Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Novela
Cuento
La novela destaca de otras obras de su época y género por su estructura narrativa. Según
el filólogo Roger M. Peel: “En el contexto de tales figuras (Rulfo y Fuentes), García Márquez
ha sido llamado un anacronismo.
Sus novelas y cuentos son sencillos y directos, en comparación. Las dificultades de Cien
años de soledad son provocadas más bien por el vasto reparto de personajes y el gran
alcance de sus cien años que por la fragmentación del argumento o a la manera de tratar
el tiempo; en rigor, es una de las pocas novelas recientes que se desarrollan
cronológicamente, lo cual contrasta directamente, por ejemplo, con Pedro Páramo”.
El narrador de la novela es omnisciente y presenta los hechos, sean trágicos o alegres, sin
pasar juicios ni distinguir entre hechos reales y fantásticos.
Pero además de este narrador externo, hay otro interno: los pergaminos. "Pero quien
verdaderamente escribe la historia es el Narrador Segundo, cuyo relato se ve envuelto en
la consideración histórica de tiempo del Narrador Primero", dice la filóloga chilena Ana
Pizarro, en "De la ficción a la historia Cien años de soledad".
"Se trata de Melquíades, aquel que posee las claves de Nostradamus y que, conociendo la
determinación que pesa sobre la estirpe, cifrará su historia. El desciframiento de estos
manuscritos por Aureliano Babilonia coincide con la extinción de la estirpe, dibujando un
juego temporal que se cierra casi en redondo, y donde el ciclo de la existencia recorre las
instancias del nacimiento, desarrollo, auge y destrucción".
La circularidad aparece dentro de la narración lineal en la repetición de nombres, desgracias
y vidas destinadas a la tragedia y la soledad. Hasta el personaje de Úrsula cuya vida
extraordinariamente larga se extiende por casi la novela entera— se percata de estos ciclos.
"Con la comprobación de que el tiempo no pasaba, como ella lo acababa de admitir, sino
que daba vueltas en redondo", dice la novela.
Tiempo y espacio:
La novela tiene lugar en Macondo, aldea fictica basada en Aracataca, un pueblo pequeño
en el norte de Colombia, donde García Márquez vivió su infancia. La historia se extiende
por unos cien años, como sugiere el título, y se la puede ubicar en la segunda mitad del
siglo XIX y la primera mitad del siglo XX por las referencias a acontecimientos históricos en
Colombia (guerras civiles y la masacre de trabajadores de la Bananera) y por los inventos
que llegan a Macondo, como el gramófono y el cine.
Estilo:
El lenguaje es natural, sobrio y descriptivo. Algunos críticos han dicho que su ritmo se
parece al de la tradición oral con bastantes regionalismos americanos y neologismos. El
narrador no se sorprende ante hechos fantásticos sino que los describe con una neutralidad
completa. También hay alusiones y referencias directas a otras obras latinoamericanas,
como Rayuela, de Julio Cortázar, La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes, y El siglo
de las luces, de Alejo Carpentier.
García Márquez emplea algunas figuras literarias como el oxímoron, el símil y la sinestesia,
pero según Francisco Abad en "La trayectoria de la lengua y el estilo de Gabriel García
Márquez", el autor no depende tanto de las figuras retóricas como en obras anteriores:
"Resulta ciertamente que con Cien años de soledad, y a partir de ella, la obra de Gabriel
García Márquez responde a una más grande capacidad para lo fabulador y lo fantástico, y
que ello se traduce en una elocución ya no tan apegada a figuras retóricas del micro texto,
sino a las figuras que se despliegan el decurso amplio por el que fluye tal capacidad de
fantasía narrativa".