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Cada materia estúdiala de forma ordenada al programa sin ir saltándote los temas.
Mi consejo es que le des una leía a conciencia a todo el material de estudio (entendiendo
lo que lees). A la hora de estudiar tener en cuenta CONCEPTOS, CARACTERES, EFECTOS
y CLASIFICACIONES. Si quieres agregarle más contenidos al tema bienvenido sea, pero
tampoco es aconsejable que te vayas por las ramas. Si el profesor decide ir más allá de
los CONCEPTOS, CARACTERES, EFECTOS y CLASIFICACIONES, no tienes por qué
preocuparte ya que al haber leído todo vas a tener medianamente dominado el tema.
Es importante que sepas que los profesores , en su mayoría, están siempre tratando de
ayudarte y con las intenciones de que puedas aprobar.
Cuando estudies trata de hacerlo en voz alta como si tuvieras al profesor frente a ti. No
descuides el vocabulario jurídico que es muy importante y los profesores lo tienen muy
en cuenta.
Primero que nada saber que lo que te van a evaluar en esta instancia, principalmente,
es el perfil profesional y la actitud de abogado. Por lo tanto hay que estudiar pensando
en la forma de exponer, más que en los contenidos mismos. En ese sentido mis consejos,
a la hora de rendir, son:
• Mostrar una actitud segura, aunque por dentro el corazón explote de los nervios.
Cualquiera ante un examen de esta naturaleza estará ansioso. Pero también lo está
cualquier abogado antes de realizar un alegato complejo, y ninguno lo demuestra en
juicio.
• Evitar expresiones de inseguridad: Jamás, jamás decir: “no sé”, “no me acuerdo”,
“no estudié esa parte”, “discúlpeme porque estoy nervioso”, etc. ¡Nunca!
En todo caso, formular la frase de otro modo, como ser: “no comprendo la pregunta”,
“¿a qué se refiere puntualmente?”, etc. Y de ser posible, tratar de explicar cualquier
cosa, siempre con seguridad.
• Siempre hablar con convicción, aunque no estés seguro, y a pesar que las caras
de los profesores indiquen que estás “razonando fuera de recipiente”. Siempre
seguro.
• Mirar a los ojos a los profesores, a ambos. Porque muestra convicción, y además
las miradas nos da un indicio cuando vamos por buen camino.
• Utilizar siempre lenguaje técnico o jurídico. Cuando no estés seguro de qué
término utilizar, apelar a términos universales como: “relación jurídica”, “acto
jurídico”, “derecho subjetivo”, “naturaleza jurídica”, “recursos”, medidas”,
“principios”, etc. Tengan en cuenta que prácticamente todos los conceptos que
estudiamos son “actos jurídicos”. Casi cualquier concepto puede empezar: “es un
acto jurídico que…”
• Explayarse con la explicación del caso. En realidad el examen oral es presentado
como “la defensa del caso”, por lo tanto la principal función es explicar cómo ha sido
resuelto el mismo. Por ello es aconsejable que en las dos horas de resolución,
estudien los conceptos que utilizaron para resolver el caso y se hagan una idea de
lo que van a exponer, de modo que cuando entren al examen oral puedan explayarse
sobre el tema. Cuanto más hables sobre el caso, menos te preguntarán sobre el
programa. Y tenés la oportunidad de lucirte con terminología jurídica recién leída.
• Los profesores tienen mucho en cuenta el análisis crítico, por lo tanto hay que
focalizarse en comprender globalmente los conceptos. Es más necesario
comprender que fijar conceptos.
• Ensayar la exposición oral. Mientras estudies es conveniente repasar explicando
conceptos en voz alta. Si es posible frente a un espejo o hacia otra persona, y mejor
aún si podes grabarte y escucharte. Ahí te darás cuenta qué debes mejorar. En este
examen es importantísima la oratoria.
• Respecto a la resolución del caso: no preocuparse demasiado, tenés que ser
sintético y sin nada rebuscado. Lo más importante es que lo que escribas lo puedas
explicar después. Aprovecha ese tiempo para esclarecer el tema.
• La imagen es importante. Algunos van más o menos informal, pero yo creo que en
esta instancia aporta mucho valor una imagen impecable (de traje y corbata, los
hombres). Hay que evitar la altanería y la soberbia, pero una buena presencia sin
dudas agrega valor.
• Presta especial atención las clasificaciones. Miralas muchas veces hasta que te
hagas una idea global de la ubicación teórica. Especialmente las “medidas de tutela
preventiva”, que son un lío. No estudiarlas hasta no entender bien la clasificación.
• No tengas miedo de las preguntas difíciles, porque es verdad que a veces
preguntan cosas muy profundas y fuera de programa; pero según lo veo yo, hay tres
tipos de preguntas que hacen: 1) básicas generales (que se repiten con mucha
frecuencia), 2) normales (cualquier punto específico del programa) y 3) complicadas
(de reflexión o fuera de programa). Las primeras son imprescindibles para aprobar.
Las segundas van marcando la nota, 6, 7, 8… Y las terceras más que nada son para
ver si con una pregunta difícil compensan falencias anteriores, o, si se ha realizado
un buen examen, para ver si te mereces 9 o 10. Pero en resumen, con las los temas
básicos bien claros, y habiendo estudiado todo el programa, aprobarás seguro.
Bueno, en términos generales eso es todo. Quizás leyendo esto te provoque más miedo
aún, porque parece demasiado y complejo; pero no te preocupes que es todo lo
contrario. Los nervios no se van a ir de ninguna forma, lo mejor es manejar esa ansiedad,
saber que todos están igual (aunque algunos disimulen mejor) y tener en cuenta todos
estos consejos.