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MARY DOUGLAS, El Levítico como literatura. Gedisa, 1999.

1 das; llámeselo si se quiere pensamiento


Al final de una de las carreras más so-
bresalientes de la antropología del siglo romántico.
XX, Mary Douglas produce su libro más Un lector habituado a razonar de con-
fascinante, El Levítico como Literatura, formidad con las narrativas lineales de la
recientemente vertido al castellano. Re- prosa corriente y los usos argumentales de
torna en él a un tema que aparece ya, la lógica lingüística y la racionalidad ins-
como caso comparativo, en obras prime- trumental y a abandonarse a la evocación
ras como Pureza y peligro, el sentido y la asociación libre o culta ante obras ex-
simbólico de las abominaciones del Leví- presamente confeccionadas como poéti-
tico, los tabúes y ritos allí prescritos. El cas tiene dificultad para llegar a compren-
pensamiento racional no ha encontrado der, a sentir como razonable, coherente,
ningún sentido práctico ni a sus prohibi- juicioso e incluso admirablemente inteli-
ciones dietéticas ni a sus prácticas ritua- gente un modo de discurrir que no dis-
les, de modo que su perduración secular cierne entre ambos estilos de pensamiento,
se ha atribuido simplemente a una com- que los combina indisociablemente, pero
binación de obtusa docilidad popular y Mary Douglas consigue que lo logre. Di-
la atracción de algún hondo sentido, evo- cho con sus palabras, «El problema radica
cativo y secreto, desconocido acaso hasta en poder tender un puente entre nuestra
para sus poéticos compositores sacerdo- experiencia y la del autor.» (92).
tales. Transmitir con verosimilitud esa noti-
Con la misma suavidad con que las cia al lector de una recensión obliga por
dos manos de un pianista armonizan las desgracia a sacrificar la casi totalidad de
notas agudas y graves de una melodía y los detalles; habrá de bastar. Empecemos
sin mencionar en momento alguno que por la historia. Las personas educadas en
es justamente eso lo que está haciendo, medios de tradición cultural cristiana sue-
precisamente lo mismo que su libro sos- len basar sus ideas sobre el judaísmo en
tiene de modo tácito como principal pro- el esbozo que de él incluyen los evange-
posición teórica y metodológica, Douglas lios y en relatos históricos y literarios de
arrumba la común y cómoda dicotomía las persecuciones antiguas o recientes su-
entre dos tipos alternativos y convenien- fridas por las comunidades judías. El Le-
temente complementarios de explicación, vítico como Literatura presenta una tra-
la materialista y la simbólica, para intro- dición diferente a la rabínica y la del
ducirnos en un universo exótico, y toda- sanedrín, una tradición perdida de la que
vía vivo en nuestro entorno cotidiano, Douglas hace arqueología en ese libro del
donde individuos reales afrontan arduos Pentateuco, el mismo que intentó ente-
problemas a la vez teóricos y prácticos rrarla, y en la historia de su tiempo.
referidos a aspectos sacros de su vida per- El Pentateuco se escribió hacia el año
sonal y social y los resuelven de manera 500 a. EC., poco antes o después que la
internamente coherente por medio de for- Ilíada y la Odisea, gracias a una innova-
mas de pensamiento complejas e híbri- ción reciente, la escritura alfabética, y por
igual procedimiento, la recopilación y
1
Mary Douglas murió en Londres el 16 de
composición de fuentes orales o escritas
mayo de 2007, a los 86 años. Sirva esta reseña previas, y la traducción adaptada de obras
como homenaje a la gran antropóloga británica de culturas vecinas. Pero la pujanza hele-
(Nota del Editor). na no era la situación hebrea, en el fondo

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de la crisis general de sus instituciones enfermedad y el infortunio? Sin orácu-


políticas: los asirios destruyeron el reino los, ¿cómo determinar quién dice la ver-
de Israel en el siglo VII y los babilonios, dad en un litigio donde no existen prue-
que liquidaron Judá en el siguiente, habí- bas fehacientes? El Levítico explota al
an deportado a la élite del país y sólo tras máximo otros recursos tradicionales: el
la conquista persa se autorizó su regre- mal nace de la impureza y ésta suele ser
so, la construcción del segundo templo y accidental o inevitable; los medios de pu-
el autogobierno como satrapía del impe- rificación., desde abluciones hasta gravo-
rio. Este nuevo comienzo necesitaba re- sos sacrificios, no son complicados y
construir la solidaridad entre las tribus y cualquier particular o grupo familiar pue-
entre los estratos de riqueza y sólo podía de sufragarlos. Para los juicios establece
hacerlo por medio de la religión, pero la la prueba pericial del juramento por el
anterior al desastre, con sus prácticas adi- nombre de Dios, que hace del perjurio
vinatorias desacreditadas, y dividida y blasfemia, delito capital sobre el que falla
agitada por todo tipo de disensiones in- el Oráculo del Señor en manos del Sumo
ternas, ya no servía. Sacerdote, un recurso arriesgado —¿va-
El Levítico propuso una religión refor- len la justicia o el crimen tu vida? Con
mada, fundamentalista —supuestamente todo, el expediente podría parecer insufi-
basada en el retorno al rigor de la tradición ciente, o poco práctico, a lo que se suma
mosaica—, puritana e igualitaria —en tér- que las reglas de impureza referidas a los
minos rituales— que introdujo cambios animales, las ropas, las casas, etc. son ex-
doctrinales radicales. En primer lugar, in- trañas y difíciles de justificar. A causa de
tensificó el lazo, propio de las religiones esta dificultad, tradicionalmente se ha in-
cananeas, entre pueblo, territorio y dios na- terpretado el Levítico a partir del Deute-
cional, verdadera unidad de destino, y pro- ronomio, dos textos de inspiración epis-
clamó el fin de la tolerancia con el henote- temológica diametralmente opuesta.
ísmo (un dios supremo gobierna a otros El Deuteronomio —contemporáneo
subordinados a él); un estricto monoteís- del Levítico, pero compilado en y por una
mo —la blasfemia y la idolatría se penan comunidad de discurso más abierta, com-
con la muerte— impone un único dios ver- petitiva, crítica y políticamente compro-
dadero y sólo admite espíritus sin indepen- metida— es un texto jurídico-narrativo
dencia real, como los ángeles del Señor y el que legisla en pro de un templo nacional
renegado Satán. En segundo lugar, borró central y lo hace mediante un pensamien-
toda memoria del rol ritual de la finada mo- to dialógico o racional-instrumental y
narquía sacra. Además, el cese del culto causal, lo que en asuntos humanos signi-
funerario a los reyes se extiende a todos fica el lenguaje de los sentimientos, por
los antepasados y se persigue cualquier ves- ser el motivo último de la acción, como
tigio de culto a los difuntos o de nigroman- medio de persuasión. Los sentimientos
cia. Por último, el celo contra la idolatría se pueden ser los mismos que animan el Le-
extiende a los vivos —prohibida toda prác- vítico —el doble vínculo como la tan
tica adivinatoria, con la sola excepción de amorosa como vengativa Justicia de
la efectuada por el Sumo Sacerdote—, a Dios—, pero es muy distinto el talante
las cosas —iconoclasia— y a los espíritus de ambos, al punto de que apenas puede
del mal —se niega la existencia de demo- hablarse de verdaderos sentimientos en
nios—. la argumentación levítica.
Es difícil exagerar lo que supone esa El Levítico es un texto teocrático que
ruptura con la tradición religiosa de la ‘re-instituye’ el sacrificio ritual —análogo
región. Sin demonios, ¿a qué atribuir la al banquete que sella un contrato de alian-

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za, por ejemplo, matrimonial— como re- apoyo; ‘amar’ es proteger, cuidar y res-
medio expiatorio de las infracciones al paldar con fidelidad constante. Hechos,
pacto de Dios con Israel. La relación entre no palabras, ni menos reacciones visce-
ambos, y esto es central al pensamiento rales, a menudo confusas y siempre du-
del Levítico, es de reciprocidad asimétrica; dosas.
modelada conforme a la relación de ‘adop- El Levítico tiene intensas preocupacio-
ción’ o de ‘patrón-cliente’ seculares, Yah- nes éticas, pero su orden no se basa en
vé, en el ejercicio de sus funciones como emociones morales humanas sino en el
dios de la fertilidad, promete mantener la paradigma formal de los pactos contrac-
vida sobre la tierra, asegura la fecundidad tuales entre Dios y Noé, Abraham o Moi-
de los ganados, campos y gentes de Israel sés. «En [un] sistema [analógico], el equi-
y garantiza —en la mayor profecía auto- valente más próximo de la moralidad es la
cumplida de todos los tiempos— la super- idea de ‘corrección’ o ‘rectitud’. Cual-
vivencia de esta nación a pesar de todas quier persona criada en una sociedad ce-
las calamidades, humanas y divinas, que rrada e intensamente posicional sabe qué
caigan sobre ella… siempre que ésta cum- es moral y qué inmoral.» (66) Levítico y
pla las leyes del Señor; no hay otras de- Deuteronomio comparten el mismo pro-
mandas. Estas leyes no se explican en Le- yecto constitucional y consideran al or-
vítico por motivos pragmáticos —pues no den jurídico núcleo de la vida social, pero
se fundan en ellos— sino que meramente donde éste subraya las normas de régi-
se declaran, siendo, como deberían ser en men y procedimiento que formalizan y
su tiempo, para cualquier lector competen- centralizan un sistema judicial que desau-
te, capaz de sintonizar con un orden de toriza la venganza de sangre y el lincha-
pensamiento analógico, evidentes. miento popular, y que pone a los ancia-
El razonamiento analógico se desarro- nos, los cadíes y los caudillos locales bajo
lla en comunidades largo tiempo estables supervisión central, aquél se ocupa de lo
y cerradas que comparten numerosos su- concerniente al tabernáculo y, por enci-
puestos de referencia tácitos conectados ma de todo, del espíritu de las leyes. Por
por un acervo acumulativo de correlacio- ese motivo, y como más alto ejemplo, en
nes mutuas aceptadas e inmunes a la crí- el versículo que Mary Douglas identifica
tica, pues acaban resultando obvias de como centro simbólico del Levítico, se
puro efectivas. La verdad que persigue, enuncia una nueva ley de ámbito general:
empero, no es la responsabilidad jurídica ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’.
inmediata sino la causalidad cósmica últi- En un mundo regido por la Ley del Ta-
ma y la consonancia o armonía de las ac- lión y donde los filósofos y trágicos grie-
ciones microcósmicas de daño y repara- gos contemporáneos repetían a cada ver-
ción con el orden sagrado del so la sabiduría popular del ‘ama a tu
macrocosmos, pues la perfección de este amigo y odia a tu enemigo’ esta norma,
orden «es la única justificación posible de que en un sentido restringido prescribe
cualquier cosa.» (60) Por eso el Levítico únicamente no considerar jamás enemigo,
se cuida todo de las formas y nada de los no dejar de ser solidario con un pariente o
sentimientos; da por hecho que el prurito un vecino, se instaura con el claro propó-
ritual los armoniza, si hace falta; por eso sito de que sea el cimiento de una nueva
en ese texto el primer sentido de ‘amor’ o solidaridad nacional. Pero ésta nunca cua-
‘alegría’ es legal, no emocional: la volun- jaría solamente con el fermento de meras
tad libre y bienintencionada de conferir proposiciones legales, aun amasadas en
legalidad a un acuerdo pactado. ‘No la artesa de elaboradas y densas cadenas
odiar’ al hermano significa no negarle de rituales uniformizadores, sino que re-

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quiere el aditivo de algo más sustantivo, y inmenso peso persuasivo en manos de un


eso es la suprema Justicia de Dios mani- exégeta avezado. «Es la manera que tiene
fiesta en el año sabático: cada cincuenta el Levítico de recordar al lector que la
años los esclavos serán liberados, las deu- religión se basa en la alianza y en la mi-
das condonadas y redistribuidas las tie- sericordia y la justicia divinas, y que sus
rras según el reparto original por tribus y propias doctrinas son una continuación
familias. No obstante, sería absurdo pre- del Éxodo.» (230)
sentar el Levítico como un craso proyecto Esta conclusión nos devuelve al enig-
de reforma social. Aunque una cosa se ma del comienzo, ¿por qué ha creado
siga analógicamente de la otra, se trata Dios animales intrínsecamente impuros,
esencialmente de un texto teológico cuya indignos, abominables? La idea provie-
preocupación capital es evidenciar «la ne de un antiguo error interpretativo. Las
grandeza de Dios, de su inquebrantable leyes dietéticas del Deuteronomio se ocu-
justicia y de su infalible compasión» (33) pan de lo que no se debe comer y lo cali-
Para ello, literariamente, en lugar de fican indistintamente como impuro o
una chata estructura lineal ordenada lógi- ‘abominable’, mientras que el Levítico,
ca, cronológica o de algún otro modo sis- que trata de las cosas consagradas a Dios
temáticamente emplea paralelismos, y de la pureza ritual, distingue, en este
quiasmas, rimas fonéticas y semánticas, contexto, entre animales puros (ganado
referencias inter-textuales y estructuras escogido para los sacrificios) e impuros
de anillos sucesivos, paralelos y concén- (el resto) y, dentro de estos —tácitamen-
tricos. Su primer recurso estructural es la te, pues el texto sólo autoriza expresa-
ordenación de los capítulos en forma aná- mente a matar y comer animales purifi-
loga al tamaño, disposición y mobiliario cados por el sacrificio—, los comestibles
del Templo, y esto va más allá de ser una (el demás ganado y animales silvestres
suerte de peregrinación imaginaria, mne- análogos, llamados puros en el Deutero-
motécnica o iniciática; los contenidos de nomio) y los ‘abominables’, es decir, los
los capítulos se corresponden con las que hay que evitar. Pero, ¿por qué hay
condiciones de acceso a un espacio dado que rehuirlos? Sin duda, uno no queda
o a las acciones propias en él. Por dar un impuro por matar mosquitos o alimañas,
ejemplo, y el más significativo, el capítu- ni por enterrar a una mascota; lo que el
lo penúltimo, de la equidad, la honradez, Levítico prohíbe es tocar y, por lo tanto
el año sabático y la justicia de Dios, se aprovecharse de, su cadáver; pero los ca-
superpone en el plano del templo al lugar zadores, los curtidores, los talladores de
ocupado en el sanctasanctórum por el hueso o los lutier no son castas impuras
arca de la alianza. Las leyes del sacrificio, ni extranjeros, sino judíos que se purifi-
de pureza y enfermedad secular y sacer- can al atardecer, lavándose, antes de ir al
dotal, de idolatría y de justicia de los tra- templo.
tos y contratos replican repetidamente la Treinta y cinco años atrás Mary Dou-
analogía trinitaria del templo de Jerusa- glas sostenía la hipótesis, intelectualista y
lén, el tabernáculo del desierto erigido muy durkheimiana, de que las bestias
según instrucciones divinas, el monte Si- abominables del Levítico eran aquellas
naí, el cuerpo de la víctima propiciato- que no encajaban en una sencilla taxo-
ria, el espacio geográfico, el tiempo his- nomía normal de cuadrúpedos terrestres,
tórico, la estructura social ritual de Israel, peces escamosos y volátiles emplumados
las partes contratantes de la alianza sa- vegetarianos. La nueva explicación es asi-
grada y la totalidad de la vida creada. mismo muy sencilla, pero incomparable-
Esta consistencia es una consideración de mente más contextual, densa, antropoló-

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gica. El primer derecho que Dios garanti- complejos oráculos sacerdotales que de
za es la continuidad de la vida, porque la pedagogía de un rabí popular— eran
toda vida, toda sangre le pertenece; es su del agrado de Jesús.
coto privado y queda vedado al interés No obstante, la coincidencia moral de
material humano. Por eso Dios protege a fondo y la continuidad doctrinal son in-
los animales prolíficos, porque poseen contestables: el Levítico y los discursos de
más de su sagrada fecundidad, y protege Jesús parten de un mismo axioma —Dios
también a los que no lo son justamente ama a todas sus criaturas (y éstas son bue-
por ello mismo, y a los vulnerables, y a nas) o no las habría creado— e infieren
los indefensos; es la misma obligación mediante parábolas, analógicamente, la
compasiva que asume con Israel entre las misma conclusión: el mandato de consi-
naciones y con sus miembros más débiles derar el interés del prójimo como equiva-
en particular. En consecuencia, los ani- lente al propio. Todo individuo bien socia-
males puros, que son sacrificables y co- lizado y que actúa de buena fe debería
mestibles, se limitan a aquellos, poco fe- saber aplicarlo en cualquier contexto; y
cundos, que viven en sociedad con los para las dudas, queda el Oráculo del Señor
israelitas y que están comprendidos en el o, después de la destrucción de Jerusalén,
pacto; incapaces de reciprocidad, no que- haya quedado éste abolido o hasta que sea
dan sin embargo exentos de obligaciones: restablecido, el saber prudencial de los ju-
es su sangre la que expía —abandonada risperitos rabínicos, o del clero cristiano.
desde Abraham la costumbre de que fue- La discusión de este punto de historia
ran los hijos de estos— los pecados de del pensamiento religioso nos sitúa, para
los humanos, del pueblo que lo cría y concluir, en el terreno de discutir la tras-
protege, y la que ratifica su alianza con cendencia cultural de las reformas del Le-
un dios de la fecundidad universal que vítico. Con sólo palabras, sin el apoyo de
ahora es también un Dios de Justicia para reyes, imágenes y oráculos su religión se
Israel. aleja de las cuitas y usos de sus fieles, de
Este análisis lleva a Douglas a rechazar modo que no ha de extrañar que su pro-
la idea de que «realmente existiría una grama se cumpliera sólo en sus aspectos
diferencia de peso entre las doctrinas del más institucionales, los sacrificiales, y en
Levítico y del cristianismo.» (149) Sin la la medida en que sus demandas de pureza
menor duda, tal como lo presentan los ritual, reinterpretadas desde el Deuterono-
evangelios, el Nazareno era anti-ritualista, mio, se convirtieron en el sustrato de prác-
pero de los tres principios de la religión ticas moralistas de control social. Con
levítica, la justicia de Dios, el pacto y la todo eso, cinco siglos después de su re-
sangre que lo significa, altera solamente dacción, el rabí y profeta Jesús de Nazaret
uno: sustituye la sangre animal por la ganó reputación popular exorcizando de-
ofrenda de pan y vino. Añade, sí, que ese monios y enunciado oráculos sobre la sal-
‘sacrificio’ puede hacerse cuándo y don- vación de particulares, y reunió un gran
dequiera que dos seguidores suyos se re- séquito que le reverenciaba alentado por la
únan, pero en esto no difiere tanto del esperanza de que fuese el Mesías, el rey
Levítico, pues éste en ningún punto sus- que según las profecías restauraría la co-
cribe la tesis de un único templo central rona de David —presunta presunción por
sino que considera legítimo cualquier la que fue enjuiciado y ajusticiado—.
santuario construido según las proporcio- Pero si en el ámbito de las supersticio-
nes y la geometría del tabernáculo. Pero nes populares su influencia fue débil, en el
por cierto que tampoco las formalidades del entendimiento del ser humano, a tra-
numerológicas —más propias de los vés de su concepción de la ‘santidad’, de

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lo sagrado, fue trascendental. Lo puro es aleja del pragmatismo original: la justicia


‘sagrado’ por que ha sido consagrado, del pacto paradigmático. Y el pacto es cla-
comprometido, prometido, reservado a ro: «protección a cambio de obediencia.»
Dios. La raíz del verbo que se traduce por (112) Pero la obediencia no es fácil. La
‘purificar’ o ‘consagrar’ connota ‘apartar’ religión reformada competía con cultos
o ‘separar’. Sacralidad es discriminación y vecinos, que incluían atractivos como la
segregación, en el mejor sentido que un prostitución ritual, y la apostasía, el sin-
día tuvieron estas palabras. Dios se aparta cretismo y el oportunismo eran corrien-
del mundo mediante su invisibilidad y tes. Un ascetismo dietético, como signo
atenta contra su voluntad pretender retra- de espiritualidad, y una piedad hacia los
tarlo; Dios separa —significando como animales superiores a los de sus rivales
abominable, culpable, el contacto con su inmediatos fueron bazas en un siglo en
sangre o su cadáver, a la mayoría de los que la polémica sobre la legitimidad de
animales y exige a Israel que los respete, comer carne rampaba desde el Egeo hasta
como a toda vida de Dios; Éste exige a el Himalaya. El mensaje era que ser israe-
su pueblo que se separe de los cultos ex- lita era más duro que ser cualquier otra
tranjeros —lo mismo que proscribe plan- cosa, pero que compensaba porque el fiel
tar dos tipos de simiente en un mismo Yahvé garantizaba la supervivencia de sus
campo o vestir ropa que combine lino y linajes escogidos y siempre ideaba algún
lana— y que le ofrezca en acto de expia- modo de reconciliarse con su pueblo. La
ción o acción de gracias lo más perfecto promesa levítica, refiguración de las an-
de los animales que Dios apartó para el teriores y formulada inicial y expresamen-
servicio cotidiano de su pueblo; Dios se- te para los supervivientes de Israel, los
paró para sí a Israel de entre las nacio- ‘escogidos’ que regresaron del exilio ba-
nes, para su servicio exclusivo, sin nin- bilónico, ha sostenido, quizá creando una
guna razón especial, sin merecimiento nueva forma, increíblemente más tenaz,
alguno por su parte, y a cambio sólo pide de orgullo étnico, una fe, matriz de las dos
un trato mutuo justo y deferencia para con religiones más difundidas del mundo —
su Superioridad. cristianismo e Islam— que ha sobrevivido
Combinada esta tradición con la física y 25 siglos. Y en el nacimiento de esa gesta
la metafísica áticas, la búsqueda de una está un pequeño libro que Mary Douglas
mayor y más excelsa separación de Dios revela vivaz y meticulosamente como una
daría origen a las nociones de lo etéreo genial obra de arte.
primero y de lo espiritual y lo trascenden-
tal después. Pero este intelectualismo nos Juan Manuel Iranzo

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