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AMANECE

Amanece.
Vuelve a ser demasiado;
otro día en que exponer la luz
del sol a la rutina
y viceversa, a ver quién gana horas
cuando el horario es algo
informe que envejece las arrugas
que te quedan por planchar.

El rojo desentona,
por color, por pasional,
por teñir la ilusión
con de un tono diferente
para que siempre acabe
en lo mismo:
el final de una historia
en blanco y negro
que nunca debió empezar.

La desidia, llueva a mares


a diario, y ya todo el mundo
sabe de sobra que viene
de la sobreexposición continuada
al amor o a la soledad
que a veces
nos imponemos las personas.

Así que ahora resígnate,


cree en cuentos chinos
de princesas que hablan ruso
aprende a odiar de la misma
manera en que te prometieron
que te amarían
y vive.
Vive por otra persona
si no encuentras la tuya,
duerme en la cama
de quien todavía tiene sueños,
y no permitas que amanezca,
que amanezca y te obliguen a despertar.

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