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Capitulo VII: Gabriel, la luna y el lago

Edu coloco la cabeza sobre los brazos. La cama, blanca y agradable le hacía olvidar la
angustia que pasara aquel día. Hasta el ardor de las piernas había desaparecido. Los ojos
comenzaban a pesarle anunciando el sueño que vendría después.
Bostezo y sonrió recordando la frase de bolitro: “que tengas una noche de buenos sueños”.
Eso era lo maso menos de la frase. Pero faltaba pedazo. Hizo un esfuerzo de memoria.
-Ha ahora recuerdo “que tengas una linda noche, llena de hermosos sueños”….
Pensó en Anna, bolitro no le había pedido que guardara el secreto. Vio los ojos de Anna, tan
azules, sonriéndole con bondad. sus manos finas acariciando su cabeza deforme y
pesándolas sobre sus cabellos.
Suspiro más fuerte y se adormeció.
no podía calcular si había dormido mucho. Pero ahora estaba atento y tenía la seguridad de
que había sonado un golpe leve en su puerta. Escucho más, y se sintió feliz. Después del
golpe, una voz susurraba afuera.
-¡Eduardo!..!edu!...¿estas durmiendo? Conocía aquella voz inconfundible

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