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Una infección de sangre (también llamada sepsis) ocurre cuando un virus o una bacteria

ingresa en nuestro cuerpo, de manera que nuestro cuerpo responde a esos microorganismos
intrusos. Si no se consigue para la infección a tiempo puede extenderse por todo nuestro
cuerpo mediante la sangre. Actualmente, una sepsis grave tiene una tasa de mortalidad del
36% en los hospitales españoles aproximadamente.

Con el fin de parar la infección el cuerpo va a generar una respuesta inflamatoria que generará
la formación de pequeños coágulos en la sangre para evitar que la infección se disemine, es
decir, evitar que se exiendas a otras áreas del cuerpo. Sin embargo, los contras es que al
reaccionar así el cuerpo está generando un esfuerzo continuo porque con la formación de los
coágulos la cantidad de sangre que lleva a los órganos será menor y a su vez menor cantidad
de oxígeno. Como consecuencia del menor aporte de oxígeno y nutrientes los órganos del
cuerpo pueden dañarse y no funcionar correctamente. A su vez el corazón se sobrepone a un
mayor esfuerzo porque tiene que bombear más veces como un intento desesperado de que
llegue mayor cantidad de sangre a los órganos. Es decir, el cuerpo responde a esa infección
dañando sin querer los propios tejidos y más adelante a otros órganos que en principio no
estaban relaconados con la infección, como el hígado, los riñones y pulmones entre otros.
Finalmente, la persona sufre un shock y un fallo simultáneo orgánico.

Síntomas

Es vital conocer bien los síntomas para poder detectar un shock séptico ya que una vez que
comienza las primeras horas son vitales para la supervivencia de la persona. Se ha visto que si
se detecta y se aplica el tratamiento durante la primera hora, el 80% de los casos se salvan. Sin
embargo, esta tasa desciende hasta el 50% si se hace en las 4 primeras horas y finamente, solo
el 15% sobreviven después de las 12 horas tras el comiendo. Por eso aquí la rapidez es la
piedra angular. Los síntomas pueden darse de manera aguda pero hay otros, como en la
endocarditis subaguda que empiezan de forma insidiosa. En estos casos la persona muestra
síntomas de anemia, pérdida de peso, exceso de sudoración, sangre en la orina, manchas en la
piel (como si fuesen pecas) localizadas en las palmas de piel y manos, en la capa conjuntiva de
los ojos y debajo de las uñas. Estos síntomas pueden mantenerse durante meses sin que la
persona sospeche nada fuera de lo normal. Entre los síntomas agudos encontramos:

-La persona nota frío pero su piel está caliente. También es común que sienta escalofríos.

-Aumento del ritmo cardiaco.

-La persona entra en un estado de confusión mental, es decir, tiene problemas para tomar
decisiones, recordar cosas y le es imposible prestar atención. También es normal la aparición
de delirios.

-Fiebre muy alta, rondando los 40ºC y debilitamiento.

-Dificultad para respirar.

Causas de una infección de sangre.


Hay diversas causas. Las más comunes son debido a bacterias, virus u hongos. Si nuestro
sistema inmunitario no es capaz de parar una infección y consigue extenderse, nuestro cuerpo
responderá con una reacción inflamatoria que genera daños importantes en los órganos de
nuestro cuerpo.

-Hongos o virus: los hongos pueden extenderse rápidamente a través del cuerpo mientras
viajan a través de la sangre.

-Bacterias: es normal que nuestro cuerpo presente bacterias pero cuando el número se excede
y no se controla puede producir una infección grande a través de todo el cuerpo. Por eso, si no
tomamos los antibióticos que nos recomiendan y no erradicamos las infecciones que podamos
tener a lo alrgo de nuestra visda estas pueden extenderse.

-Infecciones provenientes por vía oral debido a intervenciones orales o simplemente producida
por nosotros. Por ejemplo, Una gingivitis que se alarga en el tiempo y produce periodontitis, es
un factor de riesgo muy importante.

-Infección pulmonar, como la neumonía bacteriana. También puede ser debido a


procedimientos médicos que se practiquen en el tracto respiratorio, como por ejemplo, una
broncoscopia o recibir respiración artificial durante 2 o más días (ya que pueden introducirse bacterias a
través del tubo respiratorio).

-Infección proveniente de procedimientos genitourinarios como la colocación de catéteres.

-Infecciones de la piel. Por ejemplo, en pacientes que llevan mucho tiempo hospitalizados y sufren úlceras en
la piel, estas pueden infectarse.

Tratamiento de la infección de sangre.

Si el enfermo es llevado al hospital porque se detectan síntomas agudos, es conducido a la UCI (Unidad de
cuidados intensivos). A partir de ahí se procede a administrarle antibióticos de forma intravenosa. Se suele
alargar la aplicación de los antibióticos durante varias semanas. Los sanitarios además deberán aplicar otros
procedimientos dependiendo del estado del paciente. Por ejemplo si hay insuficiencia renal se realiza una
diálisis, se aplica medicamentos para aumentar la presión arterial en pacientes que lo requieran y por último,
se pone un respirador si no consigue captar suficiente oxígeno.

La sepsis o infección de sangre es conmunmente mortal si tarda mucho en detectarse, sobre todo en las
personas que llevan arrastrando muchos años una enfermedad y/o tienen el sistema inmune debilitado. Aun
cuando la persona consigue superarla los daños en los órganos como el cerebro, hígado o riñones hacen que
el paciente tarde bastante tiempo en recuperar su ritmo de vida normal.

Recomendaciones para prevenir una infección de sangre.

-No saltarse ninguna vacuna reduce notablemente el riesgo de infecciones, y por lo tanto, futuras sepsis.

-Lavarse muy bien las manos siempre que se pueda, con jabón o gel antiséptico, sobre todo si se tiene un
trabajo sanitario, como en centros de salud u hospitales.

-Fortalecer el sistema inmunitario. Si sospechas que tu sistema inmunitario no está en su mejor momento.
Haz ejercicio y aliméntate correctamente. Debes incorporar todo tipo de vitaminas en tu organismo, pero en
concreto la vitamina C presente en frutas cítricas y gran parte de hortalizas y verduras.
-Se consciente de las enfermedades que sufres (en caso de sufrir alguna) y cuales de ellas te hacen más
vulnerable. Por ejemplo, las personas con cáncer por lo general tienen un sistema inmunitario más débil, igual
que sufrir VIH.

-Cocina adecuadamente las comidas con el fin de eliminar posibles bacterias.

-Cuida las heridas externas y desinféctalas siempre con alcohol o yodo antes de vendarla, es recomendable
también utilizar un vendaje antibacteriano para evitar la acumulación de virus bajó él.

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