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MOHAMED KARIM AHMED ABDESELAM

ENTRADA, PERMANENCIA Y SALIDA DE EXTRANJEROS.

En la actualidad no existe un ius communicationis como el defendido por


los autores clásicos según el cual las personas tendrían derecho a trasladarse de
un pais a otro y ninguna autoridad podía impedir en términos generales la entra
da de extranjeros. Los Estados, en el ejercicio de su soberanía, pueden regular la
entrada, la permanencia y la salida de los extranjeros en su respectivo territorio
La única obligación genérica que tienen es la de no establecer discriminación en
función del país de procedencia, aunque pueden convenir con otros Estados dife-
rentes regímenes convencionales. La legislación española en materia de extranje-
ría está recogida en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y li-
bertades de los extranjeros y su integración social, modificada por sucesivas
leyes orgánicas. Los nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea se
rigen por la normativa europea asumida por España en esta materia. El Tratado
de Maastricht (1992), al establecer la nueva categoría de ciudadanos de la Unión,
otorgó a los nacionales de los Estados miembros derechos y deberes entre los cua
les el más importante es el de circular y residir libremente en el territorio de los
Estados miembros de la Unión Europea (art. 21 del TFUE).
A) ENTRADA DE EXTRANJEROS. La entrada de los extranjeros per-
tenece a la competencia discrecional del Estado. El régimen jurídico de la extran-
jería distingue entre la entrada y la residencia de los extranjeros. La Ley Orgánica
4/2000 establece el régimen general de los requisitos para la entrada de extranje-
ros en territorio español: 1) pasaporte o documento que acredite la identidad;
2) visado, salvo que se establezca lo contrario en los convenios internacionales
suscritos por España; 3) medios económicos suficientes; 4) la entrada deberá rea
lizarse por los puestos habilitados para tal fin y bajo el control de los servicios
policiales correspondientes; documentos que justifiquen el objeto y condiciones
de estancia; y 6) no estar sujeto a prohibiciones expresas.
Con relación a los nacionales de países terceros de la Unión Europea, el
Acuerdo de Schengen (1985 con posteriores modificaciones) estableció un régi-
men especial de controles de entrada en el territorio de los Estados de la Unión
(excepto el Reino Unido e Irlanda). Se creó un visado único («visado Schengen>»)
para todo el territorio de los Estados de la Unión válido para tres meses. También
se creó un «visado Schengen de tránsito» válido para cinco días como máximo
Se determina el Estado responsable para examinar las demandas de asilo y un sis
tema de información automatizada de datos personales (SIS: Sistema de Infor
mación de Schengen). La mayor parte de estas cuestiones del acervo Schengen
han sido desarrolladas por normas de derecho derivado de la UE, tras la entrada
en vigor del Tratado de Ámsterdam (1997), por el que los Estados le atribuyeron
dicha competencia a la Unión. Así ha sido en el caso de los controles en las fron
teras tanto exteriores como interiores, por medio del Reglamento por el que se
establece un Código comunitario de normas para el cruce de las personas por las
fronteras10, sobre visados, en el Reglamento por el que se establece un Código co-
munitario sobre visados"; y sobre determinación del Estado responsable para
examinar una demanda de asilo, en el llamado Reglamento Dublin II12
B) RESIDENCIA. Las Leyes Orgánicas 14/2003y 2/2009, que modifi-
can la 4/2000, simplifican y aclaran algunas situaciones de los extranjeros en Es
paña. Se distingue entre estancia y residencia (art. 29). La estancia es la perma
nencia en territorio español por un período de tiempo no superior a noventa dias
(art. 30). La residencia es la situación de los extranjeros que se encuentren en Es
paña y sean titulares de una autorización para residir (art. 30 bis). La residencia
puede ser temporal, si la autorización es por un período superior a 90 días e infe
rior a cinco años, o de larga duración (arts. 30 bis y 32). Los extranjeros, para
ejercer cualquier actividad lucrativa, laboral o profesional, precisarán de la co-
rrespondiente autorización administrativa para residir y trabajar («permiso de
residencia y trabajo») (art. 36). Para simplificar y adecuar los trámites de entrada
la Ley 14/2003 introduce distintos tipos de visado: visado de estancia, que habili
ta para una estancia ininterrumpida o estancias sucesivas cuya duración total no
exceda de tres meses; visado de residencia, que habilita para residir sin ejercer ac-
tividad laboral o profesional; y visado de residencia y trabajo, que habilita para la
entrada y estancia por un período máximo de tres meses y para el comienzo, e
ese plazo, de la actividad laboral o profesional para la que hubiera sido previa
mente autorizado (art. 25 bis en la nueva redacción dada por la Ley 2/2009)
C) SALIDA DE LOS EXTRANJEROS. El Derecho internacional admite la
salida obligatoria o expulsión del territorio estatal de los extranjeros. Como se re-
conoció en el laudo arbitral en el asunto Chevreau, dicha expulsión no debe ir
acompañada de malos tratos, vejaciones o sufrimientos innecesarios3. El artículo
13 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos dice que la expulsi
sólo podrá realizarse «en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la
ley», gozará de un derecho de audiencia para exponer las razones que lo asistan
en contra de su expulsión y de un derecho a someter su caso a revisión4
La Ley Orgánica 4/2000 distingue entre la salida voluntaria de los extranjeros,
que deberá realizarse por los puestos habilitados para la entrada, y la expulsión
ue se concibe como una sanción para los casos de estancia ilegal (art. 28) u otras
infracciones a la legislación vigente (art. 57). La decisión de expulsión corresponde,
según los casos, al Secretario de Estado de Seguridad, al Subdelegado o al Delega-
do del Gobierno. La denegación de entrada (o rechazo en frontera) es la medida
ue se toma respecto de los extranjeros a quienes en frontera no se les permite en
ingreso en el territorio (art.26.2 de que se toma respecto de aquellos extranjeros
que intentan una entrada ilegal en el territorio español o que contravienen una pro-
hibición de entrada tras una expulsión (art. 58.3.7 de la LO 4/2000 según la redac-
LO 2/2009). La expulsión del territorio español es una medida sanciona-
2/2 dora gubernativa o judicial que sólo puede ser aplicada en supuestos tasados (art.
57 de la LO 4/2000 según la redacción de la LO 2/2009). El retorno es el proceso de
vuelta de un nacional de un tercer país al país de origen, a un país de tránsito o a un
tercer país, bien en acatamiento voluntario de una obligación de salir del país en
que se encuentra, bien en aplicación de una medida de carácter forzoso. Así, el re-
torno englobaría en España cualquier medida de retorno voluntario, denegaciórn
de entrada, devolución o expulsión. Si el retorno se retrasa más de setenta y dos ho-
ras deberá intervenir el Juez de instrucción para que determine el lugar de interna
ción de los extranjeros hasta que llegue el momento de retorno (art 56).
La frecuente llegada de los inmigrantes extranjeros que por razones económi
cas pretenden establecerse en los países de la Unión Europea ha propiciado la
adopción de la Directiva 2008/115 CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de
miento de los extranjeros hasta que llegue el momento del retorno (art. 56)
en situación irregular que pretende establecer unos estándares comunes sobre las
condiciones en que el retorno se lleva a cabo.
COMPENDIO DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

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