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Oracinporsanidad 120619234803 Phpapp02 PDF
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Ministración de sanidad
Salmos 96. Cantico de alabanza (1Cronicas 16:23-33)
“Canten al Señor un cántico nuevo; canten al Señor, habitantes de toda la
tierra. Canten al Señor, alaben su nombre; anuncien día tras día su victoria.
Proclamen su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
¡Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses! Todos
los dioses de las naciones no son nada, pero el Señor ha creado los cielos. El
esplendor y la majestad son sus heraldos; hay poder y belleza en su santuario.
Tributen al Señor, pueblos todos, tributen al Señor la gloria y el poder. Tributen al
Señor la gloria que merece su nombre; traigan sus ofrendas y entren en sus atrios.
Póstrense ante el Señor en la majestad de su santuario; ¡tiemble delante de él
toda la tierra! Que se diga entre las naciones: ¡El Señor es rey! Ha establecido el
mundo con firmeza; jamás será removido. Él juzga a los pueblos con equidad.
¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra! ¡Brame el mar y todo lo que él contiene!
¡Canten alegres los campos y todo lo que hay en ellos! ¡Canten jubilosos todos los
árboles del bosque! ¡Canten delante del Señor, que ya viene! ¡Viene ya para
juzgar la tierra! Y juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con fidelidad”.
Aceptando, sometiéndonos y comprometiéndonos con Dios, el Altísimo
Santo de Israel.
Amadísimo Padre Celestial: Vengo ante ti, reconociendo que soy pecador.
Te pido perdón ahora por todos mis pecados pasados, por la rebeldía contra ti y
tu palabra. Por andar en desobediencia a ti y solo ir tras los deseos impíos, y
egoístas de mi corazón. Perdóname Señor por haber pecado contra Ti,
perdóname por tanta maldad, por no haber hecho lo mejor, perdóname hoy, te
suplico humillándome ante ti, buscando tu rostro con todo mi corazón.
Manifiéstate a mí ahora y respóndeme, Abro la puerta de mi corazón a ti
Señor Jesús. Te ruego que entres a mi Corazón. Te confieso como mi único Dios, y
que resucitaste de entre los muertos. Te recibo ahora como mi Señor y Salvador,
único y suficiente, me entrego totalmente a ti: ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO, y me
someto totalmente al Espíritu del Dios viviente. Yo creo que TU moriste por mi y
resucitaste de entre los muertos, y yo confieso ahora que Tu eres mi Señor y
Salvador, único, suficiente. Tú eres el vencedor y el que libera y me liberara por
completo del maligno y sus ataques. Escribe ahora mi nombre en el libro de la
vida. Desde ahora renuncio y resisto a Satanás, a sus demonios y a su obra, y pido
que el Señor Jesús venga a deshacer toda obra del diablo en mi vida, porque su
palabra dice que Jesús vino a deshacer la obra del diablo.
1 Juan 3:8
“El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”.
En este momento mi hermano(a) si hay algún pecado en tu vida que ha
estado atormentándote por mucho tiempo, y no le has confesado a Dios todavía;
ahora es el momento, el momento de decirle a Dios eso que te pesa, que te hace
sufrir, que has hecho y te atormenta. Confiesa a Dios ahora, ese pecado, porque
Él es fiel y justo para perdonar y limpiarte de toda maldad.
Mi Señor, mi Padre Santo: toma ahora por completo mi vida: mi presente,
mi futuro, mis planes, mis sueños, mis deseos, mi familia, todo lo que poseo.
Toma ahora por completo: mi tiempo, mis talentos, mi capacidad, los días que me
quedan por vivir, todo te entrego a ti con todo mi Corazón. Y que tu reino, tu
gobierno, y tu autoridad sean sobre mi vida ahora.
Ahora sea hecha toda tu voluntad y tus propósitos en mi vida. Me consagro
totalmente a ti, me aparto voluntariamente para tu servicio y decido amarte
Padre Altísimo Santo de Israel, con todo mi corazón, con todas mis fuerzas y con
toda mi alma. Moldéame y transfórmame a tu manera y a tu tiempo, que sea yo
totalmente cambiado de acuerdo a tu voluntad y por el poder de tu Santo
Espíritu. Es mi pacto y mi compromiso contigo. Todo esto te ruego en el poderoso
nombre de Jesús. Amén.
Ministrando mi hogar
Ahora, se van de mi hogar, de esta casa, de mi misma, y de mi familia toda
tristeza, toda depresión, todo desanimo, toda desesperación, todo tormento
mental, abatimiento, toda locura, toda sicosis, toda esquizofrenia, pánico, temor,
cobardía, inseguridad, incompatibilidad.
Ahora se tienen que ir de mi hogar, en el nombre de Jesús lo sujeto, aplasto
bajo la planta de mis pies, y los echo fuera de mi hogar. ¡Los arranco, deshago y
destruyo de mi hogar para siempre en el nombre de Cristo Jesús!!
Ahora, TODA ENFERMEDAD, SE TIENE QUE IR DE MI CASA, DE MI HOGAR,
en este momento, enfermedad, te ordeno que salgas de mi hogar y no regreses
mas, en el poderoso nombre de Jesús. No tienes parte en nosotros, no tienes
poder sobre nosotros, no tienes influencia sobre nosotros, Y NO TIENES NINGUN
DERECHO SOBRE NOSOTROS, porque dice la palabra que HEMOS SIDO SANADOS
POR SUS LLAGAS. ¡Ahora! espíritus inmundos que ministran todas estas
situaciones, sea cual fuera sus nombres: ¡disípense, dispérsense, huyan!! ¡Ahora
de nosotros, no entran en este hogar, en esta familia! ¡Fuera!! En el nombre de
Jesús.
Bendecimos ahora este hogar para que se fortalezca en el Señor y en el
poder de la fuerza del Espíritu Santo de Dios, para avivamiento, prosperidad y
para tener el amor y la santidad, conforme al corazón de Dios.
Sea sobre mi hogar, sobre mi familia, sobre cada uno de nosotros
DERRAMADO en gran manera el ESPÍRITU DE GRACIA Y DE ORACIÓN. Espíritu de
alabanza, adoración y servicio a nuestro Dios. Sea la paz de Dios sobre mi hogar,
que el amor sea construido, alimentado, fortalecido en el Señor y en el poder de
su fuerza. Que habitemos, todos juntos, para siempre en paz, en total armonía y,
en perfecta unidad. Que todas nuestras relaciones familiares sean construidas en
amor, unidad, fidelidad, respeto, amistad y que se fortalezca en el Señor y en el
poder de su fuerza. GRACIAS PADRE CELESTIAL, POR VESTIRNOS PARA ESTA
BATALLA, DONDE TÚ ERES EL VENCEDOR Y EL QUE LIBERA. EN EL NOMBRE DE
JESUCRISTO. AMÉN.
DEDICACIÓN DE MI HOGAR
2 CRÓNICAS 6:20-27
“Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el
lugar del cual dijiste, Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo
ora en este lugar. Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel,
cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar
de tu morada: que oigas y perdones. Si alguno pecare contra su prójimo, y él le
pidiere juramento haciéndole jurar, y el juramento viniere delante de tu altar en
esta casa, Tú oirás desde los cielos, y obrarás, y juzgarás á tus siervos, dando la
paga al impío, tornándole su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo en
darle conforme á su justicia. Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos,
por haber prevaricado contra ti, y se convirtieren, y confesaren tu nombre, y
rogaren delante de ti en esta casa, Tú oirás desde los cielos, y perdonarás el
pecado de tu pueblo Israel, y los volverás á la tierra que diste á ellos y á sus
padres. Si los cielos se cerraren, que no haya lluvias por haber pecado contra ti, si
oraren á ti en este lugar, y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus
pecados, cuando los afligieres, Tú los oirás en los cielos, y perdonarás el pecado
de tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino para que
anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad á tu pueblo”.
CLAMANDO SANIDAD
Isaías 53:5-6 (Nueva Versión Internacional)
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras
iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus
heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno
seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos
nosotros”.
Amado Padre del cielo: tu palabra, tu promesa dice que por tus llagas, por
tus heridas fuimos sanados, y que sobre Jesús recayó el precio de nuestra paz. Por
este sacrificio de amor tan grande que has hecho por nosotros, yo pido, recibo,
acepto, confieso tu sanidad ahora, la sanidad del reino.
Ahora soy sano, ahora soy libre y limpio de toda enfermedad que me está
afectando. Ahora vas a nombrar la enfermedad que te afecta: _______________.
Ahora en el nombre de Jesús soy libre de esta enfermedad, soy sano, mi
cuerpo comienza a recibir sanidad ahora. Tomo y arrebato para mi cuerpo la salud
del reino y pido perdón ahora si no he cuidado mi cuerpo como debería. Pido
perdón ahora por todo descuido, por todo exceso, por todo vicio que pude haber
tenido. Si decidí antes en algún momento , no dormir bien, no comer bien, no
cuidar lo que como, si tuve vicios, si no escuche los consejos médicos, si me
expuse a químicos, si me expuse a pecados sexuales, a actividades muy
peligrosas, Altísimo Señor Santo de Israel suplico perdón, suplico misericordia,
suplico, pido perdón y recibo sanidad ahora en cada órgano:…… (Nombrar y poner
la mano sobre la parte enferma).
Diga ahora: recibo sanidad ahora en este órgano dañado, cada célula es
restaurada a la normalidad, a su vitalidad, en el poderoso nombre de Jesús. Soplo
ahora vida a este órgano afectado, soplo vida y salud, soplo vida, es restaurado,
es sanado, es limpiado ahora. Ahora y es lavado con la sangre de Jesús. Todo mal
se tiene que ir, toda inflamación, toda infección se tienen que ir, todo dolor se
tiene que ir, toda deficiencia, toda anormalidad, se tienen que ir, todo virus o
bacteria, toda impureza se tiene que ir, todo desequilibrio se tiene que ir, todo
funcionamiento deficiente, toda carencia se tienen que ir, se tienen que ir ahora,
ahora, en el poderoso nombre de Jesús, ya se fueron amen.
Arranco, destruyo, seco ahora, toda, toda, toda enfermedad que pudo
haber afectado a mi cuerpo, en el poderoso nombre de Jesús. Diga ahora, mi
hermano(a): Espíritu de enfermedad, te ordeno ahora que me sueltes, te ordeno
que huyas, te disipes, te disperses, ¡huye!, ¡huye!! Ordeno que te vayas y nunca
más vuelvas, en el poderoso nombre de Jesús y por el poder del Espíritu Santo de
Dios. Ahora declaro, establezco, que esta enfermedad no avanza, no prospera, se
seca ahora, maldigo esta enfermedad desde su misma raíz para que se seque
ahora. Óyeme enfermedad: no avanzas ahora, no prosperas, te vas, te secaste
ahora, en el poderoso nombre de Jesús.
Ahora mismo te vas, fuera, te vas, ya no vuelves nunca, por la autoridad de
la palabra vas a soltar a mi cuerpo ahora mismo y te vas con todos tus demonios,
te ordeno que no regreses, te sujeto y aplasto bajo mis pies y te echo fuera, en el
poderoso nombre de Jesús. Amén.
Diga ahora mi hermano(a): Ahora ya soy libre de toda enfermedad: declaro
y confieso mi sanidad.
Diga: soy sano, estoy sano, por sus llagas he sido sanado, doy gracias a Dios
Todopoderoso que por sus llagas he sido sanado, soy libre, mi cuerpo fue sanado,
restaurado al propósito y creación de Dios.
Confiese sanidad mi hermano(a) porque Dios ha puesto poder en la palabra
que nosotros pronunciamos, diga: estoy sano, estoy libre, limpio de toda
enfermedad, por sus llagas he sido sanado. Confiéselo todos los días de su vida,
aunque en sus emociones usted no sienta todavía esa sanidad, confiese palabra
de sanidad hasta que se vuelva realidad en su vida y agradezca a Dios porque ya
ha recibido la sanidad.
Prometa a Dios que nunca más va a confesar enfermedad, usted va a
confesar sanidad y si usted anuncia la victoria de Dios, usted verá esa victoria en
su vida. Diga ahora: Doy gracias a Dios por el resto de mi vida.
Establezco ahora, decreto y profetizo que Dios completara el número de
mis días. Ninguna enfermedad arrebatara mi vida, llegare a la sepultura lleno de
vigor y de días. El Señor no cortara mis días antes del tiempo.
Bendigo ahora mi vida, y se la entrego a mi Salvador para que El disponga
de ella, Amen.
Jeremías 33:6
“Yo les traeré sanidad y medicina; los curaré y les revelaré abundancia de
paz y de verdad”.
Oración: gracias por tu promesa, Señor Jesús, gracias por traerme en este
día tu sanidad, tú medicina. Tu palabra tiene vida y nunca volverá a TI vacía.
Suplico ahora también que me sea revelada en abundancia la paz y tu verdad, en
el poderoso nombre de Jesús. Recibo todo esto ahora de ti con acción de gracias,
todos los días de mi vida.
Jeremías 17:13-14 (Reina-Valera 1995)
“¡Altísimo Dios!, ¡esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán
avergonzados, y los que se apartan de ti, serán escritos en el polvo, porque
dejaron a Elohim, manantial de aguas vivas. Sáname, Padre Rophe, y quedaré
sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza”.
Salmos 40:1-3
“Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí y oyó mi clamor, y me
hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre
peña y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a
nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán, y confiarán en el Señor”.
Liberando el perdón
Padre mío, mi amado Señor, en tu presencia estoy, ante tu trono de gracia,
con toda confianza en ti. Tu palabra dice que perdonemos a nuestros hermanos
así como Tú nos perdonaste. Hoy decido perdonar Señor Santo. Decido perdonar
aunque luche con todo sentimiento de odio, resentimiento, amargura que llevo
en mi corazón. Decido perdonar porque te amo y te obedezco.
Padre Santo: confieso ahora que tengo falta de perdón en mi corazón, pero
necesito perdonar a todos y cada uno de los que me han dañado. Por más que el
daño que me han hecho haya sido irreparable, yo necesito perdonar, necesito
liberarme de tanto resentimiento. Clamo a ti ahora que me ayudes a perdonar
por completo, suplico ayuda para poder perdonar a todos los que me hirieron.
Mi hermana(o): este es un momento muy importante de la ministración,
porque debes nombrar a todos y cada uno de los que debes perdonar y lo vas a
hacer en voz alta. Ahora perdono a:……. (Nombra ahora a todos, tantos vivos
como muertos). Y suplico Señor que tu también los perdones, ruego por ellos.
Ahora perdono y bendigo a todos ellos, los perdono voluntariamente y
suelto todo rencor, odio, resentimiento, amargura y dolor de mi corazón y recibo
la paz, el gozo y el consuelo de mi Señor Cristo Jesús.
Pon tu bálsamo sanador sobre mi corazón Padre Bendito, sea yo sanado de
toda experiencia de rechazo, maltrato, abuso, de humillación, venganza, dolor,
traición que haya pasado en mi vida. Recibo ahora tu sanidad.
Recibo tu gozo y tu alegría, lo recibo ahora por fe. Sea sobre mí ahora un
espíritu perdonador. (Repetir). Soy libre, puedo perdonar, puedo perdonar,
porque TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE.
Ahora en el nombre de Cristo Jesús, ato y echo fuera de mi vida todo
espíritu de rechazo, odio, rencor, amargura, raíz de amargura, dolor, todo espíritu
de venganza, falta de perdón, se van ahora de mi vida, huyen ahora se disipan, se
dispersan , ahora en el nombre de Jesús.
¡Yo renuncio y resisto a ustedes inmundos y se tienen que ir, huyan!
¡Disípense! ¡Dispérsense!
¡Ahora, en el nombre de Jesús!! Soy libre ahora de toda amargura, de todo
odio, de todo rencor, resentimiento, de todo deseo de venganza, en el poderoso
nombre de Jesús. Amén.
Gracias Padre Celestial por esta guerra espiritual, donde TÚ eres el
vencedor y el que se levanta para liberarnos. Aleluya. Amén.
Oración de ministración de sanidad en cada parte de tu cuerpo
NRO 1. CABEZA (Pon tu mano en tu cabeza ahora)
Oración: Ordeno a todo espíritu inmundo en mi cabeza que se vaya ahora.
Cualquier espíritu que pretenda causar: derrames, daño cerebral, cáncer,
tumores, quistes, coágulos sanguíneos, epilepsia, meningitis, hidrocefalia,
senilidad, Mal de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia, locura,
sicosis de toda clase, delirios, manías de toda clase, pánico, ansiedad,
desesperación, alucinaciones, doble animo, mente dividida, retraso mental,
confusión, amnesia, olvidos, nervios, tensión, demencia, ¡fuera! ¡Fuera! ¡En el
nombre de Jesús! ¡Los sujeto y aplasto bajo mis pies a ustedes todos inmundos y
se van, ya no tienen derecho, poder, ni influencia en mi vida, se van ahora!! Lavo
mi mente con la sangre de Jesús. (Repetir).
Ordeno ahora que salga todo inmundo que pretenda causar: presión,
migrañas, jaquecas, pérdida del sueño, insomnio, pérdida del cabello, pesadillas,
tormento mental, suicidio. ¡Fuera en el nombre de Jesús! Ordeno ahora que se
vaya todo espíritu de ocultismo, hechicería, brujería, control mental, ¡fuera! en el
nombre de Jesús. Todo espíritu que ata mi mente ahora tiene que soltarme, te
vas ahora, en el nombre de Jesús. ¡Te ordeno que salgas y no regreses más, en el
nombre de Jesús!! ¡Toda lujuria, toda lascivia, toda tortura mental, pensamientos
impuros, los malos deseos, toda frigidez, toda impotencia, ahora se van!! Ahora
¡fuera en el nombre de Jesús! ¡Los ato a ustedes todos inmundos y se van, ya no
tienen derecho poder, ni influencia en mi vida, se van ahora!! ¡En el poderoso
nombre de Jesús!! Lavo mi mente con la sangre de Jesús. ¡Confieso ahora que soy
una persona sana, libre, limpia, restaurada por mi Señor Cristo Jesús, quien vino a
deshacer toda obra del diablo en mi vida!
¡Toda falta de fe a Dios, toda incredulidad, falta de amor, falta de
esperanza, toda irreverencia hacia Dios, toda depresión, desanimo,
estancamiento, toda ceguera espiritual ahora se van, ahora en el nombre de
Jesús, los sujeto y aplasto bajo mis pies, los resisto y echo fuera de mi vida y les
ordeno, no regresen más! (Ahora vas a nombrar tu afección, si hay enfermedad
que te aqueja en la cabeza:__________________).
Ahora, ordeno sanidad, en este momento. ¡Soy una persona limpia, sana,
libre!! ¡Recibo tu sanidad, acepto tu sanidad, Padre Santo en el nombre de Jesús!!
Ahora confiese sanidad, diga: FUI SANADO DE_______________.
NRO 2. OJOS (Pon tu mano en tus ojos ahora)
Ordeno a todo espíritu inmundo en mis ojos que salga, que se vaya ahora
en el poderoso nombre de Jesús. ¡Ordeno a cualquier espíritu inmundo que
pretenda causar: alergias, ceguera, cataratas, glaucoma, astigmatismo, miopía,
estrabismo, todas las enfermedades y debilidades de los ojos, cáncer, ojos
resecos, deseos de los ojos, pornografía, sexo virtual fuera!! ¡En el poderoso
nombre de Jesús! (Ahora vas a nombrar tu afección, si hay enfermedad que te
aqueja en los ojos:_____________________).
¡Ahora, ordeno sanidad, en este momento, soy una persona limpia, sana,
libre!! ¡Recibo tu sanidad, acepto tu sanidad, Padre Santo, en el nombre de
Jesús!! Ahora confiese sanidad, diga: FUI SANADO DE_____________.