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Roxin 2007 esLaProteccinDeBienesJurdicosUnaFinalida PDF
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NEOPANOPTICUM
Derecho, criminología y ciencias sociales
http://neopanopticum.wordpress.com
¿ES LA PROTECCIÓN DE BIENES JURÍDICOS
UNA FINALIDAD DEL DERECHO PENAL? *
Claus Roxrn "
Traducción del origina! «Rechtsgüterschutz ais Aufgabe des Strafrecbts?» realizada por
Iñigo Ortíz de Urbina Giraeno.
" Este texto reproduce el contenido de una conferencia que di en Perú y Colombia en octu-
bre y noviembre de 2004. Tal viaje fue el motivo por el que no pude participar personalmente en
eí simposio celebrado conocastán det 60 cumpleaños de Bemd SCHÜNEM^N. Quería cuando
menos participar en la recopilación de textos en honor de quien hace tiempo fue mí asistente y
discípulo y hoy en día es un amigo y colega al que me sienta estrechamente unido tanto personal
como científicamente. He escogido esta conferencia porque tiene que ver con los esfuerzos de
SCHÜNEMAWN por reanimar la teoría del bien jurídico corno instrumento de crítica de la legislación,
al tiempo que refleja nuestro trabajo sobre las cuestiones fundamentales de la dogmática, que en
muchos aspectos apunta en el misma sentido. Debido a graves circunstancias personajes me he
visto obligado a abandonar el plan inicial de presentar a los lectores alemanes una versión algo
distinta del texto, de modo que he mantenido el estilo «internacional» de conferencia del escrito
original. Espero que el homenajeado amablemente considere mi contribución, también en este
formato, como un modesto homenaje de su antiguo «jefe».
444 CLAUS ROXIN
3
Begründung Jes Regierungsentwurfs [«Justificación <lel Proyecto Gubernamental»], 1962,
p. 376.
* H I R S C H , FS Spinel lis, 2 0 0 1 , pp. 425 ss.,436, 445.
5
STRATENWERTH, FS Urtckner, 1998, pp. 377 ss„ 378 v 388.
" STRATENWERTH, en HEFENDEHL/VON H E R S C H / W U H L E R S (nota 1 ) , pp. 2 9 9 ss.
1
Me limito aquí a su último y más detallado tratamiento del tema; «Was schützt das Stra-
frecht: RechtsgCter oder Normgeltung?», en FS Saito, 2003, pp. 17 ss. El artículo apareció pre-
viamente en castellano en Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penal, núm. 1, 2000.
pp. 154 ss.
446 CLAUS ROXIN
cual por bien jurídico no hay que entender otra cosa que la finalidad de
la ley, la ratio legis. Este concepto de bien jurídico ha de rechazarse,
porque no dice nada que vaya más allá del por lo demás reconocido
principio de interpretación teleológica.
VI. ¿Cuáles son las concretas prestaciones que puede ofrecer tal
concepto liberal, personal y crítico con la legislación? ¿Qué límites
impone al legislador? Éste es un tema muy amplio que realmente sólo
puede tratarse en un libro, ya que uno debería revisar numerosos pre-
ceptos penales, tanto alemanes como extranjeros, y analizarlos minu-
ciosamente para comprobar su compatibilidad con las exigencias del
principio de protección de bienes jurídicos aquí propuesto. Como ello
no puede hacerse en este marco, me conformaré con apuntar las ideas
directrices.
En primer lugar, resulta claro que son ilegítimas aquellas normas
penales que vienen exclusivamente motivadas por la ideología o aten-
tan contra los derechos humanos y fundamentales. La punibilidad de las
manifestaciones contrarias al régimen, por ejemplo, atentaría contra la
libertad ideológica, la punibilidad del matrimonio de personas de dife-
rente raza atentaría contra el principio de igualdad. Ambos principios se
incluyen en la Constitución alemana y son así mismo internacional men-
te reconocidos, de modo que vinculan al legislador.
En segundo lugar, la mera delimitación de la finalidad de la ley no
constituye todavía un bien jurídico. Sin entrar en los detalles, tomaré
dos ejemplos del Derecho alemán. Éste pune la adquisición de peque-
ñas cantidades de hachís para consumo propio 18 y el tráfico de órganos
con fines de trasplante 19. Cuando se afirma, como a menudo se hace
entre nosotros, que en el primer caso se protege el bien jurídico «socie-
dad sin drogas» y en el segundo la «preservación de las donaciones de
órganos de consideraciones comerciales», resulta claro que esto no es
suficiente para legitimar el precepto 20 . La razón está en que con ello
sólo se indica lo que quería el legislador. Lo importante es, sin embar-
go, si se ve perjudicada la coexistencia libre y pacífica de las personas,
y esto es algo que ha de negarse cuando los excesos puedan evitarse
mediante controles estatales.
En tercer lugar, la mera ilicitud moral no basta para justificar una
disposición penal. En tanto no lesione la libertad y la seguridad de
nadie, no lesiona un bien jurídico. Al inicio del artículo ya he puesto
ejemplos al respecto.
18
§29 de la Beiaubungsmiuelgeseiz [Ley de Estupefacientes]
" §§ 17 y 18 de la Transplantionsgeseiz [Ley deTrasplantes].
20
Al respecto, HHFENDEHL (nota 1), p. 52: «La punición de la mera inmoralidad contradiría
los principios básicos de la constitución, en su encamación en los principios democrático y de
Estado de Derecho».
450 CLAUS ROXIN
29
H O M M E U Des fíerrn Marquis von Beccaria unsíerbiiches Werk von Verbrechen und Slra-
fen. Hommelische Vorrede, 1778; reimpresión, Berlín, 1966, p, 15: «Casarse con la propia herma-
na es un pecado para los cristianos, pero no un ilícito civil. Sólo puede considerarse delito o ilícito
aquello mediante lo cual injurio a alguien. Éste es el único objeto de las leyes penales civiles»
30
Así por ejemplo, eh el ya mencionado § 130 y en el § 166 SiGB [«Desprecio a las creen-
cias, a las entidades religiosas y a las asociaciones ideológicas»] Con mayor profundidad sobre
los delitos de protección de la paz, H E F E N D E H L (nota 1), pp. 284 ss.
JI Esta apertura A-la-DRÉCUSITNR^racional e í vista con "razón'por Mm P U I G , GA, 2 0 0 3 ,
pp. 863 ss. {p 866) precisamente como una ventaja del concepto de bien jurídico.
¿ES LA PROTECCIÓN DE BIENES JURÍDICOSLINAFINALIDAD-, 453
a ser nulo la trataré aquí sólo con unas breves referencias a la situación
en Alemania, ya que se trata de un tema constitucional que puede deci-
dirse de forma distinta en uno u otro país.
VIH. Por lo que respecta al Derecho alemán, hasta la fecha nues-
tro Tribunal Constitucional no ha elevado la aptitud del precepto para la
protección de bienes jurídicos a la categoría de condición de su validez.
Ello ha encontrado además amplio acuerdo en las monografías al res-
pecto 32, a pesar de que, tal y como se explicó al principio, la restricción
del Derecho penal a la protección de bienes jurídicos puede inferirse
plenamente de las bases filosófico-políticas de la democracia parlamen-
taria. Este desdén por la potencia crítica del principio de protección de
bienes jurídicos 33 ha contribuido determinantemente a su desatención
por la literatura doctrinal y el legislador alemán.
Sin embargo, existen puntos de contacto que permiten la recepción
constitucional de la idea de protección de bienes jurídicos. El Tribunal
evalúa la admisibilidad de las intervenciones penales conforme al prin-
cipio de proporcionalidad, una de cuyas manifestaciones es la denomi-
nada «prohibición de exceso» [Übermasrverbot]. Se podría afirmar sin
más que un precepto penal que no protege bien jurídico alguno es nulo
por constituir una intromisión excesiva en la libertad de los
ciudadanos 34. Por supuesto, a la hora de enjuiciar si un precepto penal
se puede considerar un instrumento útil para la protección de bienes
jurídicos habrá de concederse un margen de apreciación al legislador.
Pero cuando no pueda encontrarse una fundamentación seriamente
defendible, la consecuencia tendrá que ser la nulidad de semejante nor-
ma penal «desproporcionada». El futuro mostrará en qué medida logra-
rán imponerse las anteriores reflexiones.
IX. El principio de protección de bienes jurídicos no puede ser
considerado el único criterio paTa la legitimación de los tipos penales.
En la doctrina jurídicopenal alemana se discute intensamente sobre la
justificación democrática de la tendencia de nuestro legislador a adelan-
tar la intervención penal a estadios previos a la lesión del bien jurídico.
Así por ejemplo, la conducción bajo los efectos del alcohol se punel
incluso cuando no ha ocurrido nada 35 , y la punición por estafa consun
mada de seguro tiene lugar ya cuando uno hace desaparecer su propie-i
dad para lüegó declararla como robada ante el seguro 36 .
12
L A G O O N Y , Sirafrechi vor den Schranken der Grundreckte, 1 9 9 6 ; A P P E L , Ver/asswtg und
Strafe, 1998; STACHELIN,Strafgeseiigebnng tm Verfassungsslaai, 1998.
3Í
S C H U N E M A N N , en H E F E N D E H I / V O H H I R S C H / W O H L E R S (nota i), pp. 1 3 3 ss. (p. 1 4 5 ) .
14
En este sentido, S T A C H E L I N (nota 3 2 ) , pp. 1 6 3 - 1 6 5 , H A S S E M W , en Hbfenoí-hiJvon
H L R S C H / W Q H L E R S (nota 1 ) , pp. 5 7 ss. (p. 6 4 } . De manera profusa sobre la proporcionalidad, como
un «límite constitucional negativo», HEPENDEKL (nota 1 ) , pp. 8 3 ss.
« §316 StGB.
* § 265 StGB.
454 CLAUS ROXIN
37
Las más importantes de entre las últimas monografías son: H E R Z O G . GeseiUchafikchc
Unsicherheit und sirafrecfvliche Daseinsvorsorge. Studien zur Vorveriegung des Strafrechtss-
hurtes in den Gefdhrdungsbereich, 1 9 9 1 ; ZIESCHANG, Die Gefakrditngsdelikte, 1 9 9 8 ; WOHLERS,
Delikxstypen des Prdventionsstrofrechis, 2 0 0 0 , HEFENDEHL (nota 1 ) .
38
HIRSCH -FS-SpinelfcrVOO 1 RPPR425-SSR(PP74 30-431).
M
ROHN, Strafrechi. AT, v a l . 1 , 3.A ed., 1 9 9 7 , § 2 , núm. 1 s s .
¿ES LA PROTECCIÓN DE BIENES JURÍDICOSLINAFINALIDAD-, 455
Además, HIRSCH piensa que del concepto de bien jurídico «tan sólo
se desprendería qué es jurídicamente relevante y qué no, y esto no es un
problema específico del Derecho penal». Sin embargo, sin duda es un
problema penal determinar si hay que derogar o introducir una prohibi-
ción penal en los casos en los que no hay lesión de un bien jurídico, y
ello no cambia por el hecho de que de tal circunstancia también se des-
prenda la cuestión de la legitimidad de la intervención para otras ramas
del ordenamiento. En mi opinión, el hecho de que no exista una lesión
de bienes jurídicos tampoco impide terminantemente que los estándares
culturales comúnmente admitidos de ciertos países puedan ser protegi-
dos mediante el Derecho administrativo. El que los norte-europeos
tomen el sol completamente desnudos en las playas del sur de Europa o
anden en bañador por las zonas residenciales no puede ser objeto del
Derecho penal. Pero la población autóctona tampoco tiene por qué
aguantarse cuando ello atente contra su concepción del decoro. La
regulación por medio del Derecho administrativo (por ejemplo, la deli-
mitación de las zonas nudistas y la prohibición de ir en bañador por las
zonas residenciales o en los locales de la ciudad) debería permitirse y
poder imponerse mediante sanciones no penales.
A fin de cuentas, H I R S C H 4 0 recurre al principio constitucional de pro-
porcionalidad para imponerle límites al legislador. Lo vincula sobre todo
con el principio de subsidiariedad, pero añade que la «legitimidad de la
incriminación sólo deja de existir en aquellos ámbitos de conducta que no
ofrecen motivo alguno para su omisión». Si se interpreta esta peculiar
formulación en el sentido de que no existe «motivo» para la «omisión»
de la conducta cuando su prohibición no protege bienes jurídicos, la con-
cepción de HIRSCH y la mía son perfectamente compatibles.
4]
2) STRATENWERTH no rechaza completamente el concepto de bien
jurídico, aunque piensa que encontrar una definición aceptable de éste
es una tarea «irrealizable» 42 . Por el contrario, entiendo que la descrip-
ción ofrecida en esta conferencia ofrece una base sobre la cual poder
trabajar, aun cuando pueda necesitar ser mejorada.
Además de ello, S T R A T E N W E R T H entiende que hay que proteger penal-
mente «tabúes culturales» 43 y «algunas normas de conducta elementa-
les» 44, aun cuando su infracción no suponga lesión de bien jurídico
alguno. De otra manera no podría explicarse la punición de las conduc-
tas sexuales en público o un tipo penal tan dudoso como el incesto entre
adultos 45 . Es cierto que los anteriores tipos chocan con el principio de
40
HiRscir, FS Spinellis, 2001. pp. 425 ss. (p. 434).
41
STR,CENWERTH, Lenckner, 1998, pp. 377 ss.
« ¡bid. <p. 388).
" lbid.{p.389).
/¿>i<¿. <p.390j.
4S
ibid. <pp. 389 y 390).
456 CLAUS ROXIN
46
STRATENWERTH.en HEFENDEHLVVON H I R S C H / W O H L E R S {nota 1), pp. 299 ss.
47
STRATENWERTH,FS Lenckner, 1 9 9 8 , pp. 3 7 7 ss. ( P . 3 8 6 ) .
44
STRATENWERTH, en la conferencia «Zukunftssicherung mit deti Mittein des Strafrecths»,
ZSiW 105 (1993),pp. 679 ss.
49
De acuerdo (al menos para la protección de! futuro), SCWÜNEMANN, en S C H Ü N E M A N N / M O -
LLER/PHILIPPS (eds.). Das Adenschenbiid un welxweuen Waitdel der Grundrechte, 2 0 0 2 , pp. 3 ss.
50
Art. 20a de la Ley Fundamental -
51
FS Salta, 2 0 0 X p p ~ I y l a s c i f a s ya mencionadas supra, apdo. IV.
« Ibid (p. 34).
¿ES LA PROTECCIÓN DE BIENES JURÍDICOSLINAFINALIDAD-, 457
,a
Vid. supra, apdo. V.
« FS Satín, 2 0 0 3 , pp.
JAKOBS, 17 ss. (p. 27).
« [bid, (p. 26).....
61
Ibid. {p. 27).
" ibid. (p. 27).