Está en la página 1de 2

Elminación de México en Sudáfrica 2010

Hoy está de moda hablar sobre el Mundial y sobre la participación de México en el mism
o. Después de leer muchas cosas (bueno no tantas) y de escuchar varias opiniones p
oco más o menos similares y algunas completamente opuestas, me he puesto a pensar
en la realidad de las cosas.
Como diría Morpheus en The Matrix, “¿Qué es la realidad? ¿Cómo defines ‘realidad’?” ¿La rea
México está reflejada en el desempeño de su equipo de fútbol? ¿El desempeño de la selección
cional es reflejo del estado del fútbol que se juega en este país?
Creo que ninguno de los casos es verdad.
La realidad de las cosas es que si el equipo mexicano hubiera ganado a Sudáfrica o
a Uruguay, hubiera tenido un camino “más fácil” hacia adelante en el mundial. Todo indi
ca que se hubiera enfrentado al equipo coreano al cual quizá le hubieran ganado y
por lo tanto estaría clasificado a la ronda de cuartos de final. ¿Eso significa que
el equipo es distinto? Por supuesto que no. Hubiera sido exactamente el mismo eq
uipo enfrentado ahora posiblemente a Ghana de haberse comportado los demás partido
s igual. Y si le ganaban a Ghana, estarían enfrentando a Holanda o Brasil en la se
mifinal. ¿Y luego?
Algo francamente maravilloso acerca de este tipo de competencias, aunque a veces
nos cueste trabajo aceptarlo, es el hecho de que reflejan de algún modo la crudez
a de la vida. ¿Fue justo el gol que le adjudicaron a Argentina? Por supuesto que n
o, pero si el caso hubiera sido al revés y le hubieran dado un gol a México por un e
rror similar no nos estaríamos quejando tanto.
Admiro la franqueza de un Tévez que reconoce el fuera de lugar, sin embargo no es
su papel “hacer” justo el juego. Esa es la tarea de los árbitros y en eso merece todo
el peso de las críticas, boicots y cualquier clase de manifestación encuerados o ves
tidos ante una FIFA que se niega a reconocer que su papel va más allá de seguir apli
cando un reglamento que se usó con modificaciones casi nulas desde hace casi 100 año
s.
Recuerdo con cierta regularidad el consejo de mi hermano cuando estaba punto de
entrar a la universidad: “Elije al maestro al que todos le tienen miedo. Si hay un
o que tenga fama de maldito y que nadie pasa con él, es con quien tienes que inscr
ibirte.” Si obtengo un 10 con un maestro barco y obtengo un 10 con un maestro exig
ente, ¿cuál vale más?
¿Por qué razón queremos “hacerle fácil” el camino a la selección pensando que es mejor enfr
ar a equipos centroamericanos o asiáticos, o ya de perdida algún europeo “nuevo” que a l
os que históricamente son los mejores del mundo?
¿Qué tal sabe el triunfo ante Francia? Ah pero eso sí, muchos eruditos del fútbol inmedi
atamente salieron a decir: “Pero esta Francia no es la Francia de Zidane que ganó la
copa del mundo.” De acuerdo. Entonces no pensemos que México hace un buen papel por
llegar a cuartos de final ante equipos “menores” y hace un mal papel por haberse qu
edado en octavos después de haber enfrentado a un serio candidato al título del mund
o.
“La mejor selección es la que gana el mundial”. Sí como no. ¿Fue mejor Argentina que Ingla
terra en México ’86? ¿Fue mejor Francia en ‘98 que Brasil? ¿Fue mejor Inglaterra que Alema
nia en ’66? Esto por sólo hablar de los campeones, pero vemos todo el tiempo que no
siempre el mejor es el que gana. Gana el que sabe aprovechar mejor las circunsta
ncias, algunas veces el que se ve favorecido por errores humanos y algunas veces
por dolo.
Hoy en la mañana uno de los comentarios más frecuentes que escuché es el “me siento tris
te”. La verdad es que yo no me sentí triste. Por supuesto que me dio mucho coraje lo
sucedido, sin embargo mi estado de ánimo no está dictado por el resultado de un par
tido, por afín que sea con los participantes.
Ahora, cuando hablamos de responsabilidades, eso sí es otra historia. Los que son
responsables del fútbol, queda claro desde hace mucho que han manejado perfectamen
te mal las cosas. México es un constante en los mundiales y en los últimos 5 (casi 7
de no ser nuevamente por una estupidez política) ha estado en las segundas fases.
No pueden decir lo mismo todos los otros países, incluyendo a algunos campeones m
undiales.
En este país las cosas no se hacen de la forma correcta y esto no es privativo del
fútbol. Ahí tienen las obras que se hacen rápido rápido para que estén concluidas antes d
el sexenio. Ahí tienen los impuestos que quitan y ponen y nadie entiende de qué se t
ratan. Ahí tienen las reglas que se ponen y que después hay que dar semanas, meses y
hasta años de prórrogas.
Vivimos en una sociedad en donde todo es culpa de los demás (especialmente del gob
ierno) y en donde nadie asume la responsabilidad de lo que le toca. En mi genera
ción era muy común que al increpar a alguien en la escuela (o en cualquier otro luga
r básicamente) sobre por qué tiraba basura al suelo, la respuesta era: “Estoy creando
fuentes de empleo”.
En eso sí somos buenísimos, en inventar justificaciones. Curiosamente ni siquiera a
nosotros mismos nos convencemos de eso y todos sabemos que estamos mal cuando no
s pasamos un alto, cuando nos estacionamos en un lugar prohibido nomás porque los
demás lo hacen.
¿Cuántos no dejan su casa “patas arriba” asumiendo que la persona que nos ayuda a hacer
el aseo lo va a arreglar? ¿Qué dice de nosotros el hecho de que no nos molestemos si
quiera a llevar los platos al fregadero nomás porque “mamá siempre lo hace” o porque “eso
le toca a las viejas”?
Pero eso sí, “pinche Guille Franco que no mete el gol”. Lo cual por supuesto no le qui
ta lo pinche, pero tampoco me hace a mi mejor que él.
Desde que tengo memoria, casi siempre en cualquier torneo Alemania ha sido mi eq
uipo favorito, por encima de vínculos sentimentales con España, Inglaterra o muchos
otros. Hasta hace poco en realidad comprendí la razón: Siempre me ha parecido que Al
emania juga realmente como equipo. Incluso si llega a haber estrellas como Balla
c, Matthaus, Klinsmann, Vöeller o Beckenbauer, logran lo que logran, a mi muy pers
onal manera de ver las cosas, porque realmente funcionan como equipo. Con altas
y bajas pero en general lo logran y por ello, más allá del fútbol, son una nación admira
ble que ha sido capaz de levantarse de las cenizas, contra todo y lograr en muy
poco tiempo lo que muchos creíamos imposible.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Si se aprende de los errores, México d
ebería de ser el país con más experiencia política, económica, social y futbolística del pl
neta. Si se aprenden de los éxitos, ¿por qué no hemos tenido más personalidades mundiale
s que unos cuantos deportistas como Raúl Ramírez, Soraya, el Tibio y Ana Guevara? ¿Será
que a todos se los lleva la chin…política?
No. Creo que más bien se debe a la inercia que lleva este país desde antes que fuera
un país.
Cuando pensamos en historia, casi siempre decimos “pobrecitos de nosotros que vini
eron los españoles y nos conquistaron”. Carajo, en esa época no existía México. El México “
ica y socialmente” como lo conocemos ahora tiene menos de 200 años.
“Es que los gringos nos quitaron la mitad de nuestro territorio”. Nuevamente, en esa
época no existía el país que ahora vemos como México, e incluso así, los gringos no hicie
ron lo que hicieron simplemente porque se les ocurrió.
Nos vivimos lamentando nuestra suerte cuando no hemos comprendido que nuestra su
erte nos la forjamos nosotros mismos.
¿Qué imagen tienen los países extranjeros sobre el mexicano? Seguro que ya pensaron en
un indito durmiendo bajo el nopal envuelto en zarape y con un sombrero tapándole
la cara ¿verdad? O pensaron en un charro bigotón (bueno, más bien medio lampiño) echando
balazos y diciendo majaderías. Da coraje ¿verdad? Pero ¿qué tal los mexicanitos que se
mearon en el monumento al Soldado Desconocido durante el mundial de Francia? O a
los que justo hace poquito en Sudáfrica nos hicieron quedar muy bien “adornando” una
estatua de Nelson Mandela.
Esa es la imagen que seguimos exportando porque así continuamos comportándonos como
país.
¿Qué imagen tienen de los gringos? ¿Ingleses? ¿Alemanes? ¿Japoneses? Seguro que es una ima
gen muy distinta.
Maradona armó un borlote porque dijo que en la foto de la FIFA se ve gordo, greñudo
y feo. ¡Pues es que así eres!
¿Qué imagen tienes de ti mismo? ¿Qué imagen tienen de ti los demás? ¿Te gusta?
Si te gusta, felicidades, estás haciendo las cosas bien. Si no te gusta, ¿qué esperas
para cambiarla?
René Alvarez.

También podría gustarte