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A cada paso me pregunto ¿quien soy yo y que senda voy a tomar hoy?

La verdad pulsa incisiva en mi,


misteriosa,
incitando la rendición ante lo incierto.
Abriendo el espacio, el tiempo,
creando vacios.

El aire remueve la tierra humeda de las profundidades


La luz ahuyenta la sombra escondida
Mas también despierta a los fantasmas
Que emergen hambrientos de tormenta.

Salvajes encuentros de fuerzas truenan


Una libertadora y otra esclava
aun
a la idea de quien soy.

Pero ¿Quién soy?

Como a un castillo de cartas


La colision derriba mi identidad, mis creencias
Desesperado lanzo un gemido
desde esa profundidad que es difícil recordar despierto
e impulsado por el dolor me echo al suelo
ciego de sangre caliente y lagrimas,
a juntar mis partes
para no perderme
para no olvidarme

La experiencia drena los monstruos hasta las manos


Y uno entonces
elige en que convertirse
Y uno entonces
elige que senda tomar

A cada paso la bifurcación.


A cada instante la elección.
Una lapida con mi nombre.

La ficción muta para adaptarse al desafio


Tuerce el andar hacia lo conocido.
Y la consciencia se apiada del personaje,
Y lo acompaña una vez mas en su relato
En su viaje.

O uno deja de ser uno


Para convertirse en uno
Ser atravesado por el espíritu del mundo
y dejar de ser alguien, para empezar a ser.
Y optar por la senda menos transitada.

La purga es parte del ritual.


Que la verdad guie nuestro andar.

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