Está en la página 1de 3

Introducción:

Marc Leopoldo Benjamín Bloch, nació en Lyon, en el seno de una familia judía
de Alsacia en la fecha 6 de julio de 1886, era hijo del profesor de historia antigua
Gustar Bloch y de Sarah Ebstein. Bloch estudio en la Ecole Nórmale Superieure
y la fundación Thiers en Paris, así como en Berlín y Leipzing.

Este lucho en la primera guerra, luego de esta guerra impartió clases en la


universidad de Estrasburgo, y posteriormente, a partir de 1936 sucedió a Henri
Hauser como profesor de historia económica en la Sorbona.

En 1929 Bloch fundó junto con Febvre la importantísima publicación Annales


d'histoire economique et sociale, la cual en 1945 es llamada como Annales
Economies, societes, civilisations, nombre utilizado para designar la nueva
corriente historiográfica encarnada por Bloch y Febvre, que seria conocida como
la escuela de los Annales.

Bloch ha tenido gran influencia en el campo de la historiografía a través de los


Annales y de su manuscrito inacabado Apología para la historia o el oficio de
historiador (editado por su amigo Lucien Febvre, que fue traducido como
introducción a la historia, o Apología para la historia), en el que estaba
trabajando cuando fue asesinado por los nazis. El libro es uno de los más
notables de la historiografía del siglo XX y plantea una nueva historia,
fundamentada en lo social y lo económico, con una nueva forma de acercarse a
las fuentes, en contraposición de lo hecho por su maestro Charles Seignobos.

Por otra parte nombrare algunas de sus obras más importantes como los reyes
taumaturgos, 1924. Los caracteres originales de la historia rural francesa, 1931.
L extraña derrota, escrito en 1940 y publicado en 1946. Introducción a la historia
( Apología para la historia), escrito en 1941 y publicado en 1949.

Intencionalidad de la obra:

Por lo que se refiere al libro de cual vamos a tratar a lo largo de esta reseña el
mismo fue escrito en el año 1941 por Marc Bloch y se llama Apología para la
historia, pero esta obra no estaba terminada puesto que a Bloch lo mataron antes
de culminarla. Por lo tanto la retomo Lucien Febvre el cual era el amigo de Marc
Bloch y en su honor, decidió corregir y preparar algunos detalles faltantes de esta
extraordinaria obra. Que trata de la metodología histórica titulada Apología pour
I' historie, subtitulada “Cómo y por qué trabaja un historiador”, y fue publicada
finalmente por Lucien Febvre con el titulo Apología para la historia o el oficio del
historiador, en 1949. Pero no tenía la totalidad de los esbozos y variantes que el
autor había producido.

Por lo cual el hijo de Marc Bloch, Etienne Bloch decidió recuperar el texto original
e incorporar otras versiones de la obra examinando los manuscritos de su padre,
de los cuales Febvre no había tenido acceso.

Ahora bien su edición quedo bajo Etienne Bloch y fue impreso en México en el
año 1996. Esta obra surgía como una constatación académica, una obra de
debate metodológico e intelectual.

La intencionalidad de la obra de Bloch es explicar para qué sirve la historia esto


surge, cuando su hijo que en ese entonces era pequeño le hace una pregunta
“ papá, explicarme para qué sirve la historia”, por lo que Bloch decide plantear
el problema sobre la utilidad de la historia en un libro que ha de conocerse en
nuestros días como Apología para la Historia, en el se tratan temas como la
historia, los hombres y el tiempo donde se menciona que el término “Historia” es
tan viejo que se ha querido eliminar del vocabulario. Y hasta los sociólogos de
la escuela Durkhemiana menospreciaban el término ya que la misma trata de los
conocimientos de las realidades humanas y eso no iba con su manera de pensar,
puesto que ellos se identificaban con el saber racional.

Luego el autor se plantea que la historia no es la ciencia del pasado porque dice
que es absurda la idea de que el pasado pueda ser objeto de una ciencia.

La historia estudia la obra de los hombres, es la ciencia de los hombres en el


tiempo: tras los rasgos sensibles del paisaje, (las herramientas o las maquinas,)
tras los escritos en apariencia más fríos y las instituciones en apariencia más
distanciadas de quienes la establecieron, la historia quiere captar a los hombres.
(Bloch 1996).

Por lo que se refiere a su edición, el mismo fue editado después de la Segunda


Guerra Mundial, una circunstancia muy dolorosa que inclusive se lo llevo a Bloch
por eso en su honor como ya eh mencionado anteriormente su amigo Febvre
decidió editarlo en 1949, para honrar sus memorias, también porque el contenido
de este libro iba y va actualmente ayudar a despejar dudas sobre el oficio del
historiador para los que recién se están iniciando en esta área y para los que ya
están dentro de la misma le será muy agradable leerlo.

Por otra parte el texto nos habla de que el titulo y el subtitulo Apología para la
historia o cómo y por qué trabaja un historiador plantea que para Marc Bloch la
obra es en defensa de la historia. “Lo que el título no dice pero si lo dice el texto
(…) incluso más allá de la ciencia.” Bloch pág. 10

Luego el índice presenta cinco capítulos, los cuales son el primero que trata la
historia, los hombres y el tiempo, el segundo la observación histórica, el tercero
la crítica, el cuarto el análisis histórico y el quinto no está titulado.

Por otra parte el prefacio lo elaboro Jacques le Goff y su traducción la hiso María
Antonia Neira B.

El mismo empieza contándonos algunos datos sobre el autor como por ejemplo
“ Es sabido que el gran historiador, confundador, en 1929, de la revista Annales
que, por ser judío, había debido ocultarse durante el régimen de Vichy, entro en
1943 en la red de francotiradores de la resistencia en Lyon y fue fusilado por los
alemanes el 16 de junio de 1944, cerca de esta ciudad. Fue una de las víctimas
de Klaus Barbieri.

Luego da una observación general de lo que va a tratar el texto, como cuando


plantea que Marc Bloch señala que “a diferencia de otros tipos de cultura, la
civilización occidental siempre ha esperado mucho de su memoria”, y así se
introduce una pareja fundamental para el historiador y para el amante de la
historia: historia y memoria, memoria que es una de las principales materia prima
de la historia, pero que no se identifica con ella. (…) Marc Bloch defiende
entonces, con energía, la especificidad, la aparente inutilidad de un esfuerzo
intelectual desinteresado. En la disciplina histórica encuentra una tendencia
propia del hombre en general: la historia es también, en ese sentido, una ciencia
humana: “Seria infligir a la humanidad una extraña mutilación si se le negase el
derecho de buscar, fuera de toda preocupación de bienestar, cómo sosegar su
hambre intelectual”.

También podría gustarte