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Cierta vez una chica que era vanidosa y siempre prefería mundana y muy

apegada a las cosas materiales entre ellas las joyas, desobediente a su familia. Se
juntaba con sus amigos(a) aventureras, Vivian un mudo muy ficticio, pero fue tanta su
desgracia y demasiado tarde que se dio cuenta que estaba en un destino equivocado.

Hasta que un día se le presenta un personaje divino que le dijo unas palabras e
hizo reflexionar y cambio sus ideas en las que solo valora las cosas materiales mientras
charlaban el personaje divino le dijo “Hija querida estas en la perdición ya que las cosas
materiales no se comparan con el amor, cariño, afecto que te dan tus padres y todo lo
divino dado por Dios” anda a tu familia pide perdón y veraz que serán felices juntos a
los que te quieren.

La chica muy arrepentida de lo que había hecho va a su casa y pide perdón a


toda su familia y rogo a Dios que nunca se aleje de su familia.
Érase una vez un padre muy humilde que tenía un hijo travieso y desobediente
que no hacía caso a su padre porque andaba con malas compañías, hasta que una vez
atrevidamente le levanta la voz a su padre y le dice: “Dame la parte que me pertenece,
me canse de este lugar y yo sabré en que lo uso ese dinero” ; en lo que el padre le
responde: “Pero hijo aquí tienes todo comida cama y vestimenta ¿Por qué te quieres ir?”
a lo que el hijo muy arrogante le responde, “Yo ya me arte de este lugar papá”

Después de un momento el hijo coge todo lo que puede de su casa y un bastante


dinero que sus padres habían ahorrado durante mucho tiempo; y se fue a la ciudad con
sus amigos y amigas lo que hacían era, estar de fiesta en fiesta hasta que un día le
sucedió un accidente en el que le atropelló un carro, por haber cruzado la calle borracho,
él había estado bebiendo en una fiesta con su amigo, en la que también se encontraba su
primo, en ese momento su primo al enterarse de lo sucedido, sale a la calle y encuentra
a su primo tirado y mal herido, al ver este escenario llama una ambulancia y lleva de
emergencia a un hospital cercano.

Después de un tiempo en el cual los padres no tenían noticia del hijo


desconsiderado van en su búsqueda y se contactan con su sobrino y él les manifiesta que
su hijo se encontraba hospitalizado porque había sufrido un accidente cuando estaba
mareado. Los padres al enterarse de este hecho se remiten al hospital; al reencontrarse
con él se abrazan muy fuertemente, brotan lágrimas de tristeza y alegría y es en donde
este hijo les pide perdón encarecidamente a lo cual los padres misericordiosos otorgan
ese perdona su hijo tan querido.

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