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ESCRITOS DE PEDIATRIA Y PSIGOANALISIS. «EW EL PRE—~ SENTE LIBRO SE REONEN DIVERSAS CHARLAS Y CONFE} RENCIAS DE CARACTER CIENTIFICO QUE HE DADO 4 LO LARGO DE MI CARRERA. (...) ' , EXPERIENCIA CLINICA HA SIDO VARIADA, NUNCA~ME. HE ALEJADO TOTALMENTE DE LA PRACTICA DE LA PEDIA- TAlA, QUE FUE MI PUNTO DE PARTIDA. HE PODIDO GoM. PHOBAR EL VALOR QUE PARA MI TRABAJO HAN TENIDO 1O QUE PODRIAMOS LLAMAR LOS “APREMIOS SOCIALES’ CON LOS GUALES TUVE QUE ENFRENTARME EN MI CALI- DAD DE MEDICO EN UN HOSPITAL PARA LA INFANCIA. HE DISFRUTADO, ASIMISMO, DEL CONSTANTE RETO QUE RE- PRESENTA EC EJERCICIO PRIVADO DE LA MEDICINA Y TAM. BIEN LAS CONSULTAS TERAPEUTICAS. ESTAS OCUPACIO- NES ME HAN PROPORGIONADO LA OPORTUNIDAD DE APLI- CAR, DE UN MODO GENERAL TODO AQUELLO CE IBA APRENDIENDO DEL EJERCICIO DEL PSICOANALISIS PROPIA. MENTE DICHO, \ TENGO LA ESPERANZA DE QUE ESTE LIBRO MUESTRE QUE LA PEDIATRIA ES UNA DE LAS VIAS QUE LLEVAN AL PSICO. ANALISIS, UNA VIA LEGITIMA Y EFICAZ.» (DEL DEL AUTOR.) |QUIATRIA/PAPEL 451/EDITORIAL LAIA j ESCRITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANALISIS 2,5 4 1991-1956 =D. W. WINNICOTT Cag § aie. 130 D.W. WINNICOTT fases de introversién aguda: el estrabismo interno es una dramatizacién de alguna preocupacién referente a los fené. menos internos, 0 a Ja realidad del mundo interior. En tales casos, una de las alternativas consiste en mirarse al espejo, osm que hacen con gran frecuencia algunos nlgos introvert ios 5. Reparacién con respecto a la organizacién antidepresiva de la madre’ (1948) EL ojo como simbolo 7 Convendria no olvidar que, desde el punto de vista del psi célogo, el ojo no se limita a ser un érgano de la vista. Asi como en los fenémenos corporates las cosas son absorbidas por ls boca y expulsadas por medio de los érganos excretores, en. Ja edificacién de la personalidad esta absorcién y excrecién, son realizadas por medio de todos los drganos del cuerpo: los ojos, 1a piel, las orejas, la nariz, etcétera. Es siempre mucho Jo que entra por los ojos, que, ademés, representan un drgano de excrecién. Todo el mundo ha visto cémo un amigo desapa: rece en el interior del autobtis que acaba de tomar y, en ciert sentido, todo lo que vemos sale de nosotros mismos’ para pro; yectarse en el objeto, Ya he hablado de una muchacha que, al despertar, alucinaba la pagina de un libro. Hay personas, que Ieen el periédico para informarse, pero también hay mu: chas que esperan del periddico que exponga ante sus ojos las cosas que ellas ya estén pensando o sintiendo. De hecho, n puede decirse que hagan mucho caso de Ia informacién qu el periddico les facilita, excepto a modo de ligera correcci de su imaginacién, El averiguar en qué medida los misculos y tejidos intrin- secos del ojo participan en las imagenes visuales corrientes serfa tema de investigacién, al igual que en qué medida toman parte en Ia actividad alucinatoria. Tal vez este problema ya haya sido resuelto, pero yo no tengo noticia de ell. El concepto de posicién depresiva es generalmente acepta- como valioso para su aplicacién en la labor analitica ast como en el intento de describir los progresos de un desarrollo J. cmocional normal. En nuestros andlisis nos es posible aleanzar sentimiento de culpabilidad en relacién con los impulsos ideas agresivas y destructivas, y podemos observar la apari- ion de la necesidad apremiante de hacer reparaciones @ me- ida que el individuo va siendo capaz de explicar, tolerar y " sostener el sentimiento de culpabilidad. Existen otras raices el espiritu creador, pero la reparacién aporta un importante éslabén entre el impulso creador y la vida que Teva el pacien- .- La consecusién de la capacidad para hacer reparaciones erentes a la culpabilidad personal es uno de los pasos mds, jportantes en el desarrollo del ser humano sano. Actualmen- te nos preguntamos cémo haciamos nuestra labor analitica ites de saber aprovechar conscientemente esta sencilla ver- dad. No obstante, clinicamente, nos encontramos con una falsa reparacién que no se hella especificamente relacionada con el sentimiento de culpabilidad del propio paciente, A ésta es ala que quiero referirme. Esta falsa reparacién se manificsta através de la identificactén del: paciente con la madre y su factor dominante no lo constituye Ja culpabilidad del propio paciente, sino la defensa organizada por la madre con el fin de combatir la depresién y la culpabilidad inconsciente. “1, Laido ante Ja Sociedad Psicoanalitica Briténica, el 7 de enero 11548, Revisada en agosto de 1354. D.W. WINNECOTE que al extender de est Sa ney al extender de esta manera el titul ‘Rav dicho bastante. Ciertamenie, no creo ae aban tue, Feautiera una laboriosa ataplie ‘ ie jlustrar brevemente Jo que qui dex Durante veinticinco a procesion de mate Externos| servan gra: imediatamente inte en el humor uel nativaetdad que i se sienta mds alegre. Uno se ela ptende al sabes ca 3 ae "a al baile, o dibuja, pinta 0 pe ia one es Poslble gue mientras espore si ume esate ane boc: Cuno le pido que dbus sé porta con figas dotcas de tak nok? Stale nteresants, movimiento, También es muy facil que eatel ae wee eh Pe elemento humoristico. eel 2 made nos ln he to te ma strsido porque en cas Inui table, cprichosa, desatant a nce dae nte deprimida, Tal vez haya me nediceg sate de yan sido me : gue po hays sao ver u cant que se atnae ou ios ereracic @ madre me habla de una serie de achagy sy aa: trey de los gu su i eg, qn ao ents to, MEI come sm Fort Sgatedepetas oe tt mae solo el hospital y me cio: «Por far, dacton tg x le un dolor en mi estén ’ 51 7 aisha de mayor Bato me ares GRE sobre at papel que puede desempenar la madre Ea ee ‘cho cierto que el nifio de) i esti added nm avin nee : essiendo un dolor, a menudo todavia noe decade eo naar hoya indicado qué es lo que cl apenas oe Conte ge deseontcrad gut desea os Ae s1g0 Ho va bien © que ebesiano i beat SUE Slee ce on a gus, en el Departamento de Pacientes Ext Sei a aes Particularmente clara de este bie € ho departémento es en roalidad una ellaine ony vaya vestida sugestivamente Hel médico, haciendo que PEGUCHO Wiliza la depresién maierna como vélvul RSCRITOS DE PEDIATREA Y PSICOANALISIS 133, cor las madres. No existe una oria marcada entre la franca hipocondrfa de una mujer eprimida y la verdadera preocupacién que por su hijo siente ta madre. Es necesario que la madre sea hipocondrfaca para notat en Sit hijo los sintomas que los médicos buscan constan- jemente para alrapar la enfermedad a tiempo. El médico que 0 sepa nada de psiquiatria o de las defensas antidepresivas, jue no sepa que los nifios se deprimen, se arriesga a decirle la madre que hace mal cuando se preocupa por los sintomas idl nifio y a no saber ver los problemas psiquidtricos muy ales que existen, Por ola parte, el psicoanalista que acaba \ de deseubrir su comprensidn de la depresién infantil se expo- pe a pasar ficilmente por alto las ocasiones en que es la madre quien esta mas enferma que el hijo. Observando nume- yosos casos de éstos continuamente durante periodos de diez @ incluso veinte aos, he podide comprobar que Ja_depresiép_ 10 puede ser-el xefiejo de a depresién de 1a madze EL lvwla de"ec [e ecape JaciGn con la madre y esto, @ SUE? ‘personal para la restitucién, yar prometedores hay algunos que no triunfan debido a una re- Paracion con respecto a la depresién de Ja madre en vez de fon sespecto a una depresién personal. Si bien en apariencia existe un talento especial e incluso al principio se logran éxi- tos, persiste una inestabilidad asociada con la dependencia del pequeito con respecto a Ia madre, Es posible que se desa- qrolle 0 no un matiz general de indole homosexual. En un fibro sobre bellet, Arnold Haskell dice: «Convendria recordar que todo bailarin tiene madre Ciertamente, estos niftos a. quienes me estoy refiriendo tienen sus madres y sus padres. Por supuesto que no siempre se trata de la madre: hay muchos adolescentes, de uno y otro sexo, que en_apariencia poseen ‘una gran capacidad para trabajar provecfiosamente y que, 5 embargo, Tnespetadamentefracasany ello_sucede cuando éxito obtenl ig cs robado por las neces padre, de la madre 9 de ambos. Enionces, cyando el adoles- cenge trata de Instat ersonal, Ta unica Salida Ta olFeos, 19. Esto es especialmente aplicable en ef'easo del chico de quien se espera que siga exactamente los pasos de su padre y que, sin embargo, nunca seré capaz de Janzar un desaffo al control por parte del padre. ‘Se vera que, en casos extremos, estos nifios se enfrentan ! | 134 D. W. WINNICOTT ‘a una tarea que nunca puede ser cumplida. En primer lugar, ‘su tarca consiste en afrontar el estado de dnimo de Ia madre. To Togran, no hacen mas que crear un ambiente-en ef que pueden empezar sus propias vidas, Resuita facil comprender que esta situacién puede ser explotada por el individuo a modo de huida de la aceptacién de la responsabilidad personal que forma parte esencial del desarrollo individual. Cuando, a través del anélisis, al nifio se le ofrezca la oportunidad de excavar hasta dar con stt sentimiento de culpabilidad, entom ces el estado animico de la madre (0 del padre) se presenta también para ser afrontado. O el analista se da cuenta de cuando aparecen los signos de esto en la transferencia, 0 el andlisis fallard irremisiblemente, debido a su éxito. Lo que les estoy describiendo constituye tm fenémeno mas bien obvio. Lo que sucle observarse es que la madre (0-el padre) del nifio pose una personalidad dominante, Creo que en tanto que analistas descaremos decir que el nifio vive dentro del cfreulo de la personalidad de sus padres y que este circulo presenta rasgos patolégicos. En el caso tipico de la deliciosa muchacha de la que antes les hablaba, Ia vivacidad de la mu- chacha constituye la respuesta a la necesidad de la madre de recibir ayuda con respecto a la atonia y negrura de su mundo interior. En gran mimero de casos no se registra una condicién tan extrema, de manera que las actividades reparadoras del peque- fio pueden ser personales aunque exista la constante amenaza de que la madre robe el éxito del pequefio y, por tanto, Ia culpabilidad subyacente, En tales casos no es dificil obtener éxitos clinicos sorprendentes desplazando activamente al pa- Gre oa Ja madre al principio de ia psicoterapia a que some- “emos al pequefio. En un caso favorable resulta posible tomar partido por el nifio en contra de los padres y al mismo tiempo ganarse y conservar la confianza de éstos. Fui requerido por una escuela de magisterio para que viese a una estisdiante sobre la que se cernia la amenaza de expulsion, De sopetén la muchacha le habfa propina- do un puntapié en el tobillo a una condiscfpula. Me en- contré con una muchacha que padecia una depresién materna que debfa soportar toda Ja vida y que, al finali- var su carrera, por fin habfa alcanzado a ver el problema: gsu propia vida o la de su madre? Me las compuse para que la madre creyese en m{ mientras de hecho me inter ponfa entre ella y su hija. A ésta volvieron a admitirla en la escuela, te 16 bien sus estudios y emprendié una | Giger cl inicio del tratamiento se Gebe a sus interp¥etacie= ESCRITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANALISIS 135 serie de tareas lejos de casa, Las cosas Je han ido muy bien y actualmente ocupa un lugar de responsabilidad entre el profesorado. Se trataba de un caso limite y sin mi intervencién la muchacha no hubiese podido cvitar cl fracaso y derrumbarse 0, en su defecto, escenificar un Gxito falso, después de abandonar toda esperanza de Mle- gar a tener una existencia independiente del estado animico, fuertemente organizado, de su madre vida, Los mas espectaculares éxitos que se obtienen en Ia labor profesional del analista se dan en este tipo de casos. Aqut en: contraré una leccién el su ce te inducido a engafio_al creer que ol cuando lo verdaderamente importante es que el analista cubrimiento de su propio se: parte del paciente. Inicfalmente lo que imt tiada, Este puede avanzar a su propio ritmo. Puede fracasar si lo desea; se le da tiempo y una especie de seguridad local. Estos detalles externos de Ia direccién del caso constituyen los requisitos previos para que el paciente haga el descubri- miento de su propio amor con Ia inevitable complicacién de a agresién y Ia culpabilidad, lo tinico que da el sentido de Ja reparacién ¥ Ia restitucién, En el caso extremo, el paciente acudiré al andlisis sin apenas haber empezado la tarea de afrontar st propia culpabilidad, o bien sin todavia haber He- gado a su misma egresién, propia del amor primitive. Y eso a pesar de que el mundo ha tenido buen concepto de él Los que frabajan con grupos se preocupan mucho por esta relacién del paciente con un estado animico ambiental. En algunos casos se puede establecer una titil comparaci6n entre el estado de animo del grupo, sobre el cual el paciente ejerce alguna forma de control, y ef estado de animo de su madre cuando éI era pequeiio y no ejereia control alguno sobre aquéi. Lp tnico que podia hacer cuando era pequefio era aceptar 136 D.W. WINNICOTT do a que éste siente una necesidad demasiado fuerte de defen- der y luchar por su propia individualidad, EI grupo puede constituirlo una familia. Diria que resulta claramente valiosisimo para la vida familiar que Ia posicién depresiva haya sido alcanzada personalmente por los indivi- duos, de manera que el estado de dnimo de la familia tambien pueda ocupar su lugar, siendo un factor comin en Ja vide de los individuos que la componen. Esto cs lo mismo que toda forma de compartir una cultura. Evidentemente, resulta pa- tolégico, o empobrecedor para Ja familia o el grupo, que tn individuo no pueda compartir o participar en las actividades reparadoras del grupo. Y, al contrario, resulta un grave em pobrecimiento para la vida del individuo si éste solamente puede tomar parte en actividades que de modo muy espectiico sean de grupo, es decir, colectivas. En primer caso, cuando es incapaz de compartir, el incividuo debe instaurar su propio enfoque personal antes de poder compartir. En el segundo caso, cuando el grupo es necesario, parece que al principio el individuo coopera dtilmente, pero a la larga esta cooperacién se derrumba; en eferto modo sigue en la posicién del nifio que se ve atrapado en el mundo interior de su madre, con la com. siguiente pérdida de responsabilidad personal, A mi me parece que existe una aplicacién préctica de estas ideas en la Sociedad Psicoanalitica, Me refiero especialmente & la opinién expresada por Glover (1945, 1949). Glover opina que ciertos analistas (Melanie Kiein y sus discipulos) proceden a describir ciertas fantasias como si se tratase de las Fantasias @e sus paciente, cuando lo probable es que diches fanta: sfas sean Tas del propio analista. Todo analista es consciente de le tarea de desenmarafiar sus propias fantasias de las de sus pacientes, pero, por lo general, se reconoce que son los psicoanalistas quienes estan en mejores condiciones para te. ner en claro esta cuestién. Resulta para mf muy dificil creer que las ideas que aparecen regularmiente en mi trabajo, tanto el analitico como el otro, son ideas subjetivas. Sin embargo, reconozco que, a no ser que las ideas puedan ser subjetivas, es imposible observarlas objetivamente (cf. Whitehead: «El material y las condiciones de las que el investigador clinico - cebe forjarse un conocimiento ordenado constituyen un desa. fio constante a su capacidad para el pensamiento conceptual asi como para sus dotes de observacién»), Reviste importan- cia, sin embargo, averiguar a qué obedece el comentario que, al igual que el de Glover, sostiene que las fantasias de se Gamos cuenta son subjetivas y que en verdad no residents suestros pacientes, Primeramente, hay que formularse la sh ESCRITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANALISIS 137 guiente pregunta; gha sido mal pianteado el andlisis de ta po- sicién dapresiva, de tal manera que las ideas resultan inacep- tables debide al modo en que han sido presentadas? (Cf. Bri ley, 1951), Por ejemplo, gha recibido el debido reconocimien- to la necesidad de que’ todo sea descubierto de nuevo por cada analista? En cualquier caso, es imprescindible que se distinga claramente entre el valor de las ideas y el sentimien- to con respecto a ellas suscitado por le forma en que han sido presentadas. ‘Sea como fuere, seguimos con la necesidad de considerar el problema aj lado de la idea propuesta en este escrito. Es legitimo exigirme que, si pretendo describir la fantasia de mis pacientes, sepa que a veces ellos producen realmente la clase de cosas que a elfos les parece que ami me gusta ofr. Esto ‘es més cierto cuanto mds inconscientes son mis expectaciones. Asi, reclentemente, un paciente estaba completamente conven. cido de que a mi me gustaba el material anal y, desde luego, presenté gran cantidad de dicho material en mi honor. Trans- currié algiin tiempo antes de que esto saliera a la luz y antes de que e! paciente alcanzase sus propios y verdaderos senti- mientos anales. De la misma manera, los pacientes presentan, asi como ocultan, fantasias relativas al mundo interior porque sienten In necesidad de sliviar mi supuesta depresidn, o la necesidad de empeorarla, En la transferencia se ha revivido una depresién paterna o materna. Yo debo ser capaz de darme cuenta de ello. Cuando afirmo ser realmente objetivo acerca de las ideas que los pacientes sienten en torno a su propio interior, asf como acerca de la contienda sostenida por los objetos buenos y los objetos malos, o por las fuerzas intervas, debo ser capaz de distinguir entre aquello que es presentado para mi y aquello que verdaderamente es personal, es decir, propio del paciente. Creo que los analistas jungianos tienden a recibir suefios «de tipo jungiano», mientras que los freudia. nos muy raramente reciben estas elaboradas formaciones mis- vn este grupo cientfico poseemos un fondo comin ae te0- fas y ofrecemos un grupo 0 margen pera la actividad repara- doce concemniente aun fondo conta de culpabilidad. Cada uno de sus miembros se ve afectado por el estado de énimo de la Sociedad y es libre de hacer su aportacién a Ia necesi- dad apremiante de reparacién que siente el grupo, necesidad relacionada con las angustias depresivas del grupo. Pero esta restitucion colestiva debe siempre estat al servicio de lo que es mds importante: que cada individu Negue a su propia cul- pabilidad personal, asf como a sus angustias depresivas perso- 138 DoW, WiNNreorT rales, Cada umo de los miembros de nuestra Sociedad debe lograr su propio crecimiento a su propio ritmo, y debe desa- rola su propio sentido de la responsabilided basado verda n su preocupacién por fos i amorosos y sus eonsecuenciag, | POPO® impulses Resumen nag ecesita individ de reparacion puede estar relacio. 5 con el sentimiento personal de culpabilida con el sentimiento de eulpbidnd de depresion anfien del padre o de la. made. La aportacién que el individuo realiza un grupo se ve afectada por el éxito 0 fracaso relative que duc ance Nb copsigue Ta ostauracton de una expat dad a ie paterna o materna como vidades de reparslon'y os esuctiosconseuctnge 6. La angustia asociada con la inseguridad‘ (1952) yoy a leerles mi comentario a Ia cuestiOn doctor C. F. Rycroft en su escrito titulado sobre un caso de vértigo» (Rycroft, nes que me Seguidamente suscitada por et «Algunas observaciones 1953). En su escrito, Rycroft hace dos _afirma: gustaria comentar. Se trata de las siguientes: ‘Eo Ini trabajo anterior hablaba con cierto detalle de las implicaciones teéricas de la capacidad (del paciente) para alu cinar objetos y al mismo tempo darse cuenta de su cardcter jlusorio. Aquf sélo deseo mencionar que ello demuestra muy claramente tanto ia profundidad de su xegresién a una etapa anterior a la firme instauracién de la prueba de Je realidad, como el estado incompleto de Ia reeresién, ya que parte de su yo siguid siendo capaz de poner a prueba la realidad y de contribuir activamente al andlisis.» La otra afirmecién: «El vértigo es una sensacién que se manifiesta cuando el sentido del equilibrio se ve amenazado. Para el adalto es una sensacién que, generalmente, aunque no siempre, va asociada con las amenazas que se ciernen sobre el mantenimiento de la postura erecta, habiendo, por tanto, tuna tendencia a pensar en el vértigo exclusivamente en tér mninos de tales angustias relativamente maduras como son. el temor a caerse, el miedo a las alturas, olvidéndose que los nifios, mucho antes de poder ponerse en pie, experimentan famenazas a st equilibria y que algunas de sus primeras acti- Vidades, como el aferrrarse a algo 0 agarrar algtin objeto, re- presentan intenios para mantener la seguridad de sentirse ‘apoyados por la madxe. A medida que el pequefio aprende a arrastrarse y Iuego a andar, la funcién de apoyo de la madre SC eee 1. Lefio ante la Sociedad Psicoanalitics Briténica, et $ de noviem- bre de 1952, > 5. El odio en la contratransferencia’ (1947) En el presente escrito deseo &9 ja ambivalencia, a saber, que emprende el and influida por este fendmeno y que el andl ible & menos que el odto del propio analista sea bien deliinitade, Esto equivale a décir que un 4 mismo, pero tiempo afirma que el anal ico es molesto en comparacién con el de un neurdtico, y que lo es por su pro- pia naturaleza. te del tratamiento psicoanalitico, Ia direccién del caso resulta pesada por fuerza. De vez en cuando que he expresado me gustatfa ser el primero en Fr conocer Ja extrema dificultad inherente a la tarea del psi- quiatra, y en especial de J2 enfermera mental. Los pacientes Jocos son siempre, por fuerza, una pesada carga emecional y que perdenarte: jan de la ciencia. 1, Basado en un escrito Jeldo ante la Sociedad Psicoanal tiniea, ef § de febrero de 1947. Int. J. Psycho-Anal, vol. XXX, 1949. D.W. WINKICorT Por consiguiente, si len lo que sigue se refiere al psi cer con los pacientes ic : oF don ls Pacentes una season de nase Pers ayuda giles practic i pagina peer rg debe Hmitarse a estudiar pata as tases mia del dearollo eposonl del individ elermos eo no también debe esudar fa ratursiezn dela care fal aus el pga soe suando resins abo. Tae 7 siquiatra necesita com de r bien i prender lo-que nosoltoa onalstas,Metoanos contratenserencias Dor mucho oes iu, eee ana el psiquiatra no puede evitar odiatles y Leper, cane mor sepa st, menor st nde se el ea 1st condicta Fespecto de los pa Los fenémenos de la con! saose e meneS ee le contrattansferencia podrian clesif- 1. Anormalidad en A cn los sentimientos de cont cia, y relaciones e identificaci fuels Hal 1 ‘ficaciones fijas que Sajo tepresisn en el analista. Sree eit fis [enticacionss y tendeneias correspondientes a Tes pmerencles pesonses del anata a au dese x al ¥ que aportan el » zella personal y marco positivo para 2 alitica y que hacen que la in , SERRE Stee ewe De ertas dos dstngo Je contratransferencia verdade menic objetiva o, si esto resulta dif oxi ae sionte el analsia como resco ant Ie ped, sonalided y el comportamiento del paciente, contsa: ferencia basada en la observacion objetiva, Sugiero que si i te si un analista deb ra psied eee s "e anslizar a psicét intisociales, debe ser capaz de ser tan plenamente conecien, ‘ contratransferencia como para sesarar y estudioe nus veaccfones ob jetiv: El odio se halla ae Sg astselues,objeivas ante el pecente. Bl odio se halla in. Haida entre el fenémenos de Ja contratransferenci Sigh getestivn Importancia en ef andlisis Be Pienso que el paciente solamenti r ie NSS, gus el Baclente solamente puede apreciar en el ance Og SGGRIG Que ef MSE"eS Cea esentie En owe hace sta te AGIOHES: Tos ob ses05 tenderan a pensar que el nee ie ae ie una manera fitil y obsesiva. Us maniaco que pier aque sea incapax de estar depriaide, oe i 4 ESCAITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANSLISIS 269 cepto en un fuerte cambio de estado animico, y en cuya de- Serrotlo emocionel Ia posicién depresiva no haya sido totel- snente conquistada, que no pueda sentir culpabilidad de ma- nera profunda, ni uma inquietud o responsabilidad, este ipo- Tnaniace es incapar. de ver en el trabajo del analista un inten- to por parte de éste de hacer una reparacién con especto @ Sus propios sentimientos de culpabilidad (los del analista), Un paciente neurdtico tenderd a ver al analista como ambl- Valente respecto del paciente, asf como a esperar que él ana- lista dé muestras de una escisién entre el odio y el amor; cuando tiene suerte, este paciente obtiene amor, ya que al- guna otra persona es quien estaré recibiendo el odio de! ana- fista, ¢No habria que deducir, pues, que si un psicdtico se hhalla en un estado donde «coinciden el odio y el amor» en Jos sentimientos, entonces experimenta una profunda con. Mecion de que el analista también es solamente capaz de! jnismo estado, brutal y peligroso, de coincidencia_del_amor } del odio? SuponIeNtO” que cl Analisis” mostrase-Saamor~4 ton-Seguridad mataria al paciente en el mismo momento. ‘Esta coincidencia del odio y del amor es algo que, carac: teristicamente, se repite en el andlisis de los psicéticos, dan- Go pie a una serie de problemas de direccién que fécilmente pueden agotar Ios recursos del analista. Esta_coincidenci vel odio y del amor a la que me estoy refiriendo eg algo dis- {iste del componente agresive que complica el imi Saigo. amo rose pHimiiigo, e implica que en Ja historla del paciente se produjo un fallo ambiental ene momento en que eparecie- rimeros Tmnpulsos instintives en busca de is a impitar una série de sentimien- tos en bruto, entonces lo mejor es prevenirle para que se Gisponge a ello, ya que debe tolerar que se le coloque en ‘aquella posicién, Ante todo, no debe negar un odio que real: Imente existe en él mismo. El odio que estd justificado en el jnarco existente debe ser separado y mantenido en reserva, Gisponible para una eventual interpretacién, Para poder analizar pacientes psicdticos debemos haber tlegado @ lo mas primitivo de nosotros mismos, y esto no es sino otro ejemplo del hecho de que Ia respuss problemas oscuros del ejercicio del pficoandlisis yace en un Rey or andlisis det andlista, (La investigacién psicoanalitica— tal Vez 68 Siempre, eh clerta medida, un intento por parte | el analista de levar la tarea de su propio andlisis més allé Ge Jo que podria Mevarla su propio analista.) Una de las principales tareas de cualquier anelista consis- se en mantener le Objetividad ante todo Io que le presente AT 270 D. W. WINNICOTT aciente, y un caso especial de esto es ia anata e" oder odin objtiamente al pacent 2Acaso en nuestra labor enalitica no se presenian nume- rosas situaciones cn las cuales el oto del analicia ce just fica? Uno de mis pacientes, preso de una fuerte obsesiés, me Tesulté casi odioso durante algunos afios. Ello me hacia een. tir culpable hasta que el andlisis dobié determinada esquina ¥ el paciente se me hizo agradable; entonces me di cuenta de que el desagrado anterior habia sido un sintoma netive g fnconscientemente determinado, Realmente fue para mi un fa maravilloso cuando mucho més adelante pide decicle al paciente que yo y sus amigos nos hablamos visto tepeli los por dl, pero que é1 estaba'demasiado enfermo para que asf se lo dijéramos, Aquél fue también un dia imporiante para él, un tremendo avance en sut ajuste a la realidad, aig Durante ol andlisis ordinario el analista no tlene ninguna ‘ficuliad en controlar sw propio odio, que permanece later, te, Lo principal, por supuesto, es que'a través de . W. winnncorT Gres. Resulta notoriamente inadecuado Mevarse este nivio a casa y amarle. Lo que sucede es que, al cabo de un tiempo, el nifio adoptado de esta forma consigue esperanza y enton. ces comienza a poner a prueba el medio ambiente que ha encontrado, as{ como a buscar pruebas de que sus padres adoptivos son capaces de odiar objetivamente. Parece ser que ¢s capaz de creer que es amado sdlo-despuds de haber sentido que es Gdiaia- a re rrante ia segunda guerra mundial, un nifio de nueve afios fue internado en un albergue para nifios evacuados, Fue en- viado desde Londres, pero no a causa de las bombas, sino porque faltaba a clase sin permiso, Yo esperaba darle algun tratamiento mientras permaneciese en el albergue, pero sit sintoma resulté triunfante y se escapé como habia escapado de todas partes desde que’ tenia seis afios, cuando por pri- mera vez habia huido de su hogar. Sin embargo, durante una entrevista habfa logrado establecer contacto con él; durante aquella entrevista habia podido ver e interpretar, por medio de un dibujo suyo, que al huir, lo que inconscientemente ha- cfa era salvar el interior de sui hogar y proteger a su madre contra ataques, asi como tratar de alejarse de su propio mundo interior, que estaba leno de perseguidores. No me sorprendi mucho cuando fue a parar a la comisaria cercana a mi casa. Era una de las pocas comisarias donde no Jo conocian bien. Mi esposa, generosa en extremo, se hizo cargo de él y le cuidé durante tres meses, tres meses que re- sultaron un infierno. Era el més agradable y exasperante de los nifios, loco de rematz a menudo. Pero afortunadamente sabfamos lo que cabfa esperar. La primera fase la afronta- mos dandole libertad completa y un chelin siempre que que- xia salir. Bastaba con que nos telefonease para que {uése. mos a recogerle a la comisaria adonde hubiese ido @ parar. Pronto tuvo lugar el cambio que esperébames, el sintoma ‘de las ausencias escolares dio un giro y el chico empezd a dramatizar el asalto al interior. Para nosotros dos results un trabajo verdaderamente absorbente; los peores episudios tenfan lugar cuando yo no estaba, La interpretacién debia realizarse en cualquier momento Gel dia o de Ia noche, y con frecuencia Ia nica solucion en. tuna crisis consistia en hacer la interpretacién correcta, como sl.el chico estuviera siendo analizado. Era esto, [a interpre. {acion correcta, lo que se valoraba por sobre todas las coses > ellegué a pegarie? La respuesta es que no, que nunca = Prego. Pero bublese tenido que pegarle de no haberlo sabido sf todo acerca de mi odio y de no haber dejado que él tombige poe ESCRITOS DE PEDIATRIA ¥ PSICOANKLISIS 75 to supiera, Tin Jas cvsis olla dominarle fisicarnente, Shs Ne i reeriminacién, y ponerie de patitas en ta calle, hiciese ot ci Pom Pi dy Halo campanita especial que é1 podia hacer sonar y él sabia ave Si ast lo hacia, Te seria permitido volver a entrar y no. se dirfa ni una palabra acerca de Jo sucedido, BI chico wtilizabe esa campanilla tan pronto como se recuperaba ee en el momento de Lo,importante es que cada vez, justo en el momento de one 0 ais aan Reto remtabe TST Boras oF Ges sstas palabras eran importantes desde el punto ea erate ee See nent Fr cuanto me permitian tolerar la situactén sin desehogarmme, Sin perder Jos esiribos y sin asesinarle de vex en cuando. No puedo relatar aqui la historia complete de este mu chacho, Ingress en une escuela reforiatorio, Su relaciéa prey fundamente araigeda con nosotros Ta seguido lenge asas cosas estables de su vido. I s : iets eran hal kts econ ge neral del odio justifiendo en el presente; es conveniente estar biecer Ie distinicion entre este odio y ef odio que so solamen- “ve justificado en otro marco pero que es incitado p 0. del paciente, : ne a Ta enorme complejidad del problema del a 3 sus rafces, quisiera sacar una cosa, ya que Ia exeo importan para el analista de pacientes psicsticos. Sugiero que Is madre Gia al babs antes de gue éste J ale a lla y antes de que el wueda saber que su madre le odia. pee Pos de desarrellsr este oma quiero hacer una referencia a Freud. En Los instivtas y aus destinos (1918) donde tentas originales y esclarecedoras dice acerca del odio, 1 Fe ee recs dt te to, que “ama” 4 los abjetos en pos de los cuales se esfuerza para fines de satlsfaccién, vero decie que “odin” un objeto veria raro, asi que somos conscientes de que fet de amor 9 odio no caracterizan la elacia entre Ios instinios y sus objetos, sino que estén reservadas para Ia rela cidn entre el yo coma un todo y los abjetos..» Creo que este es cierto e importante. zAcaso ao significa que Ia personalidad debe esiar integreda antes de que puede decirse que un peau io dia? Por muy pronto que pueda conseguirse la integracton —tal vez In integracién aparece por ver primera en el momen to culminante de la excitacién o de la rabia—, existe una fese 278 D.W. WINNICorT tedricamente anterior ‘es 1 en Ia cual 1o que ef eae no Io hace por odio. Al describir est: 3 pee «amor cruel. ¢Les parec pe jue el pequefio va sien: v cibirse {il peaueso ve siendo espa de perebise en tanto sedi le descripcién de cierto grupo de co tet La madre, sin emb: nadre, sin embargo, odia as a so eae. sin embargo, odia a su pequeno dese is Ze Gree gue'a Hreud Te pareta posible quer th ae Troraggana madre sienta amor tan s6lo por su bebé 7 seg Bere Podemos poner esto en duda. Sabemos del amor medians ae su realidad y su poder. Permitan. ern Ins le las razones por las cuales t - 4 su bebé, aunque sea del sexo masculinos ™* MATE El bebé no madre El bebé no es sdk copa rpoes Salo el de tos juegos infantiles, el nene debé no es producido magicamente, El bebé constituye un peligro snadre durante el embarazd yh peri oeTPO. ae Ha El bebé interfere en la vide pivetn : en la vida priv 9 felo auc provoea preceupacion, 4 #8 ia RAYOE 9 menor grado une madre siente pig madre exige un bebé de ella, de. man recs Producido a fin de aplacar a su madres ast be Ie Ice dao en Ios pezons incluso al chu. rincipio es de tipo masti El bebé es cruel, 1a trata co ne ecori, Suna sirviente grafalta, una e lla tiene que amarie, inch menos al principio, haste respect sf mlsro, bebé trata de hacerle dati le das mente, como sefial de amor. Da muestras de desilusién con respecto a ell : : ee ina iye on ido" Iedqeie ial poner ia: era que, w guido Io que se proponia, la arroja de sf como si se tratase de una mondadur, : mondadura de Al principio el bebé del de las coincidencias, 1a vi slo a la marche del bebé pequetio haga de fase he empleado table? A medida propia concepeién (mental) de la que su pro- MO @ une escoria, como sclava, ae luyendo sus excreciones, 3 ones, al que el bebé tenga dudas con Ja muerde periddica. ‘be dominar, hat " hay que protegerle ia debe desarrellarse con arre. Y todo esto hace necesario un HSCRITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANALISIS am continuo y detallado estudio por parte de la madre. Por Gjemplo, la madre no debe estar angustiada cuando lo sostiene, etc. ‘AL principio et bebé no tiene ni idea de lo que ella ‘hace @ sacrifica por él. En especial no puede tener en cuenta el odio de la madre. El bebé es suspicaz, rehisa comida que es buena, y hace gue la madre dude de si misma, pero come bien i jando fe alimenta su tia, Después de una mafiana hori. ble con el pequefio, la madre se marcha y el bebé sonrle aun extrafio, el cual dice: «Qué nifio mas carifioso.r ‘Si ia madre le defrauda al principio, ella sabe que se Jo hard pogar siempre. nerd po eta pero la frustra: la madre no debe | | comerle ni comerciar sexualmente con él, Creo que en el anélisis de Tos psicéticos, asi como en Irs iltimes fases del andlisis, incluso de una persona normal, l analista debe hallarse en condiciones comparables a las a in madre de un mifio recién nacido. Cuando su regresién ¢s profunda, el paciente no puede identificarse con el analista ni Epreciar su punto de vista mas de lo que el feto o el recién nacido pueden simpatizar con la madre. ‘Una madte debe ser capaz de tolerar el odio que su bebé je inspira sin hacer nada al respecto, No puede expresarselo, Si, por temor a lo que pueda hacer, le madre no puede odiar epropiedamente cuando el bebé le hace dafio, debe apoyarse ge su masoquismo; y creo que es esto Jo que da pabulo a la \ falsa teoria de que existe un masoquismo natural en las mu- jeres. Lo més notable acerca de una madre estriba en su capa: Gidad para recibir tanto dafio del pequelio y para odiar tanto Sin pagarle a él con la misma moneda, asi como en su capa- idad para esperar una recompensa que puede o no Tlegar més Sdelante. :Le ayudan tal vez en esto las cancioncillas tnfantiles jue conta y que el bebé disfruta aunque, por suerte, no err tiende? «. W. winntcort Aa cargo de quienes no hayan estudiado ias inmensas complejidades de este tema y de la naturaleza humana a Ia que la psicoterapia debe aplicarse. Pero todo esto es de comin conccimiento. Esta en los li bros. Hace tiempo que forma parte del adiestramiento de los psiquiatras que se dedican a la asistencia social y también, a decir verdad, en el adiestramiento de todos Jos asistentes sociales, Por una u otra razén, en los iiltimos treinta afios la pedia- tia ha avanzado en una direccién, pero se ha retrasado en oira. En estos treinta aos se ha registrado un sorprendente avance en la teorfa y la practica de la pediatrfa fisica, siendo este avance lo que ha puesto al desnudo y en evidencia la exis- tencia y extensién del trastorno emocional. Resulia compre: sible que no haya habido tiempo para la psicologfa; los que se sintieron atrafdes por Ia pediatria a menudo io fueron de- bido a que los problemas con que deberian enfrentarse eran de naturaleza fisica 28s precisamente porque la psiquiatria sigue ocupindose plenamente de a vertiente fisica que en el Instituto de Psi coandlisis de Londres, donde estamos entrenando a treinta analistas para el estudio y tratamiento de nifios, es precisa. pente Por esto, xepito, que (con unas pocas excepcidnes) no son los pediatras quienes solicitan plaza? A propésito, la psi- cologia ya esta siendo ejercida, y bien, fuera de la profesion médica; la ejercen los psiquiatras y otras personas que se dedican a la asistencia social y al cidade de nifies desposei- dos, los funcionarios que se encargen de atender a los que estan en libertad vigilada, y el personal de las residencias para nifios Hamados inadaptados y otros muchos grupos profesio- S que cuentan con organizaciones propias, Muchas de estas pan visto Ja necesidad del andlisis personal, E] nivel abajo que Hevan a cabo es alto con frecuencia, Es la pediatria Jo que se ha retrasado. En cuanto al tema de la neurosis, ya han ofdo mi resumen de tworias bien conocidas y aceptadas. Pero no puedo dejarlo asi, Mi aportacidn debe consistir en hacer un examen de la dificultad en que se halla metida la pediatria, Eu alguna parte hay algo que est mal y cabe suponer que si algo va mal, todos deseamos que ese algo sea arreglado. A menudo se afirma que los pediatras son necesariamente buenos con Jos nities, Esto, por lo que yo cred, es cierto. Aqui, no obstante, mi trabajo consiste en afiadir la obser. vacién en el sentido de que ser bueno con los niios, saber BSCRITOS DE PEDIATRIA Y PSICOANALISIS| 433 tratarlos, no es psicologia. Se trata de una cosa enteramente puesta para con la otra mitad de Ja pediatria, la que se ocupa del desarrollo emocional; y sin embargo, e! camino parece estar bloqueado. Seguramente ia explicacién estriba en que aquellos que se hallan orientados hacia la vertiente fisica be- San su labor en las ciencias fisicas, anatomfa, Fisiologia, bio- Quimica... y no saben a qué ciencla recurrir ni saben en qué basar cualquier posible ineursién que realicen en el territorio psicoldgico. :Oué hay en psicologia que corresponda a las cies cias_fisicas? Bn este, punto seré rotunda y personal, aa sae ce ofesional con un pie en la pediatria y el otro en el psicoand- privilegio de llevar a cabo cerca de un centenar de largos ané- lisis personales de adultos y nifios, Asimismo, he participado en Informacion de psicoanalisias Ee Estoy convittiendo en lo principal de esta aportacién el hecho de que antes 0 después deberd reconocerse que la ciea- cia que hay debajo de la pediatria psicolégica ya existe en la psicologia dinamica, o en Ja psicologia de los procesos cons- Eientes e inconscientes que nace con Freud. El psicoandlisis, tanto en su cardcter de ciercia como gracias al adiestramiento que es capez de ofrecer, merece Ja coexistencia con la fisio- Jogia. Aqui y ahora pido respeto, pido que las clencias fisicas respeten al psicoandlisis y lo pido ‘especialmente de aquelfos @ quienes les disgusta. El hecho de que n0 les guste no cons- itaye un argumento en contra ; "lene que haber quienes detesten el psicoandlists debido a que estudia Ia paturaleza humana objetivamente; a que in- vade los eines donde antes dominaban Ja creencia, la intui- sion y ia empatia. Es mas, Ia psicologia introduce tun nuevo iemento en la labor elfnica; en calidad de psiquiatras debe- mos esperar encontrar en nosotros miismos las mismas dificul- fades y las mismes organizaciones nevréticas de defensa que encontramos en suestros pacientes Existe una gran riqueza de libros y escritos para quienes deseen examinar més profundamente ia neurosis y existe tam- bién una gran cantidad de neurosis para su estudio clinico, Mi principal consvibuciéa ha sido Ta Sugerencia referente a ia formnacion de posigraduados pera aquellos pediatras que sean capaces de mirar al futuro y verse ejerciendo dentro de la mi- fad psicolégica de nuestro tema comin: Ia pediairia, Necest tan formarse en el psicoandlisis. | I

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