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Sentimientos Frustraciones Emociones
Sentimientos Frustraciones Emociones
3. ¿Los sentimientos son buenos? Son buenos cuando facilitan obrar bien; entonces
conviene fomentarlos. Son perjudiciales cuando invitan al mal: habrá que dominarlos y
cambiarlos.
4. ¿El hombre debe guiarse por sus sentimientos? No, no. El hombre debe guiarse por
su inteligencia, que es la facultad que muestra el verdadero bien. Los sentimientos son
en buena parte instintivos, y dejarse dominar por ellos es una pérdida de libertad. Por
ejemplo, el sentimiento de fastidio ante el estudio se debe vencer.
5. ¿El hombre debe ser frío y cerebral? El hombre no debe congelar su corazón. Cuando
la inteligencia dirige los sentimientos unas veces frena, pero otras empuja y fomenta los
afectos. Sólo una razón equivocada olvida esto último.
8. ¿Qué se necesita para mejorar los sentimientos? Para que los sentimientos inclinen al
bien, es preciso que:
o la inteligencia esté bien formada para distinguir el bien del mal y acertar en las
inclinaciones que se deben fomentar o corregir.
o Conviene que la voluntad esté entrenada a sacrificarse, para no dejarse llevar por
sentimientos caprichosos llegando a considerarlos correctos: es necesario huir
del egoísmo, que paraliza muchos buenos sentimientos.
10. ¿Cómo cambiar un sentimiento de odio? Esa inclinación se habrá formado a base de
experiencias negativas hacia esa persona. Para cambiarlo habrá que adquirir o imaginar
varias experiencias positivas. Por ejemplo:
12. Una sorpresa. Aparece aquí un motivo serio para no mirar pornografía. Esas
imágenes deforman la realidad presentando a seres humanos como objeto de deseos
egoístas en lugar de personas dignas de amor y respeto. Esas miradas introducen en el
corazón un modo equivocado de pensar y reaccionar. En cambio, no mirar esas
imágenes es defender y mantener un corazón con buenos sentimientos hacia los demás.
13. ¿Conviene fomentar sentimientos de amor a Dios? El verdadero amor a una persona
consiste en desear su bien y su servicio con independencia del propio gusto. Sin
embargo, los sentimientos afectuosos favorecen ese amor profundo. Lo mismo sucede
respecto a Dios: debemos buscar su servicio más que nuestro gusto, pero también es
deseable un corazón piadoso. Por ejemplo, Jesucristo amó con obras a Dios Padre hasta
dar la vida por cumplir su voluntad; y al mismo tiempo el trato con su Padre era cordial
y confiado. Sobre todo en los comienzos de la vida cristiana es conveniente que los
sentimientos ayuden.
14. ¿Cómo fomentar sentimientos de amor a Dios? La piedad respecto a Dios se puede
fomentar de varios modos:
Las Emociones
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes
y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil
saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos
puede ayudar a intuirla.
FRUSTRACIONES
Cuando hay un impulso, un deseo, y la persona no es capaz de satisfacerlo,
aparece entonces lo que en Psicología llamamos frustración. Que se
manifiesta como un estado de vacío o de anhelo insaciado.
Por ejemplo, un desengaño amoroso puede hacer que una persona cambie de
actitud respecto a las personas del sexo opuesto, puede producirse un
distanciamiento afectivo o cierta desconfianza a la hora de plantearse la
posibilidad de una nueva relación de pareja.
Los traumas pueden producirse a cualquier edad, aunque quizá la edad más
frecuente sea la infancia y la juventud ya que son los periodos en los que
personalidad no se ha configurado aún y cualquier acontecimiento puede
influir de forma más decisiva.
Qué es la frustración?
La
frustraci
ón es el
deseo,
objetivo
,
aspiraci
ón o Frustración. No conseguir la meta y encontrarse con situaciones no buscadas.
esperan
za no satisfecha, que se manifiesta como un estado de privación o falta de recompensa.
El grado de frustración irá en función de la intensidad del deseo o anhelo.
2. Consecuencias
Al no lograr el objetivo o el deseo esperado, las personas se sienten frustradas y el
resultado de ello es un sentimiento de enfado, tristeza o rabia. Cada uno lo vive de
forma diferente, pero todos tienen en común la sensación de desánimo y decepción
que produce la frustración.
Las consecuencias que una situación frustrante puede causar en una persona, puede
ser muy diferente y esto dependerá en parte del grado de madurez de la persona o
del impacto que determinada situación pudo causar en ella.
Por lo general, las personas frustradas serán muy sensibles a todo aquello que le
recuerde el motivo de su frustración. Sentirán ansiedad ante las mismas
circunstancias en las cuales fracasaron o no lograron sus deseos, y perderán confianza
en sí mismas ante situaciones parecidas, huyendo de las mismas para no sufrir otra
decepción.
Hay que destacar que hay situaciones que no dependen de uno mismo y, por tanto, es
imposible hacer cualquier esfuerzo por superarlo.
3. Tolerancia a la frustración
La tolerancia significa respetar, aguantar, soportar con paciencia y con respeto algo
que no compartimos o entendemos. Desde este punto de vista, tolerar la frustración
parte de un significado positivo, que permite a cada uno superar una situación frustrante
con mayor o menor facilidad.
Cada persona posee un grado diferente de tolerancia a la frustración. Las personas con
baja tolerancia se enfadan o se ponen tristes ante el más mínimo deseo insatisfecho u
objetivo no logrado. Les supone un gran esfuerzo superar esa situación y se sienten
desmotivadas para volver a intentarlo o ante circunstancias parecidas. Son personas que
suelen sentirse fracasadas a la menor contrariedad.
Por el contrario, las personas con un alto nivel de tolerancia a la frustración, para
sentirse frustradas, necesitan que las expectativas que tenían sobre un deseo u objetivo
que esperaban y no han logrado, sean muy altas. Son personas que poseen una gran
fortaleza y equilibrio ante situaciones adversas.
Para manejar la frustración, debemos tener en cuenta nuestros propios límites y los
obstáculos que se nos pueden presentar. El entorno, las circunstancias, incluso nuestras
propias capacidades, son variantes que nosotros no podemos controlar y que pueden ser
la causa de que nuestras expectativas u objetivos no se cumplan.
Otras veces, la causa de las frustraciones procede de unas metas o expectativas poco
realistas. Es el caso de personas inmaduras que no conocen sus límites o los límites
de los demás y que esperan más de lo que las circunstancias o la realidad les permite
alcanzar.
Esto también suele sucederles a personas muy fantasiosas con una imaginación que
desborda la realidad, o personas muy ambiciosas que no pueden conseguir sus
objetivos porque son prácticamente inalcanzables es circunstancias normales.