Está en la página 1de 4

E FECTO DE LA L ECHE M ATERNA SOBRE LA M ICROBIOTA

RESIDENCIA DE NUTRICIÓN DE LA PROVINCIA DE BS. AS. - HIGA “PROF. DR. RAMÓN CARRILLO”
LIC. FERNANDEZ ARIADNA, LIC. MARCOS MA. BELÉN, LIC. NASTASI VICTORIA
2015

La Leche Materna (LM) es uno de los principales


factores implicados en el desarrollo de la
microbiota intestinal del Recién Nacido (RN).
Anteriormente se creía que el tracto
Gastrointestinal (GI) era estéril en el útero y que
la primera colonización de la microbiota ocurría
durante el nacimiento. Sin embargo, estudios
recientes han cuestionado esta creencia al
observar la presencia de microorganismos en la
placenta, en el líquido amniótico y en el cordón
umbilical. La hipótesis es que al deglutir el líquido
amniótico y sus bacterias en el útero, el feto
comienza a colonizar el tracto GI. Asimismo, se ha observado que el meconio contiene
microorganismos. Por la tanto, se considera que la colonización del intestino se da a lo largo del
desarrollo fetal.
La forma de parto (eutócico o cesárea), afecta la composición de la microbiota del RN. Durante el
parto vaginal, el RN es inoculado con la microbiota vaginal, la cual difiere de la microbiota de la
piel inoculada en el parto por cesárea. A pesar de la exposición en útero, la mayoría de los
microorganismos que colonizaran el intestino, son adquiridos en el periodo posparto.
La LM es el alimento óptimo para los lactantes, cubriendo sus requerimientos nutricionales y
fisiológicos. Estudios recientes (Jost T et al; Aagaard K et al) han demostrado que la LM no es
estéril, sino más bien constituye una fuente excelente y continua de bacterias comensales para el
intestino del RN. Estas bacterias pueden, sin duda, ejercer un papel clave en la reducción de la
incidencia y la gravedad de las infecciones del lactante. Entre las bacterias comúnmente aisladas
de la LM se encuentran representantes de los géneros estafilococos, estreptococos, lactococos,
enterococos y lactobacilos (ver Tabla 1).
Las bacterias existentes en la LM podrían proceder de la microbiota intestinal de la madre y
accederían al epitelio de la glándula mamaria a través de una ruta interna. Tras unirse a las células
dendríticas o macrófagos, las bacterias pueden propagarse a las mucosas distantes de la del
aparato digestivo, ya que es bien conocida la circulación de células del sistema inmunitario entre
los distintos compartimentos del tejido linfoide asociado a mucosas. Una vez estimuladas por la
presencia de las bacterias, estas células podrían migrar desde la mucosa intestinal y colonizar las
mucosas distantes, como la de los tractos respiratorio y genitourinario, o la de la misma glándula
mamaria lactante. En este último caso, se establece la ruta enteromamaria, una conexión que se
establece específicamente durante los últimos meses de gestación y la lactancia.
Una de las principales causas de muerte en la edad infantil son las enfermedades infecciosas,
siendo las respiratorias y gastrointestinales, las más frecuentes. Los niños que no han sido

1
alimentados con LM tienen una probabilidad 17 veces mayor de ser hospitalizados por neumonía
que los que han sido amamantados.

Tabla 1: Grupos bacterianos y especies comúnmente aisladas de la leche materna de mujeres


sanas

GRUPOS BACTERIANOS ESPECIES PRINCIPALES


Staphylococcus sp. S. epidermidis
S. hominis
S. capitis
S. aureus
Streptococcus sp. S. salivarius
S. mitis
S. parasanguis
S. peoris
Lactobcillus sp. L. gasseri
L. rhamnosus
L. acidophilus
L. plantarum
L. fermentum
L. salivariusb
L. reuteric
Enterococcus sp. E. faecium
E. faecalis
Fuente: Olivares M et al. Efectos beneficiosos de los probióticos de la leche materna. 2008

Los niños amamantados presentan una microbiota intestinal más saludable que los niños
alimentados con fórmula, probablemente debido a la presencia de bacterias ácido-lácticas en la
LM, así como también por la existencia de los denominados factores bifidogénicos en la leche que
favorecen el mayor crecimiento de lactobacilos y bifidobacterias en los niños lactantes.
Los oligosacáridos de la LM constituyen el tercer compuesto sólido más abundante, pudiendo
existir más de 200 estructuras de oligosacáridos en una misma madre. Los oligosacáridos son
polímeros formados a partir de distintos monosacáridos, donde su digestión y absorción requiere
de diversas hidrolasas y transportadores epiteliales, que en el intestino delgado de los lactantes se
encuentran ausentes, siendo fermentados en el intestino distal. Poseen actividad prebiótica al
estimular el crecimiento selectivo de bifidobacterias, contribuyendo de esta manera al desarrollo
de la microbiota intestinal.
Diferentes estudios muestran que lactobacilos y bifidobacterias ejercen un efecto antagonista del
crecimiento de patógenos como Staphylococcus aureus, Salmonella typhimurium, Yersinia
enterocolitica o Clostridium perfringens. Dichas bacterias colonizan la mucosa intestinal del
lactante de forma competitiva, impidiendo la adhesión de patógenos. Asimismo, se establece una
competencia por los nutrientes que impide el crecimiento de estos.
La homeostasis del sistema inmunitario depende también de la colonización microbiana intestinal.
Las bacterias intestinales estimulan la respuesta linfocitaria del RN y se ha descrito que la
administración de determinados probióticos a los lactantes supone una reducción de la incidencia

2
de fenómenos alérgicos e incluso de la incidencia de procesos inflamatorios, como la enterocolitis
necrosante.
Se han sugerido diversos mecanismos para explicar cómo la microbiota intestinal contribuye a la
defensa del huésped frente a patógenos gastrointestinales (ver Figura 1). Las cepas probióticas
son capaces de producir diversas sustancias antimicrobianas, como ácidos orgánicos, H2O2 y/o
bacteriocinas, las cuales inhiben el crecimiento de patógenos potenciales como E. coli, Salmonella
spp. o Listeria Monocytogenes. El principal mecanismo utilizado por los probióticos para inhibir la
capacidad infectiva de los posibles patógenos es probablemente su capacidad para competir con
las bacterias enterotoxigénicas por los nutrientes, así como por su adhesión a los receptores de
unión en el epitelio intestinal. Se ha descrito que algunas bacterias presentes en la LM también
pueden aumentar las funciones de la barrera intestinal gracias al incremento en la producción de
mucinas y a la reducción de la permeabilidad intestinal que inducen.

Figura 1: Mecanismos de acción utilizados por los probióticos para ejercer el efecto
antiinfeccioso en la mucosa intestinal

Fuente: Olivares M et al. Efectos beneficiosos de los probióticos de la leche materna. 2008

En el futuro habrá que tener en cuenta que la LM no sólo es un alimento completo desde el punto
de vista nutritivo o inmunológico, sino también desde el punto de vista microbiológico.

3
BIBLIOGRAFÍA
 Aagaard K., Ma J., Antony K. M., Ganu R., Petrosino J., Versalovic J. The placenta harbors a
unique microbiome. Science translational medicine. 2014; 6(237): 237-65.
 Cresci G. A., Bawden E. Gut Microbiome: What We Do and Don’t Know. Nutrition in Clinical
Practice. ASPEN. 2015; 30(6): 734-746.
 Jost T., Lacroix C., Braegger C., Chassard C. Impact of human milk bacteria and
oligosaccharides on neonatal gut microbiota establishment and gut health. Nutrition
Reviews. 2015; 0(0):1-12.
 López Moriana C., Mach N. Influencia de la gestación, el parto y el tipo de lactancia sobre
la microbiota intestinal del neonato. Acta Pediatr Esp. 2014; 72(2):37-44.
 Marcobal A., Sonnenburg J. L. Human milk oligosaccharide consumption by intestinal
microbiota. Clin Microbiol Infect. 2012; 18(4):12–15.
 Olivares M, Lara-Villoslada F, Sierra S, Boza J, Xaus J. Efectos beneficiosos de los probióticos
de la leche materna. Departamento de Nutrición y Salud. Puleva Biotech. Granada Acta
Pediatr Esp. 2008; 66(4): 183-188.
 Rodríguez J.M., Jiménez E., Merino V., et al. Microbiota de la leche humana en condiciones
fisiológicas. Acta Pediatr Esp. 2008; 66(2):77-82.

También podría gustarte