Está en la página 1de 2

LAS GANAS DE INTEGRARTE

Suele aparecer en domingo,

En ese momento en que las últimas horas de luz

Logran que el sinsentido desgaje la memoria

Y hacen que al pretérito le dé por preguntar

Por qué la vida no se vive,

Sino que espera a ser vivida

Mientras terminas de porfiar.

Suele morir con las obligaciones,

Esa tarea distintiva que te aleja de la adolescencia,

Único tiempo en que de ser tan humanos

Nos volvemos tan distintos.

Suele, en esencia, echarse de menos

El momento que más anhelaste que pasara,

El pasillo interminable de un instituto

Que, de grotesco, te convirtió en lo que

Por momentos supiste esquivar.

Y ahora pretendes aclararte para confesar

Que el saberse diferente y sentirse lo mismo,

El sentirse distinto y querer ser un igual,


No era más que un pecado

Que otro tenía que pagar,

Y es que cuando no sabes bien dónde está el pringado

es porque lo eres tú.

Y quizá ya tan tarde te arrepientas

De haber sido malvado y tendencioso,

Pero pronto huye el pensamiento

Como la última luz de domingo,

Con la excusa de que el daño que hiciste tú

Ha sabido devolvértelo la vida,

Haciendo que anochezca,

obligando al lunes de mañana

E impidiendo que ya nadie

Te devuelva el acné

Ni las ganas de integrarte.

También podría gustarte