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ANTONIO MARÍA SICARI

CARISMAS ANTIGUOS EN LA IGLESIA ACTUAL


Hay voces que afirman, hoy, que la figura histórica de la vida consa-
grada, con la que hasta ahora se había identificado la sequela Chris-
ti – el seguimiento de Cristo -, está agotada. Sostienen que las formas
de vida heredadas del pasado, a pesar de haber proporcionado tan-
tos santos, presentan hoy día un estilo y un lenguaje incomprensibles.
Ya no pueden responder a las aspiraciones humanas y religiosas ni
tan siquiera de las personas consagradas, y les dificultan su misión. La
vida religiosa actual influye poco en la sociedad, no dice nada a la
juventud de hoy, tiene un débil impacto sobre el mundo y es ineficaz
en orden a la evangelización de la sociedad modern.

Anciens charismes dans l’Église d’aujourd’hui,Vie consacrée 75 (2003)


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PROBLEMAS

En la literatura reciente sobre carisma” entre religiosos y laicos.


la vida consagrada aparece con La carencia y el error de mu-
frecuencia el tema de la “refunda- chos proyectos de “refundación
ción de la vida religiosa”. Este pro- de la vida consagrada” o de “nue-
yecto tiene en Norteamérica un vo posicionamiento de los caris-
carácter más pragmático y adquie- mas” residen en que mantienen
re en América Latina y en España como lugar escogido para reali-
rasgos mesiánicos en concordan- zarlos el mundo con sus proble-
cia con la teología de la liberación. mas, sus desafíos, sus transforma-
Aplicado a un instituto concreto, ciones, etc. En cambio, el lugar
ese proyecto de refundación exi- adecuado para realizar tal proyec-
giría de sus miembros la capaci- to debiera ser en todo caso la
dad teórica y práctica de encon- misma Iglesia, comprendida y vivi-
trar un nuevo posicionamiento de da como realidad de comunión y de
su carisma original. misión. El término mismo de “re-
Los documentos oficiales de la fundación” no acaba de conven-
Iglesia insisten en la necesidad de cernos. Nos parece más útil ha-
continuar la renovación de la vida blar de un “nuevo posicionamien-
religiosa, siguiendo el criterio de la to de los carismas”, exigencia que
“fidelidad creativa”, y estimulan nue- fluye de la renovación eclesiológi-
vos intentos de “compartir el mismo ca inaugurada por el Vaticano II.

PRINCIPIOS

La afirmación solemne de la santidad” (cf. el capítulo quinto de


“vocación de todos los fieles a la LG) repetía algo ya sabido y creí-

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do. En cambio, no parecía, ni en- aspecto institucional y el aspecto
tonces ni durante el postconci- carismático son coesenciales en
lio, que la vocación universal a la constitución de la Iglesia y con-
la santidad debiera convertirse curren, aunque de manera dife-
en el punto fuerte de toda la rente, a su vida, a su renovación
nueva evangelización. Pero, tan- y a la santificación del pueblo de
to en la constitución conciliar Dios”. Tal “redescubrimiento
como en las indicaciones de Juan providencial de la dimensión ca-
Pablo II para el tercer milenio, rismática de la Iglesia” en cuanto
existe la decidida determinación “constitutiva de su ser”, ha teni-
de proponer a todos los fieles do lugar durante los años poste-
“el nivel máximo de vida cristia- riores al concilio (a partir de múl-
na” y “el radicalismo de las bien- tiples y amplias experiencias ecle-
aventuranzas”, hasta hacer de siales). Pero todavía no hemos
ellas “el núcleo de los progra- asimilado todo el alcance de tal
mas pastorales”. La empresa re- redescubrimiento.
quiere mucho coraje: el Santo Para profundizar verdadera-
Padre quiere y pide, para todos mente en esas tres “novedades
los cristianos, una educación en eclesiológicas”, articularlas entre
la oración capaz de conducirlos sí y extraer de ellas nuevas intui-
hasta las cumbres místicas, que los ciones y un nuevo dinamismo para
lleve a vivir una dilección amoro- la vida consagrada, nos parece
sa por Cristo: “hasta una verda- importante dilucidar la coheren-
dera locura del corazón”. cia de una convicción que tien-
En la Iglesia, los estados de vida de a identificar la dimensión ca-
han de concebirse en una com- rismática de la vida cristiana con
plementariedad real y de servicio la vida religiosa o con sus expre-
recíproco. Hay que tener en cuen- siones. Hay que resituar los “ca-
ta y aplicar, en primer lugar, la rismas” en el espacio común de
“eclesiología de comunión”, según la vida eclesial. Los tres puntos
la cual las vocaciones y estados subrayados marcan una eclesiolo-
de vida, en lugar de estar “orde- gía en la que el protagonista es el
nados jerárquicamente”, estén fiel bautizado con su “dignidad
“ordenados los unos a los otros” eminente”, su “vocación a la san-
para un servicio recíproco y com- tidad”, “sus derechos y sus debe-
plementario. Y, en segundo lugar, res”, sus dones y sus tareas, y el
la “eclesiología de misión”, según “lugar único” que debe ocupar en
la cual todas las vocaciones y es- el marco de la comunión y de la
tados de vida deben concurrir en misión eclesial.
la única misión de la Iglesia, cada El fiel cristiano debe ser con-
uno con su específica aportación siderado el destinatario primero
y de acuerdo con su propio dina- de los carismas que el Espíritu dis-
mismo. tribuye en la Iglesia.
El Papa ha reafirmado que “el

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REFLEXIONES

El uso del término “carisma”, que nacen los diversos Institutos.


incluso en el contexto de la vida El carisma de cada Instituto se si-
religiosa, es reciente. Los textos túa allí donde el Instituto inicia su
del Vaticano II ni siquiera lo men- existencia. Sólo por contagio en-
cionan al referirse a la vida reli- tre hojas alcanza a los laicos.
giosa. Se limitan a hablar de ella La especial sintonía entre la
sólo como “don divino” que la dimensión carismática y el esta-
Iglesia ha recibido del Señor, cuyo do de vida consagrada, y su ex-
fundamento, a su vez, es el “don presión casi natural a través de ella
de los consejos evangélicos”. In- que le ha garantizado radicalidad,
cluso la expresión “carisma del vitalidad, organización, etc., es un
Fundador” es reciente (fue usada hecho históricamente explicable.
por primera vez por Pablo VI en Como también que el estado de
Evangelica testificatio, de 1971) al vida laica haya quedado durante
igual que otras expresiones hoy largos siglos en situación de infe-
frecuentes: “carisma originario”, rioridad y casi excluido del dis-
“don originario”, “gracia viva del curso de la “perfección”. Pero ya
Instituto”, ha llegado el momento de procu-
La “dimensión carismática”, rar que ese inmenso “tesoro ca-
definida como “constitutiva” y rismático” –guardado durante si-
“coesencial”, sigue siendo propie- glos sólo en el estado de la vida
dad de una restringida minoría de consagrada– esté abierto por fin
fieles. Todas, sin embargo, tienen a todos los fieles y estados de vida.
un límite tradicional: el carisma Intentemos, pues, “re-fundar”
sólo se tiene en cuenta allí donde nuestra forma de comprender y
empieza la “vida religiosa” (en sen- describir a la Iglesia. Volvamos al
tido genérico) o bien cuando co- “árbol eclesial” que hemos des-
mienza a existir un Instituto con- crito: las raíces permanecen, el
creto. tronco sigue ahí, les grandes ra-
Para quien la considera de una mas de los estados de vida, lo mis-
forma tradicional, la Iglesia apare- mo que los brotes de la diversi-
ce como un gran árbol, cuyo tron- dad de vocaciones. Pero las “se-
co carga con todo el conjunto del millas carismáticas” en cuanto ta-
que se adivinan las profundas raí- les, ya no se encuentran allí de
ces que lo nutren. Luego, al levan- donde brota la vida consagrada y
tar la vista, uno observa cómo, de donde se ramifican los diversos
entrada, el tronco se divide en Institutos religiosos, sino allí don-
grandes ramas (los diversos esta- de el tronco de la Iglesia se hun-
dos de vida). Sobre la rama de la de en tierra, casi a tocar de las
vida religiosa (o consagrada) han raíces. El Espíritu las destina a la
ido creciendo los brotes de los edificación de la Iglesia.

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SOLUCIONES
Resituar el “don de los con- sugerencias, de crecimiento, de
sejos evangélicos” ese “siempre más” que desean
todos los que aman y se saben
No negamos el hecho de que amados.
un estado de vida concreto (el ¿Es suficiente, para una “verda-
“religioso”) esté configurado so- dera coparticipación” entre reli-
bre la práctica de los consejos giosos y laicos, la referencia tradi-
evangélicos. Tampoco se puede cional a la “espiritualidad de los
discutir el lenguaje teológico tra- consejos”? ¿Cómo olvidar que en
dicional que ve en la vida consa- el cristianismo a palabras como
grada un “plus” en el orden del “espíritu”, “espiritualidad” y “vida
amor, de la imitación y de la proxi- espiritual” no se les puede atri-
midad a Cristo. La cuestión del buir ningún sentido que no esté
carácter obligatorio, para todos, encarnado?
de los consejos evangélicos es El “carisma” que está en la base
muy antigua y jamás resuelta. La de la vida religiosa (es decir, “el
distinción tradicional entre “pre- don de los consejos”) debe colo-
ceptos” y “consejos” nunca ha carse en la base de la vida bautis-
parecido del todo satisfactoria. mal. Por el bautismo cada cristia-
Tampoco parece que baste ape- no entra en un estado de “vida
lar a la objetividad de las vocacio- nueva” en el cual la norma de la
nes (el mejor estado de vida es relación entre el fiel y Cristo no
aquel al que uno es llamado de es sólo el precepto o el manda-
hecho) o al carácter subjetivo de miento, sino la amistad que ofre-
la respuesta (el más perfecto es ce y exige siempre más. Sólo así
aquel que más ama ) por pruden- el fiel puede tender de manera
te y sensato que ello sea. Hay que realista a la santidad, es decir, a la
retomar el problema desde una perfección de la caridad. El “esta-
argumentación que ofende inevi- do de vida cristiana” es en sí mis-
tablemente a todo cristiano. mo, para todos, un “estado de
Si es cierto que todos los cris- consejo evangélico”. En el cristia-
tianos son llamados a “amar siem- nismo, destaca justamente, por
pre más” a Cristo, ¿cómo puede encima de todo, la ley del diálogo
existir un “plus” al que no todos amical con Jesús, que se expresa
son llamados? Si Jesús nos ha de- mediante consejos, sugerencias, y
jado – con su palabra y sus actitu- la búsqueda generosa de lo ma-
des – unos consejos para vivir una yor y mejor... Los consejos de
mayor cercanía a Él, ¿cómo un amigo de Jesús a sus discípulos van
cristiano que le ama puede con- en la misma dirección marcada
tentarse sólo con lo que está por los consejos de virginidad,
mandado? Se corre el riesgo de pobreza y obediencia, incluso
perder precisamente esa novedad cuando la vocación del cristiano
que nace del encuentro con Cris- no es la de la vida consagrada.
to, hecho de amor, de diálogo, de Antes de estar en el origen del

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estado de vida consagrada y de Resituar los antiguos caris-
encarnarse en él de manera es- mas de los Institutos de vida
pecífica, virginidad, pobreza y obe- religiosa
diencia son términos que funda-
mentan el discurso cristiano so- La sustancia carismática de la
bre el hombre.Virginidad o espon- vida consagrada (que se expresa
salidad, pobreza o riqueza, obe- en los consejos evangélicos) puede
diencia o libertad son pares de ser compartida por toda la Igle-
conceptos opuestos que hoy día sia. También por los laicos. Pero
empleamos de manera disociada no a costa de una nivelación de
para distinguir los diversos esta- los estados de vida y de las voca-
dos de vida. Están disociados por- ciones, sino a través de una lectu-
que el hombre ha caído en el es- ra prioritaria de los consejos
tado de pecado y por ello ha que- evangélicos en cuanto “revelación
dado desarticulado el designio antropológica”, descripción del
original de Dios. Pero “al princi- ser humano como si estuviera “en
pio” de la creación describían con- el principio”, cuando salió de las
juntamente cómo Dios había ima- manos del Creador: revelación del
ginado al hombre: virgen –es de- hombre a él mismo ocurrida en
cir, totalmente sediento de Su Jesucristo.
único amor– y a la vez esponsali- El estado de vida consagrada
cio –es decir, capaz de comunión no quedará rebajado de ninguna
con el otro; pobre – es decir, del forma, sino que manifestará que
todo abierto para recibir– pero su carisma radical puede actuar
también rico, colmado de dones, constitucionalmente sobre la Igle-
empezando por el de la existen- sia entera y (“antropológicamen-
cia; obediente –es decir, totalmen- te”) también sobre la concepción
te inclinado a escuchar la Palabra del ser humano.
que le llama a la existencia y le Lo mismo cabe decir –e inclu-
proporciona sus significados– y sin so con más fuerza– de cada uno
embargo totalmente libre –por- de los dones carismáticos que, a
que sólo está atado por el amor lo largo de la historia, han dado
que da su “consentimiento”. origen a los diferentes Institutos
Los consejos de virginidad, religiosos. Tales carismas (sobre
pobreza y obediencia revelan a todo los más antiguos y ricos de
todos cuál es la estructura origi- historia) han sido tradicionalmen-
nal del hombre. Un análisis teoló- te “propiedad” de los religiosos.
gico afinado demuestra que los Esa propiedad no ha de serles
consejos evangélicos –a pesar de negada o disminuida en modo al-
fundamentar un estado de vida guno. Habrá que ser respetuoso
particular dentro de la Iglesia– con la tradición y la responsabili-
conciernen, ante todo y radical- dad histórica que los religiosos
mente, a la antropología cristiana han tenido, y siguen teniendo, en
como tal. Los consejos describen orden a la protección, la conser-
cómo Dios ha concebido al hom- vación y la transmisión del pro-
bre “al principio”. pio carisma.

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Pero primero habrá que situar 1943), de entre los cuales nacen
el carisma allí donde debe estar también miles de vocaciones con-
según su propia naturaleza teoló- sagradas, sacerdotales, etc. En los
gica. El carisma que ha alumbrado nuevos movimientos, los diversos
un determinado Instituto, en su estados de vida están en perfecto
naturaleza primera, es casi siem- equilibrio y relación entre ellos, y
pre un don con el que el Espíritu todos sostenidos por el mismo
ha marcado a los bautizados: los carisma. ¿Cómo no van a poder
ha hecho estar enamorados de concebir su propio futuro los
Cristo (apasionándolos por una “consagrados” a partir de las nue-
determinada “cara” o “aspecto” vas realidades eclesiales, ellos que
de su misterio), los ha educado son depositarios de carismas an-
con la fuerza pedagógica de su tiguos y espléndidos –cargados de
persuasión, los ha reunido en una historia y de experiencia, pero
patria espiritual y les ha confiado debilitados en la actualidad por la
tareas concretas para la edifica- penuria de vocaciones?
ción eclesial. Los términos “franciscano”,
Al contemplar la historia de “jesuita”,“dominico”,“carmelita”,
varios Institutos, se advierte que, etc., aplicados a religiosos, son
al principio, eran simplemente sustantivos, pero aplicados a lai-
movimientos evangélicos que cos son adjetivos. ¿Qué pasaría si
atraían bautizados hacia Cristo y cada uno de tales términos se
hacia la Iglesia. Sólo luego (y pre- convirtiera en un sustantivo apli-
cisamente por una intrínseca ne- cable a todos aquellos fieles que
cesidad de radicalización) se han el Espíritu llamase a pertenecer a
producido las formas de vida con- una misma “patria carismática”?
sagrada. Que luego los simples ¿Cuál sería el rostro de la Iglesia
bautizados hayan sido abandona- si estos antiguos términos desig-
dos a sí mismos o encuadrados nasen de entrada a los fieles cris-
con un menor compromiso en las tianos marcados carismáticamen-
terceras órdenes, es debido a las te, a los que luego el Espíritu asig-
contingencias históricas y a la si- naría su vocación personal? ¡De
tuación tradicional minoritaria del qué riqueza dispondríamos si la
laicado. diferencia normal y justa entre los
estados de vida tuviera lugar en
Carisma común y estados de el seno de un sujeto carismático
vida común!
Actualmente, la explosión pri- El futuro enriquecido de los
maveral de nuevos movimientos Institutos
eclesiales da testimonio del nue-
vo milagro: el carisma original in- El futuro de algunos Institutos
viste e identifica espiritualmente religiosos depende de que asuman
millones de bautizados (pensemos o no esa madurez eclesiológica. Lo
en el movimiento de los Focolari, cual es urgente de modo especial
fundado por Chiara Lubich en para los Institutos más recientes,

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nacidos al servicio de una obra siado tiempo, al igual que pasará
eclesial que, por su naturaleza, no con las obras que el Instituto ha
exige la consagración. Pongamos ido creando? Lo mismo cabe de-
como ejemplo el caso de un Ins- cir de los numerosos Institutos
tituto nacido para asistir a los nacidos para la educación de la
enfermos. Evidentemente su ca- juventud o para atender otras
risma originario consiste en la gra- necesidades sociales.
cia de saber “mirar y cuidar al No se trata de una estrategia
enfermo con los ojos y las manos útil para la supervivencia (o para
de Cristo”. ¿Por qué tal carisma la mejor gestión de les “obras”),
no ha de poder fascinar a todos sino de una verdadera cuestión
los bautizados que trabajan en el eclesiológica. Ese camino es el
área sanitaria? ¿Acaso no debería único que puede aportar una ver-
existir una comunicación natural dadera solución al problema de las
de ese interés entre los religio- vocaciones y a la salvaguarda de
sos y los laicos que viven en con- las “obras” existentes y a la cues-
tacto permanente a causa de la tión del apostolado específico de
misma misión? ¿O no resulta evi- los religiosos.
dente que, en el mundo actual, si Se trata de carismas que por
ese “carisma de compasión cris- su propia naturaleza tienen sus
tiana” sigue siendo “propiedad” de raíces en el bautismo mismo... Por
algunos centenares de consagra- consiguiente, pueden y deben ser
dos, no podrá mantenerse dema- ofrecidos a todos los bautizados.
PUESTA EN PRÁCTICA
Para conseguir, en cada caso la “patria carismática” de los con-
concreto, esa nueva participación sagrados (a las diversas “patrias”,
de los fieles religiosos y de los fie- según los Institutos). Por un lado
les laicos en el mismo carisma, habrá que traducir adecuadamen-
será preciso proceder con orden te el carisma para que pueda ser
y a distintos niveles. asimilado por los laicos con el
Una primera “apertura” hará máximo respeto a su carácter se-
referencia a la vida consagrada en cular; por otro, corresponderá
sí misma, en lo concerniente al sobre todo a los laicos recoger
don (o dones) de los consejos evan- los desafíos del mundo actual a
gélicos que habrá que ofrecer ver- los que el carisma deberá dar res-
daderamente a todos los fieles puesta de manera creativa.
bautizados (de manera adecuada Será esencial estar convenci-
a cada estado de vida, pero real- do de que esas “aperturas” exi-
mente). Se trata de enfocar de gen una nueva entrada para todos,
forma nueva la antropología cris- incluidos los religiosos. No se tra-
tiana y deducir de ella la corres- ta de ofrecer el carisma también
pondiente pedagogía. a los laicos –como si los consa-
Una segunda “apertura” se grados se mantuviesen en su po-
referirá al acceso de los laicos a sesión ya consolidada y tranqui-

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la– sino de ofrecerlo a los fieles los laicos deberán ante todo vol-
bautizados que están en comu- ver al fundamento antropológico
nión entre sí para la misma mi- de los consejos evangélicos. De-
sión, de tal manera que sea toda berán redescubrir y experimen-
la comprensión del carisma la que tar los elementos del carisma es-
se reformule de nuevo y se enri- pecífico que hunde sus raíces en
quezca por ese acontecimiento el fundamento bautismal común.
eclesial de coparticipación: tanto Finalmente, deberá cada uno
la comprensión que del carisma orientarse según su vocación.Así,
tienen los religiosos, como la de el mismo carisma iluminará tanto
los ministros y de los laicos, de la especificidad de los diversos
acuerdo con sus diferentes con- estados de vida como la comu-
diciones de vida. nión que los religa conjuntamen-
Los consagrados al igual que te y la misión que les aguarda.
UN EJEMPLO
Las ideas expuestas en este miento (o a los que en su seno se
artículo y en mis libros que lo han consagran con nuevas formas) se
inspirado, no son meras reflexio- les pide que asimilen y valoren de
nes de un intelectual en su estu- forma nueva las riquezas del ca-
dio. Quien esto escribe es un re- risma antiguo (ya desde el don de
ligioso carmelita en quien ha ma- los consejos evangélicos), de
durado desde hace años la con- modo que las hagan penetrar has-
vicción y la experiencia de haber ta la estructura íntima (antropo-
llegado el momento de trabajar lógica, eclesial y carmelitana) de su
en la construcción de un “movi- propia persona. También se les
miento eclesial” alrededor del pide que trabajen con los fieles
carisma carmelitano: el Movimien- laicos del movimiento en orden a
to Eclesial Carmelitano fue funda- una nueva lectura del carisma car-
do hace una decena de años. Fun- melitano que permita explorar
ciona en diversas ciudades italia- potencialidades no explotadas
nas y está presente en Bélgica, el quizás hasta ahora.
Líbano, Rumania y Estados Unidos. Se trata de llenar un cierto
No se trata ni de laicizar a los “vacío” que sufre la Iglesia por el
consagrados ni de consagrar a los hecho de que su inmensa expe-
laicos, cooptándolos en una gran riencia mística se desarrolle casi
Orden única, sino de poner en solamente en los conventos y en
movimiento, de modo orgánico, claustros. Es necesario educar a
aquellos llamados a vivir el caris- los laicos para que puedan pene-
ma carmelitano (de manera trans- trar en las profundidades místicas
versal, en las diferentes vocacio- de su vocación: profundidades
nes, estados de vida y pertenen- místicas del matrimonio, de la vida
cia institucional). familiar, del compromiso educati-
A los religiosos que participan vo, del trabajo, de la presencia en
libremente en la vida del movi- los diversos ambientes en los que

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son llamados a vivir. sistente sobre todo en un apren-
La descristianización actual no dizaje del arte de la oración (alu-
podrá ser superada ni apoyándo- diendo explícitamente y en varias
se sólo en una nueva predicación ocasiones a la gran tradición car-
dogmática, ni lanzando una nueva melitana).
catequesis moralizante ...Vivimos Es una invitación que nos da
en un mundo que se esfuerza en seguridad para seguir en la bella
hacer culturalmente intransmisi- aventura que estamos viviendo.
bles incluso los axiomas teológi- Nos gustaría intercambiar frater-
cos y morales, y que sólo podrá nalmente puntos de vista sobre
ser sensible a una irrupción mís- ella con todos aquellos que sue-
tica que conlleve, en si misma, tan- ñan con una Iglesia en la que las
to solidez teológica como empu- diversas “patrias espirituales” es-
je moral. tén habitadas felizmente por fie-
Juan Pablo II ha pedido a to- les, religiosos y laicos, que viven
das las comunidades cristianas que unidos en la misma comunión y
pongan por obra esa verdadera para la misma misión.
“pedagogía de la santidad”, con-
Tradujo y condensó: ÀNGEL RUBIO

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