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EL CALENDARIO GREGORIANO

Conociendo el origen de nuestro calendario

Carrera: Ingeniería en Administración de Empresas


Asignatura: Comunicación efectiva Nombre:
Profesora: M. B. E. D.
Fecha de entrega: 06 de julio de 2016
Índice

INTRODUCCIÓN...............................................................................................................................2

ORIGEN DEL CALENDARIO.............................................................................................................3

I. ¿De dónde proviene el calendario?........................................................................................3

II. ¿Con qué medimos el tiempo?...............................................................................................3

III. ¿Cómo medimos el tiempo?..................................................................................................3

III. ¿Cómo se originó el calendario?...........................................................................................4

III. Nuestro calendario gregoriano.............................................................................................4

CONCLUSIÓN...................................................................................................................................6

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo pasaremos por la historia de los parámetros de la misma, es


decir, lo que determina las fechas y los momentos que han sido hitos para la
humanidad a través de su existencia, –el calendario–.

Podríamos adentrarnos en la larga historia del calendario y conocer las distintas


formas del pensamiento que han desarrollado a través de la historia, las diferentes
culturas y civilizaciones, pero indagaremos más que nada en nuestro calendario
gregoriano.

Nuestra historia occidental fue impactada en gran magnitud por la cultura griega y el
imperio romano, esto es lo que conocemos como nuestra cultura grecorromana.
Previamente a ella, la humanidad ya había vivido un proceso de identificación con la
agricultura, las estaciones, las estrellas y la luna, las cuales conformaron lo
parámetros para los primeros calendarios.

Hoy conocemos que nuestros antepasados no estaban tan equivocados, sino que
lograron increíbles exactitudes astronómicas en torno a la determinación de los
tiempos.

Quizás una buena pregunta para nosotros mismos sería cuestionarnos si aún
vivimos bajo la misma cosmovisión de antaño y qué consecuencias nos ha traído a
las diferentes prácticas que hoy conocemos. ¿Por qué tenemos feriados?, ¿por qué
festejamos ciertos días y épocas?, ¿es el concepto del tiempo igual para todo el
mundo?

En este trabajo no planteo responder a todas estas cuestiones, pero sí quisiera dejar
una inquietud para que cada uno pudiese indagar más en ellas con un conocimiento
general del tiempo.

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ORIGEN DEL CALENDARIO

I. ¿De dónde proviene el calendario?


La palabra calendario proviene del latín “kalendae”, que, a su vez, proviene de
“kalare” que significa “llamar”, además “kalendas” era el nombre del primer día del
mes en el calendario romano. Con este término se ha denominado a los diversos
sistemas de división fija del tiempo que han usado diferentes culturas, para lograr
enmarcar un acontecimiento o también para separar los hechos que ocurren en la
historia. Como estándar universal, se han utilizado 3 fenómenos astronómicos para
determinar los diversos calendarios: la distinción entre día y noche (por el sol), el
ciclo de las estaciones y las fases de la luna. De esta forma, se utilizaron estos
fenómenos para dividir el tiempo.

II. ¿Con qué medimos el tiempo?


Actualmente, la mayoría de los calendarios se rigen en base al sol. Hay 2 cuestiones
que debemos conocer antes que todo, la traslación y la rotación. En la traslación, se
calcula el periodo en que demora la Tierra en dar una vuelta completa en torno al
sol. Este proceso tiene un tiempo determinado, el cual es de 365 días
aproximadamente. La rotación, por su lado, es un proceso en el cual la Tierra gira
alrededor de sí misma, lo que permite posicionar cada parte del planeta mirando en
distintas direcciones, con lo que conocemos las 2 percepciones generales del día y la
noche.

III. ¿Cómo medimos el tiempo?


Por día, semana, mes y año. El día es el periodo que abarca día y noche. Por lo
general, el día cuenta con 24 horas a partir de medianoche, aunque en algunos
casos el día comienza al atardecer, como lo es en el calendario hebreo. La semana
proviene del latín “septimana”, que es un periodo de siete días que se aplica
universalmente, cuyo origen es cananeo y que aparece mencionado en la Biblia
como “shavúa”. El mes se determina por el giro de la luna alrededor de la Tierra,
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siendo un ciclo de aproximadamente 27, 29 o 30 días (según tipo de medición). El
año se mide por el giro completo de la Tierra en torno al sol, el cual es de
aproximadamente 365 días, variando un poco de acuerdo a su medición o si se toma
el año lunar, que es de 354 días.

III. ¿Cómo se originó el calendario?


De cómo se formularon y con qué instrumentos poco se sabe más que por la
observación y la inteligencia humana. Pero el calendario más antiguo conocido es el
sumerio. Determinando de manera exacta, supieron sobre el movimiento de la tierra
alrededor del sol, éste como centro de la galaxia. Ellos establecieron en
Mesopotamia uno de los indicios más antiguos y sorprendentes del calendario, junto
al relato mítico de la creación de la raza humana por seres del planeta Nibiru, el
noveno planeta del sistema solar según su concepción. Sin embargo, Mesopotamia
no fue la única zona en formular su calendario, así también lo hicieron los egipcios,
mayas, chinos, etc.

III. Nuestro calendario gregoriano


El calendario gregoriano no es independiente. Este se originó del calendario Juliano,
y éste a su vez de un calendario pre-juliano. El calendario pre-juliano constaba de 10
meses y 304 días. Como puede observar, como buen lector, nuestro año
determinado con mayor exactitud hoy en día, dura más que esto, es por eso que,
llegó un momento donde se debió hacer un ajuste, puesto que las estaciones de las
épocas (verano, invierno, etc) no estaban llegando en el mismo tiempo. Fue
entonces donde el segundo emperador romano, Numa Pompilio, estableció un
calendario similar al calendario griego de 12 meses y días de 29 y 31 días. Se dice
que en un inicio no establecieron meses con días pares por alguna superstición de
calamidades que vendrían, o también porque preferían tener días intermedios para
celebrar a sus dioses. Este calendario tendría 355 días. Al cabo de los años, el
desajuste provocaría otra reforma en el calendario. Fueron agregados los meses de
Ianuarius y Februarius al final del calendario. En el año 153 a.C. en la provincia de
Hispania se habían llevado a cabo unas guerras que provocaron una urgencia en una

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elección del consulado, pero debido a que estas elecciones eran a inicio del año,
estando en el mes de Ianuarius se decidió cambiar el inicio del año dicho mes
manteniendo los nombres de los meses (por eso, september, del latín siete, hoy es
nuestro 9° mes, por ejemplo). Cuando subió al poder Julio César fue informado de
un desajuste del calendario civil con el calendario trópico, así es que, en
recomendación debía:

Añadir 85 días al año 46 a.C. para retornar al equinoccio de primavera al 25


de marzo, fecha que se había fijado. De esta manera el año llamado de la
confusión (año 46 a. C.) tuvo 445 días repartidos en 15 meses y fue “el año
más largo de la Historia”1.

Fue aquí donde el año de 365 días y 12 meses se estableció, el llamado calendario
Juliano, origen de nuestro calendario Juliano. Del calendario gregoriano hay que
agregar el cambio de la cantidad de días en los meses, según, muchas veces el
capricho de los emperadores, y el renombre de alguno de ellos como Augusto, en
honor el emperador Augusto César.

Actualmente, nuestro calendario occidental tiene este origen, y aún se han hecho
cambios, pero, por el momento, de aquí a más de 3000 años, recién tendremos que
hacer un nuevo ajuste, por lo que, para todos los motivos nuestros en esta vida, el
calendario actual no producirá desajustes en nuestras vidas.

1 Historia del calendario: Presente, pasado y futuro, Raúl Velasco Peláez, 2010.

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CONCLUSIÓN

El calendario es una herramienta que nos afecta en todo sentido. Nuestro quehacer
diario, nuestros planes, nuestra forma en que relatamos acontecimientos en
nuestras vidas, nuestra fecha de cumpleaños, las fechas que más nos gustan, las
vacaciones, etc, todo esto podemos tenerlo en consenso y comprendernos gracias al
calendario.

Es, a saber, un hecho que nuestro paso por la vida es rápido y somos un momento
de la historia, casi insignificante. En cierta medida, gracias a determinar un valor para
el tiempo es que nuestros hechos pasan a tener historicidad y una memoria.

Si nuestros antepasados no hubieses podido determinar un calendario ¿qué


haríamos ahora? Probablemente las tecnologías los avances logrados hasta hoy no
podrían haberse realizado.

Le debemos algo al tiempo, sí, pero también nos debemos a nosotros y nuestras
generaciones. Todo lo que hagamos en cierta medida afecta al tiempo y al espacio.
Un hecho ocurrido hasta miles de años, en el intelecto humano, generó que hoy
tuviésemos el concepto del tiempo que tenemos. Nosotros podemos hacer hechos
que también marquen la historia y el futuro.

En este trabajo que he podido realizar, he reflexionado sobre el tiempo, esperando


que usted también pueda hacerlo, y valorar de alguna forma, anecdótica quizás,
cómo nuestras vidas del caos pasan a tener sentido, como el tiempo lo ha sido.

¿Tendremos algún día un calendario universal? No lo sé. Pero si sabemos que por lo
menos, hoy nos podemos entender.

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