Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
Ello es así, por una parte, en la medida en que la Constitución, en su artículo 59,
reconoce que
“la expresión ‘empresa’ alude a una actividad económica organizada para los fines de
la considera a la organización y la dirección, a los cuales se suman los bienes, el
capital y el trabajo”.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
d) La libertad de empresa
Consagrada por el artículo 59° de la Constitución, se define como la facultad de
poder elegir la organización y efectuar el desarrollo de una unidad de producción de
bienes o prestación de servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o
usuarios.
Consecuentemente, dicha libertad debe ser ejercida con sujeción a la ley -siendo sus
limitaciones básicas aquellas que derivan de la seguridad, la higiene, la moralidad o
la preservación del medio ambiente-, y su ejercicio deberá respetar los diversos
derechos de carácter socio-económico que la Constitución reconoce.
Sumilla:
Ahora bien, el contenido de la libertad de empresa está determinado por cuatro tipo
de libertades, las cuales terminan configurando el ámbito de irradiación de la
protección de tal derecho.
- En último término, la libertad para cesar las actividades es libertad, para quien
haya creado una empresa, de disponer el cierre o cesación de las actividades de la
misma cuando lo considere más oportuno.
De otro lado, la libertad de empresa está íntimamente relacionada con las libertades
de comercio y de industria. La primera consiste en la facultad de elegir la
organización y llevar a cabo una actividad ligada al intercambio de mercaderías o
servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o usuarios. Tal libertad
presupone el atributo de poder participar en el tráfico de bienes lícitos, así como
dedicarse a la prestación de servicios al público no sujetos a dependencia o que
impliquen el ejercicio de una profesión liberal. Por su parte, la libertad de industria
se manifiesta en la facultad de elegir y obrar, según propia determinación, en el
ámbito de la actividad económica cuyo objeto es la realización de un conjunto de
operaciones para la obtención y/o transformación de uno o varios productos.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
19. Dentro de ese marco, nuestro régimen económico, según el artículo 58° de la
Constitución, se ejerce dentro de una economía social de mercado. Este es
representativa de los valores constitucionales de la libertad y la justicia, y, por ende,
es compatible con los fundamentos axiológicos y teleológicos que inspiran a un
Estado Social y Democrático de Derecho. En ésta imperan los principios de libertad y
promoción de la igualdad material dentro de un orden democrático garantizado por
el Estado.
20. De manera que, dado el carácter “social” del modelo económico establecido en la
Constitución vigente, el Estado no puede permanecer indiferente a las actividades
económicas, lo que en modo alguno supone la posibilidad de interferir arbitraria e
injustificadamente en el ámbito de libertad reservado a los agentes económicos.
21. Más aún, lo hasta aquí expuesto por este Colegiado, resulta a su vez concordante
con el principio de subsidiariedad del Estado. En efecto, conforme se señaló en el
fundamento 19 de la STC N.° 0008-2003-AI/TC, la subsidiariedad en el plano
horizontal supone que la relación existente entre el Estado y la ciudadanía se
desarrolle en el marco del respeto a la autonomía y la libre determinación de los
individuos, reduciéndose la intervención pública a lo esencial.
22. Ello por cuanto, desde la perspectiva de este principio, el Estado emerge como
garante final del interés general, desde el momento en que su tarea consiste en la
intervención directa para satisfacer una necesidad real de la sociedad, cuando la
colectividad y los grupo sociales, a los cuales corresponde en primer lugar la labor de
intervenir, no están en condiciones de hacerlo.
24. Ahora bien, si por un lado, el respeto al contenido esencial de las libertades
económicas, constituye un límite al poder estatal, también es cierto que, por otro
lado, la Constitución reserva al Estado, respecto del mercado, una función
supervisora y correctiva o reguladora. Ello sin duda, es consecuencia de que, así
como existe consenso en torno a las garantías que deben ser instauradas para
reservar un ámbito amplio de la libertad para la actuación de los individuos del
mercado, existe también la certeza de que debe existir un Estado que, mantenga su
función garantizadora y heterocompositiva.
31. De esta manera, el artículo 59° del texto constitucional habilita la intervención
estatal para cumplir con el deber de garantizar el principio-derecho de igualdad, no
sólo en aquellas situaciones de sospechosa mayor vulnerabilidad, recogidas
expresamente en el artículo 2.2 de la Constitución –por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole– sino
principalmente, lo habilita para establecer medidas adecuadas y necesarias que le
permitan cumplir con la promoción de la pequeña empresa en todas sus modalidades.
Por su parte, el artículo 60° de la Ley Fundamental establece una reserva de ley
absoluta, para habilitar al Estado a realizar excepcional y subsidiariamente actividad
empresarial, directa e indirectamente, cuando el interés público o la conveniencia
nacional lo justifique.
33. De este modo, conforme a lo señalado en los párrafos anteriores, no cabe duda que
el Estado puede intervenir de manera excepcional en la vida económica de los
particulares, a fin de garantizar bienes constitucionales que pueden ponerse en riesgo
por las imperfecciones del mercado y respecto de los cuales existe un mandato
constitucional directo de promoción en tanto actividad y/o protección del grupo
menos favorecido.
Sumilla:
Vinculación entre el Derecho a la Libertad de Empresa y el Derecho a la Libertad
de Trabajo.
Extracto de la Sentencia:
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
3. (…)
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
y es sobre esta base en que es ejercida la libertad de empresa. Solo podrá existir un
verdadero derecho a la libertad de empresa si es que para abrir del rubro de
recreación, existe una previa intervención municipal, según la Constitución le ha
reconocido.
Extracto de la Sentencia:
iv) En último término, la libertad para cesar las actividades es libertad, para quien
haya creado una empresa, de disponer el cierre o cesación de las actividades de la
misma cuando lo considere más oportuno.
Por otra parte, la libertad de empresa está íntimamente relacionada con las libertades
de comercio y de industria. La primera consiste en la facultad de elegir la
organización y llevar a cabo una actividad ligada al intercambio de mercaderías o
servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o usuarios. Tal libertad
presupone el atributo de poder participar en el tráfico de bienes lícitos, así como
dedicarse a la prestación de servicios al público no sujetos a dependencia o que
impliquen el ejercicio de una profesión liberal. Por su parte, la libertad de industria
se manifiesta en la facultad de elegir y obrar, según propia determinación, en el
ámbito de la actividad económica cuyo objeto es la realización de un conjunto de
operaciones para la obtención y/o transformación de uno o varios productos. [14]
Extracto de la Sentencia:
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
De ahí que este Colegiado considere que no puede alegarse, legal ni legítimamente, el
ejercicio del derecho a la libertad de empresa, cuando de dicho ejercicio se derive la
exposición de niños y adolescentes a riesgos innecesarios e injustificados que
pudieran afectar su salud, integridad, libre desarrollo y su bienestar en general.
Esto, sobre todo, si se toma en consideración que, según el artículo 25 del Código de
los Niños y Adolescentes,
“el Estado garantiza el ejercicio de los derechos y libertades del niño y del adolescente
consagrados en la ley, mediante la política, las medidas, y las acciones permanentes y
sostenidas [...]”.
De esta manera, de acuerdo con el principio 2 de la Declaración de los Derechos del
Niño, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959,
Resolución 1386 (XIV),
“el niño gozará de una protección especial [...] para que pueda desarrollarse física,
mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en
condiciones de libertad y dignidad” [23].
Sumilla:
(…)
“las Municipalidades sólo podrán exigir a las personas naturales o jurídicas, para el
desarrollo de cualquier actividad económica, la Autorización Municipal de
Funcionamiento. Lo dispuesto en el párrafo anterior no exime a las personas
naturales o jurídicas de cumplir con los objetivos de higiene y salubridad establecidos
en las normas vigentes”.
“el derecho de uso ambiental del entorno. Naturalmente este uso es moderado por la
necesidad de preservar los bienes ambientales y, en ningún caso, podrá acarrear la
esquilmación del medio o el agotamiento de los recursos naturales que han de
preservarse”.
La salud también debe ser protegida a través de una norma como la expresada
constitucionalmente a través de la siguiente fórmula: toda persona tiene derecho
Aparte de los ruidos que de por sí tiene una discoteca, se ha podido encontrar una
situación especial que merece la pena atender en la presente sentencia.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
Sobre esta base, cualquier local que quiera atender al público debe estar sustentado en
las medidas de seguridad razonables para la protección de su vida e integridad, más
aún en un país que ya ha tenido víctimas en su haber por no tomar todas las medidas
necesarias dentro de los locales, especialmente, dentro de las discotecas.
En este esquema,
“el derecho a la integridad personal supone ante todo la protección del individuo
frente a acciones contrarias a su dignidad”.
Sabiendo que existe una necesidad de los locales de mantener la infraestructura y las
condiciones de funcionamiento, en el artículo noveno (y de cierta forma, artículo
sexto) de la Ordenanza 235, claramente se ha expuesto respecto a los locales que
“en materia de seguridad deberán: a) Contar con personal que garantice la seguridad
e integridad física de los asistentes, así como el normal desarrollo de las actividades.
b) Contar con equipos contra incendios y botiquín de primeros auxilios; c) Contar
con un Plan de Evacuación elaborado por Defensa Civil; d) Mantener debidamente
señalizados y libres los accesos y las áreas de circulación y de evacuación; e) Contar
con una póliza de seguros a favor del personal que labora en el establecimiento y de
las personas que concurran al mismo. La póliza cubrirá los riesgos de muerte
accidentes, invalidez total o parcial, gastos de atención médica, hospitalización y
sepelio. En caso de que dichos siniestros ocurran como consecuencia del
incumplimiento de las medidas de seguridad preestablecidas por la autoridad
competente, la tenencia de la póliza de seguro no exime de la responsabilidad civil o
penal a que hubiere lugar”.
(…)
(…)
De esta forma, tanto con la falta de medidas de seguridad como con el exceso de
concurrentes al local, se estaría sobrepasando el ejercicio de la libertad de empresa, al
no respetarse otro límite más: la seguridad pública.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
8. Al respecto las potestades que se otorgan a las municipalidades son muy amplias y
permiten que esta pueda optar por varias soluciones, siempre que sean conformes con
la Constitución; por lo que, contrastando dicha potestad con el derecho al trabajo
vulnerado, según la alegación del demandante, se colige que el derecho al trabajo
constitucionalmente protegido no impide que la municipalidad, por medio de
ordenanzas, pueda imponer ciertas restricciones, más aún si dicha restricción no
significa que el recurrente no pueda desarrollar sus actividades –la ordenanaza
impugnada dispone el funcionamiento hasta las 00:00 horas de domingo a jueves y
hasta las 01:00 horas los viernes, sábados y día anterior a feriados– siempre que
cumpla con las normas establecidas, sino que regula su horario, medida que no
resulta desproporcionada a criterio de este Tribunal, dadas las especiales
circunstancias que rodean al caso.
STC Nº 000007-2006-PI/TC (Fj. 7 - 13)
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
11. La Ley Orgánica de Municipalidades, N.º 27972, (en adelante LOM) establece
en su artículo 79º, apartado 3.6.4, que es condición de competencia exclusiva de la
Municipalidad Distrital, la de:
13. Ello no significa que tal regulación pueda ser arbitraria o se halle desprovista de
límites materiales; por el contrario, como toda norma, ella deberá ser plenamente
compatible con el conjunto de derechos fundamentales y principios de la
Constitución; sin embargo, el examen de si tal compatibilidad es satisfecha o no por
una Ordenanza Municipal concierne al examen del contenido o eventual vicio
material, que debe ser claramente distinguido del vicio competencial aquí analizado.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
§4. ANÁLISIS DE LA RESTRICCIÓN CONFORME AL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD
28. Una cuestión adicional que debe plantearse es si la Ordenanza, aun cuando es
general, contraviene o no el derecho a la igualdad. No obstante que la absolución de
este problema ya se encuentra anticipada con la respuesta afirmativa respecto de la
exigencia de la indeterminación, la problemática de la igualdad requiere ser abordada
específicamente.
31. La restricción del horario de atención no constituye una medida idónea para la
prosecución del objetivo que se propone la Municipalidad. En efecto, la protección de
la integridad, la vida y la seguridad de los trabajadores de los establecimientos
comerciales así como de los concurrentes a ellos puede proveerse a través de la
implementación de un adecuado servicio de la Policía Nacional y del servicio de
Serenazgo de la propia Municipalidad e, incluso, establecerse como deber de los
propios establecimientos comerciales, resultante de los servicios que brindan. En
suma, la protección de aquellos derechos puede lograrse a través de un mayor y más
adecuado servicio de seguridad, mas no a través de la restricción de los horarios de
atención nocturnos y de madrugada.
32. Podría restringirse, incluso más, tal horario, pero ello no garantizaría la vida, la
seguridad y la integridad de los trabajares y de los concurrentes a los
establecimientos. Este planteamiento se basa en una presuposición no exacta,
consistente en que en tanto los establecimientos estén abiertos hasta altas horas de la
noche o hasta la madrugada, tanto más embriagados podrían estar los concurrentes
y, así, ocasionar peligro en el resto de personas o, también, exponer aquellos su
propia vida, seguridad e integridad. La inexactitud de tal presuposición reside en que
omite que otro sector de concurrentes no opta por la ingesta de bebidas alcohólicas
hasta el nivel de embriaguez, sino por la realización de actividades de diversión
(baile, canto o la simple conversación), acompañada de la ingesta moderada de
bebidas alcohólicas o, sencillamente, por la ingesta de bebidas no alcohólicas. En
suma, no todos los concurrentes optan por la ingesta de bebidas hasta el nivel de la
embriaguez, de modo que la mencionada suposición no es exacta y, por ello, no puede
servir de premisa para fundamentar la medida restrictiva de la Ordenanza.
39. Análisis de ponderación. Para efectuar este análisis es preciso identificar los
derechos constitucionales y/o bienes constitucionales que se hallan en conflicto.
Hemos dejado establecido que el fin constitucional de la restricción es la protección
del derecho al medio ambiente y a la tranquilidad y del derecho a la salud. Por su
parte, la restricción constituye una intervención o limitación de la libertad de trabajo
de los propietarios de los establecimientos comerciales de la zona restringida (los
miembros de la asociación demandante) y, además, una intervención del derecho al
libre desenvolvimiento de la personalidad de los concurrentes a los establecimientos
de la zona restringida.
41. Por tanto, la ponderación tiene lugar, entonces, ante el conflicto del derecho al
medio ambiente, a la tranquilidad y a la salud (de los vecinos de la zona restringida),
frente a la libertad de trabajo y el derecho al libre desenvolvimiento de la
personalidad (de los propietarios de los establecimientos y de los concurrentes,
respectivamente).
42. La estructura del examen de ponderación ha sido definida por este Tribunal
Constitucional, con motivo de examinar una restricción en la libertad de trabajo,
señalándose que “Conforme a éste [-la ponderación-] se establece una relación según
la cual cuanto mayor es la intensidad de la intervención de la libertad de trabajo,
tanto mayor ha de ser el grado de realización u optimización del fin constitucional. Si
tal relación se cumple, entonces, la intervención en la libertad de trabajo habrá
superado el examen de la ponderación y no será inconstitucional; por el contrario, en
el supuesto de que la intensidad de la afectación en la libertad de trabajo sea mayor al
grado de realización del fin constitucional, entonces, la intervención en dicha libertad
no estará justificada y será inconstitucional.”
Corresponde ahora examinar cada una de las intensidades y los grados de realización
a efectos de que posteriormente pueda analizarse si se cumple o no esta ley de
ponderación. La valoración de las intensidades puede ser catalogada como: grave,
medio o leve, escala que es equivalente a la de: elevado, medio o débil [3]. Por esta
razón, la escala puede también ser aplicada para valorar los grados de realización del
fin constitucional de la restricción.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
7. Por tanto, si las normas especiales de ámbito nacional que regulan el servicio
en cuestión permiten la operación de vehículos motorizados y no motorizados, la
limitación establecida por la Municipalidad Provincial de Tarma para que sólo los
vehículos menores motorizados con capacidad de cilindrada de 140 a 500 c.c. puedan
operar resulta no razonable y contraria a la Ley N.° 27189, toda vez que según ella,
incluso los vehículos no motorizados pueden prestar dicho servicio.
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
Sumilla:
Extracto de la Sentencia:
25. Este Colegiado en diversa jurisprudencia (entre ella, STC N.° 0006-2006-PI/TC,
STC N.° 0023-2005-PI/TC y STC N.° 0025-2005-PI/TC) ha venido a utilizar, con el
fin de analizar la existencia de discriminación en un caso concreto, el test de
igualdad, el mismo que consta de seis pasos: (a) Determinación del tratamiento
legislativo diferente: la intervención en la prohibición de discriminación; (b)
Determinación de la ‘intensidad’ de la intervención en la igualdad; (c)
Determinación de la finalidad del tratamiento diferente (objetivo y fin); (d) Examen
de idoneidad; (e) Examen de necesidad; y, (f) Examen de proporcionalidad en sentido
estricto o ponderación.
Por esta razón, se debe realizar el test señalado a fin de analizar si él es superado o no
por el segundo párrafo del artículo 24° de la LRT. Sin embargo, no haremos un
análisis estricto de la igualdad sobre la base de los pasos antes mostrados, sino por
una cuestión meramente pedagógica uniremos algunos, por lo que el estudio será en
bloque.
Para los demandantes, esta finalidad de tratamiento diferenciado del artículo 24° de
la LRTV obedecería a algunas de estas finalidades, entre las cuales concluye no han
sido cumplidas:
Asimismo, que es el Estado quien debe brindar las condiciones necesarias para
cumplir con los deberes constitucionales en la educación y en la formación moral y
cultural de la Nación y la protección de la identidad cultural con respeto de la
pluralidad cultural de la Nación con la colaboración de la sociedad. Por otro lado,
manifiesta que la importancia del artículo 38º de la Constitución puede equipararse
con el artículo 1º de la Constitución, en el que establece que “La defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el
Estado”, es decir, se estaría ante disposiciones constitucionales a partir de las cuales
se regulan los derechos (artículos 1º) y los deberes (artículo 38º) de la persona [29].
Nada más cierto. La actuación de la radio y de la televisión siempre tiene que estar
ligada a un fin especial, cual es el interés público de la nación, tal como su propia
catalogación de servicio privado de interés público. Por lo tanto, el límite del 40% de
la inversión extranjera debe responder a esta finalidad pública.
[31]
Pero también ha manifestado la demandada, a través de sus apoderados , que se
está tutelando el artículo 38° de la Constitución, referido a que
Todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses
nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el
ordenamiento jurídico de la Nación.
De otro lado, nadie puede dudar que lo que la radio y la televisión deben ofrecer al
público es una especie de mezcla entre ética pública (si bien no es entidad estatal, su
impacto sí es general) y ética privada (por el carácter de las empresas involucradas),
y quizás éste también podría ser un argumento a favor de la constitucionalidad de la
norma. Queda claro que estos medios han de establecer
Sin embargo, consideramos inadecuado poder señalar que esta búsqueda de ética se
pueda lograr a través de una norma como la impugnada, que hasta puede ser una
cortapisa a ello, toda vez que someter a una empresa nacional a los capitales
extranjeros la podría volver más expedita al control de la propia inversión.
Sin embargo, uno puede ver con facilidad que independientemente de dónde
provengan los capitales para la empresa de radiodifusión, siempre ella estará sujeta a
responsabilidades, tal como el artículo 71° de la LRT lo expresa:
Asimismo, se puede considerar que no existe un límite alguno más gravoso para los
derechos de los accionistas extranjeros, sobre todo respecto a su derecho a la
propiedad. Al respecto, y en ello coincidimos con la parte demandada, ella expresó
que
(…) no está de acuerdo con el demandante cuando éste afirma que ‘no existe otra
limitación constitucional respecto a la propiedad de los extranjeros’, puesto que el
artículo 70º de la Constitución dispone que el derecho de propiedad que ostenta toda
persona natural o jurídica, nacional o extranjera, se ejerce en armonía con el bien
común y dentro de los límites de la ley. En consecuencia, el bien común y los límites
establecidos por ley también resultan una ‘limitación constitucional respecto a la
propiedad de los extranjeros’.
También vale la pena precisar que con independencia de la nacionalidad de los
capitales en la empresa, siempre las empresas de radiodifusión deben buscar la
observancia y la defensa de toda la Constitución.
(…) no puede soslayar la importancia capital del rol del ejercicio profesional del
periodismo y de los medios de comunicación social para la consolidación de las
instituciones y del propio régimen democrático; claro está, cuando ellos se realizan
con responsabilidad y dentro del respeto de la dignidad de la persona humana
(artículo 1º de la Constitución), de sus derechos fundamentales y de valores
democráticos como la tolerancia y el pluralismo. Su papel es especialmente relevante
porque su ejercicio democrático incide en la posibilidad de que los ciudadanos estén
convenientemente informados sobre los temas que son de interés público.
Además habrá de recordar que la propia LRT, en su artículo 33º establece que
Como punto final de este análisis habrá de recordarse que algunos han propuesto que
empresas de este tipo habrán de considerarse como empresas estratégicas en el país,
justamente para tutelar los intereses nacionales. Al respecto, sólo podemos
mencionar que este tipo de entidades deben estar sujetas a un numerus clausus,
máxime si lo estratégico, pues, no se refiere a una ‘función’ económica sino a una
calidad jurídica[39]. Normalmente, como característica se encuentra la barrera
absoluta de ingreso a los particulares, pero persistimos en el hecho de que lo único
que se estaría prohibiendo con el segundo párrafo del artículo 24° es el ingreso de
capitales, puesto que la titularidad de la empresa siempre recaerá en un nacional.
En relación a este punto, habrá que tener cuidado con estos medios en vista que
(...) la televisión invierte la evolución de lo sensible en inteligible y lo convierte en
un ictu oculli, en un regreso al puro y simple acto de ver. La televisión produce
imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de
abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender.
Por eso el Estado debe saber actuar. No intervenir por intervenir, sino hacerlo
conscientemente de que existen derechos y bienes constitucionales en juego.
Basta revisar tan sólo el artículo 88° de la Ley General de Sociedad, que señala lo
siguiente:
Lo que queremos expresar es que dicho porcentaje accionario (el de 60%) no asegura
en absoluto al inversionista nacional porque el pacto social o el estatutario, después
de las tratativas y negociaciones empresariales del caso, pueden fijar, con arreglo a
ley, modos distintos de dirección y de reparto de utilidades reñidas con lo que
supuestamente era la intención legislativa.
Todo esto en el marco estrictamente peruano, sin perjuicio de los otros enfoques que
nos viene haciendo conocer la mundialización o globalización de la economía, en
donde, existiendo el dinero virtual y el capital del mismo predicamento, ahora ya no
es posible conocer, con absoluta certeza, si el capital del inversionista de un
determinado país foráneo es verdaderamente de dicho país, o si, por ejemplo, puede
ser peruano, proveniente de una empresa nacional y que ha hecho inversiones en el
extranjero.
Extracto de la Sentencia:
Por tal razón, es válido que nuestro Estado tome en cuenta esta consideración para el
análisis del tratamiento igualitario entre los capitales extranjeros y nacionales.
30. Insistimos en que la norma impugnada debe ser reputada como inconstitucional,
pero es necesario, en pos de tutelar intereses como país soberano, y en la necesidad de
demandar reciprocidad económica con otros países, buscar que el trato que podamos
brindar a los capitales de un país extranjero sea equitativo al que puedan recibir los
nuestros cuando accedan a dicho país.
Por eso, consideramos imperioso a la luz del propio artículo 63º de la Constitución
que se exija en el ámbito del territorio un trato similar, con no menos derechos, al de
nuestros nacionales en los países extranjeros, por eso es el mandato expreso de la
propia Norma Fundamental.
(...) los pagos relativos a los servicios (incluidos los de emisión y retransmisión de
programas de televisión) debían liberalizarse entre los Estados miembros en la
misma medida en que la libre circulación de servicios haya sido liberalizada entre los
Estados miembros (...).