1 TIMOTEO

3:8 - 13 El diaconado, como oficio de la iglesia, se deduce de Hechos 6:1 – 8, pero al menos dos de los sietes hombres en
este caso también eran evangelistas. Ignacio, un contemporáneo del apóstol Juan, declaró que los diáconos no eran solamente
servidores de carne y bebidas, aunque los sietes en Hechos 6 servían (diakonein) las mesas para que los apóstoles pudieran
dedicarse por completo al ministerio (diakonia). 1 Timoteo 3 muestra que no se les consideraba simplemente miembros
seglares comunes de la iglesia, y la mención de Pablo de los diáconos junto a los obispos en Filipenses 1:1 apoya este punto
de vista. Clemente de Roma basó el oficio en las dos clases de los trabajadores de la sinagoga mencionados en Isaías 60:17
en la traducción de la Septuaginta «pastores y ayudantes». La misma palabra griega, usada para Ferbe en Romanos 16:1, se
traduce como «sierva» («diaconisa» en alguna versiones). Ciertas mujeres habían ministrado (diakonein) a Jesús (Lc 8:2, 3).
Sin embargo, en las escrituras o en las literaturas de la iglesia primitiva no parece que las diaconisas hayan sido siempre
funcionarias de la iglesia.
3:11 La frase en griego para «las esposas» simplemente significa «las mujeres» y, por lo tanto, podía referirse a las esposas
de los diáconos o a las diaconisas.
3:14 Véase el artículo «Las cartas en el mundo greco-romano» y «Material para la escritura en el mundo antiguo».
3:16 Para «misterio», véase la nota en Romanos 11:25.
Este versículo incluye un himno (véase el artículo «La himnodia cristiana inicial» en la p. 2057).
4:3 Este ascetismo no bíblico surgió de la creencia errónea que el mundo material era malo por naturaleza, una creencia
básica de la herejía gnóstica (véase el artículo «Los gnósticos y sus escrituras»).
4:7 Para «mitos», véase la nota en 1:4.
4:12 Probablemente Timoteo tenía más o menos treinta años en ese momento, y en esa época no era usual que un hombre
tan joven tuviera una posición tan influyente. Por esa razón, su capacidad de liderazgo había caído en cuestionamientos.
Para los nombres por los que los cristianos eran conocidos (aquí «creyentes»), véase la nota en 1 Pedro 4:16.
4:14 Para una discusión sobre el rito de imponer las manos, véase la nota en Hechos 6:6 y 2 Timoteo 1:6. Aquí es un acto
de autorización para servir.
5:3 – 5 En la antigua Roma, la esperanza de vida era mucho más corta que en la actualidad. Podemos asumir que había más
mujeres solteras que hombres disponibles en la congregación de Éfeso y que algunas de estas mujeres habían quedado
económicamente desamparadas. Las viudas eran particularmente vulnerables en las sociedades antiguas porque no contaban
con pensiones, asistencia del gobierno, seguros de vida o cosas por el estilo. Pablo definió a las viudas que estaban
«desamparadas» (v.5) como aquellas que no tenían una familia que se ocupara de ellas, que confiaban en Dios y que no
vivían para los placeres terrenales. (Véase el artículo «El cuidado de las viudas y los huérfanos en la Biblia y el antiguo
Cercano Oriente»).
5:3 Pablo le dio instrucciones a Timoteo sobre el cuidado de las viudas por parte de la iglesia, pero solo se incluían
aquellas que tenían al menos sesenta años de edad, que habían estado casadas solo una vez y que tenían reputación de hacer
buenas obras (vv. 9, 10). En los siglos II y III había una orden de viudas en la iglesia, asignada a ocuparse de las necesidades
de las mujeres de la congregación. El sínodo de Laodicea eliminó esta orden en el 364 d.C.
5:8 La enseñanza apostólica enfatizaba las responsabilidades sociales. En el mundo pagano de la época las personas
generalmente se encargaban de sus propias familias.
5:9 La iglesia en Éfeso parece haber mantenido una «lista de viudas» a las cuales la iglesia mantenía económicamente.
5:10 Lavar los pies de los invitados era una tarea de baja categoría, la responsabilidad del siervo más bajo (véase la nota en
Jn 13:5), pero era necesario en los tiempos del Nuevo Testamento debido a los caminos polvorientos y al uso de sandalias.
5:14 Durante el periodo apostólico, algunos habían desaprobado que las viudas volvieran a casarse, aunque Pablo aquí
parece haber sido más tolerante sobre el asunto.
5:17 Todos los ancianos debían ejercer liderazgo (3:4, 5), enseñar y predicar (3:2) y recibir honor. Pero aquellos que
sobresalían en liderazgo eran «dignos de doble honor».
5:18 La aplicación del término «la Escritura» para referirse a un pasaje del Antiguo Testamento (Dt 24:4) como a uno del
Nuevo Testamento (Lc 10:7) muestra que ya en ese entonces se consideraba que ciertas porciones del Nuevo Testamento (o
lo que finalmente se convirtió en el Nuevo Testamento) tenían igual autoridad que las Escrituras del Antiguo Testamento.
(Véase el artículo «El canon del Antiguo Testamento», «El Antiguo Testamento de la iglesia primitiva» y «El canon del
Nuevo Testamento»).
5:22 Para «imponerle las manos», véase la nota en Hechos 6:6. Aquí Pablo estaba hablando sobre la ordenación de los
ancianos.