CARLO GINZBURG
PESQUISA SOBRE PIERO
El Bautismo. El ciclo de Arezzo.
La Flagelacién de Urbino
Traducido del italiano por
Pilar Gémez Bedate
Muchnik EditoresPrefacio
1. En estas paginas analizo algunas de las obras mayo- |
res de Piero della Francesca —el Bautismo de Cristo, la Fla-
gelacién, el ciclo de Arezzo— desde un doble punto de vista: |
su encargo y su iconograffa. De los aspectos propiamente |
formales de estas pinturas no hablo porque carezco de la
competencia necesaria (soy un estudioso de historia, no de
historia del arte). Se trata de una limitacién grave. ¢Puede
una investigacién asi delimitada llegar a resultados impor-
tantes? Pienso que si: por motivos de naturaleza especifica,
ligados a la situacién de los estudios sobre Piero; y también
por motivos de naturaleza general.
2. Los elementos seguros de la biografia de Piero son
escasos, las obras fechadas, poquisimas.’ En estas condicio-
nes, el investigador tiene la impresién de encontrarse frente
a una pared de roca de sexto grado, lisa y sin asideros. Sélo |
hay algunos clavos diseminados ac y allé: la presencia de
Piero en Florencia en 1439, en el séquito de Domenico
Veneciano; el encargo del retablo de la Misericordia en San-
sepolcro en 1445; el fresco de Rimini que representa
a Segismundo Malatesta, datado en 1451; la actividad en
Roma en 1458-59, documentada por los pagos de la Camara
Apostélica... El resto son conjeturas, noticias inseguras e
indirectas, y en los mejores casos fechas post quem y ante
quem que dejan decenios sin explicar.
En su gran libro sobre Piero de 1927 (enriquecido des-XIV PREFACIO
pués por adiciones y correcciones hechas a lo largo de
;treinta y cinco afios),’ Roberto Longhi ha mostrado cémo
una examen profundo de los textos pictéricos puede sub-
sanar la pobreza de la documentacién externa. Con esta
fundamental reconstruccién de la biografia artistica de Piero
debemos, todavia hoy, seguir contando, pero es inevitable
que, a mds de medio siglo de distancia de su primera for-
mulacién muestre algunas grietas.
Examinemos una: la fecha en que se data la Flagela-
cién de. Urbino.’ Para Longhi, la tabla famosa habia sido
pintada hacia 1445. Esta fecha tan temprana habfa sido de-
ducida de una interpretacién del tema del cuadro —o, me-
jor dicho, de una escena en primer plano— elaborada, con
aproximaciones sucesivas, durante el siglo xvi, en am-
biente urbinense y por estudiosos de la historia urbinense,
segtin los cuales, el joven rubio de pies descalzos represen-
tara a Oddantonio de Montefeltro, asesinado en una con-
juracién en 1444, entre dos malos consejeros. La Flagelacion
de Piero seria, por consiguiente, un homenaje a la memoria
del duque, desaparecido trdégicamente hacia poco.
Aun si la errénea identificacién del joven rubio con
Oddantonio est4 documentada desde finales del siglo xvr
(més de un siglo después, por consiguiente, de la ejecucién
de la tabla), la interpretacién global carece ciertamente de
todo fundamento. Cuando todavia era indiscutible, Longhi
la acepté como «la mds probable», juzgando que la fecha
de ejecucién que ésta suponia estaba confirmada por datos
formales: «Por otra parte, también el estilo nos Ileva a
una época anterior a la de los frescos aretinos...»* A las
objeciones justisimas (aunque estuviesen argumentadas de
manera insatisfactoria) que le opuso Toesca, que rechazaba
la interpretacién de la iconografia y la fecha temprana que
ésta implicaba, Longhi repuso en 1942 confirmando su adhe-
sién a la tesis entonces candnica: «y porque la obra est4
destinada a Urbino, también lo estard verosimilmente el
misterioso tema moderno [las figuras en primer plano];
icon lo que se hace plausible la interpretacién que le da la
tradicién local, que concuerda con el estilo de un cuadro
relacionado con las obras primitivas, y clara premonicién,
mas que consecuencia, de los frescos aretinos».