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Helices y Timones de Maniobra. TESIS GRADO 2015 PDF
Helices y Timones de Maniobra. TESIS GRADO 2015 PDF
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Índice
Resumen………………….…………………………………………………………...4
Conclusiones…………………...……………………………………………………65
Bibliografía…………………………………...………………………………..……67
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Resumen:
La maniobra del buque la podemos considerar como la parte más compleja y vital para
un buque cuando este navega en aguas restringidas o someras. Todo buque debe de
estar equipado con los equipos propulsores más adecuados para la maniobra, ya sean
hélices transversales en proa o equipos y sistemas como el sistema Schilling o el
sistema Kamewa, este último lo destacaremos por ser uno de los primeros y más
empleado, constituido por hélices de paso controlable, introducido en el mercado naval
y marítimo en los años 30.
No solo las hélices, sino también los timones, y lo más importante la cohesión entre
ambos instrumentos, ha dado lugar a multitud de equipos e instrumentos orientados a
facilitar la maniobra del buque. Así aparece, como nombrábamos anteriormente, el
sistema Schilling donde el trabajo de los dos timones independientes orienta el flujo
que sale de una tobera.
En las siguientes líneas hago una sencilla exposición acerca de las hélices y los timones
presentes en un buque, y como estos están orientados a ayudar en la maniobra de los
mismos, y hacer que éstos, naveguen hasta puertos seguros. Hablaré sobre los
diferentes tipos de timones y hélices que existen en el entorno marítimo, haciendo una
breve explicación de su funcionamiento y constitución, empezando por las hélices
más simples, orientadas únicamente a la propulsión del buque, y pasando por aquellos
propulsores para la maniobra, sin olvidar los timones y su importante aportación a la
navegación, puesto que no podemos entender hélice sin timón ni timón sin hélice.
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Abstract:
We can consider the manoeuvre of the vessel as the most complex and important thing
when the vessel is sailing in shallow waters. All vessels must to be equipped with most
appropiate propellers for the manoeuvre, wether be the transverse bow propeller or
systems as Schilling system or Kamewa system. The Kamewa system is one of the
first and most employed systems with controlable pitch propellers, and it began to be
used in the merchant navy in 1937.
Not only the propeller, also the rudders, and the most important thing, cohesion
between the two instruments, results in many equipments and systems desiged to
improve the manoeuvrability of the vessel. Like the Schilling system where the work
between two independents rudders direct the flow of a nozzle.
But the most important and extend system is the transverse bow propeller, and it is
installed in a large number of vessels. His first appearance was in 1959 in the boom
time of the ferries, this type of vessel is a kind of vessel with a high frequent of entry
and output from dock. This system is formed by a propeller installed inside of a
transverse nozzle in the fore of the vessel, at the bow. His purpose is to move the bow
to a side or another, due to a thrust.
In the next lines, i do a simple exposition about the propellers and rudders presents in
a vessel, and how they are designed to improve the manoeuvre. I will speak about the
differents types of rudder and propellers that exist in the maritime sector, making a
soft explanation about its work and constitution, starting with most simple propellers
and also studing the important of the propellers for the manoeuvre.
Este trabajo consta de diferentes capítulos, a través de los cuales intentaré exponer la
importancia de las hélices en el mundo del mar, estos son:
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Hélices y equipo de gobierno.
Hélices y timones
Las hélices de maniobra y los timones son la esencia principal de cualquier buque,
dos instrumentos de los que depende y que constituyen las dos principales armas de
cualquier navío para actuar contra el mar y sus inclemencias. Las hélices y los timones
abarcan un gran número de diseños, formas, dimensiones y funciones, pero la principal
funcionalidad que las identifica es la aportación que ambos instrumentos
desencadenan en las situaciones más esenciales y fundamentales para la
maniobrabilidad del buque, pudiendo abarcar desde maniobras básicas de atraque o
desatraque, maniobras de aproximación, maniobras en aguas restringidas, etc.
Las hélices de maniobra son un aplicación de las hélices de paso variable, pudiendo
estas, estar instaladas transversalmente en la proa y en la popa del buque, con el fin de
proporcionar fuerzas laterales que asistan a la acción poco relevante del timón a bajas
velocidades, básicamente correspondiente con las maniobras de atraque y desatraque
y navegación en aguas confinadas.
Hoy en día, junto con el timón, la hélice constituye uno de los elementos más
importantes para la maniobra del buque. Por tanto, es necesario no sólo conocer sus
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características bajo el punto de vista de la construcción naval y su instalación a bordo,
sino especialmente los efectos que produce en el buque y en la maniobra de éste.
Las hélices de un buque pueden ser, según el paso, fijas, variables o controlables, en
este trabajo las diferenciaremos y distinguiremos según su función.
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construcción, instalación y mantenimiento, que las hace vulnerables. Por ejemplo en
el núcleo, palas, línea de ejes o los sistemas de control remoto del paso. [1]
En las hélices de paso variable, cuando se reduce la velocidad del buque, el flujo de
agua sobre el timón queda apreciablemente roto, a menos que se reduzca el paso
gradualmente. Este efecto adverso es importante de cara a la maniobra del buque. La
hélice no debe de ponerse con paso cero para reducir la velocidad mientras se requiera
timón. [1]
Según los expertos, estas hélices son poco eficaces a bajas velocidades y en la marcha
atrás, lo que requiere el cero de máquina atrás más dilatado para pararlo.
En el giro de las hélices de paso controlable, aun pudiendo ser en uno de los dos
sentidos, es más frecuente el giro constante a la izquierda, para que en atrás el buque
pueda comportarse como los buques convencionales, respecto al sentido de aplicación
del empuje lateral de la hélice, es decir, empuje lateral a babor y por ello la proa a
estribor, mientras que si fuera el giro de paso a la derecha, al dar atrás solo cambiará
la orientación de las palas, no su giro, y por tanto, la popa caería a estribor y la proa a
babor, circunstancia no esperadas a menos de ser conocidas con anterioridad.[1]
Las hélices de paso controlable están acopladas al eje de cola a través del núcleo del
propulsor.
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Como su nombre implica, es posible alterar el paso de este tipo de hélices para cambiar
la velocidad o ajustarse a determinadas condiciones de navegación. Este cambio en el
paso de la hélice se logra con la rotación de las palas de la hélice sobre su propio eje
vertical, por medios hidráulicos o mecánicos. De esta forma el eje portahélices puede
girar a velocidad constante permitiendo a la vez un cambio en la velocidad del buque,
a través del cambio en el paso de la hélice. Mientras es posible invertir completamente
el paso de la hélice, este tipo de propulsor emplea un motor unidireccional para dar
empuje todo avante o todo atrás en la maniobra. La aplicación más obvia de las hélices
de paso controlable es en los ferries u otros buques que maniobran regularmente o
frecuentemente dentro o fuera de los puertos. También se emplean para buques
remolcadores o buques arrastreros donde las condiciones de navegación o remolque
son complicadas. [2]
Uno de los propulsores de paso controlable más empleados es el Kamewa, una hélice
hidráulica introducida en el mundo naval en 1937.
Las fuerzas requeridas para cambiar el paso de las palas limita el tamaño de la hélice
lo que las hace insuficientes para la entrega de potencias superiores a 20000 kW.
Además el núcleo de la hélice reduce el área de las palas y la raíz de las palas son más
propensas a la cavitación que una hélice de paso fijo. [3]
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Cada vez son más los buques que, con el fin de mejorar el balance entre la economía
y la maniobrabilidad, han sido equipados con sistemas de propulsión o gobierno
totalmente diferentes que requieren otras habilidades para su manejo.
Estos propulsores están teniendo ahora un relativo éxito, debido a los adelantos con
respecto a su confiabilidad y es común encontrarlos en buques de una amplia gama de
tonelajes.
La inclinación de éstas puede ser modificado todo lo necesario para lograr el paso
deseado, de toda fuerza avante a toda fuerza atrás, sin cambiar el sentido de giro de la
hélice. [4]
Para utilizar el control de paso, la hélice debe estar acoplada a la máquina principal,
por lo que estará girando permanentemente. Esto se debe a que el motor principal tenía
acoplado, en forma permanente al eje portahélices, un generador denominado de cola,
que proveía la corriente que era utilizada en el buque. Por lo tanto, las rotaciones no
podían variar de determinado rango. [4]
La otra desventaja era que hacía antieconómico el sistema durante los períodos de
maniobra, debido al excesivo número de rotaciones que debía mantener aun cuando el
empuje de la hélice no se necesitara. Esto adquiría gran importancia en los buques en
los cuales la maniobra fuese permanente, como por ejemplo ferries y remolcadores.
[4]
Los buques modernos dotados de este sistema poseen generadores auxiliares, capaces
de soportar toda la carga eléctrica del buque en operación. Esto permite continuar con
el suministro de corriente necesaria, desacoplando el generador de cola cuando se
realizan maniobras. [4]
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en la maniobra y, secundariamente, una disminución en el consumo de la máquina
propulsora. [4]
Ventajas:
Se consigue un ajuste fino del empuje requerido, al suprimirse los cuatro regímenes de
marcha en cada sentido.
Se tiene una muy rápida respuesta a las órdenes de marcha y sobre todo a los cambios
de sentido de empuje.
No hay que preocuparse por el consumo del aire comprimido para arranque de la
máquina propulsora.
Desventajas:
Cuando el buque aún conserva una gran arrancada avante y se reducen rápidamente
las revoluciones por minuto o se pone la hélice en bandera, girando permanentemente,
el fluido se ve afectado y también los filetes líquidos que deberían llegar al timón para
facilitar el gobierno del buque, incidiendo sobre él en forma turbulenta, por lo que el
gobierno se hace incierto y errático.
Es inevitable que el complejo sistema de alteración de los ángulos con que trabajan las
hélices esté más expuesto a fallos que una hélice de paso fijo. [4]
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Los propulsores transversales, instalados en la proa o en la popa del buque, se han
convertido en un elemento esencial en el equipamiento de los buques modernos. Este
equipo permite y facilita el desarrollo normal del proceso de atraque y amarre, sin la
necesidad del apoyo de un remolcador, debido a que el buque a bajas velocidades y
gracias al propulsor transversal tiene más maniobrabilidad. [2]
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la relación empuje/CV, que viene a ser unos 11 Kg/CV de BHP (CV de potencia de
freno). [1]
Otro aspecto negativo de acción opuesta a la deseada es el llamado Efecto Coanda, por
el que el chorro tiende a adherirse al pantoque produciendo una zona de presión
negativa, en oposición al chorro. [1]
Las hélices de maniobra presentan una máxima eficacia lateral, por su situación en los
extremos del buque. A su vez proporcionan buen control lateral lo que ayuda en el
gobierno a velocidades muy pequeñas y en navegación en canales y pasos angostos. A
baja velocidad, la hélice de maniobra junto con el timón proporciona un momento de
giro prácticamente constante. Como contrapartida las hélices de maniobra tienen poca
eficacia a determinadas velocidades, entre 2 y 5 nudos, aunque las hay que trabajan a
velocidades entre 5 y 10 nudos, si bien a estas velocidades son más importantes los
efectos de timón. Tampoco son eficaces con poco calado, por estar cerca de la
superficie. [1]
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especialmente en la cara de la baja presión comienza a ser progresivamente más
turbulenta hasta que pierde eficacia.
No es el único sistema con el que cuenta el buque para desplazar la proa, ya que puede
conseguirse un rudimentario gobierno de los equipos propulsores y equipos auxiliares
de maniobra, así como la asistencia a otros elementos del buque, como las anclas o
timones de fortuna, todos ello, en caso de avería importante de los timones
estructurales. [1]
En los buques actuales, la colocación del timón está casi reservada al codaste. En
buques de otra época, su situación era lateral, en la zona de popa (espadillas), incluso,
en los últimos años se han experimentado con sistemas de timón auxiliares situados en
el mismo bulbo de la proa (Navyflux). [1]
Todos los timones que fundamentan su trabajo en el seno de las aguas, deben
aprovechar los efectos hidrodinámicos de aquella y por ello necesitan la incidencia de
las partículas del agua sobre el timón, lograda, bien por la marcha del buque por medio
de sus medios de propulsión, bien por la acción del agua en movimiento a causa de
corrientes de cualquier tipo (marea, fluvial). En la maniobra, la eficacia del timón está
relacionada con el equipo propulsor. [1]
Los elementos que en su conjunto constituyen los timones de los buques comerciales,
son:
Mecha: Pieza que relacionada con la cruceta del servomotor proporciona la movilidad
a la pala del timón. Es de acero forjado, cuyo diámetro de diseño es obtenido por
fórmula empírica en la que se relacionan la superficie de la pala, la propia longitud de
la mecha, la velocidad de servicio del buque y su posición respecto a las hélices.
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Palma: También llamado coper, constituye la pieza cuya superficie servirá para el
ensamblaje de la mecha con la pala. El espesor es aproximadamente la cuarta parte del
diámetro de la mecha. La unión con la pala se efectúa por bulones y pernos de ajuste
en un número superior a 6 con chavetas. La distancia del centro del perno al borde de
la palma será superior al diámetro del bulón.
Madre: En timones de doble plancha, el eje sobre el que gira y soporta la pala.
Refuerzos verticales y horizontales: Los elementos resistentes internos sobre los que
se sueldan las chapas que constituyen la pala.
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Por su geometría, las definiciones más importantes son:
Altura (h) en la dimensión del flujo.
Cuerda © en la dimensión paralela al flujo.
Espesor (t) en la dimensión perpendicular al plano de crujía.
Tipo de perfil: Distribución de espesores a lo largo de la cuerda.
Relación de espesor: Entre el máximo espesor del perfil y la cuerda.
Alargamiento: Relación entre la altura del timón y la cuerda media.
Área del timón: referida normalmente al área total obtenida, (h.c).
Relación de compensación: al cociente entre el área situada a proa del eje de
giro y el área total móvil. [1]
Por su estructura:
Sin compensar, cuando toda la pala se encuentra a popa del eje de giro.
Semicompensado, cuando distribuye parte de la pala a proa del eje de giro.
Compensado, cuando la parte de la pala situada a proa del eje del giro es
superior al 20% de la superficie total.
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Por su movimiento:
Pala móvil, la que se mueve en su totalidad simultáneamente.
Pala parcialmente móvil, principalmente con pala móvil a popa del eje del giro
y la parte de proa fija al codaste.
Activos, parte móvil a proa y popa del eje del giro.
Flap activo, a popa de la pala del timón. [1]
Si la pala del timón está en la prolongación del plano longitudinal, se dice que se
encuentra a la vía, y su efecto sobre el buque es nulo.
Si se coloca la pala del timón formando un cierto ángulo se dice que el timón está x nº
de grados a la banda, llamándose ángulo de metida al ángulo que forma la pala con el
plano longitudinal. El timón en esta posición presenta una resistencia directa a la
marcha, las líneas de corriente que siguen las formas del casco son lanzadas sobre la
pala del timón. El punto de aplicación de la presión normal no coincide con el centro
de gravedad de la superficie del timón, ya que no están distribuidas uniformemente las
presiones aplicadas en su superficie.
En la parte de popa del timón, las presiones son menores que en la zona de proa del
mismo, por este motivo el punto de aplicación de la presión normal está más a proa
que el centro de gravedad de la pala.
Lo mismo pasa con su posición vertical, ya que la parte baja del timón está sometida
a mayor presión que la zona opuesta por encontrarse a mayor profundidad y por ello
el punto de aplicación de la presión normal está más bajo que el centro de gravedad de
la pala.
Es evidente que partiendo de reposo los efectos de propulsión llevan las aguas hacia
proa del buque sin incidencia sobre la pala del timón por lo tanto la fuerza de presión
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normal será nula en los primeros instantes creciendo a medida que el buque adquiera
la velocidad atrás. [1]
A su vez, aun cuando adquiera dicha velocidad, el timón deja entre su cara de proa y
el codaste un vacío o una menor presión lo que constituye la aparición de la fuerza
negativa de presión normal que se opone a la presión normal de la cara activa. [1]
En función de la forma y tipo de timón, y las formas de codaste del buque hacen que
un buque con movimiento atrás tenga una evolución poco precisa y no siempre
determinable con antelación. Por ello las maniobras que incluyan marcha atrás del
buque deben considerarse con especial atención y prevención de resultados,
disponiendo una máxima atención y vigilancia en especial cuando se encuentre
próximo a obstáculos por popa. [1]
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Factores que intervienen en la
maniobra del buque y efectos
producidos por las hélices.
El buque es una estructura que desenvuelve y desarrolla todas sus actividades sobre
el mar, pero en este campo es víctima de los caprichos de la naturaleza y de la mecánica
de fluidos en general. El propulsor genera una serie de efectos que afectan al
rendimiento del buque, particularmente en su maniobra, además de estar expuesto a
efectos de la naturaleza como el viento o las corrientes. Cada uno de los efectos que
producen los propulsores, y factores, externos o internos, que se desarrollan, tienen su
impacto en el progreso de la actividad marítima del buque.
Vibraciones y Cavitación:
Los problemas de robustez y cavitación se ven agravados por el campo de estela no
uniforme detrás del buque, en particular en los buques de una hélice en los que la
variación de la velocidad axial a la hélice puede ascender al 60-80% de la velocidad
del buque. [1]
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superior, la presión hidrostática es baja y el empuje alto, pudiendo ocurrir que el
extremo de la pala llegue a ser suficientemente baja para alcanzar la presión del vapor
del agua, lo cual provoca la cavitación, con producción de ruido, erosiones,
vibraciones, que se incrementan al aumentar los flujos de estela irregulares. El timón
también se ve afectado por la cavitación y la vibración, debiendo mantener una
separación longitudinal crítica para reducir tales efectos negativos. [1]
Se intenta buscar soluciones que reduzcan la incidencia, tanto de las vibraciones como
de la cavitación, a través de las siguientes opciones: [1]
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y empujar en la dirección prevista, además de no perder potencia, máxima
capacidad de maniobra sin restricciones, la misma potencia en avante que en
atrás. Por último se aplica el denominado sistema Schilling, en el que una
hélice ordinaria de paso constante aporta las corrientes de expulsión a un
sistema de timones que según la posición y orientación que adoptan,
proporcionan el empuje al buque (avante o atrás) o actúan como timón según
permitan el flujo entre las palas del sistema Schilling.
Por la variabilidad del paso: Las hélices de paso variable constituyen un
sistema de enormes ventajas para la maniobra, en principio basadas en la
respuesta más rápida en el régimen de máquina seleccionado. Las hélices de
paso variable presentan las siguientes características:
a) Cuando se reduce la velocidad del buque, el flujo del agua sobre el timón
queda apreciablemente roto, a menos que el paso se reduzca gradualmente.
b) En marcha atrás es menos efectiva que la convencional, por los mismos
problemas anteriores.
c) Es menos eficaz a menos velocidad.
d) Al estar girando siempre se crean problemas con los cabos.
e) Se necesitan datos de las velocidades desarrolladas en cada orden de
máquinas, dispuestas visiblemente en el puente próximo al telégrafo de
régimen.
Efecto Coanda:
“Una corriente de fluido en movimiento, en contacto con una curva, tiende a seguir la
curvatura de la superficie, en lugar de continuar recta.”
Esta sería la regla que de alguna manera resume, y brevemente explica en que consiste
este efecto, que se manifiesta en el movimiento de los fluidos en las hélices de proa, y
que corresponde su estudio a la mecánica de fluidos. Sus efectos causan mella en el
desarrollo del funcionamiento de los propulsores transversales situados a proa de los
buques.
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Los propulsores transversales son única y verdaderamente efectivos, cuando el buque
se encuentra detenido flotando o moviéndose a muy baja velocidad. Cuando el buque
se mueve, el agua expulsada a presión a través del tubo, donde se encuentra alojado el
propulsor transversal, se une a la corriente de “aguas abajo” que recorre el casco del
buque a la salida del tubo, disminuyendo así el efecto del propulsor transversal. Esto
es lo que se conoce como efecto Coanda, que solamente podría superarse y prevenir
su aparición si se instalase o prolongase la longitud del túnel transversal más allá de la
capa límite que rodea el caso del buque. Muchos tests de funcionalidad desarrollados
con el fin de investigar y mejorar las propiedades de los propulsores transversales
demuestran que su potencia y eficacia decrece en un 30% y 40% a una velocidad de
dos nudos y es completamente insignificante su funcionamiento en velocidades
superiores a los tres nudos.
La turbulencia que se desarrolla por el flujo de agua que atraviesa el túnel también
significa que la resistencia del casco aumenta cuando el buque es equipado con
propulsores laterales, aunque esto pude reducirse revistiendo los bordes y extremos del
túnel con perfiles hidrodinámicos. [3]
Foto 7 y 8: Esquema de un hélice de proa en funcionamiento y como se desarrolla el efecto Coanda. [3]
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Corriente de expulsión:
La hélice al girar aspira las aguas de proa y las expulsa hacia popa. Por la parte de proa
de la hélice se forma una corriente llamada de aspiración, y por la parte de popa otra
llamada de expulsión. La corriente de aspiración sigue una dirección paralela a la
quilla, mientras que la corriente de expulsión sale oblicua por efecto del movimiento
circular que las palas imprimen al agua.
Supongamos el timón a la vía, las palas de estribor expulsan el agua hacia la parte baja
de la pala del timón, mientras que las de babor en su giro de abajo hacia arriba, las
expulsan hacia la parte alta del timón. Como la pala del timón es más ancha abajo que
arriba, recibirá con más fuerza la corriente de expulsión de las palas de estribor y por
consiguiente, la popa caerá a babor y la proa a estribor.
Con influencia sobre la pala del timón con la marcha avante, ya que el agua expulsada
por las palas según su posición representa una fuerza aplicada superior para la que
tiende a ocupar posiciones altas al ser recibidas íntegramente por las palas del timón,
mientras que las aguas impulsadas por las palas de la hélice que tienden a ocupar las
posiciones inferiores la echan hacia la parte baja de la pala del timón con pérdida
sustancial de parte de ella. En la marcha atrás, las corrientes de expulsión generadas
por las palas altas de la hélice inciden sobre la bovedilla más próxima mientras que las
corrientes de las inferiores tienden a perderse por debajo del codaste y quilla del buque,
lo cual significará una tendencia de caída de la popa más pronunciada a la causada por
la presión lateral de las palas, por ello, la caída es más significativa que en las mismas
condiciones con marcha avante. [5]
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Corriente de aspiración: Al mover el agua que se encuentra en el sentido
de la marcha hacia el lado contrario. En la marcha avante el agua recorre
ambos costados del casco del buque sin influencias significativas. En la
marcha atrás no tienen ninguna influencia sobre el buque al proceder de
una zona exterior y a popa de la hélice.
Corriente friccional: es mayor en superficie, en la vertical del plano
longitudinal y a popa. Se reduce hacia afuera y hacia debajo de cada
costado. Los valores de la velocidad de la estela pueden darse según la
posición de las palas de la hélice. La velocidad relativa del agua cerca del
casco es pequeña, ya que la corriente de estela arrastra al buque. Así, para
un buque que se mueve a 15 nudos y arrastra con él una corriente de estela
de 3 nudos, la hélice solo avanza a 12 nudos. El máximo rendimiento de la
hélice, se desarrolla a 0,7 de la longitud de la pala desde el eje, que debe
ser aplicada a la fórmula para obtener la velocidad correspondiente a la de
giro. No deberán confundirse los conceptos anteriores con el significado y
valor del llamado resbalamiento de la hélice, cuyo valor se obtiene como
diferencia entre el avance teórico proporcionado por el número de
revoluciones y el paso de la hélice, con la velocidad real del buque, es decir
R= (Paso x rpm)- V. [1]
Factores externos: Son el viento, la corriente o las aguas poco profundas. Tanto el
viento como la corriente son variables, y en alguna ocasión pueden llegar incluso a
favorecer a la maniobra y ayudar al timonel, y en otras hacerla complicadas e
imposibles. [5]
En lo referente al efecto de las aguas pocas profundas sobre el buque hay que tener en
cuenta que la distancia de parada es superior en este tipo de aguas que en la alta mar,
por eso es muy importante conocer la velocidad de desplazamiento con respecto al
fondo. [5]
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Factores internos: Un buque con dos propulsores o hélices gemelas resultará más fácil
de atracar y desatracar aprovechando el efecto evolutivo sobre su eje. Los buques de
dos hélices combinan también un propulsor de maniobra emplazado transversalmente
en proa. [5]
Factores externos:
El viento:
Los condicionantes son las relaciones existentes entre la velocidad del viento y la del
buque, la profundidad del buque y el área lateral sumergida.
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De este modo, con el buque en navegación y avante, con un viento recibido por la
banda de estribor, con el punto de giro bien a proa, el buque tiende a llevar la proa
hacia el viento, corregido con el timón a la banda contraria de la del viento, babor, así
el buque efectúa una derrota que no coincide con la línea de crujía del buque. [1]
En cambio, con el buque atrás, al disponer el punto de giro a popa, la respuesta del
buque es siempre de arribada, es decir, la popa siempre al viento con decisión y sin
lugar a dudas.
La corriente:
Otro de los agentes externos que condicionan la maniobra es la corriente, cuyos efectos
se manifestarán sobre el buque en dos aspectos bien definidos según sea la orientación
de la proa respecto a la dirección de la corriente.
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No obstante, cuando el buque no se encuentra en navegación, especialmente en la
condición de fondeado, la recepción de la corriente al rumbo opuesto de la proa
representa un efecto sobre la pala del timón que puede crear, de ser necesario para una
acción de apartar la popa de otro, una presión normal de magnitud correspondiente a
la velocidad de la corriente, en caso contrario, si bien también la recibe, la eficacia del
timón es menor y por ello la respuesta evasiva esperada. [1]
El oleaje:
Son distintos los efectos que las olas producen sobre el buque según su procedencia,
de este modo las olas de mar de fondo o de mar tendida sólo provocan movimiento al
buque sin desplazamiento salvo las propias por el movimiento orbital y con pequeños
avances en su movimiento orbital en las olas cuyas crestas rompen.
Es decir, en el primer caso las partículas de agua oscilan entre varios límites, hacia
abajo cuando se aproxima a la cresta, hacia delante cuando pasa la ola, hacia abajo
cuando ha pasado y hacia atrás cuando pasa el seno de la ola. En el segundo, su
movimiento orbital sigue la dirección de desplazamiento de la ola, pero con muy poco
avance en dicha dirección. Sin embargo, en estas últimas, la ola que rompe representa
una gran masa de agua que es proyectada a considerable fuerza hacia adelante y hacia
atrás de la cresta, siendo además más alta y profunda, no obstante, la ola de fondo, si
rompe sobre el casco del buque, produce casi los mismos efectos que l ola rompiente.
[1]
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Cuando se producen en el seno de una corriente de la misma dirección, se incrementa
la longitud de la ola y disminuye su altura, y viceversa en caso contrario, llegando en
casos extremos a provocar la rompiente en las crestas. La corriente oblicua a la
dirección de las olas no manifiesta grandes alteraciones, mientras que una fuerte
corriente perpendicular a las olas termina destruyéndolas. [1]
La longitud y la altura de la ola crecen con la velocidad del viento, pero cuando éste
supera los 10 nudos, la razón de incremento de la altura es mayor que la
correspondiente a la longitud, de esta manera una sucesión de olas pueden alcanzar
menos altura que las correspondientes de relación altura-longitud de 1:10, sin romper
la cresta. [1]
Puede decirse que los mares de período corto o mar confusa son más peligrosas para
buques pequeños, mientras que mares de período largo lo son para buques de gran
eslora.
El golpe de las olas sobre el buque altera la orientación de las proas en buques
pequeños, y en los grandes buques la tendencia es atravesar las olas. Se deben de
considerar los aspectos relacionados con la resistencia estructural del buque cuando
este se encuentra con las crestas en las cabezas de maniobra o bien en sucesivos senos,
con riesgo de arrufo y quebranto respectivamente, o por otro lado, con olas recibidas
de costado, entrar en sincronismo con el balance producido o las olas recibidas por la
proa o por la popa, pudiendo ser engullidos por ellas. [1]
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aspectos relacionados con el asiento y el calado sin sufrir grandes daños a pesar de la
virulencia soportada. [1]
Aguas Restringidas:
Los dos tipos de accidentes marítimos más comunes a los que puede verse expuesto
un buque que navega en aguas someras o aguas restringidas las cuales afectan y
perturban el desenlace de su maniobra, son el abordaje y la varada.
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Mantener en reserva una potencia de máquina para incrementar la eficacia del
timón.
Especial cuidado cuando se entra en un canal procediendo de una zona de
mayor profundidad.
Especial cuidado cuando se entra en el canal alcanzando a otro buque. [1]
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Maniobra del buque.
El buen gobierno del buque depende en gran parte del lugar donde se ha instalado el
timón.
Teniendo en cuenta que la posición del timón respecto a la hélice influirá de una
manera u otra a la maniobra, podemos aclarar que para el buque partiendo en reposo
hay una clara tendencia de caída de la popa hacia la banda a la que tiene su giro.
Junto con el timón, la hélice constituye uno de los elementos más importantes para la
maniobra del buque. Al moverse avante, parte del agua fluye a popa creando la estela
donde opera la hélice, acelerándola y empujando al buque. Una hélice trabaja mejor
en el flujo de la estela que fuera de ella. [1]
El empuje lateral de las hélices es importante desde que el buque parte de reposo hasta
que se crea el flujo de la estela que equilibra las diferencias de trabajo de las palas
superiores a las inferiores durante el giro de la hélice, cuyo resultado es un efecto de
guiñada en la dirección del giro, es decir, caída de la popa a estribor en las hélices de
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paso a la derecha, o la popa a babor en las hélices levógiras. Dicha tendencia se reduce,
anula o cambia de banda al incrementarse la velocidad. [1]
Cuando para conseguir la marcha avante del buque, las hélices giran en el sentido
directo, como las agujas del reloj, visto desde la popa del buque mirando hacia proa,
se dicen que giran a la derecha o dextrógiras, mientras que en sentido contrario son
llamadas de giro a la izquierda o levógiras. Con máquina para lograr atrás, las de giro
a la derecha lo hacen a la izquierda y las de giro a la izquierda lo hacen a la derecha.
[1]
32
Las hélices instaladas en buque son en su mayoría son de giro a la derecha en la marcha
avante. Cuando las hélices del buque tienen el giro a la izquierda en la marcha avante
es necesario indicarlo expresamente a los oficiales o prácticos que embarquen en el
buque, ya que, los efectos sobre el buque serán distintos provocando situaciones
durante la maniobra que serán condicionantes de su realización, y por tanto hay que
tenerlos en cuenta en todas las situaciones en que se utilice la máquina como propulsor.
[1]
Es el caso en que el buque inicia una maniobra partiendo de una velocidad por máquina
igual a cero, es decir, aún bajo la influencia de los agentes externos presentes, el buque
no mantiene ninguna arrancada inicial de cualquier signo.
33
Foto 9: Arrancada avante, máquina avante. [1] Foto 10: Arrancada avante, máquina atrás. [1]
En el caso del timón a la vía, al trabajar la hélice en un seno de agua que fluye bien a
las palas, ya quedó dicho que la presión lateral por su giro queda anulada o incluso
puede observarse un cambio de la tendencia de caída a la banda contraria a la de giro,
todo dependerá de las circunstancias de trabajo, tanto por revoluciones, como por su
profundidad en función del estado de carga o el asiento que tenga el buque en dicho
momento. En resumen el buque tiene un comportamiento relativamente estable y
responde bien al timón, en especial cuando, teniendo el buque arrancada avante, recibe
una orden de máquina de mayor velocidad, con lo cual se genera un flujo superior a la
pala del timón y asimismo una mayor presión normal con un aumento de su eficacia.
[1]
Con el timón a la vía, el buque mantendrá con cierta facilidad su proa mientras el buque
tenga arrancada y la presión lateral sea poco importante o, en todo caso, la ligera caída
34
de la proa a Br., ya comentada para los buques con arrancada avante. Cuando la
velocidad sea inferior a la de gobierno, la presión lateral de la hélice va aumentando y
por ello va provocando su conocido efecto de llevar la popa a la banda de giro en la
marcha atrás, ayudado además por la mayor incidencia de las corrientes de expulsión
sobre la bovedilla de la banda contraria, y por tanto potenciando la caída. [1]
35
Buque con arrancada atrás y máquina avante:
Con el timón a la vía, el buque tendría una caída de la popa a la banda de giro de la
hélice en la marcha atrás. A medida que se reduce la arrancada atrás por el empuje
avante que produce la máquina avante, crece la presión lateral de la hélice que tiende
a reducir la mencionada caída inicial, por lo que el buque a partir de ese momento
mantendría la caída de la Pp a Br en una primera fase residual de la arrancada atrás,
una segunda fase de equilibrio y otra posterior de acuerdo a la que le correspondiera
como buque que parte de reposo. [1]
Con el timón a Br siguiendo los mismos planteamientos anteriores, la popa que caía
decididamente a Br, con la acción de la presión lateral de las hélices girando en avante
y las corrientes de expulsión incidiendo sobre el timón, la proa pasará de una caída
rápida a Er. A fase de neutralización y finalmente a una decidida y clara caída de la
proa a Br. Como pretendía la situación del timón. [1]
Para todos los supuestos, se considerará que el timón está situado a crujía del buque,
entre las dos hélices, y que estas giran hacia afuera.
36
En estos casos una hélice se equilibra con la otra no produciéndose alteraciones
significativas por causa de su número, pasando a comportarse como si fuera un buque
de una sola hélice, por lo que todo lo mencionada sobre aquellos es aplicable a los
buques de dos o más hélices gemelas. [1]
En el primer caso procedemos con caída inicial a Er, aquí la maniobra consiste en:
El buque intentará situarse lo más próximo que le sea posible al límite (obstáculo) que
tenga por su costado de Br a partir de ella meterá timón todo a Er con la máquina
mínima que le permitirá efectuar la caída y controlar efectos de la corriente o viento
de proa.
37
Cuando la distancia al límite (obstrucción) que tenga por Er, incrementada por una
distancia adicional de seguridad, esté próxima a la distancia de parada necesaria para
detener el buque con toda la máquina atrás y el avante que el buque consiga teniendo
en cuenta la respuesta de máquina, se dará atrás toda, manteniendo todavía el timón
metido a Er para aprovecharse de la existente presión normal sobre el buque mientras
tenga arrancada avante. [1]
Una vez lograda la parada del buque se cambiará el timón a la banda de Br. para
conseguir el efecto de la naciente presión normal del timón, cuando el buque inicie la
arrancada atrás. Desde la orden de máquina atrás del punto anterior, la presión lateral
de las hélices ayuda en el objetivo previsto de llevar la popa a Br. [1]
Cuando el buque tenga la proa orientada próxima o suficiente para iniciar el avante
parará sus máquinas y podrá dar avante toda para retener la arrancada atrás y una vez
conseguido esto pondrá el avante de máquinas que necesite para navegar en dichas
circunstancias y el timón que precise para maniobrar según convenga, posiblemente a
Er si todavía no alcanzaba el nuevo rumbo de salida (opuesto 180º al inicial). [1]
Como en el caso anterior se buscará una posición del buque que le proporcione la
mayor distancia lateral por la banda de caída. Cuando deba iniciar la ciaboga, meterá
todo el timón a Br con el régimen de máquinas que le permita controlar las necesidades
de la maniobra, generalmente a velocidad reducida. [1]
A diferencia del supuesto de caída inicial a Er para la ciaboga, la presión lateral de las
hélices no ayuda a la caída de la popa a Er, ni incluso con certeza cuando el buque,
una vez detenida toda su arrancada avante, tenga el timón metido a Er ya que, en este
caso, la respuesta atrás no es tan clara. Por tanto se podrán dar dos posibles caídas de
la popa del buque, una marcadamente a Er y otra con muy poca o nula caída. [1]
El atrás continuará hasta la distancia que pueda ser controlada por la máquina avante,
más una distancia de seguridad por respuesta de la máquina e imprevistos, en cuyo
momento se dará avante, metiendo el timón todo a Br.
38
Si la caída de la popa a Er fuese considerable, el buque posiblemente el buque
posiblemente pueda lograr la proa que le lleve a la salida, mientras que si la citada
caída fuera escasa e insuficiente será necesario repetir los puntos 3 y 4 de este supuesto,
con la orden de atrás toda a las máquinas y timón a Er, de forma que el buque consiga
separarse del límite de obstáculos que tiene por la proa y finalmente dar avante con
timón a Br. [1]
Suponiendo un buque partiendo de reposo con giro de las hélices hacia el exterior en
máquina avante, si deseamos realizar la maniobra de ciaboga, se ha de proceder de la
siguiente manera:
En los dos casos, caída a Er o Br, se aprovechará el par de giro que proporcionan las
hélices girando una avante y otra atrás, según convenga para iniciar la caída a la banda
seleccionada, y considerando la distancia de separación entre sus chumaceras de
empuje que constituyen el brazo del par. [1]
39
práctica, para disminuir la resistencia del timón con el desplazamiento lateral del
buque, es conveniente meter unos 10º a la banda de giro. Por su parte, la presión lateral
de las hélices en ambos caso, es favorable a la caída del buque hacia la banda
pretendida. [1]
Con arrancada avante, la presión normal del timón correspondiente al ángulo de timón
utilizado predomina sobre cualquier otro, y por tanto, resulta efectivo para aumentar
la velocidad de la ciaboga. [1]
Suponiendo un buque con giro de las hélices hacia adentro en avante, con y sin timón,
la maniobra a realizar consiste en iniciar la maniobra como si se pretendiera caer a la
banda contraria de la deseada, y luego invertir el giro de las hélices una vez iniciada la
caída, es decir, vencer la inercia inicial aprovechando la acción de la presión lateral de
las hélices cuando favorece la caída deseada y luego continuarla con el par de giro de
los empujes opuestos de las hélices. [1]
Mientras que otra solución consiste en considerar el buque como si fuera de una sola
hélice, actuando las dos avante con timón a la banda deseada, y luego dar los 2 atrás
obedeciendo siempre al timón. El inconveniente es el avante inicial que el buque
consigue en la primera fase de la maniobra, lo que anula la posibilidad de hacer la
ciaboga sobre su misma eslora. [1]
40
Hélices y timones para la maniobra
del buque.
Hélice de proa
El tipo más común es el propulsor de túnel, que consiste en una unidad de hélice
montada en el interior de un túnel transversal, en su parte media, que atraviesa la carena
pudiendo estar situado dicho túnel en proa o en popa. La hélice es de paso fijo o paso
variable operando en condiciones uniformes de flujo y con las puntas de las palas
despejadas, de esta forma el ancho de las palas aumenta hasta los extremos de las palas
y las pérdidas finales son eliminadas. La energía es suministrada por un motor
eléctrico, aunque antiguamente funcionaban hidráulicamente. En el pasado, el control
de la dirección y la velocidad se hacía con una alimentación de corriente continua y,
mientras este sistema se hacía cada vez más impopular, las hélices fueron instaladas
con un sistema de manejo de hélice de paso controlable. No obstante, a partir de los
últimos años de los ochenta se desarrolló un sistema de control llamado thyster, que
permite aplicar a los motores eléctricos de corriente alterna control sobre la velocidad
y la dirección en las hélices transversales. Esto mejora la facilidad y la habilidad del
propulsor para operar con igual efectos en una u otra dirección. [3]
41
La hélice de proa es de gran utilidad para la maniobra de atraque ganando en rapidez
y especialmente en economía al evitarse el empleo de remolcadores, tanto para atracar
como para desatracar.
Los buques que llevan hélices de proa, lo indican mediante un disco pintado en cada
amura a la altura del túnel, en el que figura una hélice.
Cuando se utilizan las hélices de paso fijo, los motores eléctricos e hidráulicos
permiten que se invierta el sentido del empuje. Se requiere una caja de cambios
adicional si la hélice está propulsada por un motor diésel.
Presenta estas ventajas esenciales:
Para las condiciones extremas de trabajo, por ejemplo, en el sector off-shore
Para servicio continuo y de tiempo limitado.
Baja emisión de ruido
Disponible con las hélices de paso variables o fijas
Diseño compacto dada la disposición horizontal, vertical o inclinada de la brida de
entrada de fuerza
Combinable con motores diésel, hidráulica o eléctrica
Las limitaciones de potencia también están dadas en muchos grandes ferries debido a
su escaso calado que hace que el túnel se encuentre muy cerca de la superficie.
42
Cuando nos referimos a la potencia de los propulsores debemos de tener en cuenta que
la misma es la indicada cuando:
Cuando la velocidad del buque en el agua es grande se genera lo que se conoce como
chorro pasivo. Sobre la banda de aspiración se generan dos zonas, una de depresión a
proa del túnel y otra de presión a popa del mismo. Sobre la banda de expulsión sucede
lo mismo pero al revés. Lo que implica que el chorro de expulsión no empuja sobre la
pared de agua, sino que es desplazado hacia popa, convirtiéndose en un chorro pasivo
que no genera ningún efecto. [4]
Podemos decir que un propulsor transversal, cuando el buque tiene una velocidad de
2 nudos, solo funcionará al 50% de su capacidad de empuje, y cuando la velocidad del
buque sea superior a 4 nudos, el propulsor transversal no tendrá efecto. [4]
En los propulsores transversales de proa, por detrás del chorro de expulsión, se origina
un fuerte campo local de baja presión, en tanto que por el contrario, en el chorro de
entrada se forma una zona de sobrepresión de menor intensidad. [4]
Foto 15 y foto 16: Hélice de proa y esquema de una hélice de proa. Fuente:
http://i.dailymail.co.uk/i/pix/2008/11/23/article-1088688-028CF88D000005DC-401_634x433.jpg
http://www.ship-technology.com/contractor_images/ktr-kupplungstechnik/2-tunnel-thruster.jpg
43
Hélice de proa con túnel antisucción:
Últimamente han surgido innovaciones para este tipo de hélices, como el de la firma
Schottel que posee un túnel antisucción a popa (A.S.T.: anti suction thruster). Este
túnel equilibra las presiones a ambas bandas a popa de la hélice, permitiendo su
utilización a mayores velocidades.
Según sus fabricantes la efectividad y rapidez de viraje del barco se puede mejorar
entre un 40 a un 60% con el empleo de un A.S.T. Por tanto podrán instalarse
propulsores transversales de potencias menores lo cual significará una reducción de
las inversiones y de los costos de utilización.
Cuando el buque está detenido y se aplica la hélice de proa, la proa cae hacia la
dirección deseada, debido a un empuje generada por la fuerza del propulsor,
multiplicada por la distancia del mismo hasta el punto pivote o punto de giro.
Pero ese movimiento de giro genera un pequeño avance de buque, producido por un
flujo de agua alrededor de la roda que causa una zona de baja presión en la proa.
44
Eso nos ilustra sobre la principal razón de la poca eficacia de una hélice transversal
cuando se navega avante, en comparación con el ejemplo del buque que se encuentra
detenido.
Mientras que el propulsor puede parecer muy útil para controlar el rumbo cuando se
está avanzando a bajas velocidades, es claro que no puede cumplir eficientemente esa
misión, pero, por otro lado, se convierte en una muy útil herramienta para producir, en
conjunción con la máquina principal, movimientos laterales del buque. [4]
Cuando se dispone de una hélice de proa, la maniobra resulta mucho más sencilla
utilizando ambos medios. Consiste en aplicar cortas y potentes “patadas” de máquina
con timón todo a la banda adecuada y empujando la proa con el propulsor transversal
generando así un efectivo movimiento lateral. Esto es en particular muy efectivo en
los buques grandes donde su gran inercia impide que tomen arrancada avante,
permitiendo aplicar el movimiento lateral por más tiempo. [4]
En los buques monohélices es muy importante diferenciar hacia que banda se debe
hacer la maniobra (si es movimiento lateral a babor o a estribor), ya que hay grandes
diferencias entre ambas.
Desplazamiento a babor:
El movimiento lateral a babor debe ser iniciado con una potente pero corta patada
avante, con todo el timón a estribor, al mismo tiempo que se aplica el propulsor
transversal a babor, que contrarrestará cualquier indeseable tendencia de la proa a
estribor. Es necesario saber equilibrar la fuerza de empuje de la hélice de proa con la
fuerza lateral que genera el timón. [4]
Desplazamiento a estribor:
En el caso de tener que provocar desplazamientos del buque a estribor, lo que debe
hacerse es posicionarlo inicialmente, tan próximo al muelle o sitio de atraque, como
sea posible y evitar tener que dar atrás con grandes potencias y/o largos periodos. [4]
45
4.- Buque retrocediendo:
En estas condiciones el propulsor de proa es realmente eficiente.
La hélice de proa aquí está siendo usado para gobernar el buque y lo que pueda hacer
en forma muy eficiente, por lo tanto no se debe dudar en emplearlo, pero habrá que
tomar en cuéntalo siguiente:
No es prudente dejar que el buque se aparte demasiado del curso que se desea seguir,
lo aconsejable es actuar de inmediato ante una caída incipiente. En alguna etapa del
retroceso será necesario aplicar la máquina atrás. En este caso, deberemos adelantarnos
a la caída de la proa que seguramente se provocará, aplicando la hélice de proa antes
de que se inicie. [4]
Es por ello que hay maniobras en zonas especiales que los prácticos prefieren hacerlas
retrocediendo hacia el muelle en lugar de encararlas de proa.
Retroceder con un buque dentro de un canal es una maniobra que, con la utilización
correcta de la hélice de proa, puede realizarse sin mayores problemas, siempre y
cuando, no se permita al buque llegar a situaciones comprometidas.
46
Cuando la hélice de proa se emplea demasiado tarde o sin la suficiente fuerza la popa
terminará situándose en el centro del canal. Si el propulsor transversal siguiera
aplicándose para corregir esta situación, el efecto lateral indeseado de la hélice,
sumado al propio, provocaría un movimiento lateral hacia babor que debe ser
absolutamente evitado.
El buque podría ya estar muy próximo al borde del canal y no tener espacio suficiente
en la amura de babor para mover la proa y poder direccionar la popa hacia el centro
del canal.
47
Una vez que el buque tomó arrancada atrás en orden de mantener muy bajo
el efecto lateral indeseado de la hélice, se deberá disminuir al mínimo o
parar la máquina hasta que sea necesario nuevamente su utilización.
Llevar la popa a estribor todo lo posible para que, cuando se aplique la
máquina atrás, tenga suficiente espejo de agua de babor.
Vigilar atentamente el rumbo usando la hélice transversal enérgicamente
para mantener el gobierno y mantener la popa en la posición y rumbos
deseados. Si se logra eso, la proa la seguirá. No se puede negar que una
buena medida de precaución en esta maniobra es tomar un remolcador que
lo pueda asistir, posicionando la popa, mientras con el propulsor se
controla la proa. [4]
48
está detenido o con ligera arrancada atrás, y el propulsor de proa es usado, el buque
rotará sobre el punto de pivote que estará ubicado a popa de la sección maestra, o sea
que trabajará con un excelente brazo de palanca. Si esto provocara que la popa se
alejara algo del muelle, ello podría contrarrestarse con los largos de popa. [4]
De esta manera los buques comenzaron a ser equipados con propulsores y timones de
diferentes diseños y propiedades que fueron evolucionando desde un simple propulsor
transversal a sistemas y equipos más complejos que relacionaban ya no solo el
concepto de la hélice sino que encontraba en sus diseños la colaboración de hélice y
timón.
Timón Schilling:
Es un timón con un perfil de forma especial que lleva incorporadas unas placas de
cierre en los cantos superior e inferior de la placa con el objeto de evitar el paso
transversal del flujo de un lado a otro. Aumentando así de esta manera la relación de
alargamiento efectiva y en consecuencia la fuerza en el timón.
La forma especial del borde de salida, del tipo cola de pez, mejora la maniobrabilidad
en avante y en la ciaboga. El ángulo de caña puede llegar a ser de 75º y puede aumentar
la fuerza transversal hasta en un 30% más que en los timones convencionales. El par
en la mecha también incrementa y puede resultar que las características propulsivas
del buque se vean algo deterioradas por el aumento de resistencia que producen el
grueso del perfil y las placas de cierre.
49
Este sistema se caracteriza por constar de un par de timones por cada hélice, lo que
conlleva una serie de importantes modificaciones en lo que respecta a diseño,
operación y maniobra.
Los buques equipados con timones Schilling están dotados de hélices de paso fijo que
giran siempre en un sentido, marcha adelante. En estos buques se puede detener la
hélice, pero no invertir su marcha.
Adelante a la vía-.
Se coloca el joystick todo hacia adelante y a babor. El timón de estribor alcanza los
35º y el de babor 70º. Esta posición brinda un excelente diámetro evolutivo,
particularmente a bajas velocidades.
50
Atrás-.
Se logra con el joystick inclinado totalmente hacia atrás, y equivale a máquina atrás.
Los timones giran 110º hacia afuera, cerrando el paso de la corriente de expulsión que
lanza la hélice, desviando la misma unos 180º.
51
Este sistema permite evolucionar el buque sobre su eje accionando simultáneamente
el brazo giratorio y el timón, formado por dos palas entre las cuales pasa un chorro de
agua de expulsión, dirigiéndolo en cualquier dirección permitiendo evolucionar la
embarcación en el mínimo espacio y con la mínima fuerza del motor. [5]
Consiste en una hélice suspendida de un eje vertical en sistema ángulo recto. Fijo al
eje hay una tobera dentro de la cual gira la hélice y todo el conjunto puede girar 360º
sobre dicho eje vertical. Con este giro se consigue dirigir el chorro de la corriente de
expulsión en la dirección deseada, dando una gran maniobrabilidad al buque,
pudiéndolo desplazar en todos los sentidos.
Las toberas son más efectivas a bajas velocidades y altas cargas. Debido al incremento
de la presión que se genera en la corriente de expulsión, mejora las condiciones
evolutivas del buque aumentando la respuesta del timón a pequeños ángulos de metida.
Consecuentemente el control del rumbo a bajas velocidades es mucho más efectivo.
[4] [5]
52
Foto 17 y foto 18: Timón-Tobera Kort. Fuente: http://www.fairplay-towage.com/files/fairplay-ix-dock-
kort-duese.jpg http://img.nauticexpo.es/images_ne/photo-g/tobera-helices-buques-30793-178565.jpg
Sistema Kamewa:
El sistema de hélice de paso controlable Kamewa permite hacer girar las palas sobre
un eje vertical dándole el paso requerido en un sentido o en otro o dejándolo anulado
girando las palas de la hélice como un disco. El motor gira siempre en el mismo sentido
y permanece en marcha constantemente.
53
Timón articulado o timón “Becker”:
Existen buques equipados con timones compensados que, montados sobre su arista de
escape tienen un timón abisagrado. Este timón emplea un flap sujeto por bisagras en
la popa del timón que gira en la misma dirección del timón cuando se da una orden de
timonel y añade arco a la sección del timón, lo que aumenta considerablemente su
empuje transversal en ángulos pequeños de timón. Es un timón compensado con el eje
de giro más a popa que los timones convencionales. El flap adopta un ángulo doble
del girado por el timón principal por medio de una articulación relativamente sencilla
montada sobre una estructura fija al casco, lo que permite cambiar la dirección del
chorro de la hélice. La variación de cantidad de movimiento se traduce en una fuerza
transversal que puede llegar a ser del orden del 70 al 90% mayor que el que genera un
timón convencional.
Además, el timón en su arista de ataque puede llegar a poseer un rotor vertical, al que
se le aplicará un giro en un sentido u otro, de acuerdo con la banda donde haya sido
cargado el timón. Este rotor se denomina rotor fletchner. El cilindro, al rotar, arrastra
el fluido en la dirección de su giro, produciendo una aceleración en uno de sus lados
y, de acuerdo con el principio de Bernoulli, una zona de bajas presiones, mientras que
en el lado opuesto se produce una zona de alta presión. [1] [3]
54
Sistemas Omnidireccionales eléctricos:
El sistema Azipod (azimutal, receptáculo), es un sistema que cuenta con una sola
hélice ubicada a proa del receptáculo. El motor de corriente alterna mueve una hélice
de paso fijo que se encuentra acoplado directamente a su eje.
El sistema Siemmens-Schottel cuenta con dos hélices, una a proa y otra a popa del
receptáculo, montadas sobre el mismo eje.
El sistema puede ser ubicado en cualquier lugar del buque, permitiendo un mejor
aprovechamiento de los espacios.
55
e) Simplificación y estandarización de la planta propulsor
Se reduce sustancialmente la variedad de mecanismos. [4]
56
Timón con cilindro rotatorio:
Este tipo de timón incorpora a su diseño un cilindro vertical sobre su extremo de proa
que se puede girar en cualquier dirección por medio del mecanismo de gobierno y del
propio movimiento de acción del timón. Cuando el timón es puesto todo a estribor el
cilindro se mueve alrededor de sí mismo girando en sentido opuesto a las agujas del
reloj, visto desde arriba, para acelerar el flujo en el lado de baja presión mientras se
reduce el flujo en el lado puesto. El cilindro rota en el sentido de las agujas del reloj
cuando el timón es puesto todo a babor, en este caso, el movimiento circulatorio del
agua realza el flujo asimétrico y de esta manera incrementa la fuerza transversal inicial
en pequeños ángulos de timón.
57
Timones activos:
El Timón activo, consiste en una pequeña hélice en tobera accionada por un motor
eléctrico sumergible que se encuentra dentro de un bulbo adosado al timón y está
alineada con la principal línea de ejes en el canto de salida de la pala del timón, cuya
acción provoca una corriente de aspiración que necesariamente debe circular lamiendo
la estructura del timón, lo que viene a sustituir la carencia de flujos laminares de agua
cuando el buque se encuentra parado o con velocidades muy bajas. La mecha debe de
ser hueca para permitir el paso de los cables del motor eléctrico y el servo pude girar
hasta 70º. Al meter la caña, la fuerza adicional generada por la pequeña hélice es muy
efectiva para el gobierno del buque, sobre todo a bajas velocidades. Se diferencia de
los timones de alto rendimiento, en que un timón activo no está diseñado para operar
a máximas velocidades. Hay un límite para la potencia de salida de la hélice auxiliar y
si la velocidad del flujo es excesiva, controlará la hélice propulsora, girando en otra
dirección y la hélice propulsora se recargará. Esto simplemente creará una resistencia
extra, disminuirá el flujo de velocidad sobre el timón y probablemente dañara el motor
hidráulico de la hélice.
Un ejemplo de clase de buque equipado con uno de estos tipos de timones es el buque
cablero de una sola hélice, con una velocidad máxima de 13 nudos. El equipo de
control del timón activo está integrado con la corredera, de esta manera el timón se
apaga cuando el buque supera los seis nudos de velocidad. El buque puede, sin
embargo, mantener el rumbo de gobierno del buque a bajas velocidades inferiores a
un nudo con marejada de proa si la hélice de timón está operativa. Por el contrario, sin
el timón activo el gobierno del buque será complicado de mantener a velocidades
inferiores a tres nudos.
Los timones activos como el del buque cablero, fueron incorporados dentro un sistema
de control íntegro que combinaba la hélice de paso controlable con un azimut retráctil,
que puede rotar 360º, una hélice de proa y un timón que puede rotar 90º. Si por el
contario el ángulo del timón excede de 35º, el sistema automáticamente configura el
paso de la hélice a cero con el fin de prevenir la exposición del montaje del timón a la
fuerza de la aceleración avante. El timón activo fue diseñado en una primera ocasión
para actuar como un propulsor semiazimutal en la popa del buque para las maniobras
58
delicadas a baja velocidad durante las operaciones submarinas de reparación y
colocación de cables.
El timón activo más conocido es el timón Pleuger, que posee una ventaja adicional
respecto a otros timones; mejora no sólo la maniobrabilidad sino también el
comportamiento propulsivo del buque.
59
ángulo de ataque cero cuando se está moviendo en línea con el empuje. Los extremos
interiores de los brazos telescópicos siguen un anillo de control que puede ser
desplazado desde el centro del disco para producir la dirección de empuje y la potencia
requerida. Los propulsores cicloidales actúan de forma similar a los remos de un bote,
moviendo y girando un solo remo atrás y adelante en la popa.
El empuje se crea por la rotación de un disco, con palas verticales instalados alrededor
de su propia circunferencia. Las palas son mecánicas y giran sobre su propio eje,
estando instaladas en el extremo de unos brazos rígidos y telescópicos, lo que genera
un empuje cuando se mueven perpendicularmente al flujo resultante. Los extremos
internos de los brazos telescópicos giran alrededor de un anillo de control que tiene un
dispositivo de compensación ajustable de la longitud y ángulo de cada brazo, en el
centro del disco. La dirección y el grado de esta compensación determinan la dirección
del empuje y la cantidad. [3]
60
Foto 23: Hélice Voith Schneider (Hélice Cicloidal). Fuente:
http://dccorp.resource.bosch.com/media/general_use/industries_2/machinery_applications_and_engineering/mari
ne/products_and_solutions_3/voith_schneider_propeller/Voith-schneider-propellers_bosch-rexroth_w496.jpg
Timones-hélices o azipods:
Los propulsores azimutales pueden producir empuje en cualquier dirección, siendo una
alternativa a las hélices de túnel transversal. Son propulsores frecuentemente
instalados en el fondo del buque que se sienta sobre el mar, en el extremo de una
prolongación vertical hacia abajo que puede rotar 360º. La energía es suministrada por
un motor eléctrico situado en el interior del buque, de esta manera un eje vertical que
sale desde el propulsor a través de una prolongación vertical atraviesa el caso del buque
y se acopla al motor eléctrico. La velocidad y la dirección que se le da al propulsor
azimutal se logran gracias al empleo de una hélice de paso controlable. Actualmente
algunos buques reemplazan el sistema convencional de hélice y timón con dos o tres
propulsores azimutales instalados en la popa, de esta manera el gobierno del buque y
la dirección se logra rotando los propulsores azimutales.
61
instalación de una hélice transversal de maniobra a proa le permitiría usarlo para
obtener empuje lateral.
El azipod está diseñado para darle un aspecto similar al del timón convencional, lo que
aportará ayuda en la fuerza de giro, y tenderá a dirigir el flujo orientándolo al disco del
propulsor cuando el buque está cambiando de rumbo. La popa está diseñada con una
aleta estabilizadora instalada entre los dos azipods para mejorar la estabilidad en el
gobierno del buque cuando se está navegando. [3]
62
Propulsor a chorro tipo Gill:
El jet Gill es un propulsor azimutal que trabaja diferente, y que está instalado en el
casco. Un túnel con forma de T se instala en el casco del buque, en la proa o en la línea
central de la popa. Esto dirige el impulso en cualquier dirección en la que el plato de
Gill desee. La corriente de impulso tiene componente descendente y dirección
horizontal por lo que parte de la energía se disipa.
Este tipo de propulsor está instalado en el forro, en el fondo del casco del buque, de
esta manera la succión y la descarga tiene lugar en el fondo, en la plancha del forro
exterior del casco. El agua se extrae y se descarga por medio de un propulsor a través
de una paleta directora estática, en el interior del túnel hay instalada una bomba que
impulsa agua a alta velocidad a través del túnel horizontal-transversal (forma de T)
para ser forzado a salir por las paletas en el fondo del casco del buque. La paleta
directora elimina los remolinos y el agua sale al exterior en forma de chorro a través
de un deflector giratorio de 360º. El deflector tiene paletas curvadas, asemejándose en
su diseño a la sección de una tobera de turbina, y produciendo un chorro horizontal de
agua. El deflector es accionado para la rotación, por un eje de dirección que pasa a
través de un prensaestopas. A su vez es controlado y manejado desde el puente del
buque.
El propulsor Gill no necesita de un diseño inverso, pensado como para las máquinas
de avante y atrás. En este sentido, el diseño es más moderno, permitiendo el empuje
en cualquier dirección, siendo su accionamiento vertical u horizontal, dependiendo del
diseño de la unidad propulsora instalada. [2] [3]
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Otros tipos de timón:
Son diversos los tipos de timón que si bien por su aceptación en ciertos tipos de buques
o por la originalidad de su diseño merecen ser considerados destacando:
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Conclusiones
1. La navegación marítima de los buques es algo que depende exclusivamente de un
buen propulsor diseñado para el empuje del buque y su evolución a lo ancho y pleno
del mar junto a un buen timón, pero cuando la navegación se convierte en algo
secundario, entramos de lleno en un escenario donde la capacidad de maniobra lo es
todo, la capacidad del buque para desenvolverse en muelles, canales y en general aguas
someras o restringidas es lo más importante y surge así el esfuerzo por parte del sector
marítimo de dar con el equipo que reúna las características más eficaces para facilitar
el desarrollo de la maniobra del buque, con equipos y hélices de maniobra como las
hélices transversales a proa o las hélices azimutales.
3. Hoy en día en lo referente a la maniobra de los buques, lo más idóneo es seguir dos
líneas evolutivas hacia la maniobra perfecta. Una línea evolutiva consiste en hallar un
nuevo diseño de hélice que dé respuesta a todas las necesidades y dificultades que
surge alrededor de la maniobra de los buques, un diseño que tenga en una sola unidad
las capacidades y opciones que ofrece los equipos anteriormente expuestos. La unión
de la hélice y el timón ha logrado equipos que aportan a la maniobra una gran libertad
de acción y alternativa.
Otra línea evolutiva de los buques consistiría en estar equipados con multitud de
unidades de propulsión y maniobra. Es por ejemplo el caso de los buques de
posicionamiento dinámico, o los buques de extracción petrolífera. Este tipo de buques
poseen varias unidades propulsoras, desde una hélice principal, hélices transversales
para empuje lateral a proa y popa u otras unidades como propulsores tipo Gill.
En definitiva, para lograr un buque con maniobrabilidad, las opciones pasan, por
encontrar el diseño perfecto que reúna, en una sola unidad, todas las capacidades del
timón y la hélice, o instalar varias unidades de maniobra en un solo buque.
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Conclusions
1. The maritime navigation of the vessels depends of a good propeller, designed to
propel the vessel, to thrust and to sail in the sea, all of this with a good rudder. But
when the navigation is a secondary thing, we enter in the field of manoeuvre, where
the vessel must to be capable to proceed in shallow waters or dangrous docks. In this
way appears the most effective equipments and ystems for the manoeuvre of the vessel,
like the transverse bow propellers or azimutal propellers.
2. The vessel manoeuvrability makes the difference between the success and the
disaster at the momento of approximation to the dock. A vessel with the best
manoeuvre equipments can do berth operation faster. This is the reason why propellers
and rudders are the most important thing in the manoeuvre.
3. In present day, i think the most suitable plan is to follow two evolutives lines for the
manoeuvrability. A new evolutive line, consist to investigate a new propeller design,
a design that have in one equipment the capacities and options like the previous
designs. Other evolutive line is to fit the vessel with a lot of thrusters and propeller
units. Is the real case of dynamic positioning vessels, or for drill ships. This type of
vessel have different units, like a main propeller and a bow and stern thrusters.
Definitely, there are two options for the manoeuvrability, one perfect design or vessels
with a lot of units.
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Bibliografía
[1] Ricard Marí Sagarra, Maniobra de los buques. 3ªed, Barcelona: Ediciones
UPC, 1994.
[3] Ian Clark, Ship Dynamics For Mariners. 1ªed, Londres: The Nautical
Institute, 2005.
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