En el derecho mexicano son pocos los casos frecuentes de apátridas.
El sistema de atribución de nacionalidad que combina el ius singani
con el ius soli de manera muy amplia, abarca a todos los sujetos que tengan una relación con el estado. Los niños expósitos encontrados en territorio nacional son considerados como mexicanos, como nacidos dentro de él. Los mexicanos casados con extranjeros no pierden por este hecho su nacionalidad. No se permite la renuncia a la nacionalidad mexicana más que cuando se compruebe la atribución de nacionalidad por otro estado. Sin embargo, el sistema que sigue nuestra legislación en materia de perdida de la nacionalidad conduce en ocasiones a la creación de apátridas: uso de títulos nobiliarios, residencia de un naturalizado en su país de origen por 5 años, fundamentalmente. Por otra parte, la resolución denegatoria en una acción sobre reclamación de nacionalidad prevista en el artículo 727 del código federal de procedimientos civiles puede provocar esta situación. Respecto de los éxodos colectivos aun cuando en muchas ocasiones los individuos no llenan los requisitos del supuesto jurídico de apátridas porque no se produce la perdida de nacionalidad, de hecho, presentan una problemática similar puesto que no gozan de la protección del estado al que pertenecen. Su asimilación desde el punto de vista jurídico no puede hacerse y sin embargo la situación de los refugiados es, en el momento actual, tan alarmante por su aumento y por las condiciones de vida de quienes lo sufren, que no pueden dejar de señalarse