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Unidad 2. Cuestiones Terminologicas Vinculadas A La Ciencia Victimologica PDF
Unidad 2. Cuestiones Terminologicas Vinculadas A La Ciencia Victimologica PDF
Victimología
Unidad 2.
Cuestiones terminológicas vinculadas a la ciencia
victimológica
Índice
Presentación de la Unidad
Propósitos
Competencia especifica
Como refiere Rodríguez Manzanera (2012), haciendo alusión a Bunge, se entiende por
ciencia el “conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente
falible” (p.33).
Ciencias
formales
(ideales)
Ciencia
Ciencias fácticas
(materiales o
empiricas)
Por lo tanto, la victimología se considera dentro de las ciencias fácticas porque verifica
hipótesis y requiere de la observación y experimentación, con especial énfasis en la
racionalidad y objetividad, las cuales se detallan en la siguiente figura:
Como toda ciencia fáctica, la victimología busca un acercamiento con el objeto de estudio
y la verificación de las teorías con los hechos que se pueden apreciar en el mundo real
(fáctico) a través de nuestros sentidos.
Por ejemplo, si se te pidiera que describieras la forma del número dos seguramente lo
escribirías así: 2, que es la representación arábiga, pero si analizas a detalle ésa solo es
una forma de interpretación de una idea porque hay otras culturas que lo describen de
otra manera, como los romanos, los mayas, los chinos, etc., por eso se dice que la
matemática es una ciencia formal porque se trabaja con ideas que no tienen efectos en el
mundo real (fáctico) porque no puedes tocar al número 2, no puedes saborearlo, verlo,
oírlo, ni olerlo.
La victimología como ciencia fáctica utiliza las teorías para explicar los efectos que
produce la conducta del transgresor de la ley en la víctima, porque ésta sufre en su propio
cuerpo, psique o en su patrimonio la agresión y las huellas de la misma, que muchas
veces no es posible una reparación del daño.
Neumann (1994) refiere que el término victimología fue acuñado por el israelí Benjamín
Mendelsohn, quien venía investigando sobre esta materia desde la década de los años
cuarenta del siglo XX y la definió como “la ciencia sobre las víctimas y la victimidad” (p.
32), dando al concepto de víctimas una acepción general en la que se incluyen todos los
supuestos posibles de tal término.
Pero el mismo Neuman (1994) señala que algunos investigadores y académicos atribuyen
la paternidad de este término al investigador Hans Von Hentig, el cual en su obra The
criminal and his víctims plasmó “una clasificación de la víctima que posteriormente
subrayará en un estudio sobre La estafa.” (p. 30). Pero la realidad es que fue Mendelshon
el que desde la década de los cuarenta del siglo pasado trabajó en estos temas.
Como acertadamente refiere Zamora (2002) “no es posible asignar objeto de estudio y
método sin antes precisar su categoría científica”. (p. 33), la cual ya se estableció en
puntos anteriores; para efectos prácticos y en términos generales, el objeto de estudio de
la victimología es la víctima misma ya sea de hechos criminales, no criminales o fortuitos,
ejemplo de ello son las víctimas de un accidente, de un descuido, de algún evento natural,
(terremoto, tsunami, inundación, etc.).
Rodríguez Manzanera (2012) menciona que las obras de Mendelsohn, Aniyar y Moura
“consideran que la Victimología, de acuerdo a este primer objeto de estudio, está
construida sobre tres planos constitutivos”. (p. 35), los cuales se ilustran en el esquema
que a continuación se detalla:
Plano biopsicosocial
Se estudian los factores que propician que una persona se convierta
en víctima.
Víctima
Plano criminológico
Se estudia cómo la personalidad de la víctima está relacionada con
la criminalidad.
Plano jurídico
Se estudia a la víctima en su relación con la ley para la reparación
del daño.
2.1.3. Metodología
Recuerda que la victimología como ciencia fáctica debe atenerse a las reglas científicas
generales pero buscando lograr su autonomía científica generando métodos especiales.
2.1.4. La investigación
La victimología como ciencia fáctica requiere allegarse del método científico para que su
investigación tenga esta categoría de científica, para ello es necesario conocer la
definición de investigación científica.
El papel de la víctima.
Se investiga qué tanto contribuyó la víctima en lo que le
sucedió.
Método de archivo
Métodos de
Método de encuesta (datos de policía o de
observación
médico forense)
Diseños Investigación
experimentales cuantitativa
las características de los hechos por los cuales las personas han sido víctimas de un
delito.
Rodríguez Manzanera (2012), haciendo alusión a Hentig y Hood, comenta: “por diversas
causas una gran cantidad de delitos no llegan al conocimiento de las autoridades, y esto
constituye la llamada „cifra negra‟ u „oculta‟ de la criminalidad.” (p. 44).
Para iniciar este punto debes tener claro que el derecho penal es un conjunto de normas
jurídicas que regulan las conductas que se consideran delito y las consecuencias del
mismo, las cuales sin lugar a dudas afectan a las víctimas. A esto se le llama Ius Poenale
(derecho penal), el cual ya se encuentra establecido en la ley penal.
Pero no ocurre lo mismo con el Ius puniendi (derecho a castigar o a imponer penas por
parte del Estado) porque no hay una ley que literalmente contenga su concepto,
naturaleza, legitimación, fundamentos jurídicos y filosóficos.
Queda claro que la titularidad del ius puniendi la ejerce el Estado. Esta titularidad proviene
del reconocimiento público del derecho penal por su objeto de protección que son los
valores o bienes jurídicos protegidos; por ello, la misma ley impone los límites del ejercicio
del ius puniendi con las penas que previamente están establecidas en la ley y que
ninguna autoridad puede sobrepasar.
Por ello es que la victimología tiene relación con el ejercicio del ius puniendi porque se
pretende que el Estado no solo imponga penas por imponer, sino que la consecuencia de
la pena tenga eco en los reclamos de la víctima de que se le repare el daño, ya que el
hecho de que un delincuente pase muchos años de prisión, a la víctima se le va a restituir
el daño causado; surgiendo así la obligación del Estado de proteger, procurar y garantizar
la reparación del daño a la víctima.
En este rubro se establecen las diferencias significativas que existen entre la figura de la
víctima, ofendido y sujeto pasivo del delito, si bien es cierto que en algunas ocasiones
estas tres categorías se concentran en una sola persona, también lo es que no es una
situación que forzosamente se dé en todos los casos; para una mejor comprensión se
presenta el siguiente cuadro:
Sujeto
Víctima Ofendido
pasivo
•La persona que sufre la •Persona que ha recibido •Persona física o moral
afectación de la acción una ofensa, se aumenta que sufre un daño
criminal (ejemplo: una la connotación a otras producido por una
persona quele roban el acciones no solo de conducta antisocial
dinero que recién retiró índole criminal (ejemplo: aunque esta persona
del cajero automático). una persona que es no sea la que detenta
ofendida por un vecino el derecho que fue
al que le pidió que lesionado (ejemplo: un
recogiera las heces de repartidor de pan sufre
su mascota que se el robo de la camioneta
encontraban a la
entrada de su puerta).
donde lo transporta; él
no es el dueño del
vehículo pero sufrió un
daño en el momento
que se la robaron).
Por lo tanto, se puede concluir que básicamente la víctima, el ofendido y el sujeto del
delito son personas que sufren un agravio o lesión en su bienes o su persona y lo que
modifica su denominación es la importancia del bien jurídico lesionado o puesto en
peligro, porque aunque todos reciben afectación, unos agravios son más graves que
otros; por ello, es necesario establecer diferencias para estar en posibilidades de entender
las circunstancias particulares que envuelven a uno y otro agraviado.
Es pertinente hacer la observación de que las ciencias jurídicas tienen una metodología
propia porque su estudio está orientado hacia las normas, que son ideas plasmadas en
una ley; lo que marca una diferencia importante con la victimología que es una ciencia
fáctica que realiza su estudio en los efectos producidos en las víctimas.
Uno de los temas que liga a la victimología con el derecho penal es el referente al sujeto
pasivo del delito; porque los estudios victimológicos han apoyado a los juristas para
determinar a quién se le puede considerar el sujeto pasivo de cada delito.
Por ejemplo, una persona compra un vehículo automotor pero en casa no tiene dónde
guardarlo y lo deja estacionado en la vía pública, al día siguiente se da cuenta que ya no
está donde lo dejó, por lo tanto, en ese momento se da cuenta que fue víctima del delito y
para el derecho penal se convierte en el sujeto pasivo del delito.
El derecho procesal penal estudia las normas que regulan los procedimientos penales y la
relación con la victimología es cada vez más cercana porque la tendencia actual es que la
víctima participe cada vez más en los procesos, no solo como testigo de cargo, sino como
el titular del derecho a la reparación del daño.
Otro tema que acerca a la victimología y al derecho de policía son los derechos del policía
y la victimización que sufren por parte de las autoridades y de la misma ciudadanía. Se
pretende que la victimología realice aportes para que se mejoren las condiciones
laborales de los policías y que se genere el respeto y reconocimiento por parte de la
ciudadanía.
víctima, hasta llegar a lo que se denomina derecho victimal, el cual será motivo de estudio
posteriormente.
La política criminológica es un instrumento que sirve para la lucha contra las conductas
antisociales, y en este punto se une con las ciencias penales, por lo que se crean políticas
penitenciarias, legislativas, policiacas, etc., a las que se unen lo que se conoce como
política victimológica, la cual está orientada hacia la prevención de víctimas potenciales.
Cuando se hace mención a víctimas potenciales, se entiende como aquellas que por sus
condiciones de vulnerabilidad (pobreza, ignorancia, desintegración familiar, situación
económica etc.) son más susceptibles de ser víctimas de un delito. Ejemplo de ello son
los niños en situación de calle, los cuales son más factibles de convertirse en víctimas de
un sinnúmero de delitos por el abandono social y estatal en el que se encuentran.
Por ello, es necesario que en aras de que la victimología cumpla de manera eficaz su
estudio respecto a la víctima, se requiere de políticas criminológicas y sociales orientadas
al desarrollo económico de la población respecto a la satisfacción de sus necesidades
básicas como un factor de prevención del delito, para así evitar generar situaciones de
vulnerabilidad que hagan propensas a las personas a convertirse en víctimas del delito.
Primer grupo:
Víctima inocente.
Segundo grupo:
La víctima provocadora.
La víctima imprudente.
La víctima voluntaria.
La víctima por ignorancia.
Ejemplo: una persona que está ebria en el interior de un bar comienza a provocar y tratar
de lesionar a otros consumidores, y en ese momento sufre una agresión por parte de
varios de ellos.
Tercer grupo:
La víctima agresora.
La víctima simuladora.
La víctima imaginaria.
Aquí la víctima comete el hecho delictuoso, o éste no existe, por lo que el inculpado debe
ser absuelto.
Ejemplo: una mujer que tuvo conflictos con su pareja simula que éste la violó y para ello
se rompe la ropa.
Esta clasificación ha sido de gran utilidad en el orden jurídico penal, ya que se integró la
valoración de la víctima al análisis de la responsabilidad del acusado.
Rodríguez Manzanera (2012) menciona la tipología que Hentig realizó en sus primeras
clasificaciones de las víctimas dividiéndolas en cinco categorías de clases generales y
seis de tipos psicológicos, incluyendo en ellas sólo las victimas más frecuentes o
victimizables.(p. 97-100) siendo ésta la siguiente:
Categorías:
El joven.
La mujer
El anciano.
Los débiles y enfermos mentales.
Los inmigrantes
En la siguiente clasificación, Von Hentig es más acertado, pues aporta elementos bio-
psico-sociales.
Víctimas con ánimo de lucro. Aquellas que por codicia caen en manos de sus
victimarios.
Víctimas con ansias de vivir. Las que se han privado del goce de muchas
vivencias, y tratan de vivir y hacer lo que no han vivido. Ejemplo: personas con
ansias de libertad, búsqueda de aventuras y peligros, emigrar, juego, etc.
Víctimas agresivas. Las que han torturado a su familia, a sus amigos, su amante
o subordinados y por mecanismo de saturación se convierten de victimarios en
víctimas.
Víctimas sin valor. Parece un sentimiento arraigado en el pueblo el hecho de que
determinadas personas inútiles son víctimas de menos valor. Ejemplo. viejos,
pesados, malos, pecadores, infieles, etc.
Víctimas propensas:
Víctima indefensa. La persona se ve privada de la ayuda del Estado, la víctima
tiene que tolerar la lesión, pues la persecución penal le produciría más daño de los
que ha recibido.
Víctima falsa. Es la que se autovictimiza para obtener un beneficio, puede ser
cobrar un seguro.
Víctima inmune. Son personas que son tabú en el mundo del crimen,
considerándose como un error su victimización. Ejemplo. los sacerdotes, jueces,
fiscales, policías, etc.
Víctima hereditaria. La que hereda una condición mental hereditaria de alguno o
ambos de sus progenitores y que le impide comprender las consecuencias de su
comportamiento.
Víctima reincidente. Sujetos que no toman experiencia, ya que a pesar de haber
sido víctimas con anterioridad, no se protegen. Sus impulsos defensivos son
débiles y su capacidad de resistencia demasiado pequeña.
Víctima que se convierte en autor. La persona que ha sido sobrevictimizada al
extremo y termina siendo el verdugo de su agresor. Ejemplo: la mujer víctima de
violencia familiar recurrente que en un arranque de miedo acaba matando a su
pareja.
Esta clasificación aportó información de mucha utilidad para el trabajo terapéutico y la
prevención victimal.
Figura. Tipología de las víctimas según Jiménez Asúa comentado por Rodríguez Manzanera (2012).
Aunque son muchas las clasificaciones tipológicas, se citan finalmente la realizada por el
argentino Elías Neuman por resultar sumamente abarcadora, ya que incorpora también
las víctimas del abuso de poder y de la criminalidad organizada en su esquema
clasificatorio. Neuman (1994) divide las víctimas en (p. 57 -59):
Individuales
Colectivas
Este congreso constituyó un paso de avance para la ulterior definición realizada en el VII
congreso, efectuado en Milán en 1985, donde se clasifican las víctimas en dos grandes
grupos:
a) Las víctimas de los delitos. (Artículo 1°) "Se entenderá por víctimas de delitos las
personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños físicos o mentales,
sufrimiento emocional, pérdida de sus derechos fundamentales, como consecuencia de
acciones u omisiones que violen la Legislación Penal vigente en los Estados miembros,
incluida la que proscribe el abuso de poder".
b) Las víctimas del abuso de poder. (Artículo 18) "Se entenderá por víctima del abuso
de poder las personas que individual o colectivamente hayan sufrido daños físicos o
mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera, o menoscabo sustancial de sus
derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que no lleguen a
constituir violaciones del Derecho Penal nacional, pero que violen normas
internacionalmente reconocidas, relativas a los derechos humanos".
El consenso que logró la ONU respecto a las definiciones de la víctima orientó a los
estados miembro en la creación y adecuación de sus respectivas legislativas para actuar
con congruencia a la corriente de pensamiento que todos habían aceptado como
adecuada después de los eventos que le dieron origen como lo fueron el Holocausto y la
Segunda Guerra Mundial.
La definición jurídica comprende exclusivamente a personas que han sufrido una agresión
o afectación en su patrimonio exclusivamente de conductas clasificadas como tal en la
legislación respectiva, dejando fuera a otras circunstancias que posibilitan que una
persona sea victimizada, como por ejemplo, las víctimas de derrumbes, inundaciones,
deslaves, etc., y en los cuales muchas veces la autoridad es responsable por no generar
condiciones para que las personas se establezcan en lugares más seguros.
Propósito: Distinguir las características de la víctima, ofendido, sujeto pasivo del delito,
tipologías victímales, a efecto de que comprendas la obligación que tiene el Estado de
proteger a la víctima y garantizar la reparación del daño.
Instrucciones:
*Consulta la rúbrica de evaluación para conocer los criterios que serán tomados en
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Instrucciones:
• Asegúrate de que las fuentes de consulta sean actuales, es decir, con un máximo
de 10 años anteriores a la fecha presente.
• Incluye las referencias con base en los lineamientos establecidos por la APA.
• Cuida tu redacción y utiliza una correcta ortografía.
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2.4. Victimodogmática
En México, una variación de dicha estafa es cuando una persona anda con un cheque el
cual no puede cobrar porque no porta identificación y le solicita a la víctima que le dé lo
que traiga y que le deja su cheque, el cual es por una cantidad mayor a la que la víctima
le entrega al estafador; por lo que en primera instancia la víctima pretende aprovecharse
del criminal pero su sorpresa es mayor cuando acude al banco a cobrar el cheque y se da
cuenta que no tiene fondos.
Refiere Luna Castro (2009) “con este término se hace referencia a las condiciones o
situaciones que inciden en un individuo y lo hacen proclive a convertirse en víctima” (p.
26.), estos factores pueden ser exógenos (externos) o endógenos (internos) dependiendo
de cada persona. Rodríguez Manzanera (2012) señala:
Factores victimógenos
Endógenos Exógenos
Factores biológicos
Estado civil
Edad
Escolaridad
Sexo
Procedencia
Factores psicológicos
Familia
La personalidad
Profesión
Los instintos
La necesidad del estudio de los factores victimógenos es evidente para generar políticas
adecuadas orientadas a la prevención del delito e identificar anticipadamente el conjunto
de elementos que propician que una persona se convierta en víctima del ilícito; asimismo,
el estudio de estos factores facilita al Estado identificar los puntos álgidos de los sectores
más vulnerables de la sociedad.
El indubio pro reo se refiere al hecho de que cuando una persona es acusada por un
delito y existe duda de su responsabilidad, el juez deberá liberarlo, en el caso del indubio
pro víctima se busca que se le dé prioridad a la víctima como protagonista del juicio y no
como pasa en la actualidad, que el Ministerio Público asume el rol principal.
Como señala Luna Castro (2009), se trata de “inclinar la balanza de la justicia a favor de
las víctimas cuando se dude cuál de los dos platillos pesa más”. (p. 27).
Existen muchas figuras delictivas que no requieren de un daño a otra persona para que se
tipifiquen, en tales casos, aunque existen bienes jurídicamente tutelados, no se producen
víctimas porque entrañan sólo un peligro potencial.
Este apartado está enfocado en aquellos delitos en que el sujeto pasivo del delito es la
sociedad porque no se puede identificar a una víctima especifica que haya resentido el
delito. Ejemplo de ello es la falsedad de declaraciones, resistencia de particulares,
posesión de drogas, etc.
La víctima sin crimen se refiere a casos en los cuales una persona se puede convertir en
víctima por hechos ajenos a la conducta antisocial. Este concepto cobró relevancia dentro
de la víctimología porque amplió su radio de acción.
También se aplica a los casos en que los individuos son víctimas de ataques biológicos o
por animales.
Conducta humana
Esta hipótesis contempla casos en los cuales no hay una conducta antisocial,
generalmente se contemplan accidentes laborales y las penitencias que se provocan
algunas personas fomentadas por su fe. Otra variación de este supuesto es cuando una
tercera persona produce un daño en otra derivado de su profesión.
Ejemplo de ello es la función que desarrolla un cirujano cuando corta el cuerpo de una
persona para intervenirlo quirúrgicamente con el objetivo de que recupere su salud. En
otro contexto esta conducta sería castigada, pero la profesión del médico justifica el
motivo de la lesión.
Otro ejemplo son las lesiones que se producen los deportistas entre sí derivadas de su
actividad.
Se concluye que no siempre una víctima es generada por la intención de una persona de
dañarla, sino que influyen diversos factores ajenos a la voluntad e intervención humana,
como son los desastres naturales, las epidemias, la contaminación etc., lo que es un
hecho es que la persona se ve afectada en su integridad física o en su patrimonio, pero
no puede adjudicársele el suceso a persona alguna.
Es decir, si de pronto se generara una iniciativa de ley que permitiera la compra y venta
de armas de fuego, es claro que los fabricantes de las mismas lucharían y apoyarían
dicha iniciativa.
2.4.6. Autovictimización
Por otra parte, se cuestiona la idoneidad del enfrentamiento político criminológico a tales
conductas, sobre la base de que es la propia ilicitud la que contribuye a su proliferación,
en este sentido se proponen medidas alternativas fundamentalmente socio-terapéuticas;
es decir, se piensa que si la venta de drogas no estuviera prohibida, las personas no se
sentirían tan tentadas a probarlas porque es un elemento que está a su alcance y se
encuentra regulado el mercado.
Pero a su vez, existen muchos hechos (delictivos o no),en los que es necesario la
participación de dos personas y ninguna de ellas se siente victimizada, como es el caso
de los delitos de cohecho (una persona da una dádiva a cambio de un servicio o dejar de
hacer algo), incesto (tener relaciones sexuales entre familiares) o que se intercambie una
persona a cambio de tierras, semillas, animales de granja, etc. (uso o costumbre de
algunas comunidades indígenas).
En estas acciones generalmente no hay una víctima que denuncie el hecho, son
conductas difíciles de controlar porque la contraparte no considera ilegal su
comportamiento, ni hace disquisición ética de su actuar.
I.- El servidor público que por sí, o por interpósita persona solicite o reciba
indebidamente para sí o para otro, dinero o cualquiera otra dádiva, o acepte una
promesa, para hacer o dejar de hacer algo justo o injusto relacionado con sus
funciones, y
II.- El que de manera espontánea dé u ofrezca dinero o cualquier otra dádiva a alguna
de las personas que se mencionan en la fracción anterior, para que cualquier
servidor público haga u omita un acto justo o injusto relacionado con sus
funciones.”
“Artículo 272. Se sancionará con pena de uno a seis años de prisión, el delito de
incesto cuando los ascendientes tengan relaciones sexuales con sus descendientes,
siempre y cuando estos últimos sean mayores de edad.
Cuando la víctima sea menor de edad, la conducta siempre será entendida como típica
de violación.”
Para Luna Castro (2009) “esta expresión se refiere al resultado o consecuencia del
ejercicio de un comportamiento antisocial (delictivo desde una perspectiva estricta),
realizado contra una persona, un grupo de ellas, o la colectividad en su conjunto.” (p. 28).
Para Luna Castro (2009) “se trata pues, del conjunto de factores que puede predisponer a
una persona, o grupo de ellas, a ser víctimas (factores victimógenos).” (p. 28).
Se refiere a la que se produce directamente por parte del victimario contra su víctima
durante la ejecución del hecho delictivo donde resulta lesionado el bien jurídicamente
protegido y, por lo tanto, la persona sufre el daño físico, psíquico, sexual, patrimonial, etc.
Esta forma de victimización se refiere a la respuesta del sistema legal a las expectativas
de la víctima y la actitud de ésta ante el mismo, lo que se convierte en un parámetro
importante respecto a la percepción de la justicia; también se le denomina revictimización
porque hace alusión a los nuevos sufrimientos que padece la víctima durante el proceso
penal.
Ésta describe las situaciones en que un detenido o acusado puede resultar victimizado
por parte de los operadores del sistema legal durante la fase de investigación,
juzgamiento y ejecución de la sentencia.
2.5.4. Macrocriminalidad
Hay una especie de fascinación por la idea irreal de que los miembros de la delincuencia
organizada son un prototipo de “Robín Hood” modernos que son prototipos de diversas
historias fomentadas por narcocorridos, películas, series televisivas, etc., que muestra a
los cuerpos policiacos como ineficientes e impotentes ante estos grupos delictivos.
2.5.5. Macrovictimización
Más acá y más allá de las infracciones a las leyes, existe una
realidad social imponente, gigantesca, que no solemos ni
queremos ver: la realidad de las estructuras sociales injustas; a las
cuales, agrega, considera oportuno estigmatizar como macro-
victimizantes. (p. 31).
2.5.6. Microvictimización
De una u otra manera las instituciones del Estado, en diversos momentos, han reconocido
la indefensión de la víctima en general, reconocimiento forzado por los planteamientos de
la criminología actual y un desarrollo en ascenso de la víctimología.
Se puede concluir que las políticas públicas orientadas a la protección y acceso de justicia
de la víctima no siempre conllevan un sentimiento de bienestar a toda la población, ya que
las personas que no se encuentran dentro del supuesto de la víctima se sienten
agraviadas por decisiones que les parecen injustas y de ahí nace la inconformidad; es
necesario generar en la población interés en participar en estas políticas y el Estado debe
informar el motivo de su decisión por una u otra política pública.
Por lo tanto, para analizar las diversas vertientes de la victimidad, es necesario tomar en
cuenta las corrientes de pensamiento imperantes y el establecimiento de los grupos
considerados como vulnerables y que requieren de una inmediata actuación por parte el
Estado; ya que no se puede olvidar que la autoridad tiene la obligación de respetar los
derechos de la víctima, garantizar su acceso a la justicia y la reparación del daño.
Se dice que la víctima ha pasado a segundo término en el sistema penal y que esa
calidad la ha asumido la sociedad en su conjunto de manera simbólica. Es decir, la
persona que sufrió el daño directo no acude personalmente a juicio, sino que el reclamo lo
realiza la Representación Social a través de la figura del Ministerio Público.
Por ejemplo, si una persona va caminando por la calle hablando por teléfono celular, otra
se lo arrebata intempestivamente y unos policías lo detienen y lo ponen a disposición del
Ministerio Público, éste es quien presenta la acusación ante el Juez y no la víctima, por lo
tanto, no está en posibilidades de expresar sus ideas libremente ante el Juzgado porque
lo hace el Ministerio Público en su representación y él decide qué pruebas ofrecer para
que se le repare el daño.
Tal parece que “la víctima ha sufrido un despojo por parte del
sistema penal”. Éste ha despojado a la verdadera víctima de su
calidad de tal para investir de esa calidad a la comunidad. El
sistema penal ha sustituido a la víctima real y concreta por una
víctima simbólica y abstracta: la comunidad. (p. 2).
Claro que se han configurado avances significativos derivados del resultado de los
planteamientos generados a nivel internacional, en los que se busca darle el
reconocimiento pleno a la víctima como sujeto de derecho y por lo tanto la igualdad
respecto a otros individuos, pero todavía faltan acciones encaminadas a que los fines del
derecho penal sean de justicia, seguridad y bien común para todos los gobernados como
lo marcan los principios de un Estado democrático de derecho.
Por lo tanto, las leyes deben estar orientadas no solo a determinar las conductas que
deben ser castigadas y las penas que les corresponden, o las políticas de retribución o
prevención; sino deben garantizarse la reparación del daño de las víctimas y el
reconocimiento de sus derechos en los procesos penales para estar en posibilidad de
igualdad ante su victimario y luchar por su restauración del daño.
Pero existe otra postura respecto a que la víctima merece protección en proporción a los
bienes jurídicos afectados, cuestionándose la intervención y la forma en que la misma
intercede y facilita su victimización dentro del fenómeno delictivo.
Luna Castro (2009) señala que: “es incuestionable lo interesante que resulta el
replanteamiento que juega el papel de la víctima en cuanto a las causas de comisión del
delito.” (p. 64).
En los delitos que se persiguen por querella, solo el titular del bien jurídico que fue puesto
en peligro o que fue lesionado es el único autorizado para presentar su querella. Ejemplo:
en caso de lesiones que tarden en sanar menos de quince días, violencia familiar, fraudes
por montos mínimos, etc.
Por ello, se considera que la víctima asume el rol de agente informal del crimen,
determinada no solo por hacer del conocimiento de la autoridad el hecho delictivo, sino
por la tenacidad y persistencia de que la investigación llegue a buen fin.
Iniciar el proceso
Coadyuvar con el
Ministerio Público
Testigo de cargo
Influir sobre la
sentencia
Presentar pruebas
Terminar el
proceso
Los sistemas de justicia penal actuales se han preocupado por perseguir el delito,
capturar al delincuente y reintegrarlo a la sociedad; pero en su avidez de lograr estos
objetivos se ha olvidado de la víctima, la cual queda relegada a un segundo término.
Para Rodríguez Manzanera (2012) “el daño equivale al menoscabo o deterioro de una
cosa. Siempre que en virtud de la infracción cause el agente un tal resultado, deberá
pues, presentarse la reparación, es decir el resarcimiento del mismo.” (p. 397-398). Para
una mejor comprensión del tema se presenta la siguiente clasificación de daño:
Clasificación de daño
El Código Civil del Distrito Federal en su artículo 1916 refiere que se entenderá por daño
moral, elemento importante respecto al resarcimiento que busca la víctima de los daños
psicológicos y sociales sufridos por la víctima que afectan su vida y ritmos cotidianos
profundamente.
Instrucciones:
1. Mira la película “La duda” del director John Patrick Shanley (2008).
*Consulta la rúbrica de evaluación para conocer los criterios que serán tomados en
cuenta al momento de calificar tu trabajo.
Instrucciones:
2. Ingresa al foro de discusión y fija una postura sobre el caso y responde las
siguientes interrogantes:
¿Quién consideras que en el presente caso sea una víctima? ¿Por qué?
Es decir, para su estudio se requiere que la víctima se integre como un todo con el
delincuente, ya que se establece una íntima relación entre los mismos, porque muchas
veces la víctima propicia la comisión de un delito. Ejemplo de ello es cuando una persona
va caminando por una calle solitaria y oscura, porta alhajas y dinero en efectivo, además
de que se exhibe hablando por su celular, de pronto es observado por unos jóvenes que
aprovechan la situación y lo roban.
Causa de
infracción
Resultado de
Pretexto de
una Víctima infracción
coincidencia
Resultado de
un concenso
Se puede concluir que en la mayoría de los casos que se da la dinámica víctima – criminal
se da una serie de factores que explican el porqué de la relación. Por ejemplo, si una
mujer camina por la calle en minifalda y de pronto un sujeto abusa sexualmente de ella, el
agresor justifica su actuación señalando que la víctima buscaba que alguien tuviera sexo
con ella, como si fuera un pretexto, lo que es injustificable desde cualquier punto de vista.
Hay situaciones en que el vínculo entre la víctima y el criminal no está del todo definido,
ejemplo de ello es el caso de los novios que pactan su suicidio. El conflicto surge cuando
se pretende determinar quién es la víctima y quién el criminal por lo que surge la
necesidad de un estudio previo de las relaciones de la pareja penal antes y después de la
comisión del ilícito para estar en posibilidades configurar un argumento fundado.
Respecto a la actitud Rodríguez Manzanera (2012) propone “tres variables: atracción (A),
rechazo o repudio (R) e indiferencia (I).” (p.148). La actitud de la víctima y el victimario
son fundamentales para definir la dinámica del hecho delictivo y determina la conducta de
la pareja penal.
Ejemplo de la relación entre la víctima - victimario respecto a la actitud por atracción son
los delitos de violación y el estupro.
Respecto de la relación víctima – victimario por actitud de rechazo un ejemplo claro son
las lesiones provocadas por riña.
Actitud: atracción
Actitud: indiferencia
Víctima
Actitud: atracción
Actitud: indiferencia
Figura . Esquema de las diversas relaciones que pueden establecerse entre la víctima y victimario.
Después de analizar con detenimiento las relaciones que se pueden establecer entre la
víctima y el victimario se puede concluir que muchos de los delitos son producidos por
una falta de concenso entre las pretensiones de la víctima (no desea ser atacada) y las
del victimario (desea lastimar a a víctima), por lo que se hace necesario estudiar el
fenómeno desde la perspectiva de los ánimos e impulsos de ambos participantes.
En este punto llevas un avance importante respecto a los factores que propician que una
víctima se convierta en tal, así como la dinámica que se establece entre la víctima y el
victimario, por lo que ahora se explicará la dinámica de la victimización.
Se denomina iter criminis a las fases por las que pasa el delito, desde que el delincuente
comienza a idear el crimen hasta que lo consuma y tiene dos fases fundamentales:
interna (la idea solo se encuentra en la mente del victimario) y externa (cuando
consuma la idea).
El análisis iter criminis es necesario para comprender el iter victimae porque si se estudia
el proceso interno y externo por el cual pasa el delincuente para concretar el delito es
necesario conocer el camino interno y externo que sucede en la víctima y por el cual es
victimizada.
Para Rodríguez Manzanera (2012) “iter victimae el camino que sigue un individuo para
convertirse en víctima.” (p.156). El iter victimae inicia desde que pasa por la cabeza de la
víctima la idea que va a ser agredida hasta que concluye el hecho.
Así como cualquier persona puede llegar a cometer un crimen por diversas circunstancia
que lo orillen a ello, también existe el riesgo latente que cualquier persona se convierta en
víctima también por una diversidad de circunstancias. La mayoría de individuos quizá no
concienticen sobre la posibilidad de convertirse en criminales, pero lo que es una realidad
es que todos somos conscientes de la posibilidad de convertirnos en víctimas.
Ejemplo de ello son las innumerables víctimas por hechos de tránsito vehicular, por la
cantidad de vehículos y peatones que circulan en la ciudad y que en un momento dado se
encuentran.
Delitos como el terrorismo también aumentan la posibilidad de ser víctima, ya que los
atentados no van dirigidos a una persona en particular, sino se busca generar miedo e
incertidumbre en la población.
Por ello se concluye que en el momento que acontece el hecho víctimal se conjugan una
serie de factores que en la mayoría de los casos no son previsibles.
La precipitación víctimal parte de la idea que en un gran porcentaje de los delitos que se
cometen la víctima contribuye a ello, por lo que se considera que es el precipitante del
mismo, por lo tanto, la víctima incita el comportamiento del victimario.
Hay lugares y situaciones que facilitan que se dé la dinámica víctimal; entre estos lugares
se encuentran los barrios solitarios, las ciudades que le son desconocidas, etc. Pero hay
situaciones que incrementan el riesgo, como los fines de semana, la oscuridad de la
noche, vacaciones, crisis personales o económicas.
Ejemplo de ello es que en la proximidad de los miembros de familia facilita los delitos
sexuales y la violencia doméstica. También hay situaciones en las cuales el criminal
busca grandes aglomeraciones, como lugares concurridos o transporte público en el cual
todas las personas que ahí confluyen son candidatas a ser sus víctimas.
El criminal opta por actuar en una zona que conoce pero que él no es conocido; asimismo
victimiza a personas de su misma clase socioeconómica o de una clase cercana por el
efecto de la identidad socioeconómica como resultado de una investigación del Instituto
de Defensa Social de la ONU.
La lógica indica que entre más grave es la comisión de un ilícito y sus consecuencias en
esa proporción se cuantifica la reacción de la víctima; sin embargo, no hay que olvidar un
factor determinante para que se configure esta reacción, como lo es la posición
económica de la víctima y su entorno.
Ejemplo de ello es cuando un delincuente roba a un pobre éste reciente mucho más la
conducta porque percibe que lo despojaron de gran parte de su patrimonio, mientras que
si el delincuente roba a un rico, éste lo asume como una pequeña pérdida.
Al respecto, comenta Rodríguez Manzanera (2012) “no hay dos personalidades iguales,
todos reaccionamos en forma peculiar, y ante el hecho victimal se comportara diferente el
optimista del pesimista, el inteligente del limitado mental, el introvertido del extrovertido.”
(p. 169).
No es nada nuevo que la mayoría de las personas consideran su casa como el lugar más
seguro, siguiendo con las instalaciones laborales; pero el lugar que se lleva el primero
como más inseguro es la calle.
Autoevaluación
Instrucciones:
Actividades de Autorreflexión
Instrucciones:
Cierre de la Unidad
De esta forma, la victimología enriquece el ámbito de estudio del escenario del crimen
porque se allega de diversas circunstancias y situaciones que llevan a la víctima a
generar condiciones que la hagan propensa a convertirse en víctima del delito y participar
en el hecho víctimal.
Revisa los siguientes artículos para saber más sobre la figura de la víctima, su relación
con el derecho penal y la falta de cultura de la denuncia:
Fuentes de consulta
Fuentes cibergráficas