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VARIABLE COMPLEJA

Notas de clase

Dra. Laura Hidalgo Solı́s


Departamento de Matemáticas,
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa
comentarios: hiso@xanum.uam.mx

Septiembre del 2010


2
Índice general

1. Los números complejos 7


1.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2. Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.3. El álgebra de los números complejos . . . . . . . . . . . . . . 11
1.4. El diagrama de Argand . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.5. Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.6. Froma polar de un número complejo . . . . . . . . . . . . . . 20
1.7. Geometrı́a analı́tica en C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1.8. Otras propiedades de C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1.8.1. C no es un campo bien ordenado. . . . . . . . . . . . 28
1.8.2. C es un campo completo. . . . . . . . . . . . . . . . . 29
1.9. El plano extendido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
1.10. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

2. Series de Potencias 47
2.1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
2.2. Propiedades elementales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
2.3. Series de potencias complejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
2.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62

3. Funciones C-diferenciables 67
3.1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.2. Funciones C-lineales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
3.3. Funciones C-diferenciables y holomorfas. . . . . . . . . . . . . 71
3.4. Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
3.4.1. La fórmula de Euler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
3.4.2. La función exponencial. . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
3.4.3. La función logaritmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
3.4.4. Las fuciones trigonométricas . . . . . . . . . . . . . . 95

3
4 ÍNDICE GENERAL

3.4.5. Potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.4.6. Raı́ces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

4. Aplicaciones Conformes 103


4.1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
4.2. Derivada en ∞ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
4.3. Aplicaciones Conformes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
4.3.1. Transformaciones conformes en la esfera de Riemann . 113
4.4. Transformaciones de Möbius. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
4.5. Simetrı́a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
4.6. Otros ejemplos de aplicaciones conformes . . . . . . . . . . . 126
4.6.1. La aplicación de Joukowski . . . . . . . . . . . . . . . 126
4.6.2. Funciones trigonométricas . . . . . . . . . . . . . . . . 134
4.7. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136

5. Teorema de Cauchy 139


5.1. Integración Compleja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
5.2. El Teorema de Cauchy para rectángulos . . . . . . . . . . . . 155
5.3. Consecuencias del teorema de Cauchy . . . . . . . . . . . . . 161
5.3.1. Valores propios de matrices . . . . . . . . . . . . . . . 175
5.3.2. Ecuaciones diferenciales homogéneas . . . . . . . . . . 175
5.3.3. Caracterización de polinomios . . . . . . . . . . . . . . 176
5.4. Módulo máximo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
5.5. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

6. Homotopı́a y el Teorema de Cauchy. 185


6.1. Homotopı́a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
6.2. El Indice de una curva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
6.3. El Teorema de Cauchy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194

7. Laurent y Residuos 203


7.1. Clasificación de singularidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
7.2. Series de Laurent . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
7.3. Residuos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
7.4. El Teorema del Residuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
7.5. Aplicaciones . . . . . . . .R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226

7.5.1. Integrales de tipo −∞ f (x) dx. . . . . . . . . . . . . . 226
7.5.2. Transofrmadas de Fourier . . . . . . . . . . . . . . . . 228
7.5.3. Integrales Trigonometricas . . . . . . . . . . . . . . . . 232
7.5.4. Evaluación de series infinitas . . . . . . . . . . . . . . 233
ÍNDICE GENERAL 5

8. Funciones armónicas 237


8.1. Funciones armónicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
8.2. El núcleo de Poisson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
8.3. El principio de reflexión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
8.4. El problema de Dirichlet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
6 ÍNDICE GENERAL
Capı́tulo 1

Los números complejos

1.1. Introducción
A continuación presentamos el resumen de las notas de los cursos de
variable compleja I y II, con el fin de que el alumno tenga un apoyo comple-
mentario a su libro de texto y/o notas de clase. Como parte de los objetivos
del presente curso tenemos que el alumno:

Comprenda los elementos básicos de la teorı́a clásica de funciones de


una variable compleja, y los relacione con otras ramas de las matemá-
ticas, esto con el fin de prepararlo para cursos posteriores de matemá-
ticas.

Reconozca el papel que juega la variable compleja dentro de las ma-


temáticas, como antecesor de diversas áreas de la misma, tales como
la teorı́a de la homotopı́a, la teorı́a de variedades, la teorı́a de las
Superficies de Riemann, y la teorı́a de Curvas Algebraicas, entre otras.

Integre los conocimientos y habilidades adquiridos en cursos anteri-


ores, tales como: Estructuras Numéricas, Cálculo Avanzado, Álgebra
y Geometrı́a, reconociendo la interrelación que hay entre ellos.

Reafirme su habilidad para formular enunciados y demostraciones en


términos matemáticos, con el rigor adecuado.

7
8 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

1.2. Historia
Alrededor del año 1545 el matemático italiano Girolamo Cardano publi-
có Ars Magna (El Gran Arte), una obra maestra de 40 capı́tulos en el cual
se da, por primera vez, una solución algebraica a la ecuación cúbica general:

x3 + ax2 + bx + c = 0
Su técnica involucró el transformar esta ecuación en otra ecuación cúbica
libre del término cuadrático, esto es, una ecuación de la forma:

x3 + bx + c = 0
Una solución a dicha ecuación está dada como [U, pg. 84-86]:
s r s r
3 −c c2 b3 3 −c c2 b3
x= + + + − +
2 4 27 2 4 27
Dicha solución le habı́a sido presentada por Niccolo Fontana, mejor cono-
cido como Tartaglia, aunque dicha solución fue descubierta unos 30 años
antes por Scipione Ferro de Bolonia, de manera totalmente independiente.
Este valor que se obtuvo para x podrı́a usarse para factorizar la cúbi-
ca en una ecuación lineal y otra cuadrática, y la última podrı́a resolverse
aplicando la fórmula cuadrátrica. Ası́, basando en el trabajo de Tartaglia,
y una transformación apropiada, Cardano pudo resolver la ecuación cúbica
general, hecho que hasta entonces habı́a parecido imposible.
En el tiempo de Cardano, todavı́a se trataban los números imaginarios
con cierta suspicasia, pues era difı́cil concebir cualquier realidad fı́sica que
correspondiese con ellos. El propio Cardano, pese a sus esfuerzos a tratar
con esta noción, en un momento consideró que, el proceso de la aritmética
que trata con las cantidades imaginarias es, tan refinado como inútil.
Esta forma de pensar cambió apartir de 1572, año en que Rafael Bombelli
mostró que, de hecho, estos números tienen gran utilidad. Si se considera la
ecuación cúbica x3 − 15x − 4 = 0, y se substituyen los valores b = −15 y c =
−4 en la fórmula de “ Ferro-Tartaglia ”para la ecuación cúbica x3 +bx+c = 0,
obtenemos el valor:
√ √
q q
3 3
x = 2 + −121 + 2 − −121
que puede representarse como,
√ √
q q
3 3
x = 2 + 11 −1 + 2 − 11 −1.
1.2. HISTORIA 9

Bombelli sospechó que, si la ecuación


√ cúbica original
√ tenı́a solución, esta
podrı́a escribirse en términos de u+v −1 y u−v −1 para algunos números
reales u y v.
Es decir, Bombelli pensó que
√ √ √ √
q q
3 3
u + v −1 = 2 + 11 −1 y u − v −1 = 2 − 11 −1.

De hecho, usando la identidad (a + b)3 = a3 + 3a2 b + 3ab2 + b3 , y pre-


tendiendo que estos números
√ obedezcan las reglas normales del álgebra,
tomando a = u y b = v −1, notaron que:

√ √ √ √
(u + v −1)3 = u3 + 3u2 (v −1) + 3u(v −1)2 + (v −1)3

= u(u3 − 3v 2 ) + v(3u2 − v 2 ) −1

= 2 + 11 −121

Ası́, igualando ambas partes de las ecuaciones, Bombelli razonó que:

u(u2 − 3v 2 ) = 2 y v(3u2 − v 2 ) = 11.

Entonces supuso que esos u y v eran enteros. Como 2 es un número


primo, sus únicos factores enteros son 2 y 1, por lo que, la ecuación u(u2 −
3v 2 ) = 2 lo llevó a concluir que u = 2 y u2 − 3v 2 = 1. De esto se sigue
que v 2 = 1, o que v = ±1. Increı́blemente, u = 2 y v = 1 resuelven la
segunda ecuación v(3u2 − v 2 ) = 11, por lo que declaró que los valores para
u y v√ debı́an ser respectivamente
√ u = √2 y v =p1. También
√ notó que, si
3
(2 + −1)3 = 2 + 11 −1, entonces 2 + −1 = 2 + 11 −1. Igualmente,
√ p3

afirmó 2 + −1 = 2 − 11 −1. Claramente:

√ √ √ √
q q
3 3
2 + 11 −1 + 2 − 11 −1 = (2 + −1) + (2 − −1) = 4

lo cual era un hecho sorprendente.


Pues es claro que una solución de la ecuación x3 −15x−4 = 0 es x = 4. Sin
embargo, para llegar a esta solución real, se forzó a recorrer el desconocido
territorio de los números imaginarios.
Ası́, ya no podı́a ignorarse la utilidad de estos números, que actualmente
llamamos los números complejos.
Pero ni siquiera este descubrimiento abrió la aceptación general hacia los
números complejos. Después de todo, un número real podrı́a representarse
10 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

geométricamente en la recta numérica. ¿Qué posible representación podrı́an


tener estos nuevos números?
En 1673 John Wallis hizo una aproximación a una representación geomé-
trica de los números complejos, como la que actualmente conocemos. Wallis
estaba interesado en representar las soluciones de la ecuación cuadrática
general x2 − 2bx + c2 = 0. Usando
√ la fórmula cuadrátrica, dicha ecuación
tiene las soluciones x = −b ± b − c2 .
2

Wallis imaginó estas soluciones como los desplazamientos a la izquierda,


y el√punto −b como una correción, y vió cada desplazamiento, cuyo valor
era b2 − c2 , como las longitudes de los lados de un triángulo rectángulo.

√Desafortunadamente, el método de Wallis tiene √ como consecuencia que


− −1 esta representado por el mismo punto que −1. No obstante, con
esta interpretación, se podı́a pensar a los números complejos como los puntos
en el plano.
Por el año de 1800, el gran matemático suizo Leonhard Euler adoptó esta
representación de los números complejos para obtener las n soluciones de
la ecuación xn − 1 = 0. Actualmente,
√ sabemos que estas soluciones pueden
ıθ
expresarse como e = cos (θ) + −1 sin (θ) para algunos valores reales de θ;
Euler pensó en ellos como los vértices de un polı́gono√regular en el plano. Eu-
ler también fue el primero en usar el sı́mbolo ı para −1. Actualmente, esta
notación es la más popular, aunque algunos ingenieros eléctricos prefieren
en cambio el sı́mbolo , pues ı la utilizan para representar la corriente.
Quizá la figura que más influyó en la aceptación de números complejos
fue el matemático alemán Carl Friedrich Gauss, que en su tesis doctoral
(1799) presenta la primera demostración de El Teorema Fundamental de
Álgebra, ası́ como sus crı́ticas y objeciones a pruebas anteriores, posterior-
mente en 1816 y 1831 presenta otras demostraciones de dichos resultados.
En un artı́culo que escribió en 1831, produjo una representación geométrica
clara: identificó el número complejo x + ıy con el punto (x, y) en el plano
cartesiano. Y también describió cómo realizar las operaciones aritméticas
con estos números.
Por otra parte Cauchy, basándose en el trabajo sobre la teorı́a de fun-
ciones de Lagrange, inicia el estudio riguroso de la teorı́a de funciones de
una variable compleja, trabajo que continuarı́a desarrollandose posterior-
mente bajo la guı́a de Weierstrass y Riemann.
http://www-history.mcs.st-andrews.ac.uk/HistTopics/History overview.html
1.3. EL ÁLGEBRA DE LOS NÚMEROS COMPLEJOS 11

1.3. El álgebra de los números complejos


Es fundamental que los números reales y complejos satisfagan las mismas
leyes fundamentales de la aritmética. En esta sección se estudiarán dichas
leyes, ası́ como su interpretación geométrica.

Definición 1.3.1. Un número complejo es una expresión fromal x+yı donde


x y y son números reales. Denotaremos por C el conjunto de los números
complejos.
Suele usarse un sólo sı́mbolo, tal como z, para representar un número
complejo, y podemos escribir z = x + yı.
Si z1 = x1 + y1 ı y z2 = x2 + y2 ı son dos números complejos, diremos que
dos números complejos z1 , z2 son iguales, esto es, z1 = z2 si, y solamente si,
x1 = x2 y y1 = y2 .
Si z1 = x1 + y1 ı y z2 = x2 + y2 ı son dos números complejos, se define la
suma de z1 con z2 , que denotamos z1 + z2 como:
z1 + z2 := (x1 + x2 ) + (y1 + y2 )ı,
y el producto de z1 con z2 , que denotamos z1 z2 , como:
z1 z2 = (x1 x2 − y1 y2 ) + (x1 y2 + x2 y1 )ı.

Ejemplo 1.

1. Si z1 = 1 + 2ı y z2 = 3 + 8ı, entonces z1 + z2 = 4 + 10ı, mientras que


z1 z2 = −13 + 14ı.
2. Si z1 = x1 + 0ı y z2 = x2 + 0ı, entonces z1 + z2 = (x1 + x2 ) + 0ı y
z1 z2 = x1 x2 + 0ı.
3. Si z1 = z2 = 0 + 1ı, entonces z12 = z1 z1 = −1 + 0ı.

Teorema 1.3.1. El conjunto de los números complejos dotado de las op-


eraciones de suma y producto anteriores es un campo.
Demostración. Para verificar que el conjunto de los números complejos dota-
do de las operaciones de suma y producto definidas anteriormente satisface
los axiomas de campo utilizaremos la estructura de campo de los números
reales.
Si z1 = a + bı, z2 = c + dı y z3 = e + f ı, donde a, b, c, d, e y f denotan
números reales, entonces:
12 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

1. Como z1 + z2 = (a + c) + (b + d)ı donde a + c y b + d son números


reales, tenemos que la suma es cerrada.
2. Sabemos que, en el campo de los números reales la suma es conmuta-
tiva, tenemos ası́ que a + c = c + a y b + d = d + b, de donde

z1 + z2 = (a + c) + (b + d)ı = (c + a) + (d + b)ı = z2 + z1

por lo que la suma también es conmutativa en C.


3. En el campo de los números reales la suma es asociativa, por lo tanto:
a + (c + e) = (a + c) + e y b + (d + f ) = (b + d) + f , se sigue de aqui
que:
z1 + (z2 + z3 ) = a + bı + [(c + e) + (d + f )ı]
= a + (c + e) + [b + (d + f )] ı
= (a + c) + e + [(b + d) + f ] ı
= (z1 + z2 ) + z3
la suma en C es asociativa.
4. Como 0 es el neutro aditivo en R, entonces a + 0 = a y b + 0 = b, de
donde

z1 = a + bı = (a + 0) + (b + 0)ı = (a + bı) + (0 + 0ı)

Esto implica que 0 + 0ı es neutro aditivo.


5. Como a, b ∈ R, y R es un campo, los números reales a y b tienen inverso
aditivo, los cuales denotamos −a y −b respectivamente. Si definimos
z2 como z2 = (−a) + (−b)ı = −a − bı tenemos que

z1 + z2 = (a + bı) + (−a − bı) = (a − a) + (b − b)ı = 0 + 0ı

Ası́ z2 = −a − bı es el inverso aditivo de z1 y solemos denotarlo como


−z1 .
6. Como z1 z2 = (ac − bd) + (ad + bc)ı donde ac − bd y ad + bc son números
reales, tenemos que el producto es cerrado.
7. Sabemos que, en el campo de los números reales el producto es con-
mutativo, tenemos ası́ que ac − bd = ca − db y ad + bc = da + cb, de
donde

z1 z2 = (ac − bd) + (ad + bc)ı = (ca − db) + (da + cb)ı = z2 z1

por lo que el producto es una operación conmutativa en C.


1.3. EL ÁLGEBRA DE LOS NÚMEROS COMPLEJOS 13

8. Usando las propiedades de campo de los números reales es fácil ver


que:
a(ce − df ) − b(de + cf ) = (ac − bd)e − (ad + ac)f
y que

b(ce−df )+a(de+cf ) = (bc+ad)e+(−bd+ac)f = (ad+bc)e+(ac−bd)f,

por tanto:

z1 (z2 z3 ) = (a + bı) + [(ce − df ) + (de + cf )ı]


= [a(ce − df ) − b(de + cf )] + [b(cd − df ) + a(de + cf )] ı
= [(ac − bd)e − (ad + ac)f ] + [(ad + bc)e + (ac − bd)f ] ı
= [(ac − bd) + (ad + bc)ı] (e + f ı)
= (z1 z2 )z3

tenemos ası́ que el producto en C es asociativo.

9. Para cada x ∈ R tenemos que x0 = 0, x1 = x, y x + 0 = x, se sigue de


aquı́ que

z1 = a + bı = (a + 0) + (0 + b)ı = (a1 − b0) + (a0 + b1)ı = (a + bı)(1 + 0ı)

Esto implica que 1 + 0ı es neutro multiplicativo.

10. Para ver como obtener el inverso de un número complejo distinto de


0 + 0ı, supondremos que a, b ∈ R,y alguno de ellos no es cero, en
particular, a2 + b2 6= 0. Si w = x + yı fuera inverso multiplicativo de z1
tendrı́amos que 1 + 0ı = z1 w = (a + bı)(x + yı) = (ax − by) + (ay + bx)ı,
tenemos ası́ el siguiente sistema de ecuaciones:

1 = ax − by, 0 = bx + ay

Como a2 + b2 6= 0, podemos ver que la solución a este sistema de


ecuaciones está dada como
a −b
x= , y=
a2 + b2 a2 + b2
a b
Ası́ w = − ı es inverso multiplicativo de z1 y solemos
a2 + b2 a2 + b2
denotarlo como w = z1−1 .
14 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

11. Para mostrar la propiedad distributiva del producto con respecto a


la suma, nuevamente utilizaremos las popiedades de campo de los
números reales.

z1 (z2 + z3 ) = (a + bı)[(c + e) + (d + f )ı]


= [a(c + e) − b(d + f )] + [b(c + e) + a(d + f )]ı
= [(ac − bd) + (ae − bf )] + [(ad + bc) + (af + be)]ı
= [(ac − bd) + (ad + bc)ı] + [(ae − bf ) + (af + be)ı]
= z1 z2 + z1 z3

Al campo de los números complejos lo denotamos nuevamente con la


letra C
Nótese que la función φ : R → C dada como φ(a) = a+ı0 es un monomor-
fismo de campos, por lo que R es un subcampo de C. Ası́, identificaremos el
número real a con el número complejo a + ı0, esto es, a = a + ı0.
Por otra parte, si z = 0 + yı simplemente escribiremos z = yı.
Una vez realizadas estas aclaraciones el ejemplo 3 nos dice que ı2 = −1,
por lo que ı es una solución a la ecuación x2 + 1 = 0.
Proposición 1.3.1. C es un R-espacio vectorial de dimensión dos.

Demostración. Si z1 = x1 + y1 ı y z2 = x2 + y2 ı son dos números complejos,


tenemos que z1 + z2 := (x1 + x2 ) + (y1 + y2 )ı, y si λ ∈ R, entonces λz1 =
λx1 + λy1 ı, como consecuencia del teorema anterior, tenemos que C es un
R−espacio vectorial.
Aún más, los elementos 1 + 0ı, 0 + 1ı constituyen una base de C como
R-espacio vectorial, pues x + yı = x(1 + 0ı) + y(0 + 1ı) para cada x + yı ∈ C,
y claramente los elementos 1 + 0ı, 0 + 1ı son R-linealmente independientes,
por tanto C es un R−espacio vectorial de dimensión dos.

Es claro ahora que podemos definir un R−isomorfismo de C en R2 como


µ(x+yı) = (x, y). Claramente µ respeta las operaciones de espacio vectorial,
y la inversa de esta función esta dada como µ−1 (x, y) = x + yı.

1.4. El diagrama de Argand


En particular, esto nos permite pensar al número complejo a+bı como un
par ordenado (a, b), y podemos representar al número complejo a + bı con el
1.4. EL DIAGRAMA DE ARGAND 15

punto cuyas coordenadas cartesianas son (a, b), referidas generalmente en un


sistema ortogonal de ejes. Esta representación se conoce como el diagrama
de Argand, como se muestra en la siguiente figura:

Figura 1.1: Representación de un número complejo como punto en R2

Por razones históricas el número b se denomina la parte imaginaria del


número complejo, y el eje vertical se denomina el eje imaginario, mientras
que el eje horizontal se denomina el eje real . Las personas que se introducen
en el tema pueden pensar que no existe un número real cuyo cuadrado sea
−1, y consecuentemente podemos imaginar un número ı cuyo cuadrado sea
−1, entonces este número es imaginario.
Si representamos un número complejo z = a + bı no solo por el par
ordenado (a, b) en el diagrama de Argand, sino como “la flecha” que va
del origen al punto (a, b), podemos pensar a los números complejos como
vectores.
Luego entonces, si tenemos los números complejos z1 y z2 , como seg-
mentos dirigidos en el plano, la suma z1 + z2 corresponde a la diagonal del
paralelogramo que determinan z1 y z2

Figura 1.2: Representación geométrica de la suma de números complejos.


16 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

1.5. Algunas propiedades de los números


complejos
Definición 1.5.1. Si x y y son números reales, y z es el número complejo
x + yı, entonces al número complejo x − yı se le denomina el conjugado de
z, y se denota z = x − yı.
El número x es la parte real de z, y suele escribirse x = Re(z). Por otra
parte, el número y es la parte imaginaria de z, y se denota y = Im(z).

Figura 1.3: El conjugado de un número complejo

Ejemplo 2.

1. Si z = 3 + 5ı, entonces z = 3 − 5ı, Re(z) = 3, y Im(z) = 5

2. Si z = 8 − 13ı, entonces z = 8 + 13ı, Re(z) = 8, y Im(z) = −13.

La conjugación por un número complejo, nos permite definir una función


C−valudada de variable compleja ρ : C → C como ρ(z) = z.
Al identificar C con el plano euclidiano R2 podemos interpretar esta
función como la reflexión con respecto al eje x. Es claro que z̄¯ = x + yı = z,
lo cual corresponde al hecho geométrico que la reflexión en una lı́nea recta
es un operador de periodo dos, como podemos apreciar en la figura (??).
Tenemos además que Re(z) corresponde a la proyección ortogonal de
z con respecto al eje x e Im(z) corresponde a la proyección ortogonal con
respecto al eje y.
Teorema 1.5.1. Si z y w son números complejos, entonces:

1. z + w = z + w.

2. zw = zw.
z+z
3. Re(z) = .
2
1.5. PROPIEDADES 17

z−z
4. Im(z) = .

5. Si z es un número complejo distinto de cero, entonces zz es un número
real y positivo

Demostración. Si z = a + bı y w = c + dı, entonces:

1. z + w = (a − bı) + (c − dı) = (a + c) − (b + d)ı = z + w.

2. zw = (a − bı)(c − dı) = (ac − bd) − (ad + bc)ı = zw.


z+z (a + bı) + (a − bı) 2a + 0ı
3. = = = a = Re(z).
2 2 2
z−z (a + bı) − (a − bı) 0 + 2bı
4. = = = b = Im(z).
2ı 2ı 2ı
5. zz = (a + bı)(a − bı) = (a2 − b(−b)) + (a(−b) + ba)ı = a2 + b2 .
Como a, b ∈ R, entonces a2 + b2 ≥ 0, y como alguno de ellos es distinto
de cero, entonces a2 + b2 6= 0.

Como consecuencia del inciso 5 del teorema anterior, la raı́z cuadrada de


zz está bien definida, lo cual nos permite definir
√ una función R− valudada
de variable compleja | | : C → R como |z| = zz.
Definición 1.5.2. Si z es un número complejo, el módulo de z, que de-
notaremos
√ |z|, se define como la raı́z cuadrada no negativa de zz, esto es,
|z| = zz
Al módulo de un número complejo también se le suele llamar norma.

Figura 1.4: El módulo de un número complejo

Cuando
√ z = x + 0ı es un número real, z = z = x, ası́ zz = x2 ≥ 0, por lo

que zz = x2 = |x|. Por tanto, el módulo de un número real coincide con
18 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

su valor absoluto, y como consecuencia del teorema de Pitágoras, el módulo


de un número complejo z = a + bı coincide con la distancia que hay del
punto (a, b) al origen (0, 0).
Ejemplo 3.

1. Si z = 8 − 15ı, entonces |z| = 289 = 17.

2. Si z = −24 + 7ı, entonces |z| = 625 = 25.

3. Si z = −5 − 12ı, entonces |z| = 169 = 13.

4. Si z = 1 + ı, entonces |z| = 2.

Además se satisfacen las siguientes propiedades:


Proposición 1.5.1. Si z y w son dos números complejos, entonces:
1. |z| = |z|.
2. |zw| = |z||w|.
z |z|
3. Si w 6= 0, entonces = .

w |w|
4. |Re(z)| ≤ |z|
5. (La desigualdad del triángulo) |z + w| ≤ |z| + |w|.
6. | |z| − |w| | ≤ |z − w|.
Demostración. Si z y w son dos números complejos, entonces:

1. Como z = z, entonces zz = z z, de donde


√ p
|z| = zz = z z = |z|.
√ p √ √
2. |zw| = zwzw = (zz)(ww) = zz ww = |z||w|.
3. Si w 6= 0, entonces |w| 6= 0, como consecuencia del inciso anterior
bastará mostrar que |w−1 | = 1/|w|. Como ww = |w|2 , y w 6= 0 tenemos
que
ww w
= 1 de donde w−1 =
|w|2 |w|2
Por tanto
−1
w |w| 1
|w | = 2 =

2
=
|w| |w| |w|
1.5. PROPIEDADES 19

p x = Re(z), pero |x| =
4. Si z = x+yı, entonces x2 , y como x2 ≤ x2 +y 2 ,
se sigue que |x| ≤ x2 + y 2 = |z|.
5. Para demostrar que |z + w| ≤ |z| + |w|, notamos que zw = zw, de
donde, zw + zw = 2Re(z). Por tanto
|z + w|2 = (z + w)(z + w)
= zz + zw + zw + ww
= |z|2 + 2Re(zw) + |w|2
≤ |z|2 + 2|zw| + |w|2
= |z|2 + 2|z||w| + |w|2
= (|z| + |w|)2
extrayendo raı́z cuadrada a ambos miembros se obtiene el resultado
deseado.
6. Como consecuencia de la desigualdad del triángulo tenemos que |z| =
|(z − w) + w| ≤ |z − w| + |w|, de donde |z| − |w| ≤ |z − w|.
Analogamente, |w| = |(w − z) + z| ≤ |w − z| + |z|, ası́ |w| − |z| ≤ |w − z|.
Como consecuencia de lo anterior | |z| − |w| | ≤ |z − w|.

Como consecuencia de esta proposición tenemos que, si z 6= 0, entonces


z
z −1 = .
|z|2

Figura 1.5: El inverso de un número complejo.

Proposición 1.5.2 (La desigualdad de Cauchy-Schwarz). Si z1 , . . . , zn y


w1 , . . . , wn son números complejos, entonces
2
n
X X X
|zj |2 |wj |2 .


zj wj ≤
j=1
20 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

n
X n
X n
X
Demostración. Si A = |zj |2 , B = |wj |2 y C = zj wj , entonces B ≥
j=1 j=1 j=1
0, si B = 0, entonces wj = 0 para j = 1, . . . , n, ası́ C = 0.
Supongamos entonces que B 6= 0, en particular B > 0 y

n
X n
X
|Bzj − Cwj |2 = (Bzj − Cwj )(Bz j − Cwj
j=1 j=1
n
X n
X n
X n
X
= B2 |zj |2 − BC zj wj − BC z j wj + |C|2 |wj |2
j=1 j=1 j=1 j=1
= B 2 A − B|C|2
= B(AB − |C|2 )

n
X
Como cada término de la expresión |Bzj − Cwj |2 es no negativo, tenemos
j=1
que B(AB − |C|2 ) ≥ 0, y como B > 0, entonces AB − |C|2 ≥ 0, como
esperabamos demostrar.

1.6. Froma polar de un número complejo


Definición 1.6.1. Si z es un número complejo distinto de cero, el argumen-
to, o amplitud, de z, que denotaremos arg(z), se define como el ángulo θ
que hay del eje real positivo al vector determinado por el punto z, y solemos
escribirlo como:
arg(z) = θ.

Figura 1.6: El argumento de un número complejo.


1.6. FROMA POLAR DE UN NÚMERO COMPLEJO 21

El ángulo θ se considera positivo si se mide en sentido contrario a las


manecillas del reloj (levógiro), y negativo en el caso contrario (dextrógiro).
En particular, θ es la longitud del arco en la circunferencia unitaria que va
del vector (1, 0) al vector z/|z|, medido en levógiro.
Al número complejo z = 0 no le asignamos argumento. El argumento
queda definido salvo múltiplos enteros de 2π, esto es, si θ es un valor admis-
ible para el argumento, también lo es θ + 2πk para cualquier número entero
k, por lo que podemos pensar algunas veces arg z como {θ + 2πk; k ∈ Z}.
Podemos terminar con esta ambigüedad si especificamos un rango particular
para el ángulo, esto se conoce como determinar una “rama para el argumen-
to”, se suele considerar 0 ≤ 0 < 2π o bien −π < θ ≤ π. Aunque puede
considerarse cualquier intervalo semiabierto de longitud 2π.
Ahora, si z 6= 0 y z = a + bı y consideramos el triángulo cuyos lados son
los vectores determinados por a, b y z tenemos que:
a
cos(θ) = , lo cual implica que a = |z| cos(θ)
|z|
y
b
sin(θ) = , de donde b = |z| sin(θ).
|z|
Consecuentemente z = a + bı = |z| cos(θ) + |z| sin(θ)ı = |z|(cos(θ) +
sin(θ)ı)
El número complejo cos(θ) + sin(θ)ı suele abreviarse como eıθ , o bien
exp(ıθ), esto es,
eıθ := cos(θ) + sin(θ)ı
Definición 1.6.2. Si z 6= 0 es un número complejo, r = |z| y θ = arg(z),
entonces z = r(cos(θ) + ı sin(θ)) = reıθ . Esta representación se denomina la
forma polar del número complejo z.
Ejemplo 4.
√ √
1. Si z0 = 1 + ı, entonces |z0 | = 12 + 12 = 2 y arg(z0 ) = π/4,
por lo√ que, la forma polar del número complejo z0 está dada como
π
z0 = 2eı 4 .
p √
2. Si z = 1 − ı, entonces |z| = 12 + (−1)2 = 2 y arg(z1 ) = 7π/4,
por lo√ que, la forma polar del número complejo z1 está dada como

z1 = 2eı 4 .
p √
3. Si z2 = −1 − ı, entonces |z2 | = (−1)2 + (−1)2 = 2 y arg(z2 ) =
5π/4, por lo que, la forma polar del número complejo z2 está dada
√ 5π
como z2 = 2eı 4 .
22 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

b
Si a 6= 0, entonces tan(θ) = . Restringiendo el dominio de la función
a
tangente a un intervalo donde sea biyectiva, por ejemplo, (−π/2, π/2) ten-
emos que si a 6= 0 entonces:
 
b
θ = arctan .
a

Cuando a = 0 tenemos que θ = π/2 si b > 0 y θ = −π/2 si b < 0. Cabe


notar que la función arctan está bien definida salvo múltiplos enteros de
π, no de 2π, como es el caso de la función argumento. El problema radica
en que los vectores determinados por z y −z tienen el mismo módulo y
−b
direcciones opuestas, ya que ab = −a , notamos ası́ que arg(z) y arg(−z) están
relacionados como arg(−z) = arg(z)+π, en general arg(−z) = arg(z)+(2k+
1)π con k ∈ Z.
Representar un número complejo z en términos de su módulo y su ar-
gumento, nos permite dar una interpretación geométrica al producto, esto
es:

Proposición 1.6.1. El módulo de un producto es el producto de los módulos


y el argumento de un producto es la suma de los argumentos de los factores
módulo 2π.

Ya que el argumento no es una función, debemos entender esta proposi-


ción de la siguiente manera, si θ1 y θ2 son valores admisibles para arg(z1 ) y
arg(z2 ), entonces θ = θ1 + θ2 es un valor admisible para arg(z1 z2 ).

Figura 1.7: El producto de dos números complejos.

Demostración. Si z1 = r1 (cos θ1 + ı sin θ1 ) y z2 = r2 (cos θ2 + ı sin θ2 ), por


trigonometrı́a elemental tenemos que:
1.6. FROMA POLAR DE UN NÚMERO COMPLEJO 23

z1 z2 = [r1 (cos θ1 + ı sin θ1 )][r2 (cos θ2 + ı sin θ2 )]


= r1 r2 [(cos θ1 cos θ2 − sin θ1 sin θ2 )
+(cos θ1 sin θ2 + sin θ1 cos θ2 )ı]
= r1 r2 [cos(θ1 + θ2 ) + sin(θ1 + θ2 )ı]
esto es, arg(z1 z2 ) = arg z1 + arg z2 y |z1 z2 | = |z1 ||z2 |.

El teorema anterior exhibe el hecho fundamental que multiplicar números


complejos es sumar sus argumentos y multiplicar sus módulos. Cabe recalcar
que la suma de los argumentos no necesariamente es el argumento del pro-
ducto, aún si se toman los argumentos en el intervalo [0, 2π). Por ejemplo,
si z = −ı entonces arg z = 3π/2, ası́ arg(−ı)(−ı) = 3π/2 + 3π/2 = 3π ∼ = π(
mod 2π).
Como consecuencia de este resultado tenemos que, si z es un número
complejo distinto de cero, entonces:
1
|z −1 | = y arg z −1 = − arg(z).
|z|

También podemos analizar el producto de números complejos de la si-


guiente manera: Sea w ∈ C un número complejo fijo, y definamos la apli-
cación ψw : C → C como ψw (z) = wz; la multiplicación por w. Además, la
transformación ψw es R−lineal, pues:

ψw (z1 + λz2 ) = w(z1 + λz2 ) = wz1 + λwz2 = ψw (z1 ) + λψw (z2 ),

para cada λ ∈ R, z1 , z2 ∈ C.
Al identificar C con R2 tenemos que ψw es la aplicación que simplemente
gira al vector z un ángulo igual al argumento de w, y modifica la longitud
del vector z por el factor |w|.

Figura 1.8: La transformación R−lineal ψw


24 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Si w = a + bı y z = x + yı, tenemos:
ψw
C −→ C z = x + yı 7→ wz = (ax − by) + (ay + bx)ı
µ↓ ↓µ ↓ ↓
µ◦ψw ◦µ−1 (x, y) 7→ (ax − by, bx + ay)
R2 −→ R2

Como toda transformación lineal del plano puede representarse por una
matriz, entonces la matriz de ψw es:
 
a −b
b a

es decir:       
x a −b x ax − by
ψw = =
y b a y bx + ay
Como consecuencia de la forma polar para el producto de dos números
complejos, puede verse por inducción que, si zj = rj (cosθj + ı sin θj ) para
j = 1, . . . , n, entonces:

z1 · · · zn = r1 · · · rn (cos φ + ı sin φ)

donde φ = θ1 + θ2 + . . . + θn .
La fórmula para el producto de dos números complejos en forma polar
es muy útil para calcular las potencias z n con n ≥ 0 de un número complejo
distinto de cero, ya que, si z = reıθ , utilizando inducción sobre n podemos
ver fácilmente que |z n | = rn y arg(z n ) = nθ, de donde

z n = rn eınθ

Por otra parte, como z −1 = r−1 e−ıθ , tenemos que la fórmula z n = rn eınθ se
cumple para cada número entero n.
Proposición 1.6.2 (La fórmula de D’Moivre. ). Si z = r(cos θ + ı sin θ) y
n ∈ Z, entonces
z n = rn (cos nθ + ı sin nθ)
Como consecuencia de la fórmula de D’Moivre podemos resolver la ecuación
z n = w, esto es, podemos encontrar las raı́ces n−ésimas de cualquier número
complejo no nulo conociendo su módulo y su argumento.
Proposición 1.6.3. Si w = r(cos θ + ı sin θ) es un número complejo no
nulo y n ∈ N, entonces w tiene exactamente n raı́ces n−ésimas dadas de la
siguiente forma:
1.6. FROMA POLAR DE UN NÚMERO COMPLEJO 25


    
n
θ + 2πk θ + 2πk
zk = r cos + ı sin , k = 0, 1, . . . , n − 1
n n

Demostración. Observamos que si w = 0, entonces sólo hay una única raı́z


n−ésima de w, a saber z = 0. Supongamos ahora que w 6= 0, y escribámoslo
en forma polar w = reıθ , si z = ρeıψ es una raı́z n−ésima de w, esto es, si
w = z n , como consecuencia de la fórmula de D’Moivre tenemos que z n =
ρn eınψ , de donde ρn = r = |w| y nψ = θ + 2πk, para algún entero k, de
donde:

    
n
θ + 2πk θ + 2πk
z = r cos + ı sin
n n
Para determinar cuántas raı́ces n−ésimas hay, dado k ∈ Z, dividiéndolo
entre n obtenemos k = nq + r con q, r ∈ Z y 0 ≤ r < n, por lo tanto

θ + 2πk θ + 2(nq + r)π θ + 2πr


ψ= = = + 2πq,
n n n
por lo que el ángulo correspondiente a (θ + 2πk)/n es el mismo que el de
(θ + 1πr)/n pues difieren por el múltiplo 2qπ de 2π. Por tanto, podemos
restringir a k ∈ Z para que tome los valores 0 ≤ k < n − 1. Por otra parte,
dados j 6= k ente 0 y n − 1, los argumentos (θ + 2πj)/n y (θ + 2πk)/n dan
lugar a complejos diferentes. Si
θ + 2πj θ + 2πk
= + 2πt
n n
entonces θ + 2πj = θ + 2πk + 2πtn, es decir, j = tn + k por tanto j − k = tn
con 0 ≤ j, k < n − 1, la única posibilidad de que n divida a j − k es j − k = 0,
por tanto, j = k.

Es decir, todo número complejo distinto de cero tiene exactamente n


raı́ces n−ésimas complejas, dichas raı́ces tienen el mismo módulo, y sus
argumentos se encuentran igualmente espaciados.
Geometricamente, las raı́ces n−ésimas de un número complejo, distinto
de cero, son los vértices de un polı́gono regular de n lados.
Ejemplo 5.
Las cinco soluciones zk con k = 0, 1, 2, 3, 4, de la ecuación z n = 1 son:
   
2πk 2πk
zk = cos + ı sin , k = 0, 1, 2, 3, 4.
5 5
26 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Ası́, las raı́ces quintas de la unidad son:

z0 = 1;
    p √ !
2π 1 5+2 5
z1 = exp ı = √ + √ ı;
5 1+ 5 1+ 5
√ ! √
 s 
 
4π 1 3+ 5 1 5 − 5
z2 = exp ı =− + ı;
5 2 2 2 2
√ ! √
 s 
 
4π 1 3+ 5 1 5 − 5
z3 = exp ı =− − ı; y
5 2 2 2 2
    p √ !
2π 1 5+2 5
z4 = exp ı = √ − √ ı.
5 1+ 5 1+ 5
Como podemos apreciar en la figura (1.9), las raı́ces quintas de la unidad
corresponden a los vértices de un pentágono regular, con centro en el origen,
el cual tiene uno de sus vértices ubicado en el punto 1. Además, z4 = z 1 y
z3 = z 2 .

Figura 1.9: Las raı́ces quintas de la unidad

En general, las raı́ces n−ésimas de la unidad, esto es, las soluciones de


la ecuación z n = 1 están dadas como:
   
2π 2π
ζ = cos + ı sin
n n
Si ζ es una raı́z distinta de uno, esto es, ζ 6= 1 todas las raı́ces pueden
expresarse como 1, ζ, ζ 2 , . . . , ζ n−1 , y como ζ 6= 1 es solución de la ecuación:
0 = z n − 1 = (z − 1)(z n−1 + z n−2 + . . . + z 2 + z + 1),
tenemos que ζ es solución de la ecuación ciclotómica:
z n−1 + z n−2 + . . . + z 2 + z + 1 = 0.
1.7. GEOMETRÍA ANALÍTICA EN C 27

1.7. Geometrı́a analı́tica en C


En la geometrı́a analı́tica clásica la ecuación de un lugar geométrico se
expresa como una relación entre las variables x y y, tomando en cuenta que,
al identificar R2 con C tenemos x = z+z z−z
2 y y = 2i , entonces podemos
expresar un lugar geométrico en términos de las coordenadas z y z. Ası́,
podemos pensar a una ecuación en variable compleja como una ecuación, o
sistema de ecuaciones, en dos variables reales.
Por ejemplo, sabemos que una circunferencia con centro en un punto
z0 = (x0 , y0 ) y radio r > 0 es el lugar geométrico de los puntos z = (x, y)
que equidistan la distancia r del punto z0 , esto es, |z − z0 | = r.
Una lı́nea recta L en C puede darse en su forma paramétrica por medio
de la ecuación z = a + tb, donde a y b son números complejos, b 6= 0 y t es
un parámetro real, es decir:

L = {z ∈ C | z = a + tb, con t ∈ R}

Como z ∈ L si, y sólo si existe t ∈ R tal que z = a+tb, equivalentemente,


z−a
t= ∈ R.
b  
z−a
Esto es, z ∈ L si, y sólo si Im = 0. De donde,
b
   
z−a
L = z ∈ C | Im =0 .
b

Dos ecuaciones z = a + tb y z = a0 + tb0 representan lı́neas paralelas si


b0 es múltiplo real de b, y representan la misma lı́nea si, y sólo si, a − a0 y b0
son múltiplos reales de b. La dirección de esta lı́nea queda determinada por
arg(b). El ángulo entre las lı́neas z = a + tb y z = a0 + tb0 está dado como
arg(b/b0 ); nótese que este ángulo sólo depende del orden en que se dan las
lı́neas. Dos lı́neas son ortogonales si b/b0 tiene parte real cero.
La elipse con focos en w1 y w2 , y semieje mayor `, se determina por la
siguiente expresión:

{z ∈ C; |z − w1 | + |z − w2 | = 2`}.

De manera similar, la ecuación de la hipérbola con focos en w1 y w2 , y


eje transversal `, se determina por la siguiente expresión:

{z ∈ C; | |z − w1 | − |z − w2 | | = 2`}.
28 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

1.8. Otras propiedades de C


Si bien, el campo de los números complejos tiene propiedades similares a
la de los números reales, también tiene propiedades que lo definen en forma
única. En la presente sección mencionaremos algunos de estos resultados.
Proposición 1.8.1. Sea K un campo que contiene a los reales y para el cual
toda ecuación cuadrática tiene solución, entonces K contiene a C.

Demostración. Sea j ∈ K una solución de la ecuación x2 + 1 = 0. Entonces

F = {x + jy; x, y ∈ R} ⊂ K

es un subcampo de K isomorfo a C.
Es claro que F constituye un subcampo de K. Sea ϕ : C → K el morfismo
dado por ϕ(x + yı) = x + jy. Claramente ϕ es un homomorfirmo de C en F
y ϕ(C) = F , por lo que basta demostrar que ϕ es inyectiva.
Si ϕ(x1 + y1 ı) = ϕ(x2 + y2 ı), entonces x1 + jy1 = x2 + jy2 , por lo que
(x1 − x2 ) + j(y1 − y2 ) = 0. Finalmente, si y1 6= y2 , entonces
x1 − x2
j=
y1 − y2

y x2 + 1 = 0 tiene una solución real, lo cual es falso, de donde y1 = y2 ,


z1 = x2 y K contiene un subcampo F isomofo a C.

Otro resultado que describe a los números complejos es:


Teorema 1.8.1 (El Teorema de Frobenius). Si K es un campo tal que R ⊂ K
y dimR K < ∞, entonces K = R o K = C.
La prueba de este resultado es tema de un curso más avanzado, por lo
que no se incluye en estas notas.

1.8.1. C no es un campo bien ordenado.


Pese a que en R2 podemos definir distintos tipos de ordenes parciales ,
entre otros el lexicográfico, cabe notar que no puede existir un buen orden
en C compatible con las operaciones de campo definidas en C.
Si ası́ fuera, deberı́amos tener una clase positiva C+ la cual contiene al
1 = 1 + 0ı y al cuadrado de cualquier número complejo distinto de cero. Si
ı ∈ C+ , entonces ı2 ∈ C+ , pero ı2 = −1, como 1 ∈ C, como consecuencia
de el principio de tricotomı́a, −1 no puede estar en la clase positiva C+ ,
lo cual contradice el hecho de que ı este en C+ , de donde −ı ∈ C+ , pero
1.8. OTRAS PROPIEDADES DE C 29

suponer esto implicarı́a que (−ı2 ) = −1, lo cual nos conduce nuevamente a
una contradicción.
Ası́, no es posible construir una clase positiva en C compatible con las
operaciones de campo.

1.8.2. C es un campo completo.


De manera similar a como se hace en R, podemos decir que una sucesión
en C es una función s : N → C. Si n ∈ N, a su imagen bajo s la denotamos
como s(n) = sn . También usamos la notación {sn } para una sucesión en C.
Usando el módulo de los números complejos sn , podemos definir los
conceptos de sucesión de Cauchy y de lı́mite de una sucesión en C

Definición 1.8.1. Se dice que la sucesión de números complejos {sn } es


una sucesión de Cauchy si dado ε, un número real positivo, existe N ∈ N
tal que |sn − sn | < ε siempre que n, m ≥ N .
Se dice que un número complejo s es el lı́mite de la sucesión {sn } si para
cada número ε real positivo, existe un entero positivo N tal que |sn − s| < ε
siempre que n ≥ N .
Si la sucesión {sn } tiene un lı́mite en C diremos que la sucesión es
convergente.

Si {sn } es una sucesión en C, y escribimos cada sn = an + bn ı con


an , bn ∈ R, tenemos las sucesiones {an } y {bn } en R. Recı́procamente, si
tenemos dos sucesiones {an } y {bn } en R, y definimos sn = an +bn ı, entonces
{sn } es una sucesión en C.

Proposición 1.8.2. Sea {sn } una sucesión de números complejos, con sn =


an + bn ı. Entonces:

1. La sucesión {sn } es de Cauchy si y sólo si las sucesiones {an } y {bn }


son de Cauchy en R.

2. La sucesión {zn } converge a s = a + bı en C si y solo si {an } converge


a a y {bn } converge a b en R.

Demostración. 1. Sea {sn }, con sn = an + bn ı, una sucesión de Cauchy en


C.
Como |Re(w)| ≤ |w| y Im(w) = Re(−ıw), de donde |Im(w)| ≤ |w|, para
cada número complejo w.
30 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Dado ε un número real positivo, como {sn } es una sucesión de Cauchy,


existe un entero positivo tal que |sn − sm | < ε siempre que n, m ≥ N , de
donde :
|an − am | = |Re(sn − sm )| ≤ |sn − sm | < ε
y
|bn − bm | = |Im(sn − sm )| ≤ |sn − sm | < ε
siempre que n, m ≥ N .
Reciprocamente, dado ε un número real positivo, como las sucesiones
{an } y {bn } son de Cauchy en R existe un entero positivo N tal que
|an − am | < ε/2 y |bn − bm | < ε/2 siempre que n, m ≥ N .
Como consecuencia de la desigualdad del triángulo tenemos:

|sn − sm | = |(an − am ) + (bn − bm )ı| ≤ |an − am | + |bn − bm | < ε

siempre que n, m ≥ N . Es decir, {sn } es una sucesión de Cauchy en C.


2. Supongamos que la sucesión {sn } converge a s en C, con sn = an +bn ı
y s = a + bı. Dado un número real positivo ε, existe un entero positivo N
tal que |sn − s| < ε, de donde:


(s − s) + (s − s) |s − s| |s − s| |sn − s|
n n n n
|an − a| = ≤ + =2 < ε,

2 2 2 2
y


(s − s) − (s − s) |s − s| |s − s| |sn − s|
n n n n
|bn − b| = ≤ + =2 < ε,

2ı 2 2 2

si n ≥ N .
Finalmente, si {an } y {bn } son sucesiones en R que convergen a los
valores a y b respectivamente, dado un número real positivo ε, existe un
entero positivo N tal que |an − a| < ε/2 y |bn − b| < ε/2 si n ≥ N . Si
sn = an + bn ı y s = a + bı, entonces:

|sn − s| = |(an + bn ı) − (a + bı)| = |(an − a) + (bb − b)ı|


≤ |an − a| − |bn − b| < ε
siempre que n ≥ N .
Por lo que, la sucesión {sn } convege a s.
1.9. EL PLANO EXTENDIDO. 31

Como R es un campo completo, toda sucesión de Cauchy en R converge


en R. Ası́, las partes real e imaginaria de una sucesión de Cauchy {sn } en
C convergen en R a dos números, digamos a y b, tenemos entonces que la
sucesión de Cauchy {sn } converge al número complejo s = a + bı.
Concluimos de aquı́ que C es un campo completo.

1.9. El plano extendido.


Algunas veces será necesario estudiar el comportamiento de una función
de variable compleja cuando |z| crezca arbitrariamente, por lo cual resulta
conveniente agregar al plano complejo un punto ideal, llamado el punto al in-
finito, que denotamos ∞. Ası́, el plano extendido es C∪{∞} ≡ C∞ . También
introduciremos una función distancia en C∞ par discutir las propiedades de
continuidad, y aquellas nuevas propiedades se relacionen con el concepto de
lı́mite, y que tenga una función en el punto al infinito.
Un modelo que representa el plano extendido lo constituye la esfera S2
en R3 , dada por:

S2 = {(x1 , x2 , x3 ) ∈ R3 ; x21 + x22 + x23 = x3 }


la cual es tangente al plano {x3 = 0} en el origen, los puntos N = (0, 0, 1), S =
(0, 0, 0) son los polos norte y sur respectivamente, y la intersección de S2
con el plano {x3 = 1/2} se denomina el ecuador. Si N = (0, 0, 1), pode-
mos identificar S2 \ {N } con R2 donde identificamos R2 con el plano Π =
{(x, y, 0); x, y ∈ R2 }, y el punto N con el punto al infinito.

Figura 1.10: La proyección estereográfica.


32 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Para esto, emplearemos la proyección estereográfica, ϕ : S2 → C∞ , la


cual está dada como sigue: ϕ(N ) = ∞. Si u = (ξ, η, ζ) ∈ S2 \ {N } con-
sideremos la lı́nea `u que une el punto N con el punto u. Esta recta inter-
secta al plano Π en un punto, el cual denotamos ϕ(u) = (x, y, 0), esto es,
ϕ(u) = `u ∩ Π. Claramente ϕ(u) = ϕ(v) si, y sólo si u = v, es decir, ϕ es
inyectiva.
Además, ϕ es sobre, esto es, si z ∈ Π, consideramos la recta ` que pasa
por los puntos N y z, dicha recta corta exactamente en un punto u ∈ S2 , en
particular ϕ(u) = z.
Para obtener las funciones coordenadas, supóngase que u = (ξ, η, ζ) y
ϕ(u) = (x, y, 0), y observemos los triángulos semejantes ∆0 con vértices
(0, 0, 1), (x, 0, 0), (0, 0, 0) y ∆1 con vértices (0, 0, 1), (ξ, 0, ζ), (0, 0, ζ), tenemos
x ξ
que = .
1 1−ζ
De manera análoga, si consideramos los triángulos semejantes ∆3 con
vértices (0, 0, 1), (0, y, 0), (0, 0, 0) y ∆4 con vértices (0, 0, 1), (0, η, ζ), (0, 0, ζ),
y η
tenemos que = .
1 1−ζ
Finalmente, considerando los triángulos semejantes ∆5 con vértices (0, 0, 1),
(0, 0, 0), (x, y, 0) y ∆6 con vértices (0, 0, 1), (0, 0, ζ), (ξ, η, ζ) tenemos que
ξ2 + η2 ζ
r 2 = x2 + y 2 = 2
= .
(1 − ζ) 1−ζ

Figura 1.11: La proyección estereográfica.

De lo anterior obtenemos las siguientes relaciones:


1.9. EL PLANO EXTENDIDO. 33

ξ η ζ
x= , y= , r 2 = x2 + y 2 = (1.1)
1−ζ 1−ζ 1−ζ
ζ r 2
Por otra parte, como r2 = 1−ζ , entonces ζ = 1+r 2 , y de las ecuaciones
x y
anteriores deducimos que ξ = x(1 − ζ) = 1+r2 y η = y(1 − ζ) = 1+r 2.

x y x2 + y 2
ξ= , η = , ζ = (1.2)
1 + x2 + y 2 1 + x2 + y 2 1 + x2 + y 2
Esto es, hay una correspondencia uno a uno entre los puntos de la esfera
y el plano complejo extendido.
Podemos notar además que, bajo la proyección estereográfica, los puntos
del ecuador corresponden a la circunferencia unitaria con centro en el origen,
el hemisferio sur corresponde a los puntos en el interior de la circunferencia,
y el hemisferio norte a los puntos en el exterior de la circunferencia. En par-
ticular, la reflexión en el cı́rculo unitario corresponde a reflejar con respecto
al plano que pasa por el ecuador.
A continuación enumeramos algunas propiedades de la proyección es-
tereográfica.
Teorema 1.9.1. Bajo la proyección estereográfica las circunferencias en la
esfera se proyectan en lı́neas rectas o circunferencias en el plano, y viceversa.

Figura 1.12: Propiedades de la proyección estereofráfica.

Demostración. Una circunferencia en la esfera está dada como la interseción


de la esfera x21 + z22 + x23 = 1 con un plano Ax1 + Bx2 + Cx3 = D, donde
34 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

A2 + B 2 > 4D(D − C). Si (ξ, η, ζ) es un punto en esta intersección, el


punto (x1 , x2 , 0) que le corresponderá según la proyección estereográfica ϕ
deberá satisfacer la ecuación:

(C − D)(x21 + x22 ) + Ax1 + Bx2 = D, x3 = 0. (1.3)


Esta ecuación corresponde a una circunferencia en el plano x3 = 0 si
C 6= D, y a una lı́nea recta si C = D.
Podemos notar que, si C = D entonces, la circunferencia original pasa
por el punto N = (0, 0, 1).
Reciprocamente, si iniciamos con la ecuación (1.3), con A2 + B 2 >
4D(D − C), tenemos una circunferencia en el plano x3 = 0 cuando C 6= D,
y una lı́nea recta si C = D.
Usando las ecuaciones (1.1) y (1.2), podemos ver que los puntos sobre la
esfera que están en la imagen inversa bajo ϕ de la circunferencia o recta cuya
ecuación está dada por(1.3) también están en el plano Ax1 + Bx2 + Cx3 =
D.

Teorema 1.9.2. La proyección estereográfica preserva ángulos.

Es decir, si dos curvas se intersectan en el plano {x3 = 0}, y sus tangentes


en el punto de intersección forman un ángulo α, entonces las tangentes de
las imágenes estereográficas de dichas curvas en la imagen del punto de
intersección formarán un ángulo α. Con el fin de simplificar, demostraremos
únicamente el teorema en el caso de lı́neas rectas.

Demostración. Dos lı́neas rectas en el plano {x3 = 0} que pasan por el punto
z0 se transforman en dos cı́rcunferencias sobre la esfera a través de los puntos
(1, 0, 0) y (ξ0 , η0 , ζ0 ) y estas circunferencias forman el mismo ángulo en cada
una de sus dos intersecciones. Si las dos rectas son

a1 x1 + a2 x2 + a3 = 0, x3 = 0,
(1.4)
b1 x1 + b2 x2 + b3 = 0, x3 = 0,
entonces sus imagenes bajo la proyección estereográfica están sobre los planos

a1 x1 + a2 x2 + a3 (1 − x3 ) = 0,
b1 x1 + b2 x2 + b3 (1 − x3 ) = 0,
respectivamente. Las tangentes a las circunferencias correspondientes en el
polo norte son las intersecciones de estos planos con el plano {x3 = 1}, esto
es, sus ecuaciones son:
1.9. EL PLANO EXTENDIDO. 35

a1 x2 + a2 x2 = 0, x3 = 1
(1.5)
b1 x1 + b2 x2 = 0, x3 = 1
respectivamente, y es claro que el ángulo entre estas dos lı́neas rectas es el
mismo que el ángulo entre las dos lı́neas rectas dadas por

a1 x1 + a2 x2 + a3 = 0, x3 = 0,
b1 x1 + b2 x2 + b3 = 0, x3 = 0,

Teorema 1.9.3. La razón entre elementos de lı́nea correspondientes en el


plano y la esfera es una función que depende sólo de la posición, es decir,
si z1 , z2 ∈ C, el segmento z1 z2 y el arco Z1 Z2 donde Z1 = ϕ−1 (z1 ) y Z2 =
ϕ−1 (z2 ) sobre la esfera satisfacen la siguiente relación.

`(Z1 , Z2 ) 1
lı́m = , (1.6)
z2 →z1 |z1 − z2 | 1 + |z1 |2

donde `(Z1 , Z2 ) es la longitud de arco.


Antes de demostrar esste teorema notamos que si C es una curva recti-
ficable en el plano {x3 = 0} dada en términos de longitud de arco por

C : z = z(s), 0 ≤ s ≤ L

y si Γ es la proyección estereográfica de C, entonces Γ también es una curva


rectificable y su longitud de arco está dada por
Z L
dz(s)
`(Γ) = . (1.7)
0 1 + |z(s)|2
Para demostrar el teorema anterior notamos que `(Z1 , Z2 ) puede reem-
plazarse por d(Z1 , Z2 ), pues la razón entre el arco y su cuerda tiende a 1
cuando z2 tiende a z1 .
Tomése d(Z1 , Z2 ) = χ(z1 , z2 ).
Esta expresión se denomina la distancia cordal entre z1 y z2 . Tenemos
que:

|z1 − z2 |
χ(z1 , z2 ) = p (1.8)
(1 + |z1 |2 )(1 + |z2 |2 )
En el lı́mite esta expresión implica el teorema .
36 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Demostración. Para deducir la ecuación anterior consideremos el plano que


pasa por los puntos N = (0, 0, 1), z1 = (x1 , y1 , 0) y z2 = (x2 , y2 , 0). En
particular este plano contiene a los puntos Z1 , Z2 , el segmento de recta Z1 Z2
y el arco que los une.

Figura 1.13: Distancia cordal

Si vemos la figura anterior, donde la circunferencia es la intersección del


plano con la esfera. Primeramente notamos que si α = ]Z1 N Z2 entonces

d(Z1 , Z2 ) sin α
=
`(Z1 , Z2 ) α

Ası́, el cociente tiende a uno cuando Z2 tiende a Z1 , por esta razón


podemos reemplazar `(Z1 , Z2 ) por d(Z1 , Z2 ) en lı́mz2 →z1 `(Z 1 ,Z2 ) 1
|z1 −z2 | = 1+|z1 |2 ,
De la figura anterior y la definición de ϕ tenemos que
p p
d(N, z1 ) = 1 + |z1 |2 , d(N, z2 ) = 1 + |z2 |2

Y como
d(N, Z) 1−ξ 1
= = ,
d(N, z) 1 1 + |z|2
se sigue de que

1 1
d(N, Z1 ) = p , y d(N, Z2 ) = p .
1 + |z1 |2 1 + |z2 |2
Como d(N, Z1 )d(N, z1 ) = d(N, Z2 )d(N, z2 ) = 1 tenemos que los triángu-
los ∆N z1 z2 y ∆Z1 Z2 son semejantes, de donde

d(Z1 , Z2 ) d(N, Z2 )
= ,
d(z1 , z2 ) d(N, z1 )
1.9. EL PLANO EXTENDIDO. 37

es decir
d(z1 , z2 )d(N, Z2 ) |z1 − z2
d(Z1 , Z2 ) = =p
d(N, z1 ) (1 + |z1 |2 )(1 + |z2 |2
si z1 6= ∞ y z2 6= ∞.
Por otra parte
1
χ(z, ∞) = p = lı́m χ(z1 , z2 )
1 + |z1 |2 z2 →∞

Como d(Z1 , Z2 ) = χ(z1 , z2 ) tenemos que χ(z1 , z2 ) es una función distan-


cia, esto es:

1. χ(z1 , z2 ) ≥ 0 y la igualdad de cumple sólo para z1 = z2 .


2. χ(z2 , z1 ) = χ(z1 , z2 ).
3. χ(z1 , z2 ) ≤ χ(z1 , z3 ) + χ(z3 , z2 )

Las primeras dos propiedades son consecuencia de la definición de χ, pues


χ(z1 , z2 ) = √ |z1 −z
2
2|
2
. Para la tercera propiedad, podemos utilizar la
(1+|z1 | )(1+|z2 | )
identidad de Kakutani, que afirma:
(a − b)(1 + c̄c) = (a − c)(1 + c̄b) + (c − b)(1 + c̄a.

Al agregar el sı́mbolo ∞ a los complejos, también podemos definir las


operaciones de suma y producto con el punto ∞ por medio de las siguientes
reglas:
1. Si z ∈ C, entonces z + ∞ = ∞.
2. Si z 6= 0, entonces z∞ = ∞.
3. ∞ + ∞ = ∞.
4. ∞∞ = ∞.
z
5. Si z ∈ C, entonces = 0.

Lo cual, podemos pensar como una consecuencia de las propiedades de los
lı́mites en C. Sin embargo, aún tenemos problemas con algunas expresiones,
como ∞/∞, 0∞ y ∞ − ∞, las cuales aún no están definidas.
Para tratar apropiadamente con estos términos, intorducimos los con-
ceptos de lı́mite en infinito, y al infinito apropiados:
38 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

Definición 1.9.1. Sea {zm } una sucesión de números complejos, y f :


C∞ → C∞ una función.

1. Diremos que la sucesión {zn } tiende a ∞ cuando: Para cada R > 0,


exista N ∈ N tal que, si N ≤ n entonces |zn | > R.

2. El lı́mite cuando z tiende a ∞ de la función f (z) existe, y es igual a


un número complejo z0 , cuando: Para cada ε > 0, exista una R > 0
tal que, si |z| ≥ R entonces |f (z) − z0 | < ε.
Si dicho lı́mite existe lo denotaremos lı́m f (z) = z0
z→∞

3. El lı́mite cuando z tiende a z0 de la función f (z) existe, y es igual a


∞, cuando: Para cada R > 0, exista una δ > 0 tal que, si |z − z0 | < δ
entonces |f (z)| ≥ R.
Si dicho lı́mite existe lo denotaremos lı́m f (z) = ∞
z→z0

4. El lı́mite cuando z tiende a ∞ de la función f (z) existe, y es igual a


∞ si: Para cada N > 0, exista una R > 0 tal que, si |z| ≥ R entonces
|f (z)| > N .
Si dicho lı́mite existe lo denotaremos lı́m f (z) = ∞
z→∞

Por ejemplo, si a, b, c, d ∈ C son tales que ad−bc 6= 0, entonces la función


t : C \ {{−d/c} → C definida como t(z) = az+b cz+d , es continua, y su imagen es
C \ { ac }.
az + b bd − ad
Podemos notar que lı́m = = ∞, mientras que
z→−d/c cz + d c lı́m cz + d
z→−d/c
a
az + b +b a + bw a
lı́m = lı́m wc = lı́m = , por lo que t se extiende a
z→∞ cz + d
w +d
w→0 w→0 c + dw c
una función T : C∞ → C∞ definida por T (z) = az+b
cz+d , la cual es biyectiva, y
continua.
Basandonos nuevamente en la proyección estereográfica, de acuerdo con
esta definición, un punto esta cerca del punto ∞ cuando este fuera de un
cı́rculo arbitrariamente grande.
Basados en esto, podemos ver que, si {zn } es una sucesión de números
complejos, entonces:

1. zn → z0 si, y sólo si, d∞ (zn , z0 ) → 0.

2. zn → ∞ si, y sólo si, d∞ (zn , ∞) → 0.


1.10. EJERCICIOS 39

1.10. Ejercicios
1. Efectué cada una de las operaciones indicadas, y represente gráfica-
mente los vectores dados:
(a) (3 − 4ı) + (−8 + 2ı) (b) 3(−4 + ı) − 2(2 − 1 + 7ı)
4−ı
(c) (2 + 3ı)(2 − ı) (d)
3 + 2ı
ı3 + ı9 + ı16
(e) (2 − ı) [−2(1 + ı) + 3(1 − ı)] (f)
2− ı5 + ı10 − ı15
1−ı 2 1+ı 2
 
(2 + ı)(1 − 2ı)(2 + 3ı)
(g) (h) 2 −3
(1 + ı)2 1+ı 1−ı

2. Si z1 = 1 + ı, z2 = 4 − 2ı, z3 = 2 − 3ı, encuentre el valor numérico
de cada una de las siguietnes expresiones:
(a) z12 + 2z1 + 4 (b) |3z2 − 2z1 |2
(c) (z 5 |z1z 2 + z2 z 1
|
3 + z3) (d)
z1 − z2 + ı 1 z2 z2
(e)
z1 + z 2 + 1 (f) −
2 z 2 z2
3. Explique el error en el siguiente razonamiento:
√ √ p √
−1 = −1 −1 = (−1)(−1) = 1 = 1.

Por tanto 1 = −1.

4. Demuestre que Re (ız) = −Im z y que Im (ız) = Re z.

5. Demuestre por inducción que si z1 y z2 son dos números complejos


cualesquiera entonces
n  
X n
(z1 + z2 ) = n
z1n−k z2k (n = 1, 2, . . .)
k
k=

donde  
n n!
= , (k = 0, 1, 2, . . . , n)
k k!(n − k)!
y donde se acepta el convenio de que 0! = 1.

6. Los vectores posición de los puntos A, B y C del triángulo ABC están


dados por z1 = 1 + 2ı, z2 = 4 − 2ı y z3 = 1 − 6ı respectivamente.
Demuestre que ABC es un triángulo isóceles y encuentre las longitudes
de los lados.
40 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

7. Sean z1 , z2 , z3 , z4 los vectores posición de los vértices del cuadrilátero


ABCD. Demuestre que ABCD es un paralelogramo si y solamente si
z1 − z2 − z3 + z4 = 0.

8. Demuestre que Im z ≤ |Im z| ≤ |z| y que ız = −ız.



9. Demuestre que 2|z| ≥ |Re z| + |Im z|

10. Use las propiedades conocidas de módulos para demostrar que si |z3 | =
6
|z4 |, entonces
z 1 + z2 |z1 | + |z2 |
z3 + z4 ≤ ||z3 | − |z4 || .

11. Factorizando z 4 − 4z 2 + 3 en dos factores cuadráticos y usando después


la desigualdad |z ± w| ≥ ||z| − |w|| demuestre que si z está en la
circunferencia |z| = 2, entonces

1 1
z 4 − 4z 2 + 3 ≤ 3 .

12. Demuestre que

a) z es real si y sólo si z = z.
b) z es real o imaginario puro si y sólo si z 2 = z 2 .

13. Demuestre por inducción, que para n = 2, 3, . . .

a) z1 + z2 + · · · + zn = z1 + z2 + · · · + zn .
b) z1 z2 · · · zn = z1 z2 · · · zn .

14. Exprese cada uno de los siguientes números complejos en forma polar.

(a) 4 − 4ı (b) 3−ı
(c) −ı √ (d) √ −8
(e) −2 3 − 2ı (f) 2ı
15. Construya la gráfica y exprese en forma rectangular:

a) 8(cos 3π 3π
4 + ı sin 4 ).
b) 6(cos 3π 3π
2 + ı sin 2 ).
c) 2(cos 7π 7π
6 + ı sin 6 ).
d ) 5(cos −2π −2π
3 + ı sin 3 ).
1.10. EJERCICIOS 41

16. Encuentre el valor numérico de cada una de las siguientes expresiones:

a) [5(cos 400 + ı sin 400 )][3(cos 200 + ı sin 200 )].


b) [2(cos 300 + ı sin 300 )]7 .
[2(cos 400 + ı sin 400 )]4
c) .
[8(cos 600 + ı sin 600 ]3
√ !4 
1+ı 5

3−ı
d) √ .
3+ı 1−ı

17. Demuestre que

sin 4θ
a) = 8 cos3 θ − 4 = 2 cos 3θ + 6 cos θ − 4.
sin θ
b) cos 4θ = 8 sin4 θ − 8 sin2 θ + 1.

18. Encuentre cada una de las raı́ces indicadas y localı́ce las gráficamente.

a) Las raı́ces cúbicas de 64.



b) Las raı́ces cuadradas de 2 3 − 2ı.
c) Las raı́ces cuartas de −128ı.
d ) Las raı́ces sextas de 64.

19. Resuelva las siguientes ecuaciones:

a) z 4 + 625 = 0.

b) z 12 + 1 = 3ı.
c) z 2 − 5 + 12ı = 0.
d ) z 3 = −11 − 2ı.
e) 5z 2 + 2z + 10 = 0.
f ) z 5 − 2z 4 − z 3 + 6z − 4 = 0.
g) z 4 + z 2 + 1 = 0.
h) (1 + z)5 = (1 − z)5 .

20. Si p(z) es un polinomio en la variable z con coeficientes reales, de-


muestre que p(z) = p(z).
42 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

21. Una n−ésima raı́z primitiva de la unidad es un número complejo ζ


tal que 1, ζ, ζ 2 , . . . , ζ n−1 son las n raı́ces n−ésimas de la unidad. De-
muestre que si a y b son primitivas de ordenes n y m de la unidad,
entonces ab es una raı́z primitiva de la unidad para algún orden k,
22. Si ζ 6= 1 es una raı́z n−ésima de la unidad, evalue la siguiente expre-
sión:
1 + 2ζ + 3ζ 2 + . . . + nζ n−1
n  
n
X n n−k k
23. Utilice la ecuación binomial (a + b) = a b , y la fórmula
k
k=0
de D’Moivre para demostrar que
   
n n n−2 2 n
cos nθ = cos θ − cos sin θ + cosn−4 θ sin4 θ − . . .
2 4
y que
   
n n−1 n
sin nθ = cos θ sin θ − cosn−3 sin3 θ + . . . .
1 3

24. Demuestre la identidad:

π 2π (n − 1)π n
sin sin · · · sin = n−1
n n n 2
(Sugerencia: El producto dado puede escribirse como 1/2n−1 veces el
producto de las raı́ces distintas de cero del polinomio (1 − z)n − 1.)
25. Demuestre que:

sin 21 (n + 1)α 1
a) cos θ + cos(θ + α) + · · · + cos(θ + nα) = 1 cos(θ + nα).
sin 2 α 2
sin 12 (n + 1)α 1
b) sin θ + sin(θ + α) + · · · + sin(θ + nα) = 1 sin(θ + nα).
sin 2 α 2

26. Demuestre que para un entero m > 1,


m−1
Y
(z + a)2m − (z − a)2m = 4maz [z 2 + a2 cot2 (kπ/2m)]
k=1
m−1
Y
donde denota el producto de todos los factores indicados desde
k=1
k = 1 a m − 1.
1.10. EJERCICIOS 43

27. Demuestre que si m > 1 es un entero,

π 2π 3π (m − 1)π
cot cot cot · · · cot = 1.
2m 2m 2m 2m

28. Demuestre que


 
n 1 n(n − 1)
cos θ = n−1 cos nθ + n cos(n − 2)θ + cos(n − 4)θ + . . . + Rn
2 2!

donde 

 cos θ si n es impar

Rn =
n!
si n es par.


[(n/2)!]2

Derive un resultado similar para sinn θ.

29. Demuestre que la función ϕ : R → S1 dada por ϕ(t) = eıt es un


homomorfismo del grupo aditivo de los números reales en el grupo
multiplicativo S1 = {z ∈ C; |z| = 1}.

30. En cada caso, esbozar una gráfica con el conjunto de puntos determi-
nado por la condición propuesta:
(a) |z − ı| = 4 (b) |z + 1 − ı| ≤ 3
(c) |z + 4ı| ≥ 4 (d) |z − 4ı| + |z + 4ı| = 10
(e) |z − 3| − |z + 3| = 4 (f) z(z + 2) = 3
(g) Im (z 2 ) = 4 (f) |z − 1| = |z + ı|

31. Si los puntos A y B representados por z1 y z2 respectivamente, son


tales que |z1 + z2 | = |z1 − z2 | demuestre que z1 /z2 es un número
imaginario puro y que ]AOB = π/2, donde O denota el origen.

32. Demuestre que la ecuación de la recta que pasa por los puntos z1 y z2
está dada  
z − z1
arg = 0.
z2 − z1

33. Demuestre que una ecuación para una circunferenica que pasa por tres
puntos z1 , z2 , z3 está dada por
       
z − z1 z3 − z1 z − z1 z3 − z1
=
z − z2 z3 − z2 z − z2 z3 − z2
44 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS

34. Diga que subconjuntos de S2 corresponden, respectivamente a los ejes


real e imaginario al identificar el plano extendido con S2 .

35. Muestre que, bajo la proyección estereográfica, lı́neas en C correspon-


den a cı́rculos que pasan por N .

36. Definición:Sea S ⊂ C, un punto z0 se dice que es un punto de acu-


mulación (o punto lı́mite) de un conjunto S si toda vecindad perforada
de z0 contiene al menos un punto de S. Esto es,

∀ > 0 ∃z ∈ S tal que 0 < |z − z0 | < .

En particular un conjunto cerrado contiene todos sus puntos de acu-


mulación. Evidentemente z0 no es un punto de acumulación de S en
cuanto exista una vecindad perforada de z0 que no contiene puntos de
S.
Encuentre todos los puntos de acumulación de cada uno de los siguien-
tes conjuntos:

a) S = {zn = ın ; n ∈ N}.
b) S = {zn = ın /n; n ∈ N}.
c) S = {z ∈ C \ {0}; 0 ≤ arg z ≤ π/2}.
n−1
d ) S = {zn = (−1)n (1 + ı)n ; n ∈ N}.
n
37. Demuestre que si un conjunto contiene todos sus puntos de acumu-
lación, es cerrado.

38. Demuestre que un conjunto finito de puntos z1 , z2 , . . . , zn no puede


tener puntos de acumulación.

39. Estudie la convergencia de las sucesiones


ın
a) {sn = }n∈N .
n
(1 + ı)n
b) {sn = }.
n
40. Demuestre que

n2 ın
a) lı́m = 0.
n→∞ n3 + 1
1.10. EJERCICIOS 45
 
n ın
b) lı́m − = 1 − ı.
n→∞ n + 3ı n + 1
41. Demuestre que para cualquier número complejo z,
 
3z
lı́m 1 + 2 = 1.
n→∞ n
 n
1+ı
42. Demuestre que lı́m n = 0.
n→∞ 2
43. Demuestre que lı́m nın no existe.
n→∞

(−1)n
44. Demuestre que la sucesión {zn = −2 + ı } converge a −2.
n2 n∈N
45. Sean rn los módulos y θn los argumentos principales de los números
complejos zn del ejercicio anterior. Demuestre que la sucesión {rn }n∈N
es convergente y que la sucesión {θm }n∈N no lo es.

46. Aplicando teoremas sobre lı́mites calcule


ın2 − ın + 1 − 3ı
a) lı́m .
n→∞ (2n + 4ı − 3)(n − ı)
√ √
b) lı́m n + 2ı − n + ı.
n→∞

47. Sea {sn } una sucesión de números complejos, si lı́mn→∞ sn = `, de-


s1 + s2 + · · · + sn
muestre que lı́m = `.
n→∞ n
46 CAPÍTULO 1. LOS NÚMEROS COMPLEJOS
Capı́tulo 2

Teorı́a Básica de las Series de


Potencias.

2.1. Introducción.
Al identificar C con R2 , por medio de la función µ(x + yı) = (x, y), el
módulo de z = x + yı, que denotamos |z| se define como el número real no
negativo:

p
|z| := x2 + y 2

En particular, si z,w ∈ C, entonces |z − w| corresponde a la distancia


entre z y w como puntos en R2 , una propiedad fundamental de la función
distancia es que esta satisface la desigualdad del triángulo, es decir:

|z1 − z2 | ≤ |z1 − z2 | + |z3 − z2 |

para cualesquiera números complejos z1 ,z2 y z3 .


Esta métrica induce en C la topologı́a de R2 , y tenemos consecuente-
mente los conceptos de lı́mite y continuidad.
La teorı́a de funciones de una variable compleja nos permite extender los
conceptos fundamentales del cálculo al dominio complejo. En este capı́tulo
introduciremos el concepto de serie de potencias convergente en C y estudia-
remos algunas de sus propiedades, las cuales serán básicas posteriormente
en el estudio de los teoremas de Taylor, de Laurent y del Residuo.

47
48 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

2.2. Propiedades elementales de las series de


potencias
Definición 2.2.1. Si an ∈ C para cada entero no negativo n, diremos

X
que la serie an converge al número complejo a si, y sólo si, para ca-
n=0
da
 > 0 existe
un entero positivo N = N tal que, si m ≥ N entonces
X m
( an ) − a < .


n=0

X
Es decir, la serie ak de números complejos converge al número com-
k=1
n
X
plejo a ∈ C, si la sucesión de sumas parciales sn = ak converge al número
k=1
a.

X P
Se escribirá ak = a, o simplemente ak = a. En este caso, también
k=1

X
se suele decir que la serie ak es convergente.
k=1
Se dice que una serie diverge si lı́m sn no existe o es infinito.
n→∞
Es claro que una serie con términos complejos converge si y sólo si las
series formadas pos las partes real e imaginaria de los términos converge.
Como el lı́mite de una sucesión es único, y como una sucesión es conver-
gente si y sólo si es de Cauchy, tenemos el siguiente criterio:
P
Proposición 2.2.1 (Criterio de Cauchy). La serie ak converge si y sólo
si para cada ε > 0 existe N ∈ N tal que si n ≥ N , se tiene
n+p
X
ak < ε



k=n+1

para cada p ∈ N
En particular, para p = 1 se obtiene un criterio útil de divergencia.
P
Corolario 2.2.1. Si ak converge, entonces lı́m an = 0.
n→∞

X 1
El recı́proco de este corolario no es cierto: la serie armónica diverge,
n
n=1
ya que:
2.2. PROPIEDADES ELEMENTALES 49

1 ≥ 1
1 1

2 2
1 1 1 1 1
+ ≥ + =
3 4 4 4 2
..
.  
1 1 1 1 1
n
+ n + . . . + n+1 ≥ 2n =
2 +1 2 +2 2 2n+1 2
al sumar las desigualdades, se sigue que
∞ ∞
X 1 X 1
≥1+ .
n 2
n=1 k=1


P1 X 1
Como la serie 2 diverge a ∞, se sigue que diverge a ∞, sin embargo
n
n=1
1
lı́m = 0.
n→∞ n

X
Definición 2.2.2. Se dice que la serie ak converge absolutamente si la
k=1

X
serie |ak | converge.
k=1
Como consecuencia de la desigualdad del triángulo, tenemos el siguiente
criterio:
X∞
Teorema 2.2.1. Si la serie ak converge absolutamente, entonces con-
k=1
verge.

X
Demostración. Supongamos que la serie ak converge absolutamente, da-
k=1
da ε > 0, existe N ∈ N tal que si n > N entonces
n+p n+p
X X
ak ≤ |ak | < ε,



k=n+1 k=n+1
P
para cada p ∈ N. Como consecuencia del Criterio de Caucy ak converge.
50 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

P
Esta proposición es muy útil pues la serie |ak | es real, y se pueden
aplicar los criterios de convergencia para series reales.
A continuación presentamos diversos criterios de convergencia de series
en R

X
Proposición 2.2.2 (Serie geométrica). Si |r| < 1, entonces rn converge
n=1
1
a , y diverge si |r| ≥ 1.
1−r
1
Demostración. Para demostrar que la serie geométrica converge a
(1 − r)
n
X n+1
X
si |r| < 1, consideremos sn = rk , entonces rsn = rk , por lo cual sn −
k=0 k=1
rsn = 1 − rn+1 , y
1 − rn+1
sn = .
1−r
Si |r| < 1, como lı́m rn+1 = 0, entonces
n→∞

1
lı́m sn = .
n→∞ 1−r

Por otra parte, si |r| > 1, entonces lı́m |r|n+1 = ∞, por lo cual, la serie
n→∞
geométrica diverge. Si r = 1 entonces sn = n + 1, y lı́m sn = ∞, y la serie
n→∞
diverge. Si r = −1, entonces

0 si n es impar,
sn =
1 si n es par,

por lo que la sucesión de sumas parciales no converge, consecuentemente la


serie geométrica diverge en este caso.

Proposición 2.2.3 (Criterio


P de comparación).P 1. Si |ak | ≤ bk para cada
k ∈ N y la serie bk converge, entonces ak converge.
P P
2. Si 0 ≤ ck ≤ dk para cada k ∈ N y la serie ck diverge, entonces dk
también diverge.

Demostración. Para demostrar el primer criterio de comparación, aplicare-


mos el criterio de Cauchy. Supongamos que |ak | ≤ bk para cada k ∈ N y que
2.2. PROPIEDADES ELEMENTALES 51

P
la serie bk converge. Dada ε > 0 existe M ∈ N tal que si n ≥ M se tiene
que n+p n+p
X X n+p
X
0≤ ak ≤ |ak | ≤ bk ≤ ε


k=n k=n k=n
P
para cada p ∈ N. Luego entonces la serie ak es convergente.
Para demostrar el segundo criterio de comparación, supóngase que 0 ≤
X n
P
ck ≤ dk y que ck diverge, como sn = ck es una sucesión creciente de
k=0
números positivos, esta diverge si y sólo si es no acotada, por lo que, dada
M > 0 existe n ∈ N, tal que
n
X n
X
M≤ ck ≤ dk .
k=0 k=0
P
Por ende, dk es no acotada y por tanto, es divergente.

X
Proposición 2.2.4 (Criterio de la p−serie). n−p converge si p > 1 y
n=1
diverge a ∞ si p ≤ 1.

Demostración. Para demostrar el criterio de la p−serie, notamos que, si


p ≤ 1, como la función nx es creciente, entonces n−1 ≤ n−p , Como la serie
X∞
n−1 es divergente, como consecuencia de las pruebas de comparación
n=1

X
para series reales, tenemos que la serie n−p diverge.
n=1
Por otra parte, si p > 1, como la función f (x) = xp es creciente entonces
   
1 1 1 1 1 1 1
s2k −1 = + + + + + +
1p 2p 3p 4p 5p 6p 7p
 
1 1 1
+··· + + +
(2k−1 )p (2k−1 + 1)p (2k − 1)p

1 1 1
= 1+ + + ··· +
2p−1 (2p−1 )2 (2p−1 )k−1

1
< 1 .
1− 2p−1
52 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

n−p están acotadas superior-


P
Por lo tanto las sumas parciales
P −pde la serie
mente. Consecuentemente n converge.

an+1
Proposición 2.2.5 (Criterio de la razón). Supóngase que lı́m
existe
n→∞ an

X
y es menor que uno, entonces an convegre absolutamente. Si el lı́mite es
n=1
mayor que uno, la serie diverge, y si el lı́mite es uno, el criterio falla.

an+1
Demostración. Para demostrar el criterio de la razón, si lı́m < 1,
an
podemos encontrar β < 1 y N ∈ N tal que si n ≥ N entonces

an+1
an < β.

En particular
|aN +1 | < β|aN |,
|an+2 | < β|aN +1 | < β 2 |aN |
..
.
|aN +p | < β p |aN |
Consecuentemente, para n ≥ N se tiene que

|an | < |aN |β −N β n


P n
Como β < 1 la serie β converge,
P y como consecuencia del criterio de
comparación se sigue que la serie an converge.
Por otra parte, si existe N ∈ N tal P que |an+1 | ≥ |an | para n ≥ N ,
entonces lı́m an 6= 0, por lo que la serie an diverge.
p
Proposición 2.2.6 (Criterio de la raı́z). Supóngase que lı́m n |an | existe
n→∞

X
y es menor que uno, entonces an convegre absolutamente. Si el lı́mite es
n=1
mayor que uno, la serie diverge, y si el lı́mite es uno, el criterio falla.
p
Demostración. Sea α = lı́m n |an |, y supongamos que α < 1, podemos
n→∞
elegir β ∈ R tal que 0 ≤ α < β < 1, y existe un entero N tal que
p
n
|an | < β.

En particular, si n ≥ N , entonces |an | < β n . Como 0 < β < P


P n
1, la serie β
cpnverge, y como consecuencia del criterio de comparación an converge.
2.2. PROPIEDADES ELEMENTALES 53

Por otra parte, si α > 1 exite una sucesión {nk } tal que
q
lı́m nk |ank | = α
k→∞

Por ende |an | > 1 para una P infinidad de valores n, por lo que no se cumple
la condición lı́m an = 0, ası́ an diverge. P −2
Finalmente, la serie armónica diverge y la serie n converge, por la
regla de L’Hospital
r
n 1 1 1
lı́m = lı́m 1 = lı́m   = 1.
n→∞ n n→∞ nn n→∞
exp log n
n

Analogamente
r
n 1 1 1
lı́m = lı́m = lı́m  = 1.
n2 n→∞ (n2 ) n1

n→∞ n→∞
exp 2 log nn

Regresando al contexto de series complejas, a continuación describiremos


los resultados básicos de convergencia de sucesiones y series de funciones
complejas de variable compleja,
Definición 2.2.3. Sea X ⊂ C un conjunto, y supóngase que f1 , f2 , . . . son
funciones de X en C. Diremos que la sucesión converge puntualmente si
para cada z ∈ X la sucesión {fn (z)} converge. El lı́mite define una nueva
función f (z) sobre X.
Otro tipo importante de convergencia es la convergencia uniforme, que
definiremos a continuación:
Definición 2.2.4. Sea X ⊂ C un conjunto, y supóngase que f, f1 , f2 , . . . son
funciones de X en C. Diremos que la sucesión {fn } converge uniformemente
a f , y lo denotaremos f = u − lı́m fn si, para cada ε > 0 hay un entero
positivo N , que sólo depende de ε, tal que si n ≥ N , entonces |f (z)−fn (z)| <
ε para toda z ∈ X.
En particular sup{|f (x) − fn (x)|; x ∈ X} ≤ ε, si n ≥ N .
Además, toda sucesión uniformemente convergente es convergente. La
diferencia básica entre los dos conceptos es la siguiente: si {fn } converge en
X, entonces hay una función f tal que, para todo ε > 0 y toda z ∈ X, hay
un entero que depende de ε y de z, que cumple la condición |f (z) − fn (z)| <
54 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

ε siempre que n ≥ N ; si {fn } converge uniformemente en X, es posible


encontrar, para cada ε > 0 un entero N , que satisface |f (z) − fn (z)| < ε
para todo z ∈ X.

Figura 2.1: Convergencia uniforme y no uniforme

Una de las principales propiedades que tenemos es la siguiente:

Proposición 2.2.7. Sean X ⊂ C y supóngase que fn : X → C es una


función continua para cada n ∈ N . Si f = u−lı́m fn , entonces f es continua.

Demostración. Dado z0 ∈ X y ε > 0, como f = u−lı́m fn existe una función


fn (z) tal que |f (z) − fn (z)| < ε/3 para toda z ∈ X. Como fn es continua,
existe δ > 0 tal que |fn (z0 ) − fn (z)| < ε/3 cuando |z − z0 | < δ.
Luego entonces, si |z − z0 | < δ entonces

|f (z0 ) − f (z)| ≤ |f (z0 ) − fn (z0 )| + |fn (z0 ) − fn (z)| + |fn (z) − f (z)| < ε.

Definición 2.2.5. Sea X ⊂ C, si fn : X → C es una función, para cada


n
X ∞
X
z ∈ X definimos sn (z) = fk (z). Diremos que f (z) = fk (z) si, y sólo
k=1 k=1
si, f (z) = lı́m sn (z) para cada x ∈ X.
n→∞

X
Diremos que la serie fn converge uniformemente a f si, y sólo si,
n=1
f = u − lı́m sn .
2.2. PROPIEDADES ELEMENTALES 55


X
Esto es, fn converge uniformemente a f si para cada ε > 0, existe un
n=1
entero N tal que si n > N , entonces

Xn
fk (x) − f (x) < ε para cada x ∈ X.



k=1

La convergencia uniforme se puede establecer en términos de sucesiones


de Cauchy como podemos apreciar en el siguiente resultado

Proposición 2.2.8 (Criterio de Cauchy para convergencia uniforme). Si


X ⊂ C, fn : X → C y gn : X → C, para n ∈ N son dos sucesiones de
funciones. Entonces

1. fn (z) converge uniformemente en X si y sólo si para cada ε > 0 existe


un entero N tal que si n > N entonces |fn (z) − fn+p (z)| < ε para cada
z ∈ X y cada entero positivo p;
n
X
2. La serie de funciones gk (z) converge uniformemente en X si y
k=1
n+psi para cada ε > 0 existe un entero n tal que si n ≥ N se tiene
sólo
X
gk (z) < ε para cada z ∈ X y cada entero positivo p.



k=n+1

Demostración. Basta demostrar el primer enunciado, pues el segundo es


consecuencia del primero.
Si fn converge uniformemente a f en X, para ε > 0 existe un entero
N tal que si n ≥ N entonces |fn (z) − f (z)| < ε/2, para cada z ∈ X, esto
implica que

|fn (z) − fn+p (z)| ≤ |fn (z) − f (z)| + |f (z) − fn+p (z)| < ε

para cada z ∈ X.
Reciprocamente, si el criterio de Cauchy es cierto, para cada z ∈ X existe
el lı́mite cuando n tiende a infinito de fn (z), el cual denotaremos f (z). Como
C es un campo completo, toda sucesión de Cauchy converge, por lo que este
lı́mite siempre exite.
Dada ε > 0 existe un entero positivo N tal que si n ≥ N entonces
|fn (z) − fn+p (z)| < ε para cada z ∈ X y todo entero positivo p. Como
56 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

f (z) = lı́m fn (z), para cada z ∈ X existe pz ∈ N tal que |f (z)−fN +pz (z)| <
n→∞
ε/2. Por lo que, si n > N y z ∈ X se tiene

|f (z) − fn (z)| ≤ |f (z) − fN +pz (z)| + |fN +pz (z) − fn (z)| < ε

por lo cual fn converge uniformemente a f en X

Como la suma finita de funciones continuas es continua, y la sucesión de


sumas parciales converge uniformemente en X, tenemos el siguiente resul-
tado:
Corolario 2.2.2. Sea X ⊂ C, y fn : X → C una sucesión de funciones
continuas. Si fn converge uniformemente a f , entonces f es continua en X.
Analogamente, si las funciones gk (z) son continuas y son tales que la
n
X
serie gk (z) converge uniformemente en X a una función g, entonces g
k=1
es continua.

Demostración. Basta demostrar la afirmación para sucesiones, ya que para


n
X
series se toma la sucesión de sumas parciales fn = gk .
k=1
Dado z0 ∈ X, y ε > 0 como f = u − lı́m fn , existe N = N (ε) ∈ N tal
que, |fN (z) − f (z)| < ε/3 para toda z ∈ X. Como fN es continua, existe
δ = δ(ε) > 0 tal que |fN (z) − fN (z0 )| < ε/3 si |z − z0 | < δ. Luego entonces

|f (z) − f (z0 )| < |f (z) − fN (z)| + |fN (z) − fN (z0 )| + |fN (z0 ) − f (z0 )|
< ε/3 + ε/3 + ε/3 = ε.

Proposición 2.2.9 (El criterio M de Weierstrass). Sea X ⊂ C y sea un :


X → C una sucesión de funciones definidas en X, y supóngase que existe
una sucesión de constantes reales Mn ≥ 0 tales que:

1. |un (z)| ≤ Mn para cada z ∈ X.



X
2. Mn converge.
n=0


X
Entonces un (z) converge uniformemente en X.
n=1
2.2. PROPIEDADES ELEMENTALES 57


X
Demostración. Dada  > 0, como Mn converge, entonces es de Cauchy,
n=0
luego entonces existe N = N ∈ N tal que, si n, m ≥ N y m ≥ n, entonces
Xm n
X
Mk < . Luego entonces, si sn (z) = uk (z) entonces, para n, m ≥ N
k=n+1 k=1
tenemos que
m m m
X X X
|sn (z) − sm (z)| = uk (z) ≤ |uk (z)| ≤ Mn < 


k=n+1 k=n+1 k=n+1

por tanto, la serie sn (z) es de Cauchy, y por ende, converge. Para cada z ∈ X
existe ζ = ζz ∈ C tal que s(z) = ζ, es decir, tenemos una función s : X → C
tal que

∞ ∞ ∞

X X X
|s(z) − sn (z)| = uk (z) ≤ |uk (z)| ≤ Mk < 


k=n+1 k=n+1 k=n+1

para toda z ∈ X, si n ≥ N .

X
Por ejemplo, z n /n converge uniformemente en B(0, r) si 0 ≤ r < 1,
k=n+1
basta tomar Mn = rn /n y aplicar el criterio M de P Weierstrass.
Cabe notar que no es posible tomar r = 1. Si xn /n convergiera uni-
formemente en [0, 1), dada ε > 0 existirı́a n ∈ N tal que, n ≥ N implicarı́a
xn xn+1 xn+p
+ + ... + <ε
n n+1 n+p
para cada x ∈ [0, 1), p ∈ N. Pero la serie armónica
1 1
+ + ...
N N +1
diverge a infinito. Luego entonces existe p ∈ N tal que
1 1
+ ... + > 2ε.
N N +p
Elegimos x cercano a 1 tal que xN +p > 1/2. Por tanto
xN xN +p
 
N +p 1 1 2ε
+ ... + >x + ... > =ε
N N +p N N +p 2
lo cual es una contradicción.
58 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

Definición 2.2.6. Una serie de potencias compleja alrededor del punto a



X
es una serie de la forma cn (z − a)n con cn ∈ C para cada n ∈ N
n=0
Uno de los ejemplos más sencillos, y útiles lo constituye la serie geométri-

X
ca zn.
n=0
Como

1 − zn
1 + z + . . . z n−1 =
1−z
n
y como z → 0 si |z| < 1 concluimos que la serie geométrica converge a
1/(1 − z) si |z| < 1, mientras que |z n | ≥ 1 si |z| > 1, por lo que, la serie
diverge para |z| > 1.
En la próxima sección estudiaremos las propiedades que satisfacen las
series de potencias, concretamente veremos que toda serie de potencias tiene
asociado, al igual que este ejemplo, un disco de convergencia.

2.3. Series de potencias complejas


Definición 2.3.1. Sea f una función complejo valuada definida sobre un
conjunto abierto Ω ⊂ C. Diremos que f es holomorfa en Ω si, para cada
a ∈ Ω, existe una vecindad U de a, U ⊂ Ω, y una sucesión de números
complejos tal que, para cada z ∈ U , la serie

X
cn (z − a)n
n=0

converge a f (z).
Una función holomorfa también se denomina función analı́tica comple-
ja, o simplemente analı́tica, esto es, una función f es analı́tica si local-
mente está dada por una serie de potencias convergente. En particular, de-
mostraremos posteriormente que una función es holomorfa (analı́tica) si, y
sólo si coincide con su serie de Taylor en una vecindad de cada punto de su
dominio, véase (5.3.8).
Como veremos posteriormente, las funciones analı́ticas reales y complejas
tienen diferencias impotantes. Las funciones holomorfas tienen más estruc-
tura que las funciones analı́ticas reales.
De acuerdo con el teorema de Liouville, véase (5.3.10), una función
holomorfa en C y acotada es constante, lo cual no sucede para funciones
2.3. SERIES DE POTENCIAS COMPLEJAS 59

real valuadas de variable real, como sucede, por ejemplo, con la función

X (−1)n 2n+1
f (x) = sin x = x .
(2n + 1)!
n=0
Además, una función analı́tica real valuada definida en un abierto con-
tenido en R puede extenderse a una función holomorfa definida en un abierto
de C, sin embargo, una función analı́tica real valuada de variable real, defini-
da en todo R no necesariamente puede extenderse a una función holomorfa
definida en todo C. Si extendemos la función f (x) = 1/(1 + x2 ) a variable
compleja podemos ver que ésta se encuentra definida en C \ {±ı}.
El siguiente resultado es muy importante, escencialmente nos habla de
la convergencia de la serie de potencias, concretamente nos dice que la serie
converge en una región especı́fica del plano complejo.
Lema 2.3.1 (El lema de Abel). Dada una sucesión {cn }n≥0 de números
complejos, existe R ≥ 0 (R puede ser ∞) tal que la serie

X
cn z n
n=0
converge si |z| < R, y diverge para |z| > R. Además, la serie converge
uniformemente sobre cada subconjunto compacto de B(0, R) = {z ∈ C; |z| <
R}, la bola abierta con centro en el origen y radio R.

Demostración. Sea

R = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃M =M (r)∈R ∀n≥0 |cn |rn ≤ M }.


n
P Si n|z| > R, la sucesión |cn ||z| no es acotada, luego entonces la serie
cn z no puede converger.
Sea K un subconjunto compacto de B(0, R) y como R > 0, podemos
elegir ρ ∈ R con 0 < ρ < R y tal que K ⊂ B(0, ρ) = {z ∈ C; |z| ≤ ρ}.
Existe r ∈ R tal que ρ < r < R. Como

R = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃M =M (r)∈R ∀n≥0 |cn |rn ≤ M }.

existe M = M (r) > 0 tal que |cn |rn ≤ M para toda n ∈ N . Si z ∈ K,


tenemos que |z| ≤ ρ < r, de donde:
 ρ n
|cn z n | ≤ |cn |ρn ≤ M
r
X ρ
n
Como ρ < r, la serie ( ) converge. Aplicando el Criterio M de
rX
Weierstrass, se sigue que la serie cn z n converge uniformemente en K.
60 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS

Corolario 2.3.1. Sea Ω ⊂ C un subconjunto abierto no vacı́o, y f una


función complejo valuada definida en Ω. Si f es una función holomorfa en
Ω, entonces f es continua en Ω.

Definición 2.3.2. Dada una sucesión {cn }n≥0 de números complejos, el


número dado por R = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃M =M (r)∈R ∀n≥0 |cn |rn ≤ M }, de
acuerdo
P conn el lema de Abel, se denomina el radio de convergencia de la
serie cn z .
Desde luego, hay diversas formas de obtener el radio de convergencia de
una serie, dos métodos prácticos para calcular R son los criterios de la razón
y de la raı́z, que recordamos a continuación:
cn z n .
P
Proposición 2.3.1. Considere una serie de potencias

1. Criterio de la razón: Si

|cn |
lı́m
n→∞ |cn+1 |

existe, entonces es igual al radio de convergencia R de la serie.


p
2. Criterio de la raı́z: Si ρ = lı́m n |cn | existe, entonces R = 1/ρ es el
n→∞
radio de convergencia de la serie. Si ρ = 0, entonces R = ∞, y R = 0
si ρ = ∞.

Recordamos que, lı́m cn = lı́m sup{cn , cn+1 , . . .}.


n→∞ n→∞

Demostración. 1. Utilizando los criterios de convergencia para series con


|cn |rn converge, si:
P
términos reales, tenemos que la serie

|cn+1 rn+1 |
lı́m <1
n→∞ |cn rn |

(y diverge si este lı́mite es mayor que uno), de aquı́, la serie converge si:

|cn |
lı́m > r;
n→∞ |cn+1 |
y diverge si:
|cn |
lı́m < r; .
n→∞ |cn+1 |

Ya que
2.3. SERIES DE POTENCIAS COMPLEJAS 61

R = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃M =M (r)∈R ∀n≥0 |cn |rn ≤ M },


tenemos R = lı́m |cn |/|cn+1 |.
n→∞
P 2. n Aplicando el criterio
p de la raı́z para series reales, sabemos que
|cn |r converge si lı́m |cn |rn < 1 (diverge si este lı́mite es mayor que
n
n→∞
1
uno); o equivalentemente, converge si r < p .
lı́m n |cn |
n→∞
 p −1
Diverge si r > lı́m n |cn | , aplicando lo anterior se sigue que:
n→∞

1
R= p
lı́m n |cn |
n→∞

Ejemplos:

X
1. La serie z n tiene radio de convergencia uno.
n=0


X
2. La serie z n /n! tiene radio de convergencia R = +∞, pues:
n=0
lı́m cn /cn+1 = lı́m (n + 1) = ∞.
n→∞ n→∞


X
3. La serie (z n /en ) tiene radio de convergencia R = e, pues:
n=0
p p
ρ = lı́m n |cn | = lı́m n 1/en = 1/e, de donde R = 1/ρ = e.
n→∞ n→∞

Lema 2.3.2. El radio de convergencia de la serie de potencias



X
cn z n
n=0

coincide con el radio de convergencia de la serie



X
ncn z n−1 .
n=1
62 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS


X
Demostración. Denotemos por R el radio de convergencia de la serie cn z n ,
n=0

X
y por R0 el radio de convergencia de ncn z n−1 , en particular:
n=1

R = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃M =M (r)∈R ∀n≥0 |cn |rn ≤ M }


y

R0 = sup{r ∈ R; r ≥ 0, ∃N =N (r)∈R ∀n≥0 |(n + 1)cn+1 |rn ≤ N }.

Veremos primeramente que R0 ≤ R. Si n ≥ 1, entonces |cn z n | ≤ |ncn z n | =


|ncn z n−1 ||z|. De aquı́, si |z| = r ≤ R0 , entonces |ncn |rn = (|ncn |rn−1 )r ≤
N r ≤ N R0 , para toda n ∈ N. Luego entonces, si |z| = r ≤ R0 existe
MR0 = N R0 ∈ R tal que, |cn |rn ≤ M , por lo que R0 ≤ R. Si R = 0, en
particular R0 = 0 = R.
Supongamos ahora que R > 0, veremos ahora que R ≤ R0 . Como con-
secuencia de la densidad los números reales tenemos que, podemos elegir
r, ρ ∈ R tales que 0 < r < ρ < R, entonces
    n   n
n−1 1 n r 1 r
n|cn |r = |cn |ρ n ≤ Mρ n .
r ρ r ρ
Como nαn → 0 si |α| < 1, se sigue que si |z| = r ≤ R, existe Nr ∈ R tal
que,|ncn |rn−1 ≤ NR , por lo que, R ≤ R0 .

2.4. Ejercicios
∞  
X ı n−1
1. Demuestre que la serie converge, y encuentre el valor de
3
n=1
la suma.

2. Demuestre que la serie ı − 2ı + 3ı − 4ı + · · · diverge.



X 1
3. Si z = reıθ , donde 0 < r < 1, use la fórmula zn = para
1−z
n=0
demostrar que
∞ ∞
X r cos θ − r2 X r sin θ − r2
rn cos nθ = y rn sin nθ =
1 − 2r cos θ + r2 1 − 2r cos θ + r2
n=1 n=1
2.4. EJERCICIOS 63

cuando 0 < r < 1. (Nótese que estas fórmulas son válidas también
para r = 0.)
 
sn+1
4. Demuetre el criterio de Raabe. Si lı́m 1 − = `, entonces
P n→∞ sn
sn converge si ` > 1 y diverge o converge condicionalmente si ` < 1.
Si ` = 1, la prueba falla.

5. Demuestre el criterio de la serie alternada. Si an ≥ 0, an+1


P ≤ ann−1
para
n ∈ N y lı́m an = 0, entonces a1 − a2 + a3 + · · · = (−1) an
n→∞
converge.

X nenπı/4
6. Estudie la convergencia de la serie
en − 1
n=0

7. Estudie la convergencia de las series


1 1 1
a) 2 + 2 + + · · ·.
2 ln 2 3 ln 3 4 ln2 4
1 1·4 1·4·7
b) + + + · · ·.
5 5 · 8 5 · 8 · 11
ln 2 ln 3 ln 4
c) + + + ···
2 3 4

X ∞
X
8. Si la serie an converge a A, y bn converge a B, demuestre que
n=1 n=1

X
(an + ıbn ) converge a A + ıB. ¿Es verdadero el recı́proco?
n=1


X ωn √
9. Estudie la convergencia de n/2
donde ω = 3 + ı.
n=1
5

10. Demuestre que


√ √
a) lı́m ( n + 1 − n) = 0.
n→∞

X √ √
b) ( n + 1 − n) diverge, de este modo demostramos que una
n=1
serie cuyo término n−ésimo tiende a cero no converge necesaria-
mente.
64 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS


X z n−1
11. Demuestre que la serie converge para |z| < 2 y encuentre la
2n
n=1
suma.

12. Considere la serie z(1 − z) + z 2 (1 − z) + z 3 (1 − z) + · · ·

a) Demuestre que la serie converge para |z| < 1 y encuentre la suma.


b) Demuestre que la serie converge uniformemente para |z| ≤ 1/2.
c) ¿Converge la serie uniformemente para |z| ≤ 1?

X
13. Determine el conjunto de valores de z para los cuales la serie (−1)n (z n + z n+1 )
n=0
converge.

X e2πınz
14. Encuente la región de convergencia de
n=0
(n + 1)3/2

X zn
15. Demuestre que converge (absolutamente) para |z| ≤ 1.
n(n + 1)
n=1

16. Encuentre la región de convergencia de las series



X (z + 2)n−1
a) .
(n + 1)3 4n
n=1

X (−1)n−1 z 2n−1
b) .
(2n − 1)!
n=1
X∞
c) n!z n .
n=1

X 1
17. ¿Para que valores de z la serie converge? ¿cuál es su
(z 2 + 1)n
n=1
suma?

18. Demuestre la convergencia uniforme de la serie en la región indicada



X zn
a) √ , para |z| ≤ 1.
n=1
n n+1

X 1
b) , para 1 < |z| < 2.
n2 + z2
n=1
2.4. EJERCICIOS 65


X cos nz
c) , para |z| ≤ 1.
n3
n=1

19. Demuestre que la serie 1 + az + a2 z 2 + · · · converge uniformemente a


1/(1 − az) dentro y sobre el cı́rculo de radio R, donde R < 1/|a|.

20. Estudie la convergencia absoluta y uniforme de la serie

z z(3 − z) z(3 − z)2 z(3 − z)3


+ + + + ···
3 32 33 34
66 CAPÍTULO 2. SERIES DE POTENCIAS
Capı́tulo 3

Teorı́a de funciones
C-diferenciables

3.1. Introducción.
El concepto de función de variable compleja representa un caso particular
del concepto matemático de función, esto es, si U es un subconjunto de
C, a cada punto z ∈ C se le asocia exactamente un número complejo w.
Abreviando, f : U → C es la función que a cada número z ∈ U le asocia el
valor w = f (z).
Por ejemplo, dado un entero positivo n, tenemos la función f : C → C
dada por f (z) = z n . Otro ejemplo es la función g : C → C que asocia a cada
número complejo z su conjugado z, esto es, g(z) = z. También tenemos la
función Re : C → C que asocia a cada número complejo z ∈ C su parte real,
esto es, Re(z) = (z + z)/2. Y la función que asocia√a cada número complejo
su módulo, esto es, | · | : C → C dada como |z| = zz, entre otros ejemplos.
En el caso general, si z = x + yı y w = u + vı, decir que la función
w = f (z) está definida en U, al identificar C con R2 equivale a decir que en
cada punto de U de coordenadas (x, y) se le asocia una pareja de números
reales (u(x, y), v(x, y)). En otras palabras, en U estan definidas dos funciones
realvaluadas u(x, y) y v(x, y). Por ejemplo, la función w = z 2 equivale a
w = u(x, y) + v(x, y)ı, donde u(x, y) = x2 − y 2 y v(x, y) = 2xy.
Por otra parte, también vimos que, si n ≥ 2 es un entero positivo, y w es
un número complejo distinto de cero, la ecuación z n = w tiene exactamente

n soluciones. Como z = n w si, y sólo si z n = w, la raı́z n−ésima de w no
define una función como en los casos anteriores, sin embargo, tenemos una
relación multivaludada bien definida. Posteriormente veremos cómo cons-

67
68 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

truir apropiedamente un dominio para que este tipo de relaciones sea una
función, por lo que a este tipo de relaciones las denominaremos funciones
multivaludas.
Por otra parte, los conceptos de lı́mite y continuidad, de funciones de
R en R2 , aunados a la estructura de campo de C nos permitirá definir el
2

concepto de derivada en el sentido complejo. Posteriormente, daremos el


concepto de diferencial en el sentido complejo, y los compararemos con los
conceptos en el sentido real. Introducimos también los conceptos de fun-
ciones holomorfas y C-diferenciables, ası́ como el estudio de sus principales
propiedades.

Definición 3.1.1. Sea Ω ⊂ Rn un conjunto abierto no vacı́o, f : Ω → C


una función, a ∈ Ω, 1 ≤ j ≤ n. Se define la derivada parcial (∂f /∂xj )(a) de
f en el punto a, como el siguiente lı́mite, cuando este existe,

f (a1 , . . . , aj−1 , aj + h, aj+1 , . . . , an ) − f (a1 , . . . , an )


lı́m
h→0 h
h6=0

Denotaremos por C 1 (Ω) al conjunto de funciones Rn -valuadas definidas


sobre Ω tales que (∂f /∂xj )(a) exista para cada a ∈ Ω y 1 ≤ j ≤ n, y es una
función continua. Para cada k ∈ N, k ≥ 2 se define inductivamente C k (Ω)
como el conjunto de funciones para las cuales las derivadas parciales de todos
los ordenes menores o iguales a k existen y son continuas. Finalmente C ∞ es
el conjunto de funciones infinitamente diferenciables definidas sobre Ω, esto
es, C ∞ (Ω) = ∩∞ k
k=1 C (Ω).
En este capı́tulo identificaremos C con R2 por medio de la aplicación
z = x + ıy 7→ (x, y) , donde x, y ∈ R2 .

3.2. Funciones C-lineales.


Para empezar el presente capı́tulo, recordamos lo siguiente.

Definición 3.2.1. Sea K un campo, y sean V y W dos espacios vectoriales


sobre K. Decimos que una función T : V → W es una transformación lineal
sobre K (o simplemente K-lineal ) si para cada x, y ∈ V , λ ∈ K se tiene
que:

T (x + y) = T (x) + T (y)

T (λx) = λT (x)
3.2. FUNCIONES C-LINEALES. 69

Supongamos que V y W son espacios vectoriales sobre K de dimensión


finita con bases ordenadas β = {v1 , v2 , . . . , vn } y γ = {w1 , w2 , . . . , wm }
respectivamente, y sea T : V → W lineal, entonces para cada j, 1 ≤ j ≤ n,
existen escalares aij ∈ K, 1 ≤ i ≤ m, tales que
m
X
T (vi ) = aij wi para 1≤j≤n
i=1

Usando esta notación, la matriz A = (aij ) es la representación matricial


de T en las bases ordenadas β y γ y escribimos A = [T ]γβ . Si V = W y
β = γ, entonces escribimos A = [T ]β .
Denotaremos por L(V, W ) el K−espacio vectorial de las transforma-
ciones lineales de V en W .
Finalmente, recordamos el siguiente resultado
Teorema 3.2.1. Si V y W son espacios vectoriales de dimensión finita sobre
K de dimensiones n y m respectivamente, y si β y γ son bases ordenadas
de V y W respectivamente, Entonces la función ϕ : L(V, W ) → Mm×n (K)
definida como ϕ(T ) = [T ]γβ para T ∈ L(V, W ) es un isomorfismo.
Anteriormente hemos visto que el campo C es un R-espacio vectorial de
dimensión dos. Por lo cual resulta natural preguntarse ¿bajo que condiciones
una transformación R-lineal T : R2 → R2 es C- lineal?
En particular, una transformación T : C → C es C-lineal si existe α ∈ C
tal que T (z) = α · z para cada z ∈ C. Ası́, para responder a la pregunta
anterior, bastará ver bajo que condiciones una matriz A ∈ M2 (R) representa
la multiplicación por un número complejo.

Lema 3.2.1. Una matriz A = (aij ) ∈ M2 (R) representa la multiplicación


por un número complejo si, y sólo si, a11 = a22 y a12 = −a21 .

Demostración. Dado λ = a + ıb ∈ C fijo, al multiplicar z = x + ıy por λ


obtenemos:

λz = (a + ıb)(x + ıy) = (ax − by) + ı(ay + bx),


lo cual, identificando C con R2 vı́a z + ıy 7→ (x, y), es equivalente a:
    
a −b x ax − by
= .
b a y bx + ay
Reciprocamente, si
70 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

  
a b x
= λ · (x + ıy),
c d y
con λ = λ1 + ıλ2 , tenemos

ax + by = λ1 x − λ2 y cx + dy = λ1 x + λ2
para toda x, y ∈ R. Tomando x = 1, y = 0 obtenemos a = λ1 = c. Por otra
parte, si x = 0, y = 1 entonces b = −λ2 = d.

A continuación veremos condiciones necesarias y suficientes para que la


matriz jacobiana de una función F : R2 → R2 sea C-lineal.
Dada una función f : Ω ⊂ R2 → R2 con:

f (x, y) = (u(x, y), v(x, y)),

la matriz Jacobiana de f en a ∈ Ω, se define como la matriz de derivadas


parciales
 
∂u ∂u
∂x (a) ∂y (a)
Df (x, y)|a =  ,
 
∂v ∂v
∂x (a) ∂y (a)
la cual induce, de manera natural, una transformación R-lineal entre Ta Ω ∼
R2 , el espacio tangente a Ω en el punto a, y Tf (a) ∼ R2 , el espacio tangente a
R2 en el punto f (a), a saber, la diferencial de f en a. Dicha transformación
está dada como sigue:

Dfa : R2 → R2
 
∂u ∂u
∂x (a) ∂y (a)
   
ξ ξ
Dfa =
 
η η

∂v ∂v
∂x (a) ∂y (a)

Proposición 3.2.1. Con la notación anterior, (∂u/∂x)(a) = (∂v/∂y)(a) y


(∂u/∂y)(a) = −(∂v/∂x)(a) si, y sólo si la aplicación diferencial Dfa : C →
C es una transformación C-lineal. En este caso

∂u ∂v
 
 
∂x (a) − ∂x (a)  
ξ ξ
Dfa =  para toda ζ = ξ + ıη ∈ C
η ∂v ∂u η
∂x (a) ∂x (a)
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 71

Demostración. Si ζ = ξ + ıη, por hipótesis tenemos:

 
∂u ∂u
∂x (a) ∂y (a)
   
ξ ξ
Dfa = 
 
η η

∂v ∂v
∂x (a) ∂y (a)

∂u ∂v
 
∂x (a) − ∂x (a)  
ξ
=  
∂v ∂u η
∂x (a) ∂x (a)

Las ecuaciones ∂u/∂x = ∂v/∂y y ∂u/∂y = −∂v/∂x se conocen como las


ecuaciones de Cauchy-Riemann y juegan un papel fundamental en la teorı́a
de funciones de variable compleja, como veremos posteriormente.

3.3. Funciones C-diferenciables y holomorfas.


A lo largo de la presente sección Ω ⊂ C denotará un subconjunto abierto
no vacı́o.

Definición 3.3.1. Dada una función f : Ω → C compleja valuada definida


sobre Ω, y a ∈ Ω, diremos que f es C-diferenciable en a si

f (a + h) − f (a)
lı́m
h→0 h
h6=0

existe. Cuando este lı́mite existe, lo denotaremos por f 0 (a), o bien (df /dz)(a),
y este lı́mite se denomina la derivada de f en a.

Diremos que f es C-diferenciable en Ω si, f es C-diferenciable en a, para


cada a ∈ Ω. En este caso, la función a 7→ f 0 (a), que denotaremos f 0 , se
denomina la derivada de f .
En variable real, una función diferenciable es continua, esto también se
cumple para funciones en variable compleja.

Proposición 3.3.1. Si f : Ω → C es una función C-diferenciable en Ω,


entonces f es continua en Ω.
72 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Demostración. Dado a ∈ Ω, tenemos:

 
|f (z) − f (a)| |f (z) − f (a)
lı́m |f (z) − f (a)| = lı́m |z − a| = lı́m lı́m |z − a|
z→a
z6=a
z→a
z6=a
|z − a| z→a
z6=a
|z − a| z→a
z6=a

f (a + h) − f (a)
Como f 0 (a) = lı́m , tomando h = z − a tenemos que
h→0 h
h6=0

f (z) − f (a)
|f 0 (a)| = lı́m

z − a

z6z→a
=a

de donde
lı́m
z→a
|f (z) − f (a)| = |f 0 (a)| lı́m
z→a
|z − a| = 0
z6=a z6=a

Por lo cual la función f es continua en a.

Ejemplos:
1. Las funciones constantes C-valuadas son C-diferenciables, esto es, si
λ ∈ C es fijo, y f (z) = λ para toda z ∈ C, entonces f es C-diferenciable en
a para cada a ∈ C y f 0 (a) = 0.
2. Dada n ∈ C, la función f (z) = z n es C-diferenciable para toda a ∈ C,
pues

f (a + h) − f (a)
f 0 (a) = lı́m
h→0 h
h6=0
(a + h)n − an
= lı́m
h→0 h
h6=0
(an + nan−1 h + . . . + hn ) − an
= lı́m
h→0 h
h6=0
n(n−1) n−2
h(nan−1 + 2 a h + . . . + hn−1 )
=
h
n−1
= na + lı́m hO(a)
h→0
h6=0

= nan−1
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 73

3. La función que a cada z ∈ C le asocia su conjugado no es C-diferenciable.


Si f (z) = z, a ∈ C, y h ∈ R, h 6= 0, entonces

a+h−a a+h−a h
lı́m = lı́m = lı́m = 1,
h→0 h h→0 h h→0 h

por otra parte

a + ıh − a a − ıh − a −ıh
lı́m = lı́m = lı́m = −1,
h→0 ıh h→0 ıh h→0 ıh

por lo cual, el lı́mite no puede existir, es decir, f (z) = z no es C-diferenciable.


A continuación veremos como expresar el hecho de que f es C-diferenciable
en términos de las variables reales x, y, ası́ como de las funciones coordenadas
que determinan a f .

Proposición 3.3.2. Si f : Ω → C es una función complejo valuada definida


sobre Ω, y f es C-diferenciable en a, con a ∈ Ω, entonces

∂f ∂f
1. Existen las derivadas parciales ∂x (a) y ∂y (a).

∂f
2. ∂x (a) = −ı ∂f 0
∂y (a) = f (a)

Demostración. Dado a = α + ıβ ∈ Ω, y h ∈ R, h 6= 0, por definición de f 0 (a)


y unicidad del lı́mite, al identificar C con R2 y f (x+ıy) con f (x, y) tenemos:

f (a + h) − f (a) f (α + h, β) − f (α, β) ∂f
f 0 (a) = lı́m = lı́m = (a).
h→0 h h→0 h ∂x
h6=0 h6=0

De manera similar tenemos:

f (a + ıh) − f (a)
f 0 (a) = lı́m
h→0 ıh
h6=0

f (α, β + h) − f (α, β)
= lı́m
h→0 ıh
h6=0

1 ∂f
= ı ∂y (a) = −ı ∂f
∂y (a)
∂f
En particular ∂x (a) = −ı ∂f 0
∂y (a) = f (a)
74 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Las condiciones de esta proposición no son suficientes para la existencia


de la C-derivada, como muestra el siguiente ejemplo debido a Menchoff
Sea  5
 z

si z 6= 0
|z|4

f (z) =


0 si/z = 0

Entonces  4
f (h) h
= ,
h |h|
el cual toma el valor 1 cuando h es real, o bien, cuando h es imaginario.
Si u = Ref , y v = Imf , entonces ux (0, 0) = vy (0, 0) = 1, uy (0, 0) =
−vx (0, 0) = 0, por lo cual las ecuaciones de Cauchy se satisfacen en el
origen, pero lı́m f (z)/z no existe. Por lo cual, es necesario dar condiciones
z→0
adicionales para garantizar la existencia de la C−derivada.
Nótese que una función f (x, y), de las variables reales x, y puede verse
formalmente como una función g(z, z), de las variables z y z, donde z = x +
ıy, z = x−ıy, ya que x = (z+z)/2 y y = (z−z)/(2ı). Derivando formalmente
∂z/∂z = 0, ∂z/∂z = 1, ∂z/∂z = 0, ∂ z̄/∂ z̄ = 1 . Como consecuencia de la
regla de la cadena en derivadas parciales podemos definir la derivada parcial
de la función f con respecto a las variables z y z, esto es,
Definición 3.3.2. Sea f una función complejo valuada definida sobre un
conjunto abierto Ω ⊂ C, y supóngase que f posee primeras derivadas par-
ciales, con respecto a las variables reales x, y, en el punto a, entonces las
derivadas parciales de la función f con respecto a las variables z y z se
definen como:

   
∂f 1 ∂f ∂f ∂f 1 ∂f ∂f
(a) = (a) − ı (a) , (a) = (a) + ı (a) .
∂z 2 ∂x ∂y ∂z 2 ∂x ∂y

Utilizando esta notación tenemos:


Corolario 3.3.1. Si f es C-diferenciable en Ω, a ∈ Ω, entonces:

∂f ∂f
(a) = f 0 (a), (a) = 0.
∂z ∂z
Recordamos que una función f : Ω ⊂ R2 → R2 puede describirse en
términos de funciones coordenadas como f (x, y) = (u(x, y), v(x, y)), e iden-
tificando vı́a µ(x + ıy) = (x, y), tenemos f (z) = u(z) + ıv(z), basándonos en
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 75

esto, podemos re-escribir el corolario anterior en términos de las funciones


coordenadas u y v como sigue:
Corolario 3.3.2. Si f es una función C-valuada, definida sobre en Ω, a ∈
Ω, y escribimos f = u + ıv, donde u, v : Ω → R. Si f C-diferenciable en a,
entonces:

∂u ∂v ∂u ∂v
(a) = (a) (a) = − .
∂x ∂y ∂y ∂x
Definición 3.3.3. Sea f una función complejo valuada definida sobre Ω ⊂
C, y escriba f = u + ıv, donde u y v son funciones real valuadas definidas
sobre Ω. Las ecuaciones:
∂f ∂f
1. = −ı .
∂x ∂y
∂f
2. = 0.
∂ z̄
∂u ∂v ∂u ∂v
3. = , =− .
∂x ∂y ∂y ∂x
∂f ∂f
4. = .
∂x ∂z
las cuales son equivalentes por pares, se denominan las ecuaciones de Cauchy-
Riemann.
Ahora estamos interesados en determinar condiciones suficientes para
que una función sea C−diferenciable.
Proposición 3.3.3. Sea Ω ⊂ C un subconjunto abierto, f : Ω → C una fun-
ción complejo valuada definida en Ω, supóngase que ∂f /∂x, ∂f /∂y existen
y son continuas en Ω. Supóngase además que

∂f ∂f
= −ı sobre Ω.
∂x ∂y

Entonces f es C−diferenciable en Ω.

Demostración. Sea ζ = ξ + ıη ∈ C con ξ, η ∈ R, y escribamos f = u + ıv,


donde u y v son funciones real valuadas definidas en Ω. Sea a = α + ıβ ∈ Ω
con α, β ∈ R.
Entonces
76 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

u(a + ζ) − u(a) = u(α + ξ, β + η) − u(α, β)

∂u ∂u
= (α, β)ξ + (α, β)η + ε1 (ξ, η),
∂x ∂y

ε1 (ξ, η)
donde lı́m = 0; se cumple por el teorema de Taylor ya que las
ξ,η→0 |ξ| + |η|
funciones ∂u/∂x, ∂u/∂y son continuas.
Analogamente

∂v ∂v
v(a + ζ) − v(a) = (α, β)ξ + (α, β)η + ε2 (ξ, η),
∂x ∂y
ε2 (ξ, η)
donde lı́m = 0; multiplicando esta última ecuación por ı y sumándola
ξ,η→0 |ξ| + |η|
a la ecuación anterior tenemos:
∂f ∂f
f (a + ζ) − f (a) = (a)ξ + (a)η + ε(ζ),
∂x ∂y

ε(ζ)
donde lı́m = 0. Como ∂f /∂y = ı(∂f /∂x), entonces
ζ→0 ζ
f (a + ζ) − f (a) ∂f ε(ζ) ∂f
lı́m = (a) + lı́m = (a).
ζ→0 ζ ∂x ζ→0 ζ ∂x
ζ6=0

La hipótesis de la continuidad en las derivadas parciales resulta ser su-


perflua, este hecho fue demostrado por Looman (1923) en Über die Cauchy-
Riemannschen Differentialgleichungen, prueba que, desafortunadamente tenı́a
un error, el cual fue corregido por Menchoff (1936) en Les conditions de
monogénéité. Ya que la demostración de este resultado es bastante técnica,
no la incluimos en este momento, sin embargo, a continuación enunciamos
la versión fuerte de este resultado.
Teorema 3.3.1 (Looman-Menchoff). Sea f una función C-valuada, contin-
ua definida sobre un conjunto abierto Ω ⊂ C. Supóngase que las derivadas
parciales ∂f /∂x y ∂f /∂y existen en cada punto de Ω y satisfacen las ecua-
ciones de Cauchy-Riemann ∂f /∂x = −ı(∂f /∂y). Entonces f es C-diferenciable
en Ω.
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 77

Podemos reescribir la última proposición de la sección anterior como


sigue:

Proposición 3.3.4. Sea f : Ω → C una función C-valuada, continua defini-


da sobre un conjunto abierto Ω ⊂ C, y sea a ∈ Ω. Entonces f satisface
las ecuaciones de Cauchy Riemann si, y sólo si la aplicación diferencial
Dfa : C → C es una transformación C-lineal. En este caso

Dfa (ζ) = f 0 (a) · ζ para toda ζ ∈ C.

Otras propiedades que cumplen las funciones C-diferenciables son las


siguientes:

Proposición 3.3.5. Sea Ω un subconjunto abierto, no vacı́o. Si f y g son


funciones C-diferenciables en Ω y λ ∈ C, entonces:

1. λf + g es C-diferenciable, y (λf + g)0 = λf 0 + g 0 .

2. f · g es C-diferenciable, y (f · g)0 = f 0 · g + f · g 0 .

3. Si g(z) 6= 0 para toda z ∈ Ω, entonces f /g es C-diferenciable y

 0
f f 0 · g − f · g0
=
g g2

Demostración. Para demostrar estas propiedades aplicaremos los teoremas


de lı́mites.
Para la primera propiedad notamos que:
(λf + g)(a + h) − (λf + g)(a)
lı́m
h→0 h
h6=0

λf (a + h) − λf (a) g(a + h) − g(a)


= lı́m + lı́m
h→0 h h→0 h
h6=0 h6=0

f (a + h) − f (a) g(a + h) − g(a)


= λ lı́m + lı́m
h→0 h h→0 h
h6=0 h6=0

= λf 0 (a) + g 0 (a)

Para la segunda propiedad tenemos:


78 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

(f g)(a + h) − (f g)(a)
lı́m
h→0 h
h6=0
 
(f g)(a + h) − f (a + h)g(a) f (a + h)g(a) − f (a)g(a)
= lı́m + 
h→0 h h
h6=0

g(a + h) − g(a) f (a + h) − f (a)


= lı́m f (a + h) + lı́m g(a)
h→0 h h→0 h
h6=0 h6=0

= f (a)g 0 (a) + f 0 (a)g(a)

Para la tercer propiedad:

( fg )(a + h) − ( fg )(a) f (a + h)g(a) − f (a)g(a + h)


lı́m = lı́m
h→0 h h→0 hg(a + h)g(a)
h6=0 h6=0

(f (a + h) − f (a))g(a) − f (a)(g(a + h) − g(a))


= lı́m
h→0 hg(a + h)g(a)
h6=0

f (a + h) − f (a) g(a)
= lı́m lı́m
h→0 h h→0 g(a + h)g(a)
h6=0 h6=0
g(a + h) − g(a) 1
−f (a) lı́m lı́m
h→0 h h→0 g(a + h)g(a)
h6=0 h6=0

f 0 (a)g(a) − f (a)g 0 (a)


=
g 2 (a)

Proposición 3.3.6 (La Regla de la Cadena). Si U, V ⊂ C son abiertos,


y f : U → C, g : V → C son C-diferenciables, y f (U ) ⊂ V , entonces
g ◦ f : U → C también es C-diferenciable en U . Además, si a ∈ U entonces
(g ◦ f )0 (a) = g 0 (f (a)) · f 0 (a).

Demostración. Fijemos a ∈ U , y elijamos un número r > 0 tal que B(a, r) ⊂


U . Deseamos demostrar que si 0 < |hn | < r y lı́m hn = 0, entonces
n→∞

g(f (a + hn )) − g(f (a))


lı́m
n→∞ hn
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 79

existe y es igual a g 0 (f (a))f 0 (a).


Primer caso: Supóngase que f (a) 6= f (a + hn ) para toda n ∈ N. En este
caso

g ◦ f (a + hn ) − g ◦ f (a) g(f (a + hn )) − g(f (a)) f (a + hn ) − f (a)


=
hn f (a + hn ) − f (a) hn
Como lı́m f (a + hn ) − f (a) = 0 y toda función C−derivable es contin-
n→∞
ua, entonces
g ◦ f (a + hn ) − g ◦ f (a)
lı́m = g 0 (f (a))f 0 (a)
n→∞ hn
Segundo caso: Si f (a) = f (a + hn ) para una infinidad de valores de n.
Descompongamos la sucesión {hn } como la unión de dos sucesiones {kn }
y{ln }, donde f (a) 6= f (a + kn ) y f (a) = f (a + ln ) para toda n ∈ N. Como
f es diferenciable,
f (a + ln ) − f (a)
f 0 (a) = lı́m =0
n→∞ ln
Además
g ◦ f (a + ln ) − g ◦ f (a)
lı́m =0
n→∞ ln
Por el primer caso
g ◦ f (a + kn ) − g ◦ f (a)
lı́m = g 0 (f (a))f 0 (a) = 0.
n→∞ kn
De donde
g ◦ f (a + hn ) − g ◦ f (a)
lı́m = 0 = g 0 (f 0 (a))f 0 (a).
n→∞ hn
El caso general es consecuencia de los casos anteriores.

Proposición 3.3.7 (El Teorema de la función inversa). Si a ∈ Ω y f es una


función C-diferenciable, tal que f 0 (a) 6= 0, entonces existe una vecindad U
de a y una vecindad V de f (a) tal que f|U : U → V es biyectiva, su inversa
−1
f|V : V → U es C-diferenciable en V , y su derivada está dada por:
−1
df|V (w) 1
= 0 (z) , donde w = f|V (z)
dw f|V
.
80 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Demostración. Como f es C−diferenciable en a, entonces


 ∂u ∂v

∂x (a) − ∂x (a)
Df (a) =  
∂v ∂u
∂x (a) ∂x (a)
 2  2
∂u ∂v
y det Df (a) = (a) + = |f 0 (a)|2 6= 0.
∂x ∂x
Aplicando el teorema de la función inversa para funciones de R2 en R2 ,
se deduce que existen vecindades abiertas U de a y V de f (a) en C tales que
f|U : U → V es biyectiva; f −1 es R−diferenciable en V , y para cada z ∈ U
se tiene
 ∂u ∂v

∂x (z) ∂x (z)
 
1
Df −1 (f (z)) =  
det Df (z) ∂v ∂u
− ∂x (z) ∂x (z)
Por lo que f −1 satisface las ecuaciones de Cauchy-Riemann en V , y por lo
tanto es C−diferenciable. Además

f 0 (z)
 
−1 0 1 ∂u ∂v 1
(f ) (f (z)) = (z) − ı (z) = 0 2
= 0
det Df (z) ∂x ∂x |f (z)| f (z)

Proposición 3.3.8. Si Ω ⊂ C es un subconjunto abierto, conexo, y f : Ω →


C es una función C-diferenciable en Ω tal que f 0 (z) = 0 para toda z ∈ Ω,
entonces f es una función constante en Ω.

Demostración. Si z, w ∈ Ω, queremos demostrar que f (z) = f (w). Como


Ω es conexo, podemos encontrar una curva γ : [0, 1] → Ω tal que γ(0) = z
y γ(1) = w. Además, existe una partición 0 = t0 < t1 < . . . < Tn = 1
del intervalo [0, 1] tal que γ[ti−1 ,ti ] es diferenciable para cada i ∈ {1, . . . , n}.
Como consecuencia de la regla de la cadena en dichos subintervalos se tiene

df (γ(t))
= f 0 (γ(t))γ 0 (t) = 0,
dt
pues f 0 (s) = 0 para toda s ∈ Ω. Por otra parte, si f = u + ıv, con u y v
funciones real valuadas definidas en Ω, entonces

df (γ(t)) du(γ(t)) dv(γ(t))


0= = +ı ,
dt dt dt
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 81

para cada t ∈ [ti−1 , ti ], de donde

du(γ(t)) dv(γ(t))
=0 y = 0,
dt dt
y como u ◦ γ son funciones real valuadas de variable real con derivadas cero,
de cálculo elemental sabemos que, u ◦ γ y v ◦ γ son funciones constantes
en cada subintervalo [ti−1 , ti ] ⊂ [0, 1], además u ◦ γ(ti ) = u ◦ γ(ti−1 ) y
v ◦ γ(ti ) = v ◦ γ(ti−1 ), para cada i ∈ {1, . . . , n}. Por lo tanto , existen
c1 , c2 ∈ C tales que u ◦ γ = c1 , y v ◦ γ = c2 con c1 , c2 ∈ R. De donde

f (z) = (u + ıv)(z) = c1 + ıc2 = (u + ıv)(w) = f (w).

Proposición 3.3.9. Sea f una función complejo valuada definida en Ω.


Supónga que ∂f /∂x, ∂f /∂y existen y son continuas en Ω. Supóngase que
además

∂f ∂f
= −ı en Ω
∂x ∂y
entonces, f es C-diferenciable en Ω.

Demostración. Dado ζ = ξ + ıη ∈ C, ξ, η ∈ R escribamos f = u + ıv, donde


u, v : Ω → R. Sea a = α + ıβ ∈ Ω, α, β ∈ R. Como ∂u/∂x y ∂v/∂y existen y
son continuas, como consecuencia del teorema de Taylor tenemos que:

u(a + ζ) − u(a) = u(α + ξ, β + η) − u(α, β)


∂u ∂u
= (α, β) · ξ + (α, β) · η + ε1 (ξ, η),
∂x ∂y

donde ε1 (ξ, η)/(|ξ| + |η|) → 0 si ξ, η → 0. Analogamente,

v(a + ζ) − v(a) = v(α + ξ, β + η) − v(α, β)


∂v ∂v
= (α, β) · ξ + (α, β) · η + ε2 (ξ, η),
∂x ∂y

donde ε2 (ξ, η)/(|ξ| + |η|) → 0 si ξ, η → 0.


82 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Luego entonces:

f (a + ζ) − f (a) = (u + ıv)(a + ζ) − (u + ıv)(a)


= [u(a + ζ) − u(a)] + ı[v(a + ζ) − v(a)]
∂u ∂u ∂v
= [ (α, β) · ξ + (α, β) · η + ε1 (ξ, η)] + ı[ (α, β) · ξ
∂x ∂y ∂x
∂v
+ (α, β) · η + ε2 (ξ, η)]
∂y
∂f ∂f
= (a) · ξ + (a) · η + ε(ζ),
∂x ∂y

donde ε(ζ)/(|ζ|) → 0. cuando ζ → 0. Como ∂f /∂y = ı(∂f /∂x), tenemos

f (a + ζ) − f (a) ∂f ε(ζ) ∂f
lı́m = (a) + lı́m = (a).
ζ→0,ζ6=0 ζ ∂x ζ→0,ζ6=0 ζ ∂x

Es decir,f es C-diferenciable en a.

Como veremos posteriormente, hay una forma alternativa de definir una


función C−diferenciable, esta se basa en la representación local de una fun-
ción en términos de una serie de potencias convergente, las cuales se deno-
minan funciones holomorfas, como vimos en el capı́tulo anterior.
A continuación veremos que toda función holomorfa es C-diferenciable
en el interior de su cı́rculo de convergencia.
El recı́proco también es cierto, toda función C-diferenciable es holomor-
fa, lo cual demostraremos a lo posterormente, esto nos permitirá utilizar
indistintamente los términos C-diferenciable, y holomorfo.
Antes de demostrar que toda función holomorfa es C−diferenciable, de-
mostraremos el siguiente lemma.

Lema 3.3.1. Sean α, β ∈ C, entonces

|(α + β)n − αn | ≤ n|β|(|α| + |β|)n−1

para cada n ∈ N.

Demostración. Si α = 0 el enunciado es obvio. Supongamos que α 6= 0, y


sea t = β/α, entonces
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 83

|(α + β)n − αn | = |αn [(1 + t)n − 1]|


n  
X n
= |α|n tk

k
k=1
n  
X n
≤ |α|n |t|k
k
k=1
= |α| [(1 + |t|)n − 1]
n

Para τ ≥ 0, tenemos
Z τ
n
(1 + τ ) − 1 = n (1 + u)n−1 du ≤ nτ (1 + τ )n−1 .
0

De donde

 n−1
n n n
β β
|(α + β) − α | ≤ |α| · n · 1 +
= n|β|(|α| + |β|)n−1 .
α α


X
Proposición 3.3.10. Sea R > 0 y supónga que la serie cn (z − a)n
n=0
converge a f (z) si |z − a| < R. Entonces f es C-diferenciable en B(a, R) =
{z; |z − a| < R}. Además

X
f 0 (z) = ncn (z − a)n−1
n=1

Demostración. Sea z ∈ B(a, R), y ζ ∈ C, 0 < |ζ| < 21 (R − |z − a|). Entonces



X (z + ζ − a)n − (z − a)n
1
(f (z + ζ) − f (z)) = cn
ζ ζ
n=1

Sea N > 0, como consecuencia del lema anterior


X (z + ζ − a)n − (z − a)n X X
cn ≤ n|cn |(|ζ|+|z−a|)n−1 ≤ n|cn |ρn−1

ζ


n=N n>N n>N
84 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

donde ρ = 21 (R+|z−a|) < R. Como |z−a| < R, también tenemos |z−a| < ρ.
De donde



f (z + ζ) − f (z) X
n−1
− ncn (z − a)

ζ


n=1
N
(z + ζ − a)n − (z − a)n

X X
n−1
n|cn |ρn−1 .

≤ |cn |
− n(z − a) + 2
ζ
n=1 n>N

Ahora, dada ε > 0, podemos elegir N , que depende de ε, z, R, tal que


X 1
n|cn |ρn−1 < ε. Además
2
n>N

(z + ζ − a)n − (z − a)n
lı́m = n(z − a)n−1
ζ→0 ζ

Entonces, podemos elegir δ > 0, que depende de N, z y {cn }, n ≤ N , donde


δ < 12 (R − |z − a|), tal que
(z + ζ − a)n − (z − a)n

X
n−1

|cn |
− n(z − a) < ε para 0 < |ζ| < δ
ζ
n≤N

Ası́, para 0 < |ζ| < δ, tenemos




f (z + ζ) − f (z) X
− ncn (z − a)n−1 < 2ε.

ζ


n=1

Además la convergencia es uniforme en z si z se restringe al disco B(a, r) =


{z; |z − a| ≤ r} donde r < R.

Corolario 3.3.3. Si Ω es abierto en C, cualquier función holomorfa en Ω


es C-diferenciable en Ω.

X
Corolario 3.3.4. Si f (z) = cn (z − a)n tiene radio de convergencia R >
n=0
0, entonces
1. Para cada k ≥ 1 la serie

X
n(n − 1) · (n − k + 1)cn (z − a)n−k
n=k
3.3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES Y HOLOMORFAS. 85

tiene radio de convergencia R;


2. La función f es infinitamente C-diferenciable sobre B(a, R) y, además,
para k ≥ 1 y z ∈ B(a, R) tenemos:

X
(k)
f (z) = n(n − 1) · (n − k + 1)cn (z − a)n−k ;
n=k

3. Para n ≥ 0, el n-ésimo término de la serie de f satisface

1 (n)
cn = f (a).
n!
Corolario 3.3.5. Si Ω es abierto en C y f es holomorfa en Ω, entonces f
es infinitamente C−diferenciable en Ω.

Ejemplos:

X
1. Considere la serie f (z) = z n /n2 , como consecuencia del criterio de
n=1
la razón, esta serie tiene radio de convergencia
2
1/n2

n+1
R = lı́m = lı́m =1
n→∞ 1/(n + 1)2 n
y su derivada está dada como
∞ ∞
0
X nz n−1 X z n−1
f (z) = = .
n2 n
n=1 n=1

Note que la serie de f 0 (z) no converge para z = 1, de donde f no puede


extenderse analı́ticamente a cualquier región que contenga a la cerradura del
disco unitario.
X∞
2. Por otra parte, si consideramos la serie f (z) = z n /n!, como con-
n=1
secuencia del criterio de la razón

1/n!
R = lı́m = lı́m (n + 1) = ∞
n→∞ 1/(n + 1)! n→∞
y su derivada es
∞ ∞
0
X nz n X z n−1
f (z) = = = f (z).
n! (n − 1)!
n=1 n=1
86 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

3.4. Algunas funciones importantes


El objetivo principal de esta sección es extender algunas funciones ele-
mentales de variable real a variable compleja, tales como las funciones trigonométri-
cas, la exponencial y la logarı́tmica.

3.4.1. La fórmula de Euler


Como mencionamos en el primer capı́tulo, en 1740 Leonhard Euler des-
cubrió la fórmula
eıθ = cos θ + ı sin θ
Para explicar la fórmula de Euler debemos responder a la pregunta ¿Qué sig-
nifica eıθ ?
Si x es un número real, sabemos que la función f : R → R definida por
f (x) = ex satisface las propiedades
df
= f (x), y f (0) = 1.
dx
De manera similar, si k es una constante real, entonces ekx , queda definido
por la propiedad
df
= kf (x), y f (0) = 1.
dx
Puede extenderse la acción de la función exponencial ex de valores reales, a
valores imaginarios, pidiendo que esta propiedad se cumpla para k = ı, esto
es
d eıt
= ieıt
dt
Para que esta ecuación tenga sentido, imaginemos a una partı́cula mo-
viéndose a lo largo de una curva en C. Este movimiento puede describirse
parametricamente diciendo que en el tiempo t la partı́cula ocupa la posi-
ción γ(t). La velocidad v(t) es el vector cuya longitud y dirección están
determinados por la velocidad instantanea, y la dirección instantanea del
movimiento, tangente a la trayectoria, del movimiento de la partı́cula.

dγ γ(t + h) − γ(t)
(t) = lı́m = v(t).
dt h→0,h6=0 h
Ası́, dada una función compleja γ(t) de la variable real t, podemos vi-
sualizar γ como la posición de una partı́cula en movimiento, con velocidad
dγ/dt.
Si γ(t) = eıt , como
3.4. FUNCIONES 87

d eıt
= ieıt
dt
tenemos que la velocidad es igual a la posición girada por un ángulo recto.
Como la posición inicial de la partı́cila es γ(0) = e0 = 1, la velocidad
inicial es ı ası́ la partı́cula se mueve en dirección vertical hacia arriba. Un
instante después la partı́cula se mueve ligeramente en esta dirección, y la
nueva velocidad formará un ángulo recto con respecto al nuevo vector de
posición. Continuando con este proceso, podemos ver que la partı́cula se
mueve alrededor del cı́rculo unitario.
Sabemos que |γ(t)| = 1 a lo largo del movimiento, se sigue que la veloci-
dad de la partı́cula |v(t)| = 1. Ası́, después de un tiempo t = θ la partı́cula
viajará una distancia θ alrededor del cı́rculo unitario, y ası́ el ángulo de
γ(t) = eıθ será θ. Este es el significado geométrico de la fórmula de Euler.

Figura 3.1: Representación geométrica de la fórmula de Euler.

3.4.2. La función exponencial.


Podemos definir la función exponencial como la solución de la ecuación
diferencial f 0 (z) = f (z) con condición inicial f (0) = 1. Si suponemos que
hay una función holomorfa que, en una vecindad del origen, satisfaga esta
propiedad, entonces

f (z) = c0 + c1 z + . . . + cn z n + . . .
0
f (z) = c1 + 2c2 z + . . . + ncn z n−1 + . . .
0
si queremos que f = f , como dos series de potencias alrededor del cero
coinciden si coinciden término a término, debemos tener cn−1 = ncn para
toda n ≥ 1, ahora bien, la condición inicial f (0) = 1 nos dice c0 = 1, de
88 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

1
donde c1 = 1, ası́ 2c2 = 1, es decir, c2 = 2 y, procediendo inductivamente
1
podemos ver que, an = n! .
Definición 3.4.1. La solución a la ecuación diferencial

f 0 (z) = f (z) con condición inicial f (0) = 1

se denota ez o bien exp z, este determina una función holomorfa, la cual se


denomina la función exponencial.
Por supuesto, como consecuencia del criterio de la razón, la serie

X zn
ez = ,
n!
n=0

tiene radio de convergencia infinito, es decir, la serie converge en todo el


0
plano. Nuevamente, como consecuencia de la ecuación diferenical f (z) =
f (z), tenemos que la función exponencial satisface el teorema de la adición,
esto es:
Teorema 3.4.1 (El teorema de la adición). Si a, b ∈ C entonces:

ea+b = ea + eb

Demostración. Sabemos que,


d z c−z d z d
(e · e ) = (e ) · ec−z + ez (ec−z )
dz dz dz
= ez · ec−z + ez · (−ec−z ) = 0,

como ez esta definida y es holomorfa en C, el cual es conexo, también la


función ez · ec−z , es holomorfa en C y su derivada es identicamente nula en
C.
De la proposición 26 se sigue que ez · ec−z es constante. Para encontrar
el valor de dicha constante bastará evaluar esta función en z = 0, por lo
que ez · ec−z = e0 · ec−0 = ec , tomando z = a y c = a + b tenemos
ea+b = ea + eb .

Como consecuencia del teorema de la adición tenemos diversas propiedades,


las cuales enunciaremos a continuación:
Corolario 3.4.1. La función exponencial es nunca nula.

Demostración. Como consecuencia del teorema de la adición ez · e−z = e0 =


1, lo cual muestra que ez es nunca nula.
3.4. FUNCIONES 89

Para x ∈ R el desarrollo en serie de la exponencial muestra que ex > 1


si x > 0, y ası́, ex y e−x son recı́procos, y 0 < ex < 1 cuando x < 0.
Proposición 3.4.1. Si z = x + ıy ∈ C entonces
ez = ex (cos y + ı sin y)
Demostración. Si z = x + ıy con x, y ∈ R, el teorema de la adición nos dice
que ez = ex+ıy = ex · eıy . Ahora


ıy
X (ıy)n
e =
n!
n=0
∞ ∞
X y 2n
n
X y 2n+1
= (−1) +ı (−1)n
(2n)! (2n + 1)!
n=0 n=0

= cos y + ı sin y
de donde ez = ex (cos y + ı sin y)
Corolario 3.4.2. Si z = x + ıy, entonces |ez | = ex .
El hecho que la serie tenga coeficientes reales implica que exp z̄ es el
complejo conjugado de exp z, esto es, exp(z̄) = exp(z). Ası́
|eıy |2 = eıy · eıy = eıy · e−ıy = 1.
De lo anterior podemos concluir que ez = 1 si, y sólo si, z = 2πin para
algún entero n. Antes de continuar analizando esta función, recordamos que
Definición 3.4.2. Una función f (z) tiene periodo c si, f (z +c) = f (z) para
toda z. En este caso decimos que f es una función periódica de periodo c.
Luego entonces, si ez+c = ez , entonces ec = 1, ası́ c = 2πın con n ∈ N.
Y podemos concluir que
Corolario 3.4.3. La función exponencial es periódica de periodo 2πı.
Desde un punto de vista algebraico, la aplicación w = eıy establece un
homomorfismo entre el grupo aditivo de los números reales y el grupo mul-
tiplicativo de los números complejos de módulo uno. El núcleo de este ho-
momorfismo es el subgrupo formado por todos los múltiplos enteros de 2π
La geometrı́a de la función exponencial es simple, por ejemplo, la recta
horizontal Im z = y se transforma en la semirecta que parte del origen con
argumento y. Por otra parte, dada x ∈ R se transforma en la circunferencia
de radio ex recorrido una infinidad de veces.
90 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Proposición 3.4.2. Sea y0 ∈ R,la función exponencial restringida al con-


junto
Ay0 = {z ∈ C; y0 ≤ Im z < y0 + 2π}
es biyectiva sobre C \ {0}

Demostración. Si z1 , z2 ∈ R son tales que ez1 = ez2 , entonces ez1 −z2 = 1, por
lo que z1 − z2 = 2πın con n ∈ Z, y como z1 , z2 ∈ Ay0 , entonces z1 − z2 = 0,
por lo que, la función exponencial restringida a R es inyectiva.
Como mencionamos anteriormente, la función exponencial es nunca nula,
por lo que, la imagen de la función exponencial esta contenida en el conjunto
C \ {0}. Si w ∈ C \ {0}, entonces existe z = x + ıy tal que ez = w si, y
sólo si, ln |w| = x y exp(ı arg w) = exp(ıy), esta última ecuación tiene una
infinidad de soluciones, una de las cuales satisfacen y0 ≤ y ≤ y0 + 2π. Por
lo que, la función exponencial restringida al conjunto Ay0 es suprayectiva
sobre C \ {0}

3.4.3. La función logaritmo


Junto con la función exponencial debemos estudiar su función inversa,
d exp z
el logaritmo. Ya que 6= 0 para toda z ∈ C, el teorema de la función
dz
inversa nos dice que exp z, al menos localmente, tiene función inversa.
Por definición, z = log w es una “raı́z”de la ecuación ez = w.
Como ez 6= 0 para toda z ∈ C, entonces z = log 0 no tiene solución, esto
es, el número cero no tiene logaritmo.
Como vimos en la proposición 30, para w 6= 0, la ecuación ex+ıy = w es
equivalente a
w
ex = |w|, eıy = .
|w|
La primera ecuación tiene una única solución, a saber, x = ln |w|, donde ln
denota la función logaritmo natural real. Por otra parte, la segunda ecuación
nos da un número complejo de módulo uno, la cual tiene una única solución
si y0 ≤ y < y0 + 2π. La parte imaginaria de log w se denomina el argumento
de w y se denota arg w.
Además, podemos encontrar una solución diferente módulo múltiplos en-
teros de 2π esto es, todo número complejo distinto de cero tiene una infinidad
de logaritmos, los cuales difieren uno del otro por múltiplos enteros de 2πi.
Ası́, para que log sea una función, es necesario restringir el contradominio,
por el momento, éste conjunto será de la forma:

Ay0 = {z ∈ C; y0 ≤ Im z < y0 + 2π}


3.4. FUNCIONES 91

o bien
By0 = {z ∈ C; y0 < Im z ≤ y0 + 2π}
Definición 3.4.3. La función con dominio C \ {0}, contradominio Ay0 y
regla de correspondencia

log z = ln |z| + ı arg z, arg z ∈ [y0 , y0 + 2π)

se denomina una rama de logaritmo.


Por convención, el logaritmo log w de un número real positivo w siempre
se toma como el logaritmo real de w, esto es, ln w, a menos que se especifı́que
lo contrario.
La geometrı́a de la función logaritmo es la inversa de la geometrı́a de
la función exponencial, esto puede deducirse facilmente si expresamos z ∈
C \ {0} en forma polar, esto es, si z = reıθ , podemos ver que circunferen-
cias concéntricas al origen se transforman en segmentos de recta verticales,
mientras que las semirectas que parten del origen se transforman en rectas
horizontales,
Proposición 3.4.3. La función logaritmo es la inversa de la exponencial
en el siguiente sentido: si log z representa una rama de logaritmo, entonces

exp(log z) = z, para cada z ∈ C \ {0};

Además, si se elige la rama y0 ≤ y < y0 + 2π, entonces

log(exp z) = z, para cada z ∈ A y0

Demostración. Como log z = ln |z| + ı arg z, entonces


z
exp(log z) = exp(ln |z|) · exp(ı arg z) = |z| = z.
|z|

Recı́procamente, si z = x + ıy, con y0 ≤ y < y0 + 2π, como arg(ez ) =


arg(eıy ) = y, se tiene

log(exp z) = ln | exp z| + ı arg(exp z) = ln(ex ) + ıy = z.

Las ramas de logaritmo se pueden definir en conjuntos más generales que


Ay0 y By0 , esto es:
92 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Definición 3.4.4. Sea Ω ⊂ un conjunto abierto, conexo y tal que 0 ∈ / Ω, y


sea f : Ω → C una función continua tal que z = exp(f (z)) para toda z ∈ Ω.
La función f se denomina una rama de logaritmo.

Si f es una rama de logaritmos definida sobre un cojunto abierto, conexo


Ω ⊂ C, que no contenga tenga al cero, y n ∈ Z, y basamos en lo discutido
en los párrafos anteriores, entonces la función g(z) = f (z) + 2πın es otra
rama de logaritmo. Recı́procamente, si f y g son dos ramas de logaritmo,
entonces para cada z ∈ Ω, se tiene que f (z) = g(z) + 2πın para algún
entero n donde, en principio, el entero n depende de la elección del punto
z. Sin embargo, podemos ver que el entero n es independiente de z ∈ Ω,
para esto, consideremos la función h(z) = [f (z) − g(z)] = 2πi. Como f y g
son continuas en Ω, la función h resulta continua en Ω, y su imagen h(Ω)
es un subconjunto de Z. Como Ω es conexo, y la imagen bajo una función
continua de un conjunto conexo es conexo, entonces h(Ω) ⊂ Z es conexo.
Luego entonces h(z) es constante, es decir, existe n ∈ Z tal que h(z) = n
para toda z ∈ Ω. De donde ,f (z) = g(z) + 2πni.
A continuación fabricaremos explicitamente una rama de logaritmo, la
cual se denomina la rama principal de logaritmo.
Sea Ω := C \ {z ∈ C ; Re z ≤ 0 y Im z = 0}, podemos ver que Ω es un
subconjunto abierto y conexo de C, y que corresponde al plano menos el eje
real negativo. Cada punto z ∈ Ω, puede representarse en forma única como
z = |z|eıθ con −π < θ < π, donde θ = arg z. Para θ ∈ (−π, π), definimos la
rama principal de la función logaritmo como:

log z = ln |z| + ı arg z,


donde ln |z| es el logaritmo natural del número real positivo |z|.
El teorema de la adición para la función exponencial implica:

log(z1 · z2 ) = log z1 + log z2

y
arg(z1 · z2 ) = arg z1 + arg z2 mod 2π.

Como dez /dz = ez 6= 0, el teorema de la función inversa implica que,


localmente, ez tiene inversa, (y como la función inversa es única, esta debe
ser una rama de la función logaritmo). Además, la derivada de la función
inversa f −1 de la función exponencial f (z) = ez , en el punto w = ez es
igual a (f −1 )0 (w) = 1/ez = 1/w, de donde: d log z/dz = z1 , obtenemos ası́ el
sigueinte resultado:
3.4. FUNCIONES 93

Corolario 3.4.4. Una rama de la función logaritmo es C−diferenciable, y


su derivada es z −1 .
Aún más, dado un abierto conexo Ω ⊂ C \ {0}, si f es una rama de
logaritmo definida en Ω, y b ∈ C es fijo, podemos definir una función g; Ω →
C por g(z) = exp(bf (z)).
Si b ∈ Z, entonces g(z) = z b . Esto nos permite definir una rama de
z para b ∈ Z. Si escribimos g(z) = z b como función, deberemos entender
b

z b = exp(b log z), donde log z es la rama principal de logaritmo, en particular,


como g(z) es composición de funciones C−diferenciables, entonces g(z) = z b
es C−diferenciable, y g 0 (z) = bz b−1 . De manera general tenemos la siguiente
definición:
Definición 3.4.5. Si a, b ∈ C, y a 6= 0, y log es una rama de logaritmo, se
define ab como exp(b log a).
Si a es un número real positivo, log a también es un número real, y ab
es univaluada.
Proposición 3.4.4. Si b es un número racional, con forma reducida pq ,
entonces
√ ab admite exactamente q valores distintos, y pueden representarse
como a , las raı́ces q−ésimas de z p .
q p

Demostración. Se tiene que


   
p p
exp (2πın) = exp (2πım)
q q
para m, n ∈ Z si, y sólo si,
p
(n − m) ∈ Z
q

y como m.c.d(p, q) = 1, lo anterior se satisface cuando, y sólo cuando n es


congruente con m módulo q, por lo que z p/q toma exactamente q valores.
Además
  q
p
exp log z = exp(p log z) = z p .
q

Proposición 3.4.5. Si a, b ∈ C, a 6= 0 y b ∈
/ Q son números fijos, entonces
b
a toma un número infinito de valores.
94 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Demostración. Si b ∈ R \ Q, y n, m ∈ Z entonces eb2πın = eb2πım si, y sólo


si, eb2πı(n−m) = 1, de donde b(n − m) ∈ Z cuando, y sólo cuando n = m.
Por otra parte, si b = x + ıy ∈ C \ R, entonces eb2πın = e−2πny e2πıx . Por
lo que, si eb2πın = eb2πım , al tomar normas obtenemos e−2πny = e−2πmy y
m=n

Basados en este concepto tenemos:



n
Definición 3.4.6. La función raı́z n−ésima, que denotaremos z, o bien,
z 1/n , se define como
 
log z
exp ,
n

donde log z denota una rama de logaritmo.

Al final de este capı́tulo, estudiaremos con más detalle esta función.


Como una aplicación
√ de lo visto anteriormente, analizaremos ahora la
función f (z) = z 2 + 1 usando la rama principal de logaritmo D = {z; −π <
arg z < π}.

Recordamos que la función z, tiene una discontinuidad cuando cruzamos
el eje real negativo, cambiando de valores positivos a negativos al cruzar el
eje x en el sentido contrario a las manecillas del reloj.
El número z 2 + 1 cruza esta recta en sentido contrario a las manecillas
del reloj caundo z cruza el semieje √ (ı, ı∞) o bien, el semieje (−ı∞, −ı). Ası́,
estos ejes son discontinuidades de z 2 + 1.





Figura 3.2: Representación del dominio de la función f (x) = z2 + 1
3.4. FUNCIONES 95

3.4.4. Las fuciones trigonométricas


Definición 3.4.7. Se definen las funciones trigonométricas como:

eiz + e−iz eiz − e−iz


cos z = , sin z =
2 2i
que se denominan respectivamente, las funciones coseno y seno.
Estas funciones son claramente holomorfas, y ası́, C-diferenciables en C.
Nótese que cos z = cos(−z) y sin(−z) = − sin z.
Sustituyendo la expresión en serie de potencias de eız obtenemos

z2 z4
cos z = 1 − + − ...
2! 4!
z3 z5
sin z = z − + − ...
3! 5!
P araz = x ∈ R estas expresiones se reducen al desarrollo de Taylor de la se-
ries cos x y sin x, y tienen propiedades similares a las funciones trigonométri-
cas de variable real, pero también tendremos diferencias significativas, tales
como el hecho de que estas funciones no son acotadas.
Como consecuencia de las definiciones de las funciones cos z y sin z ten-
emos la fórmula de Euler

eız = cos z + ı sin z

ası́ como la identidad


cos2 z + sin2 z = 1.
También es fácil verificar que

cos0 z = − sin z, sin0 z = cos z.


Y la fórmula de adición de la función exponencial nos induce las fórmulas
de la adición de las funciones trigonométricas:

cos(a + b) = cos a cos b − sin a sin b

sin(a + b) = cos a sin b + sin a cos b


Además, como la función exponencial es periodica de periodo 2πı, ten-
emos, como consecuencia de la definición, que las funciones trigonométricas
seno y coseno son periódicas de periodo 2π. Además
π 
sin − z = cos z.
2
96 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

Es interesante notar que las funciones seno y coseno complejas se relacio-


nan con las funciones trigonométricas hiperbólicas reales, esto es, si x ∈ R
entonces

cosh x = cos(ıx) y ı sinh x = sin(ıx).


Ya que

eı(ıx) + e−ı(ıx) e−x + ex


cos(ıx) = = = cosh x
2 2
y

eı(ıx) − e−ı(ıx) e−x + ex e−x − ex ex + e−x


 
sin(ıx) = = = =ı = ı sinh x
2 2ı 2ı 2

Si definimos la función tangente como


sin z
tan z =
cos z
es C−diferenciable si sin z 6= 0, es decir, cuando
tenemosque esta función 
(2k + 1)π
z ∈C\ ;k ∈ Z .
2
Nótese que
lı́m tan z = ∞.
(2k+1)π
z→ 2

En este caso, las fórmulas de adición nos dicen que


tan a + tan b
tan(a + b) =
1 − tan a tan b
en particular

tan x(1 − tanh2 y) (1 + tan2 x) tanh y


tan(x + ıy) = + ı .
1 + tan2 x tanh2 y 1 + tan2 x tanh2 y
Esta última fórmula muestra que tan z ∈ R si, y sólo si z ∈ R. Mientras que
tan z tiene parte real cero si x es múltiplo de π/2. Los únicos ceros de la
función tangente son de la forma z = kπ con k ∈ Z, y tan z es una función
periódica de periodo π.
Para cada k ∈ Z la banda
(2k − 1)π (2k + 1)π
<x≤
2 2
3.4. FUNCIONES 97

es periódica. La imagen de dicha banda bajo la función tangente es C \ {±ı}.


Finalmente, como lı́m tanh y = 1, tenemos que
y→∞

lı́m tan(x ± ıy) = ±ı.


y→+∞

Las otras funciones trigonométricas, al igual que en variable real, están


definidas en términos de las funciones cos y sin, y se deja como ejercicio dar
su expresión en términos de la función exponencial, ası́ como verificar sus
principales propiedades.

3.4.5. Potencias
Sea n un entero positivo, y consideremos la aplicación f : C∞ → C∞
definida por f (z) = z n . Si expresamos a z en forma polar como z = r(cos θ +
ı sin θ) tenemos que w = f (z) = rn (cos nθ + ı sin nθ).
Esto nos dice que la semirecta arg z = θ se mapea sobre la semirecta
arg w = nθ, y la circunferencia |z| = r se mapea en la cricunferencia |w| = rn
cubierta n veces.
En efecto, cada uno de los n arcos circulares
2π 2π
|z| = r, k ≤ arg z < (k + 1) , k = 0, 1, 2, . . . , n − 1,
n n
se transforma sobre toda la circunferencia |w| = rn .
Esta situación muestra que, para obtener una representación geométrica
de la aplicación f (z) = z n en realidad necesitamos n copias del plano w, las
cuales, además deben unirse de manera apropiada. Tales representaciones
fueron introducidas por B. Riemann en su disertación de Götingen de 1851,
y esta clase de variedades se conoce como superficies de Riemann. Ya que este
no es el lugar apropiado para dar una definición formal de estos conceptos,
nos concretaremos a dar una descripción de la superficie que genera esta
aplicación.
Iniciemos con n copias del plano extendido w, las cuales denotaremos
S1 , S2 . . . , Sn , a partir de las cuales formaremos una superficie conexa R
usando las siguientes convenciones.

Sk será la k-ésima hoja de R.

Todas las hojas tienen en común los puntos w = 0 y w = ∞; estos dos


puntos se conocen como puntos de ramificación de la superficie, y se
dice que tienen orden n − 1. Las n hojas se unen en estos puntos.
98 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

En cada hoja dibujamos una curva que une 0 e ∞, la misma curva en


cada hoja. Esta curva se conoce como la lı́nea de ramificación de la
superficie ya que varias hojas se conectarán unas con otras a lo largo de
esta lı́nea. Para simplificar la discusión tomaremos el eje real positivo
como la lı́nea de ramificación. Procederemos a especificar como se unen
las rectas a lo largo de la lı́nea de ramificación, y esta convención se
ampliará por una descripción de como se constituye una ε-vecindad de
un punto de R.
La siguiente figura da la representación de una porción de R cera del
origen cuando n = 2.

Figura 3.3: Representación de la superfice asociada a w = z 2

Consideremos los puntos a + bı y a − bı en Sk , donde a > 0 y b > 0. Estos


puntos pueden conectarse siguiendo los lados de un rectángulo a lo largo de
los segmentos (a + bı)(−a + bı), (−a + bı)(−a − bı), (−a − bı)(a − bı); esta
trayectoria se encuentra totalmente contenida en Sk . Si en lugar de seguir
esta trayectoria de a + bı a a − bı, seguimos la recta vertical que los une,
entonces dejamos la hoja Sk y pasamos a la hoja Sk−1 , donde S0 := Sn
por definición. De esta forma tenemos al punto a − bı en la hoja Sk−1 . Si
iniciamos en a − bı en la hoja Sk y subimos a lo largo de la recta vertical
hasta el punto a + bı, dejaremos Sk al cruzar el eje real y nos situaremos
en Sk+1 , donde Sn+1 := S1 . De esta forma vemos el punto a + bı en la hoja
Sk+1 .
Iniciando en w = a+bı en Sk y describiendo la circunferencia |w| = |a+bı|
n veces en sentido positivo, encontramos al punto a + bı consecutivamente
en las hojas
Sk , Sk+1 , . . . , Sn , S1 , S2 , . . . , Sk−1 , Sk .
Ası́, regresamos al punto de partida después de n vueltas. Si describimos
la misma circunferencia, pero ahora en sentido negativo, encontraremos al
3.4. FUNCIONES 99

punto a + bı consecutivamente en las hojas

Sk , Sk−1 , . . . , S1 , Sn , Sn−1 , . . . , Sk+1 , Sk .

A continuación mostramos un diagrama que nos permite vizualizar la


superficie R en una vecindad de la lı́nea rama en el caso n = 3.

Figura 3.4: Representación del diagrama asociado a w = z 3

Para completar la descripción de nuestra superficie, asignamos vecin-


dades a los puntos de R de la siguiente forma: Si a + bı está en Sk y su
distancia al eje real positivo excede ε, entonces el conjunto de todos los
puntos de Sk que disten de a + bı menos que ε constituye una ε-vecindad
de a + bı. Para puntos en la lı́nea de ramificación, esto es, sobre el eje real
positivo, distinguiremos entre los dos ejes de la lı́nea, pues a + 0ı está en
Sk es el mismo punto que a − 0ı que está en Sk−1 . En el primer caso la
ε-vecindad está dada por

{w; |w−a| < ε, Im(w) ≥ 0, w ∈ Sk }∪{w; |w−a| < ε, Im(w) < 0, w ∈ Sk−1 },

y en el segundo caso

{w; |w−a| < ε, Im(w) < 0, w ∈ Sk }∪{w; |w−a| < ε, Im(w) ≥ 0, w ∈ Sk−1 },

donde a 6= 0, ∞, a > ε. Una ε-vecindad de w = 0 es el conjunto de todos


los puntos w con |w| < ε y w corriendo sobre las n hojas Sk . Reemplazando
|w| < ε por 1/|w| < ε tenemos una vecindad de w = ∞. Esto completa la
descripción de la superficie R.
Finalmente, veremos que hay una correspondencia uno a uno entre el
z−plano extendido y la superficie de Riemann R bajo la aplicación w =
f (z) = z n . Para lo cual demostraremos que esta aplicación es isogonal salvo
en el origen y en el punto al infinito. En los puntos restantes, como w =
rn (cos nθ + ı sin nθ), los ángulos se multiplican por un factor n. Supongamos
que z0 6= 0, ∞, y consideremos una pequeña vecindad del punto z0 . Si

w = (z0 + h)n
100 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

como consecuencia del teorema del binomio tenemos:

w − z0n = nz0n−1 h + O(h2 ) (3.1)

cuando h → 0, donde la notación O(h2 ) significa que para valores pequeños


de h los valores restantes no exceden alguna cantidad fija, independiente de
h, veces h2 .
De lo anterior se deduce que

lı́m arg[w − z0n ] = arg z0n−1 + lı́m arg h,


h→0 h→0

si el último lı́mite existe. Por lo cual, si dos curvas γ1 y γ2 se intersectan en


z0 ∈ C \ {0} formando un ángulo θ, entonces sus imagenes se intersectan en
w = z0n formando el mismo ángulo θ. Por otra parte, la fórmula (3.1 ), la
ampliación en z = z0 es igual a

n|z0 |n−1 .

Lo cual es de esperarse, ya que nz n−1 es la derivada de z n en variable


compleja. Como veremos en el capı́tulo siguiente, esto nos dice que z n es
conforme en C \ {0}.

3.4.6. Raı́ces
En la sección anterior estudiamos la función w = f (z) = z n , donde n es
un entero positivo mayor que uno, recı́procamente tenemos

z = n w = w1/n . (3.2)

Esta función no es univaluada, ası́ debe definirse apropiadamente, pues


hemos aceptado que un número complejo z es una raı́z n-ésima de w si,
y sólo si la n-ésima potenica de z es igual a w.
Supongamos que

w = R(cos Θ + ı sin Θ), 0 ≤ Θ < 2π.

Definimos
    
1/n Θ + 2π(k − 1) Θ + 2π(k − 1)
zk = zk (w) = R cos + ı sin ,
n n
(3.3)
para 1 ≤ k ≤ n, como consecuencia de la fórmula de D’Moivre tenemos que

(zk (w))n = w
3.4. FUNCIONES 101

para toda k. De donde, la fórmula (3.3) define n valores posibles para la raı́z
n-ésima de w.
Notamos que los puntos

z1 (w), z2 (w), . . . , zn (w)

forman los vértices de un polı́gono regular de n lados cuyo centro se situa en


el origen de coordenadas. Además, este polı́gono varı́a continuamente con
la variable w. En particular, si w describe la circunferencia con centro en el
origen de radio R en forma tal que arg w se incrementa por 2π, entoncs la
configuración de las raı́ces fira alrededor de su centro un ángulo de 2π/n.
Ası́, deja la configuración invariante, lo cual implica que las diversas de-
terminaciones de las raı́ces pueden permutarse. Esto es zk (w) se convierte
en
    
1/n Θ + 2π + 2π(k − 1) Θ + 2π + 2π(k − 1)
R cos + ı sin
n n

obteniendose una permutación cı́clica de las raı́ces

z1 → z2 , z2 → z3 , . . . , zn−1 → zn , zn → z1 .

Si permitimos que Θ se incremente, encontramos que cada raı́z cambia con-


tinuamente y después de j circuitos, zk es llevado en zk+j , donde el subı́ndice
j + k se reemplaza por el último residuo positivo módulo n. Después de n
circuitos, zk se transforma en zn+k = zk , por lo que las raı́ces regresan a su
posición inicial.
Para transformar a zk (w) en una función univaluada de w hay dos al-
ternativas posibles: en primer lugar, podemos restringir el dominio de w,
en segundo lugar podemos considerar w sobre la superficie de Riemann R
construida en la sección anterior, en vez del plano w.
De acuerdo con la primera opción, si D es un dominio en el plano w tal
que si Π es un polı́gono cerrado simple arbitrario los puntos que pertenecen
a D entonces w = 0 nunca es un punto de Π o de su interior. Si w0 ∈ D y Θ0
es un valor de arg w0 , la función arg w ≡ Θ está determinada univocamente
en D por la condición de ser una función continua en la variable w y tomar
el valor Θ0 para w = w0 .
La función zk (w) definida por (3.3) usando este valor de Θ está definida
en forma única y es continua para w ∈ D. En particular D puede elegirse
como el sector
0 < arg w < 2π
102 CAPÍTULO 3. FUNCIONES C-DIFERENCIABLES

y usar (3.3).
La segunda alternativa es permitir que w tome valores sobre la superficie
de Riemann R construida en la sección anterior. Entonces a cada punto w0
de esta superficie le corresponde un único punto z0 en el plano z el cual es
la raı́z n-ésima de w0 . Si w0 ∈ Sk , entonces z0 = zk (w0 ). Como la aplicación
del plano z sobre R es biyectiva y respeta ángulos salvo en cero e infinito, la
función inversa tiene las mismas propiedades. Ası́, la superficie de Riemann

R construida en la sección anterior, es el dominio de la función z(w) = n w.
Capı́tulo 4

Aplicaciones Conformes

Una aplicación conforme es aquella que preserva ángulos en cada punto


de su dominio. Las aplicaciones conformes han sido utilizadas por matemá-
ticos, cartógrafos y fı́sicos para deformar regiones, en forma tal, que la forma
de las regiones se preserva a pequeña escala.
En el presente capı́tulo, extenderemos la noción de C-derivada al caso de
funciones con dominio y valores en la esfera de Riemann, interpretando sobre
ésta la propiedad de conservación de los ángulos orientados que tienen las
funciones con derivada no nula, estudiaremos el comportamiento general de
las aplicaciones conformes C∞ -valuadas defnidas sobre un abierto Ω ⊂ C∞ ,
ası́ como una familia especial de este tipo de aplicaciones, conocidas como
las transformaciones de Möbius. En el capı́tulo 5 estudiaremos el teorema
del módulo máximo (5.4.3) con el que se demuestra el lema de Schwarz
(5.4.2) que tiene como consecuencias la caracterización de los automorfismos
conformes del disco unitario ∆ = {z; |z| < 1} (véase proposición 5.4.2),
ası́ como del semiplano superior H+ = {z; Imz > 0} (véase proposición
5.4.3).
Tenemos ahora el problema de determinar cuando dos subconjuntos
abiertos de C∞ son conformemente equivalentes, y caracterizar aquellos que
son conformemente equivalentes al disco unitario. Dado un abierto Ω ⊂ C∞
el problema de encontrar un isomorfismo conforme entre Ω y un abierto más
sencillo Ω0 tiene gran trascendencia desde el punto de vista de las aplica-
ciones. El isomorfismo conforme permite efectuar un cambio de variable con
el que cierto problema, planteado inicialmente en Ω, se puede convertir en
un problema similar, planteado en Ω0 , el cual es más sencillo de trabajar.

103
104 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

4.1. Introducción.

La cartografı́a estudia el problema de transferir las distancias medidas


sobre la superficie de la tierra, la cual es una superficie con curvatura en un
mapa, el cual resulta ser una superficie plana. Los métodos que se utilizan
para realizar este trabajo se denominan proyecciones. Algunas proyecciones
son tales que, los ángulos y consecuentemente las formas, son tan cercanas
a la realidad como sea posible. Las aplicaciones que preservan ángulos se
denominan conformes.
Historicamente, la proyección desarrollada en 1569 por Gerhardus Mer-
cator, es una proyección cilindrica conforme. Este tipo de transformaciones
produce considerables distorsiones en latitudes grandes, pero tiene la venta-
ja que las rutas del compás son consistentes en todos los puntos del mapa,
cualquier trayectoria a lo largo de una dirección del compás aparece como
una lı́nea recta en la proyección de Mercator, lo cual sigue utilizandose como
la base de las cartas de navegación. En particular este hecho mostraba que
las aplicaciones conformes definidas sobre superficies son aplicaciones más
flexibles que las isometrı́as, o las aplicaciones lineales.
Gauss confirmo este hecho en su trabajo “A general solution to the prob-
lem of mapping parts of a given surface onto another surface such that the
image and the mapped parts are similar in the smallest part”. En esencia
este resultado nos habla de la existencia de coordenadas isotermas en el caso
analı́tico. Cabe recalcar que este estudio precede y es en parte motivado por
el trabajo de Gauss en el que se desarrolla la noción de curvatura de una
superficie. Otro hecho importante es la conexión que hay entre las coorde-
nadas isotermas y las funciones holomorfas en una variable compleja, por
ejemplo, la proyección de Mercator básicamente está dada como z 7→ log z,
la cual es holomorfa. El aspecto global de ésta teorı́a lo constituyen las su-
perficies de Riemann. La relación entre lo local y lo global es uno de los
principales objetivos de la geometrı́a conforme: a saber, poder entender la
geometrı́a diferencial desde un punto de vista clásico, es decir, separar los
aspectos analı́ticos de los topológicos para entenderlos de la mejor forma
posible, y relacionarlos con las nociones primitivas de la geometrı́a tales
como ángulo, distancia, área, lı́neas rectas (geodésicas), etcétera. Las apli-
caciones conformes también han sido utilizadas para estudiar problemas de
fluidos en dos dimensiones. La idea, que se encuentra detrás del análisis del
alerón por transformaciones conformes, consiste en relacionar el flujo de un
campo alrededor de una región conocida al campo del flujo de un alerón. La
figura conocida más usada es el cı́rculo, ası́ el problema consiste en encon-
4.2. DERIVADA EN ∞ 105

trar una función holomorfa que relacione cada punto del disco con un punto
correspondiente del alerón. Por ejemplo, Jaukowski notó que la aplicación
z 7→ z + 1/z transforma el cı́rculo unitario en una especie de ala. Tomando
el origen en diversos puntos del disco se pueden producir distintos tipos de
alerones.

4.2. Derivada en ∞
En esta parte, daremos la definición de C-derivada en ∞, asimismo, si
a ∈ C∞ es un punto tal que f (a) = ∞, definiremos f 0 (a).

Definición 4.2.1. Sea Ω ⊂ C∞ un abierto tal que ∞ ∈ Ω, diremos que


una función f : Ω → C es C−derivable en ∞ cuando la función auxiliar
F (z) = f (1/z) está definida en una vecindad de z = 0 y es C-derivable en
z = 0. En este caso se define f 0 (∞) = F 0 (0).

Por ejemplo, si q(z) = b0 + b1 z + . . . + bm z m es un polinomio de grado


m, con bm 6= 0, entonces f (z) = 1/q(z) es una función C-diferenciable en
C∞ \ {z; q(z) = 0}, y si se define f (∞) = 0, podemos considerar la función

zm
 
1
F (z) = f = .
z b0 z m + b1 z m−1 + . . . + bm

Como bm = 6 0, claramente F (z) está definida en una vecindad de cero, y


F (0) = 0, y como
m
!
X
m−1 m−k
z kbk z
k=1
F 0 (z) = !2 ,
m
X
bk z m−k
k=0

entonces F 0 (0) = 0 , esto es, F 0 está bien definido en z = 0, de donde f es


C-derivable en ∞.
De manera más general, si p(z), q(z) ∈ C[z] son polinomios sin ceros
comunes, entonces f (z) = p(z)/q(z) es C-derivable si q(z) 6= 0, y hay una
singularidad aislada en ∞. La singularidad es removible cuando, y sólo cuan-
do, m = deg q − deg p ≥ 0. Si se elimina la singularidad y además m ≥ 1,
entonces ∞ es un cero de f de multiplicidad m.

Definición 4.2.2. Sea Ω ⊂ C∞ un conjunto abierto, a ∈ Ω, y sea f : Ω →


C∞ una función.
106 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

1. Si f (a) ∈ C, se dice que f es C-derivable en a cuando existe r > 0 tal


que f (B(a, r)) ⊂ C y f restringida a B(a, r) es C-derivable en a en el
sentido usual.

2. Si f (a) = ∞, se dice que f es C-derivable en a cuando la función


1/f es C-derivable en a según la definición (i). En este caso f 0 (∞) :=
(1/f )0 (a).

Cabe notar que en la definición anterior cabe la posibilidad de que a = ∞.


En este caso, si f (∞) = ∞, que f sea C-derivable en ∞ significa que la
función auxiliar F (z) = 1/f (1/z) es derivable en 0, y además f 0 (∞) = F 0 (0).
Obsérvese que si f es C-derivable en a ∈ Ω ⊂ C∞ , entonces f es continua
en a. Esto es obvio cuando a y f (a) son finitos, y en otro caso, cuando a = ∞
o f (a) = ∞, basta tener en cuenta lo anterior y que la aplicación z 7→ 1/z
es una isometrı́a de C∞ .
Ejemplo 6.
Si
p(z)


 si q(z) 6= 0
 q(z)
f (z) = f (z) = ∞ si q(z) = 0

 lı́m f (z) si z = ∞

z→∞

es una función racional, con p, q ∈ C[z] sin ceros comunes, entonces f es


C-derivable en cada a ∈ C∞ .
Ya sabemos que f es C-derivable si z ∈ C con q(z) 6= 0, ası́ bastará ver
que si f (a) = ∞ entonces f es C-derivable a. Si q(a) = 0, como p y q no
tienen ceros comunes, entonces p(a) 6= 0, ası́ en una vecindad de a ten-
emos que la función 1/f (z) = q(z)/p(z) es C-derivable en z = a. Por otra
parte, si f (∞) = ∞, entonces deg p − deg q ≥ 1 y, de acuerdo con lo visto
anteriormente 1/f (z) = q(z)/p(z) es C-derivable en ∞.
Ejemplo 7.
Si g y h son funciones holomorfas
 en un abierto conexo Ω ⊂ C∞ sin
g(z)/h(z) si h(z) 6= 0
ceros comunes, entonces f (z) = es C-derivable
∞ si h(z) = 0
en cada a ∈ C∞ .
Ası́, bastará ver que f es C-derivable en a cuando f (a) = ∞. En el
caso a 6= ∞ el resultado es inmediato; si a = ∞ ∈ Ω bastará considerar
f (1/z) = g(1/z)/h(1/z) la cual, de acuerdo con lo discutido anteriormente,
es C-derivable en a = 0.
4.3. APLICACIONES CONFORMES 107

Lema 4.2.1. Sea Ω ⊂ C∞ un conjunto abierto, y sea f : Ω → C∞ una


función. Los siguientes enunciados son equivalentes:

1. f es C-derivable para cada z ∈ Ω.

2. Para cada a ∈ Ω existe r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω y una de las dos
funciones f , 1/f toma valores finitos en B(a, r) y es C-derivable en el
sentido usual.

Demostración. Si f es C-derivable en cada z ∈ Ω, entonces f es continua en


Ω, por lo que si f (a) ∈ C para cada a ∈ Ω, existe r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω
y f (B(a, r)) ⊂ C, luego entonces f es C-derivable en el sentido usual en
B(a, r). Por otra parte, si f (a) = ∞, entonces 1/f (a) = 0, y razonando de
manera similar, existe r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω y (1/f )(B(a, r)) ⊂ C. Es
decir, 1/f es C-derivable en el sentido usual para cada b ∈ B(a, r): la afir-
mación es obvia cuando f (b) = ∞, y es consecuencia de la C-derivabilidad
de f en b cuando f (b) 6= ∞.
Recı́procamente, si f (B(a, r)) ⊂ C, el resultado es trivial. Por otra parte,
si (1/f )(B(A, r)) ⊂ C entonces f (z) 6= 0 para todo z ∈ B(A, r) y para
ver que f es C-derivable en cada b ∈ B(a, r) basta considerar los casos
1/f (b) = 0 y 1/f (b) 6= 0. En el primer caso, al ser f (b) = ∞ se obtiene que
f es C-derivable en b en virtud de la definición (4.2.2), y en el segundo caso
aplicando las reglas de la derivabilidad usual de un cociente

4.3. Aplicaciones Conformes


Consideremos la función holomorfa f : C → C dada por f (z) = z 2 ,
identificando R2 con C via µ−1 (x, y) = x + iy = z nos permite ver a f como
u(x, y) + iv(x, y), donde u(x, y) = x2 − y 2 , v(x, y) = 2xy, si consideramos
las lı́neas x = c (y arbitraria ), tenemos que u = c2 − y 2 y v = 2cy, de donde
v 2 = 4c2 y 2 = 4c2 (c2 − u), mientras que las lı́neas y = d (x arbitaria ) se
transforman en las parábolas v 2 = 4d2 (u + d2 ).
Estas parábolas se intersectan ortogonalmente en los puntos (c2 −d2 , ±|2cd|),
como se muestra en la Figura (4.1)
Este ejemplo se generó utilizando el programa “maple”dando los siguien-
tes comandos:
> with(plots);
> conformal(z∧2,z=0..2+2*I);
El hecho que se preserven los ángulos, no es un fenómeno exclusivo de
las lı́neas que elegimos, o de la función en si, el hecho de que se preserven
108 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Figura 4.1: Geometrı́a de la función f (z) = z 2

los ángulos es una propiedad, denominada conforme, que exploraremos de


manera general en la presente sección.
Cabe notar que cuando c tiende a cero, la parábola v 2 = −4c2 (u − c2 )
tiende al eje real negativo, unión el cero. Esto se debe a que la función g(z) =
z 1/2 tranforma el conjunto abierto G := C \ {x ∈ R; x ≤ 0} sobre el conjunto
{z ∈ C; Re(z) > 0}, y en particular las lı́neas x = ±c se transforman en la
misma parábola.
Podemos examinar con más detalle esta función, por ejemplo, del capı́tu-
lo anterior sabemos que f transforma el cı́rculo con centro en el origen y
radio r > 0 en el cı́rculo con centro en el origen y radio r2 . Aún más, si
consideramos la expresión polar de un punto z0 = r exp(ıθ) ∈ C \ {0} la
recta que va del origen a z0 bajo f se transforma en la recta que pasa por
el origen y el punto z1 = r2 exp(2ıθ).
Luego entonces, si tomamos el sector S(α, β) := {z ∈; α < arg(z) < β
con 0 < β − α < π, como consecuencia de lo anterior vemos que, bajo f ,
este sector se transforma en el sector S(2α, 2β), por lo que en este caso
particular, a diferencia del anterior, no se preservó el ángulo β − α, esto se
debe a que la función f deja de ser conforme en el origen.
Esta pequeña discusión nos da una idea de la natrualeza de la función
f (z) = z 2 , y nos orienta sobre el comportamiento general de la teorı́a de las
transformaciones holomorfas.

Definición 4.3.1. Una trayectoria (o curva) en una región Ω ⊂ C∞ es una


función continua γ : [a, b] → Ω, para algún intervalo [a, b] ⊂ R, con interior
4.3. APLICACIONES CONFORMES 109

no vacı́o, es decir a < b.


Diremos que γ es una curva cerrada si γ(a) = γ(b).
Diremos que γ es una curva simple si γ es inyectiva, esto es, si s, t ∈ [a, b]
con s 6= t, entonces γ(s) 6= γ(t).
Diremos que γ es una curva cerrada simple si s, t ∈ (a, b) con s 6= t,
entonces γ(s) 6= γ(t) y γ(a) = γ(b). Una curva cerrada simple también se
denomina curva de Jordan.
Decimos que γ es una curva suave si γ 0 (t) existe y es continua, para cada
t en el interior del intervalo [a, b].
Finalmente, se dice que γ es una curva suave por partes si γ es continua
y existe una partición a = t0 < t1 < ... < tn = b del intervalo I = [a, b], tal
que γ es suave sobre cada subintervalo (ti−1 , ti ), con 1 < i < n.

Una curva cerrada simple es homeomorfa a una circunferencia, esto es,


hay una función biyectiva y bicontinua de uno en otro. Como una circunfe-
rencia separa el plano, esta propiedad se hereda a las curvas de Jordan.

Teorema 4.3.1 (Teorema de la curva de Jordan). Si γ : [a, b] → C es una


curva cerrada simple, el complemento de γ es la unión de dos conjuntos
abiertos conexos mutuamente excluyentes, y cada punto de γ es un punto
frontera de cada dominio.

Uno de los dominios determinado por γ es acotado, y se denomina el


interior de la curva, el otro, es no acotado, y se denomina el exterior de la
curva
Recordamos que, dada una trayectoria suave γ : [a, b] → C, y t0 ∈ (a, b),
un punto tal que γ 0 (t0 ) 6= 0, entonces γ tiene una lı́nea tangente en el punto
z0 = γ(t0 ), a saber, la lı́nea que pasa por el punto z0 con vector de dirección
γ 0 (t0 ), o equivalentemente, con pendiente tan(arg(γ 0 (t0 ))).

Definición 4.3.2. Si γ1 : [a, b] → C y γ2 : [c, d] → C son dos trayectorias


suaves en C que pasan por el punto z0 , es decir γ1 (t1 ) = z0 = γ2 (t2 ) con
t1 ∈ (a, b), t2 (c, d), y γk0 (tk ) 6= 0 para k = 1, 2, definimos el ángulo entre las
curvas γ1 y γ2 en el punto z0 como

arg(γ20 (t2 )) − arg(γ10 (t1 ))

Si γ : [a, b] → Ω es una trayectoria suave, con Ω ⊂ C abierto, y f :


Ω → C es una función C−diferenciable definida en Ω, entonces σ := f ◦ γ
también es una trayectoria suave, y como consecuencia de la regla de la
cadena σ 0 (t) = f 0 (γ(t))0 γ 0 (t). Si para t0 ∈ (a, b) denotamos γ(t0 ) = z0 , y
110 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

suponemos que γ 0 (t0 ) 6= 0 y f 0 (z0 ) 6= 0, entonces σ 0 (t0 ) 6= 0, aún más,


arg[σ 0 (t0 )] = arg[f 0 (z0 )] + arg[γ 0 (t0 )].
Luengo entonces, si γ1 , γ2 son dos trayectorias suaves que pasan por
z0 = γ1 (t1 ) = γ2 (t2 ), y γk (tk ) 6= 0 para k = 1, 2 y σk = f ◦ γk , y si
suponemos además que γ1 (t1 ) 6= γ2 (t2 ), entonces

arg[f 0 (z0 )] = arg[σ10 (t1 )] − arg[γ10 (t1 )] = arg[σ20 (t2 )] − arg[γ20 (t2 )],

o quivalentemente

arg[σ20 (t2 )] − arg[σ10 (t1 )] = arg[γ20 (t2 )] − arg[γ10 (t1 )]

Esto significa que, f transforma cualesquiera dos trayectorias que pasen


por z0 en dos trayectorias que pasan por f (z0 ) y, cuando f 0 (z0 ) 6= 0, los
ángulos de las trayectorias se preservan en magnitud y dirección, esto es:
Teorema 4.3.2. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, y f una función C−dife-
renciable definida en Ω. Entonces f preserva ángulos en cada punto z0 ∈ Ω
donde f 0 (z0 ) 6= 0.
Ası́, la función f (z) = z 2 preserva ángulos, en magnitud y dirección,
si z0 6= 0. Mientras que la función f (z) = z + 1/z preserva ángulos, en
magnitud y dirección, si f 0 (z) = 1 − 1/z 2 6= 0, esto es, si z0 6= ±1.
Definición 4.3.3. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, z0 ∈ Ω, y f una función
C−valuada definida en Ω. Diremos que f es una aplicación conforme en z0
si, f tiene la propiedad de preservar ángulos, en magnitud y dirección, en el
punto z0 , y además existe el siguiente lḿite:
|f (z) − f (z0 )|
lı́m
z→z0 |z − z0 |
Diremos que f es conforme en Ω, si f es conforme en z para cada z ∈ Ω.
En particular, si f es C−diferenciable y f 0 (z) 6= 0 para cada z, entonces
es conforme.
La función exponencial es conforme en todo C. Si consideramos las rectas
verticales z = a+ıy con a ∈ R fijo, entonces f (z) = ea eıy son circunferencias
con centro en el origen y radio ea .
Mientras que, la imagen de la recta horizontal z = x + ıb está dada como
f (x) = ex eıb la semirecta que forma un ángulo b con el eje real positivo. En
la figura 4.2 mostramos el comportamiento de una familia de rectas.
Cuando f 0 (z0 ) = 0, no necesariamente se preservan los ángulos. Si f :
Ω → C es una función C−diferenciable, un punto z0 ∈ Ω donde f 0 (z0 ) = 0 se
4.3. APLICACIONES CONFORMES 111

Figura 4.2: Geometrı́a de la función f (z) = exp z

denomina un punto singular. La conducta de una función C−diferenciable


en una vecindad de un punto singular es un tema muy interesante, y se
estudiará posteriormente.
Proposición 4.3.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto no vacı́o, f : Ω → C
una función, y denotemos por Ω0 = Imf . Si f : Ω → Ω0 es conforme y
biyectiva, entonces f −1 : Ω0 → Ω también es conforme.

Demostración. Como f es biyectiva, f −1 existe. Como consecuencia del teo-


rema de la función inversa, f −1 es C-diferenciable , y

df −1 (w) 1
= donde w = f (z).
dw df (z)
dz
df −1 (w)
Como f es conforme f 0 (z) ∈ C \ {0}, se sigue que 6= 0, consecuente-
dw
mente, f −1 es conforme.

Proposición 4.3.2. Sean Ωk ⊂ C, abiertos no vacı́os para k = 1, 2, 3, y sean


fk : Ωk → Ωk+1 funciones C−diferenciables, si k = 1, 2. Supongamos que f1
y f2 son conformes y biyectivas, entonces f2 ◦ f1 : Ω1 → Ω3 es conforme y
biyectiva.

Demostración. Como f1 y f2 son biyectivas y C−diferenciables, entonces


f2 ◦ f1 es biyectiva y C−diferenciables. Como consecuencia de la regla de la
cadena (f2 ◦ f1 )0 (z) = f20 (f1 (z)) · f10 (z) 6= 0, lo cual implica que f2 ◦ f1 es
conforme.
112 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Corolario 4.3.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto no vacı́o. El conjunto de


las transformaciones C−diferenciables, conformes y biyectivas, f : Ω → Ω,
constituye un grupo bajo la composición de funciones.
Uno de los resultados básicos referentes a la teorı́a de las aplicaciones
conformes es el teorema de la aplicación abierta de Riemann, el cual no de-
mostramos en el presente capı́tulo, simplemente lo enunciaremos, y daremos
una referencia donde puede leerse su demostración.
Riemann enunció, alrededor del año 1900, el teorema de la aplicación
abierta en su disertación Grundlagen für eine allgemeine Theorie der Func-
tionene einer veränderlichen complexen Grösse. Collected Works, 3-45, para
lo que actualmente conocemos como superficies de Riemann compactas con
frontera, siendo dicho teorema más general que la versión usual que enun-
ciamos en la presente sección. Él basa su demostración en el principio varia-
cional de la ecuación ∆u = 0, aunque según observo Weierstrass, Riemann
no justifica su principio, siendo Hilbert quien, en 1904, da la justificación
del mismo en su artı́culo Über das Dirichletsche Prinzip. Math. Annalen 59
(1904), 161-186. Collected Works, vol. 3, pp. 15-37.
La versión que a continuación enunciamos es una caso especial del teore-
ma de la aplicación abierta de Riemann, la cual fue demostrada por Osgood
en 1900.
Teorema 4.3.3 (Teorema de la aplicación abierta de Riemann). Si Ω es
un subconjunto abierto, simplemente conexo de C, y si Ω 6= C , existe una
aplicación conforme y biyectiva f : Ω → ∆, donde ∆ = {z ∈; |z| < 1} denota
el disco unitario. Además, para cada z0 ∈ Ω, fijo, podemos encontrar una
única f tal que f (z0 ) = 0 y f 0 (z0 ) > 0. [A, Chap. 6, pg. 229-235]
Definición 4.3.4. Si Ωk & C son abiertos y conexos, k = 1, 2. Diremos que
Ω1 y Ω2 son conformes si, existe una transformación conforme y biyectiva
de Ω1 en Ω2 .
El teorema de la aplicación abierta de Riemann implica que dos regiones
simplemente conexas, propiamente contenidas en C, son conformes.
En la Figura (4.3) mostramos el efecto de algunas aplicaciones conformes
sobre determinadas regiones en el plano.
4.3. APLICACIONES CONFORMES 113

Figura 4.3: Geometrı́a de transformaciones conformes

4.3.1. Transformaciones conformes en la esfera de Riemann


Después de haber extendido la noción de derivada al caso de funciones
definidas en un abierto Ω ⊂ C∞ con valores en C∞ consideramos aquı́ el
significado geométrico de la condición f 0 (a) 6= 0. Cuando a = ∞, o bi-
en, cuando f (a) = ∞ la interpretación geométrica se logra a través de la
aplicación inducida mediante la proyección estereográfica en la esfera de
Riemann.
114 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

El hecho de que las transformaciones derivables en sentido generalizado


con derivada no nula inducen en la esfera de Riemann aplicaciones que con-
servan ángulos orientados es la principal motivación para la definición (4.2.2)
de función C-derivable en ∞ (o en un punto a con f (a) = ∞). La noción
de ángulo orientado de un par de vectores no nulos se puede dar en todo
espacio euclideano orientado de dimensión dos, después de identificarlo con
C mediante una base ortonormal positiva. Si E1 , E2 son espacios euclideanos
orientados de dimensión dos, dada una aplicación f : U → E2 definida en
un abierto U ⊂ E1 , se puede extender la noción de preservación de ángulos
orientados en un punto a ∈ U . En este contexto se sigue cumpliendo que
una aplicación lineal L : E1 → E2 conserva ángulos orientados si y sólo si es
no singular y el ángulo orientado de cada par ordenado de vectores no nulos
(w1 , w2 ) de E coincide con el de sus imágenes (L(w1 ), L(w2 )). Después de
esto, la noción de aplicación que preserva ángulos orientados en un punto se
puede extender al caso de una aplicación F : U → C∞ cuyo dominio U es
un abierto de la esfera de Riemann C∞ = {v ∈ R3 ; |v| = 1}. Dado un punto
p ∈ C∞ sea Ep ' C el espacio vectorial tangente a C∞ en p dotado de la
estructura euclideana inducida por la del espacio ambiente R3 en el que se
considera inmerso, y orientado mediante el vector normal entrante, es decir,
{u1 , u2 } es base positiva de Ep cuando {u1 , u2 , n} es base positiva para la
orientación canónica de R3 , siendo n un vector normal entrante a C∞ en p.
Una aplicación F definida en un abierto U ⊂ C∞ , con valores en C∞ se
dice que conserva ángulos orientados en p ∈ U cuando ocurre lo siguiente:
Si γ1 , γ2 : [−ε, ε] → U son dos curvas derivables por p = γ1 (0) = γ2 (0) con
vectores tangentes no nulos v1 = γ10 (0), v2 = γ 02 (0) entonces sus imágenes
son caminos derivables por q = F (p), con vectores tangentes no nulos w1 =
(F ◦ γ1 )0 (0), w2 = (F ◦ γ2 )0 (0) y el ángulo orientado del par (w1 , w2 ) coincide
con el ángulo orientado del par (v1 , v2 ). A la hora de interpretar, sobre la
esfera de Riemann, el significado geométrico de las aplicaciones conformes
conviene tener presente que la proyección estereográfica conserva ángulos
orientados (véase el teorema 1.9.2) según la anterior definición.

Definición 4.3.5. Una función f : Ω → C∞ se dice que es conforme en


el abierto Ω ⊂ C∞ si f es derivable en cada z ∈ Ω con f 0 (z) 6= 0. Un
isomorfismo conforme del abierto Ω1 ⊂ C∞ sobre el abierto Ω2 ⊂ C∞ es
una aplicación biyectiva f : Ω1 → Omega2 tal que f y f −1 son conformes.

En la próxima sección, estudiaremos las transformaciones de Möbius, y


demostraremos que estas transformaciones son conformes en C∞ .
4.4. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS. 115

4.4. Transformaciones de Möbius.


En la presente sección estudiamos una familia especial de aplicaciones
conformes, ası́ como la forma de obtener aplicaciones conformes especı́ficas
entre dos regiones dadas.
Uno de los ejemplos más simples, y útiles, de aplicaciones conformes que
discutiremos son las fraccionales lineales, esto es aplicaciones de la forma:

az + b
T (z) = ,
cz + d

con a, b, c y d números complejos tales que ad − bc 6= 0. Este tipo de apli-


caciones fueron utilizadas por Möbius en 1853 para estudiar una clase de
aplicaciones geométricas la cual denominó Kreisverwandtschaften. Este tipo
de aplicaciones también se denominan homografı́as.

Definición 4.4.1. Una aplicación fraccional lineal

az + b
T (z) =
cz + d

es una aplicación de Möbius si los números complejos a, b, c y d satisfacen


la condición adicional ad − bc 6= 0

La condición ad − bc 6= 0 simplemente nos dice que la aplicación T no es


constante.
Nótese que

az + b −dw + b
lı́m = ∞, y lı́m =∞
z→ dc cz + d
w→ ac cw − a

Esto permite extender la transfomración de Möbius T : C \ {−d/c} → C


a la transformación T : C∞ → C∞ como sigue:

az + b



 cz + d si z ∈ C \ {−d/c}
T (z) = ∞ si z = −d/c
 a

si z = ∞

c
az + b
Proposición 4.4.1. Si T (z) = es una aplicación de Möbius, en-
cz + d
tonces T es conforme y biyectiva de C∞ sobre C∞ .
116 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Demostración. Si definimos
 dz − b
 si z ∈ C \ {a/c}
−cz + a

S(z) = ∞ si z = a/c ,


−d/c si z = ∞

podemos ver facilmente que T ◦ S(z) = S ◦ T (z) = z. Por lo que S = T −1 es


la aplicación inversa de T , y es claro que T −1 también es una aplicación de
Möbius.
ad − bc
Si z0 ∈ C \ {−d/c}, entonces T 0 (z0 ) = 6= 0, por lo que T es
(cz0 + d)2
C-diferenciable si z 6= −d/c.
Para estudiar la conformidad de T en los puntos −d/c e ∞, considera-
remos primeramente el caso c 6= 0.
De acuerdo con las definiciones (4.2.2) y (4.3.5) T es conforme en ∞ si
t(z) = T (1/z) es conforme en z0 = 0, pero
 
1 a + bz
t(z) = T =
z c + dz
de donde
bc − ad bc − ad
t0 (z) = , de donde t0 (0) = 6= 0
(c + dz)2 c
Es decir, T es conforme en ∞.
Por otra parte, si z = −d/c, aplicando las definiciones (4.2.2) y (4.3.5) T
es conforme en z0 = −d/c si t(z) = 1/T (z) es conforme en z0 = −d/c. Pero

1 cz + d cb − ad
t(z) = = y t0 (z) = .
T (z) az + b (az + b)2
c2
 
0 d
Ası́, t − = .
c bc − ad
Finalmente, si c = 0, podemos escribir la transformación T (z) como
T (z) = az + b con T (∞) = ∞, en particular T 0 (z) = a 6= 0 si z ∈ C.
Finalmente, para verificar que T es conforme en z0 = ∞, tenemos que
1 z
t(z) = = , con t(0) = 0
T (z) a + bz
de donde
a
t0 (z) = 6= 0
(a + bz)2
Por lo cual t es conforme en 0, es decir, T es conforme en z0 = ∞.
4.4. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS. 117

Es claro que el conjunto de las aplicaciones de Möbius T : C∞ → C∞


constituye un grupo bajo la composición, el cual denotaremos Möb. Por
otra parte, si GL(2, C) denota el grupo de matrices invertibles, 2 × 2 con
coeficientes complejos, tenemos un homomorfismo de grupos ψ : Gl(2, C) →
M öb, dado como:
 
a b az + b
ψ =
c d cz + d
az + b
Además, si T (z) = es una aplicación de Möbius, y λ ∈ C \ {0},
cz + d
entonces
λaz + λb
T (z) =
λcz + λd
esto es, los coeficientes a, b, c y d no son únicos.
A nivel de grupos esto significa que el homomorfismo ψ no es inyectivo,
y tiene núcleo ker ψ = {λ · I2 ∈ GL(2, ); λ ∈ C \ {0}}, donde I2 denota
la matriz identidad 2 × 2. Consecuentemente, el grupo Möb es isomorfo al
grupo GL(2, C)/ ker ψ.
Podemos destacar algunos casos especiales de aplicaciones de Möbius, a
saber:
Definición 4.4.2. Si T : C∞ → C∞ es una aplicación de Möbius, entonces:

1. Si T (z) = z + b, T se denomina una traslación;

2. Si T (z) = az, con a > 0, y a 6= 1, entonces T se denomina una


dilatación;

3. Si T (z) = eiθ z, con θ ∈ R, T se denomina una rotación;

4. Si T (z) = az, con a ∈ C \ {0}, T se denomina una homotecia, en


particular, una homotecia es una composición de rotaciones y dilata-
ciones; finalmente

5. Si T (z) = 1/z, T se denomina una inversión.

Geometricamente hablando: Una traslación por b ∈ C mueve un pun-


to z ∈ C una distancia |b| en la dirección arg b, sólo el punto al infinito
permanece invariante bajo traslaciones.
Una dilatación expande el plano si a > 1, y lo contrae si a < 1. Sólo el
origen y el punto al infinito permanecen invariantes bajo dilataciones.
Una rotación por un ángulo θ, gira todo punto z alrededor del origen un
ángulo θ, y sólo deja invariantes el origen y el punto al infinito.
118 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Una inversión es la composición de dos reflexiones, la primera sobre el


eje real y la segunda sobre la circunferencia unitaria, aunque ninguna de
estas aplicaciones sea una transformación de Möbius. Los puntos z = ±1
son sus únicos puntos fijos.
Proposición 4.4.2. Si T es una aplicación de Möbius, entonces T es la
composición de traslaciones, homotecias e inversiones.
a b a
Demostración. Si c = 0, entonces T (z) = z + , definamos T1 (z) = z y
d d d
b
T2 (z) = z + . Claramente T = T2 ◦ T1 .
d
Si c 6= 0, definamos:
d 1 bc − ad b
T1 (z) = z + , T2 (z) = , T3 (z) = 2
z y T4 (z) = z + ,
c z c d
entonces T = T4 ◦ T3 ◦ T2 ◦ T1 .
az + b
Notamos además que, si T (z) = es una aplicación de Möbius,
cz + d
entonces T (z) = z si, y sólo si, az + b = z(cz + d), lo cual implica cz 2 +
(d − a)z − b = 0, como esta ecuación es cuadrática, concluimos que: una
transformación de Möbius, distinta de la identidad, tiene a lo más dos puntos
fijos, o equivalentemente, si una transformación de Möbius fija al menos tres
puntos, entonces es la identidad Id(z) = z.
Si T es una aplicación de Möbius, a, b, c ∈ C∞ son tres puntos distintos
con α = T (a), β = T (b) γ = T (c) y S es otra aplicación de Möbius tal que
α = S(a) β = S(b) γ = S(c), entonces S −1 ◦ T fija los puntos a, b y c, por
ende S −1 ◦ T = Id, de donde S = T . En resumen:
Proposición 4.4.3. Una aplicación de Möbius esta determinada, en forma
única, por su acción sobre cualesquiera tres puntos distintos en C∞ .
Si z2 , z3 , z4 ∈ C∞ y k 6= l, definamos T : C∞ → C∞ como:

(z − z3 )(z2 − z4 )


 si z2 , z3 , z4 ∈ C



 (z − z4 )(z2 − z3 )


z − z3





 z − z4
 si z2 = ∞
T (Z) =

 z2 − z4
si z3 = ∞


z − z4







 z − z3


si z4 = ∞

z2 − z3
4.4. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS. 119

En cualquiera de estos casos T (z2 ) = 1, T (z3 ) = 0 y T (z4 ) = ∞, además


T es la única aplicación de Möbius con esta propiedad.
Definición 4.4.3. Si z1 ∈ C∞ , entonces (z1 , z2 , z3 , z4 ), la razón cruzada de
z1 , z2 , z3 y z4 , es la imagen de z1 bajo la única aplicación de Möbius que
transforma z2 en 1, z3 en 0 y z4 en ∞.
Por ejemplo (z2 , z2 , z3 , z4 ) = 1; (z3 , z2 , z3 , z4 ) = 0 y (z, 1, 0, ∞) = z.
Además, si T es cualquier aplicación de Möbius y w2 , w3 y w4 son pun-
tos tales que T (w2 ) = 1, T (w3 ) = 0 y T (w4 ) = ∞, entonces T (z) =
(z, w2 , w3 , w4 ).

Proposición 4.4.4. Si z2 , z3 , z4 son puntos distintos en C∞ , y T es cualquier


aplicación de Möbius, entonces

(z, z2 , z3 , z4 ) = (T (z), T (z2 ), T (z3 ), T (z4 ))

para cada z ∈ C∞ .

Demostración. Sea S(z) = (z, z2 , z3 , z4 ), la razón cruzada de z, z2 , z3 y z4 ,


entonces S es una transformación de Möbius, tal que S(z2 ) = 1, S(z3 ) = 0 y
S(z4 ) = ∞. Si U = S ◦ T −1 , entonces U (T (zk )) = (S ◦ T −1 )(T (zk )) = S(zk ),
donde U (z) = (z, T (z2 )), T (z3 ), T (z4 )) para toda z ∈ C∞ . En particular, si
z = T (z1 ) tenemos (z, z2 , z3 , z4 ) = (T (z), T (z2 ), T (z3 ), T (z4 )).

Corolario 4.4.1. Si z2 , z3 , z4 son puntos distintos en C∞ , y w2 , w3 , w4 tam-


bién son puntos distintos en C∞ , entonces existe una única aplicación de
Möbius T tal que T (zk ) = wk , para k = 2, 3, 4.
Si pensamos C∞ como la compactificación de C por medio de la proyec-
ción estereográfica, podemos ver que las lı́neas rectas en C corresponden a
cı́rcunferencias en C∞ que pasan por ∞.
Proposición 4.4.5. Una aplicación de Möbius manda cı́rcunferencias en
cı́rcunferencias.

Demostración. De acuerdo con la proposición 4.4.2, podemos escribir T


como una composición de traslaciones, homotecias e inversiones, concreta-
d 1 bc − ad
mente, T = T4 ◦T3 ◦T2 ◦T1 , con T1 (z) = z + , T2 (z) = , T3 (z) = z
c z c2
b
y T4 (z) = z + , recordamos que las traslaciones (T1 y T4 ), y las homote-
d
cias (T3 ) transforman cı́rcunferencias en cı́rcunferencias, por lo que bas-
tará ver que las inversiones transforman cı́rcunferencias en cı́rcunferencias.
120 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

De geometrı́a analı́tica básica sabemos que una circunferencia, o lı́nea, tienen


ecuación
Ax + By + C(x2 + y 2 ) = D
con A, B, C, D ∈ R, constantes, no todas cero. Sea z = x + ıy, y supongamos
z 6= 0, sea 1/z = u + iv, entonces u = x/(x2 + y 2 ), y v = −y/(x2 + y 2 ), la
ecuación de la circunferencia es equivalente a:

Au − Bv − D(u2 + v 2 ) = −C,

la cual también es una lı́nea o una circunferencia.

Proposición 4.4.6. Si z1 , z2 , z3 , z4 son cuatro puntos distintos en C∞ , en-


tonces (z1 , z2 , z3 , z4 ) es un número real si, y solamente si, los cuatro puntos
están en una circunferencia.

Demostración. Si T (z) = C∞ → C∞ es la aplicación T (z) = (z, z2 , z3 , z4 );


az + b
entonces T (z) = ; si z = x ∈ R, y w = T −1 (x) 6= 1, entonces x =
cz + d
T (w), de donde T (w) = T (w), es decir

aw + b aw + b
=
cw + d cw + d
lo cual implica

(ac − ac)|w|2 + (ad − bc)w + (bc − da)w + (bd − bd) = 0.

Si ac ∈ R, entonces ac − ac = 0; sean α = 2(ad − bc), β = ı(bd − bd), y


multiplicando la ecuación anterior por ı tenemos

0 = Im(αw) − β = Im(αw − β)

pues β ∈ R. Esto es, w está en la lı́nea determinada por la ecuación anterior.


Si ac no es real, la ecuación

(ac − ac)|w|2 + (ad − bc)w + (bc − da)w + (dd − bd) = 0,

se transforma en

|w|2 + γ̄w + γw − δ = 0
para algunas constantes γ ∈ C, δ ∈ R. En particular |w + γ| = λ, donde
|ad − bc|
λ = (|γ|2 + δ)1/2 = > 0.
|ac − ac|
4.4. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS. 121

Como γ y λ son independientes de x y como la ecuación |w + γ| = λ es la


ecuación de una circunferencia, concluimos que (z1 , z2 , z3 , z4 ) es un número
real si, y solamente si, los cuatro puntos están en una cricunferencia.

Corolario 4.4.2. Dadas dos circunferencias C y C 0 en C∞ , existe una apli-


cación de Möbius tal que T (C) = C 0 .

En particular, si ∆ = {z ∈; |z| < 1}, denota el disco unitario, podemos


ver que:

Proposición 4.4.7. Cualquier aplicación de la forma

z − z0
T (z) = eiθ
1 − z0 z

con z0 ∈ ∆ , y θ ∈ [0, 2π) fijos; es conforme y biyectiva de ∆ en ∆.

z − z0
Demostración. Verificaremos que, si T (z) = eiθ , entonces T (∆) =
1 − z0z
∆. Primeramente veremos que, si |z| = 1, entonces |T (z)| = 1. Como |z| = 1,
entonces zz = 1, entonces:

iθ z − z0 z − z0
|T (z)| = e
= = 1 |z − z0 | = 1.
1 − z 0 z zz − z 0 z |z| |z − z 0 |

z − z0
Además z 7→ es C−diferenciable en C \ {z̄0−1 }, y como |z0 | < 1,
1 − z0z
entonces |z̄0−1 | > 1, es decir, z 0 ∈
/ ∆.
Como T (z0 ) = 0 ∈ ∆, por continuidad T transforma el interior de ∆
en el interior de ∆. Y como T es la restricción a ∆ de una transformación
conforme, T es conforme de ∆ en ∆.

Posteriormente, cuando estudiemos el teorema del módulo máximo, de-


mostraremos que toda aplicación conforme y biyectiva de ∆ sobre ∆ es de
la forma descrita en la porposición anterior.

Proposición 4.4.8. Sea H+ = z ∈ C; Im z > 0}. Cualquier aplicación de


la forma
az + b
T (z) =
cz + d
con a, b, c, d ∈ R, ad − bc > 0 es conforme y biyectiva de H+ en H+ .
122 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Demostración. Si T es una aplicación de la forma indicada en el enunciado,


entonces T deja invariante el eje real extendido R∞ , y como Im T (ı) =
(ad − bc)/(c2 + d2 ) > 0, por conexidad, la imagen del semiplano superior H+
bajo T es el semiplano superior H+ .
Recı́procamente, si T deja invariante el semiplano superior, en particular
T (R∞ ) = R∞ . Como los tres puntos z2 = T −1 (0), z3 = T −1 (1), z4 =
T −1 (∞) están en R∞ . Usando la fórmula de la razón cruzada para T (z) =
(z, z2 , z3 , z4 ) tenemos que T (z) = (az + b)/(cz + d), donde a, b, c, d ∈ R y
ad − bc = (c2 + d2 )Im (ı) > 0.

4.5. Simetrı́a.
Recordamos que dado un punto (x, y) ∈ R2 , el punto (x, −y) es simétrico
a (x, y) con respecto al eje x, la aplicación %(x, y) = (−y, x) es una aplicación
R − lineal, que preserva distancias.
De manera más general, puede definirse simetrı́a con respecto a cualquier
otra lı́nea y = mx, como:

%θ (x, y) = (Rθ ◦ % ◦ R−θ )(x, y)


donde m = tan θ, y Rθ (x, y) = (x cos θ−y sin θ, x sin θ+y cos θ) es la rotación
que gira el plano un ángulo θ en el sentido contrario a las manecillas del reloj.
También podemos ver esta transformación directamente de la ecuación
de la recta y = mx sin necesidad de utilizar el ángulo θ, para lo cual,
consideramos β = {(1, 0), (0, 1)} la base canónica de R2 y la base ortogonal
β 0 = {(1, m), (−m, 1)}, entonces la matriz de cambio de coordenadas de la
base β 0 en la base β está dada como:
 
1 −m
Q = [IR2 ]ββ 0 = .
m 1

Ası́  
0 1 1 m
Q −1
= [IR2 ]ββ = .
1 + m2 −m 1
La matriz asociada a la transformación %m que da la reflexión con re-
specto a la recta y = mx es
1 − m2
   
1 0 −1 1 2m
[ρm ]β 0 = Q Q =
0 −1 1 + m2 2m m2 − 1
1
de donde ρm (x, y) = ((1 − m2 )x + 2my, 2mx + (m2 − 1)y)
1 + m2
4.5. SIMETRÍA. 123

Finalmente, si deseamos reflejar con respecto a cualquier lı́nea y = mx +


b, con b 6= 0 bastará considerar, de manera adicional, la traslación tb (x, y) =
(x, y − b), y considerar la composición t−b ◦ %m ◦ tb para obtener el simétrico
de un punto con respecto a una recta. Ahora bien, podemos generalizar esta
idea, y considerar el simétrico de un punto con respecto a una circunferencia
como sigue:
Definición 4.5.1. Sea C una circunferencia en C∞ que pase por los puntos
z2 , z3 y z4 . Dados z, z ∗ ∈∞ , diremos que z ∗ es el punto simétrico a z con
respecto a C si, y sólo si, (z ∗ , z2 , z3 , z4 ) = (z, z2 , z3 , z4 )
Cabe notar que, de manera similar al caso de las rectas en R2 :

La definición sólo depende de C, y no de los puntos z2 , z3 y z4 .

z es el punto simétrico a z ∗ con respecto a C.

Los puntos de C son los únicos que son simétricos a ellos mismos.

La tranformación z 7→ z ∗ es biyectiva, y se denomina la reflexión con


respecto a C.

Para ver que esto realmente una generalización del cado descrito anteri-
ormente, supongamos z4 = ∞, ası́ C corresponde a una recta en C, y
z ∗ − z3 z − z3 z − z3
= (z ∗ , z2 , z3 , ∞) = (z, z2 , z3 , ∞) = = ,
z2 − z3 z2 − z3 z2 − z3
esto implica ∗
z − z3 z − z 3
=
z2 − z3 z 2 − z 3
de donde |z ∗ − z3 | = |z − z3 |, por lo cual z y z ∗ equidistan de cada punto de
C. Además
z ∗ − z3 z − z3 z − z3
Im = Im = −Im
z2 − z3 z2 − z3 z2 − z 3
Por ende, y a menos que z ∈ C, z y z ∗ están en distintos semiplanos
determinados por C. Además, la recta que une z y z ∗ es perpendicular a la
recta C.
Por otra parte, si ∞ ∈ / C, podemos suponer

C = {z ∈; |z − a| = R}, 0<R<∞

aplicando sistematicamente la invariancia de la razón cruzada para una apli-


cación de Möbius (Proposición 4.4.4), podemos concluir que:
124 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

(z ∗ , z2 , z3 , z4 ) = (z, z2 , z3 , z4 )
= (z − a, z2 − a, z3 − a, z4 − a)
R2 R2 R2
 
= z − a, , ,
z2 − a z3 − a z4 − a
 2 
R 2 3 4
= + a, z , z , z
z−a

Esta ecuación muestra que el punto simétrico de z es z ∗ = a+R2 (z−a)−1 ,


o equivalentemente z y z ∗ satisfacen la relación

(z ∗ − a)(z − a) = R2

Consecuentemente, el producto de las distancias de z y z ∗ al centro es R2 ,


esto es, |z − a| · |z ∗ − a| = R2 . Además,

z∗ − a R2
= > 0,
z−a |z − a|2
lo cual significa que z y z ∗ están en la misma semi-recta con punto inicial a.
Dado z es un punto en el interior de la región acotada por C, hay una
construcción geométrica muy simple para z ∗ , la cual describimos en la Figura
(4.4):

  
*

Figura 4.4: El punto z ∗ es el simétrico de z

Sea L la semi-recta que pasa por z e inicia en a.

Considere la perpendicular L0 a L que pasa por z.

Sea p el punto de intersección de L0 con C.

Considere la recta tangente a C en p, Tp C


4.5. SIMETRÍA. 125


   
*

Figura 4.5: El punto z ∗ es el simétrico de z

z ∗ es el punto de intersección de L con Tp C

Si z es un punto en el exterior de la región acotada por C, procedemos


de la siguiente forma

Se toma el punto medio m del segmento que une a con z.

Se traza la circunferencia C 0 por a con centro en m.

Sean p y p0 los puntos donde intersectan las circunferencias C y C 0 . Las


rectas zp y zp0 son las tangentes a C por z.

Tomamos el segmento de recta ` que une p con p0 .

Trazamos la semirecta L por a y z.

El punto z ∗ es el punto de intersección de ` con L.

En particular, los puntos a e ∞ son simétricos con respecto a C.


Proposición 4.5.1 (El principio de simetrı́a.). Si una aplicación de Möbius
manda la circunferencia C1 sobre la circunferencia C2 , entonces cualquier par
de puntos simétricos con respecto a C1 se transforman bajo T en un par de
puntos simétricos con respecto a C2 .

Demostración. Si z2 , z3 y z4 son tres puntos distintos en C1 , si z y z ∗ son


simétricos con respecto a C1 , y sea T una aplicación de Möbius que trans-
forme C1 en C2 . Entonces

(z ∗ , z2 , z3 , z4 ) = (z, z2 , z3 , z4 ).

Como consecuencia de la proposición 4.4.4 tenemos que:


126 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

(T (z ∗ ), T (z2 ), T (z3 ), T (z4 )) = (z ∗ , z2 , z3 , z4 )


= (z, z2 , z3 , z4 )
= (T (z), T (z2 ), T (z3 ), T (z4 ))
Luego entonces T (z) y T (z ∗ ) son simétricos con respecto a C2 .

4.6. Otros ejemplos de aplicaciones conformes


4.6.1. La aplicación de Joukowski
Definición 4.6.1. La aplicación J : C∞ → C∞ definida por
  
 1 1
z+ si z 6= 0, ∞
J(z) = 2 z
∞ si z = 0, ∞

se denomina la aplicación de Joukowski.

 se comprueba facilmente que, si z 6= 0, ∞,


Usando la definición 4.2.2
entonces J 0 (z) = 12 1 − z12 , mientras que J 0 (0) = J 0 (∞) = 2, y es fácil
mostrar que J 0 (z) = 0 si, y sólo si z = ±1. Luego entonces J es conforme en
cada abierto Ω ⊂ C∞ \ {±1}.
En los problemas concretos de representación conforme, frecuentemente
hay que averiguar cuando la función es inyectiva en un abierto Ω contenido
en su dominio. Una condición necesaria para ello es que su derivada no se
anule en Ω, como la condición no es suficiente, el problema se debe afrontar
directamente para la función concreta.
En particular, la condición J(z0 ) = J(z1 ), con z0 , z1 ∈ C se escribe como
 
1
(z0 − z1 ) 1 − = 0,
z0 z1
luego entonces J(z0 ) = J(z1 ) con z0 6= z1 si, y sólo si z0 z1 6= 1. En toda
vecindad de ±1 existen puntos z0 6= z1 con z0 z1 = 1, esto es, Ω ⊂ C∞ \ {±1}
es una condición necesaria para que J|Ω sea inyectiva. Una condición más
fuerte que es necesaria y suficiente para la inyectividad de J|Ω es la dada en
la siguiente proposición.
Proposición 4.6.1. Dado un abierto Ω ⊂ C∞ \ {±1}, la condición z ∈ Ω
implica que 1/z 6∈ Ω es una condición necesaria y suficiente para que J|Ω
sea inyectiva. En este caso J establece un isomorfismo conforme entre Ω y
su imagen J(Ω).
4.6. OTROS EJEMPLOS DE APLICACIONES CONFORMES 127

Demostración. Si J|Ω es inyectiva, de acuerdo con lo visto anteriormente si


z ∈ Ω, entonces 1/z 6∈ Ω. Por otra parte, para caracterizar los abiertos Ω
sobre los cuales J|Ω es inyectiva debemos encontrar los abiertos contenidos
en C \ {±1} y considerar el conjunto Sω = {z ∈ C∞ ; J(z) = ω}. Nótese
que Ω ⊂ C∞ \ {±1} implica que J(Ω) ∩ {±1} = ∅, por lo que podemos
suponer que w ∈ / {±1}. Este hecho garantiza que, en el caso w 6= ∞, la
ecuación J(z) = ω tiene dos soluciones finitas distintas z0 , z1 = 1/z0 , a
saber, las soluciones de la ecuación de segundo orden z 2 − 2wz + 1 = 0.
Cuando w = ∞ ∈ J(Ω) la ecuación J(z) = ∞ también tiene dos soluciones
distintas z0 = 0 y z1 = ∞.
Ası́, la condición del enunciado garantiza que para cada ω ∈ J(Ω) el
conjunto Sω ∩ Ω sólo tiene un elemento, luego entonces J|Ω es inyectiva.
Finalmente, como J 0 (z) 6= 0, tenemos que J|Ω : Ω → J(Ω) es un isomorfismo
conforme.

Es claro que los abiertos ∆ = {z; |z| < 1} y H+ = {z; Im z > 0}


cumplen la condición de la proposición 4.6.1, de modo que J establece iso-
morfismos conformes entre cada uno de ellos y sus imágenes.
Una descripción de la aplicación de Joukowsky que resulta útil para
estudiar el efecto que tiene esta tranfromación sobre una región determinada
es la siguiente:
Proposición 4.6.2. La transformación de Joukowski J : C∞ → C∞ dada
por   
 1 1
z+ si z 6= 0, ∞
J(z) = 2 z
∞ si z = 0, ∞

se puede descomponer como:

J(z) = (T −1 ◦ f ◦ T )(z), (4.1)

donde T (z) = (z − 1)/(z + 1) y f (z) = z 2 .


En particular, esta descomposición nos permite obtener las imágenes
J(∆) y J(H+ ) del disco ∆ = {z; |z| < 1} y el semiplano superior H+ =
{z; Im z > 0}

J(∆) = C∞ \ {x ∈ R; |x| ≤ 1} y J(H+ ) = C \ {x ∈ R; |x| ≥ 1}.

Demostración. Como T −1 (z) = (z + 1)/(−z + 1), entonces


 !
z−1 2
  
−1 −1 1 1
(T ◦ f ◦ T )(z) = T = z+ .
z+1 2 z
128 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

A continuación usaremos esta descomposición para estudiar las regiones


J(∆) y J(H+ ).
Primeramente notamos que T (H+ ) = H+ , y como f (z) = z 2 establece
un isomorfismo conforme entre H+ y Ω = C \ {x ∈ R; x ≥ 0}, y como T −1
transforma el semieje real positivo en {x ∈ R; |x| ≥ 1, tenemos que

J(H) = T −1 (Ω) = C \ {x ∈ R; |x| ≥ 1}

Analogamente, T (∆) = {z; Re z < 0} = H` , y f (H` ) es el abierto


Ω0 = C \ {x ∈ R; x ≤ 0}, de donde

J(∆) = T −1 (Ω0 ) = C∞ \ {x ∈ R; −1 ≤ x ≤ 1}.

La descomposición de J|H+ como

T f T −1
H+ → H+ → Ω → J(H+ )

permite obtener una fórmula


√ explı́cita para la inversa de J|H+ . La inversa
de f : H+ → Ω es h(z) = ı −z, luego entonces, para la inversa de J|H+ se
tiene la fórmula
1 + h(T (z))
w = (T −1 ◦ h ◦ T )(z) =
1 − h(T (z))
multiplicando numerador y denominador por 1 + h(T (z)) la fórmula se sim-
plifica a r
1−z
w = z + ı(1 + z) .
1+z
De manera análoga, si usamos la descomposición de J|∆ dada por:

T f T −1
∆ → H` → Ω0 → J(∆)

y usando que g(z) = − z es la inversa de f : H` → Ω0 se tiene que la inversa
de J|∆ es:
p
−1 1 − T (z)
w = (T ◦ g ◦ T )(z) = p ,
1 + T (z)
cuando z 6= ∞ se puede simplificar la fórmula a
r
z−1
w = z − (z + 1)
z+1
4.6. OTROS EJEMPLOS DE APLICACIONES CONFORMES 129

La aplicación de Joukowski en el plano complejo, es la más simple de un


conjunto de transformaciones de la forma
a1 a2 a3
J(z) = a0 z + + 2 + 3 + ···
z z z
Estas modifican el plano sensiblemente para valores pequeños de z, pero su
influencia tiende a cero a medida que el módulo de z crece.
La aplicación de Joukowski convierte a una circunferencia de radio a > 1
en la forma de un perfil aerodinámico.

Figura 4.6: Perfil de Joukowsky asociado a J(z) = z + 1/z

Una aplicación conforme en todo el plano z, aplicada a una circunferen-


cia, no podrı́a general un perfil con borde de fuga afilado, porque cualquier
quiebre en la curva vioları́a la conservación de ángulos que impone la condi-
ción de ser confrome. Pero en este caso, si uno de los puntos de la circunfer-
encia es z = ±1, en la imagen de ese punto puede aparecer un quiebre en la
curva: ese punto se transforma en el borde de fuga del perfil. En el ejemplo
de la figura (4.6.1), es el punto z = −1. Como el punto z = 1 queda en el
interior del cı́rculo, su imagen queda dentro del perfil, y no afecta su forma,
ni el campo de flujo alrededor del mismo.
Examinemos la aplicación de Joukowski J(z) = 12 a + z1 . En coorde-


nadas cartesianas escribamos z = x + ıy y J(z) = u + ıv, entonces


 
1 x − ıy
u + ıv = (x + ıy) + 2
2 x + y2
lo cual implica que
   
x 1 y 1
u= 1+ 2 , v= 1− . (4.2)
2 x + y2 2 x2 + y 2
las coordenadas de la circunferencia original se obtienen de la ecuación

γ(t) = z0 + aeıt , con 0 ≤ t < 2π.


130 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Figura 4.7: Cı́rculo que pasa por −1 con radio a y ángulo β.

Las coordenadas del centro del cı́rculo quedan determinadas por su radio
a, y por el ángulo β que muestra la figura (4.6.1), de modo que el punto
z = −1 es la intersección de la circunferencia con el eje real negativo.
A continuación analizaremos algunos casos particulares:

1. Transformación de la circunferencia centrada en el ori-


gen: En el caso general, con 1 < a, la transformación es conforme en
todos los puntos de la circunferencia. La ecuación de esta circunferen-
cia es:

γ(t) = aeıt , con 0 ≤ t < 2π, o equivalentemente x2 + y 2 = a2 (4.3)

Si se despejan x y y en función de u y v (ecuación 4.2) obtenemos

u v
x= 1 1
, y= 1 1

2 1+ a2 2 1− a2

y considerando la ecuación 4.3, obtenemos:

!2 !2
u v
1 1
 + 1 1
 = a2 ,
2 1+ a2 2 1− a2

es decir,

!2 !2
u v
1 + = 1, (4.4)
a + a1 1
a − a1
 
2 2

que es la ecuación de una elipse.


4.6. OTROS EJEMPLOS DE APLICACIONES CONFORMES 131

Figura 4.8: Imagen de γ(t) = aeıt bajo J(z) para a > 1.

En el caso lı́mite en que a = 1 la circunferencia se transforma en el


segmento del eje real −1 ≤ x ≤ 1. Se observa que si a = 1, los puntos
z = ±1 pertenecen a la circunferencia, y se transforman en J(z) = ±1
respectivamente. En este caso no es aplicable la ecuación (4.4), ya
que el denominador del segundo témino se anula. Sin embargo, en
coordenadas polares la transformación es muy sencilla:
 
1 1 1  ıθ 
J(z) = z+ = e + e−ıθ = cos θ, 0 ≤ θ < 2π
2 z 2
Al variar θ, el segmento es recorrido dos veces, desde 1 hasta −1 y
viceversa.
2. Transformación de la circunferencia centrada en (0, y0 ): La
ecuación de la circunferencia con centro (0, y0 ) y radio a está dada por

x2 + (y − y0 )2 = a2 o bien γ(t) = ıy0 + aeıt con 0 ≤ t < 2π.

Entonces J establece un isomorfismo conforme entre el interior (re-


spectivamente exterior) de la región limitada por γ en C∞ y el com-
plemento de un arco de circunferencia que pasa por ±1 y ıy0 . Para ver
esto, notamos que bajo T (z) = (z − 1)/(z + 1) la circunferencia γ se
transforma en una lı́nea recta. Luego H = T (Ω) es un semiplano abier-
to, la imagen G de este semiplano bajo f (z) = z 2 es el complemento de
una semirecta que parte del origen. Por otro lado J(Ω) = T −1 (G) es
el complemento de un arco de circunferencia de extremos T −1 (0) = 1
y T −1 (∞) = −1. Como la circunferencia con centro en ıy0 tiene ra-
dio a y pasa por los puntos ±1, entonces a2 = 1 + y02 , de donde,
J(ı(a + y0 )) = ıy0 , tenemos ası́ que la circunferencia γ(t) = ıy0 + aeıt
se transforma en el arco de circunferencia que pasa por los puntos
1, −1, ıy0 , como podemos apreciar en la figura (2).
132 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Figura 4.9: Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = ıy0 + aeıt

También aquı́, el lı́mite cuando y0 → 0 es el segmento [−1, 1].

3. Transformación de la circunferencia centrada en (x0 , 0),


x0 > 0: Este caso corresponde al parámetro β = 0. La transformación
da un perfil simétrico, como se muestra en la figura (3). El punto
z = −1 se convierte en el punto J(−1) = −1, que es el borde de fuga
del perfil. La imagen del punto z = 1, J(1) = 1 queda en el interior del
perfil. El borde de ataque es la imagen del punto z = x0 + a = 2x0 + 1
(cruce con el eje x), y es el punto J(x0 + a)

Figura 4.10: Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = x0 + aeıt

4. Caso general: circunferencia centrada en z0 = (x0 , y0 ): En


este caso la circunferencia se transforma en un perfil no simétrico,
como puede apreciarse en la figura (4).

Figura 4.11: Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = z0 + aeıt


4.6. OTROS EJEMPLOS DE APLICACIONES CONFORMES 133

De los ejemplos vistos, se puede inferir que los parámetros que determi-
nan la forma del perfil son las coordenadas del centro de la circunferencia.
En particular:

La coordenada x0 relacionada con el cociente 1/a, determina el espesor


del perfil resultante. Los casos en que el centro cae sobre el eje y, con
x0 = 0, dan arcos de circunferencia.

La coordenada y0 relacionada con el ángulo β, detremina la curvatura


de la lı́nea media del perfil. Los casos en que el centro cae sobre el eje x
(β = 0) dan perfiles simétricos, es decir, su lı́nea media es el segmento
de recta que constituye el eje de simetrı́a

Una antigua construcción gráfica para la aplicación J(z) = z + b2 /z, sin


calcular componentes, sigue los siguientes pasos 1 , véase la figura (4.6.1):

1. Desde el origen de coordenadas O se marca el punto z = −b.

2. Desde z = −b, con ángulo β y a una distancia a, se ubica el centro del


cı́rculo al que llamaremos Q.

3. Con centro Q y radio a, se traza la circunferencia C1 , que es la que se


quiere transformar.

4. El segmento OQ y el eje y determinan el ángulo δ.

5. Con el mismo ángulo δ medido desde el eje y hacia la dirección negatica


de x, se traza el segmento OM , donde M es el punto de intersección
con OQ.

6. Con centro en M y radio (−b)M , se traza la circunferencia C2 .

7. Para trazar el perfil, de dan valores a θ desde 0 a 2π. Con θ, se de-


termina sobre C1 el punto P1 : z = reıθ , y con −θ, sobre C2 queda el
2 2
punto P2 : bz = br e−ıθ .

8. La suma vectorial de ambos (por el método gráfico del paralelogramo),


da el punto P 0 que pertenece al perfil, y es la imagen de P1 . Recorriendo
todos los valores de θ, queda dibujado el perfil de Joukowsky.

La forma de este perfil presenta el extradós y el intradós tangentes en


el borde de fuga (el perfil tiende a un espesor nulo en ese punto). Esto es
1
Trefftz,E., FllugtechnMotorluftschiffahrt, vol. 4, pg. 130, 1913
134 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

Figura 4.12: Perfil de Joukowski J(z) = z + b2 /z

un problema tanto desde el punto de vista constructivo, como desde el de


resistencia estructural. Por otro lado, las caracterı́sticas aerodinámicas tam-
poco son buenas: el mı́nimo de presión está muy cerca del borde de ataque,
por lo que el flujo debe recorrer gran parte del etrados con un gradiente
de presión adverso. Hay otras aplicaciones conformes que generan mejores
perfiles, sin embargo, la aplicación de Joukowsky fue la primera explorada
analı́ticamente.2

4.6.2. Funciones trigonométricas


eız + e−ız
Consideremos la función cos z = , esta función puede escribirse
2
como
cos(z) = (J ◦ exp ◦ϕ)(z)
donde ϕ(z) = ız es una rotación por π/2, exp(z) es la función exponen-
cial, y J(z) = 21 (z + z1 ) es la aplicación de Joukowsky. Ahora bien, ϕ
es un automorfismo conforme de C∞ , la función exponencial es inyecti-
va en cualquier región del tipo Wa,b = {z ∈ C; a < Im z < b} con
b − a ≤ 2π. Finalmente J es inyectiva en C∞ \ ∆, o en ∆. Considere-
mos la región Ω = {z ∈ C; − π < Re z < π, Im z > 0}, entonces
Ω0 = ϕ(Ω) = ıΩ = {z ∈ C; − π < Im z < π, Re z < 0}. La imagen
2
Proviene del latı́n intra, dentro y dorsum, dorso. Se contrapone con la voz trasdós o
extradós En el ámbito de la aeronáutica, se llama intradós a la parte inferior del ala de un
avión, medido desde el borde de ataque hasta el borde de salida. Se llama extradós a la
parte superior de un ala de un avión, medido desde el borde de ataque hasta el borde de
salida. El borde de ataque es el punto central de la parte delantera de un perfil. El borde
de fuga, o de salida es el punto central de la parte trasera de un perfil.
4.6. OTROS EJEMPLOS DE APLICACIONES CONFORMES 135

de Ω0 bajo la función exponencial corresponde al interior del disco unitario


con centro en el origen, esto es, exp(Ω0 ) = ∆ = {z ∈ C; |z| < 1}.
Como vimos anteriormente, J(∆) = C∞ \ {x ∈ R; − 1 ≤ x ≤ 1}, es
decir, tenemos la siguiente situación:

Figura 4.13: La función cos(z)

Como sen(z + π2 ) = cos(z) y cos(z − π2 ) = sin z, tenemos un resultado


similar al realizado anteriormente si ahora tomamos Ω = {z ∈ C; − π2 <
Re z < π2 , Im z > 0}.
Si ahora consideramos la función

sin z 1 eız − e−ız 1 − e2ız


tan z = = = ı ,
cos z ı eız + e−ız 1 + e2ız
esto es:
tan z = (T ◦ ψ ◦ exp ◦ϕ)(z),
1−z
donde ϕ(z) = ız, exp es la función exponencial, ψ(z) = z 2 y T (z) = ı .
1+z
Para a ∈ R una constante fija, sea `a = {z ∈ C; Re z = a}, entonces
ϕ(`a ) = {z ∈ C; Im z = a}. La imagen bajo la función exponencial de
esta recta es la semirecta que parte del origen con pendiente a, a su vez,
la imagen de esta semirecta bajo la función ψ es la semirecta que parte del
origen con pendiente 2a, y bajo la transformación de Möbius T la imagen
de esta semirecta es una semicircunferencia.
136 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

De manera similar, si b ∈ R es una constante fija, y Lb = {z ∈ C; Im z =


b}, entonces ϕ(Lb ) = {z ∈ C; Re z = −b}. La imagen de esta recta bajo la
función exponencial es la circunferencia con centro en el origen y radio e−b .
Bajo la función ψ esta circunferencia se transforma en la circunferencia con
centro en el origen y radio e−2b . Finalmente, bajo la transformación T esta
circunferencia se transforma en una circunferencia.
En particular, las rectas Re z = − π4 y Re z = π4 se transforman en las
dos mitades de la circunferencia unitaria, por lo que
π
tan({z ∈ C; |Re z| < }) = {z : |z| < 1}.
4

4.7. Ejercicios
1. Obtenga la imagen del primer cuadrante bajo la aplicación T (z) = z 3 .

2. Considere la función f (x, y) = u(x, y) + iv(x, y), con u(x, y) = 2x2 + y 2


y v = y 2 /x. Muestre que las curvas u = constante y v = constante se
intersectan ortogonalmente, pero f no es C−diferenciable.

3. Para cada una de las siguientes aplicaciones, determine el máximo


subconjunto Ω de C donde la aplicación sea conforme:
1
a) f1 (z) = z +
z
b) f2 (z) = z 3 + z 2
z
c) f3 (z) =
1+z
d) f4 (z) = z

e) f5 (z) = sin z cos z

4. Demuestre que si f : A → B es biyectiva, C−diferenciable, y con


inversa C-diferenciable, entonces f es conforme.

5. Encuentre una aplicación conforme de A = {z ∈; 0 < arg z < π/2, 0 <


|z| < 1} en ∆ = {z ∈ C; |z| < 1}.

6. Sea g(z) = (z − i)/(z + i). Determine la imagen bajo g de

a) El eje real.

b) El cı́rculo con centro en 0 y radio 2.


4.7. EJERCICIOS 137

c) El cı́rculo con centro en 0 y radio 1.

d) El eje imaginario.

7. Encuentre una aplicación de Möbius T que satisfaga T (zk ) = wk para


k = 1, 2, 3, si

a) z1 = i, z2 = 0, z3 − 1, w1 = 0; w2 = −i, w3 = ∞.

b) z1 = i, z2 = 0, z3 − 1, w1 = −i, w2 = 0, w3 = ∞.

c) z1 = i, z2 = 0, z3 − 1, w1 = −3, w2 = −1, w3 = 0.

8. Encuentre una aplicación de Möbius T que transforme el disco unitario


∆ sobre si mismo, y que satisfaga T (1/4) = 1/3.

9. Muestre que K(z) = z/(1 − z)2 transforma el disco unitario ∆ biyec-


tivamente sobre C \ {z ∈; Rez = 0, ∧ Imz < −1/4}.

10. Muestre que T (z) = eiθz−λ con Imλ > 0 transforma el semiplano
superior sobre el disco unitario ∆.

11. Considere una aplicación de Möbius de la forma


 
z−b
T (z) = a
z−d
Demuestre que

Circunferencias que pasan por los puntos b y d se transforman en lı́neas


que pasan por el origen.

Las circunferencias con ecuación |(z −b)/(z −d)| = r/|a|, denominados


los cı́rulos de Apolonio, se transforman bajo T en las circunferencias
con centro 0 y radio r.[A, pg.84-88]

12. Si una aplicación de Möbius transforma un par de cı́rculos concéntri-


cos en otro par cı́rculos concéntricos, demuestre que la razón entre sus
radios debe ser la misma.

13. Encuentre una aplicación que envie las circunferencias |z| = 1 y |z −


(1/4)| = 1/4 en cı́rcunferencias concéntricas. Hay alguna relación entre
las razones de sus radios?

14. Si T es una aplicación de Möbius, T 6= id, muestre que una aplicación


de Möbius S conmuta con T si S y T tienen los mismos puntos fijos.
138 CAPÍTULO 4. APLICACIONES CONFORMES

15. Si SL2 (C) es el subgrupo de GL1 (C) que consta de todas las matrices
con determinante 1, muestre que la imagen de SL2 (C) bajo el homo-
morfismo ψ : GL2 (C) → M öb , descrito en la página ??, es Möb. Cuál
es el núcleo de ψ en SL2 (C)?
Capı́tulo 5

Integral de Lı́nea y el
Teorema de Cauchy.

En este capı́tulo veremos que la generalización inmediata de una integral


real a los números complejos es definir la integral de una función compleja
sobre un intervalo real, esto nos conducirá al concepto de integral de lı́nea.
Este concepto nos permitirá estudiar una serie de propiedades fundamen-
tales en el análisis de funciones de variable compleja, las cuales son muy
complicadas de demostrar sin el uso de la integración compleja, propiedades
mediante las cuales iniciaremos la distinción fundamental entre los funciones
reales de variable real y las funciones holomorfas. Estos resultados son el
objetivo principal de este capı́tulo. Asimismo, demostraremos el teorema de
Cauchy y estudiaremos algunas de sus consecuencias.
Algunas de las propiedades fundamentales que estudiaremos en el pre-
sente capı́tulo son:

Si f es C−diferenciable en el interior y sobre la circunferencia γ(t) =


a + e2πıt con 0 ≤ t ≤ 1, entonces
Z
1 f (z)
dz = f (a)
2πı γ z − a

se denomina la fórmula integral de Cauchy, y constituye la pieza fun-


damental de la rigidez de las funciones holomorfas. Escencialmente
nos dice que el valor promedio de una función C−diferenciable sobre
una circunferencia es igual al valor de la función en el centro de la
circunferencia.

Toda función C−diferenciable es infinitamente diferenciable.

139
140 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Toda función C−diferenciable admite desarrollo en serie de Taylor, y


consecuentemente, es holomorfa.

Demostrar que una función C−diferenciable es holomorfa puede demos-


trarse sin utilizar integración a lo largo de curvas, aunque las demostraciones
suelen ser mas complicadas, R. L. Plunket demostró la continuidad de la
derivada en A topological proof of the continuity of the derivate of a function
of a complex variable. Bull. Amer. Math. Soc. 65, (1959); 1-4. Mientras que
E.H. Connel y P. Porcelli demostraron la existencia de todas las derivadas en
A proof of the power series expansion without Cauchy’s formula. Bull. Amer.
Math. Soc. 67, (1961); 177-181. Ambos artı́culos basan sus demostraciones
en una demostración topológica del teorema de la aplicación abierta, pues
este se encuentra muy relacionado con la estructura de las funciones holo-
morfas, según demuestra Stoilow, cuya disertación puede encontrarse en el
libro de C. T. Whyburn Topological analysis, 2nd ed. Princeton. 1964.

5.1. Integración Compleja


Como mencionamos anteriormente, las demostraciones clásicas donde se
prueba que las funciones C−diferenciables son holomorfas se basan en la
integración a lo largo de curvas, por lo cual iniciamos la presente sección
recordando algunas definiciones y propiedades fundamentales de curvas e
integración.
Definición 5.1.1. Sea (X, d) un espacio métrico.

1. Una curva (o trayectoria) en X es una transformación continua γ :


[a, b] → X donde [a, b] denota el intervalo cerrado {t ∈ R2 ; a ≤ t ≤ b}
con a, b ∈ R, a < b.

2. Los puntos γ(a), γ(b) se denominan los extremos de la curva, γ(a) se


denomina el punto inicial, y γ(b) se denomina el punto final. También
se suele decir que γ inicia en γ(a) y termina en γ(b).

3. Dados x0 , x1 ∈ X, diremos que una curva γ : [a, b] → X une x0 con


x1 si: γ(a) = x0 y γ(b) = x1 . En este caso también decimos que γ es
una curva de x0 a x1 .

4. Diremos que una curva γ : [a, b] → X es una curva cerrada si γ(a) =


γ(b). Si x0 = γ(a) = γ(b), en este caso también decimos que γ es un
lazo en x0 .
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 141

5. Si γ : [a, b] → X es una curva, denotamos la imagen de γ como im(γ),


o γ([a, b]), esto es im(γ) = {γ(t); t ∈ [a, b]}. La imagen de γ también
se denomina la traza, o soporte de la curva.

6. Si γ : [a, b] → X es una curva en X, definimos la curva −γ (también


se suele denotar γ −1 ) como −γ : [a, b] → X, −γ(t) = γ(b + a − t). Note
que −γ(a) = γ(b), −γ(b) = γ(a), y im(−γ) = im(γ). La curva −γ se
denomina la curva inversa de γ, y es la curva que recorre la traza de
γ en sentido opuesto.

7. Si γ1 : [a1 , b1 ] → X, γ2 : [a2 , b2 ] → X son dos curvas tales que el punto


inicial de γ2 coincide con el punto final de γ1 , esto es, γ2 (a2 ) = γ1 (b1 ),
definimos la curva γ = γ1 + γ2 como sigue:

γ : [a, b] → X, con a = a1 , b = b1 + b2 − a2

 γ1 (t) si a ≤ t ≤ b1
γ(t) =
γ2 (t + a2 − b1 ) si b1 ≤ t ≤ b1 + b2 − a2

Como γ2 (b1 +a2 −b1 ) = γ2 (a2 ) = γ1 (b1 ), esta función está bien definida
y es continua. Nótese que im(γ1 + γ1 ) = im(γ1 ) ∪ im(γ2 ). Esta curva
se obtiene recorriendo primero γ1 y posteriormente γ2 .

8. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, no vacı́o, y γ : [a, b] → Ω una curva.


Diremos que γ es suave por partes si existe una partición a = a0 <
a1 < .... < an = b del intervalo [a, b] tal que γ|[aj ,aj+1 ] es una función
continuamente diferenciable para j = 0, 1, ..., n − 1.

Recordamos que la restricción de γ al intervalo [aj , aj+1 ] es continua-


mente diferenciable si existe un intrvalo abierto Ij ∈ R, con [aj , aj+1 ], tal
que γ es continua y diferenciable en Ij .
Nótese que, en este caso, hay un subconjunto finito S ⊂ [a, b] tal que
dγ/dt existe y es continua en [a, b] \ S; además dγ/dt es acotado en este
conjunto.
Podemos notar que, si γ es una curva diferenciable por partes en Ω,
entonces γ −1 también lo es. Si γ1 y γ2 son curvas diferenciables por partes
en Ω, y el punto final de γ1 coincide con el punto inicial de γ2 , entonces
γ1 + γ2 es una curva diferenciable por partes.
Definición 5.1.2. Sea (X, d) un espacio métrico.
Si γk : [ak , bk ] → X, k = 1, 2 son dos curvas en X, diremos que γ2 es
una reparametrización de γ1 , (o que γ2 se obtine de γ1 por medio de una
142 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

reparametrización), si existe una función continua, suprayectiva, y estricta-


mente creciente h : [a2 , b2 ] → [a1 , b1 ] tal que γ1 ◦ h = γ2 .
En este caso im(γ1 ) = im(γ2 ). Si X es un subconjunto abierto de C,
y si γk son curvas suaves por partes, se pedirá adicionalmente que h sea
diferenciable.
Desde luego, lo que deseamos hacer es generalizar la integral de lı́nea real
al caso complejo, es decir, deseamos que esta integral siga siendo indepen-
diente de las reparametrizaciones y que sea C−lineal, para lo cual daremos
la siguiente definición:
Definición 5.1.3 (Definición de Integral de Lı́nea). Sea Ω ⊂ C un conjunto
abierto no vacı́o, γ : [a, b] → Ω una curva suave en Ω, y f : Ω → C una
función C−valuada, y continua definida
Z en Ω. Se define la integral de lı́nea
a lo largo de γ, la cual denotamos f dz, por la fórmula:
γ

Z Z b
f dz = f (γ(t))γ̇(t)dt.
γ a

Nuevamente, podemos escribir la función continua f en términos de


sus partes real e imaginaria como f (z) = u(z) + ıv(z), con u, v funciones
R−valuadas definidas en Ω, y γ(t) = x(t) + ıy(t), entonces

f (γ(t))γ̇(t) = [u(γ(t)) + ıv(γ(t))][ẋ(t) + ıẏ(t)]


= [u(γ(t))ẋ(t) − v(γ(t))ẏ(t)] + ı[u(γ(t))ẏ(t) − v(γ(t))ẋ(t)]

de donde
Z Z b 
dx(t) dy(t)
f dz = u(x(t), y(t)) − v(x(t), y(t)) dt
γ a dt dt
Z b 
dy(t) dx(t)
+ ı u(x(t), y(t)) + v(x(t), y(t)) dt
a dt dt

La cual resulta más fácil de recordar si escribieramos formalmente


Z Z b Z b
f dz = [udx − vdy] + ı [udy + vdx]
γ a a

o bien Z Z b Z b
f dz = [uẋ − v ẏ] + ı [uẏ + v ẋ]dt
γ a a
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 143

Desde luego, aún debemos verificar que, con esta definición, se extienden
las propiedades de la integral de lı́nea, y que la integral, en este caso, resulta
Z
C−lineal. Y si γ es una curva de z0 a z1 , podemos preguntarnos si f
γ
depende , o no, de la curva γ. En esta sección trataremos de dar respuesta
a estas preguntas, pero antes, veremos algunos ejemplos.

Ejemplo 8.
Z
1. Evaluemos ahora ez dz, donde γ(t) = eit , con t ∈ [0, 2π/2]. En este
γ
caso
Z Z π
2
z
e dz = eγ(t) · γ̇(t)dt
γ 0
Z π
2
= e(cos t+ı sin t) · (− sin t + ı cos t)dt
0
Z π
2
= −ecos t [cos(sin t) · sin t + sin(sin t) · cos t]dt
0
Z π
2
+ i −ecos t [sin(sin t) · sin t − cos(sin t) · cos t]dt
0
cos t
π/2 π/2
= e cos(sin t) 0 + ı ecos t sin(sin t) 0
π/2
= ecos t+ı sin t 0
= eı − e
Z
2. Ahora evaluaremos f dz, donde f (z) = (z −a)−1 , y γ(t) = re2πıt +a,
γ
con t ∈ [0, n], n ∈ N. Tenemos
Z Z n
1 1
dz = · 2π r ı t · e2πıt dt
γ z−a 0 (re2 π ı t + a) − a
Z n
= ı dz
0
= 2πnı

Esta fórmula posteriormente nos será muy útil. A continuación veremos que
la integral no depende de la reparametrización de la curva, esto es:
144 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Proposición 5.1.1. Sea γ : [a, b] → C una curva suave, si σ : [c, d] → C es


una repametrización de γ, entonces
Z Z
f= f,
γ σ

para toda fución continua f definida sobre un conjunto abierto que contenga
a la imagen de la curva γ.

Demostración. Como σ es una reparametrización de γ, existe una función


h : [c, d] → [a, b], continua, diferenciable y creciente tal que σ(t) = (γ ◦ h)(t).
Como consecuencia de la regla de la cadena tenemos:
dσ(t) d(γ ◦ h)(t) dγ(h(t)) dh(t) dγ(s) ds
σ̇(t) = = = =
dt dt ds dt ds dt
con s = h(t), de donde
Z Z d
f = f (σ(t))σ̇dt
σ c
Z d
dγ(h(t)) dh(t)
= f (σ(t))
c ds ds
Z b
dγ(s)
= f (γ(s)) ds
ds
Za
= f
γ

Proposición 5.1.2. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, no vacı́o, f, g : Ω → C


funciones continuas, λ una constante compleja, y sean γ, γ1 y γ2 curvas,
tales que el punto final de γ1 coincide con el punto inicial de γ2 . Entonces:
Z Z
1. λf = λ f.
γ γ
Z Z Z
2. (f + g) = f+ g.
γ γ γ
Z Z
3. f =− f.
−γ γ
Z Z Z
4. f= f+ f.
γ1 +γ2 γ1 γ2
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 145

Demostración. (1) Si f = u + ıv, con u, v : Ω → R funciones R-valuadas,


continuas definidas en Ω , λ = λ1 +ıλ2 ∈ C, con λk ∈ R, y γ(t) = x(t)+ıy(t),
con t ∈ [a, b] ⊂ R, entonces: λf = (λ1 u − λ2 v) + ı (λ1 v + λ2 u), de donde

Z Z b
λf = [(λ1 u − λ2 v)ẋ − (λ1 v + λ2 u)ẏ]dt
σ a
Z b
+ ı [(λ1 u − λ2 v)ẏ + (λ1 v + λ2 u)ẋ]dt
a
Z b Z b
= λ1 (uẋ − v ẏ)dt − λ2 (uẏ + v ẋ)dt
a a
 Z b Z b 
+ ı λ1 (uẏ + v ẋ)dt + λ2 (uẋ − v ẏ)dt
a a
Z b
= λ f
a

(2) Si f = u1 + ı v1 , g = u2 + ı v2 , γ como antes, entonces:

Z Z b
(f + g) = [(u1 + u2 )ẋ − (v1 + v2 )ẏ]dt
σ a
Z b
+ ı [(u1 + u2 )ẏ + (v1 + v2 )ẋ]dt
a
Z b Z b
= [u1 ẋ − v1 ẏ]dt + ı [u1 ẏ + v1 ẋ]dt
a a
Z b Z b
+ [u2 ẋ − v2 ẏ]dt + ı [u2 ẏ + v2 ẋ]dt
Za Z a

= f+ g
γ γ

(3) Si f y γ son como el inciso (1), entonces: −γ(t) = γ(b − t), y como
consecuencia de la regla de la cadena

d(−γ)(t) dγ(t) d(b − t) dγ(t)


= =− ,
dt dt dt dt
146 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

de donde
Z Z b
d(−γ)(t)
f = f (−γ(t)) dt
−γ a dt
Z b
+ f (γ(b − t))(−γ̇(t))dt
a
Z b
= − f (γ(s))γ̇(s)ds
Za
= − f.
γ

(4) Finalmente, sea f como en el inciso (1), γ1 (t) = x1 (t)+ı y1 (t), si t ∈ [a, b]
y γ2 (t) = x2 (t) + ı y2 (t), si t ∈ [b, c], con γ1 (b) = γ2 (a). Entonces:

Z Z Z b Z c
f+ f = f (γ1 (t))γ̇1 (t)dt + f (γ2 (t))γ̇2 (t)dt
γ1 γ2 a b
Z b Z b
= (uẋ1 − v ẏ1 )dt + ı (uẏ1 + v ẋ1 )dt
Za c Za c
+ (uẋ2 − v ẏ2 )dt + ı (uẏ2 + v ẋ2 )dt
b b
Z b Z c
= (uẋ1 − v ẏ1 )dt + (uẋ2 − v ẏ2 )dt
a b
Z b Z c 
+ ı (uẏ1 + v ẋ1 )dt + (uẏ2 + v ẋ2 )dt
a b

Como estamos integrando fucnciones real valuadas, tenemos que


Z b Z c Z c
(uẋ1 − v ẏ1 )dt + (uẋ2 − v ẏ2 )dt = (uẋ − v ẏ)dt
a b a
y que
Z b Z c Z c
(uẏ1 + v ẋ1 )dt + (uẏ2 + v ẋ2 )dt = (uẏ − v ẋ)dt
a b a
donde x(t) = x1 (t) si t ∈ [a, b] y x(t) = x2 (t) si t ∈ [b, c], procedemos en
forma análoga para y(t). De donde:
Z Z Z
f+ f= f
γ1 γ2 γ1 +γ2

como deseabamos mostrar.


5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 147

Definición 5.1.4. . Si γ : [a, b] → Ω es una curva suave por partes, y


a = a0 < a1 < ... < an = b, es una partición de Z[a, b] tal que γk = γ[ak ,ak+1 ]
es diferenciable para k = 0, ..., n − 1. Definimos f dz como
γ

Z n−1
XZ
f dz = f dz.
γ k=0 γk

Podemos notar, como consecuencia de la proposición anterior,que el va-


lor de la integral de f a lo largo de γ no depende de la partición utilizada.

Definición 5.1.5 (Longitud de Arco). Sea γ : [a, b] → una curva suave, la


longitud de arco de γ se define como:
Z b Z bp
`(γ) = |γ̇(t)|dt = ẋ(t)2 + ẏ(t)2 dt.
a a

La longitud de arco también es independiente de la parametrización.


Corolario 5.1.1. Si γ, γ1 , γ2 son curvas suaves por partes definidas en Ω,
entonces `(γ1 + γ2 ) = `(γ1 ) + `(γ2 ) y `(−γ) = `(γ).
Ejemplo 9.

1. Si γ(t) = exp(ı t), con t ∈ [0, 2π], es una parametrización del cı́rculo
unitario, entonces
Z 2π p Z 2π
`(γ) = 2 2
(− sin(t)) + (cos(t)) dt = dt = 2π.
0 0

2. Si z0 , z1 ∈ C, el segmento de recta que une a z0 con z1 es la curva


γ : [0, 1] → C definida por γ(t) = (1 − t)z0 + tz1 , y su longitud de arco
es |z0 − z1 |.

La siguiente propiedad nos permite obtener una estimación del valor de


las integrales.

Proposición 5.1.3. Si Ω es un subconjunto abierto no vacı́o de C, γ :


[a, b] → Ω una curva diferenciable por partes en Ω, f una función continua,
148 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

tal que existe una constante real M ≥ 0 con |f (z)| ≤ M para toda z ∈ im(γ),
entonces Z

f ≤ M `(γ).

γ
En forma más general tenemos:
Z Z

f ≤ |f ||dz|,

γ γ

donde, por definición,


Z Z b
|f | |dz| := |f (γ(t))||γ̇(t)|dt.
γ a

Demostración. Como Z Z
f= f (γ(t))γ̇(t)dt
γ γ
entonces
Z Z b

f = f (γ(t))γ̇(t)dt

γ a
Z b
≤ |f (γ(t))γ̇(t)| dt
a
Z b
≤ |f (γ(t))||γ̇(t)|dt
a
Z b
≤ M |γ̇(t)|dt
a
= M `(γ)

pues, por hipótesis, |f (γ(t))| ≤ M para toda t ∈ [a, b].

Teorema 5.1.1 (El Teorema Fundamental del Cálculo para Integrales de


Lı́nea). Si γ : [a, b] → Ω es una curva suave, y f es una función C−diferen-
ciable definida en un abierto Ω ⊂ C, entonces
Z
f 0 (z)dz = f (γ(b)) − f (γ(a)).
γ

En particular, si γ es una curva cerrada, es decir, γ(a) = γ(b), entonces


Z
f 0 (z)dz = 0.
γ
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 149

Demostración. Si f es C-diferenciable, entonces

f (γ(t)) = u(t) + ı v(t),

con u, v : [a, b] → R diferenciables, y

d(f (γ(t))) du dv
= (t) + ı (t),
dt dt dt
de donde Z Z b Z b
0 du dv
f (z)dz = dt + ı dt
γ a dt a dt
Aplicando el Teorema Fundamental del Cálculo a las funciones reales de
variable real u0 , v 0 , tenemos
Z b Z b
du dv
dt = u(b) − u(a), y dt = v(b) − v(a),
a dt a dt
y como
(u(b) − u(a)) + ı (v(b) − v(a)) = f (γ(b)) − f (γ(a))

podemos concluir que


Z
f 0 (z)dz = f (γ(b)) − f (γ(a)).
γ

Corolario 5.1.2. Si f es un polinomio en z, y γ es cualquier curva cerrada


en C, suave por partes, entonces
Z
f = 0.
γ

Ejemplo 10.

Si z0 = 1, z1 = eı α para algún α ∈ (0, π), γ es el segmento que une z0


d log z 1
con z1 , y f (z) = 1/z, sabemos que = , donde log está definido en
dz z
la rama principal, esto es, si z ∈ C \ {z; Re(z) Z
= 0, Im(z) ≤ 0}.
Como log(z1 ) = ıα, y log(1) = 0, entonces f = ı α.
γ
150 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Definición 5.1.6. Sean a, b, c, d ∈ R tales que a < b, c < d. El conjunto

R = [a, b] × [c, d] = {z ∈ C ; a ≤ Re z ≤ b, c ≤ Im z ≤ d}

se denomina un rectángulo cerrado. El interior del rectángulo R, el cual


está dado por {z ∈ C ; a < Re z < b, y c < Im z < d}, se denomina un
rectángulo abierto. Los puntos v1 = a + ıc, v2 = b + ıc, v3 = b + ıd, v4 = a + ıd
se denominan los vértices del rectángulo R.
Proposición 5.1.4. Si Ω es un subconjunto abierto no vacı́o en C, R
un rectángulo cerrado contenido en Ω y f : Ω → C es una función C-
diferenciable, y f ∈ C 1 (Ω), entonces
Z Z Z
∂f 1
dx dy = f dz.
R ∂z 2 ı ∂R

Demostración. Si R = {x + ı y ∈; (x, y) ∈ [a, b] × [c, d]}, es un rectángulo


cerrado contenido en Ω, con vértices v1 = a + ı c, v2 = b + ı c, v3 = b + ı d, y
v4 = a + ı d, γ1 , ..., γ4 los lados de R, estos los podemos parametrizar como
γ1 (t) = t + ı c, con a ≤ t ≤ b, γ2 (t) = b + it, con c ≤ t ≤ d, etc. Entonces
Z Z Z Z  
∂f 1 ∂f ∂f
dx dy = +ı dx dy
R ∂z 2 R ∂x ∂y

Figura 5.1: Rectángulo cerrado en Ω.

Como
Z Z Z b Z d 
∂f ∂f
dx dy = dy dx
R ∂y a c ∂y
Z b
= [f (x, d) − f (x, c)] dx
Za Z
= f dz − f dz
−γ3 γ1
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 151

de manera similar obtenemos:


Z Z Z Z 
∂f
dx dy = − ı f dz + f dz .
R ∂x γ2 γ4

Sumando las integrales anteriores obtenemos:


Z Z 4 Z Z
∂f 1X 1
dx dy = f dz = f dz.
R ∂z 2 γk 2ı ∂R
k=1

Corolario 5.1.3. Si f ∈ C 1 (Ω), y f es C-diferenciable en Ω, entonces para


cada rectángulo cerrado R ⊂ Ω tenemos
Z
f dz = 0
∂R

Demostración. Si f es C-diferenciable,
R entonces ∂f /∂ z̄ = 0, como conse-
cuencia de la proposición anterior ∂R f dz = 0.

Este teorema es cierto en el caso en que f sea una función holomorfa.


A diferencia de este corolario , el siguiente resultado no pide que la fun-
ción f sea de clase C 1 , y es un resultado que juega un papel fundamental en
nuestro estudio de las funciones C-diferenciables, en particular, nos permi-
tirá ver que estas funciones son holomorfas.
Teorema 5.1.2 (El teorema de Cauchy-Goursat). Si Ω es un conjunto
abierto en C, y f es una función C−diferenciable definida en Ω. Entonces,
para cualquier rectángulo cerrado R ⊂ Ω,
Z
f dz = 0
∂R

Demostración. Consideremos un rectángulo cerrado R = {x + ı y ∈ C; a ≤


x ≤ b, c ≤ y ≤ d} contenido en Ω, donde a, b, c, d ∈ R,con a < b y c < d,
y denotemos por vk , k = 1, ..., 4 los vértices de R, esto es v1 = a + ı c;
v2 = b + ı c, v3 = b + ı d y v4 = a + ı d. Y consideremos los siguientes puntos
auxiliares:
1 1 1
v0 := (v1 + v2 + v3 + v4 ), w1 = (v1 + v2 ), w2 = (v2 + v3 ),
4 2 2
152 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

1 1
w3 = (v3 + v4 ), w4 = (v1 + v4 )
2 2
Esto es, v0 es el centro del rectángulo R, y los puntos wk son los puntos
medios de cada uno de los lados de R.
Dividamos R en cuatro rectángulos cerrados R1 , R2 , R3 y R4 , donde R1
tiene vértices v1 , w1 , v0 y w4 ; los vértices de R2 son w1 , v2 , w2 y v0 ; R3 tiene
vértices v0 , w2 , v3 , w3 , y finalmente, los vértices de R4 son wa , v0 , w3 y v4 , en
este orden, como muestra la figura (5.2).
Como consecuencia de la proposición 45-4, tenemos que
Z X4 Z
f dz = f dz.
∂R k=1 ∂Rk

Figura 5.2: Rectángulos cerrados en Ω.


Denotemos por Z

A := f dz ,
∂R
entonces
X4 Z X 4 Z

A := f dz ≤ f dz ,



k=1∂Rk ∂Rkk=1
En particular, existe ν1 ∈ {1, 2, 3, 4} tal que
Z
1
f dz ≥ A.

4

∂Rν
1

Además, `(∂Rν1 ) = 12 `(∂R), y el diámetro de Rν1 es la mitad del diámetro de


R, es decir: diam (Rν1 ) = 12 diam (R). De manera similar a la anterior, ahora
dividamos Rν1 en cuatro rectángulos Rν1 ,µ , con µ = 1, ..., 4, introduciendo
el centro, y los puntos medios de los lados de Rν1 , tenemos
Z X4 Z
f dz = f dz,
Rν1 µ=1 ∂Rν1 ,µ
5.1. INTEGRACIÓN COMPLEJA 153

luego entonces, existe ν2 ∈ {1, 2, 3, 4} tal que


Z Z
1
f dz ≥ f dz ≥ 2 A,

4

∂Rν ,ν ∂Rν
1 2 1

además,
1 1
`(∂Rν1 ,ν2 ) = `(∂Rν1 ) = 2 `(∂R),
2 2
y
1 1
diam (∂Rν1 ,ν2 ) = diam (∂Rν1 ) = 2 diam (R)
2 2
Iterando este proceso, encontramos una sucesión de rectángulos cerrados
{Rν1 ,ν2 ,...,νk : k ∈ N} que satisfacen las siguientes propiedades:

1. Rν1 ,ν2 ,...,νk ,νk+1 ⊂ Rν1 ,ν2 ,...,νk ,


1
2. `(∂Rν1 ,ν2 ,...,νk ) = `(∂R),
2k
1
3. diam (Rν1 ,ν2 ,...,νk ) = diam (R), y
2k
Z
1
4. f dz ≥ k A.

∂Rν 4
1 ,ν2 ,...,νk

El inciso (1) nos dice que tenemos una sucesión {Rν1 ,ν2 ,...,νk : k ∈ N} de
compactos anidados, aunado esto al inciso (2) tenemos que
\
Rν1 ,ν2 ,...,νk = {α}
k∈N

para un único punto α ∈ R.


Definimos ε : Ω → C, por ε(z) = f (z) − [f (α) + f 0 (α)(z − α)].
Como f es una función C−diferenciable en Ω, entonces ε es C−diferenciable
en Ω, y ε(α) = 0. Luego entonces

ε(z) ε(z) − ε(α)


lı́m = lı́m = 0.
z→α,z6=α z − α z→α,z6=α z−α

Luego entonces, dada  > 0 existe δ > 0 tal que |z − α| < δ implica
|ε(z)| < |z − α|.
Como f (α)+(z −α)f 0 (α) es un polinomio en la varible z, como consecuencia
del corolario anterior,
154 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Z
f (α) + (z − α)f (α) = 0.
∂Rν1 ,ν2 ,...,νk

Luego entonces
Z Z
ε dz = f dz.
∂Rν1 ,ν2 ,...,νk ∂Rν1 ,ν2 ,...,νk

Por otra parte, como lı́m diam (Rν1 ,ν2 ,...,νn ) = 0, existe k ∈ N suficien-
n→∞
temente grande, tal que diam (Rν1 ,ν2 ,...,νk ) < δ. En particular |z − α| < δ, si
z ∈ Rν1 ,ν2 ,...,νk . De quı́ se deduce que
Z Z
1
A≤ f dz = εdz

4k ∂Rν ,ν ,...,ν
1 2
∂Rν ,ν ,...,ν
1

2
k k

1 1
≤  diam(Rν1 ,ν2 ,...,νk ) `(Rν1 ,ν2 ,...,νk ) =  k
diam(R) k `(R),
2 2
es decir, A <  diam (R) `(∂R).
Como  es arbitraria, entonces A = 0.

Para poder aplicar este teorema necesitamos una versión más fuerte.
Teorema 5.1.3. Si Ω es un abierto en C, f una función C−valuada y
continua en Ω, a ∈ Ω, y f es C−diferenciable en Ω \ {a}, entonces para
cualquier rectángulo cerrado R ⊂ Ω
Z
f dz = 0.
∂R

Demostración. Si a ∈/ R, aplicamos el teorema anterior. Si a ∈ ∂R, sea


R un rectángulo cerrado contenido en el interior de R, y cuyos vértices
convergen a R cuando  → 0. Esto es, si R = [a, b] × [c, d], y 0 <  un
número suficientemente pequeño, entonces R = [a + , b − ] × [c + , d − ].
Como f es continua en Ω y R es compacto, entonces f es uniformemente
continua en R, luego entonces
Z Z
lı́m f dz = f dz
→0 ∂R ∂R
Z
Pero, como consecuencia del teorema de Cauchy-Goursat f dz = 0,
Z ∂R

de donde f dz = 0.
∂R
5.2. EL TEOREMA DE CAUCHY PARA RECTÁNGULOS 155

Figura 5.3:

Finalmente, supongamos que a ∈ Int(R) = (a, b) × (c, d), digamos a =


α+ı β. Sea R1 el rectángulo con vértices v1 = a+ı c, w2 = α+ı c, w3 = α+ı d
y v4 = a + ı d, R2 el rectángulo con vértices w2 , v2 = b + ı c, v3 = b + ı d, w3 .
Entonces Z Z Z
f dz = f dz + f dz.
∂R ∂R1 ∂R2
Z
Como a ∈ ∂R1 y a ∈ ∂R2 , en el caso anterior mostramos que f dz = 0,
Z ∂Rk

para k = 1, 2, de donde f dz = 0.
∂R

5.2. El Teorema de Cauchy para rectángulos


Lema 5.2.1. Si R es un rectángulo cerrado en C, y a ∈ R \ ∂R es un punto
en el interior de R, entonces
Z
1
dz = 2πı.
∂R z − a

Demostración. Dado t ∈ [0, 1], existe un único ρ(t) tal que en la frontera de
R tenemos el punto a + ρ(t)e2π ı t . Consideremos la curva suave por partes
r(t) = a + ρ(t)e2πı t . Entonces
1
dρ(t)e2π ı t
Z Z
1 1
dz = 2π ı t
dt
∂R z−a 0 ρ(t)e dt
Z 1 0 Z 1
ρ (t)
= dt + 2π ı dt
0 ρ(t) 0
= ln(ρ(1)) − ln(ρ(0)) + 2π ı
= 2πı
156 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

donde el logaritmo es el logaritmo real de un número positivo, y como ρ(0) =


ρ(1), entonces ln(ρ(1)) − ln(ρ(0)) = 0.

Teorema 5.2.1 (El teorema de Cauchy para rectángulos). Si Ω ⊂ C es


abierto no vacı́o, f : Ω → C una función C−diferenciable en Ω, R ⊂ Ω un
rectángulo cerrado, a un punto en el interior de R, entonces
Z
1 f (z)
f (a) = dz.
2 π ı ∂R z − a

Demostración. Para z ∈ Ω, definamos la función



f (z) − f (a)
si z ∈ Ω \ {a}


z−a

g(z) =

 f 0 (a)

si z = a

Z C−diferenciable en Ω \ {a}, como


Claramente g es continua en Ω, y g es
consecuencia del teorema anterior, 0 = g dz, y como
∂R

f (z) − f (a)
Z Z
g dz = dz
∂R z−a
Z∂R Z
f (z) 1
= dz − f (a) dz
z−a ∂R z − a
Z∂R
f (z)
= dz − 2πı f (a)
∂R z−a
Z
1 f (z)
de donde f (a) = dz.
2πı ∂R z−a

Teorema 5.2.2. Si Ω ⊂ C es un abierto no vacı́o, y f es una función


C−diferenciable en Ω, entonces f es holomorfa en Ω, es decir, dado a ∈ Ω,
existe r > 0, la cual depende de a y Ω, y existe una sucesión de números
complejos {cn }n≥0 tal que
X∞
cn (z − a)n
n=0

converge a f (z) para toda z tal que |z − a| < r.

Demostración. Sea a ∈ Ω, y sea R ⊂ Ω un rectángulo cerrado tal que


a ∈ R \ ∂R, y tomemos r > 0 tal que B(a, r) ⊂ int(R), es decir, la bola
5.2. EL TEOREMA DE CAUCHY PARA RECTÁNGULOS 157

cerrada con centro en a y radio r este contenida en el interior del rectángulo


R. Como consecuencia del teorema de Cauchy para rectángulos tenemos:
Z
1 f (z)
f (w) = dz.
2 π ı ∂R z − w
Por otra parte
 −1 ∞  
1 1 w−a 1 X w−a
= 1− =
z−w z−a z−a z−a z−a
0

si |w − a| < |z − a|.
Si w ∈ B(a, r) y z ∈ ∂R, entonces |w − a| ≤ τ |z − a|, con 0 < τ < 1, y τ
sólo depende de r y R. Luego entonces

(w − a)n
Z
1 X
f (w) = f (z) dz,
2πı ∂R (z − a)n+1
n=0

y como la serie converge uniformemente para w ∈ B(a, r), y z ∈ ∂R, pode-


mos intercambiar la suma con la integral, de donde
∞ Z 
1 X f (z)
f (w) = dz (w − a)n ,
2πı ∂R (z − a)n+1
n=0

o equivalentemente

X
f (w) = cn (w − a)n ,
n=0
con Z
1 f (z)
cn = dz.
2πı ∂R (z − a)n+1
Es decir, toda función C−diferenciable es holomorfa.

En vista de esto, los conceptos C−diferenciable, holomorfo y analı́tico,


son equivalentes, y los usaremos indistintamente a partir de este momento.

X 1
Aún más, como f (z) = cn (z − a)n , entonces ck = f (k) (a), y el valor
k!
n=1
X ∞
ck es independiente de ∂R, además la identidad f (z) = cn (z − a)n , se
n=0
satisface para |z − a| < ρ, donde ρ es el radio de convergencia de la serie.
Corolario 5.2.1. Si f ∈ C 1 (Ω), y ∂f /∂z = 0 en Ω, entonces f es holomorfa.
158 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Corolario 5.2.2. Toda función C−diferenciable en Ω es infinitamente C−di-


ferenciable.

X
Corolario 5.2.3. Si f : Ω → C es C-diferenciable, entonces f (z) = cn (z − a)n ,
n=0
si |z − a| < ρ, donde ρ es la distancia del punto a a la frontera de Ω, esto
es, ρ = d(a, ∂Ω)

Corolario 5.2.4. Si Ω ⊂ C es abierto no vacı́o, f : Ω → C una función


holomorfa en Ω, R ⊂ Ω un rectángulo cerrado, a un punto en el interior de
R, entonces
Z
k! f (z)
f (k) (a) = dz.
2πı ∂R (z − a)k+1

Demostración. Como mencionamos anteriormente


Z
(k) k! f (z)
f (a) = k!ck = dz.
2πi ∂R (z − a)k+1

Teorema 5.2.3 (El Teorema de Morera).


Z Si Ω ⊂ C es un abierto no vacı́o,
f una función continua en Ω, y si f dz = 0 para todo rectángulo cerrado
∂R
R ⊂ Ω. Entonces f es holomorfa en Ω.

Demostración. Dado a = α + ı β ∈ Ω, consideremos r > 0 tal que B =


B(a, r) ⊂ Ω.
Si z ∈ B, entonces z = x + ı y, (x, y ∈ R), sea z 0 = x + ı β, y se
γz = γ1 + γ2 , donde γ1 es el segmento de lı́nea que une a con z 0 , el cual
podemos parametrizar como, γ1 (t) = t + ı β, con t ∈ [α, x]; y sea γ2 es el
segmento que une z 0 con
Z z, parametrizado por γ2 (t) = x + ı t con t ∈ [β, y].
Definimos F (z) = f (w) dw.
γz
Si h 6= 0 es un número real tal que z + ı h ∈ B(a, r), entonces

F (z + ı h) − F (z)
Z
1
= f (w) dw,
h h λ

donde λ es el segmento de lı́nea que une z con el punto z + ı h, por ende,


λ(t) = x + ı t, con y ≤ t ≤ y + h, y λ̇(t) = ı. Entonces
5.2. EL TEOREMA DE CAUCHY PARA RECTÁNGULOS 159

Figura 5.4:

y+h
F (z + ıh) − F (z)
Z
ı
= f (x + ıt) dt.
h h y

De donde, para cada z ∈ B(a, r) tenemos

∂F F (z + ı h) − F (z)
(z) = lı́m = ı f (z).
∂y h→0 h
Por otra parte, si z” = α + ı y, y Γz es la curva Γ1 + Γ2 , donde Γ1 es el
segmento de lı́nea que une a con z”, y Γ2 el segmento que une z” con z, si
h 6= 0 es un número real suficientemente pequeño, entonces:

F (z + h) − F (z)
Z
1
= f (w) dw,
h h L

donde L es el segmento de lı́nea que une z con el punto z + h, por ende,


λ(t) = t + ı y, con x ≤ t ≤ x + h, y L̇(t) = 1, y procediendo de manera
similar a la realizada en el párrafo anterior, tenemos

∂F F (z + h) − F (z)
(z) = lı́m = f (z).
∂x h→0 h
Afirmamos que:
Z Z
f= f.
γz Γz
160 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Si x 6= α y y 6= β, y consideramos el rectángulo R con vértices


Z a, z 0 ,z,z”,
su frontera ∂R, está dada por γz − Γz , y por hipótesis f = 0, luego
∂R
entonces:
Z Z Z
0= f= f− f.
∂R γz Γz

Por otra parte, si x = α, entonces z 0 = a y z” = z, de donde


Z Z Z
f = −→ f = −→ f
γz z0 z az 0
−→
Z Z Z
ya que az 0 se reduce a un punto −→0 f = 0, analogamente f= f.
az Γz −

az
Z Cuando y Z= β se procede de manera similar a la anterior, de donde
f (w) dz = f (w) dw.
γz Γz
Como ∂F/∂x = f , y ∂F/∂y = ı f , existen, son continuas y satisfacen
las ecuaciones de Cauchy-Riemann ∂F/∂x = f = −ı (ı f ) = −ı (∂F/∂y),
entonces F es C-diferenciable en z, para cada z ∈ B(a, r), y como a es un
punto arbitrario de Ω, entonces F es holomorfa en Ω.

Como consecuencia del teorema Fundamental del Cálculo, si tenemos una


función holomorfaZF , definida en un abierto conexo no vacı́o Ω ⊂ C, tal que
F 0 = f , entonces f dz = 0 para cualquier curva cerrada, suave por partes
γ
contenida en Ω. Reciprocamente,
Z el resultado anterior nos dice que, si f
satisface la condición f = 0, para cualquier rectángulo cerrado contenido
∂R
en Ω, entonces f es holomorfa, lo cual proporciona otra caracterización de
las funciones holomorfas.
Definición 5.2.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, no vacı́o, f una función
holomorfa en Ω. Una primitiva de f sobre Ω es una función F , holomorfa
en Ω, cuya derivada es f , es decir, F 0 = f .
Como consecuencia de que toda función holomorfa admite un desarrollo
en serie de potencias, tenemos la siguente proposición:

X
Proposición 5.2.1. Si cn (z − a)n converge a f (z) en la bola abierta
n=0
con centro en a y radio r, B(a, r) = {z; |z − a| < r}, entonces f tiene una
primitiva en B(a, r).
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 161


X cn
Demostración. Definamos F (z) = (z − a)n+1 , claramente F 0 = f
n+1
n=0
y como consecuencia del lema 2, Capı́tulo 2 §2,3, el radio de convergencia de
F coincide con el de f . Por tanto, F es una primitiva de f en B(a, r).

Proposición 5.2.2. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, conexo, y sea f una


función holomorfa en Ω. Si F y G son dos primitivas de f en Ω, entonces
F − G es constante.

Demostración. Como F y G son primitivas de f en Ω, entonces (F − G)0 =


F 0 − G0 = f − f = 0, y como Ω es conexo, tenemos que la función F − G es
constante.

5.3. Consecuencias del teorema de Cauchy


En la presente sección, analizaremos el comportamiento de las funciones
holomorfas, en particular veremos como ciertas condiciones locales determi-
nan el comportamiento global de la función.
El siguiente resultado es uno de los principales teoremas sobre la conver-
gencia de funciones C− diferenciables, este teorema fue formulado por Karl
Weierstrass aproximadamente en 1860.

Teorema 5.3.1 (Teorema de convergencia de funciones C−diferenciables).


Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto conexo, y sea {fn } una sucesión de funciones
C−diferenciables definidas en Ω. Si u − lı́m fn = f sobre cada disco cerrado
n→∞
contenido en Ω, entonces f es C−diferenciable. Además, lı́m fn0 = f 0 pun-
n→∞
tualmente sobre Ω y uniformemente sobre cualquier disco cerrado contenido
en Ω.
Analogamente, si {gk } es una sucesión de funciones C−diferenciables

X
definidas sobre un abierto conexo Ω ⊂ C, y si g(z) = gk (z) converge uni-
n=1
formemente sobre cada disco
P cerrado contenido en Ω, entonces g es C−dife-
renciable en Ω y g 0 (z) = ∞ g
k=1 k
0 (z) puntualmente sobre Ω y uniformemente

sobre cualquier disco cerrado contenido en Ω.

La demostración del teorema de convergencia de funciones C−diferen-


ciables depende del teorema de Morera y de la fórmula integral de Cauchy,
que estudiamos en la sección anterior, para la demostración de este teorema
requeriremos del siguiente resultado.
162 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Lema 5.3.1. Sea Ω ⊂ C un subconjunto abierto conexo, γ : [0, 1] → Ω una


curva en Ω y sea {fn } una sucesión de funciones continuas definidas en
γ([0, 1]) las cuales convergen uniformemente a f en γ([0, 1]). Entonces
Z Z
lı́m fn dz = f dz.
n→∞ γ γ

Analogamente, si {gn } una sucesión de funciones continuas definidas en



X
γ([0, 1]) tales que gn (z) converge uniformemente sobre γ([0, 1]), entonces
n=1

∞ ∞ Z
Z !
X X
gn (z) dz = gn (z) dz.
γ n=1 n=1 γ

Demostración. Como consecuencia del Corolario 2 del Criterio de Cauchy


para convergencia uniforme Cap. 2 §2,2, se sigue que la función f es continua,
por tanto, integrable. Dado ε > 0, podemos elegir N = N (ε) ∈ N tan que si
n ≥ N entonces |fn (z) − f (z)| < ε/`(γ) para toda z ∈ γ([0, 1]).
Entonces, como consecuencia de la proposición 46, Cap. 5, §5,1
Z Z Z Z

fn − f = (fn − f ) ≤ γ|fn (z) − f (z)| |dz| < ε.

γ γ γ

La segunda afirmación es consecuencia de la primera, aplicando el resul-


tado a la sucesión de sumas parciales.

A continuación presentamos la demostración del teorema de convergencia


de funciones C−diferenciables

Demostración. Basta demostrar la primera parte.


Sea z0 ∈ Ω y sea r > 0 tal que B(z0 , r) ⊂ Ω, como f = u − lı́m fn
sobre B(z0 , r), entonces f es continua sobre B(z0 , r). Sea γZcualquier curva
cerrada en B(z0 , r). Como fn es C−diferenciable, entonces fn = 0. Como
Z Z Zγ
consecuencia del lema anterior lı́m fn = f , de donde f = 0. Como
γ γ γ
consecuencia del teorema de Morera f es C−diferenciable en B(z0 , r).
Debemos demostrar que fn0 converge uniformemente a f 0 en conjuntos
cerrados. Para hacer esto, usaremos la fórmula integral de Cauchy. Sea r > 0
tal que B(z0 , r) ⊂ Ω, y sea ρ > r tal que la circunferencia con centro z0 y
radio ρ, γ = z0 + ρe2πıt , con t ∈ [0, 1] este conenida en Ω.
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 163

Para cada z ∈ B(z0 , r), como consecuneica de la fórmula integral de


Cauchy tenemos
Z Z
0 1 fn (ζ) 0 1 f (ζ)
fn = 2
dζ y f (z) = dζ.
2πı γ (ζ − z) 2πı γ (ζ − z)2

Por hipótesis la sucesión {fn } converge uniformemente a f sobre el disco


cerrado B(z0 , ρ) ⊂ Ω. Entonces, dada ε > 0, podemos elegir N = N (ε) ∈ N
tal que si n ≥ N entones |fn (z) − f (z)| < ε sobre γ([0, 1]). Además,

fn (ζ) − f (ζ)
Z
0 0
1
|fn (z) − f (z)| =

2πı γ (ζ − z)2

Como |ζ − z0 | = ρ. y z ∈ B(z0 , r) entonces |ζ − z| ≥ ρ − r. Por lo cual, si


n ≥ N , se tiene que
1 ε ερ
|fn0 (z) − f 0 (z)| ≤ `(γ) =
2π (ρ − r)2 (ρ − r)2

Como ρ y r son constantes fijas independientes de z ∈ B(z0 , r), tenemos que


fn0 converge uniformemente a f 0 sobre discos cerrados.

Un resultado que nos habla de la rigidez de las funciones holomorfas es


el siguiente:
Teorema 5.3.2 (El principio de continuación analı́tica). Sea Ω ⊂ C un
subconjunto abierto no vacı́o, y sea f : Ω → C una función holomorfa. Si
existe un subconjunto abierto no vacı́o U contenido en Ω tal que f (z) = 0
para cada z ∈ U , entonces f (z) = 0 para toda z ∈ Ω.

Demostración. Denotemos por f (n) la n−ésima derivada de f , si n ≥ 1, y


f (0) = f . Y denotemos por En el conjunto de puntos z ∈ Ω cuya n−ésima
derivada es cero, esto es,

En = {z ∈ Ω ; f (n) (z) = 0},


y definimos \
E= En .
n≥0

Queremos demostrar que E = Ω, para lo cual demostraremos que E es


un conjunto no vacı́o, cerrado y abierto en Ω, y como Ω es conexo, entonces
E debe coincidir con Ω.
Como f (z) = 0 para toda z ∈ U , entonces U ⊂ E, por ende E 6= .
164 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Como f (n) es continua, y En es la imagen inversa de un punto, que en


particular es un conjunto cerrado, entonces En es cerrado. Por otra parte, co-
mo intersección arbitraria de cerrados es cerrado, entonces E es un conjunto
cerrado en Ω.
Ahora demostraremos que E es abierto, sea a ∈ E, como f es holomorfa
en Ω, existe r > 0 y una sucesión de números complejos {cn }n≥0 tales que

X
f (z) = cn (z − a)n , para toda z ∈ B(a, r) = {z; |z − a| = r} y como
n=0
consecuencia de la proposición 28 y del corolario 7, capı́tulo 3, §2 tenemos


X f (k) (a)
f (k) (z) = n(n − 1) · · · (n − k + 1)cn (z − a)n−k , donde ck = .
k!
n=0

Como a ∈ E, entonces f (k) (a) = 0 para toda k ≥ 0, de donde ck = 0 para


toda k ≥ 0, por lo que f (z) = 0 para toda z ∈ B(a, r), es decir B(a, r) ⊂ E.
Por tanto, E es abierto.
Como E es abierto y cerrado en un conjunto conexo no vacı́o, entonces
E = Ω, y por tanto, f ≡ 0 en Ω.

Definición 5.3.1 (Serie de Taylor). Sea Ω ⊂ C un abierto no vacı́o, f una


función holomorfa en Ω, y a ∈ Ω. La serie

X f (n) (a)
(z − a)n
n!
n=0

se denomina la serie de Taylor de f en a.


Como consecuencia del principio de continuación analı́tica (véase teo-
rema 5.3.2) tenemos que, la serie de Taylor de f X en a converge a f en
una vecindad de a, además de que es la única serie cn (z − a)n con esta
propiedad.
Ejemplo 11.

1. Consideremos la función f (z) = (1 − z)−1 , claramente f es holomorfa


en C\{1}, en particular en el punto z = 0. Por lo que, podemos obtener
la serie de Taylor de f en z = 0.
Como f (z) = (1−z)−1 , podemos ver que f 0 (z) = (1−z)−2 , y en general
f (n) (z) = n!(1 − z)−(n+1) , por tanto, f (n) (0) = 1 los coeficientes de la
serie de Taylor de f están dados como cn = f (n) = n! = 1, para n ≥ 0.
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 165

Luego entonces la serie de Taylor de f alrededor de z = 0 esta dada por



X
la serie geométrica: z n , la cual tiene radio de convergencia r = 1.
n=0

2. Como consecuencia de esto, la serie de Taylor de la función g(z) =



X
−2
(1 − z) está dado como (−n)z n−1 g(z) = −f 0 (z), pues g = −f 0 .
n=1

3. Consideremos ahora la función, log(z + 1) = ln |z + 1| + ı arg(z + 1),


con −π < arg(z + 1) < π.
En particular z = 0 está en el dominio de analiticidad de log(z +
d log(z + 1) 1
1). Como = y la n−ésima derivada de log(z + 1)
dz z+1
(−1)n−1
está dada como (z + 1)−n si n ≥ 1. Por ende, los coeficientes
(n − 1)!
de su seriede Tayloralrededor de z = 0 están dados por c0 = log(1) =
(−1)n−1 (−1)n−1
0, y cn = /n! = .
(n − 1)! n

X (−1)n−1 n
Por tanto, la serie de Taylor de log(z+1) esta dada por z ,
n
n=1
y la expresión es válida si |z| < 1.
4. Si f (z) = 1/(z − 1)(z − 2), aplicando fracciones parciales podemos
encontrar números complejos A y B, tales que

A B 1
+ = ,
z−1 z−2 (z − 1)(z − 2)
a saber A = −1 y B = 1, es decir:

1 −1 1 1 1
= + = + ,
(z − 1)(z − 2) z−1 z−2 1−z z−2
Como vimos anteriormente, la función 1/(1 − z) en z = 0 tiene serie

X
de Taylor z n , por otra parte, procediendo de manera análoga al
n=0
primer ejemplo, tenemos que la serie de Taylor de 1/(z − 2) está dada

X −1 n
por z , la cual tiene radio de convergencia 2.
2n+1
n=0
Por lo que, la serie de Taylor de f (z) en z = 0 está dada por
166 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

∞  n+1  ∞ ∞
X 2 −1 X X −1 n
zn = zn + z ,
2n+1 2n+1
n=0 n=0 n=0

y la serie es válida si |z| < 1.



X zn
5. La serie de Taylor de ez alrededor de z = 0 está dada por ,y
n!
n=0
tiene radio de convergencia infinito, es decir, la expresión es válida para
toda z. Esto es consecuencia de la definición de la función exponencial,
y de la unicidad de la serie de Taylor.
De manera similar, podemos demostrar que:

2
X z 2n
6. La serie de Taylor de ez alrededor de z = 0 está dada por ,
n!
n=0
y tiene radio de convergencia infinito, es decir, la expresión es válida
para toda z.

X (−1)n 2n−1
7. La serie de Taylor de sin z está dada por z , y esta
(2n − 1)!
n=0
expresión es válida para toda z.

X (−1)n
8. La serie de Taylor de cos z está dada por z 2n , y esta expresión
(2n)!
n=0
es válida para toda z.

9. A continuación procederemos a obtener los primeros términos de la


serie de Taylor para la función tan z, alrededor de z = 0.
Como tan z = sin z/ cos z y cos 0 = 1, tenemos que tan z es holomorfa
en una vecindad de z = 0, luego entonces, existe r > 0 y una sucesión
de números complejos cn tales que


X
tan z = cn z n
n=0

y la expresión es válida si |z| < r.


En particular


!
X
sin z = tan z cos z = cn z n cos z
n=0
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 167

Sustituyendo las expresiones en serie de Taylor de sin z y cos z en z = 0


obtenemos:

∞ ∞ ∞
! !
X (−1)n 2n−1 X
n
X (−1)n 2n
z = cn z z
(2n − 1)! (2n)!
n=0 n=0 n=0

∞ ∞ ∞
! !
X X X
Usando ahora el hecho de, an bm = dn , con:
n=0 m=0 n=0
n
X
dn = ak bn−k , tenemos que:
k=0

z3 z5 z7 c0 c1
z− + − + . . . = c0 + c1 z + (c2 − )z 2 + (c3 − )z 3
3! 5! 7! 2! 2!
c2 c0 4 c3 c1 5
+(c4 − + )z + (c5 − + )z
2! 4! 2! 4!
c4 c2 c0 6
+(c6 − + − )z + . . .
2! 4! 6!

Comparando término a término, obtenemos el siguiente sistema de


ecuaciones:

0 = c0 1 = c1
c0 1 c1
0 = c2 − − = c3 −
2! 3! 2!
c2 c0 1 c3 c1
0 = c4 − + = c5 − +
2! 4! 5! 2! 4!
c4 c2 c0
0 = c6 − + − ···
2! 4! 6!

de donde, podemos deducir:

0 = c0 = c2 = c4 = c6 = . . .

c1 1 1 1 c3 c1 2
c1 = 1, c3 = − = , c5 = + − = ,...
2! 3! 3 5! 2! 4! 15
168 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Por ende, la serie de Taylor de tan z en z = 0 está dada por:


1 2
z + z 3 + z 5 + . . ., y es válida si |z| < π/2.
3 15
Teorema 5.3.3. Sea Ω ⊂ C un subconjunto abierto conexo, y f una función
holomorfa en Ω. Si
Zf := {z ∈ Ω ; f (z) = 0}
entonces Zf es un conjunto discreto si f no es identicamente nula. Es decir,
Zf es un conjunto cerrado y cada punto de Zf es aislado.
El conjunto Zf es el conjunto de ceros de la función holomorfa f .

Demostración. Como f es continua entonces Zf es un conjunto cerrado. Sea


a ∈ Zf , entonces existe una vecindad U de a y una expansión en serie de
potencias

X
f (z) = cn (z − a)n , z ∈ U
n=0

Tenemos que c0 = f (a) = 0. Como f no es identicamente nula, como conse-


cuencia del principio de continuación analı́tica, teorema 5.3.2, existe n ∈ N
tal que cn 6= 0. Sea k el mı́nimo entero positivo n tal que cn 6= 0. Entonces

X
f (z) = (z − a)k cn (z − a)n−k = (z − a)k g(z)
n=k

Claramente g(a) = ck 6= 0, por lo cual, existe una vecindad V ⊂ U de a tal


que g(z) 6= 0 para cada z ∈ V . Luego entonces

Zf ∩ V = {a}

es decir, a es un punto aislado de Zf .

Corolario 5.3.1 (Principio de la identidad). Si Ω ⊂ C es un subconjunto


abierto conexo, si f y g son dos funciones holomorfas en Ω y si el conjunto

{z ∈ Ω ; f (z) = g(z)}

tiene un punto de acumulación en Ω, entonces f coincide con g en Ω.

Demostración. Sea h = f −g, como Zh tiene un punto de acumulación como


consecuencia del teorema anterior Zh no es discreto, por lo tanto h ≡ 0 en
Ω.
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 169

Corolario 5.3.2. Si f es una función holomorfa C valuada definida en un


abierto conexo Ω, y f no es identicamente cero, entonces para cada a ∈ Ω
con f (a) = 0 existe un entero n ≥ 1 y una función holomorfa g : Ω → C tal
que g(a) 6= 0 y f (z) = (z − a)n g(z) para toda z ∈ Ω. Esto es, cada cero de
f tiene multiplicidad finita.

Demostración. Sea n − 1 el máximo entero positivo tal que f (k) (a) = 0 para
0 ≤ k ≤ n y definamos
f (z)


 si z 6= a
g(z) = (z − a)n
n
 f (a)

si z = a
n!
Como f es holomorfa, y f (a) = f 0 (a) = . . . = f (n−1) (a) = 0, entonces

X ∞
X ∞
X
f (z) = ck (z − a)k = ck (z − a)k = (z − a)n ck (z − a)k−n ,
k=0 k=n k=n


X
de donde g(z) = ck (z − a)k−n es holomorfa.
k=n

En este caso se dice que f tiene un cero en a de multiplicidad n.


Teorema 5.3.4 (El Teorema de Independencia de Trayectorias). Si f es
una función continua sobre un conjunto abierto conexo Ω ⊂ C, los siguientes
enunciados son equivalentes:

1. (Independencia de la trayectoria) Si z0 y z1 son dos puntosZ en Ω, Zy las


curvas γ0 y γ1 son trayectorias en Ω de z0 a z1 , entonces f = f.
γ0 γ
Z
2. Si γ es una curva cerrada contenida en Ω, entonces f = 0.
γ

3. Existe una primitiva (global) de f en Ω.

Demostración. Es claro que las condiciones 1 y 2 son equivalentes.


3 ⇒ 1 es consecuencia del teorema fundamental del cálculo para inte-
grales de lı́nea.
1 ⇒ 3 Como consecuencia del teorema de Morera, f es holomorfa en Ω,
de donde, f es C-diferenciable en Ω, y como consecuencia del principio de
continuación analı́tica, f tiene primitiva en Ω
170 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Teorema 5.3.5 (El Teorema de Cauchy-Goursat para bolas). Si f es holo-


morfa en la bola con centro en z0 y radio ρ, entonces f tiene una primitiva
en B(a,
Z ρ). Además, para cada curva cerrada γ contenida en B(a, ρ) tenemos
que f =0
γ

Demostración. Como consecuencia de la proposición 48, la función f tiene


primitiva en B(a, ρ).
Y como consecuencia del teorema de independencia de las trayectorias,
tenemos
Z que para cualquier curva cerrada γ contenida en B(a, ρ) se tiene
que f = 0.
γ

Teorema 5.3.6 (La fórmula de Cauchy para bolas). Si Ω ⊂ C es un con-


junto abierto, a ∈ Ω y r > 0 es tal que B(a, r) ⊂ Ω. Entonces, para cada
función f holomorfa en Ω y cada w ∈ B(a, r) se tiene que:
Z
1 f (z)
f (w) = dz.
2πı γ z−w

Demostración. Definimos la función g : Ω → C como



 f (z) − f (w)
z ∈ Ω \ {w}
g(z) = z−w
 f 0 (w) z=w
Entonces g es holomorfa en Ω, para ver esto, basta verificar que g es holo-
morfa en una vecindad de w. Como f es holomorfa en Ω, f admite un

X
desarrollo en serie de potencias f (z) = cn (z − w)n en una vecindad de
n=0

X
w, y tenemos que g(z) = cn (z − w)n−1 para estos valores de z, como
n=1 Z
consecuencia del teorema anterior g = 0, de donde
γ
Z Z
f (z) dz
dz = f (w) .
γ z−w γ z−w

Como consecuencia de este resultado tenemos:


5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 171

Teorema 5.3.7 (El principio de la media). Si Ω ⊂ C es un conjunto abierto,


a ∈ Ω y r > 0 es tal que B(a, r) ⊂ Ω. Entonces, para cada función f
holomorfa en Ω se tiene que
Z 2π
1
f (a) = f (a + reıt ) dt
2π 0

Demostración. Como consecuencia de la fórmula de Cauchy para bolas, si


γ : [0, 2π] → Ω esta dada por γ(t) = a + eıt se tiene que

Z
1 f (z)
f (a) = dz
2πı γ z−a
Z 2π
1 f (a + eıt ) ıt
= ıe dt
2πı 0 (a + eıt ) − a
Z 2π
1
= f (a + eıt ) dt
2π 0

Se ha demostrado ası́ que el valor de una función holomorfa en un punto


es siempre el promedio de los valores que dicha funcin toma sobre los puntos
de cualquier circunferencia que tenga a dicho punto como centro. Como
consecuencia del principio de la media 5.3.7 tenemos

Corolario 5.3.3 (Desigualdad de la media). Si Ω ⊂ C es un conjunto


abierto, a ∈ Ω y r > 0 es tal que B(a, r) ⊂ Ω. Entonces, para cada función
f holomorfa en Ω se tiene que
Z 2π
1
|f (a)| ≤ |f (a + reıt )| dt
2π 0

Demostración. Como consecuencia del principio de la media (5.3.7)

Z 2π
1 ıt

|f (a)| =
f (a + re ) dt
2π 0
Z 2π
1
≤ |f (a + reıt | dt
2π 0
172 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

La fórmula integral de Cauchy para bolas nos permitirá obtener la serie


de Taylor de una función holomorfa dada.
Teorema 5.3.8 (Teorema de Taylor). Sea a ∈ C, r > 0 y sea B(a, r) la
bola abierta con centro a y radio r. Si f es holomorfa en B(a, r), entonces
la serie de Taylor

X f (n) (a)
(z − a)n
n!
n=0
converge a f (z) para toda z ∈ B(a, r).

Demostración. Sea 0 < ρ < r y w ∈ B(a, ρ) fijo, entonces


Z
1 f (z)
f (w) = dz,
2πı γ z − w

donde γ(t) = a + ρe2πıt para 0 ≤ t ≤ 1.


Ahora

w − a −1 X (w − a)n
 
1 1
= 1− = ,
z−w z−a z−a (z − a)n+1
n=0

la serie converge uniformemente para |z − a| = ρ y |w − a| < ρ, entonces


∞ Z
X
n 1 f (z)
f (w) = cn (w − a) donde cn = dz
2πı γ (z − a)n+1
n=0
Como consecuencia del principio de continuación analı́tica 5.3.2, cn =
f (n) (a)/n!. De donde, la serie de Taylor de f en a converge a f sobre B(a, ρ).
Como ρ < r es arbitraria, esto demuestra el resultado.

Teorema 5.3.9 (Las desigualdades de Cauchy). Sean a ∈ C, y R ∈ R,


R > 0. Si f es una función holomorfa en B(a, R), y si para 0 < ρ < r
definimos Mρ = sup |f (z)|, entonces
|z−a|=ρ
n!Mρ
|f (n) (a)| ≤
ρn

X
Equivalentemente, si cn (z − a)n es la serie de Taylor de f en a,
n=0
entonces


|cn | ≤ para cada n ≥ 0.
ρn
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 173

Demostración. Como consecuencia del teorema anterior, si γ(t) = a + ρe2πıt


para 0 ≤ t ≤ 1, y n ≥ 0
Z
1 f (z)
cn = dz
2πı γ (z − a)n+1
Z 1
1 d
= f (a + ρe2πıt )(ρe2πıt )−n−1 (ρe2πıt ) dt
2πı 0 dt
Z 1
= ρ−n f (a + ρe2πıt ) · e−2πınt
0

de donde Z 1
−n
|cn | ≤ ρ |f (a + ρe2πıt | dt ≤ Mρ ρ−n .
0

Definición 5.3.2. Diremos que una función es entera, si la función está defini-
da y es holomorfa en todo el plano complejo C.
Ejemplo 12.

1. Si c ∈ C, y f (z) = c para toda z ∈ C, entonces f es entera.

2. Si f (z) = a0 + a1 z + . . . + an z n es un polinomio, entonces f es entera.

3. f (z) = aebz , con a, b ∈ C fijos, es una función entera.

4. La suma, el producto, y la composición de funciones enteras, es entera.

En particular, tenemos el siguiente resultado:


Corolario 5.3.4. Si f es una función entera, entonces f tiene una repre-

X
sentación en serie de potencias f (z) = cn z n , con radio de convergencia
n=0
infinito.
Teorema 5.3.10 (El teorema de Liouville). Si f es una función entera y
acotada, entonces f es constante.

Demostración. Supongamos que, existe M > 0 tal que |f (z)| < M para
toda z ∈ C, como f es entera, en particular es holomorfa en B(a, R), para
toda a ∈ C, y R > 0. Aplicando las desigualdades de Cauchy para n = 1
tenemos:
174 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

M
|f 0 (z)| ≤
R
Como R es abitraria, tomando el lı́mite cuando R tiende a ∞ tenemos
0
f (z) = 0 para cadac z ∈ C, y como C es conexo, entonces f es constante.

Si p(z) y q(z) son polinomios con coeficientes complejos, el algoritmo de


la división nos dice que, podemos encontrar dos polinomios s(z) y r(z) tales
que p(z) = s(z)q(z) + r(z), donde el grado de r(z) es menor que el grado de
q(z) (si r(z) = 0 diremos que r(z) tiene grado −∞).
En particular, si a es un número complejo tal que p(z) = 0, entonces
p(z) = (z − a)q(z), si s(a) = 0, podemos factorizar nuevamente z − a de s(z),
continuando con este proceso tenemos p(z) = (z − a)m t(z), con 1 ≤ m ≤
grado de p(z), y t(z) es un polinomio tal que t(a) 6= 0.
Corolario 5.3.5. Las únicas funciones holomorfas en el plano extendido
son las constantes.
Definición 5.3.3. Si f : Ω → C es una función holomorfa, y a ∈ Ω es
un punto que satisface f (a) = 0, diremos que a es un cero de multiplicidad
m ≥ 1 si, existe una vecindad B(a, r) ⊂ Ω del punto a, y una función
holomorfa g : B(a, r) → C, tal que f (z) = (z − a)m g(z)para toda z ∈ B(a, r)
y g(a) 6= 0.
Teorema 5.3.11 (El Teorema Fundamental del Álgebra.). Si p(z) es un
polinomio no constante, con coeficientes en C, entonces existe un número
complejo a tal que p(a) = 0.

Demostración. Supongamos que p(z) 6= 0 para toda z ∈ C, entonces f (z) =


1/p(z) es una función entera.
Como p(z) no es constante, entonces lı́m p(z) = ∞, de donde:
z→∞
lı́m f (z) = 0. En particular, existe R > 0 tal que |f (z)| < 1 si |z| > R.
z→∞
Por otra parte, como f es continua, en particular, existe M > 0 tal que
|f (z)| < M si |z| ≤ R. Sea N = máx{1, M }, entonces |f (z)| ≤ N para toda
z ∈ C.
Es decir, f es entera y acotada, y como consecuencia del teorema de
Liouville, f es constante, lo cual implica que p también es constante, lo cual
contradice nuestra hipótesis.

Corolario 5.3.6. Si p(z) es un polinomio no constante, y a1 , . . . , am son


sus ceros, tal que aj tiene multiplicidad kj , entonces
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 175

p(z) = c(z − a1 )k1 · · · (z − am )km ,


para alguna constante c, además k1 + . . . + km es el grado de p(z).

5.3.1. Valores propios de matrices


Un valor propio para una matriz A de tamaño n × n es un número
complejo λ tal que la matriz λIn − A es singular, donde In denota la matriz
identidad de tamaño n × n.
Como consecuencia del teorema fundamental del álgebra una matriz de
tamaño n × n tiene al menos un valor propio complejo. El determinante
det(zIn −A) es un polinomio de grado n en la variable z. Este es el polinomio
caracterı́stico de A. Como consecuencia de la regla de Kramer λIn − A es
singular para un valor determinado λ si, y sólo si, det(λIn − A) = 0, esto
es, cuando y sólo cuando λ es un cero del polinomio caracterı́stico de A. Es
decir, A tiene un valor propio. Este resultado es crucial para demostrar que
toda matriz con coeficientes complejos es triangulable.

1 −3
Por ejemplo, dada la matriz A := , su polinomio caracterı́sti-
3 1
co está dado como:
 
x−1 3
det = (x − 1)2 + 9 = x2 − 2x + 10
−3 x − 1
Como consecuencia de la fórmula del binomio de Newton sus ceros son
1 + 3ı y 1 − 3ı. Esto es, los valores propios de A son 1 + 3ı y 1 − 3ı.

5.3.2. Ecuaciones diferenciales homogéneas


El teorema fundamental del álgebra también tiene aplicaciones en ecua-
ciones diferenciales. Se dice que una ecuación diferencial homogénea con
coeficientes constantes es una ecuación de la forma:

an y (n) + an−1 y (n−1) + . . . + a1 y 0 + a0 y = 0 (5.1)

Podemos ver fácilmente que esta ecuación tiene una solución de la forma
y = eλx con λ ∈ C, ya que, si y = eλx entonces
n n
!
X X
ak y (k) = ak λk eλx
k=0 k=0
176 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

como la exponencial es una función


Pn nunca nula, esta expresión es cero, si y
sólo si, el polinomio auxiliar k=0 ak λk se anula para alguna λ ∈ C, esto es,
cuando λ es una raı́z del polinomio auxiliar. Como consecuencia del teorema
fundamental del álgebra, todo polinomio no constante tiene un cero, por lo
cual la ecuación (5.1) tiene una solución de la forma y = eλx .
Por otra parte, si λ1 , . . . , λn son las raı́ces de (5.1), y ellas son distin-
tas, entonces la solución general de (5.1) es una combinación lineal de las
funciones eλk x .
Cuando los coeficientes de (5.1) son números reales, estamos interesados
en obtener sólo las soluciones reales a esta ecuación diferencial. Como la
ecuación polinomial asociada sólo tiene coeficientes reales, si λ ∈ C es un
cero del polinomio asociado, entonces λ̄ también lo es. En particular, si
λ = α + ıβ, entonces λ̄ = α − ıβ. Como

eλx + eλ̄x eλx − eλ̄x


eαx cos βx = y eαx sin βx =
2 2ı
para obtener las soluciones reales de (5.1) debemos tomar cualquier combi-
nación lineal

Ceαx cos βx + Deαx sin βx = eαx (C cos βx + D sin βx)


con C, D ∈ R.
Por ejemplo, la ecuación

y 00 − 2y 0 + 10y = 0

tiene ecuación polinomial asociada x2 − 2x + 10 = 0, cuyas soluciones son


1 ± 3ı. Ası́ la solución general es

y = Ae(1+3ı)x + Be(1−3ı)x

con A, B ∈ C, y cuyas solución general real es y = ex (C cos 3x + D sin 3x)


con C, D ∈ R.

5.3.3. Caracterización de polinomios


En la demostración del teorema de Liouville sólo se utiliza la desigualdad
de Cauchy para la derivada de primer orden de una función holomorfa. Es
posible generalizar este resultado usando las estimaciones de las derivadas
de orden superior.
5.3. CONSECUENCIAS DEL TEOREMA DE CAUCHY 177

Teorema 5.3.12. Sea f una función entera, entonces f es un polinomio de


grado a lo más n si, y sólo si existen constantes positivas A y B tales que
|f (z)| ≤ A + B|z|n para cada z ∈ C. (5.2)
Demostración. Primeramente, mostraremos que todo polinomio satisface a
desigualdad (5.2).
Supongamos que f (z) = a0 +a1 z +. . .+an−1 z n−1 +an z n es un polinomio
de grado a lo más n, entonces
f (z)
lı́m = an .
z→∞ z n

Como consecuencia de la definición de lı́mite, si ε = 1, existe R > 0 tal que,


si |z| > R entonces
f (z)

zn − a n
< 1.

Como consecuencia de la desigualdad del triángulo
|p(z)|
< |an | + 1 si |z| > R.
|z|n
Sea B = |an | + 1, entonces |f (z)| < B|z|n si |z| > R.
Por otra parte, como f es continua y B(0, R) = {z; |z| ≤ R} es compacto,
entonces f es acotada, de donde, existe A > 0 tal que |f (z)| < A si |z| ≤ R.
Combinando ambas desigualdades tenemos que |f (z)| ≤ A+B|z|n para cada
z ∈ C.
Reciprocamente, como f es entera, f admite desarollo en serie de Taylor
alrededor de z0 = 0, con radio de convergencia infinito, es decir:

X f (k) (0)
f (z) = zk para cada z ∈ C.
k!
k=0

Para cada k ≥ 1, como consecuencia de la desigualdad de Cauchy tene-


mos

Z π
(n+k) (n + k)!
|f (0)| ≤ |f (reıt )| dt
2πrn+k −π
Z π
(n + k)!
≤ A + Brn dt
2πrn+k −π

(n + k)! (n + k)
≤ n+k
A+ B
r rk
178 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

(n + k)! (n + k)!
y como n+k
A+ B → 0 cuando r → ∞, entonces |f (n+k) (0)| = 0
r rk
para toda k ≥ 1. Luego entonces, f (z) es un polinomio de grado a lo más
n.

5.4. El principio del módulo máximo


En esta sección estudiaremos el principio del máximo y el teorema de la
aplicación abierta, los cuales son fundamentales en el estudio de las funciones
holomorfas.
Definición 5.4.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, y sea u ∈ C 2 (Ω). Sea
∂2u ∂2u
∆u = + 2.
∂x2 ∂y
El operador u 7→ ∆u se denomina el operador de Laplace en C ( o el Lapla-
ciano).
También definimos
∂2u
∆c u =
∂z∂ z̄
c
el operador ∆ se denomina el Laplaciano complejo
De la definición de ∂/∂z y ∂/∂ z̄, tenemos que
1
∆c u = ∆u, para cada u ∈ C 2 (Ω).
4
Lema 5.4.1. Sea I un subconjunto abierto conexo de R y φ : I → R una
función de clase C 2 (I). Si existe t0 ∈ I tal que φ(t) ≤ φ(t0 ) para toda t ∈ I,
entonces φ00 (t0 ) ≤ 0.

Demostración. Como
φ(t0 + h) + φ(t0 − h) − 2φ(t0 )
φ00 (t0 ) = lı́m
h→0 h2
h6=0

y φ(t0 ± h) ≤ φ(t0 ), entonces φ(t0 + h) + φ(t0 − h) − 2φ(t0 ) ≤ 0 para cada


h, de donde φ00 (t0 ) ≤ 0.

Proposición 5.4.1. Sea Ω ⊂ R2 un conjunto abierto y sea u ∈ C 2 (Ω) una


función real valuada definida en Ω. Supóngase que existe (x0 , y0 ) ∈ Ω tal
que u(x, y) ≤ u(x0 , y0 ) para toda (x, y) ∈ Ω. Entonces
∆u (x0 , y0 ) ≤ 0.
5.4. MÓDULO MÁXIMO 179

Demostración. Como consecuencia del lema anterior (∂ 2 u/∂x2 )(x0 , y0 ) ≤ 0


y (∂ 2 u/∂y 2 )(x0 , y0 ) ≤ 0, de donde ∆u (x0 , y0 ) ≤ 0.

Teorema 5.4.1 (Versión débil del principio del máximo). Sea Ω ⊂ C un


subconjunto abierto, y sea u ∈ C 2 (Ω) una función real valuada. Supóngase
además que
∆u (z) ≥ 0 para toda z ∈ Ω.

Entonces, para cada conjunto abierto U ⊂ Ω cuya cerradura en Ω es un


conjunto compacto, se tiene:

u(z) ≤ sup u(w) para toda z ∈ U. (5.3)


w∈∂U

Demostración. Supóngase que ∆u (z) ≥ 0 para cada z ∈ Ω, y consideremos


U un subconjutno de Ω cuya cerradura en Ω sea un conjunto compacto, y
sea z0 ∈ U tal que
u(z0 ) = sup u(w) (5.4)
w∈U

Entonces, si (5.3) no se cumple, z0 no puede pertenecer a ∂U , de donde


z0 ∈ U , y tenemos u(w) ≤ u(z0 ) para toda w ∈ U . De la proposición
atnerior se sigue que ∆u (z0 ) ≤ 0, lo cual contradice la hipótesis. Por lo cual
(5.3) se satisface si ∆u > 0 sobre Ω.
Supóngase ahora que ∆u ≥ 0 sobre Ω, sea ε > 0 y en Ω definimos la
función real valuada uε como sigue:

uε (z) = u(z) + ε|z|2

Entonces ∆uε = ∆u+4ε > 0. Como U es un subconjunto de Ω con cerradura


compacta en Ω tenemos

uε (z) ≤ sup uε (w) z ∈ U


w∈∂U

Cuando ε → 0 se tiene (5.3).

Corolario 5.4.1. Si Ω es un conjunto abierto en C, y sea f una función


holomorfa en Ω. Entonces, si U es abierto y tiene cerradura compacta en Ω,
entonces
|f (z)| ≤ sup {|f (w)|}, para cada z ∈ U.
w∈∂U
180 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Demostración. Si u(z) = |f (z)|2 = f (z)f (z), entonces


∂f ∂ f¯
∆u = 4∆c u = 4 = 4|f 0 (z)|2 ≥ 0.
∂z ∂ z̄

Teorema 5.4.2 (El teorema de la aplicación abierta). Si Ω es un conjunto


abierto conexo en C y f es una función complejo valuada definida en Ω.
Supóngase que f no es constante. Entonces f es una función abierta de Ω
en C, esto es, para cualquier conjunto abierto U ⊂ Ω, el conjunto f (U ) es
abierto en C.

Demostración. Sea a ∈ Ω, bastará demostrar que f (Ω) es una vecindad de


f (a). Reemplazando f por f − f (a) podemos suponer que f (a) = 0. Sea
r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω y f (z) 6= 0 para cada z ∈ B(a, r) \ {a}.
Sea δ = ı́nf {|f (z)|}. Entonces δ > 0. Sea w ∈ C, w ∈ / f (Ω). Entonces
|z−a|=r
|w| ≥ δ/2. En efecto, si
1
φ(z) =
f (z) − w
es holomorfa en Ω, como consecuencia de la versión débil del principio del
máximo
1 1
= |φ(a)| ≤ sup {|φ(z)|} = .
|w| |z−a|=r ı́nf |f (z) − w|
|z−a|=r

Ahora, si |w| < δ, tenemos |f (z) − w| ≥ |f (z)| − |w| ≥ δ − |w| si |z − a| = r.


Luego entonces, si |w| < δ tenemos
1 1
≤ ,
|w| δ − |w|
es decir, |w| ≥ δ/2. Ası́ |w| ≥ δ o |w| ≥ δ/2. Por lo tanto
 
δ
f (Ω) ⊃ w ∈ C ; |w| < ,
2
ası́ f (Ω) es una vecindad de 0 = f (a).

Teorema 5.4.3 (El Teorema del Módulo Máximo para funciones holo-
morfas). Si Ω ⊂ C es un conjunto abierto, acotado, conexo, no vacı́o, y
f : Ω → C es una función holomorfa , y definimos
M = sup ( lı́m {|f (z)|}).
ζ∈∂Ω z→ζ,
z∈Ω
5.4. MÓDULO MÁXIMO 181

Entonces |f (z)| < M para toda z ∈ Ω a menos que f sea constante.

Demostración. Claramente, podemos suponer M < ∞. Bastará demostrar


que |f (z)| ≤ M para toda z ∈ Ω, ya que, si f no es constante, por el teorema
de la aplicación abierta, f (Ω) es un conjunto abierto contenido en el disco
cerrado con centro en el origen y radio M , y por lo tanto, está contenido
en su interior, es decir, en el disco B(0, M ). Es suficiente mostrar que, para
cada ε > 0, |f (z)| ≤ M + ε para cada z ∈ Ω.
Como lı́m |f (z)| ≤ M , entonces para cada ζ ∈ ∂Ω, existe una vecindad
z→ζ,
z∈Ω [
abierta Uζ ⊂ C de ζ tal que |f (z)| < M +ε para z ∈ Uζ ∩Ω. Sea V = Uζ ,
ζ∈∂Ω
y sea K = Ω \ V . Como Ω es acotado, K es compacto. Sea W un conjunto
abierto tal que K ⊂ W ⊂ Ω y W tenga cerradura compacta en Ω, entonces
∂W ⊂ V . Ası́ |f (w)| ≤ M + ε para cada w ∈ ∂W . Como consecuencia de
la versión débil del principio del máximo, |f (z)| ≤ M + ε para cada z ∈ W .
Como |f (z)| ≤ M + ε para z ∈ V ∩ Ω, de donde |f (z)| ≤ M + ε para toda
z ∈ Ω.

Es decir, las funciones holomorfas alcanzan su módulo máximo en la


frontera.
Cabe notar que no es posible remover la hipótesis de ser acotada, por
ejemplo, si Ω = {z ∈ C ; Re z > 0} y f (z) = ez , entonces |f (w)| = 1 para
cada w ∈ ∂Ω = {z ∈ C ; Re z = 0}, pero f no es acotada en Ω
En particular, podemos aplicar el teorema del módulo máximo para es-
tudiar el comportamiento de las funciones holomorfas, por ejemplo:

Lema 5.4.2 (El lema de Schwarz). Si f es una función holomorfa definida


sobre ∆ = {z ; |z| < 1} y |f (z)| ≤ 1 para toda z ∈ ∆ y f (0) = 0, entonces
|f (z)| ≤ |z| para toda z ∈ ∆ y |f 0 (0)| ≤ 1. Si |f (z0 )| = |z0 | para algún
z0 ∈ ∆\{0}, entonces f (z) = cz para alguna constante c, |c| = 1.

Demostración. Si definimos la función g : ∆ → C como g(z) = f (z)/z si


z 6= 0, y g(z) = f 0 (0) si z = 0, como hemos visto en otras ocasiones, g
es continua, y holomorfa en C \ {0}, y como consecuencia del teorema de
Morera g es holomorfa en ∆. Si ∆r = B(0, r) para 0 < r < 1, por el principio
del módulo máximo |g(z)| ≤ 1/r, para toda z ∈ ∆r , de donde |f (z)| ≤ |z|/r,
para z ∈ ∆ fija, consideremos r → 1, entonces |f (z)| ≤ |z|. Claramente
|g(0)| ≤ 1; es decir, |f 0 (0)| ≤ 1.
182 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

Si |f (z0 )| = |z0 |, y z0 6= 0, entonces |g(z0 )| = 1 es máximo en ∆r , donde


|z0 | < r < 1, y asi g es constante en ∆r , y como la constante es independiente
de r, entonces f (z) = cz, para alguna constante de módulo uno c.

z−a
Lema 5.4.3. Si |a| < 1, la aplicación φa = es un automorfismo
1 − āz
analı́tico de ∆

Demostración. φa es no constante y holomorfa para |z| < 1/|a|. Para |z| = 1,


tenemos que


z−a
|φa (z)| =

z(z̄ − ā)

z − a
=
=1
z̄ − ā

Por el principio del máximo φa (∆) ⊂ ∆. Además φ−a (∆) ⊂ ∆ y φa ◦


φ−a = φ−a ◦ φa = identidad

Continuando con la notación del lemma de Schwarz

Proposición 5.4.2. Una función f holomorfa en ∆ es un automorfismo


analı́tico de ∆ si, y sólo si, existe θ ∈ R y a ∈ ∆ tal que

z−a
f (z) = eıθ = eıθ φa (z) para z∈∆
1 − āz

Demostración. Como consecuencia del lema anterior, f (z) es un automor-


fismo de ∆. Supongamos ahora que f es un automorfismo analı́tico de ∆, y
sea b = f (0). Entonces F = φb ◦ f es un automorfismo de ∆ con F (0) = 0.
Como consecuencia del lemma de Schwarz

|F (z)| ≤ |z|, z ∈ ∆,

Ahora, F −1 : ∆ → ∆ también es un automorfismo de ∆ con F −1 (0) = 0.


Ası́,
|F −1 (z)| ≤ |z|, z ∈ ∆,
si tomamos z = F (w), con w ∈ ∆, entonces |w| ≤ |F (w)| con w ∈ ∆.
Ası́, |F (z)/z| ≡ 1, por lo que F (z) = eıθ z para alguna constante θ ∈ R.
Por ende f (z) = eıθ φa (z), donde a = −e−ıθ b.
5.5. EJERCICIOS 183

Proposición 5.4.3. Sea H+ = {z ∈ C; Im z > 0}. Entonces T : H+ → H+


es un automorfismo conforme si, y sólo si es de la forma
az + b
T (z) = , con a, b, c, d ∈ R, y ad − bc > 0.
cz + d
Demostración. Como consecuencia de la proposición (4.4.8) bastará de-
mostrar que todo isomorfismo conforme T : H+ → H+ viene dado por
una aplicación de Möbius. Sea ∆ = {z ∈ C; |z| < 1} y S : H+ → ∆ un
isomorfismo conforme del semiplano superior en el disco unitario. Entonces
S ◦ T ◦ S −1 es un automorfismo conforme del disco unitario ∆. De acuerdo
con la proposición (5.4.2), existe una transformación de Möbis U tal que
(S ◦ T ◦ S −1 )(w) = U (w) para todo w ∈ ∆. Para cada z ∈ H+ se tiene
w = S(z) ∈ ∆, luego entonces T (z) = (S −1 ◦ U ◦ S)(z) se puede expresar
como una composición de transformaciones de Möbius.

5.5. Ejercicios
1. Evalué la siguiente integral
Z
dz
|z|=2 z2−1
donde la circunferencia está recorrida en sentido positivo.
2. Obtenga una estimación de la siguiente integral:
Z
|z − 1| · |dz|
|z|=1

3. Suponga que f (z) es holomorfa en una región que contiene a la curva


cerrada γ. Demuestre que
Z
f (z)f 0 (z) dz
γ

tiene parte real cero.


4. Suponga que f (z) es holomorfa y satisface la desigualdad |f (z)−1| < 1
en una región Ω. Demuestre que
Z 0
f (z)
dz = 0
γ f (z)

para cada curva cerrada en Ω.


184 CAPÍTULO 5. TEOREMA DE CAUCHY

5. Si P (z) es un polinomio
R y C denota la circunferencia |z − a| = R,
obtenga el valor de C P (z) dz̄.
Capı́tulo 6

Homotopı́a y el Teorema de
Cauchy.

Para extender el teorema de Cauchy-Goursat a regiones más generales


que rectángulos y bolas, necesitamos demostrar algunos teoremas de defor-
mación, por lo cual, necesitamos introducir el concepto
Z de homotopı́a y dar
condiciones que garanticen la independencia de de las trayectorias que
γ
consideramos, para lo cual trabajaremos dos tipos de problemas, el primero,
en el que las curvas tengan los mismos extremos, y en el segundo, consider-
aremos curvas cerradas. Para simplificar nuestra notación, todas las curvas
que consideremos estarán parametrizadas por el intervalo [0, 1].

6.1. Homotopı́a.
Definición 6.1.1. Sea (X, d) un espacio métrico, x0 , x1 ∈ X. Sean γ0 , γ1 :
[0, 1] → X, son dos curvas de x0 a x1 . Diremos que γ0 es homotópica a γ1
en X con puntos extremos fijos, si existe una función continua H : [0, 1] ×
[0, 1] → X que satisface las siguientes condiciones:

1. H(0, t) = γ0 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

2. H(1, t) = γ1 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

3. H(s, 0) = x0 si 0 ≤ s ≤ 1, y

4. H(s, 1) = x1 si 0 ≤ s ≤ 1

185
186 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

Figura 6.1: Homotopı́a

La idea de la definición es muy simple, pues cuando s varı́a de 0 a 1,


tenemos una familia de curvas que se deforman continuamente de γ0 a γ1
Para s0 ∈ [0, 1] definimos γs0 (t) = H(s, t), cada γs es una curva en X
con extremos x0 y x1 .
Y se puede verificar facilmente que ser homotópicas es una relación de
equivalencia.
Ejemplo 13.
Si γ0 (t) = t(1 + ı ), y γ1 (t) = t + ı t2 , entonces γ0 es homotópica a γ1 , y
una posible homotopı́a está dada por, H(s, t) = t + ı t1+s .

Definición 6.1.2. Sea (X, d) un espacio métrico. Si γ0 : [0, 1] → X, y


γ1 : [0, 1] → X son dos curvas cerradas en X. Diremos que γ0 es homotópica
como curva cerrada a γ1 en X, si existe una función continua H : [0, 1] ×
[0, 1] → X que satisface las siguientes condiciones:

1. H(0, t) = γ0 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

2. H(1, t) = γ1 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

3. H(s, 0) = H(s, 1) si 0 ≤ s ≤ 1, y

Nuevamente, si γs (t) = H(s, t), cada γs es una curva cerrada en X.


Ejemplo 14.
Si γ0 (t) = cos t + ı sin t, y γ1 (t) = 2 cos t + ı sin t, entonces γ0 es ho-
motópica, como curva cerrada, a γ1 , y una posible homotopı́a está dada por,
H(s, t) = (1 + s) cos t + ı sin t.

Definición 6.1.3. Sea (X, d) un espacio métrico, Ω ⊂ X. Decimos que Ω es


simplemente conexo si, toda curva cerrada en Ω es homotópica a un punto,
esto es, a una curva constante.
6.1. HOMOTOPÍA. 187

Ejemplo 15.

Si γ0 (t) = cos t + ı sin t, y γ1 (t) = 0, entonces γ0 es homotópica, como


curva cerrada, a γ1 , y una posible homotopı́a está dada por,

H(s, t) = (1 − s) cos t + ı sin t.

Definición 6.1.4. Sea Ω ⊂ C, decimos que Ω es convexo si, para toda


z0 , z1 ∈ Ω, se tiene que λz0 + (1 − λ)z1 ∈ Ω, para todo λ ∈ [0, 1].

Esto es, un conjunto es convexo si contiene todos los segmentos de lı́nea


recta que pueden construirse entre una pareja arbitraria de puntos en Ω.

Ejemplo 16.

1. Si a ∈ C y r > 0, claramente B(a, r) = {z; |z − a| < r} es un conjunto


convexo.

2. Si a ∈ C y r > 0, claramente B(a, r)\{a} = {z; 0 < |z − a| < r} no es


un conjunto convexo, pues el segmento de recta que une −1/2 con 1/2
no esta contenido en a.

Proposición 6.1.1. Si Ω es un conjunto abierto y convexo en C, entonces


cualesquiera dos curvas cerradas en Ω son homotópicas como curvas cerra-
das en Ω, y cualesquiera dos curvas con los mismos puntos extremos fijos
son homotópicas con puntos extremos fijos.

Demostración. Sean γ0 : [0, 1] → Ω y γ1 : [0, 1] → Ω dos curvas cerradas


en Ω, definamos H(s, t) = sγ1 (t) + (1 − s)γ0 (t), claramente H es continua,
H(0, t) = γ0 (t), H(1, t) = γ1 (t) y si γk (0) = γk (1), entonces H(s, 0) =
sγ(0) + (1 − s)γ1 (0) = sγ(1) + (1 − s)γ1 (1) = H(s, 1).
Por otra parte, si γ0 (0) = γ1 (0) = z0 y γ0 (1) = γ1 (1) = z1 , entonces
H(s, 0) = sγ1 (0) + (1 − s)γ0 (0) = sz0 + (1 − s)z0 = z0 , y H(s, 1) = sγ1 (1) +
(1 − s)γ0 (1) = sz1 + (1 − s)z1 = z1 , por lo cual H es una homotopı́a con
puntos extremos fijos.

Corolario 6.1.1. Un conjunto convexo es simplemente conexo.

Teorema 6.1.1 (El Teorema de deformación). Sea Ω ⊂ C un conjunto


abierto no vacı́o, y suponga que f es una función holomorfa sobre Ω, y que
γk : [0, 1] → Ω, k = 0, 1, son dos curvas suaves por partes en Ω.
188 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

1. Si γ0 (0) = γ1 (0) = z0 , γ0 (1) = γ1 (1) = z1 , y γ(0) es homotópica a


γ(1) en Ω, entonces
Z Z
f= f.
γ0 γ1

2. Si γ(0) y γ(1) son homotópicas como curvas cerradas en Ω, entonces


Z Z
f= f.
γ0 γ1

Demostración. Como γ0 es homotópica a γ1 , existe una función continua


H : [0, 1] × [0, 1] → Ω tal que

1. H(0, t) = γ0 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

2. H(1, t) = γ1 (t) si 0 ≤ t ≤ 1;

3. H(s, 0) = z0 si 0 ≤ s ≤ 1, y

4. H(s, 1) = z1 si 0 ≤ s ≤ 1

Para cada valor de s fijo, la función γs (t) = H(s, t) es una curva interme-
dia que se obtiene durante el proceso de deformación. Analogamente, para
cada valor fijo t, la curva Γt (s) = H(s, t) es una curva que con extremos
Γ0 (t) = H(0, t) y γ1 (t) = H(1, t). Luego entonces, las lı́neas horizontales y
verticales en el cuadrado corresponden a una red de curvas en Ω, donde el
lado izquierdo del cuadrado corresponde a la curva γ0 , y el derecho a la cur-
va γ1 . Por otro lado, los lados superior e inferior del cuadrado corresponden
a los puntos extremos de la curva, esto es Γ0 (s) = z0 y Γ1 (s) = z1 . Como
muestra la figura 6.1:
Sean 0 = s0 < s1 < . . . < sn = 1, y 0 = t0 < t1 < . . . < tn = 1
particiones de [0, 1].
Como H es continua en Ω y K = [0, 1]×[0, 1] ⊂ C es compacto, su imagen
H(K) es un subconjunto compacto de Ω. Sea ρ = d(H(K), C\Ω). Luego
entonces, z ∈ Ω si, |H(s, t) − z| < ρ. Como H es uniformemente continua en
K, existe δ > 0 tal que |H(s, t) − H(s0 , t0 )| < ρ si d((s, t), (s0 , t0 )) < δ.
√ Si elegimos las particiones de [0, 1] regulares de longitud 1/n, para n <
2/δ tal que cada subcuadrado tenga longitud menor que δ. Si Rkj denota el
rectángulo con esquinas (sk−1 , tj−1 ), (sk , tj−1 ), (sk , tj ), (sk − 1, tj ), entonces
la imagen bajo H del rectángulo Rjk esta contenida dentro de la bola con
6.1. HOMOTOPÍA. 189

centro Bkj = B(H(sk−1 , tj−1 ), ρ), el cual, por construcción, está contenido
en Ω. Y denotemos por Γkj = H(∂Rkj ) orientada en levógiro.
Entonces
n Z
X Z Z Z Z
f= f+ f− f− f
j,k=1 Γkj Γ0 γ1 Γ1 γ0

Como Γjk es una curva cerrada contenida completamente en la bola Bkj ,


sobre el cual la función f es holomorfa. El teorema de Cauchy para bolas
implica que, cada integral en la suma del lado izquierdo es cero, por ende,
Z Z Z Z
0= f+ f− f− f.
Γ0 γ1 Γ1 γ0
Z Z
Como Γ0 (s) = z0 y Γ1 (s) = z1 , entonces f= f = 0, de donde,
Z Z Γ0 Γ1

f= f.
γ0 γ1
Cuando las curvas γ0 y γ1 son cerradas, se procede de manera similar, y
se aplica el hecho que Γ0 (s) = H(s, 0) = H(s, 1) = Γ1 (s).

Como consecuencia del teorema de deformación podemos generalizar el


teorema de Cauchy-Goursat:
Teorema 6.1.2 (Versión homotópica del teorema de Cauchy-Goursat). Sea
Ω ⊂ C un conjunto abierto conexo. Si f es una función holomorfa en Ω,
entonces
Z
f =0
γ

para cualesquier curva cerrada γ, la cual es homotópica a un punto en Ω.

Demostración. Supongamos que la curva γ es homotópica a la curva con-


stante σ, como consecuencia del inciso 2 del teorema anterior,
Z Z
f= f = 0.
γ σ

Corolario 6.1.2. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, simplemente conexo. Si


f es una función holomorfa en Ω, entonces
190 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

Z
f =0
γ

para cualesquier curva cerrada γ en Ω.

Corolario 6.1.3. Si Ω ⊂ C es simplemente conexo, y f : Ω → C es holo-


morfa, entonces f tiene una primitiva en f .
Z
Demostración. Como consecuencia del corolario anterior f = 0 para toda
γ
curva cerrada γ en Ω. Aplicando el teorema de Independencia de trayecto-
rias, esto es equivalente a que f admita una primitiva global en Ω.

Corolario 6.1.4. Si Ω ⊂ C es simplemente conexo, Ω 6= C, y f : Ω → C


es holomorfa nunca nula, es decir, f (z) 6= 0 si z ∈ Ω. Entonces, existe una
función holomorfa g : Ω → C tal que f (z) = exp(g(z)). Además, si z0 ∈ Ω
y ew0 = f (z0 ), podemos elegir g tal que g(z0 ) = w0 .

Demostración. Como f es nunca nula, entonces f 0 /f es holomorfa en Ω,


como consecuencia del corolario anterior, f 0 /f admite una primitiva g, esto
es, g : Ω → C es una función holomorfa tal que g 0 = f 0 /f . Consideremos
la función h(z) = exp(g(z)), entonces h es holomorfa y nunca nula en Ω,
además
 0
f h(z)f 0 (z) − h0 (z)f (z)
(z) = .
h h(z)2
Por otra parte, sabemos que h0 = g 0 f , de donde hf 0 − f h0 = 0, lo cual
implica que la derivada de f /h es cero, y como Ω es simplemente conexo,
f /h es constante en Ω, esto es, existe una constante c ∈ C tal que

f (z) = c exp(g(z)) = exp(g(z) + c1 ),

donde exp(c1 ) = c. En particular, como exp(w) = exp(x + eπ ı k) para


k ∈ Z, entonces f (z) = exp(g(z) + c1 + 2π ı k), y para un valor apropiado de
k obtenemos g(z0 ) = w0 .

Es decir, en un subconjunto propio y simplemente conexo del plano com-


plejo, que no contenga al origen, siempre podemos definir ramas de lograr-
itmo.
6.2. EL INDICE DE UNA CURVA 191

Corolario 6.1.5. Si Ω ⊂ C es un conjunto abierto, a ∈ Ω, y r > 0 es un


número real tal que B(a, r) ⊂ Ω, dada f : Ω → C una función holomorfa,
entonces
Z
(n) n! f (z)
f (a) = dz,
2πı γ (z − a)n+1

donde γ(t) = a + re2π ı t con 0 ≤ t ≤ 1.

6.2. El Indice de una curva


Z
1
Podemos ver facilmente que dz = 2πı n si γ(t) = a + re2π ı t , con
γ z − a
0 ≤ t ≤ 1, este resultado lo generalizaremos en la siguiente proposición:

Proposición 6.2.1. Si a ∈ C, y γ : [0, 1] → C es una curva cerrada, suave


por partes que no pasa por a, es decir, a ∈
/ im(γ), entonces
Z
1 dz
2π ı γ z−a

es un entero.

Demostración. Bastará demostrar este resultado en el caso en que γ sea una


curva suave.
Definimos g : [0, 1] → C como

Z t
γ̇(s)
g(t) = ds.
0 γ(s) − a
Z
dz
Claramente g(0) = 0, y g(1) =
γ z−a
Además

dg(t) γ̇(t)
= , si 0 ≤ t ≤ 1
dt γ(t) − a

Consecuentemente
192 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

d −g(t)
(e [γ(t) − a]) = e−g(t) γ̇(t) − ġ(t)eg(t) (γ(t) − a)
dt  
−g(t) γ̇(t)
= e γ̇(t) − (γ(t) − a)
(γ(t) − a)
= 0

Luego entonces eg(t) (γ(t)−a) es constante, y como γ es una curva cerrada,


γ(0) = γ(1), en particular

e−g(0) (γ(0) − a) = γ(0) − a = γ(1) − a = e−g(1) (γ(1) − a)


lo cual implica que, 1 = e−g(0) = e−g(1) , pues a ∈
/ imγ. Entonces g(1) = 2πık,
para algún entero k.

Definición 6.2.1. Si γ es una curva cerrada, suave por partes en C, para


cada a ∈
/ imγ, el ı́ndice de γ con respecto al punto a, se define como
Z
1 dz
n(γ, a) := .
2πı γ z − a
Este número también se denomina el número de vueltas de γ alrededor
de a.
Como consecuencia de la proposición anterior, el ı́ndice de una curva con
respecto a un punto es un número entero.
Recordamos que, si γ : [0, 1] → C es una curva suave por partes, la curva
−γ definida como −γ(t) = γ(1 − t) es una reparametrización, que cambia
la orientación, de la curva inicial, y si σ : [0, 1] → C es otra curva tal que
γ(1) = σ(0), entonces γ + σ es la curva definida como (γ + σ)(t) = γ(2t) si
0 ≤ t ≤ 1/2, y (γ + σ)(t) = σ(2t − 1) si 1/2 ≤ t ≤ 1.
Proposición 6.2.2. Si γ y σ son dos curvas cerradas, suaves por partes,
con los mismos puntos iniciales, entonces:

1. n(γ, a) = −n(−γ, a), si a ∈


/ imγ.

2. n(γ + σ, a) = n(γ, a) + n(σ, a), si a ∈


/ im(γ + σ).

3. Si a ∈/ imγ ∪ imσ y si γ es homotópica a σ en C\{a}, entonces


n(γ, a) = n(σ, a).
6.2. EL INDICE DE UNA CURVA 193

Demostración. Las primeras dos propiedades son consecuencia de la proposi-


ción (5.1.2), mientras que la tercer propiedad es consecuencia del teorema
de deformación (6.1.1).

Teorema 6.2.1. Sea γ una curva suave por partes en C. Entonces n(γ, a)
es localmente constante, esto es para cada componente conexa U de Ω =
C\imγ, existe una constante cU ∈ C tal que n(γ, a) = cU para cada z ∈ U .
Además, n(γ, a) = 0 si a pertenece a la componente no acotada de Ω.

Demostración. Definamos f : Ω → C como f (a) = n(γ, a), a continuación


demostraremos que f es continua. Como Ω es abierto las componentes
conexas de Ω son conjuntos abiertos. Sea a ∈ Ω, y definamos r = d(a, imγ),
la distancia de la curva γ al punto a, como Ω es abierto, r > 0. Si |a − b| <
δ < r/2 entonces

Z Z
1 dz dz
|f (a) − f (b)| = −
2π γ z − a γ z−b

Z
1 a−b
= dz
2π γ (z − a)(z − b)

|a − b| |dz|
Z
= ≥
2π γ |z − a||z − b|

pues |z − a| < r/2. Como z ∈ imγ, entonces |z − a| ≥ r > r/2, y |z − b| ≥


r > r/2, por lo que
 
|dz|
Z
r δ 4
< `(γ)
4π γ |z − a||z − b| 2π r2

Luego entonces, dada  > 0, definimos δ < min{r/2, (πr2 )/2`(γ)}, si


|z − a| < δ entonces |f (b) − f (a)| < , es decir, f es continua en Ω.
De donde, im(f ) ⊂ Z, y para cada componente conexa U ⊂ Ω, se tiene
que f (U ) es un punto, en particular f es constante en U .
Si ahora U0 denota la componente no acotada de Ω, existe R > 0 tal
que U0 ⊃ {z : |z| > R}. Si  > 0, elegimos a con |a| > R y |z − a| >
(2π)−1 `(γ), uniformemente para z ∈ im(γ), consecuentemente |n(γ, a)| < ,
en particular lı́m n(γ, a) = 0, y como n(γ, a) es constante en U0 , entonces
z→∞
n(γ, a) = 0 para cada a ∈ U0 .
194 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

Como consecuencia de esto, el interior de una curva γ puede definirse


como {z : n(γ, z) 6= 0}, y esta definición deberı́a coincidir con el interior
definido por el teorema de la curva de Jordan. 1

6.3. El Teorema de Cauchy


En esta sección presentamos la generalización del teorema de Cauchy a
cualquier curva cerrada.

Proposición 6.3.1. (La fórmula integral de Cauchy) Sea f una función


holomorfa definida en un abierto Ω ⊂ C. Sea γ una curva cerrada en Ω
suave por partes, sea a un punto que no este sobre la imagen de la curva γ,
y supongamos que γ es homotópica a un punto. Entonces
Z
1 f (z)
f (a) · n(γ, a) = dz
2πı γ z−a

Demostración. La demostración es análoga a la del teorema de Cauchy para


rectángulos. Para z ∈ Ω, definamos la función:

 f (z) − f (a)
, si z ∈ Ω\{a};
g(z) = z−a
 f 0 (a), si z = a

Claramente g es continua en Ω, y g es holomorfa en Ω\{a}, como conse-


cuencia
Z del teorema de Cauchy (5.1.3) y el teorema de deformación (6.1.1)
0= gdz, y como
γ
f (z) − f (a)
Z Z Z Z
f (z) 1
gdz = dz = dz − f (a) dz
γ γ z−a γ z−a γ z−a
Z
f (z)
= dz − 2πın(γ, a)f (a),
γ z−a
Z
1 f (z)
de donde n(γ, a)f (a) = dz.
2πı γ z − a
1
Si γ : [0, 1] → C es una curva cerrada simple, entonces C\imγ puede escribirse en
forma única como la unión disjunta de dos regiones Int(γ) y Out(γ), tales que Int(γ) es
acotada. La región Int(γ) se denomina el interior de γ, y Out(γ) se denomina el exterior
de γ. La región Int(γ) es simplemente conexa, y γ es homotṕica a cualquier punto en
Int(γ) ∪ imγ. La frontera de cada una de estas regiones es la imagen de γ.
6.3. EL TEOREMA DE CAUCHY 195

Corolario 6.3.1. (La fórmula integral de Cauchy para derivadas). Sea f


una función holomorfa definida en un abierto Ω. Sea γ una curva cerrada
en Ω, suave por partes. Sea a un punto que no este sobre la imagen de la
curva γ, y supongamos que γ es homotópica a un punto. Entonces
Z
k! f (z)
n(γ, a)f (k) (a) = dz
2πı γ (z − a)k+1
Z
1 f (z)
Demostración. Si F (z) = dz, derivando F con respecto a z te-
2πı γ z−a
nemos:

Z 
dF (z) 1 d f (ζ)
=
dz 2πı dz γ ζ −z
Z  
1 ∂ f (ζ)
= dζ
2πı γ ∂z ζ − z
Z
1 f (ζ)
= dζ
2πı γ (ζ − z)2

procediendo inductivamente, se obtiene el resultado deseado.

Z A continuación aplicaremos la fórmula integral de Cauchy para obtener


f, donde γ es una curva cerrada, y f es una función holomorfa en un
γ
abierto que contiene a la cerradura de la región acotada por γ, salvo quiza,
un número finito de puntos, ninguno de los cuales está sobre la traza de la
curva γ.

Ejemplo 17.

z2
Z
1. dz, donde γ(t) = 2e2πıt , con 0 ≤ t ≤ k.
γ z−1
Como f (z) = z 2 es entera, 1 ∈
/ imγ, y n(γ, 1) = 1, aplicando la fórmula
integral de Cauchy:

z2
Z
1
dz = f (1)n(γ, 1) = 1 · k = k,
2πı γ z−1

despejando obtenemos que 2πık es el valor deseado.


196 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

z2 − 1
Z
2. 2
dz donde γ(t) = (t) = 2e2πıt , con 0 ≤ t ≤ 1.
γ z +1
Para poder aplicar la fórmula integral de Cauchy, necesitamos que el
denominador sea de la forma (z − a)k para alguna k ≥ 0, para esto,
notamos que n(γ, ±ı) = 1, y

z2 − 1 z2 − 1 z2 − 1
   
1 ı ı
= (z 2 + 1) =− +
z2 + 1 (z + ı)(z − ı) 2 z+ı 2 z−ı
de donde
z2 − 1 ı z2 − 1 ı z2 − 1
Z Z     
= − + dz
γ z2 + 1 γ 2 z+ı 2 z−ı
Z 2 Z 2
ı z −1 ı z −1
= − + dz
2 γ z+ı 2 γ z−ı

Aplicando la fórmula integral de Cauchy

z2 − 1
Z
1
dz = (ı2 − 1)n(γ, ı) = ı2 − 1 = −2
2πı γ z+ı
y

z2 − 1
Z
1
dz = ((−ı)2 − 1)n(γ, ı) = ı2 − 1 = −2
2πı γ z−ı
de donde

z2 − 1
Z
ı ı
2
dz = − (−4πı) + (−4πı) = 0
γ z +1 2 2
Z
sin z
3. dz, donde γ(t) = e2πıt , si 0 ≤ t ≤ 1.
γ z4
Aplicando la fórmula integral de Cauchy para derivadas, si f (z) = sin z
entonces:
Z
(3) 3! f (z)
f (0)n(γ, 0) = dz
2πı γ z4
(3) (3)
Como n(γ,Z 0) = 1, y f (z) = − cos z, entonces f (0) = −1, luego
sin z 2πı πı
entonces 4
dz = (−1) = − .
γ z 3! 3
6.3. EL TEOREMA DE CAUCHY 197
Z  n
z
4. dz para toda n ∈ N, donde γ(t) = 1+22πıt , con 0 ≤ t ≤ 1.
γ z−1
n
zn

z
Nótese que = , por lo que, si f (z) = z n , como con-
z−1 (z − 1)n
secuencia de la fórmula integral de Cauchy para derivadas
Z
n! zn
f (n) (1)n(γ, 1) = dz.
2πı γ (z − 1)n
Z  n
z
Como f (n) (z) = n!, y n(γ, 1) = 1, entonces = 2πı.
γ z−1
También podemos aplicar Z la0 fórmula integral de Cauchy para obtener
f
integrales de la forma , si f es holomorfa en una región Ω que
γ f
contenga en su interior la región acotada por la curva γ, y que admita
sólo un número finito de ceros en Ω. Recordamos que, si a es un cero
de la función holomorfa f , existe un entero positivo m, y una función
holomorfa g(z), tal que f (z) = (z − a)m g(z), con g(a) 6= 0. De donde,
si a1 , . . . , as son los ceros de f, aj 6= ak si j 6= k, entonces existen
enteros positivos m1 , . . . , ms , y una función holomorfa g tal que f (z) =
(z − a1 )m1 · · · (z − an )ms g(z) con g(aj ) 6= 0, en particular

f 0 (z) = m1 (z − a1 )m1 −1 (z − a2 )m2 · · · (z − an )ms g(z) + . . .


+mj (z − a1 )m1 · · · (z − aj )mj −1 · · · (z − as )ms g(z) + . . .
+mn (z − a1 )m1 (z − a2 )m2 · · · (z − as )ms −1 g(z)
+(z − a1 )m1 (z − a2 )m2 · · · (z − as )ms g 0 (z)

Consecuentemente

f 0 (z) m1 ms g 0 (z)
= + ... + + ,
f (z) z − a1 z − as g(z)
de donde

f 0 (z) g 0 (z)
Z Z  
m1 ms
dz = + ... + + dz
γ f (z) γ z − a1 z − as g(z)
Z Z Z 0
m1 ms g
= dz + . . . + dz + dz
γ z − a1 γ z − as γ g
198 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

0
Z Como g no se anula en Ω, entonces g /g es holomorfa Z en Ω, de donde
g 0 /g = 0, y por la definición del ı́ndice n(γ, ak ) = 2πı dz/(z − ak ), ası́
γ γ
s
f 0 (z)
Z
1 X
dz = mk n(γ, ak ).
2πı γ f (z)
k=0
Esto lo podemos aplicar para calcular integrales como la siguiente:
2z − 1
Z
2
dz, donde γ(t) = 2e2πıt , con 0 ≤ t ≤ 1.
γ z +z+1

Como z 3 − 1 = (z − 1)(z 2 + z + 1), los ceros de z 2 + z + 1 son las raı́ces


cúbicas de la unidad ζk , k = 0, 1, 2 con ζ0 = 1. Claramente |ζk | = 1, y por
ende, se encuentran en el interior de γ, además n(γ, ζk ) = 1, de donde

2z − 1
Z
dz = 2πı(n(γ, ζ1 ) + n(γ, ζ2 )) = 2πı(1 + 1) = 4πı.
γ z2 + z + 1
En particular podemos ver que:
Proposición 6.3.2. Sea a ∈ C, R > 0 y suponga que f es una función
holomorfa en B(a, R). Sea α = f (a). Si f (z) − a tiene un cero de orden m
en z = a, entonces existe  > 0 y δ > 0 tal que, si 0 < |ζ − α| < δ, entonces
f (z) = ζ tiene exactamente m soluciones en B(a, ).
Esta proposición nos dice, en particular que, f (B(a, )) ⊃ B(α, δ). Además,
el hecho que f (z) − α tenga un cero de multiplicidad finita, garantiza que f
no es constante.

Demostración. Como los ceros de una función holomorfa son aislados. Si


m = 1, podemos escoger  > 0 tal que  < R/2. De donde, f (z) = α no tiene
soluciones si 0 < |z − a| < 2, y f 0 (z) 6= 0 si 0 < |z − a| < 2. (Si m ≥ 2,
entonces f 0 (a) = 0.)

Sea γ(t) = a + e2πıt , con 0 ≤ t ≤ 1, y consideremos la curva σ = f ◦ γ.


Como α ∈
/ im(σ), existe δ > 0 tal que B(α, δ) ∩ im(σ) = ∅.

De donde, B(α, δ) está contenida en alguna P componente de C\im(σ);


esto es, |α − ζ| < δ implica n(σ, α) = n(σ, ζ) = pk=1 n(γ, zk (ζ)). Y como
n(γ, z) debe ser cero, o uno, y tenemos exactamente m soluciones de la
ecuación f (z) = ζ en el interior de B(a, ). Como f 0 (z) 6= 0 para 0 <
|z − a| < , cada una de las raı́ces debe ser simple.
6.3. EL TEOREMA DE CAUCHY 199

Teorema 6.3.1. (El teorema del mapeo abierto). Sea Ω ⊂ C abierto y


conexo, sea f : Ω → C una función holomorfa no constante. Entonces,
f (U ) ⊂ C es abierto, si U ⊂ Ω es abierto.

Demostración. Sea U ⊂ Ω un conjunto abierto, U 6= ∅, y supongamos que


a ∈ U , y sea α = f (a). Como vimos en la proposición anterior, podemos
encontrar  > 0 y δ > 0 tales que B(a, ) ⊂ U y f (B(a, )) ⊃ B(α, δ).

Corolario 6.3.2. Sea Ω ⊂ C, abierto. Si f : Ω → C es holomorfa e in-


yectiva, denotemos G = f (Ω). Entonces f −1 : G → Ω es C-diferenciable y
(f −1 )0 (w) = [f 0 (z)]−1 , donde w = f (z).

Demostración. Como consecuencia del teorema de la aplicación abierta, f −1


es continua y Ω es abierto. Como z = f −1 (f (z)) para cada z ∈ Ω, como
consecuencia de la regla de la cadena (f −1 )0 (w) = [f 0 (z)]−1 , donde w =
f (z).

Tarea. Del libro de J. E. Marsden, Basic Complex Análisis, realice los


siguientes ejercicios:
§2, 2 :
Ejercicio 7, Se satisface el teorema de Cauchy separadamente para las
partes real e imaginaria de una función holomorfa f ? Si es ası́, demuestrelo;
si no, de un contraejemplo.

Z
Ejercicio 10, Evalue z donde γ es la parte superior del cı́rculo uni-
γ
tario: primero directamente, y posteriormente; usando el teorema fundamen-
tal.
§2, 3 :
Ejercicio 1, Muestre que C\{0} no es simplemente conexo.
§2, 4 :
1. Evalue las siguientes integrales:
z2
Z
(a) dz, donde γ es el cı́rculo de radio 2, centrado en 0.
Zγ z z− 1
e
(b) 2
dz, donde γ es el cı́rculo de radio 1, centrado en 0.
γ z

3. Si f es entera, y |f (z)| ≤ M |z|n para |z| grande, M una constante, y


n un entero, muestre que f es un polinomio de grado ≤ n.
200 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.

4. Sea f una función holomorfa en el interior y sobre una curva cerrada


simple γ. Suponga que f = 0 sobre γ. Muestre que f = 0 en el interior de γ.
6. Sea f una función holomorfa sobre una región A, y sea γ una curva
cerrada en A. Para z0 ∈ A\im(γ), muestre que

f 0 (ζ)
Z Z
f (ζ)
dζ = dζ
γ ζ − z 0 γ (ζ − z0 ) 2
Puede generalizar este resultado ?
f (z)
8. Suponga que f es entera y que lı́m = 0. Demuestre que f es
z→∞ z
constante.
13. Use el ejemplo 2.1.12 apropiadamente, y la fórmula integral de Cauchy
para evaluar las siguientes integrales; γ es el cı́rculo |z| = 2 en cada caso.

dz dz dz dz
(a) (b) (c) (d)
z2−1 z2 +z+1 z2−8 z2 + 2z − 3

Z Z
cos θ
14. Demuestre que e cos(sin θ)dθ = π considerando (ez /z)dz, donde
γ γ
γ es el cı́rculo unitario.
21. Sea f analı́tica en el interior y sobre el cı́rculo |z −z0 | = R. Demuestre
que

Z  
f (z1 ) − f (z2 ) 1 1 1
− f 0 (z0 ) = − f (z)dz
z1 − z2 2πı γ (z − z1 )(z − z2 ) (z − z0 )2

para z1 , z2 en el interior de γ.
§2,5
1. Encuentre el máximo de |ez | sobre |z| ≤ 1.
13. Sea f una función holomorfa y sea f 0 (z) 6= 0 sobre una región A. Sea
z0 ∈ A y suponga que f (z0 ) 6= 0. Dado  > 0, muestre que existe z ∈ A y
ζ ∈ A tales que |z − z0 | < , |ζ − z0 | < , y

|f (z)| > |f (z0 )| |f (ζ)| < |f (z0 )|


Sugerencia: Aplique el teorema del módulo máximo.
6.3. EL TEOREMA DE CAUCHY 201

§3, 2
5. Obtenga la seire de Taylor de las siguientes funciones ( De apropiada-
mente los primeros términos de la serie de Taylor)

(a) (sin z)/z, z0 = 1. (b) z 2 ez , z0 = 0. (c) ez sin z, z0 = 0.

7. Calcule la serie de Taylor de las siguientes funciones en los puntos


indicados:
2
(a) ez , z0 = 0 1/(z − 1)(z − 2), z0 = 0
(b)

9. Obtenga los primeros términos de la serie de Taylor de z 2 − 1 alrede-
dor de 0.

X ∞
X
10. Sea f (z) = an z n , y g(z) = bn z n series convergentes para |z| <
n=0 n=0
R. Sea γ un cı́rculo de radio 0 < r < R y defina
Z  
1 f (ζ) z
F (z) = g dζ
2πı γ ζ ζ

X
Muestre que F (z) = an bn z n . (Sugerencia: Use el ejemplo 2.4.15.)
n=0
202 CAPÍTULO 6. HOMOTOPÍA Y EL TEOREMA DE CAUCHY.
Capı́tulo 7

Series de Laurent y
Cálculo de Residuos

Como hemos visto anteriormente, si Ω ⊂ C es un abierto no vacı́o, f


una función C-diferenciable en Ω, y a ∈ Ω, la serie de Taylor de f en a, esta
dada como:

X f (n) (a)
(z − a)n
n!
n=0
la cual converge a f en una vecindad de a, esto es, existe una r > 0 tal que
B(a, r) ⊂ Ω, y la serie anterior converge para cada z ∈ B(a, r).
Por esta razón, la serie de Taylor es una excelente representación local
de una función C-diferenciable en un dominio simplemente conexo.
Si pensamos en la función f (z) = cos (1/z), sabemos que esta es holo-
morfa en C \ {0}, por lo que, podemos dar su representación en serie de
Taylor en a, para cada a 6= 0, sin embargo, este proceso no determina el
comportamiento de la función alrededor del cero, para estudiar el compor-
tamiento en este punto, es necesario dar otro tipo de representación para la
función f .
La serie de Taylor de la función cos z alrededor del cero está dada como

X z 2n
cos z = (−1)n
(2n)!
n=0

Por lo que, al realizar la composición de funciones obtenemos


∞ ∞ −2n
(−1)n
  X
1 X
nz
cos = = (−1) . (7.1)
z z 2n (2n)! (2n)!
n=0 n=0

203
204 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Podemos pensar esta serie como una serie formal en la variable z −1 , la cual
converge si |z| > 0, obteniéndose ası́ el conjunto Ω = {z :∈ C : 0 < |z|} como
la región de convergencia de la serie. Como sabemos, esta serie representa
una función holomorfa en la región Ω := {z : |z| > 0}.
De manera más general, podemos pensar que tenemos una serie formal
en la variable z −1 , la cual converge si |z| > r, para algún número real r, y
converge uniformemente en cualquier región |z| ≥ ρ > r, por lo cual, esta
serie representa una función holomorfa en la región Ω = {z : |z| > r}.
∞ ∞
X X bn
bn z −n = (7.2)
zn
n=1 n=0

Si a la serie (7.2) le sumamos una serie de potencias en la variable z,


digamos
X∞
an z n (7.3)
n=0

la cual converge si |z| < R, y converge uniformemente si |z| ≤ ρ < R,


tenemos una serie de potencias formal de tipo
∞ ∞ ∞
X
n
X bn X
cn z = n
+ an z n (7.4)
n=−∞
z
n=1 n=0

la cual será convergente en la región común de convergencia de cada serie


por separado, esto es 7.4 converge si r < |z| < R, y converge uniformemente
si r < ρ1 ≤ |z| ≤ ρ2 < R.
En este capı́tulo estudiaremos funciones que son holomorfas en un disco
cuyo centro ha sido removido. A partir de la información que se obtiene de
la conducta de la función cerca del centro del disco, se derivan una serie de
propiedades interesantes, en particular utilizaremos estas propiedades para
evaluar ciertas integrales definidas sobre la recta real, las cuales no pueden
ser evaluadas usando los métodos tradicionales del cálculo.

7.1. Clasificación de singularidades


Definición 7.1.1. Se dice que una función f tiene una singularidad aislada
en el punto z0 ∈ C si existe R > 0 tal que f está definida y es holomorfa en
B(z0 , R) \ {z0 }, pero no en B(z0 , R).
El punto z0 se denomina una singularidad removible si existe una función
holomorfa g : B(z0 , R) → C tal que g(z) = f (z) para z 6= z0 .
7.1. CLASIFICACIÓN DE SINGULARIDADES 205

Las funciones f (z) = 1/z, g(z) = cos(1/z) y h(z) = sin z/z tienen singu-
laridades aisladas en el punto z0 = 0, pero sólo sin z/z tiene una singularidad
removible en z0 = 0 ya que
∞ ∞
sin z 1X z 2n+1 X z 2n
= (−1)n = (−1)n
z z (2n + 1)! (2n + 1)!
n=0 n=0

X z 2n
para z 6= 0, y la función g(z) = (−1)n es holomora y tiene radio
(2n + 1)!
n=0
de convergencia infinito.
Teorema 7.1.1 (El teorema de extensión de Riemann). Si f tiene una sin-
gularidad aislada en z0 , entonces el punto z0 es una singularidad removible
si, y sólo si,
lı́m (z − z0 )f (z) = 0.
z→z0

Demostración. Sea R > 0 y supongamos que f es holomorfa en B(z0 , R) \


{z0 }, y lı́m (z − z0 )f (z) = 0, definamos
z→z0

(z − z0 )2 f (z) si z =

6 z0
g(z) =
0 si z = z0

Entonces g es continua y holomorfa en B(z0 , R) \ {z0 }, aún más, como

g(z) − g(z0 ) (z − z0 )2 (f (z) − f (0))


lı́m = z→z
lı́m lı́m (z − z0 )f (z) = 0
= z→z
z→z 0 z − z0 0 z − z0 0
z6=z0 z6=z0 z6=z0

entonces g es holomorfa en B(z0 , R) con g 0 (z0 ) = 0, por lo tanto, g admite


un desarrollo en serie de Taylor
∞ ∞
X 1 (n) X 1 (n)
g(z) = g (z0 )(z − z0 )n = (z − z0 )2 g (z0 )(z − z0 )n−2
n! n!
n=0 n=2

X 1 (n)
Ası́ f (z) = g (z0 )(z − z0 )n−2 para z 6= z0 .
n!
n=2
Recı́procamente, supongamos que f tiene una singularidad removible en
z0 , por lo tanto, existe R > 0 y una función holomorfa g : B(z0 , R) → C tal
que g(z) = f (z) para z 6= z0 , en particular

lı́m (z − a)f (z) = z→z


z→z0
lı́m ((z − a)g(z)) = z→z
lı́m (z − a) z→z
lı́m g(z) = 0.
0 0 0
z6=z0 z6=z0 z6=z0 z6=z0
206 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Nótese que lo anterior nos dice que, si z0 es una singularidad removible


de f entonces lı́m f (z) existe.
z→z0

Como consecuencia del teorema de extensión de Riemann tenemos que


z0 es una singularidad removible de f si, y solamente si, f es acotada en una
vecindad de z0

Definición 7.1.2. Si z = z0 es una singularidad aislada de f , entonces z0


es un polo de f si lı́m f (z) = ∞. Esto es, para cada M > 0 existe ε > 0 tal
z→z0
que |f (z)| ≥ M si 0 < |z − z0 | < ε.

Es fácil ver que la función f (z) = 1/(z − z0 )n tiene un polo en z0 para


cada n ∈ N

Definición 7.1.3. Si una singularidad aislada no es removible ni polo, en-


tonces se denomina una singularidad escencial.

No es difı́cil ver que z0 = 0 es una singularidad escencial de exp(1/z).

Proposición 7.1.1. Si Ω es una región con z0 ∈ Ω y si f es una función


holomorfa en Ω \ {z0 } la cual tiene un polo en z0 , entonces existe un entero
positivo m y una función holomorfa g : Ω → C tal que

g(z)
f (z) = . (7.5)
(z − a)m

Demostración. Si f tiene un polo en z0 , entonces 1/f (z) tiene una singular-


idad removible en z0 , por lo cual, la función

1
 si z 6= z0
h(z) = f (z)
 0 si z = z0

es holomorfa en B(z0 , R) para algún R > 0. Como h(a) = 0, por el corolario


(5.3.2), existe un entero m > 0 y una función ϕ holomorfa en B(0, R) tal
que h(z) = (z − a)m ϕ(z) con ϕ(z0 ) 6= 0. Esto es (z − a)m f (z) = 1/ϕ(z) tiene
una singularidad removible en z0 .

Definición 7.1.4. Si f tiene un polo en z0 y m es el mı́nimo entero positivo


tal que (z − z0 )m f (z) tenga una singularidad removible en z0 , diremos que
f tiene un polo de orden m en z0 .
7.1. CLASIFICACIÓN DE SINGULARIDADES 207

Si f tiene un polo de orden m en z0 y f (z) = g(z)/(z − z0 )m . Como g es


holomorfa en B(z0 , R), esta admite expansión de serie de potencias en z0 .
Sea

X
g(z) = c0 + c1 (z − z0 ) + . . . + cm−1 (z − z0 )m−1 + (z − z0 )m cm+k (z − z0 )k ,
k=0
entonces


c0 c1 cm−1 X
f (z) = m
+ m−1
+ ... + + cm+k (z − z0 )m−k
(z − z0 ) (z − z0 ) z − z0
k=0

c0 c1 cm−1
= m
+ m−1
+ ... + + h(z)
(z − z0 ) (z − z0 ) z − z0
(7.6)
donde h(z) es una función holomorfa en B(z0 , R), y c0 6= 0
Definición 7.1.5. Si f tiene un polo de orden m en z0 y f satisface la
ecuación anterior, entonces
c0 c1 cm−1
m
+ m−1
+ ... +
(z − z0 ) (z − z0 ) z − z0
se denomina la parte singular (o parte principal) de f en z0 .
La parte singular de f en z0 mide que tan singular es f en z0 .
Por ejemplo, si p(z) y q(z) son dos polinomios sin factores comunes, la
función racional r(z) = p(z)/q(z) está definida en C \ {z; q(z) = 0}. Cada
cero de q(z) es un polo de r(z) y si z0 es un cero de orden m de q(z), entonces
z0 es un polo de r(z) de orden m.
Supongamos que q(z0 ) = 0 y sea S(z) la parte singular de r(z) en z0 ,
entonces r(z) − S(z) = r1 (z), donde r1 (z) es una función racional cuyos
polos también son polos de r(z). Además, la parte singular de r1 (z) en
cualquiera de sus polos coincide con la parte singular de r(z) en dicho polo.
En particular, si z0 , . . . , zn son los polos de r(z) y Sj (z) es la parte singular
de r(z) en el punto zj , entonces
n
X
r(z) = P (z) + Sj (z)
j=0

donde P (z) es una función racional sin polos. Como consecuencia del teorema
fundamental del álgebra, una función racional sin polos es un polinomio, por
lo cual P (z) es un polinomio, y la expresión anterior no es otra cosa que la
expanción de la función racional en fracciones parciales.
208 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

7.2. Series de Laurent


Definición 7.2.1. Sea z0 ∈ C, y sean r, y R dos números reales tales que
0 ≤ r < R. Se define el anillo con centro en z0 , radio interior r y exterior
R, que denotaremos an(z0 ; r, R) como el conjunto
an(z0 ; r, R) := {z ∈ C : r < |z − z0 | < R}
En lo que sigue, escribiremos
Z Z
f dz o bien f (z) dz
|z−z0 |=r |z−z0 |=r

o alguna otra notación similar, para denotar γ f donde f (t) = z0 + reeπıt


R

con 0 ≤ t ≤ 1.
Cabe notar que dentro del anillo Ω las funciones holomorfas tienen un
buen comportamiento, esto es:
Lema 7.2.1. Sean R1 y R2 dos números reales tales que 0 ≤ R1 < R2 .
Supóngase que f es una función holomorfa en el anillo an(z0 , R1 , R2 ). En-
tonces:
Z
f dz
|z−z0 |=r
es independiente de r para R1 < r < R2 .
Demostración. Supóngase que z0 = 0, por una parte sabemos que
Z Z 1
f dz = f (r e2π ıt )r 2π ı e2π ı t dt,
|z|=r 0
por otra parte, si definimos g(z) = zf (z), entonces
Z 1 Z 1
2π ı t
2π ı g(r e ) dt = f (r e2π ıt ) r 2π ı e2π ı t dt,
0 0
De donde:

Z Z 1
d
g 0 re2π ı t e2π ı t dt

f dz = 2π ı
dr |z|=r 0
Z 1
1 d
g re2pi ı t dt

=
r 0 dt
g(r) − g(r)
= =0
r
7.2. SERIES DE LAURENT 209

Esto es, la integral es independiente de r.

Lema 7.2.2. Sean R1 y R2 dos números reales tales que 0 ≤ R1 < R2 .


Supóngase que f es una función holomorfa en el anillo an(z0 ; R1 , R2 ), y sea
w ∈ an(z0 , R1 , R2 ). Elegimos R3 y R4 tales que R1 < R3 < |w| < R4 < R2 ,
entonces
Z Z
1 f (z) 1 f (z)
f (w) = dz − dz
2π ı |z|=R4 z − w 2π ı |z|=R3 z − w

Demostración. En el anillo an(z0 , R1 , R2 ) definamos la función



 f (z) − f (w)
si z 6= w
g(z) = z−w
 f 0 (w) si z = w

Claramente la función es homolorfa en an(z0 ; R1 , R2 ) \ {w} y continua


en an(z0 ; R1 , R2 ). Como consecuencia del teorema de Morera la función g
es holomorfa en an(z0 , R1 , R2 ).
Como consecuencia del lema anterior
Z Z
g dz = g dz
|z|=R3 |z|=R4

Como
Z 
dz 2π ı si |w| < ρ
=
|z|=ρ z−w 0 si |w| > ρ

De donde:
Z Z
f (z) f (z)
dz − 2π ı f (w) = dz
|z|=R4 z−w |z|=R2 z−w

despejando f (w), obtenemos el resultado deseado.

Teorema 7.2.1 (El teorema de Laurent). Si f : Ω → C es una función holo-


morfa en una región que contiene un anillo an(z0 ; R1 , R2 ) entonces existe
una sucesión de números complejos {cn }n∈Z tal que la serie:

X
cn (z − z0 )n , (7.7)
n=−∞
210 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

converge absoluta y uniformemente a f (z) en an(z0 ; r, R). Los coeficientes


cn están dados por:
Z
1 f (z)
cn = dz, n∈Z
2πı γ (z − z0 )n+1

donde la curva γ : [0, 1] → Ω, está dada como γ(t) = re2π ı t + z0 , con


R1 < r < R2 .

La demostración estará basada en los lemas anteriores:

Demostración. Sea w ∈ an(z0 : R1 , R2 ) y elijamos números reales Rk tales


que
R1 < R3 < |w| < R4 < R2

Definamos Z
1 f (z)
cn := dz
2πı |z|=r (z − z0 )n+1

Como consecuencia del lema 1, los números cn no dependen de r.


Como |w − z0 | < R4 , si |z − z0 | = R4 , entonces:

X (w − z0 )n ∞
1
=
(z − z0 ) − (w − z0 ) (z − z0 )n+1
n=0

y la serie converge uniformemente. Ası́


Z
1 f (z) X
= dz = cn wn
2π ı |z|=R4 z−w

Si z está en la cerradura de an(z0 ; R5 , R6 ), y γ1 , γ2 son las circunferencias


con centro en z0 y radios R3 y R4 respectivamente, como consecuencia de
la fórmula integral de Cauchy
Z Z
1 f (w) 1 f (w)
f (z) = n+1
dw − dz
2πı γ2 (w − z) 2πı γ1 (w − z)n+1

La primera de estas integrales define dos funciones, una es f2 (z) para z


en el interior de la región acotada por γ2 y otra para z en el exterior de γ2 .
Análogamente, la segunda integral define dos funciones, una es f1 (z) para z
en el exterior de γ1 , y otra para z en el interior de γ1 .
Si expandemos f2 (z) en potencias de z − z0 , usando las series
7.2. SERIES DE LAURENT 211

!
1 1 1 1
= = z−z0
w−z (w − z0 ) − (z − z0 ) w − z0 1− w−z0
1 z − z0 (z − z0 )2 (z − z0 )n
= + + + . . . + + ....
w − z0 (w − z0 )2 (w − z0 )3 (w − z0 )n+1
tenemos
∞ Z
X
n1 f (w)
f2 (z) = (z − a) dw.
2πı γ2 (w − a)n+1
n=0
Para representar f1 (z), como

!
1 1 1 1
− = = w−z0
w−z (z − z0 ) − (w − z0 ) z − z0 1− z−z0
1 w − z0 (w − z0 )2 (w − z0 )n
= + + + . . . + + ...,
z − z0 (z − z0 )2 (z − z0 )3 (z − z0 )n+1
que convergen si |z − z0 | < |w − z0 |, y convergen absoluta y uniformemente
con respecto a z y w para
|w − z0 | = R3 , |z − z0 | ≥ R5 .
Multiplicando esta serie por f (w) e integrando término a término con
respecto a w a lo largo de γ1 tenemos
∞ Z
X
−n 1 f (w)
−f1 (z) = (z − a) dw
2πı γ1 (w − a)n+1
n=1
Como las integrales dadas son independientes de la trayectoria de in-
tegración, y las curvas están en el anillo R1 < |w − z0 | < R2 y como
arg(w − z) se incrementa 2π cuando la tayectoria da una vuelta, tenemos
que f (z) = f2 (z) − f1 (z).
En particular, esta expansión converge absoluta y uniformemente con
respectoa la variable z si R5 ≤ |z − z0 | ≤ R6 . De donde, la serie converge
absolutamente si R1 < |z − z0 | < R2
f (w)
Los coeficientes cn = 2 1π ı γ (w−z
R
n+1 dw dados en el teorema de Laurent
0)
determinan la unicidad de la serie, esto es, si

X
f (z) = an (z − z0 )n ,
n=−∞
212 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

como consecuencia de la convergencia uniforme demostrada anteriormente,


si r es un númreo fijo con R1 < r < R2 , y m es un entero, entonces:

Z 1 ∞
X Z 1
f (r e2π ıt )e−2π ımt dt = an rn e2π ı(n−m)t dt = am rm
0 m=−∞ 0

de donde:
Z 1 Z
1 f (z)
am = r−m f (e2π ıt )e−2π ımt dt = dz = cm .
0 2πı |z|=r z m+1

Definición 7.2.2. Sea Ω un subconjunto abierto en C, z0 ∈ Ω, y supóngase


que f es una función holomorfa en Ω \ {z0 }. Si r > 0 es un número suficien-
temente pequeño para que el anillo an(z0 ; 0, r) este contenido en Ω, tenemos
una expansión

X
f (z) = cn (z − z0 )n , 0 < |z − z0 | < r
n=−∞

la cual se denomina la serie de Laurent de la función f en el punto z0 .


El coeficiente c−1 del término 1/(z − z0 ) se denomina el residuo de f en
z0 , y lo denotaremos c−1 = Res(f, z0 ).
Nótese que c−1 = Res(f, z0 ), el residuo de f en z0 , es el único número
complejo con la propiedad de que la función
c−1
f (z) −
z − z0
tenga primitiva en an(z0 ; 0, r). Como consecuencia de esto, tenemos el sigu-
iente resultado:
Proposición 7.2.1. Si f es holomorfa en un abierto conexo Ω y tiene una
singularidad aislada en z0 con residuo c−1 en z0 . Si γ(t) = z0 + re2πıt para
0 ≤ t ≤ 1, es una circunferencia alrededor de z0 , cuyo interior, salvo z0
está contenida en Ω, entonces
Z
f (z) dz = 2πıc−1
γ

Demostración. Como z0 es una singularidad aislada de f , entonces f admite



X
una expansión en serie de Laurent f (z) = cn (z − z0 )n , por lo tanto
n=−∞
7.2. SERIES DE LAURENT 213

∞ ∞ Z
Z Z !
X X
n
f (z) dz = cn (z − z0 ) dz = cn (z − z0 )n
γ γ n=−∞ n=−∞ γ

Como
Z la aplicación z 7→ (z − z0 )n tiene
Z primitiva para n 6= −1, por lo
que n
cn (z − z0 ) dz = 0 para n 6= −1 y c−1 (z − z0 )−1 dz = 2πıc−1 . De
γ γ
aquı́ se concluye el resultado.

Definición 7.2.3. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto , y E ⊂ Ω un subconjunto


discreto de Ω. Una función holomorfa en Ω \ E se denomina meromorfa
en Ω si, para cada z0 ∈ E, existe r > 0 tal que B(z0 , r) ⊂ Ω, y existen
dos funciones holomorfas en B(z0 , r) tal que h no se anula en B(z0 , r) y
f (z) · h(z) = g(z) para cada z ∈ Ω \ E.

Es decir, una función es meromorfa si puede escribirse localmente como


el cociente de dos funciones holomorfas en cada uno de los puntos de E.
Supongamos que f es una función meromorfa definida en Ω, y definamos
f : Ω → C∞ como f (z) = ∞ si z es un polo de f . Como por definición
z0 es un polo de f si lı́m f (z) = ∞, tenemos que f es una función con-
z→z0
tinua de Ω en C∞ . Ası́, podemos pensar a las funciones meromorfas como
funciones holomorfas con singularidades en las cuales se puede remover la
discontinuidad de f .

Lema 7.2.3. Sea r > 0, z0 ∈ C, y supóngase que f es una función holomorfa



X
en B(z0 , r) \ {z0 }. Sea f (z) = cn (z − z0 )n la expansión en serie de
n=−∞
Laurent de f en z0 . Entonces f es meromorfa sobre B(z0 , r) si, y sólo si,
existe un entero positivo N tal que cn = 0 para cada n < −N .

Demostración. Supongase que f es meromorfa en B(z0 , r), y sea U un disco


centrado en z0 sobre el cual hay definidas dos funciones holomorfas g, h, con
h(z) 6= 0 para cada z ∈ U y h(z) · f (Z) = g(z) para cada z ∈ U ∩ (B(z0 , r) \
{z0 }).

X
Sea h(z) = an (z − z0 )n = (z − z0 )N φ(z), donde N es el mı́nimo n ≥ 0
n=0
tal que an 6= 0. Entonces φ(z0 ) = aN 6= 0, consecuentemente, existe un disco
V centrado en z0 , tal que V ⊂ U y φ(z) 6= 0 para cada z ∈ V . En particular,
214 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS


X
la función g/φ es holomorfa en V . Sea bn (z − z0 )n la expansión en serie
n=0
de Taylor de g/φ en z0 . Entonces

X
f (z) = bn (z − z0 )n−N , para z ∈ V \ {z0 }
n=0

Como consecuencia de la unicidad de la expansión en serie de Laurent



X
f (z) = cn (z − z0 )n , tenemos que cn = bn+N para cada n ≥ −N , y
n=−∞
cn = 0 para cada n < −N .

X
Recı́procamente, si f (z) = cn (z − z0 )n , como consecuencia del lema
n=−N

X
N
de Abel tenemos que (z − z0 ) f (z) = cn−N (z − z0 )n es holomorfa en
n=0
B(z0 , r)

Teorema 7.2.2. Sea Ω un conjunto abierto en C y sea E ⊂ Ω un conjunto


discreto. Sea f una función holomorfa en Ω \ E. Entonces f es meromorfa
en Ω si, y s
olo si, para cada z0 ∈ E, existe una vecindad U ⊂ Ω con U ∩ E = {z0 }, tal
que alguna de las siguientes condiciones se satisface.

f|U \{z0 } es acotada, y como consecuencia del teorema de extensión de


Riemann se extiende a una función holomorfa, o bien;

lı́m |f (z)| = ∞.
z→z0
z6=z0

Demostración. Si f|U \{z0 } es acotada, entonces existe una función holomorfa


g definida en U tal que g(z) = f (z) para cada z ∈ U \ {z0 }, y tenemos que
1 · f = g sobre U \ {z0 }.
Si |f (z)| → ∞ cuando z → z0 , z 6= z0 , entonces existe ρ > 0 tal que
B(z0 , ρ) = V ⊂ U y |f (z)| ≥ 1 para cada z ∈ V \ {z0 }. Nuevamente, como
consecuencia del teorema de extensión de Riemann, existe una función h
holomorfa en V tal que h(z) = 1/f (z) para cada z ∈ V \ {z0 }. Esto es,
h · f = 1 sobre V \ {z0 }.
Reciprocamente, si z0 ∈ E, existe ρ > 0 es tal que V = B(z0 , ρ) ⊂ Ω y
V ∩ E = {z0 } sobre el cual existen funciones h, g holomorfas sobre V , h no
nula en V tal que hf = g sobre V \ {z0 }. De las expansiones en series de
7.2. SERIES DE LAURENT 215

Taylos de g y h, tenemos que existen k, l ∈ N y funciones φ, ψ holomorfas


en V tales que g(z) = (z − a)k φ(z), h(z) = (z − a)l ψ(z) y φ(z0 ) 6= 0
ψ(z0 ) 6= 0. Sea r > 0 suficientemente pequeño para que φ y ψ no se anulen
en U = B(z0 , r). Entonces f (z) = (z − z0 )k−l φ(z)/ψ(z) para z ∈ U \ {z0 }.
Luego entonces, si k ≥ l, la función f es acotada en B(z0 , r0 ) para r0 < r, si
k < l |f (z)| → ∞ cuando z → z0 , z 6= z0 .

Definición 7.2.4. Sea Ω un conjunto abierto conexo en C y sea f una


función meromorfa no identicamente nula en Ω.
X∞
Sea z0 ∈ Ω, y sea f (z) = cn (z − z0 )n la expansión en serie de
n=−∞
Laurent de f en z0 .
Se define el orden de f en z0 , que denotaremos ordz0 (f ) como ı́nf{n ∈
Z ; cn 6= 0}.
Si f es la función cero en Ω, se define ordz0 (f ) = ∞
Como consecuencia de las definiciones, tenemos el siguiente resultado:
Proposición 7.2.2. Sea Ω un subconjunto abierto conexo de C, y f una
función meromorfa en Ω, no identicamente nula. Sea z0 ∈ Ω
1. z0 es un polo de f si, y sólo si, ordz0 (f ) < 0. En este caso, f tiene un
polo de orden −ordz0 (f ) en z0 .
2. f es holomorfa y tiene un cero en z0 si, y sólo si, ordz0 (f ) > 0. En
este caso, ordz0 (f ) es el orden del cero de f en z0 .
3. f es holomorfa en z0 ∈ Ω si, y sólo si, ordz0 (f ) ≥ 0
4. f es holomorfa en z0 y f (z0 ) 6= 0 si, y sólo si ordz0 (f ) = 0.
5. Si f y g son funciones meromorfas definidas en Ω, entonces ordz0 (f ·
g) = ordz0 (f ) + ordz0 (g).
6. Si f y g son funciones meromorfas definidas en Ω y λ ∈ C, λ 6= 0, en-
tonces ordz0 (λf ) = ordz0 (f ), y ordz0 (f +g) ≥ mı́n{ordz0 (f ), ordz0 (g)}.
Además, si ordz0 (f ) 6= ordz0 (g), entonces ordz0 (f +g) = mı́n{ordz0 (f ), ordz0 (g)}.
Definición 7.2.5. Sea f una función meromorfa sobre el conjunto abierto
Ω ⊂ C, y sea a ∈ Ω.
Decimos que f tiene un polo simple en z0 si ordz0 (f ) = −1.
Decimos que f tiene un cero simple en z0 si ordz0 (f ) = 1.
Si ordz0 (f ) = k > 0, decimos que f tiene un cero de orden k en z0 . En
particular, un cero simple es un cero de orden uno.
216 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Como consecuencia de lo visto anteriormente, z0 es una singularidad



X
escencial de una función f si, en la expansión de Laurent cn (z − z0 )n
n=−∞
de f en z0 , hay una infinidad de n < 0 con cn 6= 0.
Teorema 7.2.3 (El teorema de Casorati-Weierstrass). Sea z0 ∈ C, r > 0,
an(z0 ; 0, r) = {z ∈ C ; 0 < |z − z0 | < r}. Sea f una función holomorfa
en an(z0 ; 0, r), y supongamos que z0 tiene una singularidad escencial de f .
Entonces f (an(z0 ; 0, r)) es denso en C.

Demostración. Supongamos que el resultado es falso, entonces existe c ∈ C,


y δ > 0 tal que

f (an(z0 ; 0, r)) ∩ {w ∈ C ; |w − c| < δ} = ∅.

Entonces la función f = (f − c)−1 es holomorfa en an(z0 ; 0, r) y |g(z)| ≤


δ −1 .
Por el teorema de extensión de Riemann existe una función G holomorfa
en B(z0 , r), tal que G(z) = g(z) para cada z ∈ an(z0 ; 0, r). Entonces G es
nunca nula sobre B(z0 , r), G · (f − c) = 1 sobre an(z0 ; 0, r) y f = c + G−1
sobre an(z0 , 0, r).
Por lo tanto f es meromorfa en B(z0 , r), lo cual es una contradicción a
la hipótesis de que z0 es una singularidad escencial de f .

No sólo esto es cierto, se tiene el Teorema de Picard que asegura que


existe a lo más un valor c ∈ C tal que c ∈
/ f (an(z0 ; 0, r). Este teorema forma
parte de un curso avanzado, por lo cual, no queda incluido en el presente
texto.
Teorema 7.2.4 (El teorema de Picard). Sea R > 0, z0 ∈ C, an(z0 ; 0, R) =
{z; 0 < |z − z0 | < R}. Sea f una función holomorfa en an(z0 ; 0, R), y supon-
gamos que f tiene una singularidad esencial en z0 . Entonces f (an(z0 ; 0, R))
contiene a todos los números complejos con a lo más una excepción.
Para una demostración, puede verse [N, pg. 95, Cap. 4].

7.3. Residuos
Como consecuencia de lo visto en la sección anterior, si lı́m (z − z0 )f (z)
z→z0
existe y es no cero, entonces f tiene un polo simple en z0 , y este lı́mite
coincide con el residuo de f en z0 . Aplicaremos este resultado para obtener
un método para calcular el residuo.
7.3. RESIDUOS 217

Proposición 7.3.1. Sean g y h funciones holomorfas en z0 y supóngase


que g(z0 ) 6= 0, h(z0 ) = 0, y h0 (z0 ) 6= 0. Entonces f (z) = g(z)/h(z) tiene un
polo simple en z0 y
g(z0 )
Res(f, z0 ) = 0 .
h (z0 )
Demostración. Sabemos que
h(z) − h(z0
lı́m = h0 (z0 ) 6= 0,
z→z0 z − z0
por lo tanto
z − z0 1
lı́m = 0 .
z→z0 h(z) h (z0 )
Por lo tanto
g(z) g(z0 )
lı́m (z − z0 ) = 0
z→z0 h(z) h (z0 )
esite y es igual al residuo de f en z0 .

En general, si g(z) tiene un cero de orden k y h(z) tiene un cero de


orden l con l > k, entonces g(z)/h(z) tiene un polo de orden l − k, pues
g(z) = (z − z0 )k φ(z), h(z) = (z − z0 )l ψ(z), donde φ(z0 ) 6= 0 y ψ(z0 ) 6= 0. Ası́
g(z) φ(z)/ψ(z)
=
h(z) (z − z0 )l−k
donde la función φ/ψ es holomorfa en z0 . Generalizando el resultado anterior
tenemos:
Proposición 7.3.2. Supóngase que g(z) tiene un cero de orden k en z0 y
que h(z) tiene un cero de orden k + 1, entonces g/h tiene un polo simple
con residuo
g  g (k) (z0 )
Res , z0 = (k + 1) (k+1)
h h (z0 )
Demostración. Como g(z) tiene un cero de orden k en z0 , como consecuencia
del teorema de Taylor tenemos que

g (k) (z0 )
g(z) = (z − z0 )k + (z − z0 )k+l φ(z)
k!
donde φ(z) es holomorfa en una vecindad de z0 y φ(z0 ) 6= 0. Analogamente

h(k+1) (z0 )
h(z) = (z − z0 )k+1 + (z − z0 )k+1 ψ(z)
(k + 1)!
218 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

con ψ(z) holomorfa en una vecindad de z0 y ψ(z0 ) 6= 0.


Por lo tanto

g (k) (z0 )
g(z) k! + (z − z0 )φ(z)
(z − z0 ) = (k+1)
h(z) h (z0 )
(k+1)! + (z − z0 )ψ(z)
cuando z → z0 , este valor converge al cociente de los lı́mites
g (k) (z0 )
(k + 1) .
h(k+1) (z0 )

En particular, esto muestra que

f (z) g (k) (z0 )


lı́m (z − z0 ) = (k + 1) (k+1) .
z→z0 g(z) h (z0 )
Para polos de orden mayor o igual que 2, podemos desarrollar fórmulas
que nos permitan calcular el residuo, por ejemplo:
Proposición 7.3.3. Si f tiene una singularidad aislada en z0 y si k es el
mı́nimo entero positivo tal que lı́m (z − z0 )k f (z) existe. Entonces f (z) tiene
z→z0
un polo de orden k en z0 y si escribimos φ(z) = (z − z0 )k f (z), entonces φ
puede definirse en forma única en z0 tal que φ es holomorfa en z0 y
φ(k−1) (z0 )
Res(f, z0 ) = .
(k − 1)!

Demostración. Como lı́m (z − z0 )k f (z) existe, φ(z) = (z − z0 )k f (z) tiene


z→z0
una singularidad removible en z0 , y en una vecindad de z0 tenemos que

φ(z) = (z−z0 )k f (z) = c−k +c−k+1 (z−z0 )+. . .+c−1 (z−z0 )k−1 +c0 (z−z0 )k +. . .

y ası́
c−k c−k+1 c−1
f (z) = k
+ k−1
+ ... + + c0 + c1 (z − z0 ) + . . .
(z − z0 ) (z − z0 ) (z − z0 )

Si c−k = 0, entonces lı́m (z − z0 )k−1 f (z) existe, lo cual contradice la


z→z0
hipótesis. Por lo tanto z0 es un polo de orden k. Finalmente, considerando
la expansión de φ en serie de Taylor en z0 , y derivando k−1 veces, obtenemos
que φ(k−1) (z0 ) = (k − 1)!c−1 .
7.4. EL TEOREMA DEL RESIDUO 219

7.4. El Teorema del Residuo

Teorema 7.4.1 (El Teorema del Residuo). Sea Ω un subconjunto abierto


de C y sea E un conjunto discreto en Ω. Sea γ una curva cerrada en Ω \ E
la cual es homotópica a la curva constante en Ω.
Entonces, para cada función holomorfa en Ω \ E, el conjunto {a ∈
E; n(γ, a) 6= 0} es finito y tenemos

Z
1 X
f (z) dz = Res(f, a) · n(γ, a).
2πı γ a∈E

Demostración. Sea γ : [0, 1] → Ω \ E, y sea H : I × I → Ω una homotopı́a


fijando γ(0) = γ(1) de γ a una constante. Sea K = H(I × I), como K es la
imagen bajo una función continua de un conjunto compacto K es compacto,
ası́ K ∩ E es finito. Si a ∈ E y a ∈ / K, entonces H es una homotopı́a
de γ a una constante en C \ {a}, por lo tanto n(γ, a) = 0. Por lo que
{a ∈ E ; n(γ, a) 6= 0} está contenido en E ∩ K. y este conjunto es finito.
Supongamos que  E∩K =  {a1 , . . . , ap }, y sea gj la parte principal de f en
Xp
aj . Entonces f −  gj  es holomorfa en un conjunto abierto U ⊃ K, y
j=1
γ es homotópica a una constante en U . Como consecuencia del teorema de
Cauchy
Z p Z
X
f dz = gj dz.
γ j=1 γ

−1
X
Sea gj (z) = c(j) n
n (z − aj ) , z 6= aj . La serie converge uniformemente
n=−∞
sobre im(γ) ası́

Z −1 Z
(j)
X
gj dz = c(j)
n (z − aj )n dz = 2πıc−1 · n(γ, aj )
γ n=−∞ γ

ya que (z − aj )n tiene primitiva sobre C − {aj } para n 6= 1. Por lo tanto


220 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Z p
1 X (j)
f dz = n(γ, aj )c−1
2πı γ j=1
Xp
= n(γ, aj ) · Res(f, aj )
j=1
X
= n(γ, aj )Res(f, aj )
a∈E

pues n(γ, a) = 0 si a ∈ E, a 6= aj .

Como consecuencia de este teorema podemos dar otra demostraci


on de la fórmula integral de Cauchy
Corolario 7.4.1 (La fórmula integral de Cauchy). Sea Ω un conjunto abier-
to en C y sea γ una curva cerrada en Ω, homotópica a una constante. Sea
f una función holomorfa en Ω y z0 ∈ Ω \ im(γ). Entonces
Z
1 f (z)
dz = n(γ, z0 )f (z0 ).
2πı γ z − z0
Demostración. La función g(z) = f (z)/(z − z0 ) es holomorfa en Ω \ {z0 }
y Res(g, z0 ) = f (z0 ). Como consecuencia del teorema del residuo, tenemos
que Z
1 f (z)
dz = n(γ, z0 )f (z0 ).
2πı γ z − z0

Supongamos que f es holomorfa y tiene un cero de orden m en z0 ,


entonces f (z) = (z − z0 )m φ(z) con φ(z0 ) 6= 0.
Entonces
f ( z) m φ0 (z)
= +
f (z) z − z0 φ(z)
y φ0 /φ es holomorfa en una vecindad de z0 .
Por otra parte, supongamos que f tiene un polo de orden m en z0 , esto
es, f (z) = (z − z0 )−m φ(z), donde g es holomorfa y φ(z0 ) 6= 0. Entonces
f ( z) −m φ0 (z)
= +
f (z) z − z0 φ(z)
y nuevamente φ0 /φ es holomorfa en una vecindad de z0 .
Usando el análisis anterior podemos deducir el siguiente resultado:
7.4. EL TEOREMA DEL RESIDUO 221

Teorema 7.4.2 (EL Principio del Argumento). Sea f una función mero-
morfa en Ω con polos p1 , . . . , pm y ceros z1 , . . . , zm contados de acuerdo a
su multiplicidad. Si γ es ua curva cerrada homotópica a una constante en
Ω y que no pase por los puntos p1 , . . . , pm , z1 , . . . , zn , entonces
n m
f 0 (z) X
Z
1 X
= n(γ, zk ) − n(γ, pj ).
2πı γ f (z)
k=1 j=1

Demostración. Aplicando repetidamente las expresiones obtenidas en el párrafo


anterior tenemos que
n m
f 0 (z) X 1 X 1 φ0 (z)
= − + ,
f (z) z − zk z − pj φ(z)
k=1 j=1

donde φ es holomorfa y nunca nula en Ω. Como g 0 /g es holomorfa, como


consecuencia del teorema de Cauchy tenemos
 
Z 0 Z n m 0
1 f (z) 1 X 1 X 1 φ (z) 
=  − + dz
2πı γ f (z) 2πı γ z − zk z − pj φ(z)
k=1 j=1

n
X m
X
= n(γ, zk ) − n(γ, pj )
k=1 j=1

Usando la definición de orden de una función en un punto, podemos


reescribir este resultado como:
Z 0
1 f (z) X
dz = n(γ, a)orfa (f )
2πı γ f (z)
a∈Zf ∪Pf

donde Zf = {z1 , . . . , zn } es el conjunto de ceros de f y Pf = {p1 , . . . , pm }


es el conjunto de polos de f .
El porqué se denomina el principio del argumento, se debe a lo siguiente:
Si pudieramos definirZ log f (z), entonces log f (z) serı́a una primitiva de f 0 /f ,
tendrı́amos ası́ que f 0 /f = 0. Como ningún cero o polo de f esta sobre
γ
im(γ) para cada z ∈ im(γ) existe un disco B(z, rz ) en el cual se puede definir
una rama de log f (z). Las bolas forman una cubierta abierta de im(γ), y por
el teorema de la cubierta de Lebesgue existe un número positivo  tal que
222 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

para cada z ∈ im(γ) podemos definir una rama de log f (z) sobre B(z, ).
Usando la continuidad uniforme sobre γ (donde γ : [0, 1] → Ω), existe una
partición 0 = t0 < t1 < . . . < tk = 1 tal que γ(t) ∈ B(γ(tj−1 ), ) para tj−1 ≤
t ≤ tj y 1 ≤ j ≤ k. Sea `j la rama de log f definida en B(γ(tj−1 ), ) para
1 ≤ j ≤ k. Como γ(tj ) ∈ B(γ(tj ), )∩B(γ(tj+1 ), ), podemos elegir `1 , . . . , `k
tales que `1 (γ(t1 )) = `2 (γ(t1 )); `2 (γ(t2 )) = `2 (γ(t2 )); . . . ; `k−1 (γ(tk−1 )) =
`k (γ(tk−1 )). Si γj denota la restricción de γ al intervalo [tj−1 , tj ], como `0j =
f 0 /f , entonces

f0
Z
dz = `j (γ(tj )) − `j (γ(tj−1 )) para 1 ≤ j ≤ k.
γj f

Entonces
j
f0 f0
Z X Z
dz = dz = `k (γ(1)) − `1 (γ(0)).
γ f γj f
k=1

Como γ es una curva cerrada, entonces γ(0) = γ1 = z0 , por lo que existe un


entero K tal que `k (γ(1)) − `1 (γ(0)) = `k (z0 ) − `1 (z0 ) = 2πıK. Como 2πıK
es un número imaginario, tenemos que Im(`k (z0 )) − Im(`1 (z0 )) = 2πK. Es
decir, cuando z se desplaza a lo largo de γ, arg f (z) cambia por 2πK.

Teorema 7.4.3 (El teorema de Rouché). Sean f y g funciones meromorfas


en una vecindad de B(z0 , R), sin cero o polos sobre la circunferencia γ =
{z; |z − z0 | = R}. Si Zf , Zg (Pf , Pf ) son los números de ceros (polos) de f
y g en el interior de γ contados de acuerdo con sus multiplicidades y si

|f (z) + g(z)| < |f (z)| + |g(z)|

sobre γ, entonces
Zf − Pf = Zg − Pg .

Demostración. De las hipótesis



f (z) f (z)
g(z) + 1 < g(z) + 1

sobre γ. Si λ = f (z)/g(z) y si λ es un número real positivo la desigualdad


anterior nos da que λ+1 < λ+1, lo cual es una contradicción. Ası́, la imagen
de la curva γ bajo la función meromorfa f /g está contenida en Ω = C\[0, ∞).
Si ` es una rama de logaritmo sobre Ω entonces `(f (z)/g(z)) es una primitiva
bien definida de (f /g)0 /(f /g) en una vecindad de γ. Entonces
7.4. EL TEOREMA DEL RESIDUO 223

(f /g)0
Z
1
0 =
2πı
γ (f /g)
Z  0
g0

1 f
= −
2πı γ f g
= (Zf − Pf ) − (Zg − Pg )

Este enunciado del teorema de Rouché fue descubierto por Irving Glicks-
berg (Amer. Math. Monthly, 83 (1976), 186-187). En el enunciado clásico se
supone que f y g satisfacen la desigualdad |f + g| < |g|. Aunque la versión
débil nos permite dar diversas aplicaciones, por ejemplo, es posible dar otra
demostración del Teorema Fundamental del Álgebra.
Si p(z) = z n + a1 z n−1 + . . . + an , entonces

p(z) a1 an
n
=1+ + ... + n
z z z
y como lı́m p(z)/z n = 1, existe R > 0 suficientemente grande tal que, si
z→∞
|z| = R entonces
p(z)
z n − 1 < 1,

es decir, |p(z) − z n | < |z|n si |z| = R. Por el Teorema de Rouché p(z) debe
tener n ceros en el interior de |z| = R.
Teorema 7.4.4 (El teorema de Hurwitz). Sea Ω una región y supongamos
que {fn } es una sucesión de funciones holomorfas en Ω la cual converge a
f . Supóngase que f no es identicamente nula, sea z0 ∈ Ω y tomemos R > 0
tal que B(z0 , R) ⊂ Ω y f (z) 6= 0 para |z −z0 | = R. Entonces existe un entero
positivo N tal que para n ≥ N , f y fn tienen el mismo número de ceros en
B(z0 , R).

Demostración. Como f (z) 6= 0 para |z − z0 | = R, sea

δ = ı́nf{|f (z)|; |z − z0 | = R} > 0.

Como fn converge uniformemente a f sobre {z; |z − z0 | = R} ası́ existe


un entero N tal que si n ≥ N y |z −z0 | = R entonces fn (z) 6= 0 si |z −z0 | = R
y
1
|f (z) − fn (z)| < δ < |f (z)| ≤ |f (z)| + |fn (z)|.
2
224 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Como consecuencia del Teorema de Rouché f y fn tienen el mismo


número de ceros en B(z0 , R)

Corolario 7.4.2. Si Ω es una región y {fn } es una sucesión de funciones


holomorfas en Ω la cual converge a f en Ω y fn nunca se anula en Ω,
entonces f es identicamente nula, o bien, f es nunca nula.
Definición 7.4.1. Sean Ω y Ω0 dos conjuntos abiertos en C. Una aplicación
holomorfa f : Ω → Ω0 es una función holomorfa definida en Ω tal que
f (Ω) ⊂ Ω0 . Decimos que f es un isomorfismo analı́tico de Ω sobre Ω0 si
existe una aplicación holomorfa g : Ω0 → Ω tal que g ◦ f es la aplicación
identidad en Ω y f ◦ g es la identidad en Ω0 . Si Ω = Ω0 y f : Ω → Ω es un
isomorfismo analı́tico, entonces f se denomina un automorfismo analı́tico
de Ω.
Si f : Ω → Ω0 es una aplicación holomorfa, diremos que f es localmente
un isomorfismo analı́tico si para cada a ∈ Ω existe una vecindad U tal que
f (U ) = U 0 es abierto y f|U es un isomorfismo analı́tico sobre U 0 .
Proposición 7.4.1. Sea Ω un conjunto abierto en C, y f una función holo-
morfa en Ω, y a ∈ Ω. Entonces f 0 (a) 6= 0 si, y sólo si, existe una vecindad
U de a tal que f|U es inyectiva.

Demostración. Sea γ(t) = a + re2πıt para 0 ≤ t ≤ 1. Entonces n(γ, b) = 1 si


b ∈ B(a, r), mientras que n(γ, b) = 0 si r < |w − a|.
Supóngase que existe r1 > 0 tal que B(a, r1 ) ⊂ Ω y f|B(a,r1 ) es inyectiva.
Sea 0 < r < r1 tal que f 0 (z) 6= 0 para 0 < |z − a| ≤ r.
Supongamos que f 0 (a) = 0, como f es inyectiva sobre B(a, r1 ), el único
cero de f −f (a) es el punto a. Como consecuencia del principio del argumento

f 0 (z)
Z
1
dz = orda (f − f (a)) ≥ 2, ya que f 0 (a) = 0.
2πı γ f (z) − f (a)

Sea δ = ı́nf |z−a|=r |f (z) − f (a)| > 0, y sea w ∈ C, |w − f (a)| < δ.


f 0 (z)
Z
1
La función w 7→ dz es claramente continua en B(f (a), δ). y
2πı γ f (z) − w
como consecuencia del principio del argumento sólo toma valores enteros.
Por lo tanto
f 0 (z)
Z
1
dz = orda (f − f (a)) ≥ 2, w ∈ B(f (a), δ),
2πı γ f (z) − w

Por otra parte, como consecunecia del principio del argumento


7.4. EL TEOREMA DEL RESIDUO 225

f0
Z
1 X
dw = ordb (f − w).
2πı γ f −w
b∈B(a,r),
f (b)=w

Por la elección de r, f 0 (z)


6= 0 si z ∈ B(z, r), z 6= a. Ası́, si w 6= f (a),
w ∈ B(f (a), δ) tenemos ordb (f − w) = 0 o 1 si b ∈ B(z, r). Por lo que
X
ordb (f − w) ≥ 2
b

para cada w ∈ B(f (a), δ), w 6= f (a), ası́ deben existir al menos dos pun-
tos distintos b1 , b2 ∈ B(a, r) con f (b1 ) = w = f (b2 ), lo cual contradice la
hipótesis de que f|B(a,r1 ) es inyectiva. Por lo cual f 0 (a) 6= 0.
Reciprocamente, si f 0 (a) 6= 0, y elegimos r tal que B(a, r) ∩ {z ∈
Ω ; f (z) = f (a)} = {a}.
Como f 0 (a) 6= 0 debemos tener orda (f − f (a)) = 1, por lo que
f 0 (z)
Z
1
dz = 1
2πı γ f (z) − f (a)
Si δ = ı́nf |f (z) − f (a)| entonces δ > 0 y además,
|z−a|=r
f 0 (z)
Z
1
dz = 1, para |w − f (a)| < δ.
2πı γ f (z) − w
El principio del argumento implica que existe un único punto z ∈ B(a, r)
tal que f (z) = w, w ∈ B(f (a), δ). Ası́. si U = B(a, r) ∩ f −1 (B(f (a), δ)), f|U
es inyectiva y f (U ) = B(f (a), δ).

Teorema 7.4.5. Sean Ω, Ω0 dos subconjuntos abiertos de C, y sea f : Ω →


Ω0 una aplicación holomorfa. Si f es biyectiva, entonces f es un isomorfismo
analı́tico de Ω sobre Ω0 .

Demostración. Por el teorema de la aplicación abierta, f −1 es una aplicación


continua de Ω0 en Ω.
Como consecuencia de la proposición anterior, f 0 (z) 6= 0 para toda z ∈ Ω.
Sea a ∈ Ω, b = f (a) y sea r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω. Definamos
δ := ı́nf |f (z) − b|. Como f −1 es continua, existe  > 0, con 0 <  < δ tal
|z−a|=r
que f −1 (B(b, ))
⊂ B(a, r).
Sea w0 ∈ B(b, ), z0 = f −1 (w0 ), entonces f (z0 ) = w0 y
f 0 (z) 1
= + h(z), z∈Ω
f (z) − w0 z − z0
226 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

donde h es holomorfa en Ω, ya que ordz0 (f − w0 ) = 1 y f (z) 6= w0 si


z ∈ Ω \ {z0 }, tenemos f (z) − w0 = (z − z0 )φ(z) con F holomorfa en Ω y
φ(z) 6= 0 para cada z ∈ Ω, ası́ h = φ0 /φ.
De donde
zf 0 (z) z z0
= + zh(z) = + 1 + zh(z)
f (z) − w0 z − z0 z − z0

Ası́
zf 0 (z)
Z
−1 1
f (w0 ) = z0 = dz w0 ∈ B(b, ).
2πı γ f (z) − w0
zf 0 (z)
Z
1
La función w 7→ dz es holomorfa en B(b, . Ya que a ∈ Ω
2πı γ f (z) − w
y b ∈ Ω0 son arbitrarios, se sigue que f −1 es holomorfa en Ω0 .

Corolario 7.4.3. Si Ω, Ω0 son abiertos en C y f : Ω → Ω0 es una aplicación


holomorfa, entonces f es localmente un isomorfismo analı́tico si, y sólo si,
f 0 (z) 6= 0 para cada z ∈ Ω.

7.5. Aplicaciones del teorema del residuo


El teorema del residuo suele utilizarse para evaluar integrales definidas
mediante el cálculo de ciertos residuos, a continuación descirbiremos alfunes
clases de integrales en las que este teorema se aplica.
R∞
7.5.1. Integrales de tipo −∞
f (x) dx.
Proposición 7.5.1. Supongamos que f es holomorfa sobre un conjunto
abierto que contenga al semiplano superior H = {z; Imz ≥ 0}, salvo para un
número finito de singularidades aisladas ninguna de las cuales se encuentra
sobre el eje real, y que existen constantes M > 0 y p > 1 y un número real
R tal que |f (z)| ≤ M/|z|p siempre que z ∈ H y |z| ≥ R. Entonces
Z ∞ X
f (x) dx = 2πı Res(f, a)
−∞ a∈H

Demostración. Si r > R y consideramos la curva γr = γr,1 (t) + γr,2 (t) donde


γr,1 (t) = t para −r ≤ t ≤ r, y γr,2 (t) = reıt para 0 ≤ t ≤ π, y elegimos r
suficientemente grande para que γr contenga en su interior todos los polos
de f que están en el semiplano superior. Como consecuencia del teorema del
residuo
7.5. APLICACIONES 227

Z X
f (z) dz = 2πı Res(f, a)
γr a∈H

Por otra parte


Z Z r Z π
f (z) dz = f (x) dx + f (reıθ )ıreıθ dθ
γr −r 0

Como |f (z)| ≤ M/|z|p siempre que z ∈ H y |z| ≥ R, entonces lı́m|z|→∞ |f (z)| =


0, de donde
π
Z
ıθ
Mıθ πM
f (re )ıre dθ ≤ π · p r = p−1

0 r r
y como p > 1, lı́mr→∞ 1/rp−1 = 0, por lo que
Z π
ıθ ıθ

lı́m
f (re )ıre dθ = 0.
r→0 0

Entonces Z r X
lı́m f (x) dx = 2πı Res(f, a)
r→∞ −1
a∈H

Como f es continua en R y como |f (z)| ≤ M/|z|p para |x| ≥ R, entonces


f es integrable como función de x ∈ R, de donde
Z r Z ∞
lı́m f (x) dx = f (x) dx
r→∞ −r −∞

De aquı́ concluimos que


Z ∞ X
f (x) dx = 2πı Res(f, a)
−∞ a∈H

Corolario 7.5.1. Si f = p/q donde p y q son polinomios con coeficientes


reales tales que deg g ≥ deg f + 2 y q no tiene ceros reales, entonces
Z ∞ X
f (x) dx = 2πı Res(f, a)
−∞ a∈H
228 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Demostración. Sea n = deg p, entonces deg q ≥ n + p con p ≥ 2. Como p es


un polinomio, si |z| ≥ | existe M1 > 0 tal que |p(z)| ≤ M1 |z|, analogamente
existen M2 > 0 y R > 1 tal que |q(z)| ≥ M2 |z|n+p si |z| ≥ R.
Por lo tanto
p(z) M1 1 M1 1
q(z) ≤ M2 |z|p ≤ M2 |z|2

para |z| ≥ R. Por lo cual se satisfacen las hipótesis de la proposición anteior.

Ejemplo 18.
La función f (z) = (z 4 + 1)−1 es holomorfa salvo en las raı́ces cuar-
tas de −1, ninguna de las cuales se encuentra sobre el eje real, por lo que
cumple las hipótesis del corolario anterior. Las raı́ces cuartas de la unidad
son eπı/4 , e3πı/4 , e5πı/4 , e7πı/4 , corresponden a polos son simples de f y sólo
los dos primeros están en el semiplano superior. El residuo en uno de tales
puntos z0 s 1/4z03 = −z0 /4, ası́

−1 πı/4
Res(f, eπı/4 ) + Res(f, e3πı/4 ) = (e + e3πı/4 )
4
−1 πı/4
= e (1 + eπı/2 )
4  
−1 1 + ı
= √ (1 + ı)
4 2
ı
= − √
2 2

7.5.2. Transofrmadas de Fourier


A continuación presentaremos una
Z técnica que permita evaluar integrales
Z ∞ ∞
de la forma f (x) cos(ωx) dx y f (x) sin(ωx) dx, las cuales se denom-
−∞ −∞
inas las transformadas de fourier seno y coseno de f . Si f es una función
definida sobre el eje real para el cual estas integrales tienen sentido, las dos
integrales anteriores pueden relacionarse con la expresión
Z ∞
F (w) = f (x)e−ıωx dx
−∞

la cual define una nueva función denominada la transformada de Fourier


de f . Esta tiene gran importancia en ecuaciones diferenciales. Si ω y f (x)
7.5. APLICACIONES 229

son reales, las transformadas de Fourier seno y coseno son las partes real e
imaginaria de las transformadas de Fourier
Z ∞
f (x) cos(ωx) dx = ReF (ω)
−∞
Z ∞
f (x) sin(ωx) dx = −ImF (ω)
−∞

Si ω es real y f satisface ciertas condiciones, estas integrales pueden


evaluarse usando la siguiente proposición
Proposición 7.5.2. Si ω > 0, y f es holomorfa sobre un conjunto abierto
que contenga al semiplano superior H = {z; Imz ≥ 0}, excepto para un
número finito de singularidades aisladas ninguna de las cuales está sobre
Z Supongamos que |f (z)| → 0 cuando z → ∞ enZ H, entonces la
el eje real.
∞ c
integral f (x)eıωx dx existe en el sentido de que lı́m f (x)eıωx dx y
c→∞
Z 0 −∞ 0
ıωx
lı́m f (x)e f (x)dx existen, entonces
c→∞ −c
Z ∞ X
f (x)eıωx dx = 2πı Res(f (z)eıωz , a).
−∞ a∈H
Z ∞ Z ∞
Si f (x) es real para x ∈ R, entonces f (x) cos(ωx) dx y f (x) sin(ωx) dx
−∞ −∞
son iguales respectivamente a sus partes real e imaginaria.

Demostración. Sea ω > 0, y sea γ el contorno del rectángulo con vértices


(−x1 , 0), (x2 , 0), (x2 , y1 ), (−x1 , y1 ), donde y1 > x1 , x2 > 0 y x1 , x2 , y1 se
eligen suficientemente grandes para que en el intreior de γ se encuentren
todos los polos de f pertenecientes al semiplano superior. Por el teorema
del residuo
Z X
f (z)eıωz dz = 2πı Res(f (z)eıωz , a).
γ a∈H

A continuación estimaremos el módulo de las siguientes integrales:


Z y1
I1 = eıω(x2 +yı f (x2 + yı)ı dy;
0
Z −x1
I2 = eıω(x+y1 ı f (x + y1 ı) dx;
x2
230 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS
Z 0
I3 = eıω(−x1 +yı f (−x1 + yı)ı dy.
y1

Dada  > 0, elegimos R tal que |f (z)| <  siempre que |z| ≥ R y z ∈ H.
Sea

M1 := máx{|f (x2 + yı)| ; 0 ≤ y ≤ y1 },

M2 := máx{|f (x + y1 ı)| ; − x1 ≤ x ≤ x2 },

M3 := máx{|f (−x1 + yı)| ; 0 ≤ y ≤ y1 }.


Si y1 > x1 > R y y1 > x2 > R, entonces M1 < , M2 <  y M3 < , de
donde

Z y1 Z y1
M1 M1
|I1 | ≤ e−ωy |f (x2 + yı)| dy ≤ M1 e−ωy dy = (1 − e−ωy1 ) ≤ .
o 0 ω ω

Analogamente, |I3 | ≤ M3 /ω. Finalmente


Z x2
|I2 | ≤ e−ωy1 |f (x + y1 ı)| dz ≤ M2 e−ωy1 (x2 + x1 ).
−x1

Como ω > 0, podemos elegir y1 suficientemente grande para que e−ωy1 (x1 +
x2 ) < . Como
Z Z x2
ıωz
f (z)e f (z) dz = I1 + I2 + I3 + f (x) eıωx dx
γ −x1

tenemos que
Z x2 X
f (x) eıωx dx − 2πı Res(f (z)eıωz , a) = −(I1 + I2 + I3 )
−x1 a∈H

Ası́,

Z
x2 X M1 M 3
ıωx ıωz
f (x) e dx − 2πı Res(f (z)e , a) ≤ +

ω ω

−x1
a∈H
+M2 e−ωy1 (x1 + x2 )
2
< + 2
ω
7.5. APLICACIONES 231

Como  es arbitraria
Z x2
lı́m
x →∞
f (x) · eıωx f (x) dx
1 −x1
x2 →∞
X
existe y es igual a 2πı Res(f (z)eıωz , a).
a∈H

Corolario 7.5.2. Si f (x) = p(x)/q(x) con p(x) y q(x) polinomios, deg q >
deg p y q no tiene ceros sobre el eje real, entonces
Z ∞ X
f (x)eıωx dx = 2πı Res(f (z)eıωz , a).
−∞ a∈H

Demostración. Si f (x) = p(x)/q(x), con deg q ≥ deg p + 1, para |z| ≥ 1,


existe un M1 > 0 tal que |p(z)| ≤ M1 |z|n , donde n = deg p, y existe R > 1
y M2 > 0 tal que para |z| ≥ R tenemos |q(z)| ≥ M2 |z|n+1 . De donde
|p(z)| M1

|q(z)| M2 |z|
para |z| ≥ r, por lo cual se satisfacen las hipótesis de la proposición anterior.

Ejemplo 19.
Deseamos mostrar que:

πe−b
Z
cos x
dx = .
0 x2 + 1 2
cos x
Como la función x 7→ 2 es par, entonces
x +1
Z ∞
1 ∞ cos x
Z
cos x
dx = dx
0 x2 + 1 2 −∞ x2 + 1
A continuación calcularemos los residuos de eız /(z 2 + 1) en el semiplano
superior. Notamos que el único polo en el semiplano superior es ı, el cual es
un polo simple, por lo que
e−1
 ız 
e
Res , ı = ,
z2 + 1 2ı
ası́ Z ∞   −1 
cos x e
dx = Re 2πı = πe−1 .
−∞ x2 + 1 2ı
232 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

7.5.3. Integrales Trigonometricas


Sea R(x, y) una función racional de las variables x, y cuyo denominador
no se anula sobre la circunferencia unitaria. Entonces
Z 2π X
R(cos θ, sin θ) dθ = 2π Res(f (z), a),
0 a∈∆

donde ∆ = {z; |z| < 1} y


    
1 1 1 1 1
f (z) = R z+ , z− .
ız 2 z 2ı z

Demostración. Si z = x + ıy est
a sobre la circunferencia unitaria, entonces
   
z + z̄ 1 1 z − z̄ 1 1
x= = z+ y y= = z− .
2 2 z 2 2ı z
Como R no tiene polos sobre la circunferencia unitaria, f tampoco, luego
entonces si γ parametriza la circunferencia unitaria, por el teorema del resid-
uo Z X
f = 2πı Res(f, a)
γ z∈∆

Entonces

2π 2π
eıθ + e−ıθ eıθ − e−ıθ ıeıθ
Z Z  
R(cos θ, sin θ) dθ = R , dθ
0 0 2 2ı ıeıθ
Z 2π
= f (eıθ )ıeıθ dθ
Z0
= f
γ

lo cual demuestra esta proposición.

Ejemplo 20.
Deseamos evaluar Z 2π

.
0 10 − 6 cos θ
Como consecunecia de la proposición anterior
7.5. APLICACIONES 233

Z 2π Z
dθ dz
= 1

0 10 − 6 cos θ γ ız 10 − 3 z + z
Z
dz
= 2
γ ı(−3z + 10z − 3)
Z
ı dz
=
(z − 3)(3z − 1)
Los polos del integrando son z = 3 y z = 1/3. Por lo cual el integrando tiene
un polo en el interior del disco unitario, y el residuo es
ı ı
=−
1−9 8
Por lo que Z 2π
dθ 2π
= .
0 10 − 6 cos θ 8

7.5.4. Evaluación de series infinitas


En la presente seción desarrollamos un método para evaluar series de la
X∞
forma f (n) donde f es una función dada. Supongamos que f es una
n=−∞
función meromorfa con un número finito de polos, ninguno de los cuales es
entero, supongamos además que g(z) es una función meromorfa cuyos únicos
polos son polos simples en los enteros, donde los residuos son todos 1. Ası́,
en los enteros, los residuos de f (z)G(z) son f (n). Entonces si γ es una curva
cerrada que encierra los números −N, −N + 1, . . . , 0, 1, . . . , N , el teorema
del residuo nos dice que
 
N
Z !
X X
g(z)f (z) dz = 2πı  f (n) + Res(G(z)f (z), a)
γ n=−N a∈Pf

donde ZPf denota el conjunto formado por los polos de f .


Si g(z)f (z) dz exhibe un lı́mite controlable cuando γ es grande, obten-
γ
N
X
dremos información de la conducta lı́mite de f (n) cuando n → ∞ en
n=−N
términos de los residuos de G(z)f (z) en los polos de f . Una G(z) apropiada
es G(z) = π cot πz. Por supuesto
234 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Z X
G(z)f (z) dz = 2πı ( los residuos de G(z)f (z) en el interior de γ),
γ

ası́ si alguno de todos los polos de f es entero, necesitamos eliminar dichos


términos, ası́

N
Z "
X
G(z)f (z) dz = 2πı {f (n); n no es una singularidad de f }
γ n=−N
X i
+ { residuos de G(z)f (z) en las singularidades de f }

Teorema 7.5.1 (El teorema de la suma). Si f es holomorfa en C salvo


por un número finito de singularidades aisladas. Para N ∈ N, sea CN el
cuadrado con vértices en los puntos (N + 1/2) · (−1 − ı), (N + 1/2) · (1 −
ı), (N + 1/2) · (1 + ı), (N + 1/2) · (−1 + ı). Supóngase que
Z
lı́m (π cot πz)f (z) dz = 0
N →∞ CN

, entonces se satisface la fórmula de la suma

N
X
lı́m {f (n); n no es singularidad de f }
N →∞
n=−N
P
=− { residuos de (π cot πz)f (z) en las singularidades de f }
X
Si ninguna de las singularidades de f es un entero, entonces N f (x)
n=−N
existe, es finita, y

N
X X
lı́m f (n) = − { residuos de (π cot πz)f (z) en las singularidades de f }
N →∞
n=−N

Demostración. Supongamos que ninguna de las singularidades de f es en-


tero. Por el teorema del residuo
Z N
X
(π cot πz)f (z) dz = 2πı Res((π cot πz)f (z), m)
Cn m=−N
X
+2πı Res(π cot πz)f (z), a),
a∈Singf
7.5. APLICACIONES 235

donde SingF denota el conjunto de singularidades de f , y N es suficiente-


mente grande para que contenga a Singf . Como cot πz = (cos πz)/(sin πz)
y (sin πz)0 6= 0 si z = n ∈ Z, tenemos que n es un polo simple de cot πz y
Res(cotπz, n) = (cos πn)/(π cos πn) = 1/π, entonces Res((π cot πz)f (z), n) =
πf (n)Res((cot πz, n) = f (n). Ası́ la suma de los residuos de (π cot πz)f (z)
X N
en los enteros −N, −N + 1, . . . , N − 1, N es igual a f (n). Tomando
n=−N
Z
lı́mites sobre ambos lados de la ecuación anterior para (π cot πz)f (z) dz
Z CN

y usando el echo (π cot πz)f (z) dz → 0 cuando N → ∞, obtenemos


CN

N
X X
lı́m f (n) = − Res((π cot πz)f (z), a).
N →∞
n=−N a∈Singf

Es importante notar que obtuvimos esta f


ormula para el lı́mite de las sumas parciales simétricas de ∞
P
−∞ f (n). Este
resultado no es cierto si se toman las dobles series infinitas, las cuales re-
quieren calcular los lı́mites superiores e inferiores independientemente.
Ejemplo 21.


X 1 π2
2
=
n 6
n=1

Demostración. Aplicando el teorema anterior para la función f (z) = 1/z 2 .


Como tan z tiene un cero simple en z = 0, la función cot z tiene un polo
simple en este punto. Como el desarrollo en serie de Laurent de la función
cotangente está dado como
1 1
cot z = − z + ...
z 3
entonces
π cot πz 1 1 π2
= − · + ...
z2 z3 3 z
Ası́
−π 2
 
π cot πz
Res , 0 =
z2 3
236 CAPÍTULO 7. LAURENT Y RESIDUOS

Como la única singularidad de f está en z = 0, la fórmula de la suma nos


da
−1 ∞
!
X 1 X 1 π2
lı́m + =
N →∞ n2 n2 3
n=−N n=1

y, como 1/(−n)2 = 1/n2 , obtenemos


N
X 1 π2
lı́m 2
=
N →∞
n=
n 6

Concluimos ası́ que



X 1 π2
= .
n2 6
n=1
Capı́tulo 8

Funciones armónicas y el
problema de Dirichlet

8.1. Funciones armónicas


Las funciones armónicas de dos variables reales aparecen frecuentemente
en la fı́sica como funciones potenciales de campos planos de vectores. Ası́ por
ejemplo, si una placa metálica plana ocupa la región Ω y su distribución de
temperatura permanece estacionaria, entonces la función t = u(x, y) que da
la temperatura t del punto (x, y) ∈ Ω es una función armónica. Esta función
armónica es una función potencial del campo vectorial Q : Ω → R2 que
describe el flujo de calor. Análogamente, si una región plana Ω está ocupada
por un fluido que se mueve en régimen estacionario entonces el campo de
velocidades V : Ω → R2 tiene una función potencial que es armónica en
Ω. Lo mismo ocurre con las funciones potenciales de campos electrostáticos
planos.
Definición 8.1.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, conexo y sea u : Ω → R
una función de clase C 2 (Ω). Diremos que u es una función armónica, o
función potencial, en Ω si
 2
∂ u ∂2u

∆u(z) = + 2 (z) = 0 para cada z ∈ Ω.
∂x2 ∂y

La ecuación ∆u = 0 se llama la ecuación de Laplace.


Además, es claro que la suma de dos funciones armónicas es una función
armónica, y si se multiplica una función armónica por una constante real se
obtiene una función armónica. Como consecuencia de esto, el conjunto de

237
238 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

las funciones armónicas definidas en Ω, dotado de la suma de funciones, y


el producto de funciones por escalares reales es un R-espacio vectorial.
Como consecuencia de las ecuaciones de Cauchy tenemos que las partes
real e imaginaria de una función holomorfa son armónicas, esto es:
Proposición 8.1.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, y f : Ω → C una
función holomorfa, entonces u = Re f y v = Im f son funciones armónicas
en Ω

Demostración. Como u y v son armónicas, al menos son de clase C 2 (Ω),


aplicando las ecuaciones de Cauchy-Riemann ux = vy y uy = −vx , tenemos
uxx = vxy , uyy = −vyx = −vxy , vyy = uyx = uxy y vxx = −uxy . De donde

∆u = uxx + uyy = vxy − vxy = 0 y ∆v = vxx + vyy = −uxy + uxy = 0.

Por lo que u y v son funciones armónicas en Ω.

Ahora nos planteamos si el problema recı́proco será cierto: es decir, ¿las


funciones armónicas son la parte real de alguna función holomorfa?
Un respuesta parcial está dada en el siguiente resultado, aunque como
veremos posteriormente, una función armónica en una región Ω no necesa-
riamente es la parte real de una función holomorfa definida en Ω.
Proposición 8.1.2. Sea Ω ⊂ C un subconjunto abierto no vacı́o y sea
u : Ω → R una función armónica en Ω, entonces, existe D un disco abierto
contenido en Ω y una función v : D → R tal que f = u + ıv es analı́tica en
D
∂u ∂u
Demostración. Consideremos la diferencial p dx+q dy con p = − , q= .
∂y ∂x
Como u y v son armónicas, p y q tienen derivadas parciales continuas en Ω
y
∂p ∂2u ∂2u ∂q
=− 2 = = .
∂y ∂y ∂x2 ∂x
Se sigue de cálculo que la diferencial p dx + q dy es localmente exacta.1 En
otras palabras, existe un abierto D ⊂ Ω y una función v : D → R tal que
dv = p dx + q dy, es decir, en D tenemos
∂v ∂u ∂v ∂u
=p=− y =q=
∂x ∂y ∂y ∂x
1
Recordamos que: una diferencial p dx + q dy es localmente exacta en Ω si es exacta en
alguna vecindad de cada punto en Ω.
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 239

luego entonces, como consecuencia del teorema de Lomann-Menchoof (teo-


rema 3.3.1) la función f = u + ıv es analı́tica en D.

Definición 8.1.2. Si f : Ω → C es una función analı́tica, entonces u = Re f


y v = Im f reciben el nómbre de armónicas conjugadas.
Ejemplo 22. Si f (z) = 4z 2 − 3ız = 4(x + ıy)2 − 3ı(x + ıy) = (4x2 − 4y 2 +
3y) + ı(8xy − 3x), entonces u(x, y) = 4x2 − 4y 2 + 3y, v(x, y) = 8xy − 3x.
Puesto que u y v satisfacen la ecuación de Laplace, u y v son armónicas
conjugadas.
Proposición 8.1.3. Si Ω ⊂ C es un abierto conexo v1 , v2 : Ω → C son dos
funciones armónicas conjugadas de la función armónica u : Ω → C entonces
v1 − v2 es una constante.

Demostración. Como las funciones f1 = u+ıv1 y f2 = u+ıv2 son holomorfas


en Ω, entonces g = f1 − f2 = 0 + ı(v1 − v2 ) es holomorfa en Ω. Aplicando
las ecuaciones de Cauchy-Riemann a la función g tenemos que

∂(v1 − v2 ) ∂(v1 − v2 )
=0 y = 0.
∂x ∂y

Y como Ω es conexto tenemos que v1 − v2 es una constante.

A continuación mostramos algunos ejemplos de funciones armónicas.


Ejemplo 23. Las funciones armónicas más simples son las funciones linea-
les u(x, y) = ax + by + c con a, b, c ∈ R
Es fácil ver esto ya que uxx = uyy = 0, de donde ∆u = 0, ası́, u es
armónica.
Ejemplo 24. La función u(reıθ ) = rn cos nθ es armónica en C para cada
n ∈ N.
Si z ∈ C se expresa en coordenadas polares como z = reıθ con r > 0 y
θ ∈ [0, 2π] entonces, z n = rn (cos nθ + ı sin nθ), de donde Re z n = rn cos nθ =
u(reıθ ). Como la función f (z) = z n es analı́tica, entonces u = Re f es
armónica.
Ejemplo 25. Sean {an }y {bn } dos sucesiones de números reales, si

1

n
= R > 0,
lı́m sup an + bn
240 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

entonces la serie trigonométrica



X
a0 + (an cos nθ + bn sin nθ)rn (8.1)
n=1

define una función armónica en B(0, R).


Sea z = reıθ , si cn = an − ıbn entonces

cn z n = (an − ıbn )rn eınθ


= (an − ıbn )(rn cos nθ + ırn sin nθ)
= (an cos nθ + bn sin nθ)rn + ı(an sin nθ − bn cos nθ)rn

X
Ası́, Re cn z n = (an cos nθ + bn sin nθ)rn . Como la serie cn z n = f (z)
n=0
define una función holomorfa si
1 1
|z| < p = p =R
lı́m sup n |cn | lı́m sup n |an + bn |

concluimos que la serie 8.1 define una función armónica en B(0, R).
Ejemplo 26. La función log |z| es armónica en Ω = C \ {0}, pero no posee
función armónica conjugada en dicho abierto.
Para mostrar que u(z) = log |z| es armónica en Ω será suficientepmostrar
que u que satisface la ecuación de Laplace. Como u(x, y) = ln x2 + y 2
entonces
 2
∂2 y 2 − x2 x2 − y 2

∂ u
∆u(x, y) = + (x, y) = + = 0.
∂x2 ∂y 2 (x2 + y 2 )2 (x2 + y 2 )2

Por otra parte, u no puede tener una armónica conjugada en Ω, para ver
esto, consideremos el abierto Ω0 = C\{z ∈ R; z ≤ 0}, la función identidad en
Ω0 , que denotaremos 1Ω0 , es nunca nula en el conjunto simplemente conexo
Ω0 , como consecuencia del corolario 6.1.4 existe una función holomorfa g :
Ω0 → C tal que 1Ω0 (z) = exp(g(z)), en esta rama, podemos tomar la función
logaritmo principal
log(z) = ln |z| + ı arg z.
Si u(z) = log |z| tuviera armónica conjugada en Ω, existirı́a una función
armónica v : Ω → R tal que f = u + ıv serı́a holomorfa en Ω, y en particular,
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 241

en Ω0 . Por ende, v y arg z searı́an armónicas conjugadas de u |Ω0 . Como Ω0


es conexo, por la proposición 8.1.3 las funciones v y arg z difieren por una
constante, ası́ v serı́a discontinua en cada punto de la recta {z ∈ R; z ≤ 0},
lo cual contradice el hecho que v ∈ C 2 (Ω).
Es decir, una función armónica en Ω no necesariamente es la parte real
de una función holomorfa en Ω.

Proposición 8.1.4. Si u : Ω → R es una función armónica, entonces

∂u ∂u
f (z) = −ı (8.2)
∂x ∂y
es una función analı́tica

∂u ∂u
Demostración. Si escribimos U = , V =− tenemos
∂x ∂y

∂U ∂2u ∂2u ∂V
= = − =
∂x ∂x2 ∂y 2 ∂y
∂U 2
∂ u ∂V
= =−
∂y ∂x ∂y ∂x

Como consecuencia de la proposición 3.3.1 tenemos que f es una función


analı́tica en Ω.

Lo anterior es la fórma más natural de pasar de funciones armónicas a


funciones analı́ticas.
Dada la parte real, o imaginaria, de una función analı́tica, la otra se
puede determinar salvo una constante aditiva arbitraria.

Ejemplo 27. Sea u(x, y) = x2 − y 2 + xy, entonces u es armónica en C y


podemos determinar su armónica conjugada como sigue:

Como u(x, y) = x2 −y 2 +xy, calculando las derivadas parciales de primer


y segundo orden tenemos que:

ux = 2x + y uy = −2y + x
uxx = 2 uyy = −2

de donde ∆u = 0, ası́ u es armónica en C. Como vy = ux = 2x + y entonces


y2
v(x, y) = 2xy + + g(x). Por otra parte 2y + g 0 (x) = vx = −uy = −2y + x,
2
242 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

x2
de donde g 0 (x) = x, ası́ g(x) = − + c, de donde
2
x2 y 2
v(x, y) = − + + 2xy + c.
2 2
Notamos que la función f (z) = (1 − ı/2)z 2 + c = u + ıv, con c ∈ R es
holomorfa.
De manera general, dada una función u armónica en un abierto conexo
Ω ⊂ C, conocemos las derivadas parciales de su armónica conjugada v a
través de las condiciones de Cauchy-Riemann, cuando esta exista, de man-
era que el cálculo de primitivas de funciones reales de una variable real
o, equivalentemente, el cálculo de las funciones potenciales de la forma di-
ferencial −uy (x, y) dx + ux (x, y) dy nos lleva, en casos sencillos al menos,
a expresiones explı́citas para la función v (salvo constantes aditivas). Este
procedimiento es fácilmente “automatizable”, y resulta cómodo llevarlo a
cabo mediante programas de cálculo simbólico como Maple o Mathematica.
Esquemáticamente, podrı́amos proceder ası́: dada u(x, y),

1. calcular la derivada parcial de u respecto de x, ux (x, y);

2. calcular la derivada parcial de u respecto de y, uy (x, y);

3. integrar −uy (x, y) respecto de x, es decir, obtener una primitiva W (x, y)


de −uy (x, y) como función sólo de x;

4. calcular su derivada parcial respecto de y, Wy (x, y);

5. calcular φ(y) = ux (x, y) − Wy (x, y);

6. integrar φ(y) respecto de y, es decir, obtener una primitiva Φ(y) de


φ(y);

7. calcular W (x, y) − Φ(y): esta será una función v(x, y) armónica conju-
gada de u (y las demás diferirán de ella en la adición de una constante
real).

Téngase en cuenta que Maple o Mathematica no proporcionan constantes


de integración. Además, el número de funciones cuyas primitivas puede cal-
cular explı́citamente es limitado.
Hay también un “método complejo”para tratar el problema, el denomi-
nado método de Milne-Thomson (ver Needham, T.: Visual Complex Analy-
sis. Clarendon Press, Oxford (1997), pp. 512.513), que, aunque precise ciertas
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 243

condiciones restrictivas, proporciona directamente las funciones holomorfas


f con parte real prefijada u. Su justificación se basa en los siguientes resul-
tados: toda función holomorfa es analı́tica (y su derivada también), y dos
funciones analı́ticas en un abierto conexo Ω son iguales si y sólo si coinciden
en un conjunto de puntos de Ω que tenga al menos un punto de acumulación
en Ω.
Sea Ω ⊂ C un abierto conexo que corte al eje real, con lo cual la intersec-
ción de Ω con R contendrá al menos un segmento abierto. Dada entonces una
función u armónica en Ω, notemos que la función dada en Ω por f1 (x+ıy) =
ux (x, y) − ıuy (x, y) es holomorfa en Ω. Supongamos que sabemos encontrar
una función g holomorfa en Ω tal que g 0 (x) = f1 (x) = ux (x, 0) − ıuy (x, 0)
para todo x ∈ Ω ∩ R: entonces g 0 (z) = f1 (z) por el principio de prolon-
gación analı́tica, y la parte real de g difiere de u en una constante real. La
función f = g + c, para una constante real c adecuada, tiene como parte
real u. El método de Milne-Thompson es también fácilmente traducible a
Maple o Mathematica. Pero tanto si se usa este método como el anterior,
sigue siendo necesario verificar los resultados obtenidos y valorar el alcance
de los procedimientos empleados, muy especialmente debido a que los pro-
gramas de cálculo simbólico, en general, no tienen en cuenta el dominio de
las funciones que intervienen, manipulando tan sólo nombres de funciones o
funciones dadas por fórmulas, por decirlo de alguna manera.
El método de Milne-Thompson puede esquematizarse ası́: dada u(x, y),

1. calcular la derivada parcial de u respecto de x, ux (x, y);

2. calcular la derivada parcial de u respecto de y, uy (x, y);

3. calcular ux (x, 0), es decir, sustituir y por 0 en ux (x, y);

4. calcular uy (x, 0), es decir, sustituir y por 0 en uy (x, y);

5. sustituir x por z en ux (x, 0) − ıuy (x, 0) para obtener f1 (z);

6. integrar f1 (z) respecto de z, es decir, obtener una primitiva g(z) de


f1 (z);

7. calcular f (z) = g(z) − Re g(x0 ) + u(x0 , 0) para cualquier x0 ∈ Ω ∩ R.


Entonces f (z) + ıc, c ∈ R, son las funciones holomorfas con parte real
u;

8. si se busca una función armónica conjugada de u, hallar la parte imag-


inaria de f (z).
244 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Proposición 8.1.5. La composición de una función holomorfa con una


función armónica es una función armónica, esto es, si Ω1 , Ω2 ⊂ C son
abiertos, f : Ω1 → C es una función holomorfa con f (Ω1 ) ⊂ Ω2 y g : Ω2 → R
es una función armónica, entonces g ◦ f : Ω1 → R es una función armónica.

Demostración. Sean u = Re f y v = Im f , entonces

g ◦ f (x, y) = g(u(x, y), v(x, y)).

Aplicando la regla de la cadena

∂(g ◦ f ) ∂g ∂u ∂g ∂v
= +
∂x ∂u ∂x ∂v ∂x
∂(g ◦ f ) ∂g ∂u ∂g ∂v
= +
∂y ∂u ∂y ∂v ∂y
Derivando nuevamente con respecto a la variable x tenemos

2 2
∂ 2 (g ◦ f ) ∂g ∂ 2 u ∂g ∂ 2 v ∂ 2 g ∂2g ∂u ∂v ∂ 2 g
   
∂u ∂v
= + + +2 + .
∂x2 ∂u ∂x2 ∂v ∂x2 ∂u2 ∂x ∂v∂u ∂x ∂x ∂v 2 ∂x
De manera análoga
2 2
∂ 2 (g ◦ f ) ∂g ∂ 2 u ∂g ∂ 2 v ∂ 2 g ∂2g ∂u ∂v ∂ 2 g
   
∂u ∂v
= + + +2 + .
∂y 2 ∂u ∂y 2 ∂v ∂y 2 ∂u2 ∂y ∂v∂u ∂y ∂y ∂v 2 ∂y
Luego entonces

∂ 2 (g ◦ f ) ∂(g ◦ f )
∆(g ◦ f ) = +
∂x2 ∂y 2
∂g ∂ u ∂ 2 u
 2
∂g ∂ 2 v ∂2v
  
= + 2 + +
∂u ∂x2 ∂y ∂v ∂x2 ∂y 2
"  # "   2 #
∂u 2
 2
∂2g ∂u ∂2g ∂v 2 ∂v
+ 2 + + 2 +
∂u ∂x ∂y ∂v ∂x ∂y
 2  
∂ g ∂u ∂v ∂u ∂v
+2 +
∂v∂u ∂x ∂x ∂y ∂y
Como consecuencia de las ecuaciones de Cauchy-Riemann se tiene que
 2  2  2  2
∂u ∂u ∂v ∂v
+ = + ,
∂x ∂y ∂x ∂y
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 245

y
∂u ∂v ∂u ∂v ∂2u ∂2u ∂2v ∂2v
+ = + = + = 0,
∂x ∂x ∂y ∂y ∂x2 ∂y 2 ∂x2 ∂y 2
de donde
" 2  2 #
∂u ∂u
∆(g ◦ f ) = ∆g + = (∆g)|f 0 |2
∂x ∂y

Como g es armónica, entonces ∆g = 0, de donde ∆(g ◦ f ) = 0

Basados en la ecuación 8.2 tenemos


   
∂u ∂u ∂u ∂u
f dz = dx + dy + ı − dx + dy (8.3)
∂x ∂y ∂y ∂x
En esta expresión la parte real es la diferencial de u,

∂u ∂u
du = dx + dy.
∂x ∂y

Si u tiene a v como su armónica conjugada, entonces la parte imaginaria


puede escribirse como

∂v ∂v ∂u ∂u
dv = dx + dy = − dx + dy.
∂x ∂v ∂y ∂x

En general, no hay una función conjugada univaluada, y en estas circun-


stancias es mejor no utilizar la notación dv. En su lugar escribiremos

∂u ∂u
∗ du = − dx + dy.
∂y ∂x

la cual se denomina la diferencial conjugada de du . Como consecuencia de


8.3 tenemos
f dz = du + ı ∗ du (8.4)
Proposición 8.1.6. Sea Ω ⊂ C un abierto conexo. Si u : Ω → R es una
función armónica, entonces la forma diferencial

∂u ∂u
∗ du = − dx + dy
∂y ∂x

es cerrada en Ω.
246 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Demostración. Como vimos anteriormente 8.2 la función


∂u ∂u
f (z) = −ı
∂x ∂y
es holomorfa.
Aplicando el teorema de Cauchy-Goursat a la función f (z) tenemos que
la forma diferencial

f (z) dz = du + ı ∗ du
es cerrada. Como du es exacta, en particular es cerrada, por lo cual ∗ du
también es cerrada.

Proposición 8.1.7. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto. Para una función


armónica u : Ω → R los siguientes enunciados son equivalentes:

1. La forma diferencial ∗ du = −uy dx + ux dy es exacta en Ω.


2. Existe una función armónica v : Ω → R tal que F = u+ıv es holomorfa
en Ω. (Esto es, existe una función armónica conjugada de u en Ω).

Cuando se cumplen estas condiciones, cada primitiva v de la forma di-


ferencial ∗ du es una función armónica conjugada de u en Ω.

Demostración. Supongamos que la forma diferencial ∗ du = uy dx + ux dy es


exacta en Ω. Si existe una función diferenciable v : Ω → R tal que dv = ∗ du
entonces F = u + ıv es diferenciable en Ω y su diferencial es
dF (z) = du(z) + ıdv(z) = du(z) + ı ∗ du(z) = f (z)dz
donde f (z) = ux − ıuy , es decir, las coordenadas complejas de la aplicación
lineal dF (z) respecto a la base {dz, dz̄} son (f (z), 0), y esto significa que F
es holomorfa en Ω. Por lo tanto v es una función armónica conjugada de u.
Reciprocamente, si v es una función armónica conjugada de u, con las
ecuaciones de Cauchy- Riemann para la función holomorfa f = u + iv se
obtiene que ∗ du = −uy dx + ux dy = vx dx + vy dy = dv, luego ∗ du = dv es
exacta.

En las condiciones de la proposición anterior si Ω es conexo y la forma


diferencial ∗ du es exacta, para conseguir una función armónica conjugada
de u en Ω basta obtener una primitiva v de la forma diferencial ∗ du. Según
los resultados generales Rsobre integrales de lı́nea esto se logra mediante la
integral de lı́nea v(z) = γz ∗ du donde γz es una curva suave por partes en
Ω con punto inicial z0 ∈ Ω y punto final variable z ∈ Ω.
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 247

Corolario 8.1.1. Sea Ω ⊂ C abierto, z0 ∈ Ω y supóngase que r > 0 es


tal que B(z0 , r) ⊂ Ω. Si u es una función armónica en B(z0 , r) entonces u
posee una función armónica conjugada dada explı́citamente por la fórmula
Z y Z x
v(x, y) = ux (x, t) dt − uy (s, y0 ) ds
y0 x0

donde x0 = Re z0 y y0 = Im z0 .

Demostración. Como la forma ∗ du es cerrada, entonces ∗ du posee primitiva


en B(z0 , r), por ende, es exacta en B(z0 , r). De acuerdo con la proposición
anterior existe una función armónica v : B(z0 , r) → R tal que F = u + ıv
es holomorfa en B(z0 , r). Según la observación anterior, la función armónica
conjugada v se obtiene mediante la integral de lı́nea de la forma ∗ du a lo
largo de la trayectoria con punto inicial z0 = x0 +ıy0 y punto final z = x+ıy,
dada como la suma de la trayectoria que unen los puntos x0 + ıy0 con x + ıy0
y la trayectoria que une los puntos x + ıy0 con el punto x + ıy. Escribiendo
explı́citamente esta integral se obtiene el resultado.

La independencia de la trayectoria queda demostrada por el siguiente


resultado
Proposición 8.1.8. Sea Ω ⊂ C un abierto. Si u es armónica en Ω entonces
Z Z
∂u ∂u
∗ du = − dx + dy = 0 (8.5)
γ γ ∂y ∂x

para todo ciclo γ homólogo a cero en Ω.

Demostración. Como consecuencia del teorema de Cauchy, la integral de


f dz se anula a lo largo de cualquier ciclo homólogo a cero en Ω. Por otra
parte, la integral de la diferencial exacta du se anula a lo largo de todo ciclo
cerrado.

Proposición 8.1.9. Si u : Ω → R es armónica, entonces u es infinitamente


diferenciable.

Demostración. Si z0 = x0 + ıy0 es un punto fijo en Ω y δ es tal que


B(z0 , δ) ⊂ Ω, como consecuencia del corolario 8.1.1 u tiene una función
armónica conjugada v en B(z0 , δ). Es decir, f = u + ıv es analı́tica, y con-
secuentemente, infinitamente diferenciable en B(z0 , δ). Consecuentemente u
es infinitamente diferenciable.
248 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Teorema 8.1.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, conexo no vacı́o. Los


siguientes enunciados son equivalentes:

a) C∞ \ Ω es conexo.

b) Para toda f : Ω → C holomorfa, existe F : Ω → C holomorfa tal que


F0 = f.

c) Toda función armónica u : Ω → R posee una función armónica conju-


gada.

d) Para cada función holomorfa f : Ω → C tal que 0 6∈ f (Ω) existe una


función holomorfa g : Ω → C tal que eg = f .

Demostración. b) ⇒ c) Si u : Ω → R es una función armónica, entonces


f = ux − ıuy es holomorfa, por hipótesis, existe una función holomorfa
F : Ω → C tal que F 0 = f y d F (z) = F 0 (z) dz en particular d F (z) =
f (z) dz = du + ı ∗ du, de donde ∗ du es exacta en Ω, es decir, u tiene una
función armónica conjugada.
c) ⇒ d) Si f : Ω → C es una función holomorfa tal que 0 6∈ f (Ω) como
consecuencia de la proposición 8.1.5 tenemos que la función u(z) = log |f (z)|
es armónica en Ω. Por hipótesis, existe una función holomorfa g0 : Ω → C
tal que Re g0 = u Si z ∈ Ω, entonces

|f (z)e−g(z0 ) | = |f (z)|e− log |f (z)| = 1.

Como Ω ⊂ C es conexo, existe α ∈ R tal que f (z)e−g0 (z) = eıα , de donde


g(z) = g0 (z) + α es una función holomorfa en Ω tal que eg = f .
a) ⇒ b) De topologı́a general sabemos que C∞ \ Ω es conexo si y sólo
si Ω es simplemente conexo. Ası́, el resultado es consecuencia del corolario
6.1.3.
d) ⇒ a) Si z0 6∈ Ω la función h(z) = z −z0 no se anula en Ω, por hipótesis
existe g : Ω → C una función holomorfa tal que eg(z) = h(z) = z − z0 para
cada z ∈ Ω, es decir, la función g(z) es una primitiva de 1/(z − z0 ) en Ω.
Como consecuencia del teorema de independencia de trayectorias 5.3.4
Z
1 dz
=0
2πı γ z − z0

para cada curva cerrada γ contenida en Ω.


Si C∞ \ Ω no fuera conexo, existirian dos conjuntos cerrados ajenos no
vacı́os A, B ⊂ C∞ \Ω tales que Ω = A∪B. Como Ω es abierto en C entonces
también es abierto en C∞ . Por lo que C∞ \ Ω también es cerrado en C∞ .
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 249

En particular A y B son cerrados en C∞ y por lo tanto son compactos. Si


∞ ∈ B podemos garantizar que A = A ∩ C 6 es un subconjunto compacto
de C y C = B \ {∞} = B ∩ C es un subconjunto cerrado de C. Como A y
C son disjuntos, dado un punto z0 ∈ A es posible construir una trayectoria
cerrada γ en C \ (A ∪ C) = Ω suave por partes tal que
Z
1 dz
=1
2πı γ z − z0
lo cual es una contradicción.

Proposición 8.1.10. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, conexo y sean u, v :


Ω → R funciones armónicas en Si u |G = v|G para algún abierto no vacı́o
G ⊂ Ω entonces u = v.

Demostración. Bastará demostrar el resultado cuando v = 0. Consideremos


el conjunto
Ω0 formado por los puntos a ∈ Ω para los que existe r > 0 tal
que u B(a,r) es identicamente nula. Observemos en primer lugar que Ω0 es
abierto en Ω y que Ω0 6= (porque G ⊂ Ω0 ). Como Ω es conexo para concluir
que Ω0 = Ω basta ver que Ω0 es cerrado en con su topologı́a relativa.
Dado a ∈ Ω0 ∩ Ω existe una sucesión an ∈ Ω0 tal que lı́mn an = a. Sea
r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω, de acuerdo con 8.1.1 existe f : B(a, r) → C
holomorfa tal que Re f = u B(a,r) . Como la sucesión an converge
al punto
a, existen n ∈ N y δ > 0 tales que B(an , δ) ⊂ B(a, r) y u B(an ,δ) ≡ 0.
Como f (B(an , r)) no es abierto usando el teorema de la aplicación abierta
se obtiene que f es constante. Lo mismo le ocurre a su parte real u B(a,r) , que
debe ser idénticamente nula debido a que u(an ) = 0. Ası́. queda demostrado
que a ∈ Ω0 y con ello que Ω0 ∩ Ω ⊂ Ω0 .

Hay una generalización importante de la ecuación 8.5 la cual se da para


una pareja de funciones armónicas, antes de ver esta generalización recor-
damos de cálculo que una diferencial p dx + q dy es localmente exacta si, y
sólo si, Z
p dx + q dy = 0
γ
para toda γ = ∂R donde R es un rectángulo contenido en Ω
Como consecuencia del teorema de Cauchy esta condición se cumple si
f (z) dz = p dx + q dy con f analı́tica en Ω.
Proposición 8.1.11. Si p dx + q dy es localmente exacta en Ω, entonces
Z
p dx + q dy = 0
γ
250 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

para cada ciclo γ homólogo a cero en Ω.


Para una demostración de este resultado pude consultarse [A, Teorema
16, pg.144].
Proposición 8.1.12. Si u1 y u2 son armónicas en una región Ω, entonces
Z
u1 ∗ du2 − u2 ∗ du1 = 0 (8.6)
γ

para cualquier ciclo γ que sea homólogo a cero en Ω.

Demostración. De acuerdo con la proposición 8.1.11 basta mostrar el resul-


tado para γ = ∂R, donde R es un rectángulo contenido en Ω- En R, las
funciones armónicas u1 y u2 tienen funciones conjugadas univaluadas v1 y
v2 , y podemos escribir

u1 ∗ du2 − u2 ∗ du1 = u1 dv2 − u2 dv1 = u1 dv2 + v1 du2 − d(u2 v1 )

donde d(u2 v1 ) es una diferencial exacta, y u1 dv2 + v1 du2 es la parte imagi-


naria de
(u1 + ıv1 )(du2 + ıdv2 ).
La última diferencial puede escribirse como F1 f2 dz donde f1 (z) y f2 (z) son
analı́ticas en R. Como consecuencia del teorema de Cauchy la integral de
F1 f2 dz se anula, en particular, la integral de su parte imaginaria.

Si aplicamos la proposición 8.1.12 con u1 = log r y u2 igual a una función


armónica u en B(0, ρ), con Ω = B(0, ρ) \ {0}, y γ el ciclo C1 − C2 donde C1
es la circunferencia de radio ri con 0 < ri < ρ recorrida en levógiro. Sobre
una circunferenica |z| = r tenemos ∗ du = r(∂u/∂r) dθ ası́ de la ecuación 8.6
se tiene
Z Z Z Z
∂u ∂u
log r1 r1 dθ − u dθ = log r2 r2 dθ − udθ.
C1 ∂r C1 C2 ∂r C2

En otras palabras, la expresión


Z Z
∂u
udθ − log r r dθ
|z|=r |z|=r ∂r

es constante, y esto es cierto incluso si u sólo se sabe que u es armónica en


un anillo. Como consecuencia de 8.5 tenemos que
Z
∂u
r dθ
|z|=r ∂r
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 251

es constante en el caso de un anillo y cero si u es armónica en todo el disco.


Combinando estos resultados se tiene

Proposición 8.1.13. La media aritmética de una función armónica sobre


circunferencias concéntricas |z| = r es una función lineal de log r,
Z
1
u dθ = α log r + β (8.7)
2π |z|=r

y si u es armónica en un disco α = 0 y la media aritmética es constante.

En el último caso β = u(0). Por continuidad, y cambiando a un nuevo


origen se tiene el siguiente resultado, que es el análogo de la fórmula integral
de Cauchy.

Teorema 8.1.2 (El teorema del valor medio). Ses Ω ⊂ C un conjunto


abierto, si u : Ω → R es una función armónica y B(z0 , r) ⊂ Ω, entonces
Z 2π
1
u(z0 ) = u(z0 + reıθ ) dθ. (8.8)
2π 0

Demostración. Sea R > 0 tal que B(z0 , r) ⊂ B(z0 , R) ⊂ Ω, como B(0, R) es


un conjunto abierto simplemente conexo contenido propiamente en C, existe
f una función holomorfa en B(0, R) tal que u = Re f , como consecuencia
del principio de la media para funciones holomorfas, véase 5.3.7, tenemos
que
Z 2π
1
f (z0 ) = f (z0 + reıt ) dt
2π 0
tomando las partes reales en ambos lados de la igualdad anterior se tiene

Z 2π Z 2π
1 ıt 1
u(z0 ) = Re f (z0 ) = Re f (z0 + re ) dt = u(z0 + reıt ) dt
2π 0 2π 0

Definición 8.1.3. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, y u : Ω → R una función


continua, diremos que u tiene la propiedad del valor medio si B(z0 , r) ⊂ Ω
entonces Z 2π
1
u(z0 ) = u(z0 + reıt ) dt
2π 0
252 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Uno de los resultados que veremos posteriormente consistirá en mostrar


que cualquier función continua definida en una región que satisface la pro-
piedad del valor medio es una función armónica. Uno de los principales
resultados que se usa para demostrar este hecho es el análogo del teorema
del módulo máximo para funciones armónicas.
Teorema 8.1.3 (Principio del módulo máximo (primera versión)). Sea Ω ⊂
C un conjunto abierto conexo y supóngase que u : Ω → R es una función
continua que satisface la propiedad del valor medio. Si existe un punto z0 ∈ Ω
tal que u(z0 ) ≥ u(z) para todo z ∈ Ω entonces u es una función constante.
Demostración. Consideremos el conjunto A definido por
A = {z ∈ Ω; u(z) = u(z0 )}.
Como u es una función continua el conjunto A es cerrado en Ω. Si a ∈ A
podemos elegir r > 0 tal que B(a, r) ⊂ Ω. Supongamos que existe un punto
b ∈ B(a, r) tal que u(b) 6= u(z0 ); por hipótesis u(b) < u(z0 ). Por continuidad,
u(z) < u(z0 ) = u(a) para toda z en una vecindad del punto b. Si ρ = |a − b|
y b = a + ρeıβ , 0 ≤ β < 2π entonces existe un intervalo I $ [0, 2π] tal que
β ∈ I y u(a + ρeıθ ) < u(z0 ) para toda θ ∈ I. Por la propiedad del valor
medio Z 2π
1
u(a) = u(a + ρeıt ) dt < u(a),
2π 0
lo cual es una contradicción. Ası́ B(a, r) ⊂ A por lo tanto A es abierto, y
por conexidad de Ω, A = Ω, es decir, la función u es constante.
Teorema 8.1.4 (Principio del módulo máximo (segunda versión)). Sea Ω ⊂
C un conjunto abierto conexo y sean u, v : Ω → R dos funciones continuas
y acotadas en Ω que tienen la propiedad del valor medio. Si para cada punto
a en la frontera extendida ∂∞ Ω,
lı́m sup u(z) ≤ lı́m ı́nf v(z)
z→a z→a

entonces u(z) < v(z) para cada z ∈ Ω o bien u = v.


Demostración. Fijemos a ∈ ∂∞ Ω y para cada δ > 0 sea Ωδ = Ω ∩ B(a, δ).
Por hipótesis,

0 ≥ lı́m [sup{u(z); z ∈ Ωδ } − ı́nf{v(z); z ∈ Ωδ }


δ→0
= lı́m [sup{u(z); z ∈ Ωδ } + sup{−v(z); z ∈ Ωδ }
δ→0
≥ lı́m sup{u(z) − v(z); z ∈ Ωδ }.
δ→0
8.1. FUNCIONES ARMÓNICAS 253

Ası́, lı́m sup [u(z) − v(z)] ≤ 0 para cada a ∈ ∂∞ Ω. Por lo cual, basta
z→a
demostrar el teorema bajo la hipótesis v(z) = 0 para cada z ∈ Ω. Esto es,
supongamos que para cada a ∈ ∂∞ Ω

lı́m sup u(z) ≤ 0 (8.9)


z→a

Por la primera versión del principio del módulo máximo bastará mostrar
que u(z) ≤ 0 para cada z ∈ Ω.
Supongamos que u satisface 8.9 y que existe un punto b ∈ Ω con u(b) >
0. Sea 0 tal que u(b) >  y sea B = {z ∈ Ω; u(z) ≥ }. Si a ∈ ∂∞ Ω
entonces 8.9 implica que existe un δ = δ(a) tal que u(z) <  para toda
z ∈ Ω ∩ B(a, δ). Usando el lema de la cubierta de Lebesgue, puede elegirse
una δ independiente de a. Esto es, existe un δ > 0 tal que si z ∈ Ω y
d(z, ∂∞ Ω) < δ entonces u(z) < . Ası́,

B ⊂ {z ∈ Ω; d(z, ∂∞ Ω) ≥ δ}.

Porr tanto B es acotado en el plano, y como claramente B es cerrado, B


es compacto. Si B 6=, existe un punto z0 ∈ B tal que u(z0 ) ≥ u(z) para
toda z ∈ B. Como u(z) <  para z ∈ Ω \ B, esto significa que u alcanza su
valor máximo en Ω. Por tanto u debe ser una función constante. Pero esta
constante debe ser u(z0 ) la cual es positiva, lo cual contradice 8.9

Corolario 8.1.2. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, conexo y acotado y


supongamos que w : Ω → R es una función continua que satisface el princi-
pio del valor medio en Ω. Si w(z) = 0 para toda z ∈ ∂Ω entonces w(z) = 0
para toda z ∈ Ω.

Demostración. Tomemos v = 0 y w = u en el teorema 8.1.4. Ası́ w(z) < 0


para toda z o bien w(z) ≡ 0. Ahora tomemos w = v y u = 0, entonces
w(z) > 0 para toda z o bien w(z) ≡ 0. Como ambos casos se satisfacen
w ≡ 0.

El principio del máximo tiene la siguiente consecuencia:


Corolario 8.1.3. Si u es una función continua definida en un conjunto
conexo, cerrado y acotado Ω ⊂ C y es armónica en el interior de Ω, entonces
u está determinada unı́vocamente por sus valores en ∂Ω.

Demostración. Una función armónica satisface el principio del módulo máxi-


mo, véase 5.4.3, esto implica que si dos funciones u y v son armónicas en una
región Ω, continuas en Ω, y coinciden en ∂Ω, entonces u = v. Lo anterior es
254 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

consecuencia de que u − v tiene máximo y mı́nimo igual a 0, por lo tanto


u = v.

Para las funciones armónicas no es válido el principio de la identidad


similar al de las funciones holomorfas, por ejemplo, la función u(z) = log |z|
es armónica en C \ {0} y se anula sobre S1 = {z; |z| = 1}, pero no es
identicamente nula.

8.2. El núcleo de Poisson


El teorema del valor medio determina el valor de u en el centro del
disco. Pero basta con esto, pues usando una transformación lineal podemos
enviar cualquier punto en el centro. Para ser explı́citos, supongamos que u
es armónica en B(0, R). La transformación de Möbius

R(Rζ + z0 )
z = S(ζ) =
R + z0ζ
transforma el disco unitario cerrado con centro en el origen y radio 1 en
el disco cerrado con centro en el origen y radio R, además S(0) = z0 . La
función u(S(ζ)) es armónica en el disco unitario cerrado con centro en el
origen y radio 1, y como consecuencia del teorema del valor medio tenemos
Z
1
u(z0 ) = u(S(ζ))d arg ζ.
2π |ζ|=1

Como
R(z − a)
ζ=
R2 − z 0 z
tenemos
   
dζ 1 z0 z z0z
d arg ζ = −ı = −ı + dz = + dθ.
ζ z − z0 R 2 − z 0 z z − z0 R 2 − z 0 z

Sustituyendo R2 = zz el coeficiente de dθ en la última expresión puede


reescribirse como
z z0 R2 − |z0 |2
+ =
z − z0 z − z 0 |z − z0 |2
o equivalentemente, como
   
1 z + z0 z + z 0 z + z0
+ = Re .
2 z − z0 z − z 0 z − z0
8.2. EL NÚCLEO DE POISSON 255

Obtenemos las dos formas de la fórmula de Poisson

R2 − |z0 |2
Z Z  
1 1 z + z0
u(z0 ) = 2
u(z) dθ = Re u(z) dθ
2π |z|=R |z − z0 | 2π |z|=R z − z0
(8.10)
En coordenadas polares


R2 − r 2
Z
1
u(reıt ) = u(Reıθ ) dθ. (8.11)
2π 0 R2 − 2rR cos(θ − t) + r2
Definición 8.2.1. Sea a ∈ C, R > 0. Definimos el núcleo de Poisson para
B(a, R), la bola abierta con centro en a y radio R, como la función
 ıt 
Re + (z − a)
Pa,R (z, t) = Re , z ∈ B(a, R), t ∈ R.
Reıt − (z − a)
Si φ es una función definida sobre {z ∈ C; |z − a| = R}, y si la función
t 7→ φ(a + Reıt ) es integrable sobre el intervalo [0, 2π], se define la integral
de Poisson de φ como la función
Z 2π
1
Pa,R (φ)(z) = Pa,r (z, t)φ(a + Reıt ) dt
2π 0
Si a = 0 y R = 1, escribimos
 
1+z
P (z) = P0,1 (z, 0) = Re , para |z| < 1;
1−z
Si z = reıθ (r ≥ 0), escribiremos
1 + reıt
 
ıθ
Pr (θ) = P (re ) = Re
1 − reıt
1 − r2
=
|1 − reıθ |2
1 − r2
= . (8.12)
1 + r2 − 2r cos θ
Como consecuencia de 8.12 es claro que Pr (θ) es una función no negativa,
par y periódica de periodo 2π, es decir, 0 ≤ Pr (θ) = Pr (−θ) = Pr (θ + 2π).
Para |z| < 1 se tiene que
∞ ∞
1+z X X
= (1 + z) zn = 1 + 2 zn,
1−z
n=1 n=1
256 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

de donde

X ∞
X
Pr (θ) = 1 + 2 rn cos nθ = r|n| eınθ .
n=1 n=−∞

Además, si z ∈ B(a, R) tenemos que z = a + reıθ , por lo que


r 
Pa,R (z, t) = P ( eı(θ−t) .
R
Lema 8.2.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto, y supongamos que f : Ω → C
es una función holomorfa, entonces f y f son funciones armónicas en Ω;
en particular Re f = 21 (f + f ) también es armónica.

Demostración.
     
∂ ∂f ∂ ∂f ∂ ∂f
∆c f = = 0; ∆c f = = = 0.
∂z ∂z ∂z ∂z ∂z ∂z

Lema 8.2.2. El núcleo de Poisson satisface las siguientes propiedades:

1. Para t ∈ R fijo, el núcleo de Poisson Pa,R (z, t) es una función armónica


en B(a, R).

2. Pa,R (z, t) > 0 y

3. Para z ∈ B(a, R), 0 ≤ r < R se tiene que


Z 2π
1
Pa,R (a + reıθ , t) dθ = 1.
2π 0

Demostración. Para t fijo, es claro que la función ft (z) = (Reıt + z −


a)/(Reıt − z + a) es holomorfa en B(a, R). Como consecuencia del lema
anterior Re (f ) es armónica en B(a, R), luego entonces

Reit + (z − a)
 
Pa,R (z, t) = Re = Re ft (z)
Reit − (z − a)

es armónica en B(a, R).


Supongamos 0 ≤ r < R, si z = a + reıθ y ρ = r/R, entonces

Pa,R (z, t) = P (ρeı(θ−t) ) = Pρ (θ − t).


8.2. EL NÚCLEO DE POISSON 257

Como 1 + ρ2 − 2ρ cos(θ − t) ≥ 1 + ρ2 − 2ρ = (1 − ρ)2 > 0, tenemos que

1 − ρ2
Pa,R (z, t) = Pρ (θ − t) = > 0.
1 + ρ2 − 2ρ cos(θ − t)

Finalmente
Z 2π ∞
X Z 2π
Pρ (θ − t) dθ = ρ|n| e−ınt eınθ dθ = 2π.
0 n=−∞ 0

Lema 8.2.3. Sea 0 < δ < 12 π. Entonces, para 0 ≤ θ ≤ 2π − δ se tiene

1 − r2
0 < Pr (θ) ≤ para 0 ≤ r < 1.
1 − cos2 δ

En particular, Pr (θ) → 0 cuando r → 1 uniformemente para δ ≤ θ ≤


2π − δ.

Demostración. Si π/2 ≤ θ ≤ (3π)/2, entonces cos θ ≤ 0, de donde 1 +


r2 − 2r cos θ ≥ 1. Si δ ≤ θ ≤ π/2, tenemos que 0 ≤ cos θ ≤ cos δ, ası́ que
1 + r2 − 2r cos θ ≥ 1 + r2 − 2r cos δ = 1 − cos2 δ + (r − cos δ)2 ≥ 1 − cos2 δ.
Un argumento similar se aplca si (3π)/2 ≤ θ ≤ 2π − δ.

Teorema 8.2.1. Sea φ una función continua real valuada definida sobre
S1 = {z ∈ C; |z| = 1}. Si z = reıθ , 0 ≤ r < 1, considere la integral de
Poisson de φ:
Z 2π
1
u(z) = Pr (θ − t)φ(eıt ) dt.
2π 0

Entonces, u es armónica en B(0, 1) = {z; |z| < 1} y u(z) → φ(eıt )


cuando z → eıt ; además la convergencia es uniforme en t.

Demostración. Si 0 ≤ r < 1 y z = reıθ , entonces


258 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Z 2π
1
u(z) = Pr (θ − t)φ(eıt ) dt
2π 0
Z 2π !
1 1 + reı(θ−t)
= Re φ(eıt ) dt
2π 0 1 − reı(θ−t)
( Z " # )

1 1 + reı(θ−t) ıt
= Re φ(e ) dt
2π 0 1 − reı(θ−t)
 Z 2π  ıt
e + reıθ
 
1 ıt
= Re φ(e ) dt
2π 0 eıt − reıθ

Definimos g : B(0, 1) → C como



eıt + z
Z
1
g(z) = φ(eıt ) dt.
2π 0 eıt − z

Como u es la parte real de g basta demostrar que g es holomorfa en


B(0, 1). Es decir, necesitamos mostrar que el siguiente lı́mite existe:

g(z + ζ) − g(z)
lı́m .
ζ→0 ζ
z6=0

Como

 Z 2π  ıt
e + (z + ζ) eıt + z
 
g(z + ζ) − g(z) 1 1 ıt
= − φ(e ) dt
ζ ζ 2π 0 eıt − (z + ζ) eıt − z
Z 2π
1 2eıt
= φ(eıt ) dt
2π 0 [eıt + (z + ζ)][eıt − z]
Z 2π
1 2eıt
→ φ(eıt ) dt
2π 0 (eıt − z)2

Como consecuencia del lema 8.2.2 si 0 ≤ r < 1 entonces


Z 2π
1
Pr (θ − t) dθ = 1.
2π 0

Luego entonces, dado t0 ∈ R fijo tenemos que


8.2. EL NÚCLEO DE POISSON 259

Z 2π
ıt0 1
u(z) − φ(e ) = Pr (θ − t)φ(eıt ) dt − φ(eıt0 )
2π 0
Z 2π
1
= Pr (θ − t)[φ(eıt ) − φ(eıt0 )] dt.
2π 0

Como φ es continua en S1 , dada ε > 0 podemos elegir δ > 0 tal que


|φ(eıt ) − φ(eıt0 )| < ε si |eıt − eıt0 | < δ. Además, si |eıt − eıt0 | ≥ δ y eıθ
fuera suficientemente cercano a eıt0 , tendrı́amos |eı(t−θ) − 1| ≥ 12 δ. Como
consecuencia de los lemas 8.2.2 y 8.2.3, existirı́a una constante C(δ) que
depende sólo de δ tal que

Z 2π
ıt0 2
|u(z) − φ(e )| ≤ C(δ)(1 − r ) |φ(eıt ) − φ(eıt0 )| dt
0
Z 2π
1
+ε Pr (θ − t) dt
2π 0
≤ (M + 2π|φ(eıt0 )|)C(δ)(1 − r2 ) + ε
R 2π
donde M = 0 |φ(eıt )| dt. Si r es suficientemente cercano a 1, este número
es menor a 2ε. Por lo cual u(z) → φ(eıt ) uniformemente en t cuando z →
eıt .

Por medio de un cambio de variable podemos reescribir este teorema


como sigue:
Teorema 8.2.2. Sea a ∈ C, R > 0 y sea φ una función continua sobre
{z ∈ C; |z − a| = R}. Entonces la función u sobre B(a, R) dada por

Pa,R (φ)(z), si z ∈ B(a, R)
u(z) = ,
φ(z), si |z − a| = R

es continua en B(a, R) y armónica en B(a, R).


Como una consecuencia inmediata del teorema 8.2.1 tenemos:
Corolario 8.2.1. Si u : B(0, 1) → R es una función continua que es
armónica en B(0, 1) entonces
Z 2π
ıθ 1
u(re ) = Pr (θ − t)u(eıt ) dt
2π 0
260 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

para 0 ≤ r < 1 y toda θ. Además, u es la parte real de la función holomorfa



eıt + z
Z
1
f (z) = u(eıt ) dt.
2π 0 eıt − z

Corolario 8.2.2. Sea a ∈ C, ρ > 0, y supóngase que φ es una función


continua real valuada sobre {z ∈ C; |z − a| = ρ}; entonces existe una única
función continua w : B(a, ρ) → R tal que w es armónica en B(a, ρ) y
w(z) = φ(z) si |z − a| = ρ.

Demostración. Consideremos f (eıθ ) = φ(a + ρeıθ ); entonces f es continua


en ∂B(0, 1) = {z ∈ C; |z| = 1}. Si u : B(0, 1) → R es una función continua
tal que u es armónica en B(0, 1) y u(eıθ ) = f (eıθ ) entonces
 
z−a
w(z) = u
ρ

es la función deseada sobre B(a, ρ)

Ahora es posible enunciar el recı́proco del teorema del valor medio 8.1.2.
Teorema 8.2.3. Sea Ω ⊂ C abierto, si u : Ω → R es una función continua
que satisface la propiedad del valor medio, entonces u es armónica.

Demostración. Sea a ∈ Ω y elegimos ρ > 0 tal que B(a, ρ) ⊂ Ω; bastará de-


mostrar que u es armónica en B(a, ρ). Como consecuencia del corolario 8.2.2
existe una función continua w : B(a, ρ) → R que es armónica en B(a, ρ) y
tal que w(a + ρeıθ ) = u(a + ρeıθ ) para toda θ. Como u − w satisface la
propiedad del valor medio y (u − w)(z) = 0 si |z − a| = ρ, como consecuencia
del corolario 8.1.2 tenemos que u ≡ w en B(a, ρ); en particular, u debe ser
armónica.

La fórmula de Poisson 8.10 nos permite expresar una función armónica


por medio de sus valores en una circunferencia, lo cual tiene como conse-
cuencia el siguiente resultado:
Teorema 8.2.4 (La desigualdad de Harnack). Si u : B(a, R) → R es con-
tinua, armónica en B(a, R), y u ≥ 0, entonces para 0 ≤ r < R y toda θ se
tiene que

R−r R+r
u(0) ≤ u(z) ≤ u(0) (8.13)
R+r R−r
8.3. EL PRINCIPIO DE REFLEXIÓN 261

Demostración. Si R > 0 y 0 ≤ r < R, para |z| < r podemos escribir la


fórmula de Poisson 8.10 como
Z 2π
1 R2 − r 2
u(z) = u(Reıθ ) dθ (8.14)
2π 0 |Reıθ − z|2

Como

R−r R2 − r 2 R+r
≤ ıθ 2
≤ (8.15)
R+r |Re − z| R−r
De la fórmula 8.14 obtenemos la siguiente estimación

1 R + r 2π
Z
|u(z)| ≤ |u(Reıθ )| dθ.
2π R − r 0

Como u(Reıθ ) ≥ 0, podemos utilizar la primera desigualdad de 8.15 para


obtener
1 R − r 2π 1 R + r 2π
Z Z
u(Reıθ ) dθ ≤ u(z) ≤ u(Reıθ ) dθ.
2π R + r 0 2π R − r 0

Como la media aritmética de u(Reıθ ) es igual a u(0) tenemos que

R−r R+r
u(0) ≤ u(z) ≤ u(0)
R+r R−r

8.3. El principio de reflexión


Algunas funciones cumplen la condición f (z) = f (z) en ciertos dominios
y otras no, por ejemplo, las funciones f (z) = z + 1 y g(z) = z 2 tienen
esa propiedad cuando el dominio es todo el plano, pero no ocurre lo mismo
para h(z) = z + ı o k(z) = ız 2 . El teorema, conocido como el principio de
reflexión, permite predecir cuándo f (z) = f (z).
El principio de reflexión se basa sobre en el hecho de que si u(z) es
una función armónica, entonces u(z) también es armónica, y si f (z) es una
función holomorfa, entonces f (z) también es holomorfa. De manera más
precisa, si u(z) es armónica y f (z) es armónica en un abierto conexo Ω,
entonces u(z) es armónica y f (z) es holomorfa como función de z en el
conjunto Ω? que se obtiene reflejando Ω sobre el eje x; esto es, z ∈ Ω? si, y
sólo si z ∈ Ω.
262 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Teorema 8.3.1 (El principio de reflexión). Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto


conexo que contiene al menos un segmento abierto I del eje x y cuya mitad
inferior es la reflexión, respecto del eje x, de la mitad superior.
Entonces
f (z) = f (z)
en todo punto z ∈ Ω si, y sólo si, f (x) ∈ R para cada x ∈ I.

Demostración. Supongamos que Ω? = Ω, como Ω es conexa, esta debe inter-


sectar el eje real a lo largo de, al menos, un intervalo abierto I. Supongamos
ahora que f (z) es analı́tica en Ω y f (z) ∈ R sobre un intervalo del eje real.
Como h(z) = f (z) − f (z) es holomorfa y se anula a lo largo de un intervalo,
como consecuencia del principio de la identidad 5.3.1, h(z) debe ser identi-
camente nula, es decir f (z) = f (z) en Ω. Si f = u + ıv entonces u(z) = u(z),
v(z) = −v(z).
Reciprocamente, si f (z) = f (z) y escribamos f = u + ıv, entonces

u(z) − ıv(z) = u(z) + ıv(z).

En particular, si (x, 0) es un punto en un segmento del eje real contenido en


Ω, y si z = x + ıy ∼
= (x, y) entonces

u(x, 0) − ıv(x, 0) = u(x, 0) + ıv(x, 0)

e igualando las partes imaginarias tenemos que v(x, 0) = 0. Por tanto, f (x) ∈
R en ese segmento.

Teorema 8.3.2. Sea Ω ⊂ C un abierto conexo, y supongamos que Ω = Ω? .


Denotemos por Ω+ = H+ ∩ Ω la parte en el semiplano superior de la región
simétrica Ω, y denotemos por I la parte del eje real en Ω. Supongamos que
v(x) es una función continua en Ω+ ∪ I, armónica en Ω+ , y cero en I.
Entonces v tiene una extensión armónica a Ω la cual satisface la relación
v(z) = −v(z). Bajo las mismas hipótesis, si v es la parte imaginaria de una
función analı́tica f (z) en Ω+ , entonces f (z) tiene una extensión analı́tica la
cual satisface f (z) = f (z).

Demostración. Para demostrar este teorema, consideremos la función

 v(z) si z ∈ Ω+

V (z) = 0 si z ∈ I
−v(z) si z ∈ (Ω+ )∗

8.4. EL PROBLEMA DE DIRICHLET 263

Debemos mostrar que V (z) es una función armónica en I. Para esto, sea
x0 ∈ I y consideremos una bola B(x0 , R) con centro en x0 contenida en Ω,
y denotemos por
Px0 ,R (V )(z)
la integral de Poisson con respecto a esta bola formado con los valores
frontera V . Entonces V − Px0 ,R V es armónica en la semibola superior. Se
anula sobre la semicircunferencia, y por el teorema 8.2.2, también sobre el
diámetro, ya que V tiende a cero por definción y Px0 ,R se anula por simetrı́a.
Como consecuencia de los principios del máximo y el mı́nimo V = Px0 ,R en
la semibola superior, el mismo argumento se utiliza para la parte inferior.
Concluimos ası́ que V es armónica en B(x0 , R), y en particular, en x0 .
Para la parte restante del teorema, consideremos nuevamente una bola
con centro en I, extendamos la función v a toda la bola, entonces v tiene
una función armónica conjugada −u0 en la misma bola la cual podemos nor-
malizar en forma tal que u0 = Re f (z) en la mitad superior. Consideremos
la función U0 (z) = u0 (z) − u0 (z). Sobre el diametro, que está contenido en
∂U0
R, es claro que = 0 y además
∂x
∂U0 ∂u0 ∂v
=2 = −2 = 0.
∂y ∂y ∂x
Consecuentemente la función analı́tica
∂U0 ∂U0
−ı
∂x ∂y
se anula sobre el eje real, y ası́, es identicamente nula. Por lo cual U0 es
una función constante, y dicha constante es cero, consecuentemente u0 (z) =
u0 (z).
Ya que la construcción puede repetirse sobre bolas arbitrarias, u0 de-
berá coincidir en aquellas que se traslapen, ası́ puede extenderse a toda
Ω.

8.4. El problema de Dirichlet


El problema de Dirichlet es el más importante en la teorı́a de las funciones
armónicas y consiste en lo siguiente: Dado un conjunto abierto Ω ⊂ C y una
función continua φ sobre ∂Ω, ¿existirá una función continua h definida sobre
Ω, armónica en Ω, tal que h |∂Ω = φ ? Formalmente tenemos la siguiente
definición:
264 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS

Definición 8.4.1. Sea Ω ⊂ C un conjunto abierto y acotado, y sea φ : ∂Ω →


R una función continua real valuada sobre ∂Ω. Diremos que el problema de
Dirichlet es soluble con valores frontera φ si existe una función h continua
sobre Ω tal que h |Ω es armónica y h |∂Ω = φ.
Si el problema de Dirichlet con valores frontera φ es soluble para toda
función continua φ definida sobre ∂Ω, diremos que el problema de Dirichlet
es soluble sobre Ω, y diremos que Ω es una región de Dirichlet.
El teorema 8.2.1 nos dice que la integral de Poisson da una solución al
problema de Dirichlet en la bola unitaria con centro en el origen y cualquier
función φ continua definida en la frontera de la bola unitaria con centro en el
origen. Pero el caso de regiones arbitrarias es mucho más difı́cil. Los abiertos
simplemente conexos son regiones de Dirichlet (véase [C, Vol. I, Cap. X, Cor.
4.18, pg. 274]). Aunque aquı́ no demostraremos este resultado general, para
ciertos abiertos simplemente conexos Ω $ C es posible demostrar que son
regiones de Dirichlet y obtener explı́citamente la solución del problema de
Dirichlet a partir de la solución del problema en B(0, 1).
Según el teorema de la aplicación de Riemann 4.3.3 todo abierto sim-
plemento conexo Ω $ C es conformemente equivalente a B(0, 1). Cuando
un abierto simplemento conexo Ω $ C tiene la propiedad de que existe un
isomorfismo conforme h : Ω → B(0, 1) que se puede extender a un homeo-
morfismo b h : Ω∞ → B(0, 1) diremos que Ω tiene la propiedad de extensión.

En este caso la restricción de b


h a la frontera ∂∞ Ω es un homeomorfismo
entre las fronteras ∂∞ Ω y ∂B(0, 1), luego una condición necesaria para que
Ω tenga la propiedad de extensión es que su forntera sea una curva cerrada
simple sobre la esfera de Riemann, (en el caso de un abierto acotado Ω,
será una curva de Jordan en el plano, es decir, una curva cerrada homeo-
morfa a una circunferencia). Esto es, una condición necesaria para que un
abierto acotado simplemente conexo Ω $ C tenga la propiedad de extensión
es que su frontera sea una curva de Jordan. Esta condición necesaria tam-
bién es suficiente. Aunque no demostramos aquı́ este resultado, la idea es la
siguiente: en primer lugar se demuestra que si ∂Ω es una curva de Jordan
entonces cada punto a ∈ ∂Ω es un punto forntera simple, lo cual significa
que para cada sucesión an ∈ Ω con lı́m an = a existe una función contin-
n→∞
ua γ : [0, 1) → Ω con lı́m γ(t) = a, y una sucesión estrictamente creciente
t→1
0 < t1 < t2 < . . . < tn < tn+1 < . . . tal que γ(tn ) = an para cada n ∈ N.
Posteriormente se demuestra que si cada a ∈ ∂Ω es un punto frontera simple
entonces Ω tiene la propiedad de extensión (véase [R, Cap. 14]).
Después de lo antes mencionado, es fácil dar un ejemplo de un abierto
8.4. EL PROBLEMA DE DIRICHLET 265

simplemente conexo sin la propiedad de extensión: El conjunto Ω = B(0, 1)\


{x; 0 ≤ x < 1} no tiene la propiedad de extensión, pues cada x ∈ [0, 1) es
un punto frontera que no es simple.
Proposición 8.4.1. Todo abierto simplemento conexo Ω $ C con la propiedad
de extesnión es una región de Dirichlet.

Demostración. Sea h : Ω → B(0, 1) un isomorfismo conforme que se extiende


a un homeomorfismo b h : Ω∞ → B(0, 1). La restricción h0 de b
h a la frontera
∂∞ Ω es un homeomorfismo entre las fronteras h0 : ∂∞ Ω → ∂B(0, 1), luego
toda función continua φb : ∂∞ Ω → R es de la forma φb = φ ◦ h0 donde
φ : ∂B(0, 1) → R es continua. Sea u : B(0, 1) → R la solución del problema
de Dirichlet en B(0, 1) dada por el teorema 8.2.1. La función continua u b=
u ◦ h : Ω∞ → R coincide con φb sobre la frontera ∂∞ Ω y es armónica en
Ω, luego entonces u b es la solución del problema de Dirichlet en Ω con la
condición de frontera φ.
b

Ejemplo 28. El problema de Dirichlet en el semiplano superior


Para solucionar el problema de Dirichlet en el semiplano superior con-
sideremos la transformación de Möbius T : H+ → B(0, 1) dada por
z−ı ız + ı
T (z) = , entonces T −1 (z) = .
z+ı −z + 1
de donde
( Z )
1 ζ + T (z) dζ
u
b(z) = u(T (z)) = Re φ(T −1 (ζ))
2πı |ζ|=1 ζ − T (z) ζ

Con el cambio de variable t = T −1 (ζ) la solucióndel problema de Dirich-


let para la función continua φ : ∂H+ → R será:

1 ∞
Z
yφ(t)
dt (8.16)
π −∞ (t − x)2 + y 2
266 CAPÍTULO 8. FUNCIONES ARMÓNICAS
Bibliografı́a

[A] L.V. Ahlfors, Complex Analysis, Mc.Graw-Hill Book Co. 1966.

[C] J. B. Conway, Functions of One Complex Variable I, Second Edition,


Springer, New York, 1978.

[Hi] E. Hile, Analytic functon theory, Vol. I, II. Chelsea Pub. Co. New
York, N. Y., 1976.

[H] R. W. Howell, COMPLEX ANALYSIS: Mathematica 4.1 Cuadernos


Jones and Bartlett Publicadores, Inc. 40. Paseo del Pino alto, Sud-
bury, MA 01776. USA. 2002. Internet: http://www.jbpub.com

[M.H.] J. Marsden and M.J. Hoffman, Basic Complex Analysis, 2nd. Ed.,
Freeman Co. New York, 1987.

[N] R. Narasimhan, Complex Analysis in One Variable, Birkhäuser,


Boston, Inc., 1985.

[R] W. Rudin, Real and complex analysis, McGraw-Hill, New York, 1966.

[U] J. V. Uspensky, Theory of equations. T. M. H. Edition. McGraw-Hill,


New York, 1948.

[Z] F. Zaldivar, Fundamentos de Álgebra. UAM-I, México, 2003.

267
268 BIBLIOGRAFÍA
Índice de figuras

1.1. Representación de un número complejo como punto en R2 . . 15


1.2. Representación geométrica de la suma de números complejos. 15
1.3. El conjugado de un número complejo . . . . . . . . . . . . . . 16
1.4. El módulo de un número complejo . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.5. El inverso de un número complejo. . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.6. El argumento de un número complejo. . . . . . . . . . . . . . 20
1.7. El producto de dos números complejos. . . . . . . . . . . . . 22
1.8. La transformación R−lineal ψw . . . . . . . . . . . . . . . . 23
1.9. Las raı́ces quintas de la unidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.10. La proyección estereográfica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
1.11. La proyección estereográfica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
1.12. Propiedades de la proyección estereofráfica. . . . . . . . . . . 33
1.13. Distancia cordal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

2.1. Convergencia uniforme y no uniforme . . . . . . . . . . . . . 54

3.1. Representación geométrica de la fórmula de Euler.√ . . . . . . 87


3.2. Representación del dominio de la función f (x) = z 2 + 1 . . 94
3.3. Representación de la superfice asociada a w = z 2 . . . . . . . 98
3.4. Representación del diagrama asociado a w = z 3 . . . . . . . . 99

4.1. Geometrı́a de la función f (z) = z 2 . . . . . . . . . . . . . . . 108


4.2. Geometrı́a de la función f (z) = exp z . . . . . . . . . . . . . 111
4.3. Geometrı́a de transformaciones conformes . . . . . . . . . . . 113
4.4. El punto z ∗ es el simétrico de z . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
4.5. El punto z ∗ es el simétrico de z . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
4.6. Perfil de Joukowsky asociado a J(z) = z + 1/z . . . . . . . . 129
4.7. Cı́rculo que pasa por −1 con radio a y ángulo β. . . . . . . . 130
4.8. Imagen de γ(t) = aeıt bajo J(z) para a > 1. . . . . . . . . . . 131
4.9. Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = ıy0 +aeıt 132

269
270 ÍNDICE DE FIGURAS

4.10. Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = x0 + aeıt 132


4.11. Perfil de Joukowski asociado a la circunferencia γ(t) = z0 + aeıt 132
4.12. Perfil de Joukowski J(z) = z + b2 /z . . . . . . . . . . . . . . 134
4.13. La función cos(z) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

5.1. Rectángulo cerrado en Ω. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150


5.2. Rectángulos cerrados en Ω. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
5.3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
5.4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159

6.1. Homotopı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186


Índice alfabético

Ángulo entre curvas, 109 de Cauchy, 48


ı́ndice de una curva, 192 de Cauchy para convergencia uni-
forme de funciones, 55
Abel, Lema de, 59 de comparación, 50
Diagrama de Argand, 15 de la p−serie, 51
de la raı́z, 52
Aplicación de la raı́z para series de poten-
conforme, 110 cias, 60
de Möbius, 115 de la razón, 52
dilatación , 117 de la razón para series de poten-
fraccional lineal, 115 cias , 60
homotecia, 117 Curva, 109, 140
inversión , 117 Curva
rotación, 117 cerrada , 109, 140
traslación, 117 cerrada simple, 109
armónicas de Jordan , 109
conjugadas, 239 extremos de una, 140
inversa , 141
Cauchy-Riemann
reparametrización , 141
Ecuaciones de, 75 simple , 109
conforme soporte, 141
en C∞ , 114 suave, 109
conforme suave por partes, 109
isomorfismo, 114 suave por partes , 141
Conformes suma de , 141
abiertos, 112 traza, 141
Convergencia
puntual, 53 Derivada, 71
radio de, 60 en infinito, 105
uniforme, 53 Derivada
Criterio parcial, 68
M de Weierstrass, 56 Derivada parcial

271
272 ÍNDICE ALFABÉTICO

con respecto a z̄, 74 Identidad de Kakutani, 37


con respecto a z, 74 Integral de lı́nea, 142, 147
Desigualdad
Cauchy-Schwarz, 20 Lı́mite, 29
del triángulo, 18 Lı́mite
desigualdad al infinito, 38
de Cauchy, 172 en infinito, 38
Desigualdad de la media, 171 Lazo, 140
diferencial Logaritmo, 90
conjugada, 245 Logaritmo
localmente exacta, 238 rama de, 91, 92
Dirichlet Longitud de arco, 147
región de, 264
matriz Jacobiana, 70
solubilidad del problema, 264
Multiplicidad del cero, 169
Distancia cordal, 35

Eje imaginario, 15 Número complejo


Eje real, 15 amplitud, 20
El conjunto de ceros Zf , 168 argumento, 20
El conjunto de polos Pf , 233 conjugado de un, 16
extesnión definición, 11
propiedad de, 264 forma polar de un, 21
igualdad, 11
Fórmula de D’Moivre, 24 inverso de un, 19
Fórmula de Euler, 86 módulo de un, 17
Función Parte imaginaria, 16
C−diferenciable, 71 Parte real, 16
analı́tica, 58 producto, 11
coseno , 95 suma, 11
exponencial, 87 número de vueltas de una curva, 192
holomorfa, 58 Números complejos
logaritmo, 90 campo, 11
periodica, 89 producto de, 22
primitiva de una , 160
seno, 95 Orden de un polo, 206
trigonométrica, 95
función Periodo, 89
armónica, 237 Plano extendido, 31
Poisson
Harnack integral de, 255
desigualdad de, 260 núcleo de, 255
ÍNDICE ALFABÉTICO 273

fórmula de, 255 Cauchy-Goursat , 151


polinomio caracterı́stico, 175 Convergencia de funciones C− difer-
Principio enciables, 161
de continuación analı́tica, 163 de Frobenius, 28
de la identidad, 168 de la adición, 88
de la media, 171 de la aplicación abierta de Rie-
principio del módulo máximo (1a. ver- mann, 112
sión), 252 de la curva de Jordan, 109
principio del módulo máximo (2a. ver- de la función inversa, 79
sión), 252 de Taylor, 172
propiedad del valor medio, 251 Fundamental del cálculo, 148
Proyección estereográfica, 32 Looman-Menchoff , 76
punto de acumulación, 44 Transformación lineal, 68
Transformación lineal
Raı́z n−ésima, 94 representación matricial, 69
Radio de convergencia, 60 Trayectoria, 109, 140
Razón cruzada, 119
Rectángulo valor propio, 175
abierto, 150
cerrado, 150
vértices de un, 150
Regla de la cadena, 78

Serie
armónica, 48
convergencia, 48
convergencia absoluta, 49
de potencias, 58
geométrica, 50
Serie de funciones
convergencia, 54
convergencia uniforme, 54
Simetrı́a, 123
Simetrı́a
principio de , 125
Sucesión
convergente, 29
de Cauchy, 29

Teorema
Cauchy para rectángulos, 156

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