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El cáncer es una proliferación descontrolada de células. Esta proliferación conduce a la
formación de una masa tumoral. El tumor invade gradualmente el órgano en el que nació,
alterando su funcionamiento. Las células pueden escapar más lejos de esa masa tumoral,
para propagarse en el cuerpo y dar lugar a la formación de tumores secundarios. Esto se
conoce como metástasis.
Las células sanas del cuerpo se multiplican de una manera controlada: se dividen cuando
sea necesario y no están programados para multiplicarse un número de veces. Cuando se
dividen demasiadas veces o cuando se presentan alteraciones que no son reparables, las
células sanas mueren.
Los cánceres surgen a partir de que las células que nacen sanas se vuelven anormales
debido a alteraciones en su genética (ADN). Estas alteraciones, llamadas mutaciones,
llevan al desorden a otras células sanas inactivando los sistemas que normalmente controlan
su división celular. Las células anormales entonces son capaces de proliferar sin control y
llevar a la formación de un tumor.
Las células sanas tienen un sistema para detectar daños y reparar su ADN de manera
automática. Cuando la célula encuentra alguna anomalía, su división celular se detiene
temporalmente para permitir la reparación. Si el daño no puede ser reparado, la célula
activa un programa que conduce a su muerte. Este fenómeno llamado “apoptosis” se
compara con un suicidio celular. Pero las células cancerígenas jamás harían eso.
Todo se complica cuando las lesiones del ADN que afectan los procesos de reparación
cambian. Las células sanas ya no detectan anormalidades ni activan el programa de suicidio
celular. La célula sana con daño genético en el ADN continuará dividiéndose sin control:
este es el primer paso en la transformación de una célula sana en una célula cancerosa.
La célula sana seguirá acumulando otras anormalidades, adquirirá la capacidad de mutar
hasta perder por completo su función inicial. Se ha convertido en una célula cancerosa que
le permite dar a luz a un tumor maligno, capaz de crecer a expensas de otras células sanas
circundantes y migrar a otras partes del el cuerpo.