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Debord reloaded: Formas de lo no-viviente y nuevas configuraciones de lo tecno-

espectacular.

Resumen:

La presente ponencia tiene como intensión trabajar algunas ideas debordianas que
puedan servir como una especie de hilo de Ariadna, dentro de nuestra
contemporaneidad, en dialogo con autores contemporáneos. .

Debord, en su conocida obra La sociedad del espectáculo había hecho una radiografía
de las nuevas mutaciones sociales y económicas de su época, de un desplazamiento del
tener-ser al parecer-ser, la llegada de los mass media y las configuraciones que habían
acarreado tales acontecimientos.

Nuevas técnicas de dominio: Espectáculo:

El espectáculo, antes que ser un poder externo que afecto al sujeto, es más bien un
conjunto de relaciones que configuran la subjetividad de los sujetos.

La contemplación pasiva de imágenes, por lo demás elegidas por otros, sustituye el vivir
y determinar los acontecimientos en primera persona. (Jappe, p. 20)

exige un arte que sea creación de situaciones y no la reproducción de situaciones ya


existentes. (jappe, 20)

El análisis de Debord parte de la experiencia cotidiana del empobrecimiento de la vida


vivida, de su fragmentación en ámbitos cada vez más separados y de la pérdida de todo
aspecto unitario de la sociedad. El espectáculo consiste en la recomposición de los
aspectos separados en el plano de la imagen. Todo aquello de lo cual la vida carece se
reencuentra en ese conjunto de representaciones independientes que es el espectáculo.
Como ejemplo cabe citar a los personajes famosos, actores o políticos, que deben
representar aquel conjunto de cualidades humanas y disfrute de la vida que se halla
ausente de la vida efectiva de todos los demás, que se encuentran aprisionados en unos
roles miserables (SdE § 60-61). «Alfa y omega del espectáculo» es la separación (Jappe.
20-21)

La «imagen» y el «espectáculo» de los que habla Debord se han de entender como un


desarrollo ulterior de la forma-mercancía, con la que comparten la característica de
reducir la multiplicidad de lo real a una sola forma abstracta e igual. La imagen y el
espectáculo ocupan efectivamente en Debord (jappe, p. 33)

Las imágenes se materializan a su vez y ejercen una influencia real en la sociedad;


Hemos visto que en la concepción de Debord el espectáculo es al mismo tiempo
económico e ideológico, un modo de producción y un tipo de vida cotidiana, y así
sucesivamente.

El espectáculo, por lo menos en su forma «difusa», se presenta siempre bajo varios


aspectos: tendencias políticas diversas, estilos de vida contrastantes, concepciones
artísticas contrapuestas. Eso estimula a los espectadores a emitir un juicio o a elegir una
u otra de esas falsas alternativas, a fin de que jamás pongan en tela de juicio el conjunto.

Tiqqun se esfuerza en analizar el poder, no tanto como la acción de un agente extranjero


o un sujeto que nos hace frente, sino como un conjunto de relaciones en las que estamos
involucrados. De ese modo redefinen y usan dos conceptos relevantes de la teoría crítica
contemporánea: espectáculo (Guy Debord)

El hombre como espectador

En el espectáculo, la sociedad fragmentada queda recompuesta de modo ilusorio) y es


en el análisis de este proceso donde Debord va más allá de Historia y consciencia de
clase. Conviene comparar la afirmación de Lukács de que «la mecanización

El espectáculo, por el contrario, «cuida» al hombre entero, aparentando dedicarle en la


esfera del consumo y del tiempo libre aquella atención que en verdad se le niega en el
trabajo lo mismo que en todas partes (SdE § 43). Incluso la insatisfacción y la revuelta
pueden convertirse en piezas del engranaje espectacular (SdE § 59).

al condicionar incluso el inconsciente de los sujetos, los impulsan a identificarse


activamente con el sistema que los contiene. Según los situacionistas -aunque Debord
era sin duda el menos

Aunque sus reivindicaciones económicas se puedan satisfacer, el espectáculo jamás


puede asegurarles una vida rica en términos cualitativos, ya que la cantidad y la
banalidad constituyen su fundamento. Se priva al proletariado no sólo de la riqueza
material que produce,

Hoy en día, esa tendencia se ha hecho visible: el individuo moderno es un verdadero


«hombre sin cualidades», con múltiples roles intercambiables que en verdad le son
todos ajenos. Se puede ser al mismo tiempo obrero y copropietario de la empresa,

sustitución de lo vivido por imágenes,

l espectáculo

impide a los hombres crear su propio desti


Nuevas técnicas de dominio

Placeres mediáticos

El presente trabajo pretende abordar uno de los tantos aportes del pensamiento
debordiano, especialmente referente a la teoría de la vedette, cuyo muchos
investigadores han dejado de lado.

Biopoder y el cuidado del cuerpo

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