuye legalmente.
El titular de la concesión contigua más antigua perderá el de-
recho a usar la demasía “cuando caduque o se extinga cualquiera
de las pertenencias que la encerraban”.
El legislador ha tratado de evitar la formación de demasías y
con este objeto, en el artículo 36 del Reglamento prohibe al perito
150 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

mensurador disponer las pertenencias en forma tal que entre ellas


queden espacios libres en los que no pueda constituirse otra perte-
nencia.
Cuando la formación de la demasía no puede evitarse, el ar-
tículo 37 letra j) del Reglamento del Código de Minería impone al
perito que efectuó la mensura, la obligación de dejar constancia en
el acta de mensura de las demasías que se han producido y de
individualizarlas asignando un número a cada una, señalando la
superficie en proyección UTM y las coordenadas UTM de los vérti-
ces de cada una.

a) Anotación de la demasía en el conservador de minas.


Si bien el propietario de la pertenencia que haya sido o se tenga
por manifestada primero adquiere la demasía por ministerio de la
ley, para evitar perderla “cuando caduque o se extinga cualquiera
de las pertenencias que la encerraba”, debe solicitar al juez com-
petente que le autorice para anotar, al margen de la inscripción de
su pertenencia, la existencia de la demasía.
El titular de la concesión que haya sido o se tenga por pre-
sentada primero, solicitará al juez competente la autorización para
anotar la demasía al margen de la inscripción de dominio de su
pertenencia. Se trata de un procedimiento especial en que, el soli-
citante debe individualizar a los propietarios colindantes y acom-
pañar a la petición un plano dibujado a escala 1:5.000 que repre-
sente la demasía y las pertenencias contiguas.
El juez proveerá el escrito con citación de los propietarios co-
lindantes quienes podrán alegar un mejor derecho. Si lo estima nece-
sario, el juez pedirá informe al Servicio. Cumplidos los trámites, el
juez podrá aprobar la petición y ordenar la anotación de la demasía al
margen de la inscripción de dominio del solicitante y el archivo del
plano.
CURSO DE DERECHO MINERO 151

En esta forma el concesionario favorecido conservará la dema-


sía aunque caduque o se extinga cualquiera de las pertenencias que la
encerraban. En caso contrario, no habiéndose anotado la demasía, al
margen de la inscripción de dominio del solicitante, el concesionario
favorecido pierde su derecho cuando caduca o se extingue cualquiera
de las pertenencias que la encerraban.

b) La demasía no aumenta el valor de la patente de la pertenencia


a que accede, ya que las patentes se pagan por hectárea completa y
la demasía tiene siempre una dimensión inferior.

c) División física de pertenencia y demasía: En caso de división


física de la pertenencia favorecida con la demasía, ésta accederá a
la pertenencia contigua y si estados fueren varias, a la que se men-
ciones primero en la escritura de división.
CAPÍTULO VI
PROCEDIMIENTO DE CONSTITUCIÓN DE
CONCESIÓN MINERA

1. Disposiciones especiales aplicables a estos procedimientos.

La constitución de concesión minera es un procedimiento no con-


tencioso que se ventila ante los tribunales ordinarios de justicia en
lo civil, sin intervención decisoria de ninguna otra autoridad o
persona.
Con el objeto de facilitar la pronta constitución de la propie-
dad y a fin de que el descubridor pueda gozar del derecho prefe-
rente a constituir concesión que le reconoce el artículo 41 del
Código de Minería, el procedimiento contempla algunas normas
especiales aplicables sólo al procedimiento no contencioso de
constitución de concesión.

1.1 Acumulación de autos: A fin de que nada perturbe el desarrollo


del procedimiento no contencioso de constitución de propiedad
minera, el artículo 34 del Código dispone que no será aplicable la
acumulación de autos a que se refiere el artículo 92 del Código de
Procedimiento Civil, en el procedimiento no contencioso de cons-
titución de propiedad minera. Agrega que toda cuestión que se
suscite durante el procedimiento de constitución de concesión se
tramitará en forma separada, sin suspender el curso del procedi-
miento no contencioso de constitución de propiedad.
No puede considerarse como excepción a esta norma el he-
cho de que cuando se presenta demanda de oposición a la mensura
fundada en el N° 2° del artículo 61, los artículo 63 y 64 del Código
de Minería disponen expresamente que el demandante de oposi-
154 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ción debe pedir al juez que ordene la acumulación de su expe-


diente de manifestación al del demandado, lo que concuerda con el
artículo 92 del Código de Procedimiento Civil citado que ordena
que, “la acumulación de autos tendrá lugar siempre que se tramiten
separadamente dos o más procesos que deban constituir un solo
juicio y terminar en una sola sentencia...”.
Atendido que el juicio de oposición a la mensura es conten-
cioso y debe tramitarse con arreglo al procedimiento sumario
legislado en los artículo 680 y siguientes del C. de Procedimiento
Civil, la obligación de acumular los autos del demandante a aque-
llos del demandado no constituye una excepción. Abona esta
opinión el hecho que la sentencia que se pronuncie en el juicio de
oposición a la mensura producirá excepción de cosa juzgada en
otro, como se dispone en el artículo 67 del Código de Minería, que
establece que si la “oposición fuera rechazada, (el demandante) no
podrá hacer valer posteriormente la acción de nulidad de los núme-
ros 6 o 7, en su caso, del artículo 95”.

1.2 Cambio de procedimiento: El artículo 34 del Código de Mine-


ría declara que no será aplicable al procedimiento de constitución
de concesión minera lo dispuesto en el artículo 823 del Código de
Procedimiento Civil, esto es, que el procedimiento no contencioso
de constitución de concesión no se transforma en contencioso por
la intervención de terceros.
Cuando se deduce oposición a la mensura (artículos 61 y si-
guientes) u oposición a la constitución de pertenencia (artículo 84),
resulta que en el procedimiento no contencioso se presenta un
tercero en calidad de legítimo contradictor, con lo que por mandato
del Código de Minería el asunto se hace contencioso y se sujeta a
los trámites del juicio que corresponda, cual es el procedimiento
sumario, aplicándose en esta forma lo dispuesto por el artículo 823
CURSO DE DERECHO MINERO 155

del Código de Procedimiento Civil en su integridad. Esta es una


situación excepcional, porque al impetrar la acción de oposición o
la mensura, se inicia un juicio contencioso cuya sentencia produci-
rá efectos en el juicio no contencioso de constitución de concesión
y es por esta razón que se tramita en el mismo expediente iniciado
como no contencioso por el manifestante.
En cambio, cuando un tercero se presenta denunciando la
presencia de una causal de caducidad, o lo que es igual, haciendo
uso de la acción pública, este no se hace parte y procedimiento no
se hace contencioso.

1.3 Plazos: Los plazos de días que se señalan en el procedimiento


no contencioso de constitución de propiedad minera son de días
corridos y fatales, es decir, corridos porque no se interrumpen por
la interposición de un feriado y tienen la calidad de fatales porque
por el sólo transcurso del plazo se extingue el derecho que no se ha
ejercido. Según el artículo 237, estos plazos se reconocen porque
el Código emplea las palabras “en” o “dentro de”.

1.4 Notificaciones: En el procedimiento no contencioso de consti-


tución de la concesión minera, las resoluciones se notifican al
interesado por el estado diario.
Esta norma presenta las siguientes excepciones:

a) La notificación al ingeniero civil de minas o perito designado


para practicar la mensura, quien debe ser notificado personal-
mente del cargo, aceptarlo y jurar el fiel desempeño;
b) Las notificaciones que se hacen a terceros que pudieren ser
afectados con la pretensión de constitución de propiedad mine-
ra, quienes son notificadas por medio de publicaciones en el
Boletín Oficial de Minería, órgano en el que existe obligación
156 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

de publicar el pedimento o la manifestación, la solicitud de


mensura, el extracto del informe del Servicio en caso de super-
posición y del extracto de la sentencia constitutiva.
c) La notificación personal a la persona o personas a cuyo nom-
bre figuren inscritas las pertenencias en el caso que el informe
del Servicio sobre la operación de mensura señale posible su-
perposición.

1.5 Boletín Oficial de Minería: El artículo 238 del Código se


establece que las publicaciones mineras se harán en un suplemento
especial del Diario Oficial llamado Boletín Oficial de Minería.
A su vez, el artículo 2° transitorio del Reglamento del Códi-
go de Minería dispone que sobre la materia regirá un reglamento
especial y agrega que mientras este no entre en vigencia regirán los
artículos 222 y 242 del Código de Minería de 1932 que ordenan
que el Boletín Oficial de Minería se publique en cada departa-
mento o agrupación de departamentos estando a cargo de la res-
pectiva Gobernación.
Como la división política vigente en el país no contempla la
existencia de departamentos y no se ha dictado el reglamento,
actualmente las publicaciones deben hacerse en el Boletín Oficial
de Minería que se edita en cada comuna o agrupación de comunas,
a costa del interesado.

1.6 Tribunal competente: El procedimiento para constituir una


concesión minera se inicia con la presentación de un escrito de
“pedimento” si se pretende constituir concesión de exploración, o
de “manifestación” si se pretende constituir pertenencias, ante el
tribunal competente.
Es competente para intervenir en la gestión de constitución
de las concesiones el juez de letras en lo civil que tenga jurisdic-
CURSO DE DERECHO MINERO 157

ción sobre el lugar en que este ubicado el punto medio señalado en


el pedimento, o el punto de interés indicado en la manifestación.
En consecuencia, es el factor territorial el que define la competen-
cia en la materia (artículo 37 Código de Minería).
Esta disposición se amplía y completa en el artículo 231 del
Código de Minería que dispone:
“El juez de letras en lo civil en cuyo territorio jurisdiccional
se encuentra ubicado el punto medio señalado en el pedimento o
el punto de interés indicado en la manifestación, es competente
para conocer de todo asunto, contencioso o no contencioso, ati-
nente al pedimento, la manifestación, la concesión de exploración
o la pertenencia”.
El artículo 231 citado, contiene además la siguiente norma
aplicable a los procedimiento iniciados bajo la vigencia del Código
de Minería de 1932: “será juez competente para conocer de todo
asunto, contencioso o no contencioso, atinente a concesiones
administrativas o judiciales, en trámite o ya constituidas a la
fecha en que entre en vigencia éste Código, el de la ubicación de
la concesión o, en su caso, el de la ubicación del sitio o punto de
hallazgo señalado en la manifestación”.

1.7 Error en la determinación del juez competente: El artículo 38


del Código de Minería dispone que el error en que se incurra al
presentar pedimento o manifestación ante un juez que sea incom-
petente en razón del territorio, no afectará su validez, siempre que
en el punto medio indicado en el pedimento o en el punto de inte-
rés señalado en la manifestación, los respectivos territorios juris-
diccionales no estén clara y debidamente deslindados por líneas
naturales u ostensibles.
En el caso hipotizado se ha incurrido en error común o de
buena fe en la determinación del juez competente, error que no
158 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

afecta la validez del pedimento o la manifestación, y de los trámi-


tes posteriores que se realicen mientras subsista la buena fe del
interesado.
El artículo citado exige que para entender que ha habido
buena fe, el punto medio indicado en el pedimento o el punto de
interés señalado en la manifestación deben estar ubicados en luga-
res en que no estén “clara y debidamente deslindados por líneas
naturales y ostensibles” los territorios jurisdiccionales de los res-
pectivos tribunales.

1.8 Nombre de los escritos con que se inicia el procedimiento: El


escrito con que se inicia el procedimiento para constituir una
concesión de exploración se llama Pedimento y el titular es el
Peticionario.
El procedimiento para constituir una concesión de explota-
ción, o pertenencia se inicia con un escrito llamado Manifestación
y cuyo titular recibe el nombre de Manifestante.
El Pedimento es el escrito en que el peticionario solicita al
juez que declare constituida a su nombre una concesión minera de
exploración, en un terreno que ubica señalando el punto medio.
Dicho punto medio se define en coordenadas geográficas, con
precisión de segundo, o en Coordenadas Universales Transversales
de Mercator, con precisión de diez metros.
Se llama punto medio el punto de intersección de las diago-
nales que unen los ángulos opuestos del paralelogramo de ángulos
rectos (cuadrado o rectángulo) trazado imaginariamente en el
plano horizontal, o sea, sobre el suelo, y cuyo perímetro encierra el
terreno pedido (artículo 46).
La Manifestación es el escrito en que el manifestante pide al
juez que declare constituida a su nombre una concesión de explo-
tación o pertenencia, o un grupo de pertenencias, en un terreno
CURSO DE DERECHO MINERO 159

cuya ubicación señala por un punto de interés. El punto de interés


se define indicado la provincia en que esta ubicado y también las
coordenadas geográficas, con precisión de segundo, o las Coorde-
nadas Universales Transversales de Mercator, con precisión de
diez metros.
Se llama punto de interés el punto de intersección de las dia-
gonales que unen los ángulos opuestos del paralelogramo de án-
gulos rectos (cuadrado o rectángulo) que forma la cara superficial
de la concesión, que se encuentra trazado imaginariamente en el
plano horizontal y que encierra el terreno manifestado (artículo
46).
Los escritos de pedimento o manifestación pueden ser pre-
sentados por una o varias personas naturales en común o por una
persona jurídica.

1.9 Derecho preferente del descubridor minero: Según el artículo


41 del Código de Minería tendrá preferencia para constituir per-
tenencia quien primero presente la manifestación. Agrega que se
presumirá descubridor al titular de la manifestación que primero
haya sido presentada, salvo que haya habido fuerza o dolo para
anticiparse o para retardar la presentación del escrito de quien
realmente descubrió primero. En el mismo artículo se contempla
también la figura del mandatario alzado, entendiéndose por tal
aquel que ejecuta trabajos de minería por orden o encargo de otro,
y presenta pedimento o manifestación a su nombre sobre los terre-
nos que pretende el mandante.
El concepto de descubridor que usa el legislador no corres-
ponde al significado corriente de la palabra, esto es, a quien realiza
un hallazgo o encuentra algo que era desconocido, pues tal calidad
se adquiere por el hecho de ser la primera persona que presenta el
escrito de manifestación ante el tribunal competente.
160 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Más allá del interés público a que se refiere la Constitución,


la razón por la que se concede el dominio de una concesión a
determinada persona es la calidad de “descubridor” que adquiere
quien inicia primero el trámite de constitución de pertenencia,
calidad que le asegura llegar a ser dueño de concesión, siempre
que cumpla con todos los requisitos que exige el procedimiento de
constitución de concesión minera.
La presunción de descubridor que establece el artículo 41 es
legal y explícita, se deduce de un hecho conocido, cual es ser el
primer manifestante que concurre ante el tribunal. Constituye por
sí misma una prueba completa pero es susceptible de ser desvir-
tuada si se prueba que ha habido fuerza o dolo para anticiparse o
para retardar la presentación de quien descubrió primero. La pre-
sunción concede preferencia respecto a las personas que manifies-
tan con posterioridad.
El Código de Minería dispone que “no afectará la validez de
un pedimento o de una manifestación la circunstancia de compren-
der terrenos ya manifestados o ya pedidos, sin perjuicio de los
derechos preferentes a que haya lugar” (artículo 40). Esta disposi-
ción permite expresamente que se presenten varios pedimentos o
manifestaciones sobre un mismo terreno, pero el derecho prefe-
rente para constituir propiedad minera corresponderá al primer
manifestante a menos de que este pierda su derecho por caer en
alguna caducidad.

1.10 Acciones de mejor derecho: Pueden ser ejercidas por el des-


cubridor que ha sido víctima de fuerza o dolo, o por el mandante
engañado. En consecuencia, tienen por objeto permitir que el
descubridor o el mandante burlados defiendan sus derechos. Estas
acciones prescriben en el término de tres meses contados desde la
CURSO DE DERECHO MINERO 161

publicación del pedimento o de la manifestación, pues desde esa


fecha el afectado se considera informado del hecho.
El juicio en que se ventila la acción se tramitará en procedi-
miento sumario.

2. Forma en que la ley facilita la presentación del escrito de pe-


dimiento o manifestación:
Los escritos de pedimento o manifestación deben reunir los requi-
sitos comunes a todo escrito de acuerdo a la norma procesal civil,
esto es, una suma, el tribunal al que se dirige, el petitorio, etc., con
las excepciones establecidas por el Código de Minería que a conti-
nuación se enumeran. Estas excepciones tienen por objeto facilitar
la presentación del escrito de pedimento o de manifestación por el
descubridor, a fin de que quede amparado por el derecho prefe-
rente para constituir concesión minera que contempla el artículo 41
del Código de Minería.

a) Patrocinio de abogado: No será necesario designar abogado


patrocinante ni conferir mandato judicial en el escrito de pedi-
mento, de manifestación ni en el escrito en que se subsane los
defectos que estos pudieren presentar. Pero, en la primera presen-
tación posterior a las nombradas se debe cumplir con la Ley Nº
18.120 que hace obligatoria la comparecencia ante los tribunales
patrocinado por abogado y apoderado.
Esta disposición, que permite al peticionario o manifestante
postergar el cumplimiento de la Ley Nº 18.120, tiene por objeto de
facilitar al descubridor minero la presentación del respectivo es-
crito, porque quien sea favorecido con la presunción de descubri-
dor gozará de preferencia para constituir concesión. Tampoco es
obligatorio el patrocinio de abogado y nombramiento de apodera-
do en el escrito en que se subsanan los errores del pedimento o de
162 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

la manifestación, porque esos escritos forman parte del pedimento


o manifestación, pero en la primera presentación posterior debe
cumplirse con la exigencia señalada en la ley 18.120 citada.

b) Agencia oficiosa minera: Con la finalidad de facilitar la pre-


sentación de los escritos de pedimento y manifestación, el artículo
39 del Código de Minería autoriza a cualquier persona para pedir o
manifestar a nombre de otro, aunque no sea su mandatario y sin
que deba sujetarse a lo dispuesto en el artículo 6° del Código de
Procedimiento Civil que exige garantizar que el interesado aproba-
rá lo obrado por el agente, calificación por el juez de las circuns-
tancias y de la garantía y fijación de un plazo judicial para la ratifi-
cación.
El Código de Minería dispone en cambio que cualquiera
pueda pedir o manifestar a nombre de otro, aunque no sea su man-
datario, pero exige que el interesado ratifique ante el Secretario del
Tribunal lo obrado por el agente oficioso en el plazo fatal y corrido
de 30 días contados desde la presentación del pedimento o mani-
festación. En caso de que el minero beneficiado con la gestión no
ratifique dentro de plazo lo obrado por el agente oficioso, el pedi-
mento o manifestación se tendrá por no presentado.

c) Precisión del terreno pedido o manifestado: Con el objeto de


fijar con la mayor precisión posible, en el terreno, los derechos que
pretende el peticionario o manifestante se exige que en el escrito
incluya la siguiente información:
- Si se trata de pedimento, se señalará el punto medio; si se
trata de manifestación se señalará el punto de interés. La se-
ñalación debe hacerse aplicando las Coordenadas Geográfi-
cas con precisión de segundo o las Coordenadas Universales
CURSO DE DERECHO MINERO 163

Transversales de Mercator (UTM), con precisión de diez me-


tros;
- Se debe indicar la superficie total, expresada en hectáreas, de
la cara superior de la concesión que se pretende;
- El terreno pedido o el terreno manifestado es el comprendido
dentro de un paralelogramo de ángulos rectos (cuadrado o
rectángulo), trazado imaginariamente en el plano horizontal,
cuyas diagonales se cortan en el punto medio o en el punto
de interés en su caso, y cuyo perímetro encierra la superficie
pedida o manifestada en su totalidad.
- Los lados del paralelogramo de ángulos rectos deben tener
orientación UTM Norte/Sur (artículo46).

Con estos datos quedan definidos los límites del terreno pedido o
manifestado. En los trámites posteriores, el peticionario o el mani-
festante debe atenerse a la superficie indicada y no le será posible
pretender terrenos ubicados fuera del perímetro del pedimento o de
la manifestación.
En los escritos posteriores está permitido reducir el terreno
pedido o manifestado, pero manteniéndose siempre dentro de los
límites del perímetro señalado en el pedimento o manifestación.

3. Forma de la cara superficial de la concesión: El Código prefie-


re que la concesión minera tenga forma de cuadrado, y así se
presume si el peticionario o manifestante nada dice al respecto.
No obstante, el minero goza del derecho de opción concedi-
do en el inciso 2° del artículo 46, esto es, puede optar porque el
terreno pedido o manifestado sea el comprendido en un rectángulo,
trazado imaginariamente en el plano horizontal, cuyas diagonales
se corten en el punto medio o en el punto de interés, en su caso.
Para estos efectos debe señalar la longitud de los lados, precisando
164 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cual de ellos tiene orientación UTM Norte/Sur y la relación entre el


largo y el ancho del rectángulo, que no puede ser superior de cinco
a uno.

4. Procedimiento de constitución de concesión de exploración

La concesión de exploración se constituye en un procedimiento no


contencioso que se ventila ante el juez letrado en lo civil compe-
tente por territorio. Está formado por las siguientes etapas:

1. Presentación del Pedimento;


2. Presentación de la solicitud de sentencia;
3. Informe del Servicio Nacional de Geología y Minería;
4. Sentencia constitutiva de la Concesión de Exploración;
5. Trámites posteriores a la sentencia.

4.1 Primera etapa: presentación del escrito de pedimento: Es el


escrito con que se inicia el procedimiento. Debe reunir los requi-
sitos comunes a todo escrito más los requisitos que señala el artí-
culo 43 del Código de Minería, y que son los siguientes:

1°. Individualización del peticionario: Al respecto hay que distin-


guir:
- Si el peticionario es persona natural se individualiza seña-
lando: nombre, nacionalidad, domicilio, profesión u oficio y
estado civil. Cabe observar que el Código de Minería exige
mayor precisión en la individualización de las personas natu-
rales, ya que ni la nacionalidad ni el estado civil son requi-
sitos de individualización obligatorios en el procedimiento
civil;
CURSO DE DERECHO MINERO 165

- Si el pedimento es formulado por dos o más personas natu-


rales, se individualizará a todos los peticionarios y al mo-
mento de inscribir el pedimento en el Conservador de Minas
se formará una sociedad legal minera por el sólo ministerio
de la ley;
- Si se presenta un agente oficioso o un apoderado, se indivi-
dualiza con todos los datos exigidos, más la individualiza-
ción del mandante;
- Si el peticionario es una persona jurídica se individualiza
con nombre, nacionalidad y domicilio, más los datos propios
del representante legal.

El citado artículo 43 no exige que el peticionario se adjudique la


calidad de descubridor porque los artículos 5° inciso 3° de la LOC y
41 del Código de Minería presumen descubridor al primer mani-
festante.
Tampoco se exige que se mencionen las sustancias concesi-
bles que se pretenden porque los artículos 3° de la LOC y 26 del
Código de Minería establecen que el pedimento se extiende a
todas las substancias concesibles existentes dentro de los límites
de la concesión.

2°. Ubicación en el terreno de la concesión de exploración que se


pretende constituir: Al respecto se debe señalar el punto medio de
la cara superior de la concesión pedida, el que se indica mediante
coordenadas geográficas, que señalarán el punto medio con preci-
sión de segundo, o mediante las coordenadas Universales Trans-
versales de Mercator, con precisión de diez metros. Además,
cumpliendo con el artículo 14 del Reglamento del Código de
Minería, se debe indicar la provincia en que se encuentra el punto
medio.
166 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El error o la imprecisión en que se incurra al indicar las co-


ordenadas del punto medio no será subsanable en caso alguno
(artículo 49 inciso 3°).

3°. Nombre de la concesión de explotación solicitada. El peticio-


nario tiene la obligación de dar un nombre a la concesión que
pretende y tiene amplia libertad para elegir dicho nombre, pues el
Código no contiene normas al respecto.

4°. La superficie que se pide, expresada en hectáreas. Se debe


señalar la superficie de la cara superior de la concesión, que es la
que se encuentra sobre el terreno.
Al señalar la superficie el peticionario debe respetar los lí-
mites establecidos en el artículo 28 del Código de Minería, que
dispone que la concesión de exploración no puede tener una exten-
sión inferior a cien hectáreas ni superior a 5 mil hectáreas. Dentro
de los márgenes citados, el peticionario puede elegir la extensión
territorial que le sea conveniente. Si el peticionario nada dice sobre
la forma de la concesión, se presume que el terreno pedido está
comprendido dentro de un cuadrado.
En cada pedimento se puede solicitar sólo una concesión de
exploración aunque esta no tenga la superficie máxima de cinco
mil hectáreas. Si el peticionario desea explorar un terreno mayor,
puede presentar tantos pedimentos como desee, en los terrenos
colindantes o en otros.

5°. Petición formal: Es indispensable formular la petición en orden


a que el juez, en definitiva, declare constituida la concesión de
exploración, porque además de ser un requisito general, en el
artículo 87 el Código de Minería dispone que el juez, al dictar
CURSO DE DERECHO MINERO 167

sentencia, debe dejar constancia de las peticiones deducidas en el


escrito de pedimento.

4.2 Preferencias que otorga la fecha de presentación de pedimen-


to: Según los artículos 41 inciso 2° y 44 N° 5 del Código de Mine-
ría, la fecha de presentación del pedimento adquiere importancia
en los siguientes como:

a) La fecha de presentación del pedimento da preferencia por sobre


cualquier otro manifestante de fecha posterior para constituir
pertenencia sobre el terreno pedido siempre que en la manifesta-
ción se haga uso del derecho que le otorga tener como antece-
dente una concesión de exploración vigente, caso en que la mani-
festación tendrá la misma fecha y antigüedad del pedimento artí-
culo 44, N°5).

b) Determinará la fecha en que se presentó o se tiene por presenta-


da la manifestación. El primer peticionario goza del derecho prefe-
rente que le da su calidad de descubridor, el que no se pierde si un
tercero obtiene sentencia constitutiva de concesión de exploración,
porque ésta no afecta los derechos emanados de una concesión de
exploración o de una pertenencia que hayan estado constituidas a
la fecha del pedimento que dio origen a la sentencia (inciso 1,
artículo 58).
La sentencia constitutiva tampoco afecta los derechos ema-
nados de una concesión de exploración o de una pertenencia ante-
rior, aunque estuvieren en trámite a la fecha de la sentencia, si la
presentación del pedimento o de la manifestación respectiva ha
sido anterior a la del pedimento que dio origen a la sentencia
(inciso 2°, artículo 58).
168 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) El peticionario anterior no puede oponerse a la constitución de


concesión de un peticionario de fecha posterior, pero puede impe-
trar la acción de nulidad contemplada en el artículo 95 N° 8 del
Código de Minería.

4.3 Tramitación del pedimento ante el tribunal: (artículo 47) El


escrito de pedimento se presenta ante el Secretario del Juzgado de
Letras en lo Civil que tenga jurisdicción en el territorio en que se
encuentra ubicado el punto medio, quien pondrá un certificado del
día y hora de la presentación y tomará nota en un Registro Nume-
rado de Pedimentos. Dará recibo a la persona que lo presenta si
esta lo solicita.
En seguida el escrito debe ser presentado al Juez, quien lo
examinará para comprobar si cumple con las exigencias obligato-
rias del artículo 43 del Código de Minería. De este examen pueden
resultar tres situaciones:

1°. El pedimento cumple con las exigencias legales. El juez orde-


nará la inscripción y publicación del pedimento diligencias que
deben cumplirse en el orden señalado.
Si el escrito de pedimento no cumple con todas las mencio-
nes que exige el citado artículo 43, o tiene defectos, hay que dis-
tinguir si estos son subsanables o insubsanables.

2°. El pedimento presenta error insubsanable. Si el pedimento


omite indicar las coordenadas geográficas o Universales Transver-
sales de Mercator del punto medio o al indicarlas comete error o
imprecisión, este error no será subsanable en caso alguno. El juez
ordenará, sin más trámite, tener por no hecha la respectiva presen-
tación (artículo 49).
CURSO DE DERECHO MINERO 169

3°. Errores subsanables. Se podrá subsanar cualquier otro tipo de


error u omisión, por ejemplo si la individualización del peticiona-
rio es incompleta, si se ha omitido señalar, el nombre de las conce-
siones, o el número de hectáreas que abarca la superficie, etc.
En este caso, el juez señalará determinadamente los defectos
que observa y ordenará que sean subsanados dentro del plazo de
ocho días corridos y fatales, plazo que se cuenta desde la fecha de
la resolución que así lo dispone. Esta resolución se notifica por el
estado diario.
Si los defectos se subsanan dentro del plazo, el juez ordenará
inscribir y publicar el pedimento; en caso contrario, o sea, si no se
subsanan los defectos dentro de plazo, el pedimento se tendrá por
no hecho (inciso 1° del artículo 49).

4.4 Trámites posteriores a la resolución del juez: El peticionario


debe cumplir la resolución del juez que ordena inscribir y publicar
en el plazo de 30 días corridos y fatales, contados desde la fecha
de la resolución que así lo ordena.
Conjuntamente, en el plazo de los treinta días siguientes a la
fecha de presentación del pedimento en el juzgado, pagará la tasa
de pedimento establecida en el artículo 51.

a) Inscripción del pedimento: (artículo 50) Es la primera obliga-


ción a cumplir. Para ello el Secretario del Tribunal dará copia
autorizada del pedimento, del certificado de día y hora de pre-
sentación al juzgado y de la resolución que ordena inscribir y
publicar.
Si hubo defectos que subsanar, la copia incluirá el decreto
del juez que ordena subsanarlos, el escrito en que se hayan corre-
gidos los defectos y la resolución del juez que ordena inscribir y
170 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

publicar. En resumen, el Secretario entregará copia autorizada de


todo lo obrado en autos.
La inscripción se practicará en el Registro de Descubri-
miento del Conservador de Minas que tenga jurisdicción en el
lugar en que se encuentra el juzgado de letras competente, podrá
ser requerida por cualquier persona y consiste en la trascripción
integra de la copia autorizada entregada por el Secretario del Tri-
bunal (Artículo 52).

b) Publicación: Una vez hecha la inscripción, el interesado debe


publicar en el Boletín Oficial de Minería correspondiente al lugar,
por una sola vez, la copia íntegra de la inscripción hecha en el
Conservador de Minas. Cabe observar que la copia de la inscrip-
ción del pedimento que entrega el Conservador de Minas contiene
la transcripción íntegra de la copia entregada por el Secretario del
Tribunal más las indicaciones correspondientes a la inscripción
practicada.

c) Pago de la tasa de pedimento: (artículo 51) La tasa de pedi-


mento es un tributo a beneficio fiscal que se paga por una sola vez.
Este pago constituye la tercera obligación que debe cumplir el
peticionario. La tasa se paga dentro del plazo de 30 días fatales y
corridos contados desde la fecha de presentación del pedimento al
juzgado. Luego, es un plazo diferente al concedido para la inscrip-
ción y publicación, plazos que se cuentan desde la fecha de la
resolución del juez que así lo ordenó.
El monto de la tasa se expresa en centésimos de la Unidad Tri-
butaria Mensual y se paga por cada hectárea completa pedida de
acuerdo a los montos señalados en los numerales del artículo 51.
El pago se realiza en cualquier banco o institución autorizada
para recaudar impuestos, mediante un formulario que proporciona
CURSO DE DERECHO MINERO 171

la Tesorería General de la República, en que se indica al juzgado,


número de rol, nombre de la concesión, etc.

4.5. Derechos que emanan del pedimento inscrito: Del pedimento


inscrito emanan los siguientes derechos:

1°. Derecho del titular del pedimento inscrito a “efectuar los tra-
bajos necesarios para constituir la concesión de exploración”, lo
que importa que todavía no está autorizado para explorar buscando
sustancias minerales concesibles; sólo puede preparar la constitu-
ción de la concesión, por ejemplo, abrir un camino o elaborar un
plano (artículo 53);

2°. El pedimento inscrito concede al peticionario derecho a auxilio


de la fuerza pública en caso de que el dueño del terreno superficial
o cualquier otra persona ponga obstáculos para constituir la conce-
sión de exploración (artículo 53).
Si así ocurriere, el peticionario deberá recurrir al juez, en el
mismo expediente en que tramita el pedimento, solicitando el
auxilio de la fuerza pública (carabineros). El juez pedirá informe al
Servicio (SERNAGEOMIN) y si el informe es favorable, esto, no se
trata de terrenos en que hay otra concesión minera constituida o en
trámite, el juez otorgará la fuerza pública.
El peticionario no tiene derecho a realizar trabajos de explo-
ración o reconocimiento en concesión ajena y el juez no autorizará
el auxilio de la fuerza pública si el Servicio ha dejado constancia
en el informe de la existencia de concesión ajena en el terreno.

3°. El pedimento inscrito constituye un derecho real del inmueble


y como tal es transferible y transmisible de acuerdo con las mis-
172 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

mas normas aplicables a los demás bienes raíces (artículo54),


pero en disposición expresa del artículo 218 del Código de Mine-
ría, no es susceptible de hipoteca.
El derecho real e inmueble incorporado al patrimonio del
peticionario está sujeto a la condición de que éste realice en tiempo
y forma, los trámites posteriores hasta constituir la concesión. En
caso contrario sus derechos caducarán.
Si el peticionario transfiere o transmite el derecho real in-
mueble de pedimento inscrito durante la tramitación de la causa, la
sentencia constitutiva de concesión favorecerá al adquirente o
heredero.

4.6 Segunda etapa: solicitud de sentencia constitutiva de conce-


sión (artículo 55). Cumplidos los trámites antes señalados se pasa
a la segunda etapa del procedimiento de constitución de concesión
de exploración, que consiste en la presentación del escrito de
solicitud de sentencia constitutiva de concesión de exploración.
Dentro del plazo de 90 días contados desde la fecha de la
resolución que ordena inscribir y publicar el pedimento, el peti-
cionario o cualquiera de ellos si fueren varios, deberá presentarse
en el expediente a solicitar que se dicte sentencia constitutiva de la
concesión de exploración. Este plazo es fatal y se cuenta corrido,
de modo que si no se presenta la solicitud de sentencia dentro del
mismo, el juez declarará la caducidad de todos los derechos ema-
nados del pedimento inscrito y ordenará al Conservador de Minas
cancelar la inscripción del pedimento, para lo cual enviará el res-
pectivo oficio.
La solicitud de sentencia puede presentarse cualquier día,
dentro del plazo, incluso al día siguiente de la publicación. Pero si
la solicitud se presenta más allá del día número noventa, el juez
CURSO DE DERECHO MINERO 173

debe desecharla de plano porque, como se ha dicho, el retardo


acarrea la caducidad de los derechos emanados del pedimento.
En esta solicitud el peticionario formaliza su interés por
constituir concesión de exploración, acompaña los documentos
que exige el artículo 55 y si no lo ha hecho en el pedimento, debe
designar abogado patrocinante y constituir poder.
Si el titular del pedimento es una sola persona, corresponde-
rá a él presentar la solicitud de sentencia.
Si el pedimento se ha formulado en común por varios peti-
cionarios, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 173, se habrá
formado por el sólo ministerio de la ley una sociedad legal minera,
persona jurídica que será la titular del pedimento. En este caso,
según el inciso 1° del artículo 55, cualquiera de los socios puede
presentar la solicitud de sentencia, designar abogado patrocinante
y conferir poder, aunque no tenga la administración de la sociedad.
La solicitud de sentencia se presenta en el expediente inicia-
do con el pedimento. En ella se podrá abarcar todo o parte del
terreno pedido, con la sola limitación que no podrá abarcar terre-
nos que estén situados fuera de aquellos señalados en el pedimento
(artículo 55). Dado que en éste escrito es posible reducir el terreno
pedido no será necesario ni obligatorio abarcar en la solicitud de
sentencia el punto medio señalado en el pedimento. (artículo 21
del Reglamento del Código de Minería).

4.7 Requisitos del escrito de solicitud de sentencia: El escrito de


solicitud de sentencia indicará todos los elementos y medidas
necesarias para ubicar en el terreno la superficie solicitada. En
consecuencia, debe contener las siguientes indicaciones:

a) La superficie total que se pretende, expresada en hectáreas y


calculada en Proyección Universal Transversal de Mercator (UTM).
174 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

A partir de este escrito, es obligatorio señalar los datos técnicos en


el sistema de Coordenadas UTM, porque todo el ordenamiento del
Catastro Minero Nacional está referido a la proyección de Mer-
cator, y en consecuencia, todas las medidas relativas a ubicación y
superficie de la concesión, a sus vértices y punto medio a partir de
esa etapa, deben expresarse en Coordenadas Universales Transver-
sales de Mercator (artículo 240 del Código de Minería) .

b) La indicación de las coordenadas UTM de los vértices de la cara


superior de la concesión, relacionando a lo menos uno de ellos en
rumbo y distancia, con el punto medio señalado en el pedimento.
El punto medio será señalado con precisión de centímetros.
Si en el pedimento se ha expresado el punto medio en coor-
denadas geográficas será necesario reducirlo a coordenadas UTM,
en la forma que señala el inciso 2° del artículo 16 del Reglamento.

c) El largo y el ancho de la cara superior de la concesión. Como la


cara superficial de la concesión de exploración no puede comprender
menos de cien hectáreas ni más de cinco mil, sus lados medirán mil
metros como mínimo o múltiplos de mil metros, (2.000; 3.000, etc.)
hasta 15.000. Luego, el lado más largo no podrá exceder de 15.000
metros y la proporción entre el largo y el ancho no será superior de
quince a uno, medidas que se deben entender referidas a la proyec-
ción UTM (artículo 8° del Reglamento).

d) La designación de abogado patrocinante y de apoderado si no


se hubiere hecho en el escrito de pedimento (artículo 36 Código de
Minería y Ley Nº 18.120).
CURSO DE DERECHO MINERO 175

e) Documentos: La solicitud de sentencia debe presentarse acom-


pañada de los siguientes documentos:

1°. Comprobante de haberse pagado la tasa de pedimento estable-


cida en el artículo 51 del Código de Minería, obligación que debió
cumplirse por una sola vez, dentro del plazo de 30 días siguientes
a la fecha de presentación del pedimento;

2°. Comprobante de pago de la patente proporcional establecida


en el artículo 144 del Código. El monto de la patente es proporcio-
nal a los meses que median entre la fecha de presentación de la
solicitud de sentencia y el último día del mes de febrero siguiente,
pues en marzo se debe pagar la patente anual completa;

3°. Copia autorizada de la inscripción del pedimento en el Regis-


tro de Descubrimiento del Conservador de Minas competente,
obligación que debió cumplirse dentro del plazo de 30 días fatales
y corridos, contados desde la fecha de la resolución en que se
ordenó la inscripción;

4°. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se haya publi-


cado la inscripción, obligación que también debió cumplirse den-
tro del plazo de 30 días fatales y corridos, contados desde la fecha
de la resolución recaída sobre el pedimento, en que se ordenó la
publicación;

5°. Plano, en triplicado, en que se señale la configuración de la


concesión, las coordenadas de sus vértices y la relación, en rumbo
y distancia, el punto medio con uno de los vértices (ver artículo 22
del Reglamento).
176 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4.8 Tramitación de la solicitud de sentencia en el tribunal


(artículo 56):
Presentada la solicitud de sentencia, el juez la examinará junto a
los documentos acompañados, para comprobar si cumplen con las
exigencias de la ley. Del examen pueden resultar tres situaciones:

1º El juez encuentra conforme la solicitud y los documentos. En


este caso, ordena que se remita el expediente al Servicio Nacional
de Geología y Minería a fin de que informe sobre los aspectos
técnicos del pedimento, de la solicitud de sentencia y del plazo
acompañado.

2º El juez puede observar que no se ha cumplido con uno o más


requisitos cuya omisión o retardo acarrea la caducidad de los
derechos emanados del pedimento, por ejemplo si no se ha inscrito
o publicado el pedimento dentro del plazo fatal y corrido de 30
días o si no se ha pagado la tasa de pedimento en el plazo que
señala el artículo 51. En estos casos, el juez desechará de plano la
solicitud y ordenará se cancele la inscripción del pedimento, ofi-
ciando al efecto al Conservador de Minas.

3º El juez puede también observar omisiones o defectos suscepti-


bles de ser subsanados, caso en que los señalará determinada-
mente en una resolución, y ordenará que se corrijan dentro del
plazo, fatal y corrido de 8 días, contados desde la fecha de la
resolución que lo disponga. Subsanados los defectos u omisiones
oportunamente, el juez ordenará que informe el Servicio.
Entre estos defectos u omisiones subsanables se pueden se-
ñalar: no acompañar alguno de los documentos a la solicitud de
sentencia, u otros defectos formales de la solicitud de sentencia.
CURSO DE DERECHO MINERO 177

Si las omisiones o defectos no son subsanados dentro del


plazo de ocho días, el juez desechará la solicitud y ordenará se
cancele la inscripción del pedimento, oficiando al efecto al Con-
servador de Minas. Esta última resolución es apelable porque se
trata de una sentencia que pone término al juicio.

4.9 Tercera etapa: informe del Servicio Nacional de Geología y


Minería: El Servicio cuenta con un plazo no fatal de 60 días para
emitir el informe, plazo que se cuenta desde la fecha de recepción
del expediente. El informe se referirá a los aspectos técnicos rela-
cionados con la solicitud de sentencia y el plano acompañado y, en
especial si la forma, dimensiones y orientación de la cara superfi-
cial de la concesión solicitada se ajustan a la ley y si queda com-
prendida dentro del terreno pedido, para lo cual deberá examinar
también el pedimento (artículo 57 del Código de Minería). Una
vez emitido el informe será enviado al tribunal junto con el expe-
diente.
Si el informe no formula observaciones, el juez deberá dictar
sentencia declarando constituida la concesión de exploración.
En cambio, si el informe formula observaciones, el juez or-
denará ponerlo en conocimiento del solicitante, quien dispondrá
de 30 días corridos y fatales para:

a) Conformar la solicitud de sentencia, el plano o ambos a las


observaciones del Servicio. Si las observaciones no son sustantivas
(por ejemplo agregar una palabra o un número a un plano) y se
corrigen dentro del plazo, el juez podrá dictar sentencia constituti-
va;

b) Objetar fundadamente las observaciones del Servicio. En este


caso se enviará nuevamente los antecedentes al Servicio, quien
178 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

podrá acoger las objeciones o insistir en el informe primitivo, caso


en que decidirá el juez si dicta sentencia constitutiva de concesión
u ordena al solicitante ajustarse al informe del Servicio, fijando un
plazo judicial al efecto.
Si en los dos casos las correcciones u objeciones al informe
del Servicio se presentan fuera del plazo fatal y corrido de treinta
días, o fuera del plazo señalado por el juez, este no dará curso a la
tramitación por tratarse de presentación extemporánea y declarará
la caducidad de los derechos adquiridos con la inscripción del
pedimento, dada la calidad de fatal del plazo.
Si el interesado nada hace dentro del plazo fatal para con-
formarse a las observaciones del Servicio o para objetarlas, una
vez transcurrido el plazo el juez debe dictar la sentencia que pro-
ceda, bajo sanción de incurrir en falta o abuso si no lo hace (artí-
culo 57).

4.10 Cuarta etapa: sentencia constitutiva de concesión de explo-


ración.
El juez tiene el plazo de sesenta días para dictar sentencia. Si no
diere cumplimiento a la obligación de dictar sentencia dentro del
plazo de 60 días, incurre en falta o abuso, y de ello nace una obli-
gación para el manifestante o solicitante que consiste en que,
dentro de los quince días, corridos y fatales, siguientes al venci-
miento del plazo de 60 días, debe pedir a la Corte de Apelaciones
que corresponda que sancione la falta o abuso cometido por el juez
y le fije un plazo breve para dictar sentencia.
El artículo 57 dispone que si el peticionario no cumple con
la obligación de recurrir a la Corte de Apelaciones, caducará su
derecho. Naturalmente, esta caducidad no puede ser declarada de
oficio por el juez ya que ella se genera en una falta o abuso come-
tida por él mismo. Tampoco aparece lógico que el peticionario
CURSO DE DERECHO MINERO 179

solicitante pida se declare la caducidad pues actuaría en contra


de sus propios intereses.
El Código establece que, transcurrido el plazo de quince días
sin que el peticionario recurra a la Corte de Apelaciones respecti-
va, cualquier persona, esto es, un tercero ajeno al procedimiento,
puede pedir el juez que ordene la cancelación de la inscripción del
pedimento. Esto es, se entrega a la declaración de caducidad a la
posible intervención de un tercero. En el caso que en el procedi-
miento no intervenga actor público o tercero alguno, el juez podría
dictar sentencia en cualquier tiempo y el vicio podría quedar sa-
neado gracias al efecto de saneamiento que produce la sentencia
constitutiva de concesión una vez dictada, como dispone el inciso
4° del artículo 86.
Por tratarse de una etapa común a la concesión de explora-
ción y a la pertenencia, tanto las formalidades o requisitos que
debe cumplir la sentencia constitutiva de concesión como sus
efectos se trataran por separado siguiendo el orden que establece
el Código. En la misma forma se enfrentará la etapa relativa a los
trámites que, con posterioridad a la dictación de sentencia, debe
realizar el titular de concesión.

5. Procedimiento para constituir concesión de explotación o per-


tenencia

Las etapas del procedimiento no contencioso de constitución de


concesión minera de explotación o pertenencia son las siguientes:

a) Manifestación;
b) Solicitud de Mensura;
180 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) Oposición a la Mensura. En este punto de la tramitación


puede ocurrir que se abra una etapa contenciosa si se pre-
sentan uno o más terceros demandando al manifestante en
juicio de oposición a la mensura. El juicio se tramitará en
procedimiento sumario, y terminará con la sentencia que,
poniendo término al procedimiento contencioso, declare el
derecho a mensurar que corresponde al demandante, al de-
mandado o a ambas partes en la forma que se determine;
d) Operación de mensura, acta y plano;
e) Informe del Servicio;
f) Oposición a la constitución de pertenencia. En este punto de
la tramitación puede suceder también que se abra una etapa
contenciosa, si se presentan uno o más terceros, demandando
de oposición a la constitución de pertenencia, juicio que se
tramitará en procedimiento sumario y terminará con senten-
cia declarativa de los derechos del actor, del demandado o de
ambos;
g) Sentencia constitutiva de pertenencia;
h) Trámites posteriores a la sentencia.

El procedimiento esta reglamentado en los artículos 44 y siguien-


tes del Código de Minería. Se inicia con la presentación ante el
tribunal competente, de un escrito llamado manifestación.
Será competente para conocer de la constitución de perte-
nencia el juez de letras en lo civil que tenga jurisdicción sobre el
lugar en que esté ubicado el punto de interés indicado en la mani-
festación (artículo 37). No obstante, de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 38 del Código de Minería, el error en que se incurra al
presentar la manifestación ante juez incompetente en razón del
territorio, no afectará la validez de la manifestación, siempre que
en el lugar en que se encuentra el punto de interés señalando en la
CURSO DE DERECHO MINERO 181

manifestación, los respectivos territorios jurisdiccionales no estén


clara y debidamente deslindados por líneas naturales u ostensi-
bles.
El interesado puede presentar la manifestación sin patrocinio
de abogado y sin conferir mandato y podrá también subsanar los
defectos que pudiere contener la manifestación (artículo 36). En
los escritos posteriores se debe comparecer patrocinado por abo-
gado.

5.1 Primera etapa: presentación del escrito de manfestación y sus


requisitos.
El escrito de manifestación debe cumplir con los requisitos comu-
nes a todo escrito, incluido un petitorio expreso, más las señala-
ciones especiales de los artículo 44 y 45 del Código de Minería,
que son las siguientes;

1°. La individualización del manifestante, que debe reunir los


mismos requisitos ya señalados en el caso del pedimento, esto es:

- Si el manifestante es una persona natural se individualiza


señalando: nombre, nacionalidad, domicilio, profesión u ofi-
cio y estado civil;
- Si la manifestación es formulada por más de una persona
natural todos se individualizaran en la forma señalada. La
pluralidad de manifestantes produce efecto al inscribir la
manifestación en el Conservador de Minas pues se formará,
por el ministerio de la ley, una sociedad legal minera;
- Si se presenta un agente oficioso (artículo 39) o un apode-
rado, se individualiza con los mismos datos más los datos
del representado;
182 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Si el peticionario es persona jurídica se individualiza con


nombre, nacionalidad y domicilio.

No es necesario que el manifestante se declare descubridor en este


escrito porque el artículo 5 inciso 3° de la LOC presume descubri-
dor a quien primero inicie el trámite de constitución de una conce-
sión minera.
Tampoco es necesario que mencione las sustancias concesi-
bles que pretende porque los artículos 3° de la LOC y 26 del Códi-
go de Minería establecen la concesión minera tiene por objeto
todas las sustancias concesibles que existen dentro de sus límites.

2°. Ubicación del punto de interés. Se llama punto de interés al


lugar en que cruzan la diagonales que unen los ángulos opuestos
del paralelogramo de ángulos rectos que trazado imaginariamente
en el plano horizontal, corresponde al terreno manifestado.
El artículo 45 dispone que el punto de interés debe señalarse
indicando la provincia en que esta ubicado, sus coordenadas geo-
gráficas con precisión de segundos o las coordenadas UTM con
precisión de diez metros. El manifestante puede usar las coordena-
das geográficas o UTM a su elección solo en este escrito. En escri-
tos posteriores deberá aplicar las coordenadas UTM.
El Código de Minería establece una excepción en ayuda del
pequeño minero: El inciso 2° del artículo 45 dispone que cuando
la superficie total de las pertenencias solicitadas no exceda de 100
Hás., el punto de interés puede ubicarse indicando sus señales
más precisas y características, el nombre del predio o del asiento
mineral en que se encuentra y el de la provincia en que esta situa-
do. Pero, de acuerdo al artículo 19 del Reglamento, si el manifes-
tante señalare además las coordenadas del punto de interés se
estará solo a éstas.
CURSO DE DERECHO MINERO 183

3°. Numero de pertenencias que se solicita y nombre de cada una


de ellas: Se puede solicitar una pertenencia (cabida: una a diez
hectáreas) o un grupo de pertenencias que cubran una superficie
máxima de mil hectáreas; por ejemplo, mil pertenencias de una
Hectárea cada una, o cien pertenencias de diez Hectáreas cada una,
etc.
Cada pertenencia deberá tener un nombre. Es costumbre que
si se manifiesta un grupo de pertenencias se les dé un solo nombre
y se las individualice después con un número. Por Ejemplo, perte-
nencias Abundancia 1 al 100. Procediendo en esta forma se facilita
el pago de patentes y los trámites de inscripción en el Conservador
de Minas.

4°. Superficie de la cara superior de cada pertenencia que se


solicita, expresada en hectáreas. La cara superior de la o las perte-
nencias que se manifiestan, puede estar comprendida dentro de un
cuadrado o un rectángulo trazado imaginariamente en el plano
horizontal. Si el manifestante no precisa la forma, el Código pre-
sume que se trata de un cuadrado.
El legislador buscó evitar manifestaciones de grandes super-
ficies por lo que limitó la superficie del total del grupo de perte-
nencias a mil hectáreas. No obstante, nada impide que el mismo
manifestante presente todas las manifestaciones que desee abar-
cando una mayor superficie.

5°. La circunstancia de que se hace uso del derecho que otorga


una concesión de exploración anterior vigente, para tener como
fecha de presentación de la manifestación la fecha en que se pre-
sentó el pedimento que le dio origen.
Según el artículo 41, tendrá derecho preferente para consti-
tuir pertenencia quien primero presente la manifestación. De
184 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

acuerdo al artículo 114, durante la vigencia de la concesión de


exploración sólo su titular podrá manifestar pertenencia dentro de
los límites de aquella, o sea, el titular de concesión de exploración
vigente tiene derecho exclusivo para manifestar.
Estas normas, que limitan el derecho de terceros a manifes-
tar, tienen por objeto privilegiar el derecho preferente a constituir
pertenencia que favorece a quien manifieste primero teniendo
como antecedente una concesión de exploración vigente, pues es
esta última la que en definitiva le da el derecho exclusivo para
manifestar, siempre que el terreno manifestado se encuentre dentro
de los límites de aquellos.
En estos casos, las disposiciones citadas y el N° 5 del artí-
culo 44 disponen que se tendrá por fecha de presentación de la
manifestación la que correspondió al pedimento respectivo.
Para ejercer el derecho preferente de descubridor, el mani-
festante, junto con mencionar expresamente en el escrito de ma-
nifestación que se presenta en uso del derecho que otorga una
concesión de exploración vigente, deberá señalar el nombre de la
concesión de exploración y acompañar copia autorizada de la
inscripción de la sentencia constitutiva de la concesión de explo-
ración, con sus anotaciones marginales y subinscripciones si las
hay, más la copia autorizada de la inscripción de dominio vigente
(artículo 18 del Reglamento del Código de Minería).

5.1.1 La tramitación del escrito de manifestación presentado en el


tribunal se desarrolla en la siguiente forma:

1°. En el tribunal: Presentada la manifestación en el Juzgado de


Letras en lo civil competente según la ubicación del punto de
interés, el Secretario pondrá un certificado de día y hora de pre-
sentación y tomará nota en el Registro Numerado de Manifesta-
CURSO DE DERECHO MINERO 185

ciones que llevará al efecto, dando recibo a la persona que lo


presente, si lo pide.
Luego, el escrito de manifestación pasa al despacho del Juez,
quien lo examina para verificar si cumple con las exigencias obli-
gatorias de los artículos 44 y 45 del Código de Minería. Como
resultado del control de legalidad que practica el Juez, pueden
producirse las siguientes situaciones:

a) Si la manifestación cumple con las exigencias legales, el juez


ordena inscribir y publicar;

b) Si la manifestación no cumple con las exigencias de los artícu-


los citados, el juez señalará determinadamente los defectos que
observe y ordenará que el manifestante (o cualquiera de ellos si
fueren varios), los subsane dentro del plazo fatal y corrido de ocho
días, el que se cuenta desde la fecha de la resolución. Esto es, el
juez ha constatado la presencia de errores subsanables, como
pueden ser por ejemplo: Individualización incompleta del mani-
festante, omisión de señalar nombre a las pertenencias, o en seña-
lar el número de Hectáreas que se manifiestan, etc.
Subsanados los errores dentro de plazo, el juez ordenará la inscrip-
ción y publicación de la manifestación.
Si el interesado no subsanó los defectos o lo hizo fuera del plazo
fatal de ocho días, la manifestación se tendrá por no hecha (artí-
culo 49, inciso 2°);

c) Puede suceder que el escrito de manifestación presente error


insubsanable, cual es: el error o imprecisión en que puede incurrir
el manifestante al indicar las coordenadas del punto de interés o
sus señales más precisa y características. En estos casos, el juez
ordenará sin más trámite, tener por no presentada la manifestación.
186 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La exigencia tiene por objeto evitar que con posterioridad se pre-


tenda abarcar o extender la pretensión a terrenos diferentes a los
manifestados.

2°. Tramites posteriores a la presentación en el juzgado: Una vez


proveída la manifestación, el interesado tiene la obligación de
inscribir, publicar y pagar la tasa de manifestación a beneficio
fiscal. Estas actuaciones deben cumplirse en el orden que se indica
y dentro del plazo de 30 días corridos y fatales contados desde la
fecha de la resolución que así lo ordena:

a) La Inscripción se realiza en el Registro de Descubrimientos del


Conservador de Minas competente. Para cumplir la obligación, el
artículo 50 dispone que el Secretario del Tribunal dará copia auto-
rizada de la manifestación, del certificado de día y hora de pre-
sentación al juzgado, y de la resolución que ordena inscribir y
publicar. En caso que se haya subsanado algún defecto, la copia
debe incluir la resolución que ordena subsanar el defecto, y el
escrito en que se haya cumplido con los ordenado. En resumen, se
inscribe copia autorizada de todo lo obrado en autos.
El Conservador practicará una sola inscripción en el Registro
de Descubrimientos, cualquiera que sea el número de pertenencias
que se hubiere solicitado (artículo 102 del Reglamento del Código
de Minería). La inscripción podrá ser requerida por cualquier
persona y consiste en la trascripción íntegra de la copia autorizada
otorgada por el Secretario del Tribunal.

b) Publicación: Hecha la inscripción, el interesado debe requerir


una copia al Conservador de Minas, la que se publicará íntegra-
mente en el Boletín Oficial de Minería, por una sola vez. El plazo
para publicar es el mismo que para inscribir, 30 días corridos y
CURSO DE DERECHO MINERO 187

fatales contados desde la fecha de la resolución del juez que orde-


na inscribir y publicar.

c) Pago de la tasa de manifestación: (artículo 51 Código de Mine-


ría). Es la tercera obligación que debe cumplir el manifestante. Se
paga por una sola vez, a beneficio fiscal, dentro de los treinta días
siguientes, fatales y corridos, contados desde la fecha de presenta-
ción de la manifestación en el juzgado, sin que medie resolución
judicial que ordene el pago.
La tasa está expresada en centésimos de Unidad Tributaria
Mensual, y se paga por cada hectárea completa manifestada, con-
forme a la escala contenida en el artículo 51 del Código de Mine-
ría.
El pago se efectúa en cualquier banco o institución autoriza-
da para recaudar tributos a partir de un formulario que entrega el
Servicio de Tesorería.

5.1.2 Derechos que emanan de la manifestación inscrita

La manifestación inscrita constituye un derecho real inmueble,


transferible y transmisible de acuerdo con las normas aplicables a
los demás bienes raíces (artículo 54 Código de Minería).
El artículo 53 del Código de Minería precisa que desde el mo-
mento de la inscripción de la manifestación el titular tiene los
siguientes derechos:
- A efectuar trabajos para reconocer la mina;
- A efectuar trabajos para constituir la concesión;
- A hacerse dueño de las sustancias concesibles que extraiga
con motivo del reconocimiento;
188 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Y al auxilio de la fuerza pública en caso que se pongan


obstáculos para efectuar los trabajos de reconocimiento para
constituir pertenencia.

Si el dueño del predio superficial o cualquier otra persona ponen


obstáculos para realizar los trabajos de reconocimiento y constitu-
ción de pertenencia, el manifestante puede recurrir al juez compe-
tente el que concederá el auxilio de la fuerza pública, previo in-
forme favorable del Servicio Nacional de Geología y Minería. Si
el informe del Servicio deja constancia de la existencia de conce-
sión minera ajena en los mismos terrenos el juez no concederá la
fuerza pública.
A este punto el titular de manifestación deberá además con-
tar con los permisos a que se refieren los artículos 15 y 17 del
Código de Minería, si el yacimiento se encuentra en alguno de los
lugares allí mencionados.

5.2 Segunda etapa para constituir pertenencia: presentación de la


solicitud de mensura.

El inciso 1° del artículo 59 del Código de Minería prescribe que,


dentro del plazo que medie entre los doscientos y los doscientos
veinte días, contados desde la fecha de la presentación de la ma-
nifestación al juzgado, el manifestante, o cualquiera de ellos
cuando fueren varios, deberá solicitar, en el mismo expediente, la
mensura de su pertenencia o pertenencias.
La presentación de la solicitud de mensura comporta la de
formalización de la intención de constituir concesión por parte del
interesado, quien en esta oportunidad debe precisar el terreno que
pretende, que podrá ser igual o inferior al manifestado pero en
CURSO DE DERECHO MINERO 189

ningún caso puede abarcar terrenos situados fuera de los límites


señalados en la manifestación.
Plazo para solicitar mensura: La solicitud de mensura se
debe presentar dentro de los veinte días corridos y fatales, plazo
que inicia el día doscientos uno y termina el día doscientos veinte,
ambos inclusive (artículo 23 del Reglamento del Código de Mine-
ría), el que se cuenta desde la fecha en que se presentó la mani-
festación al juzgado.
En consecuencia, la solicitud de mensura presentada el día
doscientos o antes deberá ser rechazada por el juez por encontrarse
fuera de plazo, sin perjuicio que el interesado pueda renovarla
dentro de plazo.
En cambio, la solicitud de mensura presentada fuera del pla-
zo de doscientos veinte días, por ejemplo, el día doscientos vein-
tiuno, será desechada de plano por el juez, quien declarará además
la caducidad y ordenará cancelar la inscripción, de conformidad
con el artículo 60 del Código de Minería, ya que se trataría de un
error insubsanable.
Quién solicita la mensura: El manifestante, y si hubiere va-
rios manifestantes, cualquiera de ellos.
Dónde se presenta la solicitud de mensura: En el mismo tri-
bunal y en el mismo expediente iniciado con la manifestación.
Contenido de la solicitud de mensura: De conformidad con
lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 59, e inciso 2° del artículo
24 del Reglamento, la solicitud de mensura debe contener las
siguientes indicaciones:
190 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

a) Número de pertenencias que se desea mensurar;

b) Superficie total abarcada por la solicitud, expresada en hectá-


reas y calculada en la proyección de coordenadas Universales
Transversales de Mercator; lo que se exige porque todo el orde-
namiento catastral de la propiedad minera nacional está referido al
sistema Mercator.

c) Las Coordenadas Universales Transversales de Mercator de


cada uno de los vértices del perímetro de la cara superior de la
pertenencia o grupo de pertenencias, relacionando uno de ellos,
en rumbo y distancia, con el punto de interés señalado en la ma-
nifestación. En este escrito de solicitud de mensura es obligación
señalar los vértices en Coordenadas Universales Transversales de
Mercator ya que el Código no acepta el uso de las coordenadas
geográficas.

d) Las Coordenadas Universales Transversales de Mercator del


punto de interés, con precisión de centímetros, cuando sólo se ha
señalado en la manifestación con sus señales más precisas y ca-
racterísticas (artículo 45) o se ha indicado en coordenadas geográ-
ficas.

e) El largo y ancho de la pertenencia o de cada una de ellas si se


tratare de un grupo.

f) El nombre de las pertenencias conocidas que existen en la


vecindad y en lo posible el nombre de sus dueños. Esta exigencia
tiene por finalidad precisar en detalle la ubicación del terreno que
se solicita y es útil para efectos del catastro minero.
CURSO DE DERECHO MINERO 191

g) Designar al ingeniero civil de minas o el perito que practicará


la mensura. El perito debe ser uno de los que se designan anual-
mente por el Presidente de la República, a propuesta del Director
de SERNAGEOMIN, para este efecto. La nómina se publica en el
Diario Oficial a principios de cada año.

h) Designación de abogado patrocinante y mandatario. (Artículo


36 del Código de Minería) sólo procede si no se hizo en la mani-
festación.

Los documentos que deben acompañarse a la solicitud de mensura


son los siguientes:

1°. Comprobante de haberse pagado la tasa de manifestación,


dentro del plazo señalado en el artículo 51, esto es, dentro de los
treinta días siguientes a la fecha de presentación de la manifesta-
ción en el juzgado;

2°. Comprobante de haberse pagado la patente proporcional.


Según el artículo 144 del Código de Minería, al solicitar mensura
surge la obligación de amparo por pago de patente. El monto de la
primera patente es proporcional al tiempo que media entre la
fecha de presentación de la solicitud de mensura y el último día
del mes de Febrero siguiente, ya que en el mes de Marzo de cada
año la concesión minera, constituida o en trámite debe ser ampara-
da mediante el pago de una patente anual que se calcula en Unida-
des Tributarias Mensuales por hectárea completa.
192 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

3°. Copia autorizada de la inscripción de la manifestación en el


Conservador de Minas dentro del plazo de 30 días contados desde
la resolución del juez que lo ordena.

4°. Un ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se haya


publicado la inscripción de la manifestación, dentro de plazo.

5°. Un plano en que se señale la configuración de la pertenencia o


grupo de pertenencias, las coordenadas de cada uno de los vérti-
ces del perímetro y la relación en rumbo y distancia, del mismo
vértice –ligado en la solicitud– con el punto de interés indicado en
la manifestación.

El plano refleja gráficamente el contenido de la solicitud de men-


sura, debe cumplir con todos los requisitos que exige el artículo 25
del Reglamento del Código de Minería y será confeccionado por
un ingeniero civil de minas o un perito mensurador que lo firma-
rán.

5.2.1. Tramitación de la solicitud de mensura en el tribunal:

La solicitud de mensura y los documentos acompañados se pre-


sentan en secretaria del tribunal. El Secretario dará recibo si se le
pide y entra los antecedentes al despacho del juez quien examinará
la solicitud y los documentos acompañados. De acuerdo al artículo
60 del Código de Minería, como resultado de este examen pueden
presentarse tres situaciones diversas:

a) Si el juez encuentra conforme la solicitud y los documentos


acompañados, ordenará publicar, por una sola vez, la solicitud de
CURSO DE DERECHO MINERO 193

mensura dejando testimonio de la fecha en que se presentó o se


tiene por presentada la manifestación.

b) Si del examen resulta que ha dejado de cumplirse algún requi-


sito cuya omisión o retardo acarrea la caducidad de los derechos
emanados de la manifestación, el juez desechará de plano la soli-
citud y ordenará cancelar la inscripción de la manifestación, ofi-
ciando al Conservador de Minas, al efecto.
Entre estos defectos, por ejemplo, haberse inscrito o publicado la
manifestación fuera del plazo de 30 días corridos y fatales o haber-
se pasado la Tasa de Manifestación fuera de plazo.

c) Si el juez nota defectos u omisiones susceptibles de ser subsa-


nados los señalará determinadamente y ordenará se corrijan
dentro del plazo de ocho días fatales y corridos, contados desde la
fecha del decreto que lo disponga.
Entre estos defectos u omisiones tenemos por ejemplo: no
acompañar alguno de los documentos, no haber pagado la patente
proporcional, contener la solicitud defectos formales, etc.
La resolución que ordena corregir defecto u omisiones pue-
den dar origen a las siguientes situaciones:
- Se corrigen dentro de plazo las omisiones o defectos señala-
dos por el juez, caso en que este dispondrá la publicación de
la solicitud de mensura y dejará testimonio de la fecha en
que se presentó o se tiene por presentada la manifestación;
- No se corrigen dentro de plazo las omisiones o defectos
señalados por el juez, caso en que la solicitud será desechada
y se ordenará que se cancele la inscripción de manifestación
oficiando al Conservador de Minas, al efecto.
194 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

5.2.2 Publicación de la solicitud de mensura: Se publica por una


sola vez en el Boletín Oficial de Minería, dentro del plazo de
treinta días corridos y fatales contados desde la fecha de la resolu-
ción que lo ordenó.
Para efectuar la publicación, el secretario del tribunal debe-
rá entregar copia autorizada de la solicitud de mensura y de la
resolución del juez. Si hubo omisiones o defectos que subsanar, se
incluirá en la copia autorizada el decreto que ordena corregir y la
presentación en que se haya cumplido con lo ordenado. Se publica
íntegramente la copia autorizada otorgada por el Secretario del
Tribunal. La publicación tiene por objeto poner en conocimiento
de los terceros que pudieren tener interés, las pretensiones del
manifestante.
A partir de la fecha de publicación de la solicitud de mensura
se cuenta el plazo fatal y corrido de treinta días para que cualquier
persona que sienta afectados sus derechos por la pretensión del
manifestante se oponga a la misma.

5.3 Acciones de oposición a la solicitud de mensura

Si con motivo de la publicación de la solicitud de mensura, una


persona advierte que la mensura solicitada afecta sus derechos,
deberá deducir acción de oposición a la mensura pedida, para lo
cual demandará al solicitante, en juicio contencioso de oposición a
la mensura, el que se tramita de acuerdo a las normas del juicio
sumario, en el mismo expediente en que se solicitó mensura (artí-
culos 68 y 233 del Código de Minería y artículos 680 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil).
CURSO DE DERECHO MINERO 195

Las acciones de oposición a la mensura pueden ser:

a) De ejercicio obligatorio. Están establecidas en el artículo 65,


que señala los casos en que el manifestante o peticionario interesa-
do, está obligado a demandar pues si no lo hace será sancionado:
El manifestante con la pérdida de la preferencia para mensurar; el
peticionario o concesionario de exploración con la perdida de los
derechos de que le correspondían, emanados de su pedimento o
concesión respecto de los terrenos sobre los cuales se llegue a
constituir pertenencia por quien debió haber sido demandado.

b) De ejercicio facultativo, es la acción que el interesado puede o


no ejercer, pues si no deduce acción no será sancionado y más
adelante podrá interponer la acción de nulidad del acto de la con-
cesión (artículos 66 y 96 N° 6 o 7 del Código de Minería).

El artículo 61 del Código establece las causales de oposición


a la solicitud de mensura, las que son taxativas.
El fundamento de la institución de oposición a la mensura se
encuentra en el derecho preferente para constituir propiedad mine-
ra que, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 41 del Código, tiene
el descubridor, o sea, quien primero presentó o se le tiene por
presentada la manifestación.
En el juicio de oposición se tendrá por demandante a quien
ejerce la acción de oposición y por demandado al solicitante de
mensura, que es la persona a quien se le hace oposición.

Plazo para deducir oposición: El plazo para deducir oposi-


ción a la mensura es de treinta días corridos y fatales, contados
196 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

desde la fecha de publicación de la solicitud de mensura en el


Boletín Oficial de Minería (artículo 61 del Código de Minería).

5.3.1 Causales de oposición obligatoria a la mensura

El artículo 61 del Código de Minería dispone que la demanda de


oposición a la mensura sólo puede fundarse en dos causales:
1ª CAUSAL: La oposición se funda en que se pretende mensurar
sobre terreno comprendido en un pedimento o en una concesión
de exploración constituida cuyo pedimento haya sido presentado
con anterioridad a la fecha en que haya sido o se tenga por pre-
sentada la manifestación que se pretende mensurar.
En este caso, tendrá derecho preferente para constituir pro-
piedad minera y podrá ejercer la acción de oposición del Nº 1 del
artículo 61, quien sea titular de un pedimento presentado con
anterioridad a la fecha en que haya sido presentada o se tenga por
presentada la manifestación de la pertenencia que se pretende
mensurar. El mismo derecho a oponerse asiste al titular de conce-
sión de exploración constituida con anterioridad a la manifestación
que se pretende mensurar.
La fecha de presentación del pedimento o de constitución de
la concesión de exploración del demandante de oposición que se
funda en la causal primera del artículo 61, debe ser anterior a la
fecha de presentación o a la fecha en que se tiene por presentada la
manifestación de quien ha solicitado mensura, siendo indiferente
que el pedimento se encuentre en trámite o que se haya constituido
la concesión de exploración. Quien se encuentra en esta situación
está obligado a deducir demanda. Si no lo hace será sancionado en
la forma dispuesta por el inciso 2° del artículo 65 del Código que
expresa: el titular de un pedimento o de una concesión de explora-
ción de fechas anteriores que no deduzca oportunamente la acción
CURSO DE DERECHO MINERO 197

del N° 1° del artículo 61, perderá los derechos emanados de su


pedimento o concesión respecto de los terrenos sobre los cuales se
llegue a constituir pertenencia por quien debió haber sido deman-
dado.

2ª CAUSAL: La oposición se funda en el derecho preferente para


mensurar en virtud de una manifestación cuya fecha de presenta-
ción haya sido o se tenga por anterior (artículo 61 N° 2). Para que
asista al opositor el derecho preferente para mensurar la manifesta-
ción en que se funda debe haber sido presentada con fecha anterior
o tenerse por presentada con fecha anterior, lo que ocurrirá en caso
de haber hecho uso del derecho establecido en el inciso 2° del
artículo 41 y artículo 44 Nº 5. Este hecho constará en el expediente
porque el juez, al proveer la solicitud de mensura deja testimonio
de la fecha en que se presentó o se tiene por presentada la mani-
festación.
El manifestante anterior está obligado a demandar cuando el
manifestante posterior se le anticipa a solicitar mensura, pues si no
lo hace, será sancionado en la forma dispuesta por el inciso 1° del
artículo 65 del Código de Minería que establece que si un mani-
festante de fecha posterior pide la mensura con anterioridad al
manifestante de fecha anterior, o que se tenga por anterior, éste
perderá en beneficio de aquel, la preferencia para mensurar, si no
deduce oposición oportunamente.
En las demás situaciones en que puede encontrarse el titular
de manifestación de fecha anterior, su derecho a deducir oposición
será facultativo.

5.4 El escrito de oposición a la mensura es una demanda y como


tal debe cumplir con todos los requisitos contemplados en el artí-
culo 254 del Código de Procedimiento Civil. Distinguiendo entre
198 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

la causal de oposición que se invoca, debe reunir, además, los


siguientes requisitos:

a) En la demanda de oposición que se funda en la causal primera


del artículo 61 del Código de Minería, el demandante de oposición
debe acompañar los siguientes documentos:

1°. Copia auténtica de su pedimento, y en su caso, además copia


auténtica de la solicitud de sentencia, de la sentencia misma o de la
resolución que acogió la petición de prórroga del plazo de la con-
cesión.
2°. Un croquis firmado por un ingeniero civil de minas o perito
autorizado para efectuar mensura, que represente la colisión de los
derechos y las pretensiones de ambas partes en el terreno.

Sanción: Para evitar que se demande con el sólo interés de dilatar


el procedimiento, en caso que no se acompañen los documentos
señalados, del juez rechazará de plano la demanda de oposición.
La demanda será también rechazada de plano si no se funda en un
pedimento cuya fecha de presentación haya sido anterior.

b) En la demanda de oposición a la mensura que se funda en la


causal segunda del artículo 61 del Código de Minería, el deman-
dante opositor debe acompañar a su libelo los siguientes docu-
mentos:
CURSO DE DERECHO MINERO 199

1°. Copia auténtica de su manifestación.

2°. Un croquis firmado por un ingeniero civil de minas o por un


perito mensurador que represente la colisión de los derechos y las
pretensiones de ambas partes en el terreno.

Sanción: Tal como en el caso anterior, si no se acompañan los


documentos, la demanda de oposición a la mensura será rechazada
de plano. Será también rechazada de plano si no se funda en una
manifestación cuya fecha de presentación haya sido o se tenga por
anterior.
Respecto a la demanda de oposición fundada en la causal se-
gunda del artículo 61, hay que distinguir las alternativas siguien-
tes:

a) Oposición obligatoria del demandante de oposición a la mensu-


ra que no ha solicitado mensura (artículo 62) : si el demandante
funda la oposición en la causal segunda del artículo 61 y no ha
solicitado mensura, está obligado a pedir conjuntamente con la
demanda de oposición, la mensura de su pertenencia, con arreglo a
lo dispuesto en los incisos 2° y 3° del artículo 59. O sea, debe
presentar un escrito que, en lo principal demanda de oposición y
en el otrosí, solicita mensura de su o sus pertenencias, solicitud,
esta última, que debe cumplir con todos los requisitos que exige el
artículo 59 del Código de Minería.
El juez examinará la solicitud de mensura y los documentos
acompañados por el opositor. Del examen pueden resultar tres
situaciones:
200 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

1° Si encuentra conforme la demanda y los documentos acompa-


ñados mandará publicarla dejando testimonio de la fecha en que se
haya presentado o se tenga por presentada la manifestación del
opositor y ordenará que copia de ella y de los documentos acom-
pañados sean enviados al Servicio, junto con copia de iguales
antecedentes relativos al demandado (inciso final del artículo 62).
Para los efectos de la publicación, el Secretario del tribunal
dará copia de la solicitud y su proveído, así como de las correccio-
nes, si las hubiere. La publicación deberá hacerse dentro del plazo
de 30 días corridos y fatales, contados desde la fecha de resolución
que la ordenó, por una sola vez, en el Boletín Oficial de Minería.
De la publicación pueden surgir otra u otras oposiciones, las
que serán tramitadas en forma similar.

2° Si del examen que practica el juez aparece que ha dejado de


cumplirse algún requisito cuya omisión o retardo acarrea la cadu-
cidad de los derechos emanados de la manifestación, el juez dese-
chará de plano la solicitud y ordenará se cancele la inscripción
oficiando al Conservador de Minas. En este caso, el juez rechazará
también la oposición deducida en lo principal del escrito.

3° Si la solicitud de mensura del opositor presenta defectos subsa-


nables, el juez los señalará determinadamente y ordenará que se
corrijan dentro del plazo de ocho días, fatales y corridos, contados
desde la fecha de la resolución que lo ordena. Una vez corregidos
el juez mandará publicar; en caso contrario desechará la solicitud y
ordenará la cancelación de la inscripción de la manifestación.

b) Oposición obligatoria del demandante que ha solicitado mensu-


ra con anterioridad. (artículo 63): en este caso existe también
obligación de deducir demanda, pues si no lo hace pierde la prefe-
CURSO DE DERECHO MINERO 201

rencia para mensurar en beneficio del manifestante de fecha poste-


rior.
El demandante que funda la oposición en la causal segunda
del artículo 61 y ha solicitado mensura, debe pedir, en el mismo
escrito de demanda de oposición, que se ordene la acumulación de
su expediente al del demandado. La petición de acumulación no lo
exime de la obligación de acompañar los documentos que exige el
artículo 61 N° del Código de Minería.
Practicado el control de rigor, si el juez encuentra conforme
la demanda y documentos, proveerá la demanda, ordenará la pu-
blicación de la solicitud de mensura si esta no se ha efectuado,
ordenará la acumulación de los expedientes y la remisión al Servi-
cio Nacional de Geología y Minería de copia de la solicitud de
mensura y documentos acompañados por el opositor, junto con
copia de iguales antecedentes al demandado.

Efectos de la interposición de la demanda: La presentación


de la demanda de oposición convierte la gestión no contenciosa de
constitución de pertenencia en juicio contencioso que se tramita en
procedimiento sumario.
Según dispone el inciso 1° del artículo 70 del Código de Mi-
nería, nace la obligación de las partes de no paralizar el procedi-
miento por más de tres meses, bajo sanción de caducidad de los
derechos de ambas partes. Como el juicio de oposición es conten-
cioso, los plazos serán de días hábiles y en consecuencia no se
consideran los domingos ni los días feriados.
Defensa del demandado: De acuerdo a lo dispuesto por el
artículo 68 será admisible como única defensa del demandado la
de que su solicitud de mensura no abarca los terrenos comprendi-
dos en el pedimento, en la concesión de exploración o en la soli-
citud de mensura en que se funda la acción. Cualquier otra defen-
202 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

sa, incluso toda acción perentoria que pueda corresponder al de-


mandado, sólo podrá hacerse valer por este como acción, en juicio
separado (artículo 68).

Efectos de la sentencia: (artículo 69) Una vez cumplida la


tramitación correspondiente al procedimiento sumario el juez
dictará sentencia cuyos efectos pueden ser los siguientes:

a) Si se acoge la demanda de oposición a la mensura fundada en la


causal 1° del artículo 61, declarará que el demandado no puede
mensurar dentro del perímetro del pedimento, del de la concesión
de exploración o del de la parte en que esta no haya sido renuncia-
da, en su caso.

b) Si acoge la demanda fundada en la causal 2° del artículo 61,


reconocerá el derecho preferente del primer manifestante a mensu-
rar su pertenencia o pertenencias en la forma indicada en la res-
pectiva solicitud.

c) Si una parte de los terrenos solicitados por el demandado no


afectan al derecho preferente de opositor, el juez reconocerá tam-
bién el derecho de la parte vencida a mensurar con arreglo a su
propia solicitud, pero respetando íntegramente el derecho prefe-
rente de la parte vencedora.

d) En virtud de lo dispuesto por el artículo 67 del Código de Mine-


ría, si rechazara la demanda que se funda en la causal 2° del artí-
culo 61, el demandante no podrá hacer valer con posterioridad la
acción de nulidad establecida en el artículo 95 N° 5 y N° 7 del
Código del ramo.
CURSO DE DERECHO MINERO 203

e) Si se hubieren interpuesto varias oposiciones, el juez se pronun-


ciará sobre todas ellas en la sentencia estableciendo, de acuerdo a
las normas del artículo 69, los terrenos en que debe procederse a
las mensuras.
La sentencia definitiva que se dicte en el juicio de oposición a
la mensura será apelable en ambos efectos (artículo 68, inciso 3°).

5.5. La oposición facultativa a la mensura: (artículo 66) El mani-


festante de fecha anterior o que se tenga por anterior, podrá opo-
nerse a la solicitud de mensura de un manifestante de fecha poste-
rior, aún cuando haya presentado su solicitud de mensura con
anterioridad al manifestante demandado.
El artículo 66 concede al manifestante de fecha anterior o
que se tenga por anterior un derecho de opción, esto es, puede
elegir entre dos formas de accionar para hacer valer sus derechos:

1°. Puede oponerse a la solicitud de mensura del manifestante de


fecha posterior, aun cuando la solicitud de mensura del manifes-
tante posterior haya sido presentada antes que la suya, para lo cual
debe presentar demanda de oposición formal, cumpliendo con los
requisitos del artículo 61 N° 2 y con todas las exigencias señaladas
anteriormente;
2°. Puede optar por hacer una presentación escrita, en el expe-
diente del manifestante de fecha posterior haciendo presente su
calidad de su calidad de antelado, respecto de todo o parte de los
terrenos abarcados por la solicitud de mensura del último, y acom-
pañando la documentación que sirva de base a la presentación.
Esta presentación no es una demanda, no inicia un juicio y
no transforma en contenciosa la gestión. Es un téngase presente
especial que tiene por objeto reservar los derechos preferentes del
primer manifestante.
204 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

5.6 Caducidad por incumplimiento de la obligación de dar curso


progresivo a los autos (artículo 70)

Velando por el cumplimiento del principio que busca la pronta


constitución de la propiedad minera, el legislador ha dispuesto que
desde que queda presentada una demanda de oposición a la mensu-
ra y hasta que la sentencia constitutiva de concesión quede ejecu-
toriada, las partes no podrán paralizar el juicio por más de tres
meses. La infracción a esta disposición se sanciona con la declara-
ción de caducidad que afectará a todas las partes, o sea al o los
demandantes y al demandado.
La norma del artículo 70 se aplica sólo en el procedimiento
de constitución de pertenencia en que se ha presentado oposición a
la mensura. Si publicada la solicitud de mensura nadie ha deducido
demanda de oposición a la misma, las disposiciones del artículo 70
no se aplican, pues el procedimiento mantiene su carácter de no
contencioso.
La legislación pertinente se encuentra concentrada en el artí-
culo 70 del Código de Minería, que distingue al efecto entre las
dos situaciones que se pasan a exponer:

a) caducidad por paralización del juicio en la etapa contenciosa


de oposición a la oposición a la mensura: Las normas sobre cadu-
cidad aplicables durante la tramitación del juicio de oposición a la
mensura se encuentran en el inciso 1° del artículo 70 que prescribe
que, desde que queda presentada en la secretaría del tribunal una
demanda de oposición a la mensura fundada en alguna causal del
artículo 61, y hasta que quede ejecutoriada la sentencia que se
dicte al terminar el juicio sumario de oposición a la mensura, las
partes no podrán paralizar el procedimiento por más de tres meses.
CURSO DE DERECHO MINERO 205

Esta es una caducidad por inactividad procesal que se aplica du-


rante toda la tramitación del juicio contencioso señalado.
El plazo máximo de inactividad procesal es de tres meses, es
un plazo fatal y corrido, que no se suspende durante los feriados
porque, conforme a lo dispuesto en el artículo 236 del c, los únicos
plazos que se suspenden durante los días feriados en materia con-
tenciosa minera son los plazos de días. Se cuenta a partir de la
fecha en que cualquiera de las partes ha practicado una diligencia
útil.
Si transcurren tres meses, o más tiempo, sin que alguna de
las partes practique alguna diligencia útil destinada a dar curso
progresivo a los autos, cualquier persona podrá solicitar que se
declare, con el sólo mérito del certificado del secretario, la caduci-
dad de los derechos de ambas partes, y que se ordene cancelar las
inscripciones respectivas.

En consecuencia:
- La exigencia prescrita en el artículo 70 afecta a todas las
partes del juicio, con excepción de la parte que sea titular de
la concesión de exploración o de pertenencia ya constituida,
entendiéndose por tal aquella cuya sentencia constitutiva se
encuentra debidamente inscrita;
- Consiste en la obligación de todas las partes de dar curso al
procedimiento, practicando diligencias útiles;
- Son diligencias útiles aquellas destinadas a dar curso progre-
sivo a los autos, esto es, aquellas diligencias necesarias para
el desarrollo del procedimiento de oposición;
- El juez no está facultado para declarar la caducidad de ofi-
cio, pero se concede acción pública para que cualquier per-
sona denuncie al juez la paralización del juicio por más de
tres meses;
206 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Atendido que los efectos de caducidad afectan o recaen


sobre todas las partes, estas no pueden denunciarse recípro-
camente;
- Si nadie hace uso del derecho a pedir la caducidad se puede
continuar la tramitación del juicio pero, de acuerdo al inciso
4° del artículo 70, el derecho a pedir la caducidad por la pa-
ralización ya producida subsistirá hasta que quede ejecuto-
riada la sentencia que ponga término al juicio;
- El procedimiento para declarar la caducidad no es incidental,
y consiste en la presentación del tercero denunciante, la sola
certificación del secretario del tribunal y la resolución del
juez;
- Una vez declarada, la caducidad afectará a todas las partes
del juicio, demandantes y demandado, porque la obligación
recae sobre todos indistintamente;
- La sanción de caducidad se hace efectiva mediante la can-
celación de las inscripciones de los pedimentos o manifesta-
ciones en el Conservador de Minas respectivo, lo que ordena
el juez oficiando al efecto;

Contra la sentencia que se pronuncia sobre la caducidad proceden


los mismos recursos que contra una sentencia definitiva. La apela-
ción contra la sentencia que desecha la solicitud de caducidad se
concede en el sólo efecto devolutivo.
La sentencia a firme que declara la caducidad de los dere-
chos de las partes es una interlocutoria de las que se ponen término
al juicio. Afecta a los pedimentos o manifestaciones de autos,
cuyas inscripciones deberán ser canceladas, pero no afectará en
caso alguno a la concesión de exploración o a la pertenencia ya
constituidas con anterioridad (inciso 1° del artículo 70).
CURSO DE DERECHO MINERO 207

b) Caducidad por paralización del procedimiento no contencioso


de constitución de pertenencia por quien fue parte en un juicio de
oposición a la mensura y a cuyo favor se declaró derecho a mensu-
rar.
El inciso 2° del artículo 70 del Código de Minería prescribe
que desde que quede ejecutoriada la sentencia que pone término al
juicio de oposición, y hasta que se dicte la respectiva sentencia
constitutiva de pertenencia, ninguno de los que fueron parte en él y
haya obtenido el reconocimiento del derecho a mensurar, podrá
paralizar por más de tres meses los trámites de constitución de su
pertenencia o pertenencias. Si transcurre ese término sin que el
respectivo interesado practique alguna diligencia útil destinada a
ese efecto, cualquier persona podrá solicitar que se declare la
caducidad a que se refiere el inciso anterior, en la forma y con los
alcances allí indicados.
Esta caducidad por inactividad procesal afecta a la etapa no
contenciosa del procedimiento de constitución de concesión de
explotación o pertenencia, etapa que se inicia cuando la sentencia
dictada en el juicio de oposición queda a firme y que se desarrolla
en el mismo expediente en que se presentó la manifestación y las
oposiciones.
El plazo es el mismo: no se puede paralizar por más de tres
meses el trámite de constitución de la pertenencia o pertenencias.
En esta etapa se mantiene la facultad concedida a cualquier
persona para solicitar la caducidad, la que será declarada por el
juez sin audiencia de los interesados y con el sólo mérito del certi-
ficado del secretario del tribunal.
Entre las personas que pueden pedir la declaración de cadu-
cidad por paralización del procedimiento en esta etapa, se incluye
a quienes fueron parte en el juicio de oposición, aunque sus accio-
208 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

nes hayan sido rechazadas, porque el artículo en estudio concede el


derecho a “cualquier persona” y entonces, no hace distinciones.
Como se trata de procedimiento de constitución de pertenen-
cia el concepto de diligencia útil cambia, en el sentido que ahora es
útil la diligencia destinada a constituir pertenencia, por ejemplo, la
diligencia de notificación del perito para que acepte el cargo y jure
fiel desempeño de realización de la operación de mensura, o para
que presente acta y plano de mensura al tribunal.
Mientras no se pida que se declare la caducidad el procedi-
miento puede proseguir, pero subsiste el derecho de cualquier
persona a pedirla por la paralización ya producida, hasta que se
dicte sentencia constitutiva y esta quede ejecutoriada.

c) Recursos contra la sentencia que acoge o rechaza la caducidad


pedida: Contra la sentencia que se pronuncie acerca de la caduci-
dad procederán los mismos recursos procederán los mismos recur-
sos que contra una sentencia definitiva. La apelación en contra de
la sentencia que deseche la solicitud de caducidad se concederá en
el sólo efecto devolutivo (artículo 70, inciso final).
Si la sentencia rechaza la petición de caducidad la apelación
se concederá en el sólo efecto devolutivo, disposición que, clara-
mente tiene por objeto evitar que se paralice el procedimiento de
constitución de pertenencia, ya que sólo deberá remitirse compul-
sas a la Corte de Apelaciones.
Al respecto cabe preguntarse quien podría apelar de una
sentencia que rechaza la petición de caducidad: el interesado en
constituir pertenencia no lo hará, pues no es agraviado y el tercero
no puede recurrir ya que no es parte en el procedimiento no con-
tencioso.
En cambio, si se dicta sentencia acogiendo la caducidad, se
concederá apelación en ambos efectos.
CURSO DE DERECHO MINERO 209

Siempre con la finalidad evitar dilaciones en el procedi-


miento, el inciso 3° del artículo 70 citado faculta a cualquier inte-
resado, en la hipótesis de que haya más de un manifestante, para
pedir que se notifique al ingeniero o perito para que entregue el
acta y plano de mensura al juez dentro del plazo que el tribunal
señale, plazo que tendrá el carácter de fatal.

5.7. La operación de mensura. (artículos 71 y 55 del Código de


Minería y 26 y 55 del Reglamento).

La palabra mensura es sinónimo de medida; luego hemos llegado


al momento en que se ubicará materialmente en el terreno la cara
superficial de la pertenencia o grupo de pertenencias.
La operación de mensura tiene carácter técnico y consiste en
la ubicación en el terreno de los vértices de la cara superior de la
pertenencia o grupo de pertenencias, indicados con las coordena-
das UTM que para cada uno de ellos se haya señalado en la soli-
citud de mensura, o se señale en el acto de la mensura (artículo
72).
Esta definición permite comprender la importancia del es-
crito de solicitud de mensura, ya que servirá de guía en la opera-
ción de mensura. Igual valor tendrá la sentencia recaída en el
juicio de oposición a la mensura si lo hubo, y las peticiones que
haga el manifestante interesado en el acto mismo de la operación
de mensura.
La mensura sólo puede ser efectuada por el ingeniero civil de
minas o el perito mensurador que el manifestante interesado haya
designado en el escrito de solicitud de mensura. Este profesional
debe ser elegido entre las personas que anualmente designe con tal
objeto, para cada Región, el Presidente de la República, a pro-
210 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

puesta del Director Nacional del Servicio Nacional de Geología y


Minería.

Oportunidad en que se practica la operación de mensura:


Para determinar cuando se realiza la mensura hay que distinguir:

a) No hubo juicio de oposición a la mensura. Si practicada la


publicación de la solicitud de mensura en el Boletín Oficial de
Minería transcurren los 30 días corridos y fatales sin que se pre-
sente demanda de oposición a la mensura, esta se realiza una vez
vencido el plazo para deducir oposición;

b) En cambio, si dentro del plazo se presentó demanda de oposi-


ción y fue acogida a tramitación, la mensura se efectuará una vez
ejecutoriada la sentencia que se pronuncie sobre el juicio de
oposición, sea que rechace la demanda de oposición a la mensura o
que determine la ubicación de las pertenencias de parte o partes a
quienes se haya reconocido el derecho a mensurar.
En el acto de la mensura no será admitida ninguna alegación
de terceros. El perito escuchará al manifestante quien puede hacer
indicaciones para reducir el terreno a mensurar, manteniéndose
dentro del perímetro señalado en la solicitud de mensurar y están-
dole prohibido abarcar terrenos que exceden los límites señalados
en dicha solicitud.
Si el manifestante ha solicitado un grupo de pertenencias, al
momento de mensurar se hará una sola operación de mensura y se
dispondrán las pertenencias de manera que cada una tenga, a lo
menos, un punto de contacto con otra. Terminada la operación se
levantará una sola acta y un solo plano en el que se individualiza-
rán con precisión la ubicación y los deslindes de cada pertenencia
(artículo 76).
CURSO DE DERECHO MINERO 211

5.8. Obligaciones y prohibiciones que afectan al ingeniero o pe-


rito mensurador. El ingeniero civil en minas o el perito mensura-
dor que realiza la operación de mensura debe cumplir con las
siguientes exigencias:

1°. Tiene la obligación de aceptar el cargo y jurar su fiel desempe-


ño, con lo que quedará legalmente habilitado para efectuar la
mensura. (artículo 26 del Reglamento y 417 del Código de Proce-
dimiento Civil). Si el ingeniero o perito efectúa la operación de
mensura sin haber aceptado el cargo y jurado, todo lo obrado
adolecerá de nulidad;

2°. Tiene obligación de efectuar la operación de mensura respetan-


do las normas relativas a la forma, orientación, cabida y lados de la
cara superior. El inciso 2° del artículo 74 dispone que la mensura
se orientará conforme al meridiano UTM del lugar. El mensurador
dará cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 28 del Código, que
establece la forma y cabida de las concesiones;

3°. Tiene obligación de construir los Hitos y Linderos, (artículo 28


del Reglamento). El ingeniero o perito debe construir un hito
ligado a vértices de la Red Geodésica Nacional, o aprobado por el
Servicio o ligado a hitos que correspondan a pertenencias consti-
tuidas de acuerdo a la actual legislación minera.
El hito quedará ubicado sobre el perímetro de la pertenencia
o grupo de pertenencias, o dentro del área encerrada por el perí-
metro y servirá como punto de partida para efectuar la mensura,
por lo que se conoce con el nombre de hito de referencia.
Además, el perito debe colocar otros hitos que el Regla-
mento llama “linderos”, sólidamente construidos y fácilmente
212 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

perceptibles, los que deben cumplir con las normas que al efecto
contienen los artículo 29 y siguientes del Reglamento;

4°. Una vez terminada la operación de mensura, tiene obligación


de confeccionar el acta y plano de la mensura en triplicado (artí-
culos 75 y 77 del Código de Minería);

5°. Se prohibe al ingeniero o perito mensurador abarcar con la


mensura pertenencias vigentes, esto es, mensurar superponiéndose
a otra mensura vigente (artículo 72). Esta norma debe concordarse
con el artículo 27 del Código de Minería que dispone que sobre las
sustancias concesibles existentes en terrenos cubiertos por una
concesión minera no pueda constituirse otra. Ambas disposiciones
tienen por objeto prohibir la superposición de concesiones.
La Ley N° 19.874, modificó el artículo 73, agregando en el
inciso 2°, que si el ingeniero o perito infringiere la prohibición a
sabiendas, sufrirá la pena de prisión menor en su grado mínimo y
accesorias de suspensión de cargo u oficio público o profesión
titular, párrafo con el cual se ha tipificado una figura penal minera
de naturaleza privada, ya que en el mismo artículo en estudio se
dispone que “la acción penal correspondiente tiene el carácter de
privada y sólo podrá ser ejercida por el titular de la concesión que
soporte directamente la superposición”;

6°. Se prohibe al ingeniero o perito dejar espacios libres entre las


pertenencias, en los que no puede constituirse otra pertenencia, o
demasía, aunque así se haya pedido en la solicitud de mensura
(artículo 36 Reglamento);

7°. En el artículo 76 del Código de Minería se prohibe al perito


mensurar dos o más pertenencias originadas en una misma mani-
CURSO DE DERECHO MINERO 213

festación sin que cada una tenga, a lo menos, un punto de contacto


con otra;

8°. A petición del interesado, el ingeniero o perito mensurador


puede mensurar todo o parte del terreno incluido en la solicitud de
mensura, pero sin abarcar terrenos ubicados fuera del perímetro
indicado en dicha solicitud. Se le prohibe además, admitir alega-
ciones de terceros durante la operación de mensura.

5.9 Acta de mensura: Terminada la operación de mensura, el


ingeniero o perito debe levantar un acta, que contendrá:

a) La narración precisa, clara y circunstanciada del modo como


la efectuó; y
b) La forma como determinó las coordenadas UTM de los vérti-
ces.

El acta será extendida en triplicado, mecanografiada en papel


proceso, firmada por el ingeniero o perito, y si es posible, en ella
se indicarán los nombres, ubicación y dueños de las pertenencias
colindantes.
La fecha del acta de mensura, será aquella en que se realizó
efectivamente la mensura, como dispone el artículo 37 del Regla-
mento.
Respecto a la fecha del acta de mensura, no se debe confun-
dir la norma del Reglamento con lo dispuesto en el inciso final del
artículo 72 del Código de Minería, en cuanto establece una pre-
sunción de derecho para los efectos de lo dispuesto en el Nº 6 del
artículo 95, presunción de derecho que se aplica cuando se hace
uso de la acción de nulidad de concesión minera que concede el
214 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

artículo 95 Nº 6. El artículo 95 legisla sobre las causales de la


acción de nulidad de la concesión, y el N° 6 se refiere a cuando se
ha abarcado con la mensura terreno comprendido en una mensura
anterior.
El artículo 37 el Reglamento contiene una guía detallada de
la forma en que se debe extender el acta y de su contenido.

5.10 Plano de mensura: El ingeniero o perito mensurador tiene


también la obligación de confeccionar, en triplicado, un plano de
la pertenencia o grupo de pertenencias mensuradas en que consten
los siguientes datos:
a) Las coordenadas UTM de los vértices del perímetro de la per-
tenencia o grupo de pertenencias;
b) Las particularidades del terrenos; y
c) Las pertenencias colindantes (artículo 77).

El artículo 38 del Reglamento dispone que el plano debe repre-


sentar la configuración del perímetro de la pertenencia o de cada
una de las pertenencias del grupo mensurado, en la proyección
UTM. El artículo citado señala en detalle las indicaciones que debe
contener el plano de mensura.
El acta y plano serán presentados al tribunal, como se ha di-
cho, en triplicado. La obligación de presentar estos documentos
corresponde al titular de la manifestación, o a cualquiera de ellos si
fueren varios. En la práctica se presentan mediante un escrito que
se agrega al expediente en que se tramita la constitución de la
concesión.
CURSO DE DERECHO MINERO 215

5.11 Plazo para entregar el acta y plano: para determinar el plazo


para entregar el acta y plano de mensura al tribunal, hay que dis-
tinguir si se presentó o no oposición a la mensura.

a) No hubo juicio de oposición a la mensura (artículo 78): en este


caso, el acta y plano de mensura deben presentarse al tribunal
dentro del plazo de quince meses, corridos y fatales, contados
desde la fecha de presentación de la manifestación al juzgado.
Cabe recordar que el plazo de meses se cuenta en la forma
que dispone el artículo 48 del Código Civil.

b) Hubo juicio de oposición a la mensura: El inciso 2° del artículo


78 del Código de Minería dispone que la obligación de presentar
el acta y plano dentro del plazo de quince meses no será exigible
respecto de quien sea o haya sido parte en juicio de oposición
fundado en alguna de las causales del artículo 61 del Código.
Entonces, para determinar cuando se debe presentar acta y
plano al tribunal hay que saber si hubo juicio de oposición, pues en
estos casos el Código no fijó un plazo determinado para presentar
el acta y plano al tribunal.
No obstante, la obligación de presentar acta y plano no que-
da al arbitrio del mensurante ya que el inciso 3° del artículo 70
dispone que una vez terminado el juicio de oposición, cualquier
interesado puede pedir que se notifique al ingeniero o perito a fin
de que entregue el acta y plano al juez, para lo que el ingeniero o
perito tendrá el plazo fatal y corrido que fije el juez.
Además, el inciso 2° del artículo 70 prescribe que, desde que
queda ejecutoriada la sentencia que pone término al juicio de
oposición y hasta que se dicte la respectiva sentencia constitutiva,
ninguno de los que fueron parte en el juicio y haya obtenido el
derecho a mensurar, podrá paralizar por más de tres meses los
216 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

trámites de constitución de su pertenencia. Si no se efectúan dili-


gencias útiles destinadas a ese efecto, cualquiera persona podrá
solicitar que se declare la caducidad de la o las manifestaciones.
Cabe reiterar que una vez efectuada la mensura “la única di-
ligencia útil” pendiente es la notificación de apremio al ingeniero o
perito para que entregue acta y plano de mensura al tribunal dentro
del plazo que el mismo tribunal señale, diligencia que se cumple
presentando el escrito en que se solicita el apremio y, una vez
proveído, notificando al ingeniero o perito mensurador.
En resumen, si hubo juicio de oposición, el procedimiento no
contencioso de constitución de la concesión de quien haya obteni-
do en el juicio sumario, no pude paralizarse por más de tres meses,
bajo sanción de caducidad, la que se aplica a petición de un tercero
ajeno al juicio que advierte al juez la existencia en autos, de una
causal de caducidad.
Si nadie pide la declaración de caducidad por inactividad
procesal, la tramitación puede continuar, pero el derecho a pedir la
caducidad subsistirá hasta que quede ejecutoriada la sentencia que
pone término al juicio o se dicte sentencia constitutiva de conce-
sión.

5.12 Informe del Servicio Nacional de Geología y Minería (artí-


culo 79, Código de Minería)

Una vez presentados el acta y plano de mensura al tribunal, el juez


remitirá los antecedentes al Servicio para que informe sobre los
aspectos técnicos de la operación de mensura. El Servicio tendrá
un plazo de 60 días, contados desde la recepción del expediente,
para emitir el informe, plazo que no es fatal, en atención a lo dis-
puesto en el artículo 237 y a la redacción del inciso final del artí-
culo 79, ambos del Código de Minería.
CURSO DE DERECHO MINERO 217

En cuanto al contenido del informe del SERNAGEOMIN, con


arreglo a lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 79, el Servicio
deberá informar en general sobre los aspectos técnicos de la opera-
ción de mensura, del acta y plano, y en forma especial sobre las
siguientes materias:

a) Si en el acta y plano se ajustan a la ley la forma, dimensión y


orientación de la cara superior de cada pertenencia mensurada,
aplicando al respecto las disposiciones del artículo 28 del Código y
8° del Reglamento;

b) Si las pertenencias quedan comprendidas tanto dentro del terre-


no manifestado como del abarcado por la solicitud de mensura,
para lo cual el Servicio deberá cotejar la manifestación y la solici-
tud de mensura con el acta y plano, y en definitiva, la mensura
misma, porque los documentos pueden contener errores. Para
realizar el cotejo debe tener a su disposición el expediente com-
pleto;

c) Si los hitos han sido colocados correctamente. Los artículos 28


y siguientes del Reglamento disponen el lugar y modo en que
deben ser construidos, la forma, color y medidas del hito que sirve
de punto de partida para la operación de mensura, y de aquellos
correspondientes a los vértices de la pertenencia o grupo de perte-
nencias, llamados también linderos.

d) Si la mensura abarca, en todo o parte, una o más pertenencias ya


constituidas cuyos vértices estén determinados o le hayan sido
proporcionados en coordenadas UTM (artículo 80 del Código de
Minería); o si la mensura abarca, en todo o parte, una o más perte-
nencias en trámite de constitución (artículo 80 del Código de
218 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Minería), cuyos titulares tengan derecho preferente para mensurar


y sean parte en un juicio de aquellos a que se refieren los artículos
62 y 63.
Los citados artículos 62 y 63 del Código se refieren a las
oposiciones obligatorias a la mensura. Esta norma guarda concor-
dancia con el artículo 65 que dispone que, si no se ha deducido
acción de oposición a la mensura contra el manifestante de fecha
posterior que ha pedido mensurar, se pierde la preferencia para
mensurar en beneficio del manifestante de fecha posterior.

e) Si se han respetado los derechos preferentes reconocidos en la


sentencia dictada en juicio de oposición (artículo 69 inciso 2° del
Código de Minería y 40 de su Reglamento). En este caso, el in-
forme de Servicio indicará si la mensura de la parte que fue venci-
da en el juicio de oposición respeta íntegramente el derecho prefe-
rente de la parte vencedora.

5.13 Tramitación del informe del servicio en el tribunal: Una vez


que el Servicio ha preparado el informe, lo remite junto con el
expediente al tribunal. Con motivo del informe pueden producirse
tres situaciones:

a) El informe no contiene observaciones, esto es, comunica que la


operación de mensura se efectuó correctamente y se dio cumpli-
miento a todas las exigencias técnicas contempladas en la ley. En
este caso el juez examinará los autos y reuniéndose los demás
requisitos legales dictará sentencia constitutiva de la pertenencia
(artículo 81);

b) El informe del servicio formula objeciones de carácter técnico


sobre aspectos generales o especiales de la mensura. En este caso,
CURSO DE DERECHO MINERO 219

el juez ordenará poner las objeciones en conocimiento del intere-


sado (artículo 82). Ante las objeciones del Servicio, el interesado
puede tomar dos actitudes:

- Puede contradecir las objeciones formuladas por el informe,


para lo cual tiene un plazo de ocho días corridos y fatales
contados desde la fecha de la notificación por el estado dia-
rio de la resolución del juez que pone en su conocimiento el
informe.
- Puede allanarse y subsanar las objeciones formuladas por el
Servicio: para lo cual tendrá un plazo se sesenta días, corri-
dos y fatales contados desde la fecha de la notificación por el
estado diario de la resolución. El juez, a petición de parte,
con motivos fundados y previo informe del Servicio, podrá
prorrogar éste último plazo por una sola vez, hasta por otros
sesenta días corridos y fatales.

Contradichas o subsanadas dentro de plazo las objeciones técnicas,


el juez remitirá nuevamente los antecedentes al Servicio para su
informe. El plazo con que cuenta el Servicio es de 60 días nueva-
mente.
Una vez que el Servicio ha informado favorablemente acerca
de las contradicciones formulados por el manifestante o sobre el
modo en que se subsanaron los defectos observados, el juez practi-
cará el control final de caducidades y dictará sentencia, declarando
constituida la pertenencia o rechazando su constitución, según
resulte procedente.
Si no se contradicen o no se subsanan las objeciones técnicas
formuladas por el Servicio dentro de los plazos fatales señalados,
el juez declarará la caducidad de la manifestación y ordenará la
cancelación de las inscripciones.
220 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Si la objeción del Servicio consiste en señalar que se mensu-


ró abarcando terrenos situados fuera del terreno manifestado o
fuera del terreno comprendido en la solicitud de mensura, el juez
no podrá, en caso alguno, declarar constituidas la pertenencia o
pertenencias (artículo 82, inciso final). La ubicación de este inciso
lleva a concluir que en este caso no se trata de objeciones sobre
aspectos técnicos. Luego, el titular sólo podría contradecir el in-
forme, en la hipótesis que el Servicio haya cometido error, pero en
caso alguno podría subsanar ese error.

c) El informe del Servicio señala superposición, esto es, indica que


con la mensura se ha abarcado, en todo o parte, una o más perte-
nencias ya constituidas o en trámite (artículos 80 y 83). El informe
del Servicio puede señalar o advertir:
- que la mensura abarca, en todo o parte, una o más pertenencias
ya constituidas cuyos vértices estén determinados,
- o que la mensura practicada abarca una o más pertenencias en
trámite cuyos titulares tengan derecho preferente para mensu-
rar y sean parte en un juicio de oposición a la mensura.
En cualquiera de estos casos el juez ordenará que dentro del
plazo de treinta días, corridos y fatales, contados de la fecha de
la resolución, el interesado publique, en extracto redactado por
el secretario, en el Boletín Oficial de Minería, lo siguiente:
- La circunstancia que el Servicio ha señalado que al mensurar
se ha cometido superposición;
- Las coordenadas UTM de los vértices de la pertenencia del
interesado y del o los afectados;
- El nombre de las pertenencias del interesado y del o los afecta-
dos;
- El nombre del interesado, y en lo posible, el de los afectados.
CURSO DE DERECHO MINERO 221

Una vez efectuada la publicación, su contenido, deberá notificarse


a la persona o personas a cuyo nombre figuren inscritas las perte-
nencias afectadas en el correspondiente Registro del Conservador
de Minas. La notificación se practicará personalmente, de acuerdo
a lo que dispone el Título VI del Libro I del Código de Procedi-
miento Civil. Será el interesado que mensuró quien deberá cumplir
esta obligación, por medio de un receptor.

5.14 Juicio de oposición a la constitución de pertenencia. (artículo 84)

El o los afectados con la superposición tienen derecho a oponerse a


la constitución de pertenencia, lo que conlleva que se oponen a que
se dicte sentencia constitutiva de concesión en favor del mensu-
rante que se habría superpuesto a sus concesiones.
El artículo 84 del Código de Minería establece que dentro
del plazo de sesenta días corridos y fatales, contados desde la
fecha de la notificación, cada uno de los afectados podrá presentar-
se en el expediente del interesado, oponiéndose a la constitución
de la pertenencia o pertenencias de éste.
La oposición es una demanda. Se tramita conforme a las
normas del juicio sumario y da inicio a una nueva etapa contencio-
sa del procedimiento. Se tendrá al opositor por demandante y al
interesado como demandado. El opositor pedirá al juez que no
dicte sentencia constitutiva de pertenencia porque la mensura se
practicó superponiéndose total o parcialmente a las suyas.
En estos casos la interposición de la demanda de oposición
no es obligatoria para el afectado, pero si deduce la acción de
oposición posteriormente no podrá hacer valer la acción de nulidad
del artículo 95 Nº 6 ó 7, en su caso, por el principio de non bis in
idem y porque así esta expresamente dispuesto en el Código.
222 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La demanda de oposición debe presentarse acompañada de


los documentos que la justifican, esto es: de copia auténtica de la
solicitud de mensura o del acta de mensura si ya se hubiere practi-
cado la mensura, y del plano respectivo, “ si la ley, en su oportuni-
dad hubiere hecho obligatorio levantarlo”, norma, ésta última, que
fue dictada considerando la posible existencia de concesiones
constituidas al amparo de disposiciones que no exigían plano, cual
era el caso de la propiedad salitrera y del Código de Minería de
1888, y a fin de no dejar en la indefensión a los afectados.
Si no se acompañan los documentos, la demanda de oposi-
ción será rechazada de plano, pues como hemos visto, el legislador
no favorece la proliferación injustificada de litigios.
El valor probatorio del informe del Servicio que ha motivado
el procedimiento, es el de servir de base a una presunción judicial.
El peso de la prueba recae sobre el demandado que deberá
probar una de las siguientes situaciones:

a) Que el terreno abarcado por la mensura de sus pertenencias no


se encuentra, en todo o en parte, ocupado por la o las pertenen-
cias del opositor, o
b) Que se han extinguido los derechos de los opositores en el
terreno en que se ha alegado preferencia.

Durante la tramitación del juicio el demandado no podrá paralizar


por más de tres meses el procedimiento sin incurrir en caducidad
ya que le son aplicables sólo a él, las disposiciones del artículo 70
del Código de Minería, por mandato expreso del inciso 4° del
artículo 84.
La sentencia que se dicte en el juicio de oposición a la cons-
titución de pertenencia podrá rechazar la demanda de oposición,
acogerla en parte o acogerla en su totalidad. Según el mismo artí-
CURSO DE DERECHO MINERO 223

culo 84 citado, los efectos de la sentencia, en cada caso, serán los


siguientes:

1) Ejecutoriada la sentencia que rechaza en todas sus partes la de-


manda de oposición a la constitución de pertenencia, el tribunal
dictará la sentencia constitutiva de la pertenencia del demandado. El
demandante vencido no podrá hacer valer posteriormente la acción de
nulidad de los números 6 ó 7 del artículo 95. Se infiere que la acción
de oposición a la constitución de pertenencia tiene carácter facultati-
vo, ya que el afectado puede optar entre impetrar la acción de oposi-
ción del artículo 84 o con posterioridad, demandar de nulidad.
La incompatibilidad entre la acción de oposición a la constitu-
ción de pertenencia y la acción de nulidad fundada en los números 6
y 7 del artículo 95 responde al hecho de que ambas acciones tendrían
el mismo fundamento.

2) Si la sentencia acoge en parte la demanda, deberá determinar el


terreno sobre el que podrá volver a mensurar el demandado, que es el
terreno que no aparece superpuesto. La concesión o mensura del actor
se respeta en su integridad;

3) Si la sentencia acoge la demanda en todas sus partes, declarará


extinguidos los derechos del interesado y ordenará cancelar las co-
rrespondientes inscripciones.
Con la sentencia que resuelve el juicio de oposición a la cons-
titución de pertenencia, termina la segunda etapa contenciosa del
procedimiento, el que en adelante, adquiere la naturaleza no conten-
ciosa que le es propia.
CAPÍTULO VII
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE CONCESIÓN

En la etapa de dictación de sentencia constitutiva de concesión, el


Código de Minería entrega un procedimiento que es común a la
constitución de la concesión de exploración y a la constitución de
la pertenencia.
En el procedimiento no contencioso de constitución de con-
cesión de exploración, una vez evacuado el informe favorable del
Servicio, el juez está obligado a dictar sentencia. La misma obliga-
ción se produce en el procedimiento de constitución de pertenen-
cia. La sentencia que se dicte podrá ser constitutiva de concesión o
podrá rechazar la pretensión del interesado declarando una caduci-
dad.
Al dictar sentencia, el juez debe tener presente las siguientes
circunstancias legales:

- En caso alguno el juez podrá declarar constituida la pertenen-


cia o pertenencias que se hayan mensurado, abarcando terrenos
situados fuera del comprendido en la solicitud de mensura o
fuera del terreno manifestado. En esta materia, el juez será ase-
sorado por el Servicio que, en el informe técnico debe señalar
si observa alguna irregularidad (artículo 82, inciso final).
- Antes de dictar sentencia el juez debe examinar los autos para
practicar un control de legalidad y, si se reúnen los requisitos
que exige el Código del ramo, dictará la sentencia constitutiva
de la pertenencia. Se trata del último control de legalidad del
procedimiento, el que tiene por objeto determinar si la senten-
cia que recaerá en autos será o no constitutiva de concesión
(artículo 85, inciso 1°).
226 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Si de éste examen el juez nota faltas o ilegalidades insubsa-


nables cuales serían por Ejemplo, no haber contradicho o subsana-
do dentro de plazo las objeciones formuladas por el Servicio,
dictará sentencia denegando la constitución de pertenencia y man-
dará cancelar las inscripciones respectivas.
El Código de Minería no señala los requisitos que debe
cumplir la sentencia que deniega la constitución de concesión, por
lo que el juez se atendrá a las normas del artículo 826 del Código
de Procedimiento Civil.
Si en cambio nota faltas o ilegalidades subsanables ordenará
su corrección dentro del plazo que prudencialmente fijará, y hecho,
dictará la sentencia constitutiva de la pertenencia. Cabe observar
que en éste caso el Código no fija plazo, dejando al arbitrio del
juez la determinación del mismo.
Si la corrección no se efectúa dentro del plazo fijado, el juez
de oficio, dictará sentencia denegando la constitución de pertenen-
cia y mandará cancelar las inscripciones respectivas.
Las normas del artículo 86 son aplicables a la constitución
de concesión de exploración y a la constitución de pertenencia. La
facultad del juez para corregir de oficio los errores que observe en
la tramitación, salvo que se trate de actuaciones viciadas en razón
de haberse realizado estas fuera del plazo fatal indicado por la ley,
fue explicitada en el artículo 34 del Código de Minería.

- En consecuencia, el juez de minas es un magistrado sobre el


que recae la obligación de carácter permanente y general, de
velar por la corrección del procedimiento, cuidando que se de
cumplimiento a todas las disposiciones legales y en especial a
aquellas que disponen plazos fatales. El juez, que en muchos
casos puede proceder de oficio, ejerce el rol activo que le ha
confiado la ley a partir del momento de la presentación del pe-
CURSO DE DERECHO MINERO 227

dimento o la manifestación, y durante toda la tramitación de


los mismos. Después de la dictación de sentencia el juez tendrá
competencia para conocer de cuanto asunto, contencioso o no,
se suscite respecto de las concesiones constituidas en el terreno
jurisdiccional de su competencia. Más aún, le corresponderá
intervenir también en algunos casos especiales, como por
ejemplo, en la sociedad legal minera.

Si durante la tramitación de constitución de concesión y mientras


no se haya dictado sentencia constitutiva, el juez nota que no se ha
cumplido dentro del plazo cualquiera de los requisitos o actuacio-
nes para los cuales, conforme el artículo 82 del Código de Mine-
ría, el juez o el Código, hayan señalado plazos fatales, dictará
sentencia declarando la caducidad de los derechos emanados del
pedimento o de la manifestación, y ordenando cancelar las inscrip-
ciones correspondientes (artículo 86).

1. Contenido de la sentencia constitutiva de concesión

Con arreglo a lo dispuesto por el inciso final del artículo 57, el


juez dictará sentencia en el plazo de 60 días, contados desde que
los autos quedan en estado de fallarse. La sentencia constitutiva de
concesión, es una sentencia definitiva. Como tal debe cumplir con
los requisitos especiales que prescribe el artículo 87 del Código de
Minería y además con las exigencias de los artículos 169 y 170 del
Código de Procedimiento Civil. Como toda sentencia definitiva,
tendrá una parte expositiva, una parte considerativa y una parte
resolutiva.
A continuación se enumerarán sólo las exigencias que al res-
pecto plantea el Código de Minería.
228 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

En la parte expositiva la sentencia debe contener:

La Individualización del peticionario o manifestante y la del actual


titular del pedimento o manifestación, según conste en autos. Se
exige la individualización del actual titular porque el pedimento o
manifestación inscritos constituyen derechos reales inmuebles
transferibles y transmisibles de modo que es posible que el peti-
cionario o manifestante no sean titulares del derecho al momento
de dictarse la sentencia;
La fecha de presentación del pedimento o manifestación o,
en el caso del artículo 44 N° 5, la fecha en que se tiene por pre-
sentada la manifestación;
Las peticiones formuladas en el pedimento o en la manifes-
tación;
Las fechas en que se haya publicado el pedimento o la mani-
festación y la solicitud de mensura en su caso;
La fecha de el o los informes del Servicio y aquella en que se
haya publicado el extracto del informe del Servicio a que se refie-
re el artículo 83 del Código, si tal publicación ha sido procedente;
Los datos de inscripción del pedimento o de la manifesta-
ción y si corresponde, los datos de inscripción de esos derechos a
favor del actual titular;
El nombre de las concesiones; y Las coordenadas UTM de
cada uno de los vértices del perímetro de la concesión de explora-
ción o de la pertenencia o grupo de pertenencias, en su caso.

En la parte considerativa, la sentencia constitutiva de conce-


sión deberá expresar las razones que sirven de fundamento a la
resolución del juez.
CURSO DE DERECHO MINERO 229

En la parte resolutiva, la sentencia deberá:

1º. Aprobar el plano de la concesión de exploración o de la perte-


nencia o grupo de pertenencias y el acta de mensura de ésta úl-
tima;
2º. Declarar constituida la concesión de exploración o la pertenen-
cia o grupo de pertenencias;
3º. Mandar publicar el extracto de la sentencia a que se refiere el
artículo 90 del Código;
4º. Ordenar la inscripción de la sentencia y del acta de mensura,
en su caso;
5º. Ordenar el archivo de los planos correspondientes.

2. Recursos que proceden contra la sentencia.

La sentencia constitutiva de concesión se notifica por el estado


diario pues recae en un procedimiento no contencioso, y quedará
firme o ejecutoriada en los términos del artículo 174 del Código de
Procedimiento Civil, desde que han transcurrido los plazos que la
ley concede sin que se haya interpuesto algún recurso (artículo 86,
inciso final).

Titular de recursos: Como se trata de un procedimiento no


contencioso, el artículo 88 del Código de Minería dispone que sólo
el actual titular del pedimento o de la manifestación podrá deducir
recursos contra la sentencia que resuelva sobre la constitución de
la concesión. Cabe recordar que el actual titular puede ser una
persona diferente del peticionario o manifestante.
230 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El titular agraviado con la sentencia podrá deducir recursos


de aclaración o interpretación, de rectificación o enmienda, de
apelación, casación en la forma o casación en el fondo.

3. Efectos de la sentencia constitutiva de concesión. La sentencia


constitutiva de concesión produce los siguientes efectos:

1° Efecto de saneamiento: Una vez dictada la sentencia constituti-


va de concesión quedan saneados todos los vicios procesales y las
caducidades en que se pueda haber incurrido en la tramitación;
(artículo 86, inciso 4°). El efecto de saneamiento se produce con la
sola dictación de la sentencia. Esta disposición tiene por finalidad
dar seguridad al concesionario pero cubre sólo los vicios procesa-
les y las caducidades.
Entre los vicios procesales se sanea por ejemplo: que el pe-
rito que practicó la mensura no haya aceptado el cargo y jurado su
fiel desempeño; que la solicitud de sentencia haya sido presentada
por quien no tenía derecho ha hacerlo (abogado sin patrocinio y
poder), etc. Entre las caducidades; haber solicitado mensura o
sentencia fuera de plazo legal; haber publicado fuera de plazo, etc.
Dictada la sentencia, estos vicios quedan absolutamente sa-
neados, esto es, como si los trámites se hubieran efectuado oportu-
namente y en forma legal. El efecto de saneamiento se produce
ipso jure, por la sola dictación de la sentencia constitutiva de
concesión, aunque esta no se haya notificado.

2° Una vez ejecutoriada la sentencia produce cosa juzgada (inciso


final, artículo 86 y artículo 174 Código de Procedimiento Civil):
Una vez firme o ejecutoriada la sentencia constitutiva de concesión
producirá excepción de cosa juzgada, y en consecuencia la conce-
CURSO DE DERECHO MINERO 231

sión será oponible al Estado y a cualquier persona. Se manifiesta


así el derecho de defensa de la concesión.
La excepción de cosa juzgada, que, en general es la que im-
pide volver a discutir una materia que ha sido objeto de sentencia
ejecutoriada, en materia minera tiene la limitación que señala la
disposición legal citada que prescribe: la excepción de cosa juzga-
da que emana de una sentencia constitutiva no será oponible:

a) Respecto de quien haya promovido oportunamente una cues-


tión en juicio separado, con arreglo al inciso 2° del artículo 34;
b) Respecto de quien tenga derecho a ejercer alguna de las accio-
nes de nulidad contempladas en el artículo 95.

Luego, los juicios iniciados por cuerda separada durante el proce-


dimiento de constitución de concesión (artículo 34) y los que más
adelante se inicien fundados en la nulidad de la concesión minera
(artículo 95), no se verán afectados por la excepción de cosa juz-
gada.

3° Efecto sobre la intervención de terceros ajenos al juicio: Una


vez dictada la sentencia constitutiva de concesión produce el
efecto de extinguir el derecho que puede ejercer cualquier persona
para representar al juez que se ha producido una caducidad (artí-
culo 86, inciso 2°). Al respecto, se producen los siguientes efectos:
- Extinción de la acción pública en el procedimiento de constitu-
ción de concesión minera. El inciso 3° del artículo 86 dispone
que una vez dictada la sentencia se extingue el derecho de ter-
ceros a representar al juez la circunstancia de que se ha incu-
rrido en alguna de las caducidades que se producen por incum-
plimiento de plazos fatales, durante el procedimiento de cons-
titución de concesión;
232 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La extinción del señalado derecho de terceros que consagra el


artículo 86 afecta sólo las actuaciones realizadas durante el proce-
dimiento de constitución de concesión, que ha terminado con la
sentencia, ya que el derecho subsiste respecto de otras actuaciones,
como se verá más adelante.
- Obligación de elevar los autos en consulta (inciso 2°, artículo
86). Si durante la tramitación un tercero ha representado al juez
que se ha incurrido en caducidad, por no haberse cumplido
dentro del plazo fatal algún requisito o actuación, no obstante
lo cual el juez dicta sentencia otorgando la concesión, esta no
se entenderá constituida sino una vez que la sentencia sea ele-
vada en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva y sea re-
suelta. La consulta se verá en cuenta;

Entonces, para que proceda el trámite de consulta ante la Corte se


requiere que en cualquier estado del procedimiento, se haya pre-
sentado un tercero representando que se incurrió en causal de
caducidad y que el juez haya dictado sentencia constitutiva de
concesión.
Cabe recordar que es el efecto de saneamiento de los vicios
procesales y caducidades que produce la sentencia constitutiva de
concesión, lo que hace improcedente la intervención de terceros,
en las actuaciones posteriores.
Si la Corte aprueba la sentencia, quedará constituida la con-
cesión. Si la revoca, la misma Corte declarará la caducidad de los
derechos emanados del pedimento o de la manifestación y ordena-
rá la cancelación de las inscripciones correspondientes.
CURSO DE DERECHO MINERO 233

4° La sentencia ejecutoriada constituye titulo de propiedad de la


concesión.
Dispone el artículo 91 del Código de Minería que la sentencia
constitutiva de concesión da originariamente su posesión y cons-
tituye el título de propiedad sobre ella. Luego, es un título origina-
rio de dominio que crea un derecho real inmueble y además da la
posesión no inscrita de la concesión al titular, la que tendrá una
duración máxima de 120 días.
Es un título sujeto a caducidad, la que se producirá si no se
cumple con los trámites de publicación e inscripción de la senten-
cia dentro del plazo de 120 días contados desde la fecha de la
misma. La sentencia constitutiva de concesión es también un modo
de adquirir la concesión, la que entra al patrimonio del titular una
vez ejecutoriada la sentencia.
Cumplidos los trámites e inscrita la sentencia, la concesión
queda sometida al régimen de posesión inscrita. A contar de la
fecha de inscripción el concesionario gozará de todos los derechos
que le confiere la ley, entre los cuales se encuentra el derecho de
propiedad protegido por la garantía constitucional del artículo 19
N° 24 , de la Constitución Política, propiedad que es transferible y
transmisible, oponible al estado y a cualquier persona.

4. Trámites posteriores a la dictación de sentencia

Una vez dictada sentencia que otorga la concesión, el interesado


tiene las siguientes obligaciones que cumplirá en el orden que se
indica:

a) Debe publicar un extracto de la sentencia en el Boletín Oficial


de Minería;
234 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) Entregar el original del acta y plano de mensura en el Servicio


Nacional de Geología y Minería si se trata de pertenencia o el
original del plano si es concesión de exploración (artículo 42
Reglamento);
c) Si se trata de concesión de exploración, inscribir la sentencia y
entregar el plano para su archivo. Si se trata de pertenencia, se
inscribe la sentencia y el acta de mensura y se debe requerir
que se archive el plano de mensura en el Conservador de Mi-
nas competente.

a) El interesado debe publicar un extracto de la sentencia en el


Boletín Oficial de Minería. Esta publicación se realiza, por una
sola vez, el primer día hábil de cada mes, en el Boletín Oficial de
Minería. Es la primera actuación que debe cumplir el interesado,
pues el inciso 2° del artículo 90 especifica que deberá efectuarse
antes de requerirse la inscripción de la sentencia. La publicación
debe hacerse dentro de los 120 días que se concedan para cumplir
con los trámites posteriores a la sentencia.
El extracto será redactado por el Secretario del Tribunal y
deberá contener:

1º. La designación del juzgado y número de rol del expe-


diente;
2º. La fecha de la sentencia y naturaleza de la concesión, o
sea, si es de exploración o de explotación;
3º. El nombre, profesión u oficio del peticionario o del ma-
nifestante y, en su caso, los del concesionario;
4º. La fecha de presentación del pedimento o de la manifes-
tación, o aquella en que esta se tiene por presentada, y
los datos de la inscripción de aquel o de esta;
CURSO DE DERECHO MINERO 235

5º. El nombre de la concesión de exploración o de la perte-


nencia o pertenencias;
6º. Las coordenadas UTM de cada uno de los vértices del pe-
rímetro de la concesión de exploración o de la pertenen-
cia o grupo de pertenencias.

La fecha de publicación del extracto de la sentencia tiene mucha


importancia, porque a partir de esa fecha se cuenta el plazo de
prescripción de la acción de nulidad. El artículo 96 dispone que las
acciones de nulidad establecidas en el artículo 95 se extinguen por
prescripción en el plazo de cuatro años, contado desde la fecha de
publicación del extracto de la sentencia constitutiva de concesión.

b) Entrega de antecedentes al Servicio: El artículo 42 del Regla-


mento dispone que previo a la inscripción es obligación del conce-
sionario entregar al Servicio:
El original del plano de la concesión de exploración, y si se
trata de concesión de explotación o pertenencia, el original del
plano de mensura y una copia del acta de mensura.
El Servicio entregará una constancia de haberse cumplido
con la entrega de los documentos, la que deberá exhibirse en el
Conservador de Minas al momento de inscribir, por lo que esta
obligación también debe cumplirse antes de requerir la inscripción.
El original del acta de mensura y una copia del plano se
agregan al expediente y la tercera copia de ambos documentos se
entregan en el Conservador de Minas.

c) Inscripción y archivo en el Conservador de Minas: (artículo


89). Dentro del plazo de 120 días corridos y fatales contados desde
la fecha de la sentencia de primera instancia o desde la fecha del
236 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

decreto que ordena el cumplimiento de la de segunda instancia, el


portador de las copias autorizadas de los documentos que se seña-
lan a continuación, estará facultado para requerir la inscripción en
el Conservador de Minas.
Si se trata de concesión de exploración requerirá la inscrip-
ción de la sentencia en el Registro de Descubrimientos y el archivo
del plano;
Si se trata de pertenencia, requerirá la inscripción de la sen-
tencia constitutiva y del acta de mensura en el Registro de Propie-
dad y el archivo del plano de mensura.
Para los efectos de archivo, el Conservador procederá agre-
gándolos al Libro respectivo en la misma forma que los Notarios
proceden en la protocolización de los instrumentos públicos (239
del Código de Minería).

Contenido de la inscripción: La inscripción transcribirá ínte-


gramente la sentencia constitutiva de concesión de exploración.
Si se inscribe sentencia constitutiva de pertenencia transcri-
birá íntegramente la sentencia y el acta de mensura.
En ambos casos archivará el plano y dejará constancia de la
fecha en que se publicó el extracto de la sentencia. (artículo 89,
inciso 3°). Para estos efectos, el Conservador de Minas exige un
ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se hizo la publica-
ción del extracto, el que será archivado (artículo 104 Reglamento)
y exige el comprobante de haberse entregado los documentos al
Servicio, sin los cuales no se practicará la inscripción.
El plazo para cumplir todas las obligaciones antes señaladas,
es de ciento veinte días corridos y fatales contados desde la fecha
de la sentencia de primera instancia o desde la fecha del decreto
que ordena el cumplimiento de la segunda instancia (inciso 1°,
artículo 89).
CURSO DE DERECHO MINERO 237

Las obligaciones señaladas constituyen una condición reso-


lutoria, pues si no se cumplen en el plazo fatal y corrido de 120
días la sentencia dejará de surtir efecto y la concesión caducará.
Si la inscripción no se requiere dentro del plazo de 120 días,
la sentencia dejará de surtir efectos y la concesión o concesiones
caducarán.
Se concede acción pública para denunciar el incumplimiento,
pues se dispone que cualquier persona podrá solicitar al juez que
ordene cancelas las inscripciones que se hayan practicado (artículo
89, inciso final).
Obligación del servicio. Con la finalidad de proporcionar
“información general”, el Servicio publicará el primer días hábil
del mes de junio de cada año la nómina de las concesiones que se
hayan constituido en el año calendario anterior, clasificándolas por
comunas.
Respecto de cada concesión, la publicación contendrá las
mismas indicaciones que debe contener el extracto de sentencia
(artículo 90 del Código de Minería y 44 de su Reglamento).

5. Transferencia y transmisión de concesión y de los derechos


reales vinculados

Dado que la concesión minera es un bien inmueble sometido al


régimen de posesión inscrita, por expresa disposición del artículo
92 del Código de Minería, la transferencia de los derechos emana-
dos del pedimento o de la manifestación, de la concesión y de los
derechos reales constituidos sobre la concesión, como hipotecas,
usufructos, etc., debe hacerse por escritura pública.
El contrato que consta en la escritura pública constituye el
título. Pero para transferir el dominio o de los derechos reales se
requiere la tradición, la que se efectúa mediante la inscripción del
238 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

título en el Registro que corresponda del Conservador de Minas


competente. Cabe señalar que, aún cuando son bienes muebles, la
tradición de las acciones de sociedades regidas por el Código debe
inscribirse en el Libro de Accionistas del Conservador de Minas.
Hace excepción a esta regla el derecho de servidumbre, cuya
tradición se efectúa por el sólo otorgamiento de la escritura públi-
ca. La inscripción es facultativa para las partes, pues tiene por
objeto que la servidumbre sea oponible a terceros.
En cuanto a la transmisión de los derechos emanados del pe-
dimento, de la manifestación, de la concesión y de los derechos
reales constituidos sobre ella, se sigue el procedimiento a que da
lugar la sucesión por causa de muerte (artículo 688, del Código
Civil). Será necesario solicitar al juez la posesión efectiva de la
herencia, inscribirla, junto con el testamento, si fuere sucesión
testada y posteriormente practicar la inscripción especial de heren-
cia y la escritura de adjudicación si procede, en el Registro del
Conservador de Minas competente.

6. Acciones que proceden respecto a la concesión minera

Atendida la naturaleza inmueble de la concesión constituida e


inscrita y de los derechos reales que se constituyan sobre ella, y
dado que la definición de concesión que entregan los artículo 2° de
la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras y 2°
del Código de Minería disponen que las concesiones mineras “se
rigen por las mismas leyes civiles que los demás inmuebles.....”, el
artículo 94 del Código de Minería declara expresamente que pro-
ceden las siguientes acciones.
a) Las acciones posesorias que tienen por objeto conservar o
recuperar la posesión de los inmuebles o de los derechos reales
constituidos sobre ellos (artículo 916 del Código Civil);
CURSO DE DERECHO MINERO 239

b) La acción reivindicatoria o acción de dominio, que es la que


tiene el dueño de una cosa singular de la que no está en pose-
sión para que el poseedor de ella sea condenado a restituirla
(artículo 889 del Código Civil);
c) Acción para que se declare la caducidad de una concesión si no
se ha inscrito la sentencia y el acta de mensura en el plazo de
120 días (artículos 89 y 160 del Código de Minería);
d) La acción de nulidad de la concesión minera por las causales
del artículo 95 del Código de Minería.
La Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras y el
Código de Minería no contienen normas procesales especiales por
lo que el ejercicio de las acciones se rigen por las normas comu-
nes, salvo en cuanto al procedimiento judicial, ya que de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 233, todos los juicios en que se ventilen
derechos especialmente regidos por este Código se tramitaran con
arreglo a las normas del juicio sumario regulado en el Código de
Procedimiento Civil.

7. La prescripción en materia minera (artículo 93)

La prescripción es un modo de adquirir el dominio de las cosas


ajenas o de extinguir las acciones y derechos ajenos, por haberse
poseído las cosas o no haberse ejercido las acciones y derechos
durante un cierto lapso de tiempo (artículo 2492 del Código Civil)
La prescripción puede ser adquisitiva o extintiva. En materia
minera la prescripción es aplicable sólo a las concesiones consti-
tuidas y en caso alguno a otros derechos.
El poseedor de una concesión minera puede ganar la misma
por prescripción adquisitiva perdiéndola así su dueño. El tiempo
de posesión necesario será de dos años en la prescripción ordinaria
y de cuatro años en la extraordinaria.
240 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Las suspensiones que la ley acuerda a favor de ciertas perso-


nas, tanto en la prescripción adquisitiva como en la extintiva, no se
tomarán en cuenta transcurrido el plazo de cuatro años. Al igual
que el artículo 2520 del Código Civil, esta norma busca dar estabi-
lidad a la propiedad.
El Código de Minería establece plazos de duración menor a
los del Código Civil en atención a la naturaleza aleatoria de la
actividad minera y a la necesidad del concesionario de tener segu-
ridad para realizar las inversiones que necesite la explotación de la
riqueza minera, lo que requiere que los derechos del concesionario
queden consolidados en plazos menores. En esta forma se cumple
también con la norma constitucional que declara que hay interés
público en el otorgamiento de las concesiones mineras a privados.
La prescripción extraordinaria opera en caso de posesión
irregular, que es la que carece de uno o más requisitos, y que debe
haber durado a lo menos cuatro años.
La sentencia judicial que declare la prescripción de una con-
cesión se debe inscribir en el Conservador de Minas competente.
Las acciones de nulidad establecidas en el artículo 95 del
Código se extinguen por prescripción de cuatro años contados
desde la fecha de publicación del extracto de sentencia.
Los vicios de que puede adolecer la concesión minera que-
dan saneados una vez cumplida la prescripción, pues los efectos
que produce la sentencia inscrita que la declara se entienden pro-
ducidos desde siempre (artículo 96, inciso 3°).
En los casos de superposición contemplados en los números
6 y 7 del artículo 95, la sentencia que declara la prescripción de la
acción de nulidad declarará también extinguida la pertenencia
afectada por la superposición, norma con la que se sanciona al
titular de la acción que no la ejerció dentro de plazo.
CURSO DE DERECHO MINERO 241

8. La nulidad de la concesión minera (artículo 95)

La nulidad es una sanción civil que consiste en el desconocimiento


de los efectos jurídicos de un acto. El Código de Minería estable-
ció causales taxativas para solicitar la nulidad de una concesión
minera. Dado que las normas que rigen la constitución de la con-
cesión minera son de orden público, la nulidad que la afecta es
absoluta.

A diferencia de lo que dispone el artículo 1683 del Código Ci-


vil (la nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez aún
sin petición de parte cuando aparece de manifiesto un acto o con-
trato), en materia minera:

- La nulidad no puede ser declarada de oficio por el juez, aunque


aparezca de manifiesto;
- No puede ser solicitada por cualquier persona;
- El demandante de nulidad debe tener interés actual en ella;
- Sólo se puede pedir por las causales establecidas en el artículo
95 del Código de Minería.

El artículo 95 contiene ocho causales de nulidad de concesión


minera. Estas son de derecho estricto, esto es, no hay otras causa-
les de nulidad de la concesión minera constituida que las que se
mencionan en el artículo 95.
Para un mejor estudio, se pueden dividir las causales de nu-
lidad entre aquellas que se aplican sólo a las concesiones de explo-
ración y las aplicables a las pertenencias.
242 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

a) Causales de nulidad que proceden respecto de las concesiones


de exploración

1° Artículo 95 N° 3: Haberse constituido la concesión de explora-


ción sin respetar las normas relativas a la forma, orientación,
cabida o lados de su cara superior. Esta causal se debe concordar
con el artículo 28 del Código de Minería y artículo 8° de su Re-
glamento.
La contravención de las normas citadas puede dar lugar a la
declaración de nulidad de la concesión siempre que medie deman-
da de algún interesado, como en todos los casos contemplados en
el artículo 95. En estos casos, el demandado cuya concesión fue
anulada, tendría derecho a corregir la solicitud de sentencia y el
plano de la concesión de exploración (artículo 98), siempre que los
fundamentos de la sentencia que declaró la nulidad así lo permitan.

2° Artículo 95 N° 5: Haberse constituido la concesión de explora-


ción abarcando terreno situado fuera del terreno pedido que fue
objeto de la solicitud de sentencia.
En este caso se sanciona la violación de los artículos 55 del
Código de Minería y 21 de su Reglamento, en cuanto dispone que
la solicitud de sentencia podrá abarcar todo o parte del terreno
pedido, pero, en ningún caso, terrenos situados fuera de éste.

3° Artículo 95 N° 8: Haberse constituido la concesión de explora-


ción abarcando terreno ya comprendido, o que quede comprendi-
do, por otra concesión de exploración cuyo pedimento haya sido
presentado con fecha anterior.
Esta causal se funda en el principio del derecho preferente
del primer peticionario consagrado en el artículo 58 del Código de
Minería, derecho que no se pierde aunque se dicte sentencia favo-
CURSO DE DERECHO MINERO 243

rable a un peticionario posterior, mientras el pedimento de fecha


anterior esta en trámite, y que tampoco afecta los derechos emana-
dos de una concesión constituida con anterioridad.
Las acciones de nulidad de los números 3 y 5 se extinguen
por prescripción en el plazo de cuatro años; en cambio la acción de
nulidad que emana de la causal del Nº 8 del artículo 95 se extingue
si el interesado, debiendo deducir la oposición a la mensura a que
se refiere el N° 1 del artículo 61 del Código de Minería, no lo hizo,
disposición que coincide con el inciso 2° del artículo 65, que
dispone que perderá los derechos emanados de su pedimento o
concesión de exploración el titular que no deduzca oportunamente
la demanda de oposición del N° 1 del artículo 61.
Efectos de la declaración de nulidad: Con arreglo al artículo
98, el demandado cuya concesión fue anulada tendrá derecho a
corregir la solicitud de sentencia y el plano de la concesión de
exploración cuando los fundamentos de hecho de la sentencia que
declara la nulidad así lo permitan. En esta forma, el Código ha
consagrado el derecho del demandado vencido a corregir la docu-
mentación y conservar la parte de la concesión que corresponda,
de acuerdo a los fundamentos de hecho de la sentencia que declara
la nulidad. Las correcciones se practicarán aplicando las normas
procesales de constitución de concesión de exploración.

b) Causales de nulidad que proceden respecto de la concesión de


explotación o pertenencia.

1°- Artículo 95 N° 1: Haberse incurrido en error pericial en la


mensura de la pertenencia. En este caso, la ley se refiere al error
cometido por el perito al realizar la operación técnica de mensura,
error que debe ser de tal magnitud que altere sustancialmente la
244 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ubicación de la o las pertenencias en el terreno y que no haya sido


cometido “a sabiendas” o sea, con mala fe.
Cabe recordar lo dispuesto por el artículo 73, que tipifica una
figura penal cuando el perito, a sabiendas, abarca con la mensura
pertenencias vigentes.
Por mandato del artículo 98 del Código de Minería, en estos
casos el demandado cuya concesión fue anulada, tendrá derecho a
corregir al acta y plano de mensura de la pertenencia, siempre que
los fundamentos de hecho de la sentencia que declaró la nulidad
así lo permitan.

2° Artículo 95 N° 2: Haberse cometido fraude o dolo en la mensu-


ra de la pertenencia. En este caso, el ilícito cometido consiste en
que la operación de mensura se realizó con fraude, esto es, burlan-
do o eludiendo la ley, o con dolo, o sea, con la intención positiva
de inferir injuria a la persona o propiedad de otro, acción ilícita
que debe ser determinante para el resultado, ya que sin tal fraude o
dolo, habría sido imposible constituir la pertenencia o esta se
habría constituido en otro lugar. Si se acoge la demanda por éste
fundamento, el demandado vencido no tendrá derecho a corregir
acta y plano de mensura (artículo 98).

3° Artículo 95 N° 4: Haberse constituido la pertenencia sin res-


petar las normas relativas a la forma, orientación, cabida o lados
de su cara superior.
Al igual que la causal tercera relativa a la concesión de ex-
ploración, esta se funda en la infracción de los artículos 28 del
Código de Minería y 8° de su Reglamento.
CURSO DE DERECHO MINERO 245

4° Artículo 95 N° 5: Haberse constituido la pertenencia abarcan-


do terrenos situados fuera del terreno manifestado o de lo que fue
solicitado en mensura.
En este caso se sanciona la infracción del artículo 59 del Có-
digo, que dispone que la solicitud de mensura no podrá abarcar
terrenos que no fueron manifestados, y del artículo 27 del Regla-
mento en cuanto establece que el ingeniero o perito debe mensurar
en modo tal que la o las pertenencias queden comprendidas tanto
dentro del terreno manifestado como del terreno señalado en la
solicitud de mensura.

5° Artículo 95 N° 6: Haberse constituido la pertenencia abarcan-


do con su mensura terrenos ya comprendidos, o que queden com-
prendidos, por otra mensura cuya fecha de ejecución se presuma
anterior a la fecha presunta de aquella, con arreglo al inciso 2°
del artículo 72.
El artículo 72, inciso 2° dispone que para los efectos de lo
dispuesto en el artículo 95 Nº 6 se presume de derecho que la
mensura fue ejecutada en la misma fecha en que se presentó la
correspondiente solicitud de mensura. Si bien es una presunción de
derecho, opera sólo respecto a esta causal de nulidad porque el
fundamento de la causal es la fecha de ejecución de las mensuras
en litigio. En estas circunstancias, la presunción de derecho simpli-
fica tanto la prueba a rendir como la determinación de los derechos
de los litigantes.
Al respecto cabe recordar que si el manifestante anterior
afectado con la constitución de pertenencia se opuso oportuna-
mente a la mensura (artículo 61 N° 2) y la oposición fue rechaza-
da, no podrá demandar de nulidad fundado en esta causal porque
su derecho habrá precluído de acuerdo al artículo 67 del Código de
Minería.
246 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Igualmente, si el afectado dedujo acción de oposición a la


constitución de pertenencia (artículo 84) y esta fue rechazada,
tampoco podrá deducir la acción de nulidad. En ambos casos se
prohíbe demandar de nulidad por haber recaído sentencia ejecuto-
riada en el litigio fundado en causales iguales.

6° Artículo 95 N° 7: Haberse constituido la pertenencia abarcan-


do terreno ya comprendido por otra pertenencia, salvo lo dis-
puesto en el número anterior.
El fundamento de esta causal se encuentra en el rechazo de
la legislación minera vigente a la superposición, esto es, el rechazo
a la coexistencia de dos concesiones en un mismo terreno.
En el caso que se constituya una o más pertenencias super-
puestas, el titular de la anterior tiene derecho a solicitar la nulidad
de la concesión que se le superpuso.
Al igual que en la causal del N° 6 del artículo 95, si el afec-
tado interpuso oposición a la mensura (artículo 61) y esta fue
rechazada, o si hizo uso de la acción de oposición a la constitución
de pertenencia con resultado desfavorable (artículo 84), no podrá
accionar de nulidad, ya que se trataría de volver a litigar sobre el
mismo argumento infringiéndose el principio non bis in ídem.
Establece el inciso 3° del artículo 96 que la sentencia que
declara la prescripción de la acción de nulidad fundada en los N° 6
y 7 en estudio declarará también extinguida, en la parte super-
puesta, la pertenencia afectada por la superposición.
En la parte no superpuesta, si la hubiere, la sentencia no pro-
ducirá efecto y al respecto se aplicará el artículo 98 que consagra
la facultad del afectado para corregir la solicitud de sentencia y el
plano de la concesión de exploración o el acta y plano de mensura
de la pertenencia, siempre que los fundamentos de hecho de la
sentencia que declara la nulidad así lo permitan.
CURSO DE DERECHO MINERO 247

9. Procedimiento para pedir la nulidad de la concesión

De acuerdo al artículo 233 del Código de Minería el juicio se


tramitará en procedimiento sumario, aplicando las normas señala-
das en los artículos 680 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, pues en la causa se ventilarán derechos regidos especial-
mente por el Código de Minería, y además, porque con la acción
se ventilan derechos que recaen sobre concesión minera.
La competencia para conocer de la causa corresponde al juez
de letras en lo civil en cuyo territorio jurisdiccional se encuentra
ubicado el punto medio señalado en el pedimento o el punto de
interés indicado en la manifestación. El mismo juez es competente
también para conocer de todo asunto, contencioso o no contencio-
so, atinente al pedimento, la manifestación, la concesión de explo-
ración o la pertenencia (artículo 231).

10. Requisitos a cumplir para ejercer la acción de nulidad de


concesión

Cualquier persona que tenga interés actual, podrá pedir la nulidad


de la concesión, con exclusión de su dueño, fundada en alguna de
las causales establecidas en el artículo 95 (artículo 97).
La ley concede la acción a cualquier persona, pero exige que
quien pretende demandar de nulidad debe tener interés actual. El
interés actual se expresa en la necesidad de poner término a los efec-
tos del acto nulo que causa perjuicio patrimonial al demandante.
Entonces, el primer requisito para demandar de nulidad de
concesión consiste en que el actor debe tener interés actual, esto
es, interés que existía al momento en que se produjo el vicio en
que se funda la acción y subsiste a la fecha en que se interpone la
acción (artículo 97). El interés del actor debe surgir al producirse
248 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

un vicio o infracción y debe seguir existiendo a la fecha de inter-


posición de la demanda. En consecuencia sólo son titulares de
acción de nulidad quienes fueron agraviados con el vicio en el
momento en que este se produjo y dicho agravio se mantiene al
momento de demandar.
Un segundo requisito obligatorio consiste en la exigencia de
que el demandante funde su acción en alguna de las causales esta-
blecidas en el artículo 95, porque fuera de ellas no hay otras cau-
sales de nulidad de la concesión constituida.
Las normas estudiadas tienen por finalidad dar estabilidad a
la propiedad minera.

11. Saneamiento de la nulidad

Las acciones de nulidad se extinguen por prescripción en el plazo


de cuatro años contados desde la fecha de publicación del extracto
de la sentencia constitutiva de la concesión en el Boletín Oficial de
Minería (artículo 96).
Transcurrido el plazo de cuatro años las suspensiones que la
ley acuerda a favor de ciertas personas, tanto en la prescripción
adquisitiva como en la prescripción extintiva, no se tomarán en
cuenta (artículo 93).
Transcurrido el mismo plazo de cuatro años tampoco podrá
impugnarse la publicación del extracto ni la inscripción de la
sentencia constitutiva de concesión.
Cumplido el plazo de prescripción, la concesión queda sa-
neada de todo vicio y además se entiende que la sentencia consti-
tutiva y su inscripción han producido siempre los efectos que
señala el artículo 91. La sentencia que declare la prescripción de la
acción de nulidad, en los casos de los números 6 y 7 del artículo,
CURSO DE DERECHO MINERO 249

95 también declarará extinguida la pertenencia afectada por la


superposición.
Esta es norma general, sólo admite una excepción: el caso de
la nulidad contemplada en el artículo 95 Nº 8, en que la acción de
nulidad se extingue si el titular de la concesión de exploración
afectada por otra iniciada por pedimento posterior no deduce la
demanda de oposición a la mensura del artículo 61 Nº 1, en su
oportunidad.

12. Derecho del concesionario vencido en juicio para corregir su


mensura

El inciso 1° del artículo 98 dispone que en los casos de los núme-


ros 1°, 3° y siguientes del artículo 95, el demandado cuya conce-
sión fue anulada tendrá derecho a corregir la solicitud de sentencia
y el plano de la concesión de exploración, o el acta y el plano de
mensura de la pertenencia, según se trate, cuando los fundamentos
de hecho de la sentencia que haya declarado la nulidad así lo per-
mitan, lo que en general ocurre cuando se declara la nulidad par-
cial de la concesión por haberse probado que hubo sólo superposi-
ción parcial sobre los terrenos superficiales reclamados.
El derecho a corregir no puede ser declarado de oficio por el
juez, por lo que es necesario que el afectado lo solicite, en lo prin-
cipal o subsidiariamente, al contestar la demanda.

La operación de corrección que corresponde al concesiona-


rio vencido en juicio de nulidad de concesión, debe cumplir con
los siguientes requisitos:
- No puede contrariar lo dispuesto en la sentencia de nulidad,
según el tipo de concesión de que se trate:
250 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Debe respetar el perímetro de la cara superior de la concesión


de exploración indicado en la solicitud de sentencia.
- O debe respetar el perímetro de la cara superior de la pertenen-
cia o grupo de pertenencias mensuradas, en su caso.

Hechas las correcciones relativas a una concesión de exploración,


se aplicará lo dispuesto en los artículos 57 y 86 al 90 del Código
de Minería, según los cuales será necesario que el juez ordene
enviar la nueva solicitud de sentencia y el plano para informe del
Servicio y hecho, continuar con el procedimiento como si se trata-
ra de una solicitud de concesión que se pide por primera vez, hasta
culminar con la publicación e inscripción de la sentencia.
Si se debe corregir una concesión de explotación o pertenen-
cia, el procedimiento es igual porque según el inciso final del
artículo 98, hechas las correcciones pertinentes se aplicará los
prescrito en los artículos 71, incisos 2° y 3°, 72 a 77, 79, 81, 82, y
85 al 90 del Código de Minería, lo que significa que se renueva
todo el procedimiento de constitución de pertenencia a partir de la
operación de mensura, hasta terminar con la publicación y la ins-
cripción de la sentencia constitutiva de pertenencia (artículo 98).

13. El Conservador de Minas

Normas generales: Según el artículo 446 del Código Orgánico de


Tribunales, los conservadores son ministros de fe, encargados de
los registros conservatorios de bienes raíces, de comercio, de
minas, de accionistas de sociedades propiamente mineras, de
asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial,
de especial de prenda y demás que les encomiendan las leyes.
El artículo 447 del Código Orgánico de Tribunales dispone
que habrá un conservador en cada comuna o agrupación de comu-
CURSO DE DERECHO MINERO 251

nas que constituya el territorio jurisdiccional del juzgado de letras.


Y el inciso 3° del artículo 448, dispone que corresponde al Presi-
dente de la República designar, de entre los notarios que existan en
la comuna o agrupación de comunas, el que deberá tener a su
cargo el Registro de Minas y el de Accionistas de las sociedades
propiamente mineras.
Estas normas generales del Código Orgánico de Tribunales
son aplicables a la legislación minera por expresa disposición del
artículo 99 del Código de Minería.
En resumen, y teniendo presente lo dispuesto por el artículo
75 del Reglamento, habrá un Conservador de Minas en cada co-
muna o agrupación de comunas que constituyen el territorio juris-
diccional de un juzgado de letras; el cargo será servido por el
notario del lugar, o por uno de ellos, si fueren varios, elegido por
el Presidente de la República.

13.1 Normas legales que rigen el conservador de minas:


Se encuentran en los artículos 99 y siguientes del Código de Mine-
ría y en los artículos 75 y siguientes del Reglamento, en que se
fijan los deberes y funciones del Conservador de Minas y la forma
y solemnidad de las inscripciones que debe practicar.
Subsidiariamente, el Conservador de Minas se regirá, en
cuanto le sean aplicables, por las mismas disposiciones que reglan
el Registro Conservatorio de Bienes Raíces, o sea, las contenidas
en los artículos 446 y siguientes del Código Orgánico de Tribu-
nales, artículos 686 y siguientes del Código Civil y Reglamento
del Conservador de Bienes Raíces.
De acuerdo al artículo 492 del Código Orgánico de Tribu-
nales las funciones del Conservador de Minas serán remuneradas
por los interesados según un arancel que se reajusta anualmente.
252 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

13.2 Competencia del Conservador de Minas:


Será competente para practicar todas las inscripciones y actuacio-
nes que en cualquier forma se relacionen con el pedimento y la
concesión de exploración que de él derive, y con la manifestación
y la pertenencia respectiva, el Conservador de Minas en cuyo
territorio se encuentre ubicado el punto medio del pedimento o el
punto de interés de la manifestación, respectivamente (artículo 232
del Código de Minería).

13.3 Libros que lleva el Conservador de Minas: Además del Re-


pertorio, los Conservadores de Minas llevarán los siguientes li-
bros:

1. Registro de Descubrimiento;
2. Registro de Propiedad;
3. Registro de Hipotecas y Gravámenes;
4. Registro de Interdicciones y Prohibiciones;
5. Registro de Accionistas, que se completa con los siguientes
libros:
a) Indice de Sociedades y Socios;
b) Libro de Accionistas;
c) Libro de Gravámenes y Prohibiciones.

1° El Repertorio: Es el libro de entrada al Conservador. En él


se anotan todos los títulos que se presenten, la individualización de
la persona que presenta el título, la naturaleza del acto o contrato
que contenga la inscripción que se trata de hacer, fecha y hora de
presentación, y el Registro en que corresponde hacer la inscrip-
ción.
CURSO DE DERECHO MINERO 253

2° El Registro de Descubrimientos: (artículo 100 del Código


de Minería y 78 y 80 de su Reglamento). Se inscriben en este
Registro los siguientes títulos:
a) El pedimento y la manifestación;
b) La transferencia y transferencia de los derechos que emanen
del pedimento o de la manifestación (ver artículo 54);
c) La sentencia constitutiva de la concesión de exploración;
d) La transferencia y transmisión de la concesión de exploración;
e) La sentencia que declare la prescripción adquisitiva del domi-
nio de una concesión de exploración o derechos reales consti-
tuidos sobre ella;
f) El titulo que da origen a la Sociedad Legal Minera cuando en
su patrimonio figura una concesión de exploración constituida
o en trámite.

3° El Registro de Propiedad: Según los artículos 101 y 201


del Código de Minería y 79 y 80 de su Reglamento, en el Registro
de Propiedad se practican las siguientes inscripciones:
a) La sentencia constitutiva y el acta de mensura de la concesión
de explotación o pertenencia;
b) La transferencia y transmisión de la pertenencia;
c) La sentencia ejecutoriada que declara la prescripción adquisiti-
va del dominio de la pertenencia o de los derechos reales cons-
tituidos sobre ella;
d) La escritura pública de constitución de una sociedad contrac-
tual minera o un extracto de ella, y las modificaciones que se le
introduzcan;
e) El título que da origen a la Sociedad Legal Minera cuando en
su patrimonio figura una o más pertenencias constituidas o en
trámite.
254 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4° El Registro de Hipotecas y Gravámenes: (artículos 103 del


Código de Minería y 81 de su Reglamento).
En este Registro se practican las inscripciones de hipotecas y
gravámenes que afecten a un pedimento, a una manifestación, o a
una concesión de exploración o de explotación.
Entre los gravámenes a inscribir se encuentran por ejemplo:
servidumbres, fideicomisos, usufructos, avíos, promesas de venta
o de compraventa, contrato de opción de compras, etc.

5° El Registro de Interdicciones y Prohibiciones: (artículos


104 del Código de Minería y 82 y 83 de su Reglamento). En este
Registro se practican las inscripciones siguientes:
- Embargos;
- Litigios;
- Prohibiciones;
- Interdicciones;
- Y en general, todo impedimento o prohibición, sea convencio-
nal, legal o judicial, que embarace o limite, de cualquier modo,
el libre ejercicio de la facultad de enajenar en todo o parte los
derechos emanados de un pedimento o manifestación inscritos
o de una concesión constituida.

6° El Registro de Accionistas: (artículos 105 del Código y 84


del Reglamento). El Registro de Accionistas sirve exclusivamente
para inscribir las sociedades que se rigen por el Código de Mine-
ría, y que son las sociedades legales mineras y las sociedades
contractuales mineras. En él se practican las siguientes inscripcio-
nes:
CURSO DE DERECHO MINERO 255

- De formación de sociedades legales mineras y de sociedades


contractuales mineras;
- De transferencia y transmisión de acciones en ellas;
- Los gravámenes y prohibiciones que las afecten, y las demás
que señale el Reglamento.

El Registro de Accionistas esta formado por tres libros que lo


complementan. En ellos se practican las siguientes inscripciones:

1. Índice de Sociedades y Socios: La nómina de sociedades y


socios por orden alfabético, a medida que son presentados al
Conservador. El artículo 87 del Reglamento detalla el modo en
que se procede a practicar las anotaciones.
2. Libro de Accionistas: En él se inscribe, bajo el rubro de la
sociedad de que se trata, la nómina de los socios de que se
compone cada sociedad, con especificación del número de ac-
ciones o fracción de acciones que tenga cada uno en ella.
3. Libro de Gravámenes y Prohibiciones: El artículo 86 del Re-
glamento señala que en este libro se practican la siguientes ins-
cripciones:
Las interdicciones que se pronuncien contra dueños de acciones
mineras;
− Los contratos de promesa de venta, de promesa de com-
praventa y de opción de compra señalados en el artículo
169 del Código de Minería que recaigan sobre acciones;
− Las prendas constituidas sobre acciones mineras;
− En general, todo impedimento o prohibición, convencio-
nal, legal o judicial, que embarace o limite de cualquier
modo el libre ejercicio del derecho de enajenar las accio-
256 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

nes de un socio o las facultades que conciernen al admi-


nistrador de una sociedad.

Además, si un socio así lo solicita, se anotará su domicilio para


que se le notifique la citación a junta de accionistas por carta certi-
ficada (artículo 182).
Archivo de documentos: En los casos en que se ordena ar-
chivar un documento, plano o croquis, el Conservador de Minas
procederá agregándolo al libro correspondiente, en la misma forma
en que los notarios proceden en la protocolización de los docu-
mentos públicos. Seguirá también las normas señaladas en la
emisión de los certificados y copias que se le requieran.

13.4 Otras obligaciones del conservador de minas:


Además de las obligaciones propias del cargo, el Conservador de
Minas tiene, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 106 del
Código de Minería y 94 de su Reglamento, la obligación de remitir
al SERNAGEOMIN:

- Copia autorizada de las inscripciones efectuadas en el Registro


de Descubrimientos;
- Copia autorizada de las inscripciones de sentencias constituti-
vas de pertenencias, en el Registro de Propiedad;
- Copia autorizada de las inscripciones de transferencias y
transmisiones que se practiquen en cualquiera de los Registros
de Descubrimiento o de Propiedad.
- Copia autorizada, con la correspondiente anotación marginal,
de todas las inscripciones que se cancelen o modifiquen en
virtud de resolución judicial.
CURSO DE DERECHO MINERO 257

El Conservador de Minas debe cumplir estas obligaciones en


forma gratuita, en el plazo de ocho días hábiles contados de la
fecha en que se practicó la inscripción, cancelación o modificacio-
nes señaladas.

13.5 Prohibiciones a que esta sujeto el Conservador de Minas: Se


prohíbe al Conservador inscribir cualquier pedimento o manifesta-
ción que se le presente después de transcurridos 30 días contados
desde la fecha de la resolución judicial que ordena la inscripción
(artículos 52 y 101).
Tampoco puede inscribir la sentencia constitutiva de perte-
nencia y el acta de mensura si la inscripción se requiere después de
transcurrido el plazo de 120 días contados desde la fecha de la
sentencia de primera instancia o de la fecha que ordena el cumpli-
miento de la de segunda instancia (artículos 89 y 101).
CAPÍTULO VIII
DERECHOS Y OBLIGACIONES
DE LOS CONCESIONARIOS MINEROS

El concesionario minero ejerce sus derechos sobre el objeto de la


concesión, que son las sustancias minerales concesibles que exis-
ten en toda la extensión territorial concedida. Una vez inscrita la
sentencia constitutiva de concesión, queda terminado el procedi-
miento y constituida la concesión minera. Es el momento en que el
titular entra a ejercer los derechos y a cumplir las obligaciones que
señala la ley.

Esta materia se encuentra legislada en el Titulo VIII, artículos 107


y siguientes del Código de Minería, el que distingue entre:
1. Derechos y obligaciones comunes a todo titular de con-
cesión minera constituida;
2. Derechos y obligaciones especiales del titular de conce-
sión de exploración;
3. Derechos y obligaciones especiales de los titulares de
pertenencia;

El articulado del Título VIII no agota el tema, pues en otros títulos


del Código de Minería y de la Ley Orgánica Constitucional sobre
Concesiones Mineras, se contemplan otros derechos y otras obli-
gaciones, como se irá señalando.
Cabe recordar que de acuerdo a los artículos 54 y 107, desde
el momento en que se inscribe el pedimento, el peticionario tiene
derecho a efectuar los trabajos necesarios para constituir concesión
de exploración, pero no puede realizar labores de exploración sino
una vez constituida la concesión. Igualmente ocurre con la inscrip-
260 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ción de la manifestación, que permite efectuar los trabajos necesa-


rios para reconocer la mina y constituir pertenencia, pero sólo
desde que la pertenencia queda constituida, su dueño puede proce-
der a explorar y explotar.
Los trabajos necesarios para constituir concesión son aque-
llos, que permiten acceder al lugar, permanecer allí, preparar la
confección del plano o la operación de mensura pero, en modo
alguno, practicar actividades de exploración o de explotación.

1. Derechos comunes a todo titular de concesión minera constituida

1.1 Derecho a efectuar los trabajos que estime necesarios para la


exploración o explotación de la mina, según sea la naturaleza de la
concesión (artículo 107). Es el derecho más importante del conce-
sionario, porque es el momento en que empiezan realmente las
faenas de investigación o de explotación.
Si la concesión se encuentra ubicada en terrenos en los que
se requieren permisos para ejercerlo, en cumplimiento de lo dis-
puesto en los artículos 14 al 17 del Código de Minería, el conce-
sionario deberá solicitarlos antes de iniciar las labores mineras.

1.2 Derecho a oponerse a labores ajenas dentro de los límites de


su concesión.
Todo concesionario tiene derecho a impedir las labores que dentro
de los límites de su concesión pretenda realizar un tercero. Luego,
el titular de concesión de exploración o pertenencia constituida
puede oponerse a las labores que, dentro de los límites de su con-
cesión, pretenda ejecutar el titular de otra concesión de explora-
ción cuyo pedimento haya sido posterior al pedimento o a la mani-
festación del opositor, con lo que, en la práctica, se esta reiterando
CURSO DE DERECHO MINERO 261

la vigencia del derecho preferente del descubridor (artículo 108,


inciso 1°).
Agrega el mismo artículo que, igualmente el titular de perte-
nencia en trámite no podrá ser perturbado en sus trabajos de reco-
nocimiento y constitución de su título por el dueño de una conce-
sión de exploración cuyo pedimento sea posterior a la manifesta-
ción de aquel, lo que demuestra la fuerza que en la legislación
minera adquiere el principio del derecho preferente del primer
manifestante, que es el fundamento de la acción de defensa que
corresponde al titular de concesión constituida que se ve perturba-
do por las labores que pretende ejecutar el titular de una concesión
constituida a partir de un pedimento de fecha posterior.

1.3 Derecho a imponer servidumbres (artículo 109). Tienen este


derecho todos los concesionarios, sean de exploración o de explo-
tación, como se explica más adelante.

1.4 Derecho al aprovechamiento de las aguas, subterráneas alum-


bradas con motivo de las labores mineras efectuadas en la conce-
sión (artículo 110).
El derecho se adquiere por el sólo ministerio de la ley y
permite aprovechar las aguas en la medida en que sean necesarias
para los trabajos de exploración, explotación o beneficio que se
realicen, según la clase de concesión de que se trate.
El derecho de aprovechamiento es gratuito inseparable de la
concesión y se extingue con ella.
El artículo 111 dispone que el uso de las demás aguas nece-
sarias para explorar, explotar o beneficiar minerales se sujetará a
las disposiciones del Código de Aguas y demás leyes aplicables.
262 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

1.5 Derecho a defender legalmente la concesión. Según el artículo


19 N° 24 de la Constitución Política, la concesión está protegida
por la garantía constitucional del derecho de propiedad.
Luego, el minero puede utilizar todos los medios que le
franquea la ley, contra el Estado o contra particulares; puede enta-
blar acciones reivindicatorias, posesorias, etc., puede solicitar al
juez las medidas convenientes a la conservación y defensa de la
concesión, (artículo 9° LOC) y obtener las indemnizaciones respec-
tivas.
El inciso 2° del artículo 6° de la Ley Orgánica Constitucio-
nal sobre Concesiones Mineras precisa que la privación de las
facultades de iniciar o continuar la exploración, extracción y apro-
piación de las sustancias que son objeto de una concesión minera,
constituye privación de los atributos o facultades esenciales del
dominio de la concesión.

1.6 Derecho a disponer de la concesión, por acto entre vivos o por


causa de muerte. La concesión es susceptible de todo acto o con-
trato, de testamento o legado, puede ser gravada e incluso, con el
consentimiento del concesionario, puede ser embargada.
Estos conceptos forman parte de la definición de concesión
minera del artículo 2° de la Ley Orgánica Constitucional sobre
Concesiones Mineras y 2° del Código de Minería.

1.7 Derecho a renunciar a la concesión sin perjuicio del derecho


de terceros para oponerse a las renuncias que los perjudiquen.
(artículo 162 Código de Minería y 62 de su Reglamento).

1.8 Derecho a dividir física o intelectualmente la concesión, en la


forma y condiciones establecidas en el artículo 29 del Código de
Minería y 33 de su Reglamento del Código de Minería.
CURSO DE DERECHO MINERO 263

1.9 Derecho a visitar otras concesiones cuando se sospeche inter-


nación o se tema inundación o derrumbe, por el mal estado de las
labores de pertenencias colindantes o vecinas (artículo 9° LOC y
140 y 141 del Código de Minería).

1.10 Derecho a ser indemnizado en caso de expropiación por el


daño patrimonial que se le haya causado efectivamente, según lo
disponen los artículos 10 N° 4 y 11 N° 3 de la Ley Orgánica
Constitucional sobre Concesiones Mineras, pues el Código no
trata la materia.

Entre las obligaciones comunes a todo concesionario, se en-


cuentran las siguientes:

1.11 Obligación de amparar la concesión, esto es, pagar la patente


anual, obligación que surge desde que se solicita sentencia, tratán-
dose de concesión de exploración, o desde que se solicita mensura
tratándose de concesión de explotación.

1.12 Obligación de comunicar al estado la presencia de sustancias


no concesibles, al tenor de lo que dispone el artículo 9° del Códi-
go, y de respetar el derecho de primera opción de compra, al tenor
de lo dispuesto en los artículos 10, 11 y 12 del Código de Minería.

1.13 Obligación de no internarse con sus labores en concesión


ajena, colindante, (artículo 139 y siguientes del Código de Mine-
ría).

1.14 Obligación de respetar el reglamento de policía y seguridad


miner (D.S. N° 72 de 1985).
264 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

2 Derechos y obligaciones especiales del titular de concesion de


exploración (artículos 112 al 115 del Código de Minería).

2.1 Derecho a obtener prorroga del plazo de vigencia de la conce-


sión. (artículo 112 del Código de Minería).

El artículo 17 de la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesio-


nes Mineras dispone que la concesión de exploración no podrá
tener una duración superior a cuatro años y la de explotación
tendrá una duración indefinida.
A su vez, el Código de Minería dispone que la concesión de
exploración tiene una duración de dos años contados desde que se
dicta la sentencia que la declara constituida, concediendo al titular
el derecho de obtener que se prorrogue su vigencia por otro perío-
do de dos años, mecanismo con el que se cumple lo dispuesto por
la Ley Orgánica Constitucional y se estimula la exploración mine-
ra.
La prórroga debe solicitarse por escrito ante el Tribunal en
que se constituyó la concesión. La petición se presenta en el mis-
mo expediente de constitución de la concesión, antes que expire el
plazo de los dos primeros años.

a) Requisitos para obtener la prorroga:


Obligación de abandono: En la solicitud de prórroga el titular de
concesión debe declarar que abandona a lo menos la mitad de la
superficie total concedida primitivamente. Para estos efectos, se
señalarán las coordenadas UTM correspondientes a los vértices de
la superficie abandonada y la configuración de la misma, la que
será necesariamente la de un paralelogramo de ángulos rectos, uno
de cuyos lados será uno cualquiera de los lados de la concesión.
CURSO DE DERECHO MINERO 265

Superficie que se conserva: Tanto en el escrito como en el


plano se indicará la superficie que se conserva, la que deberá
cumplir con los requisitos de forma y cabida prescritos en el artí-
culo 28 del Código.
Se adjuntará copia del plano que fue acompañado a la soli-
citud de sentencia de la concesión de exploración indicando en el
mismo la superficie abandonada.
Si la solicitud de prórroga cumple con estos requisitos y pre-
vio informe del Servicio, el Juez concederá la prórroga de vigencia
de la concesión de exploración por otros dos años, dictando sen-
tencia al efecto.

Publicación: Se publicará un extracto de la sentencia que


otorga la prórroga, por una sola vez, dentro del plazo fatal de 30
días contados desde su fecha. En el mismo plazo de 30 días se
debe anotar el extracto en el Conservador de Minas, al margen de
la inscripción de la sentencia constitutiva de la concesión y se
archivará el plano.

b) Requisitos del extracto de sentencia que concede la prorroga.


El extracto de la sentencia que se publica debe contener las coor-
denadas UTM de los vértices de la superficie que se conserve.
Aunque el Código no lo dispone, siguiendo las instrucciones dadas
en otros casos, el extracto será redactado por el secretario del
Tribunal.
266 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) Manifestación de concesión previa al abandono.


Si el concesionario de exploración tiene interés en el terreno que
deberá abandonar, puede manifestarlo antes de solicitar la prórroga
e iniciar así el trámite de constitución de pertenencia, pues el
inciso final del artículo 112 citado, dispone que “el abandono no
afectará los derechos emanados de manifestaciones que el conce-
sionario pueda haber efectuado previamente sobre el terreno aban-
donado”. En estos casos, junto con manifestar, le convendrá expre-
sar la circunstancia de hacer uso del derecho que otorga una con-
cesión de exploración vigente, como señala el artículo 44 Nº 5 del
Código de Minería.

d) División física de concesión de exploración.


Frente a una posible división física o división material de la conce-
sión de exploración, el inciso 6° del artículo 112 citado establece
que si el titular quiere hacer uso de la facultad de dividir física-
mente la concesión dentro de los dos primeros años de vigencia de
la misma y desea también solicitar prórroga, deberá previamente
solicitar la prórroga, y una vez concedida podrá practicar la divi-
sión deseada, la que afectará solo a la parte prorrogada. A contra-
rio sensu, la división física de la concesión de exploración practi-
cada durante los dos primeros años de vigencia, priva al concesio-
nario del derecho a pedir prórroga.

2.2 Derecho a apropiarse de las sustancias concesibles que nece-


site arrancar con motivo de la exploración (artículo 113 del Códi-
go de Minería). Se trata de situaciones excepcionales en que la ley
autoriza al concesionario de exploración para hacerse “dueño” de
las sustancias concesibles que necesite arrancar, lo que no debe
comportar en forma alguna ánimo de lucro, pues al concesionario
de exploración le esta prohibido explotar.
CURSO DE DERECHO MINERO 267

Al respecto cabe recordar que según el artículo 115 se en-


tiende que hay explotación minera cuando se arrancan sustancias
minerales con ánimo de lucrar con ellas. Además, el artículo 166
contiene una presunción de derecho relativa a la iniciación de la
explotación. “Se presume de derecho que la explotación de la
pertenencia se ha iniciado cuando su propietario o terceros vendan
minerales o productos provenientes de ella”.

2.3 Derecho exclusivo para manifestar y constituir pertenencia


dentro de los límites de su concesión (artículo 10 N° 2 Ley Orgá-
nica Constitucional de Concesiones Mineras, 114 del Código de
Minería).

2.4 Derecho exclusivo para explorar dentro de los límites de la


concesión, con las obligaciones y limitaciones que establece el
Código de Minería y el Reglamento de Policía y Seguridad Mine-
ra.
Las características del derecho a explorar (artículo 107 del
Código de Minería) son las siguientes:
- Nace con la constitución de la concesión de exploración o de
explotación; se ejerce desde que la concesión está constituida y
durante toda la vigencia de la misma, en todo el ámbito del só-
lido que constituye la concesión;
- Es exclusivo respecto a la facultad de catar y cavar que asiste a
terceros, también es exclusivo frente a un pedimento posterior.
El titular puede demandar a concesionarios posteriores y opo-
nerse a las labores de los mismos;
- Conlleva, por el sólo ministerio de la ley, el derecho al uso y
goce de las aguas que el minero alumbre con motivo de sus la-
bores (artículo 110 del Código de Minería);
268 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

- Se practica libremente y con cualquier tipo de procedimiento


(visual, manual, mecánico, etc.), pero obliga a indemnizar y a
veces a caucionar los daños que sufran el dueño del terreno su-
perficial y los terceros (artículo 14 LOC, artículo 14 inciso 2° y
16 N° 3 del Código de Minería);
- Autoriza al titular de la concesión para imponer servidumbres
(artículo 8° de la LOC, 109 y 120 del Código de Minería, y 25
del Código de Aguas), y para hacerse dueño de las sustancias
minerales concesibles que necesite arrancar (artículo 113 Có-
digo de Minería y 10 N° 2 de la LOC);

2.5 Prohibición de explotar o de tolerar explotación por terceros.


Según el artículo 115 del Código de Minería el concesionario tiene
la obligación de explorar buscando sustancias minerales concesi-
bles, pero le esta prohibido explotar el yacimiento.
Para estos efectos, el mismo artículo 115 citado dispone que
se entiende que se establece explotación minera cuando se arran-
can sustancias minerales concesibles con ánimo de lucro.
Al respecto, el artículo 115 contempla dos formas de infrac-
ción a ésta prohibición:
a) El concesionario de exploración que explota por si, lo hace
personalmente,
- o explota por interpósita persona, lo que equivale a ac-
tuar por medio de persona que, aparentando obrar por
cuenta propia interviene por encargo y provecho del
concesionario,
- o conviene con otra persona para que efectúe explota-
ción, se pone de acuerdo con un tercero para que ex-
plote por cuenta del titular.
CURSO DE DERECHO MINERO 269

En cualquiera de estos casos el concesionario será san-


cionado con la pérdida de la concesión, pues el juez de-
be declarar franco el terreno y ordenar la cancelación
de las correspondientes inscripciones en el Conservador
de Minas.

Además en cualquiera de estos casos, el Código concede acción


pública para denunciar las contravenciones señaladas.

b) El concesionario de exploración que en conocimiento del


hecho, tolera que cualquiera persona establezca explotación
minera dentro de los límites de su concesión.
Como se trata de un acto de mera tolerancia, que no reporta utili-
dad al concesionario, este será sancionado con multa de cincuenta
a doscientas UTM, pero no perderá la concesión.
El juez ordenará además la terminación inmediata de la ex-
plotación que practica el tercero y elevará la multa al doble en caso
de reincidencia.
En ambos casos, se concede acción pública para que cual-
quier persona que entre en conocimiento de la infracción denuncie
al juez la contravención.

3. Derechos y obligaciones especiales de los titulares de pertenencias

3.1 El titular de pertenencia tiene derecho exclusivo para explorar


y explotar libremente la pertenencia y para realizar todas las ac-
ciones que conduzcan a esos objetivos (artículo 116). Las limita-
ciones al ejercicio de este derecho están señaladas en el mismo
artículo 116 y consisten en que el concesionario debe cumplir las
siguientes normas:
270 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

a) Debe respetar la obligación de solicitar permiso al dueño


del terreno superficial para realizar sus labores (artículos 14, 15
inciso final y 17 del Código de Minería).
b) Debe cumplir con lo dispuesto en el párrafo 2° del Título
XI sobre servidumbres que se deben las concesiones mineras entre
sí; y
c) Tiene la obligación de cumplir y respetar las disposiciones
del Reglamento de Policía y Seguridad Mineras.

3.2 Derecho a hacerse dueño de todas las sustancias minerales


concesibles que extraiga, dentro de los límites de su pertenencia
(artículo 11 N° 2, LOC. y 116 inciso 2°).
Para estos efectos, se entiende que las sustancias minerales
fueron extraídas desde su separación del depósito natural del que
formaban parte, o desde su aprehensión, tratándose de los des-
montes, escorias o relaves.

3.3 Derecho a reivindicar minerales en caso de hurto o robo


(artículo 225).
La acción reivindicatoria es el derecho que asiste al dueño de
una cosa singular de la que no está en posesión, para reclamarla de
aquel que la posee.
En el caso de hurto o robo de minerales, si el titular acredita
que aquellos son iguales a los que produce su pertenencia, estos
deberán serles restituidos por el juez.

3.4 Derecho a adquirir las demasías que correspondan (artículo


31 a 33 del Código de Minería y 12 de su Reglamento), o sea a
hacerse dueño por accesión de las demasías, una vez que se cons-
tituya la pertenencia que cierre el terreno, siempre que sea el pri-
CURSO DE DERECHO MINERO 271

mer manifestante del sector en el momento en que se constituye la


pertenencia que encierra o da origen la demasía.

3.5. Obligación de mantener y conservar en pie los hitos coloca-


dos en los vértices de la pertenencia o del perímetro del grupo de
pertenencias mensuradas en conjunto, los que no pueden ser alte-
rados o mudados (artículo 118).
Se prohibe al concesionario alterar los hitos, o mudarlos de
lugar. En caso de infracción a esta prohibición será sancionado con
multa de diez a doscientas UTM, sin perjuicio de la responsabilidad
penal que pudiere afectarle si ha procedido maliciosamente.
Si los hitos derribados, alterados o mudados son del Estado,
la pena será mayor: reclusión menor en cualquiera de sus grados.

3.6 Obligación de reponer los hitos derribados o destruidos. El


artículo 119 dispone que si por algún motivo se derriban o destru-
yen, alteran o mudan uno o más hitos, para proceder a reponerlos
se debe pedir autorización al juez, quien, a petición de cualquier
propietario colindante, mandará colocarlos en su debido lugar,
pudiendo aplicar al responsable las sanciones de reclusión menor
en cualquiera de sus grados.
La petición de reposición se formula ante el juez competente
y se tramita en procedimiento sumarísimo.

3.7 Obligación de colocar hitos si se produce variación del perí-


metro de una pertenencia o de un grupo de pertenencias, por
renuncia o caducidad de una o más pertenencias mensuradas en
conjunto. En estos casos, dentro del plazo de tres meses de ocurri-
do el hecho, se procederá a la colocación de los hitos necesarios
para señalar el nuevo perímetro. El incumplimiento se sanciona
con multa de diez a doscientas UTM.
272 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Si la variación del perímetro de la concesión se produce por


enajenación de una o más pertenencias mensuradas en conjunto o
por la división física de una pertenencia, se procederá en la misma
forma señalada precedentemente, dentro del mismo plazo de tres
meses y sujeto a las mismas sanciones.
En estos casos también se debe pedir autorización al juez para
colocar los hitos. La demanda se tramitará en procedimiento sumarí-
simo y la operación de colocación de hitos debe ser realizada por un
ingeniero de minas o un perito mensurador (artículo 119).

3.8 Obligación de entregar las arcillas superficiales, arenas, rocas y


demás materiales aplicables directamente a la construcción a quien
tenga derecho a ellas. La obligación existe en el caso que el conce-
sionario aproveche estas sustancias en explotación separada, lo que
equivale a decir que abre un frente de trabajo diferente de la propia
explotación minera respecto a estos productos.
Las sustancias mencionadas son de propiedad del dueño del
predio superficial, quien puede disponer de ellas, por lo que un
tercero podría ser el titular del derecho.
Si las sustancias se encuentran en el predio de donde provie-
nen, quien tenga derecho a ellas podrá exigir su entrega pagando
los costos de extracción, sin perjuicio de la responsabilidad penal a
que haya lugar en caso de que el concesionario haya procedido
maliciosamente a explotarlas.
Esta como todas las acciones penales que contempla el Có-
digo de Minería son de carácter privado y su ejercicio se entrega al
criterio de la parte agraviada (artículo 117).

3.9 Obligación de comunicar al estado la presencia significativa


de torio o uranio en un producto minero concesible a fin de que el
Estado ejerza el derecho de primera opción de compra de minera-
CURSO DE DERECHO MINERO 273

les de valor estratégico. (artículo 15 de la LOC; artículos 10, 11,12,


del Código de Minería)

3.10 Obligación de comunicar al estado la existencia de las sus-


tancias no concesibles que encuentre con motivo de las labores
mineras que realiza, (artículo 9°) y obligación de separar las
sustancias no concesibles que tengan presencia significativa (artí-
culo 16 de la LOC y artículos 9 y 12 del Código de Minería).
CAPÍTULO IX
LAS SERVIDUMBRES MINERAS

1. Introducción

Para realizar labores mineras, el concesionario necesita utilizar


terrenos superficiales en los que instalará, por ejemplo, canchas de
acopio de minerales, campamentos, equipos de mantención de
maquinarias, un establecimiento de beneficio, etc.
Por regla general, el minero no es dueño del terreno, por lo
que será inevitable que para desarrollar sus actividades tenga que
usar el terreno superficial ajeno. Para explotar, explorar o benefi-
ciar minerales, resultará indispensable que el concesionario im-
ponga limitaciones al dominio del suelo superficial y también, a
veces, a otras concesiones mineras.
Las limitaciones consisten en la imposición de servidumbres,
esto es, de gravámenes sobre un predio de beneficio o utilidad de
otro predio de distinto dueño. La definición de servidumbre del
artículo 820 del Código Civil no responde en forma completa a las
necesidades del concesionario, por lo que en materia minera la
palabra predio es equivalente a concesión, a establecimiento de
beneficio y también a facultad de catar y cavar porque a estas tres
categorías se le reconoce como predios dominantes para los efec-
tos de la actividad minera.
El predio sirviente es el que sufre el gravamen y en nuestro
caso puede ser el predio superficial u otra concesión. El predio
dominante es aquel que obtiene la utilidad, en materia minera es
siempre dominante una concesión, o un establecimiento de benefi-
cio o la facultad de catar y cavar.
276 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El artículo 831 del Código Civil, clasifica las servidumbres


en naturales, las que provienen de la natural situación de los luga-
res; legales, las que son impuestas por la ley y voluntarias, las que
se constituyen por un hecho del hombre.
Las servidumbres legisladas en el Código de Minería son
siempre legales, han sido consagradas en la Constitución, la Ley
Orgánica Constitucional y el Código de Minería. Una vez consti-
tuida la concesión minera al dueño del predio superficial no le es
posible oponerse ni sustraerse a su constitución.
El artículo 19 N° 24, inciso 6° de la Constitución Política, al
disponer que “ Los predios superficiales estarán sujetos a las obli-
gaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar la explora-
ción, la explotación y el beneficio de dichas minas”, ha consagrado
al más alto rango legal el derecho del minero a imponer servidum-
bres.
La LOC sobre Concesiones Mineras, dispone que “los titula-
res de concesiones mineras tienen derecho a que se constituyan las
servidumbres convenientes a la exploración y explotación mine-
ras” (artículo 8°). En esta forma se han definido las características
generales de las servidumbres mineras. Al desarrollar el tema, el
Código de Minería otorga también la facultad de imponer servi-
dumbres al minero que hace uso de la facultad de catar y cavar.
En síntesis, en materia minera pueden imponer servidumbres
por el concesionario de exploración, el de explotación, el titular de
un establecimiento de beneficio y quien ejerce la facultad de catar
y cavar.
Las servidumbres pueden gravar un predio superficial o una
concesión minera.
CURSO DE DERECHO MINERO 277

2. Características de las servidumbres legales mineras

a) Son legales, y en consecuencia son obligatorias para el predio


o concesión sirviente;
b) Los perjuicios que se causen al predio sirviente deberán ser
indemnizados;
c) Son esencialmente transitorias pues cesan cuando termina el
aprovechamiento o explotación de la concesión;
d) Deben usarse sólo para el fin establecido; no pueden aprove-
charse en fines distintos de aquellos propios de la respectiva
concesión, o del establecimiento de beneficio, o del ejercicio
de la facultad de catar y cavar para los cuales hayan sido cons-
tituidas, y cesarán cuando termine ese aprovechamiento (artí-
culo 124).
e) Pueden ampliarse o restringirse según las necesidades del
minero. En tal caso, se deberán igualmente ampliar o reducir
las indemnizaciones de acuerdo a lo pactado y a las reglas co-
munes;
f) Normalmente, las servidumbres se pueden ejercer desde que
están legalmente constituidas, pero el artículo 125 dispone que
el juez puede autorizar su goce desde luego, o sea, mientras se
tramite el juicio de constitución de servidumbre, en caso de no
haberse producido acuerdo entre las partes.
La autorización del uso desde luego de la servidumbre puede
ser concedida antes de su constitución, por diversas razones:
por ejemplo, el uso de maquinarias, el trabajo de personal es-
pecializado no siempre disponible, o las condiciones del clima,
etc. Cuando falta el acuerdo entre las partes, el juez puede au-
torizar al solicitante para hacer uso anticipado de las servidum-
bres, es decir, uso desde luego, mientras se tramita el juicio
sumarísimo correspondiente. En todo caso para obtener la au-
278 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

torización del uso el solicitante deberá rendir caución sufi-


ciente para responder de las indemnizaciones a que pueda estar
obligado.
La petición de hacer uso desde luego de la servidumbre es una
cuestión accesoria al juicio sumarísimo y debe tramitarse como
incidente con audiencia de las partes.
g) Cuando se trata de servidumbre de concesión a concesión, ella
no puede impedir o dificultar considerablemente la exploración
o explotación de la concesión sirviente.

3. Objeto de las servidumbres legales mineras

El legislador manifestó su voluntad de favorecer al minero al


disponer, en el artículo 120 del Código de Minería, que las servi-
dumbres mineras tienen por objeto facilitar la conveniente y có-
moda exploración y explotación mineras. Esta facilidad que se
dispone a favor del concesionario, tiene por objeto permitirle que
cumpla con la obligación de “desarrollar la actividad necesaria
para satisfacer el interés público” que justificó el otorgamiento de
la concesión.
Las servidumbres mineras también tienen por objeto facilitar
el beneficio de los minerales y también la exploración y búsqueda
de sustancias minerales concesibles, cuando se trata de servidum-
bres en favor del ejercicio de la facultad de catar y cavar.

4. Titulares de servidumbre minera

Pueden ser titulares de servidumbre los dueños de los predios


dominantes que son los siguientes:
CURSO DE DERECHO MINERO 279

4.1. El concesionario minero, de exploración o de explotación,


siempre que sea titular de concesión debidamente inscrita. El
artículo 120 precisa que se pueden imponer servidumbres “desde
la constitución de la respectiva concesión”; luego, la concesión en
trámite no puede ser favorecida con servidumbre. En este caso el
predio dominante es la concesión minera constituida.

4.2. El que hace uso de la facultad de catar y cavar. El derecho del


cateador es limitado a una duración de no más de 6 meses contado
desde la iniciación de su ejercicio. (artículo 19 del Código de
Minería). Para los efectos de las servidumbres, la facultad de catar
y cavar se asimila a calidad de predio dominante, aún cuando no es
concesión constituida y ni siquiera se encuentra en trámite, lo que
demuestra la importancia que asume para el legislador la explora-
ción o búsqueda de minerales.

4.3. El propietario de un establecimiento de beneficio de minerales


(artículo 121 del Código de Minería), esto es, una instalación
industrial destinada a concentrar o refinar minerales, que se conoce
como fundición, si trabaja con calor, o refinería, si se utiliza me-
dios líquidos.
Los establecimientos de beneficio de minerales pueden for-
mar parte de las labores de una concesión o bien pueden ser inde-
pendientes de concesión alguna y trabajar con minerales ajenos.

Cabe observar entonces que en materia minera se asimila el


concepto de predio dominante a realidades diferentes del concepto
finca, inmueble, heredad, rústico, etc., a que se refiere el Código
Civil, cuales son la concesión minera, la facultad de catar y cavar,
que es sólo un permiso o derecho que concede la ley para buscar
sustancias minerales concesibles y el establecimiento de beneficio,
280 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

que es un establecimiento industrial destinado al tratamiento de


minerales.

5. Predios sirvientes en materia minera son los siguientes:

a) Un predio superficial;
b) Otra concesión minera, sea de exploración o de explotación
constituida, que soporta el gravamen en utilidad de otra conce-
sión o de un establecimiento de beneficio de minerales.

6. Constitución de servidumbre legal minera (artículos 122 y 123).


La servidumbre legal minera se puede constituir en dos formas:

a) Por acuerdo entre los interesados o partes. El acuerdo de las


partes recae sobre la modalidad de ejercicio y sobre el monto y
forma de pagar la indemnización por los perjuicios que se causen
al dueño del terreno, al dueño de la concesión sirviente o a cual-
quier otra persona (artículo 122).
El acuerdo debe constar en escritura pública, la que es sufi-
ciente para producir efectos entre las partes. Para que sea oponible
a terceros, es necesario que la escritura pública de constitución de
servidumbre se inscriba en el: Conservador de Bienes Raíces, del
Registro de Hipotecas y Gravámenes, si la servidumbre grava un
predio superficial; o en el Conservador de Minas respectivo (artí-
culo 103), si es otra concesión la que debe soportar el gravamen.
La oponibilidad respecto de terceros es relevante en el caso
que el predio sirviente cambie de dueño, o que sea objeto de divi-
sión física, de transmisión por causa de muerte, etc.
CURSO DE DERECHO MINERO 281

b) A falta de acuerdo entre las partes, la servidumbre se constituye


por resolución judicial dictada en procedimiento sumarísimo
(artículo 235) por el juez competente, que es el juez en lo civil en
cuyo territorio jurisdiccional se encuentra ubicado el punto medio
o el punto de interés respectivo (artículo 231).
La sentencia ordenará la constitución de la servidumbre, re-
gulará su ejercicio, y fijará la indemnización y la forma de pago de
la misma.
Una vez ejecutoriada la sentencia, será conveniente inscri-
birla en el Conservador que corresponda, para los efectos de la
oponibilidad respecto de terceros.
La Corte Suprema ha sostenido que para constituir servi-
dumbre basta acreditar la titularidad del predio dominante, no
siendo pertinente que se exija acreditar la naturaleza de la sustan-
cia que se encuentra en la zona concesionada, ni la existencia de
los permisos relativos.

7. Término de la servidumbre minera: La servidumbre minera


puede terminar por las siguientes causas:
a) Cuando termina el aprovechamiento de la concesión para
la cual fue constituida;
b) Cuando caduca o se extingue la concesión minera o el
establecimiento de beneficio dominante;
c) Por confusión, o sea, cuando el dueño del predio sir-
viente pasa a serlo también de la concesión o estableci-
miento de beneficio dominante, porque es de la esencia
de las servidumbres la existencia de predios de distinto
dueño para su constitución y permanencia (artículo 885
del Código Civil);
d) Por la renuncia del dueño de la concesión o estableci-
miento de beneficio dominante a la servidumbre;
282 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

e) Por la llegada del plazo para la que fue constituida, como


por ejemplo, cumplido el plazo de seis meses, máximo
por el que se otorgan las servidumbres constituidas para
ejercer la facultad de catar y cavar.

8. Servidumbres que gravan los predios superficiales (artículo 120)

La concesión minera concede dominio sobre las sustancias mine-


rales del subsuelo, el que es distinto e independiente del dominio
sobre el terreno superficial. Para facilitar la conveniente y cómoda
exploración y explotación mineras, se hace necesario imponer los
siguientes gravámenes o servidumbres al predio superficial en
beneficio de la concesión;

8.1 Servidumbre de ocupación, descrita por el N° 1 del artículo


120 de la siguientes manera: “el de ser ocupados, en toda la exten-
sión necesaria por canchas y depósitos de minerales, desmontes,
relaves y escorias; por plantas de extracción y de beneficio de
minerales; por sistemas de comunicación, y por canales, tranques,
cañerías, habitaciones, construcciones y demás obras complemen-
tarias;”

8.2. Servidumbre establecida en beneficio de las empresas conce-


sionarias de servicios eléctricos, de acuerdo con la legislación
respectiva; cual es la Ley General de Servicio Eléctricos, DLF N°
1 del Ministerio de Minería, de 1982, y que legisla sobre las servi-
dumbres de paso de líneas de transporte de energía eléctrica, de
postación y de construcción de torres. Estas servidumbres gravan
sólo los terrenos superficiales;
CURSO DE DERECHO MINERO 283

8.3. Servidumbre de tránsito, que consiste en ser ocupadas por


caminos, ferrocarriles, aeródromos, cañerías, túneles, planos incli-
nados, andariveles, cintas transportadoras y todo otro sistema que
sirva para unir la concesión con caminos públicos, establecimien-
tos de beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos, aeródromos y
centros de consumo (artículo 120 N° 3° del Código de Minería).

9. Servidumbres que se deben las concesiones mineras entre si.


(artículo 126 y siguientes)
Por norma general, estas servidumbres en que tanto el predio
dominante como el sirviente son concesión minera o estableci-
miento de beneficio, se rigen por las normas ya señaladas respecto
de la constitución, ejercicio, oponibilidad, subsistencia e indemni-
zaciones. Son las siguientes:

9.1. Servidumbre de uso de servidumbre ajena: (artículo 126 del


Código de Minería). Toda servidumbre constituida a favor de una
concesión está sujeta al gravamen de que ella sea utilizada en
provecho de otra concesión o de un establecimiento de beneficio.
El uso de servidumbre ajena tiene una limitación: no podrá,
en caso alguno, impedir o dificultar considerablemente la explora-
ción o explotación de la concesión gravada.
Se puede considerar que el uso de servidumbre constituida a
favor de una concesión o un establecimiento de beneficio por otra
concesión constituye norma general. Se constituyen por acuerdo de
voluntades o por resolución judicial en que se precise la indemniza-
ción a pagar y se regule el ejercicio, en procedimiento sumarísimo.

9.2. Servidumbre de socavón. Se entiende por socavón una labor


minera (ejemplo: una cueva, una galería) que atraviesa una conce-
sión con el objeto de dar o facilitar ventilación, desagüe o acceso a
284 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

otras concesiones mineras o a un establecimiento de beneficio. Se


entenderá por socavón cualquier labor que tenga alguno de los
objetos indicados.
Se constituye igual que todas las servidumbres mineras, por
acuerdo de las partes que conste en escritura pública; y si las partes
no llegan a acuerdo, por resolución judicial, siendo juez compe-
tente para conocer del asunto el que corresponda a la ubicación de
la concesión sirviente.
El juicio se tramita en procedimiento sumarísimo en el que,
por mandato del artículo 128 del Código de Minería, se debe
cumplir un trámite esencial obligatorio, sólo para estos juicios
sumarísimos sobre servidumbre de socavón: el juez debe nombrar
de acuerdo a las reglas generales, un perito para que le informe
acerca de los siguientes puntos:

a) Si la obra es posible y útil;


b) Si se puede llevar el socavón por otro lugar sin incurrir en
gastos excesivamente mayores; y
c) Si no se inhabilita o dificulta considerablemente la exploración
o la explotación de la concesión (sirviente) por donde se le in-
tenta llevar.

El perito judicial será nombrado en el comparendo y tendrá el


plazo que el juez señale. Acompañará a su informe un plano que
determine el rumbo y amplitud que, a su juicio, habrá de darse al
socavón dentro de la concesión sirviente.
Cada uno de los interesados o partes podrá designar a su vez,
en la misma audiencia, un perito para que informe también al juez,
los que tendrán un plazo de ocho días, contados desde que el perito
nombrado por el juez entregue su informe. La obligación de los
CURSO DE DERECHO MINERO 285

peritos de parte consiste en presentar contrainformes o contra


peritajes.
Transcurridos los ocho días, el juez puede dictar sentencia
aunque los peritos de parte no hayan presentado sus informes.
Si el juez acoge la demanda, fijará en ella el rumbo que de-
berá seguir el socavón y el máximo de amplitud que podrá dársele
dentro de los límites de la concesión sirviente (artículo 131 del
Código de Minería), porque la amplitud dependerá de la finalidad
que cumplirá el socavón. Esta será necesariamente diferente si se
constituye para dar acceso o para dar ventilación o desagüe.
Si la sentencia se aparta del informe del perito nombrado por
el juez, y por ejemplo, acoge el informe de un perito de parte,
ordenará la confección de un nuevo plano en que se indiquen el
rumbo y amplitud fijados en la sentencia.

9.3. Obligaciones del socavonero cuyo socavón grava una perte-


nencia:

9.3.1. Dentro de la concesión sirviente no podrá variar el rumbo y


la amplitud fijados por el acuerdo de las partes o por la sentencia al
socavón, a menos que obtenga nueva servidumbre;

9.3.2. No puede oponerse al derecho a visita de que goza el dueño


de la concesión sirviente para informarse del estado de las labores;

9.3.3. Debe indemnizar los perjuicios causados al titular de la


concesión sirviente (artículo 134), incluidos los gastos y todos los
perjuicios derivados de la obligación del titular de la concesión
sirviente de abstenerse de tocar las fortificaciones del socavón y de
286 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

arrancar minerales, poniendo en peligro la seguridad del socavón


(artículo 125);

9.3.4. No puede explotar las sustancias minerales que encuentre en


la concesión sirviente;

9.3.5. Está obligado a entregar al concesionario sirviente los mine-


rales que tuviere que extraer dentro de la amplitud del socavón,
deducidos los gastos de extracción.

9.3.6. Caso especial del socavón que grava una concesión de ex-
ploración: Atendido que al concesionario de exploración le está
prohibido explotar, si el socavón atraviesa concesión de explora-
ción ajena, las sustancias extraídas quedarán en el terreno (artículo
136).

9.4. Servidumbre legal de socavón de desagüe: (artículo 137). El


Código establece dos casos de servidumbre legal de socavón de
desagüe y dispone normas de equidad para regular el pago de los
servicios prestados, siempre que la concesión desaguada reciba
utilidad, en los casos que se describen a continuación:

a) El socavonero que desagua concesión ajena con utilidad para


ésta, tendrá derecho a que el titular de la concesión ajena le pague
el valor del provecho que reciba o el costo que le significaría
desaguar por otros medios a elección del demandado. La cantidad
a pagar será fijada por medio de “justa tasación pericial”. La de-
signación del perito podrá hacerse de común acuerdo y a falta de
ello, por resolución judicial en juicio sumarísimo.
CURSO DE DERECHO MINERO 287

b) Si el socavón desagua dos o más concesiones, o una concesión


es desaguada por dos o más socavones, el monto de lo que deba
pagarse se distribuirá entre las varias concesiones o socavones,
siempre que resulte utilidad para ellas, a prorrata del beneficio que
reciban o reporten.
Si no hay acuerdo entre las partes, el socavonero que desa-
gua puede demandar en juicio sumarísimo al titular de la conce-
sión beneficiada. En todo caso, el pago sólo podrá exigirse sobre
los productos de la concesión desaguada, que son las sustancias
minerales que se extraigan.

9.5. Servidumbre legal de uso de camino: Establecida en el artí-


culo 138 del Código de Minería, dispone que todo camino cons-
truido para una concesión minera podrá ser utilizado por otras o
por un establecimiento de beneficio.
El concesionario que construyó el camino no tiene derecho a
pedir compensación por los gastos de construcción. En cambio, los
costos de reparación y conservación del camino se repartirán entre
los usuarios, a prorrata del uso que de él hagan.
Para los efectos del pago de los costos de reparación y man-
tención del camino, los interesados deberán nombrar una junta
que, anualmente, fijará la cuota con que deberá contribuir cada
concesión o establecimiento de beneficio.
Las dificultades que puedan surgir serán resueltas por el juez
competente, en procedimiento sumarísimo.
Como resulta de la simple lectura, la servidumbre legal de
uso de camino constituye una variante del uso de servidumbre
ajena, en que el legislador ha dictado normas especiales sólo res-
pecto al modo de pagar los costos de reparación y mantención del
camino.
288 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

10. Las internaciones (artículo 139)

a) Concepto: Se produce internación cuando un minero se introdu-


ce o penetra con sus labores en concesión ajena colindante. Para
una mejor comprensión del hecho, recordaremos que las concesio-
nes mineras tienen la forma de un sólido cuya cara superficial es
un paralelogramo de ángulos rectos y cuyas caras laterales se
prolongan indefinidamente en profundidad.
El concesionario tiene derecho a explorar y explotar las sus-
tancias concesibles que se encuentran dentro de los límites de su
concesión. En consecuencia, le está prohibido efectuar labores
mineras que saliendo de dichos límites se internen en concesiones
colindantes ajenas.
La internación produce los efectos jurídicos establecidos en el
Código de Minería cuando el conflicto se produce entre concesiones
debidamente constituidas, una de las cuales llamada concesión inter-
nante penetra con sus labores en la concesión internada. La internación
es un hecho ilícito. Para determinar los efectos que produce, hay que
distinguir si la internación se ha realizado de buena fe o de mala fe:

b) Efectos de la internación de buena fe: Si la internación se pro-


dujo de buena fe, el internante será civilmente responsable. Para
determinar la obligación del internante hay que distinguir si los
minerales se encuentran en su poder o si fueron enajenados.
Si los minerales extraídos fueron enajenados, el internante
debe pagar al concesionario internado el valor líquido de los mis-
mos, más la indemnización por los perjuicios causados.
En cambio, si los minerales extraídos durante las labores de
internación están todavía en poder del internante, el minero que ha
sufrido la internación puede exigir su restitución, pagando los
CURSO DE DERECHO MINERO 289

costos de extracción, y tiene derecho a demandar de indemniza-


ción de perjuicios.

c) Internación de mala fe: El artículo 139 contiene una presunción


legal de internación de mala fe, la que se produce en los siguientes
casos:

i) Cuando la internación excede de diez metros medidos perpendi-


cularmente desde el plano vertical que limita la concesión inter-
nada;
ii) Cuando el internante se opone a la visita pedida judicialmente
o dificulta la visita ya decretada por el juez.

En ambos casos el internante ha procedido de mala fe y está obligado


al pago de los minerales retirados o a su restitución, sin deducción
alguna, esto es, no se le pagarán los costos de extracción, sin perjuicio
de la responsabilidad penal que recae sobre el internante de mala fe,
ya que el hecho se asimila al robo o hurto de minerales.
Si la internación se produjo de mala fe, el concesionario
afectado cuenta además con acción penal privada para perseguir la
responsabilidad del internante.
El Código de Minería sólo legisla sobre los casos de interna-
ción precedentemente señalados, que son aquellos en que la inter-
nación produce un conflicto entre concesionarios. No se contempla
el caso de internación que afecte terrenos francos, caso en el cual
el propietario superficial afectado podría ejercer las acciones civi-
les o penales establecidas en la ley común.

d) Derecho a visita: Todo concesionario minero tiene derecho a


visitar las labores del concesionario vecino, asesorado por un
290 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

perito, cuando sospeche internación, inundación o derrumbe a


consecuencia del mal estado de las labores o por el desarrollo de
los trabajos que en ella se efectúan.
El derecho de visita es una medida de defensa establecida en
beneficio del concesionario, derecho que ya encontramos en el
caso de la servidumbre de socavón.
Si se niega o se dificulta el ejercicio del derecho a visita, el inte-
resado puede recurrir al juez competente pidiendo que la autorice. La
petición se realiza en más tramite que la celebración de un comparen-
do que se llevará a efecto con la parte que asista, hecho lo cual el juez
resolverá. El procedimiento es especial y muy breve debido a la
gravedad de los hechos que lo originan y también a que el ejercicio
del derecho a visita no perjudica al concesionario visitado.
La sentencia que concede el derecho a visita no es apelable,
porque la visita no causa agravio al concesionario visitado ya que
sólo se trata de comprobar sospechas o temores. En cambio, la sen-
tencia que niega el derecho de visita puede ser apelada (artículo 140).

e) Medidas prejudiciales o precautorias. En los casos en que se


sospecha internación, inundación o derrumbe, el interesado puede
solicitar al juez que ordene, como medidas prejudiciales o precau-
torias las siguientes:
a) Fijar sellos;
b) Suspender provisoriamente las labores a que se refiere la de-
nuncia; o
c) Tomar las demás disposiciones urgentes de seguridad a que
haya lugar.
La petición de medidas prejudiciales o precautorias tiene una
tramitación especial y breve: presentado el escrito, el juez oirá el in-
forme del perito que designe y resolverá lo que proceda (artículo 141).
CAPÍTULO X
DEL AMPARO, EXTINCIÓN Y
CADUCIDAD DE LAS CONCESIONES MINERAS.

1. Introducción
El amparo es una institución propia de la legislación minera, in-
cluida en la normativa de todos los países que cuentan con abun-
dancia de recursos. El sistema de amparo tiende a estimular la
exploración y explotación de minerales y a dar estabilidad o segu-
ridad a los mineros.
La obligación de amparar la propiedad minera tiene origen
en el artículo 19 N° 24, inciso 7° de la Constitución Política, que
dispone que el régimen de amparo de la concesión minera será
establecido por la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones
Mineras y tenderá, directa o indirectamente, a obtener el cumpli-
miento, por parte del concesionario, de la obligación de desarrollar
la actividad necesaria para satisfacer el interés público que justifica
su otorgamiento. La obligación de amparo está estrechamente
vinculada a la función social de la concesión minera y con ella se
pretende que las minas sean efectivamente trabajadas.
El artículo 12°, de La Ley Orgánica Constitucional de Con-
cesiones Mineras dispone que el régimen de amparo consiste en el
pago anual y anticipado de una patente a beneficio fiscal, que se
enterará en la forma y monto que determine el Código de Minería.
En esta forma. La Ley Orgánica Constitucional de Concesiones
Mineras optó por un sistema de amparo indirecto.
Las normas sobre el amparo de concesiones se encuentran en
los artículos 142 y siguientes del Código. En caso de incumpli-
miento de la obligación de amparar la propiedad minera, esta
292 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

queda desamparada, situación que lleva a iniciar un procedimiento


ejecutivo especial para sacar la concesión a remate público. El
Reglamento del Código de Minería, en los artículos 49 y siguien-
tes, entrega normas relativas a la forma de calcular el monto de las
patentes y sus rebajas.
El profesor Lira Ovalle define el sistema de amparo como el
cumplimiento de una obligación resolutoria cuya reglamentación
adopta la denominación de régimen o sistema de amparo.
A partir de estos elementos se entiende que el régimen de
amparo es la obligación que recae sobre el titular de una concesión
constituida o en trámite para demostrar que cumple con el interés
público que justificó su otorgamiento y para mantener vigentes
dentro de su patrimonio los derechos correspondientes.
Nuestra legislación ordena que la patente minera se pague en
forma anual, anticipada, y por hectárea completa. Se calcula en
fracción de unidad tributaria mensual, según el producto que se
explote y distinguiendo entre concesiones de exploración y de
explotación. Se recauda a beneficio fiscal y, en resumen, consiste
en una obligación de dar de una suma de dinero por cada hectárea
de terreno superficial que ocupa la concesión, obligación que recae
sobre el concesionario en beneficio del Fisco.

2. Naturaleza jurídica de la patente minera: Conforme a lo dis-


puesto por el artículo 23 de la Ley de Rentas Municipales, para
ejercer toda profesión, industria, comercio, o arte o cualquiera otra
actividad lucrativa, es necesario pagar una patente a beneficio
municipal. Frente a ésta disposición, la patente que deben pagar
los concesionarios mineros constituye un fenómeno jurídico espe-
cial, porque su objeto no es habilitar para ejercer una profesión,
industria, comercio, etc., y porque no se paga a beneficio munici-
pal, sino fiscal. Luego, la patente minera no responde a las caracte-
CURSO DE DERECHO MINERO 293

rísticas del concepto patente y no se la debe confundir con las


patentes municipales.
Tampoco reviste las características de tasa o derecho, porque
no implica la existencia de una contraprestación por parte del
Estado, y como su finalidad no es la de proveer de fondos al Fisco,
tampoco es un impuesto. Además, el no pago de la patente minera
no compromete el patrimonio del concesionario pues afecta sólo a
la concesión.

3. Sistemas de amparo.
Los regímenes de amparo adoptados en los países que cuentan con
recursos mineros, tienen como finalidad lograr que el concesiona-
rio cumpla con la obligación de explotar y evitar que las minas
sean retenidas sólo con fines especulativos. Con este objeto se han
ideado varios sistemas, entre los cuales señalaremos los más im-
portantes:

a) El sistema de amparo por el trabajo, impuesto en las colonias


españolas por las Ordenanzas de Nueva España, no tiene aplica-
ción actual. La ley establecía la obligación de explotar las minas,
lo que se probaba manteniendo en las faenas una determinada
cantidad de trabajadores y estableciendo, en caso de incumpli-
miento, la sanción de pérdida de la propiedad o del derecho a
explotar, propiedad o derechos que se transferían a quien denun-
ciara y probara el hecho.
Con la revolución industrial, que produjo un considerable re-
emplazo de la mano de obra por máquinas, unido al descubri-
miento y explotación de otros minerales útiles a la industria y
diferentes de los metales preciosos tradicionalmente codiciados, se
hizo evidente la ineficacia de este sistema de amparo. La necesidad
de comprobar en los hechos si se estaba trabajando o no un yaci-
294 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

miento, contribuyó a hacer cada vez más inconveniente el sistema,


porque hacerlo y probarlo comportaba, entre otros aspectos, gastos
cuantiosos para el Estado.

b) El sistema de amparo por la obligación de invertir, sistema que


contempló la variante de amparo por producción mínima.
Se trata de dos variantes de un mismo sistema. Una de ellas
obligaba al titular a efectuar cada cierto tiempo una inversión
mínima en la exploración o explotación de la mina. En la otra
variante, el titular debía producir una cantidad previamente deter-
minada de minerales en el año. Para producir los efectos deseados,
se exigía la intervención activa y permanente de numerosos fun-
cionarios públicos con conocimiento acabado de cada yacimiento,
dedicados a controlar el cumplimiento de la obligación, lo que
evidentemente presentaba numerosos inconvenientes.

c) El sistema de amparo por pago de patente se aplica en la mayo-


ría de los países que cuentan con recursos mineros significativos y
en Chile, a partir del Código Minero de 1888.
Consiste en la obligación que tiene el titular de concesión
minera, de pagar periódicamente al Estado una cantidad de dinero
prefijada legalmente en consideración a la clase de sustancias que
se explotan, a la naturaleza de los derechos mineros, esto es, si se
trata de concesiones de exploración o de explotación, y a la super-
ficie territorial abarcada.
El sistema se basa en el supuesto de que el monto de la pa-
tente es proporcional a la utilidad económica que obtiene el conce-
sionario, consistiendo además en un gravamen de cierta considera-
ción, a fin de estimular el trabajo minero y evitar que el titular
conserve la concesión sin explotarla.
CURSO DE DERECHO MINERO 295

4. Cuando comienza la obligación de amparar la concesión?


(artículo 144).
La obligación de amparo de la concesión por pago de patente
comienza en los casos siguientes:
a) Al presentar la solicitud de sentencia constitutiva de concesión
de exploración, es imprescindible acompañar al escrito, junto a
otros documentos que se exigen, el comprobante de haber pa-
gado la patente proporcional (artículos 55 y 144 del Código de
Minería).
b) Al solicitarse la mensura de la pertenencia, pues igual que en el
caso anterior, al presentar la solicitud de mensura se debe
acompañar comprobante de haberse pagado la patente propor-
cional (artículos 59 y 144 del Código de Minería), entre otros
documentos que se deben acompañar en esa oportunidad. En
consecuencia, están obligados a amparar pagando la respectiva
patente, tanto los titulares de concesión en trámite como los de
concesión constituida.

5. Patente proporcional: El monto de la primera patente “será


proporcional al tiempo que medie entre la fecha de la solicitud de
sentencia o de la solicitud de mensura y el último día del mes de
febrero siguiente” (artículo 144 del Código de Minería).
En consecuencia, se pagará como patente proporcional tantas
duodécimas partes de la patente anual que correspondiere, calcula-
das al valor de la unidad tributaria mensual del mes en que se
paga, como sean los meses que faltan, a contar de la fecha de las
solicitudes señaladas hasta el último día del mes de febrero si-
guiente, porque en marzo siguiente empieza la obligación de pagar
la patente anual completa, siendo indiferente a éste efecto, que la
concesión se encuentre constituida o en trámite.
296 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Una vez pagada la patente proporcional, que es la primera


patente que se paga, el interesado deberá seguir pagándola anual y
anticipadamente.

6. Monto de la patente minera (artículo 142).

Para determinar los montos a pagar, el Código de Minería estable-


ce la siguiente escala:
a) Si se trata de concesión de explotación, se pagará un décimo
(1/10) de unidad tributaria mensual por cada hectárea comple-
ta;
b) Si se trata de concesión de exploración, se pagará un quincua-
gésimo (1/50) de unidad tributaria mensual por cada hectárea
completa;
c) Si se trata de pertenencias cuyo interés económico principal
consista en sustancias no metálicas o en placeres metalíferos o
de pertenencias constituidas sobre sustancias existentes en sa-
lares, a un trigésimo (1/30) de unidad tributaria mensual, por
cada hectárea completa.
Para gozar de la patente rebajada a un trigésimo de UTM los ti-
tulares de las pertenencias mencionadas deberán acreditar ante
el Servicio, antes del 31 de enero del año en que se impetre el
beneficio, los hechos correspondientes, en la forma señalada en
los artículos 53 y siguientes del Reglamento del Código de Mi-
nería.
d) Patente minera especial. Cabe agregar que si se trata de perte-
nencias, propias o arrendadas, en explotación, que trabajen los
pequeños mineros y los mineros artesanales, se pagará un
diezmilésimo (1/10.000) de unidad tributaria mensual por
hectárea completa (Ley N° 19.719 de 2001, vigente hasta el
año 2008, inclusive).
CURSO DE DERECHO MINERO 297

Para gozar de este beneficio, los pequeños mineros y mineros


artesanales solicitarán al Servicio que se les reconozca el derecho a
pagar patente especial, de acuerdo a las normas y procedimientos
señalados en el reglamento dictado al efecto por el Ministerio de
Minería y publicado en el Diario Oficial el 27 de junio de 2001.
Luego, la patente se paga siempre por hectárea completa; las
fracciones de hectárea, entre las cuales por ejemplo las demasías,
no pagan patente. La unidad de pago, de acuerdo a lo dicho y al
artículo 49 del Reglamento del Código de Minería, se calculará
siempre tomando como base el valor que la unidad tributaria men-
sual tenga en el mes en que se haga el respectivo pago efectivo.

7. Quien está obligado al pago de la patente?: La obligación de


pagar la patente recae sobre el titular de concesión de exploración
o explotación, constituida en trámite, ya que los efectos de desam-
paro afectarán siempre al titular de la concesión.
Pero, en los hechos, puede ser pagada por cualquier persona
con o sin consentimiento del titular e incluso contra su voluntad.
Puede ocurrir que el titular de la concesión no tenga mayor interés
en pagar la patente, si ha dado en usufructo la concesión, o si se
requieren inversiones que no está en grado de financiar. En estos
casos, la patente puede ser pagada por un tercero, aún sin el con-
sentimiento del titular y contra su voluntad. Quien pague, conser-
vará los derechos que establece la ley común para recuperar lo
invertido.

8. Lugar y fecha de pago: Se paga en el mes de marzo de cada año,


en un banco o institución autorizada para recaudar impuestos, a
través de un formulario que entrega al efecto la Tesorería General
de la República. Si el pago no se efectúa, se inicia un procedi-
298 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

miento ejecutivo especial para sacar la concesión a remate y recu-


perar así el valor de las patentes adeudadas al Fisco.
No siendo interés del legislador privar al concesionario de su
propiedad, se dispone que puede también pagar válidamente en las
siguientes oportunidades:
a) Antes que el Tesorero General de la República envíe al
tribunal correspondiente la nómina de las concesiones cuyas
patentes no hayan sido pagadas. Si el pago se hace en otro
mes, el monto de la patente se calculará a partir del valor de
la unidad tributaria mensual que corresponde al mes del pago
(inciso 2°, artículo 149).
El Tesorero General de la República debe enviar la nómina
de las concesiones desamparadas a cada tribunal antes del
primero de julio de cada año;
b) El concesionario puede también pagar después que el Teso-
rero General de la República ha enviado la nómina al tribu-
nal y hasta antes del remate. Pero si paga en éste período de-
berá integrar el doble del valor adeudado. Se tomará como
base del cálculo, el valor de la unidad tributaria del mes en
que se efectúa el pago (artículo 149).
Hecho el pago del doble del valor adeudado, se podrá pedir
al juez que se elimine la concesión de la lista de remate.

9. Improcedencia de devolución de lo pagado por patente: No


procederá la devolución de las patentes pagadas por concesiones o
parte de ellas, que posteriormente se renuncien, caduquen, se
extingan o se abandonen conforme al artículo 112 (artículo 145).
Puede también ocurrir que el monto pagado al solicitar men-
sura sea superior al que corresponda pagar una vez constituida la
pertenencia porque, a petición del manifestante, se mensuró un
CURSO DE DERECHO MINERO 299

terreno de superficie inferior al solicitado, caso en el cual tampoco


corresponde devolución alguna. En resumen:
- La patente minera tiene una naturaleza jurídica sui generis;
- La primera patente se paga al momento de presentar la solici-
tud de sentencia o la solicitud de mensura;
- El monto de la primera patente es proporcional al tiempo que
media entre la presentación de la solicitud de sentencia o soli-
citud de mensura y el último día del mes de febrero siguiente;
- La obligación de pagar patente recae sobre el titular de la
concesión;
- El pago es anual y anticipado, se calcula en fracción de unidad
tributaria mensual, por hectárea completa;
- El pago de patente no admite interrupción o suspensión, no da
lugar a devolución y no se considera gasto para efectos tributa-
rios.

10. Procedimiento judicial por desamparo. (artículos 146 y siguientes


del Código de Minería y 49 y siguientes de su Reglamento).
El ordenamiento jurídico ha fijado como efecto de las obli-
gaciones, la facultad del acreedor de solicitar el cumplimiento por
medio de la fuerza, lo que se materializa en el procedimiento
ejecutivo. Las normas mineras dan al desamparo el carácter de un
juicio ejecutivo especial por medio del cual el Estado persigue el
cumplimiento del pago de patente minera. Luego, el procedimiento
ejecutivo de desamparo tiene por finalidad satisfacer el interés
público que justifica el otorgamiento de la concesión, y tiene
características especiales, tratándose de un procedimiento ejecuti-
vo especial de obligación de dar.
300 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

10.1 Normas legales aplicables al desamparo:


Si el concesionario minero no cumple la obligación de pagar la
patente anual anticipada, la concesión queda desamparada.
Al igual que el amparo, el desamparo de la concesión tiene
su origen en la Constitución Política. El artículo 19 N° 24, inciso
7°, luego de señalar que el régimen de amparo debe tender directa
o indirectamente a obtener el cumplimiento de la obligación del
concesionario, señala para esta obligación consiste en desarrollar
la actividad necesaria para satisfacer el interés público que justifica
el otorgamiento de la concesión. Agrega que el régimen de amparo
contemplará causales de caducidad para el caso de incumplimiento
o de simple extinción del dominio sobre concesión, y que, en todo
caso, dichas causales y sus efectos deben estar establecidos al
momento de otorgarse la concesión.
El inciso 8° de la norma constitucional citada, dispone que
será de competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de
justicia declarar la extinción de las concesiones.
La Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mine-
ras, preceptúa en el artículo 12, que las deudas provenientes de
patentes no pagadas sólo pueden hacerse efectivas en la concesión
respectiva, sin perjuicio de su caducidad por declaración de terre-
no franco. A su vez, el artículo 18 de la Ley Orgánica citada señala
que:
- “Las concesiones mineras caducan, extinguiéndose el dominio
de los titulares sobre ellas:
a) Por resolución judicial que declare terreno franco, si no
hubiere postores en el remate público del procedimiento
judicial originado por el no pago de la patente”.

De los preceptos legales citados concluimos que la concesión minera


es un derecho real inmueble sujeto a condición, en cuanto está ex-
CURSO DE DERECHO MINERO 301

puesta a perderse y a extinguirse por el cumplimiento de una condi-


ción resolutoria negativa, cual es el no pago de la patente.

10.2 Efectos del desamparo: Al respecto, hay que distinguir:


i. Efecto del incumplimiento de la obligación de pagar la
patente proporcional al presentar los escritos de solicitud de
sentencia o solicitud de mensura.
En cualquiera de estos casos se produce la extinción por ca-
ducidad de los derechos adquiridos al inscribirse el pedi-
mento o la manifestación (artículos 56, 60 y 144).
ii. En cambio, si con posterioridad al primer pago y durante la
tramitación de la concesión, no se pagare la patente anual
anticipada, la concesión en trámite quedará desamparada y
se iniciará el procedimiento ejecutivo para sacarla a remate
público.

En éste caso, el efecto es el mismo que se produce respecto a


las concesiones constituidas.
En conclusión, el desamparo afecta a las concesiones mine-
ras en trámite o constituidas, pero no afecta el patrimonio del
minero en caso alguno, ni siquiera respecto de los inmuebles acce-
sorios, como se verá más adelante.
El Código de Minería dedica los artículos 146 y siguientes al
desamparo y sus efectos. El Reglamento del Código de Minería
trata la materia en sus artículos 49 a 52.

El artículo 146 dispone que:


“Si el concesionario no paga la patente en el plazo que fija este
Código, se iniciará el procedimiento judicial para sacar la conce-
sión a remate público”.
302 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

“La ejecución de la obligación de pagar la patente sólo podrá


perseguirse sobre la respectiva concesión”.
“La acción referida prescribirá en el plazo de tres años, con-
tado desde el primero de Abril del año en que debió pagarse la
patente”.

10.3 Obligaciones de los funcionarios judiciales:


El artículo 157 del Código de Minería expresa que los jueces,
Secretarios y demás funcionarios a quienes se encomiendan dili-
gencias y actuaciones referentes al procedimiento por desamparo,
deben cumplirlas sin necesidad de requerimiento alguno.
La Corte de Apelaciones respectivas, de oficio o a petición
de cualquier persona, velará por el cumplimiento de lo antes seña-
lado.

10.4 Características del procedimiento de desamparo:


El procedimiento judicial ejecutivo por desamparo es especialísi-
mo. El título ejecutivo es la nómina de patentes no pagadas que
envía el Tesorero General de la República al tribunal; el juicio se
tramita en un solo cuaderno, no existe separación entre cuaderno
ejecutivo y cuaderno de apremio. No hay posibilidad de oponer
excepciones a la ejecución, salvo la de pago de la patente adeuda-
da, acompañando el comprobante respectivo. Tampoco existe
derecho de prenda general sobre los bienes del concesionario,
porque la deuda proveniente de patentes no pagadas sólo puede
hacerse efectiva en la concesión desamparada, que será sacada a
remate.
Si bien la doctrina ha discutido acerca de la naturaleza jurí-
dica del procedimiento para definir si hay o no contienda entre las
partes, la jurisprudencia coincide en estimar que se trata de un
procedimiento contencioso, ejecutivo especial, según se desprende
CURSO DE DERECHO MINERO 303

de los artículo 12 y 18 de la Ley Orgánica Constitucional sobre


Concesiones Mineras y del artículo 153 del Código de Minería
que hacen aplicables a este procedimiento las disposiciones del
Código de Procedimiento Civil relativas a la subasta de los bienes
inmuebles. La conclusión a que se llega produce varios efectos,
entre los cuales se encuentra, por ejemplo, determinar la forma en
que se cuentan los plazos.

10.4.1 Objeto del juicio de desamparo y prescripción del mismo.


La acción ejecutiva que nace del desamparo de la concesión tiene
por objeto obtener el cumplimiento forzado de la obligación de
amparar la concesión, cumplimiento que, puede perseguirse úni-
camente sobre la concesión desamparada, y que prescribe en el
plazo de tres años contados desde el primero de abril del año en
que debió pagarse la patente.
El objeto de la ejecución es entonces el de permitir que el
Fisco recupere las cantidades no pagadas por patentes mineras, lo
que logra sólo rematando la concesión de exploración constituida o
en trámite, o el lote de pertenencias constituidas o en trámite,
desamparadas. Encontrándose singularizada en la ley la cosa ob-
jeto del juicio ejecutivo, el trámite de embargo es innecesario.
Se excluyen de la ejecución los inmuebles accesorios defini-
dos en el artículo 3° del Código de Minería, las provisiones intro-
ducidas en la concesión y los minerales extraídos.

10.4.2 El procedimiento ejecutivo especial por desamparo (artículos


147 y siguientes del Código de Minería y 51 del Reglamento).
304 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Cuándo se inicia el procedimiento.


El artículo 147 prescribe que “Antes del día primero de julio de
cada año, el Tesorero General de la República enviará a cada uno
de los juzgados competentes la correspondiente nómina de las
concesiones mineras cuya patente no haya sido pagada, con espe-
cificación de su nombre y ubicación, el dueño que figura en el rol
respectivo y del monto adeudado”, el que debe expresarse en pesos
y también en unidades tributarias mensuales, calculadas al valor
que hayan tenido en el mes en que debió efectuarse el pago.
Entonces, el procedimiento se inicia cuando el tribunal reci-
be la nómina de concesiones mineras cuyas patentes no han sido
pagadas, que prepara el Tesorero General de la República, quien
tiene plazo hasta antes del primero de julio de cada año para enviar
las nóminas a los tribunales, obligación que puede cumplir en
cualquier fecha entre el último día de marzo y el treinta de junio de
cada año.
Durante ese período, y mientras la nómina no haya sido en-
viada al tribunal, el concesionario puede pagar la patente, calcula-
da en unidades tributarias mensuales del mes en que haga el pago,
sin el recargo señalado en el artículo 149, cual es, pagar el doble
de su valor.

10.4.3 Resolución judicial que recae sobre la nómina


Una vez recibida la nómina por el tribunal, se inicia el procedi-
miento con la resolución del juez que fija día y hora para el remate
de las concesiones incluidas en la nómina, y que ordena se publi-
que la nómina y la resolución respectiva, por dos veces, en dos
días distintos, en el Boletín Oficial de Minería. Nada obsta para
que se hagan en dos días seguidos.
CURSO DE DERECHO MINERO 305

En este caso, la publicación es una medida de publicidad y


tiene también el valor de notificación para los concesionarios
afectados.

10.4.4 Pago de las costas del juicio:


Corresponderá a la Tesorería General de la República efectuar las
publicaciones y cubrir sus gastos, sin perjuicio de que una vez
efectuado el remate, las personas que se adjudiquen concesiones
deberán pagar las costas causadas en la gestión de prorrata del
precio de remate (artículo 150).

10.4.5 Corrección de errores u omisiones de la nómina (artículo 147)


Las omisiones o errores en que hubiere incurrido la Tesorería al
preparar las nóminas de patentes desamparadas, podrán ser rectifi-
cadas antes del remate, a solicitud de cualquier persona. No se
exige que sea el titular quien lo solicite: puede ser por ejemplo, el
arrendatario, el usufructuario, un agente oficioso, etc. El error a
que se hace referencia consiste principalmente en que se haya
incluido en la nómina concesiones debidamente amparadas.
Será necesario acompañar comprobante del pago que justifi-
que la petición, pues el artículo 147 prescribe que el juez procede-
rá con conocimiento de causa. Las rectificaciones se publicarán en
el Boletín Oficial de Minería por dos veces, en dos días distintos.
Si por un error no rectificado antes del remate se subasta y
transfiere una concesión que estaba amparada, o se la declara
terreno franco por no haber postores, para recuperarla, el titular
puede accionar de nulidad del remate y de todo lo obrado con
posterioridad, o sea, la adjudicación o la declaración de terreno
franco.
El titular, puede también intentar una acción reivindicatoria,
previa impugnación del remate, contra la persona que haya adqui-
306 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

rido la concesión para que sea condenado a restituírsela, acción


que fue acogida en un caso por la Excelentísima Corte Suprema.
En estos casos no hay evicción.
El secretario del tribunal dejará testimonio en los autos de
haberse publicado los avisos en la forma y con la anticipación que
señala el artículo 147.

Fecha de realización del remate. El remate no podrá efectuarse


antes de los treinta días hábiles siguientes a la última publicación.
Si hubo rectificaciones, el remate no podrá efectuarse antes de
los treinta días hábiles siguientes a la última publicación que rectifica
la nómina. La razón por la que se cuentan días hábiles se encuentra en
lo dispuesto en el artículo 236, del Código de Minería, ya que este
procedimiento ejecutivo se define como contencioso.
Cabe observar que el artículo 147 no fija plazo para pedir la
rectificación de errores u omisiones en la nómina, limitándose a
señalar que la petición debe hacerse “antes del remate”, lo que unido
a la exigencia de realizar el remate una vez transcurridos al menos
treinta días hábiles después de la última publicación, permite que en
los hechos, la rectificación puede convertirse en un mecanismo para
postergar el remate. En todo caso, el día y hora que fije el juez para el
remate, deberá contemplar el tiempo necesario para que se hagan las
publicaciones, y para que entre la última de ellas y el día del remate
transcurran treinta días hábiles, a lo menos.

10.4.6 Forma en que se rematan las concesiones. Se rematarán en


un solo lote todas las concesiones que no hayan pagado patente y
estén comprendidas en el mismo número en el rol correspondiente
de Tesorería (artículo 148).
Si se trata de concesiones de exploración habrá una en cada
rol porque sólo se puede pedir una en cada pedimento. Las perte-
CURSO DE DERECHO MINERO 307

nencias se pueden agrupar en lotes con un número de rol único,


porque se permite solicitar varias en una manifestación.

a) El mínimo para la subasta de cada lote de concesiones será el


valor de las patentes adeudadas (artículo 149).

b) Requisitos para participar en el remate (artículo 148, inciso 2°).


Para tomar parte en el remate de cada lote, todo postor deberá
acompañar boleta de depósito a la orden del juzgado por una suma
equivalente al valor adeudado por las patentes de todas las conce-
siones que se rematan en el lote respectivo, o depositar previa-
mente ese valor en efectivo en poder del Secretario del tribunal.
El valor a consignar se calculará en base al valor que tenga la
unidad tributaria mensual del mes en que se efectúe el remate
(artículo 49 del Reglamento).
Luego, quien se interese en un lote determinado, hará el de-
pósito en la forma exigida y sólo podrá hacer posturas por dicho
lote. Si se interesa en más lotes hará las consignaciones que co-
rrespondan (artículo 148, inciso 2°).

10.4.7 Derecho del dueño de la concesión desamparada. El titular


de la o las concesiones desamparadas no será admitido a hacer
posturas por ella, pero podrá eliminarla de la subasta hasta el
momento del remate, pagando el doble del valor adeudado (artí-
culo 149).
La prohibición se funda en que, hasta antes de la adjudica-
ción en remate o antes de la declaración de terreno franco según
correspondiere, el titular es dueño de la concesión y no puede
adquirir lo que es suyo.
308 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La posibilidad de eliminar de la subasta la concesión en mo-


ra hasta antes del remate, nos permite entender que la ley no pre-
tende despojar al concesionario de su propiedad.
Naturalmente, el titular de concesiones desamparadas puede
participar en la subasta de concesiones ajenas cumpliendo con
efectuar la consignación exigida.

10.4.8 Realización del remate. Conforme a lo dispuesto por los


artículos 485 del Código de Procedimiento Civil y 153 del Código
de Minería, el remate se efectúa ante el tribunal que conoce de la
ejecución.
Al realizarse el remate, el día y hora establecidos por el tri-
bunal, pueden presentarse las siguientes situaciones:

a) No se presentan postores interesados en la concesión o lote de


concesiones. En este caso el juez, de oficio, declarará franco el
terreno y ordenará cancelar las correspondientes inscripciones en
el Conservador de Minas, resolución que se notificará por el esta-
dio diario (artículos 18 de la LOC y 155 del Código de Minería).
La resolución que declara franco el terreno es una sentencia
definitiva, que queda ejecutoriada cuando han transcurrido diez
días desde la notificación realizada por el Estadio Diario, en la
forma ordenada en el artículo 50 del Código de Procedimiento
Civil.
Ejecutoriada la resolución que declara franco el terreno, se
produce la caducidad de la concesión o lote y se cancelan las
inscripciones correspondientes, que pueden ser, la del pedimento o
manifestación o la de la sentencia constitutiva en su caso. El cum-
plimiento se hace por medio de oficio al Conservador de Minas.
Declarado franco el terreno, cualquier persona puede pedir o mani-
festar sobre el mismo.
CURSO DE DERECHO MINERO 309

b) Hubo postores y la concesión o lote de concesiones fueron


adjudicados en el remate. El subastador tiene el plazo de ocho días
hábiles, contados desde la fecha del remate, para enterar el precio
de la subasta, lo que hará en la siguiente forma:
- Debe acompañar testimonio o comprobante de haber pagado
las patentes adeudadas;
- Debe pagar las costas de la causa calculadas por el secretario
del tribunal en proporción al precio del remate; y
- Depositar el resto, si lo hubiere, a la orden del juzgado, para
ser entregado al anterior titular de la concesión.

Las costas causadas son las que provienen de las publicaciones y


deben enterarse en la Tesorería General de la República.

10.4.9 Sanción para el rematante que no cumple. Si el rematante


no entera el precio de la subasta dentro del plazo de ocho días, la
adjudicación quedará sin efecto por el sólo ministerio de la ley. El
juez hará efectiva la caución depositada para participar en el re-
mate, a beneficio fiscal, y ordenará que la concesión o lote sea
sacados nuevamente a remate (artículos 150 y 152 del Código de
Minería).
La norma se funda en que si hubo interés por la concesión
en el primer remate lo habría también en el segundo y tiende a
cumplir el principio del interés público en el desarrollo de la in-
dustria minera.

10.4.10 Actuaciones posteriores al remate: Los demás procedi-


mientos relativos al remate, al acta correspondiente, a la escritura
de adjudicación y a su inscripción, se regirán por las disposiciones
del Código de Procedimiento Civil relativas a la subasta de bienes
310 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

inmuebles embargados (artículo 153). El acta de remate y la es-


critura de adjudicación se extienden conforme a las normas del
Código de Procedimiento Civil.
La escritura de adjudicación se inscribirá en el Registro que
corresponda según si la de concesión rematada es de exploración o
es pertenencia. De acuerdo a las normas civiles, con la inscripción
se efectúa la tradición al adquirente.

10.4.11 Gravámenes inscritos que afectan a la concesión remata-


da. Los gravámenes como avíos, hipotecas, promesa de venta,
servidumbres, etc., que afectan a la concesión rematada, son opo-
nibles a terceros si están debidamente inscritos en el Conservador
de Minas. En estos casos pasan al rematante, quien asumirá las
obligaciones en los términos en que fueron establecidas. El remate
no altera ni sanea los gravámenes inscritos, el rematante los ad-
quiere con la concesión. (artículo 154 del Código de Minería).
En cambio, si existieren gravámenes no inscritos, no serán
oponibles al nuevo dueño.

10.4.12 Situación de los inmuebles accesorios de la concesión


rematada.
Son inmuebles accesorios aquellos definidos en el artículo 3° del
Código de Minería. Representan parte importante de la inversión
en capital que ha hecho el titular de concesión y no se incluyen en
el remate de la concesión por desamparo.
Respecto a estos bienes, en caso de remate de la concesión
por desamparo, hay que distinguir dos situaciones:

a) En el remate hubo postores y la concesión fue rematada. El


caso contemplado en el artículo 151 del Código de Minería, dis-
CURSO DE DERECHO MINERO 311

pone que “el subastador no se hace dueño de las cosas que se


reputan inmuebles accesorios conforme al artículo 3°, pero el
derecho del concesionario rematado o anterior a reclamarlos, cesa
en el plazo de un año contado desde la inscripción de la escritura
de adjudicación.
Vencido el plazo de un año sin que hayan sido reclamados
y/o retirados, los inmuebles accesorios entran, “por el sólo minis-
terio de la ley” al dominio del nuevo dueño de la concesión sin
cargo para el, lo que significa que el nuevo dueño no debe pagar el
valor de los inmuebles accesorios no reclamados dentro del plazo
del año ya señalado.
La disposición se refiere al nuevo dueño, porque puede su-
ceder que durante el año, el subastador haya transferido o transmi-
tido los derechos adquiridos en el remate.

b) En el remate no hubo postores. Según el artículo 155 del Códi-


go de Minería, si no hay postor por alguna concesión o lote, el
juez declarará franco el terreno y ordenará cancelar las correspon-
dientes inscripciones en el Conservador de Minas.
En este caso, el derecho del titular anterior para reclamar los
inmuebles accesorios durará “hasta seis meses después de constituida
una pertenencia en el terreno en que dichos bienes se encuentran
ubicados”. Transcurrido este plazo, los inmuebles accesorios de la
concesión rematada entrarán, por el sólo ministerio de la ley, al do-
minio del dueño de la pertenencia, sin cargo para él, o sea, sin que
tenga alguna obligación de pago respecto del anterior propietario.
Este plazo es más largo que el anterior porque puede pasar
bastante tiempo antes que quede constituida una concesión sobre el
terreno en que se encuentran los inmuebles accesorios.
312 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

10.4.13 Obligaciones del Tesorero General de la República y del


SERNAGEOMIN.
La Tesorería General de la República y el Servicio, tienen una
actividad importante en todo el proceso de pago de patentes por
desamparo.
Entre las obligaciones del Tesorero General podemos desta-
car las siguientes:
a) Antes del primero de julio de cada año debe remitir al tribu-
nal competente la nómina de las concesiones desamparadas,
en las que especificará el nombre y ubicación de la conce-
sión, del dueño que figura en el rol respectivo y del monto
adeudado, señalado en pesos y en unidades tributarias men-
suales.
b) Remitirá al Conservador de Minas, la nómina de las conce-
siones que pagaron sus patentes. En cada nómina se especi-
ficará el nombre y ubicación de la concesión, del dueño que
figura en el rol correspondiente, y la cantidad pagada.
c) Remitirá copia autorizada de las dos nóminas antes señala-
das al Servicio Nacional de Geología y Minería.
d) Mantendrá estas dos nóminas a disposición de quien desee
examinarlas (artículo 156).
e) Velará por la debida publicación de los avisos y por el cum-
plimiento de los demás trámites de la subasta, hasta la termi-
nación de las respectivas gestiones (artículo 158).

10.4.14 Obligaciones del SERNAGEOMIN.


Según dispone el artículo 159, el Servicio tendrá a su cargo:
a) La supervigilancia de todas las actuaciones relativas al pro-
cedimiento ejecutivo por desamparo;
b) Llevará el rol de todas las concesiones mineras vigentes;
CURSO DE DERECHO MINERO 313

c) Conservará las nóminas que reciba de la Tesorería General


de la República y los demás antecedentes para identificar los
terrenos cubiertos por concesiones mineras;
d) Denunciará, ante quien corresponda, cualquier incumpli-
miento en que se incurra;
e) Según el artículo 52 del Reglamento, también velará por que
se practiquen las notificaciones y se cancelen las correspon-
dientes inscripciones. Con este objeto, podrá hacer las pre-
sentaciones judiciales y los requerimientos pertinentes.

11. Otras causales de extinción de las concesiones mineras

Los fundamentos jurídicos de extinción de las concesiones mineras


se encuentran en el artículo 19, Nº 24, inciso 7° de la Constitución
Política, en la parte en que prescribe que la concesión obliga al
titular a satisfacer el interés público que justifica su otorgamiento,
agregando que el régimen de amparo tiene por objeto obtener el
cumplimiento de la obligación en forma directa o indirecta, y debe
contemplar las causales de caducidad para el caso de incumpli-
miento o de simple extinción del dominio.
Como se ha visto, las concesiones mineras pueden extinguir-
se por desamparo y también pueden caducar o extinguirse por
otras causales, algunas de las cuales son comunes a las concesio-
nes de exploración y a las pertenencias, mientras que otras son
propias y aplicables sólo a una u otra de ellas. La normativa que
las rige se encuentra en parte en los artículos 160 y siguientes del
Código de Minería, y en parte en otras disposiciones que se citarán
en cada caso.
314 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

11.1 Causales de extinción que afectan a las concesiones mineras


en general
1°. Extinción por desamparo: Se produce la extinción de la conce-
sión minera cuando, habiendo quedado en desamparo por no pago
de la patente, no se presentan postores al remate, caso en que el
juez debe declarar franco el terreno y ordenar la cancelación de las
respectivas inscripciones en el Conservador de Minas. La resolu-
ción se dicta de oficio y se notifica por el estado diario.
En cambio, si la concesión desamparada fue rematada y ad-
judicada no se extingue, si no que, sólo cambia de dueño, lo que
conlleva que no siempre el desamparo es causal de extinción.

2° Extinción por incumplimiento del plazo de inscripción de la sen-


tencia. Caducará la concesión minera si no se requiere la inscripción
de la sentencia constitutiva de concesión en el plazo fatal y corrido de
ciento veinte días, contados desde la fecha de la sentencia de primera
instancia o desde la fecha del decreto que ordena el cumplimiento de
la sentencia de segunda instancia (artículo 160).
En el inciso final del artículo 89 se dispone que si la inscrip-
ción no se requiere dentro del plazo señalado, la sentencia dejará
de surtir efectos y la concesión o concesiones caducarán.
La caducidad afectará también a las concesiones respecto de las
cuales se haya pedido la inscripción de la sentencia en el Conservador
de Minas sin acompañar, dentro de plazo, todos los documentos que
ordenan el Código y el Reglamento: plano, plano y acta en su caso,
ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se publicó el extracto
de sentencia y comprobante de haber cumplido con entregar al
SERNAGEOMIN el original del plano y copia del acta de mensura si la
sentencia constituye una pertenencia, o sólo original del plano, si la
sentencia es constitutiva de concesión de exploración.
CURSO DE DERECHO MINERO 315

3° Extinción de la concesión por renuncia del titular. (artículos 18


de la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras,
162 del Código de Minería, y artículo 61 y siguientes de su Re-
glamento). La renuncia a la titularidad de la concesión es una
particularidad del derecho minero, pues el titular de concesión, que
es dueño de un derecho real inmueble que se rige por las mismas
leyes civiles que los demás inmuebles, salvo en lo que contraríen
disposiciones de la Ley Orgánica Constitucional o del Código de
Minería, tiene derecho a renunciar a ella.
El Código Civil no contiene disposiciones que permitan al
titular de propiedad inmueble renunciar a la misma por acto unila-
teral de voluntad.
El inciso 1° del artículo 162 del Código de Minería prescribe
que la concesión minera es renunciable sin perjuicio del derecho
de terceros para oponerse a las renuncias que los perjudiquen, esto
es, se autoriza la renuncia a la concesión cuando mira sólo al
interés particular del renunciante.
La renuncia puede referirse a concesión de exploración o a
pertenencia. Para que surta efectos la concesión debe estar debi-
damente constituida e inscrita. El pedimento, la manifestación y en
general, la concesión en trámite no son susceptibles de renuncia.
La renuncia a una concesión de exploración será siempre total. En
cambio, el titular de un grupo de pertenencias puede renunciar
parcialmente conservando algunas de ellas en su poder, siempre
que estas tengan al menos un punto de contacto con otras que
también conserve.
El concesionario que renuncia debe tener la capacidad y la
facultad para renunciar y debe cumplir con los requisitos necesa-
rios para enajenarla, porque la renuncia es un acto de disposición.
Debe constar en escritura pública, no debe perjudicar derechos de
terceros y se perfecciona por la cancelación de las respectivas
316 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

inscripciones en el Conservador de Minas, ordenadas por el juez


competente.
Después de inscrita la sentencia que acoge la renuncia, el
interesado deberá regularizar la situación de los hitos, derribándo-
los si la renuncia fue total, o derribándolos y recolocándolos si fue
parcial, para lo cual deberá atenerse a las normas sobre reposición
de hitos del Código y del Reglamento.
Entre los terceros que podrían verse perjudicados con la re-
nuncia se encuentran, por ejemplo: el promitente comprador, el
aviador, un acreedor del minero, etc.
El Reglamento fija, en los artículos 61 y siguientes, las nor-
mas procesales relativas a la renuncia, las que, descritas sucinta-
mente consisten en que una vez extendida por el minero la escritu-
ra pública de renuncia, éste debe solicitar su aprobación al juez
competente, pidiendo también que ordene la cancelación de las
inscripciones. Este escrito da origen a un procedimiento de juris-
dicción voluntaria. El juez examinará la petición y los documentos
acompañados y encontrándola conforme, ordenará su publicación
por una sola vez, en el Boletín Oficial de Minería.
A partir de la fecha de la publicación, empieza a correr un
plazo de sesenta días para que, quien se sienta perjudicado con la
renuncia deduzca oposición a la misma. La sola presentación de la
demanda de oposición transforma el procedimiento en contencio-
so, el que se tramitará conforma a las normas del juicio sumario.

4° Expropiación por causa de utilidad pública o de interés nacio-


nal. El artículo 19, Nº 24, inciso 9° de la Constitución prescribe
que el dominio del titular sobre su concesión minera está protegido
por la garantía constitucional de que trata este número pero, al
igual que los inmuebles, las concesiones pueden ser objeto de
expropiación. El Código de Minería no contiene normas sobre
CURSO DE DERECHO MINERO 317

expropiación, por lo que al respecto será necesario remitirse a lo


dispuesto en los artículos 10 Nº 4 y 11 Nº 3 de la Ley Orgánica
Constitucional sobre Concesiones Mineras.
El artículo 10 Nº 4 declara que el concesionario de explora-
ción tiene derecho exclusivo a ser indemnizado, en caso de expro-
piación, por el daño patrimonial que efectivamente se le haya
causado.
El artículo 11 Nº 3 prescribe que el concesionario de explo-
tación tiene derecho exclusivo a ser indemnizado en caso de ex-
propiación de la concesión por el daño patrimonial que efectiva-
mente se le haya causado, el que consiste en el valor comercial de
las facultades de iniciar y continuar la extracción y apropiación de
las sustancias que son objeto de la concesión.

11.2 Causales de extinción que afectan sólo a las concesiones de


exploración.
1. La concesión de exploración se extingue si su titular no deduce
la acción obligatoria de oposición a la solicitud de mensura esta-
blecida en el Nº 1° del artículo 61.
La extinción, que es la sanción que aplica la ley por el des-
cuido del concesionario afectado, está prescrita en el inciso 2° del
artículo 65, que dispone que el titular de un pedimento o de una
concesión de exploración de fechas anteriores, que no deduzca
oportunamente la acción del número primero del artículo 61,
perderá los derechos emanados de su pedimento o concesión,
respecto de los terrenos sobre los cuales se llegue a constituir
pertenencia por quien debió haber sido demandado.
En todo caso, la sanción no opera automáticamente, la pérdi-
da de derechos afectará los terrenos una vez que “se llegue a cons-
tituir pertenencia” sobre ellos, por quien debió haber sido deman-
dado. Luego, la extinción está sujeta al cumplimiento de una con-
318 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

dición, cual es, que se llegue a constituir pertenencia sobre los


terrenos.

2. Se extingue la concesión de exploración por expiración del


período de dos años establecidos para su duración en el artículo
112 del Código. También se extingue cuando ha transcurrido el
período de dos años de prórroga.

3. La concesión de exploración caduca, si durante su vigencia el


titular establece por sí o por interpósita persona una explotación
minera en ella, o si conviene con cualquier otra persona para que
efectúe dicha explotación. En estos casos, el juez declarará franco
el terreno y ordenará la cancelación de las correspondientes ins-
cripciones (artículo 115). El legislador concede acción pública
para denunciar ante el juez las contravenciones descritas.

11.3 Causal de extinción de pertenencia. Se extinguirá la perte-


nencia cuyo titular no interpuso en tiempo y forma la acción de
nulidad por superposición prescrita en los números 6° y 7° del
artículo 95. En estos casos, la sentencia que declara la prescripción
de la acción de nulidad a que se refieren los números 6° y 7° cita-
dos, declarará también extinguida la pertenencia afectada por la
superposición.

12. Efectos tributarios del pago de patente (artículos 12 de la LOC


y 163 del Código de Minería)

Atendido que el valor de la patente puede alcanzar cifras impor-


tantes, el Código de Minería entrega algunas normas en los artí-
culos 163 y siguientes. Al respecto, el artículo citado fija la si-
CURSO DE DERECHO MINERO 319

guiente norma general: “El valor de las patentes mineras será de


exclusivo beneficio fiscal y no serán considerados como gastos
para fines tributarios”. No obstante, con fines de fomento de la
actividad, se consideran las siguientes situaciones tributarias favo-
rables al minero.

12.1 Imputación de la patente como gasto de organización para


fines tributarios
El artículo 163 contempla la situación del minero o de la empresa
minera que no ha iniciado la explotación de la pertenencia. Dispo-
ne que las cantidades pagadas a título de patente minera por la
pertenencia o la concesión de exploración que la haya precedido,
durante los cinco años inmediatamente anteriores a aquel en que se
inicia la explotación de la pertenencia, serán consideradas para
fines tributarios, como gastos de organización de aquellos a que se
refiere el artículo 31, Nº 9 de la Ley de la Renta.
Para gozar del beneficio descrito, el minero o la empresa mi-
nera debieron cumplir con declarar su renta efectiva afecta a im-
puesto de primera categoría sobre la base de contabilidad fidedig-
na. La renta efectiva es aquella que corresponde a los ingresos que
constituyen utilidad a beneficio de la actividad que se realiza y la
que deberá determinarse mediante contabilidad completa.
Se benefician con la disposición del artículo 163 del Código
de Minería, las cantidades pagadas a título de patente minera por
la pertenencia o por la concesión de exploración que la haya pre-
cedido, durante los cinco años inmediatamente anteriores a aquel
en que se inicie la explotación de la pertenencia. El beneficio
consiste en que lo pagado será considerado como gastos de organi-
zación de aquellos contemplados en el artículo 31 N° 9 de la Ley
de la Renta y en tal calidad deberán ser amortizados.
320 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El citado artículo 31 dispone que la renta líquida se determi-


na deduciendo de la renta bruta todos los gastos necesarios para
producirla; el Nº 9° se refiere a los gastos de organización y puesta
en marcha y a su forma de amortización.
Para aplicar esta disposición “se presume de derecho que la
explotación de la pertenencia se ha iniciado cuando su propietario
o terceros, en su caso, vendan minerales o productos provenientes
de ellas” (artículo 166). La presunción de derecho de la fecha de
iniciación de la explotación fija la fecha en que el minero puede
empezar a contabilizar como gastos de organización las cantidades
pagadas por patentes mineras en los cinco años precedentes.

12.2 El pago de patente como pago provisional voluntario de


impuesto
El inciso 3° del artículo 12 de la Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras, dispone que lo pagado por patente por
una concesión de explotación se imputará al pago del impuesto a la
renta, que derive de la actividad minera realizada en la respectiva
concesión, con arreglo a lo que determine el Código de Minería.
El artículo 164 del Código de Minería contiene disposicio-
nes sobre el efecto tributario del pago de patente del titular de
pertenencia en explotación. Prescribe que a contar del año en que
la pertenencia comience a ser explotada, las cantidades pagadas en
el mes de marzo a título de patente minera, tendrán el carácter de
un pago provisional voluntario, de aquellos a que se refiere el
artículo 88 de la Ley de la Renta. Agrega que estos pagos serán
imputados exclusivamente a las siguientes obligaciones tributarias:
1° Retenciones que afectan a los mineros o empresas mineras
según lo prescrito en el artículo 74 N° 6 de la Ley de la Renta, que
ordena a los compradores de productos mineros retener el im-
CURSO DE DERECHO MINERO 321

puesto único sustitutivo que afecta las rentas provenientes de la


actividad minera;
2° Pagos provisionales obligatorios que deban efectuar las empre-
sas mineras, según lo prescrito en el artículo 84 letra d) de la Ley
de la Renta;
3° Al impuesto de primera categoría que efectúe la regalía, renta
de arrendamiento o prestación de similar naturaleza, percibida por
el titular de una pertenencia entregada a terceros para su explota-
ción (artículo 164).

Gracias a este mecanismo legal las cantidades pagadas como


patente minera pueden imputarse a pago provisional voluntario,
siempre que la pertenencia esté siendo explotada, lo que se prueba
cuando se venden minerales o pastas que de ella provienen.
Los pagos provisionales se reajustan en la forma prevista en
la Ley de la Renta y se hacen valer respecto de las retenciones y de
los pagos provisionales obligatorios que afecten las ventas realiza-
das en los doce meses siguientes al pago de la patente minera.
En caso que, en los doce meses, el minero no haya imputado
el total pagado por patente, no hay lugar a devolución de saldos ni
a imputación en otros períodos.

12.3 Obligación de los compradores de minerales.


Para que el productor minero pueda gozar del beneficio de imputar
de lo pagado por patente a las retenciones señaladas en el artículo
164 N° 1, el artículo 165 dispone que los compradores de minera-
les o de productos mineros deberán exigir a los vendedores que
soliciten la imputación, la exhibición del comprobante original que
acredita el pago de la patente minera.
322 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El comprador anotará, al dorso de dicho comprobante, la si-


guiente información:
a) Fecha de la imputación;
b) Monto imputado debidamente actualizado, según lo pre-
visto en el artículo 88 de la Ley de la Renta;
c) Saldo o remanente para futuras imputaciones; y
d) Pertenencia de la cual provienen los minerales o productos,
según declaración escrita del vendedor.

En resumen, las imputaciones a pago provisional voluntario de las


cantidades pagadas por los mineros o empresas mineras a título de
patente, sólo pueden hacerse valer respecto de las retenciones y
pagos provisionales obligatorios (casos señalados en los números 1
y 2 del artículo 164), que afectan a las rentas que se realicen en los
doce meses inmediatamente siguientes a aquel en que deba efec-
tuarse el pago de la patente minera. Los saldos que no hubieren
podido imputarse en dicho plazo y forma, no dan lugar a devolu-
ción ni pueden imputarse en períodos posteriores.
En cambio, el número 3° del artículo 164, que contempla el
caso de la pertenencia que no es explotada directamente por el
titular, no es aplicable al régimen tributario especial a que pueden
acogerse los mineros, por lo que estas rentas están afectos a los
impuesto de Primera Categoría, Global Complementario o Adicio-
nal, en su caso.

12.4 Presunciones de derecho.


El artículo 166 del Código de Minería prescribe que: “Para los
efectos de lo dispuesto en el artículo 164, se presume de derecho
que la explotación de la pertenencia se ha iniciado cuando su
CURSO DE DERECHO MINERO 323

propietario o terceros, en su caso, vendan minerales o productos


provenientes de ella”.
Agrega que bastará que una sola de las pertenencias de un
mismo dueño, comprendidas en la misma acta de mensura, haya
iniciado explotación para que se presuma de derecho que todas se
encuentran en explotación, con lo que se aplicará a su propietario
el régimen tributario antes descrito.
Finalmente, agrega el inciso 3°, del artículo 166 que “si las
pertenencias de un mismo dueño, comprendidas en una misma acta
de mensura, abarcan una superficie superior a mil hectáreas, su
propietario podrá deducir o imputar –para efectos tributarios– sólo
el valor de las patentes correspondientes a mil hectáreas.
Esta última situación no puede presentarse respecto de per-
tenencias constituidas de acuerdo al Código vigente ya que en el
artículo 44 N° 4 se dispone que: “la superficie total del grupo de
pertenencias solicitadas en una manifestación no podrá exceder a
mil hectáreas”. No es legalmente posible que una persona posea un
lote de pertenencias que abarquen más de mil hectáreas y que
hayan sido mensuradas en un solo acto y estuvieren comprendidas
en una misma acta de mensura.
En cambio, es posible que una persona sea titular de varios
lotes de mil hectáreas, los que habrían sido manifestados y mensu-
rados separadamente, pero este no es el caso contemplado en el
inciso final del artículo 166.
CAPÍTULO XI
DE LOS CONTRATOS Y CUASICONTRATOS

1. Generalidades.

Antes de entrar en esta materia cabe recordar que la concesión


minera fue definida como un derecho real inmueble al que se le
aplican las mismas normas civiles que a los demás inmuebles,
salvo en lo que contraríen disposiciones de la Ley Orgánica Cons-
titucional sobre Concesiones Mineras o del Código de Minería.
En la minería, como en toda actividad económica, se impone
la necesidad de celebrar actos y contratos, porque como vehículo
de las relaciones jurídico económicas el contrato permite el inter-
cambio de bienes y servicios, la circulación de la riqueza y en
general, el crecimiento del país.
Los contratos y cuasicontratos son fuentes de obligaciones.
Así lo dispone el artículo 1437 del Código Civil, que agrega en
esta categoría también a los delitos, cuasidelitos y a la Ley. El
Código Civil dispone que en los contratos las obligaciones nacen
del concurso real de voluntades y deben cumplirse de buena fe,
principios que tienen pleno valor en derecho minero.
De los contratos y cuasicontratos mineros se ocupa el Título
XI del Código de Minería. La regla general es que los contratos y
el cuasicontrato de sociedad legal minera se ubican en el campo
del derecho minero privado, campo en que las partes pueden hacer
o pactar todo aquello que la ley no prohibe.
En el sector minero existen también contratos que se rigen
por normas de orden público, como por ejemplo los contratos
especiales de operación a que hace mención el artículo 8° del
Código de Minería, que son las que se celebran entre el Estado y
326 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

un particular para explorar y/o explotar las sustancias minerales no


concesibles. A esta misma categoría pertenecen los contratos de
asociación que pueden celebrarse entre CODELCO y privados para
la explotación de nuevos yacimientos, como dispone la Ley N°
19.137, pero estos contratos están regulados en leyes especiales y
no forman parte del Código de Minería.
En el Título XI del Código encontraremos algunos contratos
regulados por el Código Civil que sufren alteraciones menores en
el Derecho de Minería, como sucede en los contratos de compra-
venta, permuta, arrendamiento o usufructo. Por el contrario, otros
contratos presentan modificaciones sustanciales, como ocurre con
los contratos de promesa; y finalmente, existen contratos propios
de esta disciplina jurídica como el contrato de opción de compra,
el contrato de avío, el cuasicontrato de sociedad legal minera o el
antiguo contrato de pirquén, no contemplado en legislación vi-
gente.
Las normas generales que rigen las relaciones contractuales
mineras son las mismas del derecho civil, esto es, el principio
general de la autonomía de la voluntad consagrado en el artículo
1545 del Código Civil, la obligación, también general, de cumplir
de buena fe lo pactado, contenida en el artículo 1546 del Código
Civil, la igualdad entre las partes contratantes, etc.
Por su naturaleza, la actividad minera es aleatoria, enten-
diendo el concepto de lo aleatorio, en los términos definidos por el
artículo 1441 del Código Civil, porque puede ocurrir que el equi-
valente a la obligación que contrae una parte consista en una con-
tingencia incierta de ganancia o pérdida. En los contratos mineros
la contingencia incierta, o el albur, no depende del cumplimiento
de una condición pactada, sino de los resultados económicos, es
decir, de la utilidad o provecho que puede reportar el contrato.
CURSO DE DERECHO MINERO 327

Estos motivos explican porque respecto de algunos contratos


el Código del ramo legisla sólo sobre las peculiaridades que modi-
fican sus efectos sin entrar a repetir normas civiles.
El artículo 167 del Código de Minería dispone que los con-
tratos relativos a concesiones mineras o sustancias minerales se
sujetarán a las normas del derecho común, salvo en cuanto éstas
aparezcan modificadas por este Código. En estos términos, entrega
la regla general en materia de contratos mineros, cual es la aplica-
ción preferente de las normas especiales del Código del ramo a los
contratos que reglamenta y, complementariamente, la aplicación
de las normas del derecho común en todo aquello que no haya sido
materia del Código.
El contrato adquiere el carácter de minero, cuando tiene por
objeto una cosa de la minería. Un contrato, (promesa, compraven-
ta, permuta, arrendamiento, usufructo, hipoteca, prenda, sociedad,
etc.) será considerado contrato minero, si su objeto es una conce-
sión minera constituida o en trámite o sustancias minerales conce-
sibles extraídas o in situ. Los contratos que recaigan sobre accio-
nes de sociedades regidas por el Código, o que recaigan sobre
derechos establecidos en el Código, se rigen por las normas espe-
ciales o generales que en cada caso correspondan.

2. Normas aplicables a los contratos relativos a concesiones


mineras o sustancias minerales (artículo 167):

Al respecto conviene recordar que la concesión minera ha sido


definida en el inciso 1° del artículo 2° de la Ley N° 18.097, Orgá-
nica Constitucional sobre Concesiones Mineras y en el inciso 1°
del artículo 2° del Código de Minería como un “derecho real e
inmueble; distinto e independiente del dominio del predio superfi-
cial, aunque tengan un mismo dueño; oponible al Estado y a cual-
328 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

quier persona; transferible y transmisible; susceptible de hipoteca


y otros derechos reales y en general, de todo acto o contrato; y que
se rige por las mismas leyes civiles que los demás inmuebles,
salvo en lo que contraríen disposiciones de la Ley orgánica cons-
titucional o del presente Código”.
La definición legal citada precisa que estamos ante un dere-
cho real (artículo 577 del Código Civil), inmueble susceptible de
todo acto o contrato, o sea, que se encuentra en el mercado y se
rige por las mismas leyes civiles de los demás inmuebles salvo en
lo que contraríen disposiciones de la Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras o del Código de Minería. En conse-
cuencia, respecto de las concesiones mineras se puede pactar
cualquiera de los contratos que pueden recaer sobre un inmueble,
pero en cuanto existan normas especiales en el Código de Minería
se aplicarán estas teniendo el derecho común sólo aplicación su-
pletoria.
El principio general que contiene el artículo 167 del Código
de Minería se aplica:
a) En general, a todos los contratos que se celebren, sobre
concesiones mineras de exploración o de explotación cons-
tituidas, o sobre sustancias minerales, aunque se trate de
contratos que no estén tratados en el Título XI del Código;
b) A los contratos que versan sobre concesiones mineras que se
hallan en tramitación, como indica la lógica y confirma el
artículo 168, complementario del artículo 167, que incluye
en su normativa a los respectivos pedimentos o manifesta-
ciones siempre que estén inscritos;
c) A los contratos relativos a sustancias minerales extraídas o in
situ.
CURSO DE DERECHO MINERO 329

3. Singularización de la concesión minera en los contratos.

El artículo 168 dispone que en los contratos sobre concesiones


mineras y en las correspondientes inscripciones bastará, para
singularizar su situación y linderos, citar los datos de la inscripción
del respectivo pedimento, manifestación o sentencia constitutiva.
Esta disposición persigue simplificar la redacción e inscrip-
ción de contratos que tengan por objeto concesiones mineras de
exploración o de explotación, en trámite o ya constituidas. En
efecto, dispone que para singularizar la situación y los linderos de
la concesión, esto es, la ubicación en el terreno y los deslindes,
bastará con citar los datos de la inscripción del respectivo pedi-
mento, si se trata de una concesión de exploración en trámite; de la
manifestación, si es una pertenencia en trámite; o de la sentencia
constitutiva, si se trata de una concesión ya constituida.
Si el pedimento o la manifestación no han sido inscritos en el
Conservador de Minas, no será posible aplicar la norma del artí-
culo 168. Cabe recordar que, al tenor del artículo 54 del Código de
Minería, el pedimento o la manifestación inscritos constituyen
derechos reales inmuebles transferibles y transmisibles, luego, sino
se ha practicado la inscripción, no hay derecho real inmueble
alguno.
El artículo 168 modifica, para efectos mineros, las normas de
los artículos 78 N° 4 y 814 N° 3 del Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, pues ordena que al inscribir una
concesión no es necesario indicar los predios o concesiones con
que limita sino que basta referirse a las exigencias del Reglamento
del Código de Minería.
Lo dicho se aplica también a las manifestaciones hechas con
arreglo al Código de 1932 y a las pertenencias constituidas o que
330 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

se constituyan de acuerdo a la legislación anterior a la vigente


(artículo 70, inciso 1° del Reglamento del Código de Minería).
En cualquiera de los casos mencionados, los datos de la res-
pectiva inscripción son su foja, número, registro, año y Conserva-
dor (inciso 2° del artículo 70 del Reglamento del Código de Mine-
ría).
Los contratos se inscriben en el Conservador de Minas, el
que tiene competencia territorial sobre una comuna o agrupación
de comunas. El artículo 75 del Reglamento del Código de Minería
dispone que en la capital de cada departamento habrá una oficina
encargada del Registro Conservatorio de Minas. Si bien la disposi-
ción no ha sido modificada, no existiendo departamento en la
división política del territorio, se aplica el artículo 448 del Código
Orgánico de Tribunales que dispone que toca al Presidente de la
República “designar entre los Notarios que existan en la Comuna o
agrupación de Comunas, al que deberá tener a su cargo el Registro
de Minas y el de Accionista de las Sociedades propiamente Mina-
ras”.
El Código de Minería ordena que “el pedimento y la mani-
festación se inscribirán en el Registro de Descubrimientos del
Conservador de Minas en cuyo territorio esté ubicado el punto
medio o el punto de interés, respectivamente”, y agrega que “ en el
mismo Conservador se practicarán todas las otras inscripciones y
las demás actuaciones que en cualquier forma se relacionen con el
pedimento y la concesión de exploración que de él derive, y con la
manifestación y la pertenencia respectiva” (artículo 232).
En consecuencia, en el Conservador en que se practicó la
primera inscripción correspondiente al pedimento o a la manifesta-
ción, se practicarán en el futuro todas las inscripciones o actuacio-
nes que de ellas deriven.
CURSO DE DERECHO MINERO 331

Cuando se trate de pertenencias constituidas de acuerdo a


normas legales anteriores al Código de Minería vigente desde
1983, las inscripciones que a ellas se refieran deberán practicarse
en el Conservador de Minas que era competente para efectuarlas
de acuerdo con la legislación entonces aplicable (artículo 74 del
Reglamento del Código de Minería).

4. Clasificación de los contratos mineros

Al igual que en el ordenamiento civil, los contratos que tienen por


objeto derechos mineros pueden clasificarse desde distintos puntos
de vista. Al respecto seguiremos la clasificación que entrega el
Profesor Ossa Bulnes en su obra Derecho de Minería.

a) Contratos preparatorios. Son aquellos mediante los cuales las


partes acuerdan celebrar en el futuro otro contrato, el que por
diversos factores no pueden concluir en el acto. Entre estos con-
tratos el Código de Minería reglamenta, la promesa bilateral de
compraventa, la promesa unilateral de venta, y la opción de com-
pra. Los contratos de promesa tienen por objeto asegurar, preparar
o condicionar la celebración o el perfeccionamiento de un contrato
definitivo posterior (artículo 169).
Los contratos preparatorios se celebran con frecuencia por-
que la naturaleza aleatoria de los negocios mineros requiere que el
promitente comprador practique estudios, análisis u otras gestiones
para adquirir certeza sobre el negocio. Esto comporta que, antes de
comprar, el interesado cuente con un tiempo prudente para investi-
gar la potencialidad del yacimiento, las condiciones de mercado,
las posibilidades de obtener financiamiento, etc., y necesite a la
vez tener la seguridad que el propietario minero estará obligado de
venderle la concesión.
332 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) Contratos de disposición. Tienen por finalidad enajenar a título


oneroso concesiones mineras o sustancias minerales. Los contratos
de compraventa y permuta de concesiones mineras son contratos
de disposición. De sus efectos trata parcialmente el artículo 170
del Código de Minería.
Respecto a la enajenación de sustancias minerales encontramos
los contratos de compraventa de minerales extraídos, regulada en
parte en los artículos 223 y siguientes que tratan sobre la reivindica-
ción de minerales, el arrendamiento y el usufructo a que se refiere el
artículo 171, y los contratos de pirquén, compraventa y permuta de
minerales in situ, a los que el Código no hace referencia.

c) Contratos de asociación. Tienen por objeto agrupar personas


para reunir los medios económicos necesarios para explorar o
explotar sustancias minerales concesibles. Ellos son, la sociedad
contractual minera que tratan los artículos 200 y siguientes, y la
sociedad legal minera, forma especial de sociedad cuasicontractual
de que tratan los artículos 173 y siguientes.

d) Contratos de crédito, son los que tienen por objeto facilitar la


obtención de financiamiento para la actividad minera. El único
contrato de crédito que se rige totalmente por el Código de Mine-
ría es el avío de que tratan los artículos 206 y siguientes.

e) Contratos de garantía, cuyo objeto es caucionar el cumpli-


miento de obligación y son: la hipoteca y la prenda, de que tratan
los artículos 17 y siguientes. En estos contratos los acreedores del
minero se encuentran a menudo en condiciones diversas de aque-
llas establecidas en el Código Civil para los acreedores en general.
CURSO DE DERECHO MINERO 333

5. Contratos preparatorios.

Señala el Profesor Ossa Bulnes que estos contratos tienen por


finalidad preparar o condicionar la celebración o el perfecciona-
miento de otro posterior, dado que el vendedor y el comprador de
cualquiera de los derechos enunciados en el inciso 1° del artículo
169 no se encuentra en un plano de igualdad al momento de con-
tratar. En efecto, ocurre frecuentemente que el comprador requeri-
rá de estudios de terrenos, pericias, análisis, obtención de finan-
ciamiento, etc., para decidir si celebra el contrato o no y cual es el
precio justo a pagar. En consecuencia, los contratos preparatorios
permiten que ambas partes logren cierta igualdad en la informa-
ción sobre el yacimiento objeto del contrato y/o solucionen otros
problemas con la seguridad de que el contratante estará obligado a
cumplir lo prometido.

5.1. El objeto de los contratos preparatorios esta definido en el


inciso 1° del artículo 169 por medio de una enumeración taxativa,
de modo que si un contrato preparatorio recae sobre cosas no
incluidas en el citado inciso 1°, no será contrato preparatorio mine-
ro y se regirá por la ley común.
En el ámbito minero los contratos de promesa de venta pueden
tener por objeto:

1° Una concesión minera de exploración o de explotación. Se


entiende que la promesa de compraventa abarca toda la concesión
e incluye toda la extensión superficial que aparece en la inscrip-
ción que la singulariza;
334 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

2° Una cuota o parte material de una concesión minera.


La expresión cuota, dice relación con la división intelectual de una
concesión, significa parte o porcentaje del total, por ejemplo: una
cuarta parte de la concesión o el 25% de una concesión.
La expresión parte material se refiere a la división física de la
concesión, caso en que se debe cumplir con los requisitos exigidos
por el artículo 29 del Código de Minería, y ser aprobada por el
juez competente antes de la celebración del contrato definitivo. La
promesa de venta de parte material de una concesión, comporta la
promesa de división de la misma en dos o más concesiones.

3° Acciones de sociedades regidas por el Código de Minería;

4º En general, cualquiera otro derecho regulado especialmente en


el Código de Minería. Entre los “otros derechos” susceptibles de
contrato de promesa de venta se puede señalar la concesión minera
en trámite, con pedimento o manifestación inscritas o una parte
alícuota de ellos.

5.2. Contrato de promesa bilateral de compraventa minera.


Este contrato está reglamentada en los artículos 1553 y 1554 del
Código Civil y para la minería, en el artículo 169 del Código de
Minería, que preceptúa: Será válido el contrato de promesa de
venta de una concesión minera, o de cuota o de parte material de
ella, de acciones de sociedades regidas por este Código y, en gene-
ral, de cualquier otro derecho regulado especialmente en el mismo;
aunque se estipule que es facultativo para el promitente comprador
celebrar la compraventa o no hacerlo.
En el contrato de promesa bilateral de compraventa minera,
ambas partes se obligan a celebrar en el futuro un contrato de
CURSO DE DERECHO MINERO 335

compraventa, cuyo objeto sólo puede recaer sobre una concesión


minera de exploración o explotación, una cuota o una parte mate-
rial de concesión, acciones de sociedades regidas por el Código de
Minería, o sea, sociedades legales mineras y sociedades contrac-
tuales especiales mineras, y en general sobre cualquier otro dere-
cho regulado especialmente en el Código.
La promesa es un contrato preparatorio nominado; principal,
porque subsiste por si mismo sin necesidad de otro contrato; so-
lemne, porque debe constar por escrito; y oneroso porque tiene por
objeto la utilidad de ambas partes ya que cada uno se agrava en
beneficio del otro.

5.2.1 Requisitos del Contrato: La promesa bilateral de compra-


venta minera debe cumplir con los requisitos generales del Código
Civil, esto es, ambas partes deben tener capacidad para contratar,
el consentimiento debe estar exento de vicios, el objeto y la causa
deben ser lícitos, más los requisitos que exige el artículo 1554 del
Código Civil, o sea, debe constar por escrito, debe ser de aquellos
que las leyes declaran eficaces, deben contener un plazo o condi-
ción que fije la época de la celebración del contrato y debe especi-
ficarse de tal manera que sólo falte para que sea perfecto la tradi-
ción de la cosa o las solemnidades que las leyes prescriban.
El contrato de promesa bilateral de compraventa minera ge-
nera una obligación de hacer consistente en la celebración del
contrato prometido. La obligación tiene carácter personal y pesa
sobre ambas partes, por lo que son plenamente aplicables las dis-
posiciones de los artículos 1489 y 1553 del Código Civil y 532 del
Código de Procedimiento Civil Luego, en caso de incumplimiento
de una parte, la otra tiene el derecho de pedir a su arbitrio la reso-
lución del contrato con indemnización de perjuicios, o el apremio
336 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

de la parte deudora, para el otorgamiento forzado de la compra-


venta prometida.

5.2.2 Efectos y obligaciones especiales que generan los contratos


de promesa de compraventa minera legislados en el Código de
Minería.
Existen algunos efectos especiales, propios del contrato de prome-
sa de compraventa minera, que introducen cambios a los efectos
legislados en la ley civil. Las disposiciones pertinentes, se en-
cuentran en los incisos 2° y 3° del artículo 169 del Código de
Minería y son aplicables tanto al contrato de promesa bilateral de
venta como a los contratos de promesa unilateral de venta y de
opción de compra.

a) Obligación de celebrar el contrato de promesa por el tercero a


quien se transfirió la cosa pendiente el plazo o la condición.

El artículo 169, inciso 2° dispone que: otorgado el contrato


por escritura pública, inscrita en el Registro de Hipotecas y Gra-
vámenes o en el Registro de Accionistas, según proceda, estará
obligado a celebrar la compraventa, en los mismos términos en que
lo habría estado el promitente vendedor, todo aquel a quién se
transfiera la cosa, a cualquier título.
La norma facilita la libre circulación de los bienes porque
permite al promitente vendedor minero transferir libremente la
cosa prometida, aún cuando el contrato de promesa haya sido
inscrito y sea oponible a terceros. El efecto especial hace nacer,
para el tercero a quien se haya transferido la cosa a cualquier
título, la obligación de celebrar el contrato prometido en los mis-
mos términos en que lo habría estado el promitente vendedor.
CURSO DE DERECHO MINERO 337

Los requisitos para que el tercero quede obligado a cumplir


la promesa de compraventa son los siguientes:
i. El contrato de promesa debió se otorgado por escritura pública;
ii. La escritura pública debió ser inscrita:
- En el Registro de Hipotecas y Gravámenes, si la cosa prometi-
da era una concesión constituida, en trámite o parte o cuota de
concesión,
- O en el Registro de Accionistas, si el objeto de la promesa eran
acciones de sociedad minera regida por el Código de Minería.
La inscripción hace oponible a terceros el contrato de promesa.

Como los contratos de promesa de venta mineras estipulan plazos


o condiciones que pueden proyectarse por un largo período, se
permite al promitente vendedor, transferir la cosa a cualquier
título, pero el tercero adquirente tendrá un derecho sujeto a la
condición de que si el promitente comprador perfecciona el con-
trato de promesa, estará obligado a dar cumplimiento a la misma,
en los mismos términos en que estaba obligado a hacerlo el pro-
mitente vendedor.
En resumen, el inciso 2° del artículo 169 dispone que, otor-
gado el contrato de promesa por escritura pública inscrita en el
Registro de Hipotecas y Gravámenes o en el Registro de Accio-
nistas, según proceda, del Conservador de Minas competente, se
generan los siguientes efectos especiales:
1. La promesa bilateral de compraventa inscrita es oponible a
terceros;
2. Pendiente el cumplimiento del contrato, todo aquel a quien se
haya transferido, a cualquier título, la cosa objeto de la prome-
sa estará obligado a celebrar la compraventa prometida en los
mismos términos en que lo habría estado el promitente vende-
dor.
338 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

En caso que el tercer adquirente se niegue a cumplir el contrato


prometido, el promitente comprador podrá accionar contra el
tercero adquirente fundado en los artículos 1489 y 1553 del Códi-
go Civil.

b) Efecto de saneamiento de la cosa prometida. Contemplado en el


inciso 3° del artículo 169 del Código de Minería, constituye un
efecto especial y complementario del anterior. El inciso y artículo
citado dispone que: “Además, si pendiente el contrato de promesa,
y sin consentimiento expreso del promitente comprador, se ejecuta
un acto o celebra un contrato que limita o afecta o puede limitar o
afectar la tenencia, posesión o propiedad de la cosa prometida,
quedará resuelto ipso facto el acto o contrato, una vez celebrada la
compraventa, salvo que el promitente comprador exprese su pro-
pósito de respetarlo, sustituyéndose en los derechos y obligaciones
de su antecesor en el dominio”.

Para que se produzca el efecto de saneamiento se requiere:


1°. que el contrato de promesa esté pendiente, que no se haya
cumplido el plazo o la condición que lo mantenía pendiente;
2°. que el promitente vendedor ejecute un acto o celebre un con-
trato con un tercero;
3°. que dicho contrato celebrado con un tercero limite o afecte, o
pueda limitar o afectar en el futuro, la tenencia, posesión o propie-
dad de la cosa prometida;
4°. que el promitente vendedor haya actuado sin consentimiento
expreso del promitente comprador; esto es, no es suficiente que el
promitente comprador haya tomado conocimiento del contrato, se
requiere el consentimiento expreso.
CURSO DE DERECHO MINERO 339

En el caso en estudio, el promitente vendedor no ha transferido la


cosa, sólo ha celebrado con un tercero un contrato que limita o
afecta o puede limitar o afectar la tenencia, posesión o propiedad
de la cosa, por ejemplo, ha pactado una servidumbre o un contrato
de avío, o un contrato de arrendamiento de la concesión.
Reunidos los cuatro requisitos ya señalados, el contrato cele-
brado por el promitente vendedor con el tercero quedará resuelto
de inmediato una vez celebrada la compraventa prometida.

Excepción. No obstante, el mismo inciso 3° contempla una excep-


ción: que el promitente comprador exprese su propósito de respetar
el contrato celebrado entre el promitente vendedor y un tercero,
sustituyéndose en los derechos y obligaciones de su antecesor en el
dominio.
En los hechos, esta situación puede ocurrir, por ejemplo, si el
promitente vendedor, durante la vigencia de la promesa, arrienda
por su cuenta la concesión minera en condiciones tan favorables
que al momento de celebrarse el contrato definitivo, el promitente
comprador opte por respetar el contrato, haciendo expresa mani-
festación de voluntad.
Al respecto, cabe señalar que en el artículo 211 del Código
de Minería, que trata del contrato de avío, se hace referencia a que
el pacto de avío por especie de sociedad o compañía importa una
promesa de compraventa cuyo cumplimiento puede exigir el avia-
dor en su oportunidad.

5.3 Contrato de promesa unilateral de venta minera


El artículo 169 del Código de Minería ha dado reconocimiento
expreso a la promesa unilateral de venta minera al disponer que
“será válido el contrato de promesa de venta, aunque se estipule
340 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

que es facultativo para el promitente comprador celebrar la com-


praventa o no hacerlo”.
Si bien el legislador reconoció expresamente la validez del
contrato de promesa unilateral de venta, omitió reglamentarlo en
forma especial, por lo que se le aplican las normas comunes que el
artículo 169 entrega para los tres contratos que comprende.

5.3.1 Objeto: Tiene el mismo objeto que el contrato de promesa


bilateral, o sea, recae sobre una concesión minera, o cuota o parte
material de ella, sobre acciones de sociedades regidas por este
Código y, en general, sobre cualquier otro derecho regulado espe-
cialmente en el Código de Minería; y es válido aunque se estipule
que es facultativo para el promitente comprador celebrar la com-
praventa o no hacerlo.

5.3.2 Obligación: Dado que se trata de un contrato de promesa


unilateral en que sólo el promitente vendedor se obliga a celebrar
en el futuro un contrato bilateral, la obligación de celebrar el con-
trato de compraventa recae sólo sobre el promitente vendedor.
Para que las obligaciones de las partes se entiendan en esta forma
es necesario estipular expresamente en una cláusula que el promi-
tente comprador se reserva la facultad de celebrar el contrato o no
hacerlo.
Luego, si bien en su origen el contrato es bilateral porque a
otorgarlo concurren dos partes, es unilateral en cuanto a que la
obligación de celebrar la compraventa definitiva, recae únicamente
sobre el promitente vendedor. Mantendrá el carácter de unilateral
aunque la parte no comprometida adquiera una obligación de otro
tipo, como podría ser la de pagar un premio, siempre que así se
pacten en el contrato.
CURSO DE DERECHO MINERO 341

Se trata también de un contrato preparatorio, nominado,


principal y solemne, pero, por regla general es gratuito, salvo que
se especifique en una cláusula que el promitente comprador se
grava de alguna manera (que puede ser el pago de una prima o
retribución a cambio de su facultad de elección) en beneficio del
promitente vendedor.
Cabe señalar que en el plano internacional, la validez del
contrato de promesa unilateral de celebrar un contrato bilateral es
indiscutida. En cambio en Chile, a partir del artículo 1554 del
Código Civil, se discute su legalidad. La doctrina nacional se
divide entre quienes rechazan la validez fundado en los numerales
2° y 4° del artículo 1554 del Código Civil y quienes refutan dichos
argumentos. En todo caso, en el Código de Minería la validez del
contrato esta expresamente reconocida.

5.3.3 Requisitos: Los requisitos para la celebración del contrato


son los señalados en el artículo 1554 del Código Civil y las solem-
nidades que deben cumplirse para que surta los efectos especiales
establecidos en el inciso 2° del artículo 169 son los ya expuestos
en la promesa bilateral de compraventa minera.

5.3.4 Efectos: Respecto a los efectos especiales del contrato de


promesa unilateral de venta, el inciso 4° del artículo 169, precisa
que lo dispuesto en los incisos segundo y tercero del mismo artí-
culo se aplicará también al contrato de promesa de compraventa y
al contrato de opción de compra de los bienes a que se refiere el
inciso primero.
Al redactar un contrato de promesa unilateral de venta se de-
be tener cuidado de estipular claramente que para el promitente
comprador es facultativo celebrar o no el contrato definitivo, e
igualmente se debe fijar el plazo, la condición, o una combinación
342 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

de ambos, que permita determinar con precisión la fecha o época


en que el promitente comprador debe manifestar su decisión.

5.4. El contrato de opción de compra minero


El contrato de opción de compra aparece en el inciso 4° del artí-
culo 169, el Código de Minería que menciona el contrato de op-
ción de compra y prescribe que “bastará la sola aceptación de la
oferta irrevocable para que quede perfeccionada la compraventa
propuesta, pero tanto la oferta como la aceptación deberán, en todo
caso, constar en escritura pública”. Las partes que intervienen en el
contrato son el minero oferente y el beneficiario o comprador.

5.4.1 Características del contrato de opción de compra: La opción


de compra minera es un contrato preparatorio en que el oferente
especifica detalladamente la compraventa definitiva que propone.
Es relativamente innominado, ya que carece de reglamentación
propia, se rige por lo dispuesto en el artículo 169 del Código de
Minería y supletoriamente por los artículos 99 y 101 del Código
de Comercio, disposiciones de las que deriva el carácter irrevoca-
ble de la oferta y el hecho que la muerte o incapacidad legal de
oferente no hacen caducar la oferta (artículo 101 del Código de
Comercio).
Como el Código de Minería no ha reglamentado el contrato
de opción, algunos estudiosos (profesores Alessandri y Somarriva)
estiman que le sería aplicable lo dispuesto en los artículos 97 a 100
del Código de Comercio, pues estas reglas “a pesar de estar conte-
nidas en un Código especial, son por su naturaleza, de carácter
general”.
La opción de compra es un contrato principal porque subsiste
sin necesidad de otro contrato; es gratuito, salvo que el beneficiario se
grave desde luego a favor del oferente; es solemne ya que tanto la
CURSO DE DERECHO MINERO 343

opción misma a la que deben concurrir las dos partes como su even-
tual aceptación, en la cual es suficiente la concurrencia del beneficia-
rio, debe constar por escritura pública (artículo 169 inciso final).
El inciso 4° de los artículos 169 del Código de Minería exige
que para celebrar este contrato se cumplan los mismos requisitos
del contrato de promesa. Luego, la opción de compra es también
un contrato preparatorio que se caracteriza porque el oferente o
promitente vendedor propone al beneficiario o promitente compra-
dor, en modo unilateral e irrevocable un contrato que especifica en
todas sus partes y que se perfeccionará sin más trámite en el
evento que el beneficiario opte autónomamente, en tiempo y for-
ma, por aceptarlo.

5.4.2 Objeto: La oferta sólo puede recaer sobre concesión minera,


o cuota o parte material de ella, acciones de sociedades regidas por
este Código y, en general, cualquier otro derecho regulado espe-
cialmente en el Código de Minería (artículo 169 Código de Mine-
ría).
El contrato de opción que tenga por objeto derechos o bienes
distintos de los señalados por el inciso 1° citado, no será opción de
compra minera y se sujetará a las normas del derecho común que
le sean aplicables.

5.4.3 Requisitos: Tanto la oferta como la aceptación deben constar


en escritura pública (inciso final artículo 169), exigencia que se
justifica, sea por la naturaleza de los derechos objeto del contrato,
como, por la circunstancia que el contrato opción de compra una
vez perfeccionado consta en dos instrumentos públicos separados
y complementarios: la escritura pública de oferta y aquella de
aceptación.
344 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

La oferta debe contener todas las estipulaciones pertinentes


a un contrato definitivo, más el plazo o condición que determine el
tiempo de vigencia y debe ser extendido de acuerdo a la sola vo-
luntad del oferente. El contrato ofrecido es un acto unilateral e
irrevocable, del que el beneficiario se limita a tomar conocimiento,
reservándose el derecho de aceptarla o rechazarla en su totalidad,
en la forma y condiciones ofrecidas, dentro de un plazo o al cum-
plimiento de la condición.
Al redactar un contrato de opción de compra minera se de-
ben especificar los elementos y modalidades de la compraventa
que se ofrece: el libre derecho de opción que favorece al beneficia-
rio para aceptar o rechazar la compraventa, la condición o el plazo
durante el cual la oferta se mantendrá vigente e irrevocable y el
beneficiario podrá ejercer el derecho de opción que le asiste; sien-
do posible determinar la vigencia de la oferta mediante la fijación
de un plazo o de una condición, o de ambos, los efectos que pro-
duce la muerte del oferente, etc.
A consecuencia del carácter irrevocable de la oferta y mientras
ella esté vigente, el oferente no puede retractarse o arrepentirse.
La aceptación requiere sólo la expresión pura y simple de la
voluntad del beneficiario, la que debe constar en escritura pública.
Con ella, el contrato ofrecido se perfecciona sin necesidad de una
nueva expresión de consentimiento del oferente. El beneficiario
sólo puede aceptar la oferta en la forma propuesta. Si en tiempo y
forma formulare una aceptación parcial o condicionada, en los
hechos excedería el ámbito de aplicación del contrato de opción de
compra minera, presentándose, por ejemplo una figura contractual
de compraventa y produciendo el efecto de hacer caducar la oferta.
Aún cuando se trata de un contrato preparatorio, de la oferta
no deriva obligación alguna de celebrar otro contrato para perfec-
CURSO DE DERECHO MINERO 345

cionarlo, porque la oferta es el contrato mismo, que sólo puede ser


aceptado o rechazado.
El beneficiario no necesita requerir u obligar al oferente a
concurrir con su consentimiento para que el contrato se perfeccio-
ne, porque la aceptación es también un acto unilateral, lo que
constituye la diferencia y la ventaja de esta forma contractual
respecto de la promesa unilateral.

5.4.4 Efectos del contrato: Como efecto del contrato minero de op-
ción de compra, nace el derecho del beneficiario a aceptar o rechazar
la compraventa estipulada, y nace la obligación correlativa del ofe-
rente en orden a cuidar la cosa dada en oferta y a mantener la oferta.
Si se desea que el contrato de opción de compra minero,
además de obligar a las partes, surta los efectos que señalan los
incisos 2° y 3° del mismo artículo 169 respecto de terceros, la
escritura pública deberá inscribirse en el Registro de Hipotecas y
Gravámenes del Conservador de Minas competente, salvo que se
trate de acciones de sociedades regidas por el Código de Minería,
caso en el que la inscripción se hace en el Registro de Accionistas.
La inscripción en el Conservador de Minas produce el efecto
de hacer oponible a terceros la oferta y todo aquel a quien se trans-
fiera a cualquier título la cosa objeto de la opción, quién quedará
obligado a cumplirla, salvo que el beneficiario haya aceptado en
tiempo y forma el nuevo contrato y se sustituya en los derechos del
oferente. Si el beneficiario no ha consentido expresamente a la
transferencia, podrá accionar contra el tercero adquirente según
disponen los artículos 1489 y 1553 del Código Civil.

5.4.5 Saneamiento: Se aplica igualmente al contrato de opción de


compra el saneamiento de la cosa prometida, porque si pendiente
el cumplimiento de la opción y sin consentimiento expreso del
346 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

beneficiario se ejecuta un acto o celebra un contrato que limita o


afecta o puede limitar o afectar la tenencia, posesión o propiedad
de la cosa prometida dicho acto o contrato quedará resuelto ipso
facto, una vez dada la oportuna aceptación, salvo que el beneficia-
rio exprese su propósito de respetarlo.
Finalmente, un recuerdo para evitar confusiones: El artículo
10° del Código de Minería legisla sobre el “derecho de primera
opción de compra” que se reserva el Estado respecto de las explo-
taciones mineras en que el torio y el uranio tengan presencia signi-
ficativa. El derecho citado, en que el Estado aparece como benefi-
ciario y el minero como oferente, se rige sólo por las normas que
entrega el artículo 10° del Código de Minería, las que siendo
normas de orden público tienen profundas diferencias con la re-
glamentación y objetivos del contrato de opción de compra minera
recién estudiado, en que las partes intervinientes son personas
privadas.

6. Los contratos de compraventa y permuta de concesión minera,


de cuota o parte de ella (artículo 170 del Código de Minería)

En los contratos de compraventa y permuta de concesiones mine-


ras, de cuota o parte material de ella se aplican íntegramente las
disposiciones del artículo 2° de la Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras y 2° del Código de Minería, en cuanto
disponen que las concesiones mineras se rigen por las mismas
leyes civiles que los demás inmuebles salvo en lo que contrarían
disposiciones de los cuerpos legales citados. En el mismo sentido,
el artículo 167 del Código de Minería, declara que los contratos
relativos a concesiones mineras o sustancias minerales se sujetarán
a las normas del derecho común, salvo en cuanto estas aparezcan
modificados por este Código.
CURSO DE DERECHO MINERO 347

En consecuencia, los requisitos, obligaciones y efectos de los


contratos de compraventa y permuta señalados siguen las normas
pertinentes del Código Civil (artículos 1793 y siguientes), salvo en
cuanto a la acción de rescisión por lesión enorme. En efecto, el
artículo 170 del Código de Minería dispone que “No hay rescisión
por causa de lesión enorme en los contratos de compraventa y de
permuta de una concesión o de una cuota o una parte material de
ella”. En esta forma consagra una norma especial y excepcional,
porque aún cuando la compraventa y permuta de concesiones
mineras constituidas o en trámite, se rige por las normas del dere-
cho común propias de la compraventa y permuta de bienes raíces,
las partes no podrán accionar de rescisión por lesión enorme.
El contrato de permuta de concesión minera constituida o en
trámite, de cuota o parte material de ella es un título traslaticio de
dominio igual que la compraventa, y el modo de adquirir es la
tradición. En general es consensual, pero será solemne cuando una
de las cosas que se dan o ambas, son bienes raíces o derechos
hereditarios. Como el contrato de permuta de concesiones recae
siempre sobre inmuebles, será solemne, se otorgará por escritura
pública y se inscribirá en el Registro que corresponda del Conser-
vador de Minas.
Los contratos de compraventa y permuta de concesiones
constituidas o en trámite son bilaterales, principales, onerosos,
aleatorios y siempre solemnes, deben otorgarse por escritura públi-
ca e inscribirse en el Conservador de Minas competente. Así lo
dispone además el artículo 92 del Código de Minería, que expresa
que “Deberá otorgarse por escritura pública el título para transferir
los derechos emanados del pedimento y de la manifestación, la
concesión y los derechos reales constituidos sobre esta”, agregan-
do que la tradición de los derechos se efectúa por la inscripción del
título en el respectivo Registro del Conservador de Minas.
348 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Según la legislación civil, el vendedor sufre lesión enorme


cuando el precio que recibe es inferior a la mitad del justo precio
de la cosa que vende; y el comprador a su vez sufre lesión enorme,
cuando el justo precio de la cosa que compra es inferior a la mitad
del precio que paga por ella. El justo precio es el que tiene la cosa
a la fecha del contrato (artículos 1888 y 1889 del Código Civil).
Quien haya sido afectado por lesión enorme en un contrato puede
accionar de rescisión, acción que no podrá interponerse en caso
que la cosa objeto del contrato sean bienes muebles o si la venta se
hizo por ministerio de la justicia. La lesión enorme puede sanearse
completando o restituyendo el precio según se trate del comprador
o del vendedor.
La rescisión por lesión enorme en materia civil, opera en
forma restringida en los casos de compraventa y permuta civil de
inmuebles, aceptación de una asignación hereditaria, cláusula
penal, partición de bienes, mutuo con interés y anticresis. En los
contratos de comercio no hay lesión enorme (artículo 126 del
Código de Comercio).
En los contratos de compraventa y de permuta de concesión
minera o de una cuota o parte material de ella la ley que no es
aplicable la acción de rescisión por causa de lesión enorme, porque
en los negocios mineros hay un fuerte factor aleatorio es descono-
cido, debido a que el objeto de la concesión pues son, las sustan-
cias concesibles que existen dentro de sus límites. Las sustancias
minerales que interesan a las partes se encuentran en el subsuelo,
en un depósito formado por la naturaleza, cuya existencia y valor
son a menudo indeterminados o inciertos, factor que constituye el
elemento riesgo de ganancia o pérdida.
A cuanto se ha señalado, se unen otros elementos de incerti-
dumbre, por ejemplo, la inestabilidad de los precios internaciona-
CURSO DE DERECHO MINERO 349

les o el riesgo de que, con el progreso tecnológico se sustituya el


uso de minerales por otros elementos.

La lesión enorme en el contrato de promesa de compraventa


de concesión: Si bien el contrato de promesa de compraventa no
fue incluido en el artículo 170 se trata de un contrato preparatorio
de compraventa que debe reunir todos los requisitos que la ley
exige para su validez, lo que ha llevado a algunos estudiosos a
plantearse la posibilidad de impugnar el contrato de promesa por
medio de la acción rescisoria.
Considerando que el artículo, 170 contiene una declaración
categórica sobre la inexistencia de la rescisión por lesión enorme
en materia minera respecto de los contratos de compraventa y
permuta, sólo cabe concluir que no procede impetrar la acción
rescisoria a los contratos de promesa por expreso mandato de la
ley y por el carácter aleatorio de los negocios mineros.
En resumen, no conteniendo el Código de Minería disposi-
ciones especiales aplicables a la compraventa y permuta de conce-
siones mineras estos contratos deben regirse por los artículos 255,
393, 394, 1749 y 1754 del Código Civil, y artículo 317 del Código
de Aguas.

7. Compraventa de minerales extraídos

Los minerales se encuentran extraídos cuando han sido arrancados


del depósito natural en que se encontraban. En ese momento ad-
quieren la calidad de bienes muebles.
Los contratos sobre minerales extraídos siguen la regla gene-
ral del derecho común aplicables a la compraventa de bienes mue-
bles. El Código de Minería no contiene normas que regulan estos
contratos.
350 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Son contratos consensuales mineros, pero normalmente se


otorgan por escrito, porque es necesario incorporar cláusulas espe-
ciales y complejas sobre muestreo (elección al azar de diversas
porciones del mineral para su posterior análisis en laboratorio),
análisis y pesaje de minerales y sobre premios y castigos (o escala
de subida o bajada del precio) en función de la mayor o menor ley
de fino por tonelada, a partir de la ley base que se estipula.
El precio se determina según la pureza de los minerales, pe-
saje, humedad, etc. Dada la complejidad de los elementos señala-
dos, en la práctica, este contrato se otorga por escrito.
La compraventa puede recaer sobre minerales que se en-
cuentran en el estado en que fueron extraídos, o sobre minerales ya
procesado o beneficiados. En ambos casos estamos ante un acto de
comercio definido en el artículo 3° Nº 1 del Código de Comercio,
por lo que se les aplica lo dispuesto en los artículos 130 y siguien-
tes del Código de Comercio, que se refiere a la venta de cosa que
se tiene a la vista y es designada sólo por su especie.
Respecto a los minerales que venda una sociedad legal mine-
ra, el inciso 2° del artículo 192 faculta al administrador para ven-
der los minerales extraídos de que sea dueña la sociedad, acto que
forma parte del giro administrativo ordinario de los negocios de la
sociedad.

8. La reivindicación de minerales

La acción reivindicatoria o acción de dominio es la que tiene el


dueño de una cosa singular de la que no está en posesión, para que
el poseedor de ella sea condenado a restituírsela (artículo 889 del
Código Civil).
En el Título XII, artículos 223 a 225, al tratar la compraventa
de minerales extraídos, el Código de Minería se refiere a la acción
CURSO DE DERECHO MINERO 351

reivindicatoria introduciendo cambios a las normas comunes apli-


cables a la reivindicación de minerales adquiridos de terceros,
cambios que se refieren a la responsabilidad del comprador.

a) No son reivindicables en forma alguna, los minerales adquiridos


de una persona que explote pertenencias o comercie en minerales
en la misma zona en que se hizo la adquisición (artículo 223 del
Código de Minería).
En consecuencia, no procede el ejercicio de la acción reivin-
dicatoria contra el comprador que adquiere a un productor o a un
comerciante en minerales conocido en la zona. No obstante, aún
cuando tenga la calidad de productor o comerciante habitual en
minerales, el vendedor queda sujeto a la responsabilidad penal que
pudiere caberle si ha procedido a comerciar minerales hurtados o
robados, y también queda sujeto a la responsabilidad civil que
impone el artículo 898 del Código Civil, el productor o comer-
ciante que, aún actuando en la misma zona, haya vendido minera-
les hurtados o robados.

b) Si se compran minerales a una persona que no explota pertenen-


cia ni comercia en minerales en la zona y ellos han sido hurtados o
robados, recae sobre el comprador la presunción legal de encubri-
dor del robo o hurto (inciso 2° del artículo 224 del Código de
Minería).
El comprador puede liberarse de la presunción dejando
constancia escrita y firmada por las partes y dos testigos conocidos
en el lugar, sobre la clase, ley y peso del mineral vendido, del
precio estipulado y la fecha de la compraventa, formalidad que
constituye garantía suficiente para precaverse de la presunción.
352 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) Justificada la existencia del hurto o robo – en el procedimiento


penal respectivo – el juez ordenará la restitución de los minerales
una vez que el interesado acredite que los que reclama son iguales
a los que produce su pertenencia (artículo 225 del Código de Mi-
nería). Normalmente, la prueba de igualdad se produce mediante
el certificado de análisis de los minerales.
En esta forma, el artículo 225 ha consagrado una excepción a
la regla general que exige probar que se es dueño de la especie
reclamada, excepción que se funda en el hecho de que es casi
imposible que los minerales extraídos de un yacimiento presenten
igual pureza y características a los extraídos en otro yacimiento.

9. Compraventa y permuta de minerales in situ

Antes de entrar en materia, cabe señalar que el Código de Minería


no contiene normas especiales sobre estos contratos luego, se rigen
por las normas comunes, de acuerdo al mandato del artículo 167
del Código de Minería. No obstante se trata de contratos que los
mineros celebran con frecuencia.
En minería, se entiende por minerales in situ a aquellos que
se encuentran en el depósito natural y que no han sido arrancados.
La compraventa es un contrato en que una parte se obliga a
dar una cosa y la otra a pagarla en dinero (artículo 1793 del Códi-
go Civil). A partir de este concepto se entiende por compraventa
de minerales in situ, o de minerales que no han sido extraídos, el
contrato en que el titular de una pertenencia se obliga a dar una
cantidad determinada o determinable de sustancias minerales que,
al celebrarse el contrato están todavía in situ, y el comprador se
obliga a extraerlas del depósito natural del que forman parte, por
su cuenta y riesgo, y a pagarlas en dinero.
CURSO DE DERECHO MINERO 353

Este contrato minero es bilateral, oneroso, principal, nomi-


nado y de tracto sucesivo o ejecución diferida.
La permuta es el contrato en que las partes se obligan mu-
tuamente a dar una especie o cuerpo cierto por otro (artículos 1897
del Código Civil). En la permuta minera, el concesionario entrega
la mina a un tercero para que extraiga una cantidad determinada o
determinable de minerales que, al celebrar el contrato están in situ,
y la otra parte se obliga a extraerlos por su cuenta y riesgo y a
pagar en minerales o pastas. Entonces, hay contrato de permuta de
minerales in situ, cuando se estipula que el titular de la pertenencia
recibirá como precio una cantidad de minerales de aquellos que el
comprador extraiga del yacimiento. La cantidad de minerales que
se entregan en pago puede constituir todo el precio o una parte
mayoritaria del mismo y se puede expresar en porcentaje o volu-
men. La permuta de minerales in situ se rige por las normas apli-
cables a la compraventa en todo lo que no se oponga a la naturale-
za del contrato.
Celebrado cualquiera de estos contratos, el comprador mine-
ro adquiere un título de mera tenencia de la concesión y un título
traslaticio de dominio de las sustancias minerales que extraiga.
Los minerales extraídos son productos de la concesión, que
es un inmueble. Se reputan muebles aún antes de la separación
para los efectos de constituir derechos sobre ellos (artículo 571 del
Código Civil).
Luego, la compraventa de minerales in situ es un contrato
consensual que se perfecciona en el momento en que las partes han
convenido en la cosa y el precio (artículo 1801 del Código Civil).
354 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

9.1 Tradición de la sustancias in situ. Al respecto, en doctrina se


han expresado dos posiciones:

1° La tradición de las sustancias minerales vendidas o permutadas


in situ se efectúa cuando el comprador las extrae, porque el conce-
sionario se hace dueño de todas las sustancias concesibles que
extraiga dentro de los límites de su pertenencia y, en consecuencia,
no es dueño mientras no ha extraído. Se entienden extraídas las
sustancias desde su separación del depósito natural del que forma-
ban parte (artículo 116 del Código de Minería).
De acuerdo a esta norma, las sustancias extraídas por el
comprador in situ se incorporan al patrimonio del vendedor al ser
separadas del depósito natural, e inmediatamente, como efecto del
contrato, pasan al patrimonio del comprador.

2° Siguiendo el artículo 685 del Código Civil, que dispone que


cuando con el permiso del dueño se tomen en él piedras, frutos
pendientes u otras cosas que forman parte del predio la tradición se
verifica en el momento de la separación de estos objetos, se ha
sostenido que el contrato en estudio se produce tradición ficta o
simbólica anticipada, la que tiene por objeto permitir al comprador
o adquirente, el acceso inmediato a la cosa extraída, lo que parece
imposible respecto de las sustancias minerales que se encuentran
in situ, aún cuando se tenga la certeza de su existencia. Más impo-
sible aún considerando que a veces se ignora la existencia de las
sustancias o si son susceptibles de extracción.
Quienes suscriben la tesis de la tradición ficta se fundan en
el artículo 682 del Código Civil, que dice: “Si el tradente no es el
verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su nombre, no
se adquiere por tradente sobre la cosa entregada. Pero si el tradente
adquiere después el dominio, se entenderá haberse éste transferido
CURSO DE DERECHO MINERO 355

desde el momento de la tradición”, tesis que, al tenor del Código


de Minería no podría operar en estos contratos, porque no se puede
producir transferencia inmediata del dominio si no se cumple con
la exigencia previa de extracción de las sustancias, momento en
que las adquiriría el vendedor y operaría, con efecto retroactivo, la
tradición.

9.3 Efectos. Puede ocurrir que el contrato recaiga sobre sustancias


minerales que, a la celebración del pacto, se ignora si existen o si
es posible extraerlas, caso en que resulta aplicable el artículo 1813
del Código Civil que trata de la venta de cosas que no existen pero
que se espera que existan, estableciendo que dicha venta se entien-
de hecha bajo la condición de existir, salvo que por la naturaleza
del contrato aparezca que se compró la suerte.
Al tenor del artículo 1813 citado, la venta de minerales in
situ cuya existencia se ignora pero que se espera que existan y
puedan ser extraídos, puede asumir dos formas:
a) Venta condicional, caso en el cual el contrato es conmutati-
vo, sujeto a doble condición suspensiva, esto es, que el mine-
ral exista y pueda ser extraído;
b) Si nada es estipula, el contrato será puro y simple, aleatorio,
porque se estaría vendido la suerte de encontrar o no sustan-
cias concesibles.
Los efectos que produce esta distinción son evidentes y relevantes,
por lo que conviene dejar constancia expresa del tipo de contrato
que se suscribe: si sujeto a condición o aleatorio. Lo normal será el
contrato sujeto a la doble condición.
Si el comprador se obliga a pagar el precio a todo evento,
ante cualquier resultado, aunque nada encuentre o extraiga, el
contrato será aleatorio. Si se pacta una parte del precio a todo
356 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

evento, y otra parte determinable según el volumen de mineral que


se logre extraer, el contrato será también aleatorio.

10. Arrendamiento de pertenencia

El arrendamiento de pertenencia es uno de los contratos mencio-


nados en el artículo 171 del Código de Minería. Dispone que
“tratándose de arrendamiento o de usufructo de pertenencias, se
entenderá que la explotación hecha conforme al título constituye
uso y goce legítimo de ella y el arrendatario o el usufructuario no
será responsable de la disminución de sustancias minerales que a
consecuencia de tal explotación sobrevenga”. En general, se rige
por las normas del Código Civil, a las que se agregan las modifica-
ciones introducidas por el Código de Minería y por la costumbre
derivada de las peculiaridades de los negocios mineros.
Dado que en el Código de Minería de 1932 no se contem-
plaban disposiciones sobre arrendamiento, se discutió la proceden-
cia de este contrato en minería. El citado artículo 171 cumple con
función de establecer expresamente el arrendamiento de pertenen-
cias mineras.
El arrendamiento es un contrato en que dos partes se obligan
recíprocamente, la una a conceder el goce de una cosa o a ejecutar
una obra o a prestar un servicio, y la otra a pagar por este goce,
obra o servicio un precio determinado (artículo 1915 del Código
Civil). Se puede definir el arrendamiento de pertenencias mineras
como un contrato en que las partes se obligan recíprocamente, una
a conceder el goce de una pertenencia y la otra a pagar por el goce
un precio previamente determinado que toma el nombre de rega-
lía. El goce en materia minera, consiste en la explotación de la
mina.
CURSO DE DERECHO MINERO 357

Al igual que el arrendamiento civil, el arrendamiento de con-


cesión es un contrato bilateral, principal, oneroso, consensual, de
tracto sucesivo y nominado.
Convenido el contrato, el arrendador entregará la concesión
al arrendatario en las condiciones pactadas y percibirá la renta o
regalía, la que puede estipularse en relación con cada tonelada de
mineral extraído, por un porcentaje del valor de venta de los mine-
rales que extraiga el arrendatario, o en la forma que las partes
convengan.
Normalmente, el arrendatario minero no está facultado para
ceder el contrato o subarrendar la pertenencia, salvo en el caso del
artículo 1946 del Código Civil, o sea, cuando ha sido expresa-
mente facultado para ello, con la limitación que el cesionario o
subarrendatario deberá usar y gozar de la cosa en los mismos
términos estipulados con el arrendatario directo.
Atendido que el contrato se pacta para permitir al arrendata-
rio la explotación del yacimiento, sólo puede arrendarse una con-
cesión de explotación o pertenencia, ya que esta prohibido al
concesionario de exploración arrancar minerales con ánimo de
lucro.
El arrendatario minero tendrá la obligación y el derecho de
explotar la pertenencia por su cuenta y riesgo, respetando los
acuerdos pactados y las normas legales aplicables, entre las cuales
se encuentran las normas sobre policía y seguridad mineras, y lo
dispuesto por los artículos 116 y siguientes del Código de Minería.
El arrendatario se hace dueño de los minerales que extrae
con las mismas facultades de cualquier productor minero. La
explotación que hace el arrendatario constituye uso y goce legíti-
mo de la pertenencia, y en consecuencia no recae sobre él respon-
sabilidad alguna por la disminución de las sustancias minerales
que sobrevenga como resultado de la explotación.
358 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Luego la peculiaridad del contrato de arrendamiento de per-


tenencia minera consiste en que en el arrendamiento de pertenen-
cias, el arrendatario no está obligado a restituir la cosa arrendada
en el estado en que le fue entregada, como dispone el artículo 1947
del Código Civil, que obliga al arrendatario a restituir la cosa al
término del arrendamiento en el estado en que le fue entregada,
tomándose en consideración sólo el deterioro natural causado por
el uso y goce legítimos.
Fuera de la disposición del artículo 171, el Código de Mine-
ría no contiene normas especiales sobre el contrato de arriendo de
concesión. Respecto del término del contrato, de la extinción del
derecho del arrendador y la obligación de respetar el contrato, se
debe estar a lo dispuesto por los artículos 1958 y siguientes del
Código Civil, lo que equivale a que, extinguido el derecho del
arrendador por causa independiente de su voluntad, expira el
arrendamiento aún antes del tiempo estipulado para su duración.
En minería puede producirse el caso señalado cuando se trata de
pertenencias gravadas con contrato de promesa inscrito y arrenda-
da posteriormente.

11. Usufructo de pertenencia

El usufructo de pertenencia es un derecho real, inmueble, limitativo


del dominio, transferible por causa de muerte. Siguiendo la definición
del artículo 764 del Código Civil, el usufructo de pertenencia consiste
en la facultad de gozar y usar una pertenencia ajena, con cargo de
restituirla a su dueño. Dado que el objeto del usufructo es la facultad
de gozar y usar una pertenencia ajena, esto es, de explotarla, el usu-
fructo sólo puede recaer sobre pertenencias y luego, no es concebible
pactarlo sobre concesiones de exploración.
CURSO DE DERECHO MINERO 359

El artículo 92 del Código de Minería entrega algunas normas


aplicables a los derechos reales mineros: la transferencia de los
derechos se efectuará por escritura pública y la tradición se efec-
tuará por la inscripción del título en el Conservador de Minas
competente.
Dado que los derechos reales son creados por la ley, sólo se
consideran tales aquellos a los que la ley confiere esta categoría.
En minería los derechos reales son los siguientes: la concesión
minera, el pedimento o manifestación inscritos, las servidumbres
activas, el avío, la prenda, la hipoteca de concesión y el usufructo.
En el Código de Minería, el usufructo aparece mencionado
en el artículo 171, junto al contrato de arrendamiento, y en conse-
cuencia, el usufructuario minero está liberado de responsabilidad
respecto de la disminución de sustancias minerales concesibles que
se produzcan como resultado de la explotación de la pertenencia.
Según el inciso final del artículo 2466 del Código Civil, el
usufructo de pertenencia es inembargable cuando la pertenencia
sobre la cual recae es inembargable, esto es, son inembargables el
usufructo del marido sobre los bienes de la mujer, el del padre o
madre de familia sobre los bienes del hijo y los derechos reales de
uso y habitación. El usufructo de pertenencia se rige por las nor-
mas comunes aplicables al usufructo de inmuebles, más las normas
especiales del artículo 171 del Código de Minería.
El artículo 784 del Código Civil considera el caso de usu-
fructo de pertenencia al disponer que si la cosa fructuaria com-
prende minas y canteras en actual laboreo, podrá el usufructuario
aprovecharse de ellas, y no será responsable de la disminución de
productos que a consecuencia sobrevenga, con tal que haya obser-
vado las disposiciones de la ordenanza respectiva.
360 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

11.1 Constitución del usufructo. Se puede constituir:


a) Por acto voluntario entre vivos, que es la forma más común
de constituirlo. Debe constar en escritura pública, inscrita en
el Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de
Minas;
b) Por causa de muerte, por testamento;
c) Por ley, usufructo del marido sobre los bienes de la mujer,
del padre o madre de la familia sobre los bienes del hijo;
d) Por sentencia judicial, por ejemplo, cuando se fija un usu-
fructo como pensión alimenticia;
e) Por prescripción adquisitiva ordinaria o extraordinaria.

11.2 Reglas especiales aplicables al usufructo de pertenencias.

1° Si el usufructuario explota la pertenencia de acuerdo al


contrato, se entiende que tal explotación constituye uso y
goce legítimo de la pertenencia y no es responsable de la
disminución de sustancias minerales que sobrevenga a con-
secuencia de la explotación (inciso 1°, artículo 171);
2° El usufructuario debe respetar las normas sobre policía y
seguridad mineras (inciso 2°, artículo 171);
3° Cuando la pertenencia forma parte de una universalidad de
bienes y las minas se encuentran en explotación al constituir-
se el usufructo, opera el artículo 784 del Código Civil, que
dispone: si la cosa fructuaria comprende minas y canteras en
actual laboreo, el usufructuario podrá aprovecharse de ellas y
no será responsable de la disminución de productos que a
consecuencia sobrevenga.
Lo dispuesto por la norma puede ser modificado por acuerdo
expreso de las partes, pues se respeta el principio de la auto-
CURSO DE DERECHO MINERO 361

nomía de voluntad (artículo 791 Código Civil). Si la perte-


nencia dada en usufructo no forma parte de una universali-
dad de bienes, esta norma no es aplicable.
4° De acuerdo al artículo 250 del Código Civil, el goce sobre
las minas del hijo se limitará a la mitad de los productos, y el
padre que, ejerza la patria potestad responderá al hijo de la
otra mitad.
5° Según el artículo N° 11 de la Ley N° 14.908 sobre Abandono
de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, el juez podrá
fijar como pensión de alimentos, un derecho de usufructo,
uso o habitación sobre bienes del alimentante, quien no po-
drá enajenarlos sin autorización del juez. Si el bien dado en
usufructo es una pertenencia, el usufructo y la prohibición de
enajenar deberá inscribirse en el Registro de Hipotecas y
Prohibiciones del Conservador de Minas.

12. El contrato de pirquén

Este contrato no aparece mencionado en el Código de Minería. Se


trata de un contrato que tradicionalmente se celebraba entre mine-
ros de escasos recursos, conocido y aplicado en Chile desde la
época colonial. Numerosas minas se han explotado en esta forma.
El origen de la palabra es desconocido, podría provenir de
Bolivia o Colombia. El Diccionario de la Real Academia Espa-
ñola le atribuye origen Araucano, derivado del pilquén que signifi-
ca trapos. Agrega que pirquinear es trabajar sin método y con
escasos recursos, especialmente en la explotación de una mina.
Se puede definir el pirquén como un contrato en que una
persona llamada pirquinero explota por su cuenta y para sí todo o
parte de una pertenencia ajena con la obligación de pagar al dueño
de la misma un porcentaje de los minerales extraídos o su valor en
362 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

dinero. Son partes del contrato, el pirquinero y el dueño de la


pertenencia.
La naturaleza jurídica del pirquén fue objeto de debate. Se le
interpretó como contrato innominado sui generis, como forma espe-
cial de sociedad minera, como contrato de trabajo, opinión esta últi-
ma, emitida por la Dirección del Trabajo, quien estimó que entre las
partes existía relación de subordinación o dependencia.
El Código de Minería zanjó el debate al reconocer la proce-
dencia del contrato de arrendamiento de pertenencia y al no legis-
lar sobre el pirquén, por lo que actualmente, el pirquén puede
tomar las siguientes formas:
a) Arrendamiento de concesión cuando las características del
pacto coinciden con el arrendamiento;
b) Como contrato de trabajo, cuando entre las partes hay vín-
culo de subordinación o dependencia; o
c) Como venta de minerales in situ.
También ha sido asimilado al contrato de aparcería agrícola,
contrato de arrendamiento de predio rústico en el que el precio
consiste en una parte alícuota de los frutos que el mismo predio
produce, cuando el dueño pone la pertenencia, el pirquinero pone
el trabajo, y ambos aportan a los gastos necesarios para la explota-
ción, dirigen las labores, comparten los riesgos y se reparten los
minerales extraídos.
CAPÍTULO XII
LAS SOCIEDADES MINERAS

INTRODUCCIÓN

La norma general en materia de sociedades mineras se encuentra


en el artículo 172 del Código de Minería, que dispone: “Para la
exploración o la explotación de las sustancias minerales podrán
constituirse sociedades en la forma establecida en otros Códigos o
en leyes especiales.
Podrán, además, constituirse las sociedades mineras de que
trata este párrafo”.
En consecuencia, las actividades o negocios mineros pueden
desarrollarse constituyendo sociedades civiles o comerciales in-
distintamente, según sea la voluntad de los socios, las que pueden
tomar la forma de sociedades comanditarias, colectivas, anónimas,
de responsabilidad limitada, etc.
La exploración o explotación de sustancias minerales puede
también hacerse constituyendo sociedades regidas por el Código
de Minería. Estas pueden ser sociedades legales mineras, aquellas
que nacen de un hecho o sociedades contractuales mineras, las que
nacen de un contrato, de una manifestación de voluntades. Ambas
están reglamentadas en el Código de Minería.
Si los socios mineros eligen formar una sociedad que se rija
por otros Códigos o leyes, ella quedará sujeta a las normas del
derecho común que le sean aplicables. Las sociedades así consti-
tuidas serán mineras en cuanto su objeto o finalidad, esto es, reali-
zarán actividades de exploración o de explotación y/o beneficio de
sustancias minerales concesibles, pero no se regirán por la legisla-
ción minera.
364 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Las escrituras de las sociedades mineras que se rigen por


otros Códigos y leyes, no se inscriben en el Registro de Accionis-
tas del Conservador de Minas, porque éste fue establecido exclusi-
vamente para las sociedades que se rigen por el Código de Mine-
ría. Así esta expresado en el artículo 84 del Reglamento del Códi-
go de Minería. En cambio, las sociedades mineras que se constitu-
yen según las normas del Código de Minería deben inscribirse en
los libros que forman el Registro de Accionistas del Conservador
de Minas.
Pero como las concesiones mineras están sujetas al régimen
de inscripción en el Conservador de Minas, quien lleva la historia
de la propiedad minera, el artículo 99 del Reglamento del Código
de Minería, dispone que “las escrituras de sociedades colectivas,
comanditarias, anónimas o de responsabilidad limitada, que se
otorguen para la exploración o explotación de sustancias minera-
les, no se inscribirán en el Registro Conservatorio de Minas, sino
cuando en ellas conste la transferencia de todo o de una parte
alícuota de una concesión a favor de la sociedad de que se trata;
pero, en tal caso, no corresponderá hacer anotación o inscripción
alguna en el Registro de Accionistas, destinado sólo a las socie-
dades mineras que se rigen por el Código”.
Del artículo trascrito resulta entonces que, si se constituye
una sociedad regida por leyes civiles, comerciales o especiales,
con el objeto de realizar actividades mineras, y en la escritura
social consta la transferencia a la sociedad, de una concesión o
parte alícuota de ella, se inscribirá en el Conservador de Minas, la
transferencia mencionada. La inscripción se practicará a nombre
de la sociedad, en el Registro de Descubrimientos si se transfiere
una concesión de exploración constituida o en trámite o una perte-
nencia o lote de pertenencias en trámite, y en el Registro de Pro-
piedad, si se transfiere una pertenencia o un lote de pertenencias
CURSO DE DERECHO MINERO 365

constituidas, pero la Sociedad civil o comercial que se forme no se


inscribirá en el Registro de Accionistas.
Con el propósito de estimular el desarrollo de la actividad
minera, el legislador se propuso impedir la formación de copropie-
dad o propiedad comunitaria sobre las concesiones, reglamentando
la formación de sociedades legales mineras a partir de ciertos
hechos que, de acuerdo a la ley común, darían origen a una comu-
nidad.
Con el objeto de proveer a las necesidades de capital y de
administración unitaria que requieren las actividades de explora-
ción y explotación mineras, el Código de Minería legisla sobre la
Sociedad Legal Minera en reemplazo de la propiedad comunitaria.
Se trata de una forma de asociación que nace de un hecho y que
constituye un cuasi contrato de sociedad de capital. Nace de he-
chos semejantes a los que de acuerdo a la ley común, darían lugar
a una comunidad sobre el dominio de la concesión minera, con la
ventaja de que la Sociedad Legal Minera goza de personalidad
jurídica propia y su funcionamiento ha sido cuidadosamente re-
glamentado en el Código, reglamentación que, en los hechos,
constituye el estatuto social.
Las comunidades son formas de propiedad transitoria, de di-
fícil administración y carecen de personalidad jurídica, caracterís-
ticas que determinan que vistas desde el punto de vista económico,
sean entidades pasivas y poco eficientes, incompatibles con la
obligación del dueño de una concesión de desarrollar la actividad
necesaria para satisfacer el interés público que justifica el otorga-
miento de la concesión por mandato constitucional (artículo 19 N°
24, inciso 7° de la Constitución Política).
No obstante, en el derecho minero pueden existir comunida-
des de hecho siempre que recaigan sobre derechos diferentes del
dominio, como sucede por ejemplo con el usufructo de pertenen-
366 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cia, en que una comunidad puede explotar la mina en su beneficio,


porque el derecho de usufructo no es un derecho de propiedad.
(artículos 2304 del C. Civil y 173 del Código de Minería).
Otro caso de comunidad minera es la que se forma entre los
herederos o legatarios en el caso de fallecimiento del titular de
concesión, comunidad que existe en el lapso que media entre la
delación de la herencia y las inscripciones en el Registro de Accio-
nistas del Conservador de Minas que dan origen a las Sociedades
Legales Mineras.
LA SOCIEDAD LEGAL MINERA

1. Síntesis de los antecedentes históricos de la sociedad legal


minera

La Sociedad Legal Minera es una institución típica y exclusiva del


derecho minero. Su origen se remonta a las Ordenanzas del Nuevo
Cuaderno, también conocidas como Ordenanzas de San Lorenzo,
dictadas en 1584 durante el reinado de Felipe II. Constituyen un
cuerpo legal codificado sobre minería que tuvo notable influencia
en Hispanoamérica donde se aplicaron a partir de 1602. Entre otras
cosas, ellas legislan sobre la posibilidad de que la mina fuera
explotada y beneficiada por más de una persona y dispone normas
para resolver conflictos.
Las Ordenanzas de Nueva España, dictada en 1783 por
Carlos III, constituyen la más importante legislación minera de
Indias. Se trata de un cuerpo de jurídico y técnico que se aplicó
durante la colonia en toda Hispanoamérica y en Chile a partir de
1785 hasta 1874, influyendo decisivamente en la legislación poste-
rior del país. Prohibieron la división física de las minas favore-
ciendo en cambio la división intelectual o de cuota, a fin de permi-
tir que varios mineros en común pudieran trabajar un yacimiento,
institución que tomó el nombre de minas de compañía.
La diferencia entre sociedad y comunidad fue implantada en
Chile por el Código Civil, el que distinguió entre los orígenes y los
efectos de cada institución, concediendo personalidad jurídica sólo a
las sociedades. En materia minera, se zanjó el problema de modo
concluyente en los Códigos de 1930 y 1932, en los que se mantuvo el
concepto de indivisibilidad física de las pertenencias y se rechazó la
copropiedad, legislando expresamente sobre la sociedad legal minera.
368 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El Código de Minería vigente restableció y reglamentó, en el


artículo 29, la facultad de división física de la concesión y mantu-
vo el rechazo de la copropiedad sobre concesión, reglamentando
en su lugar la sociedad legal minera.

2. Naturaleza jurídica de la sociedad legal minera. En cuanto a su


naturaleza jurídica, la sociedad legal minera es un cuasi contrato
porque nace por el sólo ministerio de la ley, como consecuencia de
determinados hechos, sin necesidad de estipulación o pacto entre
las partes. Es suficiente que se inscriba en el Conservador de
Minas un hecho de aquellos que menciona el inciso 1° del artículo
173 del Código de Minería para que se forme la sociedad.
En efecto, el artículo 173 prescribe que: “Por el hecho de que
se inscriba un pedimento o una manifestación formulado en común
por dos o más personas, o por el hecho de que, a cualquier otro
título, se inscriba cuota de una concesión minera que estaba ins-
crita a nombre de una sola persona, nace una sociedad minera que,
por el solo ministerio de la ley, forma una persona jurídica”.
A pesar de tener su origen en un hecho que hasta podría ser
ajeno a la voluntad de los socios, la sociedad legal minera es una
sociedad propiamente tal, con características y personalidad jurídi-
ca propias, y con un procedimiento de constitución extraordina-
riamente simple ya que no pone exigencias especiales a los socios.
Además, son sociedades de capital pues el elemento fundamental
es el aporte al fondo social y no la persona del socio, lo que per-
mite a estos transferir libremente sus acciones y les libera de la
carga de responder personalmente por las obligaciones sociales
respecto de terceros.
CURSO DE DERECHO MINERO 369

3. Hechos que dan origen a la sociedad legal minera.


En el origen de la Sociedad Legal Minera no existe pacto social.
Ella nace cuando se producen ciertos hechos jurídicos que requie-
ren de inscripción en el Conservador de Minas competente, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 235 del Código de Minería.

Los hechos que dan origen a una Sociedad Legal Minera son los
siguientes:

1º La inscripción, en el Conservador de Minas competente, de un


pedimento o de una manifestación formulado en común por dos o
más personas.
Actualmente hay un Conservador de Minas en cada comuna o
agrupación de comunas. En general el cargo esta unido a las fun-
ciones de un Notario. La inscripción del pedimento o de la mani-
festación se efectúa en el Registro de Descubrimientos del Conser-
vador de Minas, quien, acto seguido y de oficio, debe proceder a
practicar la inscripción constitutiva de la sociedad y la inscripción
en el Registro de Accionistas (artículos 85, 95, 96 del Reglamento
del Código de Minería).

2° La inscripción, a cualquier otro título, de cuota de una concesión


minera que estaba inscrita antes a nombre de una sola persona.
Luego la Sociedad Legal Minera puede tener origen también en la
inscripción de un documento en que conste la transferencia o
transmisión de cuota de concesión, en el Conservador de Minas.
No hay otra forma de constituir una Sociedad Legal Minera.
Respecto al requerimiento de inscripción de cuota de concesión
constituida o en trámite, este puede tener origen en un acto entre
vivos o por causa de muerte.
370 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Por acto entre vivos, tales como: compraventa, permuta, donación,


adjudicación, etc. Cuando se cede una cuota de la concesión a una
persona o se cede toda la concesión a varias personas en común, el
título traslaticio de dominio debe constar en escritura pública.
Mediante la inscripción en el Conservador de Minas ser realiza la
tradición de la cuota o cuotas a favor de el o los adquirentes.
Por adjudicación entre vivos, se forma una Sociedad Legal
Minera en caso que se inscriban cuotas de concesión adjudicadas
en la liquidación de una comunidad. En estos casos se debe inscri-
bir la escritura pública de adjudicación en el Registro pertinente
del Conservador de Minas.
Por sucesión por causa de muerte se forma una Sociedad
Legal Minera cuando fallece el dueño de una concesión y deja
cónyuge sobreviviente, uno o más asignatarios o sólo varios asig-
natarios. Dada la naturaleza inmueble del derecho real de conce-
sión el procedimiento a seguir será el señalado en el artículo 688
del Código Civil, más la inscripción relativa a la Sociedad Legal
Minera que el Código de Minería ordena practicar de oficio al
Conservador de Minas en el momento en que se requiere la ins-
cripción de la resolución que concede la posesión efectiva.
Si el minero que fallece deja dos o más herederos, la Socie-
dad Legal Minera se formará una vez cumplido el requisito de
inscripción del auto de posesión efectiva y testamento si lo hubie-
re, en el Registro que corresponda; inscribiéndose acto continuo, la
concesión a nombre de todos los herederos. Con esta última ins-
cripción se inicia el procedimiento de formación de la Sociedad
Legal Minera, pues a continuación el Conservador debe practicar
de oficio las inscripciones constitutivas de la Sociedad Legal
Minera y aquellas que proceden en el Registro de Accionistas.
El artículo 688 del Código Civil preceptúa que la posesión
legal no habilita a un heredero para disponer de un inmueble,
CURSO DE DERECHO MINERO 371

mientras no proceda la inscripción especial prevista en el inciso 3°


del artículo 687, que se refiere al inscripción del acto de partición
o de la adjudicación de inmuebles que antes se poseían pro indivi-
so, hecho lo cual el heredero podrá disponer por si sólo de los
inmuebles hereditarios que le hayan sido adjudicados.
La adjudicación de las acciones de una sociedad minera re-
gida por el Código de Minería deberá siempre reducirse a escritura
pública, porque si bien son bienes muebles, deben inscribirse en el
Registro de Accionistas del Conservador de Minas que haya prac-
ticado la inscripción que dio origen a la Sociedad Legal Minera
(inciso 2°, artículo 178).
Si por un acto de partición se adjudica a varias personas con-
cesiones o parte de concesiones que antes se poseían pro indiviso,
el acto de partición en lo relativo a cada concesión o parte alícuota
adjudicada se inscribirá en el Conservador de la Comuna que
corresponda por territorio. La Ley impide al Conservador de Mi-
nas efectuar inscripciones y adjudicaciones atribuyendo domino de
determinadas cuotas de bienes comunes y pro indiviso de una
sucesión a un heredero, mientras no se justifique por medio de una
escritura pública la adjudicación que le ha correspondido.
Si se trata de asignaciones testamentarias relativas a conce-
siones o acciones de Sociedades regidas por el Código de Minería
se inscribirá el testamento en el Registro que corresponda según el
caso, hecho lo cual el Conservador practica la inscripción consti-
tutiva de la Sociedad Legal Minera en el mismo Registro, y des-
pués inscribe en el Registro de Accionista los nombres de los
legatarios que son socios de la Sociedad Legal Minera, indicando
el número de acciones y fracción de acciones que a cada uno co-
rresponda (inciso 3° del artículo 178).
372 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

4. Nombramientos provisorios en caso de fallecimiento del titular


de concesión o de un socio de Sociedad Legal Minera.
Con el objeto de evitar dificultades en el desarrollo de los negocios
mineros, el artículo 179 dispone:
a) Que cuando fallece el dueño de una concesión y mientras se
practican las inscripciones constitutivas de la Sociedad Legal
Minera los herederos, a petición de cualquier interesado, de-
signarán un “administrador pro indiviso” de la concesión, de
acuerdo al procedimiento que señalan los artículos 653 y 654
del Código de Procedimiento Civil sobre administración pro
indiviso de los bienes comunes;
b) Si quien fallece es socio de una Sociedad Legal Minera, sus
herederos designarán un “mandatario común” para que los
represente en la sociedad mientras mantengan pro indiviso
sus acciones.

5. El nombre, domicilio y patrimonio de la sociedad legal minera


están determinados por la ley.

1° Nombre de la sociedad legal minera: La Sociedad Legal Minera


tomará el nombre de la concesión, con mención del asiento minero
en que ésta se halle ubicada.
El Reglamento del Código de Minería complementa la nor-
ma disponiendo que cada vez que se requiera una de las inscrip-
ciones que dan lugar a la formación de una Sociedad Legal Mine-
ra, deberá señalarse al Conservador, el nombre del asiento (o sea
territorio) minero en que se encuentra ubicada la concesión, o la
primera concesión que mencione el título, si fueren varias. A falta
de nombre del asiento minero se entenderá por tal el del lugar que
se señale. Así por ejemplo, si la pertenencia que da nombre a la
sociedad se llama Abundancia, y se encuentra ubicada en un lugar
CURSO DE DERECHO MINERO 373

conocido como Bellavista, la sociedad de denominará “Sociedad


Legal Minera Abundancia de Bellavista” (artículos 173 del Código
de Minería y 71 del Reglamento).
El inciso final del artículo 95 del Reglamento agrega que “si
fueren varias las pertenencias solicitadas en una misma manifesta-
ción y por las mismas personas, todas con igual participación en
cada una de ellas, el nombre de la primera pertenencia que figure
en la manifestación servirá para darle el nombre a la sociedad”. La
pluralidad de pertenencias a que se refieren los artículos citados es
la que aparece del título constitutivo de la sociedad, esto es, de la
manifestación formulada en común por dos o más personas o del
título traslaticio de dominio de una cuota de una concesión que
antes pertenecía a una sola persona.
La denominación incompleta de una Sociedad Legal Minera
puede ser fundamento útil para interponer excepción de falta de
personería, porque la ley exige que las sociedades de esta especie,
que nacen por el sólo ministerio de la ley, tomen el nombre de la
primera pertenencia mensurada y el de la región o distrito minero
en que se encuentran ubicadas.

2° Domicilio: La sociedad tendrá su domicilio en la ciudad donde


se encuentre inscrita la concesión cuyo nombre se incluya en el de
la sociedad. En el ejemplo anterior, será inscrita en el asiento
minero o ciudad de Bellavista (inciso 3°, artículo 173).
No obstante, los socios reunidos en junta de accionistas pue-
den cambiar el domicilio a otro lugar, pero para que el acuerdo sea
oponible a terceros, deberá anotarse al margen de la inscripción de
la concesión a nombre de la Sociedad Legal Minera en el Registro
de Descubrimientos o en el de Propiedad según el caso.
374 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

3° Patrimonio social: Constituye requisito de existencia de la


Sociedad Legal Minera contar en su patrimonio con al menos una
concesión constituida o en trámite. Luego, el patrimonio social se
forma a partir de una o más concesiones.
Tanto la concesión de exploración como la de explotación o
pertenencia pueden dar origen a una Sociedad Legal Minera, sien-
do indiferente que se encuentren constituidas o en trámite. Al
respecto, el artículo 177 dispone que verificada la inscripción del
título, la sociedad adquiere el dominio de la concesión aportada
por los socios y estos adquieren acciones, que son los derechos
muebles con que participan en el haber social.
El título constitutivo de la persona jurídica Sociedad Legal
Minera es la inscripción del pedimento o de la manifestación
formulada en común por dos o más personas, o la inscripción de la
escritura pública en que se inscriba a nombre de otra persona una
cuota de una concesión minera constituida que antes estaba inscrita
a nombre de una sola persona. La inscripción debe incluir siempre
al menos una concesión minera de exploración o de explotación
constituida o en trámite, porque sin ella no se concibe la existencia
de la sociedad.
Cuando el título constitutivo incluya más pertenencias, los
socios deberán ser los mismos en cada una de ellas, deberán tener
igual participación, y las pertenencias deberán haberse comprendi-
do en una misma manifestación.
Con posterioridad a su constitución, la persona jurídica So-
ciedad Legal Minera podrá adquirir el dominio u otros derechos
sobre otras concesiones.
El aporte de la o las concesiones que forman el patrimonio
originario de la Sociedad Legal Minera se efectúa por el sólo
ministerio de la ley mediante la segunda inscripción que prescribe
el artículo 176. El Código de Minería nada dispone sobre naciona-
CURSO DE DERECHO MINERO 375

lidad, capacidad y responsabilidad de la Sociedad Legal Minera,


por lo que en estas materias deberán aplicarse las normas del
derecho común que corresponda.
Como la Sociedad Legal Minera es una sociedad de capital,
los socios gozan de libertad para transferir sus acciones y no son
personalmente responsables de las obligaciones que la sociedad
contraiga con terceros (artículo 180).

6. Requisitos para que una sociedad legal minera posea varias


pertenencias

Si se cumple con determinadas condiciones, es posible que la


sociedad en estudio comprenda dos o más concesiones. Los requi-
sitos, señalados en el artículo 174 del Código de Minería son los
siguientes:
a) Que los socios sean unos mismos y tengan igual participa-
ción en cada una de las pertenencias;
b) Que se trate de pertenencias constituidas o en trámite y que
hayan sido comprendidas una misma manifestación, requisito
exigido por el inciso final del artículo 71 del Reglamento del
Código de Minería que hace aplicable la norma del artículo 174
sólo a las pertenencias, constituidas o en tramitación, siempre
que ellas hayan sido comprendidas en una misma manifesta-
ción, exigencia que concuerda con el hecho de que en cada pe-
dimento sólo puede solicitarse una concesión de exploración
(inciso final del artículo 43). En cambio en una manifestación
puede solicitarse un lote de pertenencias que abarquen hasta un
máximo de mil hectáreas (artículo 44).

Cumplidos estos requisitos, la sociedad tomará la denominación de


la primera concesión que el título mencione.
376 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

7. Inscripción constitutiva de la sociedad legal minera

El inciso 1° del artículo 176 del Código de Minería prescribe: “El


Conservador de Minas, cuando se le presente para su inscripción
alguno de los títulos constitutivos de sociedad a que se refiere el
artículo 173, después de inscribirlo en el Registro de Descubri-
mientos o en el de Propiedad, según el caso, deberá hacer a conti-
nuación, en el mismo Registro, una nueva inscripción a favor de
la sociedad, que queda constituida por este hecho; y, acto conti-
nuo, inscribirá en el Registro de Accionistas los nombres de las
personas de que se compone la sociedad, con indicación del nú-
mero de sus acciones y de fracción de acción, en su caso”.
De acuerdo a los artículos 176 del Código de Minería y 84
inciso 1°, 95 y 96 inciso 1° del Reglamento del Código de Minería,
cuando se presenta para su inscripción un título constitutivo de
Sociedad Legal Minera, el Conservador de Minas debe proceder a
practicar de oficio las siguientes inscripciones:
a) El pedimento o la manifestación formulada en común por
dos o más personas se inscribe en el Registro de Descubri-
mientos a nombre de los solicitantes. La escritura pública en
que se inscribe una cuota de una concesión minera que antes
estaba inscrita a nombre de una sola persona se inscribirá en
el Registro que corresponda, momento en que se forma una
comunidad.
b) Acto seguido, en el mismo Registro, el Conservador practica
de oficio una nueva inscripción a nombre de la sociedad, la
que queda formada por el sólo ministerio de la ley entre las
personas a cuyo nombre se practicó la inscripción en común.
La inscripción se hace poniendo el nombre de la sociedad en
la forma antes indicada. Esta es la inscripción constitutiva de
la sociedad, tiene carácter traslaticio de dominio de los dere-
CURSO DE DERECHO MINERO 377

chos que otorga el pedimento o manifestación o concesión


constituida al patrimonio social y tiene además el carácter de
título originario de dominio respecto de las acciones que a
cada socio corresponden.
c) A continuación, el Conservador debe inscribir de oficio, en
el Libro de Accionistas del Registro de Accionistas los nom-
bres de las personas que componen la sociedad y el número
de acciones y fracción de acciones que corresponde a cada
una.
Para determinar el número de acciones que corresponde a
cada socio, el Conservador estará a la proporción que indi-
quen los socios en el pedimento, manifestación o escritura.
Si nada dicen, el Conservador considerará dividido el interés
social en 100 acciones y las repartirá por partes iguales entre
todos los socios.
d) Finalmente anotará, en el Índice de Sociedades y Socios la
nómina de aquellos por orden alfabético.

Efectos de la inscripción constitutiva de la sociedad legal minera:


Verificada la inscripción a favor de la sociedad, se forma, por el
sólo ministerio de la ley una persona jurídica, la Sociedad Legal
Minera, que adquiere el dominio de los derechos reales del pedi-
mento o manifestación, o de la concesión aportada por los socios,
quienes incorporan a su patrimonio acciones, esto es, derechos
muebles.
De esa disposición se concluye que la inscripción constituti-
va de la sociedad es también un título traslaticio de dominio (artí-
culo 177).
378 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

8. Haber social y proporción de acciones entre socios

La norma general dispone que el haber social se entenderá dividi-


do en cien acciones, que corresponderán a los socios, a prorrata de
sus cuotas en la concesión. Cuando en el pedimento o la manifes-
tación hecho en común no se indique la proporción en que se pide
la concesión para los socios, se entenderá que es por partes iguales
entre todos ellos. La misma norma se aplicará si el título de trans-
ferencia no indica la proporción en que se adquiere la concesión
entre varios (artículos 175 y 176 del Código de Minería).

9. Tradición y adjudicación de las acciones (artículo 178)

La tradición de las acciones se efectúa por la inscripción del título


en el Registro de Accionistas del Conservador de Minas que haya
practicado la inscripción constitutiva de la Sociedad Legal Minera.
El título deberá constar siempre en instrumento público.
La adjudicación de las acciones deberá reducirse siempre a
escritura pública, la cual se inscribirá como en el caso anterior.
Si se trata de asignaciones testamentarias relativas a conce-
siones o acciones, se inscribirá el testamento. La transferencia o la
transmisión de acciones se entenderá sin perjuicio de los graváme-
nes y obligaciones que las afecten. A la transmisión de las accio-
nes será aplicable lo dispuesto en el artículo 688 del Código Civil,
esto es, debe solicitarse la posesión efectiva de la herencia, incluir
las concesiones o acciones en el inventario de bienes y practicar
las inscripciones que corresponden.
CURSO DE DERECHO MINERO 379

10. Derechos de los socios. Los socios de una Sociedad Legal


Minera tienen los siguientes derechos:
a) Intervenir en la dirección de la sociedad, participando con
voz y voto en las juntas de accionistas y en la designación de
administrador (artículos 181, 182 y 191);
b) Percibir los beneficios o productos en proporción a las ac-
ciones que posean (artículo 194), y participar en la distribu-
ción del activo que resulte al liquidarse la sociedad;
c) Enajenar libremente las acciones sin autorización de los
otros socios. Respecto a la enajenación de las acciones se
presenta una situación excepcional pues si bien las acciones
son bienes muebles, la enajenación debe hacerse por escritu-
ra pública y la tradición se hace por la inscripción del título
en el Registro de Accionistas del Conservador competente
(inciso 1°, artículo 178).
La transferencia de las acciones no afecta los gravámenes
reales que pesen sobre ellas y tampoco a la obligación de
contribuir a los gastos sociales que adeude el vendedor (inci-
so 3°, artículo 178);
d) Establecer gravámenes y prohibiciones sobre sus acciones
sin consentimiento de los otros socios;
e) Participar en el nombramiento del árbitro liquidador de la
comunidad que sucede a la sociedad disuelta o en la liquidación
de la misma (artículos 1325, 2115, 2313 del Código Civil).
f) Transmitir las acciones libremente y sin consentimiento de
los consocios ya que se trata de una sociedad de capital que
no termina por la muerte de un socio.

La transmisión de las acciones no afecta los gravámenes reales


constituidos sobre ellas ni la obligación de contribuir a los gastos
380 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

sociales que adeude el causante, ya que gravámenes y obligaciones


se transmiten con las acciones (inciso 3°, artículo 178).
Una vez inscritas las acciones a nombre de los herederos su
administración debe regirse por la norma del artículo 179 del
Código de Minería que dispone que: “Cuando fallezca el dueño de
una concesión y mientras se practican las inscripciones ordenadas
en el artículo 176, los herederos designarán, a petición de cual-
quier interesado, un administrador pro indiviso de la concesión, en
el procedimiento y con los efectos señalados en las leyes procesa-
les.”
“Cuando fallezca uno de los socios, sus herederos designarán
un mandatario común para que los represente en la sociedad
mientras mantengan pro indiviso sus acciones”.
La adjudicación de las acciones debe reducirse a escritura
pública e inscribirse en el Registro de Accionistas del Conservador
de Minas (artículos 176 y 178 inciso 2°).
En consecuencia, a diferencia de las facultades que tienen los
herederos de una sucesión que se rige sólo por normas civiles, los
herederos del socio de una Sociedad Legal Minera no pueden
disponer legalmente de los derechos que les podrían corresponder
en la sucesión una vez practicada la inscripción especial de heren-
cia ordenada por el inciso 3° del artículo 687 del Código Civil, y
antes de la adjudicación, pues por disposición expresa del artículo
178 del Código de Minería se requiere la adjudicación de las
acciones reducida siempre a escritura pública.

11. Obligaciones de los socios

La única obligación que se impone a los socios es la de contribuir


a los gastos necesarios según dispone el inciso 1° del artículo 195:
“Los socios contribuirán al pago de los gastos necesarios tanto
CURSO DE DERECHO MINERO 381

para la conservación y exploración de la concesión de exploración


y de la pertenencia, como para la explotación de esta última”. Se
califican de gastos necesarios sólo aquellos destinados a la conser-
vación, (ejemplo: pago patente minera), exploración o explotación
de la concesión.
Los socios contribuirán a los gastos necesarios en proporción
a las acciones que posean en la sociedad.

12. Responsabilidad de los socios

a) Responsabilidad respecto de los acreedores.


Siendo la Sociedad Legal Minera una sociedad de capital, los
socios no responden respecto de terceros por las obligaciones
sociales, lo que se aplica sin perjuicio de que conforme a las nor-
mas comunes alguno de ellos convenga expresamente en respon-
sabilizarse personalmente de una o más obligaciones sociales. Así
dispone el artículo 180, que prescribe: Respecto de terceros, los
socios no son personalmente responsables de las obligaciones de la
sociedad; y sólo responden a ésta por sus propias obligaciones
como socios con los beneficios o productos que no hubieren perci-
bido y con sus acciones.

b) Responsabilidad con la Sociedad Legal Minera. Los socios


responden personalmente ante la sociedad de la obligación legal de
contribuir a los gastos sociales necesario para la conservación,
exploración y explotación de la concesión
La sociedad no tiene derecho de prenda general sobre los
bienes de los socios de modo que la responsabilidad de los mismos
para con la sociedad se limita a los beneficios o productos que no
hayan percibido y a sus acciones, salvo que voluntariamente y de
acuerdo a las normas comunes, uno o más socios contraigan otras
382 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

obligaciones con la sociedad o se responsabilicen con bienes per-


sonales de las obligaciones sociales.
Tampoco les cabe responsabilidad en el aporte de la o las
concesiones al patrimonio social originario, por ejemplo si estas
estaban en trámite y caducan.

13. Junta de accionistas

Son las reuniones de socios en que se manifiesta la voluntad de la


sociedad. La junta es la máxima autoridad de la Sociedad Legal
Minera, conoce de todo negocio que le conciernen y deben cele-
brarse en la ciudad o lugar del domicilio social.
Se distingue entes dos clases de juntas de accionistas: las
juntas plenas y aquellas que deben ser citadas previamente con las
formalidades legales por el juez del domicilio social.

14. Lugar de celebración de la junta. Por regla general la junta


tendrá lugar en el domicilio social (artículo 181). Esta norma
admite las siguientes excepciones:
a) En el inciso 2° del artículo 184 se establece una norma de
excepción respecto del lugar de celebración de la junta, la
que puede llevarse a cabo en un lugar diferente al del domi-
cilio social cuando existe acuerdo tomado en junta anterior
por mayoría de no menos de dos tercios de las acciones.
b) Encontramos otra excepción a la regla general en el artículo
185, que dispone que cuando en la junta esté representada la
totalidad de las acciones de la sociedad, la junta podrá cele-
brarse en cualquier lugar y sin citación alguna.
CURSO DE DERECHO MINERO 383

15. Citación a Junta de accionistas

Salvo que se trate de juntas plenas, que son aquellas a las que
concurren voluntariamente todas las acciones, para reunir la junta
es indispensable cumplir con el procedimiento previo de citación,
que consiste en un acto solemne que se desarrolla en dos etapas:
a) Convocatoria que expide el juez del domicilio social. Corres-
ponde al Juez del domicilio social dar curso, con las formalida-
des que señala el Código de Minería, a la solicitud de convo-
catoria a reunión de junta de accionistas.
La solicitud de convocatoria consiste en un escrito, que presenta
el administrador o un socio ante el Tribunal del domicilio social
y que, según el artículo 184, debe indicar el objeto de la junta,
el local, día y hora en que deberá celebrarse y el nombre de to-
do socio que sea dueño, a lo menos, del diez por ciento de las
acciones de la sociedad, a lo que conviene agregar el domicilio
de los socios que lo tengan en la ciudad asiento del domicilio
social.
Si la solicitud cumple con los requisitos señalados, el juez or-
denará que se publique por dos veces, en dos días distintos, en
el Boletín Oficial de Minería.
b) Oposición a la convocatoria: El artículo 183 dispone que cual-
quier socio puede oponerse a la realización de junta. La oposi-
ción se presentará por escrito al juez antes del día fijado para la
celebración de la junta y se resolverá de plano, motivo por el
cual la oposición deberá ser fundada. La apelación que se de-
duzca contra la resolución judicial que resuelve sobre la oposi-
ción, se concederá en el solo efecto devolutivo.
c) La citación propiamente tal se realiza mediante la publicación de
los avisos ordenados por el juez, por dos veces, en el Boletín Ofi-
cial de Minería (artículo 182). Los avisos deberán contener (artí-
384 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

culo 184) el objeto de la reunión, local, día y hora en que deberá


celebrarse, y el nombre de todo socio que sea dueño, a lo menos,
del diez por ciento de las acciones de la sociedad (artículo 184).
A los socios que hayan señalado casa en la ciudad o lugar en
que tenga su domicilio la sociedad y que la hayan hecho anotar en
el Registro de Accionistas para los efectos de la notificación, se les
citará, además, por carta certificada que deberá enviar el secretario
del juzgado, dejando constancia en autos. La omisión del envío de
la carta no acarrea nulidad de la citación.
La junta no podrá celebrarse antes de los ocho días siguien-
tes a la fecha del último aviso.
Cabe observar que el legislador ha otorgado al juez del do-
micilio social una responsabilidad importante en la Sociedad Legal
Minera ya que no sólo autoriza la citación a reunión de Junta de
Accionista, sino que también resuelve de plano las oposiciones a la
citación, y como veremos más adelante dirime los empates que se
produzcan en la junta, conoce de los reclamos por acuerdos adop-
tados en la junta, etc.

16. Juntas plenas

Son juntas plenas aquellas a las que concurren todas las acciones.
Son una excepción a las formalidades que se exigen para convocar
a junta de accionistas. El artículo 185 del Código de Minería
contempla dos tipos de juntas plenas:
a) Cuando en la junta esté representada la totalidad de las ac-
ciones de la sociedad ella podrá celebrare en cualquier lugar
y sin citación alguna;
b) Cuando los acuerdos consten en escritura pública suscrita
por personas que representen todas las acciones de la socie-
CURSO DE DERECHO MINERO 385

dad. En este caso la junta se considerará válidamente cele-


brada y tendrá el valor de junta plena.

Ambas formas de celebración de la junta plena permiten que en


ella se traten todas las materias de interés social y se adopte cual-
quier clase de acuerdos sin que sea necesario cumplir con las
formalidades de convocatoria y citación antes descritas.

17. Constitución de la junta de accionistas

La junta de accionistas se constituye en primera citación con asis-


tencia de una o más personas que representen, a lo menos, la ma-
yoría absoluta de las acciones de la sociedad, o sea, más de la
mitad de las acciones (artículo 186),
Como el Código de Minería no contiene normas especiales
sobre la naturaleza y forma de representación de las acciones en la
junta deben aplicarse las normas comunes sobre representación
legal y mandato.
Si a la primera citación no concurre la mayoría absoluta de
las acciones sociales, la junta no puede constituirse y será necesa-
rio citar por segunda vez ciñéndose al mismo procedimiento seña-
lado para la primera. Las publicaciones con que se cita a segunda
reunión de junta de accionistas deben señalar el hecho de que se
trata de una segunda citación y la fecha de celebración de la junta,
la que solo podrá celebrarse transcurridos que sean ocho días
después de la fecha de la segunda publicación de la nueva citación.
Cumplidos estos requisitos, la junta se constituye en segunda
citación con las acciones que concurran y puede adoptar los acuer-
dos que procedan, siempre que estos no requieran de quórum
especial. Así lo dispone el inciso 2° del artículo 186: “No habién-
dose reunido dicho quórum en primera citación, se practicará una
386 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

segunda, expresándose esta circunstancia, y la junta podrá consti-


tuirse con las acciones que concurran y adoptar los acuerdos que
procedan.”
“La segunda junta sólo podrá celebrarse transcurridos que
sean ocho días después de la fecha de la segunda publicación de la
nueva citación”.

18. Presidencia de la junta

La junta será presidida por quién represente en ella el mayor número


de acciones y, habiendo varios con igual derecho, se determinará por
sorteo a quien corresponde la presidencia (artículo 187).
La ley prefiere al mayor accionista para presidir la junta por
ser la persona que tiene más interés en que los negocios sociales se
desarrollen exitosamente.

19. Quorum para tomar acuerdos en junta (artículos 188 y 189)

a) Norma general: Como sociedad de capital, los acuerdos se


toman por mayoría de acciones presentes y se consignan en un acta
que será firmada, a lo menos, por la o las personas que votaron
favorablemente, o que sean designadas para ello por la junta. La
norma general prescribe: “Cada acuerdo se tomará por mayoría
absoluta de las acciones presentes, salvo las excepciones legales”,
disposición que se debe aplicar en primera o segunda citación.
No obstante, hay materias respecto de las que sólo se pueden
tomar acuerdos con quórums especiales de mayoría absoluta de las
acciones o de los dos tercios de las mismas y en algunos casos, con
la presencia de Notario.
CURSO DE DERECHO MINERO 387

b) Empate de votos: Para dirimir cualquier empate que se haya


producido en una junta de accionistas, se debe requerir la interven-
ción del juez en un procedimiento sumarísimo. El juez resolverá el
empate teniendo presente las normas legales y acogiendo la pro-
puesta de acuerdo que sea más favorable al interés social. En
efecto, el inciso 2° del artículo188 dispone que “el juez decidirá
los empates, cualquiera que sea su causa, teniendo en considera-
ción lo más conforme a la ley y al interés de la sociedad”.
Atendido que hay acuerdos que se adoptan en Junta de ac-
cionistas por simple mayoría y otros que requieren de un quórum
especial, el procedimiento judicial para dirimir los empates sólo es
aplicable a las materias que requieren simple mayoría para tomar
acuerdo.

c) Las materias que requieren voto favorable de la mayoría abso-


luta de las acciones sociales para adoptar acuerdos son los si-
guientes (artículos 189 inciso 2° y 195 inciso 2°) del Código de
Minería:
1) Constitución de hipoteca sobre alguna concesión minera
de la sociedad;
2) Constitución de avío simple sobre alguna pertenencia de
la sociedad;
3) Entrega, de la explotación de una concesión social a
cualquier título (arrendamiento, usufructo, etc.) a un ter-
cero, sea socio o extraño;
4) Fijación del monto de las cuotas para los gastos necesa-
rios de conservación y exploración o explotación de las
concesiones.

Para tomar acuerdo sobre monto de la cuota para gastos necesarios


deberá estar presente en la junta un notario que levante el acta,
388 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

certifique la identidad de los asistentes, los acuerdos tomados y la


mayoría con que fueron adoptados (artículo 190), la que se publi-
cará, notificará y archivará en el Conservador de Minas compe-
tente. Al respecto, el artículo 195 inciso 2° prescribe: “Para la
fijación del monto de las cuotas se requerirá un acuerdo, tomado
en junta, por personas que representen a lo menos la mayoría
absoluta de las acciones de la sociedad; y, en seguida, publicado y
notificado con arreglo a lo dispuesto en el artículo 182”.
El socio que no ha concurrido al acuerdo tiene derecho a re-
clamarlo ante el juez del domicilio social. El plazo para presentar
el reclamo es de treinta días, contados desde la fecha de la segunda
de las publicaciones de que debe ser objeto el acuerdo. El plazo es
fatal y se cuenta en forma corrida. El reclamo se tramitará en
procedimiento sumarísimo (inciso 3°, artículo 195).

d) Las materias que requieren el voto favorable de a lo menos dos


tercios de las acciones sociales en primera o segunda citación para
adoptar acuerdo, constituyen la excepción. Son las siguientes:
1° La enajenación y cualquiera de los contratos a que se refiere el
artículo 169 (promesa bilateral de compraventa, promesa unilateral
de venta, o la opción de compra) que recaiga sobre una concesión
minera de la sociedad o sobre cuota o parte material de ella (inciso
1°, artículo 189);
2° La celebración de un contrato de avío por especie de sociedad o
compañía sobre pertenencia de la sociedad (inciso 2°, artículo 211);
3° La celebración de la junta futura en una ciudad o lugar distinto de
aquel en que la sociedad tiene su domicilio (inciso 2°, artículo 184).
En estos casos los socios tienen derecho a reclamar contra
los acuerdos que se tomen sobre alguno de los contratos señalados
precedentemente. El reclamo se interpone ante el juez del domici-
lio social, dentro del plazo fatal y corrido de treinta días contado
CURSO DE DERECHO MINERO 389

desde la celebración de la junta. El juez conocerá del asunto en


procedimiento sumarísimo y acogerá el reclamo solamente si
aparece de manifiesto que el contrato que se proyecta es perjudi-
cial para los intereses de la sociedad (inciso final, artículo 189).

e) Presencia de notario: Por mandato del artículo 190, a las juntas


de accionistas en que se toman acuerdos sobre materias que re-
quieren mayoría de dos tercios, o traten la fijación de cuotas para
los gastos de conservación y explotación o explotación de la con-
cesión, que solo requiere mayoría absoluta, deberá concurrir un
Notario, que certificará: la identidad de quienes asistan, los acuer-
dos que se tomaron y la mayoría con que éstos fueron adoptados.
La presencia del Notario no será necesaria en caso que los
acuerdos se hayan tomado en junta plena que conste por escritura
pública suscrita por personas que representen todas las acciones
sociales (inciso 2°, artículo 185), caso en que se presume que los
acuerdos se tomaron por unanimidad, salvo que conste otra cosa en
el acta.

f) Oponibilidad de los acuerdos de junta a la que debe asistir un


notario: Para que los acuerdos adoptados en la junta de accionistas
en que se acordó celebrar alguno de los contratos que requieren
quórum especial o en que se fijó cuota de gastos necesarios sea
oponible a terceros y a los socios ausentes es necesario que una
copia del acta, autorizada por el Notario asistente , o de la escritura
pública en que consta la junta plena, sea enviada para su archivo al
Conservador de Minas que haya practicado la inscripción consti-
tutiva de la Sociedad Legal Minera, quién deberá dejar constancia
del archivo al margen de la inscripción constitutiva de la sociedad
Mientras no se practiquen tales actuaciones, los acuerdos co-
rrespondientes no serán oponibles a terceros ni a los socios que no
390 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

haya asistido a la junta (artículos 190 inciso final del Código de


Minería y 105 del Reglamento del Código de Minería).

g) Nulidad de los acuerdos de la junta.


Prescribe el inciso 3° del artículo 184 del Código de Minería que
serán nulos los acuerdos que de adopten en las siguientes circuns-
tancias:
- Sin cumplir con el procedimiento de citación;
- En junta cuya citación no cumpla con expresar el objeto de
la reunión, local, día y hora y nombre de los socios dueños
de a lo menos 10% de las acciones;
- En juntas que se realicen antes de los ocho días siguientes a
la fecha del último aviso de citación publicados en el Bole-
tín Oficial de Minería;
- En juntas cuya convocatoria no haya sido expedida por el
juez del domicilio social a petición del administrador o
cualquier socio;
- En juntas en que se adopten acuerdos sobre materias que
están fuera del objeto de la convocatoria;
- En juntas que se celebren en lugar distinto del domicilio
social (salvo que haya acuerdo en junta anterior) o en local,
día u hora diferentes de los designados en la citación.

h) Acción de nulidad de los acuerdos adoptados en junta: Los


acuerdos adoptados en junta de accionistas viciada de nulidad son
nulos y sin valor. Las respectivas acciones de nulidad sólo podrán
deducirse dentro del plazo fatal y corrido de tres meses, contado
desde la fecha de la celebración de la junta (inciso final, artículo
184). La acción de nulidad se tramita en procedimiento sumarísi-
mo. La petición de nulidad de la citación a junta de accionistas
CURSO DE DERECHO MINERO 391

tiene carácter de demanda contenciosa y debe notificarse perso-


nalmente de acuerdo al Código de Procedimiento Civil.
La junta misma y las resoluciones que se tomen podrán ser
también invalidadas por causales diferentes a las enumeradas en el
artículo 184 siempre que se funden en las normas comunes sobre
nulidad de los actos jurídicos, lo que cabría, por ejemplo, si se
tomara acuerdo por mayoría inferior a la exigida para determinada
materia, o cuando la junta se haya celebrado en primera citación a
la que no concurra la mayoría absoluta de las acciones. En estos
últimos casos se trata de nulidades que se rigen por el derecho
común.
Las causales de nulidad señaladas en el artículo 184 del Có-
digo de Minería no operan cuando se trata de juntas plenas.

20. Administración de las sociedades legales mineras. Las Socie-


dades Legales Mineras deben contar con uno o más administrado-
res que cumplan funciones de representación, administración y
ejecución de los acuerdos de la junta.

20.1 Administración provisoria de la sociedad legal minera: Para


el lapso que media entre la constitución de la sociedad y la desig-
nación de uno o más administradores por la junta, la administra-
ción provisoria corresponde al mayor accionista por ser quien tiene
más intereses en la Sociedad Legal Minera. Estará investido de la
representación de la Sociedad Legal Minera ante la autoridad
pública y tendrá la representación judicial de la sociedad en los
términos que determina el Código de Procedimiento Civil.
Estas facultades permitirán al administrador provisorio soli-
citar los permisos necesarios y hacer los trámites que permitan
iniciar las actividades de la sociedad ante las diversas autoridades.
392 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Si hay dos o más socios con igual derecho, esto es, con igual
número de acciones, asumirá dichas representaciones aquel a quien
corresponda alfabéticamente por orden de apellido paterno y, si
fuere necesario, de apellido materno y de nombre, siempre que la
persona a quien corresponda el nombramiento no sea incapaz
(inciso final del artículo 193).

20.2. Administración propiamente tal de la sociedad legal minera:


Estará a cargo de uno o más administradores, que pueden ser
socios o terceros, nombrados por la junta en acuerdo que no re-
quiere mayoría especial. Al hacer el nombramiento la junta deter-
minará las atribuciones, remuneraciones y duración de sus funcio-
nes (artículo 191). El acta que dé cuenta del nombramiento de
administrador deberá reducirse a escritura pública, o constar en esa
forma en el caso de junta plena. El o los administradores son man-
datarios de la sociedad.
Con el objeto de que el nombramiento de administrador sea
oponible a terceros, la escritura que da cuenta del nombramiento se
anotará al margen de la inscripción en el Registro de Accionistas.
En el Índice de Sociedades y Socios se incluirá el nombre de él o
los administradores con señalización de la foja en que aparece
anotada el acta de nombramiento en el Libro de Accionista. Si hay
algún impedimento o prohibición que limite las facultades del
administrador se anotará también en el Libro de Gravámenes y
Prohibiciones del Registro de Accionistas (artículos 105 del Códi-
go de Minería y 87 del Reglamento).
El nombramiento producirá efectos inmediatos entre la so-
ciedad y el o los administradores, pero mientras no se cumpla con
las formalidades indicadas será inoponible a terceros, lo que puede
traer serias consecuencias, pues la sociedad debe hacer negocios
con terceros tales como transportar y vender minerales.
CURSO DE DERECHO MINERO 393

20.3 Facultades del administrador de la sociedad: (artículo 192).


En cuanto a las facultades del administrador, hay que distinguir si
la junta ha especificado o no sus facultades.
a) Si la junta ha especificado las facultades del administrador
en el acto del nombramiento o posteriormente, éste debe ce-
ñirse a los términos de su mandato y podrá efectuar además
todos los actos que pertenecen al giro administrativo ordina-
rio de los negocios, los que se señalan en el inciso 2° del ar-
tículo 192 que entrega la siguiente enumeración no taxativa:
“pagar las deudas y cobrar los créditos de la sociedad, siem-
pre que pertenezcan uno y otros al giro administrativo ordi-
nario, perseguir en juicio a los deudores; intentar las accio-
nes posesorias e interrumpir las prescripciones; comprar los
materiales necesarios para la exploración o la explotación de
la mina o el beneficio de sus productos, celebrar contratos de
trabajo y ponerles término; exigir a favor de la concesión las
servidumbres a que tiene derecho y aceptar las que, según la
ley, puedan imponerse sobre ella; y vender los minerales ex-
traídos”.
b) En cambio, si la junta no ha especificado las atribuciones del
administrador éste sólo podrá realizar los actos que corres-
ponden al giro administrativo ordinario de los negocios de la
sociedad, que son aquellos enumerados en el inciso 2° del
artículo 192 citado.
Para todos los actos que salgan de estos límites, el administrador
necesitará autorización especial otorgada por la junta (inciso 3°,
artículo 192).
En todo caso, corresponde al administrador la representación
de la sociedad en todo lo que se relacione, de cualquier manera,
con la autoridad pública, a menos que los socios designen con este
fin otro representante. Cabe recordar que esta representación puede
394 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

revestir gran importancia si, por ejemplo, la sociedad celebra


contratos con empresas estatales, solicita financiamientos, exporta
minerales, etc.
La representación judicial de la sociedad corresponde tam-
bién al administrador, quien la ejerce en los términos que determi-
na el Código de Procedimiento Civil, para los administradores o
gerentes de sociedades civiles o comerciales.

21. Distribución de las utilidades o beneficios (artículo 194). La


Sociedad Legal Minera es una persona jurídica que persigue fines
de lucro. Luego, debe practicar un balance anual que determine el
andamiento de los negocios en el período. Lo habitual será que los
socios puedan hacer retiros parciales y que las utilidades se repar-
tan después de aprobado el balance. Pero el artículo 194 dispone
que la época en que se reparten las utilidades se fija por acuerdo de
la junta de accionistas y si nada se ha dicho se hará cuando el
administrador lo estime conveniente.
Las utilidades o beneficios se distribuyen en proporción a las
acciones de cada socio y se hará en minerales, en pastas o en dine-
ro, según lo acuerden los socios en junta. Cuando no haya habido
acuerdo la distribución se hará en dinero. Normalmente se efectúa
en esta forma por ser más fácil determinar el monto de las utilida-
des en esta forma.
No obstante, y en todo caso, esto es, aunque se haya acorda-
do la distribución en dinero, uno o más socios, que representen a lo
menos la cuarta parte de las acciones de la sociedad, podrán exigir
que su cuota en la producción les sea entregada en minerales o
pastas, previo reembolso de los gastos correspondientes, que son
los gastos de extracción o beneficio. Esta última petición puede ser
muy conveniente para el socio que además explota otras pertenen-
cias autónomamente.
CURSO DE DERECHO MINERO 395

22. Contribución a los gastos necesarios (artículo 195)

El patrimonio social esta formado por la o las concesiones aporta-


das originariamente por los socios; en consecuencia, al principio la
sociedad carece de los recursos necesarios para conservarla, por
ejemplo para pagar las patentes, y para explorarlas o explotarlas.
Por este motivo, los socios están obligados a contribuir a los gastos
necesarios de la sociedad en proporción a las acciones que poseen,
cuando el andamiento de los negocios lo requiera.
El artículo 195 consagra la obligación legal de los socios de
contribuir al pago de los gastos necesarios. Se entiende por gastos
necesarios aquellos que son útiles para la conservación, explora-
ción y explotación de la concesión o de la pertenencia. O sea, son
aquellos destinados al cumplimiento de los objetivos de la Socie-
dad Legal Minera.
Conservar la concesión en trámite comporta, por ejemplo, el
pago de tasa de pedimento o de manifestación, pago de patentes y
todos los que se requieran para constituir la concesión de explora-
ción o pertenencia. Son gastos necesarios para la conservación de
las concesiones ya constituidas; el amparo por el pago de las pa-
tentes anuales, las costas de los juicios en que intervenga la Socie-
dad Legal Minera para mantener o recuperar concesiones, el pago
de salarios y fletes, la adquisición de maquinarias, herramientas,
insumos, etc.
Cada socio responde de su cuota y debe entregarla perso-
nalmente. Si no cumple responderá con las utilidades o productos
que le correspondan y que no haya retirado o percibido. Si estos no
existen o son insuficientes responderá con sus acciones. En ningún
caso se puede perseguir el cumplimiento de la cuota de gastos
necesarios comprometiendo el patrimonio personal del socio in-
cumplidor.
396 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

22.1. Monto de la cuota, oponibilidad y publicación del acuerdo


que fija la cuota de gastos necesarios: Para la fijación del monto
de las cuotas se requerirá un acuerdo, tomando en junta, por perso-
nas que representen a lo menos la mayoría absoluta de las acciones
de la sociedad, y en seguida, publicado por dos veces en el Boletín
Oficial de Minería y notificado por carta certificada que expedirá
el Secretario del tribunal a los socios que no concurrieron a la
junta, han señalado casa en la ciudad en que tiene su domicilio la
sociedad y que la hayan hecho anotar en el Registro de Accionistas
para los efectos de la notificación.
Estas normas se aplican al acuerdo tomado tanto en primera
como en segunda citación (inciso 2°, artículo 195).
Como se ha señalado, a la junta en que se adopte este acuer-
do deberá asistir un Notario que cumplirá con las certificaciones
que ordena el artículo 190, salvo que el acuerdo se haya tomado en
junta plena, acta notarial o de junta plena que será archivada en el
Conservador de Minas.

22.2. Reclamación contra el acuerdo que fija gastos necesarios.


El acuerdo que fija el monto de la cuota puede ser reclamado en la
forma dispuesta en el inciso 3° del artículo 198, pero el plazo de
treinta días para reclamar se contará desde la fecha de la segunda
publicación.
El reclamo se interpone ante el juez del domicilio social y se
tramita conforme al procedimiento sumarísimo. El juez rechazará
el reclamo cuando la cuota o cuotas pedidas sean efectivamente
necesarias para cubrir los gastos señalados.

22.3. Plazo para integrar la cuota de gastos necesarios: El plazo


que tienen los socios para integrar en la caja social la cuota que les
corresponde pagar será el que se haya fijado en junta. Si no se ha
CURSO DE DERECHO MINERO 397

señalado plazo pagarán dentro de los treinta días siguientes a la


fecha de la segunda publicación del acuerdo respectivo.

23. La inconcurrencia.

Se entiende por inconcurrencia la mora de un socio en el pago de


la cuota acordada, mora que se produce una vez transcurrido el
plazo fijado en la junta para concurrir al pago o, si no se fijó plazo,
transcurridos los 30 días establecidos por el Código de Minería,
sin necesidad de requerimiento especial.
El administrador de la sociedad está autorizado para pagar-
se de la cuota adeudada disponiendo de los minerales, pastas o
dineros del inconcurrente que aún estén en poder de la sociedad,
hasta la cantidad necesaria para cubrir la cuota que adeude. Lue-
go, si corresponden al socio deudor utilidades en dinero que no
ha retirado, se produce, por el sólo ministerio de la ley y sin que
sea necesario el conocimiento de la sociedad o del moroso, una
compensación, por tratarse de obligaciones de igual naturaleza.
Si no existen dineros en caja, el administrador puede dispo-
ner de los minerales o pastas que el socio deudor no ha retirado
(artículo 196).
Si no existen minerales, pastas o dineros del inconcurrente
en caja social, o si existiendo no han sido suficientes para el pago
de la cuota adeudada, el administrador deberá perseguir su pago
interponiendo acción ejecutiva para rematar las acciones del socio
inconcurrente y pagarse de la cuota adeudada con su producto.
Este derecho podrá también ser ejercido por cualquier socio concu-
rrente, en representación de la sociedad.

23.1. El juicio de inconcurrencia (artículo, 197). Es un procedi-


miento ejecutivo especial que tiene por objeto obtener el pago
398 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

forzado de la cuota para gastos necesarios con que debe contribuir


a la sociedad el socio moroso. El pago se hace efectivo en el valor
de las acciones.
Para hacer efectivo el pago de las cuotas de gastos acorda-
dos, se demandará en juicio ejecutivo al socio inconcurrente.
Servirá a título suficiente la copia del acta de la junta en que se
tomó en acuerdo, autorizada por el notario asistente a la junta, o de
la escritura pública de la junta plena en que se acordó el cobro de
la cuota.
La demanda debe ser entablada por la sociedad representada
por su administrador o por cualquier socio concurrente.
Una vez requerido de pago, el socio ejecutado sólo podrá
oponer las siguientes excepciones:
1° La incompetencia del tribunal;
2° La falta de capacidad del demandante o de personería del
que comparece en su nombre;
3° La litis pendencia;
4° El no haberse acordado con arreglo a los artículos 182,183 y
184, el cobro de la cuota exigida, siempre que estén pen-
dientes el plazo para reclamar o el juicio respectivo;
5° El hecho de que el acuerdo o la cuota no se conforman con
las exigencias de los incisos primero y segundo del artículo
195, siempre que estén pendientes el plazo para reclamar o el
juicio respectivo;
6° El hecho de cobrársele una suma mayor de la que correspon-
da a sus acciones;
7° El pago de la deuda;
8° El hecho de existir un convenio o un acuerdo legalmente
tomado, que exime al demandado de la obligación de concu-
rrir con la cuota que se le exige;
CURSO DE DERECHO MINERO 399

9° La cosa juzgada; y
10° La existencia en poder de la sociedad de minerales, pastas o
dineros, que pertenecen al demandado.

De la enumeración precedente se observa que las excepciones


señaladas en los números 1°, 2°, 3°, 7°, 9° y 10° se encuentran ya
consagradas en el artículo 463 del Código de Procedimiento Civil;
la señalada en el N° 6 equivale al exceso de avalúo a que se refiere
el artículo 463 N° 8 del Código de Procedimiento Civil y la del N°
4 es semejante a la de falta de requisito para que el título tenga
fuerza ejecutiva, del N° 7 del artículo 463 del Código de Procedi-
miento Civil citado.
El artículo 86 del Reglamento del Código de Minería dispo-
ne que el embargo, de las acciones del socio ejecutado debe inscri-
birse en el Libro de Gravámenes y Prohibiciones del Registro de
Accionistas del Conservador de Minas en que se encuentren ins-
critas las acciones.
En todo aquello no previsto por el Código de Minería el jui-
cio se rige por las normas que entrega el Código de Procedimiento
Civil para la ejecución forzada de las obligaciones de dar.

23.2. Licitación de las acciones (artículo 198). Una vez ejecutoria-


da la sentencia que ordena seguir adelante la ejecución, u omitida
la misma por no haberse opuesto excepciones, las acciones del
socio inconcurrente se licitarán en pública subasta, fijándose como
mínimo el monto de la contribución a los gastos sociales que
adeuda, con lo que el Código de Minería ha omitido todo trámite
relativo a la tasación de las acciones. Al licitarse las acciones
pueden producirse las siguientes alternativas:
400 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

a) Hay postores interesados y se adjudican las acciones.


Si las acciones se rematan en una cantidad superior al mínimo, se
entregará a la sociedad la cantidad suficiente para cubrir la cuota
adeudada, el sobrante se le entregará al socio ejecutado, deducidos
los gastos del remate y costas del proceso.
Las acciones se transferirán a quien se las adjudique sin la
obligación de contribuir a los gastos sociales que dieron origen al
procedimiento, porque la obligación se ha extinguido con el pro-
ducto del remate.
El acta de remate se reducirá a escritura pública, porque de
acuerdo al artículo 178 la tradición de las acciones se efectúa por
la inscripción del título en el Registro de Accionistas del Conser-
vador de Minas competente, título que debe constar siempre en
instrumento público.
El inconcurrente podrá suspender el remate, pagando en
cualquier momento lo adeudado y los gastos y costas devengados.

b) No se presentan interesados por las acciones: Si no se presen-


tan postores al remate, no se realiza una nueva subasta. La acción
o acciones del inconcurrente acrecerán a los demás socios en
proporción al número de acciones de cada uno, quienes quedarán
obligados a pagar la cuota del inconcurrente, en la misma propor-
ción.
Si bien el acrecimiento obra por el sólo ministerio de la ley,
será necesario que el juez ordene extender la escritura pública da
adjudicación por falta de postores correspondientes, para que se
pueda proceder a la transferencia de las acciones a favor de los
socios mediante la inscripción en el Registro de Accionistas del
Conservador de Minas.
CURSO DE DERECHO MINERO 401

24. Terminación y liquidación de la sociedad legal minera (artí-


culo 199). El Código de Minería contempla las siguientes causales
de terminación de la Sociedad Legal Minera:

“1° - Por la enajenación, extinción o caducidad de todas las conce-


siones de que sea dueña”.
En consecuencia, la sociedad no termina si mantiene en su
patrimonio al menos una concesión de exploración o explotación
constituida o en trámite, aportada originariamente o adquirida con
posterioridad a la constitución de la Sociedad Legal Minera.
Por enajenación se entiende en este caso la transferencia
voluntaria o forzada del dominio de la concesión y se asimila a la
pérdida del mismo por prescripción. Se produce extinción o cadu-
cidad de las concesiones cuando opera cualquiera de las causales
de extinción de las concesiones ya estudiadas, como no inscripción
oportuna de la sentencia, desamparo, renuncia a las concesiones,
venta de las concesiones a terceros, etc.
La imposición de gravámenes como la hipoteca, la celebra-
ción de contratos que afecten a las concesiones sociales como la
promesa de venta u opción de compra, el arrendamiento u otros
contratos, no son causal suficiente para poner término a la Socie-
dad Legal Minera.
En los casos de término de la Sociedad señaladas preceden-
temente será necesario proceder a la liquidación de los bienes
sociales. Como el Código de Minería no contiene normas para
liquidar la Sociedad Legal Minera se aplicarán las reglas comunes
relativas a la partición de bienes (artículos 2115 y 2313 del Código
Civil), porque una vez disuelta la sociedad se extingue la persona
jurídica dando origen a una comunidad que se liquidará en la
forma prescrita para la partición de los bienes hereditarios.
402 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

“2°. Por la reunión en una sola persona de todas las acciones que
componen su haber”.
En caso de producirse esta causal de terminación no será ne-
cesario proceder a la liquidación de la Sociedad Legal Minera.
Terminada la sociedad las concesiones se inscribirán a nom-
bre de la persona que es dueña de la totalidad de las acciones y el
Conservador procederá a cancelar inscripciones sociales en la
forma señalada en el artículo 91 del Reglamento del Código de
Minería.
LA SOCIEDAD CONTRACTUAL MINERA
(artículos 200 y siguientes Código de Minería).

La Sociedad contractual minera se forma por un contrato que


suscriben las partes y se caracteriza por ser oneroso, conmutativo,
principal y solemne.
La normativa que entrega el Código de Minería sobre estas
sociedades no se refiere a detalles como por ejemplo, citación a
juntas de accionistas, nombre, quórums especiales para tomar
ciertos acuerdos, etc., asuntos que se regirán por la legislación
aplicable como se indica a continuación.

1. Legislación aplicable a la sociedad contractual minera: Como


tiene su origen en un pacto social, se rige en primer lugar por las
estipulaciones del contrato social. En subsidio, por lo dispuesto en
los artículos 200 y siguientes del Código de Minería que contienen
las normas sobre Sociedad Contractual Minera, y en todo lo no
previsto en el contrato o en los artículos 200 y siguientes, se suje-
tan a las normas de la Sociedades Legales Mineras por mandato
del artículo 205, que prescribe: “En todo aquellos que no está
previsto en el contrato social o en la presente sección, según el
caso, regirán las disposiciones de la sección anterior”.
Supletoriamente son aplicables a estas sociedades las normas
del Código Civil, y en cuanto a su liquidación, las del Código del
Comercio.
404 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

2. Objeto de la sociedad contractual minera: El objeto de la socie-


dad contractual minera puede consistir en las siguientes activida-
des:
a) La prospección o la exploración de la concesión de explora-
ción;
b) La prospección, la exploración o la explotación de la perte-
nencia;
c) El beneficio de los minerales de la pertenencia.

Las finalidades anotadas permiten concluir que la Sociedad Con-


tractual Minera se pacta una vez constituida la concesión de explo-
ración o la pertenencia pues las finalidades señaladas son propias
de la naturaleza de la concesión constituida. En cambio, la Socie-
dad Legal Minera se forma por el sólo ministerio de la ley y pue-
den tener en su patrimonio concesiones constituidas o en trámite
judicial de constitución.
Cabe observar que el beneficio ha sido incluido por el legis-
lador en calidad de actividad accesoria a la explotación ya que
precisa que se “benefician sus minerales”, aquellos que provienen
de la o las pertenencias sociales, y no minerales de terceros.
Se entiende por actividad accesoria aquella que depende de
otra considerada principal. En el caso en estudio, la explotación de
la pertenencia es la actividad principal de la sociedad y accesoria-
mente puede también beneficiar los minerales extraídos, “sus
minerales”. Luego, tratándose de sociedad contractual minera, la
actividad del beneficio de sus minerales seguirá la suerte de la
actividad principal.
Si además de los fines enumerados una sociedad se fija otros
objetivos principales (por ejemplo, transporte de minerales, com-
pra de minerales a terceros, etc.), no tendrá el carácter de contrac-
tual especial minera, pero si se fija objetivos accesorios a la activi-
CURSO DE DERECHO MINERO 405

dad principal que realiza, la Sociedad Contractual Minera no


perderá la calidad de tal.
No obstante lo ya expuesto, se ha discutido si una concesión
en trámite puede formar el patrimonio originario de la Sociedad
Contractual Minera, por lo que se agrega a continuación un resu-
men de las distintas opiniones:

a) Quienes sostienen que el aporte de concesión en trámite no es


idóneo ni suficiente para constituir una Sociedad Contractual
Minera se fundan el artículo 107, que prohibe la exploración y la
explotación antes que la concesión quede constituida; y se fundan
también en el artículo 53 que sólo faculta al titular de pedimento
inscrito para realizar los trabajos necesarios para constituir su
título. Respecto de la manifestación inscrita, sólo faculta al titular
para efectuar trabajos de reconocimiento de la mina y aquellos
necesarios para constituir la pertenencia, con lo que no se cumpli-
rían las finalidades sociales;

b) Quienes sostienen una posición contraria, estiman que el aporte


de una sola concesión en trámite es suficiente para constituir So-
ciedad Contractual Minera. Los argumentos parten de la analogía
que existe entre esta sociedad y la Sociedad Legal Minera cuyo
patrimonio se puede formar con una concesión en trámite; en la
mención que hace el artículo 200 a la “prospección” como objeto
social diferente de la exploración y suficiente por sí solo; en la
naturaleza de derechos reales transferibles que tienen el pedimento
y la manifestación inscritos: y en la interpretación que se dio al
artículo 172 del Código de Minería de 1932, que es el antecedente
del actual artículo 200.
En mi opinión, entendiendo que la intención del legislador
fue la fomentar la actividad minera y facilitar la realización de
406 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

negocios mineros, me inclino por la segunda interpretación arriba


resumida.

3. Contenido de la escritura social (artículo 201).

La Sociedad Contractual Minera se forma y prueba por escritura


pública inscrita en extracto en el Registro de Propiedad del Con-
servador de Minas del domicilio social. Los requisitos mínimos
que debe contener, en todo caso, la escritura pública de constitu-
ción de la sociedad son los siguientes:

1° La individualización de los socios y el nombre, domicilio,


objeto y duración de la sociedad.
A diferencia de lo dispuesto para la Sociedad Legal Minera,
los socios pueden determinar libremente el nombre y el domicilio
social. En cuanto al objeto deben incluir al menos uno de aquellos
señalados en el artículo 200 y deben además fijar la duración de la
sociedad, la que se puede expresar en una condición resolutoria o
en un plazo extintivo.

2° La forma de administración. Los socios pueden pactar libre-


mente la forma de administración, pueden nombrar directorio, uno
o más gerentes, administradores, etc.

3° La división del interés social en acciones y su distribución total


entre los socios.
Sobre estas materias los socios pactan libremente, lo que les
permite por ejemplo, emitir acciones liberadas de la obligación de
concurrir a los gastos sociales.
CURSO DE DERECHO MINERO 407

El Código exige que la división del capital social se haga en


acciones cuyo número determinarán libremente los socios. A
voluntad de los socios, a las acciones se les puede fijar un valor en
dinero, pero no es una exigencia del Código de Minería ya que no
es obligatorio precisar el capital social en dinero. Se exige en
cambio que las acciones se distribuyan totalmente entre los socios,
pues no se permite que la sociedad mantenga acciones en cartera
con fines especulativos.

4°. El aporte o transferencia de la concesión de la sociedad.


El patrimonio de la Sociedad Contractual Minera debe incluir al
menos una concesión de exploración o de explotación constituida en
trámite. El aporte de la o las concesiones debe ser en dominio. No
parece suficiente el aporte de concesión en usufructo, en arrenda-
miento o a otro título no traslaticio de dominio (artículo 201).
De acuerdo al artículo 202 del Código de Minería y artículo
2055 del Código Civil, el socio que no aporta concesión al patri-
monio social deberá efectuar un aporte de otra naturaleza (dinero,
maquinarias, etc.), el que será valorado fijándole un cierto número
de acciones. Como se dijo, no es obligatorio fijar un valor en
dinero a las acciones (artículo 202).

4. La transferencia de la concesión que se aporta y que constituye


el patrimonio originario de la Sociedad Contractual Minera se
realiza por medio de la inscripción en el Registro de Propiedad, o
en el de Descubrimiento según corresponda, del Conservador de
Minas competente, teniendo la escritura social de carácter de título
traslaticio de demonio suficiente (artículos 232 del Código de
Minería y 74 de su Reglamento).
408 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Fuera de las menciones obligatoria señaladas, en la misma


escritura los socios pueden expresar los demás pactos que acuer-
den los socios.

5. Inscripción constitutiva de la sociedad contractual minera

La sociedad se forma y se prueba por medio de la escritura públi-


ca, inscrita en extracto en el Registro de Propiedad del Conserva-
dor de Minas del domicilio social. Como el Código nada dice
sobre la ubicación del domicilio social de estas sociedades, apli-
cando las normas pertinentes de las sociedades legales mineras el
domicilio social será la ciudad en que se encuentre inscrita la
concesión que se aporta. La inscripción constitutiva de la sociedad
debe contener en extracto las menciones que deben figurar en todo
caso en la escritura social y que están enumeradas en el inciso 2°
del artículo 201. La transferencia de la concesión aportada a la
sociedad contractual minera se cumple en la forma prescrita por
las normas que rigen la sociedad legal minera.
El Código de Minería no ha fijado un plazo para practicar la
inscripción pero es conveniente hacerla lo antes posible para los
efectos de formación y prueba. No existiendo plazo, la omisión de
la inscripción no produce nulidad ni caducidad, pero la sociedad
no puede probarse si no se efectúa la inscripción constitutiva de la
misma.
Una vez practicada la inscripción constitutiva de la sociedad
se inscribirá en el Registro de Accionistas del mismo Conservador
de Minas, los nombres del los socios con indicación del número de
acciones y fracción de acciones que corresponda a cada uno, y en
el Índice de Sociedades y Socios se anotará el nombre de la socie-
dad y los de sus socios (artículos 105 y 176 del Código de Minería
y 84, 85, y 100 de su Reglamento).
CURSO DE DERECHO MINERO 409

La transferencia y transmisión de las acciones se anotan en el


Registro de Accionistas al igual que los gravámenes y prohibicio-
nes que les afecten, aplicándose además las mismas normas que
menciona el artículo 178 para la tradición, adjudicación y transmi-
sión de acciones de sociedades legales mineras.
La omisión de extender escritura pública o la omisión de al-
guna de las menciones que enumera el artículo 201 produce la
nulidad absoluta del contrato de Sociedad Contractual Minera,
pues son requisitos exigidos por el artículo 201 en consideración a
la naturaleza del pacto social. En todo caso, el pacto social nulo
podrá dar origen a una sociedad de hecho, que se regiría por las
reglas comunes.

6. Responsabilidad de los socios (artículo 202)

Respecto de la responsabilidad de los socios de la sociedad con-


tractual minera hay que distinguir:
a) Los socios responderán con todos sus bienes de los aportes a
que se obligaron en el contrato social, lo que comporta que
los socios están afectos al derecho de prenda general de los
artículos 2465 y 2469 del Código Civil;
b) Responderán exclusivamente con los beneficios o productos
que no hayan percibido o con sus acciones, del pago de las
cuotas que se acuerden con posterioridad. El derecho de
prenda general ha cesado, las cuotas que se acuerdan durante
el ejercicio de los negocios sociales, no afectan el patrimonio
del socio.
Dada la semejanza de esta norma con lo dispuesto en el artí-
culo 196 respecto de la sociedad legal minera se infiere que
se perseguirá la responsabilidad del socio en las acciones
410 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

cuando los beneficios o productos no existan o sean insufi-


cientes.
c) Ante terceros los socios no son responsables de las obliga-
ciones que la sociedad contraiga, salvo estipulación expresa
en contrario. La estipulación por la cual uno o más socios
pueden asumir personalmente una o todas las obligaciones
sociales puede constar en la escritura social o puede también
pactarse en otro momento.

7. Terminación de la sociedad contractual minera (artículo 203).

En primer lugar estas sociedades terminan por las mismas causales


que establece el artículo 199 para la terminación de la sociedad
legal minera, esto es, por la enajenación, extinción o caducidad de
todas las concesiones de que sea dueña, y por la reunión en unas
sola persona de todas las acciones que componen el haber social.
Se trata entonces de causas de término comunes a ambas formas de
sociedad.
En segundo lugar, terminan por causas propias de la natura-
leza de la sociedad contractual minera, o sea:
a) Por la expiración del plazo o el cumplimiento de la condición,
fijados para su duración en el contrato;
b) Por acuerdo a los socios, tomado en la forma prevista en la
escritura social.

8. Liquidación de la sociedad contractual minera (artículo 204)

Una vez producida la terminación de la sociedad, la liquidación de


los bienes sociales se hará por el administrador, salvo que en la
CURSO DE DERECHO MINERO 411

escritura social se haya dispuesto otra cosa o se haya nombrado un


liquidador o que los socios tomen otro acuerdo al respecto.
El nombramiento del liquidador puede hacerse en el contrato
social o con posterioridad, por los socios en junta de accionistas.
Si no ha habido nombramiento procederá que el administrador
liquide la sociedad (artículo 204).
El liquidador se ajustará, en el desempeño de su cometido, a
las reglas establecidas en el Código de Comercio para la liquida-
ción de las sociedades colectivas. A partir de esta disposición, los
socios pueden acordar liquidar la sociedad colectivamente por si
mismos, de acuerdo a las reglas de los artículos 409 y 418 del
Código de Comercio.
Nombrado un liquidador en cualquiera de las formas señala-
das, en el desempeño de sus funciones deberá ceñirse a las normas
para la liquidación de las sociedades colectivas de los artículos 410
y siguientes del Código de Comercio, que disponen que el liquida-
dor es un verdadero mandatario de la sociedad agregando, en el
artículo 413, que tendrá, entre otras obligaciones, la de vender la
mercadería y los muebles e inmuebles de la sociedad.
El artículo 204 del Código de Minería termina precisando
que se entiende que la personalidad jurídica de la sociedad subsiste
para los efectos de su liquidación.
CAPÍTULO XIII
EL AVÍO Y OTROS CONTRATOS MINEROS,

EL CONTRATO DE AVIO
(Artículo 206 y siguientes del Código de Minería)

Es un contrato típicamente minero y de orígenes remotos. Se


encuentra definido en el artículo 206 del Código de Minería en los
siguientes términos: “El avío es un contrato en virtud del cual una
persona se obliga a dar o hacer algo en beneficio de la explotación
de una pertenencia para pagarse sólo con sus productos, o con una
cuota de ella”.
Luego, el avío es un préstamo o provisión que una persona
llamada aviador hace al minero para facilitar la explotación de una
pertenencia.
Normalmente la administración de la pertenencia correspon-
de al minero, salvo que se pacte otra cosa en el contrato que se
produzca una situación de insolvencia ante la cual el aviador puede
tomar la administración de la mina.

1. Origen del contrato de avío: Es un contrato típicamente minero.


Sus orígenes se remontan a las leyes de las Siete Partidas, que
reglamentaron los llamados créditos refaccionarios, que gozaban
de privilegio especial frente a los demás créditos, y a los cuales
recurrían los mineros que carecían de dinero para explotar la mina.
Este contrato adquirió tanta importancia, que en las Ordenanzas de
Nueva España se le reglamentó y se puso en funcionamiento un
Banco de Avíos de Minas. El contrato de avío fue la forma más
eficaz con que se impulsó el desarrollo de la industria minera en
tiempos pasados.
414 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El Banco de Avíos Mineros no funcionó en Chile. En su lu-


gar se instituyó la Caja de Crédito Minero, fundada en 1927 para
fomentar el desarrollo del sector mediante un sistema de préstamos
orientados a la pequeña y mediana minería. Posteriormente, la
citada Caja concurrió a la fundación de la Empresa Nacional de
Minería (ENAMI).

2. Características del contrato de avío

De la definición que entrega el artículo 206 del Código de Minería


se concluye que sólo se contrata “en beneficio de la explotación de
una pertenencia”. Resulta entonces que el contrato de avío solo
puede pactarse respecto de una concesión de explotación o perte-
nencia ya constituida e inscrita, porque sólo estas son susceptibles
de explotación.
El avío es un contrato bilateral porque el aviador se obliga a
dar o hacer algo en beneficio de la explotación de una pertenencia
y el minero se obliga a pagar esa inversión sólo con productos
provenientes de la mina o con una cuota de ella.
Es nominado, porque se le nombra y reglamenta en el Códi-
go (artículos 206 a 216), y es principal porque como contrato tiene
vida propia, subsiste por si mismo. También es solemne, porque
para su validez y existencia respecto de las partes, debe constar por
escrito, y para que sea oponible a terceros debe constar por escritu-
ra pública inscrita en el Registro de Hipotecas y Gravámenes del
Conservador de Minas competente, que es aquel en que se en-
cuentra inscrita la pertenencia (artículo 207 Código de Minería).
La omisión del requisito de escrituración produce nulidad absoluta
(artículo 1682 del Código Civil).
El artículo 207 del Código de Minería prescribe: “El con-
trato de avío deberá otorgarse por escrito, y no será oponible a
CURSO DE DERECHO MINERO 415

terceros si no es extendido en escritura pública, inscrita en el


Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de Minas en
que se encuentre inscrita la pertenencia”.
También es un contrato oneroso porque al momento de cele-
brarlo ambas partes pretenden obtener un beneficio, y es aleatorio
porque al momento de celebrar el contrato las partes no pueden
determinar el provecho o menoscabo que podrá reportarles.
La aleatoriedad del contrato afecta principalmente al aviador,
quien queda sujeto a la contingencia incierta de ganancia o pérdida
consistente en que la pertenencia rinda productos suficientes para
pagarle el crédito y los premios pactados. Por este motivo la le-
gislación minera protege al aviador, a quien se reconoce preferen-
cia para pagarse, y otros beneficios como por ejemplo, si la perte-
nencia aviada es subastada por desamparo pasará al nuevo dueño
con el avío que la afecta (artículo 154 Código de Minería).

3. Clasificaciones del contrato de avío

El contrato de avío puede ser clasificado a partir de distintos pun-


tos de vista; clasificaciones que son útiles, pues permiten entender
el origen del contrato, las obligaciones que genera entre las partes,
la forma en que termina, etc.

3.1 Respecto a su origen el contrato de avío puede ser convencio-


nal, legal o judicial;

a) Avío convencional, es el contrato de avío propiamente tal defi-


nido en el artículo 206 citado. Se entiende por convencional el
contrato de avío pactado libremente por las partes, que reúne las
exigencias y formalidades que el Código de Minería exige.
416 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) Avío legal: Consiste en el derecho que el Código reconoce al


aviador que cumplió el contrato. Es el derecho a tomar la adminis-
tración de la pertenencia, y a seguir aviándola en caso que sea
necesario para hacerla producir.
El artículo 214 del Código de Minería reconoce el derecho a
quién, teniendo el carácter de aviador convencional, ha cumplido
con su obligación de aviar, no obstante lo cual la pertenencia ha
quedado en descubierto, esto es, nada produce o su producción es
insuficiente para cubrir los gastos del propio laboreo. Cuando la
pertenencia aviada queda en descubierto, el aviador que cumplió el
contrato puede ejercer los siguientes derechos:
1° Tomar la pertenencia bajo su administración y seguir explo-
tándola;
2° Si es necesario, seguir aviándola, o sea invirtiendo, en la
pertenencia para hacerla producir;
3° Tiene derecho preferente a pagarse no sólo de lo que se le
adeuda por el primitivo contrato de avío sino que también
por lo que ha invertido y se le adeuda en virtud del avío le-
gal, el que se pagará con los premios pactados en el avío an-
terior.

Al respecto, el inciso 1° del artículo 214 del Código de Minería


expresa: “Si, terminados los avíos, ha quedado la pertenencia en
descubiertos, el aviador tendrá el derecho de tomarla bajo su admi-
nistración y seguir aviándola hasta pagarse preferentemente a todo
otro aviador, no sólo de lo debido en virtud del contrato de avío, sino
del nuevo avío con los premios y en la forma del anterior”.

c) El Avío judicial no tiene origen convencional. Es un derecho del


acreedor del minero. Ocurre cuando el juez autoriza al acreedor del
minero insolvente para aviar la mina bajo su administración con el
CURSO DE DERECHO MINERO 417

objeto de pagarse preferentemente con los productos de la misma,


del crédito primitivo y de las cantidades que invierta en el avío,
con intereses corrientes (artículo 228).
El acreedor puede solicitar el avío judicial siempre que no
haya minerales u otros bienes embargados suficientes para pagar, y
siempre que otorgada la anticresis judicial de la pertenencia (artí-
culo 227 del Código Minería), esta no produzca lo suficiente para
costear la explotación y cancelación del crédito.
El acreedor deberá formular al juez la petición en orden a
que se le otorgue la administración de la mina en avío judicial, en
el respectivo juicio ejecutivo.

3.2. En cuanto a la forma en que se pagara al aviador, el avío


puede clasificarse como avío simple o avío por especie de socie-
dad o compañía.

a) Avío simple: Es aquel en que el aviador se paga con los produc-


tos de la pertenencia. El pago puede efectuarse en minerales ex-
traídos, en pastas o dinero. En efecto, el Código de Minería dispo-
ne que: “Puede estipularse que el pago de lo debido al aviador se
verifique en minerales, en pastas o en dinero, con los premios que
se convengan, sin límite alguno” (inciso 1°, artículo 211).
La disposición del artículo 211 citado establece la forma en
que el minero debe dar a cumplimiento de la obligación. El pago
debe cubrir los premios (o intereses) que se haya fijado en favor
del aviador. Los premios se pactan libremente y la ley no les pone
algún límite, lo que tiene por objeto incentivar la celebración de
los contratos de avío por parte de los aviadores y en esta forma
facilitar el desarrollo de la industria minera.
418 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) Avío por especie de sociedad o compañía: Se encuentra tipifi-


cado en el inciso 2° del artículo 211 que dispone: “Puede también
estipularse que, en pago del avío, el aviador se haga dueño de una
cuota de la pertenencia, que puede llegar hasta el cincuenta por
ciento de ella”.
“Esta estipulación importa una promesa de compraventa, cu-
yo cumplimiento puede exigir el aviador, en conformidad al artí-
culo 169, una vez satisfechas por él las obligaciones que se impu-
so”.
En estos casos se ha pactado que el aviador se pagará con la
transferencia que hace el minero a su favor de una cuota no supe-
rior al 50% del dominio de la pertenencia aviada.
En el fondo, lo que se pacta, es una división intelectual o de
cuota de la concesión. Mediante esta forma de pago, el aviador se
hará dueño de una cuota de la concesión, lo que implica que el
minero debe transferir dicha cuota al aviador una vez que éste ha
cumplido la obligación y el avío se ha extinguido.
Para inscribir la cuota en el Conservador de Minas, se exten-
derá la correspondiente escritura pública, cuya inscripción provo-
cará la formación, por el sólo ministerio de la ley, de una Sociedad
Legal Minera entre las partes.
El límite de hasta el 50 % de la cuota de la pertenencia con
que el minero puede pagar al aviador tiene por objeto evitar abusos
entre las partes, ya que si la cuota fuere de poca importancia el
aviador no tendría interés, y al contrario, si ella fuera considerable
podría significar un peligro o menoscabo para el patrimonio del
minero.
En los hechos, esta forma de avío semeja a una promesa de
compraventa (artículo 169 Código de Minería). En consecuencia,
el aviador que ha cumplido el contrato podrá exigir al minero el
CURSO DE DERECHO MINERO 419

cumplimiento del pago pactado por todos los medios e impetrando


las acciones legales en caso necesario.

3.3. En cuanto a la forma de poner termino al contrato, el avío se


clasifica en avío determinado o avío indeterminado (artículo 208 a
210 del Código de Minería). El artículo 208 del Código de Mine-
ría dispone que “El avío puede pactarse por cantidad o tiempo
determinados o indeterminados, o para ejecutar una o más obras en
la pertenencia”.

a) En el avío determinado, el aviador se obliga a suministrar una


cantidad de dinero, aviar la pertenencia durante un tiempo que se
precisa, o a ejecutar una o más obras en la pertenencia. En estos
casos, la obligación del aviador tiene un límite que puede estar
relacionado con el monto de la inversión, con la duración en el
tiempo del avío o con la obra determinada que el aviador se obliga
a hacer, la que puede ser, por ejemplo, un socavón, un camino, etc.
Cuando se pacta avío determinado las partes pueden ponerle
término en cualquier tiempo, pero el término anticipado del con-
trato conlleva una sanción:
Si el minero pone término anticipado al contrato de avío, de-
be desprenderse de la propiedad de la pertenencia a favor del
aviador, y
Si es el aviador quien pone término anticipado deberá renunciar
por escrito a su crédito de avío, incluidas las sumas ya entregadas.
El minero que pone término anticipado al contrato deberá
hacer una declaración unilateral por escritura pública, despren-
diendo del dominio a favor del aviador, la que se inscribirá en el
Registro de Propiedad del Conservador de Minas respectivo (artí-
culo 210).
420 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

b) El avío es indeterminado cuando en el contrato no se ha fijado


la cantidad o el tiempo de duración. En el avío indeterminado las
obligaciones del aviador no están especificadas en los términos
señalados precedentemente. El artículo 209 dispone: “Cuando el
avío es indeterminado, cualquiera de los contratantes puede po-
nerle término a su arbitrio”.
“El aviador conservará su crédito por las cantidades de dine-
ro que haya desembolsado en virtud del contrato, para ser pagado
con los productos que rinda la mina, sin perjuicio de otros acreedo-
res de mejor derecho”, los cuales podrían ser aviadores que hayan
pactado el contrato con posterioridad.
El término anticipado del avío indeterminado no origina san-
ciones para ninguna de las partes.

4. Obligaciones del aviador

La primera obligación consiste en cumplir el contrato en la forma


pactada. El aviador puede contraer una obligación de dar o una
obligación de hacer algo en beneficio de la pertenencia. Contrae la
obligación en beneficio directo de la explotación de la pertenencia
aviada, en provecho exclusivo de la explotación minera misma y
no en provecho del concesionario minero.
Si el aviador contrae una obligación de dar, el inciso 2° del
artículo 213 especifica que puede tratarse de “dinero o efectos”.
Indudablemente la obligación consiste en dar dinero o artículos
tales como bienes muebles, enseres o vituallas, servicios, etc.
Se contrae una obligación de hacer, que puede relacionarse
con la ejecución de una o más obras tales como un camino, metros
de socavón, etc.
La obligación tendrá las limitaciones que pacten los contra-
tantes, sea en cuanto al tiempo y forma del cumplimiento o a las
CURSO DE DERECHO MINERO 421

obras a realizar. Si las partes nada han convenido sobre la materia,


el artículo 212, inciso 1° señala que “Los avíos deben suministrar-
se por el aviador en los plazos y formas estipulados y, en defecto
de estipulación, a medida que lo vaya exigido la explotación”.
En cuanto a las condiciones a que puede estar sujeto el cum-
plimiento de la obligación, a las garantías que se le exijan para
caucionar sus obligaciones, se debe atender a las normas comunes
del Código Civil, por lo que, como cualquier deudor, el aviador
afecta todos sus bienes al cumplimiento de la obligación que ema-
na de éste contrato.
Una segunda obligación nace cuando el aviador tiene la ad-
ministración de la pertenencia, caso en que debe facilitar las visi-
tas, inspección de labores, de documentos y de contabilidad que
efectúe el minero conforme a lo dispuesto en el artículo 215, inciso
1° del Código de Minería.
En resumen, el aviador debe cumplir el contrato en la forma
pactada, o en la medida que lo vaya exigiendo la explotación de la
mina. En el cumplimiento de la obligación, el aviador afecta todos
sus bienes y si el minero lo exige, caucionará el cumplimiento en
la forma establecida en la ley civil. Y en el caso que el aviador
haya tomado la administración de la mina debe respetar el derecho
a visita del minero.

5. Derechos del aviador

El derecho del aviador a percibir el pago pactado, está sujeto a la


contingencia de que la mina produzca las sustancias concesibles
que de ella se espera. Además son correlativos a las obligaciones
del minero. En efecto, el aviador puede tomar la administración de
la pertenencia en los casos en que el Código lo autoriza; exigir al
minero que invierta el dinero o efectos del avío en la explotación
422 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

de la pertenencia, controlar la administración que haga el minero,


ejercer el derecho a visita, en el derecho a pedir el nombramiento
judicial de interventor y el derecho a pagarse preferentemente, aún
en caso de quiebra del minero.
Los derechos enumerados tienen por objeto salvaguardar los
intereses patrimoniales del aviador.

5.1. Derecho del aviador a administrar la pertenencia


Por regla general el minero tiene la administración de la pertenen-
cia. Así dispone el inciso 1° del artículo 213 que prescribe: “Salvo
estipulación en contrario, la administración de la pertenencia
durante el avío estará a cargo del minero”. No obstante, existen los
siguientes casos en que la administración corresponderá al aviador.

a) Cuando en el contrato de avío se ha pactado que el aviador tome


la administración de la mina, lo que puede ocurrir en razón de la
experiencia o los conocimientos técnicos que posea.
El aviador o el minero que no tenga la administración de la
pertenencia podrá hacer uso del derecho de visita e inspección de
los trabajos, prescrita en el artículo 215 del Código de Minería.

b) El aviador puede tomar la administración cuando el minero ha


dado un destino diverso del pactado a los dineros o efectos del
avío. Así esta dispuesto en el inciso 2° del artículo 213, que pres-
cribe: “Pero, si el minero invierte en otro destino el dinero o efec-
tos del avío, sin consentimiento del aviador, éste tendrá el derecho
de tomar la pertenencia bajo su administración, sin perjuicio de las
responsabilidades penales que afecten al minero”.
En este caso, el aviador puede exigir que se le entregue la
administración de la mina y puede perseguir las responsabilidades
CURSO DE DERECHO MINERO 423

penales que afecten al minero que ha dado un destino diverso al


dinero o efectos del avío, sin su consentimiento, porque el minero
que invierte los avíos en destinos distintos a los pactados y sin
consentimiento del aviador, comete el delito de estafa.
Para que opere el derecho en cuestión, será necesario que el
aviador pruebe en juicio sumario que cumplió el contrato y que
habiendo el minero recibido lo que se dio o hizo, lo ha invertido en
un destino diferente al de la explotación de la pertenencia aviada.

c) El aviador puede tomar la administración de la mina cuando el


minero lleva una administración descuidada o dispendiosa.
Artículo 213, inciso 3°: “Tendrá el mismo derecho el avia-
dor, si el minero lleva una administración descuidada o dispendio-
sa, que ponga en peligro los intereses de aquel”.
De los dos casos precedentes resulta que el derecho a adminis-
trar que corresponde al minero no es inmutable. Si no administra
adecuadamente pierde la administración, la que pasa al aviador. En
consecuencia, si el minero administra la concesión en forma descui-
dada o dispendiosa, efectuando gastos excesivos e innecesarios que
pueden poner en peligro las labores mineras o los intereses del avia-
dor, este tiene derecho a tomar la pertenencia bajo su administración,
sin perjuicio de las responsabilidades penales que puedan afectar al
minero.
El Código de Minería no legisla sobre la forma en que debe
proceder el aviador para tomar la administración, por lo que, apli-
cando las reglas generales, será procedente iniciar el respectivo
juicio sumario o, en caso de acuerdo entre las partes, dejar cons-
tancia del mismo mediante escritura pública que se anotará al
margen de la inscripción del contrato en el Registro de Hipotecas y
Gravámenes del Conservador de Minas.
424 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

d) En algunos casos, el aviador tiene derecho a tomar la pertenen-


cia en avío legal.
El inciso 1º del artículo 214 dispone que “Si, terminados los
avíos, ha quedado la pertenencia en descubierto, el aviador tendrá
el derecho de tomarla bajo su administración y seguir aviándola
hasta pagarse preferentemente a todo otro aviador, no sólo de lo
debido en virtud del contrato de avío, sino del nuevo avío con los
premios y en la forma del anterior”.
Cuando el aviador convencional ha cumplido con lo pactado
en uno o más avíos celebrados entre las mismas partes y la perte-
nencia ha quedado en descubierto, el aviador puede tomar la admi-
nistración de la pertenencia y continuar aviándola hasta que logre
pagarse de lo que se le adeuda en virtud del contrato primitivo y
del nuevo avío (o avío legal) necesario para hacer producir la
mina. El aviador que se encuentra en esta situación cuenta con
preferencia de pago respecto a cualquier aviador anterior, y se
pagará en la forma y con los premios pactados en el contrato.
Si se ha suscrito más de un avío entre el minero y distintos
aviadores, el legislador favorece al aviador cuyo contrato tiene la
fecha más reciente, y es quien puede pedir el avío legal.
El avío legal es indeterminado pues no tiene fecha de térmi-
no, el aviador adquiere el derecho a pagarse preferentemente a
todo otro aviador tanto del avío convencional como de lo que se le
adeude por el avío legal. En consecuencia, decretado el avío legal
subsisten las condiciones pactadas y será suficiente extender es-
critura pública e inscribirla con el objeto de precisar la fecha de
inicio del avío legal y hacerlo oponible a terceros.
Si el aviador opta por no seguir aviando la pertenencia, el
concesionario minero puede contratar un nuevo avío con un terce-
ro, el que gozará de preferencia sobre el o los avíos anteriores para
pagarse.
CURSO DE DERECHO MINERO 425

En resumen, el aviador puede tomar la administración de la


pertenencia en los siguientes casos:
a) Cuando existe estipulación expresa de las partes que acuer-
dan que sea el aviador quien ejerza la administración;
b) Si el minero no cumple su obligación de invertir los dineros
o efectos del avío en beneficio de la explotación de la perte-
nencia;
c) Cuando el minero lleva una administración descuidada o
dispendiosa que hace peligrar los intereses del aviador;
d) Cuando terminado el avío la pertenencia ha quedado en
descubierto.

5.2 Derecho del aviador a controlar la administración del yaci-


miento. El aviador controlará la forma en que se administra los
avíos y la mina mediante el ejercicio del derecho a visita. El avia-
dor que no tiene la administración de la pertenencia, tendrá el
derecho a visitarla haciendo uso de las facultades que le concede el
inciso 1° del artículo 215 del Código de Minería. Consiste en el
derecho a visitar la pertenencia, a inspeccionar los trabajos mine-
ros, a revisar los libros de contabilidad y los documentos justifica-
tivos, hacer observaciones a la contabilidad y al sistema de trabajo.
El aviador que no administra puede ejercer estos derechos en
el momento en que estime conveniente y puede hacerlo personal-
mente o por medio de representante.

5.3. Derecho a nombramiento judicial de interventor:


El aviador que no administra puede también pedir, en caso de
mora o cumplimiento descuidado del minero, el nombramiento
judicial de un interventor, según dispone el inciso 2° del artículo
215: “Tendrá también el derecho a pedir judicialmente el nombra-
426 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

miento de un interventor, con la facultad de percibir el producto


líquido que corresponda a quien solicitó la medida”. Se trata de un
interventor especial, cuya función consiste en percibir el producto
líquido que corresponde al aviador, y que no controla ni interviene
en la administración. Más aún, el interventor no se nombra para
asegurar el resultado de un juicio. El derecho, que asiste al aviador
o al minero que no administra, tiene por objeto facilitar el modo de
percibir lo que le corresponda.
Se entiende por producto líquido que puede percibir el inter-
ventor, lo que queda del precio de venta del producto una vez
descontado los gastos de legítimo abono, intereses corrientes y
remuneraciones del administrador (artículo 504 del Código de
Procedimiento Civil).
Tanto el derecho de visita como el nombramiento de inter-
ventor tienen por objeto evitar que se cometan abusos en la explo-
tación y destino de las inversiones. Ambos derechos los ejerce el
aviador cuando crea conveniente, tantas veces como sea necesario,
por sí o por medio de representante, pues son facultades que la ley
concede para facilitar la contratación de avíos.

5.4. Derecho de pagarse preferentemente aún en caso de quiebra


del minero: Si el contrato de avío fue debidamente inscrito y es
oponible a terceros, el aviador goza del derecho a pagarse con los
productos de la pertenencia aunque ella no se encuentre en poder
del minero, lo que puede ocurrir por ejemplo si ha sido transferida
o si se la ha entregado en arriendo, usufructo o bajo otro contrato.
El derecho del aviador a pagarse preferentemente, es equi-
valente a un crédito de tercera clase (artículo 2477 Código Civil).
El inciso 2° del artículo 2475 del Código Civil dispone que “sobre
los créditos de los aviadores de minas y de los mayordomos y
trabajadores de ellas, se observarán las disposiciones del Código
CURSO DE DERECHO MINERO 427

de Minería”. Atendido que el Código de Minería no tiene norma


específica al respecto, el crédito del aviador se asimila al crédito
de tercera clase que es el hipotecario, porque la concesión es, por
definición, un derecho real inmueble.

5.4.1 Preferencia en caso de quiebra del minero: Si el dueño de


pertenencia aviada por contrato oponible a terceros cae en quiebra,
el aviador goza de derecho preferente para tomar la administración
de la pertenencia y seguir aviándola en el orden que corresponda
(inciso 2° del artículo 230). Si en el procedimiento de quiebra la
pertenencia aviada es enajenada el aviador tiene una preferencia de
tercera clase para pagarse con cargo al precio de la enajenación,
prefiriendo siempre el avío más nuevo sobre el más antiguo, según
la fecha de inscripción de los títulos respectivos en el Conservador
de Minas.

5.4.2 Preferencia en caso de haber varios contratos de avío: El


artículo 230, incisos 2° y 3°, dispone que: “los aviadores gozarán
de derecho preferente para tomar la pertenencia bajo su adminis-
tración y aviarla, en el orden que corresponda”.
“Enajenada la pertenencia, los acreedores serán pagados en
conformidad a las reglas generales de prelación. Entre los aviado-
res preferirá el más nuevo sobre el más antiguo, según la fecha de
la inscripción de los títulos respectivos”.
Cuando el Código de Minería usa la expresión “el orden que
corresponda”, se refiere a lo dispuesto en el inciso final del artí-
culo 230 que contempla el caso en que una pertenencia ha sido
aviada por más de un aviador, y en que el más nuevo prefiere al
más antiguo, según las fechas de inscripción de los contratos en el
Conservador de Minas. El legislador instituyó el mecanismo se-
428 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

ñalado favoreciendo al aviador más reciente porque es el que da o


hace algo necesario sin lo cual la actividad no podría continuar.

5.4.3 Derecho del aviador a pago preferente en caso de haberse


pactado hipoteca con fecha posterior al avío. Según el artículo
219: “No producirá efecto la hipoteca sobre pertenencia afecta a
un avío inscrito, mientras el aviador no se posponga en sus dere-
chos al acreedor hipotecario y se tome nota de la posposición en el
Registro correspondiente”.
Si la pertenencia con avío debidamente inscrito es hipoteca-
da con posterioridad, la hipoteca no produce efecto contra el avia-
dor, salvo que éste se posponga en sus derechos al acreedor hipo-
tecario,
La preferencia de que goza el titular de contrato de avío ins-
crito prevalece sobre la hipoteca posterior porque el avío es oponi-
ble al acreedor hipotecario. Para que el acreedor hipotecario de
fecha posterior al avío tenga preferencia sobre el aviador, será
imprescindible que el aviador renuncie expresamente a su derecho,
lo que hará por medio de escritura pública de la que tomará nota el
Conservador de Minas. Los efectos a favor del acreedor hipoteca-
rio se producen una vez que el Conservador ha tomado nota de la
escritura de posposición.

6. Obligaciones del minero

a) La obligación más importante del minero consiste en adminis-


trar la pertenencia (inciso 1° artículo 213), en ejercer su actividad
invirtiendo los dineros o efectos provenientes del contrato de avío
en la explotación de la pertenencia. No obstante, se puede pactar
que durante la vigencia del contrato el minero entregue la admi-
nistración al aviador o a un tercero, con lo que queda liberado de la
CURSO DE DERECHO MINERO 429

obligación. En el cumplimiento de esta obligación, el minero


responde a la culpa leve (artículo 1547 del Código Civil).
El minero pierde la administración de la pertenencia en los si-
guientes casos:
- Cuando sin el consentimiento del aviador, da otro destino al
dinero o efectos del avío (artículo 213, inciso 2°);
- Cuando lleva una administración descuidada o dispendiosa que
pone en peligro los intereses del aviador (artículo 213, inciso 3°);
- Cuando la pertenencia queda en descubierto y el aviador la
toma en avio legal (artículo 214);
- Cuando embargados los minerales arrancados el producto de la
renta de los mismos no alcanza para cubrir la deuda y el aviador
opta por tomar la pertenencia en anticresis judicial (artículo 228).

b) Pagar al aviador en la forma convenida, esto es, con minerales,


pastas o dineros, cumpliendo con lo pactado en el contrato de avío
simple, más los premios estipulados, los que no tienen límite
alguno. El inciso 1° del artículo 211 dispone: “Puede estipularse
que el pago de lo debido al aviador se verifique en minerales, en
pastas o en dineros, con los premios que se convengan, sin límite
alguno”.
“Puede también estipularse que, en pago del avío, el aviador
se haga dueño de una cuota de la pertenencia que puede llegar
hasta el cincuenta por ciento de ella. Esta estipulación importa una
promesa de compraventa, cuyo cumplimiento puede exigir el
aviador, en conformidad al artículo 169 del Código de Minería y a
las normas civiles pertinentes, una vez satisfechas por él las obli-
gaciones que se impuso”.
En el contrato de avío se llaman premios a los intereses pac-
tados por las partes, los que se determinan de común acuerdo sin
relación a las normas vigentes al respecto. La libertad para fijar el
430 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

monto de los premios tiene por objeto contrarrestar el carácter


aleatorio del avío y así estimular a que se pacte este contrato.
Cuando se trate de un contrato de avío por especie de socie-
dad o compañía, la obligación de pagar se cumple transfiriendo al
aviador la cuota de la pertenencia (artículo 211). La transferencia
se debe hacer por escritura pública suscrita por ambas partes e
inscrita en el Conservador de Minas. Como se tratará de la transfe-
rencia de una cuota, con límite máximo del 50%, a consecuencia
de la inscripción se formará, por solo ministerio de la ley, una
Sociedad Legal Minera entre el aviador y el minero.

7. Derechos del minero

Los derechos del minero son los medios con que puede defenderse
del incumplimiento del aviador o el modo en que puede intervenir
cuando no tiene la administración de la pertenencia.

7.1. En caso de incumplimiento del aviador el minero tiene dere-


cho a demandar el pago. Dispone el artículo 212: “Los avíos
deben suministrarse por el aviador en los plazos y formas estipula-
dos y, en defecto de estipulación, a medida que lo vaya exigiendo
la explotación. Si, notificado judicialmente, el aviador se niega a la
prestación de lo debido o retarda su cumplimiento por más de
quince días, podrá el minero demandar el pago por la vía corres-
pondiente, o tomar dinero de otra persona por cuenta del aviador, o
contratar un nuevo avío que goce de preferencia sobre el primero”.
La norma citada prescribe que el aviador debe cumplir la
obligación de dar o hacer que se pactó, en los plazos y forma
estipulada o en la medida que lo vaya exigiendo el desarrollo de
las labores mineras.
CURSO DE DERECHO MINERO 431

7.2. De acuerdo a la norma transcrita, en caso de mora o retardo


del aviador en el cumplimiento de las prestaciones pactadas, el
concesionario puede notificarlo judicialmente exigiendo el cum-
plimiento. Si la notificación judicial no da resultado porque el
aviador persevera en negar o retardar la prestación debida por más
de quince días, el concesionario puede optar entre las siguientes
alternativas:
a) Puede demandar al aviador haciendo uso de las acciones
civiles correspondientes, pues el aviador que incumple es un
deudor y responde de las obligaciones que contrae, con todos
sus bienes;
b) Si el concesionario minero opta por no demandar, puede
tomar dinero de otra persona por cuenta del aviador.
Para que el minero pueda obligar al aviador frente a terceros
el contrato de avío incumplido debe ser oponible a terceros y
como se persigue el cumplimiento del contrato de avío en
una forma especial, será necesario que el aviador manifieste
su consentimiento por escritura pública o que se obtenga
autorización judicial al efecto;
c) Finalmente, el concesionario minero puede optar por con-
tratar un nuevo avío con un tercero, el que gozará de prefe-
rencia sobre el anterior. En la contratación del nuevo avío, el
aviador en mora no interviene.
El minero puede ejercitar cualquiera de estos derechos a su
elección, siempre que previamente haya notificado judicial-
mente al aviador exigiendo el cumplimiento del contrato.

7.3. El minero también tiene derecho a estipular un nuevo avío


con un tercero, en caso de que, terminado el contrato y habiendo
quedado la pertenencia en descubierto, el aviador se niegue a
seguir aviando. El artículo 214 del Código de Minería dispone que
432 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

si terminados los avíos, ha quedado la pertenencia en descubierto,


“el aviador tendrá el derecho de tomarla bajo su administración y
seguir aviándola hasta pagarse preferentemente a todo otro avia-
dor, no sólo de lo debido en virtud del contrato de avío, sino del
nuevo avío con los premios y en la forma del anterior”.
“Pero, si el aviador no quiere seguir aviando la pertenencia,
el minero podrá estipular, con un tercero, otro avío que goce de
preferencia sobre el anterior”.
En este caso, el aviador cumplió el contrato, los avíos pacta-
dos se encuentran terminados y han sido insuficientes por lo que la
pertenencia quedó en descubierto, o sea, no produce ni siquiera
para su propio laboreo. Si el aviador no quiere seguir aviando, el
minero tiene derecho a contratar con un tercero otro avío conven-
cional, el que gozará de preferencia de pago sobre el avío conven-
cional anterior.
El Código no exige que se manifieste expresamente la vo-
luntad de no seguir aviando por parte del aviador, pero como el
hecho comporta una pérdida de su derecho preferente de pago
parece conveniente que así se manifieste.

7.4. El minero que no administra tiene el derecho correlativo a


visitarla, lo que faculta para inspeccionar los trabajos, revisar los
libros, de contabilidad y documentos justificativos y hacer las
observaciones que la contabilidad y el sistema de trabajo le surgie-
ran. El minero puede ejercer el derecho de visita cuanto lo estime
conveniente, por sí o por medio de representante (artículo 215).

7.5. Tiene también el derecho a recuperar la administración de la


mina y a perseguir la responsabilidad penal del aviador.
Si el aviador que administra la pertenencia no la trabaja o
administra en forma descuidada o dispendiosa o comete fraude, el
CURSO DE DERECHO MINERO 433

artículo 216 autoriza al minero para recuperar la administración,


por pérdida del derecho del aviador, sin perjuicio de perseguir la
responsabilidad penal del aviador.
Corresponde también al minero que no tiene la administra-
ción el derecho a nombrar un interventor, esto es, puede pedir
judicialmente el nombramiento de interventor, con facultades para
percibir el producto líquido que le corresponda, el que tendrá las
facultades ya analizadas (artículo 215, inciso 2°).

8. Modos de extinguir el contrato de avío

El contrato de avío puede terminar de acuerdo a las normas gene-


rales aplicables a todos los contratos o de acuerdo a las normas
específicas que señala el Código de Minería.

8.1. Aplicando al avío las normas generales que ponen término a


los contratos, el avío puede terminar por declaración de nulidad, de
acuerdo al artículo 1681 del Código Civil, que dispone la nulidad
de cualquier acto o contrato al que le falta alguno de los requisitos
que la ley prescribe para el valor del mismo, según su especie, y la
calidad o estado de las partes.
Si el contrato de avío no se ha celebrado cumpliendo con los
requisitos que exige la ley para su validez, por ejemplo si no se ha
pactado por escrito, le es aplicable la sanción de nulidad. Anulado
el contrato las cosas deben volver a su estado anterior como si
jamás se hubiere celebrado. El contrato no ha producido efectos y
la nulidad afecta tanto a las partes como a terceros.

8.2. También puede terminar por resolución del contrato: El artí-


culo 1489 del Código Civil, dispone que en los contratos bilatera-
434 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

les va envuelta la condición resolutoria tácita de no cumplirse por


uno de los contratantes lo pactado, reservando a la parte que ha
cumplido el derecho de pedir a su arbitrio la resolución o el cum-
plimiento del contrato con indemnización de perjuicios.
El avío es un contrato bilateral, genera obligaciones para
ambas partes. En función de esta característica se plantea la inte-
rrogante de si le es o no aplicable la acción resolutoria. Al respecto
existen dos posiciones:
Una que sostiene que no obstante existir en el Código de Mi-
nería acciones especiales destinadas a asegurar el cumplimiento
del contrato, es aplicable la acción del artículo 1489 del Código
Civil por su carácter general y porque su ejercicio no ha sido
prohibido por el Código de Minería debiendo considerarse al
ejercerla la obligación que tiene el minero de pagar únicamente
con los productos de la pertenencia o con una cuota de ella con-
forme se haya estipulado.
La otra posición sostiene que las reglas del Código de Mine-
ría son normas especiales que priman por sobre las generales
contenidas en el artículo 1489 citado, y que en consecuencia, no
procede poner fin al contrato de avío ejercitando la acción de
nulidad puesto que si el minero incumple lo convenido dando otro
destino al dinero o efectos del avío sin consentimiento del aviador,
este puede tomar la pertenencia bajo su administración con facul-
tad para perseguir las responsabilidades penales que pudieren
corresponder. Y en caso de incumplimiento del aviador, la ley ha
facultado al minero que cumple para demandar el pago por la vía
que corresponda, para tomar dinero de otra persona por cuenta del
infractor o para contratar un nuevo avió que gozaría de preferencia
sobre el primitivo, tesis que parece más consecuente con el texto
del articulado minero.
CURSO DE DERECHO MINERO 435

8.3. El contrato de avío puede terminar por mutuo consentimiento:


Al respecto la regla general se encuentra en el artículo 1545 del
Código Civil, que consagra que todo contrato legalmente celebrado
es una ley para los contratantes y no puede ser invalidado sino por
consentimiento mutuo o por causas legales, norma que es aplicable
al contrato de avío.
El Código de Minería no ha contemplado el caso de término
del contrato de avío por mutuo consentimiento lo que hace aplica-
ble la disposición civil citada. En efecto, en los artículos 209 y 210
se legisla sobre los efectos que producen el término anticipado del
avío por decisión del aviador o del minero, en forma singular.

8.4. El contrato de avío termina por el cumplimiento del plazo,


término extintivo, o de la condición resolutoria en el caso que se
hayan convenido. En este contrato es facultativo pactar plazo o
condición. En caso que se hubieren pactado serían aplicables las
normas civiles respectivas.

8.5. Finalmente, el contrato de avío termina por la muerte de uno


de los contratantes, hecho que extingue los contratos en que la
persona es determinante para la celebración del mismo y aquellos
en que se estipula una obligación de hacer considerando el talento
o aptitud especial del deudor. Este modo de extinguir sería aplica-
ble al avío por la vía excepcional y sólo en el caso que la persona
del aviador haya sido determinante en la celebración del contrato.

8.6. Normas especiales de término del contrato del avío conteni-


das en el Código de Minería.
Las características especiales de este contrato se hacen evidentes
con motivo de su terminación. En efecto, a pesar de tratarse de un
contrato bilateral los artículos 209 y 210 del Código de Minería
436 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

declaran que tanto el aviador como el minero pueden poner térmi-


no al avío en forma unilateral, por su sola voluntad y en cualquier
tiempo, sin que sea necesaria la aceptación de la otra parte, pero
los efectos son diferentes según la clase de avío de que se trate, o
sea, si es avío determinado o indeterminado.

a) El término anticipado del contrato de avío determinado, esto es,


cuando las obligaciones del aviador están limitadas a una cantidad
de dinero, a un plazo o condición o a ciertas obras que se deben
realizar en la pertenencia, tanto el minero como el aviador pueden
ponerle término en cualquier tiempo, “el primero, desprendiéndose
de la propiedad de la pertenencia en favor del aviador, y el segun-
do, renunciando por escrito a su crédito de avío” (artículo 210).
Si es el aviador quien pone término al contrato de avío de-
terminado, será sancionado con la obligación de renunciar por
escritura pública a su crédito. El Código establece como formali-
dad que la renuncia se haga simplemente por escrito, pero si el
contrato consta en escritura pública es conveniente que la renuncia
se haga con la misma formalidad para los efectos de la inscripción
en el Conservador de Minas, y de la oponibilidad a terceros. Ade-
más, la renuncia también debe inscribirse, pues en esta forma, se
cancela la inscripción del contrato de avío en el Registro de Hipo-
tecas y Gravámenes y el minero queda liberado de la obligación de
pago al aviador.
En cambio, si es el minero quien pone término al contrato de
avío determinado, lo que puede hacer en cualquier momento y por
su sola voluntad, debe desprenderse del total de la propiedad de la
pertenencia a favor del aviador, mediante una declaración unilate-
ral que conste en escritura pública y que se inscribirá en el Regis-
tro del Conservador de Minas en que se encuentre inscrita la perte-
nencia.
CURSO DE DERECHO MINERO 437

b) Término anticipado del contrato de avío indeterminado. El avío


indeterminado es aquel en que las obligaciones del aviador no
están sujetas a plazo, condición u obras a realizar en la pertenen-
cia. El artículo 209 dispone: “Cuando el avío es indeterminado,
cualquiera de los contratantes puede ponerle término a su arbitrio.”
“El aviador conservará su crédito por la cantidad de dinero
que haya desembolsado en virtud del contrato, para ser pagado con
los productos que rinda la mina, sin perjuicio de otros acreedores
de mejor derecho”.
Si el aviador pone término al contrato de avío indetermina-
do, conserva el derecho a pagarse de las sumas desembolsadas en
virtud del contrato, más los premios pactados en el contrato. Su
crédito alcanza a lo que invirtió en provecho de la explotación de
la pertenencia y se pagará con los productos que se obtengan de la
mina, respetando los créditos que tengan preferencia al suyo, como
por ejemplo los provenientes de avíos posteriores.
Si el contrato consta en escritura pública debidamente ins-
crita, para que la terminación produzca efectos respecto de terceros
la renuncia se extenderá por escritura pública y se anotará al mar-
gen de la inscripción del contrato en el Conservador de Minas.
Como es un acto unilateral de voluntad, para que el avío termine
respecto del minero, el aviador debe notificarlo o darle aviso de su
voluntad de ponerle término.
Si el minero pone término anticipado al contrato de avío de-
terminado, conservará su pertenencia y deberá pagar al aviador
con los productos que obtenga de la pertenencia, sin perjuicio de
otros acreedores de mejor derecho. El minero debe notificar al
aviador y para que su declaración unilateral sea oponible a terceros
debe extenderla por escritura pública, dejándose constancia al
margen de la inscripción del contrato en el Conservador de Minas.
CONTRATOS DE GARANTÍA

1° HIPOTECA DE CONCESIÓN

Los artículos 2° de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones


Mineras y 2° del Código de Minería al definir la concesión como un
derecho real agregan que “es susceptible de hipoteca” y otros dere-
chos reales y, en general, de todo acto o contrato y que se rige por las
mismas leyes civiles que los demás inmuebles, salvo en lo que con-
traríen las disposiciones del Código de Minería.
De la hipoteca y la prenda se ocupan los artículos 217 y si-
guientes del Código. El artículo 217 prescribe que la hipoteca sobre
concesión minera se rige por las mismas disposiciones que la hipote-
ca sobre los demás bienes raíces y especialmente por las de este
párrafo. En consecuencia, la hipoteca de concesión minera es un
contrato de garantía que recae sobre el inmueble concesión minera
para garantizar el cumplimiento de una obligación principal.
El contrato solemne, debe otorgarse por escritura pública e ins-
cribirse en el Registro de hipotecas y Gravámenes del Conservador
de Minas en que se encuentra inscrita la concesión hipotecada. Ade-
más, es un contrato accesorio, indivisible y limitativo del domino.

1. Bienes susceptibles de hipoteca


Son susceptibles de hipoteca tanto las concesiones de exploración
como las pertenencias, siempre que se encuentren debidamente
constituidas, esto es, que en el procedimiento no contencioso
respectivo se haya dictado sentencia constitutiva y esta haya sido
inscrita en el Registro respectivo del Conservador de Minas.
CURSO DE DERECHO MINERO 439

El artículo 218 del Código de Minería dispone que: “No podrá


constituirse hipoteca sobre concesión minera cuyo título no esté
inscrito”, entendiéndose por título aquel originario de la concesión, o
sea, la sentencia constitutiva dictada en el procedimiento no conten-
cioso respectivo o un título traslaticio de dominio posterior.
Atendido lo expuesto, se concluye que ni la hipoteca ni la
prenda están incluidas entre los derechos que concede el artículo
54 del Código al titular de concesión en trámite aunque tenga el
pedimento o manifestación inscrita.

2. Bienes afectados por la hipoteca


Salvo expresa estipulación en contrario, la hipoteca de concesión
minera incluye los inmuebles accesorios definidos en el artículo 3°
del Código de Minería, sin perjuicio del derecho de prenda que
pueda haberse constituido con anterioridad sobre ellos y de lo que
prescribe el artículo 2420 del Código Civil.
La hipoteca de concesión incluye las sustancias minerales
contenidas en desmontes, escorias y relaves. El inciso 3° del artí-
culo 3° de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mine-
ras y los incisos 2° y final del artículo 6° del Código de Minería,
disponen que los desmontes, escorias y relaves que, abandonados
por su dueño, se encuentran en terrenos en que se ha constituido
una concesión pasan al dominio del titular de la nueva concesión
que los adquiere por accesión.
La hipoteca de concesión incluye también la demasía que la
concesión haya adquirido por accesión, ya que ella forma un todo
con la concesión (artículo 32 del Código de Minería).
En resumen, la hipoteca de la concesión incluye los inmue-
bles accesorios, los desmontes, escorias y relaves y la demasía.
Excepcionalmente no incluirá los inmuebles accesorios si estos
440 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

fueron dados en prenda con anterioridad a la celebración del con-


trato de hipoteca.

3. Derechos del acreedor hipotecario

El Código de Minería no establece normas especiales sobre dere-


chos del acreedor hipotecario minero, por lo que este goza de los
derechos de persecución, venta y preferencia que el Código Civil,
concede a los acreedores hipotecarios. El acreedor hipotecario
podrá perseguir la concesión minera hipotecada de quien posee y a
cualquier título que la haya adquirido.

4. Normas especiales aplicables a la hipoteca sobre concesión


minera

a) Preferencia de pago del avío pactado con anterioridad a la hi-


poteca.
De acuerdo al artículo 219, si se pacta hipoteca sobre pertenencia
ya afecta a avío inscrito, la misma es válida pero no produce efec-
tos mientras el aviador no se posponga en sus derechos al acreedor
hipotecario y se haya tomado nota de la posposición al margen de
la inscripción del avío en el Registro de Hipotecas y Gravámenes
del Conservador de Minas competente.

b) Derechos del Acreedor Hipotecario Minero.


Según el artículo 221 del Código de Minería, el acreedor hipoteca-
rio de concesión minera no tiene los derechos que concede el
artículo 2427 del Código Civil al acreedor hipotecario, y que son:
derechos de mejora de la hipoteca o reemplazo de garantía, de
pago inmediato o a tomar providencias conservativas. Así dispone
CURSO DE DERECHO MINERO 441

el artículo 221 del Código de Minería: “La hipoteca sobre conce-


sión no da al acreedor los derechos que otorga el artículo 2427 del
Código Civil, salvo que el deterioro o la pérdida se produzcan por
dolo o culpa grave del deudor”.

c) Mínimo del remate. Según el artículo 222 del Código de Mine-


ría, para proceder al remate de la concesión hipotecada no es
necesario tasarla. El mínimo para la primera subasta será el que
fijen las partes de común acuerdo y a falta de acuerdo, el monto de
los créditos hipotecarios que la gravan más las costas judiciales.
Artículo 222: “Para proceder al remate de una concesión hi-
potecada, no será necesaria la tasación de ella”.
“El mínimo para la primera subasta será el que fijen las par-
tes de común acuerdo y, a falta de éste, el monto de los créditos
hipotecarios que graven, más las costas judiciales”.
A propósito del tema y de las disposiciones antes señaladas,
cabe deducir que el legislador estimó que las minas no pueden ser
objeto de tasación. Se puede observar que ni siquiera el art. 11 N°3
de la Ley Orgánica Constitucional del sector, que se refiere a la
indemnización por expropiación de la concesión, ordena practicar
tasación. Dispone en cambio, otra forma para valorar el daño
patrimonial que causa la expropiación.

d) Purga de la Hipoteca. Según el artículo 154 del Código de


Minería no se produce, purga de la hipoteca contemplada en el
artículo 2428 del Código Civil, cuando el remate de la concesión
se produce por falta de pago de la patente de amparo, ya que en ese
caso la concesión pasa al nuevo dueño con todos los gravámenes
inscritos que la afectan. Por este motivo, en el procedimiento
ejecutivo especial de desamparo no se cita a los acreedores hipote-
carios.
442 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

e) Hipoteca sobre concesión de exploración. Dado que la conce-


sión de exploración comporte un derecho eventual a constituir
pertenencia la hipoteca sobre concesión de exploración esta espe-
cialmente afectada por lo dispuesto en los artículos 2416 y 2419
del Código Civil, respecto de la pertenencia que provenga de ella,
por lo que no parece aconsejable que al extender un contrato se
mencionen expresamente estos artículos, estipulándose que, si el
deudor hipotecario adquiere en el futuro una o más pertenencias
provenientes de la concesión de exploración hipotecada, tendrá los
derechos señalados.

2° CONTRATO DE PRENDA MINERA

La prenda es un contrato real y accesorio. Si se produce incumpli-


miento del deudor, el acreedor tiene derecho a vender la cosa
prendada para pagarse preferentemente con su precio.
La prenda es un derecho mueble indivisible y limitativo del
dominio. El contrato es unilateral, accesorio, nominado, y real o
solemne según la clase de prenda de que se trate.
Según el artículo 220 del Código de Minería, los bienes mi-
neros que pueden ser afectados por contrato de prenda son:
a) Los inmuebles accesorios a que se refiere el artículo 3° del
Código de Minería;
b) Los demás bienes muebles destinados a la exploración o
explotación de la concesión según el tipo de concesión de
que se trate;
c) Las sustancias minerales extraídas del yacimiento, enten-
diéndose por minerales extraídos los que han sido arrancados
del depósito natural en que se encuentran.
CURSO DE DERECHO MINERO 443

Sobre los bienes enumerados puede pactarse prenda industrial


(Ley N° 5687/35, artículos 23 y siguientes) o la prenda sin despla-
zamiento regulada en la Ley N° 18.112 de 1982. No obstante, no
hay norma que prohiba establecer otro tipo de prenda, por ejemplo
prenda corriente con desplazamiento del artículo 2384 y siguientes
del Código Civil o la prenda contempla en la Ley N° 18.690 sobre
Almacenes Generales de Depósito.
Sobre los demás bienes muebles destinados a la exploración
o la explotación de la concesión y, en su caso, sobre las sustancias
minerales extraídas del yacimiento, podrá constituirse prenda y
quedar ésta en poder del deudor, con arreglo a las disposiciones
que rigen la prenda industrial o la prenda sin desplazamiento,
según se convenga.

3°. DERECHOS DE LOS ACREEDORES DEL MINERO

El Código de Minería se ocupa de los derechos que pueden ejercer


los acreedores del minero en los artículos 226 y siguientes. Estas
normas no son aplicables al acreedor hipotecario porque éste tiene
los derechos que concede el Código Civil a todo acreedor hipote-
cario, entre los cuales esta el de perseguir la concesión hipotecada
de quien la posea y a cualquier título que la haya adquirido.

a) Privilegio de inembargabilidad de las concesiones mineras


constituidas
El acreedor que persigue judicialmente la satisfacción de su crédito
enfrentará el privilegio de inembargabilidad que protege a la con-
cesión minera, los inmuebles accesorios y las provisiones introdu-
cidas en los límites de la concesión.
El privilegio de inembargabilidad minera es una institución
de remota existencia, cuyos orígenes respecto a nuestro ordena-
444 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

miento se encuentran en la legislación española para las colonias y


en particular en las Ordenanzas de Nueva España. Es una excep-
ción impuesta por la legislación del sector al derecho de prenda
general establecido en el Código Civil a favor de los acreedores.
El objeto que se persigue con el privilegio de inembargabili-
dad es el de evitar que se interrumpa la actividad propia de las
concesiones la explotación o la exploración mineras. Para cumplir
la finalidad propuesta, al legislar sobre los derechos de los acree-
dores del minero, el Código de Minería entrega, en el artículo 226,
las normas relativas a la inembargabilidad de las concesiones. Al
efecto dispone que “no se podrá embargar ni enajenar”:

1° La concesión del deudor, prohibición que, atendida la finali-


dad de la institución, incluye las concesiones de exploración
y de explotación constituidas;
2° Las cosas que se reputan inmuebles accesorios conforme al
artículo 3°;
3° Las provisiones introducidas dentro de los límites de la
concesión.

Las cosas señaladas en los números 2° y 3° precedentes gozan de


privilegio de inembargabilidad porque son necesarias para la
continuidad normal de las actividades mineras. Atendida la finali-
dad del privilegio, se desprende que este no favorece a la conce-
sión minera en trámite, dado que a su respecto no se cumple con el
objeto de mantener en actividad las concesiones.
El minero deudor puede invocar el privilegio en todos los
procedimientos judiciales que podrían dar lugar al embargo y
enajenación, sea que se trate de juicio ejecutivo o de cumplimiento
de sentencia judicial dictada en otro procedimiento.
CURSO DE DERECHO MINERO 445

b) Excepciones al privilegio de inembargabilidad


El mismo artículo 226 establece las siguientes excepciones al
principio de inembargabilidad:
i. La concesión minera es embargable en caso que “el deudor
tenga la calidad de sociedad anónima”. Es indiferente que la
sociedad anónima titular de la o las pertenencias sea abierta o
cerrada, dado que el legislador no hizo distinción al respecto;
ii. La concesión minera puede ser embargada cuando el concesio-
nario deudor consiente en el embargo y enajenación. El deudor
debe dar el consentimiento en el juicio y en forma expresa;
iii. El acreedor hipotecario puede embargar la concesión minera.
Así esta dispuesto expresamente en el inciso 1° del artículo
226 que dice “sin perjuicio de los derechos de los acreedores
hipotecarios, no se podrán embargar ni enajenar…”.

En los casos en que es procedente el embargo y enajenación de la


concesión, estos se producirán en el procedimiento judicial inicia-
do por el acreedor e incluirá los inmuebles accesorios definidos en
el artículo 3° del Código de Minería.
El privilegio de inembargabilidad no alcanza a los minerales
arrancados ni a los desmontes, que son sustancias extraídas del
depósito natural en que se encontraban. Tampoco se extiende a las
escorias o relaves que puedan existir en el terreno. Luego, des-
montes, escorias y relaves, son embargables.

c) Forma en que el acreedor del minero puede obtener el pago del


crédito.
Para estos efectos hay que distinguir si las concesiones son o no
embargables.
446 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

Si las concesiones se encuentran en alguna de las situaciones


de excepción ya mencionadas, el acreedor podrá perseguir el cum-
plimiento de su crédito de acuerdo a las normas comunes aplica-
bles a cualquier caso.
Si el deudor es titular de concesiones inembargables, nada
impide al acreedor perseguir el cumplimiento de la obligación en
el procedimiento que corresponda a partir del título con que cuen-
ta. En los artículos 227 y siguientes el Código de Minería señala
los modos en que el acreedor podrá perseguir el cumplimiento de
la obligación.
En primer lugar, podrá ejercer sus derechos sobre los mine-
rales arrancados, incluidos los desmontes, escorias y relaves que
existan en el terreno. Si no existen minerales arrancados o estos
son insuficientes, el acreedor podrá pedir al juez que se le entregue
la pertenencia del deudor en anticresis judicial. Finalmente, si el
minero ha caído en insolvencia porque la pertenencia no rinde lo
suficiente para atender a su explotación y a la cancelación del
crédito, el acreedor podrá pedir que ella le sea entregada en avío
judicial.
Analizando las tres alternativas ofrecidas al acreedor, se
concluye que ellas serán útiles sólo en caso que el minero deudor
sea titular de pertenencia, ya que el legislador se propone mantener
la mina en actividad y permitir que el acreedor se pague con los
productos de ella.
Las alternativas de pago que se pasará a explicar no son apli-
cables al acreedor del minero titular de concesión de exploración,
porque sobre él pesa la prohibición de explotar establecida en el
artículo 115 del Código. Respecto a la forma en que se pagarán los
acreedores de titulares de concesión de exploración, el Código no
contiene normas.
CURSO DE DERECHO MINERO 447

– Pago con minerales arrancados. La primera opción del acreedor


será la de pagarse con los minerales arrancados, o dicho de otro
modo, separados del depósito natural en que se encontraban. El
concepto minerales arrancados incluye los desmontes, escorias y
relaves que el concesionario deudor haya adquirido por accesión
en los términos del artículo 6°, o haya aprehendido como dispone
el artículo 116. Como los minerales arrancados pueden ser embar-
gados, la petición del acreedor se sustanciará de acuerdo a las
normas que señala el Código de Procedimiento Civil para el juicio
ejecutivo, o si no se disponía de título ejecutivo, en la etapa de
cumplimiento del fallo.

– Pago por medio de anticresis judicial. Cuando no existan mine-


rales o ellos sean insuficientes, el acreedor del minero puede ejer-
cer su derecho sobre la concesión inembargable, pidiendo inci-
dentalmente, en el juicio ejecutivo respectivo o en procedimiento
sumario (artículo 233), que se le entregue la concesión en anticre-
sis judicial.
En la ley civil se distinguen dos especies de anticresis: la
convencional, de los artículos 2435 y siguientes del Código Civil,
y la judicial, llamada también prenda pretoria, reglamentada en
los artículos 500 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.
La anticresis judicial es el derecho del acreedor ejecutante a
que se le entreguen los bienes embargados para administrarlos y
pagarse con sus frutos o productos.
En derecho minero es una de las formas en que el acreedor
puede obtener el pago afectando la pertenencia inembargable. El
artículo 227 del Código de Minería dispone: “Si el producto de los
minerales arrancados no alcanza para cubrir la deuda, podrá el
acreedor pedir al juez que le entregue la pertenencia en anticresis
judicial, hasta hacerse pago con los productos que rinda”.
448 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

El juez concederá la o las pertenencias en anticresis judicial


cuando se den las condiciones señaladas. Si el acreedor pide al
juez que le conceda la pertenencia en anticresis judicial, el minero
podría pedir que, en caso de existir minerales extraídos y no ven-
didos, éstos se pongan por última vez a remate, sin fijar mínimo
para las posturas.
Cumpliendo con las disposiciones generales contenidas en
los artículos 503 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
la entrega de la pertenencia en anticresis judicial se hace bajo
inventario solemne. Cuando el acreedor pasa a administrar la
pertenencia tiene las siguientes obligaciones:

i. Deberá llevar cuenta documentada de los productos de la


pertenencia;

ii. Aplicará las utilidades líquidas que obtenga de los productos


al pago del crédito, a medida que se perciban;
Para calcular la utilidad líquida el acreedor deberá atenerse a
las reglas que señala el inciso 2° del artículo 504 del Código
de Procedimiento Civil, entre las que se debe considerar el
interés corriente de los capitales propios que invierta y la
cantidad que el tribunal haya fijado como remuneración por
los servicios que presta en calidad de administrador.
Como la pertenencia es un bien inmueble, el acreedor que
administra pertenencias en anticresis judicial está obligado,
como cualquier otro acreedor, a rendir cuenta anual de su
administración, bajo pena, en caso de omisión, de perder la
remuneración que le habría correspondido por los servicios
prestados como administrador durante el año.
En cuanto al término anticipado de la prenda pretoria se apli-
ca el artículo 505 del Código de Procedimiento Civil, esto
CURSO DE DERECHO MINERO 449

es, salvo estipulación en contrario, el minero deudor puede


pedir en cualquier tiempo la pertenencia, pagando la deuda,
las costas y todo otro derecho a percibir que corresponda al
acreedor.
Por su parte, el acreedor puede también poner fin en cual-
quier tiempo a la anticresis judicial solicitando al juez la
enajenación de la pertenencia o el embargo de otros bienes
del minero deudor, de acuerdo a las normas que entrega el
Código de Procedimiento Civil.

iii. Pago por medio de avío judicial. El artículo 228 dispone que
“no rindiendo la pertenencia productos bastantes para aten-
der a su explotación y a la cancelación del crédito, podrá el
acreedor pedir al juez autorización para aviarla bajo su ad-
ministración, y tendrá derecho preferente para pagarse, no
sólo de las cantidades que invierta en éste avío, con sus inte-
reses corrientes, sino también de su crédito primitivo”.
Para que el juez conceda el avío judicial será requisito que la
pertenencia no rinda productos bastantes para atender a su
explotación y al pago del crédito. El minero puede encon-
trarse en insolvencia a consecuencia de algún accidente o
inundación de la mina o también a causa de su descuido o
negligente administración, de las variaciones del precio del
producto, etc.
Atendido lo dispuesto en el inciso 1° del artículo 227, cons-
tituye regla general que el acreedor siempre puede hacer
efectivo su crédito sobre los minerales arrancados, y si estos
no existieren o no fueren suficientes, podrá pedir al juez au-
torización para aviar la pertenencia bajo su administración.
Concedido el avío judicial, el acreedor está obligado a in-
vertir para hacer producir la mina y tendrá derecho a pagarse
450 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

preferentemente de las sumas que invierta con intereses co-


rrientes y de su crédito primitivo. El acreedor podrá admi-
nistrar por sí o por medio de representante, con los mismos
derechos y limitaciones que el minero. Administrará como
un buen padre de familia y responderá de culpa leve, pu-
diendo perder el derecho a administrar en caso de proceder
negligentemente o en forma dispendiosa o descuidada.
La diferencia entre el pago por medio de anticresis judicial y
por medio de avío judicial, consiste en que en el primer caso
el acreedor no está obligado a invertir, en cambio en el avío
judicial debe invertir para hacer producir el yacimiento.

iv. Derechos del titular de pertenencia en caso de anticresis o


avío judicial. El minero que no administra sus pertenencias
porque han sido entregadas al acreedor en anticresis judicial
o en avío judicial, tiene derecho a visitar la concesión en los
términos establecidos en el artículo 215 y a nombrar inter-
vento, en los términos del artículo 216.
CURSO DE DERECHO MINERO 451

4º LA QUIEBRA DEL MINERO (artículo 230).

El derecho de minería no ha establecido un procedimiento especial


de quiebra por lo que, en caso de producirse, se procederá de
acuerdo a las normas de la Ley N° 18.175, sobre quiebras.

Derechos del acreedor del minero en quiebra

a) El acreedor del minero que cae en quiebra tiene derecho sobre


los minerales arrancados que existan a la fecha de la declaración
de quiebra, fecha en que se produce el desasimiento.

b) Respecto a las concesiones inembargables, el artículo 230 dis-


pone que “se requerirá a los acreedores para que ejerciten los
derechos que, en virtud de las disposiciones anteriores, se acuerden
al ejecutante”. Las disposiciones anteriores invocadas en este
artículo son las que se refieren al derecho del acreedor a pedir se le
entregue la pertenencia en la anticresis judicial o en avío judicial,
lo que lleva nuevamente a concluir que los acreedores sólo podrán
hacer efectivos sus créditos si el deudor es titular de pertenencia.
Agrega el artículo citado que si las pertenencias del deudor
minero se encuentran afectadas por contrato de avío anterior, “los
aviadores gozarán del derecho preferente para tomar la pertenencia
bajo su administración y aviarla en el orden que corresponda. Para
hacer uso del privilegio de pago, el acreedor deberá ser titular de
contrato de avío debidamente inscrito en el Registro de Hipotecas
y Gravámenes del Conservador de Minas. En caso de haber varios
avíos inscritos, “prefiere el más nuevo sobre el más antiguo”,
determinándose el orden de preferencia según la fecha de inscrip-
ción de los títulos respectivos.
452 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

c) Respecto de las concesiones embargables, que son aquellas


cuyo titular es una sociedad anónima o cuando el minero consiente
en ser embargado y lo hace expresamente en el juicio, el procedi-
miento de quiebra es el señalado en la Ley N° 18.175, sin altera-
ción alguna. Pronunciada la declaración de quiebra se producirá el
desasimiento respecto de los bienes que son la pertenencia minera,
los inmuebles accesorios y las provisiones introducidas dentro de
los límites de la pertenencia.
CAPÍTULO XIV.
DE LA COMPETENCIA EN GENERAL Y EL PROCEDIMIENTO

En los artículos 231 y siguientes, el Código de Minería se ocupa


de los siguientes aspectos procesales:

1 La competencia judicial en asuntos mineros

La norma general sobre competencia se encuentra en la Constitu-


ción Política, en cuanto dispone que las concesiones mineras se
constituirán siempre por resolución judicial y que será también de
competencia de los tribunales ordinarios de justicia declarar la
extinción de tales concesiones. Estos conceptos aparecen reitera-
dos en la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mine-
ras, que prescribe que las concesiones se constituirán por resolu-
ción de los tribunales ordinarios de justicia, en procedimiento
seguido ante ellos sin intervención decisoria alguna de otra autori-
dad o persona.
En el Código de Minería, el artículo 231 declara que es
competente para conocer de todo asunto contencioso o no conten-
cioso atinente al pedimento, la manifestación, la concesión de
exploración o la pertenencia, el juez de letras en lo civil en cuyo
territorio jurisdiccional se encuentra el punto medio señalado en el
pedimento o el punto de interés indicado en la manifestación.
La palabra “atinente” usada por el legislador equivale a los
términos tocante o perteneciente. El juez letrado en lo civil será
entonces competente para conocer de todos los asuntos tocantes o
pertenecientes al pedimento, la manifestación, la concesión de explo-
ración o la pertenencia. En resumen, conocerá de todos los asuntos
454 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

atinentes a la propiedad minera constituida en trámite, sin distinguir


respecto a la calidad del titular o las materias cuestionadas.
El inciso 2° del artículo citado contiene una norma de com-
petencia aplicables a las concesiones administrativas o judiciales,
en trámite o ya constituidas (bajo el imperio del Código de Mine-
ría anterior, el de 1932) a la fecha en que entró en vigencia el
Código actual. En ella se declara juez competente para conocer de
todo asunto contencioso o no contencioso el “de la ubicación de la
concesión o, en su caso, el de la ubicación del sitio o punto de
hallazgo señalado en la manifestación”.
Para determinar la competencia respecto de materias mineras
“no atinentes” al pedimento, la manifestación, la concesión de
exploración o la pertenencia, será necesario aplicar las normas del
Código Orgánico de Tribunales, y en particular sus artículos 109 y
siguientes, 133 y 149, más las otras normas aplicables para deter-
minar a quien corresponde el conocimiento del asunto cuando hay
varios tribunales de igual jerarquía en un mismo territorio.

2 Competencia judicial en materias penales mineras

El Código de Minería contempla algunas figuras que pueden ser


objeto de acción penal. Entre ellas encontramos el artículo 23,
sobre prohibición impuesta a ciertas personas para adquirir dere-
chos mineros; el artículo 73, que concede acción penal contra el
ingeniero o perito que infrinja la prohibición señalada en el inciso
primero del mismo artículo; los artículos 118 y 119, sobre infrac-
ción a la obligación de mantener y conservar en pié los hitos; el
artículo 139, sobre la prohibición de internarse en pertenencia
ajena con las labores mineras; el artículo 224, sobre la presunción
de encubridor de robo o hurto que recae sobre el comprador de
minerales en los casos que señala, etc., pero no ha entregado nor-
CURSO DE DERECHO MINERO 455

mas procesales especiales, de lo que corresponde deducir que la


competencia para conocer dichos asuntos se determinará de acuer-
do a las normas generales contenidas en el Código Orgánico de
Tribunales.
En todo caso, cabe precisar que las acciones penales que
contempla el Código de Minería son, todas, de acción privada.

3 Competencia del Conservador de Minas

Los Conservadores de Minas son ministros de fe encargados de los


registros enumerados en el artículo 99 del Código de Minería. Las
disposiciones de los artículos 447 y 448 del Código Orgánico de
Tribunales son aplicables a los Conservadores de Minas, porque el
artículo 99 del Código de Minería hace expresa mención al respecto.
En materia de competencia del Conservador de Minas, el
artículo 232 del Código del ramo prescribe que el pedimento y la
manifestación se inscribirán en el Registro de Descubrimientos del
Conservador de Minas en cuyo territorio esté ubicado el punto
medio o el punto de interés respectivamente. Normalmente el
Conservador de Minas ejerce su competencia en el mismo territo-
rio jurisdiccional del juzgado de letras en lo civil correspondiente a
cada comuna o agrupación de comunas.
El inciso 2° del citado artículo 232 ordena que en el mismo
Conservador se practiquen todas las otras inscripciones y las de-
más actuaciones que en cualquier forma se relacionen con el pe-
dimento y la concesión de exploración que de él derive y con la
manifestación y la pertenencia respectiva.
De la norma citada se desprende que el Conservador en que
se practicó la primera inscripción (aquella del pedimento o de la
manifestación), será competente para practicar toda otra inscrip-
ción atinente, y será en dicho Conservador donde se llevará la
456 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

historia de la constitución, de las trasferencias o transmisiones y


gravámenes que afecten a cada concesión.

4 Procedimientos judiciales

Desde el punto de vista procesal minero, el Código establece


procedimientos contenciosos, como el juicio sumario, sumarísimo;
procedimientos no contenciosos, como el procedimiento de cons-
titución de concesión; procedimientos ejecutivos especiales tales
como el de desampara o el de inconcurrencia; y algunos procedi-
mientos difíciles de clasificar como por ejemplo el señalado para
la división física de la concesión minera o para la renuncia a una
concesión entre otros.

a) Juicio sumario minero: Según dispone el artículo 233 del Códi-


go de Minería, los procedimientos contenciosos mineros se trami-
tarán con arreglo a las normas del juicio sumario. Esta es la regla
general para los asuntos contenciosos. Así se tramitarán todos los
juicios en que se ventilen derechos especialmente regidos por el
Código de Minería, los juicios que recaigan sobre el pedimento, la
manifestación, la concesión de exploración o la pertenencia, y los
juicios que no tengan señalado otro procedimiento en éste cuerpo
legal.
Entonces, de acuerdo a la enumeración que hace el artículo
233 del Código del ramo, el juicio sumario es el procedimiento
declarativo, contencioso, aplicable en la mayoría de los pleitos
mineros, pues sólo se excepcionan aquellos que tienen señalado un
procedimiento especial el Código.

Sustitución del procedimiento: El inciso 2° del artículo 233 citado


prescribe que una vez iniciado el procedimiento sumario podrá
CURSO DE DERECHO MINERO 457

pedirse y decretarse su continuación conforme a las reglas del


procedimiento ordinario, si existen motivos fundados para ello. La
petición de sustitución del procedimiento se tramitará como inci-
dente.
En el Código de Minería no existe caso alguno en que se
aplique en forma directa el procedimiento ordinario legislado en el
Código de Procedimiento Civil. Las causas contenciosas que no
tengan señalado un procedimiento especial se iniciarán siempre en
juicio sumario existiendo la posibilidad de sustituir el procedi-
miento si existen motivos fundados para hacerlo.

b) Juicio sumarísimo (artículos 234 y 235 Código de Minería):


Este procedimiento es propio de las materias mineras. Se caracte-
riza por ser declarativo de derechos, por su tramitación rápida,
concentrada y por ser de aplicación especial. Sólo a las materias
enumeradas taxativamente en el artículo 234.

i. Asuntos a los que se aplica el procedimiento sumarisimo.


Este procedimiento especialísimo es aplicable a los asuntos que
señala el artículo 234, y que son los siguientes:
1° A todas las cuestiones que se susciten con motivo de la
aplicación de lo dispuesto en el artículo 9° del Código de
Minería, esto es, cuando el concesionario encuentra sustan-
cias inconcebibles al explorar, explotar o beneficiar los mi-
nerales concesibles que extrae de su pertenencia,
2° A los asuntos que surjan cuando el dueño, poseedor o tene-
dor de un predio superficial niega el permiso para catar y ca-
var y el minero recurre al juez para que resuelva (artículo 15,
inciso 3°),
458 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

3° En el procedimiento a que de lugar la determinación de la


indemnización que debe pagar el minero por los daños que cau-
se al ejercer la facultad de catar y cavar (artículo 16, Nº 3°),
4° En los casos sobre procedencia y monto de la indemnización
que debe pagar el minero que no ha cumplido la obligación
de solicitar permiso de las autoridades respectivas para eje-
cutar labores mineras en los lugares de interés público, histó-
rico o científico a que se refiere el artículo 17 del Código de
Minería (inciso 1°, artículo 18),
5° En los casos en que el SERNAGEOMIN ejercita la facultad de
realizar trabajos de geología en terrenos en que es necesario
pedir los permisos que se establecen al tratar de la facultad
de catar y cavar (artículo 21, inciso 1°),
6° En el procedimiento aplicable a la oposición que el titular de
una concesión hace a las labores que, dentro de los límites de
su concesión, pretenda ejecutar el titular de otra concesión de
exploración cuyo pedimento haya sido posterior al pedi-
mento o manifestación del opositor (artículo 108),
7° En el procedimiento con que se tramita la acción que puede
deducir el dueño del suelo superficial cuando el titular de
pertenencia aprovecha las sustancias definidas en el artículo
13°, en explotación separada (artículo 117),
8° En el procedimiento judicial necesario para proceder a la
reposición de hitos (artículos 119),
9° En la aplicación de los artículos 184, 188 y 189, que forman
parte de la normativa aplicable a la Sociedad Legal Minera y
que se refieren a la demanda de nulidad de los acuerdos de la
junta celebrada sin citación o cuya citación no haya cumpli-
do con los requisitos legales; al procedimiento aplicable para
que el juez dirima el empate que se produzca en la junta de
CURSO DE DERECHO MINERO 459

accionistas y a los reclamos que interponga algún socio con-


tra los acuerdos de la junta de accionistas,
10° El procedimiento sumarísimo se aplica también a todas las
cuestiones relativas a la constitución, ejercicio y terminación
de las servidumbres reguladas por el Código de Minería, a
las indemnizaciones correspondientes y a las cauciones que
procedan con motivo de las servidumbres.

ii. Tramitación del juicio sumarísimo:


Según el artículo 235, el juicio sumarísimo se tramita en las si-
guientes etapas:
a) Deducida la demanda, el tribunal la proveerá citando a las
partes a una audiencia a celebrarse el quinto día hábil des-
pués de la última notificación. El plazo se ampliará con todo
o parte del aumento que concede el artículos 259 del Código
de Procedimiento Civil, si el demandado no está en el lugar
del juicio;
b) La audiencia se celebrará con sólo el que asista y en ella se
recibirá la contestación y se rendirán las pruebas;
c) La parte que quiera rendir prueba testimonial deberá presen-
tar, antes de las doce horas del día anterior al de la audiencia,
una lista de los testigos de que piensa valerse;
d) Si el juez lo estima conveniente, oirá el informe de un perito
nombrado en la misma audiencia por los interesados y, a
falta de acuerdo, por él. El juez fijará un plazo al perito para
que presente su informe;
e) La sentencia se dictará dentro de quinto día contado desde la
fecha de la audiencia, o de la presentación del informe peri-
cial en su caso;
460 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

f) La sentencia definitiva será apelable en el sólo efecto devo-


lutivo, salvo que el juez, por resolución fundada no suscepti-
ble de apelación, conceda el recurso en ambos efectos. Las
demás resoluciones son inapelables;
g) La apelación se tramitará como en los incidentes y gozará de
preferencia para su vista y fallo.

c) Juicios ejecutivos mineros. El Código de Minería legisla sobre


dos juicios ejecutivos. Ambos son juicios ejecutivos especiales,
pues no se rigen estrictamente por las disposiciones del procedi-
miento civil, como se ha señalado al estudiar cada caso. Ellos son:
- El juicio ejecutivo especial de desamparo, que tiene por finali-
dad obtener el cumplimiento forzado de la obligación de ampa-
ro de la concesión, o sea, de pago de la patente minera me-
diante el remate de la concesión (artículos 146 y siguientes);
- El juicio ejecutivo especial de inconcurrencia al pago de las
cuotas de gastos necesarios por el socio de una Sociedad Legal
Minera, caso en que se persigue el pago en las acciones del so-
cio renuente.

d) Los procedimientos no contenciosos: entre los que cabe destacar


los procedimientos de constitución de concesión de exploración y
de explotación o pertenencia, que han sido tratados en detalle en
cada caso.

5. Los plazos en materia minera

Para analizar los artículos 236 y 237 del Código de Minería, que
se refieren a los plazos, hay que distinguir entre procedimientos
contenciosos y no contenciosos.
CURSO DE DERECHO MINERO 461

- Cuando se trata de procedimientos civiles contenciosos, los


plazos de días se entenderán suspendidos durante los días fe-
riados (artículo 236);
- Los plazos de que trata el Código de Minería son fatales cuan-
do al establecerlos el legislador ha empleado las palabras “en”
o “dentro de” (artículo 237), lo que normalmente ocurre en los
procedimientos no contenciosos de constitución de concesión.
Además de fatales, estos plazos son de días corridos, esto es,
no se interrumpen por la interposición de un feriado.
- En muy contados casos, el Código establece plazos judiciales,
como aquel que se fije al perito que debe informar, en el caso
de la servidumbre de socavón.

6. Boletín Oficial de Minería

El artículo 238 del Código de Minería dispone que todas las publi-
caciones que ordena este Código se hagan en un suplemento espe-
cial del Diario Oficial denominado Boletín Oficial de Minería, el
que se publicará conjunta o separadamente con el Diario Oficial,
el primer día hábil de cada mes y los primeros días hábiles de cada
semana. Agrega que el Ministerio de Minería velará por la correcta
publicación del Boletín y por el cumplimiento de las normas que le
sean aplicables.
Aún cuando el Código cumplirá veinte años de vigencia, el
artículo 238 no ha entrado a aplicarse porque el artículo 4° transi-
torio del Código de Minería, en cuanto a la publicación del Boletín
Oficial, prescribe que mientras no se dicta el Reglamento del
presente Código y los demás que sean necesarios para su aplica-
ción, regirá el artículo 222 del Código de Minería de 1932.
Dado que el Reglamento del Código de Minería no legisló
sobre el Boletín Oficial de Minería, cabe deducir que el Boletín
462 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

debió ser objeto de un Reglamente especial. Esta opinión aparece


refrendada por el Reglamento del Código de Minería vigente que
dispone, en su artículo 2° transitorio, que “un Reglamento especial
determinará las normas que serán aplicables al Boletín Oficial de
Minería a que se refiere el artículo 238 del Código. Mientras dicho
Reglamento no entre en vigencia, regirá el artículo 222 del Código
de Minería de 1932, y en consecuencia, también el artículo 242 del
mismo cuerpo”.
Para un mejor entendimiento se transcribe el artículo 222 del
Código de Minería de 1932:
“En cada departamento se editará una publicación con el
nombre de “Boletín Oficial de Minería”, que llevará además la
designación de la ciudad en que aparezca, y estará a cargo de la
respectiva Gobernación.
Las publicaciones que ordena este Código de Minería se ha-
rán en dicho Boletín, debiendo los interesados cubrir el importe de
las que hicieren.
Los Gobernadores enviarán un ejemplar de cada Boletín a la
respectiva oficina del Conservador de Minas y otro al Servicio de
Minas del Estado. Un tercer ejemplar quedará archivado en la
oficina de la Gobernación.
Las dichas oficinas harán encuadernar convenientemente,
por orden cronológico, estos ejemplares, que podrán ser consulta-
dos por los interesados en cualquier tiempo.
El Presidente de la República podrá autorizar la existencia
de un solo Boletín para dos o más departamentos. El decreto que
así lo disponga o modifique en alguna forma esta situación, deberá
necesariamente ser publicado en el Diario Oficial”.
Cabe recordar que la división política del territorio chileno
no contempla actualmente los departamentos por lo que la men-
ción se entenderá hecha a las comunas.
CURSO DE DERECHO MINERO 463

El artículo 242 del Código de Minería de 1932 también ac-


tualmente vigente dispone: “A falta de Boletín destinado a las
publicaciones dispuestas en el Código, el funcionario que ordene
practicarlas (hoy el juez en lo civil) indicará el periódico en que
deban hacerse eligiéndolo de entre los de mayor circulación del
departamento respectivo, o de la capital de la provincia si en aquel
no hubiere alguno. Las publicaciones no serán válidas si aparecie-
ren en anexos al periódico”.
En conclusión, actualmente todas las publicaciones que or-
dena el Código y su Reglamento deben hacerse en el Boletín Ofi-
cial de Minería que ordena editar cada Gobernación o agrupación
de Gobernaciones en su caso.

7. Archivo de documentos y planos (artículo 239 del Código de


Minería).

En los casos en que el Código ordena archivar un documento,


plano o croquis, el Conservador de Minas respectivo cumplirá la
orden agregándolo al libro correspondiente, en la misma forma en
que los Notarios proceden en la protocolización de los documentos
públicos, y expedirá también en esa forma, los certificados y co-
pias que se le soliciten.
La disposición citada se aplica fundamentalmente por el
Conservador de Minas pues ellos deben archivar los documentos
que inscriben, tales como las copias autorizadas del pedimento, de
la manifestación, de las sentencias constitutivas y del acta de
mensura, del plano de mensura, así como también el acta reducida
a escritura pública, que da cuenta del nombramiento de adminis-
trador de una Sociedad Legal Minera, etc.
No se debe olvidar que el Artículo 99 del Código de Minería
del ramo dispone que el Registro Conservatorio de Minas se regi-
464 CARMEN ANSALDI DOMÍNGUEZ

rá, en cuanto le sean aplicables, por las mismas disposiciones que


reglan el Registro Conservatorio de Bienes Raíces, sin perjuicio de
las especiales que contiene el Título VII, en que se encuentra la
disposición citada.

8. Entendimiento de algunas expresiones del Código de Minería


(artículo 240)

El legislador minero intentó explicar en este artículo el significado


de algunas expresiones usadas en el Código. Así, explica que
cuando dice:
a) “Ley Orgánica Constitucional”, se entiende que se refiere a
la ley 18.097, Ley Orgánica Constitucional sobre Concesio-
nes Mineras;
b) Cuando se refiere al “Servicio”, se entiende que se refiere al
Servicio Nacional de Geología y Minería;
c) Cuando dispone que se indiquen “coordenadas geográficas”
o “coordenadas UTM”, si se trata de pedimento o manifesta-
ción, la obligación debe cumplirse señalando las coordena-
das geográficas con precisión de segundo y las coordenadas
Universales Transversales de Mercator con precisión de diez
metros.
d) En cambio, si se trata de una solicitud de sentencia de conce-
sión de exploración o solicitud de mensura de pertenencia, o
de las menciones de coordenadas que corresponde hacer en
las actuaciones posteriores, se indicarán las coordenadas
UTM, con precisión de centímetros, esto es, se indicarán los
kilómetros, metros y centímetros que abarca la cara superfi-
cial de la concesión. Si no se indican centímetros se entende-
rá que el valor de ellos es cero.
CURSO DE DERECHO MINERO 465

De esta disposición se concluye que el minero sólo puede utilizar


las coordenadas geográficas para singularizar el terreno en los
escritos de pedimento y de manifestación, ya que en todos los
escritos posteriores deberá señalar el terreno utilizando exclusiva-
mente las coordenadas UTM, con las precisiones señaladas.
Además, en el artículo 1° de la Ley Orgánica Constitucional
sobre Concesiones Mineras se dispone que cada vez que esta ley
se refiera a concesión minera se entenderá que comprende tanto la
concesión de exploración como la de explotación.

9. Catastro Nacional de Concesiones Mineras. El Servicio Nacio-


nal de Geología y Minería debe llevar el catastro de concesiones
mineras (artículo 241).

Se entiende por Catastro de Concesiones Mineras el registro públi-


co de las minas constituidas y en trámite que existen en el país.
Contiene todos los documentos y datos útiles para efectos legales,
entre los cuales se incluyen las coordenadas UTM de los vértices de
las concesiones que estén determinadas en tales coordenadas. Las
concesiones constituidas de acuerdo a sistemas vigentes con ante-
rioridad al Código, cuyos vértices pasen a quedar determinados en
coordenadas UTM, también se incluirán en el catastro. El Catastro
se llevará considerando exclusivamente las copias que los Conser-
vadores de Minas deben enviar al Servicio, en cumplimiento de lo
dispuesto en el artículo 106.
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COLOFÓN
Este libro terminó de imprimirse en el Centro de
Documentos Xerox, de la Universidad Central
de Chile, el día 29 de Diciembre de 2003. En
el texto se han ocupado tipos de
la familia Times New
Roman

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