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Los centros de datos están experimentando un vertiginoso crecimiento.

Ello se debe a
que el número de datos crece exponencialmente y, obviamente, se necesita algún sitio
físico en el que almacenarlos. La diferencia con respecto a no hace muchos años se
encuentra en que buena parte de esa información ya no se encuentra en las máquinas de
las propias empresas, sino que se hayan en servidores que en muchos casos no se sabe a
ciencia cierta dónde se sitúan. El crecimiento de los datos seguirá produciéndose, así
que es necesario preguntarse hacia dónde van los CPDs.

Las estrategias referentes a los centros de datos están centradas en la evolución hacia
una infraestructura más inteligente. Durante años, los centros de datos han
experimentado una proliferación de servidores, un crecimiento desmesurado de las
necesidades de almacenamiento por el aumento del volumen de información que
manejan las empresas, y la creación de distintas redes de comunicaciones. Esto ha
tenido como resultado una gran dificultad para gestionar el entorno, así como la
creación de componentes de infraestructura aislados y una escasa flexibilidad para
poder dar respuesta a las cambiantes necesidades del negocio. El problema, de todas
formas está relacionado con las estrategias empresariales. En este aspecto, Isabel
Zárate, Directora de Systems x y PureFlex de IBM España considera importante que “en
lugar de simplemente ayudar a reducir costes, las tecnologías de la información deben
estar estrechamente vinculadas con la estrategia empresarial, lo que requiere una
infraestructura eficiente, flexible y resistente. Los centros de datos deben evolucionar
hacia nuevas arquitecturas que ofrezcan una mayor escalabilidad y una capacidad de
respuesta dinámica. Todo ello, sin olvidar que han de garantizar la mayor eficiencia
energética. Como ejemplo de hacia dónde están evolucionando los centros de datos,
IBM anunció la ampliación de su familia Flex Systems, con nuevos sistemas que
combinan la última tecnología en cómputo junto a nuevas herramientas de
virtualización, conexión de redes y gestión, que permiten a los clientes consolidar sus
infraestructuras tecnológicas y reducir costes operativos. Esto hace posible que utilicen
sus centros de datos para desplegar, gestionar y hacer más seguros de forma más rápida
entornos cloud cada vez mayores”.

En realidad, hoy en día las organizaciones tienen que hacer que los entornos de sus
centros de datos cambien para seguir siendo competitivas. Es importante entender que la
red jugará un papel crítico a la hora de determinar el éxito o fracaso de este proceso.
Para Miguel Ángel García Country Manager Iberia de Riverbed Technology “los
centros de datos se vuelven más conscientes de la nube. El modelo ADC como servicio
ofrece a las organizaciones una gran oportunidad de mejorar la gestión y automatización
en el centro de datos, lo que permite una mejor utilización de los recursos y un entorno
más dinámico y flexible, mientras reduce el coste y complejidad de la gestión de la
propia infraestructura del centro de datos”. En este sentido, Ramón Santocildes,
Director de Ventas para el Sur de Europa de Colt Technology Services, afirma:
“Observamos que existe un incremento de demanda de grandes CPD. Las empresas se
plantean movimientos de proveedor y migración de todos sus sistemas. Por tanto
valores como la robustez, fiabilidad, eficiencia energética de nuestros datacentres son
claves para estar bien posicionados en este mercado. Las capacidades que hemos
desarrollado con nuestra tecnología FTEC de datacenters modulares nos permite además
ser competitivos no solamente en la comercialización de DC existentes, sino también en
la creación de nuevos datacentres. Es claro que existe una demanda creciente de más y
más espacio de DC que podemos cubrir”.
Finalmente Enrique Rollan, Head of Computing Services & Solutions de T-Systems
Iberia asegura que la evolución del CPD se situará en la eficiencia. En su opinión, “la
evolución de los CPDs será el ser cada vez más eficientes. Los que trabajamos
activamente desde hace años en este campo conocemos la fuerte cantidad de energía que
consumen los centros de datos, lo que hace que los principales players estemos
continuamente buscando la manera de mejorar y consolidar los CPDs para reducir
espacio, mejorar las infraestructuras, controlar el gasto energético, disminuir costes y
fomentar el ahorro tanto de nuestras compañías tecnológicas como de nuestros clientes”.

La realidad es que los nuevos paradigmas tecnológicos como el cloud o la movilidad


están dando un protagonismo al Data Center como nunca había tenido. Muchas de las
aplicaciones que habitualmente utilizamos en nuestro trabajo o como usuarios están
soportadas en grandes CPDs. Y esta tendencia parece que va a seguir desarrollandose en
los proximos años. En estos nuevos entornos de uso de la tecnología el CPD juega un
papel más critico si cabe y la red que lo conecta con el mundo también.

Desde el punto de vista de la red, el principal reto que presenta el Datacenter actual es el
cambio en los patrones de flujos de tráfico en relación con el tradicional modelo cliente-
servidor. En los centros de datos actuales, altamente virtualizados y dinámicos, los
flujos de tráfico están siempre cambiando, son transversales, según van cambiando las
diferentes máquinas virtuales y elementos de almacenamiento. Gestionar el centro de
datos, es decir, tener capacidad para solucionar incidencias de forma adecuada o
manejar el tráfico exige disponer de visibilidad en tiempo real de todos los flujos de
tráfico que entran y salen de CPD, que soporta hasta el 80% del tráfico total de la red
corporativa. La visibilidad y control sobre aplicaciones va a ser un elemento
imprescindible de cualquier solución de red que pretenda operar con éxito en este
entorno

Externalizar datos

La reducción de costes, de manera fundamental, está haciendo que muchas empresas


estén apostando por almacenar sus datos en centros de datos que pertenecen a otras
compañías asumiendo, de esta manera, determinados riesgos. Además en la actualidad,
nos encontramos en un entorno empresarial que se encuentra en constante cambio, por
lo que las organizaciones tienen que moverse rápidamente para adaptarse, aprovechar
nuevas oportunidades y satisfacer nuevas demandas. Todo ello, con el objetivo de
obtener una mayor productividad con costes más reducidos. De esta forma, a medida
que se amplían las cargas de trabajo y los requisitos empresariales, las organizaciones
deben compaginar sus recursos informáticos con sus necesidades actuales de negocio.
Esto sólo es factible mediante el acceso total y flexible a las operaciones de los sistemas
de información, con el objetivo de que puedan adaptarse a los cambios y a la vez
mantener ventaja competitiva.
Mediante la externalización de los centros de datos, ya sea total o parcialmente, las
empresas pueden obtener servicios rápidos, fiables y altamente seguros, adaptándose a
las necesidades del mercado, de forma que las organizaciones no tengan que asumir
costes adicionales en hardware y software. Además, les ayuda a reducir el riesgo de caer
en la obsolescencia tecnológica y a minimizar una mayor inversión de capital. Alejandro
Solana, director técnico de VMware Iberia, asegura que “la ubicación transparente de
los servicios se está convirtiendo en una necesidad para las organizaciones y los
departamentos de TI que han de responder cada vez con mayor agilidad a los
requerimientos de los departamentos de negocio, esto unido en muchos casos a la
impredictibilidad de las cargas y a los presupuestos ajustados está incrementando y
acelerando, no ya la externalización, sino la implantación de modelos cloud en sus
distintas variantes (Privado, Público o Híbrido), que posibilitan una gestión más
dinámica, automatizada y ágil de las necesidades de negocio, permitiendo una mayor
visibilidad y control para decidir (casi de manera automática) dónde es más efectivo y
rentable ejecutar las cargas, sin que su ubicación condicione en ningún caso la calidad
de servicio”. Y es que, la complejidad que las infraestructuras tecnológicas de grandes
empresas, y en particular sus centros de proceso de datos alcanzado en los últimos años,
ha llevado a sus responsables a plantearse la necesidad de encontrar nuevas fórmulas
que les permitan mejorar su eficacia, reducir su complejidad y aumentar la flexibilidad y
rapidez en el despliegue de nuevos servicios, así como un ahorre de costes. Nuevas
tendencias tecnológicas como la virtualización, y la reducción del número, tamaño,
consumo y espacio son las primicias necesarias de las compañías para incrementar su
competitividad y la rapidez en el despliegue de nuevos servicios.

Para Robert Assink, Director General de Interxion España, “La externalización del CPD
supone que las organizaciones alojen sus “bienes” tecnológicos en lugares
especializados. Al alojarlo en un tercero, las compañías además de focalizarse en su
negocio, pueden conseguir ahorros en costes, seguridad, flexibilidad y la mejor
conectividad. El CPD externo ofrece un servicio especializado, con alta escalabilidad en
función del negocio, se optimizan los gastos operativos, los costes están controlados, no
es necesario acometer inversiones, se cuenta con personal cualificado y la adopción de
nuevas tecnologías es más fácil. Ahora, es necesario distinguir los diferentes modelos de
CPD externos que hay. Nosotros defendemos un modelo neutral ante un modelo cautivo
donde el proveedor es juez y parte. Con esa neutralidad el cliente tiene acceso a la más
amplia oferta en conectividad pues el cliente elige el proveedor que más le interesa para
su negocio, cuenta con libertad para elegir al integrador de sistemas o fabricante de
HW/SW que en cada momento se adapte a sus necesidades sin necesidad de tener que
mover o cambiar los sistemas. En definitiva, el modelo de CPD neutral permite que sea
el cliente el que elija, no el proveedor”.

Las ventajas en principio de externalizar son en principio varias: menor control de los
sistemas, menor inversión en seguridad y personal, reducción de costes, y redcción de
los riesgos. En este sentido José Carlos García, Responsable Técnico de Enterasys, cree
que “los beneficios dependen de muchos factores. NO hay dos datacenters iguales y
cada empresa tiene unas necesidades específicas en cuanto gestión y almacenamiento de
datos. En general contar con un datacenter externo aporta ubicuidad: capacidad para
acceder a mis datos y aplicaciones corporativas desde cualquier lugar y en cualquier
momento. También puede optimizar la gestión de las TI al aprovechar las economías de
escala que genera un proveedor de datacenter masivo, y así reducir costes de gestión y
mantenimiento de un datacenter propio y dedicado”. Lo que está claro es que si las
empresas apuestan más por dejar sus datos en centros de datos externos es porque tiene
más ventajas que desventajas. Al menos así lo cree el portavoz de Colt que cree que
“efectivamente esto sucede porque existen muchas ventajas. La complejidad de preparar
y mantener la infraestructura, la seguridad, la alta disponibilidad, el cumplimiento
normativo y certificaciones de todo ello. Es un trabajo y una inversión en las que no
cualquier empresa desea o puede entrar. El disponer de un partner que tiene la
especialización y know how adecuados hace que las empresas puedan poner verdadero
foco en su negocio, en desarrollar sus proyectos IT y en sacar el mayor partido posible.
Como mencionábamos antes a día de hoy cada vez más los CIO tienen claro en este
mercado ya maduro que su valor está en pensar en el negocio y sacar partido a su IT, no
en la infraestructura que lo soporta”.

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