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TÉCNICA:
En primer lugar, se debe informar al paciente y proporcionarle intimidad.
El paciente debe colocarse en posición de semi-Fowler o decúbito lateral izquierdo.
Después de la higiene de manos se ponen los guantes (que no tienen que ser estériles).
Se mide la longitud de la sonda, para eso es necesario medir desde la boca o nariz
(depende de por donde se vaya a introducir la sonda) hasta el lóbulo de la oreja y al
apéndice xifoides.
A continuación se aplica lubricante en el extremo distal de la sonda y se introduce por la
boca o nariz hasta la parte posterior de la faringe. En ese momento se flexiona la cabeza
del paciente hacia delante para que la sonda no vaya hacia la vía respiratoria.
Se indica a la persona que trague, insertando la sonda al mismo tiempo.
Se debe comprobar la localización de la sonda, para eso se puede inyectar aire y, con el
fonendoscopio, se auscultará un rápido bolo de aire en el epigastrio.
A continuación se fija la sonda y se conecta según el objetivo.
Se debe movilizar la sonda cada 24 horas para evitar lesiones por presión.
Para retirar la sonda, el paciente debe estar en posición de semi-Fowler o Sims.
Se colocan pañuelos desechables debajo de la sonda, se retira la fijación y se pinza la
sonda.
A continuación se le indica al paciente que realice una inspiración profunda y en ese
momento se retira la sonda.
Sistema venoso superficial: se encuentra bajo la piel. Está compuesto por una
extensa red de venas visible en las piernas y en los brazos de color azul. Su misión es
llevar la sangre con poco oxigeno de la piel y del tejido subcutáneo hacia el sistema
venoso profundo.
Sistema venoso profundo: constituye la red venosa principal que acompaña a las
arterias y desemboca en las venas cavas superior e inferior (las más grandes del
organismo que llegan al corazón). Este sistema venoso está situado principalmente
en las extremidades, es decir, en piernas y brazos.
La misión del sistema circulatorio es fundamental ya que su finísima pared permite que el
oxígeno y los nutrientes emigren desde la sangre hacia los tejidos y viceversa. A través del
flujo sanguíneo además de transportarlos a las células, recogen sustancias de desecho que
serán expulsadas al exterior por la orina, heces o sudor.
Nuestro sistema cardiovascular tiene una extensión de 150.000 kilómetros, lo que equivale
a la distancia que supondría dar cuatro vueltas a la Tierra.
Su sistema cardiovascular es su:
• Corazón
• vasos sanguíneos – las arterias, venas y capilares
(vasos sanguíneos pequeños)
• sangre
Cuando la sangre llega a los capilares en los tejidos se libera oxígeno, que utilizan las
células para producir energía. Estas células liberan los productos de desecho, como el
dióxido de carbono y agua, que son absorbidos y transportados por la sangre.
La sangre usada (o "desoxigenada") viaja entonces por las venas y de regreso hacia el
corazón. Su corazón bombea la sangre desoxigenada de nuevo a los pulmones, donde
absorbe el oxígeno fresco, y el ciclo comienza nuevamente.
El corazón
Su corazón es del tamaño de un puño cerrado y pesa alrededor de 300g. Se encuentra justo
a la izquierda en el pecho, rodeado por una membrana protectora llamada pericardio.
Su corazón es una bomba, dividido en lado izquierdo y derecho. Tiene paredes, hechas de
músculo, que se comprimen (contraen) para bombear la sangre hacia los vasos sanguíneos
y por todo el cuerpo. Usted tiene alrededor de 8 litros de sangre en su cuerpo, y en un día
normal su corazón late 100.000 veces para mantener la circulación de la sangre alrededor
de su cuerpo.
Cada lado de su corazón está dividido en una cavidad superior llamada aurícula y una
cavidad inferior, más grande, llamada ventrículo. La sangre fluye desde cada aurícula al
ventrículo correspondiente, a través de una válvula unidireccional.
Los pulmones
Sus pulmones están a ambos lados de su corazón, en el pecho (tórax), y se componen de
tejido esponjoso con un abundante suministro de sangre.
El diafragma es una capa muscular que separa el tórax de la cavidad abdominal y forma el
piso de su tórax. El movimiento del diafragma cuando usted respira hace que sus
pulmones se inflen.
El aire pasa por su nariz y boca hacia la tráquea y a cada pulmón, a través de dos vías
respiratorias llamadas bronquios. Estos se dividen en vías respiratorias más pequeñas,
llamadas bronquiolos, que se dividen repetidamente y al final en sacos diminutos llamados
alvéolos. Estos son sacos de aire con paredes del grosor de una célula. Es aquí donde el
oxígeno y dióxido de carbono se filtran hacia y desde la sangre. En este proceso, conocido
como intercambio gaseoso, las moléculas de oxígeno y de dióxido de carbono se unen a la
hemoglobina, una proteína en los glóbulos rojos.
Hay alrededor de 300 millones de alvéolos en cada pulmón, que proporcionan una gran
superficie de intercambio gaseoso - aproximadamente del tamaño de una cancha de tenis,
si pudiera ser extendido. En un día normal, usted respira 10.000 litros de aire que entra y
sale de sus pulmones.
La presión arterial
Cuando se mide la presión arterial, el resultado se expresa con dos números, como
120/80mmHg (ciento veinte sobre ochenta milímetros de mercurio).
Cuanto menor sea la presión arterial, es mejor para su salud, aunque una presión arterial
muy baja puede hacerle sentir mareado o débil. Los médicos recomiendan mantener la
presión arterial por debajo de 140/85. Si padece de diabetes, enfermedad renal o
enfermedad cardiovascular, su presión arterial debe ser inferior a – idealmente menor a
130/80.
El sistema linfático en los animales es una red de conductos que transportan un líquido
claro llamado linfa (del latín, agua clara). También incluye el tejido linfoide y los vasos
linfáticos, a través de los cuales la linfa se desplaza por un sistema de una única dirección
en el que la linfa fluye solo hacia el corazón. El tejido linfoide se encuentra en muchos
órganos, especialmente en los ganglios linfáticos y en los folículos linfoides asociados con
el sistema digestivo, como las amígdalas. El sistema también incluye todas las estructuras
dedicadas a la circulación y la producción de linfocitos, como son el bazo, el timo, la
médula ósea y el tejido linfoide asociado con el sistema digestivo.
El sistema linfático como lo conocemos hoy fue descrito por primera vez de forma
independiente por Olaus Rudbeck y Thomas Bartholin.
La sangre no entra directamente en contacto con las células del parénquima y los tejidos
corporales, sino que los componentes de la sangre salen a través de vasos sanguíneos en
un intercambio microvascular para convertirse en el líquido intersticial, que entrará en
contacto con las células del parénquima del cuerpo. La linfa es el líquido que se forma
cuando el fluido intersticial entra en los vasos linfáticos iniciales del sistema linfático. La
linfa se mueve entonces a lo largo de la red de vasos linfáticos ya sea por las contracciones
intrínsecas de los vasos linfáticos o por la compresión extrínseca de los vasos linfáticos a
través de las fuerzas tisulares externas (por ejemplo, las contracciones del músculo
esquelético).
El sistema arterial constituye el conjunto de vasos que parten de los ventrículos. Esta lleno
de sangre roja oxigenada , con excepción de las arterias pulmonares que transportan
sangre negra o venenosa.
Las arterias son conductos de color amarillo pálido, muy elásticas, cuyas paredes están
formadas por tres túnicas: la externa, conjuntiva, con numerosos capilares nutricios; la
media gruesa y formada sobre todo por fibras elásticas con algunas fibras musculares, y la
interna, un endotelio, continuación del endocardio.
En las arteriolas, el tejido muscular aumenta de volumen a medida que esos vasos se
alejan del corazón.
La pared de los capilares, que poseen un diámetro de cinco a diez micras, se reduce al
endotelio.
Una sonda es un tubo fino con frecuencia fabricado con un material plástico blando que se
puede insertar en el cuerpo. Las sondas se consideran dispositivos médicos y las
prescriben los médicos.
Una sonda urinaria se usa para vaciar la vejiga cuando esta no puede vaciarse de forma
normal. Este proceso se denomina cateterismo, o sondaje, y puede ser necesario tras una
cirugía o durante una hospitalización.
Muchas personas lo utilizan a diario y forma parte de su rutina diaria porque sufren una
disfunción vesical a causa de otro diagnóstico, como una lesión en la médula espinal,
espina bífida, esclerosis múltiple (EM), enfermedad de Parkinson, diabetes, derrame
cerebral o incontinencia.
Sonda permanente
Sondas intermitentes