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Palabras Clave
Resumen
Concepto de problema
Un problema es un impedimento a la consecución de un determinado objetivo. Por lo
tanto, si entre los objetivos de la gestión gubernamental aparece la armonía en la
articulación Sociedad-Naturaleza, cualquier situación que altere tal armonía, será
considerada como un problema ambiental.
En general, parece existir un énfasis más marcado en los problemas del medio ambiente
artificial que en los del medio natural, y ello se debe probablemente al hecho que la
población afectada lo es en mayor proporción, y se encuentra concentrada en las urbes;
también los problemas se presentan en un plazo relativamente corto, y muy visibles, a la
sociedad urbana. La destrucción del medio natural es menos visible por tener un período
de efectos de mayor plazo que el anterior caso, pero presumiblemente cuando se
presentan son problemas de magnitudes mayores, de alta irreversibilidad y que
merecerían gran preocupación.
Una forma es considerar tres grandes grupos: Los problemas relacionados con el
deterioro de los recursos naturales, es decir, el medio ambiente natural; con el deterioro
del ambiente construido; y con los fenómenos de contaminación. Estos últimos pueden
afectar a diversos componentes de los ecosistemas, como por ejemplo, el aire, el agua,
el suelo, la flora, y la fauna.
Por otra parte, los problemas ambientales pueden agruparse por diversas categorías del
ambiente natural, y del ambiente construido, en función del componente
medioambiental que se ve afectado. Así, los problemas del medio ambiente natural
incluyen aquellos relacionados con el aire, el agua, el suelo, la flora, la fauna y el
paisaje y patrimonio del ambiente natural. Los problemas del medio ambiente
construido incluyen aquellos relacionados con la infraestructura y los servicios públicos,
vivienda y edificación, estructura interna de las ciudades, equipamiento (principalmente
el equipamiento comunitario) y paisaje y patrimonio del ambiente construido.
Una tercera forma de agrupar los problemas ambientales permite ordenarlos de acuerdo
al sector que se ve afectado. Por ejemplo, agricultura, servicios, salud, transporte,
industria, riego, minería, etc.
En diversos estudios se ha logrado configurar catálogos de problemas ambientales en
Chile, determinados sobre la base de la percepción que diversas personas tienen
respecto de ellos. Dos estudios conforman la base de lo que sigue en este escrito. Un
estudio inicial integral de todo Chile, se ha publicado en 1990.
El artículo 19 (nº 8º) de la Constitución Política de Chile establece "El derecho a vivir
en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que
este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza"
Situación Nacional
En Chile existen muy diversos tipos de bosques debido a que el país abarca una
variedad de latitudes. Desde los bosquetes de queñoa, a más de 3.500 m de altura en el
Norte, hasta los húmedo-templados del Sur, con al menos 2.000 mms. de lluvia anuales,
donde variados factores medioambientales han conformado ecosistemas complejos y
muy productivos.
Al igual que en la mayoría de los países del mundo, el desarrollo urbano e industrial ha
provocado la generación de desechos de naturaleza muy variada y cada vez más
compleja, convirtiéndose en un problema para las autoridades a cargo de su manejo.
Durante los últimos años algunos sectores empresariales y medios de comunicación han
emprendido una intensa campaña anti-ambiental, incluyendo editoriales que demonizan
a los ecologistas y a las políticas ambientales contenidas en nuestra legislación,
culpabilizándolas de la crisis económica y de representar intereses foráneos. Las
políticas ambientales son definidas como "trabas y exigencias de alto costo", “una moda
que esta perjudicando el desarrollo de la inversión y el empleo","restricciones al
desarrollo industrial y productivo" y “gran obstáculo al crecimiento”. Los funcionarios
gubernamentales preocupados del ambiente, tampoco escapan a la crítica.
Con una economía casi exclusivamente dependiente de los recursos naturales, nuestro
país inicio tímidamente los primeros pasos de un desafío estratégico: permitir que el
territorio nacional y su base de recursos pueda mantenerse en cantidad y calidad para
sustentar a los chilenos del presente y del futuro.
Con dificultad desde fines de los 80 la sociedad chilena ha logrado poner en la discusión
publica el tema ambiental, incorporando en el debate la necesidad de parar la
destrucción irracional del patrimonio natural, y enfrentar seriamente la contaminación
ambiental que afecta seriamente a poblaciones cercanas a las faenas mineras, forestales
y pesqueras, y a la mayoría de la población nacional que habita en grandes ciudades,
incluidas la capital.
En los últimos años además de las tensiones entre ecologistas, comunidades locales e
indígenas con el sector empresarial, hemos asistido a grandes confrontaciones entre
ramas empresariales por el uso de las cuencas y los ecosistemas: los empresarios
agrícolas enfrentan a los mineros y a la central Guacolda en el Valle del Huasco; los
agricultores confrontan a Celulosa Arauco en el valle del Itata; los empresarios del
turismo y los salmonicultores se enfrentan por el uso de los lagos del sur; los
salmoneros reclaman que deberán relocalizar sus actividades si el proyecto Alumysa se
instala en Aysen, y los grandes viñateros se han unido contra Enersis en el valle de
Totihue.
En todos estos casos los sectores pugnan por el uso de las cuencas y sus servicios
ambientales. Ninguno tiene el derecho a monopolizar la capacidad ambiental del
territorio o a impedir la actividad productiva del otro, como asimismo alterar la salud
o la subsistencia de las comunidades locales.
Este escenario hecha por tierra todas las afirmaciones de que las preocupaciones
ambientales son solo la expresión de la ideología radical anti-desarrollo de las
organizaciones ecologistas. Lo que sí esta en juego es el ejercicio de los derechos
fundamentales, las reglas democráticas y la sustentabilidad del desarrollo nacional.
CELCO
Celulosa Arauco y Constitución
Afectados/as: Población de cisnes, peces y toda la fauna y flora del río Cruces. Esta
crisis ha afectado económicamente a toda la provincia poniendo en jaque el desarrollo
de la industria agroexportadora de cerezas, lácteos y el turismo en Valdivia, que este año
tuvo una baja cercana al 30 por ciento.
Antecedentes:
2. Se debe tener en cuenta que, el único hecho relevante ocurrido sobre el Río Cruces en
el último año y que pudiera explicar tan drástico cambio al ecosistema, es la entrada en
funcionamiento de la Planta Valdivia de Celulosa Arauco que descarga sus Residuos
Líquidos Industriales (Riles) a este cuerpo de Agua, donde río abajo se encuentra el
Santuario de la Naturaleza.
Cualquiera sea la cifra verdadera, está demostrado que la Planta usó una capacidad de
producción mayor a la autorizada lo que significó más desechos y más contaminación.
d) El uso de agua no autorizada para “diluir” los residuos líquidos descargados al Río
Cruces. La Planta utilizó 420 litros por segundo de agua de pozo no autorizada, parte de
la cual fue usada para diluir la descarga final al Río Cruces. Es decir, CELCO manipuló
intencionadamente la concentración de los residuos líquidos para cumplir con los
niveles máximos contemplados en la Resolución Ambiental. Como resultado ocurrió un
aumento significativo del volumen total de contaminantes descargados al Río Cruces
(carga), los que se fueron acumulando día a día en el Santuario. El uso no autorizado de
agua para diluir la descarga final de la Planta es una abierta vulneración a las normas
que regulan el uso y aprovechamiento de las aguas superficiales y subterráneas. Lo más
grave es que CELCO mintió a la CONAMA al informarle que la Planta no usaba aguas
no autorizadas, situación que quedó en evidencia en una inspección realizada el 27 de
diciembre de 2004.
El tratamiento terciario de los residuos líquidos es, por tanto, la principal condición de
la Resolución Ambiental de 1998. Ella establece que la Planta “nunca podrá descargar
residuos líquidos sin tratamiento terciario al Río Cruces”, y que de existir una falla que
no pueda ser contenida por el sistema de emergencia “la Planta deberá detener su
funcionamiento”. De los monitoreos entregados por CELCO se concluye que el
tratamiento secundario y terciario no operó normalmente al menos durante los primeros
3 meses (febrero, marzo y abril de 2004) (Informe Final C. Zaror, pag 18). Los
monitoreos de los residuos líquidos de la Planta dan cuenta de descargas tóxicas al Río
Cruces reflejadas en altos niveles de conductividad eléctrica y de compuestos como
ácidos resínicos. Estos eventos tóxicos se suman a los vertidos ilegales que CELCO
pudo haber hecho a través del ducto clandestino, de los que no existen registros (ver
punto 1.c).
Las escasas medidas para mitigar las emisiones aéreas de la Planta –incluyendo la
instalación del sistema de abatimiento de olores, cuyos desechos contaminantes aún no
se evalúan ambientalmente– fueron producto de la presión ciudadana y no del
compromiso de CELCO con la salud de la población. Ello queda ratificado por el hecho
que en abril de 2004, a más de tres meses de estar operando, la Planta aún no cumplía
con la norma de olores molestos (DS Nº 167, Ministerio de Salud, 1999) que la obligaba
a implementar un sistema de monitoreo de gases TRS y un Plan de Monitoreo. Fue por
ello multada por el Servicio de Salud de Valdivia.
a) Fósforo Total: se superó el límite máximo (0,33 ppm) en hasta un 100% de las
mediciones diarias durante algunos meses, en especial durante la primera mitad del año
2004, alcanzando un máximo de 0,88 ppm (Resolución COREMA 18 enero 2005,
Informe Final C. Zaror, pag. 19).
c) Ácidos Resínicos: se superó el nivel máximo (0,033 mg/L) en hasta un 57% de las
mediciones, sobrepasándose en más de 270 veces en agosto de 2004 (9,00 mg/L). Este
“evento” se vincula con el mayor “descontrol en la conductividad del efluente,
indicando
posibles arrastres considerables de licor negro” (Informe Preliminar C. Zaror, pag.8).
Una decisión necesaria pero insuficiente, sobre todo porque es temporal, fue la que
adoptó el directorio de Celco S.A. en su reunión del 8 de junio último al optar por el
cierre de la planta de celulosa Valdivia, enfrentada desde su génesis, hace casi diez años,
a una intensa polémica, la que se agudizó dramáticamente el año pasado cuando se
conoció de la muerte y migración masivas de los cisnes de cuello negro del Santuario
Carlos Andwandter a causa de las descargas de residuos industriales (riles) de la
planta al río Cruces.
En la misma reunión, el directorio optó por aceptar la renuncia del gerente general
Alejandro Pérez, hombre de confianza del dueño de la empresa, el nonagenario
Anacleto Angelini, quien pese a su avanzada edad sigue imprimiendo su sello personal a
todas las decisiones relevantes de la empresa. En reemplazo de Pérez asumió el hasta
ahora gerente de Finanzas, Matías Domeyko.
En reunión celebrada dos semanas antes, la Corema optó por no decretar el cierre de la
planta, como se había barajado, pero estableció una serie de condiciones de
funcionamiento, entre ellas disminuir su producción en un 20 por ciento, de 550 mil a
440 mil toneladas anuales, sin sobrepasar un promedio diario de producción. Como
solución definitiva para el problema de los desechos de la planta, se abre a la posibilidad
de construir un nuevo ducto hacia el mar, y se otorgó un plazo de nueve meses para
preparar una propuesta al respecto y presentarla al Sistema de Evaluación de Impacto
Ambiental. En el intertanto, en una decisión que fue notificada a la empresa el lunes 6
de junio, los consejeros decidieron establecer mayores exigencias para la emisión de
concentración de aluminio (con un tope máximo de 60 kg/día en lugar de las 450 kg que
estaba emitiendo hasta ahora) y de sulfato (40 toneladas/día, en lugar de 60). Esta y
otras regulaciones establecidas deben ser monitoreadas por la misma auditoria que se le
pidió a la empresa en febrero. De acuerdo a expertos consultados, la empresa
actualmente no está en condiciones de cumplir con estos parámetros, sobre todo los
referidos al aluminio, utilizado para efectuar el tratamiento terciario de los desechos de
la producción. Finalmente, el organismo exigió a la empresa comprometerse a aportar
para la reparación del humedal.
Ahora, los más altos ejecutivos de la empresa, encabezados por el propio Etchegaray,
junto a la gerencia ambiental y técnica, pretende acordar con las autoridades regionales
-el intendente y director de la Corema, Jorge Vives, y el director de la Corema Décima
Región, José Luis García Huidobro- una flexibilización de estas exigencias, como única
alternativa para lograr reabrir la planta.
Sucesión de escándalos
Junto con este mal pie inicial la empresa ha tenido una serie de actuaciones -por decir lo
menos- erradas: con la comunidad, en el ámbito comunicacional, e incluso en el plano
judicial.
Como parte de la argumentación presentada a la Corte Suprema a raíz de una querella
presentada por Acción por los Cisnes, que pretendía cerrar la planta-- lo que había sido
votado favorablemente por la Corte de Apelaciones--la defensa de la empresa entregó
una serie de argumentos técnicos: el informe Ramsar, que no había llegado oficialmente
a Chile, por lo que no se contaba con una versión completa, y un estudio elaborado por
la propia empresa acerca de las descargas de hierro al río Cruces, que sin embargo fue
atribuido por los abogados al Centro Eula de la Universidad de Concepción.
Al parecer para el gobierno fue esta la gota que rebasó el vaso, pues tanto el ministro
secretario general de la Presidencia, Eduardo Dockendorff, como el propio Presidente
Ricardo Lagos, emplazaron a la empresa a dar explicaciones públicas. "La
responsabilidad institucional sigue recayendo en la empresa y me parece que las
explicaciones no han mejorado en los sustantivo", señaló el ministro aludiendo a la
defensa de Arauco, que atribuyó a sus abogados -quienes renunciaron después de este
incidente- toda la responsabilidad.
Pese a ello, el fallo -que no sólo desechó el cierre de la planta sino que se atrevió a
asegurar que no existen argumentos para culpar a la planta por los daños al Santuario-
no fue modificado en el fondo y sólo se cambiaron detalles de redacción para incorporar
el "error involuntario" de la empresa. Pero probablemente esta arista del caso continuará
desarrollándose en tribunales pues un grupo de diputados de la bancada verde interpuso
una demanda contra Arauco en el Tercer Juzgado del Crimen por presentación de
documentos falsos ante la Corte Suprema, en el marco del cual serían citados a declarar,
entre otros, a los máximos ejecutivos de la empresa -Etchegaray, Roberto Angelini y
José Tomás Guzmán- .Otro grupo de parlamentarios patrocinará una acusación
constitucional contra los integrantes de la Corte Suprema por "abandono de deberes e
inexplicable descuido", por haber recibido antecedentes de la empresa sin verificarlos.
Las salas de reuniones de las empresas chilenas están comenzando a cambiar. Algunas
ya han tenido que agregar un sillón para un nuevo ejecutivo que, por ahora, no siempre
es visto con los mejores ojos: el gerente de medio ambiente.
Hasta el desastre del Santuario del río Cruces las empresas, en general, consideraban
que el objetivo era principalmente cumplir las normas y pasar la Evaluación de Impacto
Ambiental. Para ello contaban con algún especialista, generalmente de nivel técnico,
que entre sus múltiples tareas tenía la de supervisar el tema.
A partir de lo ocurrido con Celco, en las compañías se tomó conciencia del factor
ambiental y de que, para ser competitivas y sustentables, debían introducir cambios en
sus modelos de gestión. Ello lleva a que comience a aparecer en los organigramas un
nuevo ejecutivo - el gerente de medio ambiente, como suelen llamarlo- con dedicación
casi exclusiva en el tema.
Se espera que la sociedad Chilena ya no sea tan incrédula frente a las simples
informaciones que desarrolla la prensa, que se encuentra manejada por los grandes
grupos económicos o por el gobierno de turno, y se interiorice aun mas con los cientos
de estudios que hoy en día se realizan a través de distintas fundaciones preocupadas de
los grandes conflictos Medio Ambientales.
Bibliografía y Referencias
http://www.terram.cl
http://www.chilesustentable.cl
http://www.olca.cl
http://www.celco.cl
http://www.elbosquechileno.cl