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PROBLEMAS
PRINCIPIOS
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do. En cambio, no parecía, ni en- aspecto institucional y el aspecto
tonces ni durante el postconci- carismático son coesenciales en
lio, que la vocación universal a la constitución de la Iglesia y con-
la santidad debiera convertirse curren, aunque de manera dife-
en el punto fuerte de toda la rente, a su vida, a su renovación
nueva evangelización. Pero, tan- y a la santificación del pueblo de
to en la constitución conciliar Dios”. Tal “redescubrimiento
como en las indicaciones de Juan providencial de la dimensión ca-
Pablo II para el tercer milenio, rismática de la Iglesia” en cuanto
existe la decidida determinación “constitutiva de su ser”, ha teni-
de proponer a todos los fieles do lugar durante los años poste-
“el nivel máximo de vida cristia- riores al concilio (a partir de múl-
na” y “el radicalismo de las bien- tiples y amplias experiencias ecle-
aventuranzas”, hasta hacer de siales). Pero todavía no hemos
ellas “el núcleo de los progra- asimilado todo el alcance de tal
mas pastorales”. La empresa re- redescubrimiento.
quiere mucho coraje: el Santo Para profundizar verdadera-
Padre quiere y pide, para todos mente en esas tres “novedades
los cristianos, una educación en eclesiológicas”, articularlas entre
la oración capaz de conducirlos sí y extraer de ellas nuevas intui-
hasta las cumbres místicas, que los ciones y un nuevo dinamismo para
lleve a vivir una dilección amoro- la vida consagrada, nos parece
sa por Cristo: “hasta una verda- importante dilucidar la coheren-
dera locura del corazón”. cia de una convicción que tien-
En la Iglesia, los estados de vida de a identificar la dimensión ca-
han de concebirse en una com- rismática de la vida cristiana con
plementariedad real y de servicio la vida religiosa o con sus expre-
recíproco. Hay que tener en cuen- siones. Hay que resituar los “ca-
ta y aplicar, en primer lugar, la rismas” en el espacio común de
“eclesiología de comunión”, según la vida eclesial. Los tres puntos
la cual las vocaciones y estados subrayados marcan una eclesiolo-
de vida, en lugar de estar “orde- gía en la que el protagonista es el
nados jerárquicamente”, estén fiel bautizado con su “dignidad
“ordenados los unos a los otros” eminente”, su “vocación a la san-
para un servicio recíproco y com- tidad”, “sus derechos y sus debe-
plementario. Y, en segundo lugar, res”, sus dones y sus tareas, y el
la “eclesiología de misión”, según “lugar único” que debe ocupar en
la cual todas las vocaciones y es- el marco de la comunión y de la
tados de vida deben concurrir en misión eclesial.
la única misión de la Iglesia, cada El fiel cristiano debe ser con-
uno con su específica aportación siderado el destinatario primero
y de acuerdo con su propio dina- de los carismas que el Espíritu dis-
mismo. tribuye en la Iglesia.
El Papa ha reafirmado que “el