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Universidad Católica Boliviana

“San Pablo”
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA

ESPECIALIDAD EN PSICOLOGÍA CLÍNICA SISTÉMICA Y TERAPÌAS


BREVES.

MÓDULO
TERAPIA DE PAREJA

Docente: Dr: Bismark Pinto

Estudiante: Roly Guido Chavez H.

Monografia: EL ENAMORAMIENTO

La Paz-Bolivia
EL ENAMORAMIENTO

INTRODUCCION
Este documento pretende, desde una perspectiva reflexiva aproximarse a una de las
emociones más intensas, cual es el enamoramiento; que por muchas sociedades es
vista como la experiencia vital más importante que puede ocurrirle a cualquier persona,
muchos artistas, poetas, músicos, etc. Se han encargado de asignarle una connotación
idealista , y se la ha considerado como una de las emociones mas nobles del ser humano.
La ciencia a estado en cierta medida apartada de su estudio, en los estudios e
investigaciones realizados por la psicología, se ha afirmado que el enamoramiento nos
mas que la primera fase de un tipo de amor: el romantico.
Las aproximaciones realizadas por la ciencia experimental han demostrado que este
sentimiento esta estrechamente relacionado con las actividades de los neurotransmisores.
Por otro lado las ciencias sociales han evidenciado que el enamoramiento es una
experiencia cuasi universal, ya que estudios antropológicos sobre las culturas existentes
constataron que el enamoramiento esta presente en casi la totalidad de ellas.
Este documento tiene como referencia a varios artículos científicos y textos que han
ocupado su atención a este tema.

EL ENAMORAMIENTO:
Mora (2007), define al enamoramiento como un estado dominado por un sentimiento
vivo hacia otra persona, quien es considerado el máximo bien.
Los vivos sentimientos y el deslumbramiento que una persona despierta en otra persona
no son causadas por la persona como tal, si no por la imagen que se construye de esa
persona.
Otra definición es la que postula al enamoramiento como una pasión que atrae un sexo
hacia otro.
En el enamoramiento surgen algunas características, tales como la aparición repentina
de este sentimiento, un intenso estado emocional, la presencia de pensamientos
intrusivos, respuestas neurovegetativas y el deseo de estar cerca de la persona objeto de
esta emoción. Estas características pueden resumirse en tres elementos principales: La
irracionalidad de la emoción, la idealización y la incapacidad para ser conscientes de los
defectos de la persona objeto de este sentimiento.

Por otro lado, dichas características que definen el enamoramiento, tales como el intenso
deseo de estar junto a la otra persona, la fuerte atracción sexual que genera, la presencia
vigorosa del otro en la consciencia (que incluso llega a obnubilar) o la idealización de
sus atributos, no se mantienen constantes mientras dura la relación. En este sentido se ha
observado que la frecuencia de aparición de los estímulos tiene una relación
proporcional con la intensidad de dicho sentimiento.

FACTORES QUE FACILITAN EL ENAMORAMIENTO:


El enamoramiento surge por la aparición de la atracción que provoca la otra persona. En
este sentido, la atracción es un requisito fundamental para que exista el enamoramiento.
El proceso de atracción interpersonal ha sido uno de los temas nucleares de la
psicología.

Sabiendo que la atracción es fundamental en este proceso, veamos ahora los atributos
que una persona debe poseer para generar ese sentimiento de atracción:
Atractivo Fisico: Es el primero, y el más evidente, factor fundamental en el proceso de
atracción interpersonal. En el enamoramiento debe darse un acercamiento entre las
personas. Al mismo tiempo, este acercamiento se favorece si la persona resulta
seductora y, en nuestra sociedad, uno de los factores que facilitan que una persona sea
interesante es, precisamente, el atractivo físico. Siendo el enamoramiento la primera fase
de la relación amorosa, que puede aparecer momentánea e inesperadamente en muchos
casos, la seducción física será fundamental para que la otra persona induzca una suerte
de fascinación que facilite el enamoramiento. No es solamente por una cuestión
hedónica de que el atractivo es en sí mismo agradable, sino porque culturalmente se
asocia lo bello con lo bueno y con el éxito personal.
El atractivo cumple el rol de señal que facilita las conductas de aproximación tanto
físicas como psicológicas (interés mostrado en esta persona, actitud favorable hacia sus
singularidades y demandas, etc.). Asimismo induce una reacción de activación
fisiológica, o sexual, que favorece todavía más el acercamiento y el interés por dicha
persona.
El atractivo de las cualidades físicas puede potenciarse si se asocian estímulos
condicionados o incondicionados que faciliten la seducción, tales como perfumes, ropa u
otro tipo de elementos decorativos corporales, ambiente que favorezca la intimidad y el
acercamiento, etc.
No obstante, experimentos clásicos en psicología social señalan que, pese a que la gente
reconoce la belleza física de acuerdo con los estándares socialmente establecidos, la
persona se siente atraído por aquellos que no difieren mucho de los propios atributos
personales y tienden a formar pareja con personas similares en este aspecto. Cuando la
disparidad en cuanto a atractivo físico es notable, también suele haber una importante
desigualdad en otros factores que compensan las diferencias y establecen una especie de
equidad. Así, personas físicamente atractivas se emparejan con otras que no lo son, pero
que poseen un importante patrimonio economico o intelectual.

Proximidad: Es uno de los factores que modulan este sentimiento, entendiendo por ella
lo cercano que se encuentra una persona de la otra tanto física, como psicológicamente,
a la que se suele referir como similaridad.
La proximidad física ha sido estudiada en psicología social como factor de atracción
interpersonal. El hecho de que se establezcan relaciones amorosas entre personas que
físicamente se encuentran próximos (ya sea en el trabajo, o en el barrio), ha sido
explicado según el efecto de simple exposición (Zajonc, 1968) que señala que la
exposición repetida a un estímulo produce familiaridad y adquiere connotaciones
emocionales positivas. En un sentido más amplio, el efecto de simple exposición
explicaría cómo la familiaridad no sólo ejerce efectos positivos en la reacción emocional
ante los estímulos que se presentan con frecuencia, sino que facilita que se acepten como
verdaderas aseveraciones cuya validez nunca ha sido demostrada.

Similaridad: Juega un papel esencial a la hora de facilitar el enamoramiento. Las


personas se sienten atraídas por las que tienen un aspecto físico similar, las personas se
sienten mas cercanos de los que comparten las mismas actitudes y valores esenciales y
es más probable que inicien una relación con ellos que con quienes muestran
discrepancias notables entre atributos o características importantes. Al mismo tiempo,
una de las características de las parejas estables que tienen una relación buena y
duradera es la similaridad, el acercamiento en cuestiones esenciales, como actitudes,
valores y creencias.

Reciprocidad: Durante el enamoramiento, un factor que determina que éste perdure, se


intensifique, o que desaparezca es la reciprocidad. En muchos casos, las personas no se
enamoran de aquellas personas con los que no se tiene esperanza alguna de
correspondencia emocional.

EL ENAMORAMIENTO COMO ESTADO ANÓMALO


Aunque el enamoramiento tiene evocaciones agradables y socialmente es una
experiencia que suele celebrarse y aceptarse como profundamente deseable (siempre que
exista reciprocidad y ésta sea correspondida), no siempre ha tenido estas apetecibles
connotaciones en algunas de las orientaciones filosóficas principales, o por parte de las
corrientes ideológicas o religiosas dominantes. Ortega (1985) define el enamoramiento
como “un estado anómalo de la atención”, “un estado inferior del espíritu”, o una
“imbecilidad transitoria”. Y ello porque durante el enamoramiento la presencia de la otra
persona ocupa (y aún desborda) la conciencia y limita e impide atender a nada más,
aunque se trate de eventos realmente importantes.
El enamoramiento sería una limitación importante del raciocinio, una “angostura
mental” voluntariamente establecida (en ello se diferenciaría de patologías como la
obsesión o la manía) que no hace distinción entre personas de distinta capacidad
intelectual. Ortega acierta en describir una de las cualidades más características del
enamoramiento, como es la focalización en la consciencia del ser querido, hasta el punto
de que limita, o incluso impide, el buen uso del raciocinio, la necesaria concentración
mental en la ejecución de diversas tareas cognitivas.
Luego de haber descrito las características del enamoramiento, podemos ahora describir
algunas conductas típicas que presenta la persona enamorada: podíamos reseñar como
las más relevantes el hecho de que se trata de una “explosión” emocional que va
acompañada de obnubilación mental, euforia y ansia por unirse a la otra persona. Su sola
presencia es causa de una reacción emocional y fisiológica muy intensa. El ser querido
ocupa plenamente la consciencia, hasta el punto de limitar la capacidad para realizar
ciertas acciones pero, por el contrario moviliza una ingente cantidad de energía para
favorecer aquéllas que beneficien de alguna manera a quien se ama. Las cualidades del
ser querido están idealizadas, en muchos casos sobredimensionadas y la relación con
esta persona se convierte en objetivo vital prioritario, por encima de muchos otros que
hasta ese momento habían ocupado un puesto privilegiado en la escala de valores.
Cuando una persona empieza a enamorarse deja que su imagen en el fondo de su
pensamiento se vaya enriqueciendo con los productos de su fantasia, que superponen
sobre la imagen primitiva una gran variedad de perfecciones. Es decir en el
enamoramiento la persona se engaña porque no percibe la realidad tal como es. En esta
línea Nietzche, afirmaba que el enamoramiento era una trampa biológica para asegurar
la procreación.
Freud entendía el enamoramiento en términos de la idealización, en el que el yo de la
persona transferia una parte de considerable de la libido narcisista al objeto. Conforme
los sentimientos del enamoramiento se intensifican el objeto es visto con mejores ojos y
el amor hacia el propio yo decrece hasta el límite en el que puede decirse que el objeto
ha devorado al yo.
Por otro lado, autores como Maureira (2009), tras estudios experimentales pudieron
demostrar que la dinámica neurobiológica del cerebro en el enamoramiento es similar a
la dinámica presentada en casos de adicción a cocaína.

EL ENAMORAMIENTO Y SUS IMPLICACIONES NEUROBIOLOGICAS


Las bases neurobiológicas en el enamoramiento son descritas en las siguientes etapas:

1ra Etapa: Primera impresión


Encontrar a la persona que nos atraiga es el primer paso, y es también una
responsabilidad que suele atribuirse al sentido de la vista. Asi como se dice “el amor
entra por los ojos”; también es cierto decir “el amor es ciego”, ya que entra por las fosas
nasales. Esta afirmación se debe al descubrimiento de sustancias, que atraen o repelen a
ciertos animales, llamadas feromonas, moléculas de bajo peso, que son lo
suficientemente volátiles y resistentes como para viajar por el aire distancias cortas en
humanos o largas como en los animales.
Anteriormente se creía que los seres humanos no producían feromonas, hoy está
comprobado que efectivamente se las posee y que son secretadas principalmente por las
glándulas sudoríparas de la axila y, sobre todo, por la piel de la entrepierna. La
composición formada produce el llamado aroma humano y cada uno tiene una
combinación personal. Constantemente, los receptores olfativos del órgano vomeronasal
del ser humano reciben diferentes mezclas de feromonas sin que le llamen la atención,
hasta que el aroma de la persona adecuada comienza a ser inquietante en un proceso que
no se registra racionalmente. La mezcla específica se distingue de las demás porque la
señal en el receptor olfativo genera una agitación y se tiene la necesidad de buscar con la
vista el origen de la perturbación. Cuando se tiene al blanco en la mira y se produce el
contacto visual, una descarga eléctrica pone al cerebro en un estado especial que
despierta a un conjunto de células en el sistema límbico, que secretan a su vez una
sustancia conocida como feniletilamina (FEA).

2da Etapa: Atracción


La feniletilamina se esparce por todo el cerebro y orquesta el caos llamado amor.
Inicialmente, provoca un estado de semi-inconciencia, en el cual se suspenden todas las
acciones cerebrales: la vista, que generalmente es periférica, se vuelve central,
enfocando como entre nubes al objeto causante del caos; se pierde el oído y, por ende, el
habla; no hay sensación térmica en la piel ni equilibrio y se turba la coordinación de
ideas y de movimiento. Al dejar de oír, sólo se distinguen sonidos internos, como las
palpitaciones o los ruidos intestinales. Sin embargo, el cerebro no puede quedarse así,
todo el caos dura menos de un segundo.
Para recuperar el control, el cerebro secreta dopamina o norepinefrina, ambos
neurotransmisores, que estimulan al hipotálamo; éste último se comunica químicamente
con la hipófisis, de ahí a la tiroides; luego al páncreas, las glándulas suprarrenales, y
después, en el caso de las mujeres, con los ovarios; en el caso de los hombres, con los
testículos. Al final de la comunicación química ocurre: cierre de vasos sanguíneos, venas
y arterias periféricas; aumento de presión arterial; ligero aumento de temperatura;
escalofríos; sudoración principalmente en cara y manos; aumento de frecuencia
respiratoria, y por consiguiente, suspiros. Después viene un aumento de glucosa en la
sangre; dilatación de pupila; y contracción de estómago e intestino, lo que se interpreta
como “mariposas en el estómago”; todo junto forma lo conocido como arrebato
sentimental, el cuerpo se arquea y todo parece una fiesta, y sí lo es, pero química.

3ra Etapa: Afecto o enamoramiento


Una vez que el primer encuentro acaba, el cerebro debe controlar el caos en el que se vio
envuelto; es decir, nivelar las sustancias que fueron secretadas; para ello se activan los
calmantes naturales por excelencia: endorfinas y encefalinas. Ambas son una auténtica
droga, de hecho son los opiáceos del cerebro, y se esparcen para tranquilizar los órganos
alterados; producen tranquilidad, calma, gozo y alegría, la risa en el rostro es
inconfundible.
El cerebro sabe que debe controlar las variaciones de temperatura y sobre todo de
azúcar, por lo cual el páncreas secreta insulina, de esa manera se transporta la glucosa a
los tejidos para metabolizarse, y así el organismo se tranquiliza. Sin embargo cuando
bajan los niveles de glucosa hay una nueva señal: serotonina, traducida como la
necesidad de algo dulce.
Después de todos estos procesos químicos, se produce oxitocina, conocida como “el
péptido del amor” o “sustancia del abrazo”, que genera la urgencia de la sensación táctil,
del contacto directo con la persona amada. En el caso de la amistad, se cierra el ciclo y
puede convertirse en una relación duradera; sin embargo, para el enamoramiento, se
necesita cada vez más el intercambio químico; así se llega al beso, donde olor y sabor se
juntan, provocando una memoria a muy largo plazo.

4ta Etapa: Pasión


El proceso amoroso es como una bola de nieve que rueda por una pendiente: cada vez
más grande y menos contenible; eventualmente, el ciclo se cerrará, para culminar con las
relaciones sexuales; para ello los impulsos eróticos serán cada vez más intensos y con
intervalos más cortos. Las glándulas suprarrenales aumentaran su producción de
testosterona tanto en hombres como en mujeres. Para las mujeres esa pequeña diferencia
en el aumento de testosterona provoca una especie de ceguera en el juicio y toma de
decisiones, motivo por el cual no se oyen consejos y lo único en mente es estar con la
pareja, aumentar el contacto físico y tener relaciones sexuales, con esto se cierra el ciclo
amoroso.

En algunos animales como los cisnes, gansos y lobos, existe una hormona llamada
vasopresina o “péptido de la fidelidad”. Ésta provoca que, después del encuentro sexual,
permanezcan juntos en cada ciclo de apareamiento. La muerte de la pareja, lleva a estos
animales al suicidio o a una vida en solitario. Por otro lado, aunque los humanos
secretan esta hormona, no lo hacen en cantidad suficiente y de manera constante, lo cual
deja abierta la puerta para buscar otra u otras parejas. Las civilizaciones monogámicas,
como la nuestra, lo son en base a relaciones intelectuales, no bioquímicas. La religión, la
moral, las leyes y, sobre todo, la inteligencia ayudan a mantenerse con la misma pareja
toda la vida, lo cual revela que la vida en pareja es un arduo ejercicio intelectual.

La atracción bioquímica de la primera fase neuroquímica, puede durar, según se sabe


hasta hoy, de dos a tres años. La combinación de la segunda fase neuroquímica y la fase
neuroendocrina puede durar hasta cuatro años más. Una vez cumplidos estos ciclos
químico-biológicos, que suman alrededor de siete años, la relación se vuelve
fundamentalmente racional, sin quitar que pueda seguir existiendo la atracción química,
pero con otra velocidad o impulsada con otra fuerza, la cual es conocida como
costumbre. Lo anterior quiere decir que de la pasión involuntaria de amar se pasa a la
voluntad de amar.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

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Chóliz, M. y Gómez, C. (2002). EMOCIONES SOCIALES II (ENAMORAMIENTO,


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De Kruyff, Fernanda, SOBRE LA IDEALIZACION, revista científica electrónica de


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