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GRECIA
GRECIA
¿QUÉ ES EL CLASICISMO?
Cuando hablamos de arte clásico estamos haciendo referencia principalmente a las obras artísticas
realizadas por los artistas griegos de la Antigüedad y posteriormente por los romanos. Son por tanto los
griegos los verdaderos artífices de este nuevo fenómeno que denominamos arte clásico, ya que
realmente los romanos actuaron como continuadores de esa forma de entender el arte iniciada por los
griegos. Fueron ellos, los romanos, los que por ello mismo lo denominaron clasicus, que quiere decir,
digno de imitar.
Pero qué tiene de especial el clasicismo. Algo debe de tener, cuando a lo largo de los siglos ha
habido muchos momentos en que los artistas de muy diferentes épocas se han fijado en aquel arte
clásico antiguo como motivo de inspiración de sus obras. Sin duda su calidad extraordinaria, pero
también y por encima de todo, el haber establecido de una manera muy clara lo que debía considerarse
bello y lo que no. El arte para muchas personas es principalmente belleza, y para los artistas griegos
también, de ahí la importancia de su aportación. Así que aquí está tal vez la clave de su éxito: su
concepción de la belleza. Para los artistas griegos de la antigüedad, la belleza es elegancia, la belleza es
armonía, la belleza es equilibrio, la belleza es proporción. La belleza es todo aquello que serena nuestra
vista al mirarlo porque prevalece una sensación de sosiego, de sencillez, de mesura. Lo notamos así
cuando contemplamos sus edificios, especialmente sus templos, cuando admiramos sus esculturas, sus
piezas de cerámica...Es una característica del arte griego que lo hace inconfundible.
El clasicismo también es un arte que nos parece familiar y próximo porque toma como referencia de
sus obras las cosas reales que nos rodean, los sentimientos y las acciones de los hombres y las escalas
pequeñas en sus construcciones y esculturas. Es un arte hecho a nuestra medida, a la medida del
hombre: primero porque huye de utilizar tamaños colosales, y segundo porque sus temas nos resultan
tan cercanos y tan comprensibles. Tal vez por todo lo dicho entendamos ahora el éxito que durante
siglos ha tenido este estilo artístico: su calidad, su sentido de la belleza, su realismo, su capacidad para
explicar la naturaleza del hombre, su escala humana, han sido aspectos que en todas las épocas se han
entendido y se han apreciado con facilidad. De ahí que siga siendo hoy una referencia universal.
LOCALIZACIÓN
La civilización griega encuentra sus primeras manifestaciones artísticas en las islas Cícladas y en la
Isla de Creta, donde se originará la llamada cultura minóica. Desde aquí la civilización griega se
extenderá por el continente y en concreto a la Península helénica, en la que se desarrollará la cultura
micénica y posteriormente surgirá con todo su esplendor el pleno clasicismo griego. Sin embargo, el
arte griego no se limita a este espacio que coincide aproximadamente con las fronteras de la actual
Grecia. Los griegos desarrollaron una intensa actividad comercial a lo largo y ancho de todo el
Mediterráneo que les llevó a fundar colonias en lugares tan alejados como la Península Ibérica o el sur
de Italia. Allí también floreció el arte griego y por ello son igualmente centros importantes de actividad
artística durante este periodo y son por ello yacimientos importantes de restos arqueológicos de este
periodo. Así al ámbito central de la Península helénica y del Mar Egeo, hay que añadir como zonas de
expansión del arte griego toda la costa Jónica, la Magna Grecia (sur de Italia) el sur de Francia y buena
parte de la costa mediterránea española.
ARTE CICLÁDICO
En pleno Mar Egeo un grupo de pequeñas islas como Naxos, Delos, Paros o Milo
constituyen las llamadas Islas Cícladas. Es allí donde se producen las primeras
manifestaciones artísticas conocidas de la cultura helénica. Datan del III milenio a. C., y sorprenden por
su extraordinaria belleza y simplicidad. Se trata de pequeñas estatuillas o ídolos que posiblemente
tendrían una función religiosa a modo de ofrenda, o lo que es lo mismo de exvoto. Su sencillez reduce
sus formas y detalles a la mínima expresión, pero es este esquematismo, esta capacidad de abstracción,
lo que las hace tan bellas y expresivas, y también lo que atrajo sobre ellas la atención de los artistas
contemporáneos. Arpista sentado, III Milenio, Metropolitan, Nueva York.
ARTE MINOICO
ARTE MICÉNICO
En primer lugar, conciben, en efecto, la arquitectura, para ser contemplada, más que vivida; para
ser vista desde el exterior, como si se tratara de una enorme escultura y no como un espacio
cerrado.
En segundo lugar, se trata de una arquitectura tremendamente sencilla, que consta de elementos de
sostén y de elementos horizontales de cierre.
En tercer lugar, es una arquitectura basada en la racionalidad, porque esa es también la mentalidad
de los griegos de la época. Por ello mismo conciben el edificio como número, como una medida,
que les permita alcanzar ese ideal de proporción y de armonía que, como vimos, constituyen su
concepto de bella.
LOS ÓRDENES
Una de las aportaciones de más éxito y difusión que tuvo la arquitectura griega fue la creación de
sus famosos órdenes arquitectónicos. Los órdenes son un modo de organizar el edificio y decorarlo de
una manera determinada. Son la prueba de ese sentido del orden y la racionalidad griegas, porque a
través de los órdenes disponen de una fórmula inalterable de construir y decorar sus obras. A lo largo
del tiempo se llegaron a desarrollar tres órdenes: Dórico, Jónico, Corintio.
El Dórico. Aparece ya en el siglo VII a. C. como una trasposición a la piedra de las primeras
formas constructivas hechas en madera.
El Jónico. Se desarrolla en Jonia a partir del siglo VI a. C.
El Corintio. Empieza a utilizarse a partir de mediados del siglo IV a. C.
EL TEMPLO GRIEGO
De todos los edificios construidos a lo largo del arte griego, el templo es el más importante y el más
difundido sin ninguna duda. No sólo porque la religión ocupa una parte sustancial de la cultura de este
pueblo, sino porque el templo constituye uno de los elementos comunes de la cultura y la civilización
griega en cualquiera de las polis independientes en que se dividía la antigua Grecia. Se trata por tanto
del edificio más característico de la arquitectura griega. Por ello refleja perfectamente todas las
características que definían su singular forma de construir. CALICRATES, Templo de
Atenea Niké, Acrópolis, Atenas, 421-420 a. C.
Es además una arquitectura hecha a la medida del hombre, en la que la disposición de las
columnas que sirven de apoyo al edificio, resultan doblemente importantes: primero porque sirven de
medida de proporcionalidad a todo el edificio; en segundo lugar porque su tamaño es proporcionado al
del hombre, y en tercer lugar porque son las piezas más visibles del templo. Tratándose de un edificio
para ser visto desde fuera, la colocación de las columnas tendrá una relevancia especial. ICTINOS Y
CALICRATES, Partenón, Acrópolis, Atenas, 448-437 a. C.
Las columnas son el elemento que permite clasificar los distintos tipos de templos. Esta
clasificación se realizará según dispongan las columnas alrededor de todo el perímetro del templo
(períptero), doble fila alrededor de todo el perímetro (díptero), sólo en una fachada (próstilo), o en las
dos fachadas (anfipróstilo). Igualmente, se clasifican también según el número de columnas que
presentan en la fachada: seis (exástilos) ocho (octástilos), etc.
PARTENÓN
ERECTEION
Atribuido a Mnesikles y levantado entre el 421 y 424 a. C.
De orden jónico, destaca por la originalidad de su planta que se
adapta a la orografía del terreno y por la belleza del pórtico de
las Cariátides.
PROPÍLEO
Entrada monumental de la Acrópolis, de orden dórico y con estructura en
forma de H, fue construida entre los años 437 y 433 a. C., por el arquitecto
Mnesikles.
La etapa histórica que denominamos Helenismo constituye un largo periodo artístico cuyo inicio
coincide con la muerte de Alejandro Magno, en el año 323 a. C. Justo en ese momento el inmenso
imperio que había sido capaz de conquistar, desde Grecia hasta la India, se divide en numerosos reinos
independientes. No obstante todos tienen algo en común, la herencia griega que Alejandro había dejado
en todos los territorios conquistados. Herencia griega que se aprecia en la lengua, la religión, la cultura
y por supuesto en el arte. Aun con todo, el arte helenístico no será exactamente igual al arte griego del
pleno clasicismo. También hay influencias propias de los lugares que se habían conquistado y por ello
se dice que hay una mezcla en el arte helenístico de elementos griegos y de elementos orientales,
propios de los territorios asiáticos que Alejandro había conquistado. En el apartado de la arquitectura
esa influencia oriental se nota sobre todo en que se pierde buena parte de la obsesión griega por la
proporción y la sencillez, y que, por el contrario, hay una mayor tendencia por la grandiosidad, la
monumentalidad y el colosalismo.
URBANISMO: EL ÁGORA
El ágora, en el centro de la ciudad, concentra la parte más importante de la misma: en realidad se trata
de una amplia plaza adornada con estatuas y fuentes, donde se desarrollaba toda la actividad comercial y
política de la ciudad, y donde se realizaban también las manifestaciones festivas. Entre sus construcciones
más importantes destacaba el Bouleuterion, edificio destinado a la Boulé o Consejo de los Quinientos; el
Pritaneo, lugar de reunión de los magistrados y donde se guardaba el fuego sagrado de Hestia, diosa del
Hogar; y la Stoa, amplia galería porticada que servía para el intercambio comercial, a veces podía tener
función judicial y era siempre un marco de paseo ciudadano.
ESCULTURA
PRINCIPIOS BÁSICOS
Conociendo a los griegos como ya los conocemos después de estudiar su arquitectura, ese
hombre perfecto sería para ellos lo mismo que el hombre bello. Y conociendo como
conocemos sus gustos, el hombre perfecto y bello será ante todo una imagen
proporcionada y en armonía. Pero no basta sólo con el aspecto meramente externo de la
escultura. El hombre perfecto debe serlo también en el ámbito de sus sentimientos y
emociones, y por tanto eso debe reflejarse también en sus esculturas. El Hombre perfecto no se dejará
doblegar por las emociones y los sentimientos, y por tanto siempre manifestará una actitud serena y
equilibrada también en lo espiritual. Se dice entonces que es una escultura idealizada. MIRÓN,
Discóbolo, Museo Vaticano, Roma, s. V a. C
PERIODO ARCAICO
Las primeras manifestaciones escultóricas del arte griego tienen una clara función
religiosa, y al parecer eran pequeñas estatuillas de madera llamadas xoanas.
Posteriormente, la decoración de los templos ya obliga a la realización de esculturas en
piedra pues en piedra eran los templos. Se esculpen entonces los relieves de metopas,
frisos, frontones, etc. El paso siguiente consistirá en hacer esculturas a partir de un bloque
de piedra independiente.Al principio, esas primeras esculturas suponen grandes retos para
sus autores. Esas dificultades se manifiestan por ejemplo en que son muy rígidas, porque
aún mantienen la forma del bloque de piedra del que se han tallado, y por lo mismo no
manifiestan ninguna sensación de movimiento. Estas primeras piezas realizadas alrededor
del siglo VI a. C. se llaman Kurós, los varones y Korés, las mujeres.Kourós de Milo, M.
Arqueológico, Atenas, 550-540 a. C.
PLENITUD CLÁSICA
El paso siguiente coincide con la llegada del siglo V a. C. que, como ya hemos visto,
supone tantos cambios importantes en el arte griego. También en la escultura, que
progresivamente va mejorando su nivel técnico y consigue que sus figuras rompan con la
rigidez y la sensación de bloque de kurós y korés. Es el periodo que se denomina Severo, y
que ya está iniciando claramente las características de la escultura plenamente clásica del
arte griego. Ese momento de plenitud clásica se consigue, al igual que había ocurrido con
la arquitectura, en esa fase de esplendor que alcanza Atenas a mediados del siglo V a. C. Coinciden en ese
momento y en ese lugar los mejores escultores del momento: Mirón, Fidias y Policleto, que otorgan a sus
obras todas las características que por fin llegan a definir al Hombre perfecto. POLICLETO, Diadumeno,
M. Arqueológico, Atenas, 430-420 a. C
CLASICISMO TARDÍO
Pero Atenas también tendrá su decadencia. La segunda mitad del siglo V a. C., se
tambalea su autoridad sobre las demás polis, y además su entrada en guerra con su rival
Esparta le acarreará la derrota y con ella, la crisis. El optimismo de la etapa anterior se
trastoca en una fase más pesimista que se refleja en la producción artística. El clasicismo
pleno había impuesto una norma, un canon, que resulta un ideal de perfección y belleza y
que por ello mismo parecía inmutable. Pero ahora todo se pone en duda, y el canon
también: las figuras se estilizan y alargan sus medidas, rayando en la desproporción, se
acentúa el movimiento y se buscan sensaciones de desequilibrio que rompen la armonía.
Sólo el idealismo de las expresiones se mantiene. Esta es la época
llamada del Clasicismo tardío. Sus principales protagonistas son
Praxíteles, Scopas y Lisipo. PRAXITELES, Apolo sauróctono, h. 360 a. C.
HELENISMO
El cambio definitivo se producirá cuando las polis pierdan su libertad bajo la autoridad de Alejandro
Magno. Como ya vimos en el capítulo dedicado a la arquitectura, coincide esta nueva etapa con el
periodo artístico del Helenismo. El cambio que se produce en la escultura es también muy profundo: no
sólo se rompen definitivamente los principios clásicos de armonía proporción y equilibrio, sino que
también cambian los temas, ahora muy variados y sencillos, y lo que resulta más novedoso, la expresión
gestual. Se abandona por fin el idealismo tan característico de la escultura griega y se sustituye ahora por
una postura más exagerada y gesticulante. Se dice por ello que es una escultura mucho más
expresionista.APOLLONIOS y TAURISKOS, Toro Farnesio, M. Nacional, Nápoles, h. 130 a. C.
Todos los bronces griegos se fundían probablemente mediante alguna forma de proceso de
cera perdida. En el vaciado por el procedimiento directo de la cera perdida, se construye un
núcleo o alma de arcilla con una armazón metálica, y su superficie se acaba en cera con el
espesor que se quiera dar a la estatua. A continuación se añade una cubierta de barro, unida
al núcleo por medio de varillas de bronce. El espacio que deja la cera derretida lo ocupa el
bronce fundido. El molde se desprende del bronce solidificado, los extremos de las varillas
se sierran, se arreglan las imperfecciones y finalmente se limpia la superficie. A pesar de
que la mayor parte de los detalles se realizaban sobre el modelo, podían terminarse con el cincel sobre el
bronce frío. En el método indirecto, el modelo puede ser de cualquier material. Alrededor de él se hace
un molde de piezas desmontables, en las que se modela o vacía un molde de cera, rellenándolas a
continuación con lo que constituirá el núcleo. El bronce se trabaja después como en el método directo. Se
retiran las piezas del molde, y en principio pueden ser utilizadas de nuevo para la realización de otra
estatua idéntica, pero existen pocas pruebas de que así se hiciera en Grecia. Auriga de Delfos, M. Delfos,
s. V a. C.
Respecto de la figura dice R. Wittkower : “Los perfiles de una figura como ésta revelan la forma que tenía
el bloque original. Frente a la obra ya terminada tenemos una seguridad aún mayor de que, mientras
trabajaba en la parte anterior, en la posterior y en los lados, el escultor tuvo que orientarse en todo
momento por las figuras que antes de empezar dibujara en el bloque: al enfrentarse a cada una de las
caras de sus estatuas, el escultor griego de esta época razonaba como un delineante (...). La consecuencia
es que la estatua tiene necesariamente cuatro vistas bien diferenciadas (...) Una figura así está lejos de ser
una obra realista en el sentido moderno de este término, pese a lo cual posee una asombrosa vitalidad,
esta rebosante de la energía de la vida. Tiene además una superficie de calidades suaves y cálidas, casi
aterciopeladas. Ello se debe no solamente a las características del mármol griego, sino también (...) a las
infinitas muescas producidas por el puntero que, aunque luego se las suavice por medio de abrasivos,
crean, por así decirlo, una serie de vibraciones bajo la superficie, que evocan la sensación de una piel
palpitante.
Más adelante, a partir del siglo VIII a. C. se inicia una nueva etapa denominada de
Figuras Negras. Aumentan las formas de las piezas, se multiplican los elementos
decorativos en los que ya aparece la figura humana y sobre todo se perfecciona la
técnica, cuya mayor novedad es la representación de las figuras en siluetas negras destacadas sobre el
fondo claro del barro. Su difusión es enorme y su éxito se prolonga durante siglos No obstante, a partir
del siglo VI a. C. empieza a introducirse una técnica inversa a la anterior, en la que el fondo se cubre de
negro y se destaca a las figuras por su color rojizo del barro. Es por eso que se denomina a esta etapa de
Figuras rojas. También adquiere una mayor delicadeza en los detalles y más complejidad en la
distribución y composición de figuras y motivos. Pintor de Meleagro, Ánfora, Atenas, s. IV a. C.