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BASES FISICAS DE RESONANCIA MAGNETICA

INTRODUCCION AL ESPIN NUCLEAR

Autor: T.M Daniel Castro Acuña, MSc.


Temas:
1. Introducción.
2. Momentos angular y dipolar magnético de una partícula.
3. El momento magnético orbital del electrón.
4. El experimento de Stern-Gerlach y el espín del electrón.
5. Características del espín nuclear.
6. Apantallamiento Nuclear.
7. Desplazamiento Químico (Chemical Shift).
8. Bibliografía.

1. Introducción.
La técnica de Resonancia Magnética (RM) se basa, a diferencia de las
clásicas modalidades de examen radiológico que utilizan radiaciones ionizantes, en
el estudio de los cambios que producen en la materia la aplicación de campos
magnéticos tanto fijos como variables en el tiempo. Estos campos son capaces de
modificar el estado de una propiedad intrínseca de las partículas subatómicas
conocida como ESPIN (traducido del término inglés spin). Para la obtención de
imágenes a través de esta modalidad de examen en particular, el elegido es el
núcleo de hidrógeno. El espín le permite al núcleo reaccionar frente a la presencia
de campos magnéticos externos, cuyos cambios pueden ser medidos y
cuantificados para generar una imagen o, incluso, determinar la presencia de
metabolitos específicos.

El concepto de espín nació durante el desarrollo de la mecánica cuántica en


la primera mitad del siglo XX. Se define como una propiedad intrínseca de las
partículas subatómicas, así como lo es la carga o la masa. Fue postulado para el
electrón por primera vez en 1925 por Samuel Goudsmit y George Uhlenbeck. Su
idea colaboró en encontrar respuestas a problemas y nuevos postulados de la física
de ese entonces, como el conocido experimento de Stern y Gerlach, entre otros.
Actualmente sabemos que tanto electrones, como protones y neutrones,
poseen espín, así como también el núcleo atómico en su conjunto. Incluso
subpartículas más pequeñas como los quarks poseen esta propiedad. Aunque el
término espín proviene del concepto de los objetos girando entorno a un eje, se
utiliza, sin embargo, para definir un fenómeno cuántico, que no tiene una
contraparte en la mecánica clásica.

Durante la revisión de este apunte iremos acercándonos al concepto de


espín nuclear, comenzando por los descubrimientos y conceptos asociados
inicialmente al electrón.

2. Momentos angular y dipolar magnético de una partícula.


El científico italiano Galileo Galilei postuló en el siglo XVI que “la naturaleza
de un objeto no es detenerse, sino estar en movimiento; más bien, es la naturaleza de
un objeto continuar en su estado original de movimiento”. ¿Será posible cuantificar
el movimiento de los objetos?
El concepto MOMENTO, traducido del inglés momentum, da respuesta a
esta pregunta. Éste se define como la cantidad de movimiento de un objeto de una
determinada masa que se desplaza con cierta velocidad.

Si por ejemplo, el movimiento de un objeto es en línea recta, hablaremos de


MOMENTO LINEAL, comúnmente denominado por la letra p y medido en Kg*m/s.
El momento es una cantidad vectorial, por lo que posee las propiedades de todo
vector, a saber: módulo, dirección y sentido. En el caso del momento lineal, la
dirección y sentido del vector coinciden con el desplazamiento del objeto como
muestra la figura 1, y su módulo depende de la masa (Kg) del objeto y la velocidad
(metros/segundo) con que se desplace.
Figura 1: Momento lineal de un objeto de masa m y velocidad v. Observe que la dirección y
sentido del vector momento lineal (p) coinciden con el desplazamiento del objeto.
Por ejemplo, una pelota de tenis de unos 60 gramos (0,06 Kg) impulsada
por un tenista a una velocidad de 100 Km/hora (27,78 m/s) adquiere un momento
lineal aproximado de 1,67 Kg*m/s.

Si el objeto no se mueve en línea recta, sino que gira en entorno a un eje,


podemos definir su cantidad de movimiento a través del llamado MOMENTO
ANGULAR, comúnmente denominado por la letra L y medido en Kg*m2/s. Al igual
que el momento lineal, el momento angular es una cantidad vectorial. Su magnitud
es proporcional a la masa del objeto, a su velocidad (v) tangencial a su trayectoria
circular, y al radio (r) de la circunferencia que describe. Sin embargo, a diferencia
del momento lineal, el momento angular tiene una dirección perpendicular al
plano de giro del objeto, y su sentido depende del sentido de giro del objeto, el cual
sigue la conocida Ley de la Mano Derecha. Si el objeto gira en contra de las
manecillas del reloj, por ejemplo, el vector de momento angular apunta hacia
arriba como indica la figura 2. La expresión del momento angular de un objeto es
la siguiente:
Figura 2: Se representa un objeto de masa mi girando en torno a un eje a una distancia r del origen
con una velocidad vi. Observe que la dirección del vector momento angular L es perpendicular al
plano de giro del objeto. representa la velocidad angular del objeto.

Para un objeto determinado que circunscribe una órbita específica, a


medida que aumenta su velocidad el momento angular de éste se incrementa
proporcionalmente.

Si el objeto en movimiento posee carga eléctrica, se produce un fenómeno


interesante. En 1820 el físico danés Hans Christian Oersted observó
accidentalmente que al hacer circular una corriente eléctrica por un alambre
conductor, la aguja imantada de una brújula se movía, redireccionándose para
formar un ángulo recto con el alambre. Este fue la primera experiencia en la que se
tuvo noción de una posible relación entre electricidad y magnetismo.
Posteriormente, en 1831, André-Marie Ampère estableció una ley que relaciona el
campo magnético generado por una corriente eléctrica a través de un conductor.

En el caso que el conductor tenga una disposición circular, también


conocida como espira, la circulación de una corriente eléctrica a través de él se
genera un campo magnético B que es perpendicular al plano que contiene a la
espira de corriente, cuyo sentido depende también de la Ley de la Mano Derecha
(figura 3). La generación de este campo magnético transforma a la espira en un
imán o dipolo magnético (posee un polo norte y un polo sur), donde las líneas de
campo se dirigen de sur a norte en el centro de la espira siguiendo el sentido del
vector de campo magnético. La fuerza con que este pequeño imán puede
interactuar con otros campos magnéticos se cuantifica a través del denominado
MOMENTO DIPOLAR MAGNÉTICO (). Este momento también es un vector, y su
magnitud, para el caso de la espira, es proporcional a la intensidad de corriente
que circule a través de ella y al área que ésta describe.

Figura 3: Se observa la dirección y sentido del campo magnético generado por la corriente que
circula a través de una espira. Note que estos parámetros dependen de la dirección de circulación
de la corriente I.

Esta situación puede llevarse a un caso más simple, en el que una sola
partícula cargada gira entorno a un centro. Al igual que la espira conductora, la
partícula generará un campo magnético perpendicular al plano que describe su
trayectoria, adquiriendo las propiedades de un pequeño imán (dipolo magnético).

Podemos afirmar hasta el minuto, que esta partícula tendría un momento


angular debido a su desplazamiento circular, y asociado un momento magnético
(por analogía al caso de la espira conductora). ¿Cómo podemos relacionar ambos
momentos? Si conocemos la carga y la masa de la partícula, la relación entre los
módulos de su momento angular L y su momento magnético  (expresado en
Joules/Tesla) se establece como se describe a continuación:
Donde q es la carga del objeto en Coulomb, y m su masa en Kg. Como
podemos inferir, tanto la carga y la masa son propiedades intrínsecas de una
partícula, por lo que la expresión q/2m es un valor constante. Podemos decir,
entonces, que para una partícula cargada girando en torno a un eje, a medida que
aumente su momento angular, su momento dipolar magnético se incrementará
proporcionalmente.

3. El momento magnético orbital del electrón.


Un ejemplo de la situación anteriormente descrita la constituyen los
electrones que giran entorno al núcleo atómico, describiendo una “órbita” entorno
a él. Debido a que el electrón posee carga eléctrica, su desplazamiento genera un
pequeño momento dipolar magnético. Su módulo depende del momento angular
que posee el electrón orbitando al núcleo, y su dirección es perpendicular al plano
de esa órbita. Sin embargo, debido a la carga eléctrica negativa del electrón (-e) el
sentido del momento magnético es contrario al sentido de su momento angular
como indica la figura 4.

Figura 4: Momentos angular y magnético de un electrón orbitando en torno a un núcleo atómico.


Debido a la carga eléctrica del electrón ambos momentos poseen sentidos opuestos.

Tanto la carga del electrón (e) como su masa (me) son conocidas, pero
¿podremos saber la magnitud del momento angular del electrón orbitando el
núcleo? En 1921, el físico danés Niels Bohr postuló, en el contexto de su modelo
para el átomo de hidrógeno, que el valor del momento angular orbital para el
electrón no podía tomar cualquier valor, sino que debía estar cuantizado y tomar
valores específicos de acuerdo a lo siguiente:

Donde L es el módulo del momento angular orbital del electrón, n es un


número entero que puede ser 1, 2, 3, etc, y ̅ (llamada hache barra) es la constante
de Plank dividida en 2π. El valor n es el llamado actualmente número cuántico
principal, y determina el nivel energético u órbita de un electrón en torno al
núcleo.

Si consideramos la expresión que relaciona los momentos angular y


magnético, e incorporamos el postulado de Bohr para L, podemos obtener que el
momento magnético para el electrón del átomo de hidrógeno en el primer nivel
energético n=1 (orbita más cercana al núcleo) es de 9,274eE-24 J/T , valor
conocido como MAGNETÓN DE BOHR , considerado como la unidad
fundamental para momentos magnéticos electrónicos. Por lo tanto, cualquier
electrón en un orbital distintos del primero, debiese tener valores múltiplos de
este 

 Los científicos de la época se preguntaban cómo era posible que el electrón
solo pudiese tomar ciertos valores de energía y de momento angular (y por ende
de momento magnético). En 1923 el físico francés Louis Víctor de Broglie
consiguió demostrar el postulado de Bohr para el momento angular del electrón,
considerándolo como partícula con comportamiento ondulatorio (onda de
materia). Esta idea fue el comienzo de una serie de avances importantísimos en la
concepción del modelo atómico que posee connotados próceres de la física como
Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger. En 1927, Clinton Davisson y Lester
Germer probaron experimentalmente en Nueva York que el electrón efectivamente
poseía comportamiento ondulatorio, corroborando la teoría de de Broglie.
Como resultado de este nuevo modelo atómico, aparecen nuevos números
cuánticos, el número orbital o azimutal (l) y el número magnético (ml). Estos
nuevos números colaboran en el establecimiento de los valores del módulo de
momento angular para el electrón en distintos orbitales y la estimación de la
componente en el eje z del vector de momento angular respectivamente. Ambos
números cuánticos solo pueden tomar ciertos valores, los que son dependientes de
la órbita en la que se encuentre un determinado electrón, el que puede adquirir
distintas orientaciones en el espacio determinadas por estos números (figura 5).
En efecto, el número de orientaciones posibles (N) de un electrón en una
determinada órbita depende del número cuántico orbital de acuerdo a la siguiente
forma:

Por ejemplo, la órbita que posee un número cuántico principal n=2, por
correspondencia posee valores de número cuántico orbital l igual a 0 y 1. Para el
suborbital con l=0, las orientaciones posibles se restringen a solo 1 (1=2*0+1),
mientras que para el suborbital l=1, las orientaciones posibles son 3 (3=2*1+1).
Esto es de vital importancia ya que determina el número de electrones que pueden
ubicarse en cada nivel energético.
Figura 5: Orientaciones posibles del vector momento angular para un electrón en el suborbital
l=2. El número total de orientaciones es 5.

Cuando un átomo posee más de un electrón, los momentos magnéticos


generados por sus momentos angulares orbitales interactúan entre sí. Estos
tienden a aparearse de tal forma que cada par de electrones se dispone de tal
forma que el producto final de la interacción de sus momentos magnéticos es 0, es
decir, se anulan. En átomos con todos sus electrones apareados, el momento
magnético orbital resultante es 0. Sin embargo, cuando hay orbitales con
electrones despareados, el momento magnético orbital en ese caso es distinto de 0.
Existe un grupo de átomos, conocidos como HIDROGENOIDES (parecidos al
hidrógeno), que poseen la característica de tener solo un electrón desapareado en
su última capa, la más alejada del núcleo (orbital de valencia). Ejemplo de este caso
es el átomo de Plata, que posee 47 electrones, y solamente uno de ellos está
desapareado en su orbital de valencia (figura 6). En estos átomos, el momento
dipolar magnético de la nube electrónica es dominado por ese único electrón
desapareado. Se desprecia por el momento el campo magnético generado en el
núcleo, el que se explicará más adelante.

Figura 6: Átomo de plata con un electrón desapareado en su última orbita (de valencia). El
momento magnético de este átomo está dominado por este electrón desapareado.

4. El experimento de Stern-Gerlach y el espín del electrón.


Si sometemos este átomo hidrogenoide (Ej. Átomo de Plata) a la influencia
de un campo magnético externo, el momento dipolar magnético del electrón
desapareado en el orbital de valencia interactuará con éste, experimentando
atracción o repulsión magnética de acuerdo a su orientación con respecto a los
polos del campo magnético externo (recordar que polos magnéticos opuestos se
atraen y polos iguales se repelen).

En 1921, los físicos alemanes Otto Stern y Walter Gerlach condujeron un


experimento basado en esta idea. Su experimento consistía en disparar átomos de
Plata hacia una placa de vidrio, donde estos impactan dejando una marca oscura.
Stern y Gerlach probaron este haz de átomos de plata bajo la influencia de un
campo magnético externo inhomogéneo, con el cual esperaban desviar en distintas
trayectorias los átomos de plata que atravesaran este campo, dominados por la
interacción del momento dipolar magnético del electrón desapareado en el orbital
de valencia, como muestra la figura 7.

Figura 7: Los átomos de Plata, representados en la figura por los pequeños imanes, se suponía
serian desviados al pasar por el campo magnético inhomogéneo de acuerdo a su atracción o
repulsión con sus polos, generando un abanico de desviaciones.

El resultado esperado por ellos al aplicar el campo magnético externo era


obtener un “abanico” continuo de puntos de impacto de átomos de plata en la placa
de vidrio en función de la interacción del campo externo y el momento dipolar
magnético del electrón de valencia, como muestra la figura 8 (predicción clásica).
Figura 8: Predicción clásica del experimento de Stern-Gerlach. Los átomos de plata serían
desviados en el campo magnético inhomogéneo debido a su influencia sobre el momento
magnético del electrón de valencia, entregando un abanico de opciones de impacto en la placa de
vidrio receptora.

Sin embargo, el resultado del experimento dejó perplejos a sus realizadores,


ya que solo hubo impacto de átomos de plata en 2 puntos bien diferenciables de la
placa de vidrio, con lo cual se daba por demostrado el postulado de Bohr de la
cuantización del momento angular. A pesar de ello, los investigadores no pudieron
dar una explicación adecuada de este fenómeno.

Figura 9: Comparación entre la predicción clásica y el resultado real del experimento. Este
resultado se tomó como la confirmación de que el momento angular del electrón se encuentra
cuantizado, es decir, solo puede tomar ciertos valores permitidos, discretos.

Una explicación llegó en 1925, cuando dos estudiantes egresados de la


universidad de Leiden en Holanda, Samuel Goudsmit y George Uhlenbeck
postularon una idea basados en el espectro de emisión del hidrógeno y los
postulados de Pauli. Su teoría consistía en que el fenómeno observado en el
experimento de Stern-Gerlach se debía a un nuevo momento dipolar magnético del
electrón, que tendría su origen en el movimiento de giro del electrón sobre su
propio eje, cuyo momento angular bautizaron con el nombre de ESPIN.
En 1927, Thomas E. Phipps y John B. Taylor despejaron cualquier duda de si
los resultados de Stern y Gerlach eran válidos para el átomo de hidrógeno,
realizando una experimentación muy similar utilizando un haz de átomos de ese
elemento. Los resultados fueron consistentes.

En concordancia con las teorías de Pauli y su principio de exclusión,


Goudsmit y Uhlenbeck propusieron un cuarto número cuántico, el número cuántico
de espín (S), el cual describiría este momento angular de espín. Goudsmit y
Uhlenbeck supusieron que este momento angular de espín debía tener
propiedades iguales al momento angular orbital, es decir, era posible conocer su
módulo y su componente en el eje Z. Así mismo, el número de orientaciones
posibles debiese seguir la misma lógica anteriormente revisada. En particular, el
experimento de Stern y Gerlach proporcionó la evidencia de que solo podían
existir 2 orientaciones de S y, por lo tanto, a través de ello podía obtenerse el valor
de este nuevo número cuántico.

Como el resultado del experimento fue de 2 orientaciones posibles, el


número de espín puede tomar valores de +1/2 y -1/2 (+ y – son designados
arbitrariamente). A estas orientaciones se les denominó ESPIN UP y ESPIN DOWN,
respectivamente.
Figura 10: Orientaciones posibles del momento angular de espín para el electrón. Estas
orientaciones son denominadas ESPIN UP (hacia arriba) y ESPIN DOWN (hacia abajo).

Estas dos orientaciones reaccionan de manera distinta y opuesta ante la


influencia de un campo magnético externo. Mientras el estado UP tiende a
alinearse con el campo externo, el estado DOWN toma una disposición antiparalela
en oposición a las líneas de campo externas. Esto trae consigo dos estados
energéticos, siendo el de mayor energía el estado Down ya que involucra un cierto
trabajo mantenerse en oposición al campo externo. Mayor profundidad a este
punto se dará más adelante aplicado al protón de hidrógeno.

Bajo la influencia de un campo magnético externo B, este momento


magnético sufre una fuerza de torque ejercida por él. El momento dipolar
magnético del electrón es un vector dinámico asociado a su momento angular. Por
este motivo, la fuerza de torque que se aplica el campo externo, y que tiene una
dirección perpendicular al plano descrito entre los vectores B y , este último
adopta un movimiento alrededor de las líneas de campo, conocido como
MOVIMIENTO DE PRECESIÓN, que se asemeja al movimiento de un trompo
girando bajo la influencia de la fuerza de gravedad.
Figura 11: Similar a la situación de un trompo girando bajo la influencia de la fuerza de gravedad,
el momento dipolar magnético del electrón precesa entorno a las líneas de fuerza del campo
magnético aplicado.

El movimiento del vector  puede cuantificarse a través de la llamada LEY


DE LARMOR, que nos indica que la frecuencia del vector de momento magnético
alrededor de la líneas de campo externo es proporcional a la intensidad del campo
magnético, y dependiente del tipo de partícula que esté bajo esta influencia.

El término ϖL es conocido como la frecuencia de precesión de Larmor y se


expresa en radiaciones por segundo (rad/s). Debido a que la carga y la masa son
propiedades intrínsecas de una partícula, la expresión q/2m se designa como una
constante de proporcionalidad conocida como CONSTANTE GIROMAGNÉTICA (),
la cual es específica para cada partícula.

Existe una expresión de la Ley de Larmor que permite expresar la


frecuencia de precesión en términos de ciclos por segundo (1/s) o Hertz (Hz) como
sigue:
5. Características del espín nuclear.
La teoría del espín para el electrón de Goudsmit y Uhlenbeck introdujo un
nuevo concepto, el giro de la partícula sobre su propio eje. Sin embargo, los
científicos de la época aún se mostraban escépticos al respecto, principalmente
debido a que el electrón debía girar tan rápido para ello, que los puntos de su
ecuador excederían la velocidad de la luz, situación que la teoría de la relatividad
predice como imposible.

En 1928, Paul Adrien Maurice Dirac, ingeniero eléctrico y matemático


Inglés, logró incorporar la teoría de la relatividad especial de Einstein a la
descripción matemática de la mecánica de un átomo de hidrógeno y ser
congruente con la mecánica cuántica del momento. Su famosa ecuación de Dirac
para el electrón logró incorporar dentro de sus soluciones el espín del electrón de
manera natural, cosa que no era posible en los modelos atómicos anteriores.
Debido a su trabajo, compartió junto a Erwin Schrödinger el premio nobel de física
en 1933.

Debido al trabajo de Dirac, el espín se consideró como una propiedad


intrínseca de las partículas subatómicas, como lo son la carga y la masa, sin tener
una equivalencia con la mecánica clásica, y por lo tanto dejando de lado el
concepto de giro de la partícula sobre su propio eje. Sin embargo, esta propiedad
mantuvo el nombre de espín utilizado en la actualidad.

La generalización de Dirac implica que no solo el electrón tiene un


momento angular de espín, sino que también otras partículas subatómicas como el
protón y el neutrón. Además, en un núcleo constituido por un determinado
número de protones y neutrones, existe un momento angular de espín neto dado
por la interacción de los momentos de espín individuales de protones y neutrones.
Esto trae consigo la posibilidad de un momento nuclear magnético con valor
distinto de cero. A este momento de espín nuclear se le asignó un número, de
forma análoga a lo que vimos anteriormente, el NÚMERO CUÁNTICO DE ESPÍN
NUCLEAR (I) que, a diferencia del electrón, puede tomar valores fraccionarios,
enteros e incluso 0.
Este número cuántico permite entonces determinar el módulo del
momento de espín nuclear (SN) y su componente en el eje Z. Por correspondencia
con lo anterior, existe una relación entre este momento de espín nuclear y su
momento magnético asociado. Para el protón se estima de la siguiente manera:

Donde mp es la masa del protón en Kg y e su carga eléctrica en Coulomb,


igual a la del electrón, pero con signo positivo. Este valor se conoce como
MAGNETÓN NUCLEAR (N), y se considera como la unidad elemental de valores de
momento de espín a nivel nuclear. Al compararse con el valor del magnetón de
Bohr se observa que es varias unidades de magnitud inferior, lo que se debe a que
la masa del protón es aproximadamente unas 1800 veces superior a la masa del
electrón.

El neutrón, eléctricamente neutro y de masa similar a la del protón, posee


también un momento magnético, lo que da un indicio de una composición eléctrica
interior. En la siguiente tabla se resumen las propiedades de ambos nucleones.
Momento magnético
Partícula Espín Nuclear
en unidades de μN
Protón ½ 2.7928456
Neutrón ½ -1.9130418

Al igual que el electrón, el número cuántico de espín es ½ tanto para


protones como para neutrones. Sin embargo los valores de momento magnético
para protones y neutrones libres no coinciden exactamente con lo estimado
previamente, sin hasta el momento tener evidencia clara de porqué puede suceder
esto.

Cuando un núcleo está constituido por una cierta cantidad de protones y


neutrones, su momento de espín neto depende de esta composición, pudiendo
adoptar valores fraccionarios, enteros e incluso cero. En la siguiente tabla se da
una pauta de cómo la combinación de nucleones determina el valor de espín
nuclear.

Nº protones Nº neutrones Espín nuclear Ejemplos


Par Par 0 12C, 16O

Par Impar Fraccionario 17O

Impar Par Fraccionario 1H, 23Na, 31P

Impar Impar Entero 2H

Esto es de máxima relevancia a la hora de establecer si un núcleo es


sensible o no al fenómeno de resonancia magnética. Núcleos con espín nuclear
igual a O no son susceptibles a la influencia de campos magnéticos externos y, por
lo tanto, no son sensibles a la técnica de resonancia magnética. En general, se dice
que los núcleos con espín nuclear mayor a ½ son susceptibles a resonancia
magnética. Sin embargo, técnicamente no es factible observarlos todos.
El número de orientaciones posibles del vector de momento de espín
depende directamente del número cuántico I, al igual que para el electrón, a través
de la expresión N=2*I+1. Cuando un núcleo posee muchas orientaciones posibles,
su señal es más difícil de codificar ya que pueden existir varios estados
intermedios que pueden coexistir al momento de la aplicación de un campo
magnético externo. En la técnica de resonancia magnética se espera que el núcleo
en observación tenga el menor número posible de estados frente a la acción del
campo magnético externo, en este caso 2. Núcleos con espín nuclear ½ calzan
perfecto con esta condición.

El núcleo de hidrógeno es el elegido en la gran mayoría de los estudios de


RM, ya que cumple con la condición de ser susceptible a la influencia de campos
magnéticos externos, posee solo 2 estados posibles (UP y DOWN) y además posee
una gran abundancia en el cuerpo humano, alcanzando un 63% aproximadamente
de abundancia biológica.

¿Cómo se comporta el hidrógeno bajo la influencia de un campo magnético


externo? Al igual que vimos en el caso del electrón, el núcleo de hidrógeno (con un
único protón en su núcleo) posee 2 estados posibles ante la influencia de un campo
magnético externo, UP y DOWN. El estado UP involucra que el momento magnético
nuclear se alinea a favor de las líneas de campo de B y, por lo tanto, representa un
estado de menor energía. El estado DOWN, en cambio, se opone al campo externo,
y, por lo tanto, es un estado de mayor energía. La diferencia de energía (E
expresado en Joules) entre estos 2 estados depende directamente de la intensidad
de campo externo, y puede estimarse a través de la expresión:

̅
Tanto  como h barra son constantes, por lo que la relación solo queda
supeditada a la magnitud de B.

De manera equivalente a lo que sucede en el caso del electrón, la fuerza de


torque ejercida por el campo B sobre el vector de momento magnético nuclear,
genera un movimiento de precesión de éste alrededor de las líneas de campo. La
frecuencia de esta precesión se comporta de acuerdo a la Ley de Larmor.

Cada núcleo susceptible posee una frecuencia de precesión distinta bajo la


influencia del mismo campo magnético externo, lo que está determinado por el
valor de su constante giromagnética específica. A continuación se entregan valores
de constante giromagnética () y frecuencia de precesión (fL) en MegaHertz a 1,5 T
para distintos núcleos sensibles en RM.

Elemento   fL a 1,5 T (MHz)


1H 42,6 63,9
13C 10,7 16,1
14N 3,1 4,6
19F 40,1 60,1
23Na 11,3 16,9
31P 17,2 25,9
39K 2,0 3,0
6. Apantallamiento Nuclear.
Después de lo avanzado cabe preguntarse, ¿influye de alguna manera el
momento dipolar magnético del electrón sobre el del núcleo atómico? La respuesta
es sí, y desde el punto de interés de este curso, la manifestación es conocida como
APANTALLAMIENTO MAGNÉTICO.

Figura 12: Los electrones alrededor de un núcleo son capaces de generar un campo magnético
que se opone a la aplicación de un campo magnético externo (en este caso denominado Ho).

Aunque la frecuencia de RM de un núcleo en una molécula está determinado


principalmente por el valor de su constante giromagnética y la intensidad de
campo magnético, hay una ligera -pero valiosa- dependencia de esta frecuencia con
la distribución electrónica local.

Al momento de aplicar un campo magnético sobre una muestra de átomos


susceptibles, tanto el núcleo como su nube electrónica reaccionarán ante el
estímulo. Esto se traduce en que el campo magnético generado por la nube
electrónica se opone a la aplicación del campo magnético externo. El resultado de
este hecho se manifiesta en que el campo magnético efectivamente percibido por
el núcleo es más débil que el campo externo aplicado, efecto conocido como
APANTALLAMIENTO. A este campo magnético generado por el entorno del núcleo
le llamaremos Bbioq (campo magnético del entorno bioquímico), al cual también
colaboran nubes electrónicas presentes en otros átomos del entorno del núcleo en
observación.

Si consideramos todos los campos magnéticos a los que se ve


sometido un núcleo, podemos mencionar el campo magnético externo B0, el campo
magnético aportado por las gradientes BGRA (el cual será discutido posteriormente
en el curso) y el campo debido al entorno electrónico Bbioq. El campo magnético
efectivo Bef que percibe finalmente un determinado núcleo será entonces:

Los campos B0 y BGRA pueden agruparse en lo que llamaremos campo


magnético externo (Bext). Bbioq es proporcional al campo externo aplicado, y se
relaciona con él a través de la denominada CONSTANTE DE APANTALLAMIENTO
(, que refleja la influencia de este campo local sobre la percepción del campo
magnético externo de un determinado núcleo. Por lo tanto, el Bbioq en función de la
constante de apantallamiento se puede expresar como:

El signo menos refleja la oposición del campo local al campo


magnético externo. A su vez se observa que su magnitud depende de la intensidad
del campo externo aplicado. Resumiendo, el campo magnético efectivo que percibe
un determinado núcleo puede expresarse como sigue:

( )

Si Bbioq fuese 0, el núcleo susceptible percibiría el campo externo


aplicado completamente, debido a la ausencia de constante de apantallamiento. Sin
embargo, a medida que se manifiesta un Bbioq, su constante de apantallamiento
reduce la percepción del núcleo susceptible de la intensidad del Bext aplicado.

7. Desplazamiento Químico (Chemical Shift).


El apantallamiento nuclear dispersa, en un intervalo espectral
estrecho, la frecuencia de los núcleos de un mismo elemento químico en
“entornos” electrónicos diferentes en una misma molécula. Este efecto recibe el
nombre de DESPLAZAMIENTO QUÍMICO.

Si recordamos la Ley de Larmor, la frecuencia de precesión depende


de manera directa del campo magnético al que es sometido un núcleo. Si existen
variaciones, por pequeñas que puedan ser, en el campo que perciben núcleos del
mismo elemento ubicados en distintas posiciones de una molécula, y por ende con
distintos entornos electrónicos, su frecuencia de precesión en respuesta a ese
campo externo presenta diferencias. Por lo tanto, la frecuencia de precesión
incluyendo el efecto del entorno bioquímico queda expresada de la siguiente
manera:

( )

Expresado en radianes/segundo. La expresión para ciclos por


segundo o Hertz es la siguiente:

( )

Dado que las constantes de apantallamiento son números muy


pequeños, la práctica común es expresar el desplazamiento químico como una
magnitud relativa, definida en términos de la diferencia en frecuencia de
resonancia entre el núcleo de interés y un núcleo de referencia, expresada en
partes por millón (ppm), también denominadas para este caso UNIDADES DELTA
():

Donde fmuestra representa la frecuencia de precesión de la muestra de


interés, y freferencia la del núcleo utilizado como referencia, ambas expresadas en
Hertz.

La señal de referencia se obtiene añadiendo a la muestra una


pequeña cantidad de una sustancia empleada para tal fin. Para RM de 1H y 13C la
referencia usada con mayor frecuencia es Tetrametilsilano o TMS (figura 13). Esta
es una molécula inerte, que no se encuentra en los tejidos biológicos, soluble en la
mayoría de los disolventes orgánicos, y da un peak de resonancia marcado y
simple de sus 12 protones idénticamente apantallados. Además, tanto los núcleos
de 1H como de 13C están en esta molécula fuertemente apantallados, así que sus
resonancias caen en la región terminal de baja frecuencia, por lo que la mayoría de
los desplazamientos químicos con respecto a ella son positivos (figura 14).

Figura 13: Molécula de Tetrametilsilano. Posee sus 12 átomos de Hidrógeno fuertemente


apantallados y de manera homogénea.
Figura 14: Gráfico de apantallamiento que muestra la posición en el origen (valor 0) del peak de
lectura para la molécula de TMS.

El gráfico de la figura 14 representa la ubicación de los núcleos de


hidrógeno (en ppm) con distintos grados de apantallamiento magnético. En el 0 se
ubica la sustancia de referencia (TMS) y hacia su izquierda se van ubicando los
núcleos que presentan un menor apantallamiento y, por ende, una mayor
frecuencia de precesión (expresada en Hz en el gráfico) debido a que se ve
incrementada su percepción del campo magnético externo. El área bajo la curva
representa la cantidad de núcleos que presentan ese rango de desplazamiento
químico. En la siguiente figura se resumen los cambios de apantallamiento que
poseen los núcleos de una muestra según su ubicación con respecto al TMS.

Figura 15: Cambios de apantallamiento de acuerdo al desplazamiento químico de un núcleo de


hidrógeno con respecto a la referencia TMS.

Una característica importante de los desplazamientos químicos


estimados mediante unidades delta es que la diferencia entre 2 núcleos de
hidrógeno con distintos entornos bioquímicos no varía al modificarse la intensidad
de campo magnético externo. Al ser una escala relativa basada en una frecuencia
de precesión de referencia, el desplazamiento químico expresado en ppm se
mantiene constante al utilizar distintos campos magnéticos externos. No ocurre de
igual manera cuando cuantificamos los desplazamiento químicos en frecuencia de
precesión absoluta. Para una determinada diferencia de unidades delta entre dos
núcleos, la diferencia de precesión entre ellos depende de la magnitud de la
frecuencia de precesión central (f0), es decir, la frecuencia de precesión ante el
campo magnético externo sin el efecto del apantallamiento. Debido a que f0
depende directamente de la magnitud de Bext (de acuerdo a la ecuación de
Larmor), el desplazamiento químico expresado en términos de la frecuencia de
precesión absoluta entre dos núcleos es proporcional a su intensidad de campo.
Esta diferencia se puede estimar a través de la siguiente expresión:

Donde ∆f es el desplazamiento químico entre 2 núcleos expresado en


términos de frecuencia de precesión en Herts, δ es el desplazamiento químico
expresado en ppm y f0 es la frecuencia central de precesión (MHz) a un
determinado campo magnético externo.

Si, por ejemplo, se establece un desplazamiento químico entre tejido


graso y agua en 3,5 ppm (δ), y se trabaja en un magneto de 1,5 T con una
frecuencia de precesión central de 63,9 MHz, el desplazamiento químico expresado
en términos de frecuencia de precesión será de 224 Hz aproximadamente.

El desplazamiento químico es la base para la técnica de


ESPECTROSCOPIA POR RM, en el que se puede determinar la presencia y
concentración de metabolitos, más frecuentemente a nivel cerebral (figuras 16 y
17). Sin embargo, también puede producir efectos no deseados en la imagen como
el denominado ARTEFACTO DE DESPLAZAMIENTO QUIMICO que será tratado más
adelante en el desarrollo de este curso.

Figura 16: Tabla de valores de desplazamiento químico para núcleos de hidrógeno en metabolitos
observables en espectroscopia cerebral.

Figura 17: Representación gráfica en un espectro de distintos metabolitos observables en


espectroscopia cerebral. Se muestra el cambio de una situación metabólica estable (A) y un cuadro
de acidemia encefalopática propiónica. Observe que los desplazamientos químicos están
expresados en ppm, reflejando el grado de apantallamiento de los núcleos de hidrógeno presentes
en cada uno de los metabolitos señalados. Glx, glutamina + glutamato; Ins, mio-inositol; Cre,
Creatina; NAA, N-acetilaspartato; Lac, ácido láctico.
Lo revisado en este apunte sobre el origen del espín nuclear servirá
de base para los siguientes contenidos a desarrollarse en el curso, tales como la
revisión de las propiedades magnéticas de la materia y los tópicos referidos a los
procesos de equilibrio magnético, excitación y relajación nuclear.

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