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AHORA ES INEVITABLE

Ahora ya es inevitable.
Un rayo de luz cruza tu frente
y sigues sin sospechar nada
de lo que puede llegar a suceder.
Te adelanto que vas a crecer
y a vivir, y que vas a ansiar
crecer y vivir deprisa,
quemar el tiempo como
si de un rastrojo se tratara
y soplar la ceniza para no dejar ni rastro.
También sé que pasarán los años
y te darás cuenta de que el tiempo
se escapa, que no es más que una mentira
pagana por la que tener fe.
Desearás, (de esto estoy seguro)
calmar el devenir,
ser ascua que vuelve a prender,
tener una anécdota por contar
para saber que has vivido mucho menos
de lo que te queda por vivir.

Ahora ya no hay marcha atrás.


Enrojeces por sonreír,
y creerás ser un niño
cuando te vuelva a suceder;
tendrás ardores en las mejillas
cuando ella se acerque
y creerás que sólo existen los momentos
en los que sabes que más y mejor existes tú.
Porfiarás entonces por un castigo
que crees no merecer,
sentirás que por fin eres el centro
del mundo cuando te eches a un lado,
y tardarás en comprender
que has de recuperar tu lugar,
la linde que te saque de ese lado marginal.
Seguramente te plantearás a esta altura del poema
el porqué seguir leyendo,
cuando nunca te han gustado los consejos
y, cargado de razón,
piensas en arrojarlos al fuego
que añorará tus cenizas.
Sin embargo sigues con otro verso
como seguirás con la vida
el día en que el poema salga enrevesado,
y lo haces, como todos,
por saber cómo será el final,
ese que soñaste un día llegaría
mientras soplabas las pavesas de la juventud.

Ahora ya sabes que nadie espera.


Que se van de tu lado
mientras perdura la memoria
y el recuerdo, ese vil compañero
que tan mal sale en las fotografías.
Y sabrás seguramente cuando leas
el poema las cosas que en él se dicen,
y habrás descubierto ya por fin
que no eres especial,
que sólo eres uno más
que peca, disiente,
y hace las cosas que juró nunca haría.
Por eso mismo volverás sobre él,
cuando la vida se muestre esquiva
y te ningunee con esa fea costumbre
que tanto le caracteriza.
Volverás sobre estas líneas, decía,
para saber que un día te escribieron,
que creyeron en ti,
que te imaginaron,
que supieron que te equivocarías
y que es por esa equivocación
por lo que quizá tengas ahora que pensar,
que siempre serás especial,
mientras sueñes que te entienden las palabras.

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