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EL MERCURIO ASTROLÓGICO Y LOS LÍMITES DE MI MUNDO

La equivalencia entre Mercurio y el pensamiento, el entendimiento y el lenguaje no es algo


moderno. Ya Ben Ezra establecía esa correspondencia en su Libro de los Juicios de las Estrellas,
y Ben Ragel decía a propósito de Mercurio que es “buen razonador y conversador” (Libro
conplido en los Iudizios de las estrellas, ed. Índigo, Libro I, página 50). De este modo, los
antiguos ya tenía conciencia de que no se podía separar el lenguaje del pensamiento, pues
unían ambos conceptos dentro de un solo principio planetario. En el siglo XX, uno de los
grandes filósofos del lenguaje, Ludwig Wittgenstein (1889-1951), afirmó en su primera etapa,
la del Tractatus Logico-Philosophicus , que “los límites de mi lenguaje son los límites de mi
mundo”, aseveración según la cual el lenguaje solo tiene sentido cuando enuncia hechos que
tienen una realidad, hasta el punto de que la existencia de la realidad es solo un puro derivado
de la estructura lingüística del sujeto. Pensamiento, lenguaje y realidad se funden en una única
forma de vivir, que es inherente al propio sujeto y esto determina que el mundo de fulanito
nunca pueda ser igual a mi mundo porque su mente y su lenguaje condicionan una creación
(en términos del escritor mexicano Octavio Paz), más que visión, de la realidad, y mi mente y
mi lenguaje hacen lo propio respecto del mundo. En Astrología, como ya hemos adelantado al
principio, Mercurio es el arquetipo planetario que tiene que ver con la mente, el pensamiento
y la percepción, por lo que, de un modo u otro, la estructura y naturaleza de Mercurio en
nuestra carta natal, sus aspectos y su posición por signo y Casa, su estado cósmico y celeste, en
suma, será el factor determinante en la creación, más que la visión, como se ha dicho, del
mundo para ese sujeto en particular. Un Mercurio en Aries, por ejemplo, presenta una mente
y un lenguaje caracterizados por la rapidez y el dinamismo, por lo que el mundo para este
Mercurio ha de ser un mundo rápido y dinámico, en el que la velocidad es el anatema y la
ausencia de ella la inexistencia, literal, de mundo. Por su parte, un Mercurio en aspecto con
Saturno posee un lenguaje y una mente en los que la disciplina, el orden y la paciencia van a
condicionar la percepción, o mejor, la creación de un universo en el que la misma disciplina,
orden y paciencia van a suponer o bien un problema u obstáculo (algo bastante probable
debido a la tendencia de Mercurio a asimilarse a la naturaleza del planeta con el que contacta,
en este caso un maléfico), o bien una predisposición a crear de manera relativamente fluida (si
se trata de un buen aspecto con buen estado cósmico y terrestre) un universo donde reinan la
disciplina y el orden. En esta ponencia analizaremos las principales características astrales de
Mercurio en la carta natal (breve descripción en signos, Casas y por aspectos desde esta
perspectiva) y sus implicancias en la creación del mundo que hemos decidido vivir, porque
según esta idea no hay y no puede haber otro mundo. Trataremos de ser conscientes de
nuestro Mercurio, de comprenderlo y de comprender el Mercurio de los otros, veremos a qué
clase de mundo nos está llevando nuestro Mercurio y, tal vez, de este modo, podamos poner
en marcha los resortes necesarios para generar un lenguaje y una mente que, a la larga, den
como resultado un mundo nuevo, o un mundo enriquecido, o, al menos, la aceptación del
mundo que hemos creado, pues la aceptación es la base de nuestra transformación y
evolución.
NOTAS PARA LAPONENCIA:

- ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina, el pensamiento o el lenguaje?


- Relacionar los “juegos del lenguaje” con Mercurio por signo, porque el signo es la
naturaleza intrínseca de Mercurio.
- Cada persona posee su “juego de lenguaje”: no es lo mismo un Mercurio/Saturno para
una mujer musulmana que para una hindú, o sea, el contexto es importante. Y esto de
atender al contexto antes que a las propias determinaciones natales ya lo defendían
los antiguos.
- Pensamiento, lenguaje y vida se expresan unos a otros.
- Entre mundo y lenguaje se establece la misma relación que entre un país y el mapa
que lo representa, de ahí que “los límites de mi lenguaje sean los límites de mi
mundo”.
- Los aspectos difíciles hablan también de cómo son los límites de mi lenguaje y de mi
mundo, pero se viven de forma más compleja o atormentada: nuestro propio universo
puede ser nuestra propia cárcel porque esa visión que tenemos nos atormenta.
- Según el primer Wittgenstein, solo podemos percibir las acciones, no los entes
aislados, ya que esto es imposible, los entes no son nunca estáticos, son cambiantes.
- Pero el mundo que construye nuestro Mercurio no solo se configura a partir de la
posición de este por signo, pues las relaciones angulares con los demás planetas
añaden otras facetas de ese mundo que entran en armonía o colisión con la naturaleza
del signo.
- Tener en cuenta lo que pueda ocurrir con un Mercurio feral o con un Mercurio
retrógrado. La palabra “feral” significa, según el DRAE, “cruel, sangriento”. Un planeta
sin aspectos, según los astropsicólogos, es un planeta sin civilizar, funciona como un
animal salvaje, lo cual puede ser bueno o malo (la tradición lo veía más malo que
bueno, pero no siempre: cfr. La carta de la Madre Teresa de Calcuta). Digamos que un
Mercurio feral va a ver la vida según normas propias, no acordes con el sistema, o más
naturales, sin pasar por el filtro de la civilización o de lo que es política o moral o
socialmente correcto. Es muy natural, espontáneo, instintivo, a veces
destructivamente si además está retrógrado o en mala posición por signo o Casa o
quemado por el Sol. Por lo que respecta a un Mercurio retrógrado, Zahel decía que un
planeta retrógrado significa “desobediencia, contradicción y reversión, y también
separación, retracción y discordia” en 50 proposiciones, dentro del libro Textos
astrológicos. Ciertamente, Zahel hablaba aquí de horaria, pero me llama la atención lo
certero de la definición de un planeta en tales circunstancias. El mundo para un
Mercurio retrógrado es un mundo aparte, paralelo, pues el planeta es aquí más
introvertido o reflexivo, no a la manera de Epimeteo, el cual actúa así después de
haber presenciado los hechos, o haberlos vivido, sino que todo se produce dentro, es
decir, se interesa más por lo que pasa en la propia conciencia. Para él, el mundo se
opone a su desarrollo interno, o no encaja, o mejor, el mundo es un lugar para el
desarrollo más profundo, o espiritual, al margen de la vorágine instintiva que nos
gobierna, porque las conexiones neuronales se apartan de lo establecido, lo cual
puede derivar en genialidad. Cervantes tenía a Mercurio retrógrado en Libra, por
ejemplo.
- Tener en cuenta cuando Mercurio forma un aspecto fácil con Júpiter, por ejemplo, y
un aspecto difícil con Saturno, o bien, cuando Mercurio forma un aspecto a la vez con
una fortuna y una infortuna, sea cual sea el aspecto.
- ¿Mercurio Prometeo y Epimeteo? El Mercurio Prometeo se anticipa a los hechos, ve
antes de que sucedan, la mente va antes que la conciencia o ego, no reflexiona; el
Mercurio Epimeteo ve con posterioridad, es más reflexivo, o práctico. Esto condiciona
la naturaleza del propio mundo, pues Prometeo es más progresista y Epimeteo es más
conservador.
- Sasportas hablaba de que Mercurio por signo indica el foco de interés para el nativo,
aquello en lo que centra su percepción cotidiana.
- El segundo Wittgenstein dice que las reglas de cada lenguaje dependen de la situación
o contexto, es decir, las relaciones entre mundo y lenguaje se explican a partir del uso
cotidiano que todos hacemos del lenguaje. Centrarlo todo en los “hechos atómicos”,
como decía el autor en su primera etapa, llevaba a un callejón sin salida, pues se
basaba la comprensión en hechos aislados que se comprobaban empíricamente, pero
no da cuenta de la interrelación entre ellos: por ejemplo, “Juan pasea en bicicleta” es
un hecho aislado de “Juan está aburrido”, según el primer Wittgenstein, y ambos son
comprobables, pero esto no nos permite saber o entender que el hecho de que Juan
pasee en bici se deba a que está aburrido.
- Mercurio retrógrado: favorece la reflexión, el pensamiento y el lenguaje funcionan
mejor vueltos hacia adentro, los parámetros de mi mundo son muy diferentes de los
parámetros de los demás, no es un mundo distorsionado, o inferior, va más a la
esencia de las cosas, ve con los ojos del alma más que con el cerebro, puede que hasta
los límites del lenguaje estén más desdibujados y haya una conexión sutil con el
entramado caótico y dinámico que ofrece la vida, de ahí una distracción o despiste que
a veces son muy patentes. En estas personas, el crecimiento mental interior es más
importante que el acontecimiento externo.
- Cartas astrales de famosos: Jung, Newton, Copérnico (Mercurio feral), Alberti,
Nietzsche?,
- Ben Ezra decía que Mercurio es “significador de la palabra, el entendimiento, el
pensamiento”, en el Libro de los Juicios de las Estrellas, Tomo I, pg. 111.
- La importancia de la Luna, que también rige el pensamiento (Ben Ezra), aunque es más
el intuitivo, simbólico, imaginativo. El lenguaje y la palabra son de Mercurio. La
combinación de ambos principios nos da la percepción global que un ser humano tiene
del mundo, o sea, es su mundo. Y podemos ver que el segundo Wittgenstein nos
remite a la función de la Luna, por la importancia de la situación o contexto en que se
vive cotidianamente.
- Otro punto es Mercurio quemado o bajo los rayos del Sol: la mente y el yo están
unidos, por lo que en mi mundo ha de haber una profunda necesidad de expresar mi
opinión, o mi mundo lo es en virtud de la expresión que hago de mí mismo. Ya
sabemos de esta combinación que puede haber una sobre identificación con los
propios pensamientos, pues Mercurio solo ve Sol, es decir, la mente solo se ve a sí
misma, o solo ve el ego (yo), la propia conciencia. El mundo está condicionado por la
expresión de uno mismo, ha de haber eso para que mi realidad sea, por lo que existe la
dificultad de abrirse a otros modos de pensar y, en consecuencia, otros modos de
mundo. Si ya nuestro mundo es subjetivo porque depende de la naturaleza de nuestro
Mercurio, cuando este se acerca al Sol la subjetividad de potencia mucho más. Y,
nuevamente, esto no es ni bueno ni malo: es. El yo del sujeto está sumamente
presente con esta configuración, y la naturaleza de Mercurio por signo se fija aún más,
es decir, cuesta ver algo más allá de uno mismo. Lo positivo es que mi mundo está
teñido por la expresión de mí mismo, y esto puede servir de ejemplo a otros en la
lucha por encontrar la propia voz personal. Ejemplos: De Gaulle, Liv Ullmann (ver
biografía de esta). También está la carta de Hitler.
- Mercurio estacionario: de acuerdo con Ben Ezra, el primer estacionamiento es más
negativo que el segundo. El primero indica un hombre que está pensando en que le
sobreviene algún mal, y queda a la espera, mientras que el segundo estacionamiento
es como un hombre que está a la espera de algún bien. El primer estacionamiento se
dirige hacia la retrogradación, hacia la introversión, por lo que mi mundo se entiende
desde un deseo hacia adentro porque este es un lugar en el que no espero encontrar
nada bueno y por ello me cuesta interaccionar con él. En el segundo estacionamiento,
a lo largo del tiempo se impondrá una visión de un mundo en el que cada vez deseo
mayor participación: mis límites mercuriales se van ensanchando, y por tanto mi
mundo, de acuerdo al signo en el que se halle. En el primero, los límites se van
estrechando porque la mirada se vuelve más introvertida poco a poco y va cobrando
cada vez mayor importancia el mundo interior. Ciertamente, el movimiento
progresado puede hacer que el estacionario retrógrado cambie alguna vez a directo y
viceversa (no confío mucho en estos movimientos, aunque tuve un caso de una cliente
cuyo hijo comenzó a padecer los primeros síntomas de una degeneración mental
cuando Mercurio pasó de retrógrado a directo, o mejor, de estacionario a directo).
- Tener en cuenta los dispositores de Mercurio, de forma genérica.
- Tener en cuenta el caso de Mercurio y el Sol en el mismo signo.
- Tener en cuenta la modalidad y elemento de Mercurio.
- Carta natal de WITTGENSTEIN.

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