NEUROCIENCIA

EL CEREBRO SOME
Los circuitos neuronales responsables del autocontrol consciente
son sumamente vulnerables al estrés. Cuando no funcionan, la mente
es incapaz de regular los impulsos primarios y se paraliza
Amy Arnsten, Carolyn M. Mazure y Rajita Sinha

62 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, junio 2012

TIDO A TENSIÓN
DAN SAELINGER

Junio 2012, InvestigacionyCiencia.es 63

 Amy Arnsten es profesora de neurobiología en la facultad de medicina de Yale.
Sus investigaciones sobre los cambios moleculares en la corteza prefrontal asociados al
estrés y al envejecimiento han dado lugar a tratamientos para varios trastornos mentales.

Carolyn M. Mazure es profesora de psiquiatría y psicología, así

como decana de asuntos del profesorado en la facultad de
medicina de Yale. Creó el centro de investigación interdisciplinar
de salud femenina de Yale que hoy dirige.

E
Rajita Sinha dirige el Centro de Estrés de Yale, que estudia
dia
los efectos del estrés en la conducta. Es profesora de psiquiatría
en la facultad de medicina de la misma universidad.

ĂûĎ÷ăûĄúû÷úăÿĉÿĶĄ÷Ă÷ü÷ùċĂĊ÷úúûăû-
dicina, un bombardeo de cientos de pre-
guntas que dura cinco horas, suele dejar
desconcertado y ansioso incluso al candi-
ZWjec[`ehfh[fWhWZe$FWhWWb]kdei\kjk-
heicƒZ_Yei"bW_dY[iWdj[fh[i_Œd^WY[
que su capacidad de razonamiento enlen-
j[pYWei[fWh[fehYecfb[je$BW[nf[h_[dY_W"WbWgk[i[h[Ð[h[W
c[dkZeYeceWiÐn_W"ZebehZ[YWX[pW"d[hl_ei"j[cXbeh"WXWj_-
c_[dje"f|d_Ye"c[dj[[dXbWdYekejheijƒhc_deiZ[iYh_fj_lei"b[
h[ikbjW\Wc_b_WhWYWi_jeZeWgk[bgk[^WoWWhhk_dWZekdZ_iYkhie"
i[^WoWgk[ZWZefWhWb_pWZeWb[iYh_X_hei[^WoW[d\h[djWZeWkd
largo examen.
Durante decenios se creía conocer lo que sucedía en el ce-
rebro durante un examen o en un campo de batalla. Pero en
los últimos años, varias investigaciones han arrojado nueva luz
ieXh[bWÐi_ebe]‡WZ[b[ijhƒi$BWh[ifk[ijWWb[ijhƒideiebeYed-
siste en una reacción primitiva en la que intervienen ciertas
fWhj[iZ[b[dYƒ\Wbefh[i[dj[i[dkdW]hWdlWh_[ZWZZ[[if[Y_[i"
Z[iZ[bWiWbWcWdZhW^WijWbei^kcWdei$;b[ijhƒifk[Z[_dkj_-
b_pWhdk[ijhWi\WYkbjWZ[ic[djWb[ic|iWlWdpWZWi"bWih[]_ed[i
Z[bY[h[Xhec|iZ[iWhhebbWZWi[dbeifh_cWj[i$
Beib_XheiZ[j[njeZ[WdjW‹e[nfb_YWdgk[[b^_fej|bWce"kdW
estructura evolutivamente antigua alojada en la base del en-
Yƒ\Wbe"h[WYY_edWWdj[[b[ijhƒic[Z_Wdj[bWWYj_lWY_ŒdZ[bWi[-
Yh[Y_ŒdZ[kdWi[h_[Z[^ehcedWiZ[bW^_fŒÐi_iobWi]b|dZkbWi
suprarrenales, lo que acelera el ritmo cardíaco, eleva la presión
arterial y disminuye el apetito. Ahora, una investigación ha re-
l[bWZebW_dÑk[dY_WZ[bWYehj[pWfh[\hedjWb"bWh[]_Œdi_jkWZW
`kijeZ[jh|iZ[bW\h[dj[gk[i_hl[Z[Y[djheZ[YedjhebZ[dk[i-
tras habilidades cognitivas superiores (entre ellas la concentra-
Y_Œd"bWfbWd_ÐYWY_Œd"bWjecWZ[Z[-
cisiones, la perspicacia, el juicio y la
capacidad de recuperar recuerdos).
H[fh[i[djWbWfWhj[Z[b[dYƒ\Wbegk[
[lebkY_edŒc|ijWhZ[ofk[Z[h[ikb-
tar sumamente sensible a ansieda-
des y preocupaciones, incluso las
pasajeras y cotidianas.
Cuando las cosas van bien, la
Yehj[pWfh[\hedjWbef[hWWceZeZ[
centro de control que mantiene a
raya nuestras emociones e impul-
sos primarios. El nuevo estudio de-
ck[ijhWgk[[b[ijhƒiW]kZe[_dYedjhebWXb[Z[i[dYWZ[dWkdW
i[h_[Z[WYedj[Y_c_[djeigk‡c_Yeigk[Z[X_b_jWdbW_dÑk[dY_W
Z[bWYehj[pWfh[\hedjWbWbWl[pgk[\Wleh[Y[dbWZec_dWdY_WZ[
bWifWhj[ic|iWdY[ijhWb[iZ[b[dYƒ\Wbe$;d[i[dY_W"[bYedjheb
ieXh[[bf[diWc_[djeobW[ceY_ŒdfWiWZ[bWYehj[pWfh[\hed-
jWbWb^_fej|bWceoejhWi[ijhkYjkhWic|ifh_c_j_lWi$;dYkWd-
je[iWifWhj[ic|iWdj_]kWijecWd[bcWdZe"dei[dYedjhWcei
consumidos por una ansiedad paralizante o sujetos a impul-
sos que habitualmente conseguimos controlar: nos abandona-
mos al exceso de comida, bebida, a las drogas o a un arrebato
de consumismo.
;bh[YedeY_c_[djeYh[Y_[dj[Z[gk[[b[ijhƒiW]kZefk[Z[
fed[h[d]hWl[f[b_]hebW\kdY_ŒdZ[bWi|h[Wi[`[Ykj_lWiikf[-
h_eh[i[d[bY[h[Xhe^kcWde^WWjhW‡Ze[b_dj[hƒiZ[bei_dl[i-
j_]WZeh[i$Deiebei[_dj[djW[dj[dZ[hgkƒikY[Z[[d[bY[h[Xhe
YkWdZe[ij[i[fWhWb_pW"i_degk[i[[ij|dZ[iWhhebbWdZe_dj[h-
l[dY_ed[iYedZkYjkWb[io\WhcWYebŒ]_YWigk[beWokZ[dWcWd-
tener la compostura.

EN SÍNTESIS

Quedar paralizado ante el estrés,
una situación que todos hemos expe-
rimentado alguna vez, tiene su origen
en una pérdida del control sobre las
funciones ejecutivas que nos permi-
ten dominar nuestras emociones.
La región cortical prefrontal, que
opera a modo de centro de control
ejecutivo, contiene nuestras emocio-
nes mediante el envío de señales que
reducen la actividad en los sistemas
primitivos del encéfalo.
En situaciones cotidianas de estrés,
la corteza prefrontal puede desacti-
varse y, la amígdala, un núcleo de
regulación de la actividad emocional,
toma las riendas, lo que induce blo-
queo mental y pánico.
Se está explorando ¨D ŠåŸ¹¨¹‘ D my¨
estrés agudo y se están evaluando
intervenciones farmacológicas y con-
ductuales que nos ayuden a recuperar
la compostura cuando la partida se
complica.

64 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, junio 2012

 Análisis de
EL CEREBRO ANTE EL ESTRÉS la realidad
y supervisión

Perder el de errores
Control

autocontrol descendente de
la atención y el
pensamiento
Núcleo estriado Corteza
Justo detrás de la frente se halla la prefrontal
corteza prefrontal, la zona del cerebro
Inhibición
que actúa como centro de control de acciones
ejecutivo y se encarga de inhibir los inapropiadas
Hipotálamo
impulsos inapropiados. No obstante, Regulación
Amígdala
las situaciones estresantes del día de emociones
a día pueden socavar este sentido
básico de autodominio y hacer que Neurona de la corteza
la emotividad y la impulsividad prefrontal
tomen el mando. Niveles óptimos
de dopamina
y norepinefrina

Sin estrés Regulación directa Canal

Las señales de la corteza prefrontal viajan Células de la norepinefrina
a regiones más profundas del encéfalo productoras y la dopamina por parte Cuando se cierra
para regular los hábitos (núcleo estriado), de norepinefrina de la corteza prefrontal el canal, se transmite
las motivaciones básicas como el hambre, y dopamina una señal a la neurona
el sexo y la agresión (hipotálamo) y las res- siguiente
puestas emocionales (amígdala). La corte-
za prefrontal también controla las reaccio-
nes al estrés que se originan en el tronco
encefálico, como la actividad de las neuro-
nas que sintetizan norepinefrina y dopami-
na. Los niveles moderados de estos dos
neurotransmisores movilizan los recepto- Pérdida de
res que fortalecen las conexiones con la Conductas regulación
prefrontal
corteza prefrontal (inserto). compulsivas

Con estrés Respuestas

En condiciones de estrés, la amígdala emocionales
se encarga de producir una mayor
cantidad de norepinefrina y dopamina.
Ello interrumpe el funcionamiento de la
FUENTE: «STRESS SIGNALLING PATHWAYS THAT IMPAIR PREFRONTAL CORTEX STRUCTURE AND FUNCTION», POR AMY F. T. ARNSTEN,

corteza prefrontal, pero refuerza la acti- Valores elevados

vidad del núcleo estriado y la amígdala. Receptor de dopamina
Los valores elevados de norepinefrina y y norepinefrina,
dopamina en la corteza prefrontal activan que inundan
receptores que abren canales. Como los receptores
EN NATURE REVIEWS NEUROSCIENCE, VOL. 10, JUNIO DE 2009; AXS BIOMEDICAL ANIMATION STUDIO (ilustración)

resultado, se desconectan los enlaces

entre las neuronas prefrontales, con el
consiguiente debilitamiento del papel Niveles elevados Los canales se
de esta zona como controladora de de norepinefrina abren en la neurona
emociones e impulsos (inserto). y dopamina receptora y la señal
se pierde

QUE NO CUNDA EL PÁNICO
BWfƒhZ_ZWZ[bWkjeZec_d_e^W\WiY_dWZeWbeiY_[dj‡ÐYeiZk-
hWdj[Z[Y[d_ei$:[ifkƒiZ[bWi[]kdZW]k[hhWckdZ_Wb"i[[nW-
c_dŒ[bcej_lefeh[bgk[beif_bejeiWbjWc[dj[YkWb_ÐYWZeiYe-
c[j‡Wd[hheh[ii_cfb[if[he\WjWb[iWbcWd_eXhWhikW[hedWl[
[d[bYehWpŒdZ[kdWXWjWbbW$Begk[ikY[Z[Z[jh|iZ[b^k[ie
\hedjWbZ[bYh|d[e^kcWdef[hcWd[Y_ŒeYkbje^WijWbWbb[]WZW
Z[bWijƒYd_YWiZ[d[khe_cW][d$;d[b[iY|d[hY[h[XhWb"[bWbXe-
hejeZ[WYj_l_ZWZ[dbWYehj[pWfh[\hedjWbdeiZWkdW_Z[WZ[
Yk|dlkbd[hWXb[h[ikbjW[bfh_dY_fWbY[djheZ[WkjeYedjheb$
BWi[di_X_b_ZWZZ[[iWpedWi[Z[X[Wikfei_Y_Œd[if[Y_Wb
en la jerarquía de estructuras cerebrales. Representa la re-
]_ŒdZ[bY[h[Xhec|i[lebkY_edWZW1Z[jWcW‹efhefehY_edWb-
mente mayor en humanos que en otros primates, corresponde
Wkdj[hY_eZ[bWYehj[pW^kcWdW$I[Z[iWhhebbWc|iZ[ifW-
cio que cualquier otra zona del cerebro y solo alcanza la ma-
Zkh[pfWiWZWbWWZeb[iY[dY_W$;b|h[Wfh[\hedjWbWbX[h]Wbei
circuitos neurales del pensamiento abstracto. Gracias a ella
podemos concentrarnos y realizar una tarea, al tiempo que
Yedi[hlWcei_d\ehcWY_ŒdZ[bWc[ceh_WZ[jhWXW`e[dkd
bloc mental. Esa región de almacenamiento temporal de la
c[ceh_Wf[hc_j[cWdj[d[h»[dc[dj[¼bW_d\ehcWY_Œd"Yece
los dígitos que hay que desplazar a la siguiente columna cuan-
do realizamos una suma. Como unidad de control mental, el
|h[Wfh[\hedjWb_d^_X[jWcX_ƒdWYY_ed[iof[diWc_[djei_dW-
propiados.

Junio 2012, InvestigacionyCiencia.es 65

 ;bY[djhe[`[Ykj_led[khebŒ]_Ye\kdY_edWWjhWlƒiZ[kdW[n-
j[diWh[ZZ[Yed[n_ed[i[djh[Y_[hjWid[khedWiZ[\ehcWjh_Wd-
]kbWh"bWiYƒbkbWif_hWc_ZWb[i$;ijWid[khedWijWcX_ƒd[ijW#
Xb[Y[dYed[n_ed[i^WY_WZ[ij_deic|ib[`WdeiZ[b[dYƒ\Wbegk[
YedjhebWddk[ijhWi[ceY_ed[i"Z[i[eio^|X_jei$9kWdZedeik-
\h_cei[ijhƒi"beiY_hYk_jeiZ[[iWh[Zef[hWdYedÑk_Z[p$BWc[-
moria de trabajo nos recuerda que debemos empezar una tarea
con cierto plazo de entrega, y otro circuito envía mensajes a re-
]_ed[i_d\[h_eh[iZ[b[dYƒ\WbefWhWh[Yec[dZWhdeigk[dejec[-
mos una segunda copa de vino. Mientras tanto, una señal de la
Wc‡]ZWbW"kdW[ijhkYjkhWY[h[XhWbfhe\kdZWgk[YedjhebWbWih[WY-
ciones de miedo, nos convence de que ese enorme individuo que
i[WY[hYWfehbWWY[hWde[ij|WfkdjeZ[WfbWijWhdeibWYWhW$
;bYehh[Yje\kdY_edWc_[djeZ[[iWh[ZZ[f[dZ[Z[fheY[iei
Z[ikcW\hW]_b_ZWZ$9kWdZeieXh[l_[d[[b[ijhƒi"_dYbkiebeiYWc-
bios pequeños en el ambiente neuroquímico pueden debilitar
Wb_dijWdj[bWiYed[n_ed[id[khedWb[i$;dh[ifk[ijWWb[ijhƒi"
nuestro cerebro se inunda de sustancias activadoras como la no-
h[f_d[\h_dWobWZefWc_dW"b_X[hWZWifehd[khedWiZ[bjhedYe
[dY[\|b_Yegk[[dl‡Wdfheo[YY_ed[iWjeZe[b[dYƒ\Wbe$Beid_l[-
b[i[b[lWZeiZ[[iWicebƒYkbWii[-
‹Wb_pWZehWi[dbWYehj[pWfh[\hedjWb
inhiben la estimulación neuronal, «CON LA CABEZA
en parte porque debilitan temporal-
mente los puntos de conexión, o si- FRÍA»
dWfi_i"[djh[d[khedWi$BWWYj_l_ZWZ
neuronal disminuye, a la vez que lo
es una expresión que refleja
hace la capacidad de controlar la los procesos fisiológicos
YedZkYjW$JWb[i[\[Yjeide^WY[d
c|igk[[cf[ehWhYkWdZebWi]b|d-
básicos de autocontrol
dulas suprarrenales, a las órdenes
Z[b^_fej|bWce"i[]h[]WdYehj_ieb"
kdW^ehcedWZ[b[ijhƒigk[bb[]WWb
Y[h[XheWjhWlƒiZ[bjehh[dj[iWd-
guíneo. En esas circunstancias, el
autodominio depende de un equili-
brio delicado.
»CWdj[d[h bW YWX[pW \h‡W¼ [i
una expresión que describe con
WY_[hjebeifheY[ieiX_ebŒ]_YeiX|-
i_Yei$BWcWgk_dWh_Wd[khedWbZ[bW
Yehj[pWfh[\hedjWboikYWfWY_ZWZ
de movilizar la memoria de traba-
jo para permanecer centrados en la
tarea que tenemos entre manos) im-
pide que la cascada de neurotrans-
misores generada a niveles pro-
\kdZeiZ[bY[h[Xhefhelegk[kdW
Yehh_[dj[[ceY_edWbZ[f|d_Ye$
Nuestras investigaciones para
Z[ceijhWhbW\WY_b_ZWZYedbWgk[
Z[`WZ[\kdY_edWhbWYehj[pWfh[\hed-
tal empezaron hace unos veinte
W‹ei$Bei[ijkZ_eiYedWd_cWb[ih[W-
lizados por una de nosotras (Arns-
j[d`kdjeYedbW\Wbb[Y_ZWFWjh_Y_W
Goldman-Rakic, de la Universidad
Z[OWb["\k[hedkdeiZ[beifh_c[-
ros en ilustrar el modo en que las al-
teraciones neuroquímicas asociadas
Wb[ijhƒi_d^_X[dbW\kdY_Œdfh[\hed-
tal. El trabajo reveló que las neuro-
66 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, junio 2012
nas de esa parte del cerebro se desconectaban y dejaban de emi-
j_h_cfkbiei[bƒYjh_YeijhWi[nfed[hbWiWkdWWlWbWdY^WZ[d[k-
hejhWdic_ieh[ik^ehcedWiZ[b[ijhƒi$
FehYedjhW"Y_[hjWih[]_ed[ii_jkWZWiWkdd_l[bfhe\kdZeZ[b
[dYƒ\WbejecWdYed\k[hpWbWih_[dZWiZ[dk[ijhWYedZkYjW$BW
dopamina llega a una serie de estructuras, los ganglios basales,
que regulan los impulsos y las respuestas emocionales y moto-
hWi^WX_jkWb[i$Bei]Wd]b_eiXWiWb[ideiebe_dj[hl_[d[dYkWd-
ZeWdZWcei[dX_Y_Yb[jWi_dYW[hdei"i_dejWcX_ƒdYkWdZedei
WXWdZedWceiW^|X_jeiWZ_Yj_lei"Yecebeigk[dei^WY[dWd-
siar un helado.
En 2001, Benno Roozendaal, hoy en la Universidad de Gro-
d_d][d"@Wc[iCY=Wk]^"Z[bWKd_l[hi_ZWZZ[9Wb_\ehd_W[d?h-
vine, y sus colaboradores hallaron cambios similares en la amíg-
dala, otra región cerebral de origen antiguo. En presencia de
deh[f_d[\h_dWoYehj_ieb"bWWc‡]ZWbWWb[hjWWbh[ijeZ[bi_ij[cW
d[hl_eieieXh[kdf[b_]he_dc_d[dj[ojWcX_ƒdh[\k[hpWbeih[-
cuerdos relacionados con el miedo y otras emociones.
;iWi_dl[ij_]WY_ed[ii[[nj_[dZ[dW^ehWWbei^kcWdei$Bei
estudios han empezado a demostrar que algunas personas pare-
Y[dc|ilkbd[hWXb[igk[ejhWiZ[-
X_ZeWikYedij_jkY_Œd][dƒj_YWebW
[nfei_Y_Œdfh[l_WWb[ijhƒi$;dYkWd-
jebWZefWc_dWobWdeh[f_d[\h_dW
desactivan los circuitos de la corte-
pWfh[\hedjWbgk[_dj[hl_[d[d[dbWi
\kdY_ed[iYe]d_j_lWi"Wb]kdWi[dp_-
mas degradan los neurotransmiso-
res para que no persista la interrup-
ción. De este modo, podemos volver
a la situación normal cuando el es-
jhƒiWcW_dW$:[j[hc_dWZWi\ehcWi
de un gen debilitan esas enzimas y
^WY[dWbWif[hiedWic|ifhef[d-
iWiWb[ijhƒio"[dY_[hjeiYWiei"WbW
[d\[hc[ZWZc[djWb$:[\ehcWi_c_-
bWh"bei\WYjeh[iWcX_[djWb[ifk[Z[d
aumentar esa vulnerabilidad. Por
ejemplo, la intoxicación por plomo
puede reproducir algunos aspectos
Z[bWh[ifk[ijWWb[ijhƒioieYWlWhbW
\kdY_ŒdYe]d_j_lW$
Otras investigaciones tratan de
aclarar lo que sucede cuando la
W]h[i_ŒdWbWYehj[pWfh[\hedjWbZk#
ra días o semanas. Parece que el es-
jhƒiYhŒd_Ye[nfWdZ[bWYecfb[`Wh[Z
de conexiones entre neuronas en
dk[ijheiY[djhei[ceY_edWb[i_d\[-
riores, mientras que las zonas que
se movilizan durante el razonamien-
jeÑ[n_Xb[oieij[d_ZeÄZ[iZ[bWÐ-
beie\‡WZ[?ccWdk[bAWdj^WijW[b
Y|bYkbeÄ[cf_[pWdWf[hZ[h\k[h#
za. Bajo estas condiciones, las den-
Zh_jWiWhXeh_\ehc[igk[h[Y_X[di[-
ñales en la amígdala aumentan de
jWcW‹eobWiZ[bWYehj[pWfh[\hed-
tal se encogen. El equipo de John
DAN SAELINGER
Morrison, de la Escuela de Medici-
na Monte Sinaí, ha demostrado que
bWiZ[dZh_jWifh[\hedjWb[ilk[bl[dW
Yh[Y[hi_Z[iWfWh[Y[[b[ijhƒi"f[hebWYWfWY_ZWZZ[h[][d[hWY_Œd
se desvanece cuando la tensión es intensa. Una de nosotras (Sin-
^W^WZ[iYh_je[i[\[dŒc[de[d^kcWdei"Wbh[bWY_edWhbWh[-
jhWYY_ŒdZ[bWcWj[h_W]h_ifh[\hedjWbYedkdeiWdj[Y[Z[dj[iZ[
[nfei_Y_ŒdWb[ijhƒi$
;iWYWZ[dWZ[WYedj[Y_c_[djeiceb[YkbWh[idei^WY[c|i
lkbd[hWXb[iWfeij[h_eh[ii_jkWY_ed[iZ_\‡Y_b[iofheXWXb[c[dj[
contribuye a la depresión, adicción y trastornos por ansiedad,
_dYbk_Ze[bjhWijehdefeh[ijhƒifeijhWkc|j_Ye$;bi[neYedij_-
jko[kd\WYjehZ[j[hc_dWdj[[dbWh[WYY_ŒdWdj[[b[ijhƒi$;dbWi
ck`[h[i"bW^ehcedW[ijhe]ƒd_YWfk[Z[Wkc[djWhbWi[di_X_b_-
dad. Una de nosotras (Mazure) y sus colaboradores han demos-
jhWZegk[[b[ijhƒil_jWbYedbb[lWkdcWoehh_[i]eZ[ik\h_hZ[-
presión en mujeres que en hombres, así como una menor con-
j[dY_ŒdZ[beiYecfehjWc_[djeiWZ_Yj_lei"Yece[b^|X_jeZ[
\kcWh$;dbei^ecXh[i"[b[ijhƒiZ[i[cf[‹WkdfWf[bc|ifhe-
minente en los impulsos exacerbados y las conductas controla-
das por los ganglios basales.
Gk[ZWjeZWl‡WfehWl[h_]kWh[bceZe[dgk[[b[ijhƒiWbj[hW
[bY[djhefh[\hedjWbZ[bWkjeZec_d_e$I[[ij|_dl[ij_]WdZe[b
[\[YjeZ[ejhWiikijWdY_Wid[khegk‡c_YWi[d[iWh[]_ŒdZ[bY[-
rebro. El grupo de Trevor W. Robbins y Angela Roberts, de la
Universidad de Cambridge, se pregunta si la serotonina, que
[`[hY[kdW_dÑk[dY_WYbWl[[dbWZ[fh[i_Œd"ceZkbWh‡W[b[ijhƒi
obWWdi_[ZWZWjhWlƒiZ[ikWYY_Œd[dbWYehj[pWfh[\hedjWb$
;i[j_feZ[[ijkZ_ei[djhW‹Wd[if[Y_WbZ_ÐYkbjWZ"ZWZegk[
bei[ij|dZWh[iƒj_YeiWYjkWb[ifWhWbei[nf[h_c[djeiYed^kcW-
dei[n_][dgk[i[[l_j[bW[nfei_Y_ŒdWi_jkWY_ed[iZ[[ijhƒifi_-
cológico extremo. De hecho, se advierte a los participantes del
estudio de que pueden abandonarlo en cualquier momento. Se
les otorga, por tanto, el control sobre la situación experimental,
fehbegk[[ijWoWdeh[fheZkY[[b[ijhƒiZ[bWl_ZWh[Wb$7b]k-
deibWXehWjeh_ei^WdYedi[]k_Zei_ckbWhbei[\[YjeiZ[b[ijhƒi
incontrolable mediante la proyección de películas perturbado-
ras o bien, como en el grupo de Sinha, haciendo que los parti-
cipantes imaginen sus propias experiencias estresantes para po-
der acceder a sus reacciones.
KdWfh[]kdjWZ[iYedY_[hjWjeZWl‡WWbeiY_[dj‡ÐYei0´fehgkƒ
el cerebro dispone de un mecanismo gk[Z[X_b_jWbWi\kdY_ed[i
Ye]d_j_lWic|i[b[lWZWi5JeZWl‡Wdei[iWX[Yedi[]kh_ZWZ"f[he
[ijWh[WYY_Œdfh_c_j_lWgk_p|iWblWhWl_ZWi^kcWdWiYkWdZekd
animal depredador merodeaba entre las ramas. Si de repente
atisbamos la luz llameante de un tigre en el bosque, resulta mu-
Y^ec|i‘j_bgk[ZWhdeifWhWb_pWZeifWhWgk[[bWd_cWbdedei
vea que recordar las palabras del poema de William Blake.
Al quedar desactivadas las redes del cerebro superior, lentas
oh[Ñ[n_lWi"bWil‡Wi[dY[\|b_YWifh_c_j_lWidei^WY[dZ[j[d[hWb
instante o nos preparan para huir. Esos mecanismos nos sirven
_]kWbc[dj[fWhW[d\h[djWhdeiYed[bf[b_]he[d[bckdZeZ[
hoy, como cuando un conductor imprudente nos corta el paso
oZ[X[ceif_iWh[b\h[deW\edZe$F[hei_f[hcWd[Y[ceickY^e
j_[cfe[d[i[[ijWZe"bW\kdY_Œdfh[\hedjWbi[Z[X_b_jW"kdWZ[i-
ventaja abrumadora en circunstancias en las que necesitamos
jecWhZ[Y_i_ed[iYecfb[`Wi"Yece[dbW[d\[hc[ZWZ]hWl[Z[kd
ser querido o la organización de un proyecto importante con
un plazo de entrega apretado.
MANTENER LA COMPOSTURA
Una respuesta lógica a nuestra creciente comprensión del ner-
viosismo es concebir estrategias para mantener inalterado nues-
tro centro de autodominio. Existe la esperanza de que el cono-
cimiento de las reacciones moleculares responsables de que el
Y[h[XhefWi[Z[kd[ijWZe»h[Ñ[n_le¼Wkd[ijWZe»h[Ñ[`e¼
permita mejorar el tratamiento de los trastornos relacionados
Yed[b[ijhƒi$7b]kdeiZ[beiWlWdY[iYedÐhcWdbegk[oWiWX[-
mos. Entrenarse para emergencias o para el servicio militar
consiste en enseñar a los ganglios basales y otras estructuras
[dY[\|b_YWiWgk[Wfh[dZWdbWih[WYY_ed[iWkjec|j_YWid[Y[iW-
h_WifWhWieXh[l_l_h$Bei[ijkZ_eiYedWd_cWb[i_dZ_YWdgk[[b
sentido de control psicológico que ostentan con naturalidad un
iebZWZeekdWkn_b_WhZ[kh][dY_WicƒZ_YWiYedij_jko[[b\WY-
jehgk[Z[j[hc_dWi_deiZ[icehedWceiZkhWdj[[b[ijhƒi$>W-
blar en público llena de júbilo a quien se siente seguro ante
kdWWkZ_[dY_W$7ejhei"deb[ifheZkY[c|igk[j[hhehoikc[d-
te se queda en blanco.
BWihkj_dWiZ[biWh][dje_dijhkYjehi[h[Ñ[`Wd[d[ijkZ_ei
con animales, en los que se demuestra su mayor capacidad para
cWd[`Wh[b[ijhƒiYkWdZe^Wdikf[hWZec‘bj_fb[ii_jkWY_ed[i
Z[j[di_Œdb[l[ZkhWdj[bW`kl[djkZ$:[\ehcWfWh[Y_ZW"bei[i-
jkZ_eiYed^kcWdei_dZ_YWdgk[W\hedjWhYedƒn_jebWiZ_ÐYkb-
jWZ[ib[i^WY[c|ih[i_b_[dj[i$Feh[bYedjhWh_e"i_ZkhWdj[bW_d-
\WdY_WkdeiWb[cWbfWhWZeZ[[iWi[nf[h_[dY_Wi"Wb^WY[hi[cW-
oeh fk[Z[ lebl[hi[ c|i i[di_Xb[ o i[dj_hi[ b_c_jWZe feh [b
nerviosismo y la depresión.
;d[bbWXehWjeh_e[cf_[pWdWeXj[d[hi[ZWjeiieXh[\kjkhei
jhWjWc_[djei$BWfhWpei_dW"kd\|hcWYefWhWbW^_f[hj[di_ŒdWh-
terial que bloquea algunas de las acciones perjudiciales de la
deh[f_d[\h_dW"i[[dYk[djhW[d\Wi[Z[[diWoe[dl[j[hWdeioY_-
l_b[igk[ik\h[djhWijehdefeh[ijhƒifeijhWkc|j_Ye$BWfhWpe-
i_dWjWcX_ƒdfWh[Y[Z_ic_dk_hbWiWdi_Wifeh[bWbYe^ebobWYWd-
tidad consumida de este. Un estudio reciente realizado por el
[gk_feZ[I^[hhoCYA[["Z[bWKd_l[hi_ZWZZ[OWb["^W^WbbWZe
gk[ejhec[Z_YWc[djeWdj_^_f[hj[di_le"bW]kWd\WY_dW"_d^_X[
Wb]kdWih[WYY_ed[iWb[ijhƒio\ehjWb[Y[bWih[Z[iYehj_YWb[ifh[-
\hedjWb[i"Yedbegk[WokZWWbWif[hiedWiWWXij[d[hi[Z[\k-
mar en situaciones de tensión. (Arnsten y la Universidad de Yale
h[Y_X[dh[]Wb‡WiZ[bWYecfW‹‡W\WhcWYƒkj_YWI^_h[fWhWbWYe-
c[hY_Wb_pWY_ŒdZ[bW]kWd\WY_dWYece\|hcWYeZ[b_X[hWY_Œd
fhebed]WZW[d[bjhWjWc_[djeZ[bjhWijehdefehZƒÐY_jZ[Wj[d-
ción con hiperactividad en niños y adolescentes, pero no las re-
Y_X[dfWhWbW\ehcWZ[b_X[hWY_Œd_dc[Z_WjWZ[b\|hcWYeWZc_-
d_ijhWZeWWZkbjei[d[ij[[ijkZ_e$7Z[c|i"lWh_eibWXehWjeh_ei
han mostrado que las estrategias conductuales como la relaja-
Y_Œd"bWh[if_hWY_Œdfhe\kdZWobWc[Z_jWY_ŒdZ_ic_dko[dbWh[i-
fk[ijWWb[ijhƒi$
´Ogkƒ^WY[hfWhWh[Ykf[hWh[bWkjeZec_d_e5JWbl[pWfh[d-
Z[h[bceZe[dgk[[bY[h[Xheh[WYY_edWWb[ijhƒib[f[hc_jWW
kdeeXj[d[hkdWcWoehi[diWY_ŒdZ[Yedjheb$Gk_p|i[djedY[i"
la próxima vez que nos encontremos ante un examen o hablan-
do en público y nuestra mente se quede en blanco, nos pode-
mos repetir: «esto es solo mi cerebro que trata de salvarme de
kdj_]h[¼$7kdgk[dedeie\h[pYWbWh[ifk[ijWYehh[YjWebWfW-
labra que buscamos, tal vez ese pensamiento nos provoque una
iedh_iWh[Yed\ehjWdj[$
PA R A S A B E R M Á S
Stress signalling pathways that impair prefrontal cortex structure and function. Amy
F. T. Arnsten en Nature Reviews Neuroscience, vol. 10, págs. 410-422, junio de 2009.
Can’t remember what I forgot: Your memory, your mind, your future. Sue Halpern. Three
Rivers Press, 2009.
Prefrontal cortical network connections: Key site of vulnerability in stress and schizo-
phrenia. Amy F. T. Arnsten en International Journal of Developmental Neuroscience, vol. 29,
n.o 3, págs. 215-223, 2011.
Junio 2012, InvestigacionyCiencia.es 67