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Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

“It is better that they do it imperfectly than for you to do it perfectly; for it is their war, their
country and your time is short” 1 .

1
T. E. Lawrence, “Los siete pilares de la sabiduría”,. (“… es mejor que ellos lo hagan de manera imperfecta a que tú lo
hagas a la perfección; porque es su guerra, su país y tu tiempo es breve”).
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Los términos lecciones aprendidas y buenas prácticas han empezado a aparecer en el lenguaje
vinculado a la acción humanitaria y la rehabilitación posbélica desde hace algunos años. El fin
detrás de estos conceptos es evitar la repetición de errores y tratar de no tener que “reinventar
la rueda” como se diría comúnmente todas las ocasiones que nos encontramos ante una
situación o un problema ante el que, con toda probabilidad, otros se han encontrado
anteriormente. Sin embargo, pese a ser términos que dominan el lenguaje no se puede decir
que tengan una traslación directa en el trabajo diario. Las buenas prácticas y las lecciones
aprendidas existen y por tanto crean conocimiento, pero lo que no se ha logrado aún es una
gestión eficaz y accesible de este conocimiento.

Qué se entiende por buenas prácticas y lecciones aprendidas. (cuando se puede


considerar una práctica buena, cuándo se puede considerar una lección como lección
aprendida)

Según el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas: una


buena práctica es “una forma de hacer que ha probado su efectividad en una situación y puede
ser aplicable en otra”.

Se podrían considerar lecciones aprendidas las conclusiones que se obtienen una vez que se
ha realizado una tarea concreta. Esto es, cuando se evalúa la labor realizada comparándola
con los resultados obtenidos según los objetivos marcados y el tiempo, el esfuerzo y, en
muchas ocasiones, el dinero invertido. Las conclusiones resultantes tras este tipo de
evaluaciones se podrían considerar lecciones aprendidas. Aunque en muchas ocasiones los
trabajadores vinculados a la rehabilitación posbélica suelen referirse a ellas como “lecciones no
aprendidas”, haciendo referencia a la cantidad de ocasiones en las que se vuelven a cometer
los mismos errores que en el pasado.

Para UNICEF, según refleja en la página web “Evaluación y Buenas Prácticas” 2 identificar
buenas prácticas es una parte necesaria del aprendizaje de la organización y la búsqueda de la
excelencia. Su identificación es parte del proceso continúo de supervisión y evaluación, y todas
son parte de un intento de comprender mejor qué es lo que funciona y qué es lo que no
funciona, cómo y en qué condiciones. Las buenas prácticas, que UNICEF las distingue de
lecciones considerando éstas como algo mucho más explícitamente sustantivadas, permiten a
UNICEF y sus contrapartes aprender de la experiencia y tratar de buscar las mejores formas de
actuación en cada uno de los contextos.

Suele ocurrir que de una lección aprendida se extrae una buena práctica y viceversa. Por lo
tanto son dos conceptos que suelen aparecer unidos en la literatura que se dedica al estudio
de los procesos de rehabilitación posbélica y, sobre todo, de la respuesta internacional. Aunque
según señala I. Smillie 3 , cuando en una evaluación se menciona el término “lecciones
aprendidas” éste a menudo sólo quiere decir “lecciones”. En este sentido y tal y como refleja K.
Bush en el documento que da inicio al debate acerca de la evaluación del impacto en la paz y
el conflicto 4 (PCIA, por sus siglas en inglés), los costes de este aprendizaje son asumidos de
manera desproporcionada más por las poblaciones del sur que por las poblaciones del norte.

Sin embargo, la existencia de un activo de conocimiento que contenga buenas prácticas y


lecciones aprendidas procedentes de experiencias anteriores en otros contextos o en el mismo,
no implica que éste sea trasmitido. Esto es, en demasiadas ocasiones la difusión de las

2
Véase http://www.unicef.org/evaluation/
3
I. Smillie; “The Alms Bazaar: Altruism Ander FIRE –non-Profit Organizations and Internacional Development”,
IDRC/ITDG Publishing, Ottawa,1995.
4
K. Bush, Ph.D; A Measure of Peace: Peace and Conflict Impact Assessment (PCIA) of Development Projects in
Conflict Zones. Working Paper No. 1. Marzo, 1998. The Peacebuilding and Reconstruction Program Initiative & The
Evaluation Unit. Véase en:
http://www.idrc.ca/uploads/user-S/10533919790A_Measure_of_Peace.pdf
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

conclusiones a las que llegan los actores de la rehabilitación es a menudo inexistente o, en el


mejor de los casos, reducida, algo que impide que el beneficio de dichos aprendizajes alcance
a un número amplio de personal relacionado con estas tareas. Se observa que este hecho no
es por carecer de voluntad de compartir la información, sino por desconocimiento acerca de
cómo hacerla llegar a los que puedan estar interesados por ella.

La gestión del conocimiento – ¿en qué consiste?

Es aquí entones donde entraría otro concepto de elaboración reciente y gran auge entre las
grandes corporaciones capitalistas: la “gestión del conocimiento”.

Como se ha mencionado anteriormente, la necesidad de acuñar y transmitir las lecciones


aprendidas y buenas prácticas forma parte del debate de Naciones Unidas desde hace algunos
años. Así, en la evaluación del Departamento de Asuntos Humanitarios que llevó a cabo la
Oficina de Internal Oversight Services de Naciones Unidas durante 1997 se señala: “En 1996
un estudio llevado a cabo identificó la necesidad de mejorar la difusión de las ‘buenas
prácticas’ dentro del departamento. En el terreno, el personal del departamento gestiona un
número considerable de nuevos casos y metodologías y se desarrollan habilidades caso por
caso. Las lecciones aprendidas de estas experiencias no se comunican de manera sistemática
a otro personal de terreno implicado en actividades similares. La metodología de archivo es
pobre y los documentos que constituyen la memoria institucional del departamento a menudo
no se pueden encontrar. Recomendación: basándose en las unidades que contribuyen a los
estudios de lecciones aprendidas del departamento de asuntos humanitarios, a las revisiones o
desarrollo de políticas y guías prácticas y a la difusión de documentación relacionada, el
Coordinador Humanitario de Emergencia debería proponer al Comité Inter Agencias a finales
de 1997 un procedimiento que aseguré el seguimiento efectivo de las lecciones aprendidas y
buenas prácticas. El procedimiento acordado debería ponerse en marcha en colaboración con
las unidades de miembros relevantes del Comité” 5 .

Tres años más tarde el Informe del Panel sobre las Operaciones de Paz de Naciones Unidas,
más conocido por Informe Brahimi 6 , en referencia al responsable del panel, L. Brahimi, ex
Ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, señalaba que no se había hecho lo suficiente para
mejorar la capacidad del sistema para trasladar la experiencia acumulada en el terreno en
procedimientos, planes o mandatos. Asimismo, señalaba que el trabajo de la Unidad de
Lecciones Aprendidas del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz no
parecía haber tenido un gran impacto en la práctica de las operaciones de paz y la recopilación
de lecciones aprendidas parece ocurrir sobre todo al término de la misión. El informe
denunciaba la pérdida que esta forma de actuar entrañaba, dado que las experiencias
adquiridas deberían ser captadas y retenidas para el beneficio de otros actores de la propia
operación o de operaciones venideras. Así, las lecciones aprendidas deberían considerarse
como una fase de la gestión de la información que contribuya a la mejora de las operaciones
en el día a día. El Informe Brahimi sugería que la Unidad de Lecciones Aprendidas debía ser
mejorada y trasladada a la oficina de operaciones del Departamento de Operaciones de
Mantenimiento de la Paz.

El resultado fue la creación de la Unidad de Buenas Prácticas de Mantenimiento de la Paz


(PBPU, por sus siglas en inglés) en 2001, como resultado de la fusión entre la Unidad de
Lecciones Aprendidas y la Unidad de Análisis y Política. Su objetivo es funcionar como el
gestor del aprendizaje resultante de las operaciones de paz, manteniendo y poniendo al día la
memoria institucional que las misiones y los grupos de trabajo obtuvieran a través de la
resolución de problemas, así como las buenas prácticas y las prácticas que hay que evitar. En

5
Report of the Office of Internal Oversight Services on the In-depth Evaluation of the Department of Humanitarian
Affairs (E/AC.51/1997/3) en: http://www.un.org/Depts/oios/reports/eac51973.htm#Lessons
6
Report of the Panel on United Nations Peace Operations. A/55/305–S/2000/809 de 21 de agosto de 2000
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julio de 2005 esta Unidad fue rebautizada como la Sección de Buenas Practicas del
Mantenimiento de la Paz 7 (PBPS, por sus siglas en inglés).

Algunas iniciativas internacionales de Gestión del Conocimiento

La transmisión de lecciones aprendidas y buenas prácticas no ha sido sólo preocupación


exclusiva de Naciones Unidas. En la actualidad son muchas las iniciativas que tratan de paliar
esta carencia identificada en la práctica humanitaria internacional

A continuación se recogen las iniciativas internacionales que se han considerado más


importantes. Se ha mantenido el nombre original evitando traducirlo para así facilitar su
posterior localización:

Humanitarian Practice Network (http://www.odihpn.org/)


Foro independiente donde los trabajadores humanitarios, académicos, políticos y personas
vinculadas con el sector humanitario pueden compartir información, análisis y experiencias.
Su objetivo es mejorar la ejecución de la acción humanitaria a través de la contribución al
aprendizaje individual e institucional. 80 países, así como organizaciones regionales e
internacionales e instituciones académicas están implicados en esta red que cuenta con la
financiación de varios gobiernos donantes e instituciones.

Aid Workers Network (http://www.aidworkers.net)


El objetivo de esta red es ofrecer un foro en el que los trabajadores de terreno, tanto
humanitarios como de desarrollo, puedan compartir ideas, aprendizajes y buenas prácticas.
Los responsables de desarrollar esta red son los trabajadores humanitarios también, cuyo
objetivo es proporcionar un recurso exhaustivo para trabajadores de terreno ocupados que
necesitan consejos prácticos y recursos comprobados que les puedan ayudar en su trabajo
actual en el terreno. Es una comunidad de aprendizaje en la que las respuestas a las
dudas pueden provenir de trabajadores de terreno que se han encontrado en la misma
situación. El objetivo es evitar que se reinvente la rueda cada vez.

Active Learning Network for Accountability and Performance – ALNAP


(http://www.alnap.org)
Foro internacional inter agencias establecido en 1997 para mejorar la calidad y la rendición
de cuentas de la acción humanitaria a través de identificar problemas comunes, compartir
lecciones y alcanzar consenso en métodos de trabajo cuando se estime necesario.
También cuenta con una base de datos de recursos útiles. Está compuesta por 51
miembros completos y 450 con categoría de observadores.

Global Facilitation Network for Security Sector Reform (http://www.gfn-


ssr.orfg)
Proyecto financiado por el Departamento de Prevención de Conflictos del Gobierno de
Reino Unido y gestionado por un grupo de académicos y practicantes. Basado en la
investigación con el objetivo de facilitar recursos que contribuyan al desarrollo de políticas y
la construcción de capacidades en las iniciativas emprendidas para la reforma del sector de
la seguridad.

Knowledge Management for Development (http://www.km4dev.org)


Comunidad de trabajadores internacionales del desarrollo interesados en la gestión del
conocimiento y en compartir conocimiento acerca de métodos de trabajo y experiencias.

Peacekeeping Best Practices Unit (http://www.un.org/Depts/dpko/lessons)

7
Para más información véase la página web de la PBPS en: http://www.un.org/Depts/dpko/lessons/
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Página web gestionada por el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz


de Naciones Unidas para servir como herramienta de investigación para todas las personas
interesadas en saber más acerca del mantenimiento de la paz. Diseñada para convertirse
en un punto central de información para la comunidad relacionada con el mantenimiento de
la paz donde éstos puedan compartir ideas y conocimiento. También sirve para
proporcionar información acerca de operaciones de mantenimiento de la paz pasadas y
diseminar las investigaciones que se han llevado a cabo.

UN Evaluation Forum (http://www.uneval.org)


Red de conocimiento para difundir buenas prácticas y lecciones aprendidas sobre valorar,
monitoreo y evaluaciones para todas las agencias miembros del Equipo de Evaluación de
Naciones Unidas (UNEG, por sus siglas en inglés). El objetivo de esta red es favorecer el
intercambio de experiencias y conocimiento entre sus miembros, extraer lecciones
aprendidas y buenas prácticas mientras se comparten metodologías y proporcionar una
plataforma para debatir cuestiones relacionadas con la política de las evaluaciones y su
práctica. Este foro se creó en 2003.

Aid Harmonization & Alingment (http://www.aidharmonization.org)


Creada con el objetivo de mejorar la eficacia en el desarrollo a iniciativa de bancos
multilaterales, organizaciones internacionales, donantes bilaterales y países donantes así
como receptores. Entre otros objetivos buscan armonizar las políticas operacionales,
procedimientos y prácticas para alinear el apoyo de los donantes con las estrategias de
reducción de la pobreza de los países receptores y otros marcos de desarrollo. Existen
grupos de trabajo cuyo objetivo es identificar los elementos que todos consideran como
buenas prácticas.

Journal of Humanitarian Assisstance (http://www.jha.ac)


El objetivo de esta “diario” es facilitar la comunicación entre los diversos trabajadores
humanitarios y analistas que componen la comunidad de actores humanitarios.
Originalmente parte de un proyecto de investigación de la Universidad de Cambridge, hasta
que en 1995 se decidió crear como una fuente a la que todo el mundo pudiera contribuir y
de la que todo el mundo pudiera beneficiarse. Consta de aproximadamente 3.000
documentos que tratan todos los aspectos de la respuesta humanitaria, desde la alerta
temprana hasta la construcción de paz después del conflicto. Cuenta con un apartado
dedicado a informes y lecciones aprendidas que se denomina: After action reports.

Global Development Learning Network (http://www.dgdln.org)


Es una sociedad global de centros de aprendizaje que ofrece la posibilidad de utilizar los
avances tecnológicos en comunicación para conectar a todas las personas que están
trabajando en desarrollo alrededor del mundo. Iniciada en 2000 a iniciativa del BM y cuenta
con 70 organizaciones afiliadas, la mayoría de ellas en países en vías de desarrollo.

United Nations Development Group (http://www.undg.org)


Instrumento creado dentro de la reforma de Naciones Unidas por el Secretario General de
la ONU en 1997 para mejorar la eficacia del trabajo de Naciones Unidas en el terreno.
Aúna a las agencias de Naciones Unidas que trabajan en desarrollo y desarrolla políticas y
procedimientos para permitir a las agencias miembro el trabajo en equipo a la hora de
analizar situaciones de país, la puesta en marcha de programas de apoyo, monitoreo de
los resultados, etc. Contiene asimismo las buenas prácticas que se van identificando a
través de la ejecución del trabajo en el terreno de las agencias de Naciones Unidas.

Development Gateway (http://www.developmentgateway.org)


Página web que pone internet al servicio de los países en vías de desarrollo. Favorece el
acceso e intercambio de información, la construcción de capacidades y proporciona un foro
de intercambio para los actores del espectro humanitario.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Accessible Information on Development Activities – AIDA


(http://www.aida.developmentgateway.org)
Proporciona sistemas de información que los gobiernos y las agencias de desarrollo
pueden utilizar para trabajar de manera más eficaz juntos. Cada una de las herramientas
está basada en estándares bien establecidos y se ha desarrollado con la ayuda de un
comité director, compuesto por el PNUD, el BM y la OECD. El objetivo de esta web es la
armonización de la ayuda y la coordinación dando respuesta a los retos identificados en el
acceso a la información, la gestión y el seguimiento.

Tools for Change (http://www.lastfirst.net)


Base de datos que contiene cerca de 11.000 recursos acerca de ayuda humanitaria,
construcción de paz y prácticas de desarrollo. Ofrece principalmente consejos prácticos y
buenas prácticas para trabajar en la construcción de comunidades.

Eldis Gateway to Development Information (http://www.eldis.org)


Red de gestión del conocimiento creada por el Instituto de Estudios de Desarrollo de
Sussex con donaciones de SIDA, NORAD, SDC y DFID. Ofrece cerca de 18.000 textos de
referencia, 30 guías por ámbitos para facilitar el acceso a documentos clave,
organizaciones, investigaciones, tópicos de debate, etc. El objetivo de esta red es
promover el intercambio de conocimiento basado en la práctica en el ámbito del desarrollo.

People in Aid (http://www.peopleinaid.org)


Red internacional de agencias humanitarias y de desarrollo, cuyo objetivo es contribuir a
mejorar el impacto de estas organizaciones a través de la mejora de la gestión de los
recursos y el conocimiento. Esta organización ha desarrollado un código de conducta en el
que señala como uno de sus objetivos lograr la mejora de la asistencia proporcionada por
la comunidad internacional a los países receptores de dicha ayuda.

Algunos ejemplos de buenas prácticas y lecciones aprendidas estructurados según los


pilares de la rehabilitación posbélica

Las redes de gestión del conocimiento reseñadas anteriormente dan una pequeña muestra de
la amplia variedad de instrumentos que existen para tratar de contribuir a una mejora en la
gestión del conocimiento y a una transferencia de las lecciones aprendidas.

Sin embargo, esta pluralidad también puede tener la desventaja de la dispersión, un efecto que
no contribuye a la eficacia. Seria necesario que esta “memoria” de actuaciones pudiera estar
fácilmente disponible para que los actuales actores de la rehabilitación, o los que pueda haber
en un futuro, puedan acceder a ella fácilmente. Así se contribuiría a mejorar la intervención de
la comunidad internacional en los procesos de rehabilitación posbélica o, al menos, a evitar la
constante repetición de errores, que sobre todo perjudican a las poblaciones afectadas.

A continuación y con el objetivo de dar una muestra práctica de en qué consiste una lección
aprendida o una buena práctica y el activo de conocimiento que existe actualmente esparcido
entre los actores de la rehabilitación posbélica, se recogen aquí algunos ejemplos de buenas
prácticas y lecciones aprendidas. En su recopilación se ha seguido la estructura por pilares de
la rehabilitación que se mencionó al inicio de este estudio.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

En el inicio de un proceso de rehabilitación posbélica el restablecimiento de la seguridad es


uno de los aspectos claves, dado que la posibilidad de un retorno a la violencia permanece
mucho tiempo después de haberse firmado la paz. Por tanto, es importante adoptar medidas
que contribuyan a reducir la posibilidad del regreso a la violencia. En este sentido, los
programas de desarme, desmovilización y reintegración de ex combatientes juegan un papel
fundamental.

A modo de ejemplo de buenas prácticas, se recoge una breve descripción del proyecto “Arms
for Development”, una iniciativa de seguridad del PNUD y el Gobierno de Sierra Leona cuyo
objetivo es vincular la seguridad y el desarrollo a través del fortalecimiento de las comunidades
locales.

Principales características del programa 8


“Arms for Development”
Recolección de armas a través de un programa de aproximación de base
o Los miembros de la comunidad local en la que se lleva a cabo el proyecto son los
responsables de su implementación.
Descentralización
o Los centros de recolección de armas están próximos, al llevarse a cabo por comunidades.
o Campaña de sensibilización específica, con especial énfasis en las ventajas de la
consecución de un espacio de seguridad y libre de intimidaciones.
Incentivos para la comunidad
o Cada comunidad local que haya llevado a cabo el desarme recibirá un certificado de “Libre
de Armas”, que facilita la financiación de programas de desarrollo para la comunidad.
o Los miembros de la comunidad eligen qué programa de desarrollo necesita la comunidad.
o El PNUD se encarga de la financiación inicial de estos proyectos, aproximadamente 20.000
dólares.
o Los éxitos del proyecto animan a los donantes a invertir en las comunidades que poseen este
certificado.
Impacto psicosocial
o Cambio de mentalidad, el prestigio por la posesión de armas es abandonado por el beneficio
que supone vivir en una comunidad local “libre de armas”.
Refuerzo del sistema legal
o Trabajo de lobby político para el diseño e implementación de una legislación sobre armas,
munición y explosivos.
Visión regional
o Control de las fronteras porosas de la región del Río Mano para detener y controlar el tráfico
ilegal de armas.
Perspectiva a largo plazo
o El eje del proyecto es la sostenibilidad, especial hincapié en el vinculo entre ayuda de
emergencia, rehabilitación y desarrollo.

8
PNUD: “Arms for Development”, Daniel Ladoucer, Responsable del programa. Este proyecto es la continuación de la
Fase de Asistencia Preparatoria (Community Arms Collection and Development – CACD II) iniciada en noviembre del
2002.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Dentro de este eje de trabajo se contemplan aspectos relacionados con el restablecimiento de


los servicios básicos a la población. Por lo tanto es en el que más estrechamente se relacionan
las fases de acción humanitaria o de emergencia y la de rehabilitación. Se considerarían dentro
de este eje todos los proyectos que tuvieran que ver con el retorno y reasentamiento de
personas refugiadas y desplazadas, la seguridad alimentaria, la reconstrucción de viviendas e
infraestructuras físicas, la asistencia médica, la asistencia social, la generación de empleo y las
estrategias puestas en marcha para el desarrollo económico, la reforma legal de los derechos
de la propiedad y el desarrollo de una sistema bancario y financiero eficaz.

Se recogen a continuación algunas lecciones aprendidas acerca de los aspectos económicos


de un proceso de rehabilitación posbélica. Los factores económicos son claves para el éxito o
el fracaso de un acuerdo de paz, que en la primera fase dependerá sobre todo de tres aspectos
relacionados con lo económico:

1. Restablecimiento rápido de la economía que genere confianza en el proceso de paz.


2. La existencia de los fondos adecuados para poner en marcha los aspectos clave del
proceso de paz.
3. La existencia de los fondos suficientes para permitir el establecimiento de instituciones
de gobierno y la transición a una economía de paz.

Pese a lo anteriormente mencionado, los acuerdos de paz no suelen reflejar adecuadamente


los aspectos relacionados con los factores económicos. Así se destacan a continuación cinco
importantes lecciones aprendidas cuyo objetivo es mejorar los aspectos económicos de los
procesos de paz 9 :

1. Llevar a cabo evaluaciones de impacto amplio. Hasta el momento las evaluaciones se


concentran en si un proyecto se llevo a cabo tal y como estaba planificado, no en si
éste ha contribuido a una paz sostenible. El resultado es que se pierden muchas
lecciones que podrían beneficiar el ajuste o la planificación de otros proyectos.
2. Hacer hincapié en la necesidad de generar empleo al inicio del proceso de
rehabilitación. Este es un aspecto crítico para modificar el comportamiento de los
actores implicados en el proceso y la población en general. Con especial énfasis en el
papel que juegan los combatientes desmovilizados.
3. Crear instituciones financieras y legales necesarias para poner en marcha la política
económica y asegurar el buen gobierno. Demasiado a menudo el énfasis se pone en
cuestiones macroeconómicas dejando de lado este tipo de aspectos más de
infraestructura económica nacional.
4. Las decisiones financieras de los donantes tienen efectos a largo plazo. Éstas influyen
la política del gobierno y de otras contrapartes.
5. La presencia internacional introduce distorsiones económicas que pueden perjudicar la
situación real de la economía del país, por lo que es necesario planificar una salida
estratégica adecuada.

9
Woodward, Susan L.; Economic Priorities for Peace Implementation. Nueva York. Octubre de 2002.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Este tercer eje engloba todos los aspectos relacionados con la construcción de gobierno buen
gobierno y el fomento de la participación de la sociedad, las cuestiones relacionadas con la
dimensión regional, así como la reinserción en foros internacionales y el empoderamiento de la
sociedad civil.

Uno de los aspectos menos conocidos y que se suele descuidar en el momento de poner en
marcha un proceso de rehabilitación posbélica es el que estaría vinculado con la cuestión del
empoderamiento de la sociedad civil. Pero en este caso a través del fomento de la apropiación
del proceso por parte de la sociedad civil, utilizando para ello campañas de información. Por
este motivo, se ha decidido dedicar el ejemplo de buenas prácticas elegido para este eje a este
ámbito.

A menudo se menciona la apropiación de la población, o sociedad civil, del proceso de


rehabilitación posbélica como uno de los factores principales para el éxito del mismo, sobre
todo porque asegura en cierto sentido su sostenibilidad. Esta apropiación de la población pasa
porque ésta conozca el proceso que se ha puesto en marcha, un factor que en demasiadas
ocasiones es obviado por la comunidad internacional y por aquellos responsables de
implementar los proyectos y programas que forman parte de un proceso de rehabilitación
posbélica a través del que se pretende solucionar el conflicto origen del enfrentamiento
armado. En demasiadas ocasiones se descuida esta parte del proceso y la población no es
informada de manera adecuada acerca de los proyectos que se están poniendo en marcha
para solucionar el conflicto y, sobre todo, no se le informa acerca de sus derechos y
obligaciones, dejando con ello un espacio amplio para la desinformación, la manipulación con
objetivos políticos y la “rumorología”. El gran aliado para contrarrestar esto y lograr la
proximidad y la responsabilidad de la población hacia un proceso son los medios de
comunicación en su sentido más amplio, esto es, no sólo considerados como proveedores de
noticias, sino también como educadores y formadores de opinión.

Entre los factores que los medios de comunicación pueden contribuir a contrarrestar se pueden
destacar los siguientes:

• Deconstruir la imagen del enemigo


• Contrarrestar la “rumorología” y la manipulación de la información

Asimismo, los medios de comunicación pueden fomentar el empoderamiento de la población al:

• Facilitar la información necesaria para poder tomar decisiones basadas en información


exacta y veraz
• Fomentar la responsabilidad de la población hacia el proceso al darle a conocer la
evolución del mismo
• Dar a conocer a la población sus obligaciones y derechos en el proceso de
rehabilitación puesto en marcha tras el fin del conflicto bélico.

La capacidad de influencia de los medios de comunicación en la población y la sociedad que se


está configurando tras un enfrentamiento armado en ocasiones no es utilizada hasta su
máximo potencial. En este sentido, y a modo de ejemplo de su alcance, baste mencionar dos
de los casos más conocidos como son el papel jugado por las emisiones radiofónicas de la
radio “Mil colinas” en la limpieza étnica llevada a cabo en Rwanda, o la manipulación de los
medios de comunicación orquestada por el régimen de S. Milosevic para fomentar el odio
étnico, una manipulación que continuó una vez terminada la guerra y cuyos efectos aún
permanecen. Sin embargo, la correcta utilización de los medios de comunicación no sólo puede
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

contribuir a subvertir estas acciones, sino también a la construcción de la paz tras el término de
un enfrentamiento armado y al empoderamiento de la población.

Caso práctico de Bosnia y Herzegovina

En 1997 la tasa de retorno de las minorías era mínima en comparación con los medios
desplegados por la comunidad internacional para fomentar su retorno, principal requisito de los
Acuerdos de Dayton. Uno de los factores que logró romper esta dinámica y contribuyó a un
incremento de la tasa de retorno de las minorías fue la decisión del Alto Representante en
coordinación con ACNUR de poner en marcha un Grupo de Trabajo para el Retorno y la
Reconstrucción (RRTF, por sus siglas en inglés), que coordinará todos los proyectos,
programas y políticas de la comunidad internacional, los donantes, ONG locales e
internacionales, Naciones Unidas, SFOR, destinados a facilitar el retorno de las minorías 10 .
Este objetivo no habría podido lograrse de no haber combinado estos esfuerzos con la puesta
en marcha de una estrategia de comunicación destinada a proporcionar a las minorías, así
como a la población en el lugar de retorno, la información que éstas necesitaban para:
• Tener una información veraz y precisa acerca de la situación en los lugares de retorno.
Muchos de estos grupos de personas refugiadas recibían información sesgada y
manipulada acerca de la situación real en el ligar de origen con el objetivo de evitar su
retorno y fomentar la polarización creada con la guerra, por lo que era importante
contrarrestar esta información interesada y manipulada.
• Conocer los programas y proyectos (de reconstrucción, educación, salud, distribución
de material para trabajar el campo, etc.) puestos en marcha por la comunidad
internacional para facilitar su retorno y reintegración.
• Y, sobre todo, conocer las reformas políticas puestas en marcha desde el fin de la
guerra para saber cuáles eran sus derechos y sus obligaciones.
A los dos años de su puesta en marcha la tasa de retorno de las minorías se incrementó de
manera continuada, pese a que las cifras continuaban siendo decepcionantes. Aunque uno de
los logros del RRTF fue la apertura de algunas de las zonas cerradas más opuestas al retorno
de las minorías hasta la fecha.

A modo de ejemplo la campaña puesta en marcha por la comunidad internacional para evitar el
saqueo de las casas por parte de los ocupantes de las mismas, cuando éstos eran desalojados
en aplicación de las leyes de propiedad puestas en marcha por el Alto Representante. Este
saqueo, que, en algunas circunstancias consistía en quitar el tejado, sacar los marcos de
puertas y ventanas o los sanitarios y tuberías, dejaba las casas inutilizables para sus
propietarios que no lo denunciaban por considerar que lo que les ocurría era lo normal y nada
podría hacer la ley contra ello. Una vez llevada a cabo la campaña de comunicación, cuya
principal característica es que fue creada por la comunidad internacional pero promovida por el
Ministerio del Interior, de manera que el mensaje salía del propio Gobierno de Bosnia y
Herzegovina y no de la comunidad internacional, aunque ésta lo hubiera ideado, se constató un
incremento de las denuncias de casas saqueadas del 5% al 85% en algunos cantones, como
por ejemplo el cantón de Zenica. Pero, no sólo esto, también se descubrió finalmente que
muchas de las personas desalojadas que saqueaban las casas lo hacían pensando que no
estaban cometiendo un crimen sino que era su derecho al haber colocado ellos mismos los
marcos de las puertas y las tuberías. Los anuncios llevados a cabo en los medios de
comunicación señalaban no sólo que esto era un crimen y los castigos por ley que serían
aplicados, sino también el coste de algunos de los elementos que eran robados de las casas,
unas cantidades que eran ridículas comparadas con el castigo que se podía recibir en caso de
ser denunciado.

10
Para más información véase, “Interim Evaluation of Reconstruction and Return Force (RRTF). Minority Return
Programmes in 1999”. European Stability Initiative (ESI), Sarajevo, 1999. En:
http://www.esiweb.org/pdf/esi_document_id_2.pdf
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Por último, este eje hace referencia a la necesidad de crear un sistema legal imparcial y
responsable capaz de afrontar los abusos del pasado y aplicar una ley justa en los venideros,
así como fomentar la puesta en marcha de procesos de reconciliación.

Uno de los aspectos importantes de este eje es la reforma del Estado de Derecho (ROL, por
sus siglas en inglés). El Secretario General de la ONU considera el Estado de Derecho como
un concepto primordial en el mandato de la Organización “[…] se refiere a un principio de
Gobierno en el que todas las personas, instituciones y entidades públicas y privadas,
incluyendo el Estado mismo, tienen que rendir cuentas ante la ley que ha sido promulgada
públicamente […], consistente con los normas y estándares internacionales de derechos
humanos. Requiere también, medidas asegurar que se respetan los principios de supremacía
de la ley, igualdad ante la ley, […] la separación de poderes, la participación en el proceso de
decisiones, […].” 11

Se destacan a continuación las principales lecciones aprendidas que se derivan del informe
sobre el trabajo de las misiones multidimensionales de Naciones Unidas en el ámbito del
Estado de Derecho 12 . En resumen, este estudio concluye algunas de las siguientes lecciones
aprendidas:

• El mandato de la misión debería ser más exhaustivo en los aspectos relacionados con
las reformas legales y judiciales. Las misiones de Naciones Unidas se despliegan en
países en donde las instituciones de derecho han dejado de funcionar, un aspecto que
va en detrimento del desarrollo de la misión, pese a ello el mandato en raras ocasiones
refleja esta necesidad. A consecuencia de ello, los fondos y esfuerzos destinados a
estas reformas son mucho menores que otros actividades de la misión.
• Proporcionar las suficientes y necesarias posiciones judiciales que deberían ser
desplegadas de manera inmediata. A modo de ejemplo en la misión desplegada en
Côte d´Ivoire tan sólo hay un oficial legal internacional para cubrir todo el norte del país.
Es necesario destacar que la mitad norte del país no cuenta con ningún tribunal en
funcionamiento, incluso teniendo en cuenta la importancia clave que éstos tienen en la
cuestión de la determinación de la ciudadanía y el proceso de identificación, uno de los
aspectos más conflictivos del enfrentamiento. Como resultado de esta carencia de
recursos, una parte importante de la población del norte del país permanece en un
limbo legal.
• Desarrollar un protocolo de actuación propio de Naciones Unidas para aplicarlo en las
reformas legales y judiciales que se llevan a cabo en las operaciones de mantenimiento
de la paz. En este sentido se ha observado como se establece cierta competencia
entre las diferentes agencias de Naciones Unidas que claman contar con la capacidad
para ello presentes en el país. La falta de coordinación entre estas agencias dará como
resultado unas reformas inconsistentes por lo que se recomienda fomentar las
sinergias entre los diferentes actores implicados en la reforma del Estado de Derecho.
• Fortalecer la vinculación con los actores vinculados al Estado de Derecho del país en el
que se esté desarrollando la misión. Se presta demasiada atención al proceso de
reforma gubernamental dejando de lado la importancia de desarrollar un sistema
judicial independiente. Sería aconsejable implicar en el proceso a profesionales legales
independientes y grupos de la sociedad civil, incluyendo grupos de mujeres.

11
Informe del Secretario General de la ONU; Rule of Law and Transitional Justice in Conflict and Post-Conflict
Societies, 23 de agosto de 2004. S/2004/616.
12
Carlson, Scott N., Legal and Judicial Rule of Law Work in Multi-Dimensional Peacekeeping Operations: Lessons-
Learned Study. Marzo de 2006.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

La Evaluación del Impacto en la Paz y el Conflicto, PCIA como método


para fomentar las buenas prácticas
Como se mencionaba al inicio, el proceso de estudio de las buenas prácticas y lecciones
aprendidas ha puesto de manifiesto la extremada complicación que entraña por un lado definir
los proyectos o medidas que se podrían considerar buena práctica y que ésta se convierta en
lección aprendidas, y, por el otro, cómo gestionar esa información para que no acabe en un
estante y sea una activo que contribuya a la mejora de la ejecución de proyectos.

La dificultad en su identificación y posterior gestión no resta validez ni utilidad a las lecciones


aprendidas y buenas prácticas. Sin embargo, y con el objetivo de ir más allá, se ha considerado
oportuno contribuir al fomento de las buenas prácticas en los proyectos de construcción de paz,
no sólo a través de la recopilación de las mismas, sino a través del estudio de las iniciativas
internacionales que se han desarrollado para lograr un marco de intervención que de cómo
resultado la buena práctica o ejecución de los proyectos de construcción de paz. Esto es,
contribuir a que la valoración, formulación, ejecución y posterior valoración de los proyectos se
haga de manera tal que el resultado tan sólo pueda ser una buena práctica, o, mejor dicho un
impacto positivo.

El origen de las evaluaciones del impacto de las intervenciones internacionales en la paz y el


conflicto puede establecerse en el genocidio de Rwanda, en la década de los noventa, cuyas
consecuencias llevaron a la comunidad internacional a empezar a contemplar la posibilidad de
que la actuación “bien intencionada” de la comunidad internacional en situaciones de conflicto
podía provocar impactos negativos. Por lo tanto se podría considerar el documento que evalúa
la respuesta internacional al conflicto de Rwanda, The International response to Conflict and
Genocide; Lessons from the Rwanda experience 13 , como el origen de la evaluación del impacto
en la paz y el conflicto o PCIA 14 (Peace Conflict Impact Assessment), por sus siglas en inglés.

El PCIA, desarrollado en 1998 por K. Bush, es la primera contribución para la elaboración de


una herramienta o proceso con el que evaluar de forma más sistemática y consciente las
intervenciones internacionales en países o zonas con tendencia a los estallidos de violencia. El
análisis de los proyectos utilizando el PCIA se puede realizar antes, durante o después de la
implementación de los mismos y sirve para valorar si éstos se deberían llevar a cabo en la
forma en que están diseñados o no.

A raíz del PCIA surgieron otra serie de iniciativas 15 , cuyo vínculo era la preocupación por lograr
una herramienta o marco de análisis con el que poder valorar no sólo si los proyectos podían o
no perjudicar a las poblaciones, sino si éstos podían contribuir a la construcción de paz. En
esta línea se ha considerado interesante también destacar aquí la iniciativa Reflecting on
Peace Practices 16 (RPP) (Reflexionando acerca de las Practicas de Paz), que surge en 2004.
El RPP es el resultado de un proceso de aprendizaje conjunto llevado a cabo por
organizaciones que trabajan en el conflicto, cuyo objetivo era mejorar la eficacia de los
proyectos considerados de construcción de paz, a través del análisis de experiencias para
clarificar por qué unas acciones funcionan y obtienen resultados de construcción de paz y otras
no. El resultado de este aprendizaje conjunto se agrupa bajo el denominador RPP y consiste
en un compendio de lecciones aprendidas, materiales de aprendizaje y estudios de casos que
aplican los conceptos del RPP.

13
The International response to Conflict and Genocide; Lessons from the Rwanda experience, Danish International
Development Assistance (DANIDA), Danish Ministry of Foreign Affairs, 1996. En:
http://www.um.dk/Publikationer/Danida/English/Evaluations/RwandaExperience/book5.asp
14
Tras esta introducción inicial a continuación se incluye un apartado con un resumen de los documentos que recogen
la evolución histórica del PCIA, así como sus aspectos más importantes.
15
Ibid.
16
Para más información véase: http://www.cdainc.com/rpp/
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Frente a estas propuestas, el Joint Utstein study on peacebuilding 17 , un estudio conjunto de los
proyectos considerados de construcción de paz financiados por los Gobiernos de Alemania,
Gran Bretaña, Holanda y Noruega, publicado en 2004, llega a una serie de conclusiones
interesantes, acerca de las iniciativas PCIA y RPP. Para el estudio Utstein: “[…] según la
iniciativa RPP un programa de construcción de paz es eficaz en su contribución a la ‘paz con
mayúsculas’ si logra que la población afectada desarrolle iniciativas de paz, cree instituciones
políticas para gestionar los enfrentamientos conflictivos, anime a la población a resistir a la
violencia y las provocaciones, y esto produzca como resultado un incremento de la seguridad
de la población. Sin embargo, una comunidad puede desarrollar sus propias iniciativas de paz y
pese a ello ser destruida por una guerra que proceda de otra región del país: las islas de paz a
veces existen y a veces son inundadas. Igualmente, las instituciones políticas creadas para
gestionar los conflictos, en las manos equivocadas, también pueden ser instrumentos para
fomentar la violencia. La construcción de paz está perseguida por la conciencia de que los
acontecimientos pueden inclinarse hacia cualquier lado. […] La iniciativa RPP es clara y útil en
muchos sentidos pero en última instancia no resuelve el problema. Cómo evaluar el impacto de
un proyecto o programa cuando influyen tantos factores en la cuestión de si debería haber paz
o guerra, y qué marco temporal debería aplicarse –un año, una década, una generación–,
cuando los efectos de la guerra son tan profundos, y además ésta puede reproducirse como
18
resultado de una crisis de unos meses. […]” .

Las observaciones del grupo de Uststein acerca del RPP son aplicables al resto de iniciativas
como el PCIA y otras que se recogen en el anexo 1 y por ello se ha considerado interesante
reflejarlas. Sin embargo, estas conclusiones no son un impedimento para tratar de destacar
aquellos aspectos de análisis y evaluación de estas iniciativas que, encuadrados
adecuadamente, podrían contribuir a formular un protocolo de actuación que favoreciera la
adopción por parte de las organizaciones de una mirada de construcción de paz, antes de
intervenir en un país o zona donde hay probabilidad de que se produzca o reinicie un conflicto
violento. Es con este objetivo con el que desde la Escola realiza la propuesta de “las gafas del
constructor de paz”: proporcionar una serie de directrices básicas extraídas del análisis de la
literatura e investigaciones existentes sobre el PCIA, RPP y otras aproximaciones, que puedan
aplicarse a la valoración, seguimiento y evaluación de los proyectos considerados de
construcción de paz que se planteen desde la cooperación catalana.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que un proyecto que se ponga en marcha en una
situación de riesgo de conflicto armado puede que no produzca la paz como resultado. A veces
puede contribuir a exacerbar la violencia, por ejemplo: al crear diferencias sociales o cambiar
las dinámicas de poder dentro de los grupos. Del mismo modo, un proyecto puede tener un
impacto positivo no intencionado y que por tanto éste pase desapercibido. Las gafas del
constructor de paz pondrán de relieve estos aciertos y estos errores.

En este sentido, hay que destacar que la evaluación de los impactos de los proyectos en la paz
y el conflicto a través del PCIA tiene un alcance más amplio que los resultados destacados en
su formulación. El PCIA se debe aplicar antes de la formulación del proyecto, durante el
período de implementación y después de la finalización del mismo. Puede ocurrir que el
análisis que se haga antes de la formulación del proyecto concluya que éste no se debería
hacer tal y como se propone. Esta conclusión habrá que asumirla y, por lo tanto, reformular el
proyecto o, si es necesario, no ejecutarlo.

Pese a todas las metodologías propuestas, hay que señalar que aún no se ha construido un
indicador que mida el impacto en la paz y el conflicto, un hecho que dificulta la evaluación de
las intervenciones internacionales en zonas consideradas de conflicto.

17
Overview report of the Joint Utstein Study of Peacebuilding: Towards a Strategic Framework for Peacebuilding:
Getting Their Act Together. En:
http://prio.no/files/file44563_rapport_1.04_webutgave.pdf?PHPSESSID=74c0b5eaa754671bdde72145ba97f8cd
18
Ibid.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Con esta propuesta el objetivo no es lograr un indicador, sino difundir una forma de mirar: a
través de las “gafas del constructor de paz”. Como señala M. Leonhardt en Development in
conflict: A Seven Step Tool for Planners 19 , el debate acerca de las contribuciones a la
construcción de paz debe estar dirigido no sólo por el “Do no Harm” a nivel de proyecto sino
que cada vez más se debería centrar en el plano político de las intervenciones. Las gafas del
constructor de paz pueden contribuir a ello al fomentar que el proyecto se encaje dentro de un
marco estratégico 20 global de actuación que señale la hoja de ruta de la intervención
internacional. Así, antes de formular o evaluar un proyecto se debe saber dónde y cómo encaja
ese proyecto en dicho marco. Con esto se trasciende el ámbito de aplicación del proyecto
llegando al nivel macro de la intervención.

Por tanto, el PCIA como tal es una iniciativa positiva al ofrecer ciertas garantías de que se
mejorará el impacto de la intervención internacional en contextos volátiles. Sin embargo todos y
cada uno de los mecanismos de análisis y evaluación que aquí se presentan 21 , empezando por
el de la Escola, tienen un fallo: No ofrecen respuesta al cómo y el cuándo se pueden producir
los impactos positivos. Y, otro aspecto igual de importante, no hacen una propuesta
metodológica para llevar a cabo la recogida de los aprendizajes que se vayan adquiriendo con
la práctica del PCIA o el Aid for Peace Approach. En este sentido, si bien es cierto que cada
uno de los conflictos es único, así como pueden ser muy diferentes los sectores en los que se
interviene, debería ser posible acumular las experiencias y aprendizajes que se van
adquiriendo en el diseño de proyectos utilizando el PCIA o el Aid for Peace Approach, para que
éstas puedan contribuir a crear conocimiento, lecciones aprendidas y buenas prácticas, que
evitarían que se volvieran a cometer algunos de los errores más clásicos de la intervención
internacional. Ahora mismo, más allá de ejemplos de casos ad hoc, se desconoce cuándo,
cómo y por qué un factor concreto, en una situación x, contribuye a la paz o al conflicto
violento.

En este sentido, T. Paffenholz 22 hace referencia a la necesidad de estandarizar los


procedimientos de planificación y evaluación de las intervenciones de construcción de paz a
nivel internacional. Esta estandarización sería tremendamente útil dado que facilitaría la
acumulación de aprendizajes y conocimiento. Una gestión adecuada de esta ‘memoria práctica’
podría contribuir a evitar que se reinvente la rueda cada vez que se pone en marcha un
proyecto. Y si se sigue reinventando, como suele ser la tendencia observada en los proyectos
humanitarios, que se haga con la posibilidad de saber si ha habido un proyecto parecido
ejecutado anteriormente en algún otro lugar similar y, si así ha sido, cómo y con qué
resultados. Estos dos aspectos, de estandarización y gestión del conocimiento, se echan de
menos en el debate que se centra principalmente en la consecución de procesos o
metodologías para aplicar el PCIA.

Por último, señalar que estas gafas, como mínimo, pueden contribuir a que las intervenciones
de la comunidad internacional en situaciones volátiles no incrementen las posibilidades de
estallido de la violencia. El cómo evolucione el uso de las gafas del constructor de paz
dependerá, sobre todo, de los que se las pongan y prueben a mirar a través de ellas con los
ojos abiertos.

19
M. Leonhardt, D. Nyheim, C. Gaigals; Development in conflict: A Seven Step Tool for Planners. FEWER, International
Alert, Saferworld. 2001. En: http://www.international-alert.org/publications/getdata.php?doctype=Pdf&id=92
20
Por lo general el marco estratégico de intervención, donde se señalan los ámbitos principales de trabajo para la
rehabilitación de un país, lo suele elaborar el Gobierno legítimo o de transición en colaboración con miembros de
Naciones Unidas, donantes y organizaciones internacionales, que están trabajando en la zona.
21
Véase anexo 1 para más información sobre otras iniciativas de medición del impacto en la paz y el conflicto.
22
Véase anexo 1 para más información.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Primeras aproximaciones a los componentes de las gafas del constructor


de paz

• En primer lugar señalar que este tipo de análisis es únicamente necesario para aquellos
proyectos que se pongan en marcha en zonas consideradas “volatiles” o “de riesgo”.

• Buscar si existe o no una estrategia país global en el momento de la intervención. Esta


estrategia o marco de intervención estratégico estará diseñado por las organizaciones
internacionales implicadas en la respuesta internacional, que generalmente lo habrán
realizado de manera coordinada con el Gobierno legítimo o de transición del país en el que
se vaya a trabajar. Por lo general, señala los ámbitos prioritarios de actuación.

Primeros pasos para adquirir las gafas del constructor de paz

Identificar conectores y divisores Sexto


Contrastarlas en el terreno a través de un sistema Quinto
participativo con las posibles contrapartes y representantes de
la población afectada. Sondeo de necesidades específico
Cuarto Identificar necesidades
Tercero Mirar que se está haciendo ya por otras
organizaciones presentes en el terreno
Segundo Tener en cuenta las evaluaciones existentes de necesidades
generales y específicas de nuestra actividad
Primer paso Cuál es nuestro punto fuerte, nuestra ventaja comparativa, nuestro expertise

Aspectos a considerar para valorar las posibilidades de impacto en la


construcción de paz de un proyecto

A la hora de valorar las posibilidades de iniciar un proyecto en un área de alto riesgo es


necesario conocer las dinámicas del conflicto y su impacto potencial en el proyecto.
Una revisión de este supuesto impacto incluirá:
• Emplazamiento:
o Su extensión geográfica.
o Se emplazará en una zona ambigua política y legalmente o en una zona de
confrontación.
o Cuáles serán los impactos específicos de la evolución de las condiciones de
seguridad y políticas tanto localmente como regionalmente y a nivel nacional.
o Cómo son las relaciones entre la comunidad del proyecto propuesto y los
decidores principales tanto a nivel regional como nacional.
o Cuál es el legado del conflicto en la zona inmediata del proyecto propuesto.
o Su impacto en la economía local, la seguridad alimentaria, la salud psicológica y
física de la población, relaciones entre grupos, mujeres y población vulnerable,
seguridad, capacidad de liderazgo, etc.
• Tiempo:
o En que momento del conflicto se pondrá en marcha; antes, durante, después.
o La intensidad del conflicto en dicha zona.
o Coincidirá con otros proyectos en la zona que puedan beneficiar o perjudicar los
resultados.
o Se pueden anticipar desarrollos externos políticos, económicos y de seguridad que
puedan afectar al proyecto tanto positivamente como negativamente.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

• Contexto político:
o Nivel de apoyo político del proyecto local, regional y nacionalmente.
o La naturaleza de las estructuras políticas formales que condicionan las relaciones
entre el estado y la sociedad civil (autoritarias, transicionales, parcialmente
democráticas, descentralizadas, participatorias, corruptas, depredadoras.) Y su
posible impacto.
o Implicará el proyecto cuestiones sensibles políticamente directa o indirectamente.
• Otros aspectos a tener en cuenta:
o Contexto institucional, liderazgo, legado colonial, factores culturales, factores
económicos nacionales e internacionales como la infraestructura económica.
Después de preguntarse y analizar estas cuestiones más generales se pueden realizar una
serie de preguntas más concretas. Algunas de las preguntas que pueden ser útiles en el
momento de formular el proyecto se recogen a continuación divididas en tres categorías:
• Aquellas que se fijan en factores de contexto y medioambientales
o Existen unas mínimas estructuras políticas, legales y de seguridad,
predecibles. Se necesita un grado mínimo para predecir y su nivel estará
relacionado con el grado de riesgo asociado al proyecto. Diferentes actores
asumen grados diferentes de riesgo.
o Las condiciones de infraestructura.
o Está la estructura de oportunidad abierta o cerrada/abierta o cerrada?
• Aquellas que se centran en la capacidad del proyecto.
o Tiene el proyecto la mezcla adecuada de las capacidades adecuadas? No
existe una lista pre establecida, cada caso necesitará un conjunto de recursos
concreto. La lista variará a lo largo de la elaboración del proyecto lo que
proporcionará tanto oportunidades como inconvenientes.
o Tiene la agencia líder experiencia o una ventaja comparativa en la región.
o Cuáles son los niveles de tolerancia de los proyectos propuestos?
o Dispone la agencia del personal capacitado para desarrollar el proyecto?
• Aquellas que consideran el grado de adecuación entre el proyecto y las condiciones
existentes.
o Cuál es el nivel de apoyo político del proyecto propuesto? Tanto en el terreno a
nivel local, regional y nacional, como dentro de la propia organización,
idealmente actores gubernamentales y no gubernamentales dentro de un
organismo externo de apoyo a la organización y, preferentemente, las
organizaciones internacionales trabajando en el país.
o Tiene el proyecto propuesto la confianza de las autoridades (legítimas o
transitorias) necesario para multiplicar los esfuerzos
o Dispone el proyecto del apoyo, la confianza y la participación de la comunidad.
Una serie de principios operacionales que aseguran las implicaciones de
construcción de paz de los proyectos:
ƒ Asegurar la continuidad del personal para hacer del proceso de
aprendizaje más factible.
ƒ Disponer de una red de personas comprometidas con el proyecto y de
apoyo en posiciones diversas.
ƒ Evitar implicaciones políticas de signo contrario.
ƒ Atraer y mantener el liderazgo comunitario adecuado, e,
ƒ Ir más allá de los conceptos limitados del propio interés.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Ejemplos de diferentes iniciativas para medir el impacto de los proyectos


de construcción de paz
A continuación se ofrece un resumen de las principales conclusiones a las que llegan una serie
de publicaciones sobre las metodologías existentes para medir la construcción de paz. Los
documentos seleccionados ofrecen un espectro bastante amplio para poder valorar el actual
estado de la cuestión. Asimismo, es necesario señalar que su selección se ha llevado a cabo
atendiendo a su relevancia. Al final del documento se apuntan algunas reflexiones propias fruto
del análisis de los documentos.

Documentos analizados 23

1. K. Bush, Ph.D; A Measure of Peace: Peace and Conflict Impact Assessment (PCIA) of
Development Projects in Conflict Zones. Working Paper No. 1. Marzo, 1998. The Peacebuilding
and Reconstruction Program Initiative & The Evaluation Unit 24 .

2. K. Bush, Ph.D; Hands-on PCIA: A Handbook for Peace and Conflict Impact Assessment
(PCIA) 25 . Noviembre 2004. St. Paul University, Ottawa, Canada 26 .

3. K. Bush y R. J. Opp; Concept: Peace. Chapter 9: Peace and Conflict impact assessment.
IDRC publicaciones 27 .

4. Conflict Prevention and Post-Conflict Reconstruction PR. Peace and Conflict Impact
Assessment (PCIA) Handbook. Septiembre de 2005.

5. T. Paffenholz; More Field notes: Critical issues when implementing PCIA. 2005. Berghof-
handbook 28 .

6. M. Hoffman; Peace and Conflict Impact Assessment Methodology. 2005. Berghof-


handbook 29 .

7. Thania Paffenholz; Third-generation PCIA: Introducing the Aid for Peace Approach. 2005.
Berghof-handbook 30 .

8. M. Anderson; Experiences with Impact Assessment: Can we know what good we do? 2005.
Berghof-handbook 31

23
Se utilizarán los títulos originales (incluyendo la traducción al castellano entre paréntesis) de los documentos
estudiados para facilitar su búsqueda y localización posterior a las personas que puedan estar interesadas en
profundizar más en este debate. Por el mismo motivo se utilizarán los acrónimos originales del inglés.
24
Véase en:
http://www.idrc.ca/uploads/user-S/10533919790A_Measure_of_Peace.pdf
25
Un documento previo a este es: K. Bush, Ph.D; Hands-on PCIA: A Handbook for Peace and Conflict Impact
Assessment (PCIA). Octubre 2003. Federation of Canadian Municipalities & the Canada-Philippinnes local Government
Support Programme. Véase en:
http://action.web.ca/home/cpcc/attach/Hands-On%20PCIA%20--%20Handbook%20X%20--
%20BUSH%20Final%20Author%5C's%20Version1.pdf
26
Véase en: http://www.berghof-handbook.net/articles/PCIAaddKBapp.pdf
27
Véase en: http://www.idrc.ca/en/ev-27981-201-1-DO_TOPIC.html
28
Véase en: http://www.berghof-handbook.net/articles/PCIA_addTPCom.pdf
29
Véase en: http://www.berghof-handbook.net/articles/hoffman_handbook.pdf
30
Véase en: http://www.berghof-handbook.net/articles/PCIA_addTP.pdf
31
Véase en: http://www.berghof-handbook.net/articles/anderson_handbook.pdf
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

A Measure of Peace: Peace and Conflict Impact Assessment (PCIA) of


Development Projects in Conflict Zones (Una medida de paz: la
evaluación del impacto en el conflicto y la paz de los proyectos de
desarrollo en zonas en conflicto)

Introducción

Documento de trabajo realizado por el Programa Iniciativa para la Reconstrucción y el


Desarrollo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo 32 (IDRC, por sus
siglas en inglés), una corporación pública creada por el Gobierno de Canadá. El objetivo de
este documento de trabajo es estimular el pensamiento crítico y creativo acerca de la práctica y
la investigación llevada a cabo en el ámbito de la reconstrucción y la construcción de paz por
diferentes actores implicados en situaciones de posconflicto.

Al ser un documento de trabajo las conclusiones a las que llega quedan abiertas al debate y su
objetivo es provocar el diálogo.

Este documento es el primero de una serie cuyo objetivo es estudiar los vínculos entre paz /
conflicto y desarrollo. Este documento señala que la construcción de paz no debe ser vista
como una actividad específica sino como un impacto. Por lo tanto, desde su punto de vista,
todas las actividades de desarrollo y, especialmente, las que se llevan a cabo en zonas de
conflicto potencial, deberían ser evaluadas según su impacto en la paz y el conflicto. En este
primer documento su autor, K. Bush, identifica una serie de preguntas que podrían
considerarse como una herramienta para medir el impacto en la paz y el conflicto (PCIA), pero
el propio autor reconoce que el logro de dicha herramienta no podrá ser sino a través de la
interacción entre los que forman el amplio espectro de la comunidad que trabaja en la
construcción de paz.

A continuación se destacan algunos de los conceptos más importantes señalados en este


documento de trabajo y que servirán para las conclusiones finales de esta propuesta:

- Un listado de impactos de construcción de paz positivos no es útil a no ser que venga


acompañado por un listado igual de extenso de impactos negativos y, lo que es más
importante, las condiciones bajo las que dichas situaciones se producen.

Una vez que se dispone de esta información es más fácil determinar si las intervenciones en un
caso concreto son generalizables o aplicables a otros casos. Sería necesario conocer hasta
qué punto el resultado de las acciones que se puedan llevar a cabo en un contexto de
posconflicto armado son el resultado de unas condiciones determinadas únicas más que de
estructuras o procesos que son evidentes y repetibles en otras situaciones. Hasta que no se
disponga de las herramientas analíticas y de diseño de programas que permitan contestar a
estas cuestiones de manera sistemática no dejaremos de hacer listados, o tratar de adivinar
cuáles son los impactos positivos o negativos de nuestras acciones.

El PCIA desarrollado en 1998 por K. Bush es la primera contribución para el desarrollo de una
forma más sistemática y consciente de evaluar cómo se lleva a cabo el trabajo de desarrollo en
zonas con tendencia a los estallidos de violencia.

Este primer documento se centra principalmente en la dimensión analítica de los procesos de


evaluación. Su objetivo es que todos los implicados en proyectos cuyo objetivo sea la

32
Véase en: http://www.idrc.ca/es/ev-1-201-1-DO_TOPIC.html
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

construcción de paz puedan comprender mejor su trabajo y ampliar los impactos positivos y
minimizar los negativos en la paz y el conflicto.

“La consecuencia de un proyecto de desarrollo no siempre es la paz, sino que a menudo


pueden exacerbar el conflicto. Y, a la inversa, los proyectos de desarrollo pueden tener
impactos positivos en la construcción de paz no intencionados y, por lo tanto, pasar
desapercibidos. Esto impide que dichos impactos se documenten y por tanto creen
conocimiento.”

¿Qúe es el PCIA y por qué es necesario?

Cualquier proyecto de desarrollo que se ponga en marcha en una zona de conflicto tendrá
inevitablemente un impacto en la paz o en el conflicto: positivo o negativo, directo o indirecto,
intencionado o no. Esto se aplica sólo a los proyectos de desarrollo puestos en marcha en
zonas de riesgo de estallido de la violencia. Por lo tanto el criterio básico para decidir si se lleva
a cabo un PCIA es dónde está el proyecto situado más que el tipo de proyecto.

Apuntes básicos acerca de la naturaleza del conflicto violento:

- Enorme variedad entre los casos.


- El flujo y reflujo del conflicto violento a lo largo del tiempo dentro del propio caso. De
modo que conflictos latentes hoy pueden ser manifiestos al día siguiente.
- Las condiciones dentro de la zona de conflicto pueden variar a lo largo del día, la
semana, el mes, etc.
- Existen áreas específicas de trabajo que son más propensas al conflicto violento: por
ejemplo las que modifican en algún modo el acceso y el control de los recursos
naturales 33 .

Son las variaciones de la violencia entre los casos (en tiempo y espacio) las que ofrecen las
posibilidades necesarias para desarrollar proyectos de desarrollo que tengan impactos
constructivos de paz.

También, el PCIA se puede utilizar para evaluar los impactos de los programas de construcción
de paz, antes de llevarlos a cabo y, después, una vez puestos en marcha en:

- Las estructuras y procesos que fortalecen las perspectivas de una coexistencia


pacífica y reducen las posibilidades de una vuelta a la violencia, y,
- las estructuras y procesos que incrementan las posibilidades de que el conflicto se
gestione de manera violenta.

Siempre que sea necesario las evaluaciones que se lleven a cabo antes de la puesta en
marcha del proyecto deben considerar diseños de proyecto alternativos, incluyendo la
posibilidad de que no se haga nada.

La diferencia entre el PCIA y una evaluación convencional es que su alcance va más allá de los
resultados y objetivos señalados en la formulación convencional de un proyecto. Su intención
es diferenciar el impacto en la construcción de la paz, un aspecto para el que puede que no
haya sido diseñado para influir específicamente. Así, puede que un proyecto fracase a la hora
de lograr los objetivos de desarrollo señalados en su formulación, pero que sin embargo logre
objetivos de construcción de paz que ni siquiera se habían contemplado en un inicio.

33
Extraido de: K. Bush y R. J. Opp; Concept: Peace. Chapter 9: Peace and Conflict impact assessment. IDRC
publicaciones.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Dado que los medios necesarios para anticipar el impacto de un proyecto son diferentes de los
que evalúan el impacto, se deberán considerar tanto las dimensiones de antes y de después
del proyecto como el impacto potencial y el pasado.

En cualquier caso ambas evaluaciones pueden reducirse a la siguiente pregunta:

Ha fomentado / fomentará el proyecto estructuras o procesos sostenibles que fortalezcan las


posibilidades de co-existencia pacífica y reduzcan las posibilidades de un retorno a la
violencia?

Para poder contestar a esta pregunta se debe saber dónde hay que mirar para identificar los
posibles impactos. Tener noción de cuáles son las estructuras y procesos que apoyan los
sistemas de construcción o de destrucción de paz. El texto de K. Bush identifica 5 dimensiones
o categorías de posible impacto.

Áreas de potencial impacto


PCI ÁREAS EJEMPLOS
Capacidad institucional para Impacto en la capacidad para identificar y responder a los
gestionar / resolver los retos y las oportunidades que ofrecen la paz y el conflicto;
conflictos violentos y receptividad organizacional; flexibilidad burocrática; eficacia y
promover la tolerancia y efectividad; habilidad para modificar los roles institucionales y
construir la paz las expectativas acorde con las necesidades y los cambios
que se puedan producir; gestión financiera.
Seguridad humana y militar Impacto directo e indirecto en: el nivel, intensidad y las
dinámicas de la violencia, comportamiento violento, seguridad
e inseguridad (definición amplia), política de seguridad y
defensa; repatriación; desmovilización y reintegración; reforma
y reentrenamiento de las fuerzas / estructuras de seguridad
del Estado; desarme; delincuencia; crimen organizado.
Estructuras políticas y Impacto en las estructuras políticas y procesos tanto formales
procesos como informales, tales como; las capacidades del Gobierno
desde el nivel de Estado a la gestión Municipal; contenido
político y eficacia: descentralización / concentración de poder,
fuerzas políticas etnocentristas; representación; transparencia;
rendición de cuentas; cultura democrática; diálogo; mediación
de conflictos y reconciliación; fortalecimiento / debilitamiento
de actores sociales; movilización política; estado de derecho;
independencia / politización del sistema legal; condiciones de
los derechos humanos; estándares laborales.
Estructuras y procesos Impacto en el fortalecimiento o debilitación de la estructuras /
económicos procesos socio económicas equitativos; distorsión / cambio de
las economías de guerra; infraestructura económica; provisión
de bienes esenciales; disponibilidad de capital inversor;
sistema bancario; impacto en el empleo; productividad;
formación; generación de ingresos; producción de productos
comerciales o servicios; inseguridad alimentaria; explotación,
producción o distribución de recursos, especialmente los no
renovables y los materiales básicos para la sostenibilidad
económica y la seguridad alimentaria.
Reconstrucción social y Impacto en: la calidad de vida; comunicación social
empoderamiento constructiva (que promueva principios de tolerancia,
participación e inclusión); personas desplazadas; adecuación
de servicios sociales y de salud; incompatibilidad de intereses;
medidas de confianza / desconfianza: diálogo / hostilidades
inter grupales; comunicaciones, transporte; reasentamiento /
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

desplazamiento; refugio; educación; fomento de una cultura


de paz.

A la hora de valorar las posibilidades de iniciar un proyecto en un área de alto riesgo es


necesario tener un buen sentido de las dinámicas del conflicto y su impacto potencial en el
proyecto propuesto una revisión de este supuesto impacto incluirá:

• Emplazamiento:
o Su extensión geográfica.
o Se emplazará en una zona ambigua política y legalmente o en una
zona de confrontación.
o Cuáles serán los impactos específicos de la evolución de las
condiciones de seguridad y políticas tanto localmente como
regionalmente y a nivel nacional.
o Cómo son las relaciones entre la comunidad del proyecto propuesto
y los decidores principales tanto a nivel regional como nacional.
o Cuál es el legado del conflicto en la zona inmediata del proyecto
propuesto.
o Su impacto en la economía local, la seguridad alimentaria, la salud
psicológica y física de la población, relaciones entre grupos, mujeres
y población vulnerable, seguridad, capacidad de liderazgo, etc.

• Tiempo:
o En que momento del conflicto se pondrá en marcha; antes, durante,
después.
o La intensidad del conflicto en dicha zona.
o Coincidirá con otros proyectos en la zona que puedan beneficiar o
perjudicar los resultados.
o Se pueden anticipar desarrollos externos políticos, económicos y de
seguridad que puedan afectar al proyecto tanto positivamente como
negativamente.

• Contexto político:
o Nivel de apoyo político del proyecto local, regional y nacionalmente.
o La naturaleza de las estructuras políticas formales que condicionan las
relaciones entre el estado y la sociedad civil (autoritarias, transicionales,
parcialmente democráticas, descentralizadas, participatorias, corruptas,
depredadoras.) Y su posible impacto.
o Implicará el proyecto cuestiones sensibles políticamente directa o
indirectamente.

• Otros aspectos a tener en cuenta:


o Contexto institucional, liderazgo, legado colonial, factores culturales,
factores económicos nacionales e internacionales como la infraestructura
económica.

Después de preguntarse y analizar estas cuestiones más generales se pueden realizar


una serie de preguntas más concretas. Algunas de las preguntas que pueden ser útiles
en el momento de formular el proyecto se recogen a continuación divididas en tres
categorías:

• Las que se fijan en factores de contexto y medioambientales


o Existen unas mínimas estructuras políticas, legales y de seguridad,
predecibles. Se necesita un grado mínimo para predecir y su nivel estará
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

relacionado con el grado de riesgo asociado al proyecto. Diferentes


actores asumen grados diferentes de riesgo.
o Las condiciones de infraestructura.
o Está la estructura de oportunidad abierta o cerrada/abierta o cerrada?

• Las que se centran en la capacidad del proyecto.


o Tiene el proyecto la mezcla adecuada de las capacidades adecuadas?
No existe una lista pre establecida, cada caso necesitará un conjunto de
recursos concreto. La lista variará a lo largo de la elaboración del
proyecto lo que proporcionará tanto oportunidades como inconvenientes.
o Tiene la agencia líder experiencia o una ventaja comparativa en la
región.
o Cuáles son los niveles de tolerancia de los proyectos propuestos?
o Dispone la agencia del personal capacitado para desarrollar el proyecto?

• Las que consideran el grado de adecuación entre el proyecto y las condiciones


existentes.
o Cuál es el nivel de apoyo político del proyecto propuesto? Tanto en el
terreno a nivel local, regional y nacional, como dentro de la propia
organización, idealmente actores gubernamentales y no
gubernamentales dentro de un organismo externo de apoyo a la
organización y, preferentemente, las organizaciones internacionales
trabajando en el país.
o Tiene el proyecto propuesto la confianza de las autoridades necesario
para multiplicar los esfuerzos
o Dispone el proyecto del apoyo, la confianza y la participación de la
comunidad. Una serie de principios operacionales que aseguran las
implicaciones de construcción de paz de los proyectos:
ƒ Asegurar la continuidad del personal para hacer del proceso de
aprendizaje más factible.
ƒ Disponer de una red de personas comprometidas con el proyecto
y de apoyo en posiciones diversas.
ƒ Evitar implicaciones políticas de signo contrario.
ƒ Atraer y mantener el liderazgo comunitario adecuado, e,
ƒ Ir más allá de los conceptos limitados del propio interés.

Hands-on PCIA: A Handbook for Peace and Conflict Impact Assessment


(PCIA) (Manos en la masa del PCIA)

Introducción

Se puede considerar este documento como un manual práctico cuyo objetivo es proporcionar
una serie de claves básicas para utilizar el PCIA. Para ello el autor utiliza ejemplos prácticos
para ilustrar mejor sus afirmaciones y también proporciona matrices para trabajar con los
elementos que componen el PCIA. Es importante señalar que esta nueva contribución de K.
Bush hace una crítica al hecho de que hasta el momento todas las iniciativas para desarrollar el
PCIA se han llevado a cabo de manera compartimentalizada y sin un afán de compartir las
experiencias y aprendizajes, algo que no contribuye al enriquecimiento de todos.

De este documento, una vez más de trabajo, y recordando que es una evolución del
anteriormente analizado, se destacarían los siguientes elementos que se han considerado
claves para comprender mejor en qué consiste el PCIA:
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

- El PCIA es un proceso que ayuda a identificar y comprender el impacto de una


iniciativa en el conflicto y la paz.
- Debe ser integrado en cada uno de los estadios del ciclo del proyecto: diseño,
implementación y evaluación. Así, puede contribuir a ayudarnos en la ejecución del
proyecto.
- Asegurar que las iniciativas en las que estás trabajando no perjudican el conflicto y
contribuyen a construir la paz dentro y entre las comunidades.
- El PCIA no es una imposición de soluciones sino la creación de espacios en los
que las poblaciones afectadas pueden identificar sus propios problemas y buscar
sus propias soluciones.
- El PCIA puede contribuir a asegurar que un proyecto o iniciativa no crea conflicto
violento y, en la medida de lo posible, hace una contribución positiva a la
construcción de paz. Esto es, el uso del PCIA no te asegura un impacto de paz
positivo, pero sí te asegura que mediante su uso el programa que se ponga en
marcha no incentivará el conflicto violento.
- Para K. Bush los verdaderos expertos en PCIA son las mujeres, hombres y
menores que viven en zonas de conflicto. Si no se les implica totalmente en el
proyecto éste fracasará o, lo que es peor, desempoderará a las poblaciones a las
que supuestamente debería ayudar.
- El secreto del PCIA es poder leer entre líneas lo que está ocurriendo o ha ocurrido.
- El PCIA puede valerse de los éxitos y fracasos a la hora de incorporar las
perspectivas de género y de medioambiente. Hasta que no se desarrollaron las
herramientas para medir el impacto del trabajo de desarrollo en mujeres y niñas y
el medioambiente todo lo que existía eran historias inconexas de cómo un caso
concreto había impactado en una determinada población o contexto.

El PCIA hace replantearse la manera de trabajar en zonas de conflicto potencial y ayuda a


darse cuenta de cuándo, por qué y cómo un factor concreto, en una situación determinada
puede contribuir a la paz o al conflicto violento. Ayuda a cambiar el diseño de proyectos o
programas de manera que se multipliquen las posibilidades de que produzcan los impactos de
desarrollo o de paz que pretenden.

Este documento de trabajo estructura y clarifica el modo en el que se debería utilizar el PCIA.
La utilización del PCIA ofrece ciertas garantías para concluir que: de utilizarse adecuadamente
los proyectos de desarrollo que se pongan en marcha en contextos de conflicto al menos no
contribuirán a exacerbar el conflicto, y es muy posible que tengan algún impacto positivo en la
construcción de paz.

Concept: Peace. Chapter 9: Peace and Conflict impact assessment

Introducción

Se destacan dos aspectos muy concretos de este capítulo:

¿Qué actores pueden utilizar el PCIA?

Los donantes lo pueden utilizar para hacer su selección de proyectos, sus decisiones
de financiación y su supervisión de los proyectos que han financiado. Las agencias
operacionales pueden utilizarlo para formular sus proyectos o guiar sus decisiones
operacionales. Las comunidades de una zona afectada por el conflicto pueden utilizarlo
para evaluar la utilidad, relevancia y eficacia de las iniciativas de desarrollo fomentadas
desde el exterior.

¿Existen en el área concreta de trabajo mecanismos para la gestión de conflictos?


Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

La presencia o ausencia de mecanismos o instituciones para la gestión de conflictos


son factores claves que influyen a la hora de que un conflicto se torne o no violento.
Esto puede incluir: sistemas políticos representativos, un sistema judicial transparente y
justo y un sistema social equitativo, etc.

Peace and Conflict Impact Assessment (PCIA) Handbook. Septiembre de


2005. Recurso de la Conflict Prevention and Post-conflict Reconstruction
Network (CPR)

Introducción

Este es otro manual de trabajo acerca del PCIA realizado sobre las iniciativas sobre PCIA que
se han realizado anteriormente a las que se ha añadido la perspectiva de los trabajadores de la
CPR.

Como elemento novedoso que aparece en este nuevo manual se puede destacar la siguiente
afirmación: El desarrollo sostenible no se puede lograr sin considerar las tensiones que dividen
a la comunidad.

Este manual, siguiendo las recomendaciones del DAC, hace un esfuerzo por incorporar de
manera transversal la habilidad “sensible al conflicto” a través de los programas de desarrollo,
en especial en los Estados frágiles. Este manual busca ser una respuesta a esta sugerencia.

El manual se divide en tres partes:

1. Herramientas de perfil – para comprender las prácticas subyacentes y el


contexto en que se va a trabajar.
2. Herramientas de impacto – para evaluar los posibles impactos con el fin de
facilitar la comprensión de las causas y efectos que pueden conllevar impactos
negativos o no intencionados e identificar oportunidades no previstas.
3. Herramientas de decisión – para consolidar los impactos no intencionados de un
proyecto e identificar cómo un proyecto puede trabajar con los perjuicios o
buscar nuevas oportunidades para beneficiar a la población.

Asimismo, el manual proporciona una serie de matrices a modo de herramientas tipo, para
llevar a cabo los análisis señalados anteriormente que facilita el trabajo.

Una diferencia de este manual con el PCIA de K. Bush, es que identifica tres espacios de
posible impacto del proyecto (político; económico, social y cultural; y seguridad). Para cada uno
de ellos facilita una herramienta de análisis del impacto adaptada del manual de CARE USA
Benefits-Harms Handbook. Lo interesante de las matrices que propone este manual es que
cubren un amplio espectro de posibilidades por lo que resulta prácticamente imposible que se
escape algún aspecto concreto.

Por último la matriz / herramienta para facilitar la toma de decisiones ayuda a estructurar la
información de manera que facilita la decisión última de llevar a cabo o no el proyecto.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

More Field notes: Critical issues when implementing PCIA (T. Paffenholz)

Introducción

En este documento la autora llega a una serie de conclusiones interesantes motivadas por los
talleres sobre PCIA llevados a cabo por la Fundación Berghof. Entre las que han parecido
interesantes de destacar son:

- En relación a la necesidad de implicar a las poblaciones afectadas en la realización


del PCIA: la autora señala que no se debe pintar una imagen en blanco y negro
sobre lo “malos” que son los trabajadores que vienen del norte y lo “buenos” que
son los que están en el sur. También es necesario ser críticos con los que
proceden del sur. Un matiz que no cuestiona la necesidad de que participen las
poblaciones procedentes del área de conflicto, sino que señala la necesidad de no
pensar que éstas son siempre maravillosas y buenas y los que proceden del norte
son malos. Además, es necesario observar con quien de entre los que se
autocalifican como representantes de las poblaciones afectadas se establece la
comunicación y si éstos representan realmente a estas poblaciones o si no son
más que ONG acomodadas que nunca han salido de la capital.
- A lo largo del texto se proporcionan una serie de consejos para llevar a cabo
seminarios sobre PCIA como por ejemplo: las herramientas que utiliza el PCIA no
tienen porque abarcar toda la realidad, por lo que es necesario complementarlas
con otros métodos de investigación, como viajes al terreno. Y, por además, utilizar
casos prácticos en los que los asistentes al seminario hayan trabajado para facilitar
la comprensión y el aprendizaje.
- El PCIA es político, por lo tanto cualquier proceso de PCIA tiene que tener en
cuenta la situación macro del país en el que se está trabajando.
- Teniendo en cuenta esta perspectiva macro de un proceso de paz, es complicado
evaluar el impacto de una intervención de construcción de paz en una situación
concreta. Por ello es necesario e importante identificar objetivos modestos y
realistas.

Peace and Conflict Impact Assessment Methodology (M. Hoffman)

Introducción

Desde la decada de los 90 las agencias de desarrollo y humanitarias han aceptado la


necesidad de pensar y trabajar más allá de mandatos técnicos cerrados, adoptando, como
mínimo, la perspectiva del “Do no harm” de M. Anderson. Asimismo una serie de países
donantes han comenzado a tratar de aplicar de manera transversal la noción de construcción
de paz dentro de los mandatos humanitarios y de desarrollo más tradicionales. Estas iniciativas
‘mezcla’ entre iniciativas de desarrollo, humanitarias, de resolución de conflictos y mediación
han provocado en demasiadas ocasiones un recrudecimiento del conflicto más que
oportunidades de paz.

Dado el incremento de la financiación de este tipo de programas de construcción de paz es


normal que haya un interés creciente por evaluar su impacto. Algo que se ha traducido en
iniciativas concretas como la llevada a cabo por DANIDA (Danish International Development
Agency) y SIDA (Swedish Development Agency) y, en ocasiones, multilaterales. Mientras el
número de estas evaluaciones se ha incrementado no se ha producido de manera proporcional
una mejora de la metodología utilizada por las mismas, produciéndose lo que el autor llama, en
referencia a un comentario realizado en 1999 por la OCDE (Organisation for Cooperation and
Development), una anarquía metodológica.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Así, señala el hecho de que la asistencia humanitaria haya estado tradicionalmente sometida a
evaluaciones menos rigurosas y profundas que los proyectos de desarrollo. A esto, según el
autor, se podría añadir que las evaluaciones de los proyectos de resolución de conflictos y
prácticas de construcción de paz están incluso por detrás de éstas.

Desde finales de la década de los 90 hay un intento de subsanar esta falta de herramientas
para analizar los programas desde una perspectiva de construcción de paz. Entre las más
destacadas:

• Active Learning Network for Accountability and Performance in Humanitarian Action


(ALNAP); en el Overseas Development Institute (Gran Bretaña)
• El Instituto Cligendael (Holanda)
• International Alert (GB)
• Department for International Development (DFID) / INTRAC (GB)
• La iniciativa Collaborative Development Action (CDA) de Mary Anderson (EEUU),
Reflecting on Peace Practice, que es una continuación del Local Capacities Peace
Project
• International Development Research Centre (IDRC) (Canada) – de este centro
parte el estudio de K. Bush, primero que utilizo la denominación PCIA
• European Platform for Conflict Prevention and Transformation (Holanda)
• Organization for Economic Co-operation and Development (OECD) / Development
Assistance Committee.

En este documento el autor, M. Hoffman, repasa tres acercamientos al PCIA:

1. Los que utilizan los criterios clásicos de una evaluación de donantes – en este caso
el autor concluye que la evaluación se basa en el ciclo del proyecto y su objetivo es
analizar los resultados y el impacto del proyecto durante y después de la
implementación para: o bien modificar el proyecto en caso de que sea necesario; o
bien, realizar recomendaciones para proyectos similares que se vayan a realizar en el
futuro. Sin embargo el autor señala que a menudo y debido a las prácticas
institucionales se impide la transferencia de lecciones aprendidas y raras veces las
conclusiones de una evaluación de un proyecto sirven para alimentar el diseño de
proyectos similares o relacionados.

2. Los que desarrollan metodologías para evaluar el impacto en la paz y el conflicto de


programas de desarrollo y humanitarios realizados por organizaciones de mandato
múltiple – en este caso el autor analiza la propuesta realizada por K. Bush y por
INTRAC. De la propuesta de PCIA de K. Bush destaca el hecho de que haga
hincapié en la localización del proyecto; la necesidad de comprender bajo qué
condiciones pueden ocurrir los impactos de construcción de paz, a lo que le confiere
la misma importancia que a los indicadores mismos; en tercer lugar, la no distinción
entre proyectos sino que todos los proyectos, desde los más propios de desarrollo
hasta los más políticos tienen un impacto potencial en la paz; y, por último, la
necesidad de buscar impactos macro de construcción de paz en todas las fases del
proyecto: formulación y evaluación posterior a la ejecución del mismo. La crítica que
realiza a la propuesta de K. Bush es el hecho de que no plantea un vínculo claro
entre los diferentes marcos de trabajo del PCIA que plantea. Asimismo, no existe
conexión entre los factores a evaluar que plantea antes del inicio del proyecto y las
áreas que identifica al final. Mientras señala las cinco áreas identificadas por K. Bush
como un aporte muy positivo en la dirección adecuada, critica el hecho de que no
ofrezca alguna forma para evaluar la interacción dinámica entre los sectores. En
cuanto a la propuesta del INTRAC; la considera una herramienta de gestión y
planificación muy útil, que puede ser utilizada por políticos e implementadores para
mitigar el conflicto y fomentar la paz de una manera más sistemática. Se destaca
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

aquí el comentario que el propio autor rescata de J. Goodhand en el que señala que
lo complicado es encontrar el equilibrio adecuado entre herramientas que son muy
genéricas y las que son muy específicas, algo que complica la posibilidad de realizar
comparaciones. El autor señala finalmente que la aportación de INTRAC ha sido útil
a la hora de sugerir una serie de preguntas tipo que valen la pena preguntarse, o
algunos aspectos a los que es necesario prestar atención, pero que en esto esta
nueva propuesta es incluso menos específica que la de K. Bush.

3. Las que se centran específicamente en intervenciones realizadas por ONG con un


enfoque específico de resolución de conflictos y construcción de paz – dentro de este
aspecto analiza la iniciativa de ARIA (Action Research Initiative), cuyo interés radica
en que se centra en proyectos de resolución de conflictos e iniciativas de
construcción de paz a pequeña escala. La diferencia entre esta iniciativa y la
iniciativa PCIA es que el PCIA se centra en los impactos de los proyectos de
desarrollo en la paz y el conflicto desde la perspectiva del donante, mientras que
ARIA enfoca la perspectiva del practicante. Otra innovación de esta iniciativa es su
uso explícito de metodología de evaluación de acciones. El objetivo de ARIA es
desarrollar métodos adecuados al contexto para la evaluación de actividades de
resolución de conflictos. El proceso ARIA consta de tres fases: establecer una línea
de base, negociar intervenciones y articular el criterio para la evolución. Estas fases
no son secuenciales sino que pueden solaparse a lo largo de la vida del proyecto. La
dificultad con esta metodología es, como con el PCIA, encontrar los criterios
adecuados de evaluación.

Para finalizar el autor critica el hecho de que aún no se hayan desarrollado indicadores para
utilizar el PCIA. Sugiere la posibilidad de que se lleve a cabo un proceso parecido al que se
llevo a cabo con el proyecto Esfera para poder desarrollar indicadores que midan el PCIA.

Third-generation PCIA: Introducing the Aid for Peace Approach

Introducción

En palabras de la autora, este documento recoge el debate suscitado por el PCIA y avanza un
poco más allá. Este artículo que se recoge aquí es un resumen de un próximo estudio que
profundiza aún más en el concepto de “Ayuda desde la aproximación a la paz”, que será
publicado en breve.

El documento realiza un análisis de las diferentes fases que ha atravesado desde su creación
el concepto de PCIA.

Fases del PCIA según T. Paffenholz


1ª fase Los métodos se desarrollaron principalmente en el nivel de proyecto. De esta
(1996- época son:
1998/99) - Do no harm de M. Anderson (1999)
- PCIA de K. Bush (1998)
Al mismo tiempo se desarrollan aproximaciones desde un nivel más macro, que
evalúan el efecto de las intervenciones políticas en las dinámicas de paz y
conflicto como:
- Conflict impact assessment de L. Reychler (1999)
Entre los donantes las iniciativas los debates iniciados en 1995 dieron lugar a
documentos oficiales en los que se menciona la necesidad de evaluar el impacto
como:
- OECD (2001)
2ª fase Desarrollo e introducción de una variedad de herramientas analíticas sensibles al
(1999- conflicto, inspiradas sobre todo por la investigación de paz. Entre las
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

2003/04) características de esta fase se destacan:


- Confusión terminológica, dado que muchas de las herramientas de
análisis de conflicto se introdujeron en el ámbito del desarrollo bajo la
etiqueta de PCIA. Pese a ello, algunas de estas herramientas
proporcionaron un enlace sistemático entre el análisis de conflicto y el
proyecto o programa.
- Muchos donantes y organizaciones desarrollaron sus propias
metodologías o adaptaron las existentes (resource pack 2004).
3ª fase Se mueve actualmente en tres direcciones:
(2003/04) Muchas organizaciones sustituyen el término PCIA por desarrollo sensible al
conflicto o términos similares, dado que la idea original del PCIA deja de ser el
enfoque exclusivo. A modo de ejemplo:
- Resource pack (2004)
- Nyheim et al (2001)
Algunas de las propuestas de la primera fase se redefinen de manera más
comprensiva paso a paso:
- Bush 2003
- Bush 2005
- Paffenholz and Reychler (próximamente)
Los donantes y organizaciones empiezan a reflexionar acerca de la efectividad y
el impacto de las intervenciones de construcción de paz, lo que provoca un
nuevo debate acerca de la evaluación de las intervenciones de construcción de
paz. Como son:
- Utstein Study (2003)
- CDA (Reflecting on peace practices – RPP Project) (2002)
- Church and Shouldice (2003), encargado por INCORE
- Paffenholz and Reychler (próximamente)

Según la autora, dado que el PCIA ha evolucionado en diferentes caminos, actualmente es


difícil definir este concepto. Para ello sería necesario analizar cada una de las versiones o,
como mínimo, diferenciarlas.

El objetivo de la propuesta que presenta de “Aid for Peace Approach” es:


1. Planificar nuevas intervenciones o evaluar las ya existentes de manera que:
- Reduzcan los riesgos provocados por el conflicto violento
- Reduzcan la posibilidad de que se produzcan efectos negativos no
intencionados en las dinámicas del conflicto
- Incrementen las contribuciones de la intervención a la construcción de paz

2. Desarrollar un sistema de monitoreo del conflicto y la paz, o integrar las gafas del
paz y el conflicto en los procedimientos de planificación, supervisión y evaluación.

3. Evaluar el éxito o el fracaso de los procesos de paz a nivel macro.

Para la autora esta iniciativa es un paso adelante, dado que logra una conexión explícita entre
las condiciones de un contexto específico de conflicto (necesidades de construcción de paz), el
objetivo de la construcción de paz de una intervención (relevancia) y los efectos de las
actividades de la intervención en la paz y el conflicto.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Modelo básico del “Aid for Peace Approach”

Análisis de Diseñar / valorar / Valoración de Anticipar /


evaluar la → los valorar /
→ → Evaluar
Las necesidades → Relevancia de Riesgos de la →
de construcción → construcción de intervención Los efectos en el
de paz de un país paz de la conflicto y la
concreto o zona intervención (=efectos del construcción de
conflicto en la paz de una
intervención) intervención

(=elaborar o
valorar los
resultados y los
indicadores)

Este modelo básico se adapta dependiendo de si el programa o proyecto analizado es de


acción humanitaria o construcción de paz.

Este modelo consta de siete pasos para su aplicación:

1. Preparación
2. Análisis de la paz y el conflicto
3. Deficiencias de la construcción de paz y análisis de necesidades
4. Relevancia de la construcción de paz y valoración – este paso es importante dado
que hasta ahora se valora la efectividad o los impactos del programa y no si vale o
no la pena llevar a cabo la intervención. Además es necesario mapear las
intervenciones del resto de los actores en el mismo sector, dado que es imposible
valorar la relevancia de una actividad en la construcción de paz si no sabemos qué
están haciendo el resto de los actores que intervienen.
5. Valoración de riesgos
6. Valoración de los efectos de la paz y el conflicto
7. Resultados y recomendaciones

Experiences with Impact Assessment: Can we know what good we do?


(Como medir el impacto de los programas de construcción de paz)

• Los impactos no son abstractos sino observables: en terreno, a menudo no es


complicado identificar el impacto, sin ambigüedades, el impacto local inmediato de un
programa o una actividad. La identificación específica de un problema facilita la
identificación específica de la solución.

• Los números importan: la acumulación de patrones de conducta, que representa la


experiencia de mucha gente en muchas situaciones, proporciona una buena evidencia del
impacto del proyecto en el conflicto. Si una circunstancia concreta se observa una y otra
vez y si muchos actores cercanos a la situación coinciden con esta evaluación casual, los
numerosos ejemplos apoyaran la credibilidad de lo descubierto.

• Desagregar los objetivos ayuda: la evaluación de cómo un programa elimina una


consecuencia perjudicial es, a menudo, más fácil que saber con certeza cómo un programa
promueve un efecto positivo en el conflicto. Cuanto más específico e inmediato sea el
objetivo, más fácil será saber cuando se ha logrado efectivamente. Desagregar los
objetivos “grandes” como la paz en pequeños pasos proporciona una manera útil de
evaluar el progreso.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Conclusión
A modo de conclusión señalar que la importancia del debate y la investigación acerca de las
iniciativas propuestas para evaluar los efectos de la intervención internacional en el conflicto y
en la construcción de paz radica en la necesidad de que todos los implicados en este proceso
incorporen de una manera u otra las gafas del constructor de paz, o la afirmación de M.
Leonhardt y que recoge T. Paffenholz en uno de sus documentos: “integrar las gafas de la paz
y el conflicto en los proyectos es mejor que utilizar el concepto de transversalidad”.

La utilización de las gafas del constructor de paz pueden marcar la diferencia al ayudar a
identificar a la persona que formula o evalúa un proyecto con afán de implementarlo o
financiarlo a saber dónde y cómo encaja ese proyecto dentro de un marco de actuación que
trasciende el propio ámbito de aplicación del proyecto. De nuevo, como señala M. Leonhardt, el
debate acerca de las contribuciones a la construcción de paz debe estar dirigido no sólo por el
“Do no Harm” o la “sensibilidad por el conflicto” a nivel de proyecto sino que cada vez más se
debería centrar en el plano político de las intervenciones.

Mientras el PCIA ofrece ciertas garantías de que se mejorará el impacto de la contribución


internacional en contextos de conflicto, desde mi punto de vista los mecanismos de análisis y
evaluación aquí presentados continúan sin ofrecer respuestas al cómo y el cuándo se pueden
producir los impactos positivos. El aprendizaje de experiencias previas puede evitar que se
vuelvan a cometer los mismos errores. La inclusión de la población afectada y el seguimiento
de un proceso de PCIA en el diseño, gestión y evaluación de un proyecto es, en efecto, una
garantía del logro de impactos positivos o al menos no negativos. Si se realiza adecuadamente.
Si bien esto es cierto, continúa echándose en falta una propuesta para recoger los aprendizajes
que se vayan adquiriendo con la práctica del PCIA o el Aid for Peace Approach. Tan sólo a
través de la recogida de esta información se podrán analizar los casos y crear el conocimiento
del que ahora mismo se carece del cuándo, cómo y por qué un factor concreto, en una
situación x es susceptible de contribuir a la paz o al conflicto violento. Una vez logrado esto se
podrá dejar de reinventar la rueda cada vez que se pone en marcha un proyecto, o, por lo
menos, se continuará reinventando la rueda pero con la posibilidad de buscar si ésta se ha
hecho ya, cómo y con qué resultados.

En este sentido, señalar que T. Paffenholz hace referencia a la necesidad de estandarizar los
procedimientos de planificación y evaluación de las intervenciones de construcción de paz a
nivel internacional. Esta estandarización, de lograrse, sería tremendamente útil dado que
contribuiría a facilitar la acumulación de aprendizajes y, por tanto, a formar conocimiento. Así,
se evitaría que en cada proceso de análisis o evaluación se reinventara la rueda. Este es un
aspecto que desde mi punto de vista se ha dejado un poco de lado en el debate.

Si bien es cierto que cada uno de los conflictos es único, así como pueden ser muy diferentes
los sectores en los que se interviene, debería ser posible acumular las experiencias y
aprendizajes que se van adquiriendo en el diseño de proyectos utilizando el PCIA o el Aid for
Peace Approach, para que éstas contribuyan a crear conocimiento, o lo que se considera como
lecciones aprendidas y buenas prácticas que evitarían que se volvieran a cometer algunos de
los errores más clásicos de la intervención internacional.

Por lo tanto se echa de menos la capacidad de generalizar entre casos concretos, que es el
elemento que contribuye a la creación de conocimiento y facilita la posibilidad de utilizarlo en
ocasiones posteriores.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

Se utiliza aquí la figura de un “caleidoscopio” para reflejar la pluralidad de elementos que


componen un proceso de rehabilitación posbélica. Su combinación adecuada, utilizando para
ello los procesos destacados anteriormente, así como las “gafas” del constructor de paz darán
como resultado una “imagen bella” de un proceso de rehabilitación posbélica.

Se ofrece aquí una primera aproximación a este concepto que se presenta como una
herramienta en proceso de desarrollo.

Por qué un caleidoscopio

Un caleidoscopio refleja lo que se produce en el otro lado. Es una composición de espejos


donde juegan siempre los mismos actores, pero que dependiendo de su colocación así tienen
un reflejo u otro a través de los espejos dispuestos en triangulación.

El caleidoscopio gira a voluntad del que mira a través de él. En un proceso de rehabilitación
posbélica uno de los elementos a tener en cuenta para el movimiento del caleidoscopio es el
tiempo. Evoluciona con el tiempo, pero los cambios hacia lo positivo o lo negativo que se
produzcan dependerán de los elementos o variables que se introduzcan en dicho proceso:
estos es, de si éstas nuevas variables combinan o no adecuadamente con los actores
existentes.

Si tomamos un proceso de rehabilitación posbélica que se está iniciando, el análisis del


conflicto nos dará las primeras variables que compondrán ese caleidoscopio concreto.
Analizando estas variables podemos identificar qué es lo que necesita para que refleje una
figura bonita o fea. Pero para ello habrá que determinar hacia donde queremos mirar. Por que
otro factor importante en un caleidoscopio es la luz. La luz, de hecho, es lo más importante. Por
ello es necesario en un primer momento lograr que el caleidoscopio con todos sus
componentes miren hacia un mismo lugar. Aquí se podría identificar a modo de metáfora el
acuerdo de paz alcanzado. Comprobando quienes lo han firmado y quienes no, quienes están
a favor de su implementación y quienes no, podemos determinar el grado de luz que tendrá
ese caleidoscopio concreto que nos determinará el grado de implicación de la comunidad
internacional. A más acuerdo entre las partes y concreción, más luz, y por tanto la implicación
internacional puede no ser tan robusta. Sin embargo si el grado de luminosidad de el
caleidoscopio es reducido, la intervención internacional deberá ser lo más robusta posible para
contrarrestar esta carencia.

La figura del caleidoscopio sirve para mostrar la interrelación entre los diferentes ámbitos y
aspectos que componen un proceso de rehabilitación posbélica. El objetivo, además del de no
dejar ningún aspecto fuera de la evaluación o análisis internacional durante una intervención
es, además, demostrar la vinculación entre los diferentes aspectos que componen dicho
proceso. El caleidoscopio muestra explícitamente la interrelación entre los diferentes factores y
la complejidad que esta interrelación entraña. Además añade otro aspecto también interesante
como es el hecho de que las figuras que surgen de la interrelación entre los elementos que
componen el caleidoscopio y su reflejo en el los espejos que lo forman son diversas. Y, por
tanto, pueden agradar o desagradar a unos u otros. De igual manera puede ocurrir con un
proceso de rehabilitación: Puede que convenza a la comunidad internacional porque se adecua
a sus parámetros, generalmente occidentales, pero a la vez, puede para la población afectada
por el conflicto ése no sea el modelo que más le agrade y que por tanto desee construir otro.

El caleidoscopio también pone de manifiesto el enfoque. Esto es, para lograr ver las figuras que
forma al completo, hay que mirar por el lugar adecuado, ya que de no ser así puede que el
caleidoscopio esté formando las figuras más impresionantes, pero que la persona que mira a
través de él no sea capaz de verlas por no estar mirando por el lugar correcto. En un caso de
rehabilitación ocurre lo mismo si no se saben plantear las preguntas adecuadas o no se sabe
buscar dónde pueden estar las respuestas. El punto de vista del implementador en este caso
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

puede que no sea el correcto y necesite cambiar el enfoque. Pero, para ello, ha de tener
conciencia de que se puede estar mirando a través del sitio equivocado. En un caso de
rehabilitación se puede establecer un símil con los informantes que se buscan para recabar
información acerca de un proyecto, o con la población afectada que se elige como beneficiarios
del proyecto frente a otra.

El caleidoscopio, su funcionamiento, pone de manifiesto todos los elementos necesarios para


la identificación y definición de un proyecto, su ejecución y valoración final con el objetivo de
que éstos contribuyan a la construcción de paz.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas – Una aproximación

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