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Em Prendi Mien To
Em Prendi Mien To
Resumen
En este documento se hace un acercamiento general a la
conceptualización de emprendimiento como una característica que
puede surgir en todos los seres humanos. Se presenta al docente como
un profesional con gran compromiso hacia la adquisición de
competencias, no sólo ante su quehacer pedagógico y, con ello, su rol
de mediador y guía del proceso de formación, sino que, a la vez, tenga
la capacidad de aprovechar al máximo las capacitaciones y
actualizaciones desde el contexto donde se desempeña
profesionalmente. También se hace referencia al sistema educativo que
permite que los docentes lleguen a ser competitivos en cuanto a lo
personal y profesional, y que al mismo tiempo entiendan que la
sociedad actual presenta cambios de manera acelerada, por lo que
deben tener la capacidad de enfrentarse a nuevos retos con ideas
renovadas que den respuesta a muchos de los interrogantes o
necesidades de los educandos.
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Magíster en Educación. Directora Instituto de Estudios en Educación – IESE ljaramill@uninorte.edu.co
logros. Una de las grandes características de este tipo de personas es que siempre están
en constante búsqueda de cambios, de dar soluciones a los problemas y siempre se les
miden a nuevos retos. Hoy, el mundo en que vivimos está lleno de cambios e
incertidumbres generados muchas veces por el proceso de globalización, los medios de
comunicación y las tendencias modernas.
La situación anterior nos obliga a ser personas competitivas desde el punto de vista
personal y profesional, si es que se quiere tener éxito en el desempeño laboral, familiar y
social. Es por ello que la universidad también tiene un papel muy importante en
proporcionar a sus estudiantes una formación básica e idónea que los capacite para
alcanzar estos objetivos. Los emprendedores son personas generadoras de ideas que, al
mismo tiempo, desarrollan las competencias necesarias para ser mejores ciudadanos.
La educación tiene como misión formar al individuo de manera amplia, pertinente y con
calidad en una sociedad. Es por ello que no sólo se debe pensar la educación con una
visión única externa del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también como una
condición interna del docente. Por lo tanto, la educación debe facilitar el desarrollo de
nuevas habilidades personales, como la capacidad de innovar, encontrar soluciones
creativas y adaptarse al cambio.
El mundo al que nos enfrentamos hoy, como educadores infantiles, nos exige estar
acordes con un buen desempeño como profesionales, que ayude a mirar que tenemos un
alto grado de responsabilidad ante la sociedad, además del apoyo que brindamos a los
niños y niñas, sus padres y toda la comunidad educativa en general. Por ello, cuando nos
referimos hoy a ser buenos profesionales, no debemos limitarnos a tener ese
conocimiento específico de nuestra disciplina, sino que como seres humanos debemos
pensar qué podemos hacer para apoyar y sacar adelante nuestros sueños y el de nuestros
estudiantes.
La calidad de la educación debe tener pertinencia en la formación que se brinda a los
futuros egresados. Para ello, el docente debe reflexionar sobre su quehacer pedagógico y
metodológico, sobre la pertinencia y aplicabilidad de lo que está enseñando. Así llegará,
en consecuencia, a la conclusión de que debe desaprender y aprender nuevas técnicas, y
ampliar las fronteras de sus habilidades para brindar a sus estudiantes la formación que
necesitan.
De esta manera, el enfoque que se le está dando a este proceso en la nueva concepción
de educación superior está orientado a la formación basada en competencias. “La
formación basada en competencias constituye una propuesta que parte del aprendizaje
significativo y se orienta a la formación humana integral como condición esencial de todo
proyecto pedagógico; integra la teoría con la práctica en las diversas actividades;
promueve la continuidad entre todos los niveles educativos y entre estos y los procesos
laborales y de convivencia; fomenta la construcción del aprendizaje autónomo, orienta la
formación y el afianzamiento del proyecto ético de vida; busca el desarrollo del espíritu
emprendedor como base del crecimiento personal y del desarrollo socio-económico y
fundamenta la organización curricular con base en proyectos y problemas, trascendiendo
de esta manera el currículo basado en asignaturas compartimentadas”. Sáenz, Zambrano,
& cols. (SA).
Una formación de este tipo demanda del docente un rol diferente al tradicional. Aquí el
centro del proceso es el estudiante: el docente cumple la función de coordinador,
acompañante, guía, asesor y orientador de tal proceso. El verdadero protagonista es el
estudiante, quien debe ser artífice de su aprendizaje. Para muchos docentes esto implica
un cambio radical en su quehacer pedagógico, en su mentalidad, en el sistema de
evaluación, en el enfoque que se les da a las asignaturas; no puede seguir usando la clase
tradicional como única herramienta pedagógica, es menester cambiar a una nueva
pedagogía.
Para conseguir esta formación, el docente debe generar espacios en sus clases que
propicien la reflexión, la critica, el trabajo en equipo y la autoformación. No puede seguir
usando la clase magistral como única herramienta de su trabajo. Una buena estrategia
para apoyar y facilitar la autoformación de los estudiantes es el trabajo independiente que
fue establecido en los diseños curriculares con créditos académicos, pero para que éste
produzca los resultados deseados, debe ser planeado y estructurado a través de guías de
trabajo independiente, donde se explique claramente el objetivo del trabajo, las fuentes a
consultar, las aplicaciones del tema y el tiempo a emplear en dicho trabajo.
Frente a todas estas exigencias del rol del docente, se hace imperativo reflexionar que no
se puede dar de lo que no se tiene. Es por eso que, para entrar en esta onda de la
formación por competencias, debemos prepararnos en este aspecto, aprovechando los
espacios de capacitación que nos brinda la institución en la que nos desempeñamos como
formadores. Para ello, debemos orientar el trabajo pedagógico propiciando la formación
de competencias en los estudiantes de la siguiente manera:
En conclusión, para asumir un apropiado papel como docente, acorde con las
metodologías y habilidades de nuestro tiempo, debemos hacernos un examen autocrítico
para saber cómo estamos frente a las exigencias del medio en que nos desempeñamos y
tomar la firme decisión de capacitarnos, aprovechando al máximo estos espacios de
reflexión que la institución nos está ofreciendo. Cambiar no es fácil, implica sacrificios,
dedicación, tiempo, trabajo, y en algunos casos inversión; pero no podemos seguir
repitiendo los mismos errores de toda la vida. Nuestros estudiantes confían en nosotros y
no podemos defraudarlos. Hemos hablado de cómo los docentes deben tener ciertas
competencias y cómo desarrollar estrategias para que puedan ser verdaderos modelos
para imitar, y de ésta manera ser réplica de emprendedores, facilitando las habilidades a
una persona para actuar adecuadamente en distintos escenarios de su vida.
3. Sáenz Garza, Moisés, Zambrano Chávez, Nancy, Torres Muñoz, Otoniel, Pereyra
Luna, Marina, Hernández Contreras, Ely. (SA). Escuela Normal Superior de Graduados
Sistematización de la enseñanza formación basada en competencias. Objeto de
aprendizaje. Consultada desde:
http://www.slideshare.net/guest7be72d/formacin-basada-en-competencias-447490