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18000020827881
Zona
CF Sala 2
Fecha de emisión de la Cédula:03/septiembre/2018
Copias: S
18000020827881
Tribunal:CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 2 - sito en
*18000020827881* ,
18000020827881
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 2
CFP 9486/2016/3/CA1
CFP 9486/16/3/CA1
“Sanfelice, Osvaldo s/ planteo de
falta de legitimación”.
Juzg. Fed. n° 3 – Sec. n° 6.
#31989889#215209880#20180903132142666
Esta es mi primera intervención en actividad revisora.
Antes resolví como presidente de la Cámara dos cuestiones de conexidad
manteniendo la intervención del titular del juzgado n° 3, quien previamente había
declinado su competencia. Ambas veces –y esto pasó hace un tiempo- hablé de
decisiones prematuras, desprovistas de diligencias de corroboración previas que le
otorgaran apoyatura (ver res. del 11/10/16 y res. del 18/8/17).
Hoy la causa tiene más de veinte cuerpos de hojas y otras
tantas reservadas con su documentación. Pero lo cuantitativo dice poco de lo
cualitativo de la totalidad de su contenido, o de la corrección de la línea de
investigación que llevó a obtenerlo.
Radica allí el problema. Me explico.
Hay una noción que vengo sosteniendo en un número de
expedientes de indiscutible relevancia institucional, donde se presentan escenarios
similares: la formulación de cargos penales sobre hechos con evidentes y notorios
puntos de contacto; con hipótesis, puntos de partida o premisas comunes -incluida
la de una matriz análoga, con rasgos de organización-; y actores que se repiten
(ver por ejemplo CFP 6429/10/4/CA2, CFP 3017/13/227/CA62, CFP
2885/16/10/1/SE1, CFP 3017/2013/268/RH68).
Consideré antes que es muy posible que todas esas
investigaciones terminen confluyendo en un análisis conjunto, propio de la etapa
oral. Sea porque se unifique el debate o porque quepan exámenes abarcadores en
las sentencias a que se arriben. Pero nada de ello es óbice –mi desde una óptica
constitucional ni de otra relativa al uso de recursos- a que la instrucción de unos y
otros hechos se lleve adelante en sedes distintas, en aras que cada una avance
decidida y sostenidamente sobre los objetos a su cargo para que luego se defina
en otra instancia de qué manera son allí abordados.
La explicación es sencilla: si se trata de buscar eficacia en
la tarea que impone el art. 193 del CPPN, la distribución del trabajo constituye la
mejor herramienta al alcance. Y para evitar repetir procedimientos, actos o
pruebas hay que recurrir al sentido común y al pragmatismo. Las certificaciones,
los pedidos escritos, los formalismos innecesarios, largos y de morosas
respuestas, tienen que ser abandonados cuando sea posible. Los jueces (y los
fiscales) cuentan con equipos de trabajo con acceso permanente a las evidencias y
basta con que busquen las vías adecuadas –reuniones documentadas por ej,- para
lograr un ágil intercambio de las que fueren recíprocamente útiles (ver en este
sentido, causas de la Sala II citadas y CFP 11912/2008/12/CA4). A veces basta
con menos; a veces alcanza con leer resoluciones dictadas en otros legajos y en su
caso revisar los indicios en que se basaron, determinando si son aplicables a las
preguntas que se tienen que contestar.
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CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 2
CFP 9486/2016/3/CA1
(3) Por simple que parezca esto último, lo cierto es que aquí
no se ha hecho todavía.
En esta causa la hipótesis central es que Osvaldo Sanfelice
apareció como comprador (en 2009) y dueño del hotel “Waldorf” de esta ciudad
cuando en realidad habría sido un “presta-nombre” de los verdaderos propietarios,
la entonces presidenta Cristina Fernández, el fallecido Néstor Kirchner y/o
Máximo Kirchner. Desde entonces se habría usado la actividad del
establecimiento como pantalla, para disimular ingresos que provenían de delitos.
Es así que, entre otras cosas, se facturó que muchas habitaciones, por mucho
tiempo, habrían sido ocupadas por empresas ligadas a Lázaro Báez, Cristóbal
López y a la firma brasileña Odebrecht, entre otras, aumentando progresivamente
los “ingresos” hasta 2016 cuanto menos (fs. 1/2, 3, 581/3, 719/23 y 1469/78 del
ppal., entre otras).
No hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta que hay –
de sobra- elementos en común y puntos de contacto con otras investigaciones en
que se han tenido a priori por corroborados cargos que involucran operaciones
muy similares, con iguales actores que habrían cumplido roles análogos en las
maniobras (ver certificación de fs. 3895 del ppal. y resoluciones dictadas en
causas CFP 15734/2008, CFP 11352/2014, CFP 3732/2016 y CFP 5048/2016;
así, también, en CFP 2885/2016 y CFP 18670/2017).
Podrá en este sumario llegarse o no a las mismas soluciones
a que arribaron otros jueces y fiscales; no hay en ello nada que señalar a esta
altura. Lo que sí resulta ineludible es merituar las premisas y las hipótesis sobre la
base de las cuales han avanzado aquellos y contrastarlas con los hechos del caso.
Y no repetir innecesariamente actos y procederes ya superados en otras sedes.
El juez ha ordenado innumerables medidas a concretarse en
juzgados de muchas y variadas competencias territoriales, ha colectado cantidad
de papeles que hacen a declaraciones y documentación registral de las firmas
involucradas y ha encomendado a principios de este año a la Prefectura la
realización de un peritaje contable que hoy no se sabe en qué está (ver fs.
2899/903 y 3403/14; sobre las particularidades morosas de medidas de este tenor,
ver de la Sala II, causa n° 37.578 “Baez”, reg. n° 41.280 del 30/6/16 y CFP
11912/2008/12/CA4). A todo esto, la participación en la instrucción de la fiscalía
a cargo de la Dra. Paloma Ochoa ha sido meramente formal (véase incluso los
términos del requerimiento que presentó a fs. 65 del ppal. frente a las alegaciones
ya existentes para entonces sobre los involucrados).
En un contexto así, caben reflexiones sobre lo que se omitió
realizar previamente y sobre lo que debería procurarse hacer a futuro.
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Lo que describí es suficiente para entender qué tipo de mora
presenta la investigación y cuáles son las formas que han sido inobservadas, en
punto al modo de encaminar la pesquisa de este tipo de hechos atendiendo –como
no podría de ser otra manera- al contexto que los rodeó. Valga la excepción,
justamente, de la actividad de actores externos (como la diputada Stolbizer y su
patrocinante, la Dra. Silvia Martínez) que, pese a no ser parte, han aportado
referencias sobre los datos más relevantes que hoy muestra la causa, la mayoría
procurados y obtenidos en otras (ver citas realizadas supra y fs. 1521/3 del ppal.,
entre otras).
El segundo tópico amerita encomendar cuestiones que son
consecuencia necesaria del estado actual del legajo. Por lo pronto, (i) incorporar y
evaluar –por vías rápidas y eficaces, compatibles con una adecuada división de
trabajo entre los juzgados- los avances que han tenido pesquisas con notorios
puntos de contacto e hipótesis que parten de premisas comunes, decidiendo en
tiempo y forma cursos de acción sobre la base de tales exámenes; (ii) no perder de
vista que aquí se ha puesto el foco sobre bienes de valor que presuntamente
fueron adquiridos con el producido de delitos y luego usados para dar curso a una
actividad tendiente a disimular el origen de otros activos que tendrían procedencia
ilícita; (iii) de ahí la pertinencia de analizar las alternativas de imputación que
contienen las normas aplicables y la procedencia de medidas cautelares con la
finalidad de asegurar provisoriamente los fines de la instrucción, de verificarse
verosimilitud en el derecho y riesgo en la demora (en esta línea ver mi voto
reciente en CFP 2885/2016/16/CA3); (iv) revisar las diligencias ya ordenadas,
activando y agilizando su producción –de optarse por continuar con aquellas-,
teniendo en cuenta cuál es la esencia de la instancia que se transita y evitando
repetir pruebas ya concretadas en otros sumarios.
Así dejo planteada mi postura sobre todos los asuntos
expuestos en este voto.-
El Dr. Leopoldo Bruglia dijo:
a) Analizada la cuestión traída a estudio, entiendo que
corresponde confirmar la resolución dictada por el Juez de grado en atención a
que se ajusta a los parámetros fijados en la Acordada 7/2013 de la Corte Suprema
de la Justicia de la Nación la cual, además de dejar sin efecto las Acordadas Nros.
28/2004 y 14/2006 reglamenta la intervención del amicus curiae ante dicha
instancia. Empece a esta limitación, entiendo que la falta de regulación en esta
etapa procesal lo hace operable por subsidiariedad.
Cabe destacar además que, la intervención de la Dra.
Margarita Stolbizer bajo el instituto cuestionado, no provoca agravio alguno al
recurrente, ya que su intervención se limita a “enriquecer la deliberación en
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Poder Judicial de la Nación
CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 2
CFP 9486/2016/3/CA1
NICOLAS ANTONIO
PACILIO
Secretario de Camara
Cn: 41816 reg: 45991
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