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RESIDENCIA DE NUTRICIÓN DE LA PROVINCIA DE BS. AS. - HIGA “PROF. DR. RAMÓN CARRILLO”
LIC. FERNANDEZ ARIADNA, LIC. MARCOS MA. BELÉN, LIC. NASTASI VICTORIA
2015
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alimentados con LM tienen una probabilidad 17 veces mayor de ser hospitalizados por neumonía
que los que han sido amamantados.
Los niños amamantados presentan una microbiota intestinal más saludable que los niños
alimentados con fórmula, probablemente debido a la presencia de bacterias ácido-lácticas en la
LM, así como también por la existencia de los denominados factores bifidogénicos en la leche que
favorecen el mayor crecimiento de lactobacilos y bifidobacterias en los niños lactantes.
Los oligosacáridos de la LM constituyen el tercer compuesto sólido más abundante, pudiendo
existir más de 200 estructuras de oligosacáridos en una misma madre. Los oligosacáridos son
polímeros formados a partir de distintos monosacáridos, donde su digestión y absorción requiere
de diversas hidrolasas y transportadores epiteliales, que en el intestino delgado de los lactantes se
encuentran ausentes, siendo fermentados en el intestino distal. Poseen actividad prebiótica al
estimular el crecimiento selectivo de bifidobacterias, contribuyendo de esta manera al desarrollo
de la microbiota intestinal.
Diferentes estudios muestran que lactobacilos y bifidobacterias ejercen un efecto antagonista del
crecimiento de patógenos como Staphylococcus aureus, Salmonella typhimurium, Yersinia
enterocolitica o Clostridium perfringens. Dichas bacterias colonizan la mucosa intestinal del
lactante de forma competitiva, impidiendo la adhesión de patógenos. Asimismo, se establece una
competencia por los nutrientes que impide el crecimiento de estos.
La homeostasis del sistema inmunitario depende también de la colonización microbiana intestinal.
Las bacterias intestinales estimulan la respuesta linfocitaria del RN y se ha descrito que la
administración de determinados probióticos a los lactantes supone una reducción de la incidencia
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de fenómenos alérgicos e incluso de la incidencia de procesos inflamatorios, como la enterocolitis
necrosante.
Se han sugerido diversos mecanismos para explicar cómo la microbiota intestinal contribuye a la
defensa del huésped frente a patógenos gastrointestinales (ver Figura 1). Las cepas probióticas
son capaces de producir diversas sustancias antimicrobianas, como ácidos orgánicos, H2O2 y/o
bacteriocinas, las cuales inhiben el crecimiento de patógenos potenciales como E. coli, Salmonella
spp. o Listeria Monocytogenes. El principal mecanismo utilizado por los probióticos para inhibir la
capacidad infectiva de los posibles patógenos es probablemente su capacidad para competir con
las bacterias enterotoxigénicas por los nutrientes, así como por su adhesión a los receptores de
unión en el epitelio intestinal. Se ha descrito que algunas bacterias presentes en la LM también
pueden aumentar las funciones de la barrera intestinal gracias al incremento en la producción de
mucinas y a la reducción de la permeabilidad intestinal que inducen.
Figura 1: Mecanismos de acción utilizados por los probióticos para ejercer el efecto
antiinfeccioso en la mucosa intestinal
Fuente: Olivares M et al. Efectos beneficiosos de los probióticos de la leche materna. 2008
En el futuro habrá que tener en cuenta que la LM no sólo es un alimento completo desde el punto
de vista nutritivo o inmunológico, sino también desde el punto de vista microbiológico.
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