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Introducción

El cáncer se caracteriza por ser una enfermedad multifactorial que afecta el crecimiento
y la proliferación normal de las células, además de producir alteraciones en el proceso
de diferenciación celular, lo que condiciona la formación de un tumor en un tejido
específico. Por ello, el término cáncer implica, además de un descontrol en el
crecimiento y la proliferación celular, una transformación maligna, es decir, una pérdida
de las características y funciones normales de las células en un tejido. Estos procesos
están influidos por alteraciones genéticas o epigenéticas de numerosos genes que
codifican proteínas que regulan este proceso, contribuyendo a un fenotipo maligno.
Asimismo, existen factores ambientales implicados en la tumorogénesis con una
influencia determinante en algunos tipos de cáncer.
Para una mejor comprensión del control del ciclo celular, éste se puede esquematizar de
forma análoga como un reloj biológico, el cual opera desde el núcleo de las células en
donde existen o convergen diversos estímulos que inhiben o inducen la progresión del
ciclo celular (figura 23-1).
En las células eucarióticas, el ciclo celular está compuesto de las fases G1, S, G2 y M.
Su regulación es prioritaria y es controlada por la participación de diferentes proteínas
llamadas ciclinas y cinasas dependientes de ciclinas (CDK, cyclin dependent kinases).
Ambas actúan de manera cooperativa; así, las CDK fosforilan ciertas ciclinas en un
momento específico y permiten que la célula continúe el ciclo celular. Además, es
importante considerar que entre las fases mencionadas existen puntos de control
(checkpoints) que involucran una maquinaria compleja de proteínas que verifica si en la
célula se dan las condiciones adecuadas o no para continuar con la fase siguiente del
ciclo celular. Estos puntos controlan la progresión entre las fases G1/S, G2/M y M. La
regulación del ciclo celular involucra a las ciclinas y las cinasas dependientes de
ciclinas (véase el capítulo 3), así como a otro tipo de proteínas, que son producto de los
protooncogenes y los genes supresores de tumor que, de igual forma, participan de
manera orquestada en este control, y cuyas funciones se revisarán a lo largo de este
capítulo (figura 23-2).
Es evidente la complejidad e importancia del control del ciclo celular, así como la
participación múltiple y paralela de varios factores. Esto otorga el carácter multifactorial
al cáncer y finalmente complica el restablecimiento de un fenotipo normal en células
malignas.
FIGURA 23-1

Estímulos del ciclo celular. Relación analógica entre el ciclo celular y


un reloj biológico; su progresión depende de la participación de diversos estímulos.
FIGURA 23-2

Ciclo celular: ciclinas, CDK y CDKI. Existen diferentes complejos de


ciclinas/CDK a través de la transición de una fase del ciclo celular a otra. La
inhibición de estos complejos se logra por los CDKI.

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