Está en la página 1de 13

El contacto de la ciencia con la vida cotidiana se da en distintas

formas, los estudios en cualquier área del conocimiento por más


lejanos y abstractos que nos parezcan llegan a tener en algún
momento impacto en nuestra manera de observar y cambiar al mundo.

Al empleo de la ciencia para atender demandas sociales se le ha


denominado tradicionalmente como aplicación, para así distinguirla de
los estudios básicos. Formalmente la aplicación del conocimiento sólo
es posible en los niveles teórico y experimental de la ciencia; "En la
medida en que la ciencia, como modo analítico, procede mediante la
descomposición de propiedades de los objetos concretos,
desvinculándose de objetos y situaciones particulares como tales, no
puede ser aplicada directamente como conocimiento tecnológico."
(Ribes y López, 1985, 244), por lo que resulta pertinente hacer una
diferencia aún más concreta de lo que significa el uso de los
conocimientos científicos básicos en los ámbitos sociales.

Ciencia es la disciplina encargada de analizar los eventos que ella


misma enmarca en un objeto de estudio con base en formulaciones
abstractas que no rompen la continuidad del contacto con dichos
eventos, "La ciencia parte de los objetos, pero no los estudia ni los
describe; abstrae propiedades de ellos y, en ese sentido, crea
dimensiones de conocimiento que trascienden a su experiencia
directa." (Ribes y López, 1985, 244), dada su estructura lógica y
conceptual, derivando procedimientos de investigación sujetos a un
método de comprobación que permiten generalizar y representar
relaciones, aplicando de manera constante los supuestos a distintas
circunstancias. "Una nueva esfera científica adquiere carta de
naturaleza con derecho a existencia cuando descubre o delimita un
determinado círculo de fenómenos que se desarrollan o funcionan
según leyes internas propias... Lo mismo ha sucedido con todas las
disciplinas que se han elevado al nivel de ciencias." (Rubinstein, 1974,
34).

La tecnología es el empleo de los conocimientos básicos de la ciencia


adaptándolos a requerimientos sociales concretos, conjugándose en la
mayoría de los casos con elementos tecnológicos de otras disciplinas
(multidisciplina). "La tecnología proveniente de la ciencia tiene, por
consiguiente, que ser elaborada como conocimiento sintético y
sintetizador; sintético en la medida en que resulta de un proceso de
revisión del conocimiento analítico a lo concreto y singular de los
objetos particulares; sintetizador, en tanto la tecnología como
conocimiento requiere de la integración situacional de aspectos únicos
enmarcados en categorías generales." (Ribes y López, 1985, 244).
La psicología, como todas las ciencias, es requerida para solucionar
demandas sociales, aunque muchas veces la petición se haga por un
supuesto erróneo planteado por grupos o personas ajenas a la
disciplina que no tienen claro lo que la psicología puede o no hacer. La
aportación tecnológica que la psicología puede hacer es el análisis,
evaluación, modificación y predicción de la conducta en interrelación
con los factores ambientales en un contexto particular (Albarrán,
1997). Los alcances de la intervención están limitados al control que
se tenga de las distintas variables que participan, por lo que no se
puede asegurar un dominio total de los eventos o su predicción
absoluta; "... la ciencia no pretende reproducir (lo cual seria
prácticamente imposible) los múltiples aspectos y transformaciones
propias de los eventos incluidos en su objeto de estudio, sino
representar, de una manera simple y general, algunos de sus rasgos
fundamentales." (Ribes y López, 1985, 235). La tecnología
psicológica, entonces, se encargará de atender aquellas demandas
sociales en las que se identifique que el factor fundamental es el
comportamiento, examinando y orientando las variables conocidas
para probabilizar un tipo de interacción especifica.

La tecnológica es el puente que la psicología, u otra ciencia, crea para


hacer llegar a la sociedad su conocimiento y traducirlo en beneficios.
Desde la perspectiva interconductual existen dos posiciones en cuanto
a la justificación y delimitación de las áreas tecnológicas de la
psicología; la primera es la de Kantor (1967) que sostiene la
especialización de los subsistemas para establecer los limites y
correspondencias entre las clases de problemas y la forma de
abordarlos. Para poder diferenciarlos y clasificarlos utiliza los
siguientes criterios: a) selección de eventos, b) énfasis en técnicas o
investigación, c) formas de interpretación, y d) aplicación. Los
subsistemas aplicados tienen dos usos o funciones: verificación
(instrumentos o medios generales para probar o verificar el sistema
comprensivo al cual pertenecen) y explotación (satisfacción de
demandas sociales mediante procedimientos específicos), de los
cuales ofrece tres ejemplos: la psicotecnología, la psicología
educacional y la psicología clínica. La segunda posición es la de Ribes
y López (1985) en la que se señala la diferencia entre la aplicación de
la ciencia y la tecnología derivada de ésta, advirtiendo que el
conocimiento proveniente de la ciencia básica no puede ser aplicado
directamente como conocimiento tecnológico sin antes ser elaborado
de modo sintético y sintetizador. La tarea tecnológica consiste en
identificar las dimensiones psicológicas en los problemas prácticos y la
unidad de las situaciones psicológicas concretas sin perder contacto
con la ciencia básica. De tal forma que no se considera factible contar
con áreas tecnológicas especializadas, pero sí el reconocimiento de
circunstancias de aplicación interdisciplinarias y multidisciplinarias.

En contraste con las dos posiciones anteriores, y aún dentro de la


teoría interconductual, se presentan los argumentos y criterios a
considerar para la delimitación de áreas tecnológicas en psicología.

Operación tecnológica

El empleo del termino aplicación en el ámbito tecnológico de la


psicología, particularmente desde la perspectiva interconductual,
causa confusiones al tratar de hacer énfasis en la diferencia con la
psicología aplicable; "Si se concuerda en que no puede haber
psicología ‘aplicada’en sentido estricto, sino más bien una
psicología aplicable, se presentan dos opciones para canalizar
la aplicación del conocimiento psicológico. Una es la ya apuntada
integración multi y/o interdisciplinaria a través de profesiones con un
encargo social determinado. La segunda, se manifiesta como práctica
desprofesionalizada, es decir, como una práctica efectuada y regulada
por los individuos que forman parte de la relación mediadora de
contingencias constituida como circunstancia situacional de un
problema." (Ribes y López, 1985, [cursivas añadidas]), por lo cual se
considera necesario el uso de otro termino que logre hacer esta
distinción.

La utilización del término operar para designar el empleo del


conocimiento básico psicológico ante requerimientos sociales
(psicología aplicable) nos permite diferenciarlo de la aplicación. A la
operación tecnológica de la psicología la definiremos como la
adaptación del conocimiento básico para transformar condiciones
particulares reportadas como demandas sociales, mediante un
conjunto de acciones que integren el conocimiento analítico en
procedimientos específicos.

Esto nos permite, además de la distinción señalada, establecer


correctamente el objetivo de la participación del psicólogo en la
solución de demandas sociales, mediante procedimientos de
operación vinculados y adaptados de la ciencia básica.

La delimitación de áreas tecnológicas: por qué?

La propuesta interconductual ha logrado identificar la influencia del


momento histórico en la concepción que se tiene de lo psicológico
(Kantor, 1963-1969; Ribes, 1990), y por lo mismo ésta no puede
ignorar el momento que ahora vive y las condiciones a las que se
enfrenta. El reformular el planteamiento de lo psicológico no puede,
por si mismo, cambiar la forma en que otras disciplinas o la sociedad
en general comprende el empleo de la ciencia y tecnología
psicológica.

De manera ideal podemos pensar en una psicología como ciencia


consolidada que dé los conocimientos especializados para la
operación de profesiones con un encargo social determinado. Como
en el caso de la física o de la química, que no actúan directamente
para solucionar problemas sociales, pero que su conocimiento se ve
reflejado en ámbitos interdisciplinarios y multidisciplinarios; la
arquitectura, las diferentes ingenierías, la medicina, la biología, son
algunos de los beneficiarios directos. La psicología interconductual, en
cambio, tiene un problema doble; el primero difundir al interior de la
disciplina cuáles son los fundamentos y alcances del propio trabajo
psicológico. Y segundo, algo aún más difícil, divulgar a otros
especialistas y a los posibles usuarios cuáles son sus competencias
reales en los contextos sociales en los que actualmente opera.

La pregunta obligada es; ¿Resulta necesaria la delimitación de áreas


tecnológicas para poder consolidar a la psicología como ciencia y
lograr su entendimiento?, la respuesta es sí, debido a que los actuales
enfoques psicológicos empleados en distintos campos ha favorecido la
confusión en cuanto a las competencias del psicólogo y el
desconocimiento, por parte de los propios psicólogos, del tipo de
demandas y los lugares donde es requerido. Un ejemplo claro de este
desconocimiento son los psicólogos que son empleados en diferentes
instituciones y se les encarga cumplir con labores administrativas,
médicas o legales. Peor aún, algunos psicólogos añaden
procedimientos de otras disciplinas para atender "integralmente" los
problemas a los que se enfrentan por no tener claro el objetivo de la
operación tecnológica de la psicología. El psicólogo necesita conocer
cuáles son las características particulares del contexto donde se
solicita su intervención, ya que éstas limitan, encausan o promueven
su actuación.

Ahora surge otra pregunta; ¿Podemos delimitar áreas tecnológicas


psicológicas sin abandonar los fundamentos de la ciencia básica?, la
respuesta es también sí, siempre y cuando se cumplan ciertos criterios
para su establecimiento, criterios que se plantean a continuación.

Antes quisiera dejar claro que comparto el planteamiento de un


conocimiento psicológico que puede ser aprovechado por otros
especialista, pero aún no es el momento, existen varias cuestiones por
resolver tanto en la confección de la ciencia básica como en la
operación tecnológica, este es un momento de transición. Ya librado
éste podremos emplear el conocimiento psicológico a nivel social de la
misma manera que se utiliza el proveniente de la física o la química.

El vinculo con la ciencia básica: consideraciones esenciales de la


operación tecnológica

Son ocho los puntos que nos permiten no perder el contacto con la
ciencia básica ni contradecir sus fundamentos al realizar alguna
operación tecnológica:

1) Nos interesan los organismos en lo individual y los otros


organismos cuando éstos forman parte del campo a analizar.

2) Del organismo nos interesa su conducta, la interacción con su


ambiente.

3) Por consiguiente el punto de operación son los elementos que


participan en tal interacción, particularmente los repertorios
interactivos del organismo.

4) Los elementos del ambiente pueden ser planteados como objeto de


la operación siempre y cuando se reconozcan las limitaciones de tal
intervención y las restricciones de sus efectos.

5) Dado el relativo control que se tiene de objetos, eventos y otros


organismos, y de la consistencia general del ambiente, se recalca que
las interacciones (la conducta) del organismo (sus repertorios
interactivos) son los que con mayor seguridad podemos analizar,
evaluar, modificar o predecir.

6) Las características temporales, espaciales y convencionales de los


distintos contextos y procesos en que se incide influirán en parte en la
conformación de los procedimientos de operación tecnológica, sin que
por esto se alteren sus fundamentos.

7) Las conclusiones derivadas de la operación en sus distintos niveles


en función de la ciencia básica no son las que determinan la toma de
decisiones relativas, el individuo o el grupo social demandante del
servicio es el que toma las decisiones con la asesoría del psicólogo.

8) La psicología como operación tecnológica participa


multidisciplinariamente en los distintos contextos sociales, por lo cual
sus juicios se establecen primero en relación a la propia ciencia
básica, y posteriormente en función de otras disciplinas y el contexto.
Diferenciación de la operación tecnológica de la psicología: su
objetivo y competencia

Para poder diferenciar la operación tecnológica de la psicología de


una demanda social como tal y de las operaciones tecnológicas de
otras ciencias es necesario:

1) Definir desde la psicología el área tecnológica que nos interesa y su


objetivo, tomando en cuenta las características propias de cada grupo
social, sus propósitos y el tipo de demanda planteada para integrar y
comprender las propiedades referidas en áreas tecnológicas
especializadas.

Si bien es cierto que la operación tecnológica de la psicología se hace


en ámbitos definidos por otras ciencias o ante demandas sociales
precisas, también lo es que deben delimitarse, desde la psicología, los
alcances de esta operación.

El objetivo de la operación tecnológica clínica de la psicología es la


implementación de procedimientos en relación a las interacciones del
organismo en lo individual valoradas por éste o por el grupo de
referencia como problema. El apellido de clínica a esta operación
psicológica no depende de una consideración estrictamente
psicológica, se vincula al desarrollo histórico de las instituciones que
tradicionalmente han atendido estos "casos", y que por razones
sociales se han agrupado con otras disciplinas encargadas de resolver
problemas de "salud". En la estructura social y económica actual la
psicología clínica se inserta con esta denominación para poder
acercarse al tipo especial de usuario que demanda este servicio, toca
a la psicología distinguir sus procedimientos particularmente del
modelo medico y de las implicaciones de esta parentela.

En el caso del área tecnológica organizacional se hace referencia


exclusivamente a los grupos definidos social y administrativamente
que tienen un objetivo productivo, comercial o de servicio, y que
cubren necesidades individuales o de otros grupos, donde el
comportamiento del individuo es explicado en los términos de la
psicología básica. De tal manera que la psicología organizacional,
como resultado de la demanda del conocimiento psicológico
especializado por parte de grupos sociales y de la delimitación hecha
por la propia psicología, tiene por objetivo la implementación de
procedimientos en relación a las interacciones del organismo en lo
individual en el contexto definido socialmente como organización.
El área educativa es otro ejemplo de la influencia que ejercen las
instituciones y requerimientos sociales sobre la denominación de una
área tecnológica; al ser la "escuela" el lugar donde se reúnen los
individuos para "aprender" se relacionó a los estudios e intervenciones
psicológicas que explicaban el aprendizaje (sobretodo de infantes) con
la estructura social que atendía en general la demanda. El área
tecnológica educativa de la psicología tiene por objetivo la
implementación de procedimientos en relación a las interacciones del
organismo en lo individual en el proceso social de enseñanza.

Estos son tan sólo algunos ejemplos de áreas tecnológicas actuales


con correspondencia a instituciones y necesidades sociales
especificas, y a diferencia de lo expuesto por Kantor (1967) y Ribes y
López (1985), se considera el factor de transformación de los grupos
sociales y por ende la forma de identificarlos y denominarlos, sin que
por esto se transgreda los supuestos de la ciencia básica. Podemos
decir que cuando el contexto de implementación o el tipo de demanda
social hacen altamente diferenciables los objetivos de la operación
tecnológica cabe hacer una reformulación, y en su caso la creación de
áreas tecnológicas desde la perspectiva psicológica. Otros ejemplos
son la psicología deportiva y la psicología publicitaria que hasta hace
unas décadas no eran reconocidas como áreas de operación
tecnológica, pero que en estos días cumplen con requerimientos
sociales e indican la comprensión contextos con interacciones
especificas.

2) Delimitar las competencias del psicólogo en su actuación para la


solución de la problemática señalada con relación a las actividades de
otros especialistas (multidisciplina).

Si la definición del ámbito o la atención a la demanda implica la


combinación de distintos procedimientos de diferentes disciplinas,
parte de la labor es precisar cuales son los puntos que pueden ser
comprendidos desde la perspectiva psicológica.

En la operación tecnológica del área clínica, donde la variedad de


requerimientos implica la consideración, para su análisis, de una
instancia biológica y de un contexto social (estrechamente ligados en
este tipo de operación), no corresponde al psicólogo la alteración
directa de lo biológico o la alteración de lo social. La competencia del
psicólogo es incidir en el comportamiento del individuo para que esto
repercuta en lo biológico y lo social.

En el área organizacional al psicólogo le corresponde operar en los


aspectos relacionados con el comportamiento del individuo en los
distintos momentos de los procesos laborales, y no participar (como
regularmente lo indica el puesto ocupado) en actividades
administrativas o legales.

Sistema conceptual y categorías puente en la operación


tecnológica: criterios

Resulta necesario una vez definidos los objetivos tecnológicos y


delimitadas las competencias del psicólogo crear categorías y un
sistema conceptual que nos permita interactuar entre la disciplina
psicológica y el contexto social. "En consecuencia, y con base en la
distinción esencial que hay entre el conocimiento científico y
tecnológico en la dimensión analítico - sintético, no puede plantearse
la transferencia directa ~ por extensión o analogía ~ de las categorías
y del lenguaje del cuerpo teórico científico, a la formulación del
conocimiento tecnológico, o a una psicología ‘aplicada’ en nuestro
caso. El conocimiento científico necesita ser adaptado como síntesis
de lo uniforme en la diversidad, para poder aplicarlo a lo singular de lo
genérico. Esto implica un proceso de traducción, sin el cual el
conocimiento científico carecería de significación para solucionar
problemas concretos en la práctica social. La psicología aplicada
consistiría en el cuerpo teórico que permitiría traducir el conocimiento
científico en tecnológico, es decir, pasar de la información analítica
sobre dimensiones que trascienden a los eventos singulares y
particulares, a la reconstrucción sintética de los valores de dichas
dimensiones, que permiten sintetizar a un evento singular concreto."
(Ribes y López, 1985, 245).

Según las características particulares de cada contexto social, y con la


finalidad de fortalecer las áreas tecnológicas de la psicología, resulta
necesario contar con el andamiaje conceptual que nos permita no
perder contacto con la ciencia básica y crear la terminología adecuada
para la comprensión del usuario (desprofesionalización) en cada área
tecnológica, observando los siguientes criterios:

A) Los términos empleados para describir elementos y/o relaciones


entre ellos se harán en función del contexto de operación sin que
estos contradigan los supuestos básicos de la teoría.

B) Algunas denominaciones particulares sólo podrán emplearse en las


áreas especificas suscritas por la psicología.

C) Para la delimitación de la pertinencia del empleo de un lenguaje


tecnológico, diferente al psicológico utilizado por un grupo social u otra
disciplina, tendrá que ser revalorado en función de la teoría y de los
procedimientos de intervención existentes.

D) Un lenguaje tecnológico adquiere ese grado cuando sus objetivos e


impacto social lo hacen altamente diferenciable.

E) Como parte del objetivo de hacer del dominio general los hallazgos
de la ciencia básica a través de la tecnología resulta necesaria la
adecuación de los términos y la instrucción primaria de los usuarios
para que estos conozcan sus principios fundamentales
(desprofesionalización).

De tal forma que son cuatro los conceptos que nos permiten operar de
acuerdo a los principios básicos de la psicología y lograr la
comprensión de los usuarios: Observar, valorar, variar y probabilizar la
conducta.

Observar: Para el psicólogo representa la primera etapa de análisis y


delimitación del campo interconductual, la especificación de la
demanda reportada en términos de la conducta y los factores que
intervienen. Para el usuario representa la etapa de "entrar en
contacto" con la situación.

Valorar: El psicólogo establece las correspondencias en el campo


específico y determina cuál es el nivel en el que puede operar. Al
usuario revela de qué manera ocurre el evento que le interesa y los
factores involucrados.

Variar: Se designa, por parte del psicólogo, el (los) procedimiento(s) a


seguir tanto como los indicadores del efecto de la intervención. El
usuario evalúa la propuesta y la participación que habrá de tener.

Probabilizar: El psicólogo estima los efectos de la intervención y la


tendencia de las futuras interacciones. Al usuario se le muestran los
resultados de haber intervenido con relación a su demanda para que
pueda valorar los efectos e implicaciones.

Así tenemos entonces que el psicólogo delimita su competencia y crea


ese "puente" que le permite aclararse, y aclarar al usuario, su campo
de acción.

La operación tecnológica: procedimientos y alcances

Al establecer los nexos entre ciencia básica y tecnología se pueden


articular los procedimientos pertinentes a cada demanda planteada
con referencia al área tecnológica particular de acuerdo al sistema
conceptual y al establecimiento de categorías puente. Podemos decir
que son cuatro los procedimientos tecnológicos psicológicos que
podemos aplicar:

1) Descripción psicológica: identificación de los factores involucrados


en el campo interactivo y sus características particulares.

2) Contrastación psicológica: evaluación del comportamiento en


contraste al contexto, situaciones criterio y criterios de logro.

3) Intervención psicológica: acciones concretas destinadas a mantener


o alterar el comportamiento mediante un procedimiento especifico.

4) Estimación psicológica: Proyección de la intervención que indica en


términos de probabilidad la tendencia del comportamiento de interés.

El énfasis en un procedimiento particular se determina a partir del


objetivo general de operación en correspondencia al requerimiento del
usuario. Los alcances de cada procedimiento, y en conjunto, se
determinan tomando en cuenta que:

Primero, los procedimientos tecnológicos no miden lo psicológico, sus


componentes o productos. Contrastan la funcionalidad del
comportamiento ante situaciones criterio y criterios de logro de un
contexto especifico.

Segundo, los procedimientos tecnológicos no determinan o


predicen total e inequívocamente la conducta de los
individuos. Analizan o Estiman la tendencia de los sujetos a interactuar
según su historia interconductual o como resultado de una
intervención o evento particular.

Tercero, los procedimientos tecnológicos tienen los mismos


fundamentos teóricos y no cambian por ser empleados para cumplir
objetivos diferentes. Puede cambiar la forma de operación o prestarse
más atención a partes del comportamiento según su objetivo.

Cuarto, sea cual fuere el contexto social de donde se origina la


demanda de operación psicológica, ésta no se verá afectada en sus
fundamentos por las particularidades del contexto, lo que podrá variar
será su forma de aplicación.

Quinto, por su carácter singular (temporal y espacial, estrechamente


ligado a demandas únicas del medio) y al derivar la operación de un
objetivo particular, el comportamiento no puede ser representado en
curvas de distribución normal o índices generales de población. El
sujeto, su propia conducta, es el punto de comparación.

Sexto, derivada de las conclusiones iniciales de la operación, la


implementación de un procedimiento especifico dependerá del usuario
(en lo individual o del grupo social solicitante). La función del psicólogo
en este momento es de informar y asesorar al usuario sobre las
posibles consecuencias de implementar determinadas acciones.

El uso de procedimientos específicos no sólo se limita a una parte del


comportamiento, integra para su análisis las diferentes interacciones
en las que participa el individuo, y considera las variables biológicas y
sociales involucradas.

La investigación tecnológica

La retroalimentación a la ciencia básica a través de la tecnología


constituye la forma fundamental para valorar el impacto social de una
operación desde una perspectiva particular. La psicología al operar en
el nivel tecnológico encuentra los elementos para comprobar o refutar
algunos de sus principios fundamentales. Y no únicamente eso,
desarrolla nuevos procedimientos o identifica elementos no
contemplados en su planteamiento original. La investigación
tecnológica tiene la posibilidad inmediata de verificar en un contexto
determinado la conveniencia de intervenir mediante un procedimiento
determinado y estimular el perfeccionamiento de la ciencia básica; "En
este sentido, la tecnología - ingeniería puede provenir, en una forma
relativamente autónoma, de los otros dos sectores de tecnología
[prácticas y teóricas] y producir, de este modo, las condiciones y los
criterios para el desarrollo tecnológico sistemático. Esta forma de
tecnología, que en los finales del siglo XIX y principios del XX se
constituyó a partir del tremendo avance en el conocimiento científico,
es en la actualidad un factor fundamental que retroalimenta y acelera
el propio desarrollo de la ciencia, en una interacción indisoluble."
(Ribes, 1990b, 134-135). Este intercambio de experiencias sólo tiene
utilidad cuando a su vez el nivel tecnológico atiende a las
observaciones hechas por la ciencia.

Para que la investigación tecnológica psicológica tenga la valides


científica requerida tiene que estar fuertemente ligada a los principios
teóricos que la sustentan. Logrado esto, resulta conveniente contar
con áreas tecnológicas especializadas de investigación que, como
señala Kantor (1967), seleccionen eventos, enfaticen técnicas, formas
de interpretación y aplicación para su mejor aprovechamiento.
Entendiendo que estas áreas no son preestablecidas y se originan por
una conformación social particular.

En términos funcionales, y como una forma de comunicar los


adelantos técnicos entre los psicólogos vinculados en una área de
especialización, resulta conveniente tener también agrupados los
avances derivados de la investigación tecnológica. Esto se traduce en
un apoyo inmediato para quienes se les demanda una intervención
pronta ante problemas que así lo exigen. El psicólogo clínico
encontrará extremadamente útil poder contar con la experiencia de
otros psicólogos clínicos y retomar, si es el caso, procedimientos que
se ajustan a la solución de la problemática que atiende. El psicólogo
inserto en el área organizacional, deportiva, educativa, publicitaria,
etc., podrá contar con el conocimiento y los procedimientos generados
y probados precisamente en el contexto que le interesa.

Consideraciones finales

Retomar los conceptos del lenguaje ordinario implica retomar también


la lógica implícita en ellos. Ocuparse de los problemas expresados en
la forma de demandas sociales, e incluso de índole conceptual o
experimental, sin que para esto medie un reflexión científica nos
puede hacer caer en pseudo problemas y por ende en juicios erróneos
(Kantor, 1963-1969; Ribes, 1990).

Desde la postura interconductual se hace un delimitación clara de lo


que a la psicología le interesa: la interacción de los organismos en lo
individual. Y genera, a partir de esta delimitación, una taxonomía para
referirse a los eventos participantes. Al pasar del conocimiento básico
al empleo tecnológico se vuelve aún más urgente la delimitación de
las áreas operativas y competencias de la psicología en distintos
contextos sociales. Y así lograr en un tiempo no muy lejano (espero) la
consolidación de la ciencia para su entendimiento.

No podemos concluir con este escrito sin antes reconocer que la


división social del trabajo coloca al psicólogo en una posición ambigua
en tanto que se le reconoce de un modo particular y/o como el
encargado de solucionar determinados problemas. Este
reconocimiento implica fuentes de trabajo y el pago por el servicio
prestado; indiscutiblemente el factor económico ha sido el que justifica
y promueve la creación de especialistas y las áreas tecnológicas
psicológicas correspondientes. La psicología clínica y organizacional
surgen como una opción de empleo para los psicólogos después de
las dos guerras mundiales, los nuevos psicólogos de los años 50’
encontraron un campo bien remunerado en instituciones de salud y en
las organizaciones productivas, recientemente la psicología deportiva
a cobrado importancia por los beneficios económicos obtenidos para
el usuario y el psicólogo. No podemos olvidar esto, y si lo logramos
podremos decir por primera vez que la psicología no únicamente está
sujeta al momento histórico, sino que aprovecha las circunstancias
para lograr una transición planificada.

También podría gustarte