Definición: Se conoce como infecciones respiratorias agudas (I.R.A.) al conjunto de
enfermedades transmisibles del aparato respiratorio que incluye desde el resfriado común hasta la neumonía, pasando por la otitis, amigdalitis, o bronquitis, entre otras. Siendo los grupos más propensos a padecerlas los niños menores a 5 años y los adultos mayores de 65 años de edad. Estas infecciones pueden causar patologías tanto en las vías aéreas superiores (sinusitis o amigdalitis) como en las vías aéreas inferiores (neumonía o bronquitis) siendo esta una de sus clasificaciones. En el 85% de los casos es debido a virus, el resto de los casos es de origen bacteriano, siendo estas las más severas. Epidemiologia: Global: Según “Estadísticas Sanitarias Mundiales” (OMS-2010): Es el 49% de motivo de visita al hospital en menores 5 años. En niños menores de 5 años se estiman de 6 a 8 episodios de infecciones respiratorias agudas anuales. Esta entre principales dos causas de muertes, causando cerca de 4 millones de muertes al año, siendo la neumonía la principal causa, de las cuales el 93% ocurren en países en vías de desarrollo. Venezuela: Según el “Boletín Epidemiológico” del 20 al 26 de marzo del 2011: Ocupa la primera causa de notificación obligatoria. En la semana N.º 12 se notificaron 202.221 casos de I.R.A. representando el 72,05% de todas las notificaciones obligatorias. Los estados con mayor número de casos son: Zulia, Distrito Capital y Miranda, con el 34,9% de casos. Estimándose 3.860.753 de casos en el año en < 5 años. Otitis media: La trompa de Eustaquio va desde la mitad de cada oído hasta la parte posterior de la garganta. Normalmente, esta trompa drena líquido que se produce en el oído medio. Si esta trompa de Eustaquio se bloqueada, se puede acumular líquido, lo cual puede causar una infección. Las infecciones del oído son comunes en los bebés y en los niños, debido a que sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente. Las infecciones del oído también pueden ocurrir en adultos, aunque son menos comunes que en los niños. Cualquier cosa que ocasione inflamación o bloqueo de las trompas de Eustaquio hace que se acumulen más líquidos en el oído medio detrás del tímpano. Algunas causas son: Alergias Resfriados e infecciones sinusales Exceso de moco y de saliva producidos durante la dentición Infección o agrandamiento de adenoides (tejido linfático en la parte superior de la garganta) Humo del tabaco Un virus o bacteria puede causar infecciones del oído. Los antibióticos no aliviarán una infección causada por un virus. La mayoría de los proveedores de atención médica no recetan antibióticos para cada infección del oído. Sin embargo, todos los niños menores de seis meses con una infección en el oído son tratados con antibióticos. Es más probable que su proveedor de atención médica recete antibióticos si el niño: Tiene menos de dos años de edad Tiene fiebre Parece enfermo No mejora en 24 a 48 horas Faringitis: La faringitis es la inflamación de la mucosa que reviste la faringe. Generalmente le acompañan síntomas como deglución difícil, amígdalas inflamadas y fiebre más o menos elevada. Las más frecuentes causas de la faringitis son las infecciones víricas, y en algunas ocasiones, infecciones bacterianas o reacciones alérgicas. Los principales agentes causantes bacterianos son Streptococcus pyogenes y Haemophilus influenzae, entre otros. Es la inflamación de la mucosa faríngea, desde la epifaringe hasta la hipofaringe, que se caracteriza por presentar la siguiente clínica: Disfagia y/u odinofagia Hiperemia de la mucosa Distermia (desde febrícula a hipertermia). Astenia Adenomegalias, sobre todo subangulomandibular. Aftas bucales Amígdalas rojas Etiología Virus: Rinovirus, adenovirus, coronavirus, y parainfluenza. Bacterias, que causan el enrojecimiento de la mucosa. Suelen ser en faringitis localizadas, no en las difusas como faringitis estreptocócica. Hongos: Frecuentemente cándidas por tratamiento con antibióticos, lo que da lugar a "plaquitas blancas". No infecciosa: También puede ser causada por irritación mecánica, química o térmica, como por ejemplo el reflujo gastroesofágico o el aire frío, o por procesos de naturaleza inmuno-alérgica. Puede ser un síntoma que indique la presencia de una enfermedad celíaca no diagnosticada, incluso en ausencia de síntomas digestivos.1 Tratamiento Sintomáticos: Administración de líquidos y reposo. Analgésicos para la disfagia, antiinflamatorios y antipiréticos. En general se da paracetamol o ibuprofeno si no existen trastornos digestivos. Gargarismos con antisépticos de acción tópica. Antisépticos chupados. Tratamiento: Antibióticos si es por bacterias. Si hay candidiasis, antifúngicos (en gel). Si hay aftas bucales víricas, tratamiento y preparados especiales; si son bacterianas, penicilina. Alternativo Hacer gárgaras varias veces al día con manzanilla. Y gárgaras con agua tibia y sal (1/2 cucharada de sal en una taza de agua). Amigdalitis: La amigdalitis o anginas es la inflamación de una o de las dos amígdalas palatinas (masas de tejido ovales, carnosas, grandes que están en la pared lateral de la orofaringe a cada lado de la garganta). Estas agrupaciones de tejido contienen las células que producen anticuerpos útiles en la lucha contra la infección. Etiología La bacteria Streptococcus pyogenes o estreptococo betahemolitico del grupo A (EBGA). Causa 30 % de las faringitis agudas en niños3 Los adenovirus. El virus de la influenza. El virus Epstein-Barr. Los virus parainfluenza. Los enterovirus. El virus del herpes simple. Globalmente, los virus causan aproximadamente 2 de cada 3 casos de amigdalitis. La edad de máxima incidencia de la amigdalitis de causa bacteriana (Streptococcus pyogenes) es de 3 a 15 años.4 Cuadro clínico Dolor local (odinofagia) que puede ser intenso Fiebre y malestar general Voz gangosa Adenopatías cervicales dolorosas Dificultad para la deglución (disfagia) Cuando la amigdalitis es de causa viral puede acompañar: tos, rinitis o rinorrea, afonía y conjuntivitis Tratamiento El médico puede prescribir un antibiótico (penicilina, preferentemente), si sospecha una infección bacteriana. Antiinflamatorios. Calmantes para la disfagia. Antipiréticos. Gárgaras, que pueden hacerse con una solución de agua salada o con productos basados en la iodopovidona. Epiglotitis: La epiglotitis es una franca emergencia médica, caracterizada por una súbita inflamación de las estructuras de soporte supraglóticas, específicamente la epiglotis y los músculos aritenoideos.1 La resultante hinchazón de estas estructuras resulta en una obstrucción de las vías aéreas superiores que pone en peligro la vida del paciente, por lo general, niños. Al igual que el crup viral y la traqueitis bacteriana, la epiglotitis se presenta con estridor repentino precedido por fiebre, tiraje inspiratorio y una característica salivación y babeo. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, aunque radiografías de cuello lateral pueden ayudar a visualizar la obstrucción de la tráquea. El principal causante es una bacteria, el Haemophilus influenzae, aunque otros organismos pueden verse implicados en algunos casos, como lo son el Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis y los estafilococos. En la mayoría de los casos, la intubación endotraqueal debe ser realizada de inmediato por un profesional calificado de la salud. La causa más frecuente de inflamación de la epiglotis son las bacterias Haemophilus influenzae,3 aunque puede ser ocasionada por otras bacterias como el Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis y el Staphylococcus aureus y raramente por algunos virus como el Herpes simple y el virus de la parainfluenza. Síntomas La epiglotitis comienza con una fiebre alta e irritación de la garganta. Otros síntomas pueden incluir: Ruidos respiratorios anormales (estridor) Fiebre Coloración azulada de la piel (cianosis) Babeo Dificultad para respirar (la persona puede necesitar sentarse derecha e inclinarse ligeramente hacia adelante para respirar) Dificultad para tragar Cambios en la voz (ronquera) Las vías respiratorias pueden bloquearse totalmente, lo cual puede causar un paro respiratorio y la muerte. Patología La inspección de la epiglotis la muestra edematosa, eritematosa y de color rojo cereza,3 así como las zonas circundantes, incluyendo los músculos aritenoideos y los pliegues aritenoepiglóticos. Ocasionalmente se ven úlceras, abscesos y otras lesiones supraglóticas.1 Tratamiento Los niños con epiglotitis son hospitalizados de inmediato, por lo general bajo los cuidados de una Unidad de Cuidados Intensivos donde recibirá asistencia ventilatoria, oxígeno húmedo, terapia intravenosa, incluyendo antibióticos como la ceftriaxona, entre otros. Bronquitis: es la inflamación de los bronquios. Cuando los bronquios se inflaman debido a una infección, el revestimiento interno se hincha, haciendo más difícil que el aire pase a través de los pulmones y transporte oxígeno a la sangre. Los bronquiolos inflamados también producen moco extra que desencadena la tos como intento del cuerpo por despejar estos pasajes. Esta reacción puede sentirse como una presión en el pecho. Las causas de la bronquitis son: Enfermedades Virales Esta es la causa más común y más probable de bronquitis, especialmente de la bronquitis aguda. Se estima que el 90% de todos los casos de bronquitis aguda se deben a enfermedades virales. Estos incluyen el resfriado común y la gripe. Infecciones bacterianas A diferencia de los virus anteriores, el 99% de las bacterias son buenas para tu sistema ya que te ayudan a digerir los alimentos, combatir el cáncer y cumplen otras funciones que llegan a salvar vidas. Sin embargo, hay bacterias que cuando quedan atrapadas en tus pulmones llegan a causar una infección, dando lugar a la bronquitis. Irritantes en el aire Las partículas en el aire también pueden provocar inflamaciones en los pulmones desencadenando así una bronquitis. Además de estas causas, hay muchos otros factores que aumentan tu probabilidad de contraer bronquitis. Un sistema inmunológico débil Es más difícil para tu cuerpo luchar contra los virus o gérmenes si tu sistema inmunológico está débil. Es muy común que contraigas bronquitis si has padecido previamente alguna enfermedad que haya gastado tu sistema inmunológico. Factores ambientales Cualquier ambiente con grandes cantidades de químicos o polvo también puede producir bronquitis aguda o crónica. Los síntomas más comunes de la bronquitis se observan en el pecho y los pulmones. Estos síntomas, especialmente la tos, pueden durar varias semanas. Estos incluyen los siguientes: Molestia en el pecho: Puedes llegar a sentir presión en todo el pecho en general o en ciertos puntos. Tos: La tos puede variar en frecuencia y gravedad y puede traer mucosidad verde, amarilla, clara o blanca. Falta de aliento: Causada por la contracción de las vías respiratorias y la sensación de opresión en el pecho. La bronquitis puede incluso causar un silbido al respirar. Debido a la inflamación, también puedes tener síntomas típicos de una enfermedad como la gripe, tales como: Fatiga: Como tu cuerpo está trabajando para luchar contra la infección, puede sentirse extremadamente cansado en diferentes puntos del día. Congestión nasal: Tus conductos nasales pueden estar tan inflamados o irritados como tus pulmones, lo que resulta en una secreción nasal. Dolor de garganta: La tos frecuente y el moco causan irritación de la garganta. Fiebre baja y escalofríos: Una fiebre alta y prolongada requiere atención médica inmediata. El médico será el encargado de decidir si el paciente necesita terapia y cuál será esta. No obstante, se detallan a continuación los principales tratamientos para la bronquitis disponibles: Broncodilatadores inhalados: como el salbutamol o la terbutalina. Su misión es dilatar los bronquios, facilitando el paso del aire. No es conveniente abusar de ellos, porque pueden producir temblores, dolores de cabeza y taquicardias. Si es preciso utilizarlos con frecuencia, se debe consultar al médico. Corticoides por vía inhalada: si la enfermedad no se controla correctamente, el médico puede recetar este grupo de medicamentos. Su función es mantener la inflamación de los bronquios bajo control, de manera que es importante usar el inhalador todos los días y de la manera correcta. El médico y el farmacéutico pueden ayudar a utilizar bien el dispositivo. A veces puede aparecer afonía o infección por cándida (es una levadura, una especie de hongo) en la lengua. Es importante no olvidar enjuagarse después de inhalar los esteroides. En algunas ocasiones, si el paciente sufre un ataque grave que impide la entrada de aire en sus pulmones, pueden inyectarle estos corticoides en el hospital, con los que obtendrá un alivio rápido en la dificultad respiratoria. También pueden tomarse en pastillas, aunque el tiempo de aparición del efecto es mucho mayor. Esta medicación suele indicarse cuando se constata la presencia de sibilancias al respirar, lo cual implica un mayor grado de inflamación. En los casos de bronquitis crónica existen dispositivos que mezclan los broncodilatadores con los corticoides para un uso más sencillo. Otros fármacos: en algunos grupos de población y cuando desarrollan complicaciones a consecuencia de la bronquitis por gripe, se puede determinar el uso de oseltamivir como tratamiento dirigido a los virus A y B, siendo más eficaz si se administra al inicio del cuadro. Antibiótico: en casos en los que se sospeche la implicación de bacterias como la B. pertussis por el tiempo de evolución o por la determinación microbiológica, se puede añadir antibiótico como la azitromicina. Bronquiolitis: La bronquiolitis es la inflamación de las vías aéreas pequeñas, fundamentalmente en niños menores de 2 años.1 La bronquiolitis se caracteriza por secreción nasal, tos y dificultad para respirar en lactantes con o sin fiebre, precedido por una infección respiratoria alta, tal como una otitis media.2 La causa más frecuente es viral (coronavirus, virus sincitial respiratorio, Paramyxoviridae y otros).3 El tratamiento para los recién nacidos con bronquiolitis incluye la administración de oxígeno suplementario, succión nasal, toma de abundantes líquidos para prevenir la deshidratación y otras terapias apoyo. Los niños de alto riesgo que deben ser hospitalizados incluyen aquellos menores de tres meses de edad y aquellos obtenidos de un parto prematuro, o que tengan una enfermedad cardiopulmonar subyacente, inmunodeficiencia, dificultad respiratoria o insuficiente oxigenación.5 El uso de corticosteroides sigue siendo una medida controvertida. Etiología La bronquiolitis es causada generalmente por el virus sincitial respiratorio (VSR) en el 60 - 80% de los casos.3 Otros microorganismos que pueden causar esta enfermedad incluyen influenza, parainfluenza, coronavirus, virus de la parotiditis, rinovirus.1 La bacteria Mycoplasma pneumoniae puede ser causante del 5% de los casos de bronquiolitis.12 Los adenovirus suelen ser los causantes de los cuadros más graves y floridos de bronquiolitis. Ocasionalmente se ven casos de bronquiolitis causados por enterovirus o el virus del sarampión. Últimamente se han encontrado nuevos agentes virales causales de la bronquiolitis como son bocavirus en el 15% y metaneumovirus en el 5%.13 La fuente de infección suele ser un niño mayor con una infección respiratoria superior y que una semana antes le transmite la infección al entrar en contacto con el lactante.11 Se ha demostrado que la contaminación ambiental es capaz de desencadenar crisis bronquiales obstructivas en niños con síntomas respiratorios. Patogenia Microscopía electrónica del virus respiratorio sincitial, la principal causa de bronquiolitis en menores de 2 años de edad. Siguiendo los criterios de McConnochie se considera bronquiolitis como el primer episodio agudo de dificultad respiratoria con sibilancias, precedido por un cuadro catarral de vías altas (rinitis, tos con/sin fiebre), que afecta a niños menores de 2 años, aunque preferentemente se da en el primer año de vida.15 La bronquiolitis es un proceso inflamatorio infeccioso en los bronquiolos de las vías aéreas más distantes, causa que conlleva a la producción excesiva de moco, muerte de las células epiteliales, infiltrado de células linfocitarias y neutrofílicas y edema de la capa submucosa.8 Todo ello produce un estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas, una disminución de la ventilación en las zonas afectadas causando un trastorno en la relación ventilación:perfusión y suministro inadecuado de oxígeno.7 En los casos más graves de bronquiolitis se produce necrosis del epitelio bronquiolar.3 Las células epiteliales liberan citocinas y quimiocinas, las cuales amplifican la respuesta de reclutamiento de células inmunes a las vías aéreas afectadas provocando una regulación anormal de linfocitos T, hiperproducción de inmunoglobulina IgE y liberación de mediadores inmunitarios adicionales. El interferón y las interleucinas 4, IL-8 e IL-9 se encuentran en elevadas concentraciones en las secreciones de las vías respiratorias de pacientes con bronquiolitis.16 En infecciones por el virus sincitial respiratorio, se pueden aislar IgE específica contra el virus, así como IgA secretora contra el virus en la mucosa nasal. Los niños con elevados niveles de IgE pudieran tener factores genéticos y ambientales que los predisponen a tener asma en los primeros años de vida. Cuadro clínico En un caso típico, la bronquiolitis se presenta en un niño menor de dos años quien presenta un cuadro agudo de obstrucción de las vías respiratorias inferiores, caracterizado por tos, silbidos en el pecho, crepitantes, subcrepitantes y respiración entrecortada y rápida de varios días de evolución, habitualmente precedido de sintomatología respiratoria de las vías altas (como un resfriado común).1 Otros síntomas incluyen piel azulada por falta de oxígeno, falta de respiración o dificultad respiratoria, fiebre, tiraje intercostal y aleteo nasal en bebés.11 Los datos radiológicos pueden mostrar atrapamiento aéreo y aplanamiento de los arcos costales.17 Los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad son: edad menor de 6 meses, falta de lactancia materna, hacinamiento, asistencia a guarderías y convivientes fumadores.10 Los factores de riesgo para enfermedad severa son: edad menor de 3 meses,10 antecedente de nacimiento prematuro, y presencia de enfermedades asociadas (cardiopatías congénitas, enfermedad pulmonar o neuromuscular crónica, o inmunodeficiencias). El tratamiento de la bronquiolitis se ha modificado poco a lo largo de los años, no existen tratamientos cuya efectividad se haya demostrado y, por lo tanto, en muchos casos, la efectividad de la estrategia terapéutica empleada carece de evidencias concluyentes.21 La terapia es principalmente de apoyo donde la oxigenación e hidratación constituye el pilar fundamental. INFECCIONES RESPIRATORIAS AGUDAS (IRA) Se conoce como infecciones respiratorias agudas (IRA) a un conjunto de enfermedades transmisibles del aparato respiratorio que incluye desde el catarro común hasta la neumonía grave, pasando por la otitis, amigdalitis o bronquitis aguda, entre otras. Entre los gérmenes responsables se encuentran bacterias (sobre todo el neumococo y el Haemophilus) y virus. Sin embargo, con frecuencia es imposible distinguir cuál es el microorganismo causal basándose solamente en datos clínicos o radiológicos. Cada niño padece unas 6 a 8 infecciones respiratorias agudas anualmente hasta los cinco años. Este grupo de enfermedades supone 30-50% de las consultas pediátricas en los países pobres y 20- 40% de los ingresos hospitalarios en Pediatría. Con 4 millones de muertes anuales, las infecciones respiratorias agudas bajas (sobre todo las neumonías) representan la primera causa de mortalidad en los menores de 15 años en los países en desarrollo. El 15-25% de las muertes se deben a complicaciones respiratorias de enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión, la tosferina o la difteria. Entre los factores que contribuyen a la gravedad de las IRA podemos destacarlos siguientes: •Bajo peso al nacer. •Malnutrición. •Déficit de vitamina A. •Ausencia de lactancia materna. •Hacinamiento. •Polución del aire ambiental. . Las IRA leves se curan poco más o menos solas, con ciertas medidas “de soporte” como la buena hidratación, nutrición adecuada y antipiréticos comunes. Sin embargo, la neumonía sin tratamiento tiene una mortalidad del10 al 20%, por lo que deberemos detectar los casos graves y “reservar” los antibióticos para ellos. ¿Cómo detectar una IRA moderada o severa? En contextos con escasos recursos, la mejor manera es establecer un protocolo sencillo de manejo a partir de una definición clínica, por ejemplo “cualquier caso de fiebre con tos y respiración rápida”. Respiración rápida significa más de 60 respiraciones por minuto en un niño de menos de 2 meses, más de 50 entre 2 y 2 meses, más de 40 entre 1 y 5 años y más de 30 en niños mayores de 5 años y adultos. Así pues, las personas con fiebre, tos y respiración rápida recibirán una pauta antibiótica ajustada a la edad que haya sido establecida según el país en el que trabajemos (Amoxicilina), mientras que el resto no precisan antibióticos. Estaremos evitando rupturas de stock mejorando la mortalidad. Para terminar, podemos citar una serie de signos de gravedad: •Tiraje intercostal o aleteo nasal, que refleja los enormes esfuerzos que el niño o niña hace para respirar •Cianosis (labios azules, aunque puede verse en mucosa bucal o uñas) •Negarse a beber o amamantarse •Alteraciones de consciencia (niños somnolientos o difíciles de despertar) •Estridor o ruido con la respiración •Malnutrición