Está en la página 1de 18
4.2. LA CORPOREIDAD Corporeidad, cuerpo, materia, alma, ontglogia, dua- lismo, monismo, materialismo, materia, forma, Palabras claves mecanicismo, significacion, mundo, intersubjetividad, Introduccién Al continuar haciendo un anilisis fundamental de los presupuestos que nos conducen hacia las diversas dimensiones de lo humano, y que, en ultimo término, son las dimensiones de lo que somos nosotros mismos, debemos tomar conciencia de un elemento configurador de nuestra realidad, al cual muchas veces no le damos la atencién requerida. Nos referimos al cuerpo, y mas que cuerpo, a nuestra condicién corpérea. ‘Vamos, en este camino, a tener presente una contextualizacion general, con consideraciones filos6ficas sobre el problema de la cotporalidad en la historia del pensamiento, y luego, sobre esta base, aplicaremos nuestro estu- dio fenomenoldgico y existencial. 4.2.1. Sobre la historia del problema Filos6ficamente, el problema de la corporeidad tiene sus inicios en las perspectivas que investigan la naturaleza de las cosas, esto es, la filosofia natural y la metafisica. Basicamente, lo que se inicia de esta perspectiva se remonta a los presocraticos y sus intereses en desvelar la sustancia de las cosas reales (de lo que estan hechas las cosas), y Ja estructura general de la naturaleza. Las reflexiones al respecto, incluso posteriormente, se dirigieron a investigar la naturaleza corporal de las cosas, para luego entender sus cau- sas no-corporales. En este sentido laxo de nuestra explicacién, es que se entienden las consideraciones en torno al famoso y eterno problema del alma frente al cuerpo, que lleg6 a generar un dualismo de lo real. 244 P. Moisés Pérez Lugo Segun J. Gervaert, esta perspectiva dualistica parte de las consideracio- nes tacionalistas del mundo que fundaron nuestra cultura occidental, es de- cir, desde la aparicién de la filosofia griega, con Platén. Este punto se apoya en el hecho de que en algunas concepciones prefilosdficas sobre el Hombre -y de influencia igualmente importante para la cultura occidental- se enten- dia este problema, mas bien apuntando hacia una “unidad ontolégica”. ‘Tal es el caso de las concepciones que tenian los griegos més antiguos, segun las obras que representan paradigmaticamente su cultura: la Ihada y la Odisea de Homero. Otra concepcién parecida, que concibe al hombre como unidad y no como complejo alma-cuerpo, es la de la cultura semitica o hebrea, expre- sada en la Tord, 0 en lo que se conoce, desde el cristianismo, como el Antiguo Testamento biblico (cfr. Gervaet, 1974: pp.71-74) De esta manera, encontramos en la filosofia tradicional una reflexién so- bre el cuerpo, en la que el punto central, paraddjicamente, no es el cuerpo, sino el alma como causa de éste. En efecto -y segtin la concepcidn de Luypen, referida por Gevaert- podemos reconocer hasta la aparicion de la filosofia contemporanea, cinco interpretaciones fundamentales del problema: 1.- La interpretacién “idealista-platonica y patristica”; que identifican el ser del hombre con el alma. Segtin esta perspectiva, cuerpo y alma son dos realidades unidas solamente durante la existencia humana; de hecho, el cuer- po es representado como una especie de carcel del alma, que hay que supe- rat, pues el mayor fin humano esta en la realizaci6n moral y religiosa. Una alegoria platonica tipica de esta concepcién, es la de la imagen del cuerpo como algo que utiliza el alma instrumentalmente, tal como un jinete a su caballo, o un barquero a su barca. Esto se debe también a una actitud metafisica segin la cual lo real es lo que pertenece a un supra-mundo denominado mundo de las ideas, mientras que lo perteneciente al mundo sensible (y entre ello los cuerpos) no tiene ningtin tipo de realidad consistente, pues su condicién de ser es siempre cambiante. A esta interpretacién, Ajdukiewicz (1994) la Hama “dualismo radical” (cfr., pp.117) 2.- La interpretacién “aristotélico-tomista”; pone el acento en una es- tructura ontolégica unitaria, donde ya no juegan dos realidades distintas. Aqui lo real es el cuerpo como sustancia ontolégica, pero aunque ya no hay SER PERSONA. Cultura, Valores y Religion 245 dos realidades, si se habla de dos principios constitutivos: “la materia y la forma”; la importancia se acentia en la segunda como esencia de las cosas. Sobre estas posturas, Ajdukiewicz habla de un “dualismo moderado”. 3. La interpretacién “racionalista”; como otra postura del dualismo radi- cal, exacerba la division ontolégica expresada en el platonismo. Uno de los padres de esta interpretacién es R. Descartes, quien postula una divisién substancial entre el cuerpo y la consciencia. Bajo esta interpretacién, sobre todo por sus consecuencias en el pensamiento posterior, esta divisién no se presenta problematica; de hecho el hombre casi es identificado con la cons- ciencia (res cogttans), mienttas que todo lo restante del mundo es identificado con cuerpo (res extensa). Aunque Descartes no dejé de subrayar que la cons- ciencia esta concreta y activamente ligada con el cuerpo, esta interpretacién lego a generar posturas como las dos siguientes: 4.- La interpretacién “materialista” sélo concibe la existencia de sustan- cias materiales, es decir, s6lo los cuerpos; mientras que cualquier sustancia de caracter espiritual es tan s6lo mera ilusién. Considera fundamentalmente a toda expresion humana como expresién mas noble y mas elevada, pero igual que la materia; sin llegar a explicar claramente manifestaciones como el lenguaje, la libertad, etc. 5.- La interpretacién “mecanicista”, como consecuencia del materialismo, leva hasta sus ultimas consecuencias una interpretacién de Descartes sobre lo corporal, seguin Ia cual el cuerpo es andlogo al funcionamiento de un reloj. De tal manera, para el mecanicismo, el mundo no es mas que un conjunto de fuerzas regidas por leyes mecanicas, sentando como problematica una exis- tencia espiritual. El cuerpo como cosa de la naturaleza tiene preponderancia hasta el punto de que cualquier proceso fisioldgico o espiritual es reducido a un mero proceso mecanico, Consecuencias de este tipo de interpretacién en una concepcién de Hombre son, por poner un ejemplo, el caso de la psicologia conductista y la consecuente negacién de la libertad humana. En lineas generales, podemos decir que este tipo de interpretaciones os- cilantes entre el mundo antiguo, medieval y moderno, utilizan para su con- cepci6n un método metafisico, el cual implica que primero se estudian las causas de las cosas y luego los efectos. Primero las cosas més perfectas, y

También podría gustarte