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LA “CIUDAD SORPRESA” Y EL ESPÍRITU INDELEBLE.

David Sebastián Jiménez Villota

Abril 2016.

Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín

Ingeniería Química

Facultad de Minas.

2016.
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Dedicatoria

Con mucho cariño a Mercedes Jiménez, mi madre; a mis tíos; Silvio Jiménez,

Rosario Jiménez y Ana Lucía Jiménez; a mis primas, Liceth Vivas y Melissa Vivas;

quienes se encuentran residentes en la ciudad de San Juan de Pasto, por el apoyo brindado

en todo momento, por sus valiosos consejos y su motivación diaria.


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Agradecimientos

Agradezco profundamente la plena disposición de Rosario Jiménez, Ana Lucía Jiménez y

Andrea Portilla, por su colaboración en la investigación y desarrollo del presente artículo

académico-científico.
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Resumen

Recordar el pasado, es viajar a través de la historia, que surge por las relaciones sociales

entre los habitantes de una región en particular, generando creencias y costumbres en común,

sintetizadas en la cultura, la cual se establece en un determinado espacio.

San Juan de Pasto, es un lugar que promueve la cultura; en sus distintas expresiones,

fundamentalmente inalienable y que se consolida gracias a la intervención continua de nuestros

antepasados, a través de la herencia y la tradición oral. De éste modo, su dialecto, supersticiones,

formas de actuar, gastronomía, hasta eventos de interés popular; demostrados en los carnavales,

motivan el gran atractivo turístico de la región. Asimismo, se percibe de forma clara, la presencia

y larga trascendencia de la posición histórica que caracterizó a la “ciudad sorpresa” en algún

momento de su historia, conllevando a expresar múltiples juicios que transgreden el valor de los

ciudadanos Pastusos.

No obstante, es un territorio que ha sido aislado políticamente, a pesar del gran valor

histórico y cultural que está impregnado en el espíritu ancestral de los individuos nariñenses. Por

muchos de estos factores, eventualmente, es necesario distinguir y conocer las características

sociales de un pueblo, para formular posiciones al respecto.

Palabras clave: Ciudad, San Juan de Pasto, Historia, Cultura, Carnaval.


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Abstract

Remember the past; is traveling through history, which arises from social relations among

the inhabitants of a particular region, generating beliefs and customs in common, synthesized in

culture, which is established in a given space.

San Juan de Pasto, is a place that promotes culture; in its various forms, primarily

inalienable and consolidated through continuous intervention of our ancestors, through

inheritance and oral tradition. In this way, their dialect, superstitions, methods of acting,

gastronomy, until events of popular interest; shown in Carnivals, motivate the great attraction of

the region. It also clearly perceives the presence and importance of the long historical position

that characterized the "surprise city" at some point in its history, leading to express multiple

judgments that transgress the value of Pastusos citizens.

However, it is a territory that has been politically isolated, despite the great historical and

cultural value that is steeped in the ancestral spirit of Narino individuals. For many of these

factors, eventually, it is necessary to distinguish and understand the social characteristics of a

people to formulate positions thereon.

Keywords: City, San Juan de Pasto, History, Culture, Carnival.


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Introducción

La historia sobre los acontecimientos; sobre los sucesos de la vida real, está grabada en la

memoria de un pueblo. Realmente, recordar es volver al pasado, revivir el desarrollo de nuestra

infancia, adolescencia y juventud, subyugada a los buenos ejemplos morales, espirituales y

religiosos, menesteres para vivir en paz con Dios y con nuestros conciudadanos. Dentro de éste

ambiente histórico, surge la práctica, a través de la cual los individuos organizan

significativamente su realidad social, consolidando a las formas culturales, que se adquieren por

medio de la herencia a través de nuestros antepasados o antecesores, verbalizada en sus relatos y

sus experiencias, que fueron transmitidas por la tradición oral de generación en generación hasta

nuestros tiempos, y que hoy por hoy; ésta caracterización, sienta bases de una cultura inalienable

a la ciudad de San Juan de Pasto.

Las investigaciones necesarias, presentan un enfoque experimental, vislumbradas a través

de más de dieciséis años de permanencia en el espacio en cuestión, que proveen de un vasto

conocimiento cultural e histórico, llevando como trasfondo el aprendizaje rutinario, brindado por

la ciudadanía, y por mis allegados, de igual manera, la lectura de ciudad, posee una base literaria,

la cual responde a lo que el autor Montufar (2010) atribuye como “[…] lo que vi, conocí,

escuché, observé, disfruté, estudié, y trabajé, como también sobre lo que nos contaban nuestros

antecesores […]”(p. 7)

El desconocimiento de ciertos rasgos culturales, no puede llevar a expresar falsos juicios

de valor acerca de las características de una sociedad, porque éstas son propias, inherentes,

llevan un proceso de permanencia histórico, que responde a las demandas de cada habitante con

sus semejantes y con su entorno, por ende, cada ciudad posee costumbres y tradiciones diversas

entonces es necesario tolerarlas y respetarlas. Por lo anterior, lo que puedo afirmar es que un
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buen lector es el que lee, aprende y respeta, lo hace por gusto y por iniciativa propia, expresando

su punto de vista de forma crítica constructiva. “Entrego éstas páginas con la humildad que me

caracteriza, como pastuso de todos los tiempos y como hombre de bien. ¡Espero que las

disfruten!” (Montufar, 2010, p.8).


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La historia es cultura.

Ubicada al suroccidente colombiano, se alza la majestuosa ciudad de San Juan de Pasto,

capital del departamento de Nariño, denominada como “La ciudad sorpresa de Colombia”; a

causa de aparecer de repente entre las montañas y naturaleza de la carretera, y como “La ciudad

teológica de Colombia”, debido a la gran cantidad de iglesias y santuarios; nombres que

confluyen a una mezcla evidente de lo religioso, los reinados y lo indígena, de la mezcla cultural

y la innegable manifestación de la conquista y sus consecuencias .

Posee un gran atractivo topográfico, otorgado por la presencia del “León dormido” o

“Urkunina”, referido por nuestros antepasados como “montaña de fuego” y comúnmente

conocido como el volcán Galeras; uno de los volcanes con mayor actividad en el país, en medio

del nudo de los Pastos, donde se desprenden las tres cordilleras que surcan nuestro territorio.

Aquellas montañas, hacen parte de una larga cadena montañosa, como “pliegues” formados en la

madre tierra, o “Pachamama”, venerada por nuestros aborígenes, los pueblos de los Pastos y de

los Quillacingas, quienes fueron adheridos al territorio del Tahuantinsuyo o Imperio de “Los

Incas” el cual atravesaba la Cordillera de los Andes, desde Argentina, pasando por Chile,

Bolivia, Perú, Ecuador, hasta llegar a Colombia.

Pasto, viene del término “Pas” que significa gente, y “to” que significa tierra,

similarmente, se denomina San Juan de Pasto en honor a su patrón religioso, San Juan Bautista.

Pasto es una palabra de origen quechua que significa “río azul”. Pastos se llamaron las tribus que

habitaron las regiones de Túquerres e Ipiales hoy municipios ubicados al sur del departamento de

Nariño y refiriéndose a sus habitantes, “todos estos pueblos y caciques tenían y tienen por

nombre Pastos, y por ellos tomó el nombre de Villa de Pasto”. (Pérez, 2008)
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Es considerada una de las ciudades más antiguas de Sudamérica, fundada en el año de

1537, y denominada como “Villaviciosa de la Concepción”, por el conquistador Español

Sebastián de Belalcázar, en el Valle de Yacuanquer, posteriormente, Lorenzo de Aldana;

Español nacido en Cáceres, la sitúa en el Valle de Atriz. “[…] (en español antiguo, “viciosa/o”

era equivalente a la palabra que nombraba una tierra tan fértil que producía, florecía o se daba de

vicio) […]” (Montufar, 2010, p.9)

Los Pastos

El origen y tradición de Pasto como ciudad, como territorio lleno de conocimiento, debe

realizar un recorrido que pueda dar a conocer la trama de tejidos culturales, que permitan

resaltar su integración de pueblos que antropológicamente son destacados, por su formas de vida,

como los chibchas, los cuales se ubicaron en lo que hoy distinguimos ciudad de pasto y en los

alrededores comunidades indígenas como Los Pastos, Los Capulli, y los Quillacingas, quienes

dejaron una gran trascendencia de formas de vida, en lo que hoy se conoce como ciudad de

Pasto, nombre que se remonta desde “Cuando los españoles llegaron desde Quito, el área era un

punto de confluencia de varias fuerzas culturales: La Inca desde el sur, los Chibchas y las

unidades culturales independientes desde el norte, los grupos amazónicos desde el oriente y las

tribus de las tierras bajas del Pacífico en el occidente. Esta posición geográfica única le dio al

distrito de Pasto un carácter especial como zona de convergencia transcultural y como área

limítrofe”. (Cerón, Doumier, López, y Zambrano, 2010)

Los Quillacingas

El territorio que en la actualidad se ubica la ciudad de Pasto era la antigua provincia de

Quillacinga; la región mejor organizada que encontraron los españoles en el sur de la patria.

Estos aborígenes, en sus creencias religiosas, fueron demonólatras y totémicos. Rindieron culto
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al sol, al agua, a la rana, a la serpiente, al mono y a otros animales y elementos. En sus creencias

llegaron hasta el sacrificio humano. Fueron especiales sus ritos funerarios; cavaban grandes y

profundas sepulturas donde enterraban a los difuntos con todos sus haberes y alimentos para el

largo viaje del más allá. Y fueron también antropófagos, belicosos e indómitos. Apelaron a las

armas para defenderse de los invasores. Su fiereza impidió muchas veces la fundación de Pasto.

Utilizaron como armas palos y piedras, pocas lanzas y mal hechas. Modelaron el barro con

técnica y buen gusto; elaboraron ollas, cántaros, compoteras y silbatos. La estatuaria, tanto en

piedra como en barro, acusa una gran comprensión del arte decorativo. Su cultura pertenece al

período que los arqueólogos llaman de integración. No quedan vestigios del idioma. Quillacinga

quiere decir “media luna”, “narices de luna”, para algunos y “oro en las narices” para otros.

(Pérez, 2008)

La otra cara de la moneda

Históricamente, la ciudad de Pasto, defendió el trabajo y su propia autonomía, por

consiguiente, evitaban a toda costa la intrusión de extranjeros. Evidentemente, la ciudad de Pasto

se caracterizó por su fervor y apego al rey de España, en aquél entonces defendían hasta la

muerte el ideal de “reconquista” dirigido por el “pacificador” Pablo Morillo”, lo que causó, que

se consolidara una fortaleza realista, defendían la corona española a toda costa, verbigracia de

ello, el ejército Patriota fue vencido en innumerables situaciones, como en la batalla de

Bomboná. El líder indiscutible del espíritu guerrero imbatible indeleble a cualquier Nariñense,

se materializó en Agustín Agualongo, quien venció intentos de invasión de Simón Bolívar y del

ejército Quiteño. Por el espíritu combativo de sus moradores, en el siglo XIX se la llamó “La

Leona de los Andes”; la Vendée Americana, “donde profesó el amor al rey y la fidelidad a

Castilla con un sublime heroísmo”. (Pereira, 1984)


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Es muy recordado en la memoria de todos los patusos un acontecimiento sumamente

desgarrador, “ocultado” en la historia: La Navidad Negra. Los abuelos recuerdan aquel hecho, y

no se niegan a compartirlo a las nacientes generaciones. Narran que en la Iglesia de Santiago, el

ejército Pastuso parecía invencible, sin embargo, las tropas al mando de Sucre saquearon la

Ciudad y se dispusieron a violar, torturar y matar a las monjas del convento. El ejército Patriota

hizo de las suyas en aquel 25 de diciembre. Por eso, la reconocida calle del Colorado en Pasto,

“una cuesta” recibe ésta denominación, por los ríos de sangre que bajaban, y bañaban la ciudad,

Bolívar fue el culpable de éste homicidio, y la historia hace un paréntesis en éste evento, para no

desprestigiar la imagen del héroe Bolivariano. Como lo describe la misma historia, "[…]un rio

de sangre corría sobre la colina del apóstol Santiago, hacia la ciudad, en ella la vida de mujeres,

niños y religiosas concepcionistas se consumaban como la ofrenda perenne a los dioses del mal

infames personajes que ahora se los llama héroes[…]”(Delgado y Cuervo, 2014). En aquella

época, era difícil imponer el ideal independentista en la realista ciudad de Pasto, además, la gran

altura (aproximadamente 2600 msnm) geográfica y la vasta extensión de montañas y cerros, eran

puntos a favor para los naturales pastusos. A raíz de ésta conducta histórica, se debe la

distinción de los Colombianos a los Pastusos, haciendo falsos juicios y críticas, marginando el

intelecto y subestimándolos.

El paisaje citadino

Por otra parte, el acto de recordar, es sumamente agradable, pero es más bello aún

regresar al pasado, activando la memoria para inmortalizar a las personas cultas, que con su

comportamiento nos daban ejemplo. Cuando transitaban por las silenciosas y solitarias calles de

ciudad de Pasto; los señores elegantemente vestidos, se quitaban el sombrero, inclinaban la

cabeza en señal de respeto y saludaban con los ¡Buenos días! o con el ¡Buenas tardes! Y cedían
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el paso a las damas y a las personas de mayor edad. Un pastuso, en su peculiar modo de

expresión, dice: “que las calles eran sólidas, (vacías) porque no se veía ni un alma”.

De igual manera, empíricamente, la disposición de las vías; en especial de las calles y

carreras en San Juan de Pasto, viene de forma distinta a la distribución de éstas mismas en otro

tipo de ciudades como Medellín, en particular, el sentido de las calles en Pasto, se asemeja al

sentido que llevan las carreras, y éstas últimas; en Pasto, llevan el sentido de las calles. Ésto

demuestra de forma explícita, una pequeña facción de la cultura, en hechos tan simples, como la

distribución vial, que en especial, conserva la historia ergo se miran placas con nombres como

“Calle de Rumipamba”, “Calle Real”, “Calle Azuero”, “Calle Angosta”, “Calle del Calvario”,

“Calle de la cárcel(donde se afirma que estuvo retenido Antonio Nariño)” entre otras.

No obstante, el gran atractivo urbanístico, se acentúa en las tan excelsas casas coloniales,

de dos o tres pisos, que se yerguen alrededor de toda la ciudad especialmente en el centro.

“[…]Las casas coloniales eran construidas con cimientos de piedra, muros de tapia apisonada,

cubiertas de tejas de barro, cruzadas con soportes de pilares de madera, con chaclas y pañetes de

tierra preparada y el cielo raso con varios dibujos en el revestimiento lienzo[…]” (Montufar,

2010, p21)

Bellas casas, que se pierden en el tiempo, con pasillos, zaguanes y varias habitaciones,

además de sus varios balcones tallados, y grandes portones de golpe con una estatuilla de metal.

Tampoco puede faltar la repisa donde permanecen las estatuas de los santos, como el corazón de

Jesús, la Virgen del perpetuo socorro, y junto a ellos las velas y los cirios, asimismo la herradura

de caballo que se coloca encima de las puertas, con la superstición de “espantar a los malos

espíritus”. Por experiencia propia, estos utensilios están presentes en muchos de los hogares

pastusos, más aún si los habitantes de la morada son profundos creyentes religiosos. En la
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cocina, no podían faltar lo peroles, las tazas y platos esmaltados pintados con flores, y

“chiltiados”(quebrados) por el uso continuo, la cafetera de madera con bolsa de tela, y las piedras

para moler.

Costumbres, creencias y supersticiones.

En mi infancia, los niños y niñas salíamos hasta determinadas horas de la noche a jugar

en los andenes y en las calles, respirando un ambiente sano y lleno de paz, compartíamos

sonrisas y lloriqueadas, jugábamos con los mollejones o canicas de cristal, con el trompo de

madera, al gato y al ratón, a las escondidas, al “Bobi”, entre otros, todo a razón de la inexistencia

de medios tecnológicos tan avanzados, como celulares o dispositivos electrónicos, aparte de eso,

no habían malas costumbres modernas. Paralelamente, la cultura de San Juan de Pasto es rica en

creencias, cuentos, agüeros y supersticiones, los cuales llevan consigo una explicación mística,

mágica o religiosa, a razón del gran apego teológico que se exhibe en el ambiente citadino, son

transmitidos oralmente de una generación a otra, promueven las relaciones sociales, y aseguran

la continuidad de la cultura hablada o verbal. Muestra de ello es un término supersticioso

denominado “Mal Aire”, referido a una conducta extraña en un niño, deseaba que no lo dejen

sólo, se veía huidizo, y asustado, debido a que previamente había ido al cementerio con sus

familiares, a visitar a sus seres queridos ya fallecidos, entonces, la creencia popular sugería

“Bajarle el cuajo” consistía en soplarle una copa de aguardiente en el pecho, en los pies, en las

manos, y posteriormente se lo jalaba de los pies diciendo “Fulano…ven a tu casa…fulano ven a

tu casa, no te vas…no te vas.”

Gastronomía

Nariño contiene tres regiones distintas: La zona Andina, conformada por la larga cadena

de cordilleras y montañas, concentra la mayor parte de la población, la zona Pacífica, que ostenta
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la salida al mar, y la zona de la Amazonía, cuya puerta de entrada es el lago Guamuéz,, más

conocido como laguna de La Cocha. Por lo cual, la variedad de pisos térmicos y climas, brindan

gran variedad alimenticia, se obtienen productos diversos y que aportan un gran valor

nutricional.

En consecuencia, la gastronomía Nariñense, es bastante amplia, provee de platos

exquisitos que se asegura satisfará el gusto de cualquier paladar. Las comidas caseras preparadas

en los hogares y en algunos de los restaurantes de Pasto, constan de las sopas y las cremas; chara

o cebada, la poliada; una de las más exquisitas sopas crema a base de choclo, sopa de arrancadas

o de chuspas de masa de harina, la chorriada; con maíz capia, la de trigo, la de mote de maíz, el

locro o sopa de verduras, la ligera; a base de huevos, y la mazamorra de maíz con leche y panela

rallada. En la dieta alimenticia de los pastusos, no puede faltar la papa capira y chaucha, en todas

sus formas, asada o cocinada, los ollucos y los panes de “allulla”. El plato típico es el cuy, roedor

afrodisiaco, acompañado con papa pastusa, crispetas, ají al gusto y una botella de gaseosa “La

cigarra”. Los lapingachos o tortilla de papa, el champús; preparado en semana santa o en

navidad, el envuelto de choclo; “[…]a base de granos de choclo tierno, miel de panela, queso y

hojas de choclo[…]” (Montufar, 2010, p.84), los quimbolitos, que provienen de la cocina

ecuatoriana, llevan harina de maíz, mantequilla, queso, uvas pasas y van muy bien con café, los

tradicionales helados de paila “La ñapanguita” , y los hervidos, los cuales son “[…]bebidas

calientes, pulpa de fruta natural (mora o lulo) hervida con aromáticas, canela y azúcar se agregan

dos copas de Aguardiente Nariño[…]”(Caicedo, 2016)

Carnavales de Negros y Blancos

El día 28 de diciembre, se celebra el día de los Santos inocentes, los niños, jóvenes y

adultos se reúnen desde las primeras horas de la mañana, con la costumbre de jugar con agua, las
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personas se bañaban con jarras, peroles, bombas de agua, y otros utensilios, también se lanzaba

agua desde los balcones, o en las calles. Ésta costumbre, según lo afirma Montufar (2010, p.93),

“[…] fué traída por familias ecuatorianas en el año de 1953[…]”. Lógicamente, muchos de los

aspectos culturales presentes en la ciudad de Pasto, poseen influencias ecuatorianas, debido a la

cercanía territorial, y a la similitud racial y étnica. Actualmente, se han estipulado normas de

raciocinio ambiental, por consiguiente, se prohíbe jugar con el líquido vital, aunque mucha gente

aún sigue realizando ésta práctica, muchos otros preferimos asistir a “Arcoíris en el asfalto” una

actividad cultural, que consiste en la expresión a través del dibujo con tizas de todos los colores,

especialmente en la Calle del Colorado.

En época Navideña, los habitantes de la ciudad de San Juan de Pasto, hacían el juego de

los aguinaldos, entre familiares y amigos, apostando al hablar y no contestar, al sí y al no, al dar

y no recibir, entre otros, como por ejemplo, al hablar y no contestar, cuando una persona se

encontraba con la otra que había apostado y le pregunta hola ¿cómo estás? , y si la otra

contestaba, perdía, y debía pagar la apuesta del aguinaldo.

El día 31 de diciembre, se vive el desfile de carros antiguos y de años viejos, desde las

primeras horas de la mañana, recorren la ciudad de Pasto, éstos últimos manifiestan

acontecimientos sucedidos en todo el año, con temática política primordialmente, además van

acompañados por las “viudas” que eran hombres disfrazados de mujeres.

El gran atractivo turístico sin lugar a dudas, se vive desde el 2 al 7 de Enero de cada año,

considerado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco: El carnaval de

Negros y Blancos; nombre que viene del medioevo, que significa “fiesta de la carne o quitar la

carne” y anuncia la cuaresma, es la “fiesta al revés o mundo invertido” (Zambrano ,Romero y

Ruiz, 2008) con el sentido de rebeldía al orden social, desaforando todas las emociones de
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manera espontánea, con la danza, la pintura y tradiciones populares, exhibiendo coloridas

prendas, conjuntos coreográficos, en fin un destello de mucha creatividad.

En general, se demuestra el amor al carnaval, la gran labor de nuestros artesanos

Nariñenses, quienes exhiben el inmenso talento cultural, transferido de generación a generación

en la consolidación del carnaval y del desfile magno, que expresa la riqueza étnica de las zonas

aledañas, asimismo, moradores y visitantes llegados de todas las regiones de Nariño, de

Colombia y del extranjero, se dedican transgredir alegremente la realidad cotidiana, infunde

relaciones socioculturales, rompen cualquier distanciamiento entre las personas y fortalecen

tanto las relaciones sociales y el entretejido social como el sentido de identidad , mejora lapsos

de amistad, defendiendo su lema característico “juego limpio”. El carnaval toma escenario en la

calles de la ciudad de Pasto, En la plaza del Carnaval y en la Plaza de Nariño.

El 6 de enero se lleva a cabo el desfile magno, cuando hermosas carrozas con

monumentales y hermosas figuras en movimiento recorren la ciudad, mientras al grito de ¡Viva

Pasto, carajo! la fiesta y el goce se apodera de cuerpos y corazones.

Algunos de los pioneros, escultores y artistas del Carnaval, fueron los señores: Alfonso

Zambrano, Rogelio Argoty, Servio Tulio Torres. En particular, el maestro Zambrano tiene gran

trascendencia histórica en la ciudad de Pasto, fue un importante maestro en el arte de tallar en

madera, y con su habilidad en la escultura, también construía las bellas carrozas. El carnaval de

Negros y Blancos, y san Juan de Pasto en general, agradece también a los artistas que participan

en el carnaval, a éstos artífices, que a través de los años le han dado vida a éstas fiestas

populares, a ellos mi gratitud.


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Las fiestas Religiosas

San Juan de Pasto, se ha caracterizado por ser una ciudad religiosa, posee más de doce

iglesias en el centro de la ciudad, que se distancian al menos por dos cuadras una de la otra. La

patrona y gobernadora es la Virgen de las Mercedes, llamada por muchos de sus fieles devotos

como “Michita Linda”

“Contaban los abuelos que los valientes pastusos, antes de enfrentarse con las tropas

patriotas que comandaba el general Simón Bolívar, sacaban la imagen de la santísima

virgen de las mercedes en procesión y los soldados patriotas desde las lomas de Tescual,

veían brillar cientos de sables como rayos de sol; las tropas enemigas con el general

Bolívar, al no poder tomarse a la pequeña ciudad de Pasto, huían despavoridos al ver a

los soldados pastusos esgrimir los sables en medio de la multitud que caminaba con

mucha fe junto al anda de la Michita linda” (Montufar, 2010, p.107)

La semana Santa se celebra con mucho respeto y devoción, asistían todos los católicos a

las ceremonias en las diferentes iglesias. El día Martes Santo en la noche, los devotos salían a la

procesión de la Iglesia de San Agustín. El día Jueves Santo, los ciudadanos asistían a las iglesias

a “visitar al monumento” asistiendo cada una de ellas. El día viernes Santo, no se comía carnes

rojas, sino pescado, además, nadie podía bañarse, y por la noche, los creyentes se disponían a

asistir a la procesión, donde los cargueros llevaban sobre sus hombros las imágenes y

monumentos; entre ellos los más importantes; la virgen dolorosa y el santo sepulcro, que venían

acompañados con música de fondo por la banda sinfónica de Nariño.

Lugares para visitar

San Juan de Pasto está ubicado a aproximadamente dos horas del Santuario de las Lajas,

“considerada la segunda maravilla de Colombia”, debido a estar construida sobre el abismo. Es


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un centro de peregrinación religioso, materializado en el sinnúmero de placas de agradecimiento,

que se visualizan en las paredes del Santuario, aparte de eso, los visitantes pueden obtener

recuerdos religiosos, artesanías, y diversos productos comercializados por los habitantes del

lugar y de las zonas aledañas. Lógicamente, la actividad turística se intensifica en épocas de

Semana Santa.

Otro gran atractivo turístico, está ubicado a una hora y media de la ciudad de Pasto,

situado en Ipiales, las casas del barrio “El charco”, cuyas fachadas se encuentran pintadas con

motivos simbólicos pertenecientes a los Pastos, como el “churo cósmico” representado en la cola

del mico, y en la planta del tauso cuyo significado es la historia como un ciclo o una espiral.

Aquí se adquiere comida típica y artesanías de la región.

La laguna de la Cocha, es un sitio de gran atracción turística, se llega se llega desde Pasto

“[…] luego de recorrer 27 kilómetros por una bien pavimentada carretera hasta el corregimiento

El Encano. La Cocha tiene 75 metros de profundidad y una longitud de 23 kilómetros de largo

por 5 de ancho en su parte más dilatada […]” (Giraldo, 2014).

En la vereda, se puede degustar la “trucha arcoíris”, la cual, puede ser encontrada en

distintas preparaciones, además, los comerciantes se benefician de la actividad turística para

poder ofrecer artesanías, suéteres y gorros de Lana, y demás productos tradicionales de la región.

Allí, los turistas pueden acceder a las lanchas, guiados por habitantes del puerto, quienes

demuestran sus dones de amabilidad, se encargan de llevar a los visitantes por una segura

navegación en la laguna, también pueden recorrer la Isla de La Corota, declarada como Santuario

de Flora y fauna, y como uno de los parques naturales del país.


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“Lengua Pastusa”

Sin lugar a dudas, una de las expresiones más notorias de la cultura Pastusa y Nariñense,

está demostrada en el dialecto de sus habitantes, en su forma de hablar, y en los términos

utilizados para referirse a ciertos objetos, situaciones, actitudes, entre otros. Los vocablos

nariñenses son inherentes a la región, por ende, se consideraría como una “Lengua Pastusa”, de

trascendencia histórica, y que debe fortalecerse a través del paso del tiempo. Muchos de los

dialectos provienen de quechuismos, es decir de palabras o frases de origen el vocablo quechua.

“El dialecto del pastuso tiene presencia de características culturales de los andes centrales, que

se acentúa con el idioma Quechua y Aymará” (Cerón, Doumier, López, y Zambrano, 2010). El

dialecto Pastuso es un orgullo y legado de nuestros antepasados, es un medio de distinción de los

ciudadanos, nos identifica, por consiguiente, es necesario mantenerlo, enseñarlo y difundirlo.

Algunos de los Vocablos Nariñenses son:

-Achichay: ¡Qué frío! -Chuchinga: Cobarde.

-Achichuy-Achichucas: ¡Qué Calor! -Guagua: Niño.

-Ahisito nomás: En ese sitio por -Guato: Pequeño.

favor. -Mordoré: Tonalidad de Rojo

-Angarillo: Flaco -Pite: Pedazo

-Atatay: ¡Qué asco! -Tiritingo: Nervioso, Entumido

-Bambaro: Homosexual -Viringo: Sin ropa

-Carisina: Mujer Inútil

Aproximadamente, existen más de quinientos quechuismos utilizados en el dialecto

Pastuso, empleados en el diario vivir de las personas. Cerca de la iglesia de la Catedral; en Pasto,
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se colocó un diccionario de la lengua Pastusa, fácilmente visible por los transeúntes del lugar,

que muestra una lista completa de palabras y expresiones propias de los individuos Nariñenses.

“Así como lo narraba un destacado etnógrafo de su tiempo, Alfonso Alexander que

cuando llego de un largo viaje de Nicaragua en 1900, al entrarse a ese gran valle de atriz, tapiz

de retazos de diversos verdes, se encontró con una ciudad o más bien un pequeño territorio, que

se caracterizaba por su particular conservatismo de creencias y formas de vida que guardaban lo

oculto de su idiosincrasia, además de expresiones culturales donde sus habitantes y

especialmente sus mujeres eran destacadas por ser guerreras” (Pérez, 2008) ; aquí se destaca a

Manuela Cumbal, Francisca Aucú, la cabo Pedro. Por su formación y talento para las artes,

además de grandes educadoras; así ese tapiz de retazos se manifiesta en la diversidad de sus

actividades donde los Pastusos se destacaban y se siguen destacando en el emprendimiento de la

creatividad de actividades que llegaron a hacer grandes empresas en Colombia, como coltejer,

así también en los tejidos de paja toquilla, decoraciones en madera con el mopa- mopa, con el

barniz de pasto, la elaboración de pianos y violines, la talla en madera, elaboración de grandes

carrozas únicas en el mundo; pero la ubicación o más bien la tardanza de ese tan esperado

desarrollo de la infraestructura tuvo que relegarse y quedar aislado por mucho tiempo, lo que

trajo como grave consecuencia su presentación al resto del país, que más tarde se dan a conocer,

sobresaliendo en lo académico, artes, ciencia y literatura, sobre otras ciudades que empezaron

con ese pujante progreso.

En conclusión, la lectura de ciudad, no sólo implica tratar acerca de los aspectos

agradables, interesantes, o de manera expresa; lo que brinda y sobresale entre los demás
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aspectos, sino también de la situación política, social, y económica. Frente a esto, la posición

tomada debe velar por el beneficio, y el avance, dejando a un lado la transgresión. A causa de la

ubicación geopolítica de Pasto, y del departamento de Nariño, posee la influencia cultural, tanto

de Colombia, como del país aledaño; Ecuador, sin embargo la ciudad se ve sumida en el atraso

social y el olvido político, los problemas sociales se resuelven por iniciativa del pueblo, los

gobernantes no actúan en pos de la seguridad pública, de la salud y de la educación; a pesar, que

Nariño posee una gran riqueza cultural y territorial, que provee de una cantidad significativa de

recursos renovables y no renovables, brinda espacios amenos para fortalecer la identidad y la

cultura, ofrece una excelente dieta alimenticia, basada en los productos cultivados por nuestros

campesinos, de excelente calidad, y con un valor nutricional adecuado. Por ende, es ilógico

pensar, que aunque la situación cultural, agrícola, y natural de departamento y de la ciudad en

general; esté en buenas condiciones, no existe un entidad, corporación o fuerza mayor que

asegure el fortalecimiento de éstas cualidades.

El Pastuso es nato en valores humanos, reconocido por destacarse en distintos ámbitos,

en muchos de los campos del saber humano, en el deporte, en el estudio, en la ciencia, en la

tecnología, además, demuestran su dedicación, su responsabilidad y su confiabilidad en el

ejercicio de éstas. El que sin pensar y saber la realidad, la historia y la cultura, “cree” y dice que

el pastuso es “Tonto”, sólo es un difamador, las personas inteligentes, saben la validad del ser

humano, en todos su ámbitos, sea de donde sea, sean cuales fuesen sus características,

ideologías, dogmas, costumbres y creencias. A pesar de que las personas no conozcan nada en

absoluto de la “ciudad sorpresa” hacen falsos juicios de valor, tachándonos de tontos o

graciosos.
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En consecuencia, la transformación social de nuestro contexto surge en nosotros mismos

y en nuestros hogares, es innecesario juzgar antes de saber las razones por las cuales se opta por

tomar ésta conducta, por nuestra parte, nos sentimos orgullosos de nuestras raíces, costumbres,

dialecto, creencias, historia, supersticiones, en general, de nuestra cultura. Fortalecer éstos

aspectos significa mejorar el turismo, invitando a los individuos del extranjero, amigos o

conocidos a visitar esta bella ciudad, que acoge a los turistas así como a sus habitantes, de ésta

forma, el intercambio cultural será bastante fructífero. En definitiva las puertas de Pasto siempre

están abiertas.

Finalmente es adecuado y menester conocer la historia, sin embargo, es respetable la

posición que cada lugar tome al respecto, el fin último es buscar la equidad y dejar a un lado los

falsos juicios al respecto.

Si defender los principios adquiridos, ser fieles, nobles, leales, nos hacen tontos, lo seremos con

orgullo, pero puedo decir con plena seguridad que mis labios nunca sentirán alegría y orgullo al

pronunciar el nombre del asesino de los pastusos: Simón Bolívar.


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Referencias

Archivo particular. (27 de agosto de 1993) Clara Eliza Narváez, La enfermera del Frente.

El Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-207206

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GEOGRAFÍAHUMANADECOLOMBIA, REGIÓNANDINACENTRAL (TOMO IV, VOLUMENI)

Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/geohum4/pastos5.htm


24

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son tontos, brutos o ingenuos? Bogotá D.C, Colombia: Weebly.com.

http://conlasogaalcuello.weebly.com/iquestpor-queacute-se-dice-que-los-pastusos-son-brutos-

tontos-o-ingenuos.html

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D.C Colombia: Revista volar Colombia. http://revistavolarcolombia.com/destino-

volar/nacionales-volar/narino-caminos-cruzados-por-la-historia/

““Manuela Cumbal y Francisca Aucú, Nariño”” (s.f) Manuela Cumbal y Francisca Aucú

Nariño. Colombia: Aecid, Oficina técnica de cooperación.

http://www.aecid.org.co/recursos_user/documentos/noticias/DIA%20MUJER/11Manuelacumbal

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Montufar, F. (2010). Recordar es vivir: Temas históricos y costumbristas de la Antigua

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Revista Literaria, Bogotá. Capítulo III.

Pérez, V. (2008). Articulo revista credencial historia 226: 450 años de la fundación de

Pasto. San Juan de Pasto: Revista Arco

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2008/pasto.

Zambrano, H., Romero, E., Ruiz, H. (2008) Cultura Pastusa: Carnavales de Pasto. San

Juan de Pasto, Colombia: Blogger.com

http://culturapastusa.blogspot.com.co/2008/05/carnavales-de-pasto.html
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ANEXOS
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Anexo A

Morada al Sur (Fragmento)

Te hablo de días circuidos por los más finos árboles:

te hablo de las vastas noches alumbradas

por una estrella de menta que enciende toda sangre:

te hablo de la sangre que canta como una gota solitaria

que cae eternamente en la sombra, encendida:

te hablo de un bosque extasiado que existe

sólo para el oído, y que en el fondo de las noches pulsa

violas, arpas, laúdes y lluvias sempiternas.

Te hablo también: entre maderas, entre resinas,

entre millares de hojas inquietas, de una sola hoja:

pequeña mancha verde, de lozanía, de gracia,

hoja sola en que vibran los vientos que corrieron

por los bellos países donde el verde-es de todos los colores,

los vientos que cantaron por los países de Colombia.

Te hablo de noches dulces, junto a los manantiales, junto a cielos,

que tiemblan temerosos entre alas azules:

te hablo de una voz que me es brisa constante,

en mi canción moviendo toda palabra mía,

como ese aliento que toda hoja mueve en el sur, tan dulcemente,

toda hoja, noche y día, suavemente en el sur.

Aurelio Arturo. (La Unión, Nariño, 1906 – Bogotá, 1974)


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Anexo B

Diccionario Pastuso

“Actualito: En este mismo instante.

Apa: Levantar. Hacer apa al nene es cargarlo.

Ayora: Exclamación producto del metaplasmo: Ay! y Ahora?.

Bonitico: (El) El llamado amoroso y pío para el señor Dios.

Chay: Hace referencia de Achichay, que expresa frío

Cosiánfira: Algo que las señoras pretenden difícilmente mantener en secreto.

Enchurarse: Enrularse. Poner los rizos en orden, arreglarse.

Enseñoritar: Para las gentes de la zona rural, el maíz está enseñoritando, cuando comienza a

florecer.

Fritada: El plato de carne de cerdo.

Gáfaro: Audaz, de arranque, que no pierde ninguna. Viene de gafar o arrancar.

Guagua: Término para referirse a un niño.

Guaico: Término referido a un clima abrigado.

Guaneña: Bambuco principal baile de nuestro departamento.

Guascazo: Puñetazo, golpe.

Harneada: Sopa de maíz o cebada.

Juagada: Nos traduce lavar.... Estoy juagando (lavando) la ropa.

Lluspir: Resbalar. soyar se dice por los lados de la Costa.

Mamarón: Tipo grande, vago.

Mojoseado: Se refiere a cosas con moho.

Ñapa: O yapa, es el aumento que da la vendedora al cliente.


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Olloco: Un tubérculo pegajoso. se le dice Olloco, Ulloco. Vienen en distintos colores

pero saben todos de igual manera.

Orasite: Es lo que quedó ahora si te.... castigan. de este tamaño la expresión es de temor.

Pasosa: Se refiere a contagiosa.

Probanga: Muestra, prueba de un manjar o golosina.

Puendo: Caprichoso gentilicio aplicado de las personas del Ecuador.

Pupo: Ombligo.

Quilico: Tonto.

Quisindiquí: Onomatopeya del acompañamiento de la guitarra para tonadas populares.

Soreco: Sordo.

Trancar: Practicar, Trancarle al trago o al juego es practicar una u otra actividad o las dos.

Virolo: El vocablo significa bizco pero en nuestro medio se aplica el tuerto.

Zarandelo: El trompo que baila como zarandeado.” (Núñez, 2016)

Anexo C

Manuela Cumbal y Francisca Aucú

Nariño

“El domingo 18 de mayo de 1800, una vez celebrada la misa, el sacerdote quiso preparar

los ánimos para leer el decreto de los hermanos Rodríguez Clavijo e inició una plática para

hablar de los deberes ciudadanos y de la voluntad de Dios. E intentó leer el famoso decreto de

recolección de diezmos. Bastó este anuncio para que todos y todas protestaran dentro de la

iglesia.

El sacerdote se empeñó en leer el decreto y la gente salió de la iglesia, profiriendo contra

los hermanos Rodríguez Clavijo. Dos mujeres, Manuela Cumbal y Francisca Aucú, subieron al
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presbiterio en donde estaba el Señor Párroco, le arrebataron de las manos el papel de

autorización de recolección de diezmos y salieron de la iglesia, detrás de ellas todo el pueblo

protestó contra los Clavijo por considerarlos autores del decreto, proveniente de la Real

Audiencia de Quito. Dos años más tarde, el 12 de noviembre, algunas personas que participaron

en la protesta fueron desterradas, otras sentenciadas a muerte y despedazadas en la plaza

principal de Pasto y repartidos sus restos a los diferentes lugares para que sirvieran de

escarmiento ante futuras revueltas.” (““Manuela Cumbal y Francisca Aucú,

Nariño”” s.f)

Anexo D

Clara Eliza Narváez, La enfermera del Frente.

Durante los 10 meses de guerra con Perú, desde el primero de septiembre de 1932 hasta

el primero de junio de 1933, Clara Elisa fue la única mujer que acompañó a las tropas

colombianas.

Ahora, 61 años después de tomar la decisión de irse, Clara Elisa recuerda con nostalgia el

día que se salió con el batallón Voluntarios de Pasto.

Yo me presenté ante el coronel Rodríguez, que no sé si se habrá muerto, dijo Clara Elisa,

que ya suma 84 años.

Aquí en Popayán nos alistamos como unos 300, entre jóvenes y otros menos jóvenes.

Salimos a las 4 de la mañana y estuve allá un año y tres meses, todo el tiempo en la guerra.

Clara Elisa fue uno de los 500 voluntarios que ante la toma de Leticia por un grupo

armado del vecino país de Perú decidieron abandonar sus oficios, montar en el caballo, tomar el

fusil y asumir la defensa de la seguridad nacional.


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Su decisión voluntaria de acompañar a las tropas estuvo precedida de todo un

movimiento de solidaridad, especialmente de los habitantes de la zona sur del país.

Clara Elisa, natural de San Juan de Pasto, vio cómo toda la población entregaba su dinero,

joyas, caballos y otros elementos para que las fuerzas colombianas defendieran al país del ataque

de las tropas peruanas.

En el conflicto con Perú se libró la batalla de Gepí, la única de carácter internacional que

ha tenido Colombia después de la guerra de independencia.

Después de tantos años, Clara Elisa aún recuerda las necesidades que pasaron las tropas

que participaron en el conflicto.

Relató que ante las necesidades, ella y los demás soldados buscaron la manera de obtener

alimentos de la casa de un oficial que estaba en la guerra con su esposa.

Había un oficial que vivía con la señora y tenía todo lo necesario, mientras nosotros

pasábamos necesidades. Entonces nos dábamos la maña para sacar leche, galletas, cigarrillos; a

mí me sorprendieron una vez, pero a los soldados nunca los descubrieron.

Cuando se acabó la guerra y regresé no tenía ropa de mujer, sino sólo uniformes que mis

hermanas me quemaron, dijo.

Cinco años después de regresar de la guerra, en la iglesia San José de Popayán, Clara

Elisa se casó con Luis Enrique Fernández. Ahora, ambos de 84 años, son padres de nueve hijos:

Bárbara Elisa, Carmen Elvira, Luis Eduardo, José Bolívar, Alberto, Cristina, Esperanza, Olga

Lucía y Juan Pablo.

Durante la crianza, esta veterana de la guerra se dedicó a la panadería y le ayudó a su

esposo en el cuidado de las lápidas en el Cementerio Central.


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Para quienes la conocieron, Clara Elisa era, a pesar de su baja estatura, una mujer que se

hacía notar. Era entusiasta, de voz fuerte y con un atractivo especial.

Hernán Gómez, también de 84, otro veterano de la guerra, a quien llaman Vida Regular

recuerda a Clara Elisa como una mujer admirable que a nadie dejó sin ayuda .

Y precisamente esa entrega por la patria, el sacrificio y sus servicios prestados a las

tropas colombianas son los motivos por los que hoy el comandante general de las Fuerzas

Militares, general Ramón Emilio Gil Bermúdez, la condecorará con la medalla Servicios de

Guerra Internacional, categoría Estrella de Bronce.

En la ceremonia, que se realizará en el campo de paradas del Batallón José Hilario López

de Popayán, estarán presentes su único bisnieto, sus nueve hijos y sus siete nietos.

Clara Elisa se mostró feliz con la distinción militar. Pensé que el Gobierno se había

olvidado de nosotros. (Archivo Particular, 1993)

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