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Pala moa segundo semestre 2008 Fernando Rabossi * EN LA RUTA DE LAS GONFECCIONES™ Resumen Lasulanca, tal como es conocida la produccién del Polo de Confecciones del Agreste de Pernambuco (Brasil), es realizada por miles de unidades productivas. de diferentes dimensiones, desde talleres familiares a empresas con mas de 400 empleados. Ademas de los envios por pedido, la sulanca se distribuye a través de los compradores que ilegan a las ferias de Caruaru, Santa Cruz de Capibaribe y * Fernando Raboss!: PhD en Antropologia Social en la Universidade Federal de Rio de Janeiro. Profesor visitante en el Programa de Pés-Graduagio em Antropologia Social, Museu Nacional, Universidade Federal de Rio de Janeiro, E-mail: rabossi@rocketmail.com. ** Una primera version de este trabajo fue presentada en la mesa “A Globalizagéo Popular. O siste- ‘ma mundial nao-hegeménico” coordinada por Gustavo Lins Ribeiro en la 26" Reunido Brasileira do Antropalogia (Porto Seguro, 2008). Los objetivos de este articulo refiejan los intereses que guiaran esa resentacién: introducir mi investigacién en curso y discutir criticamente las propuestas de Ribeiro. Agradezco su invitacion a participar en la mesa, asi como también sus comentarios y los de los otros disertantes, Rosana Pinheiro Machado y Rosinaldo Silva de Souza. También, agradezco las sugeren- clas y comentarios del evaluador de este articulo. aera eee eee eens 152 Toritama y la revenden en sus ciudades de origen en los diferentes estados de Brasil. Este trabajo tiene tres objetivos. Primero, presentar el mundo de la sulanca. ‘Segundo, explorar algunas conexiones que nos ayuden a visualizar ese mundo, ‘especialmente a la luz de su relacién con Ciudad del Este (Paraguay). En tercer lugar, discutir algunos problemas sobre cémo analizar ese tipo de fenémenos. Palabras clave: contecciones, ferias, circuitos comerciales, globalizacién. Abstract Sulanca, the label given to the garments produced at the manufacturing Pole of Pernambuco's hinterland (Brazi), is produced by thousands of productive Units of different sizes: from family workshops to plants with more than 400 workers. Besides regular shipments, sulanca is distributed by the resellers, who buy at the sulanca fairs of Caruaru, Santa Cruz de Capibaribe and Toritama and ‘sell it in their own cities in different parts of Brazil. This article has three purposes. First, to present the world of sulanca. Second, to explore certain connections that will help us to visualize that world, particularly its relationship with Ciudad del Este (Paraguay). Lastly, to discuss some problems regarding the analysis of this kind of phenomena. Keywords: garments, fair and market, commercial circuits, globalization. Diferentes abordajes y conceptos han sido propuestos para analizar las practicas econémicas que no se encuadran dentro de lo establecido por los marcos legales, cada uno enfatizando distintos aspectos y colo- cando su atencién en dinamicas especificas'. En este articulo, me inte- resa presentar y discutir una reciente propuesta para el andlisis de esas dindmicas a la luz de algunos datos de una investigacién que estoy reali- zando sobre la produccién de confecciones en el agreste pernambuca- no -Nordeste de Brasil-, produccién conocida popularmente como sulanca. En el cuerpo del articulo, presentaré ese universo y analizaré los caminos que tlevaron a interesarme en él, los cuales remiten a una investigacion anterior sobre el comercio de Ciudad del Este, Paraguay. Eno que resta de esta introduccién, presentaré esa reciente propuesta, que seré discutida en las conclusiones a partir del material presentado. En articulos recientes, el antropélogo Gustavo Lins Ribeiro propuso los conceptos de “sistema mundial no-hegeménico” y “globalizacion popular” para analizar una serie de fenémenos que o bien no son consi- derados en los anélisis sobre la globalizacién, o son incorporados den- tro de determinados casilleros que delimitan su interpretacién (Ribeiro 2006 y 2007). En ese encasillamiento, el narcotréfico, el contrabando, la pirateria, los mercados informales, el lavado de dinero, las migraciones ilegales y el tréfico de personas son considerados como diferentes as- pectos de un mismo fenémeno. Aquello que desde una perspectiva con- servadora es denominado como “comercio global ilicito” (Naim 2005), retomiando uno de los autores presentados por Ribeiro. Los conceptos propuestos por el autor apuntan a establecer distinciones dentro de esa conceptualizacién indiferenciada. Después de analizar algunas discu- siones sobre legaV/legal y licito/ilicito, Ribeiro propone la categoria de “(Mlicito” para describir actividades socialmente licitas, pero formalmen- te ilegales: el cruce entre legitimidad social e ilegalidad que caracteriza- ria la “globalizacién popular”. En términos analiticos, habria un sistema mundial no-hegeménico ~en clara relacién con el sistema hegeménico, pero que desafia a su establishment econémico- compuesto por dos esferas interconecta- das: la “economia ilegal global” (el crimen organizado) y la “economia (i) licita global” (la globalizacién popular). Las redes y segmentos que com- ponen ese sistema conforman una estructura piramidal, cuya base es el 153 ‘1/ Aigunos de esos conceptos y abordajes son informalidad (Hart 1997 [1973]; Castells y Portes 1989), 8), underground economy (Tanzi ‘economy (Gutman 1977), economia oculta (Henry 1978), 1982) y segunda economia (Mcgatfey 1991). 154 trabajo de miles de personas pobres que ganan su vida como vende- dores ambulantes, revendedores de larga distancia y contrabandistas, entre muchas otras actividades. En términos sustantivos, la globalizacién popular consiste en un Conjunto de nudos -mercados populares- y redes de circulacién de pro- ductos -muchos de ellos falsificados-, cuyo principal centro de produc- cién hoy es China. Asi, son tres los elementos que la caracterizan: los Productos (“gadgets globales y copias de superlogomarcas”), las perso- nas envueltas en su distribucién y comercializacion (desde los ambulan- tes y bagayeros hasta las diésporas comerciales, principalmente china y libanesa) y los mercados que constituyen los nudos del sistema (desde las barracas de los ambulantes hasta los megacentros como Ciudad del Este o Dubai). EI mundo de la sulanca que presentaré a continuacién, si bien com- Parte el tono de lo que Ribeiro denomina globalizacién popular -masivo, Popular, socialmente legitimo, pero legalmente indefinido-, no comparte todos los elementos que la definirian, principalmente por tratarse de Productos confeccionados locaimente. Sin embargo, como veremos a Continuacién, el mundo de la sulanca no sélo se superpone a las redes de circulacion de productos importados en Brasil, sino que nos ofrece elementos para discutir criticamente algunas de las formulaciones de Ribeiro. Discusién que nos permitiré avanzar en el conocimiento y la conceptualizacién de los fenémenos por él destacados. El mundo de la sulanca® Enel Nordeste de Brasil, agreste es una categoria fito-geografica uti- lizada para caracterizar la regién de suelos pedregosos y de vegetacin escasa que queda entre la mata -la regién litoral, fértil- y el sertéo ~el interior seco-. En el estado de Pernambuco -uno de los nueve estados que componen la regién del Nordeste-, la principal ciudad del agreste es Caruaru, cuya poblacién es de 289.086 habitantes (IBGE 2007). Si hiciéramos un ejercicio paradigmético -en el sentido lingUistico del término-, Caruaru apareceria asociada a una serie de elementos que 2/ La caracterizacién que sigue a continuacién esté basada en un viaje de reconocimiento de la re- gién realizado en 2006 y trabajo de campo realizado durante febrero de 2007 con financiamiento del Proyecto FINEP (Financiadora de Estudos e Projetos) “Transformag6es Sociais e Culturais no Brasil Contemporaneo: Perspectivas Antropolégicas”. la definen como destino turistico: la Feira de Caruaru, Mestre Vitalino, 55 artesanias, la fiesta de S40 Jogo, la capital del forré®, La feria, en cierta medida, es el articulador de todos esos elementos. Sin embargo, cuan- do llegamos a la ciudad por fuera de los paquetes turisticos y pregunta- mos por la feria, las relaciones que se establecen en la cabeza de algunas personas parecen ser otras. En la terminal de émnibus, en los bares cercanos 0 en los 6mnibus que se dirigian al centro de la ciudad, la respuesta que obtuve cuando preguntaba por la Feria de Caruaru fue siempre la misma pregunta: “La de la sulanca?”, “jLa feria de la sulan- ca?”. Antes de siquiera haber respondido, los interlocutores me aclara- ban: “Hoy no hay, solamente los martes”. Es que la Feria de Caruaru esta compuesta por varias ferias, de dife- rente naturaleza y temporalidades. Para comprender esta multiplicidad, tenemos que conocer su historia. Pero antes es necesario aclarar que sulanca es el término utilizado para nombrar a las confecciones produci- das en la regién del agreste de Pernambuco, cuyos centros principales de produccién son las ciudades de Santa Cruz de Capibaribe, Toritama y Caruaru. La versién mas corriente sobre el origen del término dice que éste es resultado de la combinacién de helanca -un tipo de tejido- y su lugar de procedencia, el sur del pais; versién que remite al origen de esa produccién confeccionada a partir de retazos y sobras de la industria textil y de las grandes confecciones de San Pablo. Por estar asociada a ese origen, sulanca tiene una connotacién negativa asociada a produc- tos de poca calidad. Sin embargo, el término continua siendo utilizado Por los propios productores y vendedores, y por esa razén lo utilizo*. La ciudad de Caruaru nacié con Ia feria a fines del siglo XVIll, en el camino donde se cruzaban el ganado que iba del sertéo ala mata y los productos de la mata rumbo al sertdo. Alrededor de la capilla de una es- tancia, se fue consolidando una feria semanal los dias s4bados. El lugar que la feria ocupé hasta 1992 alrededor de la iglesia principal, en el cen- 3/ Mestre Vitalino, Vitalino Pereira dos Santos (1909-1969), es considerado por mucho como el Ceramista popular brasilefio, que imprimié su estilo a las artesanias en barro del Nordeste y de Brasil (Ribeiro 1972). La fiesta de S4o Joao en Caruaru, que de hecho corresponde a las celebraciones de las flestas junines, es considerada la mayor de Brasil, Dura todo el mes de junio y recibe mas de un millén ‘de personas. El término forrd es usado para designar un ritmo musical, as{ como también un baile po- Pular del Nordeste animado por diferentes ritmos que son agrupados bajo el término forrd, tales como 21 baido, el xote, a toada, el xaxado, el rojo y la marcha junina, entre otros (Enciclopedia da Masica Brasileira, 1998: 301). 4/ Tal como lo expresara un productor de Caruaru, “Sulanca es un producto de tercera calidad, que hoy no es més... Sélo tiene ef nombre, pero hoy nuestros productos son vendidos en grandes shoppings del pals como San Pablo y Rio de Janeiro”. eee 158 tro mismo de la ciudad, es una clara muestra de la estrecha relacién entre ambas, La ciudad fue creciendo con la feria. Las reglamentaciones sobre la ‘comercializacion de algunos productos alteraron su forma. Tanto la ven- ta de harinas como la de carne fueron obligadas a entrar en mercados. Los intereses de la salud publica -harina con aditivos y locales apropia- dos para la venta de came- convergieron con otros intereses, como los. de los propietarios de ganado que buscaban tener mayor control sobre la venta de came de ganado robado. Los mercados pasaron a tener co- merciantes permanentes, sin embargo el dia de gran movimiento en los mercados de harina y de came era -igual que hoy- el sabado: el dia de la Feria. Los feriantes que trabajaban alrededor de los mercados también comenzaron a trabajar diariamente. Asi, la estructura temporaria de la feria fue fijindose en diversos puntos de la ciudad. A partir de la década del 50 comenzaron las disputas por el espacio y con ellas, la amenaza de mudanza de la feria se instalé en algunas agendas locales. La feria continué creciendo y diversificéndose. A fina les de los 60 y, principalmente, durante los 70, la feria comenzé a ganar Feconocimiento por las artesanias y la literatura de cordel, transforman- dose desde entonces en destino regional -més tarde, nacional e interna cional- para turistas y admiradores del arte popular’. La mudanza de la feria comenzé a concretarse en los afios 80. En mayo de 1983, una pequefia parte, la Feria de Artesanias, fue transferida Para el campo de cruza préximo al centro dela ciudad. La mudanza inte- gral de la feria se realizé el 18 de mayo de 1992, EI Parque 18 de Mayo, nombre de la nueva localizacién, es un enor- me espacio donde estén los nuevos mercados de carne y harina, y las. 1974 barracas distribuidas en secciones llamadas de ferias: la Feria de Artesanias, de Calzado, de Fumo, de Troce-troca, de Massa, de gallinas, de verduras, de Mangaio, de la Sulanca y del Paraguai, entre otras*. Otras secciones que generalmente no son llamadas de ferias incluyen Productos tales como hierbas medicinales y santeria, y productos de '5/ La literatura de cordel es un tipo de poesia popular impresa en pequertos folletos, cuyo nombre deriva de Ia forma en que son expuestos para la venta: colgados en un hilo o cordel. Ademas de 108 versos, 108 folhetos del Nordeste -tal como son conocidos en la regién- suelen estar llustrados con xilografias, 6/ La feria de Fumo es donde se vende tabaco, principalmente en forma de cuerdas de hojas de taba- co (umo de corda). La feria de Troca-troca es una feria de trueque realizada los sabados. La feria de ‘Massa es donde se venden quasos y tortas, especialmente de mandioca. La feria de Paragual es don- de se venden productos importados, anteriormente provenientes de Ciudad del Este y actualmente > lata (lamada de Flandres). El dia mas intenso de la feria en su sentido (57 original es el sébado, dia de la llamada Feria Libre, cuando los producto- res de los alrededores y los productores y comerciantes locales se en- cuentran, y cuando la mayoria de esas ferias y demas secciones funcionan con mayor esplendor. No obstante, los martes, la feria parece desbordarse y se expande Por las calles a su alrededor. Martes es el dia de la feria de la sulanca en Caruaru y cuando los accesos ala feria son abiertos alas tres horas dela ‘mafiana -medida tomada para garantizar la realizacién de la feria en un dia especifico-, mas de 20.000 puestos ocupan la feria y las calles adya- centes. Seguin el director del Departamento de Ferias y Mercados de la Municipalidad, son mas de 30.000. Ademis, claro est4, de las barracas Permanentes dedicadas a ese comercio en el Parque 18 de Mayo. De acuerdo con diversas narrativas sobre los origenes de la sulanca, todo comenzé en Santa Cruz de Capibaribe, en la década del 50, a par. tir de la confeccién de colchas de retazos. Al inicio, confeccionadas con retazos y telas de Recife llevados por comerciantes que vendian ‘sus productos en esa ciudad, y después, con la consolidacién del sis- tema nacional de rutas, los retazos comenzaron a ser llevados de San Pablo provenientes de los descartes de la industria textil y de las con- fecciones paulistas. En su investigacién sobre el comarcio de retazos en San Pablo y la Produccién de la sulanca, Sueli de Castro Gomes sefiala que el primer nordestino que trabajé con retazos fue Seu Otavio, quien se establecié en 1960 en San Pablo con un restaurante (Gomes 2002). Alli conocié a los espafioles que Io introducirian en ese comercio. Varios inmigrantes espafioles comenzaron a trabajar durante la década del ‘40 en el apro- vechamiento de retazos y residuos de la industria textil para ser trans- formados en estopa, usada en la limpieza de barcos, para relleno y en la industria de muebles. Seu Otavio comenzé a recolectar y revender Para esos espafioles. Del carro pasé a una furgoneta, del trabajo indi- vidual a trabajar con famillares y, mas tarde, con empleados. Su cufiado entré como socio y después abrié su propio espacio. Varios otros per- nambucanos, y también Inmigrantes del estado de Ceara, comenzaron de San Pablo. La descripcion de una feriante de lo que era mangaio sirve como definicién extensiva de {a foria de ese nombre: “Cuchara de palo, cucharén de céscara de coco, avivador de fuego, agarrador do brasas, aquellos cuencos de barro que son los fogones de barro, que no tienen nada que ver con {as parrllas de acero inoxidable de los supermercados. Y cuerdas para amarrar las mulas, para ama- ‘rar caballo y también cuerdas para hacer sillas de cuerda y sillones de cuerda y esas cosas". 158 7 Este proc como una fas a recolectar y a comercializar retazos. En el proceso, aquello que era descarte pasd a ser mercaderia. Dejé de ser descartado o donado y Pasé a ser comercializado’. Paulatinamente, fueron dejando el residuo y pasaron a trabajar exclusivamente con retazos aprovechables en la Confeccién. Fueron esos retazos los que comenzaron a ser utilizados, enviados y después buscados por los comerciantes de Santa Cruz de Capibaribe y més tarde de las otras ciudades del agreste. Los retazos eran llevados por camioneros que volvian después de entregar sus cargas y més tarde, en los émnibus de revendedores (los denominados sacoleiros) o en las empresas transportadoras que co- menzaron a operar entre ambas regiones. A las colchas fueron suman- dose otros productos. A los retazos, fueron suméndose piezas de tela enteras. Y alas mujeres que trabajaban con sus maquinas de coser, fue- ron sum&ndose otras maquinas, mas mujeres y después los hombres. Al final de los afios 60, esa produccién comenzé a ser comercializada en una feria en las calles del centro de la Santa Cruz de Capibaribe, atra- yendo compradores de otras partes. Ventas y produccién fueron difun- Giéndose en las ciudades vecinas. La Feria de Caruaru, principal mercado de la regi6n, comenzé a vender las confecciones de Santa Cruz de Capibaribe, de la mano de los propios productores y de comercian- tes de Caruaru que compraban alla, los cuales con el tiempo pasaron a Producir en su propia ciudad. Toritama, localizada entre Santa Cruz de Capibaribe y Caruaru, también comenzé con su produccién y su feria, especializandose en jeans. Actualmente varias pequefias cludades de la region siguen el mismo camino. El denominado Polo de Confecciones del Agreste es hoy considera- do por algunos analistas como el segundo polo de produccién de con- fecciones de Brasil, después de San Pablo, Miles de compradores llegan semanalmente a abastecerse de vestimentas femeninas y masculinas, formales e informales, ropa interior y de playa, toallas, sébanas, mosqui- teros, entre tantos otros articulos que venderdn en las ciudades del resto de Pernambuco, Bahia, Alagoas, Sergipe, Paraiba, Ceara, del resto de los estados del Nordeste, del Norte ¢ inclusive del Sudeste. En Santa Cruz, el lugar donde la feria fue transferida en 2006, tiene més de 6000 boxes, mas de 500 comercios y mas de 4000 puestos fuera ‘3 encuadra de forma ajustada al abordaje de igor Kopytoff sobre la mercancia 1e la biografia de los objetos (Kopytoff 1986). El analisis de este proceso rendirla un articulo en si mismo. del perimetro del nuevo emplazamiento. Ademas de las ferias, muchos productores envian pedidos a todo Brasil y al exterior. La historia de la sulanca puede ser acompafiada siguiendo la apari- cién de la propia feria de la sulanca en Caruaru. En 1983, junto con la feria de artesanias, fueron transferidos algunos vendedores de confecciones de un tipo de ropa diferente de aquella consumida por la poblacién rural y que era tradicionalmente vendida en la feria: vendedoras de colchas de retazos hechas en Santa Cruz de Capibaribe, manteles y bordados. A ellos fueron suménddose, en areas que no estaban todavia acondiciona- das, fabricantes y comerciantes de vestimentas. Al poco tiempo, en 1985, esa feria se trasladé a la banquina de la ruta que pasa frente a la terminal de émnibus. Considerando la expansién de la feria y el peligro que repre- sentaba su localizacién al borde de una ruta, la municipalidad habilité un Patio iluminado localizado detrés de la Terminal de Omnibus. Antes que el Testo de la feria de Caruaru fuese transferida en 1992 al Parque 18 de Noviembre, la feria de la sulanca volvié a ser realizada en ese lugar. Habia vuelto con millares de puestos, crecida y consolidada. En 2003, de acuerdo con un estudio de la Universidade Federal de Pernambuco realizado en Santa Cruz de Capibaribe, Caruaruy Toritama, habia unas 12.000 unidades productivas operando en el denominado Polo de Confecciones del Agreste, de las cuales s6lo el 8% eran empre- sas formales (UFPE 2003). El conjunto de unidades empleaba 76.000 Personas, produciendo cerca de 57 millones de piezas por mes y factu- rando mensualmente mas de 144 millones de reales (equivalentes amas de 44,7 millones de délares). Hoy, esos nimeros son mucho mayores. En 2007, de acuerdo con el presidente de la Associagao de Sulanqueiros de Caruaru, sélo en esa ciudad habla mas de 14.000 unidades producti- vas, existiendo mas de 100 industrias con mas de 300 empleados. De acuerdo con el mismo estudio, entre el 75 y el 85% de la produc- cién informal era comercializada en las ferias de las tres ciudades, mien- tras que entre el 60 y el 70% de la produccién formal era comercializada en comercios de otros lugares. Recife, por ejemplo, recibia mas del 50% de la produccién formal de Caruaru. Observando la dinamica de las ferias, se percibe una profunda interre- lacién entre ellas, con productores vendiendo en las ferias de las ciuda- des vecinas. El otro elemento significativo es la articulacién regional que tienen, siendo fos centros de provisién de vestimentas del resto de Pernambuco, Bahia y de los estados del Nordeste y del Norte. Histéricamente, junto con la comercializacién en las ferias, los pro- ductores llevaban sus productos a otras ciudades y estados, dela misma ise esc eHee eeeE Ue eeR EERE {59 ee (60 forma que hoy lo hacen los vendedores de hamacas y colchas de Ceara y Paraiba, que venden su produccién en los estados del Sudeste*. Con el tiempo, las ferias y los sacoleiros se transformaron en el principal meca- nismo de comercializacién y distribucién de la sulanca. El movimiento de las ferias varia a lo largo del afio, llegando a recibir, por ejemplo, mas de 3600 omnibus en diclembre y algo mas de 200 émnibus en febrero®. Hoy en dia, las diferencias presentes en ese mundo son enormes. Desde empresas con presencia a nivel nacional, como Rota do Mar, con cientos de empleados y exportaciones al exterior, hasta pequefios talleres. de confeccién (denominados fabricos) con pocas maquinas y dependien- tes del trabajo familiar. Dos ejemplos permitirdn iluminar esa variedad. José Carlos comenzé a trabajar en el ingenio Nossa Senhora da Maravilha (Golana, Pernambuco) en la década det 70. En 1982, once afios después, pidié la liquidacién de sus cuentas en el ingenio y siguié las sugerencias y el camino de su hermano, quien habia co- menzado a vender confecciones en la Feria de Caruaru seis meses antes. Consiguié un puesto y comenzé a vender shorts. En ese mo- mento, “[Yo] era intermediario, llegaba a la fabrica y compraba. Ganaba un real, dos reales por pieza. Trala a la feria y vendia”. Del short pas a los pantalones. Después de seis meses empez6 a confeccionar. En 1983, el intendente le sugirié fundar una asocia- cién que agrupase a los productores y vendedores de confeccio- nes. Asi nacié la Associagao dos Sulanqueiros de Caruaru, que fue presidida por José Carlos por cuatro periodos. En 2007, la fabrica de José Carlos tenia 112 empleados. Ademés de la fabrica, su co- mercio mayorista comercializaba telas de jeans y derivados utiliza dos para coser clerres relampago y accesorlos. Vendia alrededor de 150.000 metros por mes de telas de jeans. Maria era una de las 40 personas —casi todas mujeres- que estaban en febrero de 2007 en la Direccién de Ferias y Mercados de la Intendencia. Querian hablar con el director para regularizar su situa- cién. Los martes, en la Feria de la Sulanca, ellas vendian en las calles 8/ Para una descripci6n de las redes de produccién y comercializacién de hamacas del sertéo de y Rlo Grande do Norte, ver Cunha 2006. 9/ Datos correspondientes a un martes de diciembre de 2006 y un martes de febrero de 2007. Datos proparcionados por el director del Departamento de Ferias y Mercados de la Municipalidad de Caruaru, internas de la feria en mesas Improvisadas, en canastas o en cajas. {GI donde ofrecian sus confecciones. El problema era que los fiscales las echaban o les quitaban sus mercaderias, lo que para ellas era una tremenda injusticia. Maria era de la ciudad vecina de Vertente y hacia mas de un afio que estaba trabajando en Caruaru cosiendo en un pequefio taller. Después de aprender el oficio, decidié empezar a vender en la feria productos de los patrones y de otros talleres. Queria juntar dinero para comprarse una maquina de coser y asi, empezar a producir para ella. Las de José Carlos y Maria son trayectorias en momentos diferentes: una ya realizada, la otra en sus primeros pasos. Marfa comenzé en un momento donde ya hay muchos José Carlos establecidos; algo que no era as{ cuando 6! empez6 y que coloca limites a sus posibilidades. Sin embargo, las historias de ambos muestran trayectorias recurrentes, for- mas comunes y legitimas de crecer econémicamente en esa regién. Que locaimente sean trayectorias comunes. y legitimas, no significa que asi sean consideradas por todos, especialmente por aquellos de otras regiones. Un ejemplo claro es la nota de la Revista Exame de fe- brero de 2001, donde se expone, con tono de denuncia, el cardcter in- formal de la producci6n de Santa Cruz de Capibaribe. El titulo dela tapa de la revista'es revelador: “Aqui no se paga impuesto: conozca Santa Cruz de Capibaribe, la ciudad que se transformé en una de las Mecas de la informalidad en Brasil” (Furtado 2001). En su interior, fa nota lleva- ba por titulo “Oiha o rapal”, que es el grito de alerta de los vendedores ambulantes cuando vienen os fiscales o Ia policia. La indignacién de los empresarios fue expresada publicamente por el senador Roberto Freire en un pronunciamiento en el Senado Federal. El término utiliza- do por el senador para caracterizar a los actores econémicos de Santa Cruz de Capibaribe aparecié muchas veces en mis conversaciones con productores y comerciantes: emprendedores. Palabra clave en la dispu- ta por la legitimidad. 10/ Roberto Freire fue sénador del Partido Popular Socialista por el Estado de Pernambuco entre 1995 2003, El pronunciamiento esta disponible en ol sitio del Senado Federal: http://www.senado.gov.br/ ‘st/atividade/Pronunciamento 162 De Ciudad del Este a Caruaru Eicamino que llevé a interesarme por la sulanca es otro Angulo funda- mental para caracterizar aquel universo. Al final del trabajo de campo pa- ta mi doctorado, en Ciudad del Este, Paraguay (Rabossi 2004), descubri con sorpresa que parte de las vestimentas vendidas en las calles y co- mercios provenian de Pernambuco. Una investigacién periodistica sobre el circuito que llevaba sulanca a Ciudad del Este y articulos importados a Caruaru (Jornal do Commercio, 2000) me ayudé a ordenar varios elemen- tos que habian aparecido en el campo. Los /aranjas pernambucanos que habia conocido en un hotel en las inmediaciones del Puente dela Amistad que trabajaban en doble mano: ingresando mercaderias brasilefias en Paraguay e importados en Brasil". Los émnibus de sacoleiros de Caruaru, que les faltaban los asientos de atrds. Los pocos sacoleiros pernambu- canos que conoci, “patrones” de los /aranjas del mismo origen, con un estrés como duplicado. Es que sus preocupaciones eran de doble mano. Viajaban con los omnibus cargados de sulanca que vendian en Paraguay y volvian con muamba, tal como es llamada la carga de contrabando, mercaderlas de allé que vendian en la Feira do Paragual en Caruaru. Otros elementos de la investigacién sobre Ciudad del Este fueron importantes para construir el interés en la sulanca. Una de las caracte- tisticas definidoras del movimiento comercial de Ciudad de Este era la Presencia de brasilefios que compraban las mercaderias que venderian en sus ciudades de origen: los sacoleiros. Compartiendo viajes, acom- Pafiando las compras y los cruces de la frontera, fui conociendo lo que hacian, cémo lo hacian y lo que significaba para ellos. Dejando de lado perder la mercaderia en una fiscalizacién -algo que hacia parte de las reglas de juego-, los miedos que aparecian recurrentemente en las con- versaciones con los sacoleiros eran dos: los asaltos y los accidentes. Eventos que nunca presencié en las rutas, pero sien las ciudades. Para hacerme una idea del alcance de esas situaciones, busqué informacion en los medios de comunicacion, donde fue emergiendo un denso mapa de asaltos y accidentes relacionados con émnibus de sacoleiros®. Pero 11/ Ademas de ta fruta y ol color, una de las acepciones de laranja en el portugués brasilefio es *(Giria) Agente in especialmente no mercado financeiro, que efetue, por ordem de terceiros, tran- sages geralmente irregulares ou fraudulentas, ficando oculta a identidade do verdadeiro comprador, ou vendedor* (Ferreira 1989). Para una descripcién y andlisis del trabajo de los laranjas de Foz do Iguacu, ver Rabossi 2004. 12/ Eltrabajo sobre medios de comunicacién fue realizado con diarios digitalizados desde, al menos, > junto a los que iban a Paraguay, aparecieron otros sacoleiros que se diri- gian adiversos destinos: San Pablo, Caruaru, Brusque en Santa Catarina, el “circuito das maihas” localizado en varias ciudades entre los estados de San Pablo y Minas Gerais, entre otros lugares. Apesar de que en Brasil la categoria sacoleiro aparece generalmen- te asociada a los compradores que se abastecen en Paraguay, engloba @ todo aquel que va a hacer compras en otra ciudad para revender esos productos en su ciudad de origen o en otras ciudades. La categoria sa- coleiro remite a practicas comerciales que suponen viajes y expectati- vas de lucros derivados delas diferencias de precios 0 deladisponibilidad de productos presentes en otros lugares. Observando a los sacoleiros de otras partes de Brasil, nos encontramos con el mismo universo de précticas y personajes. Los mismos transportes y peligros (asaltos y ac- cidentes), cuyos destinos generan muchas veces retratos similares a aquellos encontrados sobre Ciudad del Este: la misma incomodidad con el movimiento, la suciedad, y la proliferacién de imagenes, productos y personas. El mundo de las ferias y los mercados. Considerando esos otros circuitos y siguiendo las trayectorias de sacolelros que habian dejado de viajar, comenz6 a tornarse claro que, antes que estar inserta en una geografia criminal -tal como muchas ve- ces aparece retratada-, Ciudad del Este fue un sitio particular dentro de una geografia comercial mas amplia para miles de brasilefios. En 2006, cuando inicié esta investigacién, comencé por el lugar donde el interés por ésta habla surgido: Ciudad del Este. Viajé espe- rando retomar los contactos con los /aranjas y los sacoleiros pernam- bucanos, pero ellos ya no estaban mas. Los controles mas rigidos en la frontera y la fiscalizacion intensiva de las rutas brasilefias con la represién concomitante a los émnibus irregulares ~medio privilegia- do en el transporte sacoleiro-sulanqueiro— inhibieron esos viajes. Si la eficacia de los controles habia hecho disminuir de forma generali- zada la presencia sacoleira en la frontera, su impacto en el circuito pernambucano parecia total: ningun émnibus de Pernambuco ni tam- poco rastros de los /aranjas que trabajaban con ellos. 163 Ja segunda mitad de la década del 90. Los diarios trabajados fueron: Jomal do Commercio (Recife), A Noticia (Joinville), © Globo (Rio de Janeiro), Folha de Séo Paulo, Jornal da Tarde y Estado de Séio Paulo (San Pablo), Correio Brasiliense (Brasilia), Folha do Parana (Curitiba), Folha de Londrina (Londrina), Gazeta de Alagoas y Tribuna do Norte (Natal). El trabajo con los diarios de Foz do Iguacu fue realizado en el archivo de la biblioteca municipal de la ciudad, concentrandome en Nosso Tempo (actualmente fuera de circulacién) yA Gazeta do iguagu. ‘Sin embargo, las confecciones del agreste pernambucano continua- ban siendo vendidas en Ciudad del Este, compitiendo con la produccion de China, ropas originales de diversas partes del mundo y con la emer- gente produccién boliviana’’. No obstante, esas ropas no eran levadas Por los sacoleiros pernambucanos, sino que llegaba alas calles de Ciudad del Este a través de envios desde San Pablo. El mismo local de origen de los productos importados que eran vendidos en la Feira do Paraguai que ‘opera en la Feria de Caruaru, tal como pude registrar en febrero de 2007. Es que San Pablo ocupa un lugar central en la configuracién de esa geografia comercial que mencionaba anteriormente. Después de la re- duccién de impuestos a las importaciones en Brasil en 1995, Ciudad del Este continué siendo por varios afios el local de provisién de mercade- rias de la Rua 25 de Margo y del barrio de Bras -los destinos por exce- lencia de los revendedores-. Sin embargo, varios comerciantes comenzaron a importar directamente a San Pablo, disputando en el largo plazo cual seria la puerta de entrada de los productos importados que abasteceria el mercado interno brasilefio. La mudanza para San Pablo de muchos comerciantes de Ciudad del Este y el hecho de ser esos lu- gares de la ciudad de San Pablo donde hoy en dia realizan sus compras. muchos sacoleiros de Brasil sefialan cual es el estado de esa competen- cia actualmente. Algo que, como toda competencia comercial, no tiene un caracter definitive, sino que puede cambiar dependiendo de las dife- rentes coyunturas econémicas y politicas. Laimportancia de San Pablo no se restringe al lugar que ocupa dentro de los circultos comerciates brasilefios. Como vimos anteriormente a pro- Pésito del surgimiento de la sulanca, ella es fundamental para compren- der el desarrollo de las confecciones del agreste pemambucano, tanto ‘como lugar de origen de los retazos que permitieron una transformacion de escala en esa produccién como en el lugar que ocupa en su distribu- cién contempordnea. Abriendo algunas discusiones a modo de conclusién Los universos de la sulanca y de la muamba comparten varias carac- teristicas. Ambos estén articulados a partir de mercados ‘cuyos compra- ‘18/ La cual, por fo que pude saber, tiene caracteristicas similares a la produccién pernambucana: em- resas informales, trabajo familiar, comienzos a partir de fa imitacién de marcas reconocidas, entre otras. dores se abastecen de mercaderias que venderan en sus ciudades de 165 origen. Ellos son, utilizando la categoria brasilefia que mejor los descri- be, mercados de sacoleiros. También, ambos presentan lo que podria- mos describir como un desacoplamiento entre reglas y practicas. Claro que las diferencias también son significativas. El origen de los productos. es distinto, siendo en un caso producidos localmente y en el otro impor- tados de diversas partes del mundo. Decurrente de lo anterior, el tipo de desacoplamiento entre reglas y practicas en cada caso es bien diferen- te. A pesar de ello, muchos de los problemas enfrentados por los saco- Jeiros det Paraguay son iguales a aquellos enfrentados por los sacoleiros y productores de sulanca. El transporte de las mercancias es claramente uno de ellos. Y es que circular con mercancias sin boleta o con boletas que no se adecuan plenamente a las exigencias legales las torna pasi- bles de ser confiscadas. En este sentido, la falsificacién no es la unica dimensién que torna llegal una mercancia. La forma en que fueron adquiridas también puede hacerlo: pensemos, por ejemplo, en el sacoleiro que trae articulos origi- nales de Paraguay. De igual forma que la manera en que ellas fueron producidas: pensemos, por ejemplo, en las vestimentas que, aun tenien- do su propia marca, fueron realizadas por unidades productivas que no cumplen todos los requisitos que la tornen una entidad plenamente re- conocida en términos legales. Esto nos obliga a considerar de forma mas detallada el concepto de mercancia, Para eso, nada mejor que comenzar con las palabras de Marx al inicio de su andlisis sobre el fetichismo de la mercancia: “[Una] mercancia, a primera vista, parece ser una cosa extremamente obvia, trivial, Pero su andlisis muestra que ella es algo bien extrafio, llena de ‘sutilezas metafisicas y argucias teolégicas”, Discutir el analisis de Marx no es lo que me interesa en este caso, si- no mas bien apropiarme del método utilizado en su discusién sobre el fetichismo de la mercancia: esto es, pensar lo que hay en ella'®, Porque si hay objetos que son formalmente iguales -“copias perfectas” en las. palabras de Ribeiro (2007: 19)-, aquello que las distingue es algo “que se aferra a los productos del trabajo” -utilizando la expresion de Marx- y 4141 “A commodity appears at first sight an extremely obvious, triviel thing. But its analysis brings out that It Is @ very strange thing, abounding in metaphysical subtieties and theological niceties” (Marx 1990:1 163) 18/ Para un anélisis critico de la interpretacién de Marx, ver Baudrillard 1972. Ver también Appadural 1986, eee eee eee eee (66 que las constituye tal como se nos presentan en su forma contemporé- nea. Y ese algo son las propiedades legales atribuidas a las cosas. Un fetichismo que merece nuestra atenta indagacién. éQué son esas propiedades legales atribuidas a las cosas? Aqui hay varias historias que precisan ser consideradas. Por un lado, una historia que dé cuenta de las formas en que producclén y comercializacion fue- ron reglamentadas y padronizadas en los distintos espacios jurisdiccio- nales que operan en un determinado lugar®. Por otro lado, deberlamos. incorporar la historia sobre la conformacién de un campo legal unico en tomo del concepto de propiedad intelectual. De formacién reciente —Ulti- mas décadas del siglo XX-, ese campo articulé un conjunto disperso de reglamentaciones sobre patentes (inventos), copyrights (formas originales de expresién), trademarks (simbolos 0 palabras distintivos) y secretos ‘comerciales (informacién confidencial). El Agreement on Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights (Trips) negociado en la ronda de Uruguay del GATT en 1986 fue uno de los marcos que hicieron posible la aceptacién y consolidacién de ciertos criterios comunes sobre esos as- pectos entre los miembros de la Organizacién Mundial del Comercio”. Sia esto le sumamos el conjunto de reglamentaciones sobre estandares y padrones de calidad, lo que comienza a delinearse es un Proceso de intensificacién de las reglas que regulan la produccién y circulacién, y que se expresan en la mercancia. La primera cuestién que surge de esta discusién es que, en vez de Ser uno de los elementos que caracterizarian a las mercancias que circu- lan en la “globalizacién popular’, las falsificaciones nos Presentan un Angulo privilegiado para observar la forma de estructuracion de la pro- duccién en términos generales. Estructuracién que supone una intensifi- cacién de determinados conceptos de propiedad y de individuo Incorporados en la produccién de las cosas. Tomar en cuenta ese pro- ceso de intensificacién de las reglas que incide en la produccién es fun- damental para comprender, precisamente, dénde se trazan los limites. que distinguen una produccién “legal” de otras producciones y cudles ‘son las posibilidades concretas que tienen los emprendimientos pro- ductivos que no cuentan con los capitales financieros, sociales 0 institu- cionales para poder comenzar sus actividades inscriptas dentro del 18/ Sobre la nocién de espacics jurisdiccionales y sus efectos en un lugar determinado, ver Maurer 1997: 234y 8s. 17/ Para una introduccién general de esa historia, ver Ryan 1998, dominio de lo legal. (87 La segunda cuestién que surge del material presentado es la impor- tancia que tienen los circuitos sacoleiros como mecanismos de distribu- cién de mercancias en Brasil. Lejos de estar restrictos a determinado tipo de productos -importados-, los circuitos sacoleiros son fundamentales Para comprender algunas de las formas que asumen la circulacién y distribucién de mercancias en el mercado interno brasilefio. Que los pro- ductos comercializados sean importados o producidos localmente de- Pendera de las coyunturas econémicas, de la disponibilidad de productos y de la localizacién geografica donde operan esos circuitos. El caso dela sulanca es sintomatico del lugar que tienen esos mecanismos de distri- buci6n. En un polo productivo que esta en condiciones de enviar pedidos a otras ciudades y paises —que de hecho lo hace-, la persistencia de las ferias como mecanismo de comercializacién esta vinculada a la impor- tancia que tienen los circuitos sacoleiros, los cuales continuan garanti- zando una distribucién efectiva y de bajo costo. La propia historia de algunas “didsporas comerciales” esta asociada esa funcin. La insercién de muchos sirio libaneses como comerciantes que llevaron la produccién brasilefia al interior del pais es un ejemplo co- nocido. El origen de la comunidad arabe de Foz do Iguagu, de hecho, esta vinculado a la venta de productos brasilefios al Paraguay (Rabossi 2007), algo que continda caracterizando el tipo de insercién comercial de algu- nos inmigrantes arabes que trabajan en otras ciudades de frontera’®. La tercera cuestién por sefialar es la necesidad de prestar atencién a los propios medios de produccién utilizados: las maquinas y las materias Primas. Porque, por mas que el output de esas producciones pueda, por diversos motivos, quedar del otro lado de lo establecido por la ley, eso no necesariamente se aplica alos medios utilizados para producirlos. En el ca- so de la sulanca, ésa es una de las dimensiones donde los productos de la industria “formal” -méquinas de coser, insumos y accesorios- tienen un pa- pel fundamental en la configuracion de ese espacio productivo. Las maqui- ‘nas, asu vez, invitan a otras indagaciones que pueden ayudamos aentender ‘mejor las articulaciones que conforman esos mundos. En Santa Cruz de Capibaribe, por ejemplo, uno de los actores clave en la sustitucion de las mAquinas manuales por maquinas industriales parece haber sido el Banco de Brasil, el cual financié en la década del 70 esa mudanza". Asi, maqul- +18/ El Chui, en la frontera con Uruguay, es un ejemplo de esto (Jardim 2000), 19/ La afirmacién estd en Bezerra 2004: 56 y ss., algo que merece una investigacién particular. ee nas, insumos, créditos y certificaciones son algunos de los elementos cla- ve para comprender las formas en que producciones, en principio caracterizadas como informales o ilegales, estan articuladas con el siste- ma institucionalizado. Los tres elementos destacados hasta aqui -pensar las falsificacio- nes dentro de un campo més amplio de intensificacion de las reglas en la produccién y comercializacién contemporanea; pensar la dinémica de fos circuitos sacoleiros a partir del lugar que tienen como mecanis- mos de distribucién antes que como vectores de determinado tipo de productos, y pensar las articulaciones entre inputs y outputs formales € informales como elementos constitutivos de la dindmica productiva de esas unidades-, en vez de caracterizar un espacio alternativo al sistema hegeménico, apuntan a comprender las formas de articula- cién entre distintas producciones y comercializaciones. No para se- fialar que todas ellas son la misma cosa, sino para entender mejor los Procesos a partir de los cuales son trazados los limites que distinguen unas de otras. Discutir analiticamente las propuestas de Ribeiro excede el alcan- ce de este trabajo. Me interesa, no obstante, explorar algunos aspec- tos que permiten caracterizar mejor los fendmenos presentados a lo largo del texto. Los trabajos de Ribeiro tienen el mérito de llamar fa atencién sobre una serie de fendmenos poco considerados en las agendas de investiga- cién como un conjunto en si mismo. Desde mi punto de vista, antes que subrayar el hecho de no haber sido analizados, lo que merece ser desta- cado es el hecho de haber sido pensados como epifendmenos de otros Procesos tales como modemizacién, marginalidad, urbanizacién o des- Proletarizacién, entre otros. El camino de la discusién de Ribeiro a través de lo que es considerado legal ¢ ilegal y de lo que es aceptado social- Mente como legitimo o ilegitimo establece los limites a partir de los cua- les ese conjunto es, para mi, delimitado. Pensarlas practicas econémicas en esa interfaz nos remite a un andlisis que tiene como punto de partida las relaciones de poder sobre las que se asientan las definiciones del mundo y sobre las cuales la vida se desarrolla, no como mero reflejo de ‘esas definiciones, sino a partir de la capacidad de accién para contor- narlas, transformarlas, impugnarlas o afirmarias de acuerdo con los re- cursos desigualmente distribuidos y apropiados que nos constituyen. El interés de Ribeiro —como el mio- esta precisamente en ese espa- cio en donde las practicas no se conforman a lo establecido y, sin em- bargo, son consideradas como socialmente legitimas; espacio en el cual importantes segmentos de la poblacién ganan su vida”, El recorte empiric presente en sus articulos constituye una dimension especifica de ese espacio: aquellas practicas que envuelven la comercializacién de productos importados a través de mercados y circuitos populares. Laatencién prestada a esos circuitos permite, efectivamente, sacar ala luz un universo de actores y relaciones fundamentales para compren- der el mundo contemporaneo: aquellas que conectan China, Ciudad del Este, Dubal y Caruaru, por ejemplo’. Fundamentales, porque per- miten entrever otra geografia econémica en movimiento y en transfor- macién, donde las hegemonias econémicas y politicas son redisefiadas, y donde el devenir social y cultural es alterado por nuevas posibilidades de ganarse la vida y por apropiaciones simbélicas particulares. ‘Sin embargo, observados desde Paraguay, los productos que com- ponen esos circuitos no sélo incluyen aquellos provenientes de China y del Sudeste Asitico, sino también productos brasilefios. De hecho, en el mercado interno paraguayo son los productos brasilefios los que pre- dominan, ya sean provenientes de industrias establecidas 0 de arreglos productivos informales, ingresados por esquemas de importacion regu- lares 0 por circuitos irregulares. Prestando atencién a uno de esos espa- cios de produccién, aquel donde eran confeccionadas parte de las vestimentas que eran vendidas en Ciudad del Este -el mundo de la sulanca~, nos topamos con problemas del mismo orden que aquellos que caracterizan a los circuitos saco/eiros que trabajan con importados. Si pretendemos dar cuenta de estos fenémenos desde una perspectiva abarcadora, debemos ser capaces de incorporar estos multiples esce- narios. Trabajar sobre los tres elementos destacados en esta conclusion tal vez nos ayude en el emprendimiento. 20/ Es bueno subrayar que la figura “socialmente legitima” no es autoevidente y que debe ser pensada detenidamente. Algo que quedaré para otra ocasion. 21/ Sobre la conexién entre Ciudad del Este y Dubai desde un registro etnogréfico, ver Rabossi 2004: 19-20. Sobre la relacién entre Ciudad del Este y Caruaru, ver ibidem, 314-318. (70 Bibliografia APPADURAI, Arjun. 1986. Introduction: Commodities and the Politics of Value. 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