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Cub

Una identità in movimento

La inmigración indostana a Cuba y sus


antecedentes en las Antillas (Parte I)
Rafael López Valdés

La llegada de hindúes en calidad de braceros a Cuba, es bastante poco conocida. No


hemos encontrado fuente bibliográfica que la refleje, ni información sobre el
destino ulterior de los mismos, después de su arribo a costas cubanas. El presente
trabajo constituye pues un esfuerzo encaminado a esclarecer el curso seguido por
los inmigrantes hindúes y sus descentientes en Cuba.

Entendemos que al estudiar la inmigración hindú en Cuba, es posible arrojar alguna


luz sobre uno de los temas de nuestra historia étnica, completamente desconocidos
hasta el momento.
Primeras oleadas migratorias a colonias de la cuenca del Caribe

El arco de las Antillas, a partir de las costas de la América del Sur, está constituido
por pequeñas islas que, en su mayoría, fueron colonizadas por los ingleses,
predominando en ellas la economía de plantación. En agosto de 1833 se abolió la
esclavitud en todo el Imperio Británico. Sin embargo, como paso transicional a la
libertad, se implantaba el sistema de Aprendizaje por espacio de siete años. Según
el mencionado sistema, los esclavos estaban obligados a trabajar para sus amos bajo
las condiciones habituales, so pena de castigo corporal si no realizaban la cantidad
de trabajo requerido. La Cámara de los Comunes se opuso al sistema de Aprendizaje
, dándose por terminado en el 1838. En agosto de este mismo año se hizo efectiva la
abolición en todo el Imperio Británico. En algunas colonias, en aquellas donde las
plantación habían ocupado toda la tierra cultivada, se les escamoteó la libertad a los
esclavos, precisamente aboliendo la esclavitud. Así ocurrió en la isla de Antigua,
donde la Asamblea Legislativa, compuesta por los plantadores, acordó darle la
libertad a la plobación escalva en el 1834; pero fijando un salario de un chelín para
los trabajadores más hábiles y de nueve peniques para los demás, jornal ínfimo que
representaba para los plantadores un gasto menor que el que les irrogaba la
manutención, el vestido y el alojamiento de cada esclavo. En otras colonias donde
había tierra disponible, los antiguos esclavos, al recibir la libertad, abandonaron las
plantaciones para no volver jamás a ellas, convertiéndose en pequeños agricultores
(1) .

En 1842 y 1848 se constituyeron dos Comités Parlamentarios británicos encarcados


de estudiar la situación económica de las diferentes colonias de las Antillas,
coincidiendo ambos en que se había producido una considerable disminución en la
produción azucarera antillana, debido a la falta de fuerza de trabajo como
consecuencia de la abolición de la esclavitud.

Los plantadores trataron de remediar el colapso económico favoreciendo la


inmigración de portugueses, chinos y negros libres procedentes de los Estados
Unidos. Del otro lado del mundo, la India se ofrecía como una magnífica fuente de
mano de obra que los plantadores comenzaron a explotar. Ya existían antecedentes
en la utilización de culíes hindúes por los plantadores de la isla de Mauricio,
emigración que diera comienzo en algún momento entre 1826 y 1830, alcanzando un
mayor desarrollo después de 1834. Entre esta fecha y el 1837 unos siete mil
inmigrantes abandonaron Calcuta con destinio a Mauricio (2) .

Poco después comenzó la emigración de hindúes hacia las Antillas. La simpatía activa
del gobierno colonial de la India aceleró los arreglos de la emigración. Los gobiernos
coloniales locales designaban reclutadores profesionales que visitaban las aldeas
emprobecidas por la pérdida de las cosechas y los centros de peregrinación durante
las festividades religiosas, haciendo promesas de riqueza y bienestar para atraer a
los incautos (3) .

En el 1836, dos barcos que conducían cuatrocientos emigrantes partieron desde


Bengala hacia la Guayana Inglesa. Más tarde, en el 1845, los primeros braceros
llegaron a la isla de Trinidad y por esta misma fecha, también comenzaron a llegar a
Jamaica. En el 847, esta isla había recibido cuatro mil hindúes.

Hacia 1851 la población hindú de Trinidad aumentó a 3.993 habitantes, en 1861 a


13.488, en el 1871 a 27.425 y en 1881 llegó a ser de 48.820, es decir, el 32% de la
población total de la isla. Según el científico norteamericano Kingsley Davis, en
total, desde 1845 a 1924, se radican en Trinidad 116 mil indios (4) .

Otros grupos de culíes arribaron también al resto de las pequeñas islas antillanas.
La emigración hacia las islas de Granada, santa Lucía y San Vicente, comenzó en el
1856, 1858 y 1861, respectivamente, aunque el número de inmigrantes introducidos
en esas colonias, fue bastante reducido (5) .

Los hindúes venían a las colonias en calidad de trabajadores contratados, forma


escubierta de esclavitud semejante a la que hizo llegar por esos mismos años
braceros chinos y de otras nacionalidades a Cuba.

La corriente migratoria no solamente se dirigió hacia las colonias inglesas. En el año


1849 se abolió la esclavitud en las colonias francesas por decreto de la Asamblea
Nacional, dando comienzo a la importación clandestina de hindúes hasta el año de
1861, fecha en que fue establicido un convenio para la inmigración hacia dichas
colonias, entre otras, Guadalupe y sus dependencias y a la Guayana Francesa. Dada
la competencia existente entre los plantadores ingleses y franceses, durante los
años que precedieron al establecimento del convenio, los ingleses estuvieron
ejerciendo presiones tendientes a evitar que los franceses solucionaron su
problema de fuerza de trabajo. En años subsiguientes también se dirigieron
inmigrantes a otras colonias antillanas. Así en 1863 comenzaron a llegar a la colonia
danesa de St. Croix, y en el 1872 a la holandesa de Surinam.

Los contratos para la inmigración de hindúes estipulaban que los hombres debían
servir por espacio de cinco años, y las mujeres durante tres, no permitiéndose la
contratación a menores de dieciseis años. Los agentes reclutadores cobraban una
prima por cada contratado, razón por la cual el sistema de reclutamiento era
realmente escandaloso, no vacilándose en udir toda clase de engaños para lograr los
propósitos deseados.

Debido a las reiteradas denuncias de la prensa, un comité investigador se


constituyó en la India en el 1883, comenzándose de este modo el registro de los
trabajadores contratados que se dirigía a las distintas colonias. De las ciudades y
pueblos del interior los emigrantes se enviaban a depósitos establecidos en Calcuta,
Madrás y Bombay, en donde se les mantenía a las colonias de destino. El principal
puerto de embarque era el de Calcuta.

Los emigrantes provenían en su mayoría de las provincias Unidas de Agra y Oudh,


Bihar, Orissa, Provincias centrales, Provincias del Nor-Oeste y Bengala. Como
referencia de la proporción de emigrantes de las distintas regiones tomaremos los
datos corespondientes al año 1908, aparecidos en el Report of Inmigration .

Provincias Unidas 1.248

Oudh 983

Bihar 120

Punjab 6

Bombay y Madrás 1

Estados Nativos 53

India Central 25
Provincias Centrales 7

Bengala 1

Otros lugares 2

Esta misma proporción se repite en otros registros de inmigración


correspondientes a diferentes años. En algunos hubo más personas de algunas
provincias como Punjab y Bengala, pero en todos los años la proporción de
inmigrantes salidos de las provincias del norte y centro de la India, se mantuvo en
un 80-90%. La lengua hablada por los inmigrantes evidencia, por su parte, la
procedencia de los mismos. Prácticamente, todos los hindúes que hablan alguna
lengua natal, lo hacn en Hindi. Por todo lo señalado, el grueso de los inmigrantes
provenía del Hindustán, de los llanos por donde corre el río Ganges (6) . Según
Dwarka Nath, los primeros trabajadores procedían de la región montañosa de Chota
Nagpur, en Bihar – y en distintas localidades cercanas a esta región –, de Bardvan y
predominantemente de Bankura. Estas regiones señaladas, están pobladas
principalmente por tribus del grupo munda, que sufrían la más cruel explotación
como fuente de fuerza de trabajo barata para las plantaciones del estado de Assam
(7) .

La inmigración de hindúes a las colonias del Caribe sufrié interrupciones en


distintos períodos. Entre 1848 y 1851, se suspendié la inmigración a la Guayana
Británica debido a la excesiva mortalidad durante el viaje y en el proceso de
aclimatación, y entre los años de 1848 y 1852, Trinidad no los importó debido a la
ineptitud de los emigrantes para realizar las tareas para las cuales se les
importaba. Además, dadas las condiciones de vida y trabajo de los inmigrantes en
las distintas colonias, muchos regresaban a la India a la cesación del período por el
cual se les contrataba.

Teniendo en cuenta que esto representaba para los plantadores la disminución de la


fuerza de trabajo disponible, no les quedaba otra alternativa que evitar de una u
otra. Forma, el regreso de los emigrantes a la India. La salida la hallaron induciendo
a los culíes a hacer de las colonias sus hogares permanentes, facilitándoles
establecerce en pequeñas parcelas de tierra a cambio del importe de los pasajes de
regreso. Estas parcelas no podían asegurar la subsistencia de los antiguos
contratados y sus familias, por lo cual, de todos modos, se veían en la necesidad de
seguir trabajando para sus patronos.

El sistema de contratación se dio por terminado en el 1916, por la Asamblea


Legislativa de la India, cesando por consiguiente, la inmigración en gran escala.
Después de esta fecha, por espacio de siete años hasta el 1924, continuó la
inmigración, pero aisladamente y por iniciativa individual.

Llegada de los inmigrantes hindúes a Cuba y su aparición en Ermita

En el 1902, se constituyó la República de Cuba bajo la oprobiosa tutela de los


Estados Unidos. Aunque los capitalistas yanquis habían comenzado a hacer
inversiones en la Isla desde la segunda mitad del siglo XIX, es esta la coyuntura que
aprovechan para penetrar masivamente adueñándose de los servicios públicos y de
enormes extensiones de las mejores tierras del país, particularmente en las
provincias de Camagüey y Oriente. En estos territorios se dieron a la tarea de
erigir modernas fábricas azucareras con una gran capacidad de producción, los
llamados colosos , para lo cual era indispensable poner en producción las
plantaciones abastecedoras de caña a los molinos. Las zonas elegidas para las
fábricas tenían una baja densidad de población, haciéndose necesario el proveer la
fuerza de trabajo indispensable, destinada a las tareas agrícolas y al corte y alza
de la caña. Esta última etapa de la cosecha conocida con el nombre de zafra ,
requiere la disponibilidad de una inmensa cantidad de macheteros, que dada la
estructura económica que sufría el país, no tenían empleo el resto del año. Siendo
plantadores con mentalidad esclavista, acudieron a la importación de braceros de
otras islas antillanas, fuerza de trabajo barata que quebraba el nivel salarial de los
trabajadores cubanos.

La importación de braceros antillanos revivió escenas propias de la esclavitud,


abolida en Cuba cuatro décadas antes. Contratistas sin escrúpulos se dirigían a
Jamaica o Haití en busca de piezas de ébano , que luego negociaban con los
terratenientes o empresas propietarias de plantaciones.

El tráfico de braceros revistió proporciones considerables. Atendiendo a cifras


oficiales en el período entre el 1913 al 1930, entraronon más de 300.000 haitianos y
jamaicanos. Sin embargo, las cifras reales sobrepasan las ofrecidas por las fuentes
oficiales. Miles de inmigrantes entraron al país sin documentos de ninguna clase,
contando con la complícidad de las autoridades. Por Ley de 3 de agosto de 1917,
muchas empresas e individuos recibieron autorización para introducir trabajadores
hasta dos años después de que terminara la Primera Guerra Mundial

... a condición de que se proporcionara garantía de que los inmigrantes no se convertirían en carga
pública, ni constituirían una amenaza para la sanídad, así como de que serían reembarcados a su
debido tiempo (Gaceta Oficial de 3 de agosto de 1917).

Esta Ley no hizo más que oficializar una situación existente de facto .

La ocupación a la cual se destinaban los hindúes, era el cultivo y corte de la caña de


azúcar, al igual que el resto de los braceros antillanos. Sin embargo, en virtud de
conocer el inglés, gozaban de una ventajosa posición en los centrales de propiedad
americana. De este modo, algunos pasaron a ocuparse de otras tareas, tales como
capataces en los bateyes y colonias.

Los descendientes de hindúes, nacidos en Cuba, siempre estaban atentos a cambiar


de trabajo cuando con ello podían mejorar de posición. Muchos de ellos, por su
conocimiento del inglés, pasaron años más tarde a ocuparse en los trabajos de
construcción que se realizaron en la base naval norteamericana, enclavada en
territorio cubano de la Bahía de Guantánamo. Durante estas obras practicadas en
los años de la Segunda Guerra Mundial, aprendieron oficios relacionados con la
construcción. Los viejos, por su parte, siguieron trabajando en la caña o, por su
cuenta, en pequeñas parcelas, sembrando frutos menores y café.

Alrededor de la crisis económica de los años 30, gran parte de los hindúes
regresaron de nuevo a sus lugares de destino, fundamentalmente Jamaica. Los que
se quedaron en Cuba tenían constituida familia y no vivían en comunidades, sino
dispersos en distintos lugares, principalmente en la costa sur de Oriente y la zona
de Guantánamo.

Durante el estudio de comunidad realizado en el Central Costa Rica (antiguo Ermita)


de la zona de Guantánamo, tuvimos referencia de la existencia de hindúes en la
zona. Al hacer indagaciones, comprobamos la presencia de algunas personas,
antiguos inmigrantes hindúes y sus descendientes, radicados en dos bateyes, Ermita
y Egipto. Hasta el momento, no se tenía conocimiento de estos restos de las
inmigraciones de hindúes venidos a Cuba por los primeros años de este siglo.
Con respecto a la llegada de inmigrantes a Cuba, tenemos noticias de que alrededor
del 1905-06 vinieron desde Jamaica unos doscientos hindúes que entraron
ilegalmente en Cuba. El mismo informante afirma que en el año 1914, vinieron más de
dos mil hindúes nacidos en la India, y unos doscientos de Jamaica, habiendo entrado
los últimos con sus documentos en regla (8) . La veracidad de estos datos es dudosa.
Por una parte, la cuantía que se acredita a la inmigración, es poco probable y
además, ya por esta época funcionaba en la India, una comisión que se encargaba de
supervisar la emigración, y llevaba el registro de los emígrantes y los lugares de
destino, y no conocemos ninguna referencia a tal emigración hacia Cuba. En la obra
de Kondapi, por ejemplo, se ofrece una relación de Indios en distintos países del
mundo, y no aparece ninguna indicación con respecto a Cuba, a pesar de que se
menciona la presencia de hindúes en Panamá (cuatrocientos cincuenta en 1948),
Barbados (cien en 1950) y Brasil (veintiuno en 1948) (9) .

Alrededor del año 1915, había trabajadores hindúes en varios centrales de la


provincia de Oriente, entre ellos el Soledad, Esperanza, Santa Cecilia, los Caños,
Santa Isabel y Romelié, todos enclavados al sur de Oriente, en la zona de
Guantánamo (10) .

Según informes, por el año 1925 nuevos grupos de hindúes vinieron a trabajar al
territorio del Central Ermita. Estos indios también se dedicaban a los trabajos de
deshierbe y corte de la caña. Al igual que los grupos que lo precedieron, usaban su
vestimenta típica. Permanecieron unos dos años trabajando en Ermita, y al cabo de
este tiempo casi todos se fueron para otros centrales , entre ellos Romelié, Los
Caños y Santa Cecilia (11) (En la actualidad se llaman Héctor Infante, Paraguay y
Jorge Prieto respectivamente).

En vista de la carencia de fuentes fidedignas sobre la cuantía de la inmigración, y


siendo los datos procedentes de informantes confusos y contradictorios, damos la
cifra tentativa global de unos dos mil braceros de este origen. En la actualidad,
calculamos que hay en Cuba unos doscientos hindúes, contando como tales a sus
descendientes en primera generación nacidos en la Isla.

Es poco probable que los inmigrantes vinieran directamente de la India, pues de


este modo aparecerían inscriptos en el Registro de inmigrantes, que desde fines del
pasado siglo se seguía en los puertos de embarque, haciéndose constar el lugar de
destino. La mayoría de los inmigrantes posiblemente vinieran de Jamaica y de alguna
otra colonia como Trinidad, en donde había una numerosa población de este origen.

Los primeros hindúes venidos a principio de siglo, ofrecían una serie de


características culturales que los diferenciaban claramente del resto de la
población y de los demás inmigrantes. Usaban el vestido tradicional de los distintos
pueblos de la India, y muchos cubrían su cabeza con turbantes. Las comidas también
los distinguían perfectamente de la población, así como una serie de otras
costumbres. A pesar de vivir principalmente en el batey Egipto, situado en el área
cañera del Central Costa Rica (antiguo Ermita) de la zona de Guantánamo, en donde
vivían muchos jamaicanos, mantenían su individualidad contrayendo matrimonio
entre sí. Esta marcada tendencia endogámica les ganó el calificativo de
discriminadores por parte de los jamaicanos. En realidad, algo había de cierto en
esta afirmación. Bajo la influencia de la discriminación vigente en las colonias
británicas, se agudizó entre los inmigrantes hindúes la tendencia a evitar el
mestizaje con la población negra local.

La discriminación incluso se ejerció sobre hindúes de tonos de piel más oscuros,


situación que no tiene lugar en la India.

Los braceros confrontaron dificultades en los nuevos lugares de asentamiento, en


relación con la posibilidad de hallar mujer dentro del grupo. Este problema de la
escasez de mujeres entre los inmigrantes, se señala por algunas comisiones
designadas para el estudio de las condiciones de vida y trabajo de los inmigrantes.
En Cuba, prácticamente tenían mujer de su propio origen aquellos hindúes que ya
habían venido casados desde Jamaica. La falta de mujeres hizo que algunos viajaran
a Jamaica bajo la presión del medio socio-familiar en busca de esposa, aunque estos
matrimonios no siempre dieron resultado, por cuanto debían encontrar esposa en el
breve plazo de unos días de estancia en la vecina isla, lo cual no garantizaba la
selección adecuada.

Con el paso de los años, las nuevas generaciones nacidas en Cuba, para las cuales el
matrimonio endogámico no tenía el mismo significado que para sus padres, no
observan esta regia. Sin embargo, a pesar de su integración a la nacionalidad cubana
por el mestizaje, por la participación en la cultura cubana, aún sobreviven algunas
reminiscencias entre ellos de aquellos puntos de vista primarios, en relación con los
negros, manifestándose en su preferencia por contraer matrimonio con personas de
tonos más claros de piel.

Existen distintos grados de integración de los inmigrantes, en dependencia con el


medio que los rodea. En la Guayana, donde se ha seguido una habilidosa política por
parte del Gobierno colonial, existen diferencias bastante acentuadas entre los
indios y los demás grupos étnicos, representados en la población. Trinidad, donde
existe una numerosa población hindú, goza de una mayor integración, y los
inmigrantes y sus descendientes tienen una conciencia bastante desarrollada de
"trinitarios". En esta Isla, como en Jamaica, aún en mayor grado, la resistencia ha
ido cediendo al mestizaje gradual. Los hindúes de Cuba, y en particular sus
descendientes, no se distinguen en la actualidad del resto de los ciudadanos, pues
su manera de vestir, hábitos alimenticios y costumbres son los mismos que los del
cubano.

En el año 1919, la Guantánamo Sugar Co. , compañía norteamericana propietaria de


varios centrales en la zona de Guantánamo, costa sur de Oriente, trajo un
cargamento de varios cientos de hindúes para trabaiar en las plantaciones de los
centrales que poseía. Teniendo en cuenta que la inmigración desde la India cesó en
el 1916, los braceros provenían de alguna colonia británica de las Antillas,
probablemente de Jamáica. Además de este grupo, tenemos referencia de que
llegaron a la zona otros traídos por contratistas libres, que iban de un batey a otro
vendiendo fuerza de trabajo. A petición de la administración norteamericana del
Central Ermita, la Guantánamo Sugar le cedió un grupo de hindúes para trabajar en
sus colonias de caña . Estos años se caracterizaban por una febril actividad
azucarera en Cuba, consecuencia del conflicto bélico que había destruido los campos
remolacheros de Europa. Era la época de la llamada "Danza de los Millones". Los
precios del azúcar eran muy elevados, y por este motivo la fuerza de trabajo era de
un valor inestimable.

El grupo de hindúes que fue a trabajar a Ermita, cedido por la Guantánamo Sugar ,
se estableció en la colonia de caña llamada Egipto. Allí se dedicaban a los trabajos
agrícolas de la caña, que les eran conocidos desde la India, lugar que se consideraba
el foco desde el cual la caña se extendió a otros lugares del mundo.

Rasgos culturales de los inmigrantes


Estos primeros hindúes en el territorio del central Ermita, excitaban la curiosidad
de la población local. Los inmigrantes no vestían al estilo occidental como los
naturales. Usaban

... turbante y taparrabos, consistente este último en una tela que se enrollaban en el cuerpo.

Las mujeres llevaban el pelo "enrollado en forma de pelota" (12) . Según la


denominación popular, los indios que había eran "Calcuta", "Punjab" y "Madrás". Los
"Calcuta", tenían el pelo largo, y se cubrían la cabeza con un turbante. Es posible
que, atendiendo a este indicio, se tratara de sikhs (13) .

Con el paso del tiempo, los braceros que se establecieron con carácter de
permanencia en las comunidades rurales, no tardaron en perder el vestido nacional,
adoptando consiquientemente el usado por la población local. En Trinidad, el vestido
nacional se ha conservado fundamentalmente en el campo, aunque también una parte
de la población de las ciudades lo usa, en primer término, las mujeres.

Los braceros usaban su propia lengua para comunicarse entre sí. En general, no
hablaban el español y el inglés lo hablaban bastante mal.

Los hábitos alimenticios de los hindúes llamaban la atención de la población. Comían


con las manos, consistiendo su dieta en tortas de harina y mantequilla. Al decir de
un informante, "los indios Calcuta comían solamente casabe" aplicándole a las tortas
la denominación que los aborígenes cubanos daban a la especie de "pan", hecho de
yuca (mandioca). Estos grupos no comían carne. Gustaban mucho del pescado, el cual
obtenían de los ríos y arroyos de Ermita. Los mangos que tanto abundan en los
campos cubanos, los comían verdes, y además preparaban un plato a base de flores
de este árbol (14) .

Aunque estos primeros hindúes observaban las prohibiciones alimenticias


referentes a la carne, en la actualidad se ha perdido por completo esta observancia,
al menos entre los del grupo estudiado y sus descendientes. Como una supervivencia
dentro de la dieta alimenticia se ha mantenido la preparación del persad , que
constituye el plato ritual que se reparte dentro de las ceremonias religiosas.

Los culíes al levantarse por las mañanas, hacían sus abluciones en un arroyo cercano
al batey Egipto, donde residían, sentándose en cuclillas frente al sol (15) .
Los inmigrantes no trasladaron a Cuba ninguna expresión de su arquitectura
tradicional. Tampoco hemos podido apreciar en los interiores de la vivienda actual,
ningún rasgo que nos señale este origen. En ellos se manifestó una marcada
tendencia por asimilar rápidamente las formas de vida vigentes en Cuba. Inclusive la
mayoría de ellos, tan pronto como les fue posible, abandonaron los campos de caña
en busca de mejores trabajos en los bateyes y núcleos urbanos. La única forma de
construcción que recuerda las pautas originales, se contrae al colgadizo o enramada
hecha de bambú, que sirve a los fines de la celebración de ceremonias religiosas
(puja) (16) .

El batey Egipto, centro de la colonia del mismo nombre, sé encuentra al norte del
batey Ermita. La mayor parte de los hindúes y jamaicanos de Ermita, residían en
este batey. Los hindúes que estaban solteros, compartían los barracones con los
jamaicanos, y los que tenían constituida familia, vivían aparte. Estos últimos, criaban
vacas y chivos en sus pequeñas parcelas de tierra.

En los campos de Ermita, también trabajaron mujeres hindúes. Eran las esposas de
los hindúes que habían venido ya casados. Desde la llegada de los primeros culíes,
vinieron también mujeres, pero en cantidad insuficiente. Una comisión creada en el
1912 para estudiar las facetas negativas de los inmigrantes y sus condiciones de
vida, señalaba entre los principales desajustes comunes a los grupos hindúes de la
Guayana Británica, la Isla de Trinidad y Jamaica, el alto número de suicidios entre
los culíes contratados, la desproporción entre los sexos con su consecuente
inmoralidad y la excesiva cantidad de causas judiciales, establecidas contra los
braceros por delitos sancionados en las leyes coloniales del trabajo (17) .

La escasez de mujeres tuvo repercusiones de gran importancia en la posición de la


mujer y en el régimen de castas. Una serie de prohibiciones existentes en la India,
no tuvieron lugar en las numerosas comunidades indias de la isla de Trinidad. La
viuda de un brahmán a quien se le prohibe volver a contraer matrimonio en la India,
no observa esta prohibición en Trinidad. También los matrimonios entre miembros
de distintas castas, se observan con frecuencia.

En la Guayana Británica, y en la isla de Trinidad, los hindúes no se han mezclado con


la población local, constituida en su mayor parte por negros. Las causas de esta
resistencia al mestizaje son diversas.
En aquellas colonias en las que se establecieron nutridos grupos de hindúes, que
residían en grupos compactos como ocurrió en la Guayana Británica y en Trinidad, no
fueron asimilados sino por el contrario, han manifestado una gran resistencia al
mestizaje, manteniendo el uso de la lengua y muchos otros rasgos de la cultura,
tales como los relativos a la cultura material, alimentación y crencias religiosas. Sin
embargo, en las colonias en las cuales constituían grupos pequeños, no se produjo
una resistencia tan grande como en las primeras.

Para comprender la resistencia al mestizaje, y las tensiones de tipo racial, es


necesario tener en cuenta las circunstancias en las cuales se da comienzo a la
inmigración de braceros. Los negros, antiguos esclavos de las plantaciones, se
negaban a volver a las mismas. Ponían en producción pequeñas parcelas de tierra, o
bien fomentaban el pequeño comercio de las ciudades. Ante la imposibilidad de
hacer volver a los antiguos esclavos a las plantaciones, se dio comienzo a la
importación de culíes. Al analizar los actuales problemas raciales de algunas
antiguas colonias antillanas, debe partirse de este punto. Los culíes despertaron la
inquietud de la población negra como potenciales rivales en el mercado de brazos, y
en el resto de las ocupaciones a las cuales se dedicaba la población local. Los
braceros venían de hecho, a ocupar los puestos que antes habían ocupado los
esclavos. Una inmigración de estas características no podía menos que sufrir la
hostilidad de la población local (18) .

Al constituir grupos endogámicos portadores de una cultura genérica común, no


había posibilidades inmediatas de suavizar o hibridizar las diferencias culturales. A
su vez, las difíciles condiciones de vida y trabajo que debieron afrontar los
inmigrantes, aumentó la solidaridad del grupo.

Por su parte la discriminación racial, apoyada por los ingleses, ejerció su influencia
en las concepciones de los braceros. A pesar de que en la India las diferencias en el
color de la piel no tienen mayor importancia, bajo la presión de la discriminación
racial existente en Trinidad, los hindúes con un color de piel más oscuro (los
llamados "madrás") fueron colocados en una posición inferior (19) .

Con el paso de los años se va venciendo la resistencia al mestizaje. Al principio,


debió pasarse por alto el régimen de castas y las diferencias entre los individuos
pertenecientes a distintos pueblos de la India. Gradualmente ha ido aumentando el
número de matrimonios mixtos con la población negra local. Los descendientes de
tales matrimonios ascienden en la isla de Trinidad a doce mil (20) . En Jamaica, ha
sucedido otro tanto. Además de¡ término coloured , ha surgido el de East Indian
Coloured designando los descendientes de matrimonios mixtos entre negros e
indios. De acuerdo con el censo de 1943, en Jamaica había alrededor de 21.400
hindúes y 5.100 mestizos de hindú y negro. En el 1955, los hindúes sumaban 25.000
(21) .

En Jamaica — isla de la cual partieron los braceros hindúes a Cuba — hasta la


primera década de este siglo, los mismos se casaban casi exclusivamente entre sí,
constituyendo la excepción el mestizaje con chino o con jamaicano (22) .

A pesar de que las mujeres descendientes de hindúes son poco numerosas, todavía
es bastante grande la resistencia al mestizaje.

Los hindúes establecidos en territorio de Ermita, los cuales vivían en su mayoría en


el batey Egipto, tenían fama de racistas entre la población local que estaba
compuesta en su mayoría por negros. Esta fama la adquirieron en virtud de la
endogamia, que era observada por el grupo. Los hindúes veían con malos ojos "que
otros que no fueran sus paisanos, hablaran con sus mujeres" (23) .

En las condiciones generales precedentes, se producen aspectos particulares del


proceso de transculturación, atendiendo a las especificidades de las distintas
colonias a donde fueron destinados los braceros. Existe además, una correlación
lógica entre la proporción de los distintos componentes étnicos y las variantes del
proceso transculturativo.

Los materiales recogidos muestran que en la cultura de los inmigrantes se observan


determinados elementos que resisten más decididamente la acción de la cultura que
los rodea. Entre los inmigrantes hindúes y sus descendientes se conservan hasta
nuestros días creencias tradicionales sobre fuerzas sobrenaturales y una práctica
religiosa ancestral. Estos rasgos de la cultura han sobrevivido por cuanto servían a
modo de defensa en un medio cultural que les era ajeno. Además existe otra faceta
del proceso de aculturación que constituye la contrapartida de la asimilación de la
cultura inmigrante. Este es cuando se produce una aceptación por parte de la
población local de rasgos pertenecientes a la cultura inmigrante. En el terreno de
las creencias religiosas en Jamaica se ha producido un fenómeno de esta
naturaleza. En las prácticas de los cultos revivalistas existen elementos rituales
identificables como de procedencia hindú. Dentro de estos cultos, según Simpson,
en una ceremonia especial, secreta, se mata un chivo antes de comenzar el servicio
religioso ordinario. Están presentes el líder o director, los miembros principales de
la iglesia y la persona que está en peligro. Se lee el Salmo bíblico 65, elevan
oraciones el director y otros tres dignatarios, recitando después el director un
mensaje que recibe el nombre de "bendición". Más tarde éste expresa su petición al
pie del animal que se va a sacrificar, o sea, declara que alguien quiere "ser librado
de un gran peligro". Explica por qué se sacrifica el animal diciendo que se trata de
una persona en cuestión. Si esta persona es apta se le pide que lea el Salmo 118, de
lo contrario, es leída en su lugar por una madre u otro dignatario. Es rociada
entonces ligeramente sobre la cabeza del chivo agua fría consagrada y el director
pide a uno de los ayudantes decapitar el animal. El sacrificio debe ser realizado con
un arma muy afilada pues el animal no debe emitir sonido alguno. El líder toma un
poco de la sangre y traza el signo de la cruz en la frente del individuo que ordenó el
sacrificio. El resto de la sangre es recogido en un recipiente, pues la sangre no debe
ser absorbida por la tierra. Aproximadamente la mitad de la sangre es colocada en
una vasija aparte, mezclándose el resto con miel y harina de trigo, haciéndose con
esta mezcla una especie de pastel que se coloca en el altar. El resto del chivo se
corta en trozos y se sazona con salsa hindú (curry). Luego es cocinado en aceite de
coco añadiéndosela cebollas, ajos y cebollinos realizándose la cocción en una cazuela
de barro (24) .

Este proceso de préstamo cultural no parece haberse dado en Cuba, no


integrándose dentro del creciente sincretismo religioso elementos tomados de las
creencias hindúes.

En toda inmigración, además de su cuantía, existen una serie de factores que


condicionan el ritmo de asimilación al nuevo medio nacional en donde se injerten. Los
matrimonios con la población local facilitados por la ausencia de prejuicios raciales
entre las capas sociales a las que se relacionaron incidieron favorablemente el
proceso de integración en Cuba.

A pesar de que el número de esta inmigración fue poco considerable su estudio


ayuda a la comprensión de los procesos étnicos en la Cuba contemporánea.

El aspecto sicológico también debe tenerse en cuenta en el proceso aculturativo. Es


posible establecer una clara línea divisoria entre la actitud de los braceros
contratados y la de los inmigrantes, que después del fin del sistema de
contratación, continuaron viniendo por su cuenta a la América. Mientras los
primeros se aferraban a su cultura resistiendo a la asimilación, los segundos venían
condicionados a ésta. Un hindú, que llegó a Cuba en el 1923. relataba que ya en el
barco que los conducía hasta las Antillas, muchos se despojaron del turbante y
cortaron el cabello (25) .

Desde sus comienzos, la inmigración de hombres fue infinitamente mayor que la de


mujeres, desproporción que indudablemente ha ejercido gran influencia en el
mestizaje. Por la época en que se produjo la llegada a Cuba de los braceros, la
escasez de mujeres pertenecientes al grupo, representaba en Jamaica un serio
obstáculo para los hin dúes. En Cuba, por su parte, las posibilidades para la
endogamia eran aún más escasas.

Para poder apreciar el curso seguido por el mestizaje, hemos seleccionado una
familia-tipo, cuya genealogía desarrollarnos a continuación.

Los fundadores de esta familia, llegaron a Jamaica en algún momento, entre el 1860
y el 1880. Samkerr, el hijo mayor, les nació en Jamaica en el 1883. Cuando éste era
aún pequeño, los padres regresaron a la India, donde permanecieron durante algún
tiempo, y volvieron de nuevo a Jamaica.

Llegado el momento, de acuerdo con las tradiciones hindúes, los padres de Samkerr
realizaron el contrato matrimonial de su hijo con los padres de la novia elegida. En
el año de 1902, Samkerr y su mujer, Emilia Doughall, embarcaron con rumbo a Cuba
en busca de trabajo, desembarcando por el puerto de Guantánamo. En esta fecha,
Samkerr contaba con diecinueve años y su mujer con dieciséis. A la sazón esposa de
Samkerr estaba encinta, dando a luz a su primer hijo Jorge, en un lugar llamado el
Yarey, cercano a Guantánamo.

La familia continuaba manteniendo las relaciones con la comunidad hindú de


Jamaica. A los diez u once años (1913 o 1914) Jorge viajó por primera vez a
Jamaica, en donde permaneció cuatro meses. A los veinte años (1923) volvió de
nuevo, y por espacio de otros cuatro meses estuvo en dicha Isla. Luego, en el año de
1925, estuvo por última vez en Jamaica durante tres meses. Todos estos viajes los
realizó en compañía de su madre; su padre permaneció en Cuba, no volviendo más a
Jamaica ni a la India. En sus viajes a Jamaica, visitaban los familiares, tíos y otros
parientes que residían en la Isla. Allí participaban de las actividades de la
comunidad hindú, las ceremonias religiosas entre ellas.

En la genealogía que desarrollamos, todos los integrantes de la familia que aparecen


en la misma, salvo la primera generación, vinieron a Cuba. Como se puede apreciar,
varios hermanos y hermanas de Samkerr se establecieron como él en Cuba. De
todos ellos solamente Bantá regresé de nuevo a Jamaica, en el año 1931, período en
el cual se produjo una crisis económica que conmovió a Cuba.

Todos los hermanos a su llegada a Cuba se establecieron en el área de Ermita,


particularmente en el batey Egipto. De ellos, tres contrajeron matrimonio con negra
y mulato, y dos con india. En tercera generación, todos los nietos y nietas de Lalit-
Ram y Etualí contrajeron matrimonio con negro o mulato cubano. Una sola excepción
la constituye el primer matrimonio de Jorge, con una india.

En ocasión del último viaje que realizó Jorge a la vecina isla de Jamaica cuando
tenía veintidós años, su padre le dijo:

Cuando tú vayas, cásate allá con una india como tú, y trae tu mujer para acá.

La petición paterna fue cumplida por Jorge, aunque el matrimonio fracasó, porque
aparentemente la mujer no podía tener familia. Entonces, dice Jorge,

... el viejo la llevó a Santiago de Cuba y la embarcó directo a su casa otra vez, para que no se quedara
por aquí.

En la cuarta generación, es decir, los bisnietos de Lalit-Ram y Etualí, solamente hay


un caso en el cual contrajeron matrimonio descendientes de indio por línea materna
y paterna respectivamente. Constituye a la vez, un matrimonio de primos cruzados.

El uso de una lengua por un grupo nacional injertado en un medio distinto, cual era el
caso de los inmigrantes, está en dependencia de una compleja red de factores. La
posición económica y social del grupo en cuestión, el grado de desarrollo de su
cultura, las relaciones con otros grupos humanos y la cuantía de los parlantes,
pueden citarse como varios de los nódulos de la cuestión planteada.

Según señalábamos antes, al referirnos a la procedencia étnica de los braceros


traídos a las colonias antillanas, el Hindi era la lengua hablada por la mayoría de los
mismos. En la conservación del Hindi, como lengua usada por las comunidades
hindúes, se han conjugado infinidad de factores. algunos de los cuales enumeramos
en el párrafo anterior.

Después de la proclamación de la República de la India, se produjo en la isla de


Trinidad, un auge en cuanto a la utilización de¡ Hindi por la comunidad indostana. Por
primera vez en la historia de la Isla, los hindúes crearon escuelas, en las cuales se
imparte la enseñanza en lengua Hindi. Desde luego que no poco influyó en este
sentido, la situación económica de los inmigrantes.

En Cuba, por su parte se habló el Hindi, mientras los braceros constituían grupos
compactos de trabajadores agrícolas, residentes en el mismo sitio. Luego, a medida
que fueron muriendo los viejos y dispersándose sus descendientes, la lengua se
perdió casi por completo. Hay un solo aspecto en que se ha mantenido el uso del
Hindi, y es en las ceremonias religiosas, a las que hacemos referencia más adelante
en este trabajo.

Actualmente el proceso de asimilación de los hindúes en Cuba, casi ha concluido. En


el plano de las creencias religíosas, se ha manifestado una cierta resistencia a la
desaparición.

Parte I — Parte II

Notas

1. Guerra Ramiro. Azúcar y población en las Antillas . p. 31 y ss.

2. "Emigrant-India of today". En: Indian Emigration . London, Oxford Univ. Press, 11924, v.V, p. 6.

3. Kondapi, C. Indians Overseas 1838-1849.

4. Davis, K. The population of India and Pakistan . Princeton, 1951, p. 1.

5. Loc. Cit. (2) p. 7.

6. Niehoff, Arthur and Juanita. East Indians in the West Indies . p. 17.

7. Nath, Dwarks. A History of Indians in British Guiana .


8. Luis Daniel Hezeklah Dacosta (informante).

9. Kondapi, C. Op. cit.

10. Isidoro Aladro (informante).

11. Idem.

12. Andrés Aviaque (informante).

13. Andrés Aviaque y Alfonso López Chia (informantes).

14. Alfonso López Chia (informante).

15. Joaquín Turcaz (informante).

16. Posiblemente el mismo espíritu de empresa animó a determinadas capas de la población india de
Trinidad, particularmente a los indios residentes en las ciudades. Las casas de estos indios de
Trinidad, han conservado algunos rasgos nacionales, solamente en su interior, no diferenciándose por
su aspecto externo de las casas del resto de la población de la Isla. El tipo antiguo de choza se
conservó solamente en las aldeas, cuya población india era mayoritaria. La armazón se fabrica de
bambú, sobre el cual, luego se colocan amplias hojas de palma. Las paredes se recubren de fango, al
que se lo añade yerba seca y estiércol. Con esta misma mezcla, se recubre el suelo (En: Selven S.
"The West lndian Patchwork").

17. Op cit. (2) p. 58.

18. En este mismo sentido vease: Ibídem . p. 101.

19. Ibidem. p. 93.

20. Ibidem .

21. Dridzo, A.D. "La población de Jamaica".

22. Luis Daniel Hezekiah Dacosta (informante).

23. Newton Goulbourne (Informante).

24. Simpson, George Eaton. "Jamaica revivalistic cults".

25. Amar Singh (Informante).

Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia


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